25 de Mayo

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PALABRAS ALUSIVAS - 25 DE MAYO DE 2019

Aun la humanidad sigue en su lucha incansable por encontrar uno de los bienes más preciados
que necesitamos los seres humanos para poder vivir: la libertad.
Entre el año 1991 y el año 2011, se independizaron 10 nuevos países como Sudán del Sur,
Kosovo, Montenegro, etc. Tal vez estos nombres no significan mucho para nosotros, pero cuando
los historiadores se dediquen a relatar la historia de su independencia, lo podrán hacer con la
ayuda de muchos de los avances tecnológicos que antes no existían como: Internet, DVDs;
discos compactos, además de miles de fotografías y videos.

¿Pero con qué herramientas contaron los historiadores que nos hablaron del 25 de mayo de
1810? Seguramente que usaron libros impresos en esa época, periódicos, cartas, documentos,
dibujos, pinturas y grabados, mapas y objetos, muchos de los cuales están exhibidos en museos.

Los historiadores deben narran hechos verdaderos cuyo actor es el hombre. Son ellos los que
deben ayudarnos a sacarnos del medio los mitos, esas historias imaginarias que no nos ayudan a
conocer lo que realmente ocurrió.

El historiador argentino Daniel Balmaceda no ayuda en esta tarea:


Por ejemplo:
¿Había serenos en 1810? No. El famoso canto: “Las 12 han dado y sereno” se empezó a
escuchar en Buenos Aires 20 años después.
¿Y los peinetones? Llegaron a Buenos Aires en 1828, año en que el comerciante Manuel
Masculino los comenzó a vender.
¡Sí se vendían empanadas! Pero eso de ‘¡calientes que te queman los dientes!’, imposible.
Porque luego de hacerlas en sus hogares, quienes las vendían, lo hacían en el medio de la Plaza
de Mayo, en un canasto donde estaban semitapadas y a esa altura ya se habían enfriado.
¿Existían paraguas? Eran muy caros, y si hubo el 25 de mayo, día lluvioso, habrán sido dos o tres
como mucho.
¿El cabildo abierto del 22 de mayo se hizo en un salón? Se uso el balcón del cabildo, al que por
cuestiones de frío y privacidad se lo tapó con tapices y algunas lonas.
¿Y qué diremos de las escarapelas? Un documento de la época dice que los que estaban en la
plaza, tenían en sus sombreros una cinta blanca que sí eran repartidas por French y Berutti.
Por último, cuando hablamos de que “¡el pueblo quiere saber de qué se trata!”, no se trata de los
casi 50000 habitantes que tenía Buenos Aires en ese tiempo sino solo de los vecinos importantes,
las familias más prestigiosas de aquel tiempo. Apenas unas 450 personas.

Por eso los historiadores deben ser algo más que especialistas en su profesión. Deberían ser
también guardianes de la nuestra memoria para que nos ayuden a conocer la verdad.

Para disfrutar plenamente de esa libertad que fue conseguida hace 209 años, es necesario aún
librarnos de los muchos mitos que aún persisten en nuestra memoria y de los que solamente
podremos escapar cuando en nuestro país, la primavera de la verdad, la honestidad y la justicia,
florezcan en cada rincón de nuestra patria.

¡FELIZ CUMPLEAÑOS, PATRÍA MÍA!

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