7.1. Complemento Tipos de Evaluación

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Tipos de Evaluación

http://www.inacap.cl/tportalvp/docentes/contenidos/contenido-docentes/tipos-de-
evaluacion

Diversos son los criterios que posibilitan la clasificación de las evaluaciones de los
aprendizajes de los alumnos. Algunos de ellos están referidos a la intencionalidad, al
momento, al agente evaluador, a la extensión, y al referente de contrastación o estándar de
comparación.

La intencionalidad con que se realiza la evaluación puede ser Diagnóstica, Formativa o


Sumativa. Cuando la intención de la evaluación es Diagnosticar, lo que se quiere es
conocer los aprendizajes de los alumnos al momento de iniciar un proceso enseñanza-
aprendizaje. La evaluación de tipo Formativa se utiliza, preferentemente, como estrategia
de mejora y para ajustar sobre la marcha los procesos educativos a fin de conseguir las
metas u objetivos previstos. En este caso se busca obtener evidencias permanentes
durante el proceso de aprendizaje de los alumnos, que permitan detectar logros y
dificultades con el objeto de retroalimentar durante el proceso para su desarrollo y mejora.
Por último, la evaluación es de tipo Sumativa, cuando se aplica a procesos y productos
terminados mediante solicitud de realizaciones precisas y valorables, con el objetivo de
obtener resultados al término de una experiencia de aprendizaje o de una etapa importante
del mismo.

Si centramos la mirada educativa en el momento en el cual se lleva a cabo una evaluación


de los aprendizajes, podemos encontrar cuatro posibilidades: Inicial, Procesual, Final y
Diferida. La evaluación Inicial consiste en la recolección de datos en la situación de partida
del proceso de enseñanza-aprendizaje. Permite conocer la realidad de inicio del alumno y
determinar, más adelante, los verdaderos logros y progresos de los estudiantes
relacionados con su participación en una experiencia de enseñanza-aprendizaje. La
evaluación de tipo Procesual, se realiza cuando la valoración se desarrolla sobre la base
de un proceso continuo y sistemático de evaluación de los aprendizajes, con el objetivo de
mejorar los resultados de los alumnos. Esta evaluación es de gran importancia dentro de
una concepción formativa de la evaluación, porque permite tomar decisiones de mejora
sobre la marcha. La evaluación Final consiste en la recogida y valoración de datos al
finalizar un período de tiempo previsto para la realización de un aprendizaje o para la
consecución de los aprendizajes esperados. Por último, la evaluación de tipo Diferida se
lleva a cabo cuando ha transcurrido algún tiempo desde que se realizó la experiencia
educativa y se necesita conocer la permanencia de los aprendizajes o la transferencia del
mismo a otro momento.

Otro criterio de clasificación de las evaluaciones es el referido al Agente Evaluador, donde


se distinguen dos tipos de evaluaciones: las Internas y Externas. Las Evaluaciones
Internas son aquellas realizadas por las personas que participan directamente del proceso
enseñanza-aprendizaje: dentro de éstas, se encuentran las autoevaluaciones, la
heteroevaluación y las evaluaciones.

En la Autoevaluación los roles de evaluador y evaluado coinciden en las mismas personas


y, por ejemplo, los alumnos evalúan su propio trabajo. En la Heteroevaluación se evalúa
una actividad, objeto o producto por evaluadores distintos a las personas evaluadas.

Por último, en la Coevaluación, los alumnos en su conjunto participan en la determinación


y valoración de los aprendizajes logrados, ya sea por algunos de sus miembros o del grupo
en su conjunto.
Las Evaluaciones Externas se realizan cuando agentes no integrantes de una
institución académica o de un programa evalúan la calidad del proceso enseñanza-
aprendizaje y su funcionamiento.

De acuerdo al criterio de clasificación de las evaluaciones referidas a la Extensión, es


posible encontrar evaluaciones de carácter Global y de carácter Parcial.
Las Evaluaciones Globales se caracterizan por abarcar la totalidad de las capacidades
expresadas en los Aprendizajes Esperados y los Criterios de Evaluación. Las evaluaciones
de carácter Parcial, en contraposición a la anterior, se focalizan en parte de los aprendizajes
que se espera que logren los alumnos.

Finalmente, de acuerdo al criterio de clasificación de las evaluaciones referidas a


la Comparación se pueden distinguir dos tipos de evaluaciones:
Evaluaciones referidas a la Norma: en este caso existe un grupo de comparación
previamente establecido, donde el referente de comparación es el nivel general de un grupo
normativo determinado.

Evaluaciones referidas a Criterio: es cuando se establece con anterioridad el criterio de


evaluación o el estándar a partir del cual se valora el aprendizaje del alumno. Se comparan
los resultados de un proceso educativo con unos patrones de realización, con un conjunto
de situaciones deseables y previamente establecidas. (Himmel, Olivares y Zabalza, 1999)

Los procedimientos o instrumentos de evaluación para evaluar procesos de aprendizaje


deben seleccionarse en función de los aprendizajes que se pretenden evaluar, es decir,
para cada caso concreto, hay que escoger el instrumento de evaluación más adecuado que
permita recoger la información que se espera, sobre los aprendizajes de los alumnos. De
acuerdo a eso se pueden agrupar en tres categorías: Procedimientos de Prueba, de
Observación y de Informe. Dentro de los primeros se encuentran las conocidas pruebas
escritas y orales; dentro de los procedimientos de observación, están principalmente las
pautas de cotejo y las escalas de apreciación. Por último, en los procedimientos de Informe,
los instrumentos más utilizados son las encuestas y las entrevistas.

En la actualidad, los distintos procedimientos evaluativos pueden desarrollarse


mediante diversos medios tecnológicos, optimizando tiempos de aplicación, entrega y
análisis de resultados y aplicación de procesos evaluativos de la enseñanza- aprendizaje
en la modalidad a distancia.

Página oficial de la Universidad de Huelva España.

http://www.uhu.es/cine.educacion/didactica/0091evaluacionaprendizaje.htm

La evaluación en el proceso didáctico

El proceso didáctico, como todo sistema estructurado, está establecido en tres


elementos fundamentales: Entradas o Preparación, Proceso o Realización y Salidas o
Resultados. Como todo proceso, igualmente lleva a la par otro proceso de evaluación
continua que permite en cada fase anteriormente señalada el recibir datos sobre su
funcionamiento y disponer en su caso de los elementos de mejora o rectificación
necesarios. Es lo que se denomina feed-back o realimentación.

La evaluación continúa

Se llama evaluación continua a la que engloba todo el proceso de aprendizaje, y se


refiere tanto al profesor, al alumno o a la marcha del proceso. La evaluación continua
contempla tres fases en su proceso:

Evaluación diagnóstico o inicial

Es la determinación de la presencia o ausencia en un alumno de capacidades,


habilidades motrices o conocimientos. En ella se recibe también información sobre la
motivación del alumno, sus intereses, etc.

Es la determinación del nivel previo de capacidades que el alumno tiene que poseer para
iniciar un proceso de aprendizaje y la clasificación de los alumnos por medio de
características que están relacionadas con formas de aprendizaje. Mediante la evaluación
se determinan las causas fundamentales de las dificultades en el aprendizaje.

La evaluación diagnóstico se realiza al principio de una etapa de aprendizaje, o cuando


hay dudas, durante el proceso de que un alumno tiene cualquier tipo de dificultad. Puede
realizarse tanto al principio de curso, como al principio de cualquier núcleo temático, o
semana, o día. Es conveniente estar en situación continua de diagnosis.

Evaluación formativa o de procesos

Es la realimentación del alumno y del profesor sobre el progreso del alumno durante el
proceso de aprendizaje y la identificación de los problemas más comunes de aprendizaje
para solucionarlos mediante actividades y organizar la recuperación. Se realiza durante
todo el proceso de aprendizaje.

Evaluación sumativa o final

Es la que certifica que una etapa determinada del proceso, pequeña o grande, se ha
culminado o la que se realiza cuando se deben tomar decisiones en caso de competencia
entre varias personas: puestos limitados, oposiciones, etc.

Se produce al final de una etapa, día, semana, mes o curso escolar, o al comienzo de
una situación en la que hay plazas limitadas.
Concepto de evaluación:

La evaluación es una actividad sistemática y continua como el mismo proceso educativo,


un subsistema integrado dentro del propio sistema de la enseñanza y tiene como misión
especial recoger información fidedigna sobre el proceso en su conjunto para ayudar a
mejorar el propio proceso, y dentro de él, los programas, las técnicas de aprendizaje, los
recursos, los métodos y todos los elementos del proceso.

La evaluación debe servir de ayuda para elevar la calidad del aprendizaje y aumentar el
rendimiento de los alumnos.

Evaluación: un paso más en el proceso de enseñanza-aprendizaje

En su acepción tradicional e incluso en la práctica docente, suelen confundirse la


medición y la evaluación y, en consecuencia, hasta se identifican sus técnicas. Por esta
razón, como en otros lugares de este texto, es conveniente, o necesario, hacer la referencia
sobre los conceptos, muy utilizados poro casi nunca aclarados. Los alumnos habrán así,
antes de iniciar su tarea, definido los términos.

Medición.

La medición «es la expresión objetiva y cuantitativa de un rasgo y sólo se transforma en


elemento en cuanto se la relaciona con otras mediciones del sujeto y se la valora como una
totalidad».

La evaluación es el proceso mediante el cual se emite una serie de juicios sobre la base
de cierta información recibida; la medición es el proceso que proporciona tal información y
podríamos localizarla en un lugar subordinado y como sirviendo a los propósitos de la
evaluación.

Evaluación.

La evaluación es un proceso integral que permite valorar los resultados obtenidos en


términos de los objetivos propuestos, acorde con los recursos utilizados y las condiciones
existentes.

Esto implica la obtención de informaciones que permitan la elaboración de juicios


«válidos» acerca del alcance de determinado objetivo, de la eficiencia de un método, etc.
Para el logro de esas informaciones la evaluación utiliza la medición, la cual garantiza datos
más válidos y confiables en los cuales fundamentar los juicios.
«La evaluación educacional ha sido, y hasta cierto punto sigue siendo, un proceso más
bien estancado de pruebas estandarizadas, calificación, colocación, certificación y
acreditación, que sirve para mantener pautas normativas...» «La definición de la evaluación
como medición se limita evidentemente, sólo a aquellas cosas que pueden ser medidas con
pruebas estandarizadas».

Objetivos e instrumentos de evaluación.

Los diferentes ámbitos de conducta a que pertenecen los objetivos de aprendizaje


(cognitivo, psicomotriz y afectivo) exigen por su propia naturaleza diferentes instrumentos.
La evaluación es mucho más comprensiva y abarcadora que la medición. La primera es
más compleja, supone la interrelación de múltiples factores, en los cuales se encuentra la
medida misma. «La medición es una pericia técnica y la evaluación un acto educativo (en
tanto juzga y valora el alumno)». «Para hacer actos valorativos se deben atravesar
momentos y actos de medida».

La evaluación como mera congruencia entre objetivos-resultados.

Una de las funciones de la evaluación consiste en comprobar, de modo sistemático, en


qué medida se han logrado los resultados previstos en los objetivos propuestos. Esto
implica una congruencia entre las expectativas o conductas esperadas y sus logros. Las
definiciones tradicionales de evaluación le han otorgado una interpretación temporal en el
proceso enseñanza-aprendizaje que en la práctica se traduce a técnicas terminales que se
limitan a una comprobación de productos o resultados.

Cada modificación de conducta que se produzca en los alumnos, en los profesores, o


en las experiencias de aprendizaje en general, aporta elementos de diagnóstico que
servirán de guía para replantear los objetivos o para una nueva selección y organización de
las actividades o de los mismos instrumentos de evaluación.

En consecuencia, si bien es deseable una congruencia entre lo previsto y lo logrado, el


carácter intrínsecamente continuo y dinámico de la evaluación exige una constante
retroalimentación.

La evaluación no es una actividad aislada del proceso formativo

La evaluación es un proceso continuo y acumulativo. Es una acción inherente y


simultánea al quehacer educativo. Estas características implican la inoperancia de la
evaluación como una actividad aislada, a veces realizada como cortes del proceso
enseñanza-aprendizaje (fechas o períodos de evaluación formal acompañados
psicológicamente de un clima de tensión particular).

Toda clase es una oportunidad para «reunir evidencias» de la actuación de los alumnos
y de nuestra acertada o no-selección de objetivos y de medios para la conducción del
aprendizaje.

Objetividad técnica frente a objetividad educativa.

La errónea identificación medición-evaluación lleva en la práctica pedagógica a una


confusión de los instrumentos de ambas. La «objetividad técnica» solo se logra cuando se
dispone de un instrumento de calificación imparcialmente aplicado. Es evidente que sólo
algunas de las conductas del dominio cognitivo (conocimiento de hechos específicos, de
clasificaciones y categorías, etc.) pueden «medirse» a través de pruebas objetivas de
rendimiento escolar. Pero los otros ámbitos de conductas (psicomotriz y afectivo) e incluso
las categorías superiores de ámbito cognitivo (ej.: comprensión, interpretación,
extrapolación, análisis de los principios de organización, etc.), exigen por su naturaleza
compleja instrumentos de evaluación diferentes.

Algunos autores distinguen la objetividad técnica de la objetividad educativa. Esta última


implica una actitud crítica que analice las diversas causas del rendimiento. La medición es
sólo «un dato», que se comprende en función de un contexto que es la situación humana
de cada alumno, el nivel del grupo, el tipo de institución, el ámbito socioeconómico de la
comunidad a la que pertenece la escuela, etc.

Mitificación de la objetividad.

Las «notas» parecen estar revestidas del máximo de objetividad. Sin embargo, las
calificaciones pueden ser tan subjetivas como la apreciación cualitativa de los resultados.
La enseñanza tradicional adjudica al profesor la autoridad para determinar el éxito o fracaso
de sus alumnos. Si bien es bastante cuestionable dicha autoridad, es evidente que su
objetividad está imbuida de características personales. En consecuencia la nota carece de
idoneidad para una operación tan simple como es la calificación. Las cifras adquieren
diferente grado de significación en diferentes contextos. El sistema numérico de
calificaciones externamente tan «técnico y aséptico», es distinto en cada profesor y también
en la valoración de los alumnos.
El criterio tradicionalmente empleado, que consiste en comparar a los alumnos entre sí,
carece de todo fundamento. «El alumno será calificado sobre la base de su actuación frente
a un standard predeterminado y no con relación a sus pares».

La evaluación como actividad final.

Si el aprendizaje se enfoca en función de una actitud dialogal y por ende cooperativa


entre docentes y alumnos, ya sea en el planteamiento como en la ejecución de las
experiencias de aprendizaje, se impone una evaluación permanente. Una estrategia
metodológica efectiva requiere dos tipos de evaluación:

a). Una constante evaluación formativa «que proporciona la información necesaria para
individualizar la instrucción y detectar las deficiencias de aprendizaje».

b). Una evaluación sumativa «que proporciona información acerca de cómo han
cambiado los alumnos con respecto a los propósitos del curso».

«El propósito primario de la evaluación sumativa es calificar a los alumnos de acuerdo


con su rendimiento, teniendo en cuenta los objetivos propuestos (evaluación como
congruencia objetivos-resultados), de allí que su sentido real sea final». Este
replanteamiento de las concepciones de evaluación trae aparejado una modificación de las
políticas y prácticas de las calificaciones escolares tendentes a diseñar y emplear
procedimientos de evaluación formativa como «medida de control de calidad» del progreso
del aprendizaje. «El problema no consiste en separar a los alumnos sino en asegurarse de
que todos en efecto aprenden hasta lograr los niveles esperados».

La evaluación debe facilitar la toma de decisiones.

La evaluación como actividad final reviste el carácter de fallo fiscal en sí misma; carece
de valor orientador y motivador. El alumno no modificará su aprendizaje ante un plazo ni
ante un «debes ser más aplicado». Por el contrario, el conocimiento gradual y acumulativo
de los alumnos es un recurso de sondeo de la situación que «provee información para emitir
juicios y adoptar medidas de acción en situaciones en las que hay que tomar decisiones.
Una decisión es una elección entre alternativas y una situación de toma de decisiones entre
un conjunto de alternativas».

Una oportuna decisión del grupo y/o profesor, ya sea para volver a revisar lo planeado
o reajustar los procedimientos de enseñanza, podrá dar elementos correctivos útiles. Es
obvio que no pueden esperarse los resultados de los exámenes finales para redefinir los
objetivos.
La evaluación como feedback.

Concebir la evaluación como proceso y admitir el valor de la evaluación formativa y


sumativa, involucra la intrínseca necesidad de identificar la educación con el proceso de
comunicación, cuya característica esencial es la reversibilidad, retroalimentación o
feedback. El acto de comunicación exige un constante cordón de transmisión viva que
supone la ruptura de la dicotomía alumno-educador.

La evaluación como diagnóstico-tratamiento

La función explorativa de la evaluación permite determinar las necesidades de los


alumnos y las demandas de objetivos. La función de diagnóstico de la evaluación permite
obtener información acerca de la estimación de necesidades, la selección y organización
de experiencias, la elección de material didáctico, etc.

En síntesis, poder controlar la marcha del proceso. La función de pronóstico permite


interpretar los logros y presentar alternativas de acción.

La evaluación como información para la toma de decisiones.

En educación se toman decisiones de distinta naturaleza que emanan de diferentes


fuentes: autoridades políticas, autoridades administrativas, autoridades docentes
(profesores, ayudantes, etc.) y los alumnos organizados (organizaciones estudiantiles,
asambleas, etc.). La evaluación al servicio de la toma de decisiones asume su rol natural,
dándose en diferentes niveles según lo que se pretende lograr.

Por ejemplo, se pueden tomar medidas que deriven de la realidad socioeconómica; esto
origina decisiones institucionales que deben traducirse en objetivos como respuestas a las
necesidades del diagnóstico socioeconómico.

De las funciones de la evaluación y de las características antes mencionadas se


desprende que ésta constituye un proceso integral que abarca el progreso académico del
alumno (información, conocimientos, interpretación, etc.) y sus actitudes, intereses, hábitos
de trabajo, etc.

En síntesis la evaluación es :

1. «Un proceso que incluye una gran variedad de evidencias además de los exámenes
parciales o finales». «Un método de adquisición y procesamiento de las evidencias
necesarias para mejorar el aprendizaje y la enseñanza».
2. «Un sistema de control de la calidad en el cual puede ser determinado en cada etapa
el proceso de enseñanza-aprendizaje, si éste es efectivo o no, y si no lo es, qué cambios
deben realizarse para asegurar su efectividad».

3. «Un instrumento de la práctica educativa que permite comprobar si los procedimientos


utilizados son igualmente efectivos en el logro de los fines educativos».

Los instrumentos de la evaluación

1. La comunicación didáctica:

 Interacción profesor-alumno

 Diálogo didáctico: Observación y escucha

 Preguntas:

 Individual

 A toda la clase en general

 Para contestar en grupos

 Para iniciar un diálogo

2. La observación

 Sistemática: Cuando se utilizan técnicas de almacenamiento de información.

 Asistemática: Cuando se manifiesta atención continua.

3. Actividades y ejercicios

 Actividad normal del aula

 control de dificultades

 revisión continua de trabajos

 Seguimiento del trabajo en grupos

 Valorar el trabajo libre

 Comprobar el grado en el que se van consiguiendo los objetivos

 Autoevaluación y chequeo periódico de logros y dificultades

4. Trabajos de los alumnos


 Evaluado por el profesor, por otros alumnos, por su grupo de trabajo,
autoevaluado, en común por profesor, otros alumnos y él mismo.

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