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3. FORMA FARMACÉUTICA
4. DATOS CLÍNICOS
Trigon Depot es un corticosteroide de tipo glucocorticoide sintético con intenso efecto antiinflamatorio que
se administra por vía intramuscular, intraarticular e intrasinovial.
Vía intramuscular
Cuando la terapia oral con corticoides no sea posible o sea temporalmente desaconsejable según el juicio
del facultativo, Trigon Depot está indicado por vía intramuscular en:
Trastornos endocrinos
Tiroiditis no supurativa.
Trastornos reumáticos
Como terapia adyuvante para administración a corto plazo en: osteoartritis postraumática, sinovitis de
osteoartritis, artritis reumatoide, bursitis aguda y subaguda, epicondilitis, tenosinovitis aguda
inespecífica, artritis gotosa aguda, artritis psoriásica, espondilitis anquilosante y artritis reumatoide
juvenil.
Enfermedades dermatológicas
Pénfigo, eritema multiforme severo (síndrome Stevens-Johnson), dermatitis exfoliativa, dermatitis
vesiculosa herpetiforme, dermatitis seborreica grave y psoriasis grave.
Estados alérgicos
Control de situaciones alérgicas graves o incapacitantes no tratables con tratamientos convencionales
en: asma bronquial, dermatitis de contacto, dermatitis atópica y rinitis alérgica estacional o
permanente.
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Enfermedades oftálmicas
Alergias crónicas graves y procesos inflamatorios que afecten al ojo, tales como: herpes zoster
oftálmico, iritis, iridociclitis, corioretinitis, uveítis y coroiditis difusa posterior, neuritis óptica,
oftalmía simpática e inflamación del segmento anterior.
Enfermedades gastrointestinales
En fase crítica que requiere tratamiento sistémico en: colitis ulcerativa y enteritis local.
Enfermedades respiratorias
Sarcoidosis sintomática, beriliosis y pneumonitis por aspiración.
Enfermedades hematológicas
Anemia hemolítica adquirida (autoinmune).
Trastornos neoplásicos
Para el tratamiento paliativo de: leucemias y linfomas en adultos y leucemia aguda en la infancia.
Estados edematosos
Para la inducción de diuresis o remisión de proteinuria en el síndrome nefrótico, sin uremia, del tipo
idiopático o aquel debido al lupus eritematoso.
Vía intraarticular
Trigon Depot está indicado para administración intraarticular o intrasinovial, y para inyección dentro de la
cubierta del tendón, como terapia adyuvante a corto plazo, en: sinovitis de osteoartritis, artritis reumatoide,
bursitis aguda y subaguda, artritis gotosa aguda, epicondilitis, tenosinovitis aguda inespecífica y
osteoartritis postraumática.
Este preparado contiene alcohol bencílico, por lo que no se debe utilizar en niños recién nacidos ni
prematuros (ver sección 4.4).
La dosis inicial de Trigon Depot (triamcinolona acetónido) puede variar desde 2,5 a 60 mg diarios
dependiendo de la entidad de la enfermedad específica que esté siendo tratada (ver Dosificación). En
situaciones de menor gravedad, son generalmente suficientes dosis más bajas, mientras que determinados
pacientes pueden requerir dosis iniciales mayores. Normalmente los intervalos de dosis parenterales son de
1/3 a 1/2 de la dosis oral, administrada cada 12 horas. Sin embargo, en situaciones de riesgo vital, puede
estar justificada la administración de dosis superiores.
Trigon Depot tiene un efecto de larga duración que puede ser permanente, o sostenido durante varias
semanas.
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La dosificación inicial debe mantenerse o ajustarse hasta obtener una respuesta satisfactoria. Si tras un
período razonable de tiempo no se consigue una respuesta clínica satisfactoria, debe suspenderse
gradualmente el tratamiento con Trigon Depot y cambiar al paciente a otra terapia adecuada.
Dosificación
Sistémica
Adultos y niños mayores de 12 años: la dosis inicial recomendada es de 60 mg, en inyección profunda en
el músculo glúteo. Si la inyección no se administra adecuadamente, puede producirse atrofia de la grasa
subcutánea. Normalmente la dosificación se ajusta dentro del intervalo de 40 a 80 mg, dependiendo de la
respuesta del paciente y de la duración de la mejoría. Sin embargo, en algunos pacientes sólo son
necesarias dosis tan bajas como 20 mg o menores. La dosis máxima es 80 mg/día.
En pacientes con fiebre del heno o alergia al polen que no respondan a la administración de polen y otras
terapias convencionales, se puede conseguir una remisión de los síntomas durante la estación del polen tras
una inyección de 40 a 100 mg. La dosis máxima es 100 mg en una inyección única.
Niños de 6 a 12 años: la dosis inicial recomendada es de 40 mg, aunque la dosificación depende más de la
gravedad de los síntomas que de la edad o el peso.
Niños menores de 6 años: no se debe usar Trigon Depot en niños menores de 6 años (ver sección 4.4).
Local
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4.3. Contraindicaciones
Los corticosteroides están contraindicados en pacientes con infecciones sistémicas. Las formulaciones
intramusculares de corticosteroides están contraindicadas en pacientes con púrpura trombocitopénica
idiopática. Trigon Depot está además contraindicado en pacientes con hipersensibilidad a la triamcinolona
acetónido o a alguno de los excipientes (ver sección 4.4).
Advertencias
Trigon Depot es una suspensión, por lo que no debe administrarse por vía intravenosa. No se han llevado a
cabo estudios para demostrar la seguridad del uso de Trigon Depot en administración intranasal,
subconjuntival, sub-tendinosa, retrobulbar ni intraocular (intravítrea), por lo que no se recomienda su uso
por estas vías. Tras la administración intravítrea se han notificado casos de endoftalmitis, inflamación
ocular, aumento de la presión intraocular y alteraciones visuales incluyendo pérdida de visión. Se han
descrito varios casos de ceguera tras inyección de suspensiones de corticosteroides en las fosas nasales e
inyecciones intralesionales en cuero cabelludo.
No debe usarse la administración epidural e intratecal. Informes de graves acontecimientos médicos se han
asociado con la administración epidural e intratecal.
Se han notificado casos de reacciones anafilácticas graves y shock anafiláctico, incluyendo la muerte, en
pacientes tratados con inyección de triamcinolona acetónido, independientemente de la vía de
administración.
Trigon Depot es un preparado de acción prolongada y no es adecuado en situaciones agudas. Para evitar la
insuficiencia adrenal inducida por el fármaco, puede necesitarse una dosificación de soporte en períodos de
estrés (tales como trauma, cirugía o enfermedad grave), durante el tratamiento con Trigon Depot y durante
un año después.
Las dosis elevadas o medias de hidrocortisona o cortisona pueden provocar elevaciones de la presión
sanguínea, retención salina y de agua e incrementar la excreción de potasio, por lo que pueden ser
necesarios dietas con restricción de sal y aporte de potasio. Además, los corticosteroides aumentan la
excreción de calcio, que puede agravar o estar asociada con osteoporosis preexistentes. Estos efectos son
menos probables con los derivados sintéticos excepto cuando se utilizan en altas dosis.
Los corticosteroides pueden enmascarar algunos signos de infección, y durante su utilización pueden
aparecer nuevas infecciones. Cuando se utilizan corticosteroides pueden verse disminuidas la resistencia y
la capacidad de localización de las infecciones. Además, los pacientes en tratamiento con fármacos
inmunosupresores, incluyendo corticosteroides, son más susceptibles a las infecciones que aquellos que no
tienen estos tratamientos.
La varicela y el sarampión pueden tener una evolución más grave o incluso fatal en los pacientes tratados
con corticosteroides. En estos niños, o en adultos que no han tenido estas enfermedades y que reciben
corticosteroides, se deben tomar precauciones especiales para evitar la exposición. Si se exponen, puede
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estar indicada la terapia con inmunoglobulina específica para la varicela zoster (IGZ) o inmunoglobulinas
intravenosas polivalentes o inespecíficas (GIIV). Si la varicela o el herpes zoster se desarrollan, puede
considerarse el tratamiento con agentes antivirales. De igual modo, los corticosteroides deben usarse con
mucha precaución en los pacientes infestados por Estrongiloides (Gusano filamentoso), ya que la
inmunosupresión inducida por los corticosteroides puede llevar a una hiperinfección por Estrongiloides y
diseminación con migración larvaria extendida, a menudo acompañada de enterocolitis grave y septicemia
por Gram-negativos potencialmente fatal. Los pacientes no deben ser vacunados o inmunizados mientras
estén en tratamiento con corticosteroides, especialmente a altas dosis, debido a que la falta de respuesta de
los anticuerpos predispone a complicaciones médicas, particularmente neurológicas.
El uso de triamcinolona acetónido en pacientes con tuberculosis activa debe estar restringido a aquellos
casos de tuberculosis fulminante o diseminada en los que los corticosteroides son utilizados para el
tratamiento de la enfermedad en conjunción con un régimen antituberculoso apropiado. Debe utilizarse la
quimioprofilaxis en los pacientes en tratamiento con corticosteroides con tuberculosis latente o que dan la
reacción de la tuberculina.
En raras ocasiones han aparecido reacciones anafilactoides en pacientes que han recibido terapia parenteral
con corticosteroides. Antes de la administración deben tomarse las medidas de precaución apropiadas,
especialmente en pacientes con antecedentes de alergia a algún fármaco.
Uso en niños: este preparado no está recomendado para niños menores de 6 años.
Se debe vigilar cuidadosamente el desarrollo de los niños en tratamiento prolongado con corticosteroides,
ya que los corticosteroides pueden suprimir el crecimiento.
Se debe tener precaución en los casos de exposición a varicela, sarampión u otras enfermedades
contagiosas. Los niños no deben ser vacunados o inmunizados mientras estén en tratamiento con
corticosteroides. Los corticosteroides pueden afectar también a la producción endógena de esteroides.
Este medicamento no se debe administrar a niños prematuros ni recién nacidos porque contiene alcohol
bencílico. Puede provocar reacciones tóxicas y reacciones anafilactoides en niños menores de 3 años de
edad.
El alcohol bencílico se ha asociado con reacciones adversas graves y muerte, especialmente en pacientes
pediátricos. La exposición a cantidades excesivas de alcohol bencílico se ha asociado con toxicidad
(hipotensión y acidosis metabólica), especialmente en neonatos, y con aumento de incidencia de
kernicterus, principalmente en niños prematuros. Se han dado casos raros de muerte, principalmente en
niños prematuros, asociados con la exposición a cantidades excesivas de alcohol bencílico.
El "Síndrome de Gasping" se ha relacionado con el alcohol bencílico. Aunque dosis terapéuticas normales
de este producto liberan cantidades de alcohol bencílico sustancialmente más bajas que las relacionadas con
el "Síndrome de Gasping", se desconoce la cantidad mínima de alcohol bencílico que puede producir
toxicidad. Los niños prematuros y con bajo peso al nacer, así como los pacientes que toman dosis altas,
tienen mayor probabilidad de desarrollar toxicidad.
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Uso en ancianos: en ancianos las reacciones adversas más comunes de los corticosteroides sistémicos,
tales como osteoporosis o hipertensión, pueden tener consecuencias más graves. Se recomienda una
estrecha supervisión clínica.
Este medicamento contiene menos de 1 mmol (23 mg) de sodio por ampolla, por lo que se considera
esencialmente "exento de sodio".
Se informa a los deportistas que este medicamento contiene un componente que puede producir un
resultado positivo en las pruebas de control de dopaje.
Precauciones
Durante el tratamiento con corticosteroides se puede producir insuficiencia adrenocortical inducida por
fármacos y persistir durante meses después de interrumpir el tratamiento. Por lo tanto, en cualquier
situación de estrés tales como trauma, cirugía o enfermedad grave que ocurra durante este período, la
terapia hormonal debe ser restituida. Debido a que la secreción mineralocorticoide puede ser insuficiente,
deben administrarse concomitantemente sal y/o un mineralocorticoide.
Existe un efecto corticosteroide aumentado en los pacientes con hipotiroidismo y en aquellos con cirrosis.
Los corticosteroides deben utilizarse con precaución en pacientes con herpes simplex ocular debido a la
posible perforación corneal.
Durante el tratamiento con corticosteroides pueden aparecen trastornos psiquiátricos. Éstos pueden incluir
insomnio, depresión (en ocasiones grave), euforia, cambios de humor, síntomas psicóticos y cambios de
personalidad. La inestabilidad emocional o psicosis preexistentes pueden agravarse por el tratamiento con
corticosteroides. La utilización de medicamentos antidepresivos no supone una mejora y puede exacerbar
los trastornos mentales inducidos por los adrenocorticoides.
Los corticosteroides deben utilizarse con precaución en los siguientes casos: colitis ulcerativa inespecífica
(si existe posibilidad de perforación, absceso u otra infección piogénica), diverticulitis, anastomosis
intestinal reciente, úlcera péptica activa o latente, insuficiencia renal, glomerulonefritis aguda, nefritis
crónica, hipertensión, insuficiencia cardíaca congestiva, tromboflebitis, tromboembolismo, osteoporosis,
exantema, síndrome de Cushing, diabetes mellitus, trastornos convulsivos, carcinoma metastásico y
miastenia gravis.
Aunque el tratamiento con Trigon Depot puede aliviar los síntomas de la inflamación, esto no evita la
necesidad de tratar la causa. La inyección intraarticular de un corticosteroide puede producir efectos tanto
sistémicos como locales. La inyección accidental de la suspensión en los tejidos blandos que rodean una
articulación puede llevar a la aparición de efectos sistémicos, y es la causa más común de la falta de los
efectos locales deseados.
Tras el tratamiento intraarticular esteroideo, se debe advertir a los pacientes que eviten la utilización
excesiva de las articulaciones en las que se han obtenido beneficios sintomáticos. Si no es así, puede
producirse un aumento en el deterioro de la articulación. Deben evitarse la distensión excesiva de la
cápsula articular y la deposición del esteroide en el trayecto de la aguja en la inyección intraarticular, ya
que pueden llevar a atrofia subcutánea.
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No deben inyectarse corticosteroides en articulaciones inestables. Las inyecciones intraarticulares repetidas
pueden provocar por sí mismas inestabilidad en la articulación. Se recomienda realizar un seguimiento con
rayos X en determinados casos, particularmente cuando se administren inyecciones repetidas. En raras
ocasiones se ha producido un aumento en el malestar articular. Un marcado aumento en el dolor
acompañado de hinchazón local, junto con restricción de la movilidad articular, fiebre y malestar, son
indicativos de una artritis séptica. Si aparecen estas complicaciones y se confirma el diagnóstico de artritis
séptica, se debe interrumpir la administración de triamcinolona acetónido, e instituir inmediatamente una
terapia antimicrobiana y continuarla de 7 a 10 días después de que todas las evidencias de infección hayan
desaparecido. Es necesario un examen adecuado de cualquier fluido articular presente para excluir un
proceso séptico. Por esta razón debe evitarse la inyección de un esteroide en una articulación previamente
infectada. La inyección repetida en tendones inflamados ha producido rotura del tendón. Por ello, también
debe evitarse.
Triamcinolona acetónido, al igual que otros potentes corticosteroides, sólo debe utilizarse bajo supervisión
médica. Triamcinolona acetónido puede causar elevación de la presión sanguínea, retención de sal y agua y
aumento en la excreción de potasio y calcio, haciendo necesarios una dieta restringida en sal y un aporte de
potasio. Si existe un trastorno renal con una velocidad de filtración renal fija o disminuida puede producirse
edema.
Durante la terapia prolongada, es esencial el aporte adecuado de proteínas para contrarrestar la tendencia
gradual a la pérdida de peso, a veces asociada con un balance negativo de nitrógeno, cansancio y debilidad
del músculo esquelético. También pueden darse irregularidades menstruales.
En el caso de úlceras pépticas, las recurrencias pueden ser desde asintomáticas hasta dar lugar a
perforaciones o hemorragias. El tratamiento a largo plazo con adrenocorticoides puede producir por sí
mismo hiperacidez o úlcera péptica. Aquellos pacientes en tratamiento prolongado con Trigon Depot y que
presenten antecedentes de úlcera péptica deben ser vigilados estrechamente, instaurando cuando se
considere oportuno el correspondiente tratamiento antiulceroso.
Es esencial la supervisión continua del paciente tras la interrupción del tratamiento con triamcinolona
acetónido, ya que puede darse una súbita reaparición de las manifestaciones graves de la enfermedad por la
que el paciente estaba siendo tratado.
Anfotericina B inyectable y agentes depleccionantes de potasio: se debe vigilar a los pacientes por
hipokalemia aditiva.
Anticoagulantes orales: los corticosteroides pueden potenciar o disminuir el efecto anticoagulante. Por esta
razón, los pacientes que reciben anticoagulantes orales y corticosteroides deben ser vigilados
estrechamente.
Hipoglucemiantes e insulina: los corticosteroides pueden aumentar los niveles de glucosa en sangre. Debe
realizarse un control del diabético, especialmente cuando se inicia, se interrumpe o se cambia la
dosificación del tratamiento con corticosteroides.
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Ciclosporina: cuando se utilizan concomitantemente, puede producirse un aumento en la actividad de
ambos, ciclosporina y corticosteroides.
Estrógenos, incluyendo anticonceptivos orales: la vida media y la concentración del corticosteroide pueden
aumentar y disminuir el aclaramiento.
Hormona del crecimiento humana (ej: somatrem): el estímulo del crecimiento promovido por somatrem
puede inhibirse.
Inhibidores de CYP 3A4: Triamcinolona acetónido es un sustrato del CYP3A4. Se espera que el
tratamiento concomitante con inhibidores de CYP3A, incluyendo medicamentos que contienen cobicistat,
aumente el riesgo de reacciones adversas sistémicas. Se debe evitar esa combinación, a menos que el
beneficio supere al riesgo aumentado de reacciones adversas sistemáticas relacionadas con los
corticosteroides, en cuyo caso los pacientes han de estar sometidos a segumiento para comprobar las
reacciones sistémicas de los corticosteroides.
Antiinflamatorios no esteroideos (AINES): los corticosteroides pueden aumentar la incidencia y/o gravedad
de la ulceración y de la hemorragia gastrointestinal asociadas a los AINES. Los corticosteroides pueden
también reducir los niveles séricos de salicilatos y, por tanto, disminuir su eficacia. Al contrario, la
interrupción del tratamiento con corticosteroides durante la terapia con dosis altas con salicilatos puede
llevar a toxicidad por salicilatos. Debe tenerse precaución en el uso conjunto de aspirina y corticosteroides
en pacientes con hipoprotrombinemia.
Vacunas: pueden producirse complicaciones neurológicas y falta de respuesta de los anticuerpos cuando los
pacientes en tratamiento con corticosteroides se vacunan (ver Precauciones).
Debe administrarse con extrema precaución junto con fenotiazinas, antidepresivos tricíclicos, terfenadina y
astemizol, vincamina, eritromicina IV, halofantrina, pentamidina y sultoprida.
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No se recomienda la asociación con medicamentos que produzcan alteraciones electrolíticas como
hipopotasemia (diuréticos eliminadores de potasio, anfotericina B IV y ciertos laxantes), hipomagnesemia e
hipocalcemia grave.
Los corticosteroides pueden afectar al test de infección bacteriana del nitroazul de tetrazolio, produciendo
resultados falsos-negativos.
La mayoría de los corticosteroides han demostrado ser teratogénicos en animales de laboratorio a dosis
bajas. Ya que no se han realizado estudios adecuados sobre reproducción humana con corticosteroides, el
uso de estos medicamentos en el embarazo y la lactancia, o en mujeres en edad fértil, sólo debe
considerarse si el potencial beneficio supera el posible riesgo para la madre y el embrión, el feto o el
lactante. Otros corticosteroides sistémicos han demostrado que aparecen en la leche materna y que
aumentan ligeramente (alrededor del 1%) el riesgo de paladar hendido en fetos humanos.
Los niños cuyas madres hayan recibido dosis elevadas de corticosteroides durante el embarazo deben ser
vigilados cuidadosamente para detectar la posible aparición de síntomas de supresión adrenal.
La frecuencia se define utilizando el siguiente criterio: frecuentes (> 1/100, < 1/10), poco frecuentes
(> 1/1.000, < 1/100), raras (> 1/10.000, < 1/1.000) y muy raras (< 1/10.000).
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Clasificación de órganos del sistema Frecuencia Término MedDRA
MedDRA
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Clasificación de órganos del sistema Frecuencia Término MedDRA
MedDRA
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Clasificación de órganos del sistema Frecuencia Término MedDRA
MedDRA
Es importante notificar sospechas de reacciones adversas al medicamento tras su autorización. Ello permite
una supervisión continuada de la relación beneficio/riesgo del medicamento. Se invita a los profesionales
sanitarios a notificar las sospechas de reacciones adversas a través del Sistema Español de
Farmacovigilancia de medicamentos de Uso Humano: https://www.notificaram.es.
4.9. Sobredosis
Crónica
Los síntomas de la sobredosis por glucocorticoides pueden incluir confusión, ansiedad, depresión,
calambres o hemorragias gastrointestinales, equimosis, cara de luna e hipertensión. Tras un tratamiento de
larga duración, una interrupción brusca puede provocar una insuficiencia adrenal aguda (que puede
aparecer también en períodos de estrés). Pueden resultar cambios cushingoides por la utilización
continuada de dosis altas.
Aguda
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No existe un tratamiento específico para la sobredosificación aguda, pero se debe instaurar la terapia de
soporte y, si existe hemorragia gastrointestinal, ésta debe ser controlada.
5. PROPIEDADES FARMACOLÓGICAS
Los efectos de los corticoides son numerosos y de amplio alcance. Influyen sobre el metabolismo de los
hidratos de carbono, las proteínas y los lípidos, sobre el equilibrio de los electrolitos y el agua y sobre las
funciones del aparato cardiovascular, riñón, músculo esquelético, sistema nervioso y otros órganos y
tejidos.
Los glucocorticoides biológicos (ej: hidrocortisona), con propiedades de retención de sal, se utilizan para el
tratamiento sustitutivo en estados de déficit adrenocortical. Sus análogos sintéticos, como triamcinolona,
son usados principalmente por sus potentes efectos antiinflamatorios en las alteraciones de numerosos
sistemas orgánicos. Los glucocorticoides producen importantes y variados efectos metabólicos. Además,
modifican la respuesta inmune a diversos estímulos.
Metabolismo de los hidratos de carbono y las proteínas: aún no se ha aclarado totalmente el mecanismo de
acción por el cual los glucocorticoides inhiben la utilización de la glucosa en los tejidos periféricos. Se
considera que los glucocorticoides han evolucionado para proteger las funciones cerebrales dependientes de
la glucosa, disminuyendo su utilización periférica y estimulando su almacenamiento como glucógeno.
Como resultado de su acción se ha demostrado una captación menor de glucosa en tejido adiposo, piel,
fibroblastos y timocitos.
Metabolismo de los lípidos: se han establecido dos efectos de los corticoesteroides sobre el metabolismo de
los lípidos. El primero es la notable redistribución de grasa que se produce en el hipercorticismo; el otro es
la facilitación del efecto de agentes adipoquinéticos para inducir la lipolisis de los triglicéridos del tejido
adiposo.
Equilibrio de electrolitos y agua: los corticoides actúan sobre los túbulos distales y colectores del riñón
induciendo la reabsorción de sodio presente en el líquido tubular que pasa así al plasma; incrementan la
excreción urinaria de potasio e hidrógeno. Estos tres efectos primarios junto con acciones similares sobre el
transporte de cationes en otros tejidos son responsables de todo el espectro de actividades fisiológicas y
farmacológicas típicas de estos fármacos. También reducen la absorción de calcio en el intestino y
aumentan su excreción renal, produciendo un equilibrio negativo de este catión.
Aparato cardiovascular: los efectos más llamativos de los corticosteroides sobre el aparato cardiovascular
son consecuencia de la excreción renal de sodio. Los corticosteroides ejercen acciones importantes sobre
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los diversos elementos del sistema circulatorio, incluyendo los capilares, las arteriolas y el miocardio. En
ausencia de corticosteroides existe una mayor permeabilidad capilar, una respuesta vasomotora inadecuada
de los pequeños vasos frente a las catecolaminas y una reducción del tamaño y gasto cardiaco.
Músculo esquelético: los glucocorticoides administrados durante períodos prolongados en dosis elevadas o
secretados en cantidades anormales en el síndrome de Cushing, tienden a la emanciación del músculo
esquelético mediante un mecanismo desconocido.
Sistema nervioso central: los corticosteroides afectan al sistema nervioso central en diversas formas
indirectas; en particular, mantienen concentraciones plasmáticas normales de glucosa, una circulación
adecuada y el equilibrio normal de los electrolitos del organismo. Puede observarse una influencia de estos
compuestos sobre el estado de ánimo, la conducta, el electroencefalograma y la excitabilidad cerebral.
Tras la administración de un glucocorticoide, los linfocitos T disminuyen proporcionalmente más que las
células B, alterándose el perfil de respuestas celulares de los linfocitos circulantes a diversos antígenos.
También son valiosos para el tratamiento de enfermedades que resultan de reacciones inmunes indeseables.
Estas enfermedades varían desde condiciones que son el resultado de la inmunidad humoral, como la
urticaria, hasta aquellas mediadas por mecanismos de inmunidad celular, como el rechazo de trasplantes de
órganos.
Acciones antiinflamatorias: los corticosteroides inhiben no sólo los fenómenos tempranos del proceso
inflamatorio (edema, depósito de fibrina, dilatación capilar, migración de leucocitos hacia el área inflamada
y actividad fagocitaria), sino también las manifestaciones tardías (proliferación de capilares y fibroblastos,
depósitos de colágeno y, aún más tarde, cicatrización). Si bien la supresión de las manifestaciones
inflamatorias mediadas por los corticosteroides puede ser de gran valor en ciertas circunstancias, en otras
puede llegar a ser perjudicial.
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En la supresión de la inflamación por los glucocorticoides están involucrados diversos mecanismos,
muchos de los cuales aún no han sido aclarados. Se ha demostrado que inhiben la capacidad de los
leucocitos y monocitos-macrófagos para elaborar diversas sustancias quimiotácticas, así como factores que
intervienen en la mayor permeabilidad capilar, la vasodilatación y la contracción de diversos músculos
lisos no vasculares.
Absorción: tras la administración IM la absorción de los ésteres liposolubles, acetato y acetónido, es más
lenta que la absorción de las sales hidrosolubles, fosfato y succinato sódico. La absorción sistémica se
realiza lentamente tras la administración intraarticular.
Distribución: los estudios en animales indican que la mayoría de los glucocorticoides se distribuyen
rápidamente a los músculos, el hígado, la piel, el intestino y los riñones. Los glucocorticoides varían en el
porcentaje de unión a proteínas plasmáticas. El cortisol se une ampliamente a la globulina fijadora de
corticosteroides y a la albúmina, y sólo del 5-10% queda libre y por tanto biológicamente activo.
Ya que sólo la fracción libre es farmacológicamente activa, los pacientes con concentraciones bajas de
albúmina sérica pueden ser más susceptibles a los efectos de los glucocorticoides que los pacientes con
concentraciones normales de albúmina.
Eliminación: los metabolitos inactivos se excretan principalmente por los riñones conjugados con ácido
glucurónico o con sulfato, pero también como metabolitos no conjugados. Pequeñas cantidades del fármaco
no metabolizado también se excretan con la orina. La excreción biliar y fecal carece de importancia.
Los estudios en animales han demostrado que los órganos diana de triamcinolona cuando se administran
dosis en exceso son las glándulas suprarrenales, el tracto gastrointestinal, la piel, el cristalino y el sistema
inmune.
Toxicidad aguda
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subcutánea, ratón: 132 mg/kg
intraperitoneal, ratón: 105 mg/kg
LC 50: no ensayada
Toxicidad crónica
Teratogénesis: triamcinolona acetónido fue teratogénica cuando se administró por inhalación durante los
días 6-15 de gestación con un aumento de las resorciones (0,08 mg/kg/día), una disminución del peso de
los fetos (0,04 mg/kg/día) y un aumento del número de crías con malformaciones (dosis de 0,02
mg/kg/día). En conejos expuestos durante los días 6-18 de gestación aumentaron las resorciones (0,16
mg/kg/día y dosis superiores) y se observó una baja incidencia de anormalidades en los fetos.
No existe una clara evidencia de efectos teratogénicos de los glucocorticoides en la mujer gestante con
dosis terapéuticas normales. En aquellos casos en los que se comunicó paladar hendido, la administración
de otros fármacos y enfermedades subyacentes pudieron haber contribuido al desarrollo de esta
malformación.
Efectos sobre la reproducción: en general, los estudios con glucocorticoides han demostrado una baja
incidencia de nacimientos con feto muerto. Sin embargo, en un estudio se comunicó una incidencia mayor.
Es posible que el uso de glucocorticoides contribuya a cierto retardo en el crecimiento fetal intrauterino.
6 . DATOS FARMACÉUTICOS
Alcohol bencílico
Carmelosa sódica
Polisorbato 80
Cloruro de sodio
Agua para preparaciones inyectables.
6.2. Incompatibilidades
No procede.
3 años.
Conservar por debajo de 30ºC. No refrigerar o congelar. Conservar en el embalaje original para protegerlo
de la luz.
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6.5. Naturaleza y contenido del envase
Envase con 1 ó 5 ampollas de vidrio tipo I, con 1 ml de suspensión acuosa inyectable conteniendo 40 mg
de triamcinolona acetónido.
La eliminación del medicamento no utilizado y de todos los materiales que hayan estado en contacto con él,
se realizará de acuerdo con la normativa local.
Instrucciones de uso/manipulación
SON OBLIGATORIAS LAS MÁS ESTRICTAS TÉCNICAS DE ASEPSIA. La ampolla debe agitarse
antes de usar para asegurar una suspensión uniforme. Antes de cargar la jeringa, inspeccionar la suspensión
para detectar una posible aglomeración o precipitación. Esto puede observarse tras una exposición a
temperatura de congelación, en cuyo caso el medicamento no debe ser utilizado. Una vez cargada la
jeringa, debe ser inyectada inmediatamente con el fin de evitar la sedimentación. La técnica de inyección
debe ser cuidadosa con el fin de evitar la posibilidad de penetrar un vaso sanguíneo o producir una
infección.
Administración sistémica
En los tratamientos sistémicos, la inyección debe ser intramuscular profunda en el músculo glúteo y no en
el área deltoide, ya que de lo contrario es probable que aparezca atrofia dérmica local.
En adultos se recomiendan agujas de longitud mínima 3,8 cm. Para pacientes obesos pueden ser necesarias
agujas de mayor longitud. Para inyecciones posteriores, alternar el punto de inyección.
Administración local
Para el tratamiento de las articulaciones, debe seguirse la técnica de inyección intraarticular estándar. En
caso de que exista un acumulo excesivo de líquido sinovial en la articulación, éste debe ser aspirado, en
parte pero no totalmente, para aliviar el dolor y evitar una indebida dilución del esteroide.
Para la administración intraarticular o intrasinovial y para la inyección en la cubierta del tendón, puede ser
aconsejable el uso de un anestésico local. Se deben tomar las precauciones adecuadas con este tipo de
inyección, particularmente en la región deltoide, y con la inyección en la cubierta del tendón para evitar
inyectar la suspensión en los tejidos circundantes, ya que en este caso puede producirse una atrofia tisular.
Seguridad en la manipulación
Debido a la alta potencia de este medicamento y a la posibilidad de absorción a través de la piel, las
personas que manipulen Trigon Depot deben evitar el contacto con la piel y los ojos, así como la inhalación
del medicamento.
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7. TITULAR DE LA AUTORIZACIÓN DE COMERCIALIZACIÓN
44.901.
05/2017
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