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Organismos Útiles y Nocivos para la Agricultura.

Agronomía

La Abeja.

Cassandra Núñez Molina


Daniela Hernández Pérez
José Emilio Jiménez Jacinto
José Luis Hernández Sosa
Contenido
La Abeja .............................................................................................................................................. 1
Descripción ......................................................................................................................................... 4
Ciclo Vital ............................................................................................................................................ 4

Navegación, comunicación, y búsqueda de comida. ........................................................................ 4

Haplodipoidía y la determinación del sexo ....................................................................................... 4

Eusocialidad ........................................................................................................................................ 4

Abejas solitarias y sociales ................................................................................................................. 4

Polinización ......................................................................................................................................... 4

Evolución ............................................................................................................................................. 4

Asociaciones con flores ...................................................................................................................... 4

Abejas nocturnas ................................................................................................................................ 4

Depredadores, parásitos y patógenos ............................................................................................... 4

Beneficios y aportes económicos de la producción de miel de abejas............................................. 4

Otros productos provenientes de las abejas ..................................................................................... 4

1
No se encuentran elementos de tabla de ilustraciones.

Cuadro 1 siembr5a por hectárea. ........................................................ ¡Error! Marcador no definido.

Figura 1.Perfil de suelos ....................................................................... ¡Error! Marcador no definido.

La Abeja.
Los antófilos (Anthophila, gr. ‘que aman las flores’), conocidos comúnmente
como abejas, son un clado de insectos himenópteros, sin ubicación en categoría
taxonómica, dentro de la superfamilia Apoidea. Se trata de un
linaje monofilético con más de 20 000 especies conocidas. Las abejas, al igual que
las hormigas, evolucionaron a partir de avispas. Los antepasados de las abejas eran
miembros de la familia Crabronidae y eran depredadores de insectos. Es posible
que las primeras abejas se hayan alimentado del polen que cubría a algunas de sus
presas y que, gradualmente, hayan empezado a alimentar a sus crías con polen en
vez de insectos.
Hay muchas más especies que aún no han sido descritas. Se las encuentra en todos
los continentes, excepto en la Antártida. Están en todos los hábitats donde
hay plantas con flores (magnoliofitas o angiospermas). Están adaptadas para
alimentarse de polen y néctar, usando el primero fundamentalmente como alimento
para las larvas y el segundo como material energético. La especie mejor conocida
por todos es la abeja doméstica (Apis mellifera), a veces simplemente llamada
“abeja”; esta especie es un insecto social que vive en enjambres formados por tres
clases de individuos: reina, obreras y zánganos; sin embargo, la mayoría de las
especies de abejas son solitarias, es decir, que no forman enjambres. Existe
también un número de especies semisociales, con capacidad de formar colonias;
por ejemplo, los abejorros. Estas colonias no llegan a ser tan grandes ni duraderas
como las de la abeja doméstica.

Osmia ribifloris.

Descripción
Piezas bucales de una abeja doméstica, labio y maxila

Vista frontal de la cabeza de un abejorro carpintero, mostrando las antenas, ojos


compuestos y ocelos, además de las setas sensoriales de las piezas bucales
Las abejas se distinguen de las avispas apoideas por las setas o pelos que cubren
su cuerpo que, en el caso de las abejas, son plumosas y ramificadas. Las hembras
de la mayoría de las abejas tienen órganos para transportar el polen,
llamados escopas o corbículas, generalmente en las patas posteriores o en la
región ventral del abdomen. También hay diferencias en la distribución de las venas
de las alas posteriores. En las hembras, la séptima lámina abdominal dorsal está
subdivida en dos.
En lo que se refiere al comportamiento, la característica dominante es que
coleccionan polen y néctar para alimentar a sus larvas y tienen adaptaciones
anatómicas y fisiológicas para realizar esta función. Algunas avispas, como
las avispas del polen, las Brachygastra y las avispas de camoatí también realizan
algunas de estas actividades. También hay especies de abejas que alimentan a sus
crías con carroña.
La abeja de la resina de Indonesia Megachile pluto es la especie de mayor tamaño.
Las hembras alcanzan 39 mm. La especie de menor tamaño debe ser una abeja sin
aguijón de la tribu Meliponini cuyas obreras son de 2 mm de longitud.
Una abeja tiene un par de ojos compuestos, que ocupan gran parte de la cabeza.
Entre ellos hay tres ocelos u ojos simples, cuya función es determinar la intensidad
de la luz. Las antenas tienen generalmente trece segmentos en el macho y
solamente doce en la hembra. Forman un codo, o sea que son geniculadas. Llevan
un gran número de órganos de los sentidos: quimiorreceptores, órganos del olfato
y el gusto. También pueden percibir los movimientos del aire, lo cual les permite
escuchar algunos sonidos de baja frecuencia. Las piezas bucales son chupadoras,
masticadoras. La larga lengua o proboscis (compuesta de varias partes) les permite
libar el néctar y las mandíbulas sirven para triturar.
El tórax tiene tres segmentos, cada uno con un par de patas. Además el segundo y
tercer segmento tienen un par de alas cada uno. Las patas delanteras de las abejas
corbiculadas tienen peines para limpiar las antenas. Las patas posteriores de las
hembras de muchas especies llevan cepillos o canastas para transportar el polen.
Las alas se mueven en forma sincronizada durante el vuelo. Las alas anteriores y
las posteriores se conectan por medio de una serie de ganchitos en el borde
posterior del ala anterior y surcos en el ala posterior.
Al igual que en otros himenópteros apócritos el abdomen está muy modificado; el
primer segmento está fusionado con el segmento final del tórax y se
llama propodeo. En las hembras los últimos segmentos están modificados en
un aguijón. En la abeja doméstica el abdomen tiene siete segmentos.

Nido de Osmia rufa


Ciclo vital
Nido de Abejorro
El ciclo vital de las abejas, ya sea de las especies solitarias o sociales consiste de
varias etapas, comenzando por el huevo. La larva carece de patas y pasa por varias
mudas. Cuando llega al tamaño final se convierte en pupa. Durante este período
tiene lugar la metamorfosis. El adulto alado emerge de la pupa. La mayoría de las
abejas solitarias y semi sociales de climas templados pasan el invierno en el estadio
adulto o el de pupa y emergen en la primavera, cuando numerosas plantas están
floreciendo. Generalmente, los machos emergen primero y proceden a buscar
hembras con quien aparearse. En el caso de los abejorros y algunas otras especies
sólo las hembras apareadas pasan el invierno. Los machos de la generación
anterior todos mueren a la llegada del invierno.
El sexo de las abejas es determinado por el sistema de haplodiploidía en que los
huevos fertilizados son hembras y los no fertilizados son machos. Después del
apareamiento la hembra almacena el esperma y puede controlar qué huevos son
fecundados o no. Las abejas tropicales pueden tener varias generaciones al año y
no pasar por diapausa, como lo hacen la mayoría de las especies de abejas de otros
climas.

Panal de abejas domésticas con huevos y larvas en las celdillas


El huevo es generalmente oblongo, ligeramente curvado y con un extremo más
afilado que el otro. En el caso de abejas solitarias cada huevo es depositado en una
celdilla que ha sido provisionada con una mezcla de polen y néctar. En las abejas
sociales hay alimentación progresiva, es decir que la larva sigue recibiendo alimento
durante su desarrollo. El nido puede ser un agujero en el suelo o en madera en las
abejas solitarias o tener una estructura compleja con panales como los de los
abejorros, abejas sin aguijón y abejas domésticas.
Las larvas generalmente tienen la apariencia de gusanillos blanquecinos
ligeramente ovales, con quince segmentos y con espiráculos para la respiración en
cada segmento. Carecen de patas pero pueden moverse dentro de la celdilla
haciendo uso de tubérculos en sus costados. Tienen pequeños cuernos en la
cabeza que representan las futuras antenas, mandíbulas para masticar la comida y
un apéndice a cada lado de la boca terminado en una cerda. Detrás de la boca hay
una glándula que secreta un líquido viscoso que se solidifica en forma de seda, la
cual les sirve para construir un capullo. La pupa es visible a través del capullo
semitransparente. En algunas especies el adulto emerge pocos días después,
habiendo completado la metamorfosis. A ese punto se abre la cutícula que lo cubre
y el adulto alado emerge dejando atrás la exuvia. En otras especies el adulto recién
emerge la primavera siguiente después de hibernar sin haber completado la
metamorfosis (ejemplo, Megachilidae).
Navegación, comunicación, y búsqueda de comida.

Karl von Frisch (1953) descubrió que las obreras de la abeja doméstica pueden usar
navegación e indican la localización de comida a sus compañeras por medio de
la danza de la abeja
El etólogo Karl von Frisch estudió la navegación de la abeja doméstica. Demostró
que las abejas se comunican por medio de la danza de la abeja, en que una obrera
indica la ubicación de una fuente de alimentos. Demostró que las abejas pueden
orientarse en tres formas diferentes: por medio del sol, por la polarización de los
rayos de luz y por el campo magnético de la tierra. Demostró que prefieren la
información suministrada por el sol. Recurren a los otros mecanismos cuando el
cielo está nublado. La danza adquiere dos formas: una circular, si la fuente de
alimentación se encuentra a menos de cincuenta metros, y otra en forma de ocho,
que indica la dirección si el alimento se halla más lejos.
Haplodipoidía y la determinación del sexo
Las abejas, al igual que otros himenópteros tienen un sistema de determinación del
sexo, llamado haplodipoidía, en que los machos son haploides y las
hembras diploides. Esta situación hace que las hembras hijas de una misma madre
compartan una mayor proporción de genes que en otras situaciones. Esto
predispone a la socialidad en que los miembros de un mismo nido se benefician
genéticamente de la ayuda mutua más que si compartieran una proporción menor
de genes.
En las especies haplodiploides, las hembras se desarrollan de huevos fertilizados o
diploides y los machos de huevos haploides (con una sola copia de cada gen). Las
hijas comparten el 100% de los genes del padre y 50% de la madre. Así es que las
hermanas comparten el 75% de sus genes. Es esta relación genética más cercana
que en otros casos que predispone a la eusocialidad. Las obreras no se reproducen
pero pasan sus genes a la siguiente generación cuando ayudan a criar a sus
hermanas. La eusocialidad ha surgido independientemente por lo menos nueve
veces en Hymenoptera.
Hay excepciones, las termitas son eusociales pero no haplodiploides y muchas
especies de abejas carecen de socialidad aunque tengan el sistema haplodiploide.
Además en el caso en que una reina se aparea con varios machos, las hijas de
diferentes padres comparten solamente el 25% de sus genes.20 En conclusión la
haplodiploidía no es ni necesaria ni suficiente para conducir a la eusocialidad.
Eusocialidad

Un enjambre de abejas melíferas en un árbol caído


Las abejas pueden ser solitarias o vivir en varios tipos de comunidades. Diversos
tipos y grados de socialidad parecen haber evolucionado repetida e
independientemente en distintos grupos de abejas. El tipo más avanzado de
colonias es el caso de eusocialidad que se caracteriza por tener cuidado cooperativo
de la cría y división del trabajo entre individuos reproductores y no reproductores,
más superposición de generaciones.
Aproximadamente: 75% de las especies son solitarias, 15% parasíticas (incluyendo
cleptoparásitas, ladronas y parásitas sociales) y 10% son sociales (incluyendo
eusociales).
La división del trabajo crea grupos especializados dentro de la sociedad eusocial
llamados castas. En algunas especies, los grupos de hembras que cohabitan son
hermanas y si hay división del trabajo dentro del grupo, son consideradas
semisociales. El grupo es llamado eusocial, si además de esto, consiste de una
madre y sus hijas, las obreras. Cuando la única diferencia entre las castas es de
comportamiento como en algunas avispas polistinas, la sociedad es considerada
eusocial primitiva. Si además hay diferencias morfológicas entre las castas el
sistema es considerado altamente eusocial.
Las verdaderas abejas melíferas (género Apis, con siete especies reconocidas
actualmente, son de alta eusocialidad. Son algunos de los insectos más conocidos.
Sus colonias se establecen por medio de enjambres que consisten de una reina y
centenares de obreras. Hay 29 subespecies de Apis mellifera nativas de Europa, el
Medio Oriente y África.
Los meliponinos o abejas sin aguijón son eusociales. Almacenan alimentos,
construyen nidos complejos y tienen colonies permanentes establecidas por medio
de enjambres.

Un abejorro con polen en su corbícula


Los abejorros son eusociales, en forma semejante a las avispas Vespidae (Vespa).
No forman enjambres sino que la reina fertilizada inicia una colonia en la primavera.
Los nidos pueden llegar a tener entre 50 y 200 (o más) abejas al final del verano.
La estructura de los nidos es relativamente simple. Suelen usar una cavidad
preexistente y generalmente las colonias no duran más de un año. En 2011,
La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN o IUCN en
inglés) creó un grupo especialista del abejorro usando el criterio de la Lista Roja de
la UICN.
Las especies primitivamente eusociales son más comunes que las eusociales pero
son menos estudiadas. La mayoría pertenecen a la familia Halictidae. Las colonias
son pequeñas, a lo sumo con una docena de trabajadoras. La reina y las obreras
pueden o no diferir en tamaño. La mayoría tienen una sola colonia por año, aun en
los trópicos. Solamente las hembras apareadas pasan el invierno. Unas pocas
especies llegan a tener colonias de varios centenares, como Halictus hesperus.
Algunas especies son eusociales en parte de su área de distribución pero no en
otras, o tienen una mezcla de nidos sociales y solitarios en la misma población.
Las abejas de las orquídeas (tribu Euglossini de la familia Apidae) incluyen especies
primitivamente eusociales. Algunas abejas Allodapini (de la
subfamilia Xyloxocopinae) también forman colonias primitivamente eusociales.
Alimentan a las larvas en forma progresiva como las abejas melíferas y los
abejorros.
Abejas solitarias y sociales.

Una abeja megaquílida cortadora de hojas, Megachile rotundatacortando círculos


de hojas de acacia
Muchas especies de abejas, incluyendo algunas familiares como los abejorros
carpinteros, las abejas cortadoras de hojas y las abejas albañiles, son solitarias en
el sentido que cada hembra es fértil y generalmente habita un nido construido por
ella. No hay división del trabajo, o sea que no hay reinas y obreras. Las abejas
solitarias no producen miel ni cera.
Colectan polen para provisionar sus nidos. A menudo lo mezclan con néctar y
forman una masa de consistencia pastosa. La mayoría de las abejas solitarias
tienen equipo para transportar polen en sus cuerpos (escopa). Las de la
familia Colletidae transportan polen en su aparato digestivo. Unas pocas especies
solitarias se usan para la polinización comercial, por ejemplo las abejas de la
alfalfa y varias especies de abejas albañiles (Osmia spp.).

Abeja solitaria, Anthidium florentinum (familia Megachilidae), visitando Lantana


Abeja albañil Osmia cornifrons en un nido artificial. Estos nidos a menudo se
venden.
La mayoría de las abejas solitarias hacen sus nidos en el suelo. Hacen uso de una
variedad de texturas y condiciones. Otras abejas aprovechan los cavidades de tallos
huecos, tales como juncos. Por lo general la hembra crea compartimientos
separados, llamados celdillas. Deposita un huevo en cada celdilla después de
aprovisionarla con una mezcla de polen y néctar y su propia saliva. Cuando
completa el nido lo cierra con algo de barro. Generalmente las primeras celdillas
contienen hembras y las últimas, que se encuentran más cerca de la entrada al nido,
contienen machos. Así, en la siguiente primavera, los machos emergen primero y
están listos para buscar hembras y aparearse, cuando les toca el turno a ellas. Los
adultos no proporcionan cuidado maternal a la cría fuera de suministrarles una
provisión de alimentos. Raramente pican y si lo hacen es sólo en defensa propia y
su veneno es muy suave.

Nido de Andrena fulva


Si bien las abejas solitarias construyen nidos individuales, algunas especies como
la abeja albañil europea Hoplitis anthocopoides, y Amegilla dawsoni, 38 son
gregarias construyendo sus nidos cerca de otros de la misma especie. En algunas
especies, varias abejas comparten la misma entrada, pero cada una cuida sus
propia sección del nido y sus propias crías. Este tipo de agrupaciones se llama
comunal y ocurre con cierta frecuencia. Su principal ventaja es que debe ser más
fácil proteger una sola entrada contra depredadores y parásitos.
Todas las abejas parásitas son solitarias. Algunas parasitan a otras abejas solitarias
y las que parasitan abejas sociales (como los abejorros del subgénero Psithyrus) no
necesitan obreras sino que usurpan los nidos de otras especies .
Polinización

Escopa en la pata trasera de abeja Halicitidae

Corbícula en la pata trasera de abejorro


Las abejas son los polinizadores más importantes de las plantas con flores
o magnoliófitas. Se calcula que la tercera parte de los alimentos humanos son
polinizados por insectos, fundamentalmente abejas.
La mayoría de las abejas son de cuerpo velludo con pelos plumosos; llevan una
carga electrostática. Todo esto ayuda a que el polen se adhiera a su cuerpo. Con
sus patas transfieren el polen a las canastas de polen que pueden ser de dos
tipos: escopas o corbículas. Algunas especies de abejas son muy especializadas y
colectan polen de unas pocas especies de plantas, otras son generalistas y visitan
muchos tipos de flores diferentes. Pero en general visitan flores de una sola especie
por un período de tiempo antes de ir a otra especie, lo cual es beneficioso para las
plantas que requieren polen de la misma especie para su fecundación. La abeja
posee dos antenas (órganos del olfato), que le sirven para localizar las flores, y dos
pares de alas, muy delgadas, que permiten a algunas especies, largos vuelos de
hasta 12 km.
Evolución
Melittosphex burmensis
La abeja fósil más antigua conocida (encontrada en ámbar de Birmania y descrita
en 2006) pertenece al Cretácico temprano, presenta caracteres muy primitivos que
la relacionan con las avispas. Se la denominó Melittosphex burmensis y se calcula
que su edad es de alrededor de 100 millones de años. Tiene caracteres
especializados, apomorfias, típicos de Anthophila o sea de abejas, pero además
conserva dos caracteres ancestrales o plesiomorfias de las patas (dos espolones
tibiales y un basitarso delgado), estos son caracteres de transición entre las abejas
y otros grupos de himenópteros. Otra abeja fósil descubierta en ámbar
es Cretotrigona prisca de Nueva Jersey, Estados Unidos; su edad se calcula entre
65 y 75 millones de años, a fines del Cretácico o sea alrededor de 30 millones de
años más reciente que Melittosphex burmensis. Es un miembro de la
subfamilia Meliponinae en la familia Apidae y es considerada una especie más
avanzada evolutivamente.
Los primeros polinizadores no fueron abejas sino escarabajos y/o moscas, es decir
que el síndrome floral de polinización por insectos ya estaba bien establecido
cuando aparecieron las abejas. Lo importante de estas es que desarrollaron
especializaciones o adaptaciones a esta función lo que las llevaron a ser los
polinizadores más eficientes de las flores. Es posible que la aparición de estas
adaptaciones haya motivado o contribuido a la radiación adaptativa de las plantas
con flores (Magnoliophyta), contribuyendo a su vez al aumento de
la biodiversidad de las abejas.
De los grupos vivientes se considera que Melittidae es el más primitivo y que es el
taxón hermano de todas las otras abejas. Anteriormente se creía que Colletidae era
el grupo basal por tener una lengua corta, considerada primitiva por ser similar a la
de las avispas, pero hoy en día se piensa que se trata de evolución convergente y
no una condición plesiomórfica.
Asociaciones con flores
La mayoría de las abejas son polilécticas (generalistas) que cosechan polen de una
variedad de plantas. Sin embargo, algunas son oligolécticas (especialistas), que
sólo recogen polen de unas pocas especies de plantas relacionadas, generalmente
dentro de una misma familia. Los polinizadores especialistas también incluyen
algunos que cosechan aceites florales en vez o además de polen, también los
machos de las abejas de las orquídeas que coleccionan productos aromáticos de
las orquídeas (uno de los pocos casos en que las abejas machos son eficientes
polinizadores). También son capaces de identificar los diseños ultravioletas o los
aromas de ciertas flores e incluso los campos electromagnéticos. Una vez que la
abeja llega a la flor hace uso de la calidad del néctar y del sabor del polen para
decidir si sigue visitando ese tipo de flores.
En raros casos una especie de plantas es polinizada efectivamente por una sola
especie de abejas. Algunas especies de plantas están en peligro de extinción, al
menos en parte, porque su polinizador también se encuentra en peligro. Sin
embargo, existe una marcada tendencia de que las abejas oligolécticas estén
asociadas con plantas comunes de amplia distribución que son visitadas por una
variedad de polinizadores. Por ejemplo hay alrededor de cuarenta oligolelos
asociados al arbusto de la creosota (Larrea tridentata) en las zonas áridas del
suroeste de Estados Unidos.
Mimetismo y modelos

Orquídea de las abejas atrae a una abeja macho que intenta aparearse con la flor.
La mosca Bombylius major, un mímico batesiano de las abejas tomando néctar de
una flor.
Muchas abejas tienen coloración aposemática (que anuncia a sus enemigos que les
puede causar daño con su picadura). Generalmente son colores brillantes como
naranja y negro. Estos insectos sirven de modelos de mimetismo batesiano para
insectos que carecen de esas defensas y no pican pero que recurren al engaño para
protegerse de sus depredadores. Algunas moscas de las
familias Syrphidae, Asilidae, Tabanidae, Oestridae y Bombyliidae, que eson
frecuentes visitantes de las flores, obtienen protección de esta manera.
Las abejas mismas son mímicos müllerianos de otros insectos aposemáticos con
colores semejantes, por ejemplo avispas, escarabajos de la familia Lycidae y
algunas mariposas y polillas (Lepidoptera) que tienen un sabor desagradable. Este
sabor es adquirido generalmente de las plantas de que se alimentan. El mimetismo
mülleriano beneficia a todos los miembros del grupo gracias a la reducción de
depredación.
Algunas plantas mimetizan a las abejas. Tal es el caso de la orquídea abeja que
imita el olor y la apariencia de la hembra de ciertas especies de abejas. El macho
trata de aparearse con la flor (pseudocopulación) y al hacerlo repetidamente
transporta las polinias de una orquídea a otra.
Parásitos de puesta

Bombus vestalis, un parásito de puesta del abejorro Bombus terrestris


Algunas especies de varias familias de abejas son parásitos de puesta o de nido.
Un ejemplo es la subfamilia Nomadinae de la familia Apidae y el
subgénero Psithyrus del género Bombus. Las hembras de estas especies carecen
del equipo colector de polen (escopa o corbícula) y no construyen sus propios nidos.
Por lo común, entran en el nido de la especie huésped y depositan un huevo en una
celdilla. La así llamada abeja cuco se alimenta del alimento almacenado y a veces
también de la larva del huésped. El abejorro del Ártico, Bombus hyperboreus, es
una especie agresiva que ataca y esclaviza a otros abejorros del mismo subgénero.
A diferencia de la mayoría de los parásitos de puesta, tiene equipo para colectar
polen y a veces efectúa esta actividad.
Abejas nocturnas
Cuatro familias de abejas (Apidae, Andrenidae, Colletidae y Halictidae) contienen
algunas especies que son crepusculares o nocturnas, es decir que son activas entre
la puesta del sol y el amanecer. La mayoría son tropicales o subtropicales, pero
también algunas se encuentran en regiones áridas en latitudes más altas. Estas
abejas tienen ocelos de gran tamaño, sumamente sensibles a la luz de baja
intensidad, pero incapaces de ver imágenes. Los ojos compuestos también están
adaptados a la luz escasa. Su capacidad de vuelo nocturno les permite evitar
algunos depredadores y les da acceso a flores que producen néctar sólo de noche
o principalmente de noche.
Depredadores, parásitos y patógenos

El abejaruco, Merops apiaster, se especializa en comer abejas; un macho atrapa


un regalo nupcial para su pareja.
Las aves depredadoras de las abejas incluyen a los abejarucos, los alcaudones o
verdugos y los papamoscas. Estas aves hacen vuelos cortos y ataques rápidos
atrapando insectos en vuelo. Los vencejos y las golondrinas también atrapan
insectos en vuelo pero hacen vuelos más prolongados. El ave de presa Pernis ataca
los nidos de abejas y se alimenta de las larvas.
El indicador grande mantiene una relación con los humanos; los guía hasta los nidos
o colmenas de abejas silvestres. Recibe como recompensa los restos de lo que
coleccionan los humanos, incluyendo la cera, las larvas y huevos.
Entre los mamíferos depredadores de abejas se cuentan el oso, el tejón que
escarba los nidos de abejorros y come las larvas y el alimento almacenado,
el zorrillo, el topo, el zorro, ratones y otros roedores.
e
Lobo de las abejas Philanthus triangulum paralizando una abeja con su picadura
Entre los invertebrados están las arañas cangrejo, que se esconden en las flores al
acecho de los visitantes, incluyendo abejas. Las chinches asesinas de la
familia Reduviidae (Phymatinae) y los mántidos tienen una estrategia similar.
Los lobos de las abejas son avispas que atacan a las abejas. Otros insectos que
se alimentan de abejas son las moscas asílidas y las libélulas.
Muchas especies de ácaros atacan a las abejas incluyendo a la abeja doméstica.
El ácaro Varroa es un parásito de la abeja doméstica que causa serios problemas
a las colmenas. Sin embargo, hay casos de relaciones mutualistas entre abejas y
ácaros, que se alimentan de desechos y otros parásitos de los nidos de abejas.

Tabla 1Galeria

Abeja (Apis mellifera) polinizando una


flor de azahar

Abeja (Apis mellifera) polinizando una


flor de azahar

Abejorro (Bombus sp.) sobre


una Echinacea sp.
Abeja Andrena macho

AugochloropsisPensilvania

Abejorro, (Bombus sp.) Montreal

Megachilidae en girasol, Pensilvania

Abejorro carpintero, Xylocopa,


Pensilvania

Abeja parásita Nomadinae Pensilvania

Abeja Andrenidae, Nueva York

LasioglossumPensilvania
Osmia cornifronsPensilvania

Abejas Euglossini en
orquídea Mormodesbuccinator (Surinam)

Beneficios y aportes económicos de la producción de miel de abejas

La apicultura es el cuidado de las colmenas de abejas melíferas para la polinización


de las cosechas, y la obtención de miel y otros productos. Se trata de una actividad
muy antigua y extendida, que se cree tuvo su origen en Oriente Próximo. Hace
varios miles de años, los antiguos egipcios ya criaban abejas y comerciaban con la
miel y la cera a lo largo de la costa este de África. Hasta 1851, los apicultores
cosechaban la miel y la cera matando a las colonias de abejas. Ese año, el
estadounidense Lorenzo Lorraine Langstroth descubrió el principio del espacio en
las abejas: éstas dejan un espacio de unos 6 mm entre los panales de cera; si se
respeta esta distancia entre los marcos adyacentes de las colmenas artificiales, y
entre éstos y las paredes de las mismas, los panales no se adherirán a los vecinos.
El descubrimiento de Langstroth permitió recoger la miel y la cera de los panales de
forma individual sin destruir la colonia. También hizo posible el control de las
enfermedades y el mantenimiento de un número mayor de colonias.

Los productos de la colmena son muy beneficiosos y estimulantes para los


productores, cuando se obtienen de flores específicas, siendo estas flores de miel
más dulces y transparentes, tienen un alto valor en el mercado internacional, por
tanto debe tener un impacto en la calidad de estas producciones.

Otros productos provenientes de las abejas


Además de la miel y la cera, las abejas elaboran un buen número de productos,
apetecidos por el mercado. Entre ellos tenemos el polen, el propóleos y la jalea
real.

El Polen

El polen tiene valor como alimento saludable; algunas poblaciones creen que puede
ayudar a combatir las alergias. Contiene el 30% de proteínas, el 30% de
carbohidratos, el 5% de grasas y muchos elementos menores, revelándose
potencialmente como una fuente útil de nutrición. El polen se recolecta fácilmente
por medio de las trampas colocadas en la entrada de las colmenas. Cuando las
abejas pasan a través de la malla los gránulos que contienen en las cestas de polen
de sus piernas traseras caen en un contenedor, del cual se recoge. El precio del
polen es alto en Europa y en el Asia oriental.

FIGURA 15: Polen listo para ser recogido.


El propóleos

Las abejas melíferas recogen la resina y la goma de las partes deterioradas de las
plantas. Esta sustancia pegajosa, generalmente de color marrón, se llama
propóleos. Al igual que la miel, cambia su composición de acuerdo a las plantas que
las abejas visitan. Las abejas usan el propóleos para mantener sus nidos secos,
protegidos de las corrientes de aire, seguros y limpios. El propóleos es utilizado para
tapar todas las hendiduras donde podrían desarrollarse micro-organismos, y su
aceite volátil es una especie de desodorante antiséptico. Las abejas utilizan el
propóleos:

 como material de construcción para regular el tamaño de las entradas de los


nidos y para hacer la superficie más lisa, facilitando su tránsito;
 para barnizar el interior de los alvéolos antes de que la reina ponga los
huevos, garantizando una ubicación higiénica, fuerte e impermeable para el
desarrollo de la larva;
 para embalsamar los cuerpos de ratones y otros depredadores demasiado
grandes, que las abejas no pueden alejar de sus nidos y que al
descomponerse son una fuente de infecciones.
La Apis florea, una de las especies de abejas melíferas asiáticas, usa anillos de
propóleos como una banda de grasa para cubrir la rama en la cual han construido
su panal como protección contra depredadores. El propóleos es usado ampliamente
como medicina, ha sido científicamente comprobado que elimina las bacterias.
Disolviéndolo en alcohol se produce una tintura con excelentes propieda- des
medicinales. Pueden ser fuentes útiles de ingresos: su precio mundial actual ronda
los 10 dólares EE.UU. al Kg. Para los apicultores, de las áreas remotas, el acceso
al mercado es más problemático que la producción misma de propóleos.

La Jalea Real

La jalea real es el alimento que las abejas obreras dan a las larvas recién nacidas.
Contiene las hormonas para el crecimiento de muchos insectos y es de gran valor
como medicina, tónico o afrodisíaco en muchas partes del mundo. La jalea real tiene
muchos elementos diferentes incluyendo proteínas, azúcares, grasas, minerales y
vitaminas.

FIGURA 16: Desde 1970 la jalea real producida por las abejas melíferas
europeas ha sido un producto de exportación para los apicultores de
Tailandia.

En condiciones naturales, una larva destinada a ser reina se desarrolla en un alvéolo


más grande, al interno del cual las abejas obreras depositan grandes cantidades de
jalea real. Las colonias de abejas melíferas pueden ser manipuladas por los
apicultores para que produzcan grandes cantidades de reinas, tal vez 50 o más,
específicamente para la cosecha de la jalea real. Las abejas obreras producen
grandes cantidades de jalea real - para lograrlo la colonia exige mayores cantidades
de azúcar - y la depositan en los alvéolos de las futuras reinas para su alimentación.
En vez de dejarlas que se desarrollen y conviertan en reinas, los apicultores las
quitan y cosechan la jalea real.

La cosecha de la jalea real y su ulterior transformación y envase requieren técnicas


hábiles y tecnologías sofisticadas de manipulación de las colonias de abejas. La
jalea real se deteriora rápidamente después de su cosecha y tiene que ser
congelada o liofilizada para su conservación, almacenamiento, transporte y
comercialización.

Los principales países que producen la jalea real a escala comercial son la China,
Taiwán y Tailandia. El principal mercado para la jalea real es el Japón, aunque otros
países industrializados

Bibliografía

https://www.gestiopolis.com/beneficios-aportes-economicos-produccion-miel-
abejas/

http://www.fao.org/3/y5110s/y5110s08.htm

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