Como Orar
Como Orar
Como Orar
Cómo orar a Dios es un tema muy importante para todos los cristianos.
La oración a menudo es ignorada por nosotros en nuestra vida diaria.
Muchas veces, oramos ante Dios de manera superficial, simplemente
pasando por las formalidades. Nunca hemos presentado nuestros
corazones ante Dios para tener oraciones verdaderas, y simplemente
nos apresuramos a ir ante Él para orar y admirarlo cuando nos
encontramos con algunos problemas. Es por esa actitud que no
sabemos cómo orar a Dios, incluso si hemos creído en Él por muchos
años. Hoy, compartamos cómo orar a Dios juntos.
Tal vez la principal razón por la que orar en el Espíritu es vinculado con las lenguas, se
encuentra en 1 Corintios 14:15. En el contexto de la discusión sobre el don de lenguas,
Pablo menciona “oraré con el espíritu.” 1 Corintios capítulo 14 repetidamente establece
que cuando una persona habla en lenguas, mientras que ella no sabe lo que está
diciendo, puesto que está hablando en un lenguaje que no conoce, nadie puede
entender lo que está diciendo… a menos que alguien interprete por él. En Efesios 6:18,
Pablo nos instruye y dice, “Orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el
Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos.” ¿Cómo
debemos orar con toda perseverancia y súplica, y por los santos, si nadie entiende lo que
se dice? Por tanto, orar en el Espíritu debe ser entendido como orando en el poder del
Espíritu, y de acuerdo a Su voluntad, no como orando en lenguas.
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Capítulo 3
Poder en La Oración Por Medio De Orar En El Espíritu
Introducción
"…el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir
como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por
nosotros con gemidos indecibles" (Ro 8:26).
1. La Oración Contemplativa
Algunas órdenes religiosas han dado toda su vida a la oración. Son
devotos a conocer de Dios y se relacionan a su voluntad a través de
meditación, pensamientos contemplativos y oración.
2. Libros De Oración
Muchos leen sus oraciones de "libros". Tenemos un libro de oración en la
Biblia; se llama el Libro de los Salmos. Cuando tales oraciones son
leídas con un corazón que realmente busca agradar a Dios, el Espíritu
Santo puede producir la vida de la Palabra Viviente en la Palabra Escrita.
3. Oraciones Dirigidas
Otros repiten "las oraciones dirigidas". La mayoría de nosotros hemos
tenido la ayuda de alguien para dirigirnos en nuestra primera oración. Los
niños son enseñados a orar por sus padres. A menudo guiamos a las
personas a decir "la oración del pecador".
- "No, creo que no estoy listo para hacer tal decisión", fue la respuesta
del visitante. El joven le preguntó: "¿Sabría usted qué orar cuando esté
listo?"
- "No, creo que no lo sabría" - fue la respuesta honesta del visitante. -
"¿Querría saberlo?" - "¡Sí! Creo que querría."
Sí, Dios honra toda clase de oración si somos sinceros y lo hacemos con
fe. Sin embargo, tan maravilloso como pueda ser esto, no es como "orar
en el Espíritu".
4. Lista De Oraciones
Otra forma de oración es la que algunos llaman la técnica de la "lista de
oraciones". Algunos de nosotros tenemos una lista de necesidades y
deseos que llevamos ante Dios en oración. Las escribimos con el fin de
no olvidarnos de seguir orando hasta que recibamos la respuesta de
Dios.
De hecho, Santiago 4:2 nos dice que algunas veces "…no tenéis lo que
deseáis, porque no pedís".
2. Orando Impropiamente
Uno de los juicios mayores o terribles que Dios puede enviar sobre
nosotros, es concedernos lo que egoístamente insistimos que nos dé en
oración. Si nuestras oraciones emergen del motivo erróneo, puede que Él
retenga la respuesta por un tiempo. Ahora, si seguimos insistiendo que
nos otorgue lo que es impropio en oración, puede que nos lo conceda,
sin embargo, con tal respuesta viene el juicio.
El Salmo 106:15 dice lo siguiente acerca de los hijos de Israel: "Y Él les
dio lo que pidieron; mas envió mortandad sobre ellos".
Los israelitas se cansaron de la dieta diaria del maná (pan del Cielo). Así
que, le pidieron a Dios que le enviara "carne" que comer. "…Se
entregaron a un deseo desordenado en el desierto; y tentaron a Dios en
la soledad" (Sal 106:14).
Finalmente Dios les concedió lo que le pidieron, pero con la respuesta les
envió una plaga de muerte sobre sus cuerpos. El orar impropiamente o
para satisfacer las pasiones [deseos] de la carne, ciertamente puede
resultar en algo trágico para nuestras vidas.
3. Los Motivos Y Actitudes Equivocadas
Podemos hacer mal uso o abusar de los dones de Dios. La historia del
Profeta Balaam es un buen ejemplo del abuso de un don espiritual (Nm
22-24).
Balaam tenía un Don genuino de Profecía. Sus profecías son las más
elocuentes en toda la Biblia. Ninguna de ellas dejó de cumplirse. El
problema de Balaam no radicaba en su don o ministerio, sino más bien
en sus motivos. Él usó su don para ganar fama y fortuna para sí mismo.
La Biblia nos dice las razones de Dios para engañar a Sus sirvientes
desobedientes. "Por esto Dios le envía un poder engañoso, para que
crean la mentira, a fin de que sean condenados todos los que no
creyeron a la verdad, sino que se complacieron en la injusticia" (2 Ts
2:11, 12).
"Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué
hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo
intercede por nosotros con gemidos indecibles. Mas el que escudriña los
corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la
voluntad de Dios intercede por los santos" (Ro 8:26, 27).
Algunas veces los problemas son tan grandes y las vidas de las
personas están tan atadas, que no sabemos de qué manera podemos
ayudarlas.
Muy a menudo, podemos ver que las vidas de las personas son como
redes que se han enredado de tal manera, que parecen una envoltura o
lío grande. No sabemos dónde comenzar para tratar de desenredarlas.
Queremos hacer lo correcto, de la manera correcta, con la gente
correcta, en los lugares correctos y por las razones correctas. Pero
¿dónde comenzamos?
¡Qué consuelo es entender que el Espíritu Santo nos conoce mejor que
nosotros mismos! Él sabe quienes somos, donde estamos y como
estamos. Él también conoce la voluntad y respuesta del Padre para cada
necesidad. Su sabiduría y poder, sustituyen nuestra falta de sabiduría. El
Espíritu Santo sustituye nuestras debilidades y deficiencias en la oración.
Y más que eso, está presto para poner las palabras que oramos en
nuestros labios según la voluntad de Dios. ¿Cómo sucede eso? Eso
sucede cuando "oramos en el Espíritu".
1. Orando En El Espíritu
La frase anterior, es usada en el Nuevo Testamento, para describir una
clase de oración que sobrepasa las limitaciones de nuestro intelecto y
conocimientos.
En Efesios 6:18, Pablo nos dice que entremos a la guerra contra los
principados y poderes "…orando en todo tiempo con toda oración y
súplica en el Espíritu".
Esas personas eran animadas al saber que Dios conocía todos sus
problemas. Él las amaba lo suficiente como para usar a uno de sus
sirvientes para orar por la mayoría de las necesidades desesperadas en
sus vidas. La Biblia nos dice que eso es lo que debe suceder cuando
permitimos que el Espíritu Santo obre a través de nosotros. "Lo oculto de
su corazón se hace manifiesto; y así, postrándose sobre el rostro,
adorará a Dios, declarando que verdaderamente Dios está entre
vosotros" (1 Co 14:25).
Le pedí a Dios ese mismo día: "Amado Dios, ayúdame a orar como Ruth
Banks ora". Me alegro en reportar que en los años que han pasado
desde entonces, el Señor ha contestado esa oración. He aprendido a
rendirme a la acción del Espíritu en mi vida.
Las Escrituras nos dicen que hubo ocasiones en las que Jesús oró al
Padre de esa misma manera.
"…en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran
clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído a causa
de su temor reverente" (He 5:7).
Muchas veces, Dios revela detalles acerca de las personas por quienes
oramos. Eso es lo que quiero dar a entender con el tema de: "Pensando
los Pensamientos de Dios". Estas percepciones otorgadas por el Espíritu,
nos capacitan para ayudar a los que necesitan arrepentirse y dejar de
hacer cosas que puedan estar contribuyendo a los problemas que
afrontan.
Además, recibimos percepciones del Señor a fin de poder orar por ellas
de manera más específica. Todo el equipo de oración mantiene sus
mentes y corazones sometidos a la voluntad del Espíritu Santo, a fin de
percibir Sus pensamientos y dirección divina.
Este método sigue el patrón bíblico: "Por boca de dos o tres testigos se
decidirá todo asunto" (2 Co 13:1). "Asimismo, los profetas dos o tres, y
los demás juzguen" (1 Co 14:29).
De esa manera, la voluntad de Dios y Su Palabra se revelan a medida
que el equipo espera en el Señor y en cada uno por los pensamientos del
Espíritu (mente, voluntad).
a) Tres Ejemplos:
1> Un Espíritu De Enfermedad. Un ejemplo de cómo el Espíritu Santo
nos ayuda en nuestras oraciones, tomó lugar en esta reunión. Una dama
vino para recibir oración relativa a un problema físico. Tenía un ministerio
poderoso en la "oración intercesora", orando contra el diablo y sus
fuerzas del mal en beneficio de otras personas. Esa es la "guerra
espiritual" de la cual hablamos anteriormente en otros artículos.
Mientras orábamos por ella, Dios nos mostró que su problema físico
tenía una causa espiritual. Cuando ella oraba contra los poderes de las
tinieblas, había sido herida por el enemigo de un golpe que afectaba su
cuerpo físico. Un poder del mal era la causa, más bien que una causa
natural o física. Ella desconocía esto y había buscado la ayuda de los
doctores en medicina.
2> Dejarlo En Manos Del Señor. Estábamos orando por otra dama al fin
del día, que tenía un problema difícil. Tenía un esposo y tres hijos
adolescentes que requerían de la mayor parte de su tiempo y atención.
Además, se había traído a su padre de 96 años de edad para cuidarlo en
su hogar.
Para entonces dije: "Oremos en lenguas por unos cuantos minutos para
ver si el Espíritu Santo responde a nuestra oración". Mientras el equipo
oraba, el Señor impartió algo (me hizo pensar los pensamientos de Dios).
Sentí que el Espíritu Santo me reveló lo siguiente:
Nunca habría pensado en tales cosas en mil años. Pero el Espíritu Santo
tenía una simple "Palabra de sabiduría y de Conocimiento" para que
nosotros la diéramos a la mujer cuando oramos en otras lenguas (en el
Espíritu).
3> Un Negocio En Fracaso. Recuerdo otro caso en el cual un hombre
quería que yo orara por él a fin de que Dios salvara su negocio que
estaba fracasando, y para que le prosperara financieramente.
D. CONCLUSIÓN
La oración, es el derecho y responsabilidad de todo cristiano lleno del
Espíritu. Es la manera en que Dios hace Su voluntad aquí sobre la tierra
así también como en el cielo. Por tanto, oremos en todo tiempo y de
todas las maneras por el pueblo de Dios en todo el mundo.
Oración
Padre nuestro que estás en los Cielos, oramos por todos los que lean
esta oración. Te pedimos que derrames tu Espíritu sobre los lectores
ahora mismo, a fin de que puedan comenzar a "orar en el Espíritu". Dales
que oren en lenguas. Dales que reciban la interpretación de lo que oran
en otras lenguas. Haz que sean poderosos en la oración. Que puedan
orar tus oraciones, sentir tus sensaciones y pensar tus pensamientos. Te
pedimos esto en el nombre de Jesús, creyendo que tú lo harás así.
¡AMÉN!
1. ________________________________________________________________________________
1
Busca un lugar tranquilo donde nadie te moleste. Puedes orar en cualquier
lugar, en cualquier momento, pero si de verdad quieres tomarte el tiempo de
expresar lo que tienes en mente, lo mejor será orar en un lugar tranquilo, alejado
de las distracciones. Puedes incluso separar cierto periodo de tiempo del día para
la oración, por ejemplo, a primera hora en la mañana, mientras conduces al
trabajo o antes de acostarte cada noche. Durante ese tiempo, apaga la television o
la radio y pon tu teléfono en silencio para que no te interrumpan.[1]
A veces, quizá quieras orar con otras personas. No habrá problema, siempre y
cuando respeten el acto de oración y se lo tomen en serio. De hecho, orar con otra
persona puede fortalecer la relación con esa persona y con Dios.
2.
2
Ora en voz alta o mentalmente. No hay una respuesta correcta. La decisión
depende de con cuál método te sientas cómodo. Quizá prefiera orar en voz alta
para no perder la ilación mientras hablas con Dios. Por otro lado, si quieres orar en
privado y hay gente a tu alrededor, puedes optar por orar mentalmente.[2]
Sea cual sea el método que escojas para orar, recuerda que Dios puede oírte, ya
sea en voz alta, lo que dices mentalmente o cuando tu corazón está tan dolido que
ni siquiera encuentras palabra alguna.
3.
3
Decide si arrodillarte, sentarte o estar de pie. Para algunos, arrodillarse
demuestra humildad ante Dios y les ayuda a prepararse mentalmente antes de
orar. Sin embargo, quizá prefieras sentarte, estar de pie o incluso estar echado
mientras oras.[3]
Si quieres arrodillarte, pero te duelen las rodillas, por una manta o toalla doblada
en el suelo.
4.
4
Escribe tu oración si te cuesta concentrarte. Al escribir las cosas por las que
quieres orar, tu mente no se distraerá mientras hablas con Dios. Asimismo, al
menos, puede ayudarte volver al tema cuando pierdas el hilo.[4]
Esto te será muy útil si tienes mucho en mente. También puede ayudarte a definir
lo que es verdaderamente importante para ti.
Considera la posibilidad de empezar un diario de oración, donde podrás anotar tus
oraciones todos los días. Cuando revises el diario, quedarás sorprendido con la
manera en que Dios ha obrado en tu vida.
Parte 2
Alabar a Dios y darle gracias
1.
1
Dirígete a Dios por nombre. Puedes decir “Querido Dios”, “Padre celestial”,
“Jehová” o cualquier otro nombre de Dios. Puedes incluso orarle a Jesús, si
quieres.[5]
2.
2
Reconoce la grandeza de Dios. Si tienes fe en Dios, entonces crees que es el
creador del mundo y de toda la vida en la Tierra. ¡Imagina el poder increíble que
Dios debe tener para haber creado todo eso! Luego, imagina que ese ser
poderoso se toma el tiempo de escuchar tus problemas y de interesarse por tu
vida.[6]
Puedes decir “Dios, ¡eres grande y fuerte!” o “Amado Padre, sostienes el mundo
en tus manos”.
3.
3
Agradece a Dios por su bondad y misericordia. Dios es misericordioso,
amoroso y generoso. Tómate el tiempo de incluir alabanzas en cada oración.
Puedes agradecerle por ser parte de tu vida, por todas las bendiciones que te ha
dado y por responder tus oraciones.[7]
Por ejemplo, puedes decir “Gracias por perdonarnos, incluso cuando echamos
todo a perder. Gracias por la familia que me quiere y gracias por permitirme sentir
tu presencia en mi vida”.
4.
4
Vuelca tus sentimientos hacia Dios. Recuerda que Dios ya sabe lo que hay en
tu mente, lo que ha ocurrido en tu vida y todo lo que sientes. La oración no solo se
trata de decirle a Dios estas cosas, sino de forjar una relación más íntima con él
mediante la comunicación.[8]
Es parecido a cuando le dices a tus padres “Los quiero”. Es una cuestión de
reforzar el lazo con ellos y no de decirles algo que desconocen.
Puedes hablarle a Dios sobre algo que te haya herido, un evento próximo que te
tenga nervioso o una porción de la Escritura que te cuesta comprender. Solo dile
lo que pase por tu mente.
Parte 3
Hacer una petición y terminar la oración
1.
1
Pídele a Dios que perdone tus pecados. Antes de pedirle algo, debes pedirle
que perdone tus pecados. Analiza tu corazón y busca áreas que necesites
mejorar, luego pídele a Dios que te perdone por haberle fallado. Pídele que te dé
la fuerza para ser mejor en el futuro.
Los pecados no siempre tienen que ser cosas grandes como robar o mentir. A
veces pueden ser tener envidia de un colega, ser malo con un hermano o priorizar
las cosas materiales antes que la relación con Dios.
Por ejemplo, puedes decir “Dios, sé que dije que no me iba a molestar cuando un
cliente me faltara el respeto, pero me ha costado hacerlo últimamente. Por favor,
perdóname por perder la compostura y ayúdame a encontrar la fuerza para estar
calmado la próxima vez”.
2.
2
Cuéntale a Dios tus problemas y pídele su ayuda. Sea cual sea la circunstancia
por la que estés pasando, debes pedirle ayuda a Dios. Él quiere que lo
busquemos primero en cualquier situación. Sin embargo, recuerda que Dios sabe
lo que es mejor para nosotros y su respuesta quizá no siempre sea lo que
tengamos en mente.[9]
Por ejemplo, si tienes problemas económicos, orar “Por favor, haz que gane la
lotería” quizá no tenga los resultados que quieras. No obstante, si oras “Por favor,
mándame la oportunidad para usar mis talentos y proveer para mi familia”,
entonces lo que suceda podría sorprenderte.
Por otro lado, quizá Dios haya dictaminado que no necesitas demasiado dinero,
así que una mejor oración sería “Señor, ayúdame a ser sabio en mi economía
para que pueda estar bien con lo que tengo”.
También puedes orar por tu salud, tus relaciones personales, por orientación en
una situación difícil o cualquier otra necesidad que tengas.
3.
3
Ora por la gente a tu alrededor que tiene problemas. Cuando veas que los
demás tengan alguna necesidad, pídele ayuda a Dios. Podría ser alguien cercano
a ti o podría ser un grupo de personas al otro lado del mundo las que estén
sufriendo. Orar por los demás es importante para fortalecer la fe.[10]
Por ejemplo, podrías decir “Dios, mi tía está muy enferma y sufre de mucho dolor.
Por favor, dale consuelo y paz, y haz que sienta tu presencia”.
También podrías decir “Señor, me pesa el corazón por la guerra en el Medio
Oriente. Parece un problema tan grande sin solución, pero nada es demasiado
grande para ti. Por favor, trae paz a esa región y a todos tus hijos”.
4.
4
Pídele a Dios que te ayude a comprender su respuesta. Dios habla de maneras
que pueden ser difíciles de detectar, especialmente si recién empiezas tu relación
espiritual con él. Pídele que te ayude a reconocer los signos que indican que está
respondiendo a tu oración.[11]
Cuando ores, hazlo con la convicción de que Dios responderá a tu oración, pero
no te adelantes a la respuesta que dará.
5.
5
Agradécele a Dios de nuevo, luego termina la oración. Es importante tener un
corazón agradecido mientras se ora, así que empezar y terminar la oración dando
las gracias ayudará a tener el espíritu correcto. Agradécele por escucharte y por
las buenas obras que sabes que todavía tiene reservadas para ti.
Puedes terminar la oración como quieras, pero la mayoría la termina diciendo un
“Amén”.
Consejos
Procura no seguir el mismo patrón de oración todos los días. Más bien, cada vez
que ores, piensa en lo que Dios está haciendo en tu vida, en tus necesidades y
por lo que estás más agradecido.
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No existe un manual que nos diga exactamente cómo o qué pasos debemos tomar para orar,
pero la Biblia presenta respuestas claras con respecto a este tema. A continuación se
encuentra una compilación de las preguntas más frecuentes sobre la oración y sus
respuestas.
Orar es comunicarse con Dios; y así como cualquier conversación, la postura del cuerpo varía
dependiendo de las situaciones. No podemos afirmar que solo hay una postura correcta
debido a que los momentos en los que oramos son diversos. Además, así como lo dijo Billy
Graham, “No es la postura del cuerpo, sino la actitud del corazón lo que cuenta cuando
oramos.” Dios conoce nuestros corazones, y no hay mejor señal de humildad que un corazón
dócil y arrepentido.
La duración de la oración depende del momento en que se realiza. Por ejemplo, si quieres
comenzar tu día con un tiempo de lectura bíblica y oración, puedes hacerlo tan largo o corto
como consideres necesario. Hay personas que pueden orar por horas y, es que en realidad
cuando disfrutas de tu tiempo conversando con Dios, los minutos pasan tan rápido que el
tiempo no parece relevante. Sin embargo, si estás caminando, trabajando, o haciendo alguna
actividad, probablemente la oración te tome unos pocos minutos. Lo importante es que estés
todo el día conectado con Dios a través de la oración.
¿Qué palabras debo utilizar?
En Lucas 11:2-4 y Mateo 6:9-13, Jesús enseñó a sus discípulos a orar. Lo que Él hizo fue dar
un ejemplo de cómo debe hacerse, pero no expresó que ésa era la única manera de hacerlo y
que debemos repetir esas mismas palabras en cada oración. De hecho, en Mateo 6:7 (NTV)
dice: “Cuando ores, no parlotees de manera interminable como hacen los seguidores de otras
religiones. Piensan que sus oraciones recibirán respuesta solo por repetir las mismas palabras
una y otra vez.”
La oración que Jesús enseñó en ambos pasajes nos da una idea de cómo podemos hablar
con Dios de manera ordenada. En la primera parte dice:
Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu
nombre.
Lo primero que hace Jesús es alabar y reconocer la santidad de Dios. Esto no con el fin de
palabrear o hacer que su oración parezca más impresionante, sino porque es una forma de
admitir la soberanía de Dios y aceptar que solo Él es capaz de responder a nuestras
oraciones. Una oración sin una alabanza apropiada a Dios es demostrar que se desconoce la
clase de Dios a quien se está orando.
porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén.
Esta frase nos enseña a nuevamente reconocer el poder de Dios y a darle la honra que se
merece. Además, Jesús utiliza la palabra amén, que significa “así sea”, para afirmar todo lo
que dijo previamente. No obstante, algunas personas hacen mal uso de esa palabra y la
utilizan en contextos erróneos. Para aprender más sobre el tema, lee el artículo El mal uso de
la palabra “amén”.
Hay algo que no se ve en el ejemplo de oración que Jesús dio y es la mención de su nombre.
En Juan 16:23-24 (PDT), Él dijo: “…Les digo la verdad: mi Padre les dará cualquier cosa que
le pidan en mi nombre. Hasta ahora ustedes no han pedido nada en mi nombre. Pidan y
recibirán para que así estén llenos de alegría.” Esto quiere decir que antes de finalizar
cualquier oración debemos invocar el nombre de Jesús y de esta manera estaremos
asegurando nuestra petición.
Si quieres aprender a orar mejor, te sugiero que leas 10 consejos para orar mejor. Y para
aprender a evitar equivocaciones al orar, lee el artículo 10 errores que cometemos al
orar. Si quieres que te acompañemos en oración, escríbenos a [email protected] y
nuestro equipo se pondrá en contacto contigo.
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CÓMO ORAR CORRECTAMENTE
2 Y les dijo: Cuando oréis, decid: Padre nuestro que estás en los cielos,
santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo,
así también en la tierra. Lucas 11:2
Preguntas:
• ¿Porque debemos orar en el nombre de Jesús?
• Cuando oramos ¿debemos ser generales en lo que pedimos, o podemos pedir
específicamente sobre algún asunto?
• Cuando no sabemos qué decir ¿quién puede ayudarnos a orar de la manera
correcta?
Ilustración: Cuando su esposo, Edmund Gravely, murió al volante de su pequeño
avión, su esposa Janice mantuvo el avión en el aire por dos horas hasta que se
acabó la gasolina. Durante este tiempo cantó himnos y oró a Dios por ayuda.
Cuando su avión iba cruzando la frontera entre Carolina del Sur y Carolina del
Norte, pidió ayuda en el radio: “¡Socorro, socorro! ¿No me podrían ayudar? Mi
piloto está inconsciente. ¿Podría alguien ayudarme?” Las autoridades que
escucharon su llamada de emergencia no pudieron hacer contacto con ella por
radio durante el vuelo, porque cambiaba de canales todo el tiempo. La Sra.
Gravely finalmente hizo un aterrizaje difícil y gateó 45 minutos a una granja para
ayuda. Aplicación – Cuántas veces piden los cristianos ayuda de Dios, pero antes
de que su mensaje les llegue, cambian de canales. Oran de la manera incorrecta y
dejan de orar. Cuando clamas a Dios por su intervención, no le cambies los
canales. Ore de la manera correcta y obtendrás respuesta.
I. ORAR AL PADRE EN EL NOMBRE DE JESÚS. Juan 16:23-24
a. Jesús enseñó que cuando oremos, nos dirijamos al Padre celestial en su
nombre.
b. Debemos orar al Padre porque Él es la fuente, es el proveedor, progenitor,
protector, y defensor.
c. Debemos orar en el nombre de Jesús, porque el Padre le dio el nombre sobre
todo nombre, es el nombre que venció y tiene toda la autoridad en los cielos y en
la tierra. Mateo 28:18
d. Cuando oramos en el nombre de Jesús, estamos declarando lo siguiente: Dios
está salvando, sanando, liberando, protegiendo. Y es desatado el poder para los
milagros, respuestas y anular toda obra del diablo.
II. ORAR ESPECÍFICAMENTE. Santiago 1:6-8
a. Dios quiere complacernos aun en los pequeños detalles, por eso quiere que
aprendamos a orar específicamente.
b. Es decir orar no solo diciendo Señor dame un trabajo, sino ser más específico
que tipo de trabajo, horario, salario, etc.
c. Aprendamos a pedir al Padre aquellas cosas que necesitamos y seamos
específicos en lo que queremos.
III. ACERCARSE POR MEDIO DE LA FE Hebreos 11:6
a. Cuando oramos, tenemos que hacerlo creyendo que nuestras oraciones son
escuchadas, y que aquellas peticiones que van de acuerdo a la Palabra de Dios
serán contestadas.
b. Aun cuando no sintamos nada en nuestra alma, espíritu y cuerpo, debemos de
creer que nuestras oraciones son escuchadas y en su tiempo contestadas.
c. Debemos de ser perseverantes y no depender de las emociones para orar cada
día.
IV. PEDIR LA ASISTENCIA DEL ESPÍRITU SANTO Romanos 8:26
a. La Palabra de Dios dice que es el Espíritu Santo es quien nos ayuda a orar
como conviene.
b. El nos lleva de la mano al Padre para pidamos conforme a Su voluntad y
nuestras oraciones puedan ser contestadas.
c. Antes de comenzar a orar debemos pedir al Espíritu Santo que nos muestre el
corazón y la voluntad del Padre celestial y que tome control de nuestra oración y
agenda para el día.
V. ORAR CONFORME A SU PALABRA. Santiago 4:3
a. Una de las armas más poderosas que podemos usar es la Palabra de Dios,
porque en ella está la voluntad del Padre. 1 Juan 5:14-15
b. Muchas oraciones no son contestadas porque pedimos mal, la mejor manera de
conducirnos a la hora de orar es hacerlo de acuerdo a lo que dice la Biblia, porque
eso nos garantiza que estamos orando de acuerdo a la voluntad de Dios, por lo
tanto nos asegura una respuesta en su tiempo.
c. Cuando ore: decida lo que quiere de Dios, busque un pasaje de la Biblia que lo
respalde, pida a Dios creyente que recibirá la promesa que está en su Palabra, por
ejemplo: por sus llagas nosotros fuimos curados, sus misericordias son nuevas
cada mañana, en Cristo somos más que vencedores, etc.
Conclusión: Si has estado orando y no has obtenido respuesta comienza poniendo
en práctica los principios enseñado. Si aun no has entregado tu vida a Jesucristo
acéptale hoy como Señor y Salvador.
Tomen tiempo para orar juntos aplicando los pasos aprendidos.
ORACIÓN DEL PECADOR
Señor Jesús reconozco que he pecado y que tú moriste por mí, hoy me arrepiento
y te pido perdón. Te entrego mi vida y mi corazón para que seas mi Señor y mi
Salvador, amén.
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