Caso de Las Papeleras Argentina Vs Uruguay en La Corte Internacional de Justicia de La Haya
Caso de Las Papeleras Argentina Vs Uruguay en La Corte Internacional de Justicia de La Haya
Caso de Las Papeleras Argentina Vs Uruguay en La Corte Internacional de Justicia de La Haya
INSTITUTO DE DIPLOMACIA
MATERIA
“LAS PAPELERAS”
CONFLICTO ARGENTINA VS URUGUAY
ELABORADO POR:
PERIODO LECTIVO
2018 – 2019
CASO DE LAS PAPELERAS ARGENTINA VS URUGUAY EN LA CORTE
INTERNACIONAL DE JUSTICIA DE LA HAYA
ANTECEDENTES
Durante las décadas de 1980 y 1990 Uruguay, con el apoyo del Banco Mundial, ha
promovido y subsidiado fuertemente el desarrollo de la forestación con especies
comerciales, principalmente pino y eucaliptus.
En 2002, el gobierno uruguayo presidido por Jorge Batlle negoció con dos empresas
multinacionales, la española ENCE y la finlandesa Botnia, la instalación de dos
grandes plantas de celulosa (500.000 y 1´000.000 de toneladas respectivamente). El
Proyecto de ENCE se denomina “Celulosa M’Bopicuá - CMB”, y el proyecto de Botnia
se denomina “Orion”. Algunos analistas sostienen que se trata de la transformación
productiva más importante de la historia uruguaya. A principios de 2006 la gigante
empresa sueco-finlandesa Stora Enso ofreció instalar en la zona una tercera planta
de celulosa de 1 millón de toneladas.
Botnia decidió construir su planta a orillas del caudaloso río Uruguay, frontera
internacional entre los países de Argentina y Uruguay, a 4 y 12 km respectivamente,
río arriba de la ciudad uruguaya de Fray Bentos. Stora Enso, por el contrario,
propuso construir su planta sobre el Río Negro, interno de Uruguay. Por su parte
ENCE, española, decidió hacerlo en Conchillas, más al Sur y ya frente a la provincia
de Buenos Aires, cuyos habitantes no se oponen.
Fray Bentos (Uruguay) es una ciudad de 25.000 habitantes que tuvo un brillante
pasado industrial con eje en la industria de la carne, tiene un conocido balneario
turístico (Las Cañas) sobre el río Uruguay, siete kilómetros aguas abajo, y es la capital
del Departamento de Río Negro, donde se han concentrado las plantaciones de
eucaliptos.
Las primeras manifestaciones del problema se desarrollaron como una protesta social
y ambiental interna del Uruguay. Entre 1998 y 2001 por parte de grupos políticos y
sindicales que criticaron el marco jurídico que se le otorgó a las empresas para su
instalación en Uruguay. Por otra parte, la organización ambiental Grupo Guayubira
y Greenpeace criticaron la instalación de las plantas de celulosa y se opusieron a la
misma invocando razones de contaminación ambiental.
En mayo del 2004 el Parlamento uruguayo ratificó el Tratado con Finlandia para
proteger la inversión de Botnia en Fray Bentos. En junio Argentina y Uruguay
llegaron a un acuerdo en la CARU (Comisión Administradora del Río Uruguay) para
la instalación de las plantas. A fines de 2004 Tabaré Vázquez ganó las elecciones
presidenciales y anunció que las plantas se construirían tal como estaba planeado.
Las relaciones entre Uruguay y Argentina relacionadas con el Río Uruguay están
reguladas en un tratado internacional de 1975 conocido como Estatuto del Río
Uruguay que establece:
Ese mismo año de 2005, y paralelamente a las negociaciones entre los gobiernos, el
Centro de Derechos Humanos y Ambiente (CEDHA), en representación de casi 40,000
personas, presentó una queja a la Ombudsman de la Corporación Financiera
Internacional (CFI) del Banco Mundial. En noviembre la Ombudsman de la CFI
(Banco Mundial) produjo su Informe de Evaluación Preliminar señalando importantes
carencias en los procedimientos el 23 de diciembre de 2005 la Asamblea Ambiental
de Gualeguaychú inició una acción sistemática de bloqueo del paso de vehículos
hacia Uruguay afectando seriamente la economía uruguaya.
El nuevo estudio afirma que las emisiones de las plantas no tendrán efectos
perjudiciales en la calidad del agua del río Uruguay, ni en la costa argentina ni
en la uruguaya. Respecto de la calidad del aire, establece que no se afectará la
salud humana, aunque agrega que podría detectarse olor entre cuatro y diez
veces por año en zonas próximas a las plantas y, posiblemente, en Fray Bentos.
Como protesta ante el contenido del nuevo estudio del Banco Mundial las asambleas
ciudadanas de Gualeguaychú y Colón decidieron comenzar nuevamente a cortar las
rutas de acceso al Uruguay durante el fin de semana del 14 y 15 de octubre de 2006,
de importancia turística debido al feriado del 12 de octubre. En el caso del Puente
General Artigas que une las localidades de Colón y Paysandú el corte tuvo que
levantarse porque muy poca gente adhirió a ese tipo de protesta.
En la primera quincena de enero del 2009, el Gobierno argentino decidió rechazar los
cortes de ruta en Entre Ríos pues, "no contribuyen en nada al objetivo" de los
asambleístas. Estos seguían firmes en su postura y habían anunciado que
extenderían su protesta en Colón y además habían analizado la posibilidad de llevar
los bloqueos a la ciudad de Concordia, pero al no haber consenso debido a la
oposición de los comerciantes decidieron hacer solamente entrega de volantes para
crear conciencia sobre el problema.
A mediados de enero los diarios informaron que el titular del Instituto Nacional de
Tecnología Industrial (INTI), Enrique Martínez, había dicho que los estudios
realizados bimestralmente desde agosto del 2008 no indicaban ningún grado de
contaminación. El 3 de febrero en reunión con el Intendente de Gualeguaychú, Juan
José Bahillo, e integrantes del equipo técnico de la Asamblea Ambiental negó dichas
declaraciones.
Mientras tanto el día 29 de abril se sucedió una reunión bilateral entre los presidentes
de Argentina y Uruguay para tratar de destrabar el conflicto a nivel del bloqueo de la
ruta que une a ambos países. Luego de la reunión los presidentes brindaron una
conferencia de prensa en la anunciaron "un proceso de reencauzamiento definitivo
entre ambos países", esquivaron tratar el tema del corte que mantienen los
asambleístas como símbolo de su lucha contra la ex Botnia (hoy UPM). Dicha reunión
fue considera "lastimosa" por los ambientalistas, por no haberse considerado el tema
del bloqueo de la ruta y confirmaron que continuarán con "el plan de lucha" en tanto
no se "erradique la pastera".
Esta situación cambió en enero de 2007, momento a partir del que los tres puentes
comenzaron a ser cortados de manera simultánea varias veces, lo que supuso para
Uruguay graves perjuicios al tránsito del turismo desde Argentina y al transporte de
mercaderías. Luego del fin de la temporada turística estival del 2007 se levantaron
los cortes en todos los puentes excepto en el que une Fray Bentos con Gualeguaychú.
El corte de los tres puentes en forma simultánea se volvió a retomar a partir del 31
de marzo de 2007, extendiéndose durante toda la Semana Santa para afectar
directamente el flujo turístico que en ese período transita hacia Uruguay.
Por otra parte, Uruguay criticó la inacción del gobierno argentino por no ordenar el
desbloqueo de los puentes por la fuerza y sostuvo que el conflicto debía ser resuelto
por el Mercosur.
Debido a los cortes de ruta, Uruguay solicitó medidas cautelares contra la Argentina
ante la Corte Internacional de Justicia de la Haya en el juicio que allí tramita sobre
la cuestión.
ACCIONES LEGALES
DEMANDA DE ARGENTINA
Argentina, utilizando un mecanismo previsto en el Estatuto del Río Uruguay y como
país miembro de la Organización de las Naciones Unidas, al igual que Uruguay,
recurrió a la Corte Internacional de Justicia el 4 de mayo de 2006, para que se
dictamine sobre la presunta violación del Estatuto.
ARGUMENTOS DE ARGENTINA
Los principales argumentos de la demanda presentada por la Argentina son que, a
pesar del trabajo conjunto en la CARU, estaba pendiente una cantidad de
información que nunca fue provista, que no existen estudios sobre el lugar de
localización de las plantas o sitios alternativos, que los informes realizados por las
empresas son insuficientes y que, para determinar la sustentabilidad ambiental de
las plantas, debiera realizarse un estudio independiente de las partes en conflicto.
ARGUMENTOS DE URUGUAY
Los principales argumentos de la defensa de Uruguay son que respetó no sólo el
Estatuto del Río Uruguay, de 1975, sino, además, la totalidad del Derecho
Internacional y los principios generales del derecho. A su vez Uruguay sostuvo que
la Argentina desconoció normas del Derecho Internacional al permitir los cortes de
ruta realizados por pobladores de las ciudades argentinas cercanas a las plantas de
celulosa.
Sobre la suspensión de las autorizaciones para construir las plantas y de los trabajos
de construcción mismos:
La Corte luego atiende la segunda sección del requerimiento de Argentina (..) pero,
desde que Uruguay, hablando a través de su Agente en la conclusión de las
audiencias, reiteró "su intención de cumplir en un todo con el Estatuto del Río
Uruguay de 1975" y, como prueba de esa intención, ofreció "realizar... continuos
monitoreos conjuntos" con Argentina, la Corte no considera que exista base para
indicar las restantes medidas provisionales requeridas por Argentina.
ARGUMENTOS DE URUGUAY
Uruguay sostiene que el gobierno argentino intencionalmente no reprime la protesta
mediante cortes de rutas por parte de grupos ecologistas de Gualeguaychú para
utilizarlo como mecanismo de chantaje, agravando el conflicto diplomático. Sostiene
también que los cortes son “una amenaza de asfixiar la economía de Uruguay”.
Como remedio a esa situación Uruguay solicitó tres medidas cautelares:
➢ para que Argentina se abstenga de realizar cualquier otra medida que pueda
perjudicar los derechos de Uruguay en disputa ante la Corte.
ARGUMENTOS DE ARGENTINA
Argentina sostiene que es falsa la vinculación que Uruguay hace del conflicto
diplomático regulado por el Estatuto del Río Uruguay y los cortes de ruta realizados
por los grupos ecologistas de la población de Gualeguaychú, y que la Corte
Internacional no es competente para intervenir en él más allá de la causa que ya se
encuentra en trámite, presentada por la Argentina. Sostiene también que el gobierno
argentino tiene una política de no represión de las protestas de corte de ruta, y se ha
llevado a cabo en todos los casos, y no solo en el caso de los cortes de las rutas que
conducen al Uruguay.
AUDIENCIAS
FALLO DEFINITIVO
La Corte:
Encuentra que Uruguay ha incumplido sus obligaciones procesales impuestas por los
artículos 7 a 12 del Estatuto del Río Uruguay de 1975 y que la declaración por la Corte
de este incumplimiento constituye una satisfacción apropiada. (13 votos a favor, 1 en
contra).
En base a los argumentos y pruebas presentadas por las Partes a lo largo del Proceso,
la Corte Internacional de Justicia de Naciones Unidas dictaminó el 20 de abril de
2010
Por 13 votos contra 1 encuentra que la República Oriental del Uruguay (ROU) ha
incumplido con sus obligaciones procesales que surgen del articulo 7 a 12 de
Estatuto del rio Uruguay sobre el procedimiento referente a la información que se da
a la otra Parte.
Por 11 votos contra 3 La Corte encuentra que la ROU no ha incumplido con sus
obligaciones según los artículos 36 y 41 del Estatuto de 1975 sobre la preservación
y cuidado del medio ambiente.
Por Unanimidad La Corte rechaza todas las restantes presentaciones de las Partes.
En cuanto al primer punto de la decisión, La Corte dejó en claro que Uruguay debió
haber informado a la CARU (Comisión Administradora del Río Uruguay), antes de dar
aprobación unilateral, sobre la intención de habilitar un emprendimiento que
pudiera afectar al Río, sus recursos o la población que habita en las cercanías. La
Corte considera que el Estado que proyecta las actividades debe informar a la CARU
cuando cuenta con un proyecto lo suficientemente armado, para que ésta pueda
determinar si causará un daño a la otra parte.
Es importante aclarar que la Corte no afirmó que Botnia no contaminaba, sino que
la contaminación emitida se encontraba dentro de los parámetros internacionales
permitidos. Por lo tanto, Uruguay no se encontró de ninguna manera incumpliendo
las obligaciones emanadas del Estatuto de 1975. En palabras de la CIJ: “No se
encontró evidencia suficiente” para resolver sobre la cuestión.
Finalmente, la CIJ terminó por desestimar los restantes reclamos de las Partes al
considerarlos fuera de su jurisdicción. Dentro de esta área se encuentra las
denuncias Argentinas sobre contaminación visual, sonora y “malos olores”, dado que
no son conceptos abordados en los artículos del Estatuto del Río Uruguay del 1975,
cuya presunta violación motivó la denuncia.
Así, el Tribunal dictaminó que la violación del Tratado del Río Uruguay fue de “forma”
y no de “fondo”, y por lo tanto no consideró necesarios ni la reparación monetaria ni
el desmantelamiento y traslado de la Papelera. La decisión tiene carácter vinculante
pero la CIJ no cuenta con mecanismos punitivos en caso de incumplimiento de
sentencia.
Por otro lado, presentó en la agenda ambiental internacional un desafío que La Corte
(según jueces participantes del caso) no ha sabido aprovechar. Los jueces
participantes del Tribunal a cargo del conflicto argentino-uruguayo, Awn Shawkat
Al-Khasawneh y Bruno Simma han presentado formalmente su opinión disidente
resaltando que La Corte debió haber consultado a expertos científicos para el análisis
de las pruebas presentadas. Su desacuerdo se expresa sobre el punto 2 de la
sentencia, el cual afirma que Uruguay no violó las obligaciones referentes al cuidado
y protección del ambiente.
Los jueces afirmaron que “La presente controversia entre Argentina y Uruguay se
refiere a una cuestión urgente en nuestro tiempo, el de la protección del medio
ambiente y la salud humana”. Dado el complejo componente científico que poseía el
caso, el Tribunal, utilizando sus plenas atribuciones, debería haber nombrado a sus
propios expertos. Este grave error metodológico ha impedido a la Corte sentar
jurisprudencia sobre casos con componentes científicos complejos. En palabras de
los jueces:
Son pocos los casos de la CIJ que han contribuido al desarrollo del Derecho
Internacional ambiental. El asunto de las plantas de celulosa en el río Uruguay es
uno de ellos –probablemente el más importante, desde Gabikovo-Nagymaros–. Esto
explica que el Tribunal Internacional del Derecho del Mar ("TIDM") lo citara al año
siguiente en una opinión consultiva, corroborando que el Derecho Internacional
general contempla los EIA transfronterizos. Se le puede criticar a la CIJ cierta timidez
en su contribución, como lo hace Antonio Cançado Trindade en su opinión separada.
Desde este punto de vista, que la sentencia del asunto de las plantas de celulosa
refrende la difícilmente definible noción de desarrollo sustentable, e interprete y
aplique principios como la prevención, precaución y la exigencia de un EIA en
proyectos de inversión con potenciales efectos para dos o más Estados, le asegura a
este caso un lugar destacado en la jurisprudencia internacional ambiental.
El hecho que tanto Argentina como Uruguay se hayan apoyado en estos principios al
momento de presentar y fundamentar sus respectivas posiciones confirma el rol
central que tienen actualmente en el Derecho Internacional. En este sentido, el fallo
de la CIJ reconoce estándares de conducta que podrán exigirse en lo sucesivo
respecto de cualquier Estado que quiera implementar proyectos que puedan tener un
impacto transfronterizo relevante en el medio ambiente.
ANEXOS
Los cuales después de haber canjeado sus respectivos Plenos Poderes que hallaron
en buena y debida forma, convinieron en los artículos siguientes:
ARTÍCULO 1º.-
El límite entre la República Argentina y la República Oriental de Uruguay en el río
Uruguay, desde una línea aproximadamente normal a las dos márgenes del Río que
pase por las proximidades de la punta sudoeste de la isla Brasilera hasta el paralelo
de Punta Gorda, estará fijada en la siguiente forma:
a. Una línea correrá coincidentemente con el eje del Canal de la Filomena (Canal
Principal de Navegación) y será el límite al solo efecto de la división de las aguas;
quedando bajo la jurisdicción argentina las aguas situadas al occidente de esta línea,
y bajo la jurisdicción uruguaya las aguas situadas al oriente de esta línea.
b. Otra línea correrá por el Canal del Medio y será el límite al solo efecto de la división
de las islas, quedando bajo jurisdicción argentina las islas situadas al occidente de
ésta línea y bajo la jurisdicción uruguaya y con libre y permanente acceso a las
misma, las islas situadas al oriente de ésta línea.
III) Desde el punto en que confluyen los canales de la Filomena y del Medio hasta el
paralelo de Punta Gorda las líneas se unirán nuevamente en una única línea limítrofe
a todos los efectos, que correrá coincidentemente con el eje del Canal Principal de
Navegación.
Artículo 2º
Con el objeto de referir los topónimos y ubicación de las islas y canales mencionados
en el Artículo 1º, se conviene adoptar como cartas de referencia los planos originales
del Río Uruguay levantados por el Ministerio de Obras Públicas de la República
Argentina en escala 1:10.000 en el período 1901-1908. Se establece que la línea
indicada en los mismos como "Derrotero de la navegación de gran calado"
corresponde al Canal Principal de Navegación a que hace referencia este Tratado.
Artículo 3º
La delimitación acordada en los artículos precedentes es la que corresponde a la
condición general del río a la fecha de suscribirse el presente Tratado.
Artículo 4º
Las Altas Partes Contratantes procederán en el plazo de noventa días a contar de la
fecha del canje de ratificaciones a designar sus respectivos delegados para efectuar
la caracterización de la frontera.
Artículo 5º
Ambas Partes Contratantes se reconocen recíprocamente la más amplia libertad de
navegación en el tramo del río Uruguay que se delimita por el presente Tratado
incluso para sus buques de guerra.
Reafirman para los buques de todas las banderas la libertad de navegación tal como
se encuentra establecida por sus respectivas legislaciones internas y por tratados
internacionales vigentes.
Artículo 6º
Las Altas Partes Contratantes se obligan a conservar y mejorar el canal principal de
navegación y su balizamiento en las zonas de su respectiva jurisdicción fluvial con el
fin de otorgar a la navegación las mayores facilidades y seguridad posibles.
Artículo 7º
Las Altas Partes Contratantes acordarán el estatuto del uso del río, el cual contendrá
entre otras materias las siguientes:
Artículo 9º
la República Argentina se obliga a mantener los derechos reales adquiridos con
arreglo a la legislación uruguaya por uruguayos o extranjeros, sobre las islas e islotes
que por efecto de la delimitación quedan en la jurisdicción argentina; y la República
Oriental del Uruguay se obliga igualmente a mantener y respetar los derechos reales
adquiridos con arreglo a la legislación argentina por argentinos o extranjeros, sobre
las islas e islotes que quedan en jurisdicción uruguaya por efecto de la limitación.
Artículo 10º
Las personas que invoquen los derechos a que se refiere el artículo anterior, deberán
presentarse ante la autoridad competente del Estado en cuya jurisdicción queda la
isla o islote, dentro del plazo de trescientos sesenta días corridos, contados desde que
entre en vigor el Tratado por el canje de instrumentos de ratificación, a fin de que se
aprecien y se inscriban sus derechos en los registros correspondientes.
La falta de presentación dentro del plazo mencionado en este artículo producirá los
efectos que establezca la legislación del Estado en cuya jurisdicción queden las islas
o islotes por efecto de delimitación.
Artículo 11º
El presente Tratado será ratificado de acuerdo con los procedimientos
constitucionales de cada Parte Contratante y el canje de los instrumentos de
ratificación se llevará a efecto en la ciudad de Buenos Aires.
e) Comisión: La Comisión Administradora del Río Uruguay que se crea por el estatuto.
Art. 10 - La parte notificada tendrá derecho a inspeccionar las obras que se estén
ejecutando para comprobar si se ajustan al proyecto presentado.
Art. 12 - Si las partes no llegaren a un acuerdo, dentro de los ciento ochenta días
contados a partir de la comunicación a que se refiere el art. 11, se observará el
procedimiento indicado en el capítulo XV.
Art. 13 - Las normas establecidas en los arts. 7 a 12 se aplicarán a todas las obras a
que se refiere el art. 7, sean nacionales o binacionales, que cualquiera de las partes
proyecte realizar, dentro de su jurisdicción, en el Río Uruguay fuera del tramo
definido como río y en las respectivas áreas de influencia de ambos tramos.
Art. 14 - La profesión de práctico en el río sólo será ejercida por los profesionales
habilitados por las autoridades de cualquiera de las partes.
Art. 15 - Todo buque que zarpe de puerto argentino o uruguayo tomará práctico,
cuando deba hacerlo, de la nacionalidad del puerto de zarpada.
El buque que provenga del puerto de un tercer Estado tomará práctico, cuando deba
hacerlo, de la nacionalidad del puerto de destino.
El contacto que el buque tenga, fuera de puerto, con las autoridades de cualquiera
de las partes, no modificará el criterio inicialmente seguido para determinar la
nacionalidad del práctico.
Las partes brindarán a los mencionados prácticos las máximas facilidades para el
mejor cumplimiento de su función.
Art. 17 - Las partes se comprometen a realizar los estudios y adoptar las medidas
necesarias con vistas a dar la mayor eficacia posible a sus servicios portuarios de
modo de brindar las mejores condiciones de rendimiento y seguridad, y ampliar las
facilidades que mutuamente se otorgan en sus respectivos puertos.
Art. 22 - Cuando por cualquier causa la autoridad de una de las partes, no pudiere
iniciar o continuar una operación de búsqueda y rescate, solicitará a la de la otra que
asuma la responsabilidad de la dirección y ejecución de la misma, facilitándole toda
la colaboración posible.
CAPÍTULO VI - Salvamento.
Art. 24 - El salvamento de buques será realizado por las autoridades o las empresas
de la parte en cuya jurisdicción haya ocurrido el siniestro, sin perjuicio de lo que
establecen los artículos siguientes.
Art. 30 - Cada parte podrá explorar y explotar los recursos del lecho y del subsuelo
del río en la zona del mismo sometida a su jurisdicción, sin causar perjuicio sensible
a la otra parte.
Art. 32 - El yacimiento o depósito que se extienda a uno y otro lado del límite
establecido en el art. 1 del tratado, será explotado de forma tal que la distribución de
los volúmenes del recurso que se extraiga de dicho yacimiento o depósito sea
proporcional al volumen del mismo que se encuentre respectivamente a cada lado de
dicho límite.
Art. 33 - En las concesiones para extraer arena, canto rodado o piedra del lecho o del
subsuelo del río, la parte otorgante deberá establecer, entre otras, las condiciones
siguientes:
a) Que los residuos provenientes del lavado y clasificación de los materiales extraídos
sólo sean descargados en los lugares que la Comisión indique como vaciaderos.
b) Que no pueden efectuarse extracciones a distancias menores que las que indique
la Comisión con relación a los canales de navegación y a otros sectores del río.
Art. 34 - Serán aplicables, en lo pertinente, las normas establecidas en los arts. 7 a
12 cuando la exploración y explotación de los recursos del lecho y del subsuelo
tengan entidad suficiente para afectar el régimen del río o la calidad de sus aguas.
Art. 35 - Las partes se obligan a adoptar las medidas necesarias a fin de que el manejo
del suelo y de los bosques, la utilización de las aguas subterráneas y la de los
afluentes del río, no causen una alteración que perjudique sensiblemente el régimen
del mismo o la calidad de sus aguas.
Art. 37 - Las partes acordarán las normas que regularán las actividades de pesca en
el río en relación con la conservación y preservación de los recursos vivos.
CAPÍTULO XI - Investigación.
La parte autorizante tiene derecho a participar en todas las fases de esos estudios e
investigaciones y a conocer y disponer de sus resultados.
Art. 46 - El derecho de policía en el río será ejercido por cada parte dentro de su
jurisdicción.
Sin perjuicio de ello, la autoridad de una parte que verifique que se está cometiendo
un ilícito en la jurisdicción de la otra, podrá apresar al infractor debiéndolo poner a
disposición de la autoridad de esta última, con las excepciones previstas en el art.
48.
Asimismo, la autoridad de cada parte podrá perseguir a los buques que habiendo
cometido una infracción en su propia jurisdicción, hayan ingresado en la jurisdicción
de la otra parte.
En los casos previstos en los párrafos segundo y tercero, el ejercicio del derecho de
policía en jurisdicción de la otra parte deberá ser comunicado de inmediato a ésta, y
bajo ninguna circunstancia podrá hacerse efectivo más allá de una distancia de la
costa de la misma, que será determinada por la Comisión para cada uno de los
tramos.
Art. 48 - Los buques que naveguen por el canal principal se considerarán situados
en la jurisdicción de una u otra parte conforme a los siguientes criterios:
Este artículo no será aplicable a los casos en que estén involucrados buques de
guerra, sin perjuicio de lo dispuesto en el inc. d).
Art. 49 - Las partes crean una Comisión Administradora del Río Uruguay, compuesta
de igual número de delegados por cada una de ellas.
Las partes le asignarán los recursos necesarios y todos los elementos y facilidades
indispensables para su funcionamiento.
Art. 53 - Las partes acordarán por medio de canje de notas,el estatuto de la Comisión.
Esta dictará su reglamento interno.
g) Determinar las formalidades a cumplir en los casos en que deba ser introducido
transitoriamente, en territorio de la otra parte, material para la ejecución de
operaciones de búsqueda y rescate.
l) Cumplir las otras funciones que le han sido asignadas por el estatuto y aquéllas
que las partes convengan en otorgarle por medio de canje de notas u otras formas de
acuerdo.
Art. 58 - Toda controversia que se suscitare entre las partes con relación al río será
considerada por la Comisión a propuesta de cualquiera de ellas.
En los casos a que se refieren los arts. 58 y 59, cualquiera de las partes podrá someter
toda controversia sobre la interpretación o aplicación del tratado y del estatuto a la
Corte Internacional de Justicia, cuando dicha controversia no hubiere podido
solucionarse dentro de los ciento ochenta días siguientes a la notificación aludida en
el art. 59.
Art. 61 - Lo dispuesto en el art. 56, inc. i), se aplicará a las obras binacionales
actualmente en ejecución una vez que se encuentren concluidas y cuando así lo
convengan las partes por medio de canje de notas u otras formas de acuerdo.
Hecho en la ciudad de Salto, República Oriental del Uruguay, a los veintiséis días del
mes de febrero de año mil novecientos setenta y cinco, en dos ejemplares originales
de un mismo tenor, igualmente válidos.
CELULOSA
* La pulpa mecánica. Los procesos mecánicos trituran la madera y liberan las fibras.
Este procedimiento convierte hasta el 95% de la madera en pulpa pero conserva la
lignina, lo que posteriormente le da un tinte amarronado o amarillento al papel. Este
tipo de pulpa se emplea principalmente para papel de periódico y otros productos en
los que la calidad de la impresión no es tan importante.
* el olor (emisiones)
Las descargas aéreas de las fábricas de celulosa (resultantes de la incineración de
toneladas de residuos que quedan del proceso y son utilizados en la generación de
energía), contienen productos químicos cancerígenos (fenoles clorados,
hidrocarburos aromáticos policíclicos y Compuestos Orgánicos Volátiles),
compuestos de azufre oxidado que provocan daños en la vegetación, compuestos que
provocan trastornos hormonales (como por ejemplo fenoles clorados), y compuestos
de azufre reducido causantes del característico olor penetrante a “huevo podrido” que
se convierte en un problema para los pobladores de los alrededores. Estudios
epidemiológicos recientes han evidenciado posibles efectos en la salud como
consecuencia de la exposición a estos compuestos a niveles comúnmente presentes
en las proximidades de una planta de celulosa. Un estudio finlandés (The South
Karelia Air Pollution Study) muestra que la exposición a compuestos malolientes del
azufre aumenta el riesgo de infecciones respiratorias agudas.
APLICACIONES DE LA CELULOSA
La celulosa constituye el principal porcentaje de la materia prima del papel y
también el de los tejidos de fibras naturales.
La utilizamos en la fabricación de explosivos el más común es la pólvora para armas,
también la utilizamos en sedas, en barnices, en aislamientos térmicos y acústicos;
esto es el producto derivado de cuando trituramos papel y lo reciclamos. También lo
encontramos en pequeñas cantidades en productos como el rayón, películas
fotográficas, celofanes, explosivos, etc.
Sabemos que, del proceso de manufactura de la celulosa, podemos extraer derivados
como son la trementina y el “tall oil” que los usamos en nuestra industria química
para producir aromas, diluyentes, jabones y algunos alimebrasileraicamos la celulosa
blanca de fibra larga principalmente para agregar resistencia a los papeles y
cartulinas, y la celulosa blanca de fibra corta la usamos para dar suavidad y también
de relleno.
Potencial
Muchas de las propiedades de la celulosa la convierten en una alternativa atractiva
como importante fuente de combustible, y más respetuosa con el medio ambiente en
comparación con el petróleo y el gas. Sin embargo, el costo de la creación de la
celulosa y la falta de infraestructura para utilizarla, como estaciones de combustible
y vehículos que funcionen con éste, hacen poco probable que pueda superar a los
combustibles fósiles en un futuro cercano.
RESUMEN
En el curso del conflicto, se dejó sin efecto la construcción de una de las dos plantas,
la proyectada por la empresa española ENCE, que decidió retirarse de Uruguay y
vender sus activos forestales a la empresa chilena Arauco y a la sueco-
finlandesa Stora Enso. La otra planta, proyectada por la empresa finlandesa Metsa-
Botnia (luego transferida a la empresa UPM-Kymmene, también finlandesa) fue
finalmente construida durante el conflicto y puesta en marcha el 8 de noviembre
de 2007.
Las dos demandas uruguayas fueron desestimadas por los tribunales respectivos.
Sobre la demanda argentina, la Corte Internacional de Justicia dictó fallo definitivo
el 20 de abril de 2010, resolviendo que Uruguay violó sus obligaciones procesales
establecidas por el Estatuto del Río Uruguay de notificar e informar de buena fe pero,
si bien Argentina pudo demostrar que algunos parámetros de contaminación de las
aguas del río se habían elevado desde la puesta en marcha de la pastera, falló en
probar que la planta de celulosa era la causante y no otros factores ajenos a ella, por
lo que la Corte entendió que Uruguay no violó sus obligaciones para evitar la
contaminación ambiental, por lo que consideró que resultaba desproporcionado
ordenar el cierre de la planta de Botnia, pero instruyó a ambos países a realizar un
monitoreo en conjunto del río, a través de la Comisión Administradora del Río
Uruguay (CARU) y aplicando el Estatuto del Río Uruguay.
El conflicto finalizó tras la firma, el 30 de agosto de 2010 en Montevideo, de un
acuerdo para conformar un Comité Científico en el seno de la Comisión
Administradora del Río Uruguay.