Caso de Las Papeleras Argentina Vs Uruguay en La Corte Internacional de Justicia de La Haya

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UNIVERSIDAD DE GUAYAQUIL

INSTITUTO DE DIPLOMACIA

“DR. ANTONIO PARRA VELASCO”


MAESTRIA EN RELACIONES INTERNACIONALES

MATERIA

SISTEMA DE NACIONES UNIDAS

DOCENTE: AB. JORGR SOSA MEZA


TRABAJO DE INVESTIGACIÓN

“LAS PAPELERAS”
CONFLICTO ARGENTINA VS URUGUAY

ELABORADO POR:

FRANCISCO XAVIER HARO VELASTEGUÍ

PERIODO LECTIVO

2018 – 2019
CASO DE LAS PAPELERAS ARGENTINA VS URUGUAY EN LA CORTE
INTERNACIONAL DE JUSTICIA DE LA HAYA

ANTECEDENTES

En 1961 entre Argentina y Uruguay se celebró


el Tratado del Río Uruguay y en 1975 el Estatuto
del Río Uruguay, donde, entre otros puntos, se
manifiesta la voluntad de establecer mecanismos
comunes, necesarios para el óptimo y racional
aprovechamiento del Río Uruguay, donde las
partes se obligan a:

a) Proteger y preservar el medio acuático y, en particular, prevenir su


contaminación, dictando las normas y adoptando las medidas apropiadas".

b) Se establece asimismo que "la Parte que proyecte la construcción de nuevos


canales, la modificación o alteración significativa de los ya existentes o la
realización de cualesquiera otras obras de entidad suficiente para afectar la
navegación, el régimen del río o la calidad de sus aguas, deberá comunicarlo
a la Comisión, la cual determinará sumariamente, y en un plazo máximo de
treinta días, si el proyecto puede producir perjuicio sensible a la otra Parte".

Durante las décadas de 1980 y 1990 Uruguay, con el apoyo del Banco Mundial, ha
promovido y subsidiado fuertemente el desarrollo de la forestación con especies
comerciales, principalmente pino y eucaliptus.

Uruguay, ha creado, hasta el año 2005, 800.000 hectáreas de bosques de eucalipto,


con el objetivo de llegar a mediano plazo a los 3 millones de hectáreas para dedicarse
a la producción de pulpa de celulosa para la industria del papel.

La plantación de eucaliptus y la instalación de plantas de pulpa de celulosa es una


estrategia productiva que se está generalizando en Sudamérica: “las plantaciones de
eucaliptos y pinos en Argentina, Brasil, Chile y Uruguay representan el 40 % de los
10 millones de plantaciones de árboles de rápido crecimiento existentes en el
mundo”.

En el caso de Argentina, las plantaciones de eucaliptus se han concentrado en las


provincias de Corrientes y Entre Ríos, sobre todo esta última, alcanzando
220.000 hectáreas entre ambas para el año 2005. Argentina cuenta con 10 plantas
de celulosa de cierta envergadura y produce 800.000 toneladas (2004).
Los gobiernos de las provincias de Corrientes y Entre Ríos, llevaron adelante
contratos con empresas multinacionales de la celulosa para la instalación de plantas,
desde la década de 1980.

En 2002, el gobierno uruguayo presidido por Jorge Batlle negoció con dos empresas
multinacionales, la española ENCE y la finlandesa Botnia, la instalación de dos
grandes plantas de celulosa (500.000 y 1´000.000 de toneladas respectivamente). El
Proyecto de ENCE se denomina “Celulosa M’Bopicuá - CMB”, y el proyecto de Botnia
se denomina “Orion”. Algunos analistas sostienen que se trata de la transformación
productiva más importante de la historia uruguaya. A principios de 2006 la gigante
empresa sueco-finlandesa Stora Enso ofreció instalar en la zona una tercera planta
de celulosa de 1 millón de toneladas.

Botnia decidió construir su planta a orillas del caudaloso río Uruguay, frontera
internacional entre los países de Argentina y Uruguay, a 4 y 12 km respectivamente,
río arriba de la ciudad uruguaya de Fray Bentos. Stora Enso, por el contrario,
propuso construir su planta sobre el Río Negro, interno de Uruguay. Por su parte
ENCE, española, decidió hacerlo en Conchillas, más al Sur y ya frente a la provincia
de Buenos Aires, cuyos habitantes no se oponen.

Fray Bentos (Uruguay) es una ciudad de 25.000 habitantes que tuvo un brillante
pasado industrial con eje en la industria de la carne, tiene un conocido balneario
turístico (Las Cañas) sobre el río Uruguay, siete kilómetros aguas abajo, y es la capital
del Departamento de Río Negro, donde se han concentrado las plantaciones de
eucaliptos.

Gualeguaychú (Argentina), es una ciudad de 81. 000 habitantes ubicada a 8 km del


río Uruguay y a 30 km de Fray Bentos (43 km por ruta), que se ha desarrollado
rápidamente como un destino turístico, cercano a la ciudad se encuentra el balneario
Ñandubaysal, ubicado sobre el Río Uruguay frente a Fray Bentos. En ese lugar se ha
construido el Puente Internacional Libertador San Martín, de gran importancia
turística y comercial para ambos países.

La planta de ENCE, proyecta producir 500. 000 toneladas y la de Botnia, 1´000.000


de toneladas de celulosa al año. Esta última será una de las plantas de celulosa más
grandes del mundo, constituye la mayor inversión de carácter industrial en la historia
del Uruguay y también la mayor inversión del sector privado industrial de Finlandia
en el exterior. Los proyectos tienen una inversión total de 1.860 millones de dólares,
de los cuales el Banco Mundial podría financiar hasta 400 millones. En las obras
trabajan unos 2.000 trabajadores en la construcción, 2.500 en actividades
metalúrgicas y, una vez instaladas, habrán generado unos 300 puestos de trabajo
directos.
LOS ACONTECIMIENTOS

Las primeras manifestaciones del problema se desarrollaron como una protesta social
y ambiental interna del Uruguay. Entre 1998 y 2001 por parte de grupos políticos y
sindicales que criticaron el marco jurídico que se le otorgó a las empresas para su
instalación en Uruguay. Por otra parte, la organización ambiental Grupo Guayubira
y Greenpeace criticaron la instalación de las plantas de celulosa y se opusieron a la
misma invocando razones de contaminación ambiental.

En el 2003 los argentinos de Gualeguaychú se suman a los reclamos que venían


realizando los uruguayos. El VIII Congreso de la central sindical uruguaya PIT-CNT
resolvió convocar a la movilización contra la instalación de las plantas de celulosa.
El 24 de setiembre de 2003, 2500 uruguayos y argentinos se reunieron en el lado
argentino y firmaron la Declaración de Gualeguaychú. El 4 de octubre uruguayos y
argentinos realizaron el primer acto conjunto sobre el puente internacional para
oponerse a la construcción de las plantas.

En mayo del 2004 el Parlamento uruguayo ratificó el Tratado con Finlandia para
proteger la inversión de Botnia en Fray Bentos. En junio Argentina y Uruguay
llegaron a un acuerdo en la CARU (Comisión Administradora del Río Uruguay) para
la instalación de las plantas. A fines de 2004 Tabaré Vázquez ganó las elecciones
presidenciales y anunció que las plantas se construirían tal como estaba planeado.

El 30 de abril de 2005 una multitud de argentinos y uruguayos estimada en 40.000


personas tomaron el puente internacional. La gigantesca movilización sacudió a los
gobiernos argentino y uruguayo y el conflicto tomó relevancia nacional e
internacional. A partir de entonces parte de la población de Gualeguaychú se
organizó en la Asamblea Ciudadana Ambiental de Gualeguaychú, y comenzó a
desarrollar una acción permanente y masiva de oposición a la instalación de ambas
plantas, que a partir del 23 de diciembre se realizó principalmente mediante el
bloqueo de los puentes sobre el Río Uruguay.

Por su parte, la mayoría de la población uruguaya ve con optimismo la instalación de


las plantas de celulosa, porque percibe que las mismas implican excelentes
oportunidades de empleo y desarrollo industrial. Más adelante la población uruguaya
de Fray Bentos realizó una marcha masiva, encabezada por los trabajadores de
ambas plantas, en el que estaban presentes todos los sectores, apoyando la
construcción de las plantas, bajo el siguiente lema: “en defensa del trabajo, el
Uruguay productivo y la soberanía nacional”.

El Índice de Sustentabilidad Ambiental (Environmental Sustainability Index) del 2005,


que evalúa las trayectorias ambientales a largo plazo de 146 países y es realizado por
las Universidades de Yale y de Columbia, ubica a Uruguay y a Argentina en los
puestos 3º y 9º respectivamente. A su vez, Finlandia figura en el 1º puesto, en tanto
que España figura en el puesto 76º.
Como consecuencia del conflicto social planteado, el 5 de mayo de 2005 los
presidentes de Argentina, Néstor Kirchner, y Uruguay, Tabaré Vázquez, acordaron
crear una Comisión Binacional para analizar el impacto ambiental. La Comisión
debía trabajar durante 180 días.

Las relaciones entre Uruguay y Argentina relacionadas con el Río Uruguay están
reguladas en un tratado internacional de 1975 conocido como Estatuto del Río
Uruguay que establece:

➢ un régimen de comunicaciones e inspecciones frente a cualquier obra que


pueda afectar la calidad de las aguas (arts. 7 a 12);
➢ el compromiso de prevenir la contaminación de las aguas (art. 41);
➢ la responsabilidad por daños de un país frente al otro por la contaminación
que causaren las actividades (art. 42);
➢ la jurisdicción de la Corte Internacional de Justicia de la Haya para resolver
cualquier conflicto (art. 60).

Ese mismo año de 2005, y paralelamente a las negociaciones entre los gobiernos, el
Centro de Derechos Humanos y Ambiente (CEDHA), en representación de casi 40,000
personas, presentó una queja a la Ombudsman de la Corporación Financiera
Internacional (CFI) del Banco Mundial. En noviembre la Ombudsman de la CFI
(Banco Mundial) produjo su Informe de Evaluación Preliminar señalando importantes
carencias en los procedimientos el 23 de diciembre de 2005 la Asamblea Ambiental
de Gualeguaychú inició una acción sistemática de bloqueo del paso de vehículos
hacia Uruguay afectando seriamente la economía uruguaya.

El 31 de enero de 2006, fracasó la Comisión Binacional. Las posiciones políticas y los


informes técnicos aportados por cada país diferían de tal modo que fue imposible
llegar a un acuerdo. Uruguay se apoyó en el informe ambiental elaborado por
el Banco Mundial en diciembre de 2005. Argentina cuestionó la localización de las
plantas, realizó varias críticas al informe del Banco Mundial y a los informes de las
empresas y exigió un informe independiente.

El 11 de abril de 2006 la Corporación Financiera Internacional (Grupo Banco


Mundial), publicó un informe de un panel de expertos independientes que
examinaron los comentarios realizados al borrador del estudio de impacto acumulado
de las dos plantas de celulosa. Según informó el Banco Mundial:

El panel de expertos, integrado por los canadienses Wayne Dwernychuck and


Neil McCubbin, identificó la clara necesidad de dar a conocer información y
análisis adicionales para determinar con precisión los impactos ambientales
de las plantas CMB y Orion.

El panel sostuvo también que:


Los comentarios que expresan la preocupación de que las plantas causen
daños ambientales catastróficos carecen de sustento, son irrazonables e
ignoran la experiencia de muchas otras modernas plantas kraft de celulosa
blanqueada. Sin embargo, algunos comentarios que sugieren mejoras en
ciertos aspectos del diseño, definiciones de procedimientos operativos y
monitoreo de las descargas ambientales de las plantas son válidos, y ameritan
implementación.

En defensa de sus respectivas posiciones, Uruguay inició en abril una demanda


contra la Argentina ante el sistema de controversias del Mercosur, y la Argentina
inició en mayo una demanda contra Uruguay ante la Corte Internacional de Justicia.

El 12 de junio de 2006 la Academia Nacional de Ingeniería de la Argentina hace llegar


al presidente Kirchner una nota acompañada por un documento titulado «Documento
sobre las Plantas de Pasta Celulósica a orillas del Río Uruguay». Dicho documento
tuvo poco eco en los medios de difusión argentinos, aunque fue publicado por la
revista «Gestión Ambiental Empresaria» y pueden encontrarse algunas referencias al
mismo en la red. El documento, que considera la operación conjunta de las dos
plantas, termina con el siguiente párrafo:

En conclusión, los parámetros ambientales resultantes de la operación de las plantas


estarán dentro de los límites estrictos de normas ambientales. De acuerdo a ello no
se esperan efectos adversos sobre la salud o la biodiversidad y no se generará
contaminación sobre costas y territorio argentino.

No obstante, La Academia Nacional de Ingeniería considera como una cuestión


fundamental el monitoreo y control del cumplimiento estricto de las condiciones de
diseño, durante la operación de las plantas. Debe tenerse en cuenta que no es
suficiente que las plantas hayan sido diseñadas y que sean construidas para cumplir
con todas las normas sobre contaminación, pues durante el posterior funcionamiento
se presentarán situaciones en las que la presión por reducir costos podría llevar a las
empresas al incumplimiento de algunas exigencias aceptadas originalmente.

Se trata por lo tanto de un caso característico que requiere regulación y control


gubernamental. Tratándose de un recurso hídrico compartido y estando su
utilización sujeta a tratados suscriptos entre la Argentina y La República Oriental del
Uruguay esa tarea deberá ser responsabilidad y atribución conjunta de los gobiernos
de ambos países.

El 22 de setiembre de 2006 la empresa ENCE anunció que trasladaría la planta que


proyectaba construir en Fray Bentos, fundando la decisión en la inconveniencia de
que dos plantas de celulosa operaran en el mismo lugar. Poco después informó que
el lugar nuevo escogido por la empresa es Punta Pereyra, departamento de Colonia,
sobre el río de la Plata.
El 8 de octubre de 2006 la Corporación Financiera Internacional (Banco Mundial),
publicó por error en su sitio web el informe definitivo sobre impacto ambiental de las
plantas en Fray Bentos. Según el diario argentino La Nación en un artículo
titulado Aval a las papeleras en el Banco Mundial:

El nuevo estudio afirma que las emisiones de las plantas no tendrán efectos
perjudiciales en la calidad del agua del río Uruguay, ni en la costa argentina ni
en la uruguaya. Respecto de la calidad del aire, establece que no se afectará la
salud humana, aunque agrega que podría detectarse olor entre cuatro y diez
veces por año en zonas próximas a las plantas y, posiblemente, en Fray Bentos.

El informe incluye seis anexos dedicados a analizar el proceso de producción y la


tecnología, las plantaciones, la calidad del aire, la calidad del agua, el impacto
socioeconómico, el transporte, el compromiso público, los términos de referencia y el
glosario. El nuevo informe podría liberar los créditos solicitados por Botnia y ENCE
al Banco Mundial para construir las plantas.

Como protesta ante el contenido del nuevo estudio del Banco Mundial las asambleas
ciudadanas de Gualeguaychú y Colón decidieron comenzar nuevamente a cortar las
rutas de acceso al Uruguay durante el fin de semana del 14 y 15 de octubre de 2006,
de importancia turística debido al feriado del 12 de octubre. En el caso del Puente
General Artigas que une las localidades de Colón y Paysandú el corte tuvo que
levantarse porque muy poca gente adhirió a ese tipo de protesta.

El 6 de noviembre de 2006, en el marco de la XVI Cumbre Iberoamericana que se


realizó en Montevideo, se informó que el Rey Juan Carlos I de España comenzaría a
actuar como facilitador del diálogo entre la Argentina y Uruguay.

El 21 de noviembre de 2006, el Banco Mundial aprobó el otorgamiento del crédito a


la empresa Botnia por un total de 170 millones de dólares, con una garantía de
crédito que asciende a los 350 millones de dólares. La moción fue aprobada por 23
de los 24 directores ejecutivos. Entre los fundamentos de su decisión el Banco
Mundial indicó que «un informe independiente publicado recientemente ofreció
pruebas concluyentes de que el área local, incluida la ciudad argentina de
Gualeguaychú, no sufrirán repercusiones medioambientales adversas».

En respuesta, la Asamblea de Gualeguaychú dispuso el corte por tiempo


indeterminado de la ruta 136 que accede al Puente Libertador General San
Martín por el lado argentino, endureciendo su posición contra ambos gobiernos.

El 29 de noviembre Uruguay reclamó medidas cautelares contra la Argentina ante


el Tribunal Internacional de La Haya por los cortes de ruta realizados por la Asamblea
de Gualeguaychú en el juicio que allí tramita por la cuestión. El tribunal ordenó
realizar las audiencias de presentación del caso y defensa los días 18 y 19 de
diciembre y finalmente terminó rechazando el reclamo uruguayo el 23 de
enero de 2007.
El 30 de noviembre el presidente de Uruguay ordenó movilizar al Ejército para
custodiar la planta de Botnia contra eventuales ataques que pudiera sufrir. Pocos
días después, a pedido de la empresa Botnia, ordenó el retiro de las tropas.

El 25 de setiembre del 2007, el presidente Vázquez se declaró optimista frente a la


posibilidad de una salida al conflicto, señalando que el hecho de que Argentina haya
retirado su pedido de "relocalizar" Botnia permitió "relanzar" el diálogo.

El 1 de octubre el presidente Néstor Kirchner negó que acepte la instalación de la


"pastera" Botnia y aclaró que lo que dijo fue "que no se podía generar expectativa de
lograr la relocalización" de la planta de celulosa "porque Uruguay no lo acepta". Al
término de una reunión con el gobernador Busti, y en conferencia de prensa, Kirchner
se manifestó "sorprendido" por las versiones periodísticas que la atribuyeron la frase
"la planta está ahí y no hay nada que hacer".

El 7 de octubre, unos 300 ambientalistas uruguayos y argentinos crearon en la


ciudad de Nueva Palmira (Uruguay) la Asamblea Regional Ambiental del Río Uruguay
que coordinará sus movilizaciones contra la construcción de la papelera. El ingreso
de los ambientalistas argentinos al territorio uruguayo si bien no fue impedido, tuvo
que atravesar un fuerte operativo policial y control migratorio.

El 1 de noviembre el ministro uruguayo Mariano Arana autorizó la puesta en


funcionamiento de la planta de celulosa de Botnia, pero tres horas después la misma
fue suspendida por el presidente Vázquez, a pedido del rey de España Juan Carlos I,
con el fin de facilitar su mediación y un eventual acuerdo en la XVII Cumbre
Iberoamericana.

El 8 de noviembre, en el marco de la Cumbre Iberoamericana en Santiago de Chile,


con la presencia del rey de España y los presidentes de ambos países, se realizaron
reuniones de alto nivel con el fin de alcanzar un acuerdo, que fracasaron. Según el
gobierno uruguayo la causa del fracaso fue la negativa argentina a levantar los cortes
de ruta, mientras que, para el gobierno argentino, la razón se debió a la falta de
voluntad de diálogo por parte de Uruguay.

Esa noche el presidente Tabaré Vázquez ordenó la puesta en funcionamiento de la


planta de Botnia, decisión que mereció una protesta enérgica por parte de Argentina
y la respuesta del presidente Vázquez sosteniendo que se trataba de una decisión
soberana. Por su parte, el presidente español se mostró sorprendido y anunció que
el rey se reuniría con Tabaré Vázquez a fin de conocer las razones de la decisión, lo
que sucedió poco después, sin que se emitiera un comunicado oficial sobre la misma.

El 9 de noviembre se puso en funcionamiento la planta de celulosa de Botnia, y


Uruguay cerró temporalmente el puente Fray Bentos-Gualeguaychú, para evitar
eventuales manifestaciones de argentinos frente a la planta. Los manifestantes
realizaron protestas por agua, el 10 de noviembre, en embarcaciones, frente a la
planta objeto del conflicto, sin que se registraran incidentes.

Desde el comienzo del funcionamiento de la fábrica el gobierno uruguayo ha afirmado


que "en materia medioambiental todo está dentro de los parámetros que se
consideran aceptables a nivel internacional".

El 20 de enero del 2008, se da a conocer un informe independiente elaborado por la


Organización no gubernamental ambientalista Green Cross. El mismo señala que a
70 días del comienzo de las operaciones de la planta de Botnia en Fray Bentos, el
primer monitoreo independiente que se conoce realizado en la margen argentina del
río Uruguay concluye que el aire de Gualeguaychú no sufrió ningún impacto de gases
contaminantes por la producción de celulosa.

En la primera quincena de enero del 2009, el Gobierno argentino decidió rechazar los
cortes de ruta en Entre Ríos pues, "no contribuyen en nada al objetivo" de los
asambleístas. Estos seguían firmes en su postura y habían anunciado que
extenderían su protesta en Colón y además habían analizado la posibilidad de llevar
los bloqueos a la ciudad de Concordia, pero al no haber consenso debido a la
oposición de los comerciantes decidieron hacer solamente entrega de volantes para
crear conciencia sobre el problema.

El 16 de enero los ambientalistas entrerrianos llevaron sus reclamos a la ruta 135,


pero no lograron impedir el paso de autos hacia el Uruguay debido a la presencia de
aproximadamente 200 efectivos de Gendarmería argentina.

A mediados de enero los diarios informaron que el titular del Instituto Nacional de
Tecnología Industrial (INTI), Enrique Martínez, había dicho que los estudios
realizados bimestralmente desde agosto del 2008 no indicaban ningún grado de
contaminación. El 3 de febrero en reunión con el Intendente de Gualeguaychú, Juan
José Bahillo, e integrantes del equipo técnico de la Asamblea Ambiental negó dichas
declaraciones.

En el 2010, centenares de argentinos se manifestaron en el puente José de San


Martín de Gualeguaychú, para protestar por el fallo dictado por el Tribunal
Internacional de La Haya, sosteniendo que se mantendría el corte, hasta tanto la
empresa fuera cerrada definitivamente.

Mientras tanto el día 29 de abril se sucedió una reunión bilateral entre los presidentes
de Argentina y Uruguay para tratar de destrabar el conflicto a nivel del bloqueo de la
ruta que une a ambos países. Luego de la reunión los presidentes brindaron una
conferencia de prensa en la anunciaron "un proceso de reencauzamiento definitivo
entre ambos países", esquivaron tratar el tema del corte que mantienen los
asambleístas como símbolo de su lucha contra la ex Botnia (hoy UPM). Dicha reunión
fue considera "lastimosa" por los ambientalistas, por no haberse considerado el tema
del bloqueo de la ruta y confirmaron que continuarán con "el plan de lucha" en tanto
no se "erradique la pastera".

En tanto se expresan diversas reacciones sobre el conflicto. El presidente del Instituto


Nacional de Tecnología Industrial (INTI), Enrique Martínez, reconoció que "la
manifestación política que representó la marcha es categórica", pero dijo que la
Asamblea de Gualeguaychú “no conoce lo que pasa en el río” y que “se mira el ombligo
todo el tiempo y no entiende la realidad”. Advirtió que, además de la pastera ubicada
en Fray Bentos, “hay otras ciudades, otras industrias que contaminan”. “El efecto de
los efluentes cloacales de las ciudades argentinas hoy es mayor que el de Botnia”.

Por su parte, el juez de la Corte Suprema de Justicia de Argentina, Eugenio Zaffaroni,


recriminó el método de protesta de la Asamblea Ciudadana Ambiental de
Gualeguaychú. En una conferencia, sostuvo que esas medidas son válidas siempre
que busquen llamar la atención ante "necesidades urgentes" durante un tiempo
determinado. Zaffaroni dijo que la protesta de Gualeguaychú es "ilegítima".

El 16 de junio de 2010 la Asamblea Ciudadana Ambiental de Gualeguaychú resolvió,


por 402 votos contra 315, negociar con el gobierno argentino, permitir el paso de
vehículos y quedarse al costado de la ruta internacional N° 136. A diferencia de
votaciones anteriores, la sesión estuvo marcada por fuertes presiones del gobierno,
que había denunciado por 18 delitos penales a un grupo no determinado de dirigentes
del colectivo ambientalista. Se acordó una serie de peticiones cuyo cumplimiento la
Asamblea volvería a evaluar en 60 días.

En octubre de 2013 el conflicto reapareció al debido a la decisión del presidente de


la República Oriental del Uruguay, José Mujica, de autorizar a la empresa UPM, para
aumentar un 10% la producción de la planta de celulosa ubicada en Fray Bentos,
pasando a 1,1 millones de toneladas anuales. El gobierno argentino anunció que
recurriría a la Corte Internacional de la Haya, debido a que consideraba que el
Tratado del Río Uruguay firmado por ambos países, establece que cualquier decisión
de una parte que impactase en las aguas comunes debe ser consultada a la otra.

LOS CORTES DE LAS RUTAS

Uruguay ha puesto el acento en la extrema gravedad, las repercusiones económicas,


los aspectos legales y las implicancias internacionales de los extensos cortes de rutas
realizados por la Asamblea de Gualeguaychú, sobre todo a partir del 23 de diciembre
de 2005, y ha anunciado que demandará a la Argentina por los daños y perjuicios
que los mismos le han causado. Las pérdidas para el Uruguay en concepto de turistas
no ingresados y transacciones comerciales no concretadas ascienden a los 400
millones de dólares, según la opinión del canciller uruguayo Reinaldo Gargano.

A partir del 30 de diciembre de 2005 el sector más intransigente de oposición a la


instalación de las plantas propuso cortar en varias ocasiones, simultáneamente, los
tres puentes que unen a los dos países (Salto-Concordia, Paysandú-Colón y Fray
Bentos - Gualeguaychú), para colocar a Uruguay en situación de cuasi-bloqueo. Ello
no llegó a suceder porque la población de la ciudad argentina de Concordia no aceptó
la propuesta de cortar el puente y decidió, en cambio, informar del conflicto a los
viajeros mediante folletos entregados personalmente.

Esta situación cambió en enero de 2007, momento a partir del que los tres puentes
comenzaron a ser cortados de manera simultánea varias veces, lo que supuso para
Uruguay graves perjuicios al tránsito del turismo desde Argentina y al transporte de
mercaderías. Luego del fin de la temporada turística estival del 2007 se levantaron
los cortes en todos los puentes excepto en el que une Fray Bentos con Gualeguaychú.

El corte de los tres puentes en forma simultánea se volvió a retomar a partir del 31
de marzo de 2007, extendiéndose durante toda la Semana Santa para afectar
directamente el flujo turístico que en ese período transita hacia Uruguay.

Debido a los cortes de las rutas de acceso al Uruguay, en diciembre de 2005 el


tránsito de personas por el puente disminuyó un 32%. En enero la reducción fue
mucho mayor aún y en los meses de febrero y marzo el bloqueo en dos de los puentes
internacionales fue total. Los cortes han generado grandes daños al turismo y al
transporte comercial, si se tiene en cuenta que normalmente por el puente cruzan
250 camiones por día.

El gobierno de Uruguay ha expresado categóricamente que no aceptará diálogo


alguno con el gobierno de la Argentina mientras continúen los cortes, y que considera
que se trata de una conducta violatoria del derecho internacional, especialmente,
del Tratado de Asunción que en su artículo 1º señala que el Mercosur "implica la libre
circulación de bienes, servicios y factores productivos entre los países...".

Por otra parte, Uruguay criticó la inacción del gobierno argentino por no ordenar el
desbloqueo de los puentes por la fuerza y sostuvo que el conflicto debía ser resuelto
por el Mercosur.

Debido a los cortes de ruta, Uruguay solicitó medidas cautelares contra la Argentina
ante la Corte Internacional de Justicia de la Haya en el juicio que allí tramita sobre
la cuestión.
ACCIONES LEGALES

CORTE INTERNACIONAL DE JUSTICIA

DEMANDA DE ARGENTINA
Argentina, utilizando un mecanismo previsto en el Estatuto del Río Uruguay y como
país miembro de la Organización de las Naciones Unidas, al igual que Uruguay,
recurrió a la Corte Internacional de Justicia el 4 de mayo de 2006, para que se
dictamine sobre la presunta violación del Estatuto.

ARGUMENTOS DE ARGENTINA
Los principales argumentos de la demanda presentada por la Argentina son que, a
pesar del trabajo conjunto en la CARU, estaba pendiente una cantidad de
información que nunca fue provista, que no existen estudios sobre el lugar de
localización de las plantas o sitios alternativos, que los informes realizados por las
empresas son insuficientes y que, para determinar la sustentabilidad ambiental de
las plantas, debiera realizarse un estudio independiente de las partes en conflicto.

La demanda incluye la solicitud de una medida cautelar previa de suspensión de la


construcción de las plantas basada en que son una amenaza actual de daños
irreparables sociales y económicos.

ARGUMENTOS DE URUGUAY
Los principales argumentos de la defensa de Uruguay son que respetó no sólo el
Estatuto del Río Uruguay, de 1975, sino, además, la totalidad del Derecho
Internacional y los principios generales del derecho. A su vez Uruguay sostuvo que
la Argentina desconoció normas del Derecho Internacional al permitir los cortes de
ruta realizados por pobladores de las ciudades argentinas cercanas a las plantas de
celulosa.

Uruguay sostiene que existieron constantes conversaciones e intercambios de


información entre Argentina y Uruguay sobre este asunto, de las cuales dan cuenta
incluso documentos del gobierno de Buenos Aires, que convalidaron lo actuado con
Uruguay, mencionando, entre otros documentos, el mensaje a la Nación del gobierno
argentino enviado al Parlamento en el año 2004, en el que se hace expresa referencia
al tema. En el mismo Argentina alude a responsabilidades y atribuciones de la CARU
y se dice, en la página 127, que las diferencias o los temas vinculados con la
instalación de plantas de celulosa en Fray Bentos "han quedado resueltos entre ambos
países". A su vez esto refleja lo que en su momento la CARU reconoció en un acta y
que, además, se recogió en un encuentro entre los entonces cancilleres, Rafael Bielsa,
de Argentina, y Didier Opertti, de Uruguay. Finalmente, Uruguay sostuvo que las
plantas de celulosa utilizarán la mejor tecnología disponible de acuerdo con los
estándares europeos que entrarán en vigencia en el año 2007. Para fundamentar sus
argumentos Uruguay citó los estudios de impacto ambiental realizados por las
empresas Botnia y ENCE, el Estado uruguayo, 86 y las tres evaluaciones encargadas
por la CFI (Grupo Banco Mundial).
AUDIENCIAS

En la primera audiencia ante la Corte Internacional de Justicia, realizada el 8 de


junio de 2006, Argentina afirmó que se ha violado lo dispuesto en el estatuto del Río
Uruguay, expuso la necesidad de suspender las obras por 90 días e hizo hincapié en
la necesidad de realizar un estudio de impacto ambiental mediante partes ajenas al
conflicto, mientras que la delegación de Uruguay expuso lo contrario, afirmando que
no hay evidencias objetivas de daños ambientales previsibles y que la tecnología a
emplear es la mejor disponible, contemplada en la legislación de la Unión Europea.
La segunda ronda de exposiciones se realizó al día siguiente, donde se hicieron
similares consideraciones.

DICTAMEN SOBRE LAS MEDIDAS PROVISIONALES SOLICITADAS POR


ARGENTINA

El 13 de julio de 2006 la Corte Internacional de Justicia rechazó por 14 votos contra


1 las medidas provisionales solicitadas por Argentina de suspender la construcción
de las plantas de celulosa y exigir a Uruguay cooperar de buena fe. La comunicación
oficial de la Corte Internacional de Justicia dice:

Sobre la suspensión de las autorizaciones para construir las plantas y de los trabajos
de construcción mismos:

Con respecto a la primera sección del requerimiento de Argentina (...) Argentina no


ha presentado a la presente evidencia que sugiera que alguna contaminación
resultante pueda tener el carácter de causar daño irreparable al río. En todo caso la
amenaza de tal contaminación no es inminente en tanto que no se espera que las
plantas sean operacionales antes de agosto de 2007 en un caso y junio de 2008 en
el otro (...) La Corte, de todos modos, pone en claro que, procediendo con las obras,
Uruguay "necesariamente asume todos los riesgos relacionados con cualquier
constatación de los cuestiones de fondo que la Corte pueda realizar en el futuro" y
que la construcción de las plantas en los lugares actuales no puede ser utilizado para
crear un hecho consumado.

Sobre una orden requiriendo a Uruguay cooperar de buena fe con Argentina y


asegurar que la disputa no se vea agravada:

La Corte luego atiende la segunda sección del requerimiento de Argentina (..) pero,
desde que Uruguay, hablando a través de su Agente en la conclusión de las
audiencias, reiteró "su intención de cumplir en un todo con el Estatuto del Río
Uruguay de 1975" y, como prueba de esa intención, ofreció "realizar... continuos
monitoreos conjuntos" con Argentina, la Corte no considera que exista base para
indicar las restantes medidas provisionales requeridas por Argentina.

Advertencia sobre el hecho que la Corte no se ha expedido sobre las cuestiones de


fondo:
La Corte concluye que nada en esta decisión prejuzga la cuestión de su jurisdicción
para decidir sobre las cuestiones de fondo del caso o cualquier cuestión relacionada
con la admisibilidad de la demanda o de las cuestiones de fondo en sí mismas. La
decisión tampoco afecta el derecho de Argentina de presentar nuevos requerimientos
para indicar medidas provisionales basadas en nuevos hechos.

MEDIDAS CAUTELARES SOLICITADAS POR URUGUAY

El 29 de noviembre de 2006, Uruguay solicitó medidas cautelares contra la Argentina


ante el Tribunal Internacional de La Haya por los cortes de ruta realizados por la
Asamblea de Gualeguaychú.

ARGUMENTOS DE URUGUAY
Uruguay sostiene que el gobierno argentino intencionalmente no reprime la protesta
mediante cortes de rutas por parte de grupos ecologistas de Gualeguaychú para
utilizarlo como mecanismo de chantaje, agravando el conflicto diplomático. Sostiene
también que los cortes son “una amenaza de asfixiar la economía de Uruguay”.
Como remedio a esa situación Uruguay solicitó tres medidas cautelares:

➢ para prevenir o dar finalización a la interrupción del tránsito entre ambos


países;

➢ para que Argentina se abstenga de cualquier medida que pueda agravar,


extender o hacer más dificultoso un acuerdo;

➢ para que Argentina se abstenga de realizar cualquier otra medida que pueda
perjudicar los derechos de Uruguay en disputa ante la Corte.

ARGUMENTOS DE ARGENTINA
Argentina sostiene que es falsa la vinculación que Uruguay hace del conflicto
diplomático regulado por el Estatuto del Río Uruguay y los cortes de ruta realizados
por los grupos ecologistas de la población de Gualeguaychú, y que la Corte
Internacional no es competente para intervenir en él más allá de la causa que ya se
encuentra en trámite, presentada por la Argentina. Sostiene también que el gobierno
argentino tiene una política de no represión de las protestas de corte de ruta, y se ha
llevado a cabo en todos los casos, y no solo en el caso de los cortes de las rutas que
conducen al Uruguay.

AUDIENCIAS

Los días 18 y 19 de diciembre se realizaron las audiencias para la presentación del


caso y defensa, respectivamente.
DECISIÓN DEL TRIBUNAL SOBRE LAS MEDIDAS CAUTELARES RECLAMADA
POR URUGUAY

El 23 de enero de 2007 la Corte Internacional de Justicia rechazó por catorce votos


contra uno la demanda uruguaya. En su resolución la Corte dice:

Concluyendo con su examen la Corte no encuentra que haya al presente un riesgo


inminente de perjuicio irreparable a los derechos de Uruguay en disputa antes,
causados por los bloqueos de los puentes y rutas que conectan a ambos Estados.
Además, considera que los bloqueos en sí mismos no justifican que se ordenen las
últimas dos medidas cautelares requeridas por Uruguay, en ausencia de las
condiciones para que la Corte ordene la primera medida cautelar.

FALLO DEFINITIVO

El 20 de abril de 2010 el Tribunal Internacional de La Haya dictó la sentencia, que


es definitiva e inapelable. La cláusula operativa de fallo está integrada por tres
párrafos, que se transcriben textualmente a continuación:

La Corte:
Encuentra que Uruguay ha incumplido sus obligaciones procesales impuestas por los
artículos 7 a 12 del Estatuto del Río Uruguay de 1975 y que la declaración por la Corte
de este incumplimiento constituye una satisfacción apropiada. (13 votos a favor, 1 en
contra).

Encuentra que Uruguay no ha incumplido sus obligaciones sustanciales impuestas por


los artículos 35, 36 y 41 del Estatuto del Río Uruguay de 1975. (11 votos a favor, 3 en
contra).

Rechaza todas las demás pretensiones de las partes. (Unanimidad)

En base a los argumentos y pruebas presentadas por las Partes a lo largo del Proceso,
la Corte Internacional de Justicia de Naciones Unidas dictaminó el 20 de abril de
2010

Por 13 votos contra 1 encuentra que la República Oriental del Uruguay (ROU) ha
incumplido con sus obligaciones procesales que surgen del articulo 7 a 12 de
Estatuto del rio Uruguay sobre el procedimiento referente a la información que se da
a la otra Parte.

Por 11 votos contra 3 La Corte encuentra que la ROU no ha incumplido con sus
obligaciones según los artículos 36 y 41 del Estatuto de 1975 sobre la preservación
y cuidado del medio ambiente.

Por Unanimidad La Corte rechaza todas las restantes presentaciones de las Partes.
En cuanto al primer punto de la decisión, La Corte dejó en claro que Uruguay debió
haber informado a la CARU (Comisión Administradora del Río Uruguay), antes de dar
aprobación unilateral, sobre la intención de habilitar un emprendimiento que
pudiera afectar al Río, sus recursos o la población que habita en las cercanías. La
Corte considera que el Estado que proyecta las actividades debe informar a la CARU
cuando cuenta con un proyecto lo suficientemente armado, para que ésta pueda
determinar si causará un daño a la otra parte.

En este sentido Uruguay incurrió en responsabilidad Internacional ante un Ilícito.


Sin embargo, en la operacionalización de esta sentencia, La Corte declaró que la
constatación de estas violaciones constituye una satisfacción apropiada, es decir, el
sólo hecho de reconocerlas es suficiente indemnización para la Argentina.
Finalmente, el cierre definitivo lo realizaría declarando que la cooperación de las
Partes en fundamental para el cumplimiento efectivo del estatuto y que, de aquí en
más, la CARU deberá ser consultada con la debida anticipación sobre cualquier
acción que se quiera llevar a cabo sobre el río compartido.

En su segundo punto, resolvió que no existieron violaciones de fondo de las


obligaciones emanadas de los artículos 36 y 41 referentes al cuidado y protección del
medio ambiente. Los monitoreos, controles de plante e informes de impacto
presentados ante La Corte no han logrado demostrar que los niveles de
contaminación de Botnia se encuentren fuera de los estándares permitidos a nivel
nacional e internacional.

Es importante aclarar que la Corte no afirmó que Botnia no contaminaba, sino que
la contaminación emitida se encontraba dentro de los parámetros internacionales
permitidos. Por lo tanto, Uruguay no se encontró de ninguna manera incumpliendo
las obligaciones emanadas del Estatuto de 1975. En palabras de la CIJ: “No se
encontró evidencia suficiente” para resolver sobre la cuestión.

Finalmente, la CIJ terminó por desestimar los restantes reclamos de las Partes al
considerarlos fuera de su jurisdicción. Dentro de esta área se encuentra las
denuncias Argentinas sobre contaminación visual, sonora y “malos olores”, dado que
no son conceptos abordados en los artículos del Estatuto del Río Uruguay del 1975,
cuya presunta violación motivó la denuncia.

Así, el Tribunal dictaminó que la violación del Tratado del Río Uruguay fue de “forma”
y no de “fondo”, y por lo tanto no consideró necesarios ni la reparación monetaria ni
el desmantelamiento y traslado de la Papelera. La decisión tiene carácter vinculante
pero la CIJ no cuenta con mecanismos punitivos en caso de incumplimiento de
sentencia.

Sobre sus repercusiones: La agenda ambiental nacional e internacional y el


desafío de La Corte.
A poco más de una semana del dictado del Fallo sobre el caso Papeleras, pareciera
que el interés de los medios de comunicación sólo se centrara en la relocalización o
no de Botnia y el futuro del famoso corte de ruta realizado por la Asamblea de
Gualeguaychú hace ya dos años. Sin embargo, Papeleras nos dejó mucho más que
un trago agridulce y un velo de incertidumbre sobre el porvenir del río Uruguay.

A nivel nacional, el trabajo, movilización y esfuerzos de la comunidad impactada han


sido constantes y han logrado comprometer a la más alta autoridad de nuestro país
con la agenda ambiental. Antes del conflicto, las prioridades de la Política nacional
se centraban en diversas temáticas (sobre todo la económica). Con el caso de
Papeleras, la sociedad civil argentina ha logrado modificar las prioridades, añadiendo
una agenda olvidada o poco tratada en Argentina. La lucha de esta comunidad se
convirtió en una lucha nacional por la conservación y protección de uno de los
recursos más preciados en diversos foros internacionales judiciales y no judiciales,
hasta llegar al máximo órgano: la Corte Internacional de Justicia. Es de esta manera
como la agenda ambiental en Argentina creció y se fortaleció, vinculándola con el
desarrollo de políticas públicas por parte de las autoridades gubernamentales que
protejan de manera efectiva los recursos nacionales y a los ciudadanos.

A nivel internacional, el caso ha tenido repercusiones importantes en dos sentidos.


Por una parte, el desarrollo del conflicto y su apelación a diversos foros judiciales
regionales e internacionales y mecanismos no judiciales ha creado un modelo
estratégico para la presentación de quejas y denuncias en todo el mundo. La forma
en la que se llevó adelante el caso fue en múltiples escenarios e involucrando a las
Empresas, Gobiernos y financiadores (bancos privados e instituciones financieras
internacionales como el Banco Mundial). La estrategia logró un éxito inesperado en
la definición de conceptos claves las responsabilidades del financiador (nexo de
inversión), la “licencia social” que necesita para que un proyecto se lleve a cabo o la
promoción de evaluaciones de Impacto Ambiental Estratégicas (trasfronterizas) como
herramienta clave para prevenir daños irreversibles al ambiente. En la actualidad,
Papeleras se convirtió en un “caso modelo” para muchos países que se encuentran
en situaciones similares.

Por otro lado, presentó en la agenda ambiental internacional un desafío que La Corte
(según jueces participantes del caso) no ha sabido aprovechar. Los jueces
participantes del Tribunal a cargo del conflicto argentino-uruguayo, Awn Shawkat
Al-Khasawneh y Bruno Simma han presentado formalmente su opinión disidente
resaltando que La Corte debió haber consultado a expertos científicos para el análisis
de las pruebas presentadas. Su desacuerdo se expresa sobre el punto 2 de la
sentencia, el cual afirma que Uruguay no violó las obligaciones referentes al cuidado
y protección del ambiente.

Los jueces afirmaron que “La presente controversia entre Argentina y Uruguay se
refiere a una cuestión urgente en nuestro tiempo, el de la protección del medio
ambiente y la salud humana”. Dado el complejo componente científico que poseía el
caso, el Tribunal, utilizando sus plenas atribuciones, debería haber nombrado a sus
propios expertos. Este grave error metodológico ha impedido a la Corte sentar
jurisprudencia sobre casos con componentes científicos complejos. En palabras de
los jueces:

Se ha tenido ante sí un caso en el derecho internacional del medio ambiente de un


carácter ejemplar, un ejemplo de libro, por así decirlo, de la contaminación
transfronteriza supuesta, sin embargo, la Corte ha abordado de una manera que
aumentará las dudas en la comunidad jurídica internacional si, como institución, está
bien situada para hacer frente a complejas cuestiones científicas…

Aun así, Papeleras ha aportado a la jurisprudencia de casos de Derecho Internacional


del medio ambiente en la CIJ. Este órgano no ha tenido que resolver sobre
demasiadas cuestiones ambientales, por lo que la presente disputa ha llevado al
organismo judicial internacional a conocer y entender los desafíos de los problemas
ambientales, acompañando la agenda internacional actual.

En resumen, el caso de Papeleras, a través del compromiso y movilización de los


vecinos de Gualeguaychú, ha colocado a agenda ambiental dentro de las prioridades
nacionales. Paralelamente, ha contribuido en la metodología de presentación de
casos y ha brindado un pantallazo general al organismo judicial internacional por
excelencia de las características de los conflictos ambientales y sus necesidades
particulares a la hora de brindar una solución efectiva. Botnia se queda, también el
Caso Papeleras.
CONCLUCION

Son pocos los casos de la CIJ que han contribuido al desarrollo del Derecho
Internacional ambiental. El asunto de las plantas de celulosa en el río Uruguay es
uno de ellos –probablemente el más importante, desde Gabikovo-Nagymaros–. Esto
explica que el Tribunal Internacional del Derecho del Mar ("TIDM") lo citara al año
siguiente en una opinión consultiva, corroborando que el Derecho Internacional
general contempla los EIA transfronterizos. Se le puede criticar a la CIJ cierta timidez
en su contribución, como lo hace Antonio Cançado Trindade en su opinión separada.

No obstante, se debe recordar que este es un tribunal con jurisdicción de base


voluntaria, por lo que depende de los estados que conforman la sociedad
internacional no solo para el cumplimiento de sus decisiones judiciales, sino para
seguir desempeñando su principal función: solucionar controversias internacionales.
Planteamientos muy progresivos podrían disuadir a potenciales litigantes, y eso es
algo que la CIJ quiere evitar, en la medida de lo posible.

Desde este punto de vista, que la sentencia del asunto de las plantas de celulosa
refrende la difícilmente definible noción de desarrollo sustentable, e interprete y
aplique principios como la prevención, precaución y la exigencia de un EIA en
proyectos de inversión con potenciales efectos para dos o más Estados, le asegura a
este caso un lugar destacado en la jurisprudencia internacional ambiental.

El hecho que tanto Argentina como Uruguay se hayan apoyado en estos principios al
momento de presentar y fundamentar sus respectivas posiciones confirma el rol
central que tienen actualmente en el Derecho Internacional. En este sentido, el fallo
de la CIJ reconoce estándares de conducta que podrán exigirse en lo sucesivo
respecto de cualquier Estado que quiera implementar proyectos que puedan tener un
impacto transfronterizo relevante en el medio ambiente.
ANEXOS

TRATADO DEL RIO URUGUAY (1961)

Tratado de Límites entre la República Argentina y la República Oriental del


Uruguay en el Río Uruguay
Los Gobiernos de la República Argentina y de la República Oriental del Uruguay
animados por el común propósito de estrechar los hondos e inalterables vínculos de
afecto y amistad que siempre han existido entre sus respectivos Pueblos, han resuelto
dar solución definitiva al problema de límites subsistentes en el tramo del Río
Uruguay que le es fronterizo.

Ambos Gobiernos considerando que, a pesar de tener idénticos derechos sobre el


referido tramo del río, existen otros factores que deben ser considerados al
delimitarlo, como ser su configuración general, las características de los canales
navegables, la presencia de islas en su cauce, títulos históricos y actos de jurisdicción
actual sobre las mismas, así como las necesidades prácticas de la navegación,
deciden adoptar como límite una línea de carácter mixto que contemple las
mencionadas particularidades y al propio tiempo otorgue la máxima satisfacción
posible a las aspiraciones e intereses de los dos Estados Contratantes.
Para ese fin han resuelto firmar un Tratado de Límites designando como sus
Plenipotenciarios, la República Argentina al Excelentísimo Señor Ministro de
Relaciones Exteriores y Culto Doctor Don Diógenes Taboada y la República Oriental
del Uruguay al Señor Ministro de Relaciones Exteriores Don Homero Martínez
Montero.

Los cuales después de haber canjeado sus respectivos Plenos Poderes que hallaron
en buena y debida forma, convinieron en los artículos siguientes:

ARTÍCULO 1º.-
El límite entre la República Argentina y la República Oriental de Uruguay en el río
Uruguay, desde una línea aproximadamente normal a las dos márgenes del Río que
pase por las proximidades de la punta sudoeste de la isla Brasilera hasta el paralelo
de Punta Gorda, estará fijada en la siguiente forma:

A) Desde la línea anteriormente mencionada que pasa por las proximidades de la


punta Sudoeste de la isla Brasilera hasta la zona del Ayuí (perfil donde se construirá
la presa de Salto Grande) el límite seguirá la línea media del cauce actual de río. Esta
línea hará las inflexiones necesarias para dejar bajo jurisdicción argentina las
siguientes islas e islotes:- islote Correntino, isla Correntina, isla Itacumbú, islotes
Itacumbú (dos), islas Timboy (dos) e islote del Infiernillo; y bajo jurisdicción uruguaya
las siguientes islas e islotes:- isla del Padre, isla Zapallo, isla Rica, isla Carbonera,
isla Misionera, isla Guaviyú, isla Sin Nombre (del Tigre, proximidades del Arroyo
Tigre), isla del Paredón, isla de las Vacas, isla Gaspar, isla Yacuy, isla Belén, isla del
Ceibal, isla Herrera, isla Verdún e islote adyacente, isla de Francia, isla Redonda e
islotes adyacentes, islotes del Naufragio (ocho), isla Salto Grande, isla de los Lobos
(dos), isla del Medio (una isla y cuatro islotes) e isla de Abajo (una isla y dos islotes).-
Las inflexiones se suprimirán cuando por efecto de las obras de la Presa de Salto
Grande queden sumergidas las islas e islotes que motivaron esas inflexiones.
B) I) Desde el Ayuí hasta un punto situado en la zona de bifurcación de los canales
de la Filomena y del Medio, el límite seguirá la línea que corre coincidentemente con
el eje del Canal Principal de Navegación.

II) Desde el punto situado en la zona de bifurcación de los canales de la Filomena y


del Medio hasta un punto situado en la zona en que estos canales confluyen, el límite
también se bifurcará en dos líneas.

a. Una línea correrá coincidentemente con el eje del Canal de la Filomena (Canal
Principal de Navegación) y será el límite al solo efecto de la división de las aguas;
quedando bajo la jurisdicción argentina las aguas situadas al occidente de esta línea,
y bajo la jurisdicción uruguaya las aguas situadas al oriente de esta línea.

b. Otra línea correrá por el Canal del Medio y será el límite al solo efecto de la división
de las islas, quedando bajo jurisdicción argentina las islas situadas al occidente de
ésta línea y bajo la jurisdicción uruguaya y con libre y permanente acceso a las
misma, las islas situadas al oriente de ésta línea.

III) Desde el punto en que confluyen los canales de la Filomena y del Medio hasta el
paralelo de Punta Gorda las líneas se unirán nuevamente en una única línea limítrofe
a todos los efectos, que correrá coincidentemente con el eje del Canal Principal de
Navegación.

En virtud de la delimitación establecida en los párrafos I, II y III del presente artículo,


quedarán bajo la jurisdicción argentina las siguientes islas e islotes: isla Pelada, isla
San José, isla Pepeají, islote Pospós, islote Sin Nombre (150 mts. al sur isla Pepeají),
isla Boca Chica, isla de Hornos, isla Caridad, isla Florida, isla Pelada (al norte y a
600 mts. de la isla Almirón), isla Oriental, isla del Puerto, islote Sin Nombre
(Calderón, entre Concepción del Uruguay e isla del Puerto), isla Cambacuá, isla Sin
Nombre (Garibaldi, al noreste de la punta norte isla Cambacuá), Sin Nombre (200
mts. al este de la isla Cambacuá), isla Canarios, isla del Tala, islote Sin Nombre
(adyacente al este de isla del Tala, arroyo Raigón), isla Vilardebó, isla Dolores, isla
Montaña, islas Dos Hermanas (tres), isla San Miguel, islote Osuna, isla Campichuelo,
islote Sin Nombre (adyacente este de la punta sur isla Dolores), isla San Genaro, isla
Corazón, isla Colón Grande, isla Tambor, isla Colón Chica, isla Cupalén, isla Sin
Nombre (al este punta sur isla Colón Chica y Volantín), isla Sin Nombre (entre isla
Cupalén y punta norte isla Rica), isla Rica, isla Volantín, isla Bonfiglio, isla de la
Jaula del Tigre, isla Sin Nombre (Clavel, al oeste y parte media de la isla Jaula del
Tigre), isla Sin Nombre (adyacente al este de la punta sur de isla Rica), isla San
Lorenzo, islas Juanicó (dos), isla García, isla Masones, islote Redondo, isla Boca
Chica, isla Sauzal, islas Sin Nombre (cuatro al norte de isla Sauzal) e isla Inés
Dorrego; y bajo la jurisdicción uruguaya las siguientes islas e islotes: islas Dos
Hermanas (dos), isla Chapicuy, isla Redonda, isla Guaviyú, isla Sombrerito, islas Sin
Nombre (las Mellizas, dos frente a desembocadura arroyo Tranquera), isla del
Queguay, isleta San Miguel, isla San Francisco, isla Almirón, islas Almería (dos),
islote Sin Nombre (800 mts. al sur islas Almería), isla Banco Grande, isla de la
Paloma, isla Román Chica, isla Román Grande, isla Pingüino, isla Chala, isla
Navarro, isla del Chileno, isla del Burro, isla Sin Nombre (al sur y adyacente a isla
Román Grande), isla Basura, isla Filomena Chica, islote Sin Nombre (900 mts. al sur
de isla del Chileno y al este de la isla del Burro), isla Filomena Grande, isla Palma
Chica, islote Sin Nombre (200 mts. al sur de isla del Burro), isla Bassi, islas Naranjito
(dos), islote Sin Nombre (100 mts. al sur de isla Filomena Grande), islote Sin Nombre
(100 mts. al este punta sur de isla Bassi), isla Santa María Chica, isla Tres Cruces,
isla Santa María Grande, isla Redonda (De la Cruz), isla Zapatero, islas de la
Caballada (cuatro) isla Caballos e isla Abrigo.

Artículo 2º
Con el objeto de referir los topónimos y ubicación de las islas y canales mencionados
en el Artículo 1º, se conviene adoptar como cartas de referencia los planos originales
del Río Uruguay levantados por el Ministerio de Obras Públicas de la República
Argentina en escala 1:10.000 en el período 1901-1908. Se establece que la línea
indicada en los mismos como "Derrotero de la navegación de gran calado"
corresponde al Canal Principal de Navegación a que hace referencia este Tratado.

Artículo 3º
La delimitación acordada en los artículos precedentes es la que corresponde a la
condición general del río a la fecha de suscribirse el presente Tratado.

El límite convenido tendrá carácter permanente e inalterable y no será afectado por


los cambios naturales o artificiales que en el futuro pudieran sufrir los elementos
determinantes de dicho límite, excepto los casos previstos en el Artículo 1º inciso A).

Artículo 4º
Las Altas Partes Contratantes procederán en el plazo de noventa días a contar de la
fecha del canje de ratificaciones a designar sus respectivos delegados para efectuar
la caracterización de la frontera.

Artículo 5º
Ambas Partes Contratantes se reconocen recíprocamente la más amplia libertad de
navegación en el tramo del río Uruguay que se delimita por el presente Tratado
incluso para sus buques de guerra.

Reafirman para los buques de todas las banderas la libertad de navegación tal como
se encuentra establecida por sus respectivas legislaciones internas y por tratados
internacionales vigentes.

Artículo 6º
Las Altas Partes Contratantes se obligan a conservar y mejorar el canal principal de
navegación y su balizamiento en las zonas de su respectiva jurisdicción fluvial con el
fin de otorgar a la navegación las mayores facilidades y seguridad posibles.

Artículo 7º
Las Altas Partes Contratantes acordarán el estatuto del uso del río, el cual contendrá
entre otras materias las siguientes:

a. Reglamentación común y uniforme para la seguridad de la navegación.


b. Régimen de pilotaje que respete las prácticas actualmente vigentes.
c. Reglamentación para el mantenimiento del dragado y balizamiento, de conformidad
con lo dispuesto en el artículo 6º.
d. Facilidades recíprocas para relevamientos hidrográficos y otros estudios
relacionados con el río.
e. Disposiciones para la conservación de los recursos vivos.
f. Disposiciones para evitar la contaminación de las aguas.
Artículo 8º
Las Altas Partes Contratantes establecerán en las islas que quedan en jurisdicción
uruguaya comprendidas en la zona a que se refiere el Artículo 1º, inciso B, apartado
II, de común acuerdo, el uso doméstico, industrial y de irrigación de las aguas y un
régimen de policía represiva que garantice, por la mutua cooperación argentino-
uruguaya, la efectividad de la justicia.

Artículo 9º
la República Argentina se obliga a mantener los derechos reales adquiridos con
arreglo a la legislación uruguaya por uruguayos o extranjeros, sobre las islas e islotes
que por efecto de la delimitación quedan en la jurisdicción argentina; y la República
Oriental del Uruguay se obliga igualmente a mantener y respetar los derechos reales
adquiridos con arreglo a la legislación argentina por argentinos o extranjeros, sobre
las islas e islotes que quedan en jurisdicción uruguaya por efecto de la limitación.

La adquisición o extinción de derechos reales mediante prescripción se regulará por


la ley del Estado en cuya jurisdicción queda la isla, pero para calcular el plazo de
prescripción será computado el plazo precedentemente transcurrido.

Artículo 10º
Las personas que invoquen los derechos a que se refiere el artículo anterior, deberán
presentarse ante la autoridad competente del Estado en cuya jurisdicción queda la
isla o islote, dentro del plazo de trescientos sesenta días corridos, contados desde que
entre en vigor el Tratado por el canje de instrumentos de ratificación, a fin de que se
aprecien y se inscriban sus derechos en los registros correspondientes.

La falta de presentación dentro del plazo mencionado en este artículo producirá los
efectos que establezca la legislación del Estado en cuya jurisdicción queden las islas
o islotes por efecto de delimitación.

Artículo 11º
El presente Tratado será ratificado de acuerdo con los procedimientos
constitucionales de cada Parte Contratante y el canje de los instrumentos de
ratificación se llevará a efecto en la ciudad de Buenos Aires.

En fe de lo cual los Plenipotenciarios arriba mencionados firman y sellan los dos


ejemplares del mismo tenor en Montevideo, a los siete días del mes de abril del año
mil novecientos sesenta y uno.

(L.S.) DIÓGENES TABOADA


(L.S.) MARTINEZ MONTERO
Estatuto del Río Uruguay

CAPÍTULO I - Propósitos y definiciones.

Art. 1 - Las partes acuerdan el presente estatuto, en cumplimiento de lo dispuesto


en el art. 7 del Tratado de Límites en el Río Uruguay de 7 de abril de 1961, con el fin
de establecer los mecanismos comunes necesarios para el óptimo y racional
aprovechamiento del Río Uruguay, y en estricta observancia de los derechos y
obligaciones emergentes de los tratados y demás compromisos internacionales
vigentes para cualquiera de las partes.

Art. 2 - A los efectos de este estatuto se entiende por:

a) Partes: La República Argentina y la República Oriental del Uruguay.

b) Tratado: El Tratado de Límites entre la República Argentina y la República Oriental


del Uruguay en el Río Uruguay, suscripto en Montevideo el 7 de abril de 1961.

c) Río: El Río Uruguay en el tramo señalado en el art. 1 del tratado.

d) Estatuto: El presente instrumento jurídico.

e) Comisión: La Comisión Administradora del Río Uruguay que se crea por el estatuto.

f) Protocolo: El Protocolo sobre demarcación y caracterización de la línea de frontera


argentino-uruguaya en el Río Uruguay, suscripto en Buenos Aires el 16 de octubre
de 1968.

CAPÍTULO II - Navegación y obras.

Art. 3 - Las partes se prestarán la ayuda necesaria a fin de otorgar a la navegación


las mayores facilidades y seguridad posibles.

Art. 4 - Las partes acordarán las normas reglamentarias sobre seguridad de la


navegación en el río y uso del canal principal.

Art. 5 - La Comisión adjudicará a las partes, previo planeamiento en común, la


realización del dragado, el balizamiento y las obras de conservación de los tramos del
canal principal que fije periódicamente, en función del uso del mismo y de la
disponibilidad de medios técnicos.

Art. 6 - A los fines expresados en el art. 5, cada parte autoriza a que, en su


jurisdicción, los servicios competentes de la obra efectúen las tareas respectivas,
previa notificación a través de la Comisión.
Art. 7 - La parte que proyecte la construcción de nuevos canales, la modificación o
alteración significativa de los ya existentes o la realización de cualesquiera otras
obras de entidad suficiente para afectar la navegación, el régimen del río o la calidad
de sus aguas, deberá comunicarlo a la Comisión, la cual determinará sumariamente,
y en un plazo máximo de treinta días, si el proyecto puede producir perjuicio sensible
a la otra parte.

Si así se resolviere o no se llegare a una decisión al respecto, la parte interesada


deberá notificar el proyecto a la otra parte a través de la misma Comisión.

En la notificación deberán figurar los aspectos esenciales de la obra y, si fuere el


caso, el modo de su operación y los demás datos técnicos que permitan a la parte
notificada hacer una evaluación del efecto probable que la obra ocasionará a la
navegación, al régimen del río o a la calidad de sus aguas.

Art. 8 - La parte notificada dispondrá de un plazo de ciento ochenta días para


expedirse sobre el proyecto, a partir del día en que su delegación ante la Comisión
haya recibido la notificación.

En el caso de que la documentación mencionada en el art. 7 fuere incompleta, la


parte notificada dispondrá de treinta días para hacérselo saber a la parte que proyecte
realizar la obra, por intermedio de la Comisión.

El plazo de ciento ochenta días precedentemente señalado comenzará a correr a partir


del día en que la delegación de la parte notificada haya recibido la documentación
completa.

Este plazo podrá ser prorrogado prudencialmente por la Comisión si la complejidad


del proyecto así lo requiere.

Art. 9 - Si la parte notificada no opusiere objeciones o no contestare dentro del plazo


establecido en el art. 8, la otra parte podrá realizar o autorizar la realización de la
obra proyectada.

Art. 10 - La parte notificada tendrá derecho a inspeccionar las obras que se estén
ejecutando para comprobar si se ajustan al proyecto presentado.

Art. 11 - Si la parte notificada llegare a la conclusión de que la ejecución de la obra o


el programa de operación puede producir perjuicio sensible a la navegación, al
régimen del río o a la calidad de sus aguas, lo comunicará a la otra parte por
intermedio de la Comisión dentro del plazo de ciento ochenta días fijado en el art. 8.

La comunicación deberá precisar cuáles aspectos de la obra o del programa de


operación podrán causar perjuicio sensible a la navegación, al régimen del río, o a la
calidad de sus aguas, las razones técnicas que permitan llegar a esa conclusión y las
modificaciones que sugiera al proyecto o programa de operación.

Art. 12 - Si las partes no llegaren a un acuerdo, dentro de los ciento ochenta días
contados a partir de la comunicación a que se refiere el art. 11, se observará el
procedimiento indicado en el capítulo XV.

Art. 13 - Las normas establecidas en los arts. 7 a 12 se aplicarán a todas las obras a
que se refiere el art. 7, sean nacionales o binacionales, que cualquiera de las partes
proyecte realizar, dentro de su jurisdicción, en el Río Uruguay fuera del tramo
definido como río y en las respectivas áreas de influencia de ambos tramos.

CAPÍTULO III - Practicaje.

Art. 14 - La profesión de práctico en el río sólo será ejercida por los profesionales
habilitados por las autoridades de cualquiera de las partes.

Art. 15 - Todo buque que zarpe de puerto argentino o uruguayo tomará práctico,
cuando deba hacerlo, de la nacionalidad del puerto de zarpada.

El buque que provenga del puerto de un tercer Estado tomará práctico, cuando deba
hacerlo, de la nacionalidad del puerto de destino.

El contacto que el buque tenga, fuera de puerto, con las autoridades de cualquiera
de las partes, no modificará el criterio inicialmente seguido para determinar la
nacionalidad del práctico.

En los demás casos, el práctico deberá ser, indistintamente, argentino o uruguayo.

Art. 16 - Terminadas sus tareas, los prácticos argentinos y uruguayos podrán


desembarcar libremente en los puertos de una u otra parte a los que arriben los
buques en los que cumplieron su cometido.

Las partes brindarán a los mencionados prácticos las máximas facilidades para el
mejor cumplimiento de su función.

CAPÍTULO IV - Facilidades portuarias, alijos y complementos de carga.

Art. 17 - Las partes se comprometen a realizar los estudios y adoptar las medidas
necesarias con vistas a dar la mayor eficacia posible a sus servicios portuarios de
modo de brindar las mejores condiciones de rendimiento y seguridad, y ampliar las
facilidades que mutuamente se otorgan en sus respectivos puertos.

Art. 18 - Las tareas de alijo complemento de carga se realizarán, exclusivamente, en


la zona que en cada caso fije dentro de su respectiva jurisdicción la autoridad
competente de acuerdo con las necesidades técnicas y de seguridad, especialmente
en materia de cargas contaminantes o peligrosas.

CAPÍTULO V - Salvaguardia de la vida humana.

Art. 19 - Cada parte tendrá a su cargo la dirección de las operaciones de búsqueda y


rescate dentro de su jurisdicción.

Art. 20 - Sin perjuicio de lo dispuesto en el art. 19 la autoridad que inicie una


operación de búsqueda y rescate lo comunicará a la autoridad competente de la otra
parte.

Art. 21 - Cuando la magnitud de la operación lo aconseje, la autoridad de la parte


que lo necesite podrá solicitar a la de la otra el concurso de medios, reteniendo cada
una de las parte el control de las operaciones que se realicen dentro de su
jurisdicción.

Art. 22 - Cuando por cualquier causa la autoridad de una de las partes, no pudiere
iniciar o continuar una operación de búsqueda y rescate, solicitará a la de la otra que
asuma la responsabilidad de la dirección y ejecución de la misma, facilitándole toda
la colaboración posible.

Art. 23 - Las unidades de superficie o aéreas de ambas partes que se hallen


efectuando operaciones de búsqueda y rescate podrán entrar o salir de cualquiera de
los respectivos territorios, sin cumplir las formalidades exigidas normalmente.

CAPÍTULO VI - Salvamento.

Art. 24 - El salvamento de buques será realizado por las autoridades o las empresas
de la parte en cuya jurisdicción haya ocurrido el siniestro, sin perjuicio de lo que
establecen los artículos siguientes.

Art. 25 - El salvamento de un buque en el canal principal será realizado por las


autoridades o las empresas de la parte en cuya jurisdicción haya ocurrido el siniestro,
de conformidad con los criterios establecidos en el art. 48.

Art. 26 - Cuando las autoridades o las empresas de la parte a la que corresponde el


salvamento desistan de efectuarlo, el mismo podrá ser realizado por las autoridades
o las empresas de la otra parte.

El desistimiento a que se refiere el párrafo anterior no será demorado más allá de lo


necesario y será notificado de inmediato a la otra parte a través de la Comisión.

CAPÍTULO VII - Aprovechamiento de las aguas.


Art. 27 - El derecho de cada parte de aprovechar las aguas del río, entro de su
jurisdicción para fines domésticos, sanitarios, industriales y agrícolas, se ejercerá sin
perjuicio de la aplicación del procedimiento previsto en los arts. 7 a 12 cuando el
aprovechamiento sea de entidad suficiente para afectar el régimen del río o la calidad
de sus aguas.

Art. 28 - Las partes suministrarán a la Comisión, semestralmente, una relación


detallada de los aprovechamientos que emprendan o autoricen en las zonas del río
sometidas a sus respectivas jurisdicciones, a los efectos de que ésta controle si las
mismas, en su conjunto, producen perjuicio sensible.

Art. 29 - Lo dispuesto en el art. 13 se aplicará a todo aprovechamiento que sea de


entidad suficiente para afectar el régimen del río o la calidad de sus aguas.

CAPÍTULO VIII - Recursos del lecho y del subsuelo.

Art. 30 - Cada parte podrá explorar y explotar los recursos del lecho y del subsuelo
del río en la zona del mismo sometida a su jurisdicción, sin causar perjuicio sensible
a la otra parte.

Art. 31 - Las instalaciones u otras obras necesarias para la exploración o explotación


de los recursos del lecho y del subsuelo no podrán interferir la navegación en el canal
principal.

Art. 32 - El yacimiento o depósito que se extienda a uno y otro lado del límite
establecido en el art. 1 del tratado, será explotado de forma tal que la distribución de
los volúmenes del recurso que se extraiga de dicho yacimiento o depósito sea
proporcional al volumen del mismo que se encuentre respectivamente a cada lado de
dicho límite.

Cada parte realizará la exploración y explotación de los yacimientos o depósitos que


se hallen en esas condiciones sin causar perjuicio sensible a la otra parte y de
acuerdo con las exigencias de un aprovechamiento integral y racional del recurso,
ajustado al criterio establecido en el párrafo anterior.

Art. 33 - En las concesiones para extraer arena, canto rodado o piedra del lecho o del
subsuelo del río, la parte otorgante deberá establecer, entre otras, las condiciones
siguientes:

a) Que los residuos provenientes del lavado y clasificación de los materiales extraídos
sólo sean descargados en los lugares que la Comisión indique como vaciaderos.

b) Que no pueden efectuarse extracciones a distancias menores que las que indique
la Comisión con relación a los canales de navegación y a otros sectores del río.
Art. 34 - Serán aplicables, en lo pertinente, las normas establecidas en los arts. 7 a
12 cuando la exploración y explotación de los recursos del lecho y del subsuelo
tengan entidad suficiente para afectar el régimen del río o la calidad de sus aguas.

CAPÍTULO IX - Conservación, utilización y explotación de otros recursos naturales.

Art. 35 - Las partes se obligan a adoptar las medidas necesarias a fin de que el manejo
del suelo y de los bosques, la utilización de las aguas subterráneas y la de los
afluentes del río, no causen una alteración que perjudique sensiblemente el régimen
del mismo o la calidad de sus aguas.

Art. 36 - Las partes coordinarán, por intermedio de la Comisión, las medidas


adecuadas a fin de evitar la alteración del equilibrio ecológico y controlar plagas y
otros factores nocivos en el río y sus áreas de influencia.

Art. 37 - Las partes acordarán las normas que regularán las actividades de pesca en
el río en relación con la conservación y preservación de los recursos vivos.

Art. 38 - Cuando la intensidad de la pesca lo haga necesario, las partes acordarán


los volúmenes máximos de capturar por especies, como asimismo los ajustes
periódicos correspondientes. Dichos volúmenes de captura serán distribuidos por
igual entre las partes.

Art. 39 - Las partes intercambiarán regularmente, por intermedio de la Comisión, la


información pertinente sobre esfuerzo de pesca y captura por especie.
CAPÍTULO X - Contaminación.

Art. 40 - A los efectos del presente estatuto se entiende por contaminación la


introducción directa o indirecta, por el hombre, en el medio acuático, de sustancias
o energía de las que resulten efectos nocivos.

Art. 41 - Sin perjuicio de las funciones asignadas a la Comisión en la materia, las


partes se obligan a:

a) Proteger y preservar el medio acuático y, en particular, prevenir su contaminación,


dictando las normas y adoptando las medidas apropiadas, de conformidad con los
convenios internacionales aplicables y con adecuación, en lo pertinente, a las pautas
y recomendaciones de los organismos técnicos internacionales;

b) No disminuir en sus respectivos ordenamientos jurídicos:

1. Las exigencias técnicas en vigor para prevenir la contaminación de las aguas, y


2. La severidad de las sanciones establecidas para los casos de infracción.
c) Informarse recíprocamente sobre toda norma que prevean dictar con relación a la
contaminación de las aguas, con vistas a establecer normas equivalentes en sus
respectivos ordenamientos jurídicos.
Art. 42 - Cada parte será responsable, frente a la otra, por los daños inferidos como
consecuencia de la contaminación causada por sus propias actividades o por las que
en su territorio realicen personas físicas o jurídicas.

Art. 43 - La jurisdicción de cada parte respecto de toda infracción cometida en


materia de contaminación, se ejercerá sin perjuicio de los derechos de la otra parte a
resarcirse de los daños que haya sufrido, a su vez, como consecuencia de la misma
infracción.

A esos efectos, las partes se prestarán mutua cooperación.

CAPÍTULO XI - Investigación.

Art. 44 - Cada parte autorizará a la otra a efectuar estudios e investigaciones de


carácter científico en su respectiva jurisdicción, siempre que le haya dado aviso previo
a través de la Comisión con la adecuada antelación e indicado las características de
los estudios e investigaciones a realizarse y las áreas y plazos en que se efectuarán.

Esta autorización sólo podrá ser denegada en circunstancias excepcionales y por


períodos limitados.

La parte autorizante tiene derecho a participar en todas las fases de esos estudios e
investigaciones y a conocer y disponer de sus resultados.

Art. 45 - Las partes promoverán la realización de estudios conjuntos de carácter


científico de interés común.

CAPÍTULO XII - Competencias.

Art. 46 - El derecho de policía en el río será ejercido por cada parte dentro de su
jurisdicción.

Sin perjuicio de ello, la autoridad de una parte que verifique que se está cometiendo
un ilícito en la jurisdicción de la otra, podrá apresar al infractor debiéndolo poner a
disposición de la autoridad de esta última, con las excepciones previstas en el art.
48.

Asimismo, la autoridad de cada parte podrá perseguir a los buques que habiendo
cometido una infracción en su propia jurisdicción, hayan ingresado en la jurisdicción
de la otra parte.

En los casos previstos en los párrafos segundo y tercero, el ejercicio del derecho de
policía en jurisdicción de la otra parte deberá ser comunicado de inmediato a ésta, y
bajo ninguna circunstancia podrá hacerse efectivo más allá de una distancia de la
costa de la misma, que será determinada por la Comisión para cada uno de los
tramos.

Las partes coordinarán la acción a que se refiere el presente artículo.

Art. 47 - Las partes ejercerán coordinadamente la vigilancia adecuada a los fines de


prevenir la comisión de delitos e infracciones en la zona comprendida entre las líneas
definidas en los párrafos a y b, apartado II, inc. B) del art. 1 del tratado.

Art. 48 - Los buques que naveguen por el canal principal se considerarán situados
en la jurisdicción de una u otra parte conforme a los siguientes criterios:

a) En la jurisdicción de cada parte, los buques de su bandera.


b) En la jurisdicción de la República Oriental del Uruguay, los buques de terceras
banderas que naveguen aguas arriba, y en la de la República Argentina, los que lo
hagan aguas abajo, sin perjuicio de lo establecido en los incs. c) y e).
c) En la jurisdicción de cada parte, los buques de terceras banderas involucrados en
siniestros con buques de bandera de dicha parte.
d) En la jurisdicción de la parte de la bandera del buque de mayor tonelaje cuando
en un siniestro se hallen involucrados buques de banderas de las dos parte, salvo
que uno de ellos sea un buque de guerra, en cuyo caso se considerarán en la
jurisdicción de la bandera de este último.
e) En la jurisdicción de la parte que corresponda según el criterio del inc. b), aplicable
en función del buque de mayor tonelaje, cuando en un siniestro se hallen
involucrados exclusivamente buques de terceras banderas.
f) En los casos no previstos la Comisión decidirá.

Este artículo no será aplicable a los casos en que estén involucrados buques de
guerra, sin perjuicio de lo dispuesto en el inc. d).

CAPÍTULO XIII - Comisión Administradora.

Art. 49 - Las partes crean una Comisión Administradora del Río Uruguay, compuesta
de igual número de delegados por cada una de ellas.

Art. 50 - La Comisión gozarán de personalidad jurídica para el cumplimiento de su


cometido.

Las partes le asignarán los recursos necesarios y todos los elementos y facilidades
indispensables para su funcionamiento.

Art. 51 - La Comisión tendrá su sede en la ciudad de Paysandú, República Oriental


del Uruguay pero podrá reunirse en los territorios de ambas partes.

Art. 52 - La Comisión podrá constituir los órganos subsidiarios que estime


necesarios.
Funcionará en forma permanente y tendrá su correspondiente secretaría.

Art. 53 - Las partes acordarán por medio de canje de notas,el estatuto de la Comisión.
Esta dictará su reglamento interno.

Art. 54 - La Comisión celebrará oportunamente, con ambas partes, los acuerdos


conducentes a precisar los privilegios e inmunidades de los miembros y personal de
la misma, reconocidos por la práctica internacional.

Art. 55 - Para la adopción de las decisiones de la Comisión cada delegación tendrá


su voto.

Art. 56 - La Comisión desempeñará las siguientes funciones:

a) Dictar, entre otras, las normas reglamentarias sobre:

1. Seguridad de la navegación en el río y uso del canal principal;


2. Conservación y preservación de los recursos vivos;
3. Practicaje;
4. Prevención de la contaminación;
5. Tendido de tuberías y cables subfluviales o aéreos.

b) Coordinar la realización conjunta de estudios e investigaciones de carácter


científico, especialmente los relativos al levantamiento integral del río.

c) Establecer, cuando corresponda, los volúmenes máximos de pesca por especies y


ajustarlos periódicamente.

d) Coordinar entre las autoridades competentes de las partes la acción en materia de


prevención y represión de ilícitos.

e) Coordinar la adopción de planes, manuales, terminología y sistemas de


comunicación comunes en materia de búsqueda y rescate.

f) Establecer el procedimiento a seguir y la información a suministrar en los casos en


que las unidades de una parte, que participen en operaciones de búsqueda y rescate,
ingresen al territorio de la otra o salgan de él.

g) Determinar las formalidades a cumplir en los casos en que deba ser introducido
transitoriamente, en territorio de la otra parte, material para la ejecución de
operaciones de búsqueda y rescate.

h) Coordinar las ayudas a la navegación, balizamiento y dragado.

i) Establecer el régimen jurídico-administrativo de las obras e instalaciones


binacionales que se realicen y ejercer la administración de las mismas.
j) Publicar y actualizar la Carta Oficial del Río, con su taza de límites, en coordinación
con la Comisión creada por el protocolo.

k) Transmitir en forma expedita, a las partes, las comunicaciones, consultas,


informaciones y notificaciones que se efectúen de conformidad con el estatuto.

l) Cumplir las otras funciones que le han sido asignadas por el estatuto y aquéllas
que las partes convengan en otorgarle por medio de canje de notas u otras formas de
acuerdo.

Art. 57 - La Comisión informará periódicamente a los gobiernos de las partes sobre


el desarrollo de sus actividades.

CAPÍTULO XIV - Procedimiento conciliatorio.

Art. 58 - Toda controversia que se suscitare entre las partes con relación al río será
considerada por la Comisión a propuesta de cualquiera de ellas.

Art. 59 - Si en el término de ciento veinte días la Comisión no lograre llegar a un


acuerdo, lo notificará a ambas partes, las que procurarán solucionar la cuestión por
negociaciones directas.

CAPÍTULO XV - Solución Judicial de Controversias.

Art. 60 - Toda controversia acerca de la interpretación o aplicación del tratado y del


estatuto que no pudiere solucionarse por negociaciones directas, podrá ser sometida,
por cualquiera de las partes, a la Corte Internacional de Justicia.

En los casos a que se refieren los arts. 58 y 59, cualquiera de las partes podrá someter
toda controversia sobre la interpretación o aplicación del tratado y del estatuto a la
Corte Internacional de Justicia, cuando dicha controversia no hubiere podido
solucionarse dentro de los ciento ochenta días siguientes a la notificación aludida en
el art. 59.

CAPÍTULO XVI - Disposiciones transitorias.

Art. 61 - Lo dispuesto en el art. 56, inc. i), se aplicará a las obras binacionales
actualmente en ejecución una vez que se encuentren concluidas y cuando así lo
convengan las partes por medio de canje de notas u otras formas de acuerdo.

Art. 62 - La Comisión se constituirá dentro de los sesenta días siguientes al canje de


los instrumentos de ratificación del estatuto.

CAPÍTULO XVII - Ratificación y entrada en vigor.


Art. 63 - El presente estatuto será ratificado de acuerdo con los procedimientos
previstos en los respectivos ordenamientos jurídicos de las partes y entrará en vigor
por el canje de instrumentos de ratificación que se realizará en la ciudad de Buenos
Aires.

Hecho en la ciudad de Salto, República Oriental del Uruguay, a los veintiséis días del
mes de febrero de año mil novecientos setenta y cinco, en dos ejemplares originales
de un mismo tenor, igualmente válidos.
CELULOSA

EL PROCESO DE PRODUCCIÓN DE LA CELULOSA

Las plantas de celulosa se dedican al procesamiento de la madera para la obtención


de la principal materia prima para la producción de papel: la pulpa, o pasta.
Generalmente se trata de grandes fábricas situadas en las mismas zonas donde se
recolecta la madera, es decir cerca de bosques o plantaciones de monocultivos de
árboles, donde se facilite el transporte de troncos abaratando así los costos de
transporte.

Básicamente la madera está constituida por lignina y fibras de celulosa y el primer


paso para la obtención de pulpa consiste en triturar la madera sólida. Según los
procesos utilizados se distinguen dos tipos de pulpa:

* La pulpa mecánica. Los procesos mecánicos trituran la madera y liberan las fibras.
Este procedimiento convierte hasta el 95% de la madera en pulpa pero conserva la
lignina, lo que posteriormente le da un tinte amarronado o amarillento al papel. Este
tipo de pulpa se emplea principalmente para papel de periódico y otros productos en
los que la calidad de la impresión no es tan importante.

* La pulpa química. La madera es transformada primero en pequeñas astillas y luego


sometida a un cocimiento con productos químicos, seguido por un proceso de
refinado. La extracción química separa la lignina de la celulosa para que ésta quede
como producto final. Eso se logra mediante hidrólisis (reacción con agua) en
condiciones de mayor temperatura, con uso de productos químicos y con un gran
consumo de energía. Según el producto químico utilizado se distingue:
1) el proceso “kraft” o “al sulfato” (actualmente el más común), que cuece las astillas
de madera con sosa cáustica;
2) el proceso “al sulfito” (que dominó la industria papelera desde finales del siglo XIX
hasta mediados del XX), que cuece las astillas de madera en una solución ácida; y 3)
el proceso termomecánico químico, donde se calienta al vapor y se trata las astillas
con productos químicos antes de molerlas.

Según el proceso y el tipo de madera utilizada se obtienen distintos tipos de pulpa:


de fibra larga (coníferas) y de fibra corta (el resto, con algunas excepciones). La
importancia de esta diferencia con relación al papel es que el de fibra larga es más
flexible, por lo cual se lo utiliza generalmente en papel periódico. La pulpa producida,
tanto por procesos mecánicos como químicos, generalmente requiere ser blanqueada.
Existen diversos métodos de blanqueo:

1) con cloro gas (también llamado cloro elemental),


2) libre de cloro elemental (ECF), que utiliza dióxido de cloro (dentro de esta técnica
se ha desarrollado también el ECF que emplea ozono en las etapas iniciales del
proceso de blanqueo y dióxido de cloro en la etapa final, y el ECF “mejorado”, que
elimina la mayor parte de la lignina que da el color amarillento antes del blanqueo,
reduciendo así la utilización de energía y de productos químicos para el mismo) y
3) “totalmente libre de cloro” (TCF), es decir, que se trata de un blanqueo sin
compuestos clorados, que utiliza oxígeno y peróxido de hidrógeno u ozono.

LOS PROBLEMAS DE LAS PLANTAS DE CELULOSA

Las plantas de celulosa aumentan cada vez más en tamaño y capacidad de


producción, agravando aún más los impactos de su proceso industrial, que de por sí
presenta serios riesgos ambientales. Pueden identificarse algunos factores de riesgo:

* el tamaño (la escala)


Las plantas actuales de pulpa de papel son unas megafábricas cuyo solo tamaño se
convierte en un riesgo. En un proceso industrial en el que se utilizan tantos productos
químicos tóxicos, cualquier pequeño detalle que se altere, cualquier fuga mínima, se
convierten en grandes por la escala de la fábrica. Por otro lado, los efluentes tóxicos
podrán ser pequeños comparados con los volúmenes que se procesan, pero no con
las magnitudes que la naturaleza puede soportar. Los efluentes de una planta grande
de 600.000 toneladas métricas son de aproximadamente 1000 litros por segundo.

* el olor (emisiones)
Las descargas aéreas de las fábricas de celulosa (resultantes de la incineración de
toneladas de residuos que quedan del proceso y son utilizados en la generación de
energía), contienen productos químicos cancerígenos (fenoles clorados,
hidrocarburos aromáticos policíclicos y Compuestos Orgánicos Volátiles),
compuestos de azufre oxidado que provocan daños en la vegetación, compuestos que
provocan trastornos hormonales (como por ejemplo fenoles clorados), y compuestos
de azufre reducido causantes del característico olor penetrante a “huevo podrido” que
se convierte en un problema para los pobladores de los alrededores. Estudios
epidemiológicos recientes han evidenciado posibles efectos en la salud como
consecuencia de la exposición a estos compuestos a niveles comúnmente presentes
en las proximidades de una planta de celulosa. Un estudio finlandés (The South
Karelia Air Pollution Study) muestra que la exposición a compuestos malolientes del
azufre aumenta el riesgo de infecciones respiratorias agudas.

* problemas con la producción misma de los agentes de blanqueo


Muchos blanqueadores químicos son reactivos y peligrosos de transportar, y por eso
deben ser producidos en el lugar (in situ) o en las cercanías. Tal es el caso del dióxido
de cloro (ClO2), un gas amarillo verdoso extremadamente reactivo que explota con
facilidad, lo cual representa un gran peligro, en caso de accidente, para los
trabajadores de la planta y los pobladores vecinos. Otro agente utilizado, el cloro
elemental (Cl2), es muy tóxico; se trata de un gas de color verdoso que se vuelve
corrosivo en presencia de humedad.

* los vertidos y la contaminación del agua


La gigantesca demanda de agua de las plantas de celulosa puede llegar a reducir los
niveles de agua y sus vertidos pueden aumentar su temperatura, lo cual es crítico
para el ecosistema fluvial. Generalmente las fábricas suelen instalarse cerca de un
curso de agua con mucho caudal donde no sólo abastecer su demanda (con menos
costos) sino también verter luego sus efluentes. La industria de la celulosa es la
segunda consumidora mundial de cloro y la mayor fuente de vertido directo de
organoclorados tóxicos a los cursos de agua.

De los procesos de producción de celulosa, los que potencialmente más


contaminación pueden producir son los métodos químicos, en particular los de
producción de pulpa kraft, cuyos vertidos del proceso de blanqueo pueden contener
compuestos orgánicos presentes en la pulpa y compuestos de cloro, cuya mezcla
puede formar una serie de productos tóxicos, tales como dioxinas, furanos y otros
organoclorados (también conocidos como “haluros orgánicos absorbibles” o AOX, por
su sigla en inglés), que tienen cada uno de ellos distintos grados de toxicidad. El
grave problema con estos compuestos es que su capacidad de biodegradarse es muy
baja, lo que significa que permanecen en la biosfera incluso muchos años después
de haber sido liberados, acumulándose en los tejidos de los organismos vivos
(bioacumulación). Esto determina que las concentraciones en los tejidos grasos de
organismos superiores (incluido el ser humano) sean superiores a las
concentraciones presentes en el ambiente en el que fueron expuestos, lo que los
transforma en un problema de salubridad humana importante. Según la Agencia de
Protección Ambiental de los Estados Unidos (EPA), la exposición a pequeñísimos
niveles de dioxinas (medidos en millonésimos de miligramos) puede provocar en el
ser humano alteraciones del sistema inmunológico, del sistema hormonal endócrino
incluida la actividad de regulación de los esteroides sexuales y el crecimiento, y
cambios genéticos hereditarios, sin olvidarse del cáncer. Entre las fuentes principales
de emisión de dioxinas figura el blanqueo de celulosa con cloro elemental.

En el caso de los vertidos de celulosa blanqueada con dióxido de cloro, éstos


contienen cloroformo, ácidos clorados y sulfonas. El blanqueo con dióxido de cloro
produce grandes cantidades de clorato, que actúa como herbicida. Se ha comprobado
que aunque los vertidos son más biodegradables que los de la técnica de cloro
elemental y se ha reducido la presencia de organoclorados, igualmente se siguen
produciendo y afectando el ambiente. Si bien los efluentes líquidos son menos tóxicos
que hace diez años, aún son peligrosos, por lo ya referido de que son contaminantes
persistentes, es decir que se van acumulando permanentemente y no se degradan.

APLICACIONES DE LA CELULOSA
La celulosa constituye el principal porcentaje de la materia prima del papel y
también el de los tejidos de fibras naturales.
La utilizamos en la fabricación de explosivos el más común es la pólvora para armas,
también la utilizamos en sedas, en barnices, en aislamientos térmicos y acústicos;
esto es el producto derivado de cuando trituramos papel y lo reciclamos. También lo
encontramos en pequeñas cantidades en productos como el rayón, películas
fotográficas, celofanes, explosivos, etc.
Sabemos que, del proceso de manufactura de la celulosa, podemos extraer derivados
como son la trementina y el “tall oil” que los usamos en nuestra industria química
para producir aromas, diluyentes, jabones y algunos alimebrasileraicamos la celulosa
blanca de fibra larga principalmente para agregar resistencia a los papeles y
cartulinas, y la celulosa blanca de fibra corta la usamos para dar suavidad y también
de relleno.
Potencial
Muchas de las propiedades de la celulosa la convierten en una alternativa atractiva
como importante fuente de combustible, y más respetuosa con el medio ambiente en
comparación con el petróleo y el gas. Sin embargo, el costo de la creación de la
celulosa y la falta de infraestructura para utilizarla, como estaciones de combustible
y vehículos que funcionen con éste, hacen poco probable que pueda superar a los
combustibles fósiles en un futuro cercano.
RESUMEN

Argentina y Uruguay mantuvieron entre 2005 y 2010 un conflicto debido a la


autorización del gobierno uruguayo para construir dos plantas de pasta de
celulosa en su territorio y sobre las aguas binacionales del río Uruguay, cerca de las
poblaciones uruguaya de Fray Bentos y argentina de Gualeguaychú. En 2013 el
conflicto reapareció debido a la autorización del gobierno uruguayo para aumentar
la producción.

En el curso del conflicto, se dejó sin efecto la construcción de una de las dos plantas,
la proyectada por la empresa española ENCE, que decidió retirarse de Uruguay y
vender sus activos forestales a la empresa chilena Arauco y a la sueco-
finlandesa Stora Enso. La otra planta, proyectada por la empresa finlandesa Metsa-
Botnia (luego transferida a la empresa UPM-Kymmene, también finlandesa) fue
finalmente construida durante el conflicto y puesta en marcha el 8 de noviembre
de 2007.

Pobladores argentinos de la ciudad de Gualeguaychú y organizaciones


ambientalistas se movilizaron contra la instalación de las plantas sobre el río
Uruguay, incluyendo en sus acciones el corte de rutas y el puente internacional
Libertador General San Martín, que comunica ambos países.

Argentina demandó a Uruguay ante la Corte Internacional de Justicia argumentando


que la instalación de las plantas de celulosa es contaminante y se había violado el
procedimiento establecido en el Estatuto del Río Uruguay. Por su parte, Uruguay
demandó a Argentina ante el sistema de solución de controversias del Mercosur y la
Corte Internacional de Justicia, argumentando en el primer caso que los cortes de
ruta constituyen una violación al principio de libre circulación, y en el segundo caso,
que los mismos son tolerados y utilizados por el gobierno argentino para presionar al
gobierno uruguayo en las negociaciones referidas a la instalación de las plantas de
celulosa.

Las dos demandas uruguayas fueron desestimadas por los tribunales respectivos.
Sobre la demanda argentina, la Corte Internacional de Justicia dictó fallo definitivo
el 20 de abril de 2010, resolviendo que Uruguay violó sus obligaciones procesales
establecidas por el Estatuto del Río Uruguay de notificar e informar de buena fe pero,
si bien Argentina pudo demostrar que algunos parámetros de contaminación de las
aguas del río se habían elevado desde la puesta en marcha de la pastera, falló en
probar que la planta de celulosa era la causante y no otros factores ajenos a ella, por
lo que la Corte entendió que Uruguay no violó sus obligaciones para evitar la
contaminación ambiental, por lo que consideró que resultaba desproporcionado
ordenar el cierre de la planta de Botnia, pero instruyó a ambos países a realizar un
monitoreo en conjunto del río, a través de la Comisión Administradora del Río
Uruguay (CARU) y aplicando el Estatuto del Río Uruguay.
El conflicto finalizó tras la firma, el 30 de agosto de 2010 en Montevideo, de un
acuerdo para conformar un Comité Científico en el seno de la Comisión
Administradora del Río Uruguay.

El 2 de octubre de 2013 Argentina anunció que volvería a demandar al Uruguay a


causa de la decisión del presidente de este último país de autorizar a la planta de
celulosa ubicada en Fray Bentos a aumentar su producción en un 10%.

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