Deus Caritas Est PDF
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Carta encíclica
Deus caritas est,
de Benedicto XVI
Edita:
Fundación San Agustín.
3-10/24-35
Arzobispado de Madrid El amor, corazón de la fe
Delegado episcopal: Ofrecemos, en este número especial de Alfa y Omega,
Alfonso Simón Muñoz el texto íntegro de la encíclica de Benedicto XVI,
Redacción:
Deus caritas est:
Calle de la Pasa, 3.
28005 Madrid. Primera parte: La unidad del amor en la Creación
Téls: 913651813/913667864 y en la historia de la Salvación.
Fax: 913651188
Dirección de Internet: Segunda parte: Cáritas, el ejercicio del amor por parte de la
http://www.alfayomega.es Iglesia como «comunidad de amor»
E-Mail:
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22-23
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22-23
Benedicto XVI presenta su primera encíclica
...y además
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13
La foto
Criterios
en la audiencia al Consejo
Jesús Colina Díez (Roma) Aquí y ahora
Secretaría de Redacción:
Pontificio Cor Unum:
Rut de los Silos Antón El Papa recupera el sentido 14 Triduo de santa Ángela:
Documentación:
de la palabra «amor»
María Pazos Carretero
Un profundo amor a la Iglesia.
Elena de la Cueva Terrer
Internet:
15 Gaudí, un artista
Beatriz Jaso Ollo
-Imprime y Distribuye:
Diario ABC, S.L.-
de espíritu franciscano
ISSN: 1698-1529
Depósito legal: M-41.048-1995. Iglesia en Madrid
18 Testimonio
40
PUEDES
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SAN AGUSTÍN,
A TRAVÉS DE CUALQUIERA
40
Texto del Papa
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20-21
El Día del Señor
Raíces
El amor, corazón de la fe
Introducción
«D
ios es amor, y quien perma-
nece en el amor permanece en
Dios y Dios en él» (1 Jn 4,
16). Estas palabras de la Primera Carta de
Juan expresan con claridad meridiana el
corazón de la fe cristiana: la imagen cris-
tiana de Dios y también la consiguiente
imagen del hombre y de su camino. Ade-
más, en este mismo versículo, Juan nos ofre-
ce, por así decir, una formulación sintética
de la existencia cristiana: «Nosotros hemos
conocido el amor que Dios nos tiene y he-
mos creído en él».
Hemos creído en el amor de Dios: así
puede expresar el cristiano la opción fun-
damental de su vida. No se comienza a ser
cristiano por una decisión ética o una gran
idea, sino por el encuentro con un aconte-
cimiento, con una Persona, que da un nuevo
horizonte a la vida y, con ello, una orienta-
ción decisiva. En su evangelio, Juan había
expresado este acontecimiento con las si-
guientes palabras: «Tanto amó Dios al mun-
do, que entregó a su Hijo único, para que
todos los que creen en Él tengan vida eterna»
(cf. 3, 16). La fe cristiana, poniendo el amor
en el centro, ha asumido lo que era el nú-
cleo de la fe de Israel, dándole al mismo
tiempo una nueva profundidad y amplitud.
En efecto, el israelita creyente reza cada día
con las palabras del Libro del Deuterono-
mio que, como bien sabe, compendian el
núcleo de su existencia: «Escucha, Israel:
El Señor nuestro Dios es solamente uno.
Amarás al Señor con todo el corazón, con
toda el alma, con todas las fuerzas» (6, 4-5).
Jesús, haciendo de ambos un único precep-
to, ha unido este mandamiento del amor a
Dios con el del amor al prójimo, contenido
en el Libro del Levítico: «Amarás a tu pró-
jimo como a ti mismo» (19, 18; cf. Mc 12,
29-31). Y, puesto que es Dios quien nos ha
amado primero (cf. 1 Jn 4, 10), ahora el amor
ya no es sólo un mandamiento, sino la res-
puesta al don del amor, con el cual viene a
nuestro encuentro.
En un mundo en el cual a veces se rela-
ciona el nombre de Dios con la venganza
o incluso con la obligación del odio y la
violencia, éste es un mensaje de gran ac-
tualidad y con un significado muy concreto.
Por eso, en mi primera encíclica deseo ha-
blar del amor, del cual Dios nos colma, y
que nosotros debemos comunicar a los de-
más. Quedan así delineadas las dos gran-
des partes de esta Carta, íntimamente rela-
cionadas entre sí. La primera tendrá un ca-
rácter más especulativo, puesto que en ella
quisiera precisar –al comienzo de mi pon-
tificado– algunos puntos esenciales sobre tendrá una índole más concreta, pues trata- un tratado exhaustivo. Mi deseo es insistir Sagrado Corazón
el amor que Dios, de manera misteriosa y rá de cómo cumplir de manera eclesial el sobre algunos elementos fundamentales, de Jesús,
gratuita, ofrece al hombre y, a la vez, la re- mandamiento del amor al prójimo. El ar- para suscitar en el mundo un renovado di- de Longaretti
lación intrínseca de dicho amor con la rea- gumento es sumamente amplio; sin embar- namismo de compromiso en la respuesta
lidad del amor humano. La segunda parte go, el propósito de la encíclica no es ofrecer humana al amor divino.
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26-I-2006 CARTA ENCÍCLICA DIOS ES AMOR
Primera parte
La unidad del amor en la Creación
y en la historia de la Salvación
sino que en cierto sentido se impone al ser
humano. Digamos de antemano que el An-
tiguo Testamento griego usa sólo dos veces
la palabra eros, mientras que el Nuevo Tes-
tamento nunca la emplea: de los tres térmi-
nos griegos relativos al amor –eros, philia
(amor de amistad) y agapé–, los escritos
neotestamentarios prefieren este último, que
en el lenguaje griego estaba dejado de lado.
El amor de amistad (philia), a su vez, es
aceptado y profundizado en el evangelio de
Juan para expresar la relación entre Jesús y
sus discípulos. Este relegar la palabra eros,
junto con la nueva concepción del amor que
se expresa con la palabra agapé, denota sin
duda algo esencial en la novedad del cris-
tianismo, precisamente en su modo de en-
tender el amor. En la crítica al cristianismo
que se ha desarrollado con creciente radi-
calismo a partir de la Ilustración, esta no-
vedad ha sido valorada de modo absoluta-
mente negativo. El cristianismo, según Frie-
drich Nietzsche, habría dado de beber al eros
un veneno, el cual, aunque no le llevó a la
muerte, le hizo degenerar en vicio1. El filó-
sofo alemán expresó de este modo una apre-
ciación muy difundida: la Iglesia, con sus
preceptos y prohibiciones, ¿no convierte
acaso en amargo lo más hermoso de la vida?
¿No pone quizás carteles de prohibición pre-
cisamente allí donde la alegría, predispues-
ta en nosotros por el Creador, nos ofrece una
felicidad que nos hace pregustar algo de lo
divino?
4. Pero, ¿es realmente así? El cristianis-
mo, ¿ha destruido verdaderamente el eros?
Recordemos el mundo precristiano. Los grie-
gos –sin duda análogamente a otras cultu-
ras– consideraban el eros, ante todo, como
un arrebato, una locura divina que prevale-
ce sobre la razón, que arranca al hombre de
La fe bíblica asume Un problema de lenguaje bla de amor a la patria, de amor por la pro- la limitación de su existencia y, en este que-
y dignifica el amor fesión o el trabajo, de amor entre amigos, dar estremecido por una potencia divina, le
humano. 2. El amor de Dios por nosotros es una entre padres e hijos, entre hermanos y fa- hace experimentar la dicha más alta. De es-
cuestión fundamental para la vida, y plantea
Adán y Eva en el Paraíso. miliares, del amor al prójimo y del amor a te modo, todas las demás potencias entre
preguntas decisivas sobre quién es Dios y
Mosaico de la basílica Dios. Sin embargo, en toda esta multiplici- cielo y tierra parecen de segunda importan-
quiénes somos nosotros. A este respecto,
de San Marcos, Venecia dad de significados destaca, como arquetipo cia: «Omnia vincit amor», dice Virgilio en
nos encontramos de entrada ante un proble- por excelencia, el amor entre el hombre y las Bucólicas –el amor todo lo vence–, y
ma de lenguaje. El término amor se ha con- la mujer, en el cual intervienen inseparable- añade: «et nos cedamus amori», rindámo-
vertido hoy en una de mente el cuerpo y el alma, y en el que se le nos también nosotros al amor2. En el campo
las palabras más utili- abre al ser humano una promesa de felici- de las religiones, esta actitud se ha plasma-
«El término amor zadas y también de las dad que parece irresistible, en comparación do en los cultos de la fertilidad, entre los
que más se abusa, a la del cual palidecen, a primera vista, todos los que se encuentra la prostitución sagrada que
se ha convertido hoy cual damos acepcio- demás tipos de amor. Se plantea, entonces, la se daba en muchos templos. El eros se cele-
en una de las palabras nes totalmente dife- pregunta: todas estas formas de amor, ¿se braba, pues, como fuerza divina, como co-
rentes. Aunque el te- unifican al final, de algún modo, a pesar de munión con la divinidad.
de las que más ma de esta encíclica se la diversidad de sus manifestaciones, siendo A esta forma de religión que, como una
se abusa» concentra en la cues- en último término uno solo, o se trata más fuerte tentación, contrasta con la fe en el
tión de la comprensión bien de una misma palabra que utilizamos único Dios, el Antiguo Testamento se opuso
y la praxis del amor en para indicar realidades totalmente diferentes? con máxima firmeza, combatiéndola como
la Sagrada Escritura y perversión de la religiosidad. No obstante, en
en la tradición de la Iglesia, no podemos ha- Eros y agapé, diferencia modo alguno rechazó con ello el eros como
cer caso omiso del significado que tiene es- y unidad tal, sino que declaró guerra a su desviación
te vocablo en las diversas culturas y en el destructora, puesto que la falsa divinización
lenguaje actual. 3. Los antiguos griegos dieron el nom- del eros que se produce en esos casos lo pri-
En primer lugar, recordemos el vasto bre de eros al amor entre hombre y mujer, va de su dignidad divina y lo deshumaniza.
campo semántico de la palabra amor: se ha- que no nace del pensamiento o la voluntad, En efecto, las prostitutas que en el templo
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debían proporcionar el arrobamiento de lo espíritu y quisiera rechazar la carne como degradación del cuerpo humano, que ya no Benedicto XVI, que firmó
divino, no son tratadas como seres huma- si fuera una herencia meramente animal, es- está integrado en el conjunto de la libertad de la encíclica el día
nos y personas, sino que sirven sólo como píritu y cuerpo perderían su dignidad. Si, nuestra existencia, ni es expresión viva de la de Navidad,
instrumentos para suscitar la locura divina: por el contrario, repudia el espíritu y por totalidad de nuestro ser, sino que es relega- ante el Belén
en realidad, no son diosas, sino personas hu- tanto considera la materia, el cuerpo, como do a lo puramente biológico. La aparente gigante de la Plaza
manas de las que se abusa. Por eso, el eros una realidad exclusiva, malogra igualmente exaltación del cuerpo puede convertirse muy de San Pedro
ebrio e indisciplinado no es elevación, éx- su grandeza. El epicúreo Gassendi, bromean- pronto en odio a la
tasis hacia lo divino, sino caída, degrada- do, se dirigió a Descartes con el saludo: corporeidad. La fe
ción del hombre. Resulta así evidente que «¡Oh, Alma!». Y Descartes replicó: «¡Oh, cristiana, por el con-
el eros necesita disciplina y purificación pa- Carne!»3 Pero ni la carne ni el espíritu aman: trario, ha considera- «El amor promete infinidad,
ra dar al hombre, no el placer de un instan- es el hombre, la persona, la que ama como do siempre al hom-
te, sino un modo de hacerle pregustar en criatura unitaria, de la cual forman parte el bre como uno en
eternidad, una realidad
cierta manera lo más alto de su existencia, cuerpo y el alma. Sólo cuando ambos se fun- cuerpo y alma, en el más grande
esa felicidad a la que tiende todo nuestro ser. den verdaderamente en una unidad, el hom- cual espíritu y mate- y completamente distinta
5. En estas rápidas consideraciones so- bre es plenamente él mismo. Únicamente ria se compenetran
bre el concepto de eros en la Historia y en la de este modo el amor –el eros– puede ma- recíprocamente, ad- de nuestra existencia
actualidad sobresalen claramente dos as- durar hasta su verdadera grandeza. quiriendo ambos, cotidiana. Pero, al mismo
pectos. Ante todo, que entre el amor y lo di- Hoy se reprocha a veces al cristianismo precisamente así,
vino existe una cierta relación: el amor pro- del pasado haber sido adversario de la cor- una nueva nobleza. tiempo, se constata que
mete infinidad, eternidad, una realidad más poreidad y, de hecho, siempre se han dado Ciertamente, el eros el camino para lograr
grande y completamente distinta de nuestra tendencias de este tipo. Pero el modo de quiere remontarnos
existencia cotidiana. Pero, al mismo tiem- exaltar el cuerpo que hoy constatamos re- en éxtasis hacia lo esta meta no consiste
po, se constata que el camino para lograr es- sulta engañoso. El eros, degradado a puro divino, llevarnos simplemente en dejarse
ta meta no consiste simplemente en dejar- sexo, se convierte en mercancía, en simple más allá de nosotros
se dominar por el instinto. Hace falta una objeto que se puede comprar y vender; más mismos, pero preci-
dominar por el instinto»
purificación y maduración, que incluyen aún, el hombre mismo se transforma en mer- samente por eso ne-
también la renuncia. Esto no es rechazar el cancía. En realidad, éste no es propiamente cesita seguir un ca-
eros ni envenenarlo, sino sanearlo para que el gran sí del hombre a su cuerpo. Por el mino de ascesis, re-
alcance su verdadera grandeza. contrario, de este modo considera el cuer- nuncia, purificación y recuperación.
Esto depende, ante todo, de la constitu- po y la sexualidad solamente como la parte 6. ¿Cómo hemos de describir concre-
ción del ser humano, que está compuesto de material de su ser, para emplearla y explo- tamente este camino de elevación y purifi-
cuerpo y alma. El hombre es realmente él tarla de modo calculador. Una parte, ade- cación? ¿Cómo se debe vivir el amor para
mismo cuando cuerpo y alma forman una más, que no aprecia como ámbito de su li- que se realice plenamente su promesa hu-
unidad íntima; el desafío del eros puede con- bertad, sino como algo que, a su manera, in- mana y divina? Una primera indicación im-
siderarse superado cuando se logra esta uni- tenta convertir en agradable e inocuo a la portante podemos encontrarla en uno de los
ficación. Si el hombre pretendiera ser sólo vez. En realidad, nos encontramos ante una libros del Antiguo Testamento bien conoci-
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Gn 28, 12; Jn 1, 51). Impresiona particular- La novedad de la fe bíblica este amor suyo puede ser calificado sin du- Última Cena. El amor
mente la interpretación que da el Papa Gre- da como eros que, no obstante, es también de Dios, perpetuado
gorio Magno de esta visión en su Regla pas- 9. Ante todo, está la nueva imagen de totalmente agapé7. en la Eucaristía
toral. El pastor bueno –dice– debe estar an- Dios. En las culturas que circundan el mun- Los profetas Oseas y Ezequiel, sobre to-
clado en la contemplación. En efecto, sólo de do de la Biblia, la imagen de dios y de los do, han descrito esta pasión de Dios por su
este modo le será posible captar las necesi- dioses, al fin y al cabo, queda poco clara y es pueblo con imágenes eróticas audaces. La
dades de los demás en lo más profundo de su contradictoria en sí misma. En el camino de relación de Dios con Israel es ilustrada con
ser, para hacerlas suyas: «Per pietatis vis- la fe bíblica, por el contrario, resulta cada la metáfora del noviazgo y del matrimonio;
cera in se infirmitatem caeterorum transfe- vez más claro y unívoco lo que se resume por consiguiente, la idolatría es adulterio y
rant»4. En este contexto, san Gregorio men- en las palabras de la oración fundamental prostitución. Con eso se alude concreta-
ciona a san Pablo, que fue arrebatado hasta de Israel, la Shema: «Escucha, Israel: El Se- mente –como hemos visto– a los ritos de la
el tercer cielo, hasta los más grandes mis- ñor, nuestro Dios, es solamente uno» (Dt 6, fertilidad con su abuso del eros, pero al mis-
terios de Dios y, precisamente por eso, al 4). Existe un solo Dios, que es el Creador mo tiempo se describe la relación de fideli-
descender, es capaz de hacerse todo para del cielo y de la tierra y, por tanto, también dad entre Israel y su Dios. La historia de
todos (cf. 2 Co 12, 2-4; 1 Co 9, 22). Tam- es el Dios de todos los hombres. En esta amor de Dios con Is-
bién pone el ejemplo de Moisés, que entra y puntualización hay dos elementos singulares: rael consiste, en el
sale del tabernáculo, en diálogo con Dios, que realmente todos los otros dioses no son fondo, en que Él le da
para poder de este modo, partiendo de Él, Dios y que toda la realidad en la que vivimos la Torah, es decir, abre
estar a disposición de su pueblo. «Dentro se remite a Dios, es creación suya. Cierta- los ojos de Israel so-
[del tabernáculo] se extasía en la contem- mente, la idea de una creación existe también bre la verdadera natu- «Quien quiere dar amor
plación, fuera [del tabernáculo] se ve apre- en otros lugares, pero sólo aquí queda ab- raleza del hombre y le debe, a su vez,
miado por los asuntos de los afligidos: Intus solutamente claro que no se trata de un dios indica el camino del recibirlo como don»
contemplationem rapitur, foris infirmantium cualquiera, sino que el único Dios verdade- verdadero humanis-
negotiis urgetur»5. ro, Él mismo, es el autor de toda la realidad; mo. Esta historia con-
8. Hemos encontrado, pues, una primera ésta proviene del poder de su Palabra crea- siste en que el hom-
respuesta, todavía más bien genérica, a las dora. Lo cual significa que estima a esta bre, viviendo en fide-
dos preguntas formuladas antes: en el fondo, criatura, precisamente porque ha sido Él lidad al único Dios, se experimenta a sí mis-
el amor es una única realidad, si bien con quien la ha querido, quien la ha hecho. Y mo como quien es amado por Dios, y
diversas dimensiones; según los casos, una así se pone de manifiesto el segundo ele- descubre la alegría en la verdad y en la jus-
u otra puede destacar más. Pero cuando las mento importante: este Dios ama al hom- ticia; la alegría en Dios que se convierte en
dos dimensiones se separan completamente bre. La potencia divina a la cual Aristóte- su felicidad esencial: «¿No te tengo a ti en
una de otra, se produce una caricatura o, en les, en la cumbre de la filosofía griega, tra- el cielo?; y contigo, ¿qué me importa la tie-
todo caso, una forma mermada del amor. tó de llegar a través de la reflexión, es cier- rra?... Para mí lo bueno es estar junto a
También hemos visto sintéticamente que la tamente objeto de deseo y amor por parte Dios» (Sal 73 [72], 25. 28).
fe bíblica no construye un mundo paralelo o de todo ser –como realidad amada, esta di- 10. El eros de Dios para con el hombre,
contrapuesto al fenómeno humano origina- vinidad mueve el mundo6–, pero ella mis- como hemos dicho, es a la vez agapé. No só-
rio del amor, sino que asume a todo el hom- ma no necesita nada y no ama, sólo es ama- lo porque se da del todo gratuitamente, sin
bre, interviniendo en su búsqueda de amor da. El Dios único en el que cree Israel, sin ningún mérito anterior, sino también porque es
para purificarla, abriéndole al mismo tiem- embargo, ama personalmente. Su amor, ade- amor que perdona. Oseas, de modo particular,
po nuevas dimensiones. Esta novedad de la más, es un amor de predilección: entre todos nos muestra la dimensión del agapé en el amor
fe bíblica se manifiesta, sobre todo, en dos los pueblos, Él escoge a Israel y lo ama, aun- de Dios por el hombre, que va mucho más
puntos que merecen ser subrayados: la ima- que con el objeto de salvar precisamente de allá de la gratuidad. Israel ha cometido adul-
gen de Dios y la imagen del hombre. este modo a toda la Humanidad. Él ama, y terio, ha roto la Alianza; Dios debería juzgar-
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lo y repudiarlo. Pero precisamente en esto se El aspecto filosófico e histórico-religio- otro sexo puede considerarse completo. Así,
revela que Dios es Dios y no hombre: «¿Có- so que se ha de subrayar en esta visión de pues, el pasaje bíblico concluye con una
mo voy a dejarte, Efraím, cómo entregarte, la Biblia es que, por un lado, nos encontra- profecía sobre Adán: «Por eso abandonará
Israel?... Se me revuelve el corazón, se me mos ante una imagen estrictamente metafí- el hombre a su padre y a su madre, se uni-
conmueven las en- sica de Dios: Dios es en absoluto la fuente rá a su mujer y serán los dos una sola car-
trañas. No cederé al originaria de cada ser; pero este principio ne» (Gn 2, 24).
ardor de mi cólera, creativo de todas las cosas –el Logos, la ra- En esta profecía hay dos aspectos im-
«La verdadera originalidad no volveré a destruir zón primordial– es, al mismo tiempo, un portantes: el eros está como enraizado en la
a Efraím; que yo soy amante con toda la pasión de un verdadero naturaleza misma del hombre; Adán se po-
del Nuevo Testamento Dios y no hombre, amor. Así, el eros es sumamente ennobleci- ne a buscar y «abandona a su padre y a su
no consiste en nuevas santo en medio de ti» do, pero también tan purificado que se fun- madre», para unirse a su mujer; sólo ambos
(Os 11, 8-9). El amor de con el agapé. Por eso podemos com- conjuntamente representan a la humanidad
ideas, sino en la figura apasionado de Dios prender que la recepción del Cantar de los completa, se convierten en una sola carne.
misma de Cristo, por su pueblo, por el Cantares en el canon de la Sagrada Escri- No menor importancia reviste el segundo
que da carne y sangre hombre, es a la vez tura se haya justificado muy pronto, porque aspecto: en una perspectiva fundada en la
un amor que perdo- el sentido de sus cantos de amor describen en creación, el eros orienta al hombre hacia el
a los conceptos: na. Un amor tan el fondo la relación de Dios con el hombre y matrimonio, un vínculo marcado por su ca-
un realismo inaudito» grande que pone a del hombre con Dios. De este modo, tanto en rácter único y definitivo; así, y sólo así, se re-
Dios contra sí mis- la literatura cristiana como en la judía, el aliza su destino íntimo. A la imagen del Dios
mo, su amor contra Cantar de los Cantares se ha convertido en monoteísta corresponde el matrimonio mo-
su justicia. El cristia- una fuente de conocimiento y de experiencia nógamo. El matrimonio basado en un amor
no ve perfilarse ya en esto, veladamente, el mística, en la cual se expresa la esencia de la exclusivo y definitivo se convierte en el ico-
misterio de la Cruz: Dios ama tanto al hombre fe bíblica: se da ciertamente una unificación no de la relación de Dios con su pueblo y, vi-
que, haciéndose hombre Él mismo, lo acom- del hombre con Dios –sueño originario del ceversa, el modo de amar de Dios se con-
paña incluso en la muerte y, de este modo, re- hombre–, pero esta unificación no es un fun- vierte en la medida del amor humano. Esta
concilia la justicia y el amor. dirse juntos, un hundirse en el océano anó- estrecha relación entre eros y matrimonio
nimo del Divino; es una unidad que presenta la Biblia no tiene prácticamente
que crea amor, en la que ambos paralelo alguno en la literatura fuera de ella.
–Dios y el hombre– siguen siendo
ellos mismos y, sin embargo, se con- Jesucristo, el amor de Dios
vierten en una sola cosa: «El que se encarnado
une al Señor, es un espíritu con Él»,
dice san Pablo (1 Co 6, 17). 12. Aunque hasta ahora hemos hablado
11. La primera novedad de la fe bí- principalmente del Antiguo Testamento, ya
blica, como hemos visto, consiste en se ha dejado entrever la íntima compenetra-
la imagen de Dios; la segunda, rela- ción de los dos Testamentos como única Es-
cionada esencialmente con ella, la en- critura de la fe cristiana. La verdadera ori-
contramos en la imagen del hombre. La ginalidad del Nuevo Testamento no consis-
narración bíblica de la creación habla de te en nuevas ideas, sino en la figura misma
la soledad del primer hombre, Adán, al de Cristo, que da carne y sangre a los con-
cual Dios quiere darle una ayuda. Ningu- ceptos: un realismo inaudito. Tampoco en
na de las otras criaturas puede ser esa ayu- el Antiguo Testamento la novedad bíblica
da que el hombre necesita, por más que él consiste simplemente en nociones abstractas,
haya dado nombre a todas las bestias sal- sino en la actuación imprevisible y, en cier-
vajes y a todos los pájaros, incorporándolos to sentido inaudita, de Dios. Este actuar de
así a su entorno vital. Entonces Dios, de Dios adquiere ahora su forma dramática,
una costilla del hombre, forma a la mujer. puesto que, en Jesucristo, el propio Dios va
Ahora Adán encuentra la ayuda que preci- tras la oveja perdida, la Humanidad dolien-
sa: «¡Ésta sí que es hueso de mis huesos y te y extraviada. Cuando Jesús habla en sus
carne de mi carne!» (Gn 2, 23). En el tras- parábolas del pastor que va tras la oveja des-
fondo de esta narración, se pueden consi- carriada, de la mujer que busca el dracma,
derar concepciones como la que aparece del padre que sale al encuentro del hijo pró-
también, por ejemplo, en el mito relata- digo y lo abraza, no se trata sólo de meras
do por Platón, según el cual el hombre palabras, sino que es la explicación de su
era originariamente esférico, por- propio ser y actuar. En su muerte en la cruz
que era completo en sí mismo y se realiza ese ponerse Dios contra sí mis-
autosuficiente. Pero, en cas- mo, al entregarse para dar nueva vida al
tigo por su soberbia, fue hombre y salvarlo: esto es amor en su forma
dividido en dos por más radical. Poner la mirada en el costado
Zeus, de manera que traspasado de Cristo, del que habla Juan (cf.
ahora anhela siem- 19, 37), ayuda a comprender lo que ha sido
pre su otra mitad el punto de partida de esta Carta encíclica:
y está en camino «Dios es amor» (1 Jn 4, 8). Es allí, en la
hacia ella para cruz, donde puede contemplarse esta ver-
recobrar su in- dad. Y a partir de allí se debe definir ahora
tegridad 8. En qué es el amor. Y, desde esa mirada, el cris-
la narración tiano encuentra la orientación de su vivir y
bíblica no se ha- de su amar.
bla de castigo; 13. Jesús ha perpetuado este acto de en-
pero sí aparece la trega mediante la institución de la Eucaris-
idea de que el hom- tía durante la Última Cena. Ya en aquella
bre es de algún modo hora, Él anticipa su muerte y resurrección,
incompleto, constituti- dándose a sí mismo a sus discípulos en el
vamente en camino para pan y en el vino, su Cuerpo y su Sangre co-
encontrar en el otro la parte mo nuevo maná (cf. Jn 6, 31-33). Si el mun-
complementaria para su inte- do antiguo había soñado que, en el fondo,
gridad, es decir, la idea de que el verdadero alimento del hombre –aquello
sólo en la comunión con el por lo que el hombre vive– era el Logos, la
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CARTA ENCÍCLICA DIOS ES AMOR 26-I-2006
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sabiduría eterna, ahora este Logos se ha he-
cho para nosotros verdadera comida, como
amor. La Eucaristía nos adentra en el acto
oblativo de Jesús. No recibimos solamente
de modo pasivo el Logos encarnado, sino
que nos implicamos en la dinámica de su
entrega. La imagen de las nupcias entre Dios
e Israel se hace realidad de un modo antes in-
concebible: lo que antes era estar frente a
Dios, se transforma ahora en unión por la
participación en la entrega de Jesús, en su
Cuerpo y su Sangre. La mística del Sacra-
mento, que se basa en el abajamiento de
Dios hacia nosotros, tiene otra dimensión
de gran alcance y que lleva mucho más alto
de lo que cualquier elevación mística del
hombre podría alcanzar.
14. Pero ahora se ha de prestar atención
a otro aspecto: la mística del Sacramento
tiene un carácter social, porque en la co-
munión sacramental yo quedo unido al Se-
ñor como todos los demás que comulgan:
«El pan es uno, y así nosotros, aunque so-
mos muchos, formamos un solo cuerpo,
porque comemos todos del mismo pan», di-
ce san Pablo (1 Co 10, 17). La unión con
Cristo es, al mismo tiempo, unión con todos
los demás a los que Él se entrega. No pue-
do tener a Cristo sólo para mí; únicamente
puedo pertenecerle en unión con todos los
que son suyos o lo serán. La comunión me
hace salir de mí mismo para ir hacia Él, y,
por tanto, también hacia la unidad con todos
los cristianos. Nos hacemos un cuerpo, au-
nados en una única existencia. Ahora, el
amor a Dios y al prójimo están realmente
unidos: el Dios encarnado nos atrae a to-
dos hacia sí. Se entiende, pues, que el aga- tras el concepto de prójimo hasta entonces se estas preguntas se manifiestan dos objecio-
pé se haya convertido también en un nom- refería esencialmente a los conciudadanos nes contra el doble mandamiento del amor.
bre de la Eucaristía: en ella el agapé de Dios y a los extranjeros que se establecían en la Nadie ha visto a Dios jamás, ¿cómo podre-
nos llega corporalmente para seguir ac- tierra de Israel, y por tanto a la comunidad mos amarlo? Y además, el amor no se pue-
tuando en nosotros y por nosotros. Sólo a compacta de un país o de un pueblo, ahora de mandar; a fin de cuentas es un senti-
partir de este fundamento cristológico-sa- este límite desaparece. Mi prójimo es cual- miento que puede tenerse o no, pero que no
cramental se puede entender correctamen- quiera que tenga necesidad de mí y que yo puede ser creado por la voluntad. La Escri-
te la enseñanza de Jesús sobre el amor. El pueda ayudar. Se universaliza el concepto tura parece respaldar la primera objeción
paso desde la Ley y los Profetas al doble de prójimo, pero permaneciendo concreto. cuando afirma: «Si alguno dice:
mandamiento del amor de Dios y del próji- Aunque se extienda a todos los hombres, el Amo a Dios, y aborrece a su her-
mo, el hacer derivar de este precepto toda la amor al prójimo no se reduce a una actitud mano, es un mentiroso; pues quien
existencia de fe, no es simplemente moral, genérica y abstracta, poco exigente en sí no ama a su hermano, a quien ve,
que podría darse autónomamente, parale- misma, sino que requiere mi compromiso no puede amar a Dios, a quien no «Una Eucaristía
lamente a la fe en Cristo y a su actualización práctico aquí y ahora. La Iglesia tiene siem- ve» (1 Jn 4, 20). Pero este texto en
en el Sacramento: fe, culto y ethos se com- pre el deber de interpretar cada vez esta re- modo alguno excluye el amor a que no
penetran recíprocamente como una sola re- lación entre lejanía y proximidad, con vistas Dios, como si fuera un imposible; comporte
alidad, que se configura en el encuentro con a la vida práctica de sus miembros. En fin, se por el contrario, en todo el contex- un ejercicio
el agapé de Dios. Así, la contraposición ha de recordar de modo particular la gran to de la Primera Carta de Juan ape-
usual entre culto y ética simplemente desa- parábola del Juicio final (cf. Mt 25, 31-46), nas citada, el amor a Dios es exi- práctico
parece. En el culto mismo, en la comunión en el cual el amor se convierte en el criterio gido explícitamente. Lo que se su- del amor es
eucarística, está incluido a la vez el ser ama- para la decisión definitiva sobre la valoración braya es la inseparable relación en-
dos y el amar a los otros. Una Eucaristía positiva o negativa de una vida humana. Je- tre amor a Dios y amor al prójimo. fragmentaria
que no comporte un ejercicio práctico del sús se identifica con los pobres: los ham- Ambos están tan estrechamente en- en sí misma»
amor es fragmentaria en sí misma. Vice- brientos y sedientos, los forasteros, los des- trelazados, que la afirmación de
versa –como hemos de considerar más de- nudos, enfermos o encarcelados. «Cada vez amar a Dios es en realidad una
talladamente aún–, el mandamiento del que lo hicisteis con uno de estos mis humil- mentira si el hombre se cierra al
amor es posible sólo porque no es una me- des hermanos, conmigo lo hicisteis» (Mt 25, prójimo o incluso lo odia. El ver-
ra exigencia: el amor puede ser mandado 40). Amor a Dios y amor al prójimo se fun- sículo de Juan se ha de interpretar más bien
porque antes es dado. den entre sí: en el más humilde encontra- en el sentido de que el amor del prójimo es
15. Las grandes parábolas de Jesús han de mos a Jesús mismo, y en Jesús encontramos un camino para encontrar también a Dios,
entenderse también a partir de este princi- a Dios. y que cerrar los ojos ante el prójimo nos con-
pio. El rico epulón (cf. Lc 16, 19-31) supli- vierte también en ciegos ante Dios.
ca desde el lugar de los condenados que se Amor a Dios y amor 17. En efecto, nadie ha visto a Dios tal
advierta a sus hermanos de lo que sucede a al prójimo como es en sí mismo. Y, sin embargo, Dios
quien ha ignorado frívolamente al pobre ne- no es del todo invisible para nosotros, no
cesitado. Jesús, por decirlo así, acoge este 16. Después de haber reflexionado sobre ha quedado fuera de nuestro alcance. Dios
grito de ayuda y se hace eco de él para po- la esencia del amor y su significado en la fe nos ha amado primero, dice la citada Carta
nernos en guardia, para hacernos volver al bíblica, queda aún una doble cuestión sobre de Juan (cf. 4, 10), y este amor de Dios ha
recto camino. La parábola del Buen Sama- cómo podemos vivirlo: ¿es realmente posi- aparecido entre nosotros, se ha hecho visi-
ritano (cf. Lc 10, 25-37) nos lleva, sobre to- ble amar a Dios aunque no se le vea? Y, por ble, pues «Dios envió al mundo a su Hijo
do, a dos aclaraciones importantes. Mien- otro lado: ¿se puede mandar el amor? En único para que vivamos por medio de Él» (1
A 10
Ω
26-I-2006 CARTA ENCÍCLICA DIOS ES AMOR
A favor de la vida
M
illones de personas han salido a la calle, el
pasado fin de semana, para manifestar su apo-
yo a las medidas en defensa de la vida de to-
do ser humano, desde el primer momento de su con-
cepción hasta su muerte natural, y para protestar con-
tra los inicuos ordenamientos jurídicos que hacen legal
lo que nunca puede ser lícito moralmente. 85.000 se-
res humanos que tenían derecho a nacer fueron ani-
quilados en España el año pasado; más del doble en
Italia, y casi el triple en Francia. Las fotos muestran dis-
tintos aspectos de las manifestaciones registradas en
París, en Los Ángeles y en Madrid ante la Embajada
francesa, en solidaridad con la gran manifestación de la
capital francesa. La de Madrid estuvo organizada por el
Foro Español de la Familia, cuyo representante, don
Benigno Blanco, aparece en una de las fotos.
Nuevo Presidente
de Portugal
E l que fue Primer Ministro de Portugal, Anibal Ca-
vaco Silva, ha ganado las elecciones presidencia-
les en Portugal con mayoría absoluta del 50,6% de los
votos. Se convierte así en el primer Jefe de Estado,
de ideología política conservadora, en la historia de
la democracia portuguesa. El socialista Manuel Alegre
consiguió el 20,7% de los votos, y el ex Presidente so-
cialista Mario Soares apenas sobrepasó el 14%. Ca-
vaco Silva sucede en la presidencia al socialista Jor-
ge Sampaio, que ha agotado los dos mandatos presi-
denciales consecutivos que permite la ley del país
vecino.
13 A
CRITERIOS 26-I-2006
Ω
«H
emos creído en el amor oculta la gravedad de estos
de Dios: así puede ex- momentos. Son muchas cosas las
presar el cristiano la op- que están en juego. Está en juego
ción fundamental de su vida. No se la unidad de España y sus raíces
comienza a ser cristiano por una de- culturales e históricas (...); está en
cisión ética o una gran idea, sino por el juego la herencia de valores
encuentro con un acontecimiento, con humanos y cristianos que
una Persona que da un nuevo hori- representan el patrimonio más
zonte a la vida, y con ello, una orien- precioso del pueblo español, la
tación decisiva»: son líneas de la pri- herencia de la fe, suscitada por la
mera Carta encíclica de Benedicto predicación de los discípulos de
XVI, titulada Dios es amor. Está di- Jesucristo. Está en juego la
rigida a los obispos, presbíteros y diá- herencia de la unidad, que se
conos, a las personas consagradas y a mide por largos siglos de historia
todos los fieles laicos, y desde el prin- común, incluso más allá de su
cipio deja claro el Papa que es una en- específica configuración política,
cíclica sobre el amor cristiano. Pocas consolidada, sobre todo en el
líneas más adelante explica que el tér- final del siglo XV y el XVI, y que
mino amor se ha convertido hoy en ha estado y sigue arraigada en la
una de las palabras más utilizadas y conciencia de los españoles, que
también de las que más se abusa. se han sentido y sienten
Ya antes de ser promulgada la en- miembros de una única nación,
cíclica, algunos se han preocupado por en la diversidad de los pueblos
adelantar que no se trata de una encí- que la integran.
clica programática; pero, desde el pri- Nada de lo que sucede en
mer momento de su pontificado, Be- España, en la sociedad, le es
nedicto XVI se preocupó de señalar ajeno a la Iglesia. Nada humano
nítidamente que su programa sólo es y nos es extraño. Nada de lo que
sólo puede ser uno: Jesucristo. Eco, afecta al hombre, a la sociedad, a
sin duda, de las palabras, rotundas y nuestra Historia y a nuestro país
lucidísimas, de su predecesor en la le es ajeno a los cristianos. El
Carta apostólica Al llegar el nuevo mi- Papa Juan Pablo II, en una
lenio: «No, no será una fórmula lo que ocasión delicada para Italia,
nos salve, pero sí una Persona y la cer- decía: «Los laicos cristianos,
teza que ella nos infunde: ¡Yo estoy precisamente en este momento
con vosotros!» ¿Cabe más y mejor histórico decisivo, no pueden
Programa que el Amor, que Dios mis- evadirse de sus
mo, que Cristo mismo? responsabilidades. Antes bien,
Le importa mucho al Papa dejar deben manifestar con valor su
sentado que, ante todo y sobre todo, confianza en Dios, Señor de la
Dios es amor, y quien permanece en el ya en una organización asistencial ge- barbaridad, no ya contra la verdad de Historia, y su amor a Italia –a
amor, permanece en Dios y Dios en nérica; que los seres humanos nece- Dios, ¡sino contra la verdad del hom- España, añado– a través de una
él. Y por eso no es posible que difieran sitan siempre algo más que una aten- bre!? Benedicto XVI, en esta breve y presencia unida y coherente y un
en su raíz, y menos que se contradi- ción, sólo técnicamente correcta. Ne- grandísima encíclica, rompe todo es- servicio honrado y desinteresado
gan, el amor humano y el amor divino. cesitan humanidad, necesitan atención te demoledor dualismo, demoledor de en el campo social y político,
En un mundo como el actual, donde cordial. Dice el Papa, a todo aquel que la fe, del Pan de vida eterna, ¡y no me- siempre abiertos a una sincera
se quiere arrancar de su raíz divina la quiera escucharle con buena volun- nos demoledor del pan material! colaboración con todas las
realidad del matrimonio y de la fami- tad, que la actividad caritativa cristia- El Papa no se queda en postulados fuerzas sanas de la nación».
lia, y donde a veces se relaciona el na no es un medio para transformar el y reflexiones. Señala caminos, pistas El amor al bien de la propia
nombre de Dios con la venganza, o mundo de manera ideológica, y no es- concretas de actuación: «Ni caer en nación, los comportamientos de
incluso con la obligación del odio y tá al servicio de estrategias munda- una soberbia que desprecia al hombre solidaridad renovada dentro del
de la violencia, la presente encíclica nas; a un mundo mejor se contribuye y que, en realidad, nada construye, ni propio país y con la Humanidad
cobra una actualidad inusitada, y con solamente haciendo el bien, aquí y ceder a la resignación que impediría entera, la verdad en la paz, el
un significado muy concreto. Nada, ahora, en primera persona, con pasión dejarse guiar por el amor y así guiar al principio de subsidiariedad, la
pues, de elucubraciones teóricas ni de y donde sea posible, independiente- hombre». El amor, es decir, la cari- superación del nihilismo y del
misticismos abstractos; todo lo con- mente de estrategias y programas de dad, hoy, aquí y ahora, está unido in- fundamentalismo, así como de la
trario; es una encíclica sumamente partido. ¿Habrá alguien que, después disolublemente a la fe y a la esperan- dictadura del relativismo, el
práctica. Desde las afirmaciones ini- de leer esto, pueda decir que ésta no es za. La esperanza se relaciona con la camino y los comportamientos
ciales de que el eros, degradado a pu- una encíclica social, además de pro- paciencia, que no desfallece, ni si- en la verdad, la justicia, la
ro sexo, se convierte en mercancía, en fundamente teológica? quiera ante el fracaso aparente, y con libertad y el amor, la apertura y
simple objeto que se puede comprar ¿Y qué significa social, en cristia- la humildad, que reconoce el misterio no la cerrazón al reconocimiento
y vender, hasta las conclusiones fina- no? Si no es posible separar el amor de Dios y se fía de él, incluso en la os- de Dios que es Amor que salva,
les de que el amor es un servicio, de del hombre y la mujer del amor de curidad. «Por eso –concluye el Papa–, son bases necesarias para la
que la actividad caritativa cristiana no Dios, tampoco es posible separar el ha llegado el momento de reafirmar consolidación de la verdad de la
se puede confundir con mera asisten- dar de comer del anuncio explícito de la importancia de la oración, ante el convivencia entre nosotros y
cia social y ha de ser independiente Jesucristo. Con demasiada frecuencia activismo y el secularismo de muchos camino de futuro en estos
de partidos e ideologías: expresión ge- aparece, en no pocos miembros de la cristianos comprometidos en el servi- momentos.
nuina de la Presencia viva del mismo Iglesia, el terrible dualismo: dar de cio caritativo». ¿Un ejemplo concreto?
Cristo. comer, o anunciar a Jesucristo, de- Los santos y María, madre de Dios y + Antonio Cañizares
Subraya con firmeza el Santo Padre cantándose por primero, dar de co- madre nuestra, a la que el Papa define arzobispo de Toledo
que es muy importante que la activi- mer, y después ya vendrá la fe. ¡Dios, como «una mujer de esperanza, y una y Primado de España
dad caritativa de la Iglesia no se dilu- convertido en añadidura! ¿Cabe mayor mujer que ama».
A 14
Ω
26-I-2006 AQUI Y AHORA
F
Tapiz de los santos ormo parte de un grupo heterogéneo de personas a quienes el dosamente los temas bíblicos, adecuados para el momento que es-
canonizados amor a santa Ángela de la Cruz llevó de Morón de la Frontera a tábamos viviendo. Así pues, este año hemos repartido las ideas de la
durante la visita Madrid, con motivo de su canonización en el año 2003. Perso- forma siguiente:
de Juan Pablo II nalmente, pienso que fue importante aquel encuentro con Juan Pablo Día primero: Los niños y adolescentes. El lema: Dejad que los
a España, II en Cuatro Vientos y, al día siguiente, en la canonización de los niños se acerquen a Mí. Moniciones, lecturas, ofrendas y preces re-
el 4 de mayo de 2003 cinco santos en la plaza de Colón, en aquellos memorables 3 y 4 de alizadas por ellos.
(santa Ángela mayo de 2003. Supuso para todos un impacto difícil de definir. Día segundo: Las familias. El lema: La familia sí nos importa. ¡Y
de la Cruz, la primera Poco a poco, vamos observando que, cuando nos reunimos, ya mucho! (frase de la manifestación del 18 de junio pasado a favor de
a la izquierda) desde hace bastante tiempo, en la capilla de nuestro colegio de las ella). Participaron grupos familiares.
Hermanas de la Cruz, en Morón de la Frontera, con motivos de ani- Día tercero: Los jóvenes. El lema: Hemos venido a adorarlo,
versarios importantes de su Fundadora, y celebramos la Eucaristía, que hace alusión al Encuentro de los mismos en Colonia con el Pa-
vemos que va evolucionando de una simple devoción a la santa, a un pa. Participamos un grupo numeroso de jóvenes que tuvimos la suer-
fuerte impulso eclesial de profundo amor a la Iglesia, así como de va- te de estar libres de trabajo y estudios, por ser sábado.
lentía, generosidad y entusiasmo por vivir el catolicismo sin com- El silencio del auditorio, los cantos, las lecturas bien proclama-
plejos ni desidia. Vemos con alegría que esto parece contagioso, y que das… Todo nos parecía adecuado para finalizar este Año de la Eu-
la devoción a santa Ángela crece y madura. caristía. Según nos indicaba Juan Pablo II en la Carta apostólica so-
Hemos celebrado el Triduo de Sor Ángela de la Cruz, como cada bre la misma, estamos firmemente convencidos de que «la Eucaris-
año, en el aniversario de su beatificación. La capilla, con capacidad tía es fuente y cumbre de la vida y de la misión de la Iglesia». Por ello,
para trescientas personas, estaba completamente llena, llegando in- de acuerdo con él y con el Sínodo de los Obispos celebrado recien-
cluso a alquilar 125 sillas que rebosaban por las distintas puertas de temente en Roma, hemos intentado celebrarla con los mismos sen-
acceso a esta capilla. El silencio y el respeto eran tangibles, a pesar timientos suyos, expresados en la citada Carta Quédate con nosotros,
de ser un público de lo más diverso: niños pequeños, adolescentes, Señor: «La Eucaristía es el centro vital alrededor del cual deseo que
jóvenes, adultos y ancianos. los jóvenes se reúnan para alimenar su fe y su entusiasmo».
¿Los temas tratados durante el triduo? Ya no son, como en años Una frase de nuestras moniciones en el Triduo fue la que proclamó
anteriores, exclusivos de la biografía y espiritualidad de santa Ánge- Benedicto XVI en Colonia: «Los jóvenes no buscan una Iglesia infantil,
la, sino de ideas sacadas de los mensajes de los últimos Papas, rela- sino joven, y eso es para los mayores una provocación saludable, por-
cionados naturalmente con ella y con la realidad en la que vivimos que nos piden que seamos coherentes, unidos e intrépidos».
actualmente. Ojalá que un grupo de paisanos pudiésemos asistir el próximo
En Alfa y Omega encontramos puntos de referencia que nos acla- verano al Congreso sobre la Familia que se va a celebrar en Valen-
ran y animan, lo cual hace que, a pesar de ser pocos, nos sintamos mu- cia, con la presencia de Benedicto XVI.
chos, sabiendo que todos compartimos inquietudes y esperanzas; En resumen, hemos comprobado con muchísima alegría y entu-
gente que tiene la cabeza sobre los hombros y que viven coherente- siasmo, en estos tres días en la capilla de las Hermanas de la Cruz de
mente su fe, aunque los vientos les sean contrarios. En este sentido, Morón, que el amor a santa Ángela sigue avivando nuestra fe.
Alfa y Omega está suponiendo para los católicos un don inestimable
que realmente necesitábamos todos. Y, sobre todo, elegimos cuida- María Morilla Duarte
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AQUI Y AHORA 26-I-2006
Ω
El genial arquitecto catalán, camino de los altares
Gaudí: un artista de
espíritu franciscano
Escribe sobre el arquitecto católico Antonio Gaudí la profesora Porras Castro,
de la Universidad de Valladolid
L
a introducción de la causa de beatifica- do aquello que vuelve los ojos al origen, ve cen, extrañamente, los motivos religiosos. Por
ción de Antoni Gaudí, así como su con- en todo momento la naturaleza como la obra el contrario, la devoción mariana de Gaudí
tinuo testimonio de verdadero cristia- más perfecta de Dios; por ello, impregna su queda plasmada en el edificio de las misio-
nismo, nos ha llevado a recordar a este gran arquitectura de espiritualidad: «Yo no soy nes africanas de Tánger, y el Rosario en la
hombre y original arquitecto. Recientemen- un creador –solía decir–, sino un copista de Montaña de Montserrat. La huella de Gaudí
te se cumplió el 150 aniversario de su naci- las formas creadas por el Gran Arquitecto permanece en el monasterio benedictino de
miento. En 1969, su obra se inscribió en la del Mundo». Villaricos, en Cuevas de Vera (Almería), y el
lista del Patrimonio Mundial de la UNES- Gaudí confesaba ser católico por educa- colegio de Jesús María, en San Andrés del
CO. El cardenal Ricard María Carles ha sido ción y por convicción. «La fe en Dios me Palomar. En el Parque Güell, la persona que
designado postulador de la re- ayuda, me consuela y me da fuerzas en las si- hizo el encargo quiso tener una nueva versión
cién introducida causa de bea- tuaciones delicadas», afirmó en una ocasión. de la magnífica ciudad helénica de Delfos.
Consciente de que tificación. Apasionado por la perfección, vivió heroi- En sus catorce últimos años de vida, se
originalidad A los 31 años, Antonio Gaudí camente las virtudes cristianas, intentando dedicó a la Sagrada Familia, y rechazó cual-
se convirtió en ayudante del ar- dar gloria a Dios mediante su obra. Cada día, quier otro proyecto. De los tres frontales
es lo que vuelve quitecto diocesano Francisco de después de Misa, buscaba con serenidad el realizó uno, dedicado a la Natividiad. El se-
al origen, Gaudí Paula Villar, al que se le había breve contacto con la naturaleza, verdadera gundo, dedicado a la Pasión de Cristo, se
ve la naturaleza encargado edificar un gran tem- causa de su inspiración. realizó sobre diseños de Gaudí tras su muer-
plo, en un momento en que la te. El tercero, la Gloria, está aún por reali-
como la obra sociedad catalana atravesaba Luz hacia la Luz zar. El 7 de junio de 1926 fue atropellado
más perfecta una profunda crisis, tras el pa- por un tranvía en la Gran Vía barcelonesa, y
so de la civilización campesina Trabajador infatigable, convencido del fue enterrado en la cripta de la Sagrada Fa-
de Dios, a la urbana. Hijo de un artesa- espíritu franciscano, buscaba en la natura- milia. Su obra nos enorgullece, a pesar de
e impregna no y sin antepasados dedicados leza el Espíritu de Dios. Si nos detenemos a que quedó interrumpida tras su muerte. A
a la arquitectura, Gaudí se pro- contemplar los materiales usados por Gaudí, los que le reprochaban su lentitud en finali-
su arquitectura curó un mecenas, Fontsaré, notamos la pobreza y sencillez de los mis- zar esta gran obra, contestaba: «Mi cliente
de espiritualidad quien le ayudó a obtener un tra- mos. La luz de las zonas internas de cada es Dios y Él no tiene prisa».
bajo que le permitiese estudiar. una de sus obras constituye una llamada di- León Tolstoi creía que «la condición esen-
Desde el punto de vista arqui- rigida hacia la verdadera Luz. cial de la felicidad del ser humano era el tra-
tectónico, crea un método original, en el que Su arquitectura, única en el mundo, queda bajo». Gaudí fue siempre feliz con su obra, y
se entrelazaban pilastras y bóvedas. Parale- reflejada en el Palacio Güell, Casa Milá, Bal- es que lo que mueve al mundo no son los
lamente, se inspiró en las formas naturales y cones de la Pedrera, Escuelas de la Sagrada potentes brazos de los héroes, sino la suma de
en la belleza de las mismas: árboles, plan- Familia y la finca Güell en la Avenida de Pe- los pequeños trabajos. La humildad no tiene
tas, cuerpos humanos y colinas. Geometría dralbes, donde jugó con cristales y azulejos, fin, es como el mar.
diversa en el manejo de la escuadra y el com- combinados con inteligencia. En la Casa Vi-
pás. Consciente de que originalidad es to- cens y en el Capricho de Comillas no apare- Soledad Porras Castro
A 14
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12-I-2006 IGLESIA EN MADRID
H
ace tan sólo 15 años, desde que se mo Obispado planeó, como ya había pro- Un momento mino hacia el laicismo, la vocación al ma-
creó la diócesis de Getafe, desmem- puesto la Conferencia Episcopal, un pro- de la Jornada Mundial trimonio, etc…»
brada de la archidiócesis de Madrid. yecto de evangelización de la juventud pro- de la Juventud en De momento, la acogida de este Proyec-
Hoy en día se trata de la diócesis con ma- pio. «El objetivo de este proyecto –explica el Colonia. to ha sido muy positiva. Según el propio de-
yor densidad de gente joven de España, y delegado de Pastoral de Juventud, don Gon- A la derecha, portada legado de Juventud, «vamos a promover es-
quizá de toda Europa, con 651.740 miem- zalo Pérez-Boccherini– es unificar, coordi- del libro del Proyecto ta iniciativa tanto a nivel diocesano, como al
bros menores de 30 años. Mientras el clero nar y dirigir todas las iniciativas que se ve- de Evangelización resto de los delegados de Juventud de las
envejece de forma general, en Getafe au- nían haciendo desde los comienzos de la de los jóvenes en Getafe diócesis de España, puesto que puede ser
menta el número de sacerdotes jóvenes, y diócesis, para reconocer los frutos de todas punto de referencia para otras diócesis». Por
mientras los seminarios se cierran en otras estas experiencias, y también para mirar ha- eso, quien esté interesado en adquirir la pu-
diócesis, en Getafe crece de forma impara- cia el futuro y poder continuar». blicación que contiene el Proyecto, puede
ble. Por eso, no es de extrañar que la Pasto- Por eso, el Obispado acaba de publicar hacerlo en el mismo Obispado de Getafe
ral de Juventud de esta diócesis sea una de el libro Jóvenes en la Iglesia, cristianos en (calle Almendro, 4, Tel. 91 696 17 65), o en
las más prolíficas y activas que existen, co- Getafe. Proyecto de evangelización de los la librería Cecadi, de Madrid (calle San Bue-
mo lo demuestra la cantidad de jóvenes que jóvenes de la diócesis de Getafe, donde se re- naventura, 4 Tel. 91 364 10 67).
movilizó en Santiago, en 2004, y en Colonia coge con detalle la realidad social y eclesial
en 2005. En ambos casos, fue la diócesis es- de los jóvenes de la diócesis, y además se A. Llamas Palacios
pañola que más jóvenes desplazó.
A lo largo de su aún corta historia, la Pas-
toral juvenil se ha ido dotando de una gran
infraestructura para llevar a cabo en las me- Gran oración por España
jores condiciones el objetivo de la evange-
lización de los jóvenes, y por eso hoy cuen-
ta con Casas de espiritualidad, de retiros, de
convivencias, de atención a menores, jorna-
das, escuelas de tiempo libre, campamen-
M ovidos por las invitaciones del cardenal arzobispo de Madrid, distintos movimientos y asociaciones
eclesiales, entre las que se encuentran la Congregación Mariana de la Asunción, los Grupos de
Oración del Corazón de Jesús, los Discípulos de los Sagrados Corazones y el Movimiento de las Familias
tos…, y un sinfín de actividades variadas y de Nazaret, se han unido para realizar, mensualmente, una Vigilia de oración por España, con el objetivo
que llevan a cabo un gran número de movi- de pedirle a Dios por los graves males que sufre España en cuanto a la situación moral, espiritual,
mientos y asociaciones que tienen presen- familiar, social y política. Estas vigilias tendrán lugar los terceros viernes de cada mes, comenzando este
cia en la diócesis. próximo 20 de enero, en la parroquia de Nuestra Señora del Buen Suceso (calle Princesa, 43), a las 21
Tantas son las actividades que se reali- horas. Esta semana concurren, además, otros motivos para intensificar nuestra oración, ya que nos
zan hoy en la diócesis de Getafe, que el mis- encontramos en el Octavario de oración por la unidad de los cristianos.
15 A
IGLESIA EN MADRID 26-I-2006
Ω
La voz del cardenal arzobispo con tus amigos y con tus amigas. Porque la misión se resume en la
persona misma de Jesús, que nos ha hecho verdaderos hijos de
Los mejores
Dios y herederos del cielo, que nos ha hecho sus amigos para es-
tar con Él y para extender esta maravillosa amistad a todos los
hombres. Y, si esto es la misión, ¡los niños sois, sin duda, los me-
jores misioneros!
Llevar la misión en el corazón es lo primero de todo. Y el primer
pensamiento nos lleva al Padre-Dios, ¡a su corazón infinito! Él se nos
los niños
sotros mismos escucháis, y también proclamáis, pasajes o lecturas
que nos enseñan la verdad y nos ayudan a vivir. Pues bien, en la
Biblia, Dios se atribuye a sí mismo un corazón. Hablando de los
pastores que habían de guiar a su pueblo, nos dice así, a través del
profeta Jeremías: «Os daré pastores según mi corazón». Y su cora-
zón está lleno de amor por cada uno de nosotros, por ti personal-
mente, como Él mismo desvela en el libro de los Proverbios: «Hi-
jo mío, dame tu corazón».
Quizás te preguntes: «¿Y qué falta le hará a Dios mi corazón,
que no puede compararse para nada con el Suyo?» Pues ahí está,
precisamente, la gran maravilla del amor de Dios. En esta Navidad,
nos lo ha dicho muy bellamente el Papa Benedicto XVI: «Tenemos
un Dios tan grande, que puede hacerse pequeño; y tan poderoso,
que puede hacerse inerme y venir a nuestro encuentro como niño
indefenso». Sí, Dios quiere tu corazón, para eso se ha hecho pe-
queño, para que seas su amigo, y, dándole tu corazón, te lo de-
vuelva transformado y semejante al Suyo. Por todas partes hay
tanta violencia que, muchas veces, sentiréis la tentación de res-
ponder también con violencia, de endurecer vuestro corazón. Pues
bien, por medio del profeta Ezequiel, Dios mismo os dice: «Os
daré un corazón nuevo, infundiré en vosotros un espíritu nuevo;
arrancaré de vuestra carne el corazón de piedra y os daré un cora-
zón de carne».
El secreto de la misión
Con este corazón nuevo que os da Jesús, ¿cómo no vais a sen-
tir, desde lo más hondo, la misión, es decir, el deseo de amarle a Él
y de amar a todos como Él y con Él? Porque éste es el secreto de la
misión. Sólo con un corazón así, transformado por Jesús, se puede
ser misionero. Porque tenían este corazón, lo fueron los Patronos de
las Misiones: san Francisco Javier, de quien celebramos este año el
quinto centenario de su nacimiento, y santa Teresa del Niño Jesús.
Y, porque tienen este corazón, lo son hoy día tantos millares de
misioneros y misioneras que predican la Palabra de Dios y parten
el Pan de la Eucaristía, que es el mismo Jesús, a tantos hermanos
nuestros de países lejanos, para que también ellos conozcan el
amor infinito de Dios, y le den también ellos su corazón, para que
lo transforme igualmente, y se conviertan a su vez en nuevos mi-
sioneros, que llevando consigo a Jesús abran camino al milagro
de una vida nueva a su alrededor, y la transformación del mundo por
el amor siga creciendo.
Con motivo
E
l domingo de la Infancia misionera es una hermosa ocasión pa- Queridos niños y niñas, no dudéis en darle por entero vuestro co-
de la Jornada ra comunicarme con vosotros, en este año 2006 recién estre- razón al Señor, para que lo transforme, y así seáis verdaderos mi-
nado. Me gustaría –y a vosotros seguro que también– que sioneros ya, ahora mismo, en vuestra casa, en el colegio, con vues-
de la Infancia pudiéramos estar juntos, vernos y contarnos muchas, muchas co- tros amigos y en todas partes. También extendiendo el amor de
Misionera, sas, como, por ejemplo, todo lo que habéis hecho en estos días vuestro corazón nuevo a todos los niños del mundo, y, especial-
celebrada pasados de la Navidad, y todo lo que nos han traído los Reyes mente, a los más necesitados, a tantos niños que sufren terrible-
Magos. No podemos hacerlo con nuestra presencia corporal, pe- mente a causa del hambre, de la guerra, de todo tipo de crueldades.
el pasado ro sí que podemos comunicarnos a través de nuestro corazón, y eso Cuando seáis mayores, algunos de vosotros iréis seguramente co-
domingo, nuestro es lo que deseo hacer con esta carta que os envío con todo mi ca- mo misioneros a esos lugares lejanos para llevar a esos niños el
cardenal arzobispo riño. Podéis tener la seguridad de que esta carta sale de mi corazón amor de Jesús, y ayudarles para que la vida cambie y se haga her-
ha escrito y va directamente al corazón de cada uno de vosotros. mosa a su alrededor, pero ya, ahora, todos podéis ser misioneros re-
Como os habréis fijado, este año, el lema de la Jornada misio- zando mucho por ellos, llevándolos muy dentro de vuestro corazón.
un carta a todos nera de los niños, al calor de lo que acabamos de celebrar y de vi- De este modo, seréis también muy buenos misioneros aquí, con
los niños vir en la Navidad, nos habla, precisamente, de ese corazón que vuestros familiares y amigos, y con tantos otros niños que, quizás,
de Madrid, con late y late dentro de vosotros, lleno de la emoción y de la alegría aunque están muy cerca de vosotros, todavía no conocen a Jesús.
inmensa que nos produce la presencia de Jesús, que ha venido a es- En esta Jornada de la Infancia Misionera, os invito a abrir vues-
el título del lema tar con nosotros, según su promesa, todos los días, hasta el fin tro corazón para abrazar a todos los niños del mundo, muy unidos
de la Jornada: del mundo. Sentir a Jesús tan cerca de nosotros, sentir su amor a Jesús y amparados con el amor inmenso de nuestra Madre, la
Siente la misión infinito y sentir su mismo deseo de llevar ese amor a todos los ni- Virgen de la Almudena. A Ella os encomiendo muy especialmen-
ños del mundo y a todas las personas, es justamente sentir la mi- te, a vosotros y a vuestras familias.
en tu corazón. sión en tu corazón. Y, si la sientes en tu corazón, no podrás por me- Con un beso para todos, recibid mi bendición.
Dice en ella: nos que vivirla en todos los momentos y en todos los lugares: en
casa, en el colegio, en la parroquia, en la calle, en todas partes, + Antonio Mª Rouco Varela
A 16
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26-I-2006 LA VIDA
E l Grupo Juan Pablo II es un grupo de sacerdotes y laicos que tiene el objetivo de desenmascarar palabra Zuinglio, que lo
WWW
la manipulación del lobby gay y ofrecer un camino de terapia a todas las personas que quie- cierra, diversos autores van repasando todo
ran sanar las heridas que dieron lugar a la tendencia homosexual, para así poder salir de ella. És- aquello que, de algún modo, tiene que ver
ta es su página web: con la Eucaristía para ayudar a creer,
celebrar, predicar y vivir este Misterio,
fundamento y clave de nuestra fe.
http://www.esposibleelcambio.com
M.A.V.
A 18
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26-I-2006 TESTIMONIO
Persecución
difícil de olvidar
En 1996, la Santa Sede pidió sacerdotes para ir a Kazajstán, y don Ale- El sacerdote Alejandro Burgos, con una de sus parroquianas
jandro Burgos, sacerdote de la diócesis de Valladolid, se ofreció. Aquel
proyecto no salió adelante, pero, como todo lo que resulta ser provi-
dencial, otra ocasión se presentó de nuevo más adelante, y don Ale-
jandro, que llevaba hecho un largo proceso de discernimiento, acabó via-
jando a Rusia para desarrollar allí su labor sacerdotal. Hoy está inte-
grado en aquella sociedad y es un buen conocedor de los problemas y
las dificultades que afectan a la minoría de cristianos católicos que,
muy poco a poco, ven disminuir la represión a la que ha estado some-
tidos durante tantos y tantos años. Pueden encontrar más información so-
bre su labor en la página web www.san-nicolas.org
L a Tradición y la Escritura están estrechamente unidas y compenetradas; manan de la misma fuente, se unen en un mismo caudal, corren hacia el mismo
fin. La Sagrada Escritura es la palabra de Dios, en cuanto escrita por inspiración del Espíritu Santo. La Tradición recibe la palabra de Dios, encomendada
por Cristo y el Espíritu Santo a los Apóstoles, y la transmite íntegra a los sucesores; para que ellos, iluminados por el Espíritu de la verdad, la conserven, la
expongan y la difundan fielmente en su predicación. Por eso, la Iglesia no saca exclusivamente de la Escritura la certeza de todo lo revelado. Y así se han de
recibir y respetar ambas con el mismo espíritu de devoción.
La Tradición y la Escritura constituyen el depósito sagrado de la palabra de Dios, confiado a la Iglesia. El oficio de interpretar auténticamente la palabra de
Dios, oral o escrita, ha sido encomendado sólo al magisterio vivo de la Iglesia, que lo ejercita en nombre de Jesucristo. Pero el Magisterio no está por encima
de la palabra de Dios, sino a su servicio, para enseñar puramente lo transmitido, pues por mandato divino, y con la asistencia del Espíritu Santo, lo escucha
devotamente, lo custodia celosamente, lo explica fielmente; y de este único depósito de la fe saca todo lo que propone como revelado por Dios para ser
creído. Así pues, la Tradición, la Escritura y el Magisterio de la Iglesia, según el plan prudente de Dios, están unidos y ligados, de modo que ninguno puede
subsistir sin los otros; los tres, cada uno según su carácter, y bajo la acción del único Espíritu Santo, contribuyen eficazmente a la salvación de las almas.
Tu rostro
buscaré
No es frecuente que una monja de clausura alcance una notoriedad pública
tan acusada como la de sor Isabel Guerra, religiosa cisterciense del monasterio
de Santa Lucía, en Zaragoza, y pintora de renombre. La luminosidad de sus cuadros
ha hecho que se la conozca como la pintora de la luz; recientemente, ha publicado
El libro de la paz interior (ed. Styria), una colección de reflexiones y meditaciones,
entre cuyas páginas ha incluido numerosas reproducciones de sus pinturas,
Sor Isabel Guerra algunas de las cuales ilustran estas páginas
«E
ntrego aquí nada más allá que hojas sueltas
de mis ratos de oración. Este libro recoge
mis pinturas y mis pensamientos, refleja-
dos en forma de oración serena. La con-
junción de ambos pretenden acercarnos a la
Belleza y a la Luz. La oración es el agra-
decimiento a ese amor que Él nos da»: son
palabras del prólogo de El libro de la paz
interior, de sor Isabel Guerra, madrileña
de origen y religiosa del monasterio cis-
terciense de Santa Lucía, en Zaragoza.
Desde muy joven se sintió atraída por la
pintura; visitaba con frecuencia el Museo
del Prado y comenzó a pintar de forma au-
todidacta. Al mismo tiempo, y con la mis-
ma intensidad, se veía impulsada hacia una
vocación a la vida consagrada. Así, a los 23
años, ingresó en el monasterio. Ella misma
afirma: «Yo era una pintora profesional
cuando entré en el convento. Lo hice pen-
sando que debía abandonar la pintura, pe-
ro me dijeron que no, que mi trabajo aquí
dentro sería pintar, que eso es positivo pa-
ra el hombre de hoy. Se trata de una vida suelen abordar una temática específicamente
compatible; san Benito ya escribió sobre la religiosa, pero –según su autora– «son, de
función de los artistas de los monasterios. alguna manera, religiosos. En ellos está pre-
Nuestra vida aquí es una liturgia, de la ma- sente la Belleza, que es Dios, bondad y
ñana a la noche. Traemos un mensaje nue- amor. Él es la Belleza. Él está ya salvando el
vo: la paz y serenidad de la vida monásti- mundo. En este caos hay una mano salva-
ca, en búsqueda del infinito, en fraterni- dora que es la suya».
dad». El estilo de sor Isabel Guerra, pegado a
Los cuadros de sor Isabel Guerra se ca- la realidad pero, al mismo tiempo, desve-
racterizan por un sereno juego de claroscu- lando la luz y la belleza que hay en ella,
ros, una luminosidad atrapada en los plie- descubre una mirada que no está encerra-
gues de un vestido, en los cristales de una da en sí misma, ni tampoco en la mera ex-
ventana, en las hojas de una planta o en los presión técnica de la obra artística. Sus cua-
objetos más sencillos de la vida cotidiana. dros reflejan la paz, el sosiego, la vida. Si to-
Su finalidad, según sor Isabel, es «ofrecer un do hombre es, por el mero hecho de serlo,
menaje nuevo al hombre de hoy, tan tortu- religioso –en el sentido de estar empeñado
rado por tantas cosas, angustiado con tantas en la búsqueda de una realidad mayor a la
prisas, deseando lo que no tiene y despre- que ligarse–, entonces todo artista también
ciando lo que ya posee. La luz que hay en lo es. La obra de sor Isabel Guerra es buena
mis cuadros es una posibilidad de expre- muestra de ello.
sión para el hombre de hoy, que vive en me-
Sea la gratitud tu ofrenda dio de tanta oscuridad». Sus pinturas no Juan Luis Vázquez
Me sondeas y me conoces
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26-I-2006 MUNDO
N
Un momento o es común que un Papa presente miento y de amor. Dios, Luz infinita, cuyo presar a nuestro tiempo y a nuestra exis-
de la audiencia una encíclica. Benedicto XVI lo misterio inconmensurable había sido in- tencia algo de lo que Dante recapituló au-
del Papa Benedicto XVI quiso hacer, este lunes, en el Con- tuido por el filósofo griego, este Dios tiene dazmente en su visión. Habla de su vista
a los miembros greso sobre la Caridad que organizó en el un rostro humano y –podemos añadir– un que se enriquecía al mirarla, cambiándole
del Consejo Pontificio Vaticano el Consejo Pontificio Cor Unum. corazón humano. En esta visión de Dante se interiormente. Se trata precisamente de es-
Cor Unum, Su objetivo: «La palabra amor hoy está tan muestra, por una parte, la continuidad entre to: de que la fe se convierta en una visión-
en la que comentó deslucida, tan ajada y se abusa tanto de ella, la fe cristiana en Dios y la búsqueda pro- comprensión que nos transforma. Quería
su primera encíclica que casi da miedo pronunciarla con los pro- movida por la razón y por el mundo de las subrayar la centralidad de la fe en Dios, en
pios labios». Y, sin embargo, «no podemos religiones; al mismo tiempo, sin embargo, ese Dios que ha asumido un rostro humano
simplemente abandonarla, tenemos que re- en ella se aprecia también la novedad que y un corazón humano. La fe no es una teo-
tomarla, purificarla y volverle a dar su es- supera toda búsqueda humana, la novedad ría que uno puede asumir o arrinconar. Es
plendor originario para que pueda ilumi- que sólo el mismo Dios podía revelarnos: la algo muy concreto: es el criterio que deci-
nar nuestra vida». Publicamos el texto ín- novedad de un amor que ha llevado a Dios de nuestro estilo de vida. En una época en
tegro de la presentación que hizo el Papa: a asumir un rostro humano, es más, a asu- la que la hostilidad y la avidez se han con-
«La excursión cósmica, en la que Dan- mir la carne y la sangre, todo el ser huma- vertido en superpotencias, en una época en
te en su Divina Comedia quiere involucrar no. El eros de Dios no es sólo una fuerza la que asistimos al abuso de la religión has-
al lector, termina ante la Luz perenne que es cósmica primordial, es amor que ha creado ta llegar a la apoteosis del odio, la raciona-
el mismo Dios, ante esa Luz que, al mis- al hombre y que se inclina ante él, como se lidad neutra por sí sola no es capaz de pro-
mo tiempo, es el amor que mueve el sol y inclinó el Buen Samaritano ante el hombre tegernos. Tenemos necesidad del Dios vivo
las estrellas. Luz y amor son una sola cosa. herido, víctima de los ladrones, que yacía a que nos ha amado hasta la muerte.
Son la potencia primordial creadora que la orilla de la carretera que descendía de De este modo, en esta encíclica, los te-
mueve el universo. Si estas palabras del Jerusalén a Jericó. mas Dios, Cristo y Amor se funden, como
poeta dejan traslucir el pensamiento de Aris- guía central de la fe cristiana. Quería mos-
tóteles, que veía en el eros la potencia que Amor: palabra deslucida trar la humanidad de la fe, de la que forma
mueve el mundo, la mirada de Dante, sin parte el eros, el sí del hombre a su corpo-
embargo, percibe algo totalmente nuevo e La palabra amor hoy está tan desluci- reidad creada por Dios, un sí que en el ma-
inimaginable para el filósofo griego. La da, tan ajada y se abusa tanto de ella, que ca- trimonio indisoluble entre el hombre y la
Luz eterna no sólo se presenta con los tres si da miedo pronunciarla con los propios mujer encuentra su arraigo en la creación. Y
círculos de los que habla con esos densos labios. Y, sin embargo, es una palabra pri- en él, el eros se transforma en ágape, el
versos que conocemos: ¡Oh, luz eterna, que mordial, expresión de la realidad primor- amor por el otro que ya no se busca a sí
sola en ti existes, sola te entiendes, y por dial; no podemos simplemente abandonar- mismo sino que se convierte en preocupa-
ti entendida y entendiente, te amas y re- la, tenemos que retomarla, purificarla y vol- ción por el otro, disponibilidad a sacrifi-
creas! En realidad, la percepción de un ros- verle a dar su esplendor originario, para carse por él y apertura al don de una nueva
tro humano –el rostro de Jesucristo– que que pueda iluminar nuestra vida y llevarla vida humana. El ágape cristiano, el amor
Dante ve en el círculo central de la luz es por la senda recta. Esta conciencia me ha por el prójimo en el seguimiento de Cristo
más conmovedora aún que esta revelación llevado a escoger el amor como tema de no es algo ajeno, puesto a un lado o que in-
de Dios como círculo trinitario de conoci- mi primera encíclica. Quería tratar de ex- cluso va contra el eros; por el contrario,
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MUNDO 26-I-2006
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Habla el Papa
La unidad
Monseñor Paul Cordes, Presidente del Consejo Pontificio Cor Unum, visitando a los damnificados del huracán Katrina
con el sacrificio que Cristo hizo de sí mismo por el hom- Iglesia como comunidad: es decir, se necesita también
de los cristianos
bre ofreció una nueva dimensión que, en la historia de la
entrega caritativa de los cristianos a los pobres y a los que
sufren, se ha ido desarrollando cada vez más.
una forma institucional que se expresa en la acción co-
munitaria de la Iglesia.
La organización eclesial de la caridad no es una for-
«S i dos de vosotros se ponen de
acuerdo en la tierra para pedir
algo, sea lo que fuere, lo conseguirán
Una primera lectura de la encíclica podría suscitar ma de asistencia social que se sobrepone por casualidad de mi Padre que está en los cielos.
quizá la impresión de que está quebrada en dos partes, a la realidad de la Iglesia, una iniciativa que también Porque donde están dos o tres
que no tienen mucha relación entre sí: una primera par- otros podrían tomar. Por el contrario, forma parte de la na- reunidos en mi nombre, allí estoy yo
te, teórica, que habla de la esencia del amor, y una se- turaleza de la Iglesia. Así como al Logos divino le co- en medio de ellos».
gunda parte que trata de la caridad eclesial, de las orga- rresponde el anuncio humano, la palabra de la fe, así ¡Cuánta confianza y cuánta
nizaciones caritativas. Sin embargo, lo que a mí me in- también al Ágape, que es Dios, le tiene que corresponder esperanza infunden estas palabras del
teresaba era precisamente la unidad de los dos temas, el ágape de la Iglesia, su actividad caritativa. Esta acti- Señor Jesús! En particular, invitan a
que sólo pueden comprenderse adecuadamente si se ven vidad, además de su primer significado sumamente con- los cristianos a pedir juntos a Dios esa
como una sola cosa. Ante todo, era necesario afrontar creto de ayuda al prójimo, comunica también a los demás plena unidad entre ellos, por la que el
la esencia del amor como se nos presenta a la luz del el amor de Dios, que nosotros mismos hemos recibido. mismo Cristo, con sentida insistencia,
testimonio bíblico. Partiendo de la imagen cristiana de En cierto sentido, tiene que hacer visible al Dios vivo. rezó al Padre en la Última Cena. Se
Dios, era necesario mostrar que el hombre está creado pa- Dios y Cristo en la organización caritativa no tienen que entiende, entonces, el motivo por el
ra amar y que este amor, que en un primer momento se ser palabras raras; en realidad, indican el manantial ori- que es tan importante que nosotros,
manifiesta sobre todo como eros entre el hombre y la ginario de la caridad eclesial. La fuerza de la Caritas cristianos, invoquemos el don de la
mujer, tiene que transformarse interiormente después en depende de la fuerza de la fe de todos sus miembros y co- unidad con perseverante constancia.
ágape, en don de sí al otro para responder precisamente laboradores. Si lo hacemos con fe, podemos estar
a la auténtica naturaleza del eros. Con este fundamento, El espectáculo del hombre que sufre toca nuestro co- seguros de que nuestra petición será
había que aclarar después que la esencia del amor de razón. Pero el compromiso caritativo tiene un sentido escuchada. No sabemos ni cómo ni
Dios y del prójimo descrito en la Biblia es el centro de la que va mucho más allá de la mera filantropía. Dios mis- cuándo, pues no nos corresponde a
existencia cristiana, es el fruto de la fe. mo nos empuja en nuestro interior a aliviar la miseria. De nosotros conocerlo, pero no tenemos
este modo, en definitiva, le llevamos a Él mismo al mun- que dudar de que un día seremos una
La caridad en la Iglesia do que sufre. Cuanto más le llevemos consciente y cla- sola cosa, como Jesús y el Padre están
ramente como don, más eficazmente cambiará nuestro unidos en el Espíritu Santo.
Era necesario subrayar, en una segunda parte, que el amor el mundo y despertará la esperanza, una esperanza La oración por la unidad
acto, totalmente personal, del ágape no puede quedarse que va más allá de la muerte». constituye el alma del movimiento
en algo meramente individual, sino que por el contrario ecuménico que, gracias a Dios,
tiene que convertirse también en un acto esencial de la Jesús Colina. Roma avanza en todo el mundo.
Ciertamente no faltan dificultades y
pruebas, pero éstas también tienen su
utilidad espiritual, pues nos empujan
Dios es amor inaugura las encíclicas del pontificado a tener paciencia y perseverancia y a
crecer en la caridad fraterna. Dios es
D esde este miércoles, fiesta de la Conversión de San Pablo, ya se puede leer la esperada encíclica de
Benedicto XVI Deus caritas est (Dios es amor), en la que se rescata el concepto de amor en sus dife-
rentes dimensiones, superando la visión obsesiva del eros que caracteriza a las sociedades consumistas.
amor, y sólo si nos convertimos a Él y
aceptamos su Palabra nos uniremos
todos en el único Cuerpo místico de
Esta atracción, que, como explica el mismo Papa, procede del mismo manantial de la bondad del Crea- Cristo.
dor, y por tanto no es algo negativo, que hay que reprimir, ofrece la posibilidad para madurar en el amor
hasta renunciar a sí mismo en favor del amado. De este modo, el eros se transforma en ágape, ese amor (22-I-2006)
por el que uno ya no se busca a sí mismo, su goce, sino que busca sobre todo el bien del otro, convirtién-
dose en un camino de purificación y de profundización. Y dado que esta dimensión de entrega es esencial
al amor, el Papa considera que tiene que ser también esencial incluso estructuralmente en la vida organi-
zativa de la Iglesia católica, que tiene por misión ser caricia de Dios para todos los que sufren. Esto es lo
que diferencia a las organizaciones cristianas de ayuda, como es la Cáritas del resto de las organizaciones
filantrópicas: su acción se convierte en expresión necesaria del amor con el que Dios ama a cada persona.
Por tradición, la primera encíclica de un pontificado es programática. Deus caritas est también lo es.
No significa que se trata de un texto de gobierno, sino del estilo de un pontificado. Y el anuncio Dios es
amor ha sido en estos primeros meses y será el eje central del pontificado.
J. C. Roma
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26-I-2006 CARTA ENCÍCLICA DIOS ES AMOR
Segunda parte
Catacumbas La caridad de la Iglesia como de las entrañas de los creyentes (cf. Jn 7, La caridad como tarea
de Comodila. manifestación del amor trinitario 38-39). En efecto, el Espíritu es esa potencia de la Iglesia
Las primeras interior que armoniza su corazón con el co-
19. «Ves la Trinidad si ves el amor», es-
comunidades cristianas razón de Cristo y los mueve a amar a los 20. El amor al prójimo enraizado en el
cribió san Agustín11. En las reflexiones pre-
lo tenían todo en común hermanos como Él los ha amado, cuando se amor a Dios es, ante todo, una tarea para ca-
cedentes hemos podi- ha puesto a lavar los pies de sus discípulos da fiel, pero lo es también para toda la co-
do fijar nuestra mira- (cf. Jn 13, 1-13) y, sobre todo, cuando ha munidad eclesial, y esto en todas sus di-
da sobre el Traspasa- entregado su vida por todos (cf. Jn 13, 1; mensiones: desde la comunidad local a la
«También la Iglesia en do (cf. Jn 19, 37; Za 15, 13). Iglesia particular, hasta abarcar a la Iglesia
cuanto comunidad ha 12, 10), reconociendo El Espíritu es también la fuerza que trans- universal en su totalidad. También la Iglesia
el designio del Padre forma el corazón de la comunidad eclesial, en cuanto comunidad ha de poner en prácti-
de poner en práctica el que, movido por el para que sea en el mundo testigo del amor ca el amor. En consecuencia, el amor necesita
amor. En consecuencia, amor (cf. Jn 3, 16), ha del Padre, que quiere hacer de la Humani- también una organización, como presupues-
enviado el Hijo unigé- dad, en su Hijo, una sola familia. Toda la to para un servicio comunitario ordenado.
el amor necesita nito al mundo para re- actividad de la Iglesia es una expresión de un La Iglesia ha sido consciente de que esta ta-
también una dimir al hombre. Al amor que busca el bien integral del ser hu- rea ha tenido una importancia constitutiva
organización, como morir en la cruz –co- mano: busca su evangelización mediante la para ella desde sus comienzos: «Los cre-
mo narra el evangelis- Palabra y los Sacramentos, empresa tantas yentes vivían todos unidos y lo tenían todo en
presupuesto para un ta–, Jesús «entregó el veces heroica en su realización histórica; y común; vendían sus posesiones y bienes y
servicio comunitario espíritu» (cf. Jn 19, busca su promoción en los diversos ámbi- lo repartían entre todos, según la necesidad de
30), preludio del don tos de la actividad humana. Por tanto, el cada uno» (Hch 2, 44-45). Lucas nos relata
ordenado» del Espíritu Santo que amor es el servicio que presta la Iglesia pa- esto relacionándolo con una especie de de-
otorgaría después de ra atender constantemente los sufrimientos finición de la Iglesia, entre cuyos elementos
su resurrección (cf. Jn y las necesidades, incluso materiales, de los constitutivos enumera la adhesión a la ense-
20, 22). Se cumpliría hombres. Es este aspecto, este servicio de ñanza de los Apóstoles, a la comunión (koi-
así la promesa de los torrentes de agua viva la caridad, al que deseo referirme en esta nonia), a la fracción del pan y a la oración
que, por la efusión del Espíritu, manarían parte de la encíclica. (cf. Hch 2, 42). La comunión (koinonia),
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CARTA ENCÍCLICA DIOS ES AMOR 26-I-2006
Ω
mencionada inicialmente sin especificar, se 21. Un paso decisivo en la difícil bús- vicio de la mesa; decidieron, pues, reservar No debe haber
concreta después en los versículos antes ci- queda de soluciones para realizar este prin- para sí su oficio principal y crear para el una forma de pobreza
tados: consiste precisamente en que los cre- cipio eclesial fundamental se puede ver en la otro, también necesario en la Iglesia, un gru- en la que se niegue
yentes tienen todo en común, y en que, entre elección de los siete varones, que fue el prin- po de siete personas. Pero este grupo tam- a alguien lo necesario
ellos, ya no hay diferencia entre ricos y po- cipio del ministerio diaconal (cf. Hch 6, 5-6). poco debía limitarse a un servicio mera- para una vida digna
bres (cf. también Hch 4, 32-37). A decir ver- En efecto, en la Iglesia de los primeros mo- mente técnico de distribución: debían ser
dad, a medida que la Iglesia se extendía, re- mentos, se había producido una disparidad hombres llenos de Espíritu y de sabiduría
sultaba imposible mantener esta forma radi- en el suministro cotidiano a las viudas entre (cf. Hch 6, 1-6). Lo cual significa que el ser-
cal de comunión material. Pero el núcleo la parte de lengua hebrea y la de lengua grie- vicio social que desempeñaban era absolu-
central ha permanecido: en la comunidad de ga. Los Apóstoles, a los que estaba enco- tamente concreto, pero sin duda también es-
los creyentes no debe haber una forma de mendado sobre todo la oración (Eucaristía piritual al mismo tiempo; por tanto, era un
pobreza en la que se niegue a alguien los bie- y Liturgia) y el servicio de la Palabra, se verdadero oficio espiritual el suyo, que rea-
nes necesarios para una vida decorosa. sintieron excesivamente cargados con el ser- lizaba un cometido esencial de la Iglesia,
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26-I-2006 CARTA ENCÍCLICA DIOS ES AMOR
Justicia y caridad
26. Desde el siglo XIX se ha planteado
una objeción contra la actividad caritativa Desde ese momento, los medios de produc- la doctrina social de la Iglesia, redactado Estructuras
de la Iglesia, desarrollada después con in- ción y el capital eran el nuevo poder que, por el Consejo Pontificio de Justicia y Paz. de injusticia
sistencia, sobre todo por el pensamiento mar- estando en manos de pocos, comportaba pa- El marxismo había presentado la revolución
xista. Los pobres –se dice– no necesitan ra las masas obreras una privación de dere- mundial y su preparación como la panacea
obras de caridad, sino de justicia. Las obras chos contra la cual había que rebelarse. para los problemas sociales: mediante la re-
de caridad –la limosna– serían en realidad un 27. Se debe admitir que los representan- volución y la consiguiente colectivización
modo para que los ricos eludan la instaura- tes de la Iglesia percibieron sólo lentamen- de los medios de producción –se afirmaba en
ción de la justicia y acallen su conciencia, te que el problema de la estructura justa de la dicha doctrina–, todo iría repentinamente
conservando su propia posición social y des- sociedad se planteaba de un modo nuevo. de modo diferente y mejor. Este sueño se ha
pojando a los pobres de sus derechos. En No faltaron pioneros: uno de ellos, por ejem- desvanecido. En la di-
vez de contribuir con obras aisladas de ca- plo, fue el obispo Ketteler de Maguncia († fícil situación en la
ridad a mantener las condiciones existen- 1877). Para hacer frente a las necesidades que nos encontramos
tes, haría falta crear un orden justo, en el concretas, surgieron también círculos, aso- hoy, a causa también «Para la Iglesia, la caridad
que todos reciban su parte de los bienes del ciaciones, uniones, federaciones y, sobre to- de la globalización de no es una especie de
mundo y, por lo tanto, no necesiten ya las do, nuevas Congregaciones religiosas, que la economía, la doctri-
obras de caridad. Se debe reconocer que, en en el siglo XIX se dedicaron a combatir la na social de la Iglesia actividad de asistencia
esta argumentación, hay algo de verdad, pe- pobreza, las enfermedades y las situaciones se ha convertido en social que también se
ro también bastantes errores. Es cierto que de carencia en el campo educativo. En 1891, una indicación funda-
una norma fundamental del Estado debe ser se interesó también el magisterio pontificio mental, que propone podría dejar a otros,
perseguir la justicia y que el objetivo de un con la encíclica Rerum novarum, de León orientaciones válidas sino que pertenece
orden social justo es garantizar a cada uno, XIII. Siguió con la encíclica de Pío XI Qua- mucho más allá de sus a su naturaleza
respetando el principio de subsidiaridad, su dragesimo anno, en 1931. En 1961, el Bea- confines: estas orien-
parte de los bienes comunes. Eso es lo que ha to Papa Juan XXIII publicó la encíclica Ma- taciones –ante el avan- y es manifestación
subrayado también la doctrina cristiana so- ter et Magistra, mientras que Pablo VI, en la ce del progreso– se irrenunciable
bre el Estado y la doctrina social de la Igle- encíclica Populorum progressio (1967) y en han de afrontar en diá-
sia. La cuestión del orden justo de la colec- la Carta apostólica Octogesima adveniens logo con todos los que de su propia esencia»
tividad, desde un punto de vista histórico, (1971), afrontó con insistencia la proble- se preocupan seria-
ha entrado en una nueva fase con la forma- mática social que, entre tanto, se había agu- mente por el hombre
ción de la sociedad industrial en el siglo dizado sobre todo en Latinoamérica. Mi gran y su mundo.
XIX. El surgir de la industria moderna ha predecesor, Juan Pablo II, nos ha dejado una 28. Para definir con más precisión la re-
desbaratado las viejas estructuras sociales trilogía de encíclicas sociales: Laborem exer- lación entre el compromiso necesario por la
y, con la masa de los asalariados, ha provo- cens (1981), Sollicitudo rei socialis (1987) y justicia y el servicio de la caridad, hay que
cado un cambio radical en la configuración Centesimus annus (1991). Así pues, cote- tener en cuenta dos situaciones de hecho:
de la sociedad, en la cual la relación entre jando situaciones y problemas nuevos cada a) El orden justo de la sociedad y del Es-
el capital y el trabajo se ha convertido en la vez, se ha ido desarrollando una doctrina tado es una tarea principal de la política. Un
cuestión decisiva, una cuestión que, en estos social católica, que en 2004 ha sido presen- Estado que no se rigiera según la justicia se
términos, era desconocida hasta entonces. tada de modo orgánico en el Compendio de reduciría a una gran banda de ladrones, dijo
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26-I-2006 CARTA ENCÍCLICA DIOS ES AMOR
Conclusión
Notas
1. Cf. Jenseits von Gut und Böse, IV, 168. 19. Cf. Consitución Gaudium et spes, 36.
2. X, 69. 20. Cf. Congregación para los Obispos, ibíd. 197.
3. Cf. R. Descartes, Œuvres (ed. V. Cousin), vol. 12, París, 1824, pp. 21. Juan Pablo II, Exhortación apostólica Christifideles laici (30 diciem-
95ss. bre 1988), 42.
4. II, 5: SCh 381, 196. 22. Cf. Congregación para la Doctrina de la Fe, Nota doctrinal sobre
5. Ibíd., 198. algunas cuestiones relativas al compromiso y la conducta de los católi-
6. Cf. Metafísica, XII, 7. cos en la vida pública (24 noviembre 2003), 1.
7. Cf. Pseudo Dionisio Areopagita, Los nombres de Dios, IV, 12-14: PG 23. Catecismo de la Iglesia católica, 1939.
3, 709-713, donde llama a Dios eros y agapé al mismo tiempo. 24. Decreto Apostolicam actuositatem, 8.
8. Cf. El Banquete, XIV-XV, 189c-192d. 25. Ibíd., 14.
9. Salustio, De coniuratione Catilinae, XX, 4. 26. Cf. Congregación para los Obispos, ibíd. 195.
10. Cf. San Agustín, Confesiones, III, 6, 11: CCL 27, 32. 27. Cf. Christifideles laici, 41.
11. De Trinitate, VIII, 8, 12: CCL 50, 287. 28. Cf. 32.
12. Cf. I Apologia, 67: PG 6, 429. 29. Cf. 43.
13. Cf. Apologeticum 39, 7: PL 1, 468. 30. Cf. Congregación para los Obispos, ibíd. 196.
14. Ep. ad Rom., Inscr.: PG 5, 801. 31. Cf. Pontificale Romanum, De ordinatione episcopi, 43.
15. Cf. San Ambrosio, De officiis ministrorum, II, 28, 140: PL 16, 141. 32. Cf. can. 394; Código de los Cánones de las Iglesias Orientales, can.
16. Cf. Ep. 83: J. Bidez, L'Empereur Julien. Œuvres complètes, París 203.
1960, I, 2a, p. 145. 33. Cf. nn. 193-198.
17. Cf. Congregación para los Obispos, Directorio para el ministerio pas- 34. Cf. ibíd., 194.
toral de los obispos «Apostolorum Successores» (22 febrero 2004), 194. 35. Sermo 52, 16: PL 38, 360.
18. De Civitate Dei, IV, 4: CCL 47, 102. 36. Cf. Sulpicio Severo, Vita Sancti Martini, 3, 1-3: SCh 133, 256-258.
35 A
CARTA ENCÍCLICA DIOS ES AMOR 26-I-2006
Ω
Índice
Introducción 3
Primera parte:
La unidad del amor en la Creación y en la historia de la Salvación
Un problema de lenguaje 4
«Eros» y «agapé», diferencia y unidad 4
La novedad de la fe bíblica 7
Jesucristo, el amor de Dios encarnado 8
Amor a Dios y amor al prójimo 9
Segunda parte:
«Cáritas», el ejercicio del amor por parte de la Iglesia como «comunidad de amor»
La caridad de la Iglesia como manifestación del amor trinitario 24
La caridad como tarea de la Iglesia 24
Justicia y caridad 27
Las múltiples estructuras de servicio caritativo en el contexto social actual 29
El perfil específico de la actividad caritativa de la Iglesia 30
Los responsables de la acción caritativa de la Iglesia 31
Conclusión 33
A 36
Ω
26-I-2006 DESDE LA FE
Para leer
Razón y fe Crónicas de Narnia Silencio
C on su contundencia
habitual, el filósofo
Gustavo Bueno, en Espa-
E diciones Encuentro
publica Conversa-
ción de Filareto y Aristo,
E l hombre es imagen
de Dios; Cristo reve-
la el hombre al hombre;
ña no es un mito (ed. Te- de G.W. Leibniz, así co- la vida cristiana es la
mas de hoy), hace una mo una carta del filóso- transformación que
defensa razonada de la fo a Nicolás Rémond. realiza el Espíritu San-
esencia y la existencia de En ambos textos aborda to; la Iglesia refleja la
España, de su origen y de el diálogo de Leibniz comunión de Personas
su identidad como na- con la filosofía de Ma- que es la Trinidad: tal es
ción. Interesante y va- lebranche, así como la la síntesis antropológi-
liente contribución para naturaleza del alma, o ca que hace Juan Luis
unos tiempos cargados la cuestión de si en todo Lorda en Antropología
de dudas y escepticismo. vemos a Dios. bíblica (ed. Palabra).
L I B R O S Punto de vista
Nacionalidades
¿Quién es mi vecino? y Constitución
Título: A la escucha del otro. Filosofía y revelación
Autor: Bruno Forte
Editorial: Sígueme ¿C uando se dice nacionalidad, se
quiere decir lo mismo que cuando
se dice nación? Quizás sí en ciencias
políticas, donde se puede discutir todo,
D
ado que este libro nos habla de altas filosofías –del concep- pero ciertamente no desde el campo jurí-
to de Revelación, del otro y del Otro, de la Offenbarung, de dico-constitucional. Nación se refiere a
Hegel, de Schelling, de Barth, de Jaspers, de Bultmann, de un grupo con unos determinados lazos
Rahner, de Mounier, de Dostoievski y de De Lubac, de Heidegger comunes, que les hace aparecer como
y de Levinas, de Nietzsche y de Bonhoeffer–, aparquemos mo- una unidad sociológica diferente y que,
mentáneamente el pensamiento y fijémonos en la vida. Si usted se cuando alcanza una unidad política, se
encuentra con un vecino, al que no conoce especialmente porque es convierte en Estado. Para resolver esta
nuevo, en el ascensor de su casa, lo lógico es que en el trayecto que ambigüedad, debemos seguir el camino
tardan en llegar al piso correspondiente mantengan una agradable de la legalidad.
conversación. Sin embargo, no sé si le ocurrirá que cada vez es más En los artículos 1 y 2 de la Constitución
difícil entablar un simple diálogo en el rellano de la escalera sobre disponemos de elementos sólidos para
los temas más corrientes del día a día. Incluso, hay quienes habitan despejar cualquier posible duda. Dichos
los nuevos edificios intentando pasar tan inadvertidos, con lo que se artículos, de forma contundente, atribuyen
convierten en los protagonsitas de los comentarios más jugosos de la soberanía nacional a un solo titular, el
la comunidad. Algunos atribuyen este fenómeno al individualismo pueblo español considerado como un
galopante que nos ocupa. Pero también puede usted pensar que de todo, del que emanan todos los poderes
lo que se trata es del problema, aún no resuelto, de la modernidad no del Estado. A continuación, se reconoce y
asumida, que se ha agudizado gravemente en la postmodernidad. garantiza la autonomía de las
La razón en la Edad Moderna era totalizadora. La Ilustración se nacionalidades y regiones que integran la
preguntaba por el yo –del egocentrismo del humanismo al egolatrismo social–; la postmodernidad nación única. Aunque el término
se pregunta por el otro. Tenemos dos asignaturas pendientes: la identidad y la conciencia o, para ser nacionalidad pudiera dar pie a
más exactos, la conciencia y la identidad. Si no tenemos clara nuestra identidad, ¿cómo vamos a en- divagaciones, éstas carecen de
frentarnos al problema de la alteridad, del otro? «Si el protagonista de la modernidad es el yo, en el importancia a la hora de saber lo que
mundo de la identidad –tanto en su aspecto subjetivo como en su aspecto absoluto– la cuestión realmente se ha querido decir, ya que esto
planteada por la naciente y agitada posmodernidad es el otro. Frente a la noche del yo, que puede in- se deduce con claridad al decirse de forma
terpretarse como un naufragio y abandono o, en todo caso, como un problema sin resolver, la cues- rotunda que «España forma una nación
tión que se plantea es: ¿dónde y de qué manera se situa el otro?» Al vecino, al compañero de traba- única, indisoluble e indivisible», y se erige
jo, al inmigrante, a Dios, a Jesucristo... No digamos nada si del Otro, con mayúsculas, hablamos, si al Rey, como símbolo de esa unidad, Jefe
nos referimos a la cuestión de la Revelación. Hoy se revelan todos, pero sobre todo los Estados. Pa- supremo de las Fuerzas Armadas, que
ra más inri, el Estado ha nacido en la época moderna, y en el desarrollo de su constitución, con no tienen, como una de sus misiones,
poca pretensión de sustituir a la Iglesia, de ocupar los espacios y los tiempos que, hasta ese mo- garantizar la soberanía, la independencia y
mento, la Iglesia llenaba en la vida de las personas. Ocurre que, mientras que la Iglesia se legitima la integridad territorial de España.
a partir de la Revelación, Jesucristo hecho hombre, su Palabra, su Testimonio, el Estado, en la teo- El término nacionalidad, al que muchos
ría, se tiene que legitimar mediante un pensamiento y una acción que se configura a través de los si- redactores del texto constitucional
glos. De ahí que al Estado le ha sido muy fácil encontrarse con las ideologías –con algunas más plantearon objeciones, se aceptó
que con otras– para justificar sus pretensiones de totalidad en la acción de la vida de las personas. Y finalmente como fruto del consenso. La
no digamos nada si nos enfrentamos, como ocurre en el presente, a la discusión del papel del Esta- Constitución fue respaldada
do en un mundo globalizado en el que se afirma, entre otras razones, que algunas transnacionales es- mayoritariamente, también en el País
tán sustituyendo muchas de las clásicas funciones de los Estados nacionales, en una permanente Vasco y Cataluña. Se aprobaron los
peregrinación hacia un Estado transnacional o global. Por otra parte, no debemos olvidar, desde el primeros Estatutos, que han regido
pensamiento de Max Weber, que vivimos en la época de desencantamiento del mundo, de la Historia. eficazmente estos años. Por eso, salvo que
Para sorprenderse con el mundo, hay que encontrase conel otro y con los otros. reconozcamos que lo que prima es la
lucha por el poder de una minoría, no se
José Francisco Serrano entiende qué mal se deriva para los vascos
y catalanes por sentirse, al tiempo que
vascos o catalanes, también españoles.
Con el Estado de las Autonomías se ha
Contra la despersonalización, la virtud procurado hacer una división territorial del
poder, utilizando una fórmula intermedia
Título: El camino de la virtud. Para ser personas con carácter entre el federalismo y la mera
Autor: Carlos Díaz descentralización administrativa, pero sin
Editorial: San Pablo que, en modo alguno, se nos permita situar
a las nacionalidades en el mismo plano
que a la nación española, única. Lo
C arlos Díaz siempre merece un espacio en esta página de letra sobre letra. Es tanta
su producción que no pocas veces perdemos el hilo de las novedades. La editorial
San Pablo publica ahora un libro, claro, didáctico, en el que el filósofo propone un
máximo que puede decir cualquier
Estatuto, si realmente se ciñe a la
Constitución, es que se constituye en una
camino de educación en la virtud, en la conformación del criterio, en la configuración de las nacionalidades históricas que
del ser personal. Dice el subtítulo: Para ser personas de carácter, cuando de lo que se integran la nación única española.
trata es de ser personas, frente a todo lo que despersonaliza en nuestra sociedad, en nues- Estamos ante un techo que ninguna
tra historia. Un magnífico texto para padres y educadores Comunidad puede rebasar sin chocar
frontalmente con el texto constitucional.
J.F.S.
Maximiliano Domínguez Romero
A 38
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26-I-2006 DESDE LA FE
Gentes
José Manuel Otero Novas, Pilar Domínguez, Mercedes Salisachs,
ex ministro miss Sevilla escritora
Tenemos una ley electoral Me gusta dar testimonio en La muerte y yo somos muy
viciada porque otorga una sitios donde es más difícil. amigas. Estoy preparada
sobrerepresentación a los Hablar de Dios en un sitio para recibirla. Al fin y al
partidos periféricos y eso donde nadie cree, sino más cabo, nacemos para
hace que los grandes bien todo lo contrario, ganarla. El cuerpo actual es
partidos se apoyen en ellos. El resultado donde todo el mundo hace lo que le da la sólo una coraza que nos impide conocer
es, a mi juicio, antidemocrático, porque gana con todo el mundo, provoca que te la Verdad Eterna. Pero puede intuirse, y lo
debería prevalecer la voluntad de la miren como un bicho raro. Pero me siento que yo intuyo es maravilloso. Por eso soy
mayoría, y no de la minoría. muy contenta y muy orgullosa. amiga de la muerte.
Televisión
JFK
E l pasado martes, se nos sirvió en Telemadrid un
reportaje de la BBC sobre el magnicidio de Ken-
nedy. La clave de la teoría que se nos desplegó,
líticamente correctas, pero el caso de JFK tiene aris-
tas y flecos del tamaño de un alazán. Sólo unas
cuantas preguntas: ¿por qué se supo en Nueva Or-
veía en el clan familiar católico una amenaza para
las raíces WASP del país (blancos, anglosajones y
protestantes), también se llevó un lote de críticas
durante dos horas de emisión, fue que Lee H. Os- leans que iba a haber un atentado 48 horas antes de de los políticos de Washington y de la CIA por sus
wald era un tipo peligroso, un cabeza hueca, mez- la muerte de Kennedy y no se tomaron las medidas medidas, ya que no facilitó cobertura aérea a las
cla de mediocre y desecho de la Humanidad, el oportunas de protección?; ¿por qué se supo, gra- tropas norteamericanas en Bahía de Cochinos y
pupas al que el mundo le viene grande, un tipo cias a la prueba de la parafina, que Lee H. Oswald decidió abandonar las posiciones en el sudeste
con ganas de dar la campanada y que terminó por no tocó un arma las 24 horas antes del asesinato?; asiático. Con lo cual, la industria armamentística se
tener sus siete minutos de gloria, como decía el no ¿por qué fue arrojado el cadáver de Kennedy al echó a temblar. Hay muchos elementos que ha-
menos desconcertante Andy Warhol (aunque Os- Atlántico y se petrificó su cerebro, y con ello se cen presuponer que no podemos ser tan ingenuos
wald tuvo más de siete minutos de gloria, pero no evitaron las pruebas del número de balas y el lugar como la BBC nos califica, ni ser el hazmerreír de
muchos más). de entrada de las mismas? Tampoco me fío dema- don Alfonso, el personaje del Così fan tutte, de Mo-
La crítica a JFK, el film de Oliver Stone en el que siado de Oliver Stone, su homenaje a Castro en zart, que se burla de los protagonistas, porque no se
se resumen en el fiscal Garrison todas las sospe- Comandante quita credibilidad a un personaje har- enteran de lo que pasa a su alrededor, y dice para
chas que se tienen sobre la credibilidad de la Co- to dudoso. sí: «Cara semplicità, quanto mi piaci!» («¡Querida
misión Warren, fue inapelable. Sin embargo, no Sin embargo, es verdad que eran muchos los simplicidad, cuánto me gustas!»)
me creí nada de lo que vi. Lo digo porque las cosas que querían librarse de Kennedy. Supo granjearse
de la BBC suelen ser siempre muy pulcras y muy po- las críticas de la comunidad protestante, que Javier Alonso Sandoica
Mi
Mozart
En este año 2006, Año de Mozart, el festival de Salzburgo edita
un libro que reúne las contribuciones de sesenta artistas. Sobresale
entre ellas la del Papa Benedicto XVI, que escribió también un texto,
titulado Mein Mozart (Mi Mozart). La Presidenta del festival,
Helga Rabl-Stadler, ha ofrecido la singular contribución del Santo
Padre al diario de Viena Kronen Zeitung. El periódico agradeció
tan gran regalo, y lo hizo público el día de Reyes, para compartirlo
con sus lectores. Alfa y Omega lo recoge del Kronen Zeitung,
para compartirlo con los nuestros
Wolfgang Amadeus Mozart
C
uando en nuestra parroquia de Traunstein, biterio, se formaban columnas de incienso, sólo podía venir del cielo, una música en la
en los días de fiesta, tocaban una misa de en las que se quebraba la luz del sol; en el al- que se nos revelaba el júbilo de los ángeles
Mozart, a mí, que era un niño pequeño que tar tenía lugar la celebración sagrada, de la por la belleza de Dios. Algo de esta belleza
venía del campo, me parecía como si estu- que sabíamos que abría para nosotros el cie- estaba entonces entre nosotros.
vieran abiertos los cielos. Delante, en el pres- lo. Y desde el coro resonaba una música que Tengo que decir que algo así me sucede
todavía, cuando oigo a Mozart. En Beetho-
ven oigo y siento el empeño del genio por
dar lo máximo, y de hecho su música tiene
una grandeza que me llega a lo más íntimo.
Pero el esfuerzo apasionado de este hombre
resulta perceptible, y a veces, en un paso u
otro, en su música parece notarse también
un poco esta fatiga. Mozart es pura inspira-
ción –o, al menos, así lo siento yo–. Cada
tono es correcto y no podría ser de otra ma-
nera. El mensaje está sencillamente presen-
te. Y no hay en ello nada banal, nada sólo
lúdico. El ser no está empequeñecido ni ar-
monizado falsamente. No deja fuera nada
de su grandeza y de su peso, sino que todo se
convierte en una totalidad, en la que senti-
mos la redención también de lo oscuro de
nuestra vida y percibimos lo bello de la ver-
dad, de lo que tantas veces querríamos dudar.
La alegría que Mozart nos regala, y que
yo siento de nuevo en cada encuentro con
él, no se basa en dejar fuera una parte de la
realidad, sino que es expresión de una per-
cepción más elevada del todo, que yo sólo
puedo caracterizar como una inspiración, de
la que parecen fluir sus composiciones como
si fueran evidentes. De modo que, oyendo la
música de Mozart, queda en mí últimamen-
te un agradecimiento, porque él nos ha re-
galado todo esto, y un agradecimiento, por-
que esto le haya sido regalado a él.
El hoy Benedicto XVI, intérprete de Mozart al piano, cuando aún era cardenal Benedicto XVI