Piramide Retroalimentacion
Piramide Retroalimentacion
Piramide Retroalimentacion
En el trabajo con los docentes, nos hemos dado cuenta de lo poderoso que resulta el combinar
los diferentes componentes de la retroalimentación. Una de las formas de organizar estos
elementos es a través de la Pirámide, la cual los docentes utilizan, tanto para planear como para
reflexionar acerca de sus valoraciones. Con esta herramienta, se combinan los diferentes
componentes claves para crear momentos y métodos de retroalimentación. Es decir, la Pirámide
describe los distintos tipos, formas, y fuentes de retroalimentación.
Las valoraciones deben ofrecer retroalimentación utilizando una gran variedad de formas.
Algunos ejemplos de estas formas pueden ser: escribir comentarios al margen sobre un trabajo
o hablar con los estudiantes acerca de un proyecto ya sea individualmente o en grupo.
Combinar formas orales y escritas puede fortalecer el proceso.
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Texto con reformulaciones de la cátedra.
También existen muchas otras formas de ofrecer retroalimentación (pensemos en los conceptos
de inteligencias múltiples, puntos de entrada y puntos de salida). El crear una variedad de
formas que comuniquen información útil sobre el trabajo de un estudiante es el segundo
elemento clave de la retroalimentación.
La Escalera de la Retroalimentación
Existen diferentes herramientas de retroalimentación que pueden utilizarse con los estudiantes
y que ayudan a cultivar una cultura de la Valoración para la Comprensión. Una herramienta
muy sencilla y efectiva, que ha sido utilizada en el Proyecto Cero en su trabajo con maestros, es
la Escalera de la Retroalimentación. Cuando los maestros, estudiantes, y personas en general
están ofreciendo y recibiendo retroalimentación, se recomienda que la conversación tenga en
cuenta los siguientes pasos: describir y aclarar; valorar; expresar inquietudes, plantear
revisiones y hacer sugerencias.
Describir / Aclarar:
Por un lado, es relevante describir brevemente la situación. Además, cuando los estudiantes
comparten su trabajo, no siempre las ideas se entienden claramente y en algunos casos parece
faltar información. Antes de ofrecer retroalimentación, es importante aclarar a través de
preguntas que permitan entender mejor algunos puntos o que den a conocer ideas que no se
han expresado.
Valorar:
Después de recoger la información apropiada, es fundamental valorar las ideas de sus
estudiantes en el proceso de dar retroalimentación constructiva. Esto contribuye a la
construcción de una cultura que apoya la comprensión. Cuando se hace énfasis en los puntos
positivos, en las fortalezas y aspectos interesantes y en los comentarios honestos del trabajo de
otra persona, se crea un clima de confianza necesario para que se desarrolle una buena sesión
de retroalimentación. Simbólicamente, poner atención, manifestar acuerdo con un movimiento
de cabeza y tomar notas son otros ejemplos de comportamientos que crean una atmósfera
positiva. Estas acciones de valoración muestran respeto hacia los estudiantes y sus ideas.
Expresar Inquietudes/ revisiones:
Existen, sin embargo, inquietudes legítimas, tales como preocupaciones o dificultades o
desacuerdos con algunas de las ideas en cuestión. Este es entonces el momento donde
necesitan expresarse tales inquietudes, no en forma de acusaciones ni criticas agresivas, sino
como preguntas auténticas. Por ejemplo “¿Has considerado....?”, “¿Me pregunto si lo que
quieres decir es....?”, “¿Tal vez ya pensaste acerca de esto, pero....?”. En fin, siempre debemos
presentar nuestras inquietudes de manera que no se perciban como una amenaza.
Pueden expresarse revisiones posibles a realizar.
Hacer sugerencias:
Finalmente, ya que expresar las preocupaciones es siempre algo delicado, ofrecer sugerencias se
convierte en el último toque para apoyar a los estudiantes en el desarrollo de su comprensión.
Hacer sugerencias nos pide conectar en forma constructiva nuestras inquietudes,
preocupaciones y preguntas de tal forma que el estudiante (o colega) puede utilizarlas como
retroalimentación positiva.