La Dentadura Postiza de George Washington
La Dentadura Postiza de George Washington
La Dentadura Postiza de George Washington
George Washington
1 ENERO, 1996
Robert Darnton
Robert Darnton
A la Memoria de Tiradentes
Sin embargo, hoy en día los hombres se matan entre sí por unos
cuantos kilómetros cuadrados de Bosnia. ¿Morir por una Gran
Serbia? Otra idea que es impensable. ¿Y por una Irlanda Unida?
El Sinn Fein se niega aún a deponer las armas. Los Unionistas de
Ulster siguen dispuestos a colocar bombas en los pubs de los
católicos. Los tirabombas de la ETA no paran de matar en
nombre del País Vasco. Los kurdos matan en Turquía, los
palestinos en Israel, los sijs en el Punjab, todos por
modificaciones en el mapa. Lo mismo sucede en Chipre, Sri
Lanka, Azerbaiján, Chechenia… No es necesario dar la lista
entera. La sabemos bien. Lo que no sabemos ni podemos admitir
es la pasión que impele a los hombres a matar por tales motivos.
Para nosotros -la reducida minoría de occidentales bien
alimentados y educados- Robert Graves lo dijo al final de la
Primera Guerra mundial cuando declaró Adiós a todo eso.
Nuestros padres lucharon en la Segunda Guerra mundial para
apagar el nacionalismo, no para desatarlo. Y sin embargo, el
nacionalismo estalla todos los días ante nuestros ojos en la
televisión. ¿Cómo darle sentido al impulso de morir por fantasías
decimonónicas como la de Madre India?