El Hombre Oso
El Hombre Oso
El Hombre Oso
(Sierra)
La madre llevó a su hijo al pueblo donde la gente lo llamó Juan Oso. Allí compitió con
sus coetáneos hasta demostrarles su superioridad física y mental. Como crecía más que
los demás, también comía más que los demás, y el abuelo, incapaz de alimentarlo, lo
llevó a la casa del curaca (cacique) donde sorprendió a todos con su fuerza descomunal.
El curaca, después de cierto tiempo, también trató de deshacerse de él porque consumía
mucha comida. Pero, cada intento de matarlo se convirtió en una aventura para Juan
Oso.
LA SIRENA DE HUACACHINA
(ICA – COSTA)
Cuenta la leyenda sobre la sirena de Huacachina, que una bella doncella llamada
Huacay China se había casado con un guerrero, y que por esas cosas extrañas que tiene
el destino, este se fue a una guerra. En plena batalla murió, lo que provocó la tristeza y
desolación de la bella mujer, que fue a llorar al campo de girasoles donde se habían
visto por primera vez.
La joven Huacay China lloró día tras día, hasta que las lágrimas de su llanto formaron
una pequeña laguna. Una tarde, casi oscureciendo, por aquel lugar pasó un guerrero
veterano y se quedó observándola hasta que fascinado la comenzó a perseguir. La bella
joven corrió y se arrojó a una laguna. Esperó por varias horas a que se vaya el extraño
personaje.
Al querer salir notó que ya no tenía piernas y que se había convertido en una hermosa
sirena. Cuenta entonces la leyenda que cada noche de luna nueva, la joven sale de la
laguna para llorar por su amado soldado que jamás volvió.
La mujer que llora. Otra leyenda que se cuenta es que una hermosa doncella llamada
Huacca China se enamoró de un guerrero que jamás volvió de sus conquistas. Luego de
un tiempo se enteró la bella mujer que este había fallecido y tras recibir la horrible
noticia, impregnada de tristeza fue al lugar donde ella y su amado se vieron por primera
vez. Esta vez también lloraba amargamente su pérdida.
Un día, la doncella, a través de un espejo que tenía en la mano, vio a un guerrero que la
estaba observando, al acercarse a ella corrió desesperadamente y en su huida se cayó el
espejo que al romperse en mil pedazos creó una laguna en medio del desierto.
Luego los vestidos que le cubrían también cayeron, formando gigantescas dunas de
arena. Finalmente, ella se sumergió en la laguna que acababa de formarse y tomó la
forma de una hermosa sirena.
(SELVA)
María se había quedado solamente acompañada de sus hermanitos menores, porque sus
padres y hermanitos mayores asistieron a un velorio en la banda del rio y era un día
viernes. María era ya una señorita de 18 años, mientras que sus hermanitos tenían 8 y 10
años, hasta que sintieron sueño y se acostaron los tres en la misma cama, para sentirse
más unidos y se quedaron dormidos. Pasada la medianoche, María fue despertada
bruscamente con gran sobresalto por un fuerte relincho. Vaya, pensó la chica
sorprendida, si por aquí no hay caballos ¿ De dónde habrá salido este? Y tras un breve
silencio, escucho claramente el galopar del animal que se acercaba hacia la casa y un
nuevo relincho le hizo salir de sus pensamientos para enfrentarse a la realidad. Despertó
a sus hermanitos y se pusieron a observar a través de las rendijas del cerco de penas de
la habitación y vieron aparecer por el camino, un hermoso animal de color azabache y
su piel despedía destellos y contemplaron al animal sin poder diferenciar si era caballo o
mula y luego el animal desapareció relinchando, seguido de un precipitado galope y
sonoros latigazos que le caían y luego todo quedo en silencio. Los chicos quedaron
pensativos e impresionados y no pudieron dormir. Al día siguiente cuando regresaron
sus padres y hermanos del velorio, le contaron lo sucedido y le pregunto a sus padres :
Papa, ¿Algunos de nuestros vecinos ha comprado un caballo? No, hijita, que yo sepa.
Pero por la descripción que has hecho del animal, parece que no se trata de un caballo,
sino de una mula. Entonces, de donde vino esa mula que Ud. Dice pregunto la chica. Ya
lo averiguaremos, hijita, no te preocupes, olvida ya, todo esto. Luego, todos fueron a sus
tareas y el padre con sus hijos mayores se dirigieron a la chacra y tocaron nuevamente el
tema de la mula. El padre, dijo, no quise explicarles en casa lo referente al animal que
vieron sus hermanitas, pero ahora, que estamos entre hombres, podemos hablar con
franqueza. Lo que ellas vieron, es el alma de doña Ana, transformado en mula por el
demonio. Recuerdan que la gente murmura sobre ella, una mujer joven y sin hijos, que
vive sola, por haber sido abandonada por el marido. Todo el mundo sabe que ella
convive con sus compadres y también visita con frecuencia al cura, pretextando ir a
lavarle la ropa y arreglar su habitación. Varias personas la han visto salir en la
madrugada de la Parroquia muchas veces. Pues a esa clase de mujeres las castiga el
diablo, convirtiéndolas en mula, mientras están dormidas y luego ocupa su puesto de
jinete para hacerla galopar hasta el cansancio a punta de feroces latigazos y esto ocurre
solamente los días martes y viernes en época de luna llena, porque al demonio le gusta
lucirse en su cabalgadura a la luz de la luna, para que pueda ser vista la pecadora por
ojos mortales de aquellos que transitan después de la medianoche. Y para que Uds. se
convenzan, vamos a preparar un plan para esperarle en el camino el próximo viernes en
que toda la luna está todavía en su esplendor, así le daremos una paliza, además de la
que recibe del diablo.
Estupendo papa, comento uno de los muchachos y durante toda la semana, prepararon el
plan cuidadosamente para que nada les fallara si se presentaba la “runa mula”. Llegada
la noche esperada del viernes, a eso de las once aproximadamente, el padre cogió un
machete largo, los tres hijos sendos garrotes y se escondieron, junto con otros vecinos
de confianza para participar en este plan. La luna ya había salido y alumbraba lo
suficiente como para distinguir bien a la bestia, serian ya cerca de las doce de la noche,
cuando escucharon los relinchos todavía lejanos, después sintieron el galopar que se iba
acercando sin dejar de relinchar, se escuchaba los azotes que caía sobre el animal. Por
fin, la vieron, venia en carrera, echando chispas por la nariz y la boca. Un jinete vestido
de ropas oscuras, la azotaba fuertemente y el jinete tenía un sombrero negro que le
cubría hasta media frente. Al principio sintieron miedo, pero reaccionaron y justo al
instante que pasaba la mula junto a ellos lograron asestarle un solo golpe cada uno y
comprobaron que el jinete había desaparecido misteriosamente. Repuestos del asombro,
corrieron en la dirección que había venido el animal, con la intención de descubrir al
jinete que suponían se había arrojado al suelo, pero resultó inútil la búsqueda, porque el
jinete no estaba por ningún lado. Mientras tanto la “runa mula” seguía corriendo y
recibiendo golpes de las otras parejas que estaban ocultas en el camino, luego la
runamula se perdió de vista. Luego todos los participantes en este plan, satisfechos de
haber logrado sus objetivos, comentaron que el jinete era nada menos que el mismo
diablo, como es la creencia popular. Al día siguiente, siguiendo con el plan trazado, se
debía confirmar los resultados de lo sucedido a la runamula y para eso, era preciso
visitar a la sospechosa. Al pasar por la casa de doña Ana, se detuvieron en el camino, el
padre y los hijos y tocaron a su puerta. Una voz lánguida y adolorida contesto del
interior: Pasen, pasen, aquí me tienen metida en la cama, sin poder moverme, me duele
todo el cuerpo, como si me hubieran dado una paliza, pero anoche me acosté temprano
sin sentir ninguna molestia y tengo moretones en todo mi cuerpo, como si me hubieran
dado una paliza. Y le dijeron a ella que se mejore y que más tarde iban a venir a visitarla
nuevamente. Luego ellos se condolieron de ella y sintieron mucha compasión, no sin
cierto remordimiento de culpa por la barbaridad que habían cometido con ella, tan solo,
por simple curiosidad. Con este hecho, ya no quedaba dudas sobre la existencia de la
RUNA MULA.