Llamados A Ser Hombres Dignos de Imitar
Llamados A Ser Hombres Dignos de Imitar
Llamados A Ser Hombres Dignos de Imitar
( 3 Juan 1:11-12 )
INTRODUCCIÓN
Algo que nos caracteriza como latinoamericanos es que tendemos a imitar todo lo que vemos,
música, ropa, comida, etc. Así vemos como el ser humano imita todo lo que sale a la moda en
cuanto a vestuario, tecnologías, dichos, y en general cualquier cosa que llame su atención.
Sin embargo, muchas de las cosas que el ser humano imita son desagradables delante de Dios y
por eso el apóstol Juan dice: “Amado, no imites lo malo, sino lo bueno”. Como creyentes, y como
varones, debemos buscar siempre imitar toda acción buena que contribuya con nuestro
crecimiento espiritual y nos acerque más a Dios.
En la Biblia encontramos actitudes dignas de imitar, de hecho el apóstol Pablo exhortaba a los
creyentes a hacerlo (1Co.11:1; Ef.5:1; Fil.3:17). Debemos entonces preguntarnos: ¿Quién es mi
ejemplo o mentor como cristiano? ¿Para quién soy ejemplo como cristiano? ¿Que tipo de
ejemplo soy yo como cristiano? En la Biblia encontramos ejemplos dignos de imitar.
(Dan.6:10) Según este texto vemos uno de los hábitos del profeta Daniel: orar tres veces al día.
La oración no es solo un requisito más para ser cristiano, sino una verdadera necesidad. Por eso
Daniel oraba constantemente a Dios. ¿Por qué razón debemos orar?:
Por tanto es necesario que nosotros también imitemos esta buena acción de orar
constantemente a Dios (Sal.55:17)
(Sal.81:10) Otra actitud digna de imitar es la del rey David. Su anhelo por estar en la casa de
Dios era notorio. Como cristianos también nosotros debemos desarrollar el hábito de
congregarnos con fidelidad (Heb.10:25). El congregarnos es sumamente importante debido a
por lo menos 3 razones:
(Esd.7:10) Esdras nos enseña tres hábitos dignos de imitar con respecto a la palabra de Dios:
(Fil.2:19-24) Timoteo era un hombre de buen ánimo para el servicio al Señor (v.20). Recordemos
que el hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos (Stg.1:8). Timoteo era
joven, y tenía una relación de padre-hijo con Pablo. Después de 15 años de haberse juntado con
Pablo, recibió las cartas de I y II de Timoteo en las cuales Pablo lo llama joven y le dice que no
debe ser intimidado por su juventud (1Ti.4:12). Timoteo se convirtió en un colaborador fiel y
apreciado de Pablo (1Co.4:14-17). Pablo lo tenía como su colaborador porque nunca se negaba
para el servicio. Él se interesaba sinceramente por el bienestar de otros (Fil.2:20). Es un ejemplo
de lo que el Señor manda (Col.3:22-24).
(Fil.3:5-8) Si hay un ejemplo que debemos imitar es el de Cristo Jesús. Él es nuestro modelo en
todas las áreas de nuestra vida: humildad, oración, servicio, amor, paciencia, perdón, santidad,
espiritualidad, sacrificio, negación, misericordia, etc. Basta con estudiar la vida y obra de
Jesucristo para aprender cómo debemos de vivir en este mundo ya que nos fue ejemplo en toda
buena obra.
CONCLUSIÓN
La Biblia nos exhorta a imitar todo lo bueno, pero también a desechar lo que no se debe imitar
(1Jn.2:15-17). Debemos considerar las actitudes y buenos hábitos de todos aquellos hombres y
mujeres que honraron a Dios y especialmente la actitud de Jesús (Heb.6:11-12).
Es tiempo de dar testimonio de lo que realmente somos, esto es: hijos de Dios. Comportémonos
como tales, vivamos una vida que demuestre que Jesús ha cambiado nuestra vida, que cada
cosa que hagamos la hagamos poniendo en primer lugar a Dios, que las palabras que de nuestra
boca salgan sean agradables y lleguen como olor grato delante de la presencia de Dios.
Que nuestro andar diario ejemplifique a Cristo, que nuestras acciones hablen más que nuestras
palabras, que no tengamos necesidad de convencer con palabreríos a las personas de que Jesús
es la solución, sino que nuestro testimonio sea el que gane a las personas para Cristo y que la
gente diga: “Yo quiero ser como él” (3Jn.1:12).