Auto Extradición CHP Estimación Parcial
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SALA DE LO PENAL
SECCIÓN PRIMERA
AUTO Nº 22/19
MAGISTRADOS
ILMOS. SRES.:
D. CONCEPCION ESPEJEL JORQUERA (presidente)
D. RAMÓN SÁEZ VALCARCEL
D. ENRIQUE LÓPEZ Y LÓPEZ (ponente)
3. Relato de hechos.
Se encuentra descritos de forma literal en los folios 100 a 170 del tomo 3.
Serán desarrollados en los razonamientos jurídicos.
I. RAZONAMIENTOS JURÍDICOS
Estos actos tal cual están descritos son típicos en nuestro sistema
penal, pudiendo ser calificados cono un delito de tráfico de influencias o de
negociaciones prohibidas a funcionarios públicos (art. 439 CP), de tal suerte
que aunque la contratación la lleve a cabo el gerente del tribunal lo hace a
requerimiento del reclamado; desconocemos cuál era su potestad o
capacidad de propuesta o que sistema de selección se debiera seguir, algo
que deberá ser tenido en cuenta por el tribunal de enjuiciamiento.
Recordemos que en nuestro sistema el delito de negociaciones prohibidas el
núcleo del precepto está en el verbo aprovecharse y habrá actuación
reprobable penalmente si el funcionario se aprovecha de su condición para
beneficiar a una empresa o persona en la que tiene intereses directos o
indirectos actuando deliberadamente con la voluntad de poner la función al
servicio de esos intereses personales. Como es sabido, no es pacifica la
diferencia entre el delillo de tráfico de influencias y el de negociaciones
prohibidas en algunos casos, si bien estos problemas concursales en
nuestro sistema no empecen lo más mínimo que podamos considerar estos
hechos individualmente considerados como típicos subsumibles en ambos
tipos penales, y sería el desarrollo de un juicio lo que a la postre
determinaría su concreta calificación; a efectos extradicionales lo que
importa es que desde cualquier punto de vista estos hechos son típicos en
nuestro derecho al tratarse de un funcionario que recoge una petición de
un tercero y como consecuencia de ello da curso a una contratación de una
persona para el órgano del cual es responsable. Por ello, tenemos que
concluir que esos hechos superan el requisito de la doble incriminación no
existiendo óbice alguno que impida la extradición por los mismos.
En el presente caso, más allá del estado de las cárceles peruanas que
como ocurre en muchos países del mundo, deberían mejorar, no se acredita
como puede afectar al reclamado este estado de forma concreta, dejando a
salvo, su inexorable condición de juez que deberá ser tenida en cuenta por el
Estado reclamante si es halado culpable debe cumplir alguna pena privativa
de libertad. Es práctica no solo en España, sino en la inmensa mayoría el
mundo, tener en cuenta la condición de un condenado juez o policía, que
con su dedicación profesional han contribuido o decidido el ingreso en
prisión de otras personas, y ello en lo que se refiere al tipo de centro
penitenciario donde deba cumplir condena. El principio de confianza que
inspira la relación bilateral entre países que conciertan un tratado
extradicional determina que no sea necesaria establecer alguna garantía o
condición especifica al respecto. Por tanto, esta pretensión tampoco es óbice
para denegar la extradición solicitada.
En atención a lo expuesto:
LA SALA ACUERDA: