Adicción A Las Redes Sociales
Adicción A Las Redes Sociales
Adicción A Las Redes Sociales
causas, consecuencias y
soluciones
Valoración: 5 (5 votos) 6 comentarios
Adicciones psicológicas
El término adicción se refiere normalmente al uso excesivo de elementos
químicos e invasivos para el organismo. Así, el consumo en exceso
de alcohol, tabaco u otro tipo de drogas se corresponde con el término
“adicciones químicas”. Pero también existen las adicciones no
químicas o psicológicas asociadas a conductas relacionadas con el
juego, la comida, el sexo o el trabajo entre otras y que son
practicadas de manera atípica.
Cualquier conducta normal placentera es susceptible de convertirse en
un comportamiento psicológicamente adictivo. De hecho, se podrían
hacer usos anormales de una conducta en función de la intensidad, la
frecuencia, el grado de interferencia en las relaciones familiares, sociales
y laborales de las personas implicadas. Además, los componentes
fundamentales de los trastornos adictivos a nivel psicológico se
manifiestan a través de la pérdida de control y la dependencia.
La diferencia principal entre una adicción psicológica y una adicción
a sustancias está en que el tratamiento de esta última implica
abandonar la sustancia, mientras que en las primeras no está implicado
el abandono de la conducta adictiva. La razón es que para curarse de
una adicción psicológica la persona tiene que aprender a controlar sus
impulsos. Moderar las horas que dedica a trabajar si existe adicción al
trabajo, la cantidad de relaciones sexualessi hay adicción al sexo o
controlar las horas que dedica a utilizar la red si la adicción es a internet.
“La adicción es tal vez una enfermedad del espíritu”.
-Osamu Dazai-
Comparte
Comentarios
Eso significa que el uso de estos servicios no genera un “pico de placer”, sino
que lo que se gana es más bien el hecho de evitar desaparecer del mapa social.
Normalmente no se busca una recompensa, sino que se trata de prevenir el
perderse eventos, no enterarse de ciertas noticias, etc. Es algo que recuerda al
fenómeno del síndrome FOMO (fear of missing out), con el que esta clase de
adicción está relacionada.
Por otro lado hay que tener en cuenta que la adicción a las redes sociales no es
simplemente la creación de una dependencia al uso de los ordenadores. De
hecho, si algo caracteriza ahora a las redes sociales es que están por todas
partes: tablets, smartphones, PCs y otros ordenadores convencionales…
incluso en redes virtuales a las que se accede a través de videoconsolas.
En segundo lugar, como las redes sociales han ido mucho más allá del ordenador,
nos pueden seguir a todos lados desde la tablet o los smartphones, desde los que
pueden invadir periódicamente nuestras vidas a través de vibraciones y sonidos.
En Psicología, esto puede ser entendido como un proceso de aprendizaje que
lleva a un solo resultado: pensar todo el rato en términos de redes sociales, ya que
estas nos recuerdan constantemente que están ahí.
Las redes sociales son entendidas actualmente no ya como una limitación de las
relaciones, sino que han pasado a ser el “escaparate” público por el que hay que
pasar de manera casi obligatoria para ser alguien relevante en una comunidad de
amigos y conocidos, sea grande o pequeña, o para llegar a cosechar fama por
lugares que nunca se visitará.
De este modo, un perfil en Facebook es mucho más que un medio para mantener
el contacto con conocidos: es el ecosistema en el que todo lo relevante en
términos sociales ocurrirá. No en vano, por ejemplo, se ha llegado a crear un
concepto para referirse a que un noviazgo no empieza de verdad hasta que no
aparezca en un estado de Facebook: se habla de relaciones “Facebook official”.
marzo | 5 Comentarios
Adicción a las redes sociales
Cuando Ustedes tengan una sospecha muy clara de estar sufriendo esta nueva
adicción lo más recomendable es acudir al especialista y recibir la terapia
psicológica pertinente. La meta de la abstinencia no es planteable (aunque si será
necesario acudir a ella en las primeras semanas de tratamiento hasta estabilizar al
paciente) en un problema como este, habrá que centranse en el control de la
conducta y será necesario el aprendizaje de respuestas de afrontamiento ante
situaciones de riesgo. Será necesario aprender a tener una conducta controlada
ante los estímulos de riesgo. Para ello el paciente en un principio podrá conectarse
a la red bajo la supervisión de otro, y después a solas, controlando gradualmente
su tiempo de conexión y llevar a cabo una serie de actividades como el de controlar
las veces que entra a ver el correo o a una red social, intentar evitar en la red cuando
no se está conectado, evitar quitarse un minuto de sueño por estar on line…Con
este tipo de actividades lo que se intenta es que el paciente adquiera una mayor
confianza en sí mismo, ahora se verá dueño de su tiempo y pensamientos, el control
de su vida le vuelve a pertenecer. Al suceder esto el peligro de recaer será menos,
y como en todas las adicciones, cuanto mayor tiempo pase más posibilidades de
éxito hay en superar el problema. Un adicto a las TIC, como cualquier otro adicto,
deberá evitar de por vida las situaciones de riesgo, identificarlas y afrontarlas
racionalmente, como ya hemos comentado antes, el objetivo de la terapia en estos
casos, siempre será el reaprendizaje de la conducta de una forma controlada.
Analfabetismo racional y redes sociales no reales
Como conclusión me gustaría comentar que las nuevas tecnologías y redes sociales
son algo verdaderamente maravilloso, no hay nada más bello que
poder comunicarse con otro ser humano que se encuentra a kilómetros de
distancia y de una cultura diferente. El problema es que una excesiva búsqueda de
la comodidad nos invade. Todo se vende congelado, precocinado,
precalentado…usar y tirar, nos hemos convertido en unos vagos redomados,
y claro, cualquier mínimo esfuerzo, nos produce casi una profunda depresión.
El uso excesivo de las redes sociales nos puede conducir hacia
un analfabetismo racional, además de facilitar la construcción de relaciones
sociales no reales.
Si sigue albergando dudas sobre su relación con las TIC, hágase las siguientes
preguntas:
¿Cuándo se levanta por las mañanas lo primero que hace es consultar su teléfono móvil?
¿Comenta constantemente sus cambios de ánimo en la red?
¿Necesita hacer fotos de cualquier evento social al que acude y publicarlo casi
inmediatamente?
¿Uno de los requisitos indispensables a la hora de reservar un hotel durante sus vacaciones
es que tenga Wifi?
Si usa usted el metro ¿Se convierte en una tragedia el hecho de que no haya conexión y el
trayecto se convierte en un viaje insufrible?
¿Siente un nerviosismo y enfado creciente cuando, por cualquier motivo ajeno a usted, no
puede conectarse a la red?
En el caso de tener facebook y twitter… ¿Se siente muy desanimado si no recibe “likes” o
“Retweets”?
¿Alguna vez ha preferido su vida virtual a su vida real?
Si ha contestado afirmativa a la mayoría de las preguntas, es posible que usted esté
sufriendo una adicción a las redes. No deje de echar un vistazo a otros artículos
como: FOMO, miedo a estar desconectado, y Whatsapp y ansiedad.
Cuéntenos su experiencia, déjenos sus comentarios y comparta este artículo
con sus contactos.
CIENCIA
SALUD
TECNO
CURIOSIDADES
NATURALEZA
MUY GAMER
HISTORIA
VÍDEOS
MÚSICA
MOTOR
IA
BUSCAR
SUSCRÍBETE
ACCEDER
Inicio
Salud
¿Eres adicto a las redes sociales?
EL VÍDEO DE LA SEMANA
La última visita de Stephen Hawking a España
2 minutos de lectura
En los últimos tiempos la adicción a las redes sociales se está convirtiendo en algo cada
vez más común. Olvidarse del móvil llega a producir ansiedad a aquellos que no son
capaces de mantenerse ni un segundo alejados de él. Nadie, hoy en día, sería capaz de
poner en entredicho los beneficios que han traído consigo las nuevas tecnologías, sin
embargo, condicionar nuestra vida a un dispositivo móvil puede llegar a ser
perjudicial para la salud. Incluso se han tenido que abrir clínicas de desintoxicación para
aquellas personas adictas a estos aparatos.
La adicción a las redes sociales, un problema
cada vez más extendido
Omar Páramo/edición: Francisco Medina
4 Min Read
Compartir
Sobre este punto señaló la existencia de estudios —aún sin resultados conclusivos— que
sugieren que usar plataformas como Facebook o Twitter provoca que el cerebro de ciertos
individuos libere dopamina, al igual que lo haría si éstos hubieran ingerido una copa de
alcohol o tuvieran ante sí una mano de póker ganadora.
Esto bastaría para encender focos rojos, pero antes de emitir juicios apresurados es preciso
considerar que las redes sociales, bien empleadas, resultan positivas, pues no sólo son una
herramienta académica invaluable, sino que han hecho que las nuevas generaciones
adquieran una capacidad que antes se creía exclusiva de las mujeres: realizar múltiples
tareas a un mismo tiempo, dijo.
“Tan sólo basta ver a un joven y cómo puede estudiar, escuchar música, redactar un mail,
responder mensajes de celular y atender una conversación, todo a la vez, lo que es muy útil
en la actualidad”.
Aunque se ignora cuántos afectados por esta adicción hay en el país, la cifra podría ser alta,
pues según la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la
Información en los Hogares (del INEGI), en 2015 había 62.4 millones de usuarios de
internet en México y el 71.5 por ciento de ellos lo usaba para acceder a redes sociales.
Por esta razón, la investigadora sugirió poner atención a síntomas como dormir menos por
estar frente a una pantalla, descuidar actividades importantes, pensar todo el tiempo en
conectarse, alejarse de las personas o mostrar un rendimiento escolar o laboral deficiente,
pues todos ellos son indicadores de que hay un problema.
Georgina Cárdenas aún no tiene claro si la dependencia a las redes debe describirse como
“sin sustancia” o si es de índole conductual, pero sí está segura de que se trata de una
adicción, “y lo es a tal grado que en Estados Unidos han surgido grupos de apoyo —al
estilo de Alcohólicos Anónimos— a donde acuden individuos preocupados porque el
internet interfiere con su vida y que buscan desintoxicarse”.
Para Cárdenas, con dicha frase los europeos pusieron el dedo en un asunto nodal, pues
internet se ha vuelto el paraíso de lo inmediato (donde basta abrir un chat para contactar a
alguien en los antípodas o postear una foto para recibir un aluvión de “likes”) y, por lo
mismo, cada vez hay más millenials frustrados cuando se enfrentan —como se dice en
términos psicológicos— a una demora de recompensa.
“Los jóvenes tienden a ser cada vez más impacientes y ello profundiza la brecha entre el
mundo virtual y el real, pues mientras en el primero todo sucede muy rápido, en el segundo
se requieren años para concluir los estudios o ganarse una promoción laboral; por ello, no
faltan quienes prefieren refugiarse en la web, donde la gratificación es fácil e instantánea”,
señaló.
“Aún queda mucho por hacer y hacen falta estadísticas, pero debido a que esto se ha
convertido en un problema serio en muchos países, en pocos años los avances serán
notables”, concluyó.
6 señales de la adicción a redes sociales
La adicción a las redes sociales se presenta con mayor frecuencia en jóvenes/Cortesía:
Photos.com
¿Cuánto tiempo pasas en twitter o en Facebook? La adicción a las redessociales puede
pasar inadvertida por aquellos que disfrutan utilizar este tipo de herramientas. La OMS
señala que una de cada cuatro personas padece trastornos de la conducta relacionados con
este problema.
Por ello, la Universidad de Bergen, en Noruega, ha creado una escala para medir este tipo
de problema y evitar a tiempo el aislamiento social de los afectados que registran pérdida
de control, abandono de sus actividades o síndrome de abstinencia.
La psicóloga Cecilie Schou Andreassen revela que los rasgos de un adicto a las redes
sociales son muy parecidos a los que padecen alcoholismo y drogadicción.
¡Conócelos!
La Bergen Facebook Adicction Scale se basa en seis criterios básicos para identificar a las
personas que no pueden vivir sin las redes sociales.
Además, detalla que la adicción a las redes sociales se presenta con mayor frecuencia en
jóvenes o en personas que son inseguras y ansiosas, sobre todo en mujeres, mientras que la
gente organizada y ambiciosa tiene menos riesgo de padecerla.
Para evitar este problema mantén un control en tu tiempo de navegación en la red y utilízala
sólo en casos necesarios, ya sea para mejorar tus actividades o disfrutar de sólo unos
minutos de ocio, sin exceso. Y tú, ¿cómo optimizas tu tiempo en internet?
Facebook
Twitter
Gmail
Riesgos de tener una adicción a las redes sociales
Los grupos más vulnerables a generar este tipo de adicción son los adolescentes y los jóvenes por el uso
masivo que prácticamente hacen de las redes, pero a través de esta herramienta, por lo sencillo e
inmediato que resulta, cualquiera puede ser susceptible de desear buscar compulsivamente sentirse
gratificado por encima de otros aspectos.
El deseo incontrolable de estar conectado permanentemente para ver qué se cuece, es un
comportamiento de adicción a las redes que muchas veces se realiza y mantiene por el afán de la persona
a no sentirse excluido si no participa en los acontecimientos del entorno, por la creencia de que si no
estuviese conectado a este tipo de plataformas no estará integrado en el mundo de los demás y corre el
riesgo de “dejar de existir” para los otros.
El uso globalizado de estas formas de comunicación está cambiando nuestra experiencia directa con el
mundo, pero si invertimos un tiempo abusivo, como consecuencia de la adicción a las redes sociales con
el fin de sentirnos reconfortados navegando, en la adicción a las redes sociales corremos riesgos:
Cambia la forma de entender las relaciones: el mayor atractivo que encuentran los jóvenes con las
redes sociales virtuales es que satisfacen plenamente sus necesidades de comunicación, sin esfuerzo, de
una forma divertida y con la máxima inmediatez. Y es que normalmente se establecen relaciones
menos íntimas, dejando ver únicamente lo que deseamos que vean de nosotros, en donde es muy
fácil falsear datos y caer en comparativas, sobrevaloraciones y exigencias.
La adicción a las redes sociales cambia la manera en la que entendemos el proceso característico
de la comunicación: Digamos que nos relacionamos desde un lugar seguro, por lo que una
interacción cara a cara puede convertirse en algo realmente complicado y temido para una persona
que socializa únicamente de forma virtual. Las estrategias que utilizamos para expresarnos y contar algo
de nosotros in situ dependen más del lenguaje no-verbal (ausente en las redes) y las habilidades sociales
que hayamos entrenado a lo largo de nuestra vida; a su vez, las intervenciones de los demás nos pueden
parecer mucho más invasivas que en el mundo virtual en donde podemos comunicarnos a los ritmos que
deseemos.
La adicción a las redes sociales aumenta la vulnerabilidad: pese a que cara a cara nos podemos sentir
más expuestos, lo cierto es que el exceso de confianza a través de estas plataformas es una de las
facetas más representativas de los preadolescentes y adolescentes. Con cada click estamos mostrando a
todos y cada uno de nuestros contactos (conocidos o desconocidos) información de nosotros y, poco a
poco, podemos llegar a tener registrado más de lo que estaríamos dispuestos a compartir en una relación
al uso. Además, en esta misma línea, encontramos perfiles falsos y el problema del cyberbulling, en
donde los acosadores pueden acceder más fácilmente y en cualquier momento a nuestro espacio, y hacer
público y permanente cualquier tipo de intervención.
Falsa percepción de bienestar: si la dependencia es muy intensa, la persona puede llegar a sentirse
desestresado o tranquilizado por el escape que le supone el uso de redes sociales, olvidándose
completamente de todos los problemas que le rodean, inexistentes en el mundo virtual. Una sensación de
bienestar que, a medida que pase el tiempo, únicamente encontrará aumentando el tiempo de conexión
(apareciendo un efecto de tolerancia, como el que se genera con el abuso de cualquier sustancia),
dejando de lado sus actividades y obligaciones para atender las necesidades que les generan las redes
sociales.
Cambios de humor bruscos: contrariamente al bienestar por su uso, nos encontramos con sentimientos
de incomodidad o estado físico, psicológico y social desagradable cuando la actividad se reduce de
forma súbita. La abstinencia en estos casos se traduce a no poder acceder a las redes porque se haya
estropeado, perdido o robado el medio electrónico que usábamos para conectarnos, ir a lugares en los
que no haya wi-fi o posibilidad de acceder a Internet, etc. será en esos casos cuando la persona se
encuentre inquieta, irritable y de mal humor por no poder acceder a la herramienta que le distrae,
llegando a sentirse perdida, sin saber cómo invertir su tiempo y rechazando disfrutar de otras alternativas
por no parecerle tan atractivas.