1 Premio EL VUELO DE LA MOSCA Sidi Alfredo Thumala Jaar Ñunoa PDF
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EL VUELO DE LA MOSCA
Sidi
Víctor, alumno del último año de Periodismo de una de las universidades privadas
no tiene atractivo alguno para él. Al contrario, todo lo relacionado con hospitales,
vacilante, sin saber qué hacer. Después piensa en sus padres, en las dificultades
que han tenido para costear sus estudios y decide hacer un esfuerzo para cumplir
Con la vista recorre las camas ordenadas en dos filas de siete. Todas están
ocupadas por enfermos vestidos con una bata color crudo, abierta hacia atrás.
Algunos están recostados; otros, sentados al lado de sus camas, escuchan radio,
hojean diarios y revistas o conversan con los vecinos. Los más enfermos,
atención.
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Víctor piensa que será más fácil conversar con uno de los dos enfermos jóvenes y
adelantan e inician una conversación con los dos que había seleccionado.
Con rabia por la avivada de sus pares, vuelve a mirar a los doce enfermos
dirige sus pasos. “Buenos días señor,” es el saludo de Víctor. “Soy estudiante de
Periodismo y quisiera saber si puedo conversar unos minutos con usted, para
hacer una tarea que me dio la universidad. Tiene todo el derecho a negarse y yo lo
entendería, pero puede ser entretenido para los dos y le aseguro que no voy a
molestarlo”.
hospital por una enfermedad de la sangre con un nombre raro que no recuerda,
pero que tiene buen tratamiento. Es la primera vez que lo internan y el personal
de todos.
También está tranquilo y confiado porque en los veinte días que lleva en el
continúa diciéndole que de las dos visitas a la sala que ha hecho el temido insecto
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desde que está hospitalizado, en una voló un largo rato sobre la cabeza de un
posó en la frente del paciente quien, después de una larga hospitalización, regresó
sobrevolar todas las camas, se dirigió hacia la puerta y cuando todos suspiraban
posó en la frente de un enfermo que estaba de alta ese día. La sala enmudeció, el
enfermo elegido por la mosca comenzó a sollozar y esa misma tarde abandonó la
Ante las ansiosas preguntas de Víctor, el paciente le cuenta que, desde hace
algunos años, los que trabajan en ese hospital y muchos enfermos antiguos,
aseguran que existen unas moscas grandes, negras y longevas, que aparecen
cada siete a diez días, sobrevuelan las camas de los enfermos y, frecuentemente
se posan en la frente de uno. Los más antiguos afirman que estas moscas nunca
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Víctor, había llegado al hospital por obligación y no pensó que terminaría la visita
nuevo amigo.
Una mosca, grande y negra, está parada en la frente del enfermo. Indiferente a la
cabeza, pidió silencio con un dedo índice apoyado verticalmente sobre sus labios,
tomó con cuidado una revista del velador y, ante el asombro de todos los
estaban más cerca vieron que la temida mosca se había transformado en una
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masa pastosa en la que se reconocían partes de las alas y de las patas del
insecto.
Los primeros días, pasada la euforia inicial, fueron una tensa espera por la
meses, nadie ha visto alguna con las características de la ajusticiada; hasta hoy el
hospital.
periodista, que lo nombra cinco veces y contiene una foto donde sonríe orgulloso,
Hace pocos días, se supo el final de esta historia. Un año después de los hechos
por un fuerte y mantenido dolor en el pecho. Al día siguiente, agotado por la falta
de sueño, se acostó a dormir una siesta y no sintió cuando una enorme mosca
Al funeral asistió el periodista, quien juró y rejuró haber escuchado, durante toda la
Sus conocidos y amigos dicen que desde entonces está mal de la cabeza porque
siempre, esté donde esté, duerme protegido por un mosquitero y pasa todo el día
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gritando amenazas y dando manotazos al aire para ahuyentar a una mosca negra