Un Padre Conforme Al Corazón de Dios
Un Padre Conforme Al Corazón de Dios
Un Padre Conforme Al Corazón de Dios
Hoy que se celebra en Guatemala el día del Padre, no puedo dejar pasar la oportunidad de
escribir. De escribir a los papás, pero también a aquellos que un día van a ser papás y a aquellas
mamás que van a criar y a formar a los futuros papás.
El problema de las familias son los padres de familia y particularmente el papá en cada familia.
Qué enorme responsabilidad lleva un papá sobre sus hombros, Dios mismo utiliza nuestra figura
terrenal como la imagen que mejor refleja su función celestial. Dios es nuestro padre. Y si él es
nuestro Padre ¿Cómo es un papá conforme al corazón de Dios? Un papá conforme al corazón
de Dios, es aquel que refleja su imagen. ¿Cómo es un padre conforme al corazón de Dios?
“Pero Dios demuestra su amor por nosotros en esto: en que cuando todavía éramos pecadores,
Cristo murió por nosotros.” Romanos 5:8 NVI
Dios no envió a su hijo Jesús a morir por los buenos. Dios envió a su hijo a morir por aquellos
mismos pecadores que lo crucificaron. Su amor no depende de nuestra respuesta. Dios es justo
y por eso castiga al pecador. Pero Dios es amor y por eso perdona al pecador que se arrepiente
de sus pecados. Dios no amó porque amamos, amó a pesar de que pecamos.
Un padre conforme al corazón de Dios ama incondicionalmente a sus hijos. Los ama sólo porque
son sus hijos. Ni lo bueno ni lo malo afecta su amor. Desde pequeños les hemos enseñado a
nuestros hijos que los amamos simple y sencillamente porque son nuestros hijos. Lo bueno y lo
malo que hagan, nos hará infelices o felices, pero nuestro amor siempre estará para ellos. El
amor de un padre no es condicional, el amor de un padre es incondicional. Un padre ama al que
gana el año y al que lo repite. No estará orgulloso del hijo que repite un año, pero seguirá
amando al hijo que necesita corrección. Por lo que un padre conforme al corazón de Dios no
sólo ama incondicionalmente, también corrige necesariamente.
¿Ama incondicionalmente a sus hijos? Qué bueno que su mente lo sabe, ahora ordénele a su
lengua que exprese lo que su mente sabe. Porque muchos hijos jamás han escuchado de su papá
un te amo, recibido un abrazo o tan sólo una mirada de aprobación.
“Porque el Señor disciplina a los que ama, como corrige un padre a su hijo querido.” Proverbios
3:12 NVI
“Corrige a tu hijo mientras aún hay esperanza; no te hagas cómplice de su muerte.” Proverbios
19:18 NVI
Así como Dios ama y corrige a sus hijos, nosotros debemos amar y corregir a nuestros hijos. No
corregir a un hijo es hacernos cómplices de su muerte. No corregir a un hijo es no quererlo.
Zig Ziglar solía decir: “Corrige a tu hijo con amor o el mundo se encargará de corregirlo sin amor”.
“Como hijos obedientes, no se amolden a los malos deseos que tenían antes, cuando vivían en
la ignorancia. 15 Más bien, sean ustedes santos en todo lo que hagan, como también es santo
quien los llamó; 16 pues está escrito: “Sean santos, porque yo soy santo.” 1 Pedro 1:14-16 NVI
Dios nos dice como nuestro Padre celestial “sean santos porque yo soy santo”. Dios es santo, no
hay pecado en él, las tinieblas no pueden habitar con él. Dios es luz. ¿Qué espera que seamos
nosotros? Dios espera que seamos santos, diferentes, apartados para un propósito divino.
Así como Dios nos muestra el modelo, nosotros debemos mostrarles a nuestros hijos con
nuestra vida un modelo. ¿Qué modelo es el papá alcohólico, falto de palabra, haragán,
chismoso, peleonero, tacaño, irrespetuoso de las personas y de la ley? Un hijo se convierte en
lo que ve hacer en las personas de mayor influencia de su vida y su papá es en la mayoría de los
casos, la principal influencia.
“Así está escrito: “No hay un solo justo, ni siquiera uno…” Romanos 3:10 NVI
Ante Dios todos estamos perdidos. Dios es amor y por eso perdona al pecador arrepentido, pero
Dios es justo y por eso castiga a todo el que se rebela ante su voluntad y vive su vida como si
fuera su propio creador que crea sus propias reglas.
Con un mandamiento que hayamos quebrantado de la ley de Dios somos culpables de haber
quebrantado toda su ley. Y nos espera una condena eterna. Pero Dios abrió el camino a través
de Jesús. Alguien podía morir en nuestro lugar. Pero ese sacrificio de acuerdo a los sacrificios de
redención del Antiguo Testamento en el pueblo de Israel, debían ser perfectos y sin mancha.
Jesús fue tentado en todo pero sin pecado. El justo muere por los injustos para declararlos justos
por medio de la fe.
No importa su pecado, no importa su pasado, Dios puede hacerlo de nuevo, darle una nueva
vida. La vida que el planeó para la humanidad desde el inicio. Una vida que no está exenta de
pruebas, problemas y dolores. Pero que a pesar de lo que pueda venir, hay plena certeza que
Dios es soberano, está en control de nuestras vidas y nos prepara la esperanza que trasciende a
la eternidad, el cielo. En el cielo no hay tristeza, enfermedad, ni dolor.
Un papá conforme al corazón de Dios, reconoce que es un pecador, criando pecadores y que
tanto padre como hijos, necesitan un Salvador. Y cuando corren en fe a la cruz, encuentran la
muerte que da vida y el todo para criar a sus hijos en su temor, para honrar a su Creador y vivir
su plan perfecto que se resume en amarlo a él con todo y a nuestro prójimo como a nosotros
mismos.
¿Vive su vida a su manera? Viva la vida a la manera del Creador, esa es la vida verdadera y la paz
duradera. Arrepiéntase de sus pecados, crea en el evangelio de Jesús y comience una nueva vida
ahora.
Feliz día del Padre. Feliz día del futuro padre. Que sus hijos lo recuerden no por la herencia que
dejó, sino por las vidas que marcó, con su ejemplo de vida, pero sobre todo, por honrar y vivir
para quien nos dio la vida.
Uno ama con todo el corazón a los hijos, pero no es fácil ser papá, es el título más importante
que ostentamos. En los retiros espirituales el problema más grande que encontramos es en la
relación de los hijos con los papás, más allá de relaciones sexuales, droga, alcoholismo.
Específicamente más difícil aún es la relación entre los hijos y el papá. El tema de hoy, es muy
importante para los padres, pero también es un tema para los que quieren ser papá un día,
porque es común escuchar que cuando crezca no voy a ser como mi papá, a veces se sale
peor. Este tema es para papás, mamás e hijas que aconsejarán un día al que un día será papá.
Los papás trabajan incansablemente y en el trabajo, si el gerente general dice que le localicen a
alguien, la secretaria sale presurosa al teléfono, llama a la extensión, o al puesto de trabajo de
esta persona, porque el jefe, el jefe de jefes, ha hablado. Una vez la persona es localizada ¿se
prepara un café antes de salir hacia la oficina del jefe? ¿Que lo esperen, solo va a comprar un
vaso de leche, un panito bien sopeado en el café? Eso no hace un papá que es trabajador y es
ejemplar, cuando el jefe dice venga sale a cumplir la misión que le va encomendar, porque tiene
en juego su futuro laboral. Pero les tengo noticias, papás, el jefe de jefes les ha hablado a través
de la Biblia y los ha comisionado a un rol que está por encima de los sueños, por encima del
trabajo, por encima, incluso, del tiempo libre y es el de ser un papa conforme a Su corazón.
Tenemos que vivir y reflejar el corazón de nuestro Padre Dios, para que podamos tener, así,
hijos conforme a Su corazón.
Los papás han sido llamados por el Jefe de jefes y lo vamos a ver en ciertas cosas que, si
aplicamos a nuestra vida, nuestros hijos van a tener un corazón sano. Nuestros hijos van a
anhelar a estar con nosotros y sentarse con nosotros en el cine, en la graduación, en la iglesia.
Van anhelar visitarnos cuando se casen y no será un martirio o por interés, por temor a ser
desheredados. No, la primera cosa a la que es llamado un padre es a proveer para sus hijos.
Todo papá es llamado a proveer para sus hijos. 1 Timoteo 5:8 Pablo habla y dice: El que no
provee para los suyos, y sobre todo para los de su propia casa, ha negado la fe y es peor que un
incrédulo. Peor del que ni siquiera cree en Dios, del que no cree en el Evangelio de Jesús. Todo
papá es llamado a proveer para sus hijos; sin dinero, la familia completa se muere, pero para
proveer económicamente a nuestros hijos tenemos que ser diligentes.
Cuando veo a Jesucristo, cuando dijo que no vino para ser servido sino para servir y dar su vida
en rescate de muchos, veo el corazón de un padre que provee. Jesucristo no vino a ver qué le
dábamos porque no le podíamos dar nada. Como decía uno de mis maestros en el Instituto
Bíblico, que andaba una persona con dos pájaros feos, negros, zanates dentro de una jaula
oxidada y llegó alguien y le dijo – le compro esos pájaros para hacerlos libres -. ¿Cuánto me da?
– Le doy diez dólares. No, deme cien dólares. Sacó el dinero y tomó estos pájaros feos, horribles
y los liberó. Y eso fue lo que hizo Jesús con nosotros: nos liberó y a veces somos cuervos que
queremos sacarle los ojos a nuestro Dios.
Para proveer económicamente para sus hijos debe ser diligente en su trabajo. Nuestro Maestro
proveyó redención, impagable, con Su sangre. Pero para esto debemos ser diligentes en el
trabajo. Diligente es aquel que le dicen haga y lo hace inmediatamente. En nuestra nación hay
algunos que no son diligentes, hay que recordarles mínimo dos veces, y si se le recuerda dos
veces no es un buen trabajador, el buen trabajador es un alivio, no es una carga. Papás sean
diligentes, porque el que es diligente tiene trabajo y si se queda sin trabajo pronto tendrá otro,
pero el pasmado, atarantado, dejado, sinvergüenza, impuntual y ladronote ese va a pasar penas.
Para proveer económicamente para sus hijos, debe ser un buen administrador de sus recursos
económicos, es el que sabe decir no con amor para no despilfarrar lo que tiene. Puede decir no
con gracia y con amor. Un buen administrador es alguien que cumple con el diez por ciento de
sus ingresos para los fondos de su congregación, diezma a Dios, es generoso con el necesitado,
es el que tiene un fondo de emergencias, tiene un presupuesto, un listado de todos los gastos
mensuales y que ejecuta al pie de la letra mes a mes, provisiona mes a mes para los pagos
anuales, servicio de carro, vacaciones, inscripciones de hijos, uniformes y eso es duro. Es duro
ese pago.
Papá, usted es llamado a proveer, pero no puede quedarse solo proveyendo. Proveer es algo,
pero no es todo, un papá es llamado a instruir a sus hijos. Proverbios 22:6 nos dice Instruye al
niño en el camino correcto, y aun en su vejez no lo abandonará. Si quiere tener paz cuando esté
viejo, instruya a sus hijos. Mandar es fácil, instruir no. Mandar puede cualquiera, el papá no hace
nada, tiene mensajeros, dígale a su hermano que venga, bájese de esa silla y así. La mayoría de
hombres somos buenos para mandar, porque hay uno que otro que ni siquiera a la mascota
puede mandar. Instruir es mandar, es dar una orden, es formar un robot, es decirle al hijo haga,
haga, pero nunca crea el marco de referencia en su mente para que pueda tomar decisiones,
solo decisiones correctas.
Eso solo lo logra la instrucción y la instrucción es el llamado de todo papá para sus hijos, que
ellos solos puedan tomar buenas decisiones. En otras palabras, que puedan autogobernarse.
Cuando el maestro se retira de la clase por unos momentos o no llega al colegio, qué pasa. Es
un caos, sacan pelotas, en mi tiempo camorreaban a alguien, le hacían la estrellita, uno que otro
que tenían prohibido ser novios cambiaban las reglas. Era un relajo. Siempre había vigías y
gritaban cuando el profesor se aproximaba: aguas, aguas, ya viene. Todos corríamos a sentarnos
al escritorio y sacábamos un libro o un cuaderno haciendo como si estuviéramos haciendo
tareas. Se daba la impresión de una buena conducta, buenos estudiantes sí, pero relajeros
también.
Cuando se va la autoridad, cuando el gato se va, los ratones arman parranda. La instrucción es
lograr que sus hijos no armen parranda cuando usted no esté. Si anda como aquellos que los
norteamericanos llaman padres helicópteros, porque anda detrás de su hijo, el día que usted no
esté, abuelo lo van a ser porque no saben cómo vivir con libertad y responsabilidad. Todo papá
es llamado a instruir a sus hijos. Instruir es enseñar, es comunicar sistemáticamente ideas para
que a ellos las asimilen y entonces puedan tener la información necesaria, la evaluación
necesaria para tomar decisiones sabias y sobre todo que honren a Dios. ¿Qué sería de nuestra
vida espiritual sin la Biblia, qué sería bueno y qué sería malo, cómo sabríamos para qué estamos
en esta Tierra, cómo sabríamos que tenemos esperanza eterna? Por eso debemos ser personas
de la Biblia, porque a través de ella Dios nos instruye y su revelación más importante y última
revelación fue Jesucristo, Dios que se vistió de carne y huesos, que habitó en medio de nosotros
y pasó con los discípulos instruyéndolos durante los tres años que duró su ministerio.
Por eso la importancia de una instrucción continua, sistemática de ideas y conocimientos.
Repetirle a un hijo es necesario, aunque se hacen muchas veces, continuamente, con los más
pequeños, pero olvidamos hacerlo con los más grandes. El padre está llamado a instruir, pero
no solo a instruir en las cosas de este mundo, como lo vemos en Filipenses, interrumpimos esta
serie por el tema del Día del Padre, entendemos que somos ciudadanos del cielo y en la Tierra
somos extranjeros, pero si preparamos únicamente para lo temporal a nuestros hijos tendremos
hijos exitosos, pero si no aplicamos las responsabilidades de formarlos para lo eterno, que nos
espera, porque su vida eterna está perdida. Por eso en Deuteronomio 6:4-8 dice »Escucha,
Israel: El Señor nuestro Dios es el único Señor. Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón y con
toda tu alma y con todas tus fuerzas. Grábate en el corazón estas palabras que hoy te mando.
Incúlcaselas continuamente a tus hijos. Háblales de ellas cuando estés en tu casa y cuando vayas
por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes.
Aquí vemos lo que es, precisamente, la instrucción y la instrucción a los hijos no es que cuando
crezcan vean como buscan a Dios. No, la gente que busca a Dios por sus fuerzas termina
adorando la meditación, el árbol, el no tener casi nada y vivir con lo menos posible y guardar y
guardar, guardar, sin adorar al Creador. Vemos que primero hay que decirles a los hijos que Dios
existe; segundo, Dios es único; tercero hay que adorarlo con todo, y cuarto, estas tres cosas
todo el día. No es para embrutecer a su hijo, es para hacerlo sabio. No es para manipular a su
hijo como dicen algunos, es para que sea prudente, es para que ame a Dios con todo y a su
prójimo como a sí mismo. Dígame, quién más en el mundo dice que debemos orar por nuestros
enemigos, no existe nadie, ni religión alguna que bendiga a sus enemigos, porque Jesucristo no
es una religión, es una relación y dice o me aman con todo y a sus enemigos o no pueden entrar
al reino de los cielos.
Papás, provean para sus hijos, pero sobre todo instrúyalos, aunque es difícil instruir en la Palabra
cuando no se sabe mucho, pero que tal si en la noche a la hora de la cena leen un capítulo al
día. Dije uno, uno es un montón. Lea un capítulo todas las noches y leerá la Biblia sin darse
cuenta en unos años. El Nuevo Testamento en menos de un año, 260 capítulos. Es difícil instruir
a los hijos cuando no conocemos con lo que tenemos que instruirlos. Han visto con Filipenses,
cómo hemos entendido tanto, porque nos habla a nuestra necesidad y le habla directamente a
la iglesia de Filipos, pero estamos estudiando el allá y el aquel entonces para traerlo al aquí, al
ahora, y aplicarlo a nosotros, pero no es directamente a nosotros, porque la Biblia se entiende
en el allá y en el aquel entonces. Instruya a sus hijos.
Todo papá es llamado a modelar integridad frente a sus hijos. Filipenses 3:17, que estudiamos
hace poco, dice Hermanos, sigan todos mi ejemplo, y fíjense en los que se comportan conforme
al modelo que les hemos dado. Y Pablo podía decirlo, porque dice en otra parte de la Escritura
imítenme a mí, como yo imito a Cristo, el ejemplo de Pablo era el ejemplo de Cristo, estaba
buscando imitar a Cristo, por eso podía decirles: sigan todos mi ejemplo y fíjense en quienes
cómo se comportan conforme al modelo que les hemos dado. Qué ejemplo el del apóstol Pablo.
Poder decir con propiedad: sigan todos mi ejemplo. Que podamos decirles a nuestros hijos sigan
todos mi ejemplo. ¿En todo papa? Y eso es lo lindo cuando estamos en el Señor, es decirle al
hijo vive como yo vivo. La Escritura dice que el que permanece en Él debe vivir como Él vivió. Si
le vamos a decir a nuestros hijos imítenme es porque estamos imitando a Cristo.
Recordemos que no vinimos a Cristo porque fuimos buenos, vinimos porque entendimos que
éramos malos. Generalmente reproducimos lo que somos, no lo que decimos. Tener hijos es la
mejor manera de darnos cuenta de cómo estamos, cuando empiezan a decir palabras obscenas
y les decimos que eso no se dice y nos contestan que nosotros las decimos. Y no solo palabras
sino expresiones que no se oyen bien, mucho menos en un niño. Reproducimos lo que somos
no lo que decimos, claro que a veces lo que decimos tiene poder y uno que otro se salva, pero
generalmente reproducimos lo que somos. No tiene el mismo poder decirle al hijo no quiero
que tome alcohol, a decírselo bajo los efectos de una ebriedad. No es lo mismo.
A veces hacemos el mal, pero no lo vemos. En un libro que escribí, si no lo tiene bájelo en libros
alexlópez.com. Se llama Cómo emparejarse, lleva más de 250 mil descargas, es para chavos y
chavas. Léalo, bájelo está bonito. En uno de los capítulos, se llama la Prueba final y esa prueba
se la he hecho a un montón de jovencitas y jovencitos. A una le pregunto si tiene novio y me
dice que sí, y me dice que está feliz, que está con un buen hombre. Entonces le digo que
suponiendo que tuviera una hija de su misma edad y sabiendo que se va a casar, pudiera
entregársela a ese hombre y dormir en paz sabiendo que estás entregando a un buen hombre
a tu hija. Y muchas me dicen no. Entonces, les digo, qué diablos haces con él. Porque nos damos
cuenta que no es un buen modelo para alguien más.
Viva en integridad y entregue su pasado de pecados en arrepentimiento a Dios. Lo lindo de Jesús
es que usted no tiene que ser perfecto para venir a Él, porque no hay ser humano perfecto, al
contrario, tiene que ser imperfecto para poder venir a Él. Así que todo papá es llamado a
modelar integridad ante sus hijos, pero también a corregir, Proverbios 3:11-12 dice Hijo mío, no
desprecies la disciplina del Señor, ni te ofendas por sus reprensiones. Porque el Señor disciplina
a los que ama, como corrige un padre a su hijo querido. Cuando corrige lo hace con alguien que
ama, porque la corrección no busca la destrucción sino la restauración, Dios mismo corrige y lo
hace a quien ama y Dios nos ama a todos y corregir, muchas veces, incluye el castigo físico, pero
ese no es el primer recurso, es de los últimos.
Corregir implica advertir, implica amonestar, reprender, es buscar enmendar los errores. Antes
corregían severamente, ponían maicito y los hincaban sobre los granitos durante mucho tiempo,
otros que los metieron a una red y los colgaron a un árbol y le prendieron fuego a la tusa, otros
usaban instrumentos de castigo como la paleta y la chancleta voladora. Esa no es corrección, es
abuso. La corrección es restablecer el rumbo, el objetivo es ese, no destruir al que se perdió de
rumbo y dejarlo sin rumbo y no castigarlo en público. Papás, no den castigos tan exagerados,
por ejemplo, decirle hoy podrás utilizar tu celular por treinta minutos y si está de vacaciones
treinta minutos en la mañana y treinta minutos en la tarde y lo guardamos, vamos a hacer cosas
juntos.
Decirle no quiero que te me pierdas, no te quiero destruir, quiero que te gobiernes, el Señor
manda que amemos a todos. Si son pequeños, bueno hoy solo pueden ver un episodio en Netflix
y pueden salir a jugar solo media hora, Él y yo estamos en buena relación, pero el sufre
consecuencias y llega el momento en el que ni modo, hay que darle sus golpes, pero es lo último,
pero como nos decía mi papá cuando nos iba a dar un par de cinchazos porque “se lo merecen
por eso que hicieron que está mal, antes vamos a orar. En el corazón de un niño, el papá puede
hacer los estragos más profundos por ser un papá autoritario, dictatorial que no deja hablar,
que impone su voluntad y que crea un robot, y el hijo crece anulado, la hija crece anulada y su
anhelo es estar libre del papá y si es mujercita para buscar uno igual, de abusador. Si es
jovencito, es libre del papá para salir y estar lastimado en su identidad y el que practica o tiene
una tendencia homosexual va a buscar abusar de su hijo. No lo estoy inventando, lo digo porque
tenemos casos y sabemos dónde comienza todo.
Papás corrijan a sus hijos, pero también ámenlos. Todo papá es llamado a amar a sus hijos, me
dolió en el corazón ver una mujer de casi 70 años llorando y decir hasta el último momento
esperé el abrazo de mi papá que nunca me dio y nunca me lo dio. Papás, en medio de todas
debilidades como ser mortal, usted es el héroe más grande y el héroe más grande cuando uno
es grande ya no es el que es perfecto, es el que sabe pedir perdón, el que sabe decir fallé. Mateo
3:17 dice Y una voz del cielo decía: “Éste es mi Hijo amado; estoy muy complacido con él. Mateo
17:5 Mientras estaba aún hablando, apareció una nube luminosa que los envolvió, de la cual
salió una voz que dijo: “Éste es mi Hijo amado; estoy muy complacido con él.
¡Escúchenlo! Nuestros hijos deben saber que la palabra más importante de nosotros hacia ellos
es que sos mi hijo amado. Si el hijo se siente amado tiene todo para enfrentar todo lo que venga
en esta Tierra, porque no va a correr al modelo de afuera que es el riesgo para su vida, sino va
a correr al modelo de adentro que es su papá.
Papás, si ustedes quieren que sus hijos los visiten ámenlos, no los compare con nadie, ni los
critique. Mire, cómo habla Dios sobre su Hijo amado. He escuchado a papás decir comentarios
que perjudican su identidad. ¡No puede ser! Nuestro Dios es un Dios justo, castigador, tajante,
pero no quiere la destrucción de nadie, por eso abrió el camino y el camino es saber que estamos
perdidos en él y abrió el camino y el camino es a través de Jesucristo, el único que fue tentado
en todo, pero sin pecado, el único que no quebrantó sus mandamientos, el que muere en la cruz
del Calvario, pero no le complace la destrucción del mundo malvado. Miqueas 7:18 dice ¿Qué
Dios hay como tú, que perdone la maldad y pase por alto el delito del remanente de su pueblo?
No siempre estarás airado, porque tu mayor placer es amar.
El mayor placer de nuestro Dios es amar, por eso como padres tenemos que amar a nuestros
hijos. Yo sé que muchos dicen que no sabemos los sufrimientos que soportaron de sus papás,
que eran tremendos. No, Pablo dice, ya lo estudiamos, una cosa hago, olvidar lo que queda
atrás. No se puede borrar, pero olvidar porque conscientemente no pondrá su mente y su
mirada en todo lo que lo destruye que es el ayer. Papás, si ustedes tienen sus grabaciones, sus
discos completos de la pista uno, de la dos, la tres, la cuatro. La uno es nunca me abrazaron. La
dos es crecí sin papá. La tres es no tuve nada. La cuatro ya tiene su historia, solo pone play y
comienza, no tuve papá. No, esa es una excusa para que el papá rechace el pasaje bíblico que
nos dice: de modo que si alguien está en Cristo es una nueva creación. Las cosas viejas pasaron,
he aquí todas son hechas nuevas. Papás, necesitamos amar y dejar de ser hijos con hijos.
Necesitamos ser padres con hijos. Siempre he dicho que un hijo herido se convierte en un padre
que hiere. Resuelva sus asuntos del ayer, entrégueselos al Padre Dios, arrepiéntase de sus
pecados. Perdone a los que lo lastimaron, lo hirieron y sirva para inspirar a sus hijos, amar a
pesar de que no tuvo ese amor.
Todo papá es llamado a representar dignamente a Dios, porque Dios escogió de todo el
universo, de lo que es la Tierra, lo que está aquí adentro, donde vivimos, escogió a una figura
para reflejar los que Él es, es el Papá y por eso oramos Padre nuestro que estás en los cielos. En
una actividad de las células a donde fuimos a asilos de ancianos, hogares, un líder dijo que
nuestro Padre es amor, Dios es como un papá. Y un niño dijo que Dios no puede ser como mi
papá, porque mi papá mató a mi mamá. Cómo puede entender un hijo que es el amor de Dios,
si su papá refleja todo lo contrario. Papás, representemos dignamente a Dios. La figura que Él
escogió para representarse en la Tierra en un padre. Por eso dice el Salmo 103:13 Tan compasivo
es el Señor con los que le temen como lo es un padre con sus hijos. Deuteronomio 1:29-
31 »Entonces les respondí: “No se asusten ni les tengan miedo. El Señor su Dios marcha al frente
y peleará por ustedes, como vieron que lo hizo en Egipto y en el desierto. Por todo el camino que
han recorrido, hasta llegar a este lugar, ustedes han visto cómo el Señor su Dios los ha guiado,
como lo hace un padre con su hijo.
Sea un fiel representante de Dios, papás si no pueden abrazar sea machito, extienda los brazos,
acérquese, abrace. Si le cuesta hablar, hable, si le cuesta pedir perdón, porque el orgullo lo está
destruyendo a usted, a su esposa, a sus hijos o ya destruyó otro matrimonio y está en otro que
también lo va a destruir, porque el odio mata todo. Pida perdón. Lo más triste es ver a alguien
envejecido que ya no tiene fuerzas ni para caminar, que ya no puede comer, es a alguien así,
pero con odio y amargura en su corazón.
Eso de ser papá no es fácil.
Para finalizar comparto esta pieza literaria que escribió mi esposa Aixa:
“Recuerdo que me llamaron a la dirección y lo vi allí con su traje café, sentado en una banca
demasiado pequeña para él, con las manos entrelazadas, en medio de sus rodillas. Levantó la
mirada cuando me vio entrar y las cejas levantadas y la sonrisa agridulce tenían mucho que
decir. Esa mañana yo había pasado mis deditos grasientos por todo el lado del carro recién
lavado (al parecer, ese brillo impecable debía ser experimentado con el tacto) y evidentemente,
mi agenda y la suya no concordaron. Su carro ha sido su herramienta de trabajo y es diligente
en cuidarlo. Pero yo sólo vi una textura irresistible. Él se sobresaltó y me agarró la mano, me
regañó molesto y se apuró a borrar mis huellas. Después salió para el trabajo y mis hermanas y
yo para el colegio.
Mi papá es un hombre de presencia suave y amable. Jamás de gritos o groserías. Eso hacía que
cualquier manifestación siquiera un poco subida de tono se sintiera como una aplanadora sobre
el corazón. Seguramente él lo sabía, porque interrumpió su mañana de trabajo para interrumpir
la mía y más que nada, interrumpir el trayecto de la aplanadora que desde la mañana seguía su
recorrido destructor sobre mi memoria.
Llegó al colegio exclusivamente a pedirme perdón. A eso. No puedo recordarlo o contarlo sin
volver a llorar. Se limitó a decirme que estaba arrepentido por haberme hablado así. No lo
terminó excusando su conducta con un “pero porfa no volvás a tocar así el carro recién lavado.
Vos no entendés que es mi herramienta de trabajo… o que tengo mil problemas que no
entenderías”… no lo hizo. Sólo lloró por haberme hecho sentir como que el carro valía más que
yo y que debía aclararlo ese mismo día conmigo.
Hoy por la mañana le escribí para contarle que sigo agradecida con Dios por haberme entregado
a él para ser protegida por sus brazos y le conté cómo ese recuerdo es de mis favoritos. Él no lo
recordaba…
Suele ser así. Los momentos que definen la vida de un niño no son registrados por el radar de los
adultos que miran otras cosas. Pero Dios va aclarando el camino hacia Él mismo, con pequeños
actos en los que rendimos nuestra debilidad. Es así como Él se va revelando. La gran debilidad
de mi papá en ese momento de furia, fue transformado en uno de los mayores puntos de
conexión conmigo, porque se resistió al impulso de tener la razón. El orgullo es lo que va
construyendo muros entre nosotros y la obsesión con nuestra imagen es lo que destruye los
puentes; pero la humildad y la habilidad para ver nuestra maldad, reconociendo el dolor que
causamos… eso es lo que (contrario a nuestra intuición) produce las más increíbles historias de
amor, gobernadas por la gracia. ¡Desperdiciamos demasiado nuestros fracasos! Si tan sólo
escucháramos más la voz de Dios, abriendo nuestras Biblias, sabríamos modelar la belleza de un
Dios que no entabló relación con sus niños al ser un papá rudo e intocable, sino al volverse
completamente vulnerable y que se dio en servicio de los que no lo merecían.
Papás: no crean la mentira de que su trabajo es ser fuertes todo el tiempo, porque entonces
cuando fallen querrán esconderlo, ya sea echando culpas a los lados o negando la realidad, y los
hijos vemos y al tiempo, crecemos… eventualmente, no hay manera de esconder las grietas, pero
eso no es una mala noticia, porque es precisamente a través de ellas que podemos empezar a
ver al Dios vivo, si ustedes admiten necesitarlo tanto como a los niños que tienen a su cargo. Hoy
veo a mi esposo y la relación fuerte que tiene con nuestros cuatro hijos, y no se debe a que jamás
falla, sino a las veces que les ha pedido perdón sin excusarse y la determinación que ha tenido
de estar presente y de guiarlos modelando al Padre que ha le ha tenido paciencia y extendido
misericordia un millón de veces. Su fuerza como papá está en no esconder su debilidad de Dios,
ni de nosotros.
Mis huellas en su carro provocaron una reacción que hubiera podido ser un recuerdo triste en mi
mente, pero su humildad y esfuerzo intencional por reconocer su error, lo convirtieron en una de
las huellas más tiernas de mi vida y una que estoy segura, hace a Dios sonreír”.
Queridos hermanos, en este día que celebramos a los papas, quiero compartir con ustedes una
historia que si bien es cierto tiene un final trágico, contiene muchas enseñanzas para los padres,
para quienes vamos a serlo dentro de poco y para quienes se están preparando para algún día
ser padres. Me refiero a la historia de David y su hijo Absalón y yo se que todos nosotros hemos
leído esa historia y hoy la vamos a recordar y vamos a extraer algunos principios eternos que
nos pueden ayudar a entender la importancia de que seamos padres conforme al corazón de
Dios.
Toda esta historia esta contenida desde el capitulo 13 al 18 de 2 Samuel, la cual le invito a leer
el día de hoy llegando a casa. Por razones de tiempo no vamos a leer toda la historia hoy, pero
quiero darles un pequeño repaso, un panorama de que fue lo que sucedió en este relato de la
Palabra de Dios. Nosotros sabemos que el rey David peco con Betsabe, mandando matar a Urías
y teniendo relaciones sexuales con esta mujer. Dios le reprendió y David se arrepintió de
corazón; pero no pudo evitar las consecuencias: años mas tarde, uno de sus hijos, Amnon, peco
violando a su media hermana Tamar. El hermano de esta, Absalón, le odio por tal vil acto y
espero pacientemente por 2 años para matar a su medio hermano. Su padre no hizo nada al
respecto y Absalón huyo al destierro, a tierra de su abuelo hasta que regreso a Jerusalén
después de 3 años. Allí, se reencontró con su padre, pero tampoco solucionaron nada y durante
2 años mas, Absalón estuvo viviendo sin poder ver ni hablar con su padre el Rey David. Al cabo
de ese tiempo, Absalón comenzó a promover una rebelión contra su padre el rey durante 4 años
mas, al termino de los cuales se proclamo rey a si mismo. David al enterarse de esto huye de
Jerusalén con un pequeño grupo de su gente mas fiel y Absalón, luego fue a buscarlo para darle
caza. Se armo una batalla entre los hombres de David y los de Absalón y al final este quedo
enredado en un árbol porque su cabellera era muy larga y fue asesinado por uno de los
generales de David. Al enterarse David de esto, cayo en una tristeza muy profunda, porque el
había mandado que no dañen a su hijo, porque a pesar de todo y su rebelión, el era su padre.
Esta historia tiene un final triste pero a la vez nos enseña muchas cosas que como padres
debemos tener en cuenta. La enseñanza principal es que nuestro carácter y las decisiones que
tomemos como padres repercuten no solo en nuestra vida sino en la de nuestros hijos
directamente; por ello debemos ser ejemplo para nuestros hijos, guías y maestros de la verdad.
Cada uno de nosotros es responsable delante del Señor por su propia vida, pero como padres
tenemos una responsabilidad especial por criar a nuestros hijos en el temor de Dios. El mandato
bíblico para los padres es “Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos
en disciplina y amonestación del Señor” (Efesios 6:4)
Conclusión
Hermanos, podríamos decir muchas cosas. Muchos podrían defender la posición de Absalón,
otros podrían condenarle y apoyar a David. Lo cierto es que David era un excelente rey, un buen
estratega, un gran líder pero era un pésimo padre. No supo cuidar de su familia y le costo educar
correctamente a sus hijos. David era un hombre hermanos y como hombre tenia defectos. No
era perfecto, ningún hombre o ningún padre lo es; pero lo que tenia David era un corazón
humilde, sometido a Dios y que buscaba al Señor para adorarle aun en medio de la crisis y los
problemas por causa de su pecado. Es esa perseverancia que le otorgo el éxito delante de Dios.
Aprendamos del ejemplo de David para ser mejores padres. Hermanos, ¿de que vale que tu
servicio sea excelente si tus hijos se pierden? ¿De que vale que tu empresa sea exitosa, que tu
trabajo sea reconocido y valorado por otros, cuando los tuyos, tu propia casa no podrían decir
lo mismo? No tiene sentido ganar el mundo cuando has perdido a tu esposa e hijos. Este pasaje
nos ayuda a entender que un padre conforme al corazón de Dios es un hombre que se guarda
en santidad, toma acciones firmes contra el pecado, es prudente y guarda el corazón de sus
hijos, no es pasivo sino que es decidido, no es indiferente ni insensible, es el primero en dar
ejemplo de buscar el perdón y la restauración, tiene cuidado de su familia y ministerio, piensa
en los demás antes que en el mismo, pone su vida en las manos de Dios y se humilla delante de
Dios y nunca deja de adorarlo pase lo que pase.
Para terminar hermanos, pensemos en David subiendo el monte de los Olivos, llorando y
quebrantado por su pecado, por su desobediencia. Conozco otro hombre, uno perfecto, que
también subió el monte de los Olivos, pero por causa de su obediencia al Padre Celestial. David
subió para ser quebrantado por causa de su pecado. Jesucristo subió para ser quebrantado por
causa de su obediencia al Padre Celestial, el que nunca nos falla, el que nos ama tanto que
entrego a su propio Hijo para que muera como castigo por nuestros pecados. Jesús murió por ti
y por mi, pagando en la cruz por nuestros pecados. Entrego su vida, fue enterrado y al tercer día
resucito y hoy es Rey de Reyes y Señor de Señores. Hoy mi hermano te extiendo el llamado del
Señor para que seas un buen padre pero no podrás serlo hasta que primero seas un buen hijo.
Un buen hijo de Dios y para serlo necesitas arrepentirte de tus pecados, confesar a Cristo como
Señor y Salvador y pedirle que te perdone y te de paz y vida eterna.
Oremos al Señor hermanos para que El nos haga ser buenos hijos suyos y por ende buenos
padres, no solo en este día, sino todos los días hasta que El venga.
Ser padre es una bendición y tiene la responsabilidad de: Amar a sus hijos, así como Dios le ama
(leer 1ª Juan 4:10-12). Dar unas palabras de agradecimiento a su padre por el amor que le ha
dado. Proveer alimento, tal como Dios le provee (leer 2º. Crónicas 31:9,10 y 1ª Timoteo 5:8). De
la misma manera que el anterior, este hijo/a da unas palabra de agradecimiento a su padre por
ser responsable en proveer los medios necesarios para el alimento en el hogar. Perdonar, igual
que Dios cuando le perdona (leer Salmos 86:5 y Mateo 6:12). Aquí el hijo/a tiene la oportunidad
para agradecer públicamente por el perdón que su padre le ha otorgado. Librarlos del mal, de
la misma manera en que Dios lo libra (leer Mateo 6:13). En este punto el hijo/a agradece a su
padre por las sabias instrucciones que le ha dado en la vida, para evitarle cometer errores.
Corregir, así como Dios ha corregido su vida (leer Proverbios 3:11,12; 22:6). La corrección es una
parte importante en la vida de todo ser humano, por lo tanto este participante debe ser una
persona madura que pueda mostrar a los hijos de la iglesia que la corrección de un padre a un
hijo es importante y agradecer por ello. Dar buenas dádivas, tal como Dios nos da lo que
necesitamos y no necesariamente lo que queremos (leer Lucas 11:11-13). Esta es una hermosa
oportunidad para que un hijo/a agradezca a su papá por darle, no lo que en algunas ocasiones
ha deseado, sino lo que es conveniente. Salvar, siguiendo el ejemplo de Jesús (leer Lucas 19:10
y Génesis 7:13). Esta es la máxima labor que puede realizar un padre por sus hijos. Cuando Dios
le provee de una familia es porque desea que se salve con todos los suyos. Por lo tanto, este
hijo agradece a su padre por la preocupación que ha tenido en cuanto a la labor espiritual y la
preocupación por la salvación de su familia.
En Hechos 7:46 leemos que David halló gracia delante de Dios. El rey Saúl fue desobediente y
arrogante. Entonces Dios levantó por rey a David, de quien dio este testimonio:
He hallado a David hijo de Isaí, varón conforme a mi corazón, quien hará todo lo que yo
quiero. (Hechos 13:22)
La bendición más grande para una familia es tener como padre a un hombre conforme al
corazón de Dios. En muchos países se celebra este domingo el Día del Padre. Quiero aquí honrar
a los padres cristianos e incentivarles a que busquen cada día más ser como Cristo.
El mundo necesita más padres conforme al corazón de Dios. ¿Cómo es tal padre? Dios mismo
dio la definición: hará todo lo que yo quiero.
Padres obedientes a Dios y su Palabra
Padres que tienen los ojos puestos en Cristo
Padres que aman a su esposa como Cristo amó a la iglesia
Padres que crían a sus hijos según la disciplina e instrucción del Señor
El Salmo 112 nos da una descripción del hombre bendecido por Dios, aquel que da un excelente
ejemplo a su familia. Así como Proverbios 31 describe a la mujer virtuosa, este salmo describe
al varón que anda en los caminos de Dios.
El buen oyente- él escucha aquello que sale del corazón de sus hijos
El cuidar y amar a los hijos es una de las principales formas de honrar a Dios y compartir la tarea
de edificar su reino.