Inicio de La Independencia de Argentina
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Inicio de La Independencia de Argentina
EMANCIPACIÓN
En 1776 se había creado el Virreinato del Río de la Plata, que abarcaba parte de los
territorios de Argentina, Uruguay, Paraguay y Bolivia. El primero de los virreyes fue
Pedro de Cevallos, en cuyo mandato se decretó la libertad del puerto de Buenos Aires.
En los últimos años del Virreinato fueron muy apreciables los rendimientos en
riquezas de todo orden y especialmente en la explotación comercial, que aportó al país
grandes beneficios. Es de destacar que a raíz de este hecho comenzó a surgir en aquellos
hombres la conciencia de sus valores naturales.
Buenos Aires era el sitio donde mejor estaba preparado el terreno para la Revolución.
La sociedad era más democrática que en otras regiones; la riqueza ganadera había dado
origen a una aristocracia criolla, sin títulos de nobleza, pero que rivalizaba con la
española. Los jóvenes patriotas educados en las universidades de Córdoba y Charcas, y
en España, conocían perfectamente las doctrinas liberales del siglo XVIII.
A partir de 1800, la prédica se hace más descarada, comprendiendo a todas las clase
sociales. Manuel Belgrano, Mariano Moreno y Bernardo de Monteagudo están contestes
en reconocer que Francia ejerció una influencia decisiva en la formación de sus ideas
emancipadoras y en la galvanización del entusiasmo público.
Fue entonces que sir Home Pophan, que había colaborado con el venezolano
Francisco de Miranda en un proyecto de intentar la independencia americana, pretendió
aprovechar la intranquilidad de América en beneficio del gobierno inglés y dirigió su
escuadra hacia Sudamérica. Ordenó al general Beresford (William Carr, vizconde de
Beresford) que desembarcara en el Río de la Plata, mientras que, por otro lado, se
comisionaba a Crawford para que atacase Valparaíso.
Lo que es hoy el viejo Buenos Aires —muy cerca del centro—, la calle de la
Reconquista, la boca del Riachuelo, etc., fue el teatro principal de la campaña llamada
de Reconquista, en la que, al cabo de tres días de tenaz ataque, Liniers logró que
Beresford capitulase (12 de agosto de 1806). De esta suerte culminaba el esfuerzo de los
porteños, en que no solo se comprometieron las fuerzas de Liniers, sino también el
paisanaje, en impetuosas arremetidas, al mando de Juan Martín Pueyrredón.
EL CARLOTISMO