Electromagnetismo OFICIO
Electromagnetismo OFICIO
Electromagnetismo OFICIO
Electromagnetismo
Los imanes permanentes producen un campo magnético considerable, pero para ciertas aplicaciones éste resulta
todavía muy débil. Para conseguir campos muy intensos utilizaremos bobinas fabricadas con conductores eléctricos,
que al ser recorridos por una corriente eléctrica desarrollan campos magnéticos cuya intensidad depende
fundamentalmente de la intensidad de la corriente y del número de espiras de la bobina.
Figura 1 Figura 2
Esto demuestra que cuando un conductor es atravesado por una corriente eléctrica, a su alrededor aparece un
campo magnético. Observando el espectro del campo magnético se puede apreciar que las líneas de fuerza toman la
forma de círculos concéntricos que se cierran a lo largo de todo el conductor.
El sentido de las líneas de fuerza de una parte del conductor se suma a la del otro, formando un campo magnético
mucho más intenso en el centro de la espira (figura 4). En la figura 5 se puede apreciar el efecto de concentración de
líneas de campo en el centro del anillo al que, como en otras ocasiones, se le ha realizado el espectro magnético con
limaduras de hierro.
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Figura 5
Figura 4
Magnitudes magnéticas
Al igual que para definir el comportamiento de un circuito eléctrico utilizamos las magnitudes eléctricas, para definir
los campos electromagnéticos usaremos las magnitudes magnéticas.
Flujo Magnético ‘Ø’: El campo magnético se representa a través de las líneas de fuerza. La cantidad de estas líneas
se le denominan flujo magnético. Se representa por la letra griega Ø, sus unidades son:
Inducción magnética ‘B’: La inducción magnética se define como la cantidad de líneas de fuerza que atraviesan
perpendicularmente la unidad de superficie. En cierta forma nos indica lo densas que son las líneas de fuerza, o lo
concentradas que están en una parte del campo magnético. Se representa por la letra griega B, sus unidades son:
Se dice que existe una inducción de un tesla cuando el flujo de un weber atraviesa perpendicularmente una
superficie de un metro cuadrado.
Ø
𝑩=
𝑺
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Fuerza magnetomotriz F: Se puede decir que es la capacidad que posee la bobina de generar líneas de
fuerza en un circuito magnético. La fuerza magnetomotriz aumenta con la intensidad de la corriente que fluye por la
bobina y con el número de espiras de la misma.
F = N.I
F = Fuerza magnetomotriz en amperio-vuelta (Av)
N = Número de espiras
I = Intensidad de corriente
Intensidad de campo magnético ‘H’: Nos indica lo intenso que es el campo magnético. La intensidad de campo en
una bobina depende la fuerza magnetomotriz (N . I). Ahora bien, cuanto más larga se la bobina, más se dispersan las
líneas de campo, dando como resultado una intensidad de campo más débil; por lo que se puede decir que, para una
fuerza magnetomotriz constante, la intensidad de campo (H) es inversamente proporcional a la longitud media de las líneas
de campo, tal como se expresa en la siguiente ecuación:
𝑵.𝑰
H=
𝐋
H = Intensidad del campo en amperio-vuelta/metro (Av/m)
Reluctancia R : La reluctancia de un material nos indica si éste deja establecer las líneas de fuerza en mayor o
menor grado. Los materiales no ferromagnéticos, como el aire, poseen una reluctancia muy elevada. En cierta forma
la reluctancia es un concepto similar al de la resistencia en un circuito eléctrico, hasta tal punto que podemos
establecer una ley de Ohm para los circuitos magnéticos el flujo que se establece en circuito magnético es
proporcional a la fuerza magnetomotriz proporcionada por la bobina e inversamente proporcional a la reluctancia del
medio por donde se establecen las líneas de fuerza del campo magnético:
La reluctancia es una característica propia de cada material magnético, y de la ley Hopkinson se deduce que:
𝓕 𝓕
R = Si despejamos, tenemos : Ø=
Ø 𝓡
Las unidades que le corresponden son: Av/Wb
Se puede comprobar experimentalmente que al introducir en el núcleo de una bobina una barra de hierro, se aprecia
un notable aumento de las propiedades magnéticas de dicha bobina. Por esta razón, siempre que deseemos producir
campos magnéticos intensos utilizaremos núcleos de hierro, como en el caso de los electroimanes.
Cuando se introduce en el núcleo de una bobina una sustancia ferromagnética, se aprecia un aumento de líneas
de fuerza en el campo magnético. Si llamamos B0 a la inducción magnética que produce el electroimán con un núcleo
de aire y B a la inducción magnética conseguida al introducir una sustancia ferromagnética, tendremos que:
µr es el poder que posee la sustancia ferromagnética de multiplicar las líneas de campo. A este parámetro se lo
conoce por el nombre de permeabilidad. En este caso, se trata de la permeabilidad relativa con respecto al aire o al
vacío.
Este fenómeno lo podemos explicar valiéndose de la teoría molecular de los imanes: la bobina con núcleo de aire
produce un número determinado de líneas de fuerza. Al introducir un trozo de hierro, éste se ve sometido a la acción
de estas líneas de fuerza y sus moléculas magnéticas tienden a orientarse. El núcleo de hierro ahora es un imán
temporal que refuerza la acción del campo magnético original.
En la práctica, es más usual utilizar el concepto de permeabilidad absoluta (µ). Ésta nos relaciona la intensidad
de campo que produce la bobina (H) con el nivel de inducción magnética alcanzado al introducir una sustancia
ferromagnética en el núcleo.
Cada sustancia magnética tiene su propio coeficiente de permeabilidad. Cuanto mayor es este coeficiente,
mejores propiedades magnéticas poseerán estas sustancias. Como ya estudiaremos a continuación, la permeabilidad
de los materiales no es constante, y depende sobre todo de los niveles de inducción a que se someta a los mismos.
Relación entre H y B para distintos tipos de materiales y para diferentes tipos de inducción:
H (Av/m)
B (Tesla)
Hierro Forjado Chapa Normal Chapa de Silicio
0,1 80 50 90
0,3 120 65 140
0,5 160 100 170
0,7 230 180 249
0,9 460 360 350
1,1 660 665 530
1,3 1000 1200 1300
1,5 2400 2200 5000
1,6 5300 3500 9000
1.7 7000 6000 15500
1.8 11000 10000 27500
1.9 17000 16000
2 27000 32000
Histéresis Magnética
El estudio de la histéresis tiene una gran importancia en el estudio de los materiales magnéticos, ya que este
fenómeno produce pérdidas en los núcleos de los electroimanes cuando son sometidos a la acción de campos
magnéticos alternos. Estas pérdidas se transforman en calor y disminuyen el rendimiento de los dispositivos con
circuitos magnéticos como transformadores, motores, generadores, etc.
La palabra histéresis significa remanencia. Después de someter a una substancia ferromagnética a la acción de un
campo magnético, cuando éste desaparece, la substancia manifiesta todavía un cierto nivel de inducción magnética,
que recibe el nombre de magnetismo remanente.
Sin embargo, para la fabricación de imanes permanentes se eligen materiales que posean un campo coercitivo
los más grande posible. Las pérdidas por histéresis en materiales sometidos a campos producidos pos corrientes
alternas aumentan con la frecuencia (cuanto más ciclos de histéresis se den por segundo, más calor se producirá).
También la histéresis se puede explicar mediante la teoría molecular de los imanes: al someter un trozo de hierro a
un campo alterno, las moléculas magnéticas se ven forzadas a girar en uno y en otro sentido, produciéndose una
especie de rozamiento molecular que produce calor. Este calor es más grande cuanto más se resisten las moléculas
a cambiar de posición.
𝐍. 𝐈
Como H= 𝐋 de aquí se deduce que: N.I = H.L o lo que es lo mismo: F = H.L
Con esta última expresión, y con la ayuda de las curvas de magnetización o de la tabla dada anteriormente ya
podemos resolver algunos problemas. Lo primero que debemos hacer es encontrar la espira media del circuito
magnético, veamos un ejemplo:
Electroimanes
Un electroimán consiste en un núcleo rodeado de una bobina que se imanta a voluntad cuando hacemos pasar
una corriente eléctrica y se desimanta en el momento que interrumpimos esta corriente. En la figura 9 se puede
apreciar el esquema eléctrico de un electroimán.
La fuerza con la que atrae un electroimán a una pieza de hierro móvil (armadura) a través del aire o entrehierro se
puede calcular con la ayuda de la siguiente expresión;
F = 40.000. B2.S
F = Fuerza de atracción en Kp (kilopondio)
Figura 10 Figura 11
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Las aplicaciones de los electroimanes son muy variadas. Seguidamente, exponemos algunas de las más
relevantes:
Frenos Magnéticos: Se aplican sobre todo en ascensores, montacargas y grúas. Las Zapatas de frenado se
abren mediante un electroimán cuando existe una situación normal, es decir, cuando hay tensión en la red. Si por
causa de una avería se corta el suministro de la energía eléctrica, las zapatas se cierran sobre la superficie de un
tambor, con lo que frena el sistema e impide la caída al vacío de la carga.
Electroválvulas: La válvula abre o cierra el circuito hidráulico o neumático según sea o no alimentada la
bobina del electroimán que lleva incorporado. La aplicación en las electroválvulas está muy extendida en todo tipo de
aplicaciones industriales, donde la automatización de fluidos tiene una gran importancia. Por ejemplo las lavadoras
automáticas tienen una electroválvula para abrir el circuito de admisión de agua.
La corriente eléctrica que necesita la bobina para crear el campo magnético necesario para que atraiga la
armadura hacia sí al núcleo, es muy pequeña en comparación con la corriente que circula por los contactos
principales que accionan el motor.
Los electroimanes se utilizan en sistemas que separan materiales magnéticos de los no magnéticos: se utilizan para
separar el acero y el hierro del carbón, piedras y minerales, así como para separar los residuos de acero de la arena
de moldeo y las virutas y limaduras en los talleres mecánicos.
Inducción Electromagnética
Cuando nos referimos a la inducción electromagnética estamos hablando de “producción de electricidad por
acción magnética”, es decir cuando se mueve un conductor eléctrico en el seno de un campo magnético aparece una
fuerza electromotriz que se muestra como una tensión eléctrica en los extremos de dicho conductor (Figura 13). Así
por ejemplo para producir C.C. (corriente continua) se utiliza la dínamo (Figura 14). Los conductores eléctricos del
rotor producen una fuerza electromotriz al moverse dentro del campo magnético del estator. Si el circuito está
cerrado, aparece una corriente eléctrica que se extrae del rotor mediante un anillo metálico partido (colector de
delgas) sobre los que se apoyan unos contactos deslizantes (carbones de grafito).
Figura 13 Figura 14
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Experiencia de Faraday
Para realizar esta experiencia hace falta un imán, una bobina y un
miliamperímetro de cero central (aparato de medida muy sensible, donde la
aguja indicadora se mueve hacia un lado u otro de la escala, dependiendo del
sentido de la corriente). La bobina la suspendemos entre los polos del imán, tal
como se muestra en la figura 15, de tal manera que pueda moverse y cortar las
líneas de campo magnético. Si movemos al conductor en el sentido que marcan
las flechas, vemos que la espira corta perpendicularmente a las líneas de
campo, se puede observar que la aguja del miliamperímetro se desvía hacia un
lado mientras dure el movimiento, indicando el paso de una corriente eléctrica en
la bobina. Si ahora movemos al conductor en sentido contrario, la aguja del
miliamperímetro se desvía también, pero hacia el lado contrario.
De aquí se deduce que solo se produce f.e.m. mientras los conductores corten el campo magnético. Además
se observa que al aumentar el número de espiras de la bobina, también aumenta la f.e.m. inducida. Lo misma ocurre
si aumentamos el nivel de inducción del campo magnético.
En resumen, se puede decir, que la f.e.m. inducida que se produce en una bobina cuando en su movimiento
corta perpendicularmente las líneas de un campo magnético regular es igual a:
𝚫𝜱
einducida = N 𝚫𝒕
𝚫𝜱
Donde N es el número de espiras de la bobina y la expresión nos indica la variación del flujo cortado por la
𝚫𝒕
bobina respecto al tiempo; es decir lo rápido que varía el flujo magnético en los conductores. Conviene indicar que se
puede generar una f.e.m. inducida tanto si se mueven los conductores en el seno de un campo magnético fijo, como
si lo que se mueve es el campo magnético y se dejan fijos los conductores. También se consigue f.e.m. inducida en
los conductores si se les aplica un campo magnético variable, por ejemplo, proveniente de una bobina a la que se le
aplica una corriente alterna.
La fórmula de la f.e.m. inducida también se puede expresar de otra forma. Para un conductor de longitud L que se
desplaza perpendicularmente a las líneas de un campo magnético de inducción B a una velocidad v, tenemos que:
Ley de Lenz
La ley de Lenz indica que el sentido de la corriente inducida en un conductor es tal que tiende a oponerse a la
causa que la produjo (principio general de acción y reacción). Este efecto, se puede comprobar de la siguiente
manera: si instalamos una dínamo o alternador acoplado a la rueda de una bicicleta estática y nos ponemos a
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pedalear, podremos comprobar que resulta bastante fácil mover los pedales. Si ahora conectamos a la dínamo una
lámpara de 40W, sentiremos una mayor resistencia al movimiento de los pedales, la cual aumenta todavía más si
conectamos una lámpara de 100W.
Lo que hemos comprobado experimentalmente es que cuando los conductores de la dínamo se mueven en el seno
de un campo magnético, si el circuito está cerrado, aparece una corriente eléctrica que alimenta la lámpara. Esta
corriente produce, a su vez, un campo magnético de polaridad tal que tiende a oponerse a las variaciones de campo
magnético inductor. Así por ejemplo, si el campo tendiese a crecer, la corriente inducida en el conductor generaran un
campo magnético de sentido contrario que tendería a contrarrestar dicho aumento. En el caso de la dínamo de
bicicleta, lo que se observa cuando aumenta la corriente por los conductores se aprecia una cierta resistencia al
movimiento de los mismos.
Para aplicar esta regla se utilizan los tres dedos de la mano derecha,
tal como indica la figura 16: el pulgar se coloca en ángulo recto con
respecto al resto de la mano indicando el sentido de desplazamiento
del conductor (movimiento). El índice se coloca perpendicular al
pulgar, indicando el sentido del flujo magnético (campo). El medio se
coloca en un plano perpendicular al formado por el pulgar y el índice y
nos indica el sentido que toma la corriente inducida (sentido
convencional de la corriente) al mover el conductor en el seno del
campo magnético.
Los campos magnéticos variables que desarrollan los conductores cuando son recorridos por corrientes variables
pueden inducir fuerzas electromotrices al atravesar otros conductores que se encuentren en su proximidad. Para
entender este fenómeno podemos realizar una sencilla experiencia, que consiste en colocar dos bobinas muy cerca
una de otra, tal como se muestra en la figura 18. En los extremos de la bobina B conectamos un galvanómetro de cero
central. A su vez, en la bobina A conectamos primeramente un generador de C.C. Al cerrar el interruptor en la bobina
A, se puede observar cómo el galvanómetro acusa el paso de una pequeña corriente en la bobina B que persiste sólo
durante un pequeño período de tiempo.
Si ahora abrimos el interruptor podremos observar que el galvanómetro vuelve a detectar el paso de corriente, pero
ahora en sentido en sentido contrario. La explicación de este fenómeno la encontramos en la inducción
electromagnética.
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Al abrir el interruptor el proceso se repite, pero a la inversa. La corriente por la bobina A tiende a desaparecer, lo
mismo que el campo magnético. En la bobina B aparece una f.e.m. inducida, mientras que el campo magnético sea
variable (en este caso decreciente). El galvanómetro acusa el paso de una corriente eléctrica. Pero en este caso de
sentido contrario al anterior, hecho que se explica fácilmente con la ley de Lenz.
Si ahora sustituimos el generador de C.C. por uno de C.A. y el galvanómetro por un voltímetro de C.A., al cerrar el
interruptor vemos que el voltímetro conectado en la bobina B indica una determinada tensión. Si ahora sustituimos la
bobina B por una de más espiras, la tensión de salida aumentará. La bobina A es recorrida por una corriente variable,
lo que produce, a su vez, un campo variable que atraviesa en todo momento a la bobina B. En consecuencia, en esta
bobina se produce constantemente una f.e.m. de inducción. Si aumentamos el número de espiras en la bobina B, la
f.e.m. inducida aumenta.
Autoinducción. Bobinas
La autoinducción, como su palabra lo indica, significa inducirse a sí misma una f.e.m. Cuando por una bobina
circula una corriente eléctrica que es variable, ésta genera, a su vez un campo magnético también variable que corta a
los conductores de la propia bobina. Esto origina en los mismos una f.e.m. inducida, llamada f.e.m. de
autoinducción que, según la ley de Lenz, tendrá un sentido tal que siempre se opondrá a la causa que la produjo.
Al abrir el interruptor (figura 23), el flujo magnético que abraza a la bobina tiende a desaparecer, lo que origina una
f.e.m. de autoinducción de tal sentido que no deja que ni el flujo ni la corriente desaparezcan (la f.e.m. de
autoinducción cambia de sentido y tiende a sumarse a la tensión de batería). La tensión que aparece en los contactos
suele ser tan grande que provoca una chispa de ruptura entre los mismos.
Coeficiente de autoinducción
La f.e.m. de autoinducción de una bobina depende de la rapidez con que cambia el flujo en la misma, es decir:
∆∅
eauto =
∆𝒕
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Ahora bien, dependiendo de la capacidad de de generar flujo de la bobina, esta f.e.m. tendrá un valor u otro. El
coeficiente de autoinducción de una bobina nos dice la capacidad que tiene una bobina de generarse a sí misma
f.e.m. de autoinducción.
∆𝑰
eauto = L.
∆𝒕
L = coeficiente de autoinducción en Hy (henrios)
En esta expresión se puede apreciar que la f.e.m. de autoinducción aumenta con el coeficiente de autoinducción y
con la rapidez con que varía la intensidad de la corriente. El coeficiente de autoinducción de una bobina se puede
expresar como la relación entre el flujo magnético generado por la misma y la intensidad de corriente que ha sido
necesaria aplicarle. Para un número de espiras N, tendremos que:
∅
L = N.
𝑰
El coeficiente de autoinducción de una bobina depende de sus características constructivas. Se consiguen bobinas
con coeficientes de autoinducción altos con núcleos de alta permeabilidad y gran número de espiras.
Aprovechando el efecto de la f.e.m. autoinducida en una bobina se pueden construir dispositivos sencillos que
consiguen elevar fuertemente la tensión, como por ejemplo el encendido de lámparas fluorescentes mediante la
combinación de una reactancia y un cebador que abre y cierra un contacto muy rápidamente.
Observamos que si cambiamos el sentido de la corriente o el del campo, también cambia el sentido de la fuerza.
Para determinar el sentido de la fuerza se aplica la regla de Fleming de la mano de la mano izquierda. Se aplica
utilizando el mismo procedimiento que seguimos para la mano derecha, teniendo en cuenta que se toma el sentido
convencional de la corriente.
F = B . L .I
Corriente alterna
En los inicios del desarrollo de los sistemas eléctricos, la electricidad se producía en forma de corriente contínua,
mediante las dínamos. Este tipo de generador resulta bastante más complejo y difícil de mantener que los
alternadores ya que necesitan para extraer la energía eléctrica del rotor (parte del generador con movimiento
giratorio) de un colector en forma de anillo metálico subdividido, en el que frotan escobillas de grafito. Además la
energía no se podía transportar a largas distancias, dado que no existía un sistema práctico que fuese capaz de
elevar y reducir la tensión de grandes cantidades de energía (recordar que para transportar grandes cantidades de
energía se necesita elevar la tensión para conseguir que la intensidad de la corriente no sea muy grande. Así se evita
el uso de grandes secciones en los conductores y se reducen las pérdidas por efecto Joule).
Los alternadores han sustituido en su totalidad a las dínamos, ya que, por un lado evitan el uso de colectores (la
energía eléctrica se produce directamente en el estator del generador) y por otro lado, producen corriente alterna que
se puede elevar y reducir con facilidad gracias a los transformadores eléctricos (estos necesitan corrientes variables
para funcionar).
En cuanto al consumo de energía eléctrica, los motores de CA son más sencillos y robustos que los de CC, y
resultan apropiados para la mayoría de las aplicaciones. La conversión de CA a CC es sencilla y barata, gracias a los
rectificadores a base de diodos.
La espira gira en el seno de un campo magnético a una cierta velocidad angular ω, que la mediremos en
radianes por segundo, según se muestra en la figura 26. La velocidad angular ω nos indica el ángulo α girado por la
espira en la unidad de tiempo, y lo expresamos con esta fórmula:
ω= 𝛂𝐭
En su giro, los conductores de la espira cortan el campo magnético, por lo que aparecen en los mismos, una fem
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inducida. Si observamos atentamente las posiciones que toma la espira respecto al campo magnético, podremos
comprobar que el corte de ésta respecto al campo magnético, no siempre es perpendicular. Es más, solo se produce
ese caso en los puntos B y D. En los puntos A y C los conductores se mueven paralelamente al campo magnético,
por lo que aquí, la fem es cero. Al moverse el conductor entre cualquiera de estos puntos aparece un ángulo de corte
que va desde 0 a 90 grados. ¿qué fem se produce entonces? Figura 27.
Figura 27
Figura 26
Para poder averiguarlo, tendremos que determinar primero cual es el valor de la fem inducida en un conductor,
cuando se mueve con un ángulo Ɣ respecto a la perpendicular de las líneas de fuerza de un campo magnético. El
conductor de la figura 28 se mueve con una velocidad (v) y un ángulo (Ɣ) respecto a la perpendicular de las líneas de
fuerza. Descomponemos (v) en su componente perpendicular (vp). Al aplicar las reglas trigonométricas obtenemos el
siguiente resultado:
vp = v cos Ɣ
La fem inducida tendrá un valor de:
e = B L vp , de donde e = B L vp cos Ɣ
e = B L v cos Ɣ
Figura 29
15
Ahora podemos relacionar el ángulo de giro α con el de la componente perpendicular Ɣ, y como son
complementarios:
Los valores de B, L y v suelen ser constantes en un alternador y coinciden con el valor máximo de la fem. De esta
forma podemos expresar el valor instantáneo de la fem en el conductor de esta forma:
e = Emax sen ω t
A ω se lo conoce por el nombre de pulsación de la corriente, y se expresa en radianes/seg. La fem sigue los
cambios de la función senoidal, tal como se puede comprobar en la figura 30.
Punto E: El ángulo es de 180° y el conductor se mueve en forma paralela a las líneas de fuerza, por lo que:
e=0
Punto F: Se invierte el sentido de movimiento del conductor y, con él, el de la fem (aplicar regla de la mano
derecha).
En la práctica con el fin de eliminar los anillos colectores, los alternadores se construyen de tal forma que lo que se
pone en movimiento de giro son las piezas polares que producen el campo magnético inductor. En el estator se sitúan
los conductores donde se genera la fem de inducción cuando son cortadas por el campo magnético en movimiento.
Parámetros de la CA:
Al representar en un gráfico la tensión que aparece en un alternador en función del tiempo o del ángulo de giro,
aparece una curva que se conoce como senoide. Esto es así porque la tensión queda en función del seno del ángulo
α de giro. Para estudiar todos los valores que se dan en una función senoidal vamos a tomar como ejemplo una
corriente alterna (CA) como la que disponemos en nuestras viviendas, de 220V y de 50Hz (ciclos por seg) de
frecuencia. En la figura 31 se muestra el aspecto que presentaría la misma en la pantalla de un osciloscopio.
16
v = Vmax sen ωt
En el ejemplo de la figura 30 son todos aquellos
valores instantáneos comprendidos entre 0 y 325V y
entre 0 y -325V.
Se conoce como valor máximo al mayor de todos ellos, y que en el gráfico se da en las crestas de la sinusoide.
En la figura 30 es de 325V
Tensión Eficaz: Dado que la tensión cambia constantemente se hace necesario encontrar un valor intermedio que
represente a la tensión para realizar los cálculos y medidas; nos referimos a la tensión eficaz. En la figura 30 la
tensión eficaz es de 230V y es la que mide un voltímetro de CA. La tensión eficaz también se puede definir como
aquella que en las mismas condiciones produce los mismos efectos caloríficos en una resistencia eléctrica que una
tensión continua del mismo valor.
Para una CA senoidal se puede demostrar que la tensión eficaz es √2 más pequeña que la tensión máxima:
Vmax
Vef =
√2
Intensidad Eficaz: Al igual que ocurre con la tensión, la intensidad de la corriente también varía según una
función senoidal, siendo dos veces nula y dos veces máxima para cada ciclo del alternador. La intensidad eficaz es el
valor intermedio que produce los mismos productos energéticos que una corriente continua del mismo valor. Además
es la que indican los amperímetros se CA. Aplicando la ley de Ohm tendríamos que:
𝐈𝐦𝐚𝐱
Ief = 𝑽𝒆𝒇
𝑹
siendo Ief =
√𝟐
El conocimiento de los valores máximos que alcanza la tensión de una CA es muy importante, ya que es
necesario seleccionar los aislantes adecuados para aparatos y conductores eléctricos que sean capaces de soportar
dichos valores máximos.
Ciclo o Período: El período es el tiempo que transcurren un ciclo completo. Se representa por la letra T y se mide
en segundos. Por ejemplo en la figura 30, el período es de 20 milésimas de segundo. Este tiempo es bastante
pequeño, y en el caso de que lo produjese nuestro alternador elemental, significaría que tardaría solamente en
completar una vuelta 20 mseg. Como por cada vuelta se invierten 0,02 segundos, en 1 segundo tendremos:
𝟏
= 50 vueltas
𝟎.𝟎𝟐
En este caso se podría decir que el alternador gira a 50 vueltas por segundo y produce una CA senoidal de 50
ciclos por segundo.
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Frecuencia: Es el número de ciclos que se producen en un segundo. Se representa por la letra f y se mide en Hz
(hertzios) o en ciclos por segundo. De esta definición es fácil deducir qué, en el alternador elemental la frecuencia es
de 50 Hz y que coincide con las revoluciones por segundo de la espira. También se deduce que para calcular la
frecuencia, conocido el período, empleamos le siguiente expresión:
𝟏
f=
𝑷
Relación entre la Frecuencia y la Velocidad Angular: La frecuencia está relacionada directamente con la velocidad
angular ω a la que gira el alternador. Para que un alternador, con un par de polos, produzca, por ejemplo una
frecuencia de 50 Hz, necesita girar a una velocidad (n) de 50 revoluciones por segundo. La velocidad angular que le
correspondería en este caso sería la siguiente:
𝜶 𝟓𝟎.𝟐𝝅
ω = = = 100 𝝅 rad/s
𝒕 𝟏
Otra forma de verlo sería así: en una revolución se cubre un tiempo igual a un período (t = T) y un ángulo igual a
2𝜋 radianes (α = 2𝜋):
𝜶 𝟐𝝅 𝟏
ω = = y como f= nos queda ω = 𝟐𝛑𝐟
𝒕 𝑻 𝑷
Circuito con resistencia pura:
Todo elemento que ofrece un impedimento para el pasaje de la corriente eléctrica se denomina resistencia
eléctrica. Veremos dos casos, en CC y en CA.
En Corriente Continua: Recordemos que cuando una corriente continua fluye por una resistencia, éste se calienta.
Para calcular el valor de la corriente aplicamos la ley de Ohm:
𝑽
I= I = Intensidad en Amperios
𝑹
V = Tensión en Voltios
R = Resistencia en Ohmios
La potencia que aparece en la resistencia se transforma en energía calorífica y se calcula mediante las expresiones:
𝑽
I= I = Intensidad eficaz en Amperios
𝑹
V = Tensión eficaz en Voltios,
R = Resistencia en Ohmios
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De esta manera, se puede deducir que, para una tensión determinada aplicada a una resistencia, la intensidad
eficaz que aparece en corriente alterna es del mismo valor que la intensidad de corriente continua que recorre el
mismo circuito.
Es por eso que la potencia que se desarrolla en CA es igual a la que se desarrolla en CC. Hecho que se puede
comprobar experimentalmente. Si conectamos un vatímetro para medir la potencia a la que trabaja una resistencia
óhmica pura, podremos verificar que la lectura del vatímetro es la misma para CC que para CA, siempre y cuando
utilicemos los mismos valores de tensión e intensidad en CC que los eficaces para CA.
Para el estudio del comportamiento de la bobina vamos a partir del hecho que su resistencia es cero. Hecho, que
como se podrá entender, en la mayoría de las aplicaciones es falso, ya que con los conductores con los que se
construyen las bobinas son de cobre, por lo que siempre tienen una determinada resistencia.
En Corriente Continua: Si conectamos una bobina a una tensión continua, en ella aparece una corriente eléctrica
que queda limitada únicamente por la resistencia que posean los conductores con los que haya sido fabricada. Según
la ley de Ohm: I = V/R. Dado que su resistencia suele ser pequeña, si aplicamos una tensión elevada a la bobina,
aparece una corriente elevada en la misma, desarrollándose una fuerte potencia que puede llegar a destruirla por el
fuerte calor generado.
En Corriente Alterna: Si conectamos la misma bobina a una tensión alterna, se puede comprobar
experimentalmente que ahora la corriente que fluye por la misma es más bien moderada. Si conectamos un vatímetro
podríamos comprobar que el consumo de potencia es prácticamente nulo, a pesar de la existencia de una cierta
corriente. De aquí se puede sacar la conclusión de que la bobina desarrolla una cierta oposición a la corriente
eléctrica de carácter diferente a la resistencia óhmica.
Todos estos fenómenos se deben al efecto de autoinducción de la bobina. Cuando la bobina es recorrida por una
corriente alterna, aparece una corriente variable, y por tanto un campo magnético también variable (figura 32). Dado
que las líneas de fuerza del flujo magnético, que ella misma genera, cortan a sus propios conductores, surge una fem
de autoinducción que, según la ley de Lenz, se va a oponer a la causa que la produjo. Es decir se opone en todo
momento a los cambios de corriente.
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Figura 32
Figura 33
Cuando la corriente, siguiendo las variaciones de la función senoidal, tiende a crecer, el campo magnético también
lo hace. Aparece entonces una fem que se opone a que la corriente se establezca, provocando un efecto de retraso
en la corriente eléctrica respecto de la tensión (al conectar una bobina a una tensión alterna, la tensión aparece
inmediatamente, mientras que la corriente tarda un cierto tiempo en establecerse). En estas condiciones la bobina se
está cargando de energía en forma de campo magnético creciente.
Cuando la corriente se ha establecido con su valor máximo por la bobina, la fem de autoinducción se hace cero.
Pero cuando la corriente empieza a disminuir, también lo hace el campo, y entonces se genera una fem de
autoinducción de tal sentido que se opone a que la corriente desaparezca. Ahora la bobina descarga hacia el
generador la energía que había acumulado en forma de campo magnético decreciente.
Realmente, una bobina pura (sin resistencia óhmica) devuelve toda la energía que ha utilizado para crear el
campo magnético y, en consecuencia, la potencia media que consume es cero.
En la figura 32 se ha representado la corriente eléctrica con un retraso de 90° respecto de la tensión. Se observa,
que cuando la intensidad quiere crecer la tensión es máxima, siendo en este momento cuando se carga la bobina. En
este caso se dice que la intensidad está desfasada en retraso respecto a la tensión en un cuarto de ciclo, es decir un
ángulo φ de 90°.
Conclusión: Una bobina pura retrasa un ángulo de 90° a la corriente respecto de la tensión.
f = Frecuencia en hertzios
Para calcular el valor eficaz de la corriente, en una bobina, aplicaremos la siguiente expresión, que es muy similar
a la ley de Ohm:
𝑽
I=
𝑿𝑳
Potencia en una bobina:
Al contrario de lo que ocurre en una resistencia, en una bobina pura no se produce ningún consumo de energía
calorífica. La corriente que circula por la bobina sirve únicamente para generar el campo magnético.
En realidad lo que ocurre es que, al intentar crecer la corriente por la bobina, también lo hace el campo magnético,
produciéndose un consumo de energía eléctrica. En este caso la energía fluye del generador de CA hacia la bobina y
es cuando decimos que la bobina se está cargando de energía electromagnética. Una vez alcanzada la corriente
máxima y el flujo máximo, estos tienden a disminuir siguiendo la trayectoria senoidal, desarrollándose una fem de
autoinducción de tal sentido que genera una energía eléctrica que, ahora, fluye desde la bobina hacia el generador.
De esta manera tenemos que la bobina no consume realmente la energía, simplemente la toma prestada durante un
cuarto de ciclo para generar su campo electromagnético, para devolverla en el siguiente cuarto de ciclo.
Dado que el vatímetro mide el valor medio de la potencia y ésta es positiva durante un cuarto de ciclo y negativa
en el siguiente, éste no indica ninguna potencia. Aunque la bobina no consuma energía real para su funcionamiento,
las constantes cargas y descargas de la misma hacen que circule una determinada corriente por los conductores y,
por tanto, también aparece una potencia que fluctúa por los mismos, que llamaremos potencia reactiva (QL) .
En Corriente Continua: Cuando aplicamos CC a un condensador, éste se carga de energía eléctrica, haciendo
fluir corriente eléctrica por el circuito sólo durante dicha carga. De esta forma, se puede decir que un condensador no
permite el paso de la corriente continua.
En Corriente Alterna: Si conectamos un condensador a una tensión alterna (figura 34), se puede comprobar
experimentalmente que ahora si fluye corriente de una forma constante. Si conectásemos un vatímetro, al igual que
ocurre con el circuito con bobina, podríamos comprobar cómo el consumo de potencia es nulo, a pesar de la
existencia de una cierta corriente. De aquí se puede sacar la conclusión de que el condensador, lo mismo que la
bobina, no consume potencia.
Figura 34
Figura 35
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Estudiemos con detenimiento los fenómenos que se suceden. Cuando aplicamos la tensión al condensador, como
éste está totalmente descargado, aparece en el mismo una fuerte corriente de carga. Según se carga el condensador,
la tensión que aparece en el mismo va aumentando mientras disminuye la corriente. Cuando se completa la carga la
corriente es cero y la tensión alcanza su valor máximo. Se habrá podido observar en esta explicación, que en un
condensador primero aparece la corriente, siendo la tensión cero (nivel de carga inicial cero) y según se va cargando
el mismo la tensión crece y la corriente disminuye. Poe esta razón, se puede decir que el condensador adelante la
corriente en el tiempo respecto de la tensión. En el diagrama vectorial este desfase se corresponde a un ángulo de
90° en el ciclo (figura 35).
Cuando la tensión aplicada al condensador comienza su descenso, éste descarga la energía acumulada en el
cuarto de ciclo anterior, apareciendo una corriente de descarga en el circuito.
Como el establecimiento de la corriente eléctrica en un condensador cuando le es aplicado una CA, tiene que ver
con los fenómenos de carga y descarga del mismo, dicha corriente será mayor cuanto mayor sea la capacidad del
condensador y más rápidas sean esas cargas y descargas, es decir la frecuencia f . Si llamamos reactancia capacitiva
XC a la oposición que presenta el condensador a la corriente, tendremos que:
𝟏
XC = XC = Reactancia capacitiva en ohmios
𝟐𝝅𝒇.𝑪
f = Frecuencia en hertzio
𝐕
I=
𝐗𝐜
Potencia en un condensador:
Al igual que ocurre en la bobina, si se mide con un vatímetro la potencia de un condensador al conectarlo a una
corriente alterna, se puede comprobar que éste indica una potencia igual a cero.
En un condensado tampoco se produce ningún consumo de energía calorífica. Este hecho se debe a que en el
primer cuarto de ciclo el condensador se carga de energía eléctrica en forma de carga electrostática, por lo que la
energía fluye del generador de CA al condensador. En el siguiente cuarto de ciclo el condensador se descarga hacia
el generador, devolviendo al mismo la energía acumulada. Al igual que con la bobina, el condensador no consume
realmente energía, simplemente la toma prestada durante un cuarto de ciclo, para devolverla en el siguiente cuarto de
ciclo. Por esta razón el vatímetro, que indica el valor medio de la potencia instantánea, indica una potencia igual a
cero. La corriente que fluye hacia el condensador sirve solo para producir las cargas y descargas constantes del
mismo. Además aquí también aparece una potencia reactiva Qc producida por la energía que se intercambia entre el
condensador y el generador.
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Se puede comprobar que cuando la bobina se descarga su energía eléctrica acumulada en forma de campo
electromagnético, se produce el ciclo de carga del condensador. En conclusión, se puede decir que la potencia
reactiva del condensador es negativa con respecto a la bobina y que, por tanto sus efectos se compensan. Este
aspecto habrá que tenerlo en cuenta cuando conectemos en un mismo circuito bobinas con condensadores.
En la figura 36 se ha representado el circuito equivalente de una bobina real, que en este caso está formado por
una resistencia de valor óhmica R conectada en serie con una bobina pura de reactancia XL.
Figura 36 Figura 37
Dado que se trata de un circuito serie, aparece una única corriente I por el circuito que queda reflejada en el
amperímetro A. El valor de esta corriente depende de la combinación de los valores de R y XL, de tal forma que,
cuanto mayores sean éstos, menor es la corriente.
La combinación de los efectos limitadores de la corriente producidos por la resistencia y la bobina se le conoce
con el nombre de impedancia y se represente con la letra Z. Para determinar el valor de la corriente en el circuito
ahora aplicamos la ley de Ohm de esta manera:
𝐕
I=
𝐙
Voltímetros VR y VL nos indican respectivamente las tensiones que aparecen en la resistencia y la bobina. Se
puede comprobar experimentalmente que en ambos casos se cumple la ley de Ohm para corriente alterna, de lo que
se deduce que:
VR = R.I VL = XL.I
Dado que se trata de un circuito serie, cabría pensar que la lectura del voltímetro V, que indica la tensión total
aplicada, tendría que ser la suma de las lecturas de los voltímetros V R + VL. Al hacer la experiencia comprobamos que
esta relación no se cumple. ¿Cuál es la explicación?
En realidad si se cumple que la tensión total aplicada al circuito es igual a la suma de las tensiones que aparecen
en la resistencia y la bobina, pero de forma vectorial:
F F F F F