Bait of Satan Workbook Spanish PDF
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trampa
DE
satanás
incluye un devocional complementario
John Bevere
GUÍA DEL CURSO PARA GRUPOS
La Trampa de Satanás: Guía del Curso Para Grupos
Publicado por: Messenger International, Inc., P.O. Box 888, Palmer Lake, CO 80133-0888
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forma alguna o por medio alguno—electrónico, mecánico, por fotocopia, grabación, o cualquier otro—con la excepción de breves citas
A menos que se indique lo contrario, todas las citas bíblicas han sido tomadas de la REINA VALERA 1960.
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Las citas de la Biblia marcadas GW son tomadas y traducidas de la GOD’S WORD®, © 1995 God’s Word to the Nations.
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Copyright © 1971 por Tyndale House Publishers, Carol Stream, IL 60188. Todos los derechos reservados.
A menos que se indique lo contrario, las cursivas y negritas usadas en versículos y en citas indican el énfasis añadido del autor.
Escrito por John Bevere, Vincent Newfield, Addison Bevere, y Chris Pace
Si te gusta leer, entonces es una buena idea que leas el libro La Trampa de Satanás mientras pasas
el curso. El libro es fácil de leer y está lleno de información que no aparece en estas lecciones.
Puedes completar el curso sin el libro, pero para obtener una experiencia plena del curso
Ya que las lecciones tienen tanto contenido, te recomendamos que sólo estudies una por semana.
Es posible que quieras moverte a un ritmo más rápido, pero concédete el tiempo para completar
LECCIÓN 6: RECONCILIACIÓN
Leer: Capítulos 13–14
Por favor, conéctate con nosotros si tienes alguna duda. ¡Que lo disfrutes!
LA TRAMPA DE SATANÁS: LECCIÓN 1
Ofensa Colectiva
PERSPECTIVA GENERAL
• Orar: En esta primera lección es vital que todos estén abiertos a la voz del Espíritu Santo,
y que le permitan revelar cualquier ofensa a la que estén aferrándose. Ora para que Él les
permita identificar toda falta de perdón en sus corazones y rendirla a Él para que el proceso
de sanación pueda comenzar.
• Video: Vean la Lección 1 del Curso La Trampa de Satanás y la Mesa Redonda de Debate 1.
(Si el tiempo no alcanza para el video de debate, pide a los participantes que lo vean por su
cuenta).
• Debate: Pregunta al grupo, “¿Cuál fue su primera reacción a lo que acaban de oír? ¿Qué
parte los retó más?” Después de escuchar sus respuestas, puedes promover una mayor
conversación usando las preguntas de debate que aparecen en esta sección.
• Pasos para la Libertad: Cada lección está acompañada de cinco Pasos que ayudarán a los
miembros de tu grupo a aplicar las enseñanzas a sus vidas personales (después ampliaremos
este tema). Los miembros de tu grupo deberán completar los Pasos 1-5 por sí mismos, y lo
ideal es que lo hagan antes de la próxima lección.
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• Leer: Recomendamos que cada persona lea el libro La Trampa de Satanás mientras pasa el
curso. El libro es fácil de leer y está lleno de información que no aparece en estas lecciones. Si
vas a hacerlo, entonces lee los capítulos 1 y 2 después de ver esta lección.
PREGUNTAS DE DEBATE
1) Jesús dijo, “Si tu hermano pecare contra ti… siete veces al día, y siete veces al día volviere
a ti, diciendo: Me arrepiento; perdónale.” (Lucas 17: 3-4) ¿Qué ofensas repetidas encuentras
más difíciles de perdonar? ¿Cuál crees que sea el motivo?
2) Cuando nos sentimos heridos y/u ofendidos, solemos levantar murallas que nos protejan
de recibir más dolor—a menudo de forma inconsciente. Describe algunas de las barreras que
levantamos en nuestras relaciones para protegernos y aislarnos del sufrimiento adicional.
4) ¿Alguna vez te has sentido inmediatamente suspicaz o frustrado cuando alguien, de forma
inesperada, ha hecho o dicho algo agradable respecto a ti? ¿Has cuestionado sus motivos o te
has sentido incluso irritado por sus acciones? ¿Por qué piensas que a veces respondemos de
este modo?
5) Cuando nuestros corazones están libres de ofensa y llenos con el amor de Dios, estamos
dispuestos a dar a otros sin esperar nada a cambio. Por otro lado, si estamos ofendidos
buscamos preservarnos y protegernos a nosotros mismos. Mientras más nos aferramos
a la ofensa, más introvertido se vuelve nuestro enfoque. Describe cómo es este enfoque
introvertido y egoísta. ¿Por qué es tan peligroso para nosotros, como individuos y como
Cuerpo de Cristo?
Cuando una persona se enferma, acude al doctor para descubrir qué está mal. Para hacer un
diagnóstico correcto y tratar la enfermedad, el doctor le pide que describa todos los síntomas que
está experimentando. Reúnete con dos o más personas y anoten tantos síntomas de la ofensa como
se les ocurran.
Pon al principio de la lista los “primeros síntomas” que una persona sentiría, y hacia el final
anota los síntomas que experimentaría después de permitir que la ofensa se aloje en su corazón
por meses, años y hasta décadas. Esta actividad ayudará a abrir tu corazón y tu mente bajo los
reflectores del Espíritu de Dios y a prepararte para los Pasos para la Libertad.
Las personas que más pueden herirnos son los más cercanos a nosotros. Cuanto más grandes
son nuestras expectativas, más potencial tenemos para ofendernos.
Una vez que nos sentimos ofendidos, empezamos a levantar murallas en nuestras relaciones
para protegernos y aislarnos de heridas adicionales. Con el tiempo, esas murallas se convierten
en fortalezas mentales y emocionales que nos hacen más daño que bien.
Aferrarnos a las ofensas activa en nuestras vidas una cadena progresiva de dolor. La ofensa
lleva a la traición, la traición se vuelve odio, el odio da lugar a la decepción y la decepción le
abre la puerta a la anarquía.
En estos últimos días hasta el regreso de Cristo, la ofensa se expandirá, específicamente entre
los creyentes. Debemos estar en guardia y tener cuidado de no caer en esa trampa mortal.
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PASOS PARA LA LIBERTAD
Hemos creado treinta Pasos para la Libertad que te ayudarán a aplicar estas enseñanzas en tu vida
personal. Son una parte esencial del curso, así que te pedimos que busques la manera de integrar los
Pasos en tu agenda.
En estos Pasos encontrarás versículos para leer, preguntas para reflexionar, conversaciones para
sostener y acciones que te ayudarán a avanzar en tu jornada hacia la libertad.
Te recomendamos que no completes más de un Paso diario. Una vez que hayas completado los
Pasos que acompañan a una lección, debes pasar a la siguiente. Cada uno de los Pasos preparará tu
corazón para lo que sigue, así que la secuencia es importante.
A lo largo de esta guía hemos preparado un espacio para que escribas algunos de tus pensamientos
y anotaciones, pero sería una buena idea que uses un diario u otra herramienta para capturar
pensamientos adicionales.
La condición de nuestro corazón es vital para nuestra salud en general—tanto física como
espiritual. Cuando estamos heridos y no hemos dejado ir la ofensa, estamos poniendo nuestras
vidas en peligro al morder la carnada. Lo terrible es que muchas veces ni siquiera estamos
conscientes de ello. Gracias a Dios, Él no nos deja ahí:
“Pero yo, Dios, busco en el corazón y examino la mente. Yo llego al corazón humano. Yo llego a la
raíz de las cosas. Los trato como son realmente, no como pretenden ser.” —Jeremías 17:10 MSG
“Porque la Palabra de Dios está viva y llena de poder [lo cual hace que sea activa, operativa,
A pesar de que nosotros mismos no tenemos idea de qué está pasando en nuestro interior, Dios sí
lo sabe. Tiene la asombrosa habilidad de llegar directo a nuestro corazón. Puede ir adonde ningún
hombre puede llegar, y ver lo que ningún hombre puede ver. ¡Y aun así nos ama! ¡A qué Dios tan
increíble servimos!
Tómate unos momentos para orar y analizar esta oración escrita por David:
Pregúntale a Dios, “¿Hay alguna ofensa en mi corazón? ¿Estoy manteniendo una falta de perdón
hacia alguien que me haya herido o decepcionado? Por favor, Señor, muéstramelo. En el nombre
de Jesús, Amén.” Mantente atento y escucha. ¿Qué te revela Dios? Anota cualquier nombre o
situación que te venga a la mente.
Toma otro momento y entrega esas personas y situaciones al Señor. Pídele que te perdone por
aferrarte a la ofensa e invítalo a entrar en tu corazón y en tus circunstancias. Lo que Él revele, lo
sanará a medida que lo dejes entrar a tu vida. Anota cualquier otra cosa que Dios te muestre. Ten
en cuenta que es posible que el dolor no se vaya inmediatamente, y eso está bien. Esta oración de
liberación es un paso de fe.
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PASO 2 - AJUSTA TUS EXPECTATIVAS
…Sopórtense mutuamente sus faltas, y perdonen a cualquiera que los ofenda. Recuerden, el Señor los perdonó, así que
deben perdonar a los demás. —Colosenses 3:13 NLT
Jesús dijo, “Es imposible que no vengan ofensas…” (Lucas 17:1). En otras palabras, mientras respiremos
vamos a tener oportunidad de ser ofendidos. Las personas dirán y harán cosas hirientes—es parte de la vida.
Nuestro mayor potencial para ofendernos está en las personas que son cercanas a nosotros—nuestra pareja,
PASO 2 - AJUSTA TUS EXPECTATIVAS
hijos, familiares, padres, compañeros de trabajo, miembros de la iglesia, nuestros pastores y el mismo
Dios. Tendemos a esperar lo mejor de aquellos a los que amamos más profundamente. Cuando nuestras
expectativas no se cumplen llega la decepción, que rápidamente se transforma en ofensa si no se maneja
apropiadamente.
Detente y piensa: ¿De verdad estoy en paz con aquellos más cercanos a mí? ¿O hay alguien a quien no me siento
capaz de querer—mucho menos amar? ¿A quién te está mostrando el Espíritu Santo?
Vivan creativamente, amigos. Si alguien cae en el pecado, restáurenlo mansamente, guardando las críticas para
ustedes mismos. Puede que ustedes necesiten ser perdonados antes de que el día acabe (MSG). Sobrelleven sus cargas
mutuamente. De esta forma, seguirán las enseñanzas de Cristo (GW). —Gálatas 6:1-2
Uso las poderosas armas de Dios, no aquellas hechas por los hombres, para derribar las fortalezas del diablo. Esas
armas pueden derribar todo argumento orgulloso contra Dios y toda muralla construida para evitar que los hombres lo
encuentren a Él…—2 Corintios 10:4-5 TLB
A nadie le gusta ser herido. Normalmente, evadimos el dolor cada vez que podemos. Así que, cuando alguien
nos ofende, a menudo comenzamos un programa de construcción subconsciente, erigiendo murallas en
nuestras relaciones para protegernos. Dios identifica esas murallas como fortalezas—patrones preestablecidos de
razonamiento (pensamiento) a través de los cuales procesamos (o filtramos) información.
La palabra fortaleza en 2 Corintios 10:4 es la palabra griega ochuroma. Era un término usado para describir
un castillo o fortaleza con murallas muy gruesas e impenetrables, hechas para mantener fuera a los intrusos.
Curiosamente, la misma palabra que se usa aquí para fortaleza también fue usada para referirse a una prisión—
un lugar de castigo y tormento.1 ¿Estás haciéndote una idea de lo que hacen las fortalezas en tu vida?
David Wilkerson, conocido escritor, pastor y profeta en Norteamérica por más de cuatro décadas, explica:
“Una fortaleza es una acusación plantada firmemente en tu mente. Satanás establece fortalezas en el
pueblo de Dios al implantar en sus mentes mentiras, falsedades y conceptos errados… El diablo puede
tratar de convencerte de que tienes derecho a aferrarte a la amargura, porque te han hecho daño. Tratará
de destruir tu matrimonio al persuadirte de que, ‘No puedes aguantar más esta relación a menos que tu
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pareja cambie.’ Si sigues escuchando sus mentiras, después de un tiempo empezarás a creerlas.”2
Piensa en ello. ¿Qué murallas has levantado para protegerte de recibir más daño? ¿Qué tipos específicos de
pensamientos con respecto a tus relaciones está revelándote Dios?
¿Cuál es la cura para fortalezas destructivas? ¡Buscar a Dios! “…Su nombre es Señor. Él destruye fortalezas y
derriba fortificaciones.” (Amós 5:8-9 GW).
A medida que reconozcas las mentiras del enemigo y te arrepientas ante Dios por creer en ellas (lee 1 Juan 1:9),
Él te perdonará y derribará las fortalezas de la ofensa en tu alma. Entonces escudriña Su palabra y empieza a
reemplazar las mentiras del enemigo con verdades.
¿Cuán poderosa es la Palabra de Dios en tu vida? Toma un momento para reflexionar sobre estos pasajes:
Hebreos 4:12; Santiago 1:21; y Jeremías 23:28-29. ¿Qué está enseñándote Dios en estos versículos que puedas
aplicar a tu vida?
Gran paz tienen los que aman Tu ley; nada los ofenderá ni los hará tropezar. —Salmos 119:165 AMP
Aferrarnos a la ofensa y no tratar con ella apropiadamente trae como resultado una trágica cadena de dolor
a nuestras vidas y las de aquellos que nos rodean. Lee cuidadosamente las palabras de Jesús en Mateo
24:10-12:
Con tus propias palabras, explica cada uno de ellos y la manera en que se conectan.
La anarquía es uno de los productos finales de la ofensa. Es la palabra griega anomia, que esencialmente
significa “desprecio y desobediencia de la ley (la Palabra de Dios).” De nuevo, haz una pausa y ora, “Señor,
¿estoy ignorando lo que dice Tu Palabra en ciertas áreas de mi vida? ¿Muestro desprecio o irrespeto por la
verdad?” Presta atención y escucha. ¿Qué dice el Espíritu Santo?
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A la luz de tus respuestas y los principios que aprendiste en esta clase, ¿qué acciones sientes que Dios te
está llevando a realizar?
Que su objetivo sea ser uno en el Espíritu, e inevitablemente estarán en paz unos con otros. —Efesios 4:3
Phillips
Jesús dijo que, en los últimos días antes de Su retorno, muchos que habían creído en Él se
ofenderían y abandonarían la fe. “Y el amor del gran cuerpo de personas se enfriará…” (Mateo
24:12 AMP). Él nos advierte al respecto para que no nos suceda.
Watchman Nee, un líder y escritor cristiano de gran visión y entrega quien sirvió en China y fue a
prisión por su fe, dice acertadamente:
“La obra de Dios es volvernos un cuerpo, pero el trabajo de Satanás es dividirnos. Satanás usa
nuestra carne corrompida, nuestra tozudez y el mundo que codiciamos para llevar a cabo su
trabajo de destrucción… Si permitimos que esos elementos permanezcan en nuestras vidas,
claramente estaremos haciendo lugar para que Satanás realice su obra de desintegración.”3
“La unidad ocurre cuando Dios tiene en nosotros Su lugar absoluto. La unidad es cuando
sólo Él está presente en todo, cuando Él lo llena todo. Cuando los hijos de Dios están llenos
de Dios, armonizan entre sí.”4
“Esto es lo que he pedido a Dios para ustedes: que tengan valor y se unan con fuertes
lazos de amor, y que tengan la rica experiencia de conocer a Cristo con real certeza y claro
entendimiento…” —Colosenses 2:2 TLB
“Sopórtense mutuamente sus faltas, y perdonen a cualquiera que los ofenda. Recuerden, el
Señor los perdonó, así que deben perdonar a los demás. Sobre todo, vístanse de amor, que
nos une a todos en perfecta armonía.” —Colosenses 3:13-14 NLT
“. . . Hablaremos la verdad en amor, volviéndonos en cada cosa más y más como Cristo,
quien es la cabeza de Su cuerpo, la iglesia. Él hace que todo el cuerpo encaje perfectamente.
Al cumplir cada parte con su función especial, ayuda a crecer a las otras partes, y así el
cuerpo completo está saludable y creciendo y lleno de amor.” —Efesios 4:15-16 NLT
“. . . En verdad me hacen muy feliz al amarse unos a otros, trabajando juntos con unidad de
corazón y mente y propósito. No sean egoístas; no vivan para causar una buena impresión en
los demás. Sean humildes, piensen en los demás como si fueran mejores que ustedes mismos.
No piensen sólo en sus propios asuntos, sino que interésense en otros, también, y en lo que
están haciendo.” —Filipenses 2:2-4 TLB
¿Qué cualidades de la unidad te está mostrando Dios para que las cultives y las pongas en práctica?
ACTÚA
Estamos seguros de que Dios trajo algunas personas a tu mente mientras trabajabas en los Pasos
de la Libertad. Te retamos a escribir una carta a cada una de esas personas. Puede ser una carta
física o un archivo digital. (No te preocupes—no vamos a pedirte que envíes ninguna carta).
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Adelante, sácate todo de adentro. Sigue escribiendo hasta que no tengas nada más que decir.
Después que termines esas cartas, guárdalas por ahora. Pronto las revisaremos. Si Dios te trae
alguien más a la mente en una lección posterior, escríbele también.
PENSAMIENTOS FINALES…
El plan del enemigo para atraparnos y controlarnos se dispara cuando recibimos una ofensa. Las
ofensas con las que no tratemos terminarán por separarnos de Dios y de otros, y abrirán puertas
al enemigo para forjar una cadena de dolor en nuestras vidas. Aprovecha esta oportunidad de ser
honesto contigo mismo y con Dios respecto a heridas pasadas y presentes.
¿Estás ofendido con alguien de tu familia, tu trabajo o tu iglesia? ¿Qué murallas se han vuelto
fortalezas en tu alma? Dedica tiempo a orar y pídele a Dios que te guíe a la verdad sobre ti mismo
y las situaciones que enfrentas. Derrama tu corazón en un papel, anotando la perspectiva que Él te
dé.
(1) Rick Renner, adaptado de Sparkling Gems from the Greek (Tulsa, OK: Teach All Nations, 2003) pp. 918-919. (2) David
Wilkerson, The New Covenant Unveiled (Lindale, TX: Wilkerson Trust Publications, 2000) p. 115. (3) Watchman Nee, The Body
of Christ: A Reality (New York, Christian Fellowship Publishers, Inc., 1978) p. 47. (4) Idem., p. 48.
PERSPECTIVA GENERAL
• Orar: Todos los del grupo han atravesado y atravesarán algún maltrato, así que es vital que
se preparen para manejarlo correctamente y no permitir que domine sus destinos. Pide al
Espíritu Santo que le dé gracia a cada participante para que no se rinda, ni se ofenda o se
amargue con Dios y con los otros; que puedan ver el cuadro completo para sus vidas—y saber
que lo que atraviesan tiene un propósito y un final definitivo.
• Video: Vean la Lección 2 del Curso La Trampa de Satanás y la Mesa Redonda de Debate 2.
(Si el tiempo no alcanza para el video de debate, pide a los participantes que lo vean por su
cuenta).
• Debate: Le otorgamos poder a aquello en lo que nos enfocamos. Dile al grupo, “No piensen
en elefantes rosa. Pueden fijar sus pensamientos en cualquier cosa. Sólo no se imaginen
ningún paquidermo grande y de piel gruesa.” Haz una breve pausa y pregunta, “¿Qué pasó?
¿En qué se enfocaron? ¿Qué dice eso respecto a sus pensamientos y expresiones sobre la
persona que los hirió?” Permite que lo consideren y después entra en las preguntas de debate
para esta sesión.
• Pasos para la Libertad: Los Pasos de esta semana se centran en confiar en Dios en medio
de los maltratos, creyendo que Él está presente en nuestras dificultades, cooperando con Su
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corrección, y afirmándonos a nuestros sueños. Pide al grupo que complete los Pasos 6-10
antes de la siguiente lección.
• Leer: Si estás leyendo el libro La Trampa de Satanás, lee el capítulo 3 después de ver esta
lección.
PREGUNTAS DE DEBATE
José fue un hombre que amó a Dios profundamente, y tuvo un llamado importante en su vida. Fue leal a
su padre, Jacob, quien lo favoreció mucho. Debido a una envidia extrema, los hermanos mayores de José
lo vendieron como esclavo, dando inicio a catorce años de intensas dificultades.
1) ¿Crees que José tuvo que vencer sentimientos de ira, odio, amargura o venganza? ¿Por qué?
¿Qué emociones has tenido que superar por haber sido maltratado?
2) ¿De qué formas te identificas con la historia de José? ¿Su respuesta y el modo en que fue
recompensado te dan esperanza y aliento?
3) Jesús también sufrió considerablemente. ¿Por qué? La Biblia dice, “Aunque era Hijo de Dios,
Jesús aprendió obediencia por las cosas que sufrió. De ese modo, Dios lo hizo apto para ser el
Sumo Sacerdote perfecto, y Jesús llegó a ser la fuente de salvación eterna para todos los que le
obedecen.” (Hebreos 5:8-9 NTV). ¿Qué te enseñan los ejemplos de las vidas de Jesús y José sobre
el propósito de tus dificultades?
4) Analiza tu vida. Rememora una situación en la que hayas sido herido o maltratado de la peor
forma posible. ¿Hay algo positivo que puedas ver ahora y que no viste entonces? ¿De qué forma
Dios te preparó entonces para lo que eres ahora? Usando lo que aprendiste, comparte palabras de
aliento con los que te rodean y que puedan estar atravesando dificultades similares.
5) Tanto José como Jesús soportaron un severo sufrimiento. ¿Cómo piensas que resistieron los
más amargos dolores? ¿Qué sabiduría puedes extraer de sus vidas para que te ayude con tus
Mantengan sus ojos en Jesús, con quien comienza y termina esta carrera en la que estamos.
Estudien cómo Él lo logró. Nunca perdió de vista hacia dónde se dirigía—esa meta estimulante
en y con Dios—podía soportarlo todo en el camino: la Cruz, la vergüenza, lo que fuera. Y ahora
está allí, en el lugar de honor, junto con Dios. Cuando vean que están flaqueando en su fe,
recuerden de nuevo esa historia, parte por parte, esa larga letanía de hostilidad que Él atravesó.
¡Eso pondrá adenalina en sus almas! —Hebreos 12:2-3 MSG
Así que no nos rendimos. ¡Cómo podríamos! Incluso cuando desde afuera a menudo parece que
nos derrumbamos, en nuestro interior, donde Dios está formando una vida nueva, ni un día pasa
sin Su gracia reveladora. Estos tiempos duros son pequeñas patatas comparados con los buenos
tiempos por venir, la generosa celebración preparada para nosotros. Hay mucho más aquí de lo
que ven los ojos. Lo que ahora vemos está hoy aquí y mañana se habrá ido. Pero las cosas que no
podemos ver durarán por siempre. —2 Corintios 4:16-18 MSG.
ACTIVIDAD DE GRUPO
Una señal evidente de que una persona se siente ofendida es que culpa a otros, ya sea que hayan
hecho algo o no. Reúnete con una o más personas y túrnense para entrevistarse. Haz las siguientes
preguntas y anota tus respuestas:
• ¿Alguna vez te han acusado falsamente o te han culpado por algo que no hiciste?
¿Cómo te sentiste? ¿Cómo lo manejaste?
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• Identifica dos o tres cosas que aprendiste de la situación y que te enseñaron a no
culpar a los demás precipitadamente.
Todos nosotros experimentaremos algún maltrato en nuestra vida. Cuando suceda, tenemos
dos opciones: ceder a la tentación de culpar a otros y quejarnos con Dios, o dejar ir la ofensa y
ponerla en manos de Dios. Si elegimos confiar en Él y no ofendernos lo superaremos mejor,
sin amargura.
Ningún ser humano en la tierra ni demonio alguno en el infierno puede sacarte de la voluntad de Dios.
Él tiene tu destino seguro en Sus manos. El único que puede sacarte de Su voluntad eres tú mismo.
Dios ya ha dispuesto el plan maestro para nuestras vidas. Antes de la fundación de la Tierra,
Él nos eligió como Su arma secreta para este tiempo. Tiene una misión específica para que
complete cada uno de nosotros, pero antes de la misión siempre hay un entrenamiento.
A menudo, lo que parece un fracaso del plan de Dios puede llevar a su cumplimiento —si
nos mantenemos en obediencia a Él y sin ofensa.
¿Qué efectos a largo plazo podría tener esa mentalidad de culpar a otros?
Para ayudarte, revisa Salmos 34:9-10 y 37:1-9; Proverbios 3:5-8; Isaías 26:3-4; y Jeremías 17:7-8.
Hagan todas las cosas sin gruñir y sin culpar y sin quejarse [contra Dios] y sin cuestionarse y sin dudar
[entre ustedes], para que puedan presentarse sin culpa y sin engaño, inocentes y puros, hijos de Dios sin
mácula... —Filipenses 2:14-15 AMP
El pueblo de Israel, a quienes Dios liberó milagrosamente del yugo en Egipto, se ofendía a
menudo con Moisés y con Dios a causa de sus dificultades. Los culpaban constantemente y se
quejaban por las circunstancias que estaban atravesando.
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Lee Números 14:20-35; Salmos 95:8-11; y Hebreos 3:16-19.
Dios, enséñame de forma que pueda mantener el rumbo. Dame sabiduría para poder hacer lo que me digas
—que toda mi vida sea una larga, obediente respuesta. —Salmos 119:33-34 MSG
La Palabra de Dios dice, “Muchos males enfrenta el [consistentemente] justo, pero el Señor lo
libra de todos ellos.” (Salmos 34:19 AMP). Nuestras vidas están seguras en Sus manos y nadie
puede arrancarnos de ellas (lee Juan 10:28-29).
El único que puede arrancarte de la voluntad de Dios eres tú. ¿Cómo? Una de las formas más seguras
es aferrarte a la ofensa. Mientras más tiempo pasemos sin perdonar, más resentidos y amargados nos
volvemos. Mientras más amargados somos, más vulnerables estamos a la tentación de vengarnos.
Lee cuidadosamente Romanos 12:17-20; 1 Pedro 3:8-9 y Hebreos 10:30-31, y explica lo que dice
Dios sobre la venganza.
“Todo puede quitársele a un hombre excepto una cosa: la última de las libertades humanas —elegir
qué actitud tomar en cada circunstancia.” —Víctor Frankl1
¡José mantuvo el rumbo! Eligió no dar cabida al odio ni vengarse de sus hermanos, y fue
recompensado. ¿Cuál es la promesa de Dios para ti si mantienes el rumbo? Lee Gálatas 6:9;
Santiago 1:12; 1 Pedro 5:6 y 10; y Marcos 10:29-30. ¿Qué te muestra el Espíritu Santo en esos
pasajes?
...Confíen en el Señor, y recuerden que otros cristianos en el mundo también atraviesan esos sufrimientos.
Después de que sufran un poco, nuestro Dios, quien es lleno de bondad a través de Cristo, les dará Su
gloria eterna. Él personalmente los levantará, los afirmará y los hará más fuertes que nunca. — 1 Pedro
5:9-10 TLB
Dios no se pierde nada —está al tanto de lo bueno y de lo malo. —Proverbios 15:3 MSG
Cuando atravesamos tiempos oscuros y difíciles, es alentador saber que Dios está con nosotros. Ha
prometido no dejarnos nunca. Nada en nuestras vidas le sorprende ni le impacta.
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Muchas personas, tanto cristianas como no cristianas, tienen dudas sobre Dios. Aquí tienes tres
preguntas comunes. Lee cuidadosamente los versículos que te indicamos como respuesta y anota lo
que el Señor te muestre.
RESPUESTAS de Dios: Salmos 139:17-18; Isaías 49:15-16; Mateo 6:25-34; y 1 Pedro 5:7.
RESPUESTAS de Dios: 1 Juan 3:1; Isaías 54:10; Jeremías 29:11; y Salmos 40:1-5.
El rey David reinó sobre Israel por cuarenta años y vivió unos mil años antes de Cristo. A través de
muchas altas y bajas de la vida, fue inspirado por el Espíritu Santo para declarar:
Oh Señor, has examinado mi corazón y sabes todo acerca de mí. Sabes cuándo me siento
y cuándo me levanto; conoces mis pensamientos aun cuando me encuentro lejos. Me ves
cuando viajo y cuando descanso en casa. Sabes todo lo que hago. Sabes lo que voy a decir
Relee despacio este revelador pasaje. ¿Qué aspectos de tu vida conoce Dios? ¿De qué forma estos
versículos te traen nueva vida y esperanza?
...Pero la disciplina de Dios siempre es buena para nosotros, a fin de que participemos de Su santidad. —
Hebreos 12:10 NTV
Dios, nuestro Padre celestial, nos ama más allá de cualquier descripción y quiere lo mejor para
nuestras vidas. Así que, como todo buen papá, nos corrige cuando lo necesitamos. En la Biblia, la
corrección a veces es descrita como problemas, pruebas, tribulación, penalidades y disciplina. Más
allá de cómo la llamemos, Dios tiene un objetivo primordial—refinarnos.
Charles Stanley, un pastor experimentado y un profesor de gran visión de más de cuarenta y cinco
años de experiencia, ha tenido su parte de corrección divina. Adversidad, como él la llama...
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“...no es una simple herramienta. Es la herramienta más efectiva de Dios para el progreso de
nuestras vidas espirituales. Las circunstancias y eventos que vemos como reveses suelen ser
los que nos impulsan a periodos de intenso crecimiento espiritual. Una vez que entendemos
esto y lo aceptamos como un hecho espiritual de la vida, la adversidad se vuelve más fácil de
soportar.”2
¿Estás pasando por un periodo difícil en tu vida? Puede que Dios esté corrigiendo tu rumbo para
asegurarse de que alcances el destino que Él ha planeado para ti. Toma un momento para describir
la fase de tu vida en la que estás.
Una pregunta que suele asaltarnos cuando sufrimos es: “¿Hice algo mal para merecer esto?” Ten
presente que Jesús sufrió, pero nunca pecó. Lee y reflexiona sobre la descripción de Su rechazo
y sufrimiento en Isaías 53:2-5. ¿Qué razones para el sufrimiento te muestra Dios a través de Su
ejemplo?
También busca la respuesta de José a sus hermanos después de sufrir esclavitud y prisión (Génesis 45:4-8).
¿Cuál es el propósito de Dios al disciplinarnos, y qué bendiciones puedes esperar cuando te sometes a
ello? Lee cuidadosamente Hebreos 12:5-11 y 1 Pedro 1:6-7, y anota lo que te muestre el Espíritu
Santo.
Mantengámonos firmes sin titubear en la esperanza que afirmamos, porque se puede confiar en que Dios
cumplirá su promesa. —Hebreos 10:23 NTV
José tuvo un sueño, pero demoró más de veinte años en hacerse realidad. En mitad de sus luchas y
su dolor, él no podía conocer el final de su historia, como nosotros no conocemos el nuestro.
¿Cuál es tu sueño? ¿Qué ideas y deseos plantó Dios en tu corazón? ¿Cómo puedes utilizar tus
dones y talentos para traer la vida y el amor de Jesús a tu mundo? Escríbelo.
Entonces me respondió el Señor, “Escribe la visión. Ponla claramente en las tablillas para que cualquiera
pueda leerla de corrido. La visión sucederá en el momento señalado. Se apresura a su cumplimiento. No
será mentira. Si demora, espérala. Ciertamente, sucederá. No tardará.” —Habacuc 2:2-3 GW
Lee cuidadosamente Habacuc 2:2-3, encima, junto con Números 23:19 y 1 Reyes 8:56. ¿Qué nos
recuerda Dios una y otra vez? ¿Qué aliento recibes de esas promesas?
David Jeremiah ha servido como pastor, autor y maestro en radio y televisión. Como sobreviviente
de cáncer, comparte los cándidos detalles de su jornada en el libro Cuando tu Vida se Desmorona.
He aquí un fragmento de su visión del tiempo de Dios:
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“El mismo Dios que ha estado ahí para ti en el pasado es el Dios que estará ahí para ti en el
futuro. Él traerá la solución en Su tiempo, según Sus propios propósitos. Nos preocupamos
por nuestras circunstancias; Dios se preocupa por nuestro carácter. Él permitirá momentos
difíciles para el bien mayor de nuestro carácter hasta que termine con la gran obra que es
invisible a nuestros ojos terrenales.”3
Ciertamente, el carácter es crucial a los ojos de Dios. Es lo que estaba formando en José a través de
los altibajos que enfrentó. ¿Cómo podemos asegurar que estaba en verdad libre de la ofensa cuando
su sueño se hizo realidad? Lee cuidadosamente cómo trató a sus hermanos cuando les reveló su
verdadera identidad (Génesis 45:1-15) y después de la muerte de su padre (Génesis 50:15-21).
¿Qué no hizo que podría haber hecho? ¿Qué dio a sus hermanos sin que lo merecieran? ¿Qué te
muestra su ejemplo sobre tu propio carácter?
ACTÚA
Examina la imagen siguiente y escribe lo que ves (no vayas aún a la siguiente página).4
En esta lección compartimos mucho sobre José. Fue vendido como esclavo —¡nada menos que
por sus hermanos! —acusado de violación por su jefe, y pasó en la cárcel más de una década. Sin
embargo, rememorando todo lo sucedido, José concluyó:
Vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios lo encaminó a bien, para hacer lo que vemos hoy, para
mantener en vida a mucho pueblo. Ahora, pues, no tengáis miedo; yo os sustentaré a vosotros y a vuestros
hijos. Así los consoló, y les habló al corazón. —Génesis 50:20-21
José había aprendido una verdad profunda: Absolutamente ningún hombre, mujer, niño o demonio
puede sacarte de la voluntad de Dios. Hay sólo una persona que puede hacerlo —¡tú!
Dios prometió que todo obraría para bien de los que lo aman y que son llamados conforme a
Sus propósitos —esa promesa incluye los dolores, decepciones y traiciones de tu pasado. Sí, Dios
incluso puede darles una parte hermosa en tu historia. La pregunta es, ¿permitirás a Dios que
redima y restaure lo que te ha sido robado? ¿O te convertirás a ti mismo en señor de tu dolor?
Hoy, te retamos a pedirle a Dios que te revele los hilos redentores de tu dolor y tu decepción.
Pídele ojos que vean tu jornada como la ve Él. Escribe lo que Dios te revele.
Dios no es cruel. Él restaurará y redimirá todo lo que fue tomado o comprometido. Pero tienes que
confiar en lo oportuno de Su juicio y en el poder de Su gracia.
PENSAMIENTOS FINALES…
El maltrato siempre nos pone en una encrucijada. Un camino está pavimentado con culpa y quejas.
El otro está marcado por la confianza en Dios y por la decisión de dejar las ofensas en Sus manos.
Cuando escogemos dejar ir las ofensas y creer que Dios nos respalda, nos hacemos mejores —en
lugar de más amargados —y nos mantenemos en el camino de nuestro destino divino.
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Usa esta bifurcación en el sendero para considerar las ofensas que has enfrentado en tu camino
hasta aquí. ¿Qué ruta habrías elegido antes de empezar este estudio? ¿Y ahora? Haz una pausa y
pide a Dios que abra tus ojos respecto a tus luchas internas, pasadas y actuales. Derrama tu corazón
en el papel, capturando la visión que Él te dé.
visitada 10/20/16). (3) David Jeremiah, When Your World Falls Apart (Nashville, TN: Word Publishing, 2000) pp. 101-102. (4)
PERSPECTIVA GENERAL
• Al empezar: Saluda a los miembros del grupo y plantea esta pregunta: “¿Han experimentado
rechazo por parte de algún líder al que estimaran? De ser así, ¿cómo describirían su relación con
esa persona, antes y después?” Permite que algunos compartan sus historias. Hazles saber que la
Lección 3 se enfoca en un hombre que enfrentó uno de los peores casos de rechazo —David,
que huyó de Saúl durante casi quince años. Exhórtalos a escuchar la reacción de David ante la
locura de Saúl.
• Orar: La tentación de vengarnos es algo que todos tenemos que enfrentar. Muchas veces
parece perfectamente justificada —como en el caso de David. Pero es lo más lejano de lo que
Dios quiere para nosotros. Pide al Espíritu Santo que suavice el corazón de cada participante
para que dejen la venganza al Vengador definitivo. Al hacerlo, permanecerán abiertos a Sus
planes y bendiciones.
• Video: Vean la Lección 3 del Curso La Trampa de Satanás y la Mesa Redonda de Debate 3. (Si
el tiempo no alcanza para el video de debate, pide a los participantes que lo vean por su cuenta).
• Debate: Haz esta pregunta al grupo: “¿Alguna vez has dicho o pensado que: ‘Situaciones
desesperadas requieren medidas desesperadas’ o ‘¡No sabes lo que me hizo’? ¿Alguna vez has
pensado así para excusarte por hablar mal de alguien en autoridad que te dañó? Si es así, ¿qué te
llevó a hacerlo?” Escucha las respuestas del grupo y úsalas para dar pie a las preguntas de debate
de la lección.
• Pasos para la Libertad: Los Pasos de esta semana se centran en el temor al Señor, en cultivar
un carácter acorde a Dios, en honrar a nuestros líderes y en habitar en el amor de Dios. Pide al
grupo que completen los Pasos 11-15 antes de la próxima lección.
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• Leer: Si estás leyendo el libro La Trampa de Satanás, lee los Capítulos 4-6 después de esta
lección.
PREGUNTAS DE DEBATE
1) David fue un hombre según el corazón de Dios, pero Dios lo puso bajo la corrupta autoridad
del Rey Saúl. ¿Conoces a algún David al que estás menospreciando o devaluando por causa del
Saúl al que una vez sirvió? ¿O te sientes como un David a los ojos de los demás —subestimado
por causa del líder contaminado al que serviste? Comparte brevemente tu situación. ¿Ha
cambiado tu perspectiva después de esta lección?
2) David temía al Señor, por eso dejó la venganza en Sus manos. De hecho, cuando Saúl perdió
la vida en batalla no se regocijó, sino que se lamentó y enseñó al ejército israelita un canto de
amor por Saúl (lee 2 Samuel 1:11-27). Recuerda. ¿Cuál fue tu reacción la última vez que alguien
en autoridad (un oficial del gobierno, un líder cristiano o un supervisor) quedó expuesto o
experimentó calamidad? ¿Cuál debería ser nuestra respuesta?
3) Abisai estaba con David en su segunda oportunidad de tomar la vida de Saúl —como parte de
la prueba. Su gran deseo de ver muerto a Saúl era la voz de la tentación, recordando a David que
estaría justificado si lo matara. Pero la elección de David de poner su propia vida —y la de Saúl—
en manos celestiales fue lo que impidió que se convirtiera en otro Saúl. ¿Has tenido a algún
Abisai, impulsándote a vengarte o justificando tus rencores? ¿Cómo has tratado con él? ¿Cómo
deberías tratar con este tipo de personas?
4) Como David, ¿has sido tratado injustamente o acusado falsamente por alguien en autoridad?
¿Estás tratando de probar tu inocencia? Aunque a veces es correcto hablar, al final necesitamos
que Dios maneje nuestro caso. Lee cuidadosamente Isaías 53:7; 1 Pedro 2:22-23 y Génesis 18:25.
¿Qué dice Dios respecto a defenderte por ti mismo?
5) Cuando Samuel vio a Eliab, el hijo de Isaí, pensó que era el elegido de Dios para reemplazar
ACTIVIDAD DE GRUPO
Cuando el ejecutivo de una compañía quiere saber con cuánta efectividad funciona su
organización, puede hacer una auditoría para localizar las áreas que necesitan mejorar. ¿Sabes qué?
Hoy es tu auditoría de liderazgo. Lo sepas o no, estás liderando a alguien —eres un padre o madre
espiritual, o el mentor de alguien.
¿Cuán efectivo eres como líder? ¿Tu estilo de liderazgo tiende a ser como el de Saúl o como el
de David? Dedica unos momentos a responder estas preguntas y comparte tus respuestas con el
grupo.
• Nombra dos o tres personas que estés tutoreando o a las que hayas tutoreado en el
pasado. ¿Qué papel juegas/jugaste en sus vidas?
• Anota algunas cualidades de tu vida que te gustaría que ellos imitaran. ¿Qué errores
quisieras que evitaran cometer?
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• ¿Cómo ves y/o te sientes respecto a las personas que te ven como su líder? ¿Has tenido
sentimientos de envidia, celos o amargura hacia ellos? Si es así, ¿sabes por qué?
Las mayores ofensas que enfrentamos a menudo no vienen de un igual, sino de las personas
que tienen autoridad sobre nosotros. David, quien sirvió al Rey Saúl, es un ejemplo.
Para ser un hombre o mujer según el corazón de Dios, debemos negarnos a tomar venganza
sobre aquellos que nos han maltratado. Si confiamos en que Él puede tomar y tomará la
decisión correcta, le dejaremos la venganza a Él.
Aunque toda autoridad viene de Dios, no toda autoridad es divina. Muchas veces tenemos
que ver más allá del comportamiento del líder y honrar su posición dada por Dios.
El profundo dolor de David por la muerte de Saúl mostró y confirmó la obra del amor
de Dios en su vida. Si nos mantenemos en el amor de Dios, podemos evitar sentirnos
ofendidos, incluso con el más grosero de los líderes.
...Lleguen a conocer a aquellos que trabajan entre ustedes [reconociéndolos por lo que son, apreciándolos y
respetándolos a todos]—los líderes que están por encima de ustedes en el Señor y aquellos que les advierten y los
regañan amablemente y los exhortan. —1 Tesalonicenses 5:12 AMP
De principio a fin de nuestras vidas, siempre hay alguien con autoridad sobre nosotros. Dios ha
escogido líderes para que sean parte del proceso de formarnos a imagen de Jesús. Muchas veces,
nuestras mayores ofensas son contra esos líderes.
Piensa —¿has trabajado a las órdenes de alguien al que te fuera difícil servir por sus actitudes, acciones
o palabras? ¿Qué fue lo más difícil de someterte a su liderazgo?
David aprendió muchos ejemplos de qué no hacer como resultado de la dureza de Saúl. ¿Qué has
aprendido a no hacer al haber sido maltratado y subestimado por los que están en autoridad?
Nombra unas cuantas personas que Dios haya traído a tu vida y que son (o han sido) padres o madres
espirituales. ¿Cómo influyeron en ti? ¿Qué es lo que más aprecias de ellos?
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¿Estás luchando con alguna ofensa hacia uno de esos líderes? Si es así, ¿quién y por qué? Explica brevemente.
¿Qué pasos prácticos crees que Dios quiere que des para arreglar las cosas?
“No debes perder la confianza en Dios por haber perdido la confianza en tu pastor. Si nuestra confianza en
Dios depende de nuestra confianza en un ser humano, estamos parados en arena movediza.” —Francis A.
Shaeffer1
El temor del Señor conduce a la vida; da seguridad y protección contra cualquier daño. —Proverbios 19:23
NTV
Saúl y David fueron reyes. Ninguno fue perfecto, pero había una característica de David que Saúl no
tenía—el temor del Señor. Eso fue lo que impidió que David se vengara matando a Saúl cuando tuvo
la oportunidad: “... con el temor de Jehová los hombres se apartan del mal.” (Proverbios 16:6).
¿Qué es el temor del Señor? Dios nos da algunas pistas en Deuteronomio 10:12-13 y en Salmos
34:11-14 (también en 1 Pedro 3:8-12). Analiza esos pasajes y escribe lo que Él te muestre.
¿Estás viviendo en el temor del Señor? ¿O el temor a la gente te impide obedecerlo a Él? ¿Cómo lo
sabes?
Dios nos hace muchas promesas acerca de vivir en el temor del Señor. Lee cuidadosamente estos
versículos e identifica las bendiciones que ya tienes:
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Salmos 112:1-3 y 128:1-4
El temor del Señor no es tener miedo de Dios; es estar aterrorizados por la idea de alejarnos de Él.
Que estén siempre llenos del fruto de la salvación —es decir el carácter justo que Jesucristo produce en su vida
—porque esto traerá mucha gloria y alabanza a Dios. —Filipenses 1:11 NTV
David fue un hombre conforme al corazón de Dios. Aunque fue subestimado por su padre y
despreciado por algunos de sus hermanos, tenía una fuerza interna y un carácter que agradaban a
Dios.
¿Cómo era Saúl al principio de que Dios lo llamara a ser rey? ¿Cómo se veía a sí mismo? ¿Cómo lo
describen en la Biblia? Lee 1 Samuel 9:2, 17-21, y 10:20-24 para encontrar las respuestas.
Henry Blackaby ha servido como pastor, plantador de iglesias y autor por más de cuatro décadas,
ayudando con pasión a las personas a que experimenten a Dios. En su libro Elegido Para ser el Profeta
de Dios, afirma:
“No hay sustitutos para la obediencia... ¡Obedecer a Dios es la clave de la vida! Es la llave del
Reino de Dios (Mateo 7:21-24). Obedecer es como construir tu casa (vida) sobre una roca. No
será estremecida ni movida cuando venga la tormenta de la vida (Lucas 6:46-49).”2
¿Hay algún área de tu vida en la que no estés obedeciendo a Dios? ¿Cuál? ¿Qué puedes aprender del
ejemplo de Saúl para aplicar en tu vida personal?
¡Dios tiene buenos planes para ti! Pero, para que se cumplan, Su carácter tiene que desarrollarse
en ti. Lee cuidadosamente estos versículos e identifica tu parte y la parte de Dios en el proceso de
transformación.
Romanos 12:1-2 – Filipenses 1:6; 2:12-13 – Tesalonicenses 5:23-24 – Santiago 1:21-25 – 2 Timoteo
3:16-17
Mi Parte
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La Parte de Dios
Honrad a todos. Amad a los hermanos. Temed a Dios. Honrad al rey. —1 Pedro 2:17
Según la Escritura, toda autoridad es establecida por Dios. “Porque la promoción y el poder
viene, no de la tierra, sino únicamente de Dios. Él promueve a uno y depone al otro.” (Salmos
75:7 TLB). Sin embargo, aunque toda autoridad viene de Dios, no toda autoridad es divina.
Muchas veces tenemos que mirar más allá del comportamiento de las personas y honrar la
posición que Dios les ha dado.
Lee atentamente Romanos 13:1-7. ¿Qué visión sobre el liderazgo te está mostrando Dios en
este pasaje? ¿En qué forma constituye un reto para ti?
¿Alguna vez has estado convencido de que una persona en autoridad en tu vida no fue
establecida por Dios? ¿Quién? ¿Por qué te sentiste así? ¿Cómo respondiste a esto?
Dios nos dice que honremos a nuestros líderes—sin importar su posición. Lee estos pasajes.
Menciona formas prácticas de honrar a la autoridad. ¿Por qué Dios nos pide que hagamos
esto?
1 Timoteo 2:1-4
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PASO 15 - MANTENTE EN EL AMOR DE DIOS
Guárdense y manténganse en el amor de Dios... —Judas 1:21 AMP
Otra forma de evitar sentirnos ofendidos con los que están en autoridad es vivir en el amor de
Dios. ¡Su amor nos da fuerzas! Echa fuera todo el miedo, nos da poder para perdonar y nos
permite dejar ir la ofensa y bendecir a aquellos que nos maltrataron.
Según Romanos 5:8 y 1 Juan 4:9-10, ¿cómo demuestra Dios Su amor por nosotros?
“Los manantiales del amor están en Dios, no en nosotros. Es absurdo buscar el amor de Dios en
nuestros corazones de forma natural; sólo está ahí cuando ha sido derramado en nosotros por el
Espíritu Santo.” —Oswald Chambers3
El amor de Dios también nos permite ver a los demás como Él los ve, y no juzgarlos por su
apariencia o su comportamiento. Medita sobre la detallada descripción que Dios hace del
amor en 1 Corintios 13:4-8. ¿Qué te está mostrando sobre Su amor por ti y Su amor en ti por
otros, en este pasaje?
Romanos 5:5 nos dice que “... el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu
Santo que nos fue dado.” Él quiere que Su amor crezca en nosotros más y más. Con tus propias palabras,
describe lo que dice en 1 Juan 4:12 y 16-17 sobre cómo madura en nosotros el amor de Dios.
Pido en oración que, de sus gloriosos e inagotables recursos, los fortalezca con poder en el ser interior
por medio de su Espíritu. Entonces Cristo habitará en el corazón de ustedes a medida que confíen en
él. Echarán raíces profundas en el amor de Dios, y ellas los mantendrán fuertes. Espero que puedan
comprender, como corresponde a todo el pueblo de Dios, cuán ancho, cuán largo, cuán alto y cuán profundo
es su amor. Es mi deseo que experimenten el amor de Cristo... —Efesios 3:16-19 NTV
ACTÚA
Redacta una postal para tus líderes. En vez de enfocarte en sus defectos, tómate el tiempo necesario para
identificar cosas positivas y alentadoras sobre sus personas. Agradéceles por el bien que hacen. Resalta sus
puntos fuertes y sus logros. Aplaude las características que admiras de ellos.
Esta acción está pensada para ayudarte a superar la crítica a tus líderes. Tus pensamientos empezarán a
cambiar su enfoque de las cosas negativas que ha hecho tu líder a las positivas que hace o pudiera hacer.
Esto te ayudará a mantener tu corazón limpio y puro hacia tu líder.
Una vez que termines la postal, séllala en un envoltorio y envíala a tu líder o déjala en un lugar donde pueda
encontrarla. Analiza si sería conveniente que permanezcas en el anonimato.
PENSAMIENTOS FINALES…
Todos tendremos oportunidades de ofendernos y poner en evidencia a líderes que nos han herido
41
y han cometido errores. Dios permite esto para probarnos —para ver si tomaremos el asunto en
nuestras manos o si confiaremos en Él para vengarnos.
Aprovecha esta oportunidad para identificar a los líderes que te han tratado como Saúl trataba a
David —atacándote y acusándote falsamente a la menor oportunidad. ¿Qué has pensado y dicho
sobre ellos? ¿Qué cambios sientes que Dios te está pidiendo hacer en tus pensamientos, palabras y
actitudes? Derrama tu corazón en el papel, capturando la visión que Él te dé.
(2) Henry Blackaby, Escogido Para Ser el Profeta de Dios (Nashville, TN: Thomas Nelson Publishers, 2003) pp. 167, 178. (3)
Oswald Chambers, My Utmost for His Highest (Uhrichsville, OH: Barbour Publishing, 1997) p. 121.
PERSPECTIVA GENERAL
• Al empezar: Saluda al grupo y pregúntales: “¿Alguna vez has tenido un líder con algo
personal en tu contra? ¿Alguien que constantemente dice y hace cosas en tu contra? ¿Cómo
reaccionaste frente a esa persona? ¿Y a su espalda?” Permite que algunos de ellos compartan
sus experiencias. Déjales saber que la Lección 4 incluye dos grandes ejemplos de cómo
manejar los ataques directos y personales sin amargarse. Aliéntalos a prestar atención a las
actitudes de aquellos que están bajo ataque, y la forma que eligió Dios para revindicarlos.
• Orar: Cuando nos sentimos ofendidos nuestra reacción natural es defendernos, especialmente
cuando nos acusan falsamente. Pero si lo hacemos, nos perdemos las bendiciones de Dios. Ora y
pídele al Señor que deposite en cada uno el poder y el deseo de no ocuparse por sí mismos de estos
problemas—de bendecir a sus ofensores y confiar en Dios para que arregle las cosas a Su tiempo.
• Video: Vean la Lección 4 del Curso La Trampa de Satanás y la Mesa Redonda de Debate 4.
(Si el tiempo no alcanza para el video de debate, pide a los participantes que lo vean por su
cuenta).
• Debate: La resistencia es una de las cualidades más importantes de cualquier atleta, dueño
de negocios o padre exitoso. Pregúntale a cualquiera, “¿Qué es la resistencia y cómo la
aumentamos? ¿En qué puede ayudarnos para superar las ofensas?” Permite que unos cuantos
compartan sus pensamientos y después guía al grupo con las preguntas de debate.
• Pasos para la Libertad: Los Pasos de esta semana se centran en permanecer confiados en la
habilidad de Dios, dejando que Él sea tu Abogado, bendiciendo a tus enemigos y plantando
semillas de amor y misericordia. Pide a todos que completen los Pasos 16-20 antes de ver y
discutir la próxima lección.
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• Leer: Si estás leyendo el libro La Trampa de Satanás, lee los Capítulos 7-10 después de esta
lección.
PREGUNTAS DE DEBATE
1) Con tus propias palabras, define lo que entiendes por tratamiento injusto. ¿Qué tipo de
tratamiento injusto te resulta más difícil de sobrellevar? ¿Por qué?
2) Dios ha prometido vengarnos de aquellos que nos han tratado con dureza. A veces, Su
venganza no viene en forma de castigo—sino como salvación para la persona que nos ha hecho
mal. Si esto sucediera con un enemigo tuyo, ¿cuál sería tu reacción? ¿Por qué? ¿Qué dice esto
sobre la condición de tu corazón?
3) Algunos versículos de la Biblia son inspiradores, mientras que otros son bastante difíciles de
digerir. Cuando te encuentras con pasajes así, ¿qué haces normalmente? ¿Escoges creer lo que
lees, o lees en la Biblia lo que quieres creer? ¿Los ignoras o les pasas por encima? ¿Cuál debe ser
nuestra reacción a los pasajes más difíciles de la verdad?
4) Cuando nos tratan injusta y cruelmente una y otra vez, no sólo necesitamos la fortaleza de
Dios para resistir, sino también Su sabiduría para saber qué hacer. Lee en grupo Santiago 3:13-
18 e identifica las diferencias entre la sabiduría del mundo y la de Dios. ¿Qué resultados puedes
esperar al escuchar y seguir cada una de ellas?
5) En vista de las respuestas a la pregunta 4, ¿qué diferencia hay cuando Satanás saca a relucir
las faltas de alguien y cuando Dios las revela? ¿Qué sentimientos o pensamientos pueden estar
conectados con cada ocasión? ¿Qué acciones nos llevan a realizar?
ACTIVIDAD DE GRUPO
Para la actividad de esta semana, tomen bolígrafo y papel y escriban una breve carta a Dios,
describiendo detalladamente cómo alguien cercano te hirió profundamente. Entonces, por fe,
MI CARTA A DIOS
ORACIÓN DE COMPROMISO
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PUNTOS CLAVE DE LA LECCIÓN
Debemos someternos a nuestros líderes, ya sean buenos y gentiles o duros e irrazonables. Para
cumplir ese llamado, necesitamos la fuerza sobrenatural de Cristo en nosotros y a través de
nosotros.
La forma dada por Dios a nosotros de lidiar con el trato injusto de un líder es humillarnos y
bendecirlo. Si oramos para bendecirlo, recibiremos una bendición.
En Dios he puesto mi confianza y mi dependencia; no temeré. ¿Qué me puede hacer el hombre? — Salmos
56:11 AMP
Cuando nos maltratan, muchas veces nos sentimos tentados a vengarnos. Una y otra vez Dios nos
recuerda en Su Palabra que Él es el que resarce, siempre que no tomemos los asuntos en nuestras manos.
Lee cuidadosamente Romanos 12:17-19; Proverbios 20:22; 24:19-20, 29; y Deuteronomio 23:25-36.
¿Qué promesa(s) nos hace Dios a nosotros, Su pueblo? ¿Qué condiciones nos pide que cumplamos?
“No debemos vengarnos por nosotros mismos, porque nuestro Padre se encarga de defendernos.
No debemos temer, porque el Señor está de nuestra parte. Nadie puede estar en contra nuestra,
porque Él está por nosotros... Ningún hombre o compañía de homrbes, ningún poder en la tierra
o en el cielo, puede tocar al alma que habita en Cristo sin pasar primero a través de Él y recibir el
sello de Su permiso. Si Dios está por nosotros, no importa quién esté contra nosotros.”1
Dedica unos minutos a analizar la fuerza suprema de Dios en las siguientes escrituras. A medida que las
leas, identifica las facetas de Su poder y comparte cómo te alientan para confiar en Él.
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También analiza la respuesta que Dios da a Job en Job 38
El Señor mi Dios es mi Fuerza, mi valentía personal y mi ejército invencible; hace mis pies como de venados
y me hará caminar [no quedarme paralizado de terror, sino caminar] y hará progresos [espirituales] sobre mis
lugares altos [de problemas, sufrimientos o responsabilidad] —Habacuc 3:19 AMP
Con obras tremendas y asombroso poder nos defiendes de nuestros enemigos, oh, Dios nuestro salvador. Eres la
única esperanza de toda la humanidad a través de la tierra y a lo lejos en el mar. —Salmos 65:5 TLB
¡Dios es nuestro Defensor! Él nos ama más de lo que podríamos comprender y quiere que confiemos en
Él para cubrir cada necesidad, especialmente en Su inigualable habilidad para ser nuestro Abogado.
A. W. Tozer fortaleció incontables almas hambrientas y atravesó corazones con su dinámica visión a
principios del siglo XX. En su clásico libro, Nacido después de Medianoche, nos urge:
“Es de importancia vital que nos movamos en el Espíritu y dejemos de defendernos a nosotros
mismos. Nunca he conocido a un cristiano victorioso que estuviera a la defensiva, pero sí he
conocido muchos, no puedo decir cuántos, cristianos nerviosos, volubles y meticulosamente
infelices, que queman sus energías en un vano esfuerzo de protegerse... Mi consejo más sincero
para esas almas nerviosas es que entreguen todo a Dios y se relajen. Un cristiano verdadero no
necesita defender su posesión ni su posición. Dios se encargará de ambas cosas.”2
¿Alguna vez Dios te ha pedido que te disculpes con un líder grosero? Si ha sido así, ¿con quién? ¿Lo has
hecho? Si lo hiciste, ¿cuál fue la respuesta del líder? ¿Cómo te sentiste después?
Tengan cuidado de no saltar a conclusiones antes de que el Señor regrese respecto a si alguien es un buen siervo o
no. Cuando el Señor venga, Él iluminará de forma que todos podamos ver cómo somos en verdad, en lo profundo
de nuestros corazones. Entonces todo el mundo sabrá por qué hemos estado haciendo el trabajo del Señor. En ese
momento, Dios dará a cada uno el premio que merece. —1 Corintios 4:5 TLB
Cuando somos falsamente acusados y tratados injustamente, nuestra respuesta natural suele ser empezar
a juzgar. Lee las palabras de advertencia de Jesús en Mateo 7:1-5 y Lucas 6:37-42. ¿Qué podemos
esperar si juzgamos? ¿Con qué debemos tener cuidado? ¿Qué más te está mostrando Dios?
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También analiza las advertencias de Dios en Romanos 14:10-13 y Santiago 4:11-12.
Criados, [empleados, estudiantes, miembros de un equipo, etc.] estad sujetos con todo respeto a vuestros amos
[empleadores, entrenadores, supervisores, etc.]; no solamente a los buenos y afables, sino también a los difíciles
de soportar. —1 Pedro 2:18 [Las palabras entre corchetes se añadieron para mayor claridad y énfasis.]
Dios quiere que nos sometamos a los que están en autoridad sobre nosotros. Jesús, quien era totalmente
Dios, se sometió a la voluntad del Padre al dar Su vida para que podamos tener vida nueva en Él.
Con tus palabras y en términos prácticos, describe formas de someterse a las personas en autoridad.
¿Cómo podemos resistirnos a la autoridad?
Imagina que eres tú quien está a cargo del trabajo, la iglesia, etc. ¿Cómo te gustaría que la gente se te
sometiera y te honrara como líder? ¿Estás siguiendo ese comportamiento con tus líderes? ¿Por qué?
Por definición, un líder duro es alguien “torcido, cruel, perverso, deshonesto, injusto y tiránico." Someterse
a alguien así requiere más que fuerza de voluntad. Requiere el poder de Cristo—la fuerza sobrenatural de
Su Espíritu. Ora usando estos pasajes:
Pero él da mayor gracia (poder del Espíritu Santo, para superar esta tendencia malvada y todas las
otras). Por esto dice: Dios resiste a los soberbios, y da gracia [continuamente] a los humildes (a los
que son lo suficientemente humildes para recibirla). —Santiago 4:6 AMP
Le doy gracias a Cristo Jesús nuestro Señor, quien me ha dado fuerzas para llevar a cabo su obra.
Él me consideró digno de confianza y me designó para servirlo. —1 Timoteo 1:12 NTV
¿Qué te muestra Dios en estos versículos sobre la fuerza que tiene disponible para ti?
¿Cómo recibes Su fuerza? Lee Juan 14:13-14; 15:7; y 1 Juan 5:14-15 para encontrar la respuesta.
“Pero a vosotros los que oís, os digo: Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os aborrecen;
Luc 6:28 bendecid a los que os maldicen, y orad por los que os calumnian.” —Lucas 6:27-28 Phillips
Hay varios pasos en el proceso del perdón. El primero es reconocer y admitir ante Dios y ante ti mismo
que has sido herido. Pedir a Dios que te perdone por aferrarte a la ofensa y a la falta de perdón es el
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siguiente, seguido por dejar al ofensor en manos de Dios. El paso crucial que solemos olvidar u omitir es
orar por nuestros enemigos y bendecirlos.
Nuestra reacción natural cuando nos tratan mal es devolver insulto por insulto, daño por daño. La
respuesta sobrenatural—aquella que somos llamados a dar—es diferente. Lee 1 Pedro 3:8-9 y explícala.
¿Qué nos promete Dios a cambio de obedecer este llamado? ¿De qué debemos cuidarnos? [Pista:
Nuestra elección de hacerlo confirma que tememos a Dios (lee 1 Pedro 3:10-12 y Salmos 34:11-15)].
Dios es muy claro en Proverbios 25:21-22 y Romanos 12:14, 17-21 sobre cómo quiere que tratemos a
nuestros enemigos. ¿Qué está diciendo Él en estos versículos, y qué nuevas visiones está mostrándote?
¿En qué formas prácticas te está alentando Dios para que cumplas este llamado con tus líderes?
Es crucial tener en cuenta quién es el enemigo real. Efesios 6:12 y 1 Pedro 5:8-9 lo identifican. ¿De qué
forma estas verdades te ayudan a ver tu situación bajo una luz distinta y a atemperar tu respuesta?
“Planten las buenas semillas de justicia, y recogerán la cosecha de Mi amor; aren el duro campo de sus corazones,
porque este es el tiempo de buscar al Señor, para que venga y derrame salvación sobre ustedes.” —Oseas 10:12
TLB
¡Las semillas son asombrosas! Producen, según su tipo, una planta completamente madura a partir de un
pequeño nódulo. Como sucede con las semillas físicas, hay semillas invisibles, intangibles, que estamos
plantando todo el tiempo. Nuestras actitudes, acciones y palabras son semillas que sembramos en las
almas de los demás, y que producirán fruto—ya sea bueno o malo.
Uno de los principios más importantes de entender sobre las semillas está en Gálatas 6:7-8. Reflexiona
sobre este pasaje y, con tus palabras, describe la Ley de la Siembra y la Cosecha en relación con asuntos
espirituales y con la vida en general.
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La Regla de Oro fue dada por Jesús en Mateo 7:12 y en Lucas 6:31. Tómate un momento y escribe esa
atesorada verdad. ¿Qué conexiones puedes ver entre ella y la Ley de Sembrar y Cosechar?
Y los que procuran la paz sembrarán semillas de paz y recogerán una cosecha de justicia. —Santiago 3:18 NTV
Haz una pausa y piensa: ¿Qué clase de semillas estoy sembrando? ¿Qué actitudes, acciones y palabras estoy
plantando—especialmente en mi familia, mis amigos más cercanos y mis más frustrantes enemigos?
En vista de tu respuesta anterior, ¿qué tipo de cosecha estás esperando? ¿Necesitas orar por una “cosecha
fallida”? ¿Qué cambios sientes que Dios te está pidiendo hacer en tu siembra?
La ofensa también es una semilla. Si se riega, entierra raíces de amargura en nuestros corazones y
empieza a crecer. Lee cuidadosamente Hebreos 12:14-15 y Santiago 3:14-16. ¿Por qué es tan peligrosa
la amargura? ¿Qué puede pasar si se deja sin atender? ¿Qué pasos puedes dar para impedir que crezca?
No paguen mal por mal. No respondan con insultos cuando la gente los insulte. Por el contrario, contesten con una
bendición. A esto los ha llamado Dios, y él los bendecirá por hacerlo. —1 Pedro 3:9 NTV
Te retamos a invertir algo de esfuerzo en averiguar qué les gusta a tus ofensores. Descubre cuál es su
restaurante o cafetería favoritos. Descubre cuáles actividades disfrutan, o las tiendas en las que compran.
Cuando tengas la información, compra una tarjeta de descuento para ellos. Puedes dárselas en persona o
dejarla donde puedan encontrarla. Analiza si sería mejor que permanezcas en el anonimato.
Recuerda, esta acción debe traer una bendición, independientemente de que la persona lo merezca o no.
Tampoco tienes que gastar mucho dinero.
Sí, seguro puedes hacer un fuerte alegato de por qué esa persona no se merece tu bondad. Y, francamente,
probablemente ganes el caso. Pero perderías una oportunidad de ver cómo Dios hace lo que sólo Él
puede hacer.
PENSAMIENTOS FINALES…
Dios ha dejado extremadamente claro que el único camino correcto a tomar cuando estamos
siendo atacados, es esperar que Él nos vengue. El trato injusto es una oportunidad de pagar el mal
con una bendición, sabiendo que es nuestro llamado el que nos permite heredar una bendición.
En este punto del estudio, ¿en qué está enfocando Dios su luz? ¿Qué áreas de tu carácter está
renovando? ¿Para qué bendiciones te está preparando si manejas bien las cosas? Tómate un tiempo
para pedir a Dios que abra tus ojos a la verdad sobre Él, sobre tus situaciones y sobre ti mismo.
Derrama tu corazón en el papel, capturando la visión que Él te dé.
(1) Hannah Whitall Smith, e Christian’s Secret to a Happy Life (Gainesville, FL: Bridge-Logos, 1998) pp. 120, 122. (2)
A.W. Tozer, Born after Midnight (Camp Hill, PA: Christian Publications, 1989) pp. 98-99.
55
LA TRAMPA DE SATANÁS: LECCIÓN 5
Escapando de la Trampa
PERSPECTIVA GENERAL
• Orar: Cuando nos han herido severamente, a nosotros o a alguien cercano, parece lógico—incluso
justo— aferrarnos a la falta de perdón en nuestras mentes. Es humano pensar que no tenemos razón
o habilidad para perdonar a un ofensor. Pide a Dios que abra los ojos de cada participante para que
reconozcan su necesidad de perdonar y de saber que Él les ha dado el poder y el deseo para hacerlo.
• Video: Vean la Lección 5 del Curso La Trampa de Satanás y la Mesa Redonda de Debate 5.
(Si el tiempo no alcanza para el video de debate, pide a los participantes que lo vean por su
cuenta).
• Debate: En esta lección, John afirma que si tratamos los “pequeños” pecados como si fueran
“grandes,” aumentan las posibilidades de liberarnos. Pregunta al grupo, “Imaginen: ¿Cómo
sería su vida si estuvieran libres de los pecados que los hacen tropezar tan fácilmente? ¿Qué
pasos prácticos podemos dar y alentar en otros para deshacernos de esos pecados?” Escucha y
usa las respuestas del grupo como un catalizador para empezar las preguntas de debate.
• Pasos para la Libertad: Los Pasos de esta lección se centran en el precio del perdón, la
necesidad de perdonar, lo que significa tomar el camino elevado y crecer en la gracia de Dios.
Pide a todos que completen los Pasos 21-25 antes de ver y discutir la próxima lección.
PREGUNTAS DE DEBATE
1) Varias veces, en el Nuevo Testamento, se nos enseña—incluso se nos urge—a perdonar a
los demás. Con tus palabras, describe lo que significa perdonar. Si hubieras herido a alguien y
necesitaras perdón, ¿cómo querrías que te tratara esa persona? ¿Qué querrías que dijera e hiciera?
2) De igual forma que todos necesitamos ducharnos o bañarnos regularmente para limpiarnos de
la suciedad física, todos necesitamos perdón de forma regular para quedar libres de la suciedad
espiritual (pecado). ¿Cómo crees que sería tu vida si te prohibieran tomar una ducha, lavarte el
cabello o cepillar tus dientes durante un mes —o un año? ¿Cómo sería tu vida si Dios te negara
Su perdón durante un mes? ¿Y si te lo negara por siempre? Tómate unos momentos para explicar.
3) Jesús comparte poderosos principios de perdón en la parábola del siervo despiadado en Mateo
18:21-35. Lean cuidadosamente en grupo esos pasajes y respondan las siguientes preguntas:
(B) Cuando Jesús le dijo a Pedro que perdonara setenta veces siete, ¿qué estaba diciendo en
verdad?
(C) ¿Cuáles fueron las dos cosas que le sucedieron al sirviente que demandó que su consiervo
le pagara?
(E) ¿Qué te está enseñando Dios en esta parábola que puedas aplicar a tu vida?
4) Piensa de nuevo en las preguntas iniciales. ¿Has visto la falta de perdón como una debilidad
y no como un pecado? ¿Ha cambiado tu visión después de escuchar el mensaje de John? ¿Qué
peligros corremos cuando categorizamos los pecados?
57
5) La narración de John sobre el pastor de jóvenes fue una historia de triple traición: Su pastor
y mentor tenía un amorío con su esposa; ella lo abandonó y entonces lo despidieron de la junta
de la iglesia. Años después, se convirtió en pastor principal y vio llegar a su iglesia a su ex-esposa
y a su antiguo pastor. Tenía una elección: recibirlos o expulsarlos. Tomó el camino elevado al
perdonarlos e incluso permitirles servir en su iglesia. ¿Cómo crees que fue capaz de perdonar a
ese nivel? ¿Podrías hacer lo mismo?
6) ¿Recuerdas la historia sobre J.R.? Había estado atrapado en un estilo de vida de pecado y le
pidió oración a John. Esperando ser juzgado y rechazado, J.R. quedó sorprendido cuando John
eligió ignorar su estilo de vida para mirar su corazón, que buscaba a Dios. ¿Has estado en una
situación así? Si fue así, ¿cómo respondiste? ¿Reaccionarías de forma diferente ahora? ¿Cómo?
ACTIVIDAD DE GRUPO
Corrie Ten Boom dijo, "El mejor aprendizaje que he tenido vino de enseñar."1 Imagina que eres
el maestro y que las personas en tu grupo son aquellos que amas profundamente y no quieres
verlos caer en la trampa de la ofensa.
Piensa por unos momentos. ¿Qué compartirías con tus amigos más cercanos y queridos para
ayudarlos a evitar la trampa de la ofensa? ¿Qué te está ayudando a permanecer libre de ofensa?
Anota dos o más cosas específicas que el Señor te ha enseñado y revelado a través de estas lecciones.
Incluye algunas escrituras que Él haya hecho más significativas para ti a lo largo del camino.
De nuevo, piensa. ¿Qué compartirías con tus amigos más cercanos para ayudarlos a reconocer la
trampa de la ofensa y a escapar de ella? ¿Qué te ha ayudado a liberarte de la prisión de la ofensa?
Anota dos o más cosas específicas que el Señor te ha enseñado y revelado a través de estas lecciones
y cualquier escritura específica que haya usado para fortalecerte en tu jornada.
Una persona que no puede perdonar es alguien que ha olvidado lo que se le perdonó. A cada uno
de nosotros se le perdonó una deuda impagable, y fuimos rescatados de un castigo eterno por la
misericordia de Dios.
Para experimentar la grandeza del perdón de Dios, tenemos que perdonar a los demás. Dios nos
lo recuerda varias veces en Su palabra.
No importa la categoría que le demos, el pecado es pecado. Esto se aplica también a la falta de
perdón—es pecado, no una debilidad. Es vital que nos cuidemos de caer en esa trampa.
Cuando enfrentamos una ofensa, salimos de ella cambiados; nuestra reacción determinará
nuestro futuro. Las opciones son amargarnos o mejorar—no hay punto medio.
Tienes la habilidad de perdonar cualquier ofensa porque el amor de Dios ha sido derramado en tu
corazón. Al recibir Su perdón, aprende que puedes extender ese mismo perdón y esa gracia a otros.
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PASOS PARA LA LIBERTAD
Porque Dios envió a Jesucristo a tomar el castigo por nuestros pecados y a terminar con toda la ira de Dios contra
nosotros. Usó la sangre de Cristo y nuestra fe como medio para salvarnos de Su ira… —Romanos 3:25 TLB
Perdonar significa “enviar, alejar; cancelar completamente deudas o pecados.” Recibir perdón “indica la
remisión—la liberación o disculpa—del pecado y del castigo por la conducta pecaminosa; la liberación del
pecador de la penalización divina.”1
¿Cómo recibimos perdón por las cosas que hemos hecho mal? ¿Tenemos certeza de que estamos
perdonados?
Lee 1 Juan 1:8-9 y 2:1-2; 1 Pedro 2:24; Tito 3:3-7; Salmos 103:8-12; e Isaías 43:25.
Revisa tu vida. ¿Puedes recordar hábitos o formas de pensar a los que ya no estás atado—cosas por las que
Dios te ha perdonado y de las que te ha hecho libre? ¿Cuáles son?
“El perdón es la llave que abre la prisión del resentimiento y las esposas del odio. Es un poder que rompe las cadenas
de la amargura y los grilletes del egoísmo.” —Corrie Ten Boom2
¿Cuál fue el precio de nuestro perdón? Lee cuidadosamente Efesios 1:6-8; 1 Pedro 1:18-22 y Apocalipsis
Recordar tus errores pasados y el precio pagado por tu perdón, ¿cómo puede ayudarte a estar más
dispuesto a perdonar las ofensas?
Jesús dio Su vida para salvarnos de lo que merecíamos—la separación eterna de Dios. Aunque no es un
tema popular, Dios habla al respecto extensamente. ¿Cómo es el infierno? Revisa estos versículos:
Mateo 8:12, 13:42, 13:50, 22:13; 25:30; 25:41 y 25:46 – Marcos 9:44 – Lucas 16:23-24 – 2
Tesalonicenses 1:9 – Judas 6 y 13 – Apocalipsis 14:10-11 y 20:10
¿De qué forma te ayudan estos pasajes a tener más gratitud por lo que Jesús hizo? ¿Cómo te motivan a
orar y a ayudar a otros?
61
PASO 22 - PERDONA Y SERÁS PERDONADO
Dios dice que todos hemos sido contaminados por el pecado y que no cumplimos Su estándar perfecto
(lee Isaías 64:6 y Romanos 3:23). Por suerte, está dispuesto a perdonarnos todo pecado cada vez que
vayamos a Él. Hay una sola condición para Su perdón.
“Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas [sus pecados descuidados y voluntarios, dejándolos,
olvidándolos y renunciando al resentimiento], os perdonará también a vosotros vuestro Padre
celestial; mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas [sus pecados descuidados y voluntarios,
dejándolos, olvidándolos y renunciando al resentimiento], tampoco vuestro Padre os perdonará
vuestras ofensas.” —Mateo 6:14-15 AMP
“Y cuando asuman la postura de oración, recuerden que no es sólo pedir. Si tienen algo contra
alguien, perdonen—sólo entonces el Padre celestial se inclinará a limpiar su cuenta de pecados.” —
Marcos 11:24-25 MSG
“…porque él es benigno para con los ingratos y malos. Sed, pues, misericordiosos, como también
vuestro Padre es misericordioso. No juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis
condenados; perdonad, y seréis perdonados.” —Lucas 6:35-37
“Hagan una clara ruptura con toda palabra hiriente, murmuración, charla profana. Sean amables
unos con otros, sensibles. Perdónense unos a otros tan rápidamente y tan completamente como
Dios en Cristo los perdonó a ustedes.” —Efesios 4:32 MSG
¿Qué te está diciendo Dios sobre el perdón y las consecuencias de guardar rencor?
“‘Perdona nuestros pecados como también nosotros perdonamos a los que pecan contra nosotros.’ No hay la más
ligera sugerencia de que podamos obtener perdón en otros términos. Está perfectamente claro que si no perdonamos
no seremos perdonados. No hay otra forma.” —C.S. Lewis3
¿Te has perdonado a ti mismo? Dios quiere que lo hagas—sin importar tu pasado. Escribe cualquier cosa
que hayas hecho que sea difícil de olvidar y entrégasela a Él. Pide y recibe Su perdón, confía en Él y
avanza.
Las palabras matan, las palabras dan vida; son veneno o fruta—tú escoges. —Proverbios 18:21 MSG
Hay siete cosas que Dios dice odiar en Proverbios 6:16-19. Curiosamente, tres de ellas involucran una
de nuestras fuerzas más subestimadas: nuestras palabras. Mientras muchos cristianos consideran el
adulterio y el asesinato como temas mayores, ven la murmuración y la difamación como menores—
incluso justificables. Para quedar libres de la ofensa y mantenernos así, debemos aprender a mayordomear
cuidadosamente nuestras palabras.
El pecado es pecado—no importa cómo lo clasifiquemos. ¿Qué tipo de pecados te ha sido fácil descartar
como una simple debilidad? ¿Cuáles has clasificado como mayores o peores? ¿Por qué?
63
Cuando las faltas de alguien son dolorosamente obvias, es difícil quedarnos callados. ¡Gracias a Dios
porque Su amor cubre todo nuestro pecado (lee 1 Pedro 4:8)! Lee cuidadosamente estos versículos y
explica el valor de rehusarnos a exponer verbalmente las faltas de otros. ¿Qué más te está mostrando Dios?
Reflexiona sobre el Salmo 141:1-4 y conviértelo en una oración a Dios desde lo profundo de tu corazón.
El que anda en chismes descubre el secreto; mas el de espíritu fiel lo guarda todo. —Proverbios 11:13
Relee el versículo de hoy. ¿De qué forma conocer el poder de tus palabras te alienta a pensar dos veces
antes de decir todo lo que te venga a la mente?
“Las palabras son semillas. ¡Sembramos lo que hablamos y recogemos lo que sembramos! …Mantente feliz siendo
cuidadoso de lo que sale de tu boca.” —Joyce Meyer4
El buen sentido hace que un hombre refrene su ira, y es su gloria el pasar por alto una transgresión o una ofensa.
—Proverbios 19:11 AMP
Cuando alguien nos ofende, podemos tomar dos caminos: el camino bajo, que nos lleva al dolor y a la
amargura, o el camino elevado, que nos lleva a una vida mejor, más sana. Por más de veinticinco años, el
médico familiar y nutricionista Don Colbert, M.D., ha observado esto. Afirma:
“Considero que la amargura, el resentimiento y la falta de perdón están entre las emociones más
mortíferas que puede tener una persona. De hecho, pueden impedir que el cuerpo se libere del
material tóxico—creando por lo general una condición ácida en los tejidos. Este aumento de toxina
en el organismo puede llevar a una enfermedad.”5
65
¿Alguna vez has pasado mucho tiempo enojado con alguien? Si lo has hecho, ¿cómo te afectó (física,
mental y emocionalmente)? ¿Qué efecto tuvo en tu relación con Dios?
Mical, la esposa de David, estaba ofendida y amargada con él por la forma en que alabó a Dios cuando el
Arca del Señor regresó a Israel. Lee la historia en 2 Samuel 6:12-23. ¿Qué le pasó a Mical como resultado
de su amargura? ¿Qué te dice esto a ti personalmente?
Reflexiona también sobre Caín y lo que le pasó cuando se ofendió y se amargó con Abel y con Dios (Génesis 4:1-16).
El camino elevado es el del perdón. Sus efectos son vivificadores. El Dr. Colbert lo confirma:
“El perdón libera capas de daño y sana los bordes cortantes e irregulares del dolor emocional.
Permite que una persona libere la ira, el resentimiento, la amargura, la vergüenza, el sufrimiento, el
arrepentimiento, el enojo, el odio y otras emociones tóxicas que se esconden en lo profundo del alma,
enfermándonos—tanto emocional como físicamente.”6
El camino elevado está pavimentado con bondad, compasión y misericordia—es el camino que Dios toma
para tratar con nosotros (lee Lamentaciones 3:22-23). Lee cuidadosamente Miqueas 6:8; Mateo 5:7;
Santiago 2:13; Lucas 6:35-38; y Proverbios 3:1-4. ¿Qué sabiduría está mostrándote Dios?
Su compasión no termina. Sólo las misericordias del Señor nos evitan la destrucción completa. Grande es Su
fidelidad; Su amorosa amabilidad es nueva cada día. —Lamentaciones 3:22-23 TLB
Gracia. Es el favor inmerecido de Dios y el poder para hacer lo que nunca lograríamos por nosotros
mismos. Es Su habilidad para perdonar las ofensas imperdonables y escapar de la trampa de la ofensa.
Todos nosotros hemos recibido la gracia de Dios a través de la fe en Jesús, y crecemos en gracia al habitar en
Él.
Y ahora, de igual forma que confiaron en Cristo para salvarlos, confíen en él, también, para los
problemas de cada día; vivan en unión vital con Él. Que sus raíces profundicen en Él y obtengan de
Él sus nutrientes. Continúen creciendo en el Señor y vuélvanse fuertes y vigorosos en la verdad que
se les enseñó. Que sus vidas desborden de gozo y acción de gracias por todo lo que Él ha hecho. —
Colosenses 2:6-7 TLB
¿Qué te revela Dios sobre Él y sobre ti en estos pasajes? ¿Qué pasos prácticos puedes dar para pasar más
tiempo de calidad con Él y profundizar tus raíces?
Gálatas 5:22-23 revela nueve frutos del carácter de Dios que crecen en nosotros a medida que vivimos en
67
Él. ¿Cuáles de esos frutos son más evidentes en tu vida? ¿Cuál necesita desarrollarse más?
Según Hebreos 12:14-15, Gálatas 2:19-21, y 2 Corintios 6:1-2, podemos quedar fuera de la gracia de Dios.
Con tus palabras, ¿qué significa esto?¿Cómo sucede y cómo puede evitarse?
Pero él da mayor gracia (poder del Espíritu Santo, para superar esta tendencia malvada y todas las otras). Por
esto dice: Dios resiste a los soberbios, y da gracia [continuamente] a los humildes (a los que son lo suficientemente
humildes para recibirla). —Santiago 4:6 AMP
ACTÚA
Tomar el camino elevado nunca es fácil. Es un modo de vida que requiere intencionalidad. Por esa razón,
te retamos a describir diligentemente cómo sería para ti tomar el camino elevado. Identifica algunas de las
dificultades que tendrías que superar. Toma nota de las que podrían hacer naufragar tu esfuerzo de hacer
las cosas al modo de Dios.
La idea es que crees valores y un método que proteja tu curso de acción elegido. Revisa a menudo tu
descripción. Actualízala según identifiques más cosas que hacer o que evitar. Eventualmente, tomar el
camino elevado se volverá una segunda naturaleza, y te elevarás por encima de la trampa de la ofensa.
Rehusarnos a perdonar significa que olvidamos la deuda impagable que Jesús nos perdonó. Esto
evita que Su perdón fluya en nuestra vida y nos encierra en un estado de miseria. ¡La buena noticia
es que hay una manera de salir! En Cristo, tienes el poder y el deseo de perdonar.
Reflexiona sobre las mayores batallas que has librado contra la falta de perdón. ¿Estás listo para
ganar? Haz silencio ante Dios. Pídele que te dé la fuerza que necesitas para dejar ir cualquier
rencor que estés aferrando. Derrama tu corazón en el papel, capturando la visión que Él te dé.
69
LA TRAMPA DE SATANÁS: LECCIÓN 6
Reconciliación
PERSPECTIVA GENERAL
• Al empezar: ¡Felicita a todos por llegar a la lección final! Buscar un caminar más cercano
con Dios siempre es algo que celebrar. Cuando todo se calme, pregunta al grupo, “¿Se han
preguntado qué pasaría si trataran de liberarse de la ofensa, sin éxito? ¿Hay alguna persona
que encuentren especialmente difícil de perdonar?” Escucha mientras comparten sus historias.
Di a todos que la Lección 6 explica detalladamente el camino para liberarnos de las ofensas.
Aliéntalos a escuchar y a mirar a través de los lentes de sus propias vidas, recibiendo la
sabiduría que necesitan personalmente.
• Orar: Tú y el grupo están a punto de dar los últimos pasos al momento decisivo del que
hablamos en la Lección 1. Ora y pide a Dios que cultive en cada uno el deseo sincero de
perdonar y bendecir a sus enemigos, y de decir lo que necesitan escuchar para quedar libres
de la ofensa y permanecer así. Que esta lección sea un punto de giro en las vidas de todos los
participantes, ¡en el nombre de Jesús!
• Video: Vean la Lección 6 del Curso La Trampa de Satanás y la Mesa Redonda de Debate 6.
(Si el tiempo no alcanza para el video de debate, pide a los participantes que lo vean por su
cuenta).
• Debate: Pregunta al grupo, “Como John, ¿alguna vez han experimentado un periodo en que
el amor de Dios en ustedes se haya enfriado? ¿En que la vida se limitó a pasar? ¿Intentaron
permanecer libres de ofensa sólo para comprender que estaban profundamente heridos?
¿Cómo lo manejaron?” Permite que varios de ellos compartan, y usa sus respuestas para llevar
al grupo a las preguntas de debate.
• Pasos para la Libertad: Los Pasos de esta semana se enfocan en la humildad, el ejercicio
• Leer: Si estás leyendo el libro La Trampa de Satanás, lee los Capítulos 13 y 14 después de
esta lección.
PREGUNTAS DE DEBATE
1) ¿Cuáles son las señales reveladoras de que estamos ofendidos? ¿Cómo se afecta nuestra
relación con Dios y con los demás? ¿Qué tendemos a perder? ¿Qué indicadores de la ofensa has
visto en tu vida personal?
2) El amor que tenemos por los demás puede ser sano o insano —maduro o inmaduro. Explica
las diferencias entre esos dos tipos de amor. ¿Cómo encaja la reconciliación en ese cuadro?
3) En tu opinión, ¿por qué las personas se niegan a admitir que están ofendidas? ¿Crees
que es una señal de debilidad? ¿Crees que las personas piensan que son demasiado maduras
espiritualmente para ofenderse?
4) El perdón y la reconciliación no son lo mismo. Con tus palabras, explica la diferencia entre
ambos. ¿Cuál es el regalo de Dios que debe pasarse a otros, sin importar su reacción?
5) Jesús nos dice que hay dos situaciones específicas en las que debemos acudir a nuestro
hermano o hermana para superar una ofensa. Describe esas situaciones. De las dos, ¿cuál te
parece más difícil? ¿Por qué?
6) En el video, John comparte cómo uno de los momentos más decisivos de su vida fue su
decisión de perdonar y reconciliarse con su mentor. Después de eso, notó un cambio pronunciado
en cada parte de su vida. Creció como persona y se hizo más productivo. ¿Qué pasará en tu vida
al elegir perdonar a aquellos que te han herido? ¿Cómo crecerá y prosperará tu vida de formas no
vistas?
71
7) ¿Cuánto tiempo y esfuerzo estarías dispuesto a invertir de forma regular para mantener esto
fresco en tu mente (escuchando la enseñanza, leyendo o revisando el curso)? ¿Sientes que es lo
bastante importante como para hacerlo parte de tu agenda? ¿Alentarías a otros a hacerlo? ¿Por
qué?
ACTIVIDAD DE GRUPO
El paso crucial en el proceso del perdón que a menudo olvidamos u omitimos es orar por
nuestros enemigos y bendecirlos. ¿Cómo puedes bendecir a alguien que te ha herido? Una buena
forma de empezar es pensar en las formas en que quieres ser bendecido. ¿Te gustaría tener salud,
finanzas sólidas y fuertes relaciones con tu familia y amigos? ¿La protección de Dios, sabiduría,
favor y una amistad cercana con Él?
Escribe una oración de bendición por la(s) persona(s) que te ha(n) herido. Al principio no
tendrás deseos de hacerlo, pero cuando pidas a Dios Su fuerza, tus sentimientos empezarán a
alinearse con tus oraciones. (Hay más al respecto en la sección Actúa de esta lección).
Algunas ofensas son menos impactantes y podemos lidiar con ellas rápidamente, pero otras nos
hieren profundamente. Las heridas no sanarán de la noche a la mañana, y si no las tratamos
adecuadamente nunca lo harán. La clave para nuestra recuperación y protección de más heridas
está en ejercitar nuestro espíritu.
Hay ciertas señales que indican que hemos mordido la carnada y caído en la trampa de la ofensa.
También hay señales que confirman que estamos siendo sanados de sus efectos. Necesitamos ser
lo bastante sabios para reconocerlas en nuestra vida y en las vidas de otros.
Dios quiere que nos reconciliemos con Él y con nuestros hermanos y hermanas en Cristo. Nos ha
dado el don de la reconciliación para reconectar esas relaciones. El arrepentimiento humilde es la
llave para liberar esa restauración.
Para caminar de acuerdo con Dios, tenemos que entregar nuestro derecho a ofendernos. Nuestra
meta debe ser vivir en paz con todos, tanto como sea posible.
El orgullo es un gran obstáculo a la hora de reconocer que estamos ofendidos. Nos dice cosas como, “Soy
duro. Puedo superar esto. No estoy herido. De todas formas, no los necesito.” El orgullo nos hace confiar
en nuestra propia fuerza para manejar las situaciones dolorosas en lugar de confiar y descansar en Dios.
Según Proverbios 11:2; 16:5, 18-19; 21:4; y 1 Pedro 5:5, ¿qué piensa Dios del orgullo?
73
¿Cómo nos ve y nos responde cuando somos orgullosos?
Si estamos llenos de orgullo, nuestra confianza está en algo que no es Dios. Sé honesto contigo mismo:
¿En qué está puesta tu confianza?
¿Qué dice Dios respecto a confiar en nuestra propia habilidad? Revisa Juan 6:63; Romanos 7:18;
Filipenses 3:3; y Juan 15:4-5.
La humildad es el antídoto del orgullo. ¿Cómo se siente Dios al respecto y cómo nos bendecirá si somos
humildes? Lee Proverbios 15:33 y 22:4; Santiago 4:6-10; Mateo 18:2-4 y 23:11-12; y Salmos 37:11 y
149:4, y escribe lo que el Señor te dice sobre esta cualidad asombrosa, honrada por Dios.
“Creyente, ¡estudia la humildad de Jesús! Este es el secreto, la raíz escondida de tu redención. Sumérgete en ella más
profundamente día a día. Cree con todo tu corazón que este Cristo, que Dios te ha dado, al punto de que Su divina
¿De dónde viene la humildad? De pasar tiempo con Jesús y permitir que Él imparta Su Espíritu en
nuestras vidas momento a momento. Analiza los ejemplos en Mateo 11:28-30; Juan 13:1-17; y Filipenses
2:1-8, y escribe lo que Dios te muestre.
…En esto también me ejercito, para tener siempre una conciencia sin ofensa para con Dios y los hombres. —
Hechos 24:16 VM
Jesús dijo en Lucas 17:1 que es imposible que no vengan las ofensas. Por tanto, si vamos a vivir libres de
ofensas, vamos a tener que esforzarnos—esfuerzo que Pablo compara con ejercicio. Aunque pocos gustan
de hablar de ejercicio, y mucho menos hacerlo, tiene el poder de mantenernos saludables—en cuerpo, alma
y espíritu.
Todos los ejercicios proveen beneficios específicos, ya se trate de deportes tradicionales, aerobios, nadar o
hacer pesas. ¿Qué recompensas y ventajas has obtenido del ejercicio?
¿Qué tipo de beneficio piensas que vendrá de ejercitarte espiritualmente para mantenerte libre de la
trampa de la ofensa?
75
EJERCICIO: Esfuerzo hecho para entrenar o lograr buena forma física [o espiritual]; tarea o problema
realizado para desarrollar habilidad. 2La palabra griega para ejercicio en Hechos 24:16 es askeo—una
palabra que generalmente significa “tomar dolor, esfuerzo, ejercicio por medio de entrenamiento o
disciplina.”3 [Las palabras entre corchetes se añadieron para mayor claridad; las cursivas, para énfasis]
De la misma forma en que hay ciertas maneras de aumentar la fuerza física, hay “ejercicios” específicos
que podemos hacer para aumentar la fuerza espiritual. Piensa por un minuto: ¿Qué actividades aumentan
tu fe? ¿Qué derriba las barreras entre tú y Dios y te llena con Su amor, gozo, paz y esperanza? ¿Qué
diferencia sientes en general cuando esto pasa regularmente?
Analiza estos aumentadores de fuerza probados por el tiempo: Isaías 40:29-31; Salmos 27:13-14; Juan 15:1-8;
2 Timoteo 3:16-17; Salmos 119:165; Proverbios 27:17; Hebreos 10:24-25; Éxodo 15:1-2; Efesios 6:10-18; 1
Corintios14:4; y Judas 1:20.
Ahora que sabes qué te acerca a Dios y te fortalece, ¿cómo puedes hacer espacio para incluir esas prácticas
en tu agenda? ¿Qué necesita cambiar en tu vida para permitir que tu fe crezca? Toma un momento con
Jesús y pídele que te lo muestre. Juntos, escriban un plan para crear más oportunidades de acercarse.
...Ejercítate diariamente en Dios—¡nada de flojera espiritual, por favor! Los ejercicios en el gimnasio son útiles,
pero una vida disciplinada en Dios lo es mucho más, haciéndote apto hoy y para siempre. Puedes contar con
ello...—1 Timoteo 4:7-8 MSG
Examínense y pruébense y evalúense a ustedes mismos para ver si están manteniendo su fe y mostrando los frutos
de la misma… —2 Corintios 13:5 AMP
Si estás en el camino para recuperarte de los efectos de la ofensa, habrá señales que lo confirmen. Uno de
los mayores indicadores de que estás siendo sanado es que habrá más salud en tu relación con Dios. No
hay verdadera sanidad fuera de habitar en Él.
“No hay fórmulas con Dios. La forma en que Dios sana nuestras heridas es un proceso
profundamente personal. Él es una persona y Él insiste en trabajar personalmente. Para algunos, es
un momento de toque divino. Para otros, sucede con el tiempo y a través de la ayuda de otro, quizás
varios… La sanidad nunca ocurre fuera de la intimidad con Cristo. La sanidad de nuestras heridas
sale de nuestra unión con Él.”4
¿Cómo describirías tu relación con Dios? ¿Es increíble, apenas sobrevive o está en un punto medio?
¿Cómo se ve tu relación ahora en comparación con un año o dos atrás? ¿Cuándo sentiste por última vez la
presencia de Dios? ¿Qué te dicen tus respuestas?
En una escala del 1 al 10, evalúa lo siguiente (1 equivale a absolutamente no o nunca; 10 equivale a siempre):
77
_____ Creo que Dios me ama profundamente.
_____ Anhelo levantarme cada día para ver la aventura a la que Dios me lleva.
La mayor puntuación es 70 y la más baja 7. ¿Te gusta tu puntuación? ¿En qué áreas podrías mejorar? ¿Esa
puntuación te revela algo alarmante? La buena noticia es que, sin importar tu puntuación, puedes mejorarla y
crecer en tu relación con Jesús.
Otra señal de que Dios está sanando tu corazón herido es un cambio positivo en cómo te sientes hacia
quien te hirió. Sé honesto: ¿Estás orando sinceramente por tu ofensor, o lo haces de mala gana?
Si has estado orando, ¿han cambiado tu actitud, pensamiento y/o sentimientos desde que empezaste? ¿El
dolor inicial ha remitido?
Piensa: ¿Qué es lo que te lleva a Dios y a arrepentirte? ¿Cuándo te perdonó? ¿Cuándo te reconciliaste
(fuiste llevado de vuelta a una relación) con Él? ¿Qué te dicen estas respuestas respecto a personar a tu
enemigo y reconciliarte con él?
Somos embajadores de Cristo. Dios nos está usando para hablarles: les rogamos, como si Cristo mismo estuviera
aquí rogándoles, que reciban el amor que Él les ofrece—reconcíliense con Dios. —2 Corintios 5:20 TLB
Una vez que has perdonado a la persona que te hirió—y que sabes que has sido sanado—es momento de
arreglar las cosas con ella. Dios llama a esto reconciliación.
“La Biblia es clara sobre dos principios: (1) Siempre necesitamos perdonar, pero (2) no siempre
logramos la reconciliación. El perdón es algo que hacemos en nuestro corazón; le perdonamos a
alguien una deuda que tiene con nosotros. Cancelamos la deuda de esa persona y ya no nos debe
nada. Dejamos de condenarla. Está limpia. Sólo se necesita una parte para el perdón: yo. La persona
que tiene conmigo la deuda no tiene que pedir mi perdón. Es una obra de gracia en mi corazón.
Esto nos lleva al segundo principio: No siempre logramos la reconciliación. Dios perdonó al
mundo, pero no todo el mundo está reconciliado con Él. Aunque pudo perdonar a todas las
personas, no todas las personas han admitido su pecado ni se han apropiado de Su perdón. Eso sería
reconciliación. El perdón requiere a uno; la reconciliación requiere a dos.”5
Según la cita de Dr. Henry Cloud y Dr. John Townsend, ¿te ha pedido Dios que vayas a la persona que te
hirió y te disculpes? ¿Lo has hecho? Si no lo has hecho, ¿qué te detiene?
79
Imagina: Has tenido un desacuerdo con otro creyente—lo llamaremos Bill—quien sigue enojado y
evitándote continuamente. Un día, mientras oras, Dios te urge a que vayas a reconciliarte con él. ¿Cómo
manejarías esto? Explica brevemente tus actitudes y acciones—¿qué harías y qué no harías?
Usando la situación con Bill, imagina que te llegas a él con la actitud correcta e intentas arreglar las cosas,
pero se niega a escucharte. ¿Cómo debes manejarlo? (Revisa Mateo 18:16-17.)
Es la bondad de Dios la que suaviza nuestros corazones y nos lleva a arreglar las cosas con Él. De
manera similar, cuando mostramos bondad a alguien que nos ha maltratado, sentamos las bases para la
reconciliación. ¿Qué pasos prácticos puedes dar para crear una atmósfera llena del amor de Dios?
Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor. —Hebreos 12:14
Aunque es la voluntad de Dios que nos reconciliemos unos con otros, no siempre es posible. Es por eso
que nos dice en Romanos 12:18, “Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los
hombres.” Cuando damos lo mejor de nosotros para arreglar relaciones rotas, Él honra nuestros esfuerzos.
Así que usemos toda nuestra energía en llevarnos bien unos con otros. Ayuden a otros con palabras
de aliento; no los hundan encontrándoles faltas. —Romanos 14:19 MSG
Porque: el que quiere amar la vida y ver días buenos [buenos—lo parezcan o no], refrene su lengua
de mal, y sus labios no hablen engaño (traición, mentira); apártese del mal, y haga el bien; busque la
paz (armonía, sin perturbaciones debido al miedo, pasiones agitadas y conflictos de moral), y sígala
[no se limite a desear una relación pacífica con Dios, con sus congéneres y consigo mismo, ¡sino que
los persiga, que vaya tras ellos!]. —1 Pedro 3:10-11 AMP
Pero la sabiduría que viene del cielo es primero que todo pura y llena de callada gentileza. Después
es pacífica y cortés. Permite la discusión y está dispuesta a ceder ante otros; está llena de piedad y
buenas obras. Es entusiasta y directa y sincera. Y los que son pacificadores sembrarán semillas de
paz y cosecharán bendiciones. —Santiago 3:17-18 TLB
Y la paz (armonía del alma que viene) de Dios gobierne (arbitre continuamente) en vuestros
corazones [decidiendo y respondiendo con propósito todas las cuestiones que surjan en sus mentes,
en ese pacífico estado], a la que asimismo fuisteis llamados [a vivir] en un solo cuerpo [como
miembros de Cristo]… —Colosenses 3:15 AMP
¿Qué te está diciendo Dios sobre la paz en estos versículos? ¿Por qué es tan importante perseguir?
Cuando alguien trata de hacer las paces contigo, ¿qué palabras y/o actitudes cierran tu corazón y cuáles lo
abren? ¿Cómo guía esto tus esfuerzos?
81
¿Qué puedes hacer para permitir que la paz de Cristo reine en tu corazón? ¿Cómo afectará esto tus
interacciones con otros?
ACTÚA
“Cuando alguien te lo hace pasar mal, responde con las energías de la oración.” —Mateo 5:44 MSG
En esta lección, mencioné que Jesús nunca nos dijo que oráramos por mamá, papá, o aquellos que nos
aman y nos tratan bien. Nos retó a orar por los que nos habían maltratado. Esto no es algo fácil de hacer, y
requiere ejercicio.
En la acción de la Lección 1, fuiste retado a escribir cartas a las personas que te han ofendido o maltratado.
Revisa esas cartas. ¿Te sientes de forma distinta hacia ellos después de completar el curso? ¿Hay cosas que
quieras decirles?
Puede que todavía te sientas enojado, herido, decepcionado o incluso ofendido con uno o más de ellos.
Este ejercicio te ayudará a desarrollar los músculos espirituales para perdonarlos por completo.
Usa el espacio a continuación para escribir los nombres de las personas que aún necesitan tu perdón. Esta
será tu lista negra. Una lista negra se crea por lo general para marcar a las personas para la muerte o la
destrucción. Pero tú usarás tu lista para identificar quién debe ser objetivo de tu bondad.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
8.
9.
10.
Empieza a orar por cada persona en tu lista negra. Ora porque conozcan a Dios profundamente. Ora por
sus finanzas. Ora por su éxito. ¡Ora por ellos como quisieras que otras personas oraran por ti!
Comprométete a hacer esto durante los próximos treinta días, o hasta que te sientas emocionado de orar
por ellos. Una vez que orar por una persona no se te haga difícil, podrás tacharla de tu lista y pasar a la
segunda parte de esta acción.
PARTE 2: Reconciliación
Hagan todo lo posible por vivir en paz con todos. —Romanos 12:18 NTV
Aprendimos en esta lección que el perdón requiere a uno, pero la reconciliación requiere a dos. Cuando
es apropiado, debemos perseguir la reconciliación, pero ten en cuenta que la otra persona puede no querer
reconciliarse.
83
Estos son algunos pasos que puedes dar para reconciliarte.*
Contacta a la persona. Puede ser una llamada, un mensaje de texto o un email. Rompe el hielo y conecta
con ella. Puede que se necesite tiempo para reconstruir la relación y la confianza, pero inténtalo.
Haz los arreglos para verla en persona, si es apropiado. Asegúrate de hacer un arreglo asequible.
Crea una atmósfera de bondad. Prepárate a encontrarte con ella en una postura de humildad. No se
trata de recordarle el daño que ha hecho. En lugar de eso, aproxímate en actitud de disculpa—aceptando
cualquier error que puedas haber cometido. Sé el primero en disculparte. Incluso si sólo tuviste un uno
porciento de culpa, acéptalo. Recuerda, es la bondad de Dios la que nos lleva al arrepentimiento.
PENSAMIENTOS FINALES…
Jesús nos perdonó mucho antes de que nos reconciliáramos con Él. Quiere darnos el poder
de reconciliarnos, no sólo con Él, sino con otros que nos han ofendido. Nuestro pecado de
permanecer ofendidos no se justifica por el modo en que fuimos tratados—¡Dios tiene para
nosotros planes mayores que ese! Su amor maduro en nosotros cubre una montaña de pecado,
siempre espera la restauración y nos sana desde adentro.
Aunque no podemos controlar lo que hace la gente, podemos controlar lo que nosotros hacemos.
Escojamos ser el pueblo de Dios—un pueblo que abraza el renovador poder del perdón. Después
de todo, ¿no es de eso de lo que se trata el Evangelio?
*Si tu seguridad puede verse amenazada por conectar con tu ofensor, sugerimos que busques el consejo de un pastor, consejero o amigo
cercano. Hay situaciones en las que no sería apropiado el contacto con tu ofensor.
(1) Andrew Murray, Humility (Fort Washington, PA: CLC Publications, 1997) pp. 23, 42. (2) Adaptado del Merriam-Webster’s Desk
Dictionary (Springfield, MA: Merriam-Webster, Incorporated, 1995). (3) Adaptado de Vine’s Complete Expository Dictionary of Old and
New Testament Words, W.E. Vine (Nashville, TN: Thomas Nelson Publishing, 1996). (4) John Eldredge, Wild at Heart (Nashville, TN:
Thomas Nelson Publishers, 2001) pp. 127-128. (5) Dr. Henry Cloud, Dr. John Townsend, Boundaries (Grand Rapids, MI: Zondervan
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