Zamudio Torresi PDF
Zamudio Torresi PDF
Este libro fue publicado originalmente en 1998 por el programa Prociencia del Consejo
Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de la Argentina, en colaboración con el
Ministerio de Cultura y Educación de la Nación. Prociencia fue un programa creado en la
década de 1970, para la actualización de la formación docente mediante cursos elaborados por
reconocidos especialistas en diferentes ramas del conocimiento. Se trataba de escribir libros
que incluían actividades para la autoevaluación y que se enviaban por correo postal a los
inscriptos. Estos recibían también exámenes parciales y finales que corregíamos los autores de
los cursos. Para el apoyo de los docentes estudiantes en sus provincias de origen, los
investigadores de Prociencia viajábamos y formábamos tutores.
Poco después de que este libro comenzara a circular entre los docentes argentinos, el
programa se privatizó y los cursos comenzaron a ser pagos para los docentes. Algunos
investigadores, como quien escribe esta nota, además coordinadora académica del área de
Lengua y Literatura del programa, renunciaron. Otros mantuvieron su empleo hasta que el
programa se cerró. Prociencia fue una prestigiosa experiencia de formación docente a
distancia en la Argentina.
Sin ninguna pretensión de hacer de esta versión un estudio exhaustivo sobre la explicación y su
enseñanza, esperamos que, no obstante, los docentes encuentren en ella una herramienta útil
para transformar sus prácticas pedagógicas.
Ana Atorresi
INTRODUCCIÓN
7
Explicaciones y modalidades lógicas .............................. 36
Marcadores epistémicos.............................. 38
La etnometodología .............................. 45
Lo contrastivo .............................. 62
Lo definido .............................. 63
9
INTRODUCCIÓN
Tratamos en este trabajo el complejo tema de la explicación. ¿Qué es explicar? El significado
del término es ambiguo; de hecho, puede funcionar como sinónimo de enseñar, informar,
justificar, dar instrucciones, dar causas o razones, fundamentar, comprender, describir,
caracterizar o definir. Sin embargo, cualquier aspecto relacionado con la explicación
presentará siempre una constante semántica: la idea de desenvolver lo que estaba envuelto,
de desplegar algo ante la visión intelectual, de hacer claro lo confuso. De allí, la importancia
que tiene el tema para quienes de ocupan de la transmisión y la apropiación de conocimientos.
Por otra parte, en tanto se refiere a cosas del mundo, la explicación participa del componente
ideacional, es decir, del lenguaje como representación. Por esto, el sentido de explicar puede
repartirse en dos dimensiones: una interaccional, que apela a la comunicación, y otra lógico-
cognitiva, que remite a los juicios y razonamientos mediante los que se organizan nuestros
conceptos acerca del mundo real o posible.
Según se seleccionen uno o más de los rasgos de significación que se acaban de señalar, las
teorías de la explicación se configurarán de una u otra manera y la explicación resultará
asociada a diferentes dominios.
Hay tres dominios fundamentales desde los cuales se estudia la explicación, cada uno con
características particulares: la Epistemología, el Análisis del Discurso y la Pedagogía. La
temática de nuestro libro responde, precisamente, a esos dominios.
Para ninguna rama de la ciencia son explicaciones científicas los relatos míticos y las leyendas.
Sin embargo, esas explicaciones son objeto de estudio de disciplinas humanísticas como la
Antropología, los Estudios Literarios o la Etnolingüística. En este libro no abordamos esos
enfoques por razones de espacio, pero reconocemos su gran interés.
Para la Lingüística, y específicamente el Análisis del Discurso, las cosas no son menos
complejas que para la Epistemología, ya que se trata de tener en cuenta no solo el sentido y la
referencia de los enunciados, sino también las particularidades de su uso en contextos de
situación y de cultura.
A esto se agrega el hecho de que la explicación será analizada de diferente manera según la
escuela que la estudie. De este modo, la etnometodología lingüística, disciplina proveniente de
la microsociología y que estudia prácticas sociales en la vida cotidiana, pondrá el acento en las
interacciones socioculturales que se realizan durante el curso de las explicaciones orales en
conversaciones. El cognitivismo lingüístico, que estudia las relaciones entre realidad, cognición
y lenguaje, se centrará en destacar las representaciones y conceptualizaciones que se manejan
en el desarrollo de las explicaciones, así como en las operaciones cognitivas que se ponen en
juego durante una explicación. La lingüística textual, disciplina que se propone, mediante el
análisis de las relaciones de coherencia y cohesión –entre otras–, el estudio de la textualidad,
tendrá en cuenta, preferentemente, el formato de los textos explicativos, las relaciones lógicas
y funcionales que organizan su macroestructura, la distribución de la información dada y nueva
como estrategia explicativa, entre otros aspectos. La teoría de la enunciación, que estudia la
proyección del sujeto en su discurso, se interesará por el análisis de las estrategias
objetivantes del sujeto de la enunciación, el tratamiento de la modalidad epistémica, la
explicación directa o puesta en voz de otro, etc. La rama de la Lingüística que estudia los actos
que se realizan en el uso de los enunciados –la pragmática– pondrá su atención en el modo
como se realizan los actos explicativos. La semiología de la imagen, disciplina que estudia el
comportamiento de los signos y el código visual, se detendrá en el estudio de los sistemas
visuales explicativos y en los componentes gráficos de los textos explicativos. De todas estas
escuelas –que no agotan las perspectivas para estudiar la explicación– hemos tomado uno o
más aspectos, tratando de seleccionar en cada caso los que parecían más relevantes para la
transposición didáctica.
9
En cuanto al dominio pedagógico, asumimos la enseñanza de la explicación en géneros de
textos o géneros discursivos. Siguiendo a Schneuwly (1994), pensamos que los géneros de
textos son mega-herramientas didácticas en la enseñanza de la lengua porque concentran
todos los objetos de enseñanza como posibilidades para la construcción verbal. Es decir,
partiendo del género, podemos llegar a la sintaxis de un texto en particular pasando por sus
mecanismos de conexión y cohesión, entre otros elementos, y sin olvidarnos del uso social del
lenguaje como punto de partida.
Esta visión es muy diferente de la que sostiene cuando en la escuela se parte de “tipos de
textos”, porque en este caso los objetos de enseñanza son solo intrínsecos, esto es, se dejan
de lado las condiciones de producción y de recepción. Además, cuando se asume este
enfoque, suele suceder que la gramática se enseñe por separado, sin mostrar su funcionalidad
en la construcción general del sentido textual.
Respecto de la organización del libro, está estructurado en tres partes. La primera, Tipos de
explicación y dominios, da cuenta de los enfoques disciplinares presentados arriba. La segunda
está dedicada al tratamiento de un género explicativo por excelencia: la divulgación científica.
Finalmente, la tercera parte incluye dos propuestas didácticas alrededor de la explicación.
11
1.4. La explicación desde la Epistemología
1.4.1. Explicación y ciencia
Desde el punto de vista de los fundamentos y los métodos propios del conocimiento científico,
la explicación es un tema que reviste una importanica fundamental, pues es la operación que,
para determinadas posiciones acerca de la producción del conocimiento, permite superar el
estadio meramente descriptivo de un hecho.
Si uno de los aspectos esenciales de una teoría científica radica en la posibilidad de explicar
determinado hecho de la realidad, todo acto de explicación científica debe incluir, explícita o
implicitamente, una garantía que asegure su validez.3
1
Algunos epistemólogos consideran que las explicaciones de “tercer nivel” o teóricas no corresponden
al dominio de la ciencia sino al de la metafísica, puesto que se pierde contacto con lo observable y se
ingresa en el nivel de las conjeturas. Para la exposición de esas posturas, que exceden el marco de este
trabajo, véanse Klimovsky (1997) y von Wright (1979).
2
Lo que en un momento dado de la historia de la ciencia se ha considerado explicativo ha dejado de
serlo en otro momento. Por otra parte, tampoco ha existido en un mismo momento una visión única
acerca de lo explicativo. No nos ocuparemos aquí de la validez de tal o cual explicación, sino de las
diferentes formas de las explicaciones.
3
Es interesante atender aquí a la diferenciación que establecen los epistemólogos entre las tres
operaciones esenciales de la ciencia: ”fundamentar”, “explicar” y “predecir”. Según Klimovsky (1997),
fundamentar un enunciado es indicar las razones por las cuales se puede considerar verificado, lo que
supone que inicialmente dicho enunciado no sea verdadero. De la misma manera, en la predicción no se
sabe si el enunciado es verdadero, pero se ofrecen elementos por los cuales se espera que los hechos
ocurran tal como se anticipa. En cambio, si se quiere explicar algo, se sabe que ya ha ocurrido y se lo
admite como cierto.
Lo que una explicación nomológica pretende explicar no debe ser necesariamente un hecho
singular: el bolígrafo cayó al suelo porque la Tierra ejerce una atracción sobre todo cuerpo de
menor masa; en efecto, también es posible explicar hechos generales o leyes empíricas, para
lo cual se podrán tomar como premisas una o varias teorías (por ejemplo, para expliar las leyes
de Kepler, se recurre a la Teoría de la Relatividad).
Desde esta perspectiva, la explicación es el motor de las teorías científicas (Popper, 1973),
pues ante el requerimiento de una explicación, puede ocurrir que exista la teoría que permite
construir la deducción, pero también que sea necesario edificarla.
Una variante del modelo de explicación nomológico deductivo son las explicaciones en las que
las premisas tienen un carácter hipotético. Supongamos el siguiente caso: Seguramente no
arranca porque habrás dejado las luces encendidas y se habrá descargado la batería.
Conjeturar que un auto no arranca a causa de que la batería se ha descargado por efecto de
haber dejado las luces encendidas no es lo mismo que tener la certeza de ello; sin embargo, si
por el buen estado general del automóvil resulta razonable considerar esa posibilidad, el
desperfecto resultaría, en principio, explicado y se presumiría que efectivamente la descarga
de la batería ocurrió. Esto favorecerá la consulta a un mecánico que, de corroborar la
suposición, la transformará en verdadera. Una explicación fundada en datos supuestos o
conjeturales que permite finalmente transformar dicha suposición en datos probados, se
denomina explicación potencial.
La mayoría de los epistemólogos coincide en que una explicación científica consta de al menos
una ley teórica conocida y/o de un hecho conocido de los cuales se deduce o infiere la
explicación; en el caso de la explicación científica nomológica, dicha ley es un enunciado
general que designa a todos los individuos que conforman una clase no finita de miembros.
En otros casos, la garantía de una explicación no es ya una ley universal sino un alto grado de
probabilidad. Si alguien afirma: Roxana comió un kilo de bombones y, como era de esperar, se
indigestó, está respaldando su explicación no con una ley universal como en el ejemplo de la
barra de cobre citado arriba (de hecho, algunas personas no se indigestan a causa de comer un
kilo de bombones), sino con una comprobación repetida en condiciones semejantes. En estos
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casos, se trata de una ley estadística, de una regularidad en términos probabilísticos, que da
lugar a la explicación de un hecho singular. Se la denomina explicación probabilística. En
síntesis: una explicación probabilística es un razonamiento compuesto por ciertos datos, una
ley estadística y una conclusión que no se deduce de las premisas con garantía absoluta de
verdad porque no puede inferirse qué ocurrirá en todos los casos.
Yo deduje que usted había venido de Afganistán. […] El curso de mi razonamiento fue el
siguiente: “He aquí a un caballero que reponde al tipo del hombre de Medicina, pero que
tiene un aire marcial. Es, por consiguiente, un médico militar, con toda evidencia. Acaba
de llegar de países tropicales, porque su cara presenta un fuerte color oscuro, color que
no es natural en su cutis, porque sus muñecas son blancas. Ha pasado por sufrimientos y
enfermedad, como lo pregona su cara macilenta. Ha padecido una herida en el brazo
izquierdo; lo mantiene rígido y en una postura forzada… ¿En qué país tropical ha podido
un médico del Ejército inglés pasar por duros sufrimientos y resultar herido en un brazo?
Evidentemente en Afganistán. Toda esa trabazón de pensamientos no me llevó un
segundo y entonces hice la observación que lo dejó a usted asombrado.
Y, más adelante:
Existe, entre los hechos delictivos, un gran parecido, y si usted sabe al dedillo y en detalle
cómo y por qué se produjo un millar de casos, pocas veces dejará de poner en claro el mil
uno.
Como puede verse, Holmes deduce la ocupación y el lugar del que acaba de llegar
Watson, a partir de considerar una serie de datos y la conclusión no podría haber
resultado “correcta” si alguno de dichos datos se hubieran dejado de lado (por ejemplo,
de no haber notado el cambio en el tono de la piel de Watson a partir de la muñeca,
Holmes podría no haber deducido que éste había vestido un uniforme). Además, Holmes
afirma que, considerando la semejanza entre casos, “pocas veces” no puede resolverse
el caso 1001. Así, puede afirmarse que el “método” de Sherlock Holmes para resolver
crímenes es deductivo y probabilístico. Esto se explica por la fuerte influencia del
pensamiento científico de la época en la literatura policial de enigma.
El modelo de las explicaciones genéticas fue introducido por algunos historiadores y filosófos
analistas de la historia con el fin de señalar la posibilidad de explicar hechos históricos sin
emplear leyes. Así, por ejemplo, una explicación genética consistiría en tratar de comprender
la Independencia colombiana a partir de determinar el proceso o encadenamiento de hechos
significativos cuyo final consiste en dicha Independencia. Como apunta Klimovsky (1997),
descubrir cuáles son los hechos pertinentes, entre la infinidad de hechos históricos que se
ofrecen, implica: a) hacer explícito un criterio de pertinencia de los hechos que constituirán la
explicación; y b) ubicar estos en cierto orden, lo cual supone la indicación de que, a un hecho
subsigue otro y el segundo sucedió a causa del primero.
Desde este punto de vista, cada eslabón del encadenamiento de hechos seleccionados para la
explicación genética sería una explicación nomológico deductiva, estadística y parcial acerca de
por qué un hecho se produjo como consecuencia del inmediatamente anterior.
Las explicaciones funcionales, que surgen en las ciencias naturales, tienen gran alcance en la
sociología contemporánea y en las ciencias sociales en general. Si bien hay divergencias entre
quienes adhieren a ese modelo explicativo, puede señalarse, como característica común,la
concepción acerca de la existencia de un sistema o conjunto de componentes relacionados por
leyes científicas, naturales y/o sociales, de manera tal que entre ellos se establece un
equilibrio. Dicho sistema será funcional si cualquier alteración que lo aleje del estado de
equilibrio hace interactuar las partes de modo que este sea recuperado.
Por su parte, en el campo de la comunicación masiva, H. Lasswell (1927), inicia este tipo de
explicación afirmando que el uso que se da a los medios de comunicación está en relación de
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interdependencia con respecto a la función social que cumplen, esto es, en un orden de
homeostasis entre la comunicación y la estructura económica y política de la sociedad.
En relación con la explicación funcionalista en la ciencias sociales, Klimovsky (1997) señala que
un error que cometen sus partidiarios es creer que la sociedad es el sistema (en singular) que
debe ser explicado o comprendido de esa manera, cuando, de hecho, la sociedad es una
yuxtaposición de varios sistemas, cada uno de ellos constituido, según las variables que se
tomen en cuenta, por su propia posición de equilibrio.
En The Structure and Functions of Communication in Society (1948), Lasswell plantea una
analogía entre la acción social de los medios de comunicación masiva, las funciones
descubiertas en el análisis de la comunicación animal y la cibernética, por la que el recurso a la
noción de “equilibrio natural” surge con toda claridad en un campo en el que, según nuestra
opinión, es fundamental considerar primariamente relaciones de fuerza y conflictos que
surgen en sistemas que exceden el campo de los medios masivos.
Tal como se desprende de los modelos explicativos y de los ejemplos presentados hasta
ahora, los métodos empleados por las ciencias sociales para explicar la realidades que
constituyen su objeto han sido, en líneas generales y durante mucho tiempo, los mismos de los
que valen las ciencias naturales, por lo que su aplicación genera los mismos problemas.4 Así,
por ejemplo, si la concepción hipotético-deductiva del método científico aplicado a las ciencias
naturales concibió los enunciados de una teoría como hipótesis que serían corroboradas o
refutadas una vez que la teoría hubiera sido sometida a diversas constrastaciones, puede
encontrarse la misma concepción en el campo de las ciencias sociales.
Otro ejemplo concreto: para el pensamiento inductivista proveniente de las ciencias naturales,
luego de una considerable serie de observaciones de fenómenos singulares podía llegarse, por
generalización, a leyes empíricas y teóricas que explicaban dichos fenómenos; de la misma
manera, en el campo de las ciencias sociales, Durkheim ([1897]1971) observó la influencia de
las “sociedades religiosa, política y doméstica” sobre el índice de suicidios; a partir de
determinar qué tenían en común tales tipos de “sociedades”, Durkheim estableció una ley
general que explicaba dicho índice: “[…] el suicidio varía en razón inversa al grado de
integración de los grupos sociales de los que forma parte el individuo”.
Asimismo, von Wright (1979), compara la filiación de los métodos hegeliano y marxista con los
provenientes de las ciencias naturales y la lógica:
Las ideas hegelianas y marxistas sobre el método cargan el acento sobre las leyes y la validez
universal. En esto se asemejan […] a la tendencia positivista de orientación científico-natural.
Pero la idea presente […] cuando se plantea, por ejemplo, el proceso histórico, difiere del
concepto de ley que subyace a las explicaciones causales […]. El esquema dialéctico
desarrollado a través de la tesis, la antítesis y la síntesis no es causalista […] Se halla más
4
Para profundizar en el tema de los métodos y el conocimiento científico, véanse Boido y otros (1996) y
Schuster (1997).
Sin embargo, es posible diferenciar una clase de explicaciones que se dan particularmente –
aunque no solamente- en el dominio de las ciencias sociales. Son aquellas que se engloban
bajo la denominación de explicaciones teleológicas.
La palabra telos, que significa “fin” u “objeto” indica que, en este caso, se supone la existencia
de un agente responsable de determinado acontecer, que tiene la intención de preservar
determinada situación. En otras palabras: las explicaciones teleológicas tienen que por objeto
dar cuenta de hechos desencadenados por factores humanos individuales o colectivos,
conscientes o inconscientes, que pertenecen al orden de las razones, las intenciones, los
motivos y las disposiciones.
En esta clase pueden incluirse también las explicaciones por motivaciones o actitudes
intencionales con las que se corresponderían estados del sistema psíquico del individuo que
darían sentido a su acción. Por ejemplo:
La vida del alma humana está determinada por un objetivo. […] Si una persona, por
ejemplo, tiene mala memoria, la pregunta que debemos plantearnos es la siguiente: “¿a
qué tiende la debilidad de la memoria?” Entonces descubriremos, por ejemplo, que esa
persona intenta demostrarse a sí misma y demostrar a los demás que debe evitarse una
acción o una decisión (cambio de profesión, estudio, examen, matrimonio, etcétera). Así,
la falta de memoria quedaría desenmascarada como una lucha contra la derrota.
Desde la Psicología, Bruner (1990) relaciona la explicación teleológica con uno de los dos
modos de pensamiento característicos del ser humano: el pensamiento narrativo. Para este
autor, pensamos nuestra propia vida, así como la de los otros, como una narración, puesto que
creemos que las personas se ven impulsadas por deseos y por creencias que las llevan a actuar
de cierta forma conforme al medio en que se mueven. Si observamos algún tipo de
contradicción entre los deseos y las creencias, por un lado, y el medio en que la persona se
desenvuelve, por el otro, elaboramos un relato que justifique su comportamiento. Las
personas son concebidas como actores que se encuentran movidos o movilizados por metas u
objetivos, que se sirven de instrumentos para alcanzarlos y que, en esa búsqueda, se enfrentan
con obstáculos que el medio presenta. Se trata, entonces, de una representación narrativa de
las acciones humanas, en la que actores, acciones, objetivos, instrumentos y medio componen
la estructura. Al elemento de la trama, se suma el de la conciencia: lo que saben, piensan o
sienten, o dejan de saber, pensar o sentir quienes intervienen en la acción.
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Algunos filósofos proponen la distinción entre “explicar por causas naturales” y “explicar por
razones”. Las explicaciones causales serían explicaciones nomológico deductivas entre las
cuales figurarían leyes causales; desde esta perspectiva, los agentes siguen pautas de conducta
características que proporcionan las “leyes” que conectan motivos y acción en el caso
individual. Las explicaciones por razones, en cambio, darían cuenta de que las decisiones
humanas dirigidas hacia el futuro no están determinadas por una causalidad natural, sino por
motivaciones; para esta línea, explicar una acción es mostrar que esa acción fue el proceder
adecuado en la ocasión considerada.
En las últimas décadas, numerosos epistemológos se han esforzado por desarrollar modelos
explicativos causales para las ciencias sociales. Estos proponen establecer un conjunto de
relaciones generales entre las acciones humanas y la totalidad macrosocial que trasciende la
vida de los individuos. En general, los investigadores que trabajan en esta dirección, están de
acuerdo en que las explicaciones causales históricas deben contener, al menos, tres
elementos: a) el conocimiento de las intenciones de los actores; b) el conocimiento de las
condiciones particulares en las que ocurren las acciones, los acontecimientos y los procesos
sociales y c) el conocimiento de modelos generales y teorías sobre los individuos, las
sociedades y los procesos sociales.
Von Wright (1979) considera que las explicaciones teleológicas y las causales permite distinguir
dos tradiciones importantes, la aristotélica y la galileana, respectivamente, que difieren en
cuanto a la consideración de las condiciones que debe satisfacer una explicación científica. Sin
embargo, como señala el mismo von Wright, estos términos dan una caracterización parcial de
la confrontación, pues si bien es fuerte el acento puesto por Aristóteles y la ciencia aristotélica
en la teleología, ello no significa que todas las explicaciones propias de su forma sean
teleológicas. En forma similar, las explicaciones de la tradición galileana estuvieron lejos de ser
siempre explicaciones causales en sentido estricto.
Para von Wright, el objetivo de las ciencias naturales consiste en explicar a partir de leyes
generales, mientras que el propósito de la historia es, en cambio, comprender los fenómenos
que ocurren en su campo. Este autor señala, sin embargo, que el uso ordinario no hace una
distinción entre explicar y comprender, porque, en los hechos, cualquier explicación, causal o
teleológica, proporciona una comprensión. Este aspecto resulta relevante en relación con el
rasgo psicológico que supone la acción de comprender y con el hecho de que la comprensión
se encuentra vinculada, además, con la intencionalidad (se comprenden los propósitos de un
sujeto, el significado de un signo según la cultura, el sentido de un enunciado, etcétera). Según
Schuster (1977), la comprensión puede ser entendida como la reconstrucción en la propia
conciencia de la conciencia del otro.5 Cuando se trata de comprender en nivel científico (por
5
Las posiciones científicas acerca de la comprensión difieren; Dilthey y Weber, por ejemplo, tienen una
perspectiva psicologista puesto que afirman que la comprensión se refiere a estados mentales
subjetivos; para Winch, en cambio, toda forma de vida está representada en el lenguaje y la
comprensión es expresable en términos de adecuación a reglas sociales de uso lingüístico; Gadamer
sostiene que la comprensión y la interpretación son el modo de ser de todas las tradiciones culturales,
Saussure, cuya línea de pensamiento fue seguida por los principales semiólogos, pensaba
que la lingüística no era más que una parte de la ciencia general de los signos. Ahora bien,
no es del todo seguro que en la vida social de nuestro tiempo existan, además del lenguaje
humano, otros sistemas de signos de relativa amplitud. Hasta ahora la semiología no trató
más que códigos de interés irrisorio, como el código de tránsito; en cuanto pasamos a
conjuntos dotados de una verdadera profundidad sociológica, volvemos a encontrar el
lenguaje. Es cierto que objetos, imágenes, conductas pueden significar y de hecho
significan abundantemente, pero nunca en forma autónoma […]. La sustancia visual, por
ejemplo confirma sus significaciones reforzándose mediante un mensaje lingüístico (es el
caso del cine, de la publicidad, de las historietas, de la fotografía periodística), de modo
que por lo menos una parte del mensaje icónico se encuentra en una relación estructural
de redundancia o de relevo respecto del sistema de la lengua. En cuanto a los conjuntos
de objetos (vestidos, alimentación), sólo adquieren la categoría de sistema al pasar por el
relevo de la lengua, que deslinda sus significantes (bajo la forma de usos y razones);
somos más que antes y pese a la invasión de imágenes, una civilización de la escritura. […]
De este modo, y aunque trabaje al comienzo con sustancias no lingüísticas, tarde o
temprano el semiólogo de las sociedades contemporáneas (para atenernos al campo de
las comunicaciones de masa) está destinado a encontrar en su camino al lenguaje (al
“verdadero”), no sólo a título de modelo, sino también a título de componente, de relevo
o de significado. Sin embargo, ese lenguaje no es del todo el de los lingüistas: es un
lenguaje secundario, cuyas unidades no son más los monemas o los fonemas, sino
fragmentos más extensos del discurso que remiten a objetos o episodios que significan
por debajo del lenguaje pero nunca sin él. Así, la semiología está quizá destinada a
absorberse en una translingüística, cuya materia será ya el mito, el relato, el artículo
periodístico, en una palabra, todos los conjuntos significantes cuya materia prima es el
lenguaje articulado, ya los objetos de nuestra civilización en la medida en que son
hablados (a través de la prensa, el catálogo, el reportaje, la conservación y quizá el
lenguaje interior mismo, de orden fantástico). En suma, es necesario admitir desde ahora
la posibilidad de invertir algún día la proposición de Saussure: la lingüística no es una
19
parte, ni siquiera privilegiada, de la ciencia general de los signos; es la semiología la que es
una parte de la lingüística, precisamente esa parte que se haría cargo de las grandes
unidades significantes del discurso. Se obtiene así la unidad de las investigaciones que
actualmente se están realizando en antropología, sociología, psicoanálisis y estilística
acerca del concepto de significación.
Las hipótesis y las teorías científicas están formuladas en términos teóricos que no aparecen
en la descripción de los datos empíricos en los que ellas se apoyan y a cuya explicación sirven.
¿Cómo se llega entonces a ellas? El método aceptado es el hipotético deductivo: a partir de
leyes empíricas se conjeturan leyes teóricas que las explican deductivamente. A su vez, a partir
de éstas, se derivan nuevas leyes empíricas.
Ahora bien: es necesario, por lo tanto, establecer un conjunto de reglas que vinculen los
términos teóricos (lo no observable) con los empíricos [lo observable]7. Son las reglas
interpretativas o de correspondencia. Así, por ejemplo, tomando el caso de un gas, puede
afirmarse “La temperatura (observable) es proporcional a la energía cinética medida por grado
de libertad de las moléculas (no observable)”. O “un gas es un conjunto de moléculas en
movimiento constante que cumple con las leyes de la mecánica de las partículas”, ley teórica
no observable que puede conjeturarse a partir de la siguiente ley empírica: “Si se mantiene
constante la temperatura de un gas contenido en un recipiente, significa que el producto del
volumen por la presión también es constante”. Por medio de las reglas interpretativas o de
correspondencia, entonces, la teoría cinética de los gases [ley teórica] explica la ley empírica
acerca de la presión de un gas.
Como se ve, las reglas de correspondencia descriptas cumplen la función de permitir deducir
leyes teóricas de las leyes empíricas, de manera que aquellas no se vean reducidas a meras
especulaciones sin contrastación por la vía de la validación.
Desde otro ángulo, en líneas generales, las reglas de correspondencia permiten pensar las
cuestiones relativas a una disciplina en términos de otra. Así, para retomar el ejemplo anterior,
hasta mediados del siglo XX, se creyó que todos los fenómenos físicos podían ser explicados a
7
Lógicamente, lo observado está condicionado por el contexto y la experiencia: hemos aprendido, por
ejemplo, a observar (percibir) un determinado grado a nivel térmico de los cuerpos o del ambiente
como “temperatura”.
Aunque en la gran mayoría de los casos no se ha logrado demostrar todavía que todos los
fenómenos que son objeto de una determinada disciplina puedan ser reducidos a los términos
de otra, el reduccionismo, como metodología, constituye un tipo de explicación poderosa.8
Así, Nagel (1968) afirma que la reducción de una teoría a otra consiste en lograr una
explicación de las leyes de la teoría B en términos de las de A, con el auxilio de reglas de
correspondencia que vinculan afirmaciones realizadas mediante el vocabulario de A con otras
efectuadas en el vocabulario de B. Como podrá apreciarse, este tipo de explicación no supone
traducir el vocabulario de B al de A (lo que constituiría una reducción semántica problemática
cuando, en principio, hay que admitir que cada disciplina no sólo tiene definido su objeto, sino
también los términos para referirse a él): se trata de correlacionar entidades o situaciones
descriptas en el vocabulario de B con otras descriptas en el de A, a partir de considerar que
existe una correspondencia entre tales entidades o situaciones. Desde esta perspectiva,
entonces, reducir la psicología a la biología, consiste en correlacionar descripciones de las
conductas en el vocabulario psicológico con descripciones de las mismas en el vocabulario
fisiológico o corporal. Así, por ejemplo, hablar de la inteligencia X puede corresponderse con
“el modo de conducirse que manifiesta X –corporal y fisiológicamente- ante determinado
problema”.
1.4.11. Pseudoexplicaciones
Para la ciencia, la distinción entre las auténticas explicaciones y las aparentes explicaciones es
lógicamente, fundamental. Hempel (1979) indica que las explicaciones científicas deben
cumplir necesariamente las siguientes condiciones: a) relevancia: la explicación debe
proporcionar una base que permita creer que el objeto de la explicación tiene o tuvo lugar; es
decir, sólo se explican enunciados verdaderos; y b) contrastabilidad: una explicación es
aceptable si tiene consecuencias observacionales, es decir, adecuación empírica; la
contrastabilidad supone la posibilidad de avanzar en tres etapas: la primera, ligada a la
exigencia expuesta, consiste en comprobar la existencia de consecuencias observacionales; la
segunda, en deducir al menos algunas de ellas; y la tercera, en establecer, mediante
observaciones pertinentes, la verdad o falsedad de tales consecuencias.
8
Los lectores interesados en el psicoanálisis, podrán leer en la obra de Sigmund Freud que este autor
admite la reducción de los objetos psicológicos a términos de la físico-química, aunque supone que esa
tesitura, hasta tanto no se conozcan las leyes mediante las cuales podría efectuarse tal reducción, no
resultaría metodológicamente operativa.
21
Desde este punto de vista, las pseudoexplicaciones se producen cuando las premisas no
reúnen suficientes datos (“la guerra de Troya se produjo por el deseo de los aqueos de
controlar el comercio de la región”), resultan circulares (“La estricnina es venenosa porque
contiene un veneno muy activo”), son extraídas de “teorías” que no tienen carácter científico
(“Le va mal porque está escrito que así sea”) o suponen algún tipo de causa indeterminada (“Si
le robaron tantas veces, es por algo”). Los textos de los medios masivos de comunicación
contienen abundantes pseudoexplicaciones. Las pseudoexplicaciones también son frecuentes
en los manuales o libros de texto; ciertamente, por el grado de desarrollo cognitivo de los
niños, a veces es necesario simplificar las explicaciones, pero debería diferenciarse la falta de
algunos datos que, más adelante, podrán agregarse de las pseudoexplicaciones que producen
errores comunes arraigados (“La independencia chilena se debe al heroísmo de O’Higgins”).
1. Realice un cuadro que organice los tipos de explicación científica. Ese cuadro ¿es
explicativo? (Más adelante podrá verificar la corrección de la respuesta que ahora anticipa).
Como serie de proposiciones, las explicaciones científicas poseen una estructura factible de ser
esquematizada. Así, por ejemplo, para las explicaciones nomológico deductivas, Hempel (1979)
propone la siguiente esquematización:
L1, L2,…, Ln
Premisas
D1, D2,…, Dk
E Conclusión
en la que la primera proposición expresa las leyes generales; la segunda, los datos o hechos
concretos y la tercera, la conclusión que surge deductivamente de ambas proposiciones.
E porque D
en el que E es el suceso que hay que explicar y D algún dato o hecho concreto anterior o
concomitante. Es, entonces, en virtud de la ley implícita que E adquiere el carácter explicativo
y causal que D le atribuye.
D1, D2,… Dn
L1, L2,…. Lk
-------------------- p<0≤ p 1
A si y sólo si B
Por consiguiente, B
En dicha forma, la primera premisa plantea que A resume una descripción hecha en términos
que aluden a la base empírica, mientras que B describe lo que sucede en la zona teórica (“Se
percibe una mancha luminosa a través del ocular del microscopio si y sólo si hay un objeto
mucho más pequeño pero isomorfo en el objetivo –una célula-, según lo establece la teoría de
los sistemas ópticos centrados”); esto instituye una relación de equivalencia en tanto garantiza
la verdad de B, si A es verdadero, y la de A, si es verdadero B. La segunda es una premisa
empírica, un dato que afirma A (en nuestro ejemplo, la presencia de la mancha en el ocular),
por lo que, como A es verdadera, debe admitirse la validez de B (la presencia, en el objetivo,
del objeto llamado célula) (Klimovsky, 1977).
9
La causación es, desde Hume (1739), una cuestión no resuelta en la epistemología y en la filosofía de la
ciencia, y algunos sostienen que la causalidad no constituye sino una construcción filosófica. En efecto,
la noción de causa no está excenta de ambigüedades y es posible, además, reemplazarla o
complementarla con nociones tales como función o condición (necesaria, suficiente, etcétera). Sin
embargo, dado que el pensamiento causal es central en la ciencia, nos ocupamos de dar cuenta de su
estructura.
23
En síntesis: según el modelo explicativo concebido, la estructura de la explicación científica
puede ser causal o bien plantearse en términos de equivalencia.10
En nuestra opinión –y en esto seguimos a Virtanen (1992) –,en el momento del análisis,
cualquier tipo textual puede ser considerado tanto en el nivel discursivo (entendiendo como tal
el nivel pragmático en el que se manifiestan las intenciones y las acciones comunicativas)
como en el nivel esquemático-superestructural (entendiendo como estructura o forma global
que caracteriza el tipo de un texto).11
Así, en el caso específico de la explicación, se tendrá como explicativo el texto que, tomando
como punto de referencia las intenciones del hablante y su consiguiente reconocimiento por
parte del oyente, tenga como meta hacer comprender algo a alguien, con las consecuentes
características superestructurales que de ese contrato devengan.12
La explicación como esquema textual, por su parte, presenta bastantes problemas, ya que no
resulta fácil establecer superestructuras esquemáticas explicativas, como sucede en el caso de
la narración, la descripción o la conversación.
Como señala Borel (1981), las marcas textuales de la explicación son imprecisas y es en última
instancia, la situación de comunicación la que define la explicación como tal. Estas
consideraciones no impiden, sin embargo, la identificación y el ánalisis de estructuras
10
Para ampliar, véanse con Wright (1979) y Schuster (1982).
11
Para profundizar en esta perspectiva, véase Van Dijk (1996).
12
Es importante destacar aquí que alcance del concepto de explicación desde el punto de vista del
objeto de la lingüística es mucho mayor que desde el punto de vista del objeto de la epistemología. En
otras palabras:también nos ocuparemos de lo que la epistemolgía considera pseudoexplicaciones.
Se puede considerar que hay argumentación cada vez que un agente produce un discurso
destinado a modificar o reforzar las disposiciones de un sujeto con respecto a una tesis o
una conclusión. Las fronteras entre argumentación y explicación son frecuentemente
borrosas, por ejemplo, cuando Hitler explica la superioridad de la raza aria o cuando
Galileo debe argumentar sobre la posición de la tierra con respecto al sol. Lo que aparece
como explicación en un contexto ideológico dado, puede ser considerado argumentación
en otro momento de la historia.
En cuanto a la justificación, puede ser definida como un acto que tiene por meta facilitar o
causar la aceptación de una intención por parte del interlocutor. Justificar es actuar por
medio de la aproximación de dos aserciones, una de las cuales debe hacer hacer aparecer
a la otra como probable, admisible o significativa para un interlocutor cualquiera.[…]
Contrariamente a la argumentación, que dispone los argumentos en el orden que parece
más favorable para lograr la adhesión a la tesis defendida, que puede no estar formulada
antes del fin del desarrollo, la justificación requiere una formulación previa de la tesis que
constituye su objeto, lo que hace que J.P. Bernie la defina como una argumentación con
conclusión final.
Texto 1
*¿Por qué los medios áridos son poco poblados? Justifica tu respuesta.
25
Los medios áridos son poco poblados a causa del clima, excesivamente cálido o
excesivamente frío. Esto impide que crezca la vegetación, que los animales tengan con
qué alimentarse y hace, por lo tanto, que haya poco alimento para el hombre.
Texto 2
El método del análisis sémico consiste, ante todo, en la comparación entre palabras. Este
método no hace sino perfeccionar otro más antiguo, el análisis de los campos semánticos,
que se ocupaba de señalar a qué otras palabras de la misma región léxica se opone cada
palabra. El análisis sémico va más allá procurando buscar las parejas de palabras cuya
diferencia de significado parece mínima. ¿Por qué? Porque considera que cada una de
esas diferencias proviene de la oposición de dos átomos semánticos llamados semas. Así,
por ejemplo, desear contiene, entre otros, los semas “ausencia” y “bueno” y se distingue
de apreciar porque este reemplaza “ausencia” por “presencia.
Texto 3
Texto 4
El guarda buscó a los que habían entrado en el edificio, excepto a los que habían entrado
acompañados por miembros de la empresa. Algunos de los hombres de Al Capone
entraron al edificio sin que nadie los acompañará. El guarda no buscó a ninguno de los
hombres de Al Capone. Por lo tanto, algunos de los hombres de Al Capone eran miembros
de la empresa”.
W. Quine (1993). El método principal. En Los métodos de la lógica. Buenos Aires, Planeta.
3. Revea el cuadro que ha realizado anteriormente para organizar los tipos de explicación
científica. Ese cuadro, ¿tiene una función explicativa? ¿Por qué?
Como se ha dicho, resulta difícil encontrar puntos de vista homogéneos para diferenciar la
explicación de otros discursos de estructura semejante y, muchas veces, es necesario recurrir a
criterios pragmáticos: las marcas lingüísticas de la explicación son muy heterogéneas y hasta
Las dos primeras preguntas plantean la cuestión de los roles que necesariamente se instalan
en todo acto de explicación. Por una parte, hay un explicador (agente o locutor), legitimado
como tal por ser el poseedor de mayor conocimiento acerca de un objeto determinado, el
objeto de explicación. Por otra parte, se encuentra un explicatario (destinatario de la
explicación), que mantiene con el explicador una relación asimétrica motivada por la diferencia
de conocimiento. Es este uno de los casos que Bronckart (1985) designa como instanciaciones
“en desequilibrio” o de enunciador dominante.
Esta intercambiabilidad de roles, cuando se produce, está en relación inversa con el grado de
institucionalización del marco situacional. En efecto, en ciertos intercambios, como la
comunicación áulica (Borsinguer y Atorresi, en prensa), las consultas radiales o televisivas a
expertos, las interpelaciones parlamentarias y las entrevistas médico-paciente, la tarea de
explicar está a cargo de una persona socialmente legitimada de antemano, mientras que en los
intercambios espontáneos el relevo de roles es constante. En estos últimos casos, la necesidad
de identificar las funciones aparece atestiguada por la utilización frecuente de marcadores
metadiscursivos del tipo de “te voy a explicar” o “¿entendiste lo que te expliqué?”, que sirven
para reconocer el tipo de acto de habla que se está realizando.
El explicatario puede aceptar la explicación o rechazarla. En este último caso, responderá con
una contraexplicación o con una explicación alternativa; o, también, intentará una
amplificación de los enunciados formulados por el explicador. Por consiguiente, el explicatario
no se limita a registrar las explicaciones que recibe, sino que se comporta como un
participante activo que colabora desde su lugar en la construcción del acto de explicación.
13
Entendemos por contexto de un enunciado al enunicado mismo junto con los enunciados precedentes
o subsiguientes en el discurso, más todas las informaciones asociados a la situación comunicativa y a las
enciclopedias de los participantes, vinculadas entre sí para constituir los saberes compartidos que
posibilitan la comunicación. Dentro del contexto, visto como una entidad compleja, se pueden
identificar de un modo más específico el contexto lingüístico, el contexto situacional, el contexto
ilocucionario/enunciativo, el contexto cognitivo y el contexto ideológico-cultural.
27
4. A partir de los siguientes textos, analice los parámetros comunicacionales, es decir, quién
explica, a quién dirige la explicación y qué, para qué, dónde y desde dónde explica. (Más
adelante podrá verificar la corrección de la respuesta que ahora anticipa en relación con las
tres últimas preguntas).
Texto 1
Texto 2
¿Cómo se manifiesta? La amnesia puede ser total, con una completa pérdida de la
memoria; parcial (desde un determinado momento hacia adelante en el tiempo, o desde
un momento hacia atrás); lagunar (en un período de tiempo antes o después de un hecho
traumático, frecuente en los accidentes); o sistemática, relacionada con un tipo
determinado de experiencias”
Texto 3
No, no es una araña. ¿No ves que no tiene ocho patitas? Además, vuela, porque tiene alas.
Es otro tipo de bicho.
Texto 4
El porqué del SIDA en los países de África se explica a partir de un solo dato: son los países
más pobres del mundo.
El objeto de explicación
Desde el punto de vista pragmático, no cabe duda de que un explicador competente sabrá
aplicar estrategias apropiadas para presentar el objeto de modo tal que obtendrá la
convalidación de las explicaciones que presenta. Esto dependerá, por supuesto, de lo acertada
que sea la representación del objeto –en tanto referente– que el explicador sea capaz de
lograr en el explicatario. En efecto, no se aplican las mismas estrategias explicativas para todos
los destinatarios (no se explica de la misma manera a un alumno que a un interlocutor casual).
a) Por qué puede afirmarse que la puesta en práctica por parte del explicador de las
técnicas de la reformulación y la ejemplificación resulta deficiente;
b) Por qué puede afirmarse que el objeto de explicación exigía una negociación de
sentidos y explicaciones previas.
Tenga en cuenta que las respuestas consignadas en cursiva fueron dadas por un alumno de
tercer grado.
Lean el texto.
Hay muchos dichos populares que se refieren a lugares que a veces nos resultan conocidos
y a veces desconocidos.
Por ejemplo, si estamos despistados o distraídos se dice: “está en Babia”. Pero resulta que
eso mismo decían de un rey de España que se iba a descansar a un lugar llamado Babia. Y
cuando estaba allí, no se enteraba de nada de lo que ocurría con los asuntos de gobierno.
También, cuando una tarea nos resulta fácil o cuando hay montones de cosas que nos
gustan, decimos: “Esto es Jauja”, y Jauja es el nombre de un lugar del Perú, famoso por su
riqueza y abundancia.
También hay dichos populares que se relacionan con los lugares. Como por ejemplo,
“quien fue a Sevilla, perdió su silla”.
La meta de la explicación
Ahora corresponde considerar, de acuerdo con la cuarta pregunta formulada al comienzo del
apartado, la meta de la explicación. Como se ha afirmado, la meta es el parámetro
29
comunicativo que define, en última instancia, el tipo de acción que se realiza: si un discurso
determinado tiene una meta global esclarecedora, deberá ser clasificado como explicativo, aun
cuando sus aspectos formales no sean prototípicos.
La localización de la explicación
6. Atorresi (1996) señala que los medios periodísticos suponen cierta teoría del orden social y
que, cuando se produce un hecho anómalo, que parece poner a prueba la corrección de tal
teoría, las crónicas periodísticas intentan explicarlo de modo que la teoría resulte corroborada.
Es posible, sin embargo, detectar diferencias estilísticas en el tratamiento de los hechos por
explicar. Esas diferencias responden al particular lugar ideológico desde el que explica y para el
que explica cada medio. Considere dos crónicas periodísticas acerca de un mismo suceso
publicadas por un diario amarillista y un diario blanco. Analice en cada una de ellas el lugar
ideológico desde el que se explica.
a) ¿En cuál de las situaciones analizadas por Gaulmyn ubicaría los intercambios habituales
durante la clase? Fundamente su respuesta.
b) Una invitación es complementada por una aceptación o por un rechazo; una observación,
por una réplica. En el caso de la situación explicativa de aula, ¿qué actos de habla constituyen
el intercambio? Dé ejemplos. (Más adelante se considerarán otros aspectos que le permitirán
ampliar la respuesta).
8. Como se trata de una actividad reglada dirigida hacia una meta en la cual se aplican ciertas
estrategias en cada intervención, puede afirmarse que el pedir y el dar explicaciones son un
verdadero juego de lenguaje. En ese juego, el demandante puede aplicar distintas estrategias,
entre las cuales las más frecuentes son:
Grabe una clase en la que, después de su explicación, los alumnos deban resolver consignas
tendientes a evaluar la interiorización de los conceptos y procedimientos explicados. Luego
analice la cantidad de explicaciones formuladas según los tipos de pedido. ¿Por qué puede
afirmarse que esos pedidos de explicación resultan institucionalmente condicionados?
Actos explicativos
31
En primer término, debe definirse qué se entiende por acto de habla (Austin, 1982; Searle,
1980).Como lo expresa el término, los actos de habla son realmente acciones: los hablantes
producen una serie de sonidos o signos ortográficos que, como enunciados de una
determinada lengua, tienen una forma convencional reconocible que expresa un determinado
significado y, además, ejecutan este hacer con una cierta intención. La organización del acto de
habla se expresa en diferentes niveles. Mediante la producción de sonidos, por ejemplo, se
realizan simultáneamente acciones fonológicas, morfológicas y sintácticas que sirven para
hacer referencia a un objeto concreto, es decir, que se manifiestan en el nivel semántico. El
objetivo del acto de habla, desde el dominio de la pragmática, instala la pregunta de la
posibilidad de provocar modificaciones en otras personas: cuando un explicador explica,
pretende que su explicación sea entendida como tal por el explicatario.
Es necesario indicar que un acto de habla puede realizarse en el micronivel del texto, es decir,
en el nivel de un enunciado, o bien en niveles más globales, donde el texto se estructura en
secuencias de enunciados dominados por un tema común. Puede hablarse, entonces, tanto de
enunciados explicativos y secuencias textuales explicativas como de textos enteramente
explicativos. Esto quiere decir que tanto los segmentos oracionales como las cadenas de
oraciones, los párrafos y aun un texto entero pueden analizarse como una explicación: se
tratará, según el caso, de microexplicaciones (explicaciones locales) o macroexplicaciones
(explicaciones globales).
Las ballenas son animales muy sociables, protegen a sus crías y se Secuencia descriptiva
cuidan entre ellas. Se comunican enviándose mensajes por medio de
voces y de extrañas melodías. Algunas son amistosas con los seres
humanos, juegan con ellos y hasta se dejan acariciar.
Las ballenas están en peligro de extinción porque a muchos les Secuencia explicativa
interesa cazarlas para extraer de ellas productos para el consumo.
De viaje 3. Lengua (1996). Buenos Aires, Santillana.
Pueden distinguirse ciertas reglas (Searle,1980) que constituyen un acto de habla explicativo,
tanto en el micro como en el macronivel de los actos de habla.
Las reglas arriba mencionadas constituyen las condiciones necesarias y suficientes para que el
acto explicativo se realice exitosamente si a ellas se agrega, además, un principio que
denominaremos de reconocimiento. Este principio exige que el oyente, en el momento de la
comunicación, reconozca que lo que se le acaba de transmitir es efectivamente una
explicación y no, por ejemplo, una información. El reconocimiento puede estar guiado por
marcas lingüísticas, como los conectores (“es decir”) y los términos metaexplicativos (“te
aclaro”), o bien puede ser inferido a partir de los datos del contexto cognitivo o situacional.
Esto suele ocurrir con frecuencia cuando la situación de comunicación pertenece a un marco
fuertemente institucionalizado, como el de la enseñanza.
9. Gracias a los aportes de Grice (1957, 1975) y de otros filósofos y lingüistas que se han
interesado por el estudio de la comunicación indirecta, es decir, aquella que se realiza de
manera implícita, hoy el análisis del discurso exige que se tenga en cuenta no solamente
aquello que se dice, y que por consiguiente puede ser estudiado por una teoría del significado,
sino también aquello que se quiere significar, y que deberá ser encarado en el marco de una
teoría del sentido, es decir, de la significación completa. Así, si alguien nos recibe con frialdad
cuando llegamos a su casa, podemos decirle: El tráfico estaba congestionado. En ese caso
habremos realizado simultáneamente dos actos de lenguaje: por una parte, estaremos
describiendo un estado de cosas referidas al mundo (acto directo); pero además estaremos
33
justificando nuestra tardanza y al hacerlo tendremos la intención de que nuestro interlocutor
reconozca que estamos realizando un acto justificatorio (acto indirecto).
Explique por qué el siguiente relato folclórico puede ser considerado una explicación indirecta;
para ello, determine previamente el objeto de explicación. ¿Piensa que la afirmación puede
generalizarse a todos los relatos folclóricos? ¿Por qué?
El banquete celestial
En síntesis, el acto de explicar es un acto de lenguaje que puede realizarse de manera directa o
indirecta, que puede además estar identificado o no en la superficie textual, que puede
abarcar segmentos discursivos de diferente dimensión y que, en muchos casos, solamente
puede ser definido como tal en relación con el contexto.
El objeto de estudio de la lingüística del discurso son las huellas del proceso de enunciación
que quedan registradas en el enunciado. Según Benveniste (1988),
Es en y por el lenguaje como el hombre se constituye como sujeto, porque el solo lenguaje
funda […] en su realidad, que es la del ser, el concepto de ego. La subjetividad de la que
aquí tratamos es la capacidad del locutor de plantearse como sujeto. […] Es ego quien dice
ego.
Explicación y modalidades
35
Aquí nos centraremos en las modalidades lógicas, por considerar que son las más pertinentes
para el análisis de la explicación.
Según von Wrigth (1970), las modalidades lógicas pueden clasificarse del siguiente modo:
Deónticas: Expresan el deber y, como las aléticas, son escalares: lo permitido, lo prohibido, lo
obligatorio (deber ser, deber no ser, no deber ser). Son comunes en los reglamentos y en el
discurso jurídico y también aparecen en un tipo particular de explicación: la instrucción.14
Buléticas: Indican el deseo. No forman parte de los enunciados explicativos, porque quien
explica debe presentar el objeto de su explicación libre de las opacidades que produce la
inscripción del sujeto en un enunciado.
Modalidades epistémicas
Las modalidades epistémicas merecen una consideración aparte. Como se expondrá en detalle
más adelante, la explicación, como acto global, es siempre un acto en el cual un sujeto
cognoscente, productor del mensaje, somete al enunciatario (explicatario) a una actividad
interpretativa consistente en el pasaje de un estado cognitivo anterior a otro diferente,
resultado de la gestión explicativa. El nuevo estado cognitivo se logra, en el caso de la
14
La instrucción se caracteriza por indicar cómo realizar algo a partir de seguir una serie de pasos.
Algunos autores incluyen el texto instruccional en el tipo textural descriptivo, por considerarlo una
descripción de acciones (Adam, 1992). Otros proponen que la instrucción es una subclase de la
narración en la medida que plantea un programa de acciones al destinatario (Greimas, 1989) y otros la
consideran una secuencia textual con características propias (Bronckart, 1985). Desde el punto de vista
comunicativo y funcional, la instrucción es diferenciada del resto de los tipos texturales en tanto su
finalidad consiste en lograr que el destinatario desarrolle determinadas conductas o acciones o que
adquiera ciertos conocimientos que no posee (Dixon, 1987). Así, si bien la instrucción se distingue de
otras explicaciones que no se proponen controlar las actividades y los procesos mentales del
destinatario por medio de prescripciones sistemáticas y ordenadas, puede ser concebida como un tipo
de explicación en la medida que se presenta como una forma típica de acceso de aprendizaje.
Nótese ahora que dos grupos cuyos miembros tienen sensaciones sistemáticamente
distintas al recibir los mismos estímulos, en cierto sentido, viven en mundos diferentes.
Suponemos la existencia de los estímulos para explicar nuestras percepciones del
mundo y suponemos su inmutabilidad para evitar el solipsismo, tanto individual como
social. No tengo la menor reserva ante ninguna de las dos suposiciones. Pero el mundo
está poblado, en primer lugar, no por estímulos, sino por los objetos de las sensaciones y
estos no tienen por qué ser los mismos de un individuo a otro. Por supuesto, desde el
momento en que los individuos pertenecen al mismo grupo y comparten así educación,
idioma, experiencias y cultura, tenemos buenas razones para suponer que sus
sensaciones son las mismas. ¿De qué otro modo podríamos comprender la plenitud de la
comunicación y lo común de sus respuestas conductistas a su medio? Deben ver cosas,
estímulos de procesos, de manera muy parecida. Pero donde empiezan las
diferenciaciones y la especialización de los grupos, ya no se tiene una prueba similar de
la inmutabilidad de las sensaciones. Sospecho que un mero provincianismo hace creer
que el camino de los estímulos a la sensación es el mismo para los miembros de todos
los grupos.
Otra observación que debemos hacer con respecto a las relaciones entre modalidad
epistémica y discurso explicativo es que este se presenta siempre con pretensión de
veredicción; esto significa que las explicaciones pretenden ser creíbles aun cuando no sean
verdaderas. La función de sujeto explicador inviste al que la llena de una autoridad basada en
un saber más que lo convierte, frente al enunciatario, en un sujeto digno de confianza. En
términos de Greimas (1989):
Llegamos así a comprender mejor nuestro contexto cultural actual: ya no se supone que el
sujeto de la enunciación trate de producir un discurso verdadero, sino un discurso que
produzca el efecto de sentido “verdad” […]. Si la verdad no es más que un efecto de
sentido, vemos que su producción consiste en el ejercicio de un hacer particular, de un
hacer-parecer-verdad, es decir, en la construcción de un discurso cuya función no es
decir-verdad sino parecer-verdad.
Según Greimas, en su manipulación del discurso con el fin de que resulte eficaz, el hacer del
emisor se dirige a garantizar la adhesión del receptor mediante un hacer persuasivo, basado
en el hacer-creer-verdad. Este hacer persuasivo cumple la función de establecer un contrato
cognitivo –el “contrato de veredicción”– por el cual el destinatario, mediante un hacer
interpretativo (el creer-verdad) adherirá a la propuesta del destinador.
37
Como se ve, desde esta perspectiva, la explicación es un tipo de persuasión que opera
mediante lo cognitivo y lo epistémico.15
Marcadores epistémicos
Otro aspecto que merece ser considerado aquí es la marcación epistémica del texto
explicativo, es decir, la indicación de las fuentes del saber a las que se ha recurrido para
transmitir la información vehiculada.
Un marcador evidencial es una expresión del lenguaje que aparece en el enunciado y que
indica si la información transmitida en tal enunciado ha sido transmitida al locutor por
otro o si ha sido creada por el locutor mismo, mediante una inferencia o una percepción.
15
Como hemos señalado, en la argumentación también hay persuación, pero es de naturaleza
evaluativa.
Según algunas teorías críticas contemporáneas, la única lectura fiable de un texto es una
mala lectura, la única existencia de un texto viene dada por la cadena de respuestas que
suscita y, como indicó maliciosamente Todorov, un texto es sólo un pic-nic en el que el
autor lleva las palabras, y los lectores el sentido.
Aunque eso sea verdad, creo que las palabras aportadas por el autor constituyen un
embarazoso puñado de pruebas materiales que el lector no puede dejar pasar por alto en
silencio, o en ruido. Si no recuerdo mal, fue aquí en Gran Bretaña donde alguien afirmó
hace años que es posible hacer cosas con las palabras. Interpretar un texto significa
explicar por qué esas palabras pueden hacer diversas cosas (y no otras) mediante el modo
en que son interpretadas.
Ahora bien, si Jack el destripador dijera que hizo lo que hizo sobre la base de su
interpretación del Evangelio de Lucas, sospecho que muchos críticos orientados hacia el
lector se inclinarían por pensar que había leído a Lucas de un modo bastante
extravagante. Los críticos no orientados hacia el lector dirían que Jack estaba loco de atar
[…].
Otra distinción interesante, que atraviesa las anteriores, es la diferencia ente modalidad de re
y de dicto (von Wright, 1970). La diferencia entre explicación de re (de un hecho) y la
explicación de dicto (de un dicho) también permite pensar el problema de la fuente de una
explicación. Cuando las explicaciones se apoyan en los hechos y aparecen bajo la
responsabilidad del locutor, se denominan de re. En cambio, cuando se basan en un punto de
vista ajeno, se llaman de dicto.
16
Obviamente, existe semejanza entre la teoría de la evidencialidad y la teoría de la polifonía, tal como
aparece formulada por Ducrot (1980). Ambas estudian el fenómeno de la heterogeneidad de las voces
presentes en un texto pero, mientras que la teoría de la polifonía se centra en los enunciadores y en los
acuerdos y desacuerdos entre éstos y el locutor del enunciado, en la teoría de la evidencialidad, en
cambio, lo que importa es la marcación epistémica de un texto, es decir el rastreo y la identificación de
las fuentes del saber a las que se ha recurrido para transmitir la información vehiculada.
39
a) Pablo fracasó en el examen porque no había estudiado.
se verá que todos ellos transmiten, en principio, la misma información (en otros términos:
tienen el mismo dictum): el fracaso de Pablo se debe al hecho de que no estudió; es decir, las
razones que se invocan para explicar ese fracaso son idénticas. Sin embargo, las explicaciones
proceden de fuentes diferentes, los responsables no son los mismos ni merecen el mismo
grado de credibilidad.
El responsable del enunciado a) es el propio locutor, por lo que el receptor se verá inclinado a
confiar en su palabra. Es decir, a menos que haya buenas razones para pensar lo contrario (que
el contexto indique, por ejemplo, que el enunciador miente), se considera que quien se hace
cargo de una aserción dice la verdad.
En b), en cambio, hay una fuente no identificada que manifiesta el punto de vista a partir del
cual se explica el fracaso de Pablo. El marcador “al parecer” introduce un universo de creencias
que no necesariamente está legitimado por el locutor.17
Finalmente, en d), como en b), hay una fuente desconocida; aquí su voz se cita por medio del
entrecomillado.
Como se desprende del análisis de los enunciados anteriores, las modalidades de re tienen que
ver con el modo de explicar hechos o verdades del mundo sin tomar en consideración ninguna
manifestación discursiva sobre ellos. En otros términos, una explicación de re es transparente y
verificable (puede demostrarse su verdad o su falsedad). Por esta razón, el discurso explicativo
científico se vale de ella.
Las modalidades de dicto, en cambio, producen opacidad sobre el objeto que se explica ya que
este se presenta como una creencia o una referencia discursiva. Las operaciones
metalingüísticas, expresadas generalmente por verbos modales de actitud proposicional
(“creer”, “suponer”, “pensar”), instauran un universo de creencias distinto del que sostiene el
emisor de la explicación, con lo cual éste queda liberado de cualquier pretensión veredictoria
17
Seguimos aquí a O. Ducrot (1994), quien afirma “[…]es preciso que un enunciado pueda dar a su
enunciación un responsable (locutor) diferente de los responsables [enunciadores] que él confiere a
algunos de los actos efectuados en esta enunciación”.
El fragmento que sigue sirve como ejemplo de explicaciones de dicto; los elementos
destacados funcionan como operadores de distanciamiento:
El filósofo Posidonio, ciento cincuenta años antes de Séneca, creía que todos esos
descubrimientos, a saber, la arquitectura, la carpintería, la metalurgia, el talar, la
agricultura, el molino, la rueda del alfarero habían sido producto de la superior
inteligencia de los filósofos; pero que estos pensaron que el ejercicio de esos humildes
trabajos los rebajaba, y por lo tanto se los entregaron a los esclavos.
A criterio de Séneca, esta opinión carecía por completo de fundamento. Según él, la
invención de las artes útiles de la vida cotidiana había sido obra de aquellos cuyo oficio es
ocuparse por sí mismos de esas cosas…
A veces, sucede que se establece un conflicto entre el punto de vista del enunciador y la
fuente de la explicación. Obsérvese, por ejemplo, el caso siguiente; lo destacado, marca el
punto de vista de la fuente y el cambio a su contrario.
Tal vez sería necesario resumir ahora las características de la sociedad según el capitalismo
organizado […]. Se trata de una sociedad en la que los bienes y servicios son producidos y
consumidos, de manera creciente, por los miembros integrados en el sistema, con una
satisfacción también creciente. El trabajo se ha convertido en un trabajo físicamente más ligero
y la vida es más cómoda. Existe la posibilidad de integrarse en una u otra institución, sociedad,
partido o club […]. Si añadimos las diferenciaciones marcadas por el aparato publicitario, pronto
encontraremos que el hombre unidimensional tiene una capacidad considerable de opciones
para individualizarse que le permiten la realización personal: en el caso de la sociedad
norteamericana, por ejemplo, puede pertenecer a una u otra iglesia, ser republicano o
demócrata, viajar con una tarjera de crédito del American Express o del Diners, fumar Pall Mall
o Chesterfield, poseer un Chrysler o un Pontiac, etcétera. En realidad, en esta aparente
individualización, reside la tendencia a integrar las clases sociales a través de la esfera del
consumo.
Según la creencia popular, los dinosaurios eran bestias enormes, mucho mayores que cualquier
elefante, que pacían plácidamente en vaporosos pantanos, o criaturas menos imponentes, pero
equipadas con dientes y garras formidables, que acechaban fatalmente a sus confiadas presas […].
Algunas personas creen que cualquier animal prehistórico de nombre impronunciable era un dinosaurio:
no sólo el conocido Diplodocus, los Tyrannosaurus, los Brontosaurus y los Stegosaurus, sino también (y
en esto se equivocan por completo) los alados Pterodáctilos, los grandes reptiles marinos e, inclusive,
los mamuts lanudos.
41
Otros creen (y también están en un error) que el dinosaurio fue un único tipo de reptil ya extinto. Y, si se
les pregunta cuál era el aspecto de “el” dinosaurio, dicen que era una criatura enorme, de cuatro patas,
con el cuello muy largo y la cabeza pequeña.
La verdad radica en algún punto entre estos dos extremos. Los dinosaurios pertenecían a una clase
particular de reptiles prehistóricos (la de los arcosaurios o “reptiles predominantes”, caracterizada por
presentar huecos entre los huesos de su cráneo); pero dentro de esta clase, había subclases (la de los
saurisquios o “cadera de lagarto” y la de los ornistiquios o “cadera de ave”); a su vez, dentro de estos
subgrupos, había centenares de especies diferentes. Algunos dinosaurios eran realmente muy grandes y
llegaban a pesar tanto como veinte elefantes de gran tamaño; pero otros eran muy pequeños […].
Algunos corrían sobre sus patas traseras, mientras que otros se desplazaban con sus cuatro patas.
Algunos sólo se alimentaban de plantas, mientras que otros eran carnívoros. Vivían en tierra, aunque
algunos podían aventurarse en pantanos y lagos; ninguno habitaba en el mar ni volaba. Sin embargo, a
pesar de su gran variedad, si los dinosaurios formaban un grupo zoológico, debían compartir al menos
algunos caracteres comunes […].
10. Compare los siguientes textos didácticos desde el punto de vista de las modalidades de re
y/o de dicto que presentan. ¿A qué se deberá que el texto destinado a estudiantes de menor
edad no presente modalidades de dicto?
Texto 1
R. Lesser y otros (1997). Ciencias Sociales, Formación Ética y Ciudadana. 6° E.G.B. Buenos
Aires, Aique Grupo Editor.
Texto 2
Para las elites dominantes, el crecimiento urbano –en particular el de la ciudad de Buenos
Aires– reflejaba el carácter progresista y europeo de la sociedad argentina.
M. Alonso y otros (1997). Historia: La Argentina del Siglo XX. Buenos Aires, Aique Grupo
Editor.
Ciertos términos de la lengua exigen prestar atención a la relación entre su significado dentro
del sistema lingüístico y el contexto en el que son usados. Esos términos que remiten a la
situación comunicativa y funcionan como marcas del habla se denominan deícticos.
18
Para ampliar, véanse Benveniste (1985) y Levinson (1989).
19
En esa escala, la argumentación ocuparía la segunda mitad. En efecto, quien argumenta lo hace
validando puntos de vista propios o ajenos; es precisamente la validación continua lo que sostiene la
progresión del discurso argumentativo. Así, podemos tener en cuenta este parámetro si queremos
diferenciar la explicación de la argumentación.
43
Seguidamente transcribimos dos ejemplos; el primero es un fragmento de una conversación
espontánea; el segundo, está tomado de una clase. Lo destacado son algunas de las marcas
deícticas que se refieren a los actantes enunciativos y que, como se verá, no son parte de la
explicación misma:
Ejemplo 1
A. –Mirá. ¿Ves cómo aparece la memoria en la máquina? ¿Qué es la memoria? Está todo
muy ordenadito. Estos son los programas que yo tengo abiertos, acá dice cuánta
memoria ocupa cada uno.
B. –Y acá qué queda libre. Pero no dice cómo funciona. No me explicás qué es la
memoria.
Ejemplo 2
Docente–. Cuando intentamos transcribir una conversación, nos damos cuenta de todo
lo que se deja de lado, los detalles de la situación, por ejemplo, si los participantes de la
charla están sentados o parados…, lejos…, qué gestos hacen, las pausas… ¿Por qué creen
que es importante? ¿Que esos elementos hay que tenerlos en cuenta? Piensen si
ustedes no comunican cosas también con los gestos, la ropa que usan. […]
Hasta aquí, desde el punto de vista lingüístico, nos hemos centrado preferentemente en
consideraciones pragmáticas y enunciativas acerca de la explicación en general y del discurso
explicativo en particular, sin hacer referencia a los aspectos estructurales de las secuencias
explicativas. Este tema será abordado en el presente apartado. Trataremos de relacionar
puntos de vista afines y de justificarlos a partir de las disciplinas o subdisciplinas en las que se
inscriben sus autores. Como se verá, tanto la cantidad como la denominación de los
segmentos considerados explicativos dependerán de la metodología utilizada por cada una de
las disciplinas, así como del objeto de estudio que se plantea.20
La etnometodología
20
En el marco de este trabajo nos limitaremos a introducir las consideraciones acerca de la explicación
de sólo unas pocas ramas de los estudios del discurso que evaluamos de mayor aplicación en el aula.
21
Como se habrá observado, existe una estrecha relación entre la etnometodología y la lingüística
pragmática o comunicativa. Para ampliar acerca del enfoque etnometodológico, véase Coulon (1988).
1. La constitución del objeto por explicar, señalado, definido, localizado, evaluado como
problemático;
2. El núcleo explicativo, lugar en el que los locutores despliegan sus estrategias de
discurso;
3. La ratificación, la aceptación del receptor de la formulación explicativa o la
reformulación por medio de una explicación alternativa.
B: ¿Qué?
A: Sí.
22
La tesis doctoral de Lausan (2009) es muy interesante pues se centra en explicaciones tomadas de un
corpus de clases de Francés (primera lengua y segunda lengua) y analiza, además de la organización de
las secuencias de explicación, los recursos movilizados por los estudiantes para participar en las
secuencias explicativas y las oportunidades de aprendizaje a las que pueden dar lugar dichas secuencias.
La tesis cierra con proposiciones didácticas.
45
A: ¿Con qué los matás?
A: Sí.
B: También tenés que ir agarrando vidas, bah, vida, en realidad, de unas botellitas azules,
para que el personaje no muera, si no, el personaje grita y se muere.
B: Ehhhh, te sana, yo que sé, te…. de los balazos que te tiran los soldados y de los bichos.
Los bichos son unos monstruos que te aparecen.
A: Sí, sí.
B: También tenés que agarrar llaves para abrir puertas, que si no las podés pasar no
avanzás.
A: Sí.
B: Ehhh, y ya está. También vas averiguando secretos… Y te tenés que dar cuenta solo,
buscando en las paredes.
A: ¿Secretos?
A partir de lo expuesto hasta ahora, podrá observarse la estrecha relación que existe entre la
estructuración de la secuencia explicativa y el marco teórico que le sirve de sustento.
En este sentido, también pueden explicarse las reformulaciones de secuencias anteriores, que
aparecen frecuentemente en los intercambios lingüísticos explicativos con el fin de asegurar la
comprensión del receptor. Los actos reformuladores se distinguen de otros actos del lenguaje
porque intervienen en la composición textual, por medio de operaciones como el
completamiento, la paráfrasis o el resumen. Así, pueden distinguirse los actos reformuladores
que operan por expansión, como la definición explicativa y la ejemplificación; los que operan
por reducción, como la denominación y el resumen; los que lo hacen por repetición y los que
B: Ehhhh… te sana, yo que sé, te… de los balazos que tiran los soldados y de los bichos. Los
bichos son unos monstruos que se te aparecen.
B: También tenés que ir agarrando vidas, bah, vida, en realidad, de unas botellitas azules,
para que el personaje no muera, si no, el personaje grita y se muere.
11. Indique los actos reformuladores que presenta el siguiente fragmento de clase.
Docente: A ver, no olvidemos que estamos leyendo un cuento fantástico y una de las características de
este género es hacernos vacilar, es decir, hacer dudar al lector sobre algún suceso, en este caso sobre la
muerte de la chica. El cuento nos lleva a cuestionarnos si el suceso es real o no. Fíjense, empieza con
elementos reales y cotidianos, y de a poco, va saliendo del plano de la realidad y nos traslada al ámbito
de lo misterioso e inexplicable de una sola forma. Lo que busca el autor es que nosotros como lectores
nos preguntemos si es posible que sucedan esos hechos. Por eso elabora un relato verosímil, creíble, al
que le agrega elementos extraños. De acá que viene la duda.
Alumno 2: Claro, parece todo normal hasta que pasa algo y te deja pensando.
Docente: Claro, lo que pretende el escritor es que el lector, o sea nosotros, nos preguntemos sobre la
posibilidad o no de los sucesos, por eso elabora un relato creíble, verosímil, y a este le añade elementos
extraños para dejarnos pensando, como decía recién (Alumno 2). Recordemos que, el cuento fantástico
presenta un acontecimiento inicial en donde se presentan los personajes y se los ubica en el espacio y
en el tiempo. Luego pasa algo que provoca un cambio en esa situación inicial. Al final, no se resuelve el
conflicto, sino que se origina otro que queda sin solución, y es ahí donde el lector se queda con la duda
o la incertidumbre sobre lo sucedido, puede que quede abierto el final.
Finalmente, cabría preguntarse aquí sí, cuando se explican fenómenos o conductas, no se está
también reformulando, no ya un discurso sino un determinado pensamiento que se atribuye al
otro, como suele suceder con la argumentación cuando se presupone una tesis adversa no
formulada. Por ejemplo:
La idea de que existen en los docentes teorías que son compatibles con las de los
científicos, en el sentido de que son hipótesis para contrastar con la realidad, puede
recibir críticas. Es decir, se supone un sujeto racional y siempre coherente en su
funcionamiento, que se enfrenta con la realidad mediante las armas que le proporciona
un razonamiento sofisticado. Y, como es sabido, la investigación cognitiva ha mostrado
que las habilidades de pensamiento hipotético deductivo son restringidas, además de que
existen otros tipos de habilidades de pensamiento que los docentes ponen en juego.
23
Reformulación es, en general, todo acto que implica una nueva formulación de un discurso o de una
secuencia discursiva anterior. Sin embargo, cuando se trata de clasificar los diversos tipos de
reformulación, no hay acuerdo entre las diferentes líneas que se ocupan del tema.
47
explicativo prototípico, haremos referencia al marco en que este es expuesto, pues incluye
consideraciones de interés pedagógico.
Preocupado por sentar las bases de una clasificación de los tipos de texto que ofrezca ciertas
clarificaciones a la teoría lingüística y a la reflexión didáctica, Adam (1992) señala que
Para este autor, entonces, los sujetos disponen en su memoria de “esquemas prototípicos”,
entendidos como analogías psicológicas de secuencias textuales. Los sujetos los utilizarían al
leer, “ordenando” las proposiciones en los casos previstos, apoyándose sobre el esquema para
tratar la información y memorizarla, efectuando anticipaciones acerca del texto que sigue y
formulando hipótesis de lectura directrices; también al escribir, planificando de modo
ordenado las “ideas” por desarrollar.
Para formular su teoría de las secuencias prototípicas, Adam parte de la distinción entre
enunciado, género discursivo y texto.
Para dicho lingüista, el enunciado es el objeto empírico que emerge de las interacciones que
ocurren en contextos socioculturales determinados; el enunciado se produce en una situación
determinada, bajo el efecto de una compleja red de determinaciones extralingüísticas.24
El género discursivo, forma estereotipada, está determinado por prácticas discursivas, sociales
y culturales, asociadas a características internas de tipo lingüístico; la sociedad establece el
repertorio genérico a lo largo de la historia y los hablantes reconocen los géneros gracias a su
formato externo y a los parámetros situacionales en que se originan; los géneros constituyen
una lista abierta (en el ámbito periodístico, por ejemplo, son géneros la crónica, la entrevista,
el editorial, la noticia).25
El texto, según Adam, es el objeto abstracto que sirve de base estructural al género discursivo
y al enunciado; forma también estereotipada, se diferencia del género discursivo por estar
24
Esta concepción del enunicado se corresponde con la denominación de discurso adoptada por otros
autores.
25
Adam considera los géneros discursivos sobre la base de las teorías elaboradas por los lingüistas rusos
V. Voloshinov y M. Bajtin, para quienes los géneros discursivos son conjuntos más o menos estables de
enunciados, tipos temáticos, composicionales y estilísticos determinados por las prácticas
socioculturales; los hablantes aprenden el uso de los géneros por participar en su cultura.
Ubicándose en el dominio del texto, Adam distingue dos planes de organización diferentes:
TEXTO
ESTRUCTURA DE LA COMPOSICIÓN
Retórica Secuencial
Dispositivo y esquemas de textos regulados por (Proto) tipos de secuencias de base:
géneros discursivos. -Dialogal
-Narrativo
-Descriptivo
-Explicativo
-Argumentativo.
Para Adam, entonces, el texto es una estructura secuencial prácticamente compuesta por
diferentes secuencias prototípicas correspondientes al mismo tipo o a tipos distintos (lo que es
más habitual).
49
conformada por paquetes de proposiciones (macroproposiciones), constituidas, a su vez,
por n proposiciones. Esta definición concuerda con un principio estructural básico: “Al
mismo tiempo que se encadenan, las unidades elementales se encajan en unidades más
grandes” (Ricouer, 1986).
Así, las secuencias pueden aparecer coordinadas en forma de serie lineal homogénea o
heterogénea o, simplemente, alternadas; o pueden articularse entre ellas mediante la
inserción: diálogo o descripción en una narración, relato o descripción en una argumentación,
etcétera. En todos estos casos, la estructura dominante queda definida en general por la
secuencia englobante.
[...]
26
Adam parte del esquema explicativo propuesto por Grize (1981) en el marco de la teoría de la lógica
natural. La exposición de la propuesta de Grize excede el marco de este trabajo; sin embargo, es
necesario aclarar que el término “esquematización” incluido en la secuencia explicativa prototípica
proviene de este autor, quien lo define como estructuración discursiva que surge de las operaciones
cognitivas que resultan de las representaciones que se hacen de sí mismos y de la circunstancia los
sujetos de comunicación.
El texto está constituido por una secuencia explicativa compleja formada por dos
subsecuencias:
Subsecuencia 1:
Subsecuencia 2:
[§1] Hasta hace poco tiempo se creía que las Canarias eran las puntas de las montañas de
un gran continente: la Atlántida, que se hundió en el océano Atlántico.
[§2] En realidad, todo empezó con una historia que escribió el sabio griego Platón, mitad
verdad mitad leyenda, que es como se solían contar las cosas entonces. Según Platón,
había un gran continente llamado Atlántida entre América y África, en el que vivía un
pueblo rico y poderoso: los atlantes.
[§4] Vivían con gran lujo y llenos de riquezas, pero los dioses los castigaron por su
ambición y hundieron su continente entre grandes terremotos y tempestades en un día y
una noche.
[§5] Solamente quedaron fuera del agua los picos de las montañas más altas, formando las
islas de Madeira, Cabo Verde, Azores y Canarias.
51
[§6] En realidad, hoy sabemos con seguridad que se trata solamente de una bonita
leyenda. Incluso parece que Platón se inspiró para escribirla en una catástrofe real que
ocurrió cerca de donde él vivía: la explosión y desaparición de una pequeña isla volcánica
del Mediterráneo.
[§7] Luego, con el tiempo, se fue exagerando la cosa, situando la isla cada vez más lejos y
volviéndola más grande, hasta que la hicieron un continente y la llevaron lo más lejos que
se la podía llevar entonces: al medio del tenebroso “Atlántico”.
[§9] Pues es muy fácil ¡Porque se ha medido la edad de las rocas que forman el suelo
océano Atlántico y, en el sitio en que se dice que debía estar la Atlántida hundida, las
rocas tienen muchos millones de años mientras que, según Platón, la Atlántida se hundió
hace sólo unos once mil años!
[§10] La verdad es que hay que buscar el origen de las islas Canarias en otro lado.
Respecto de la formulación del título del texto –“Cómo nacieron las islas Canarias”- Adam y
Revaz señalan su funcionamiento en términos de indicador de un género narrativo particular,
el relato etiológico, determinado por una intención ilocutiva explicativa. En efecto, ya se trate
de un cuento o de una leyenda, el relato etiológico siempre tiene como finalidad dar una
respuesta a las cuestiones que el ser humano se plantea acerca de sus orígenes o de los del
mundo. En este caso, como se habrá observado, se trata de explicar el origen de las islas
Canarias.
El texto presenta, además, la particularidad semántica de hacer coexistir dos lógicas y dos
mundos: una lógica mítica, con su mundo de ficción, y una lógica de la “verdad científica”,
anclada en un mundo actual dado como real. Esto aparece claramente marcado por el
conector “en realidad”, que introduce una explicación con cambio de punto de vista.
En el mundo real hay un enigma que resolver, y en el mundo ficticio de la leyenda, se propone
una primera respuesta. La coexistencia de ambas lógicas explica la estructura de la
composición particular de ese texto, en el que el relato propiamente dicho se encuentra
enmarcado entre lo que puede ser considerado una entrada-prefacio (párrafo 1 y primera
oración del párrafo 2) y una evaluación final (párrafos 6 a 10, que constituyen una secuencia
explicativa).
Tal como señalan Adam y Revaz, desde el punto de vista enunciativo las proposiciones
entrada-prefacio y evaluación final, exteriores al mundo ficticio de la leyenda, están
totalmente ancladas en el mundo actual, común al productor del texto y a su lector.
La entrada-prefacio expone las ideas conocidas –“se creía que…”– a propósito del origen de las
islas Canarias, aunque señala que provienen de una leyenda escrita por Platón. La función de
esta primera parte es introducir el relato.
Adam y Revaz apuntan que, mientras que el relato legendario estructurado por el par
transgresión-castigo, tiene como intención una evaluación ética de la acción humana, el relato
etiológico pone en relieve una “moral” completamente distinta. En efecto, la evaluación final
indica el regreso al mundo real (“En realidad…”) y proporciona la ocasión de caracterizar
genérica y semánticamente el relato en términos de “bonita leyenda”; en otras palabras: texto
no sometido a los criterios de verdad/falsedad que rigen el mundo real. De hecho, según
señalan los autores, el texto da precisiones sobre el modo como se construye el relato
etiológico: la ficción (“mitad leyenda”) parte de hechos reales (“mitad verdad”).
El valor de verdad de la leyenda se pone en tela de juicio mediante una secuencia explicativa
introducida por una pregunta retórica: “¿Cómo sabemos?”. Esa pregunta presenta una función
metacomunicativa, pues adelanta explícitamente la explicación que pasará a desarrollarse. La
estructura de los párrafos 8 a 10 corresponde al modelo de la secuencia explicativa expuesta
más arriba. Según este esquema, el operador “por qué” o “cómo” permite el pasaje de una
primera representación esquemática (en este caso, la leyenda de la Atlántida, 2 a 5) a una
representación problematizadora (6 y 7): ¿cómo demostrar que la leyenda es falsa? (8). El
segundo operador, “porque”, posibilita el pasaje del problema a su resolución-explicación. El
párrafo 10 cumple la función de evaluación final que demuestra o ratifica la validez de la
explicación. Allí, el conector “la verdad es que” cumple la función pragmática explicativa de
reforzar la explicación anterior.27
27
Pocos son los conectores específicamente explicativos. La mayoría de ellos aparecen en otros tipos
textuales; en especial, en la argumentación. Tienen función generalmente explicativa las frases de forma
oracional lo que pasa es que, lo que sucede es que; los conectores parafrásticos como es decir, vale decir,
en otras palabras, o sea; los conectores de ejemplificacipon como por ejemplo; los conectores
pragmáticos que marcan una orientación de la enunciación en conflicto con la orientación del
enunciado, como en realidad, en verdad. Estos conectores pueden relacionar segmentos locales en el
interior del enunicado o segmentos globales entre enunciados.
53
Se ve, por lo tanto, que la secuencia narrativa es, en el caso analizado, una secuencia que
funciona, a la vez, como representación esquemática sobre la que se considera necesario
aportar una clarificación.
El caso inverso, es decir, la inserción de una secuencia explicativa dentro de otras secuencias
que constituyen la dominante, también es interesante. El ejemplo siguiente constituye una
muestra de este tipo de organización.
[§1] En la noche del 11 al 12 de octubre, Colón y el marinero Pedro Gutiérrez vieron una
luz; en la madrugada siguiente, otro marinero, Rodrigo de Triana, dio el grito de: ¡Tierra!,
primer anuncio de que América había sido descubierta.
[§2] [En realidad,] Colón creía haber llegado a la India porque no sospechaba que había un
continente entre Europa y Asía.
[§3] La primera isla a la que arribaron fue la isla Guanahani y Colón la bautizó con el
nombre de San Salvador. Luego, llegaron a las islas de Cuba y Haití, a las que dio el
nombre de Juana y La Española. […]
En el caso anterior, la dominante narrativa contiene una secuencia explicativa insertada, lo que
puede representarse en una fórmula como la siguiente:
Lógicamente, también es posible encontrar textos que presenten una estructura dominante
explicativa con inserción de secuencias explicativas, según la formula
12. Busque textos cuya composición se ajuste a las estructuras mencionadas en los dos
párrafos anteriores. ¿A qué género de texto pertenecen?
Sismógrafos vivientes
Serpientes que despiertan de su letargo invernal y perecen de frío sobre la nieve. Ratas
que abandonan por centenares sus escondrijos a plena luz del día. Gallinas, pavos y patos
domésticos que se encaraman en los árboles y no quieren entrar en sus corrales. Caballos
que escapan de los establos. Gatos histéricos que atacan a sus amos. Perros que aúllan sin
cesar… Estos y otros comportamientos igualmente extraños se producen en los animales
Entre las hipótesis que justifican este fenómeno se destaca la teoría del físico Tributsch.
Según él, cuando va a producirse un terremoto se desencadenan elevadas presiones en la
tierra, hecho que carga de electricidad las masas de granito del subsuelo. Esto produce
unas descargas eléctricas que originan los llamados aerosoles, pequeñas partículas en
suspensión cargadas positivamente que viajan hasta la superficie a través de las grietas y
fisuras de la tierra. Una vez en el aire, son detectadas por los animales. Tributsch
comprobó en laboratorio que los animales sometidos a un flujo de aerosoles similar
secretaban una notable cantidad de serotonina, hormona que incide en el sistema
nervioso y ocasiona trastornos físicos y psíquicos.
Nada más acertado que esa afirmación, tanto por lo que ocurre realmente como por lo
que cuenta el mito.
En cuanto a la realidad, está de más la aclaración: los minutos que ustedes tardaron en
leer estas líneas son irrecuperables, por lo que deseo de todo corazón que les hayan
servido de algo. Y así, cada segundo.
En cuanto al mito, Cronos era entre los griegos el dios del tiempo (de allí, cronología,
cronómetro, etc.). Era hijo de Urano, a quien destronó para ocupar su lugar. Urano lo
maldijo asegurándole que a él, Cronos, le pasaría lo mismo: sería depuesto por su propio
hijo. Para evitar que se cumpliera la maldición, el bueno de Cronos se comía a sus hijitos
apenas nacidos. Los devoraba, como lo devora todo el tiempo.
La mitología, como ven, no tiene mucho que envidiar a las películas de terror. Pero ahora,
a mí, el tiempo me devoró el espacio y debo terminar.
La distribución de la información
55
En líneas generales, los autores que se ocupan del tema coinciden en señalar que el grado de
comunicatividad no es homogéneo ni a lo largo de la oración ni a lo largo del texto. En efecto,
en ciertas zonas de la oración y, por consiguiente, del texto, tiende a concentrarse una mayor
carga comunicativa.
Relativos a este fenómeno son los conceptos de tema marcado y tema no marcado, tópico y
comentario, información conocida e información nueva, entre otros, que se expondrán a partir
de dos líneas epistemológicas diferentes: por un lado, el funcionalismo de Praga, que centra su
atención en el estudio de la perspectiva funcional de la oración, es decir de su estructura
comunicativa y su progresión en el discurso mediante las denominadas progresiones
temáticas; por el otro, la lingüística cognitiva que, por ocuparse de la interpretación, toma
como eje las representaciones mentales del locutor y del receptor.28
Bernárdez (1982) señala que el concepto de articulación en tema y rema o tópico y comentario
es uno de los pilares de la descripción lingüística del texto y hace referencia a la perspectiva
comunicativa del hablante. Define el tema como aquello que contiene lo ya conocido o
presupuesto y que, en consecuencia, posee la menor información en un contexto dado o en
una situación de enunciación. Y el rema como lo que aporta el contenido fundamental del
mensaje en un contexto dado o en una situación determinada, lo que expresa lo nuevo, lo que
se comunica acerca del tema, es decir lo que resulta más rico en información con respecto al
tema.
En general, se considera como tema aquello que a) ya ha sido presentado en el mismo texto y,
por consiguiente, resulta conocido al receptor; b) presenta un referente común a los
participantes, conocido por el emisor y el receptor; c) se asocia con una proposición cuya
verdad se presupone. Es decir, el tema y el rema sólo pueden determinarse si se consideran, a
la vez, el texto precedente y el conocimiento del mundo que poseen los participantes.
28
Una diferencia en el tratamiento de la distribución de la información que nos interesa mencionar aquí
como marco es la que surge de la consideración de la extensión de las unidades lingüísticas. En efecto, si
bien la mayoría de los estudiosos se mantiene dentro de los límites oracionales, otros, como Danĕs y
Halliday hacen trascender su análisis a la dimensión del discurso mediante la creación de un modelo que
permite abordar la progresión temática en los textos.
-Un rema
Se tematiza -Un tema
-Un nexo tema-rema completo (es decir, un enunciado)
-Una sucesión de enunciados (es decir, un segmento textual)
todo el conjunto de las relaciones temáticas del texto […], el armazón […], la
concatenación y conexión de los temas […], su interrelación y jerarquía […], sus relaciones
con los fragmentos de texto y con el conjunto textual, así como con la situación (Danĕs,
1976),
Un equipo de biólogos ingleses del Instituto John Innes, en Norwich, ha desarrollado una
nueva técnica para obtener vacunas humanas a partir del poroto chino o cowpea (Vigna
unguiculata). Con frecuencia, este vegetal es atacado por el virus del mosaico de la
cowpea o CPMV. Este virus lesionas las hojas de la planta, pero los biólogos han sacado
partido de la virulencia ya que manipulan genéticamente el virus sin alterar su capacidad
para reproducirse en el poroto.
57
En el esquema, T es tema, R es rema, la flecha horizontal indica el nexo tema-rema y la
vertical, la conexión de las enunciaciones.
El editor del diario junta todas las crónicas que los redactores han escrito y las distribuye
en diferentes secciones o suplementos. Además, se encarga de titularlas.
T1 R1
T1 R2
T1 R3
3. El rema se reinterpreta como compuesto por dos o más elementos y cada uno de ellos se va
utilizando como nuevo tema. Por ejemplo,
Según el tipo de relato policial que tenga en sus manos, el lector establecerá diferentes
tipos de relación con la historia. La curiosidad tiene lugar en la novela de enigma que,
como su nombre lo indica, parte de un misterio (un crimen) para develar poco a poco sus
causas (quién y por qué lo cometió). El suspenso tiene lugar en la llamada novela negra,
que narra una serie de acciones peligrosas que parecen suceder al mismo tiempo que se
relatan.
La lengua dispone de marcadores que refuerzan el tipo de progresión anterior. Por ejemplo:
tanto… como, por una parte… por otra parte, en primer lugar…en segundo lugar… finalmente.
15. Analice los siguientes textos y determine qué tipo de progresión temática presentan.
Texto 1
La totalidad de las fuentes oníricas pueden dividirse en cuatro especies, división que ha
servido de base para clasificar los sueños:
Texto 3
El avance del conocimiento científico permite distinguir dos tipos de células: las que no
presentan núcleo definido y las que tienen un núcleo bien delimitado. A las primeras se las
llama células procariotas y a las segundas, células eucariotas.
Texto 4
La conversación es un tipo de texto que se construye a partir de un intercambio. ¿Un
intercambio de qué? De palabras, de gestos, de silencios. Pero no sólo de eso. En una
conversación, también se intercambian los roles de hablante y oyente, porque a la
intervención de quien habla corresponde la intervención de quien escucha, y así
sucesivamente.
16. ¿Hay un tipo de progresión que le parezca más frecuente en los manuales escolares de
primaria? ¿Por qué se la empleará?
29
El análisis del texto descriptivo excede los límites de este trabajo (puede consultarse al respecto
Adam, 1992). Cabe mencionar, sin embargo, dado que consiste en un procedimiento frecuente en
textos escolares, el uso de la progresión por rema dividido en descripciones con función de clasificación,
59
explicación, parece tener relación con la intencionalidad comunicativa del hablante que, tal
como apuntamos en otro lugar, está volcada a salvar una disfunción ligada a la comprensión
de un determinado hecho por parte del receptor. En este sentido, es interesante observar que
la progresión temática que presenta un tema continuo no es tan frecuente en los textos
explicativos como los otros tipos de progresión, como si el agregar uno y otro rema a un tema
no favorecieran la comprensión buscada.30
Intentaremos ahora reforzar este punto de vista desde la otra perspectiva mencionada al
comienzo de este apartado: el cognitivismo.
Interesado en analizar la evaluación que hace el emisor acerca de la capacidad del receptor
para procesar la información sobre el trasfondo del contexto, Chafe (1976) analiza el estatus
del sustantivo y las construcciones equivalentes a él en términos de dado-nuevo, contrastivo,
definido-indefinido, sujeto y puntos de vista.31
El sustantivo es la clase de palabra que posibilita señalar un referente, expresar una idea. Para
Chafe, el emisor selecciona y “empaqueta” ciertas palabras para manifestar sus ideas según la
configuración que se hace de su receptor. Por ejemplo, podrá tener en mente a una persona
particular y expresar su idea acerca de esta persona diciendo “Pablo” o bien “el chico a quien
encargué la máquina” o “él”, según la información que considere que el receptor posee acerca
de esa persona. Desde esta perspectiva, en suma, el lenguaje funciona con efectividad sólo si
el emisor toma en cuenta los estados temporarios de la mente y los conocimientos de la
persona a la que se dirige.
Lo dado y lo nuevo
La primera de las categorías analizadas por Chafe, que consideramos de interés para el análisis
del texto explicativo, es la de lo dado en oposición a lo nuevo.
es decir, de especificación de propiedades y partes, como en “el miembro superior está compuesto por
cuatro segmentos: el hombro, el brazo, el antebrazo y la mano. El hombro o cintura escapular está
conformado por dos huesos; el brazo presenta un solo hueso”, etcétera. Este tipo de progresión,
muchas veces de intencionalidad explicativa, es fácilmente trasladable a un esquema.
30
La progresión temática por tema continuo es predominante en los textos narrativos. Sin embargo, en
las narraciones destinadas a los chicos, es muy común la progresión lineal, lo que las acerca al tipo
explicativo: “Los criollos exigieron la reunión de un cabildo abierto. Para negarse al pedido de los
criollos, Cisneros pidió el apoyo del ejército. Pero las tropas, justamente, estaban en manos de los
criollos”.
31
Los cognitivistas consideran que el sustantivo y las construcciones sustantivas (construcciones
nominales, suboraciones, nominalizaciones) cumplen el papel de expresar conceptos; de ahí,
suponemos, proviene el interés de Chafe en la consideración del sustantivo. Vale aclarar también que la
mayoría de las nociones que emplea Chafe provienen de la Lingüística Sistémico Funcional de Halliday y
que nos basamos en el primer autor principalmente porque su artículo es de divulgación más simple que
el modelo del segundo.
¿Cómo llega el hablante, según Chafe, a establecer que una información está dada? Puede
suponer que algo está presente en la conciencia del oyente basándose en el contexto.
Extralingüísticamente, el hablante puede creer que tanto él como el oyente comparten una
percepción y de allí, la conciencia de un objeto del entorno. Por ejemplo, si un docente ve que
un alumno mira cierto libro que él tiene en sus manos, puede decir: “Lo leí muchas veces, es
muy interesante”, emisión en la que la idea del libro es tratada como dada y por eso,
pronunciada con tono bajo y acento débil y pronominalizada por “lo”.
Chafe señala que el hablante también puede considerar que una información está presente en
la conciencia del oyente teniendo en cuenta la base lingüística. La base lingüística más común
para que se suponga que algo está dado consiste en la mención previa del referente: “Me
gustaría recomendarle un libro muy interesante (nuevo): lo (dado) leí varias veces”.
Este autor considera también cuánto tiempo mantiene el hablante la idea de que algo está
dado al oyente. Siguiendo a Halliday (1975), Chafe plantea la noción de recuperabilidad: el
oyente puede haber dejado de pensar en determinado referente, pero éste todavía puede ser
fácilmente accesible para la memoria y recuperable para la conciencia. Entre las variables que
deben considerarse para determinar si algo dado es aún recuperable, están el número de
oraciones intermedias, los límites del discurso y el cambio de escena, es decir, las instancias a
partir de las cuales se puede suponer que un conjunto de elementos nuevos entró en la
conciencia del oyente.
17. Escuche nuevamente la grabación de una clase efectuada por usted a propósito de la
actividad 8. ¿Qué marcas de elementos considerados como dados a partir del contexto
32
Chafe se limita a tomar en consideración situaciones de conversación; de allí que utilice las categorías
de hablante, oyente, emisión, tono, etcétera. De la misma manera, Halliday y sus seguidores,
retomando la noción de ondas de información propuesta por la Escuela de Praga, analizan el grado de
novedad de la información como realizada por la entonación. Creemos, sin embargo, que es posible
extender muchas de las observaciones de estos autores a los textos escritos.
33
La transmisión de información nueva con tono más alto y acento intenso tampoco se observa
siempre; la distribución del tono y el acento es compleja y su análisis excede los límites de este trabajo.
61
aparecen? ¿Y de elementos considerados como dados porque el referente fue mencionado
antes en el propio texto?
Lo contrastivo
Aquí, la tilde marca el tono más alto en la pronunciación del enunciado. Lo que transmite este
enunciado es el conocimiento del hablante acerca de que Garay, en contraposición a otros
candidatos posibles que el oyente podría haber tenido en cuenta, es la opción correcta.
Lo contrastivo se expresa, sobre todo, por la colocación del tono más alto y el acento más
intenso sobre el foco de contraste.
Las oraciones con este tipo de estructura contienen presuposiciones lógicas que, en el ejemplo
considerado, son las siguientes:
Existe por lo menos uno que fundó Buenos Aires por segunda vez.
Lo definido
Muchas ideas acerca de objetos particulares son conocidas por medio de procesos de
categorización. Así, se puede tener en mente un objeto particular, un volcán por ejemplo, y
categorizarlo de modo tal que, según el caso, se llegue a llamarlo “un volcán” o “el volcán”.
Chafe se interesa en la determinación acerca de si, en una situación comunicativa dada, el
hablante piensa que el oyente ya conoce y puede identificar el referente particular que él tiene
en mente. Si el hablante considera que el oyente puede identificar el referente, dará a este el
estatus de definido. En realidad, apunta Chafe, en este caso, el emisor no sólo supone que el
oyente conoce ese referente, sino también que puede determinar, entre todos los referentes
que pueden categorizarse de esa manera, aquel que él tiene en mente. Esta cuestión, como se
ve, presenta gran interés en relación con la reflexión acerca de las situaciones comunicativas
de aula.
En español y en varias lenguas más, existe un marcador superficial del estatus de definido: el
artículo definido o determinante. En otras lenguas no hay marca para este estatus o este sólo
se expresa en conjunción con otros rasgos, como los demostrativos en chino o en latín clásico.
Los sustantivos propios son, en este sentido, definidos, ya que constituyen rótulos directos
para referentes particulares.
¿Cómo establece el hablante que un referente está definido? A menudo, una instancia se
destaca dentro de un contexto particular. En el aula, por ejemplo, se puede decir “el pizarrón”
con seguridad de que, en ese contexto, el referente será identificado.
Un volcán es una abertura en la tierra, más comúnmente en una montaña, de donde salen
de tiempo en tiempo humo, llamas y materias encendidas o derretidas.
63
En lo sucesivo, podrá hablarse de “el volcán”, suponiendo que el oyente podrá identificar el
referente. Los modificadores del sustantivo núcleo sirven frecuentemente para producir
categorías ad hoc de las que puede deducirse la identificación del referente, identificación que
no podría establecerse solo sobre la base del sustantivo (así, por ejemplo, en “el libro que te
recomendé”, o “el libro de tapa roja”).
En cuanto la duración del estatus de definido, Chafe señala que puede conservarse
indefinidamente si el contexto eventual en que el referente es reintroducido es lo
suficientemente limitado como para hacer que sea identificable. Pero también existen casos
en los que algo establecido primitivamente como definido, es reintroducido más tarde como
indefinido:
Ayer hablamos de un fenómeno muy particular, de aberturas de las que salen humo,
fuego y materias encendidas. Los llamamos volcanes.
En el ejemplo, el volcán ha sido tratado como definido en una conversación anterior, pero en
su referencia actual es reintroducido nuevamente como indefinido.
18. Como se habrá observado, existe una interacción entre el estatus de dado y el de definido.
Chafe afirma que hay una fuerte tendencia a que lo indefinido y lo nuevo vayan juntos, a que
los referentes no definidos sean también dados. Así, es válido decir que lo indefinido es
distinto del referente establecido como dado. Analice estas observaciones en el siguiente caso:
[…] Los colonizadores europeos organizaron una economía de tipo mercantilista basada en
la extracción y acumulación de metales preciosos, a la que luego se agregó la explotación
de cultivos tropicales. Este tipo de economía, orientada hacia la metrópoli a través del
sistema colonial del monopolio, derivó en dos tipos de ocupación del espacio: en el caso
de las plantaciones, una ocupación puntual y discontinua; en el de las explotaciones
mineras, una ocupación articulada regionalmente.
19. Analice la relación entre indefinido y nuevo y dado y definido en la clase registrada.
El estatus de sujeto
El sujeto, según Chafe, es aquello de lo que se habla, es decir, el sujeto psicológico que, en
muchos casos, coincide en español y otras lenguas con el sujeto gramatical. 34 Chafe parte de la
idea de que el conocimiento humano parece constituir en un gran número de unidades
cognitivas que constituyen saberes y creencias acerca de individuos y hechos; así, una de las
principales formas de comunicar el conocimiento –si no la única– consistiría en identificar
34
En algunos casos, el sujeto lógico no coincide con el sujeto gramatical. Por ejemplo, cuando la oración
conienza con un circunstancial, ese circunstancial es el sujeto lógico.
Una región ambiental se define por el tipo de clima, la temperatura media anual, las
precipitaciones anuales, la vegetación y la fauna naturales. Las regiones ambientales del
espacio americano presentan una variadísima oferta de recursos. Las regiones costeras del
Brasil, los valles andinos subtropicales de Sudamérica, el Caribe o la costa del Golfo de
México son aptas para cultivos subtropicales y tropicales. Las llanuras centrales
norteamericanas, las praderas canadienses y la pampa húmeda presentan condiciones
óptimas para cultivos característicos de zonas templadas. […]
En cuanto al modo como se expresa el sujeto, Chafe señala que todas las lenguas asignan
determinada importancia a la asignación de este estatus. En efecto, en algunos casos, el sujeto
(insistimos: entendido como aquello de lo que se habla) juega un rol sintáctico crucial; por
ejemplo, en español, donde ocupa preferentemente la posición inicial como sujeto gramatical
y determina la concordancia con el predicado en número y persona.
La importancia que otorgan las lenguas a la categoría sería indicadora de que el sujeto es algo
más que una función gramatical superficial: es un indicador de que el hablante considera cierto
particular como elemento acerca del que se puede aportar un conocimiento.
[…] podríamos imaginar una situación en la que oigo un ruido en la habitación contigua y
grito a quien está allí: ¿Qué pasó? La respuesta podría ser “El perro tiró el velador”, en la
que el conocimiento del hablante es comunicado como nueva información acerca del
perro, pero en la que el perro es también información nueva en el sentido de que es
introducida novedosamente en mi conciencia (Chafe, 1976).
20. En el siguiente texto, analice en cada oración cuál es el particular tomado como sujeto
lógico. Ese sujeto, ¿coincide o no con lo dado?
Uno de mis hijos, cuyo vivo temperamento dificultaba mucho la tarea de cuidarle cuando
se hallaba enfermo, tuvo una mañana un fuerte acceso de cólera porque se le ordenó que
permaneciera en el lecho durante toda la tarde. Luego amenazó con suicidarse, amenaza
que le había sido sugerida por la lectura de los periódicos. Aquella misma tarde me enseñó
un cardenal que se había hecho en un lado de la caja torácica al chocar contra una puerta
y darse un fuerte golpe con el saliente del picaporte. El niño no tenía más que once años y,
cuando le pregunté irónicamente por qué había hecho aquello, me contestó como
iluminado: “Ha sido el intento de suicidio con que los amenacé esta mañana.
65
El sustantivo como punto de vista
Este fenómeno es denominado por Chafe foco de empatía y puede definirse como la
manifestación del punto de vista correspondiente a otro individuo y que el emisor hace suyo.
La base cognitiva de la empatía parece asentarse sobre el hecho de que los hablantes son
capaces de imaginarse viendo el mundo con los ojos de otro.
21. Como es sabido, una gramática textual, como la de Van Dijk, establece las reglas de buena
formación más allá de los límites oracionales y se ocupa de estudiar un objeto abstracto, el
texto, conformado por las estructuras que subyacen a la actividad concreta de la puesta en
discurso. Tales estructuras son objetos dependientes de esquemas conceptuales producidos
como resultado de representaciones acerca del mundo.
En este dominio de estudios se pueden establecer, entre otros, dos conjuntos de reglas
complementarias: las reglas de cohesión textual, que operan por repetición y por esto
constituyen el espacio propicio para el anclaje sinonímico y, por otra parte, las reglas de
progresión textual, que retoman elementos viejos y aportan otros nuevos para hacer avanzar
la información del texto. Es precisamente aquí donde se instala el fenómeno denominado
paráfrasis textual: se produce una verdadera dialéctica comunicativa entre la información que
ha sido inicialmente introducida como nueva y que se transforma en conocida al atravesar el
El agua es uno de los componentes imprescindibles para la vida. Este precioso elemento
tiene mucho que ver con nuestra salud y bienestar, por eso hay que estar atentos a
mantener su nivel en nuestro cuerpo.
En efecto, del 50 al 70 por ciento del peso corporal en un organismo adulto está dado por
el agua. Las variaciones individuales que puede experimentar esta cantidad están
determinados por el mayor o menor contenido de tejido adiposo, dado que éste es pobre
en agua.
Los líquidos que se toman siempre son agua pura y simple: la mitad de ellos puede ser
más sabrosa, como en el caso del té, el café, la leche, el caldo, los jugos, las gaseosas y las
bebidas alcohólicas.
El aporte mínimo diario de agua que debe recibir un adulto normal es de 30 centímetros
cúbicos por kilogramo de peso, es decir, en una persona de 60 kilogramos sería de un litro
ochocientos. Este valor se modifica según el metabolismo de cada persona, para mantener
una diuresis –o cantidad de orina eliminada– de 1300 a 1700 centímetros cúbicos.
La Semiótica es una disciplina con estatuto propio, pero que se ha constituido como síntesis de
algunas áreas de la Matemática, el Psicoanálisis, la Sociología, la Antropología, la Linguística. Es
que los análisis semióticos pueden ser situados en el marco de una epistemología cuyo objeto
consiste en la elaboración de una codificación exhaustiva de los contenidos que presentan las
múltiples formas de significación y/o comunicación. En otras palabras: el objeto de la
Semiótica es ofrecer marcos teóricos aplicables a todos los fenómenos humanos y sociales
desde el punto de vista de su constitución en sistemas o códigos, es decir, conjuntos reglados y
culturalmente determinados de signos que estructuran el significado, la significación y la
comunicación.
La semiótica, entonces, se ocupará del código lingüístico y también, entre muchos otros, de los
códigos visuales, lo que nos permite abordar desde su perspectiva la cuestión de la gráfica
propia de los textos explicativos.
67
Desde el punto de vista comunicativo, la gráfica expresa, en principio, la intención global de
volver más fácilmente comprensibles uno o más conceptos o, incluso, una determinada
relación entre conceptos, por lo que puede ser considerada un componente de la explicación.
Tal como señala Eco (1972), los signos icónicos reproducen algunas condiciones de la
percepción del objeto después de haberlas seleccionado según códigos de reconocimiento y
de haberlas registrado según convenciones gráficas.
Es decir, para comprender una imagen como representación de un objeto, seleccionamos los
aspectos fundamentales del objeto según códigos de reconocimiento que son culturales. (Un
ejemplo del propio Eco: si en nuestra comunidad sólo existieran las cebras y las hienas, las
rayas no constituirían un aspecto fundamental de su reconocimiento.) Y, para comunicar por
medio de una imagen los rasgos que distinguen un objeto, establecemos una equivalencia
entre un determinado signo gráfico y otro signo del código de reconocimiento, operación que
también es fijada por la cultura.
Ahora bien, si los códigos icónicos establecen equivalencias convencionales entre los signos
visuales utilizados para la representación y los elementos fundamentales seleccionados por el
código de reconocimiento, esa convención debe ser aprendida para que la comprensión del
mensaje icónico tenga lugar. En el caso de los mensajes visuales figurativos (el ícono de un
hombre en la puesta del baño público, el ícono de la silla de ruedas, de hombres trabajando,
etcétera), por lo general, el sujeto adquiere la competencia para la decodificación por su
participación en la cultura. Aquí, por considerarla de especial interés en el ámbito educativo,
nos detendremos en la gráfica, es decir en los signos visuales cuya decodificación debe ser, por
lo general, enseñada en el marco de la escuela.
1.3.2. La gráfica
Los límites estrictos de la gráfica cubren, entonces, las redes, los diagramas, los mapas, los
planos, es decir, los mensajes que tienen la función de obrar como “memoria” artificial y como
sistema lógico del tratamiento de la información. Esto explica su consideración en este libro.
El poder explicativo de la gráfica se reconoce desde hace mucho tiempo. Las más antiguas
representaciones gráficas descubiertas son mapas geográficos grabados en arcilla, que
datarían de 3000 a.C. Estas representaciones indican que primero se concibieron las imágenes
gráficas como reproducciones de la naturaleza visible como una escala. En la representación
de una molécula, en una figura geométrica, un esquema de montaje, un dibujo industrial, en el
“corte” de un terreno o en un mapa, las dos dimensiones del plano dibujado se identifican –en
función de la escala–, con el espacio visible.
69
Seguiremos a continuación a Bertin, un cartógrafo francés que en 1967 publicó Sémilogie
graphique, una obra clásica sobre la organización de los elementos visuales y perceptuales de
los gráficos según las características y las relaciones de los datos. Según Bertin (1972) y desde
el punto de vista del sistema de percepción que supone, la gráfica es un sistema visual de tres
variables.
En efecto, mientras que la percepción sonora no dispone sino de dos variables sensibles –la
variación de los sonidos y el tiempo–, por lo que todos los sistemas destinados al oído son
lineales y temporales35, la percepción visual dispone de tres variables sensibles que se
manifiestan “fuera del tiempo”: la variación de las manchas y las dos dimensiones del plano.
3. La imagen acepta todos los niveles de lectura. El nivel visual puede interesarse en la
forma de conjunto resultante de todas las manchas: se trata de la lectura de conjunto.
Pero también puede interesarse únicamente por una mancha elemental: se trata del
nivel de lectura elemental. Y, entre ambos, puede interesarse por una agrupación de
manchas: se trata de los niveles de lectura intermedios.
35
Las transcripciones escriturales de la música y el discurso no son sino fórmulas de memorización de
sistemas fundamentalmente sonoros, y sus fórmulas no escapan al carácter lineal y temporal de estos
sistemas.
En este caso, el lector debe descender al nivel de la porción del círculo y fijarse sucesivamente
en cada sector para aprehender la formación que se le propone. Por otra parte, sin imagen de
conjunto significativo, no puede aislar las relaciones esenciales que esta información
proporciona y, ante la falta de algo mejor, sólo retiene algunos porcentajes.
De la misma manera, el siguiente mapa resulta ineficaz pues el lector debe descender hasta el
nivel de los signos (jarras, vaso, etc.) y descifrarlos uno por uno:
71
Nota: La información es aproximada porque trata de una representación ilustrativa.
Del ejemplo anterior se deduce que no basta que el plano sea homogéneo y ordenado para
construir una imagen. También es necesario que la tercera dimensión visual (z) esté ordenada.
Es decir, en el mapa anterior se informa acerca de la variación de la población con acceso al
73
Tal como apunta Bertin, ante una construcción no conforme con la estructura de la imagen, la
lectura sólo comienza en el nivel en que el ojo descubre esta estructura y puede observar una
imagen significativa. Cuando la primera imagen significativa está en el nivel del signo
elemental, la figura debe leerse imagen por imagen. Evidentemente, como esta lectura
requiere un tiempo proporcional al número de imágenes que el ojo debe percibir,
probablemente el lector termina por abandonar la lectura y sólo retiene una o dos cifras. Una
construcción no conforme con la imagen resulta generalmente no explicativa e inútil.
22. Hacer explícitas ante los alumnos las convenciones de representación de los gráficos
favorece su comprensión. En este sentido, ¿cómo presentaría ante estudiantes de 15 a 18 años
los componentes de un gráfico de barras como el siguiente? Le sugerimos hacerlo mediante un
organizador gráfico: la infografía. Las infografías son esquemas complejos, en los que a la
representación visual de las características más significativas de un objeto o un fenómeno se
suman la representación de relaciones y procesos, breves descripciones de las partes o fases,
organizadores de la lectura como números que indican el orden que debe seguirse, etc. Las
infografías son gráficos que se desarrollaron profusamente a partir de programas de diseño en
computadora y, si no son cuidadosamente elaboradas, resultan muy atractivas a primera vista,
pero difíciles de leer. Al confeccionar su infografía, le sugerimos tener en cuenta si, como en el
ejemplo que damos a continuación, el gráfico representa magnitudes negativas y positivas,
cuatro categorías de dos variables cada una y los mismos colores para cada variable.
La construcción gráfica
Por otra parte, la mancha visible, elemento primero de toda representación, puede recibir tres
significaciones en relación con el plano xy. Puede significar un punto, una línea o una zona.
Estas tres “implantaciones”, vinculadas a la naturaleza espacial del sistema, constituyen una
multiplicidad de convenciones y permiten muchas transformaciones gráficas.
Las variables visuales tienen propiedades desiguales que la transcripción gráfica debe tomar en
cuenta. Como la matemática, la gráfica se interesa por las relaciones de semejanza e,
inversamente, por las relaciones de diferencia, de orden y proporcionalidad entre los
elementos. Las dos dimensiones del plano (x e y) tienen la propiedad de expresar
espontáneamente todas estas relaciones.
Pero las variables de tamaño, grano, color, orientación, valor y forma sólo tienen una parte de
estas propiedades. Por ejemplo, la transcripción de un componente ordenado mediante una
variación de forma destruye el carácter del componente, impide la percepción espontánea y
conduce a descifrar las formas una por una, tal como señalamos respecto de uno de los mapas
anteriores.
Los elementos descriptos constituyen el sistema de signos de la gráfica que el emisor debe
aplicar a cada problema después de analizar la información que debe transcribir y la función de
la transcripción tratada.
En los cuadros siguientes se señalan los factores que deben tenerse en cuenta en el análisis de
la información y se detallan las funciones de la transcripción gráfica (Bertin, 1972).
75
Análisis de la información
Componentes de la información Longitud de cada componente Orden u ordenabilidad de los
componentes
Se denomina componente al Se denomina longitud al número
concepto de variación. Toda de categorías que el El tiempo, las edades, los
serie analítica –el tiempo, el componente permite precios, son componentes
sexto, la edad, las profesiones, determinar. El sexo tiene una ordenados, que sirven como
los materiales– aplicada al longitud de dos o de tres (según base de clasificación de los
conjunto que debe transcribirse los países), las provincias componentes ordenables (series
es un componente. En los argentinas una longitud de 23 de profesiones, productos,
gráficos titulados “Tasa de más una Ciudad Autónoma. De individuos, países). Esta
fecundidad” la información esta longitud depende la reclasificación simplifica la
tiene tres componentes: la serie extensión del problema gráfico y imagen haciendo aparecer las
de las décadas, la de las el rechazo de algunas agrupaciones y las correlaciones
cantidades de nacimientos y la construcciones. sin pérdida de la información,
de los porcentajes. En el como mostraremos más abajo.
ejemplo de los mapas, la
información tiene dos
componentes: la serie de los
lugares geográficos y la de las
cantidades de agua.
23. En la construcción gráfica que usted replanteó anteriormente, determine los componentes
de la información y si esos componentes son ordenados u ordenables. Indique, luego, la
función de esa construcción gráfica.
Toda serie homogénea de datos puede dar lugar a una transcripción gráfica. Sin embargo,
aunque la imagen permite transcribir todas las relaciones contenidas en una información de
tres componentes, no todas las informaciones tiene esta estructura. Tal como lo indica Bertin,
una información se impone de diferentes modos en función de los siguientes niveles:
2. Las relaciones se establecen entre los elementos de un solo componente; en este caso, la
información construye una red.
En cuanto a las redes, un árbol genealógico, por ejemplo, expresa el conjunto de los vínculos
(correspondencias) que unen entre sí a los miembros de una familia, es decir, a los elementos
a, b, c, n de un único grupo de individuos. De la misma manera, un “organigrama” es el
conjunto de los vínculos que unen una serie a, b, c, n de funciones preestablecidas, y una red
caminera, el conjunto de los caminos que unen una sucesión a, b, c, n de ciudades. Se trata de
informaciones de un solo componente que, al ser transcriptas sobre el papel, construyen una
red.
Las construcciones de una red son variadas, ya que los elementos del componente a, b, c, n
pueden inscribirse mediante puntos y vincularse mediante líneas, o a la inversa, pueden
transcribirse mediante líneas o zonas. Además, la disposición de los elementos puede ser
rectilínea, circular, o formar una sinusoide. La elección depende, a la vez de la información y de
la función de la transcripción gráfica.
El tratamiento gráfico de una red consiste en descubrir la disposición más simple de los
elementos y las correspondencias, es decir en reducir al mínimo el número de cruzamientos no
significativos.
Una red puede transformarse en diagrama36. Para esto, basta con desdoblar el componente y
considerar que a, b, c, n son “puntos de partida” de relaciones que conducen a 1, 2,3, n, que
son “puntos de llegada”.
Así, por ejemplo, los movimientos de una acción en la Bolsa de Comercio, no son sino el
conjunto de las correspondencias que se establecen entre una sucesión a, b, c, n de fechas y
una serie 1, 2, 3, n de precios; por lo que se trata de una información de dos componentes. De
la misma manera, la distribución de las categorías socioprofesionales en Buenos Aires es el
conjunto de las correspondencias que se establecen entre una sucesión de a, b, c, n de
categorías socioprofesionales, una sucesión a, b, c, n de barrios y una serie 1, 2, 3, n de
cantidades de personas, por lo que se trata de una información de tres componentes. Así, todo
conjunto informativo en el que un componente a, b, c, n manifiesta una sucesión de
conceptos, puede analizarse como un sistema de tres componentes y construirse en un solo
diagrama x, y, z como matriz. Como se ve, el tratamiento gráfico de una matriz consiste en una
“diagonalización”.
36
Los diagramas a los que se refiere Bertin son más conocidos en nuestro medio como gráficos.
77
Principio de la diagonalización de los diagramas (adaptado de Bertin). Análisis de
las características de 16 ciudades (A a P) a partir de la ausencia o presencia de 9
fenómenos (1 a 9). Esta información construye el primer cuadro. Si se permutan las
filas buscando coincidencias entre fenómenos y luego las columnas buscando
coincidencias entre ciudades, la imagen se simplifica. Sin embargo, ningún
elemento de información ha desaparecido.
Los cuadros simples, como el del ejemplo anterior, están compuestos por una lista de
elementos que tienen algún rasgo en común; los encabeza un título que sintetiza de qué
elementos se trata (años) y cuál es ese rasgo (en que se realizaron censos de población). No
hay razón para transformar en gráfico este tipo de cuadro.
Como se ve, cada uno de los cuadros simples que componen este cuadro combinado presenta
un título (Provincia, Total, Sexo y Razón de masculinidad). Uno de ellos, Sexo, se subdivide en
dos tipos de elementos que dan lugar a dos subtítulos: Varones y Mujeres. El conjunto tiene un
título general que incluye los datos considerados (población por sexo y razón de masculinidad),
el universo de análisis (el total de la población de cada provincia) y el año de análisis (2001).
79
Los cuadros combinados pueden ser transformados en gráficos cuando los datos que ofrecen
cumplen ciertas condiciones. La principal es que la longitud del dato sea graficable: ¿se
imagina el alto de una barra que represente 13.827.203 habitantes de la provincia de Buenos
Aires? Otra condición es que las barras no sean tantas que la mirada se “pierda”. Si en el país
hay 24 provincias y para cada una hay que representar cuatro variables (total, mujeres,
varones y razón de masculinidad) tendríamos un gráfico de 100 barras. En estos casos es sin
duda preferible dejar los datos dentro de cuadros y no transformarlos en gráficos.
Esta “primera salida” de información que el cuadro ofrece a los investigadores debería llevar a
tomar decisiones comunicativas sobre su “segunda salida” o representación como gráfico a los
fines de simplificar la comprensión de los lectores. Evidentemente no tendría sentido hacer un
gráfico de líneas, país por país, que muestre las variaciones de cada nivel educativo de madres
y padres entrecruzadas con los grados en los que sus hijos estudian, porque las líneas se
“moverían” muy poquito. Sí tendría sentido promediar los datos de madres y padres de los
niños de ambos grados y representar los resultados en un gráfico de barras. Este sería un
modelo de barra apropiado:
De lo dicho en relación con los cuadros, se desprende, al igual que para los gráficos, la
importancia de la identificación de la información en los títulos y los epígrafes.
Para terminar, un comentario sobre los programas de diseño gráfico que permiten hoy realizar
las representaciones gráficas con más facilidad. Los postulados de autores como Bertin y otros
siguen vigentes: si la información que se vuelca en el programa no está adecuadamente
ordenada y separada por el diseñador, el gráfico no resultará comprensible, sino confuso,
incluso más que antes del desarrollo de las nuevas tecnologías.
24. En las pruebas de Lectura del Segundo Estudio Regional comparativo y explicativo de la
UNESCO (Atorresi y cols. 2010), los estudiantes de tercer grado debían reconocer, entre otras
tareas, cuál de cuatro cuadros comparaba correctamente tres características de la abeja reina
y la obrera dadas en el último párrafo de un texto verbal. Los cuadros tenían dos columnas,
tituladas respectivamente La obrera y Cualidades en comparación con la reina, y tres filas,
tituladas respectivamente Tamaño, Peso y Duración de su vida; los términos de la comparación
eran Menor y Mayor (e Igual en el caso de los incorrectos).
De los 100 mil estudiantes de tercer grado, solo 31% seleccionó el cuadro correcto; 21, 50%;
21,09% y 21,25% eligieron los tres cuadros incorrectos, respectivamente (lo que indicaría que
no hay un tipo de cuadro erróneo que resulte “especialmente atractivo”), y 5,16% dejó la
81
respuesta en blanco. ¿Cuál o cuáles de los siguientes organizadores gráficos le parece/n más
adecuado/s para representar el párrafo anterior ante un lector medianamente formado? ¿Por
qué? ¿Qué criterios pone en juego para decidirse?
a)
b)
c)
d)
83
Podemos afirmar entonces que, en general, el paratexto editorial cumple una función
persuasiva mientras que el paratexto autoral tiende a lo explicativo. En efecto, si bien puede
concederse una función clarificadora a ciertos usos de la tipografía o la diagramación,
Claro que, en muchos casos, las superposiciones de funciones son obvias. Las ilustraciones, por
ejemplo, conservan de su significado original (“iluminar”, “dar a luz”) el matiz de esclarecer
mostrando. Pero, a la vez, suelen adornar el texto, con lo que colaboran con el objetivo
comercial de atraer la atención al público.37 Por ejemplo, en este caso, en el que se observan
abuso del color y el cambio tipográfico y partes de la ilustración (con sus referencias) que no se
retoman en el texto:
El uso de la imagen también puede atentar contra la claridad del texto escrito, como vemos en
el ejemplo de la página siguiente.
37
Numerosas entrevistas a docentes que se desempeñan en primero, segundo e, incluso, tercer ciclo,
han mostrado que la selección del libro de texto que se recomienda al alumno depende en gran medida
de la función meramente ornamental de la imagen que, según manifiestan, es lo que atrapa al
estudiante.
Así, el texto teórico rara vez reformula sus explicaciones en términos icónicos o icónico-
lingüísticos; en todo caso, el elemento icónico-lingüístico, a modo de esquema o diagrama,
forma parte de la secuencia explicativa misma (y no constituye una reformulación). En
términos de Jacobi (1984), en el texto científico,
el gráfico no sustituye a la palabra sino que uno y otra corresponden a la misma voluntad
de administrar la prueba de verdad. No son dos estados de un mismo objeto sino trazos
distintivos que lo definen como tal.
Por el contrario, en el libro de texto, la gráfica suele resultar auxiliar (paratextual); marca la
jerarquización de la información y facilita su comprensión mediante procedimientos tales
como la diferenciación de bloque tipográficos (presentación, texto central, resumen,
comentarios de columna lateral, actividades, epígrafes de imágenes), el uso de recuadros para
resaltar definiciones o conceptos, los cambios de grosor (negrita) o variante (itálica) para
destacar palabras clave y las reformulaciones icónico-verbales. En muchos casos, el prólogo o
unas páginas que lo sustituyen funcionan como guía del recorrido de lectura impuesto por el
paratexto:
85
INSTRUCCIONES PARA NO PERDERSE EN ESTE LIBRO
Hay un mito griego cuyo protagonista entra en un laberinto con un ovillo de hilo de oro…
Actividades
Indica que la actividad es grupal, ya sea un grupo pequeño o toda la clase. […]
Tal como señala Alvarado (1993), en el dominio del diseño se evidencia hoy más claramente la
influencia de los medios audiovisuales, en particular, de la televisión. Y el libro de texto
constituye un caso extremo. Extremo, porque tradicionalmente los libros escolares estuvieron
en las antípodas de los discursos de los medios: retórica y estéticamente conservadores, se
definieron por oposición a lo que, desde una visión apocalíptica, los medios significaban.
Como se habrá observado, en muchos casos, la imagen no es imagen de un objeto que se
quiere representar sino, más bien, imagen de producción de la imagen. Además, lo visual no
rige sobre la totalidad de los mensajes visuales: algunos mensajes visuales se encuentran
afectados por la lengua no sólo desde el exterior (por medio de un epígrafe, un globo de
historieta, un eslogan), sino también desde el interior, porque su estructura no es del todo –o
no lo es en nada– visual (basta recordar el ejemplo anterior, de Diego y su álbum de figuritas).
En estos casos en que la imagen no contribuye desde ningún punto de vista a la jerarquización
o la distribución lógica de la información ni al anclaje de un texto verbal que se supone de
difícil comprensión, no puede justificarse su uso desde el punto de vista de la intencionalidad
explicativa.
25. Seleccione un texto adecuado al año en que usted desempeña su labor docente. Entregue
a la mitad de sus alumnos ese texto sin ningún elemento paratextual, es decir, sin título, ni
subtítulos, ni presentación, ni resumen final, ni gráficos, ni ilustraciones. A la otra mitad,
entregue ese mismo texto con el agregado de esos diversos elementos paratextuales. Diseñe
luego una evaluación que le permita observar qué texto favorece la comprensión lectora
(pregunte, por ejemplo, cuál es el tema del texto, cuál su conclusión, qué relaciones o procesos
expone, etcétera). Seguidamente, elabore una tabla en la que pueda consignar los resultados.
26. De los manuales destinados a los alumnos del año en que usted ejerce su trabajo,
seleccione dos páginas cuya gráfica resulte clarificadora y dos que dificulten la lectura.
Fundamente su elección mediante un análisis de los elementos paratextuales.
87
El texto explicativo y su enseñanza
SEGUNDA PARTE
LA DIVULGACIÓN CIENTÍFICA
Y OTROS GÉNEROS EXPLICATIVOS
89
2.1. Los textos sobre la ciencia
Tal como se ha planteado en la primera parte de este libro, la ciencia tiene por finalidad
fundamental explorar, describir, explicar y predecir los acontecimientos que tienen lugar en el
mundo en que vivimos. Habitualmente, los resultados de las investigaciones científicas se
comunican mediante textos denominados científicos o académicos. Estos textos están
destinados a los expertos. Por otra parte, ocurre también que los contenidos del texto
científico se difunden entre el público no experto mediante géneros discursivos que aquí
denominaremos, en general, de divulgación científica. De ellos nos ocuparemos en esta parte.
Loffler-Laurian (1984) propone una tipología de los textos cuyo objeto es la ciencia a partir de
considerar los siguientes constituyentes de la situación comunicativa: el emisor, el receptor y
el soporte material del mensaje. A continuación se incluye una reformulación parcial de tal
propuesta.
En este estudio se han tratado cuestiones relacionadas con varios componentes de la GU,
particularmente con las teorías de la reacción y la acotación. A continuación se resumen
las principales ideas estudiadas.
Se ha ampliado una teoría de la X con una barra de dos niveles a las categorías no léxicas F
y C, núcleos de las proyecciones máximas (X ) clausales SF y SC, respectivamente. La
teoría del movimiento permite dos opciones, la sustitución y la adjunción; esta última
forma categorías con varios segmentos. La adjunción solo es posible con los no
argumentos, quizá como consecuencia de la teoría 0, y se limita a las categorías (X )
tanto en elementos que se mueven como en los puntos de destino.
38
La nominalización consiste en la conversión del verbo en sustantivo (modificar/modificación), lo que
produce el borramiento del agente y transfiere el acento al término que indica proceso. Halliday llama
“ático” al estilo de los textos científicos, debido a su gran complejidad, producida, entre otros recursos,
por la abundancia de nominalizaciones. Para una comparación entre los textos de científicos noveles y
expertos en cuanto al uso de nominalizaciones, entre otros aspectos, véase Montemayor-Borsinger,
2005.
Por las razones que acabamos de mencionar, el texto científico presenta problemas de
comprensión a los lectores no expertos. Permitir el acceso al texto teórico mediante ejemplos,
paráfrasis, definiciones, ilustraciones y cierta banalización del lenguaje utilizado es, en lo
esencial, el objetivo de la divulgación científica. Es decir, la divulgación científica construye –
más precisamente, reformula– un primer discurso que circula en el marco de una comunidad
restringida de modo que resulte legible en el “exterior” (Authier, 1982). Acerca de este
segundo discurso que es la divulgación, los analistas sostendrán posiciones encontradas, que
van dese la valoración de la democratización del saber científico contra la alienación del
hombre “común” frente al entorno cada vez más especializado, a la inevitable ruptura cultural,
producto de la división social en clases que reproducirá una y otra vez las desigualdades a
través de productos “de segunda categoría”.
Como sea, desde los propios textos de divulgación, se insiste una y otra vez, en que la misión
es ”difundir entre el gran público los conocimientos nuevos”, “poner en términos accesibles a
la comunidad toda el resultado de las investigaciones científicas”, “atender a la demanda social
de compartir el conocimiento”, etcétera.39
Texto 1
La divulgación de la ciencia se plantea hoy como una necesidad ligada a los procesos de
democratización. La ciencia no tiene sentido si no llega a los ciudadanos. En este sentido,
no puede ceñirse solamente a acompañar y compensar las actividades de aprendizaje
reglado, sino que puede protagonizar todos los medios existentes, tanto los tradicionales
como los que se están empezando a desarrollar poderosamente a través de nuevas
tecnologías. La razón es que, con el espectacular avance de la expectativa de vida en
nuestro siglo, el periodo de tiempo que una persona puede dedicar a su formación a
través de las instituciones de enseñanza tiene un límite. […]
39
Para ampliar sobre el discurso especializado, véanse Ciaspuscio, 1992, 2000 y Calsamiglia y Cassany,
2001.
91
Por otro lado, si hasta hace pocos años se podía percibir el mundo de la ciencia y de los
científicos como alejado de la vida cotidiana –aunque la ciudadanía disfrutara o sufriera
los efectos del desarrollo científico y tecnológico–, en los últimos años se está
demostrando que determinados planteamientos de la ciencia constituyen una parte
central de la inquietud social en lo que concierne a las decisiones políticas, éticas o
profesionales que afectan a la calidad de la vida. El desarrollo de la medicina, la
informática, la biotecnología, la ecología o la astrofísica está en primer plano del interés
de grupos de ciudadanos cada vez más amplios, que solicitan no sólo mantenerse
informados sino adentrarse en los conocimientos que se están abriendo paso y que son
objeto de debate apasionado. Son un ejemplo actual de lo que puede llegar a ocurrir en
muchas otras disciplinas científicas. Especialmente cuando es muy probable que el
desarrollo tecnológico lleve a un cambio radical en las formas de vida y en la organización
del trabajo.
Por un lado, está la comunicación a los colegas (en forma de congresos y papers
científicos), pero no alcanza: es necesario poner en común el conocimiento –aun cuando
sea sin los detalles técnicos– con la sociedad que nos abraza... y nos paga. Comunicar la
ciencia ayuda a aclarar las ideas, a hacerse preguntas básicas que de otra manera quedan
debajo de la alfombra. Por otro lado, el público necesita tener acceso a las ideas y los
logros de la ciencia. Por un lado, la riqueza de una sociedad o de una región está ligada al
conocimiento científico, y muchas elecciones ciudadanas se tienen que basar en saber de
qué se trata. Temas como energía, contaminación, salud, alimentos, son LOS temas de la
actualidad, y es imposible estar al margen. Pero, y tal vez de manera más importante,
compartir el pensamiento científico y racional, libre de prejuicios, de mitos, de
pensamiento mágico y del principio de autoridad, no solo sirve para futuras generaciones
de cientifiquitos o ciudadanos más comprometidos. Sirve, sobre todo, a que seamos
mejores personas.
28. La siguiente explicación y las actividades que le corresponden han sido extraídas de un
libro de texto de Lengua destinado a alumnos de séptimo grado (el último grado de la
educación primaria argentina). Las páginas pertenecen a una sección que trata cuestiones de
sintaxis y morfología en el marco de un capítulo (el último del libro) que aborda las
características de la explicación en los manuales de ciencias naturales. Después de leer el
texto, determine:
Como habrán observado, no aparecen allí verbos, aunque sí palabras que indican acciones
o procesos: “división”, “separación”, “estudio”, “funcionamiento”. Estos sustantivos son
nominalizaciones.
Observarán que en los dos casos anteriores se agrega la terminación -‘ción’. Esta es una de
las posibles formas de nominalizar un verbo y es, de hecho, una de las más frecuentes.
Pero hay otras:
*¿Cuál es la terminación que requiere cada uno de estos verbos?, ¿-sion?, -ción o -iento?
El lector debe preguntarse si es posible oponer las técnicas que sirven para investigar el
pasado humano y aquellas empleadas para estudiar el presente.
93
Evidentemente, quien pretende explorar lo actual y quien se dedica a indagar en épocas
lejanas manejan, cada uno a su manera, las herramientas de las que disponen. Según los
casos, uno u otro tendrán ventajas: el primero podrá experimentar qué es la vida de modo
más inmediato; el segundo, para indagar, dispondrá de medios que muchas veces le son
negados a aquél.
Así, si disecar un cadáver descubre al biólogo muchos secretos que el estudio de un ser
vivo le hubiese negado, calla acerca de muchos otros que sólo el cuerpo que vivió puede
revelar.
M. Bloch (1952). Introducción a la Historia. México, Fondo de Cultura Económica.
Texto original
Para observar cómo crecen los tejidos, habría que ver a las células dividirse y multiplicarse.
Más fácil resulta estudiar el crecimiento de organismos unicelulares como las bacterias. El
biólogo inicia un “cultivo” con unas pocas células de bacterias o con una sola, que coloca
sobre un material alimenticio gelatinoso en una bandeja. Cada célula crece durante un
tiempo y luego se divide en dos. Más adelante, las dos se dividen en cuatro, las cuatro en
ocho y así sucesivamente, hasta que los organismos se transforman en una colonia.
Texto transformado
Para observar el crecimiento de los tejidos, habría que ver la división y la multiplicación de
las células. Más fácil resulta el estudio del crecimiento de organismos unicelulares como
las bacterias. El inicio del cultivo comienza con unas pocas células o con una sola, que se
coloca sobre un material alimenticio gelatinoso en una bandeja. Durante un tiempo, se
produce el crecimiento y, luego, la división en dos de las células. La división continúa: de
dos en cuatro, de cuatro en ocho y así sucesivamente, hasta la transformación de los
organismos en una colonia.
Si comparan los textos, observarán qué efectos produce el uso de las nominalizaciones.
Por un lado, se “borra” el sujeto que ejecuta la acción (“el biólogo” del primer texto), con
lo cual el acento se pone en los acontecimientos o los procesos. Recordarán que ya
apuntamos que en los textos científicos los autores no hablan en su nombre sino en el de
la ciencia. Esta es otra variante: no sólo el autor no aparece; por lo general, no aparece
ninguna persona; el fenómeno que se quiere explicar es más importante que quien lo
explica y que quien lo produce.
Por otro lado, mediante las nominalizaciones, estos acontecimientos o procesos parecen
más generales y menos atados a un momento concreto. Esto facilita, como ya habrán
notado, la explicación de hechos puntuales por medio de leyes generales (si no recuerdan
bien este aspecto, relean la página titulada “Explicar con leyes generales”).
Por estas características, las nominalizaciones son muy frecuentes no sólo en las
definiciones, sino a lo largo de todo el texto científico.
El siguiente ejemplo constituye un modelo característico del tipo que acabamos de caracterizar.
Hace millones de años, el fondo de los océanos, los mares y los grandes lagos recibían los
restos diminutos de animales y plantas, que caían lenta e incesantemente. Estos residuos
orgánicos se depositaban en grandes cantidades formando capas espesas que se
mezclaban con el barro que sedimentaba en las profundidades. Con el tiempo, en ciertas
condiciones de presión y temperatura, la mezcla comenzó a “cocinarse”. Por un lado,
aprisionada por ese lodo y privada de oxígeno, la materia orgánica se transformó en
hidrocarburos (sustancias formadas exclusivamente por hidrógeno y carbono), como el gas
natural y el petróleo.
Por otro lado, los compuestos inorgánicos, como la arcilla, se compactaron y cementaron
formando rocas sedimentarias de grano muy fino.
Durante este proceso, el petróleo y el gas formados rellenaron los poros de esas rocas y,
en conjunto, constituyeron lo que se denomina la roca madre.
A lo largo de estos millones de años, la corteza terrestre sufrió grandes cambios que le
produjeron fracturas. A través de ellas, y arrastrados por el agua que circula por los
intersticios de la corteza de la Tierra, cierta cantidad de hidrocarburos pudo escapar, poco
a poco, de la roca madre y, por ser más livianos que el líquido elemento, ascendieron.
Estos depósitos no son “huecos” que “se van llenando” con el gas y el petróleo que
ascienden, sino que están formados por rocas porosas y permeables –principalmente
areniscas–, llamadas rocas almacén que, como esponjas, retienen los hidrocarburos.
Todo este proceso nunca se detuvo. Los sedimentos que hoy se depositan en el fondo del
mar probablemente generarán algo de petróleo y gas dentro de millones de años.
95
29. Busque y analice otros textos que presenten las características de la divulgación alta en
alguna publicación de circulación local; le sugerimos comenzar por las revistas universitarias.
En los siguientes ejemplos, hemos destacado algunas marcas típicas del género:
Los turistas que visitan países como Marruecos y la India se quedan boquiabiertos al
comprobar con sus ojos cómo los encantadores de serpientes hacen surgir del interior de
una cesta de mimbre una amenazadora cobra que parece bailar hipnotizada al ritmo de
una flauta de caña.
La exótica escena no es más que un simple montaje, pues las serpientes son totalmente
sordas, hasta el extremo de que carecen de tímpanos; de ahí el dicho popular “Si el topo
viera y la víbora oyera, no habría quien al campo saliera”.
(…) Así pues, las cobras no salen del cesto “encantadas” por la melodía, sino que siguen
atentas los movimientos que realiza el encantador con la flauta. Por último, que nos
parezca que están hipnotizadas se debe al hecho de que los ojos de las serpientes carecen
de movimientos.
Midiendo sus niveles de estrés han podido cuantificar que los hombres adoran cinco veces
más a sus parejas que a sus equipos de fútbol, por muy forofos que sean del deporte rey,
según los resultados de los que se hace eco el periódico The Daily Telegraph.
40
Para ampliar véase De Lourdes, 2000.
31. Este libro, ¿es un libro de divulgación científica? Si lo es, ¿en cuál de las dos formas de
divulgación anteriormente mencionadas lo ubicaría? Fundamente su respuesta.
Aquí nos ocuparemos de considerar la relación entre los tipos de divulgación –especializada,
masiva, etcétera– y el tipo de imágenes que predominan en cada uno de ellos.
Desde el punto de vista de la gráfica, las diferencias son notables: la más ilustrada es La
Recherche, mientras que la más icónicamente pobre es Science et vie. En cuanto el artículo que
aparece en la revista científica, comporta seis figuras tituladas. Se trata de gráficos de líneas
que contienen una breve leyenda al pie.
Por su parte, en el artículo de La Recherche hay un plurisistema gráfico que comprende fotos,
dibujos, esquemas y gráficos de curvas, pero con la particularidad de que estos últimos
contienen en la parte inferior una leyenda explicativa, redactada de modo tal que puede
constituir un texto autónomo y redundante, susceptible de una lectura paralela a la de la
imagen.
97
Al parecer, el editor de este tipo de revistas apunta a la masividad haciendo figurar en los
artículos tres niveles de iconicidad: la fotografía, como ícono figurativo; los diagramas y
esquemas, como íconos semi-conceptuales y los gráficos, como representaciones de
variaciones paramétricas.
Otro procedimiento típico de Science et vie consiste en reificar palabras abstractas mediante
imágenes; así por ejemplo, una caloría es representada por una pequeña llama sonriente y la
explicación del átomo, mediante un hombre que, al abrocharse la camisa, pasa por alto un
botón o un ojal.
Como se ve, si cierto tipo de ilustraciones no se corresponden con la categoría del ideal de
ciencia, su análisis no puede reducirse al de la función referencial, sino que también deberá
tenerse en cuenta lo que tienen de apelativo.
En síntesis, según Jacobi, las ilustraciones de los artículos publicados en revistas de divulgación
científica pertenecen a tres tipos diferentes: una serie se relaciona con elementos escrito-
visuales que se corresponden con los propios del discurso científico; la segunda serie
pertenece al dominio de la gráfica y la imagen figurativa y trata de favorecer la comprensión
jerárquica; el tercer grupo considera la posibilidad de metaforizar visualmente un concepto,
pero lo hace de modo aleatorio e inexacto.
32. Busque y analice ejemplos de los usos de la imagen estudiados por Jacobi en revistas de
divulgación.
33. ¿Es posible detectar usos de la ilustración semejantes a los descriptos por Jacobi en los
libros de texto? Si lo es, fundamente con ejemplos.
34. Revea su caracterización de este libro dada a propósito de la actividad 31 integrado ahora
en su análisis consideraciones acerca del uso de la imagen.
Los textos científicos y los de divulgación enuncian de diferente manera. Tanto el discurso
científico como el de los manuales y libros de texto escolares son enunciativamente
“transparentes”, es decir, borran las huellas de su enunciación deliberadamente, en procura
del efecto de objetividad que surge del hablar “en nombre de la ciencia”. En otras palabras, los
dos tipos discursivos se presentan desembragados de su contexto de producción.41
41
Sin embargo, es posible señalar una diferencia fundamental entre estos géneros: a diferencia del
discurso didáctico, frecuentemente, el texto científico toma explicitamente como referente otro
discurso (científico) con el cual puede coincidir (en este caso será usado como ejemplo) o disentir (en
este caso llenará la función de contra-explicación).
Pero además, este proceso de reformulación se “muestra”, esto es, se pone en evidencia, lo
que constituye otro de los aspectos del “efecto de vidriera” que algunos atribuyen al discurso
de la divulgación.
En primer término, siempre dentro del marco de la enunciación, se destaca la utilización del
discurso indirecto. Si bien las citas textuales no son infrecuentes y se emplean como un
procedimiento del acercamiento de la voz auténtica del científico, el estilo indirecto permite
una versión más ajustada a las supuestas posibilidades de comprensión de los destinatarios.
En términos de Authier:
La reformulación por medio del discurso indirecto es una modalidad muy particular, en
tanto da lugar en el D2 [o segundo discurso, es decir, el que divulga al discurso científico o
D1] a la mención del D1 y de su enunciación. Haciendo del D1 su objeto explícito, el D2 se
coloca sin dificultad frente a él, en una posición de distancia que es incompatible con la
idea de copia del D1, ya sea producida por traducción, contracción o adaptación. Así, si la
divulgación científica se hace cargo de transmitir los conocimientos del D1 bajo la forma
de un discurso sobre el mundo, no lo hace enunciando un discurso del mismo tipo,
adaptado al nivel del lector –como en el caso de los manuales–, sino apoyándose
explícitamente sobre el D1.
En este ejemplo, es interesante observar la aclaración explicativa a cargo del divulgador, que
interrumpe el discurso referido sin ninguna violencia porque, como hemos señalado, las
huellas del discurso del científico han sido borradas.
99
3.4.2. La localización temporal deíctica
También funcionan produciendo “efecto de espectáculo” los titulares, las bajadas y los
antetítulos que remiten al “reciente coloquio”, al “último descubrimiento”, etcétera, los que,
además, dan la idea de que los artículos son un momento de un desarrollo continuo. Por
ejemplo:
El suelo de Marte contiene relativamente mucha agua, según los resultados de un análisis
realizado por el vehículo robot Curiosity. La proporción de agua es de alrededor del 2%,
informaron científicos encabezados por Laurie Leshin, del Instituto Politécnico Rensselear,
en la ciudad de Troy, estado de Nueva York, en un artículo publicado esta semana
en Science.
"Sabemos ahora que habría agua abundante y fácilmente accesible en Marte", subrayó
Leshin. "Si enviamos seres humanos allí, podrían recoger en cualquier lado suelo de la
superficie, calentarlo un poco y obtendrían agua", explicó.
Otras veces, sobre un fondo de conocimientos clásicos, dados, retomados por el divulgador en
una primera parte de un modo “didáctico”, surge el discurso sobre el “asombroso” objeto del
artículo:
Únicamente se dedicó dos años a la biología, pero no había cumplido todavía los treinta
cuando Robert Hooke –uno de los genios más fecundos de la humanidad– publicó su obra
“Macropedia”, en 1665. Ésta incluía sesenta maravillosas láminas rebosantes de
descubrimientos trascendentales.
Con ayuda de un rudimentario microscopio construido por él mismo, Hooke dibujó con
todo lujo de detalles muchas criaturas casi imperceptibles para el ojo desnudo.
Entre sus observaciones, se destaca una en particular. Hooke vio que el corcho estaba
constituido por infinidad de poros microscópicos. A estos orificios, los denominó células.
Tuvieron que transcurrir más de 160 años para que los biólogos se percataran de que
aquellas oquedades no eran otra cosa que los ladrillos con los que están edificados todos
los organismos animales y vegetales. (…)
Hoy, gracias a los modernos microscopios electrónicos y las técnicas de tinción, los
biólogos están descubriendo los secretos de estos ladrillos de la vida, desde cómo trabajan
hasta cómo es su compleja maquinaria.
“Es un investigador bipolar”. Así lo presentaron a Juan Manuel Lirio en una reunión de
amigos. Ante la cara de sorpresa de su interlocutor, enseguida explicaron que no sufría
ningún trastorno psiquiátrico, sino que de ese modo llaman en la jerga científica a quienes
han trabajado en tierras cercanas al Polo Norte y Polo Sur. Y él lo ha hecho, desde 1985
hasta hoy. Lleva treinta campañas en la Antártida, cinco de ellas en invierno, y casi todas
en carpa, donde ha soportado temperaturas inferiores a 30 grados bajo cero. “Cuando
hacía 12 grados bajo cero, el día era agradable y te permitía salir a hacer trabajo de
campo”, dice.
En el otro extremo del planeta, el Ártico, el frío no resultó feroz porque fue en verano,
pero pasó casi un mes en un refugio anti-osos de la Isla Kongsoya (Noruega) donde debió
ir armado para asegurarse la vida. “Es como si fuera un zoológico al revés. Uno está
enjaulado y los animales andan sueltos”, compara. Él fue uno de los últimos humanos en
habitar ese suelo, porque luego ese territorio insular se destinaría como reserva exclusiva
del oso polar.
En su Mendoza natal, Lirio jamás imaginó los caminos que le depararía su pasión por las
rocas. Él es el mismo a quien su madre describía de chico como “muy casero y poco
salidor”. Hoy, si el desafío geológico vale la pena, no importa dónde queda el terreno a
explorar, allí él va.
Otra estrategia de banalización del discurso del científico consiste en la introducción del lector
en el mensaje. A diferencia del discurso del científico, que como hemos señalado borra las
marcas enunciativas, entre ellas las referidas al lector, el discurso de la divulgación es
sumamente rico en índices del receptor, por ejemplo, el denominado nosotros inclusivo: yo, el
divulgador, más usted, el lector modelo. El ejemplo que sigue ilustra este procedimiento:
Cuando el frío ataca, nuestro organismo se protege: la fina epidermis que forma la capa
superior de nuestra piel se contrae; los vasos sanguíneos se estrechan para evitar
pérdidas de calor; las glándulas sebáceas sobresalen ligeramente apareciendo lo que
conocemos como “carne de gallina”.
101
Imagínense una flota de angostos y rápidos barcos que se acercan velozmente marchando
hacia ustedes, cada uno de ellos llevando pintado en su proa un par de ojos amenazantes.
Pueden oír el chapoteo de los remos y ver resplandecer las espadas a la luz del sol. Si
ustedes fueran enemigos de la Antigua Grecia, esa visión podría aterrorizarlos. (…)
Y en otros, lo que se explicita es la posición intermedia entre la ciencia y el público lector que
ocupa el divulgador; esto, mediante la alternancia del nosotros inclusivo y el nosotros de
extensión máxima (yo, el divulgador, más usted, el lector, más ellos, los científicos, es decir,
“todos aquellos que nos preocupamos por el futuro de la ciencia y el hombre”. Esos dos usos
del pronombre “nosotros” que coexisten en los textos marcando la separación o la unión del
público y los científicos, constituyen, en el texto de divulgación, una imagen del discurso
mediador que es, de hecho, la de un escenario.
Así, el acto de enunciación del discurso de divulgación y sus interlocutores, no sólo están
presentados sino también, representados. El rol de la ciencia aparece representado por
científicos, laboratorios, etcétera, identificados por medio de sustantivos propios que llenan
fundamentalmente la función de “efecto de realidad”. El rol de público lector aparece
representado por medio de figuras tales como la de “hombre abierto”, “interesado por las
ciencia”, “inteligente”, “contemporáneo”, “actualizado”. Finalmente, el tercer rol, el de
divulgador, es representado en los textos por medio de la figura del que “va de un lugar a otro,
creando puentes”; por otra parte, el divulgador es mediador porque responde a una demanda
(“la del lector ávido”) o cumple una misión (“no decepcionar la espera”).
35. Analice el efecto de sentido que genera el uso del pronombre “nosotros” en el siguiente
fragmento. Identifique la presencia de otro tipo de apelaciones al lector.
En nuestra vida cotidiana, percibimos la distancia de los objetos que vemos porque
tenemos dos ojos. Al estar los ojos ligeramente separados, cada uno ve una imagen
ligeramente distinta. Probad de mirar vuestro dedo pulgar levantado, primero cerrando
un ojo y luego el otro. Veréis cómo la posición aparente del pulgar respecto de los objetos
del fondo es distinta para cada ojo.
Para las estrellas podemos hacer una cosa parecida. Si aprovechamos el movimiento de
traslación de la Tierra alrededor del Sol y observamos las estrellas con medio año de
diferencia, se puede llegar a medir cómo las estrellas más cercanas cambian ligeramente
de posición respecto de las muy lejanas y esto nos permite calcular su distancia.
En la medida en que el divulgador parece asumir que la ruptura cultural entre la ciencia y el
lego exige la mediación de un “experto en traducción”, pone en contacto dos “lenguas” de una
manera muy particular. Según Authier (1982),
Se pueden reducir las diversas formas que asocian en el D2 los dos discursos –el científico
y el cotidiano– a dos tipos principales: el que los yuxtapone, unidos por una equivalencia
metalingüística, y el que los superpone, haciendo alternativamente de uno de ellos el
Así como las sociedades humanas están organizadas en base a un ritmo diario de 24 horas,
un ritmo mensual de 30 días y uno anual de 365, las funciones fisiológicas presentan un
”reloj” de alrededor de 24 horas y calendarios de duración mensual y anual. Tales ciclos
son llamados generalmente “circadianos” (del latín circa: alrededor del día). El hecho de
que estos relojes circadianos expresen el tiempo a pesar de estar expuestos a un medio
ambiente constante es conocido desde hace más de 250 años.
La otra posibilidad consiste en hacer que el estatus sintáctico del segundo término –el
científico– sea el de un agregado suprimible. En estos casos, el término suele estar dado en
una aposición, una construcción parentética o introducido después del conector “o”. Por
ejemplo, en el siguiente caso:
El irrefrenable deseo de comer dulces que sienten algunos se debe a una proteína
segregada por el cerebro, la galanina. Su función es la de proporcionar reservas
alimentarias al organismo y se vuelve especialmente activa en las mujeres embarazadas y
los lactantes.
Es evidente que existe una estrecha relación entre el género discursivo en el que se inscribe la
explicación y las estrategias utilizadas en la construcción de la definición. Así, en los textos de
divulgación científica los rasgos definitorios suelen manifestarse a menudo mediante la
analogía, en definiciones aproximativas, por las que el discurso de divulgación parece
instalarse en el marco de las representaciones establecidas: las definiciones científicas son
“privilegio de una elite”, de un discurso absoluto y homogéneo –el del ciencia– del cual la
divulgación es una “imagen degradada”.
103
36. Determine por qué puede afirmarse que la definición dada en el siguiente fragmento
corresponde a un texto de divulgación científica. Analice las otras marcas propias de la
divulgación que presenta el texto.
Si imagináramos el sistema nervioso como un servicio telefónico, podríamos decir que las
hormonas equivalen a un servicio postal, que por lo general trabaja de una manera más
lenta, pero cuyos efectos pueden ser de gran alcance. Las “cartas”, en este sistema, son
docenas de hormonas distintas, químicos específicos elaborados en ciertas partes del
cuerpo, conocidas como “glándulas endócrinas”.
37. Determine por qué puede afirmarse que la definición dada en el siguiente fragmento no
corresponde a un texto de divulgación científica. ¿En qué género explicativo se inscribirá la
definición? Fundamente.
Esta definición capta la intuición de que, para ser relevante en un contexto, un supuesto
tiene que guardar de alguna manera conexión con ese contexto.
Otro recurso usado en el mismo sentido que la definición es la metáfora, entendida no como
un ornamento retórico, sino como mecanismo conceptualizador que permite conectar
espacios mentales diferentes, aunque análogos. De estos espacios, el que sirve de punto de
partida, pertenece al dominio de lo observable; el otro, en cambio, “blanco” o meta de la
explicación, es de naturaleza más abstracta. La metáfora funciona como puente o conector
entre ambos espacios y facilita de este modo la comprensión de los conceptos. Los siguientes
son ejemplos de metáforas usadas en la divulgación:
-Gott llegó a su hipótesis del viaje en el tiempo mientras estudiaba las denominadas
“cuerdas cósmicas”: se trata de unos “hilos” teóricos de espacio-tiempo que,
básicamente, constituyen manojos de energía largos y delgados, remanentes de un
momento apenas posterior al Big Bang.
-Esa suave y fina piel que rodea a nuestro planeta y que vista desde el espacio parece tan
vulnerable hace posible que nosotros podamos respirar, que existan diferentes climas y se
manifiesten los fenómenos meteorológicos. De un modo más tajante y más claro, podría
afirmarse que, sin atmósfera, no habría vida en la Tierra.
Otras veces, la metáfora trasmite una conceptualización animista del objeto, como en este
ejemplo que hace referencia al hielo:
Es frío, blanco, insípido. Su volumen se adapta con la misma fidelidad a la erosión de los
vientos polares, al roce de las corrientes marinas, a las imposiciones de la cubetera o a las
leves pataditas de los pingüinos. Diríase que está muerto; lo mismo que las montañas, que
los desiertos.
Nótese que, si bien el uso de metáforas es muy frecuente, el divulgador se encarga de recordar
que es consciente de que su discurso es una traducción “inexacta” (“diríase que”) del primero
38. Relea el siguiente ejemplo y determine cómo indica el divulgador que su traducción es
aproximada.
Gott llegó a su hipótesis del viaje en el tiempo mientras estudiaba las denominadas
“cuerdas cósmicas”: se trata de unos hilos teóricos de espacio-tiempo que, básicamente,
constituyen manojos de energía largos y delgados, remanentes de un momento apenas
posterior al Big Bang.
Los incesantes pasajes del discurso de divulgación al científico se ponen en evidencia a partir
de la observación del uso de marcadores tipográficos como la itálica o de signos como las
comillas. Estos procedimientos, de manera general, permiten que se los use en un texto
mostrando, a la vez, que mantienen una distancia respecto de él, es decir, que pertenecen a
otro. Así, en la divulgación, se emplean las comillas en un doble juego: se habla con las
palabras de los especialistas sabiendo que no son propias del lector –y se las entrecomilla– y se
habla con las palabras de todos los días sabiendo que no son las de la ciencia –y se las
entrecomilla–. Pero una vez denominadas, esas entidades –las del espacio del científico y las
de la vida cotidiana– dejan de nombrarse entre comillas, es decir, son retomadas sin marca de
distanciamiento, como significando que el lector se ha apropiado ya de la palabra científica y
como sellando el pacto entre divulgador y lector. Obsérvese, por ejemplo, el siguiente caso:
El ADN está constituido solamente por cuatro compuestos químicos conocidos como
“bases”: adenina (A), timina (T), citosina (C) y guanina (G). Estas cuatro bases se unen
entre sí formando una larga “hebra”. Esa secuencia en la que se acomodan es totalmente
característica para cada gen, y es ella la que lleva las instrucciones. Una secuencia como la
siguiente: …ATGCATTCCG… podría ser un ejemplo cualquiera. Dos hebras “enfrentadas y
enroscadas” una sobre otra determinan una molécula de ADN. La secuencia de una hebra
como la del ejemplo anterior se conoce como la versión con “sentido” del mensaje, es
decir, la que codifica la proteína. En la otra hebra de la molécula, la secuencia de bases es
complementaria: donde aparece una “A” aparecerá una “T” y donde aparece una “G” solo
podrá aparecer una “C”. Esta será la hebra “antisentido” que en nuestro ejemplo sería
…TACGTAAGGC… El resultado final es que la molécula completa de nuestro ejemplo
será…ATGCATTCCG… (hebra sentido)…TACGTAAGGC… (hebra antisentido).
42
Para ampliar, véase Alcíbar, 2000.
105
sujeto explicador profundamente preocupado por el receptor, y su preocupación se manifiesta
tan obsesivamente en el trabajo de traducción-simplificación del discurso científico que
instaura una relación pedagógica que no es la del docente y el alumno: el divulgador facilita el
camino del saber siendo indulgente con la reconocida imperfección del resultado; su
“pedagogía maternal” (Authier) deja entrever que la “verdadera” forma del saber permanece
reservada a la pedagogía institucional y, en consecuencia, a sus exigencias y selecciones.
107
En esta parte incluimos dos propuestas para explicar la explicación. La primera es una unidad
didáctica destinada a los alumnos de segundo año de educación secundaria (u octavo de
primaria; de aproximadamente 14-15 años). La unidad fue pensada como la última de un libro
de texto organizado a partir de los géneros discursivos y las secuencias textuales prototípicas
que en ellos se inscriben (Atorresi y otros, 1999). Por consiguiente, los aspectos semánticos,
enunciativos, ilocutivos y morfosintácticos son desarrollados en función de este punto de
partida con el objeto de mostrar su interrelación.
La unidad está encabezada por el planteo de una “situación comunicativa problemática” que
justifica el despliegue de los conceptos y los procedimientos. A esta sección sigue otra
destinada a detectar las ideas previas de los alumnos mediante la lectura de textos y
preguntas. La exposición de conceptos relacionados con el género y la secuencia prototípica y
considerados nuevos presenta, intercaladas, actividades para poner en juego procedimientos
diversos. Se procede, luego, en dos secciones sucesivas, a explicar ciertos aspectos
relacionados con el léxico y la semántica, y la morfología y la sintaxis; en una subsección, se
proponen actividades de revisión de esos usos o de la normativa. Las secciones finales tienen
por objeto que el alumno integre lo aprendido en una actividad compleja y reflexione acerca
de su proceso de aprendizaje a partir de reconocer qué conocimientos ha logrado construir.
Hemos omitido las imágenes, que cumplían una función esclarecedora para el alumno, pero
que no son relevantes para el objeto que nos proponemos aquí. Hemos actualizado además
algunos aspectos referentes al uso de las nuevas tecnologías en el aula.
Parece necesario justificar por qué reproducimos una unidad didáctica de un libro publicado
hace 14 años. Por un lado, seguimos sosteniendo el enfoque de la enseñanza de la lengua a
partir de géneros, pasando por mecanismos intermedios de la textualización hasta llegar a la
léxico-gramática. Creemos que partir de géneros posibilita abordar los usos sociales del
lenguaje y, pasando por las capas que hacen a la organización del texto, arribar a la enseñanza
integrada de la gramática y el léxico. Por otro lado, sabemos que los libros de texto rara vez
son recetas que el docente sigue al pie de la letra: el docente selecciona textos, partes de
explicaciones, consignas, entre diferentes libros de textos, para organizar una clase singular.
Incluso, investigaciones actuales en Didáctica de la Lengua han mostrado que, ante la misma
secuencia co-elaborada entre investigadores y docentes, los docentes implementan clases
totalmente diferentes (Marmy Cusin, 2012).
La segunda propuesta incluida en esta parte es una secuencia didáctica base producida por
una estudiante del Profesorado en Enseñanza de la Lengua y la Literatura de la Universidad
Nacional de Río Negro, Patagonia argentina. La estudiante, que ejercía como maestra, elaboró
la secuencia a partir de una selección de partes de este libro que le fue dado, junto con otras
obras, como bibliografía para que modelizara el género de la divulgación científica antes de
planificar la secuencia de enseñanza.
En todas las escuelas del país, se lanza un concurso destinado a los octavos grados. En
principio, las condiciones parecen muy sencillas: se trata de presentar una exposición oral, en
grupo, sobre algún tema vinculado con la historia de la lengua española. El premio: ser
invitados a exponer el trabajo en unas jornadas sobre la lengua española destinadas a chicos
de 12 a 15 años, que se celebrarán en México el año que viene. El problema: después de
meditar un tiempo sobre el asunto, ustedes descubren que no están muy seguros de cómo se
prepara una exposición de este estilo…
META
En este capítulo, van a analizar cómo se prepara una exposición oral. Después de observar
algunas características de las clases de los profesores, especialmente en lo que respecta al
modo de destacar la información más importante y recurrir a diversas estrategias explicativas,
van a planificar ustedes mismos una clase completa, comenzando por la búsqueda
bibliográfica y la extracción de los núcleos conceptuales y terminando por los recursos
explicativos y visuales que serán necesarios para hacer más clara la exposición. A lo largo del
capítulo, estudiarán además un tema particular: la historia de la lengua española y, en
especial, la del español argentino.
REVISAR EL EQUIPAJE
Comiencen por leer estos textos, que les servirán para “equiparse” de información.
Los neologismos
Un neologismo es, literalmente, una palabra nueva que surge en un momento histórico
determinado como resultado del proceso de creación de nuevas formas o de nuevos
significados.
En efecto, las palabras pueden surgir de dos modos distintos: como neologismos de forma
(sea porque se las toma de otra lengua, sea por que se las crea por los procesos de
derivación de la misma lengua) o como neologismos de significado (la lengua atribuye a
palabras ya existentes significados distintos del que tenían anteriormente).
Gaucho, a. m. y f.
ETIM.—Del quichua cauchu-k, hechicero, el que deshoja, brujo; derivado del verbo
couchu, hechizar, brujear, y éste de caucha, deshojar, coger las hojas de un árbol. El
significado primitivo de cauchu-k es el de deshojador de una rama de árbol con el
propósito de conocer la buenaventura, la suerte, la dicha de alguno por el número de
hojas, etc.; de donde el de hechicero, brujo. Y como estos adivinos eran vagabundos,
desocupados, que recorrían largas distancias por sitios desiertos, se llamo cauchu-k =
GAUCHO al habitante de la campaña desierta sin ocupación determinada, que no
trabajaba. Cauchu-k es participio activo de cauchu, formado por medio del sufijo k. Cfr.
cauchucu, caucha-cu, deshojarse el árbol, caucha-y, cauchu-y, deshojadura; caucha-chi,
permitir hacer que otro deshoje, etc. Este origen humilde, nacido de una especie de
109
superstición religiosa, fue dignificado por el GAUCHO, al incorporarse a la vida social
activa, contribuyendo con sus esfuerzos a la independencia de la patria.
Conquistada en el siglo III antes de Cristo, España (Hispania) fue una provincia romana
durante muchos siglos. Una vez consolidado el poder del Imperio Romano, los hispanos
comenzaron a utilizar el latín sólo para comunicarse con los romanos, pero poco a poco
(con la influencia de la escuela, el servicio militar y la comunicación con otras provincias
romanas), el uso de sus lenguas se redujo a la intimidad familiar, hasta que, más tarde,
llegó la latinización completa.
Ahora bien, paralelamente a este proceso de asimilación del latín en Hispania, comenzó a
acelerarse en todo el Imperio un fenómeno lingüístico que había surgido pocos años
antes. En el mismo siglo III, la literatura romana se había consolidado y fijado como norma
de la lengua escrita. Así se inició la separación entre el latín culto, que era el enseñado en
las escuelas y el que todos pretendían escribir, y el latín vulgar, empleado en la
conversación de las clases medias y populares.
Por estas causas, el latín vulgar evolucionó y comenzó a tomar características propias en
las distintas zonas del Imperio. Mientras éste se mantuvo cohesionado políticamente, las
diferencias regionales fueron frenadas gracias a la comunicación entre las diversas
provincias, la influencia unificadora de la administración, la escuela y el servicio militar.
Pero, una vez deshecho el Imperio en el siglo V, las provincias se convirtieron en estados
bárbaros, aislados unos de otros, y se perdió el ejemplo de la lengua clásica.
Por esas causas, en cada una de las regiones que habían pertenecido al Imperio Romano,
se multiplicaron las innovaciones fonéticas y gramaticales, las nuevas construcciones de
frases, las preferencias especiales por tal o cual palabra. Llegó un momento en que la
unidad lingüística latina se quebró, y las diferencias locales constituyeron dialectos e
idiomas distintos: las llamadas lenguas romances.
Entre las lenguas romances, pueden distinguirse dos grupos lingüísticos bien
diferenciados: el oriental, que comprende Dacia (Rumania) y los dialectos de la península
Pero, dentro del grupo lingüístico occidental, algunas lenguas se mostraron más
conservadoras y otras más revolucionarias. El francés, por ejemplo, ha llevado hasta el
extremo las tendencias revolucionarias generales. No solo suprimió la acentuación
esdrújula, sino que ha generalizado el ritmo agudo. En cambio, el español es más lento en
su evolución: domina el acento grave, intermedio entre los esdrújulos del oriente y el
agudo del francés, e inclusive conserva con relativa frecuencia el acento esdrújulo
(huérfano, cántaro, víbora, etcétera).
El aislamiento geográfico de la Península respecto del centro del Imperio fue tal vez el más
importante de esos factores. Las innovaciones partían de Roma, foco principal del
Imperio; allí confluía la población dispersa de las provincias y de allí partían las modas del
lenguaje. Las comarcas más alejadas, como Hispania, Cerdeña, el sur de Italia, Sicilia,
Dacia, ignoraron muchos neologismos, lo cual explica las coincidencias léxicas entre el
español y los romances meridionales, orientales y de zonas alejadas (del lat. fabulari
surgieron el esp. hablar, el portug. falar, el sardo faeddare; en cambio, el italiano y el
francés derivaron parlare y parler del lat. tardío parabolare).
Por otra parte, la romanización de la Península comenzó a fines del siglo III antes de Cristo.
Así como en América sobreviven usos que en los siglos XVI y XVII eran corrientes en el
español peninsular y hoy no existen en él (el vos), de igual modo, en el latín arcaico existía
un adjetivo relativo caius-a-um, que llega hasta Virgilio, pero que después sólo se emplea
en el Derecho. De este adjetivo provienen el español cuyo-a y el portugués cujo-a; las
otras lenguas romances lo desconocen.
El castellano, también llamado español, deriva –al igual que otras lenguas romances como
el italiano, el francés, el romano y el portugués– del latín. Con los aportes morfológicos,
fonéticos y léxicos de los pueblos germánicos (que invadieron España durante los siglos V
a VIII) y de los árabes (que conquistaron la Península española durante los siglos VIII a XV),
además de la natural evolución de la lengua, se conformó el romance castellano, que
competía al principio con otras lenguas romances que también se hablaban en España (el
gallego-portugués, el aragonés y el catalán). Como resultado del predominio de Castilla
durante la reconquista contra los árabes (siglos XI a XV), el castellano se expandió desde el
centro de España hacia el oeste, hacia el este y hacia el sur. En los pocos documentos
escritos que se conservan de los siglos XII a XIII advertimos ya que, con respecto al antiguo
111
latín y a las otras lenguas romances, el castellano muestra algunas características
diferenciadoras.
CUCHA s. (Italiano y genovés cuccia). Casilla del perro. Cama. (Y se dirigió hacia la cucha en
cuya puerta daba saltos de bienvenida un perro con manchas marrones, Bernardo
Verbistky; Para mí –opinó Pegoraro– que Emilito ya está con ganas de volver a la cucha,
Adolfo Bioy Casares).
El español argentino
El español trasplantado en el Río de la Plata estuvo en contacto con las lenguas indígenas.
Dos pueblos, al mezclarse, se comunican siempre conocimientos e ideas que les obligan a
modificar el sentido de una multitud de palabras, a hacer un intercambio de vocales y a
aumentar su vocabulario.
Por lo tanto, la lengua española se hallaba en estas comarcas, por una parte, solicitada por
la fuerza revolucionaria que la incitaba a adoptar vocablos de los idiomas hablados por las
razas autóctonas. Por otra parte, el recelo de la Real Academia de la Lengua Española, que
negaba el derecho de ciudadanía a los vocablos americanos, neutralizaba la fuerza
revolucionaria.
L. Abeille (1900). Idioma nacional de los argentinos. Paris, Libraire Émile Bouillon. (Adaptación).
* ¿Por qué creen que los autores que escribieron acerca del Centenario de la Revolución de
Mayo de 1810 usan argumentos relacionados con el patriotismo?
* ¿Encontraron en los textos términos que todavía no conocen? (Si contestan que sí,
búsquenlos en el diccionario o pregunten a su profesor o profesora su significado.)
* ¿En cuál de los textos se observan secuencias narrativas? ¿Para qué se la utiliza?
* En el texto de José Gobello hay una serie de datos. ¿Qué indica cada uno y para qué sirve?
PARTIDA
Todos los días ustedes van al colegio y escuchan las clases que dan sus profesores. Ellos hacen
lo posible para que ustedes puedan entender los temas que explican. Preparar una clase no es
solamente conocer bien los temas; implica también pensar cómo hacer para que los
estudiantes puedan incorporar conocimientos sobre ellos. Las estrategias que utilizan para eso
los profesores son múltiples: detectan la información que ustedes ya poseen para usarla como
punto de partida o saber qué corregir, trazan gráficos en el pizarrón, les piden que sigan alguna
guía de trabajo, les hacen preguntas para ver si van entendiendo o si es necesario reformular
un concepto, agregan ejemplos, los hacen intercambiar ideas en grupos…
Otras veces son ustedes los que deben tomar la palabra y explicar un tema; esto ocurre
cuando se les pide que hagan una exposición. En este capítulo van a ver distintas estrategias
que los profesores utilizan para armar sus clases y que, a su vez, les servirán a ustedes cuando
tengan que planificar sus propias exposiciones.
Estructurar la clase
Aunque ustedes no lo adviertan, las clases tienen una estructura bastante fija. Siempre
empiezan con el planteamiento del tema y, si se está retomando una clase anterior, se indica
la relación del tema del día con lo expuesto previamente. Por ejemplo, si se explica qué
elementos de las lenguas indígenas americanas se introdujeron en el español, se intentará
relacionar el tema con otros aspectos de la formación de la lengua explicados anteriormente
(pasaje del latín al español, influencia del árabe, préstamos de las lenguas germanas, etcétera).
43
La unidad didáctica anterior a la que reproducimos aquí trata el tema de la explicación en los discursos
de divulgación científica.
113
Para ello se utilizan fórmulas recurrentes, como vemos en el siguiente fragmento, en el que se
hace una transcripción aproximada de una clase de lengua:
En este fragmento, no sólo se retoma lo que se vio en la clase anterior, sino que además se
anticipa lo que se va a exponer a continuación.
Retomar la información dada y anticipar la nueva son procedimientos muy habituales no sólo
en la introducción, sino también a lo largo de la clase, porque permiten que los oyentes fijen y
vinculen los temas más importantes que se van tratando.
* En las clases, sus profesores utilizan otras fórmulas para retomar y anticipar su exposición,
además de las que vieron en el fragmento (Como ya vimos, Dijimos que, Ahora vamos a ver).
Presten atención a esas fórmulas y confeccionen una lista.
Aprovechar lo sabido
La mayoría de los temas que se dan en la clase se refieren a cosas sobre las que ustedes ya
tienen alguna información. Los profesores recurren a preguntas que “rescatan” esa
información para aprovecharla al acercarles el nuevo tema. Por ejemplo, sobre el tema de la
influencia de las lenguas americanas en el español, ustedes probablemente conozcan palabras
que tienen un origen indígena (como poncho, ojota o yapa) o hayan aprendido en Historia
datos que les sirvan para entender mejor el tema. Así, el profesor puede continuar su clase
preguntando:
¿Qué palabras conocen que les parece que provienen del quechua o del guaraní?
O bien:
Por lo que estudiaron en Historia, ustedes ya saben que no todos los pueblos americanos
tenían el mismo grado de desarrollo ni se mezclaron de igual modo con la población
española. A partir de esa información, ¿qué lenguas indígenas les parece que habrán
influido más en el español?
Desplegar la información
Luego el profesor empieza con la exposición propiamente dicha (es decir, un despliegue
ordenado de la información). Para ello se sirve de distintas estrategias explicativas.
Habitualmente, en una clase se utilizan un gran número de reformulaciones, mediante las
cuales se “repite de otra manera” o se “aclara” la misma información:
–Un dialecto es la forma que adopta una lengua en cada región en que se habla.
Otra estrategia muy habitual en las clases es la ejemplificación, que permite ilustrar el
concepto o la idea que se está exponiendo:
Muchos elementos fueron tomados de los idiomas que hablaba la población americana.
Por ejemplo, las palabras del guaraní y del quechua son muy frecuentes en el español que
se habla en nuestro país. Por ejemplo, tapera, choclo, ñandú y mate provienen del guaraní
y del quechua.
Una manera frecuente de explicar un fenómeno es recurrir a un enunciado general, que remite
el caso particular del que se está hablado a una ley general, es decir, a una situación que se
repite en muchas situaciones similares:
La influencia de las lenguas indígenas en el español americano se debe a que, siempre que
dos lenguas están en contacto, aunque una se imponga por la fuerza a la otra, quedan
rastros de la lengua “vencida” en la lengua “vencedora”.
Antes de terminar, el profesor hace una síntesis del tema, les da algún tipo de tarea para hacer
(por ejemplo, realizar ciertas actividades) y les comenta lo que se va a ver en la clase siguiente.
* Observen la clase de alguno de sus profesores y analicen, por un lado, cómo introduce el
tema de la clase, y por el otro, qué estrategias explicativas utiliza.
Anotar lo principal
Los apuntes son una de las más importantes herramientas para el aprendizaje en la escuela:
son un registro de los conceptos, los ejemplos y las indicaciones generales que orientan la
actividad posterior: el estudio.
Como ya hemos comentado, una de las principales actividades que ustedes desarrollan
mientras el profesor hace su exposición es tomar apuntes. Si bien hay distintos modos de
tomar apuntes, se trata siempre de una actividad que implica una síntesis de la información, es
decir, su selección y generalización. Lean, por ejemplo, el siguiente fragmento de una clase:
115
mezclaron con los indios. Si vemos hoy cómo es la situación lingüística en las provincias de
Corrientes y Misiones, por ejemplo, veremos que un importante porcentaje de la
población de esas provincias argentinas hablan, además del español, el idioma guaraní.
Este fragmento de la clase puede sintetizarse en los apuntes en una sola oración que contenga
toda la información relevante:
En el NE arg. todavía se habla guaraní, incluso los q’ no tienen ningún antepasado indíg.
Como se puede ver, en los apuntes se utilizan abreviaturas y símbolos diversos. Si bien estas
formas pueden ser bastante personales, su uso está limitado por la necesidad de mantener la
comprensión del texto en el momento de una lectura posterior.
México nahuatl
* Organícense en parejas. Uno lee cada fragmento de clase y el otro toma los apuntes que
considera pertinentes. Después intercambian los roles y al final, comparan.
-En la Antigüedad, la península española estuvo habitada por diversos pueblos: celtas,
íberos, vascos, ligures, tartesios. Además, fue influida por los griegos y fenicios. En el siglo
III antes de Cristo empezó a homogeneizarse por la penetración romana. Este proceso fue
muy largo; recién en el año 19 a.C. el emperador Augusto consiguió pacificar el territorio
ibérico e integrarlo completamente al Imperio Romano. Vean el mapa. En esa época, el
dominio romano se extendía por todo el mundo entonces conocido; a Italia y las islas que
la rodeaban se sumaron en el siglo II IIiria, Macedonia, Grecia, el Norte de África y la Galia
Narbonense; en el I, Asia Menor, Galia, Egipto, el sur del Danubio y los Alpes. De este
-Con la civilización romana se impuso la lengua del Imperio, el latín, que fue llevada a
España por los soldados romanos (los legionarios), y también fue llevada por los colonos y
los administrativos. Para que el latín se difundiera, no fue necesario que se lo impusiera
por la fuerza, coercitivamente; las circunstancias hicieron que esa lengua se difundiera
naturalmente, ya que el latín era la lengua oficial, la de todas las tareas administrativas;
era la que se utilizaba en las escuelas, tenía una escritura, etcétera. Se impuso también
porque era un instrumento de comunicación común a todo el Imperio. Más tarde, la
utilización del latín como lengua de la Iglesia favoreció todavía más que la gente la
adoptara.
* Un chico tomó apuntes de una clase de lengua, pero en papeles sueltos que después se le
desordenaron. Más tarde quiso reconstruir la clase tal como la dio originalmente el profesor,
pero no le resultó nada fácil. ¿Podrían ayudarlo? Para eso, ordenen los fragmentos de modo
que tengan coherencia.
Apuntes
Conquistan todo Or., N de Afr. y también España. Se quedan 7 siglos. Expulsados por los
reyes católicos.
….Influencias sobre el latín vulgar en España entre la caída del Imperio Romano y la
unificación del siglo XV: lenguas germánicas y árabe.
-La agricultura, la jardinería (los moros eran agric.): aljibe, zanahoria, acequia, berenjena,
azúcar, algodón, azucenas, azahar, adelfa, alhelíes.
117
-El comercio: almacén, arancel, tarifa, aduana.
....El español fue influido después de la caída del imperio y hasta el siglo catorce por las
lenguas germánicas y por el árabe, que dejaron muchas palabras de ese origen.
….Los germanos gobernaron pero no impusieron su lengua. Sigue latín, pero las lenguas
germanas quedan en algunas palabras:
-Campo del derecho. Estado: bando, bandido, feudo, heraldo, embajada, tregua.
Pero, ¿qué pasa cuando son ustedes los que tienen que preparar una exposición?
Evidentemente, no van a poder utilizar la diversidad de estrategias que usa el profesor en su
clase (para eso, los profesores estudian muchos años). No obstante, hay algunos elementos en
común: deben planificar cuidadosamente la clase para presentar la información de un modo
ordenado, utilizando procedimientos explicativos que permitan que sus compañeros
entiendan el tema. Tienen que prever, además, la posibilidad de que les planteen preguntas, lo
que requiere haber investigado y comprendido bien el tema que se expone.
Buscar información
El primer paso para preparar una exposición es, entonces, buscar la información necesaria.
Para ello, deberán realizar un relevamiento bibliográfico, es decir, averiguar a qué material
acerca del tema en cuestión puede acceder a partir de los libros, diarios y revistas que ustedes
mismos tengan en sus casas o que les ofrezca la escuela o que estén disponibles en bibliotecas,
hemerotecas, archivos, etcétera. Si disponen de Internet, pueden consultar sitios Web
específicos.
Fusionar información
En el primer caso, se puede buscar el modo de compatibilizar las fuentes. Por ejemplo:
Si las fuentes son contradictorias, habrá que señalar claramente las divergencias en las
posiciones de los autores. Por ejemplo:
Después de realizar la fusión de las fuentes, deberán hacer una selección o un recorte del
material en función del interés de la clase y del tiempo que tengan para desarrollarla.
Para decidir la estructura de la clase, es conveniente hacer, en primer lugar, una lista de los
temas más importantes que se van a tratar. Esto es lo que llamamos esquema básico de la
clase.
Por ejemplo, si la clase trata acerca de la influencia de las lenguas indígenas sobre el español
de América, podrían escribir una lista similar a esta:
-Los españoles empiezan a instalarse: se nombran los objetos americanos con palabras
españolas.
Excepto que tengan muchos conocimientos previos sobre el tema, el esquema básico no va a
alcanzarles para dar la clase. Será necesario completar los temas centrales con el resto de la
información conceptual que van a desplegar a lo largo de la exposición. Es importante respetar
los puntos principales que hayan seleccionado anteriormente; de este modo la información
quedará jerarquizada y se irá armando organizadamente el esquema final, que puede servirles
de guía durante la exposición. El esquema final reúne toda la información necesaria para el
dictado efectivo de la clase.
119
-Llegada de los españoles al continente. Primer contacto con los indígenas.
-Los españoles empiezan a instalarse: se nombran los objetos americanos con palabras
españolas.
Pensar en todo
Ahora bien, a menos que ya tengan bastante experiencia en hacer exposiciones, es probable
que el esquema anterior resulte insuficiente para sentirse seguros durante la clase. En este
caso, los ayudará completarlo con mayor nivel de detalle, agregando a la información
conceptual ejemplos, definiciones, generalizaciones y todo tipo de estrategias explicativas.
Veamos cómo podrían completarse los tres primeros puntos del esquema final anterior:
Primeros intérpretes bilingües. Cortés utiliza como intérprete a una india azteca (la
“Malinche”) que había aprendido español.
-Los españoles empiezan a instalarse: se nombran los objetos americanos con palabras
españolas.
Analogías con objetos que los españoles ya conocen. Por ejemplo, al puma primero se lo
denominó “león americano” y a la palta, “pera”.
*A continuación, les presentamos dos textos diferentes que hablan sobre al lunfardo, uno de
los principales componentes del español de Argentina. Léanlos atentamente y luego, pensando
en una posible exposición, determinen en qué ideas coinciden, en cuáles difieren y en cuáles
se contradicen.
Texto 1
El lunfardo nació a fines del siglo XIX; su origen se debe principalmente a los inmigrantes
que empezaron a llegar nuestro país en la década de 1880. En realidad, el nombre
lunfardo (que significa ladrón en un dialecto italiano) no es el más exacto. Los
delincuentes no crearon más que unas pocas docenas de palabras, algunas de las cuales
pasaron al lenguaje popular, mientras que otras quedaron restringidas al grupo que las
había creado. Estas últimas son las que se registraron, por ejemplo, en el vocabulario de
Dellepiane y son las que merecieron esta definición de Jorge Luis Borges: “tecnología de la
furca y la ganzúa”. El lenguaje popular porteño, en cambio, es más amplio y mucho más
extendido: casi mil palabras que provienen de distintos idiomas. El italiano y sus dialectos
(pibe o niño, mango o dinero), el francés (gigoló u hombre que vive del dinero de las
mujeres, chicana o provocación), el portugués (bondi o bus, buraco o agujero), el caló de
los gitanos (chamuyar o embaucar con las palabras, chorro o ladrón) e inclusive las lenguas
indígenas (pucho o cigarrillo, chucho o calosfrío) colaboraron en su constitución.
Texto 2
A pesar de que suele pensarse que el lunfardo surgió recién en las primeras décadas del
siglo XX, en 1879 aparecieron en el diario “La Nación” dos artículos que reunirían poco
más de 50 palabras recopiladas por Benigno Lugones, un ex empleado policial; en 1894 se
publicó “El idioma del delito”, firmado por un abogado, Antonio Dellepiane, que reunía
más de un centenar de voces, muchas de las cuales siguen utilizándose (mina o mujer,
otario o tonto, pibe o niño, bulín o departamento de soltero, etc.). Estos antecedentes
demuestran que el lunfardo surgió en las cárceles porteñas a fines del siglo pasado; de ahí
la gran variedad de palabras (muchas veces con un significado igual o muy parecido) que
designan acciones y objetos relacionados con la actividad delictiva (partes de la
vestimenta masculina, partes de la casa, policías, modos de robar, etc.). En este sentido, el
lunfardo puede considerarse en su origen una jerga (es decir, el vocabulario utilizado por
un grupo social cerrado, que tiene la finalidad de que aquellos que no pertenecen a él no
puedan comprenderlo), o inclusive una forma particular de terminología (es decir, el
vocabulario propio de una profesión o de una técnica). A partir de la relación entre los
ladrones y las clases bajas, se produjo el lento pasaje al vocabulario familiar del español
argentino de muchas palabras que en principio sólo usaban los delincuentes.
Ideas coincidentes:
Ideas complementarias:
Ideas contradictorias:
121
Presentar la clase
Ustedes ya tienen el esquema final de la clase, con toda la información conceptual y las
secuencias explicativas pertinentes. Pero, aunque sepan claramente cuál es el contenido de los
temas y cómo los ordenarán, posiblemente se vean en la necesidad de hacer más clara la
exposición reformulando, o inclusive repitiendo, tanto las partes más importantes de la clase
como aquellas que pueden provocar dificultades o dudas en sus compañeros.
Si bien las estrategias que van a utilizar para comenzar su exposición no son las mismas que las
que usa un profesor, también deberán prestar atención a la introducción.
Es importante que las personas que escuchan la exposición tengan en claro desde el comienzo
no sólo el tema general que se tratará, sino también el orden en que se van a presentar los
distintos subtemas. Este tipo de introducción favorece la atención y comprensión de los oyentes.
Un modo ordenado de comenzar consiste en reformular el esquema básico de la clase:
Primero vamos a decir qué pasó con la llegada de los españoles al continente y su primer
contacto con los indígenas. Después, veremos lo que sucedió cuando los españoles
comenzaron a instalarse y se nombraron los objetos americanos con palabras de origen
indígena. Por último, estudiaremos los factores que ayudaron y los que dificultaron la
incorporación de esas palabras.
* En una actividad anterior ustedes reconstruyeron con los apuntes de un chico una clase
sobre las influencias de otras lenguas en el español después de la caída del Imperio Romano.
Hagan una introducción a esa clase formulando los subtemas principales que trata.
Casi siempre, es útil acompañar las exposiciones orales con el uso de material visual
complementario: mapas, láminas con distinto tipo de información y esquemas en el pizarrón
pueden favorecer el seguimiento de la clase. Por ejemplo, en una exposición sobre la
incorporación al español americano de palabras provenientes de las lenguas indígenas, puede
ser oportuno presentar un mapa con la distribución de esas lenguas. Además de servir como
apoyo, el mapa agrega información específica sobre la distribución de las lenguas y hace más
sistemática la exposición.
Otro recurso útil para la clase son las láminas, que presentan y ordenan cierta información.
Entre sus funciones se cuenta la de descartar las ideas más importantes, que pueden extraerse
del esquema básico de la clase. En el caso del esquema básico que trabajamos antes, la lámina
correspondiente podría ser como ésta:
En las láminas también pueden presentarse definiciones de términos que no se conocen (como
americanismo e indigenismo en el ejemplo que sigue) o de palabras que son usuales, pero que
en la clase se utilizan con un significado más específico (como dialecto):
DIALECTO: forma que adopta una misma lengua en distintas zonas geográficas.
En ambos casos, los principales objetivos de las láminas son, por un lado, dejar en claro cuál es
la información que se considera más relevante y, por otro lado, permitir que, si alguien no
escuchó una parte de la clase, pueda reponer la información que no incorporó.
Otra posibilidad es reproducir en una lámina una serie de ejemplos representativos del tema,
que sería “poco comunicativo” recitar oralmente:
cacique chacra
En ciertos casos, será posible enunciar en la lámina la ley general que explica una serie de
ejemplos:
tomatl tomate
chocolatl chocolate
cacahautl cacahuate
123
Si cuentan con una computadora, pueden usar un programa informático específico para hacer
presentaciones e incluir en el mismo archivo láminas (llamadas “diapositivas”) con texto,
mapas, fotografías, etc.
* A partir del siguiente texto, marquen en un mapa físico-político la información que les
parezca pertinente en relación con la distribución de los grupos indígenas en la Argentina.
En la época en que los españoles descubrieron América, la Argentina estaba poblada por
distintos grupos indígenas.
En el Sur atlántico de nuestro país (desde el sur de Buenos Aires hasta Santa Cruz), vivían
los patagones, y en Tierra del Fuego, los onas. En la llanura, en una zona que abarcaba
Buenos Aires, La Pampa, parte de San Luis y Córdoba, habitaban los pampas, un grupo
emparentado a su vez con los mapuches, que provenían de Chile y habitaban la zona
cordillerana comprendida entre las hoy provincias de Neuquén, sur de Mendoza y norte
de Río Negro. En el siglo XVIII los pampas se apoderaron de los caballos que se habían
vuelto cimarrones y se convirtieron en hábiles jinetes y guerreros terribles. Fueron el
grupo indígena que mayor resistencia presentó, primero a los españoles y más tarde a los
criollos. Es por ello que pocas voces de ese grupo se introdujeron en el español, entre
ellas, gualicho, laucha y huemul.
En el litoral (Entre Ríos, Corrientes, Misiones, Santa Fe) el grupo más importante era el de
los guaraníes, que oficiaron de intérpretes para los europeos colonizadores. Por esa causa,
muchas palabras de su lengua quedaron en el español argentino: tapera, ñandú, tanga,
ananá. En la región del Chaco (Chaco, Formosa) habitaban los tobas, los abipones, los
pilagás y los matacos o wichis.
En las provincias del Noroeste (La Rioja, Catamarca, Tucumán, Salta y Jujuy) vivían los
diaguito-calchaquíes, una de las culturas más desarrolladas del país, que habían sido
dominados por los incas, al igual que los huarpes de Cuyo (Mendoza y San Luis). Muchas
voces derivadas del quichua y del aimara, las lenguas habladas en el Imperio Incaico, se
incorporaron rápidamente al español argentino: puma, llama, chaucha, yuyo.
* A partir del texto siguiente y del esquema básico de la exposición que iniciamos abajo,
completen el esquema con información sacada del texto.
Por otra parte, debemos recordar que muchos argentinismos son en realidad arcaísmos,
es decir, palabras que se usaban hace mucho tiempo en la España y que allí dejaron de
Pero, además, hay muchos argentinismos que son producto de la evolución natural del
español en nuestro país y que fueron formados o bien por derivación morfológica o bien
por cambio semántico. La derivación morfológica crea una nueva palabra por medio del
agregado de un sufijo a una palabra que ya existe. La palabra confitería es un ejemplo de
argentinismo creado por derivación morfológica: a confite, que existía previamente, se le
agregó el sufijo -ería, que marca el significado de local donde se venden…
ESQUEMA BÁSICO
* Les toca dar una clase sobre el español argentino. Como primer paso, realicen un esquema
completo de lo que van a decir, con los “títulos” de las explicaciones más importantes,
seguidos de aclaraciones y ejemplos. Para ello, pueden utilizar los textos e informaciones que
vimos a lo largo del capítulo y complementarlos con otras fuentes bibliográficas. Como ayuda,
aparece resuelta una parte del esquema.
-Los indigenismos más difundidos provienen de las lenguas con las que primero tuvieron
contacto los españoles.
-En el lenguaje gauchesco que se registra a fines del siglo XIX aparecen, además de
indigenismos, palabras creadas por derivación morfológica o por cambio semántico.
-La independencia impulsó la diferenciación con España en todos los ámbitos, incluido el
lingüístico.
-La inmigración que comenzó en las dos últimas décadas del siglo XIX, trajo consigo la
influencia de otras lenguas europeas.
125
-Algunos opinan que lo que llamamos lunfardo es en realidad el lenguaje popular porteño.
* Ahora que ya armaron el esquema completo, redacten una introducción posible para esa
clase, para presentar a sus compañeros los temas que se abordarán.
IDEAS PRINCIPALES.
DEFINICIONES:
EJEMPLOS:
* Formen grupos de tres o cuatro chicos. Comparen las respuestas que hayan dado a las
consignas anteriores con las de los otros compañeros. Hagan un esquema completo con los
aportes de todos y preparen las láminas. Intenten prever qué partes de la clase puede llegar a
motivar una pregunta de parte de sus compañeros. Finalmente, expongan frente al resto de
sus compañeros la clase que resulte de ese trabajo grupal.
ENCRUCIJADAS
Las palabras cambian con el tiempo, tanto en su forma como en su significado. Determinar la
etimología de una palabra significa, precisamente, reconstruir su “historia”. Observar la
etimología de las palabras puede servirnos para explicar cambios históricos generales, para
conocer la relación entre las épocas pasadas y las actuales de una misma lengua, para
investigar las causas del pasaje de palabras de una lengua a otra, etcétera. Las etimologías más
simples (que son las que figuran en los diccionarios comunes) se limitan a indicar de qué
palabra deriva una palabra en cuestión:
BIOLOGÍA. f. (del gr. bios, vida y logía, estudio) Ciencia que estudia los seres vivos, y
pretende llegar, a través de su organización, a establecer las leyes que rigen la vida en
todas sus manifestaciones.
TAPERA. f. Del guar. tapéra, que significa despoblado, pueblo que fue. Habitación ruinosa y
abandonada, particularmente si está en medio del campo o aislada. Conjunto de ruinas
donde hubo un pueblo.
PULPERÍA. f. La palabra pulpería deriva de pulque, voz mejicana que designa un licor
espirituoso que proviene de las hojas del maguey. Se llamaba pulquería la casa donde se
expendía esa bebida. Después se ha sustituido la gutural q por la labial p y el vocablo se ha
transformado en pulpería. No solamente la palabra ha cambiado su estructura física, sino
que también ha extendido su significación y ha designado las casas donde se vendían
aguardiente, vino, aceite, pan, miel, queso, velas, etc. Actualmente se da el nombre de
La sustitución de las guturales por las labiales es un fenómeno lingüístico que se puede
observar en casi todos los idiomas indoeuropeos (sánscrito, zend, griego, címrico, lituano,
esclavón, gótico, latín, etc.) y en las lenguas romances que reproducen los fenómenos más
importantes de la fonética indoeuropea (así, el latín aquam se ha transformado en
rumano en ape).
L. Abeille (1900). Idioma nacional de los argentinos. Paris, Libraire Émile Bouillon.
(Adaptación).
En el ejemplo anterior, se advierten diversas cuestiones que tienen que ver con la etimología
de una palabra. En primer lugar, se determina el origen indígena de la palabra pulpería:
proviene de pulque, voz náhuatl. Dentro del español, pulque continúa designando una bebida
alcohólica, pero origina además un derivado, pulquería, formado sobre la base de la palabra
indígena con un sufijo español, -ería (que, como ya vimos, marca el significado de ”local donde
se vende…”). Más tarde, la palabra sufre una doble transformación: cambia su forma
(pulquería deriva en pulpería, por una regla fonética que puede rastrearse en las lenguas
romances: c se transforma en p) y cambia su significado (pasa de significar ”local donde se
vende pulque” a “local donde se venden pulque, aguardiente, aceite, pan, miel, queso, velas” y
luego ”local donde se vende toda clase de mercaderías: géneros, comestibles, bebidas,
artículos de ferretería”).
* Acaban de ver que determinar la etimología de una palabra no solo significa señalar de qué
palabra de otra lengua proviene, sino que también comprende el estudio de las modificaciones
de forma y significado que sufrió dentro de la misma lengua. En la creación de nuevas formas
juegan un papel importante los sufijos como –ería, que marca el significado de ”local donde se
vende”. ¿Qué significados marcan los siguientes sufijos?
Como han visto a lo largo de este capítulo, un gran número de las palabras del español
provienen del latín. Por su parte, esta lengua tomó prestadas del griego una multitud de
palabras que tienen que ver con el campo de las ideas y del saber. Es por ello que una serie de
palabras del español y de otras lenguas modernas deriva de un modo bastante transparente
de voces del latín y del griego:
La palabra filósofo proviene de los vocablos griegos filo, ‘amigo’, y sofía, ‘sabiduría’.
Por lo tanto, su significado etimológico es ”amigo de la sabiduría.
127
Además, en el caso de las palabras creadas a partir de voces provenientes del griego o del
latín, la etimología puede ayudarnos a conocer su significado o parte de él. Si leemos la palabra
geotermia, por ejemplo, aun sin saber su significado, podemos deducir que se trata de alguna
actividad que tiene relación con la Tierra (geo) y con el calor (termia). En efecto, la geotermia,
según el diccionario, es la ”Parte de la geofísica que estudia el origen y distribución del calor
interno de la Tierra”.
Por otra parte, si bien el significado de una palabra está determinado por cómo se la utiliza en
la actualidad, conocer su etimología nos permite conocer ciertos matices de ese significado. La
palabra ecología también proviene del griego: oikos significa en esa lengua ‘casa’ y logía,
‘estudio’. Etimológicamente, entonces, la palabra ecología significa ”estudio de nuestra casa”.
* Muchas palabras cotidianas fueron creadas a partir de formantes del griego o del latín
mezclados con formantes del español: subterráneo, anticonstitucional, hiperinflación,
supermercado, narcotráfico. A partir de esos ejemplos, ¿qué significarán sub-, anti- y súper- en
latín e híper- y narco- en griego?
EMPALMES
Como saben, en una clase suelen aparecer numerosas secuencias explicativas. Por ejemplo:
No se habla una lengua sino a través de un determinado dialecto; o sea que el dialecto es
la manifestación concreta real, de la lengua, que es abstracta. Es decir que tanto un
argentino como un colombiano como un español hablan un dialecto particular de una
lengua común.
En ese mismo fragmento, se observa una aclaración que aparece después de una coma:
Los dialectos americanos, que fueron influidos por las lenguas indígenas, difieren
notoriamente del español peninsular.
En las dos oraciones, el sujeto comienza en “los” y termina en “indígenas”. A su vez, como ya
saben, las suboraciones pueden analizarse internamente. Ambas están encabezadas por el
pronombre que; esta palabra, dentro de la suboración, reemplaza al sustantivo modificado, en
este caso, los “dialectos”.
De la misma manera, en este caso, encontramos una oración que contiene una suboración
explicativa encabezada por el pronombre que:
Como habrán observado, las rayas tienen dos funciones: cuando aparece una sola, introduce la
voz en un diálogo, y cuando hay dos que encierran un texto, funcionan como equivalentes a
los paréntesis y enmarcas aclaraciones:
Las palabras de origen árabe –almohada, alféizar, zanahoria, etc.– aparecen en el español
más que en cualquier otra lengua occidental.
* Lean los siguientes pares de oraciones. A partir de lo que ya saben sobre historia de la
lengua, deberán determinar cuál es la correcta en cuanto al significado, si la aclarativa o la
especificativa.
Los indigenismos, que vienen del taíno, se fueron incorporando a la lengua que se hablaba
en América.
Los indigenismos que vienen del taíno se fueron incorporando a la lengua que se hablaba
en América.
129
Los argentinismos, que son de origen italiano, aparecieron en la época de la gran
inmigración italiana.
Los países de América del Sur que hablan español tienen una gran diversidad de dialectos.
Los países de América del Sur, que hablan español, tienen una gran diversidad de
dialectos.
* Las siguientes oraciones necesitan ser completadas, allí donde hay puntos suspensivos, con
una suboración específica o aclarativa, según corresponda. Complétenlas según lo que
aprendieron acerca de la historia de la lengua. (Pueden revisar las páginas anteriores).
La palabra ecología… significa ‘estudio de nuestra casa’, lo cual da una clara idea de que la
Tierra es precisamente el sitio que nos pertenece y al que pertenecemos.
En la llanura, en una zona que abarcaba Buenos Aires, La Pampa, parte de San Luis y
Córdoba, habitaban los pampas, un grupo emparentado a su vez con los mapuches…
LLEGADA
En este capítulo, analizaron de qué modo se prepara una exposición oral. Para ello, observaron
previamente algunas características de las clases de sus profesores, en especial lo que se
relaciona con insistir en las ideas principales por medio de diversas estrategias explicativas,
como la reformulación, la ejemplificación, la definición o la formulación de leyes generales.
Luego vieron qué pasos debían seguir para planificar sus propias exposiciones: buscar
bibliografía sobre el tema, decidir la información conceptual que se desplegará, incluir los
recursos explicativos y visuales que sean necesarios para apoyar la exposición. A lo largo del
capítulo, utilizaron, además, textos que tratan el tema de la historia de la lengua española y,
en particular, del español argentino.
Por lo tanto, a partir de revisar el resultado de la experiencia de exponer la historia del español
argentino (actividad de SE HACE CAMINO AL ANDAR) podrán planificar y presentar una clase
sobre la historia de la lengua española.
DE REGRESO
* Con el fin de comprobar qué saben ahora que antes no sabían acerca de la exposición oral y
de la historia de la lengua, respondan el siguiente cuestionario, que además les servirá como
resumen del capítulo:
¿Cuáles son las características principales de una clase dictada por un profesor?
¿Qué operaciones implican los apuntes que ustedes toman durante la clase?
¿En qué consiste el primer paso para planificar una exposición oral?
¿Cuáles son los procedimientos explicativos que se utilizan para completar el esquema final?
131
Hasta aquí la unidad didáctica que evaluamos de interés en la medida en que responde a
varios de los aspectos teóricos acerca de la explicación considerados en este libro. Hemos
querido mostrar un modo posible de transponer didácticamente algunos de los contenidos
tratados; sin embargo, hay muchas otras formas de abordar el tema de la explicación en el
aula.
En la materia, así como en las Didácticas específicas, solicitamos que, a partir de bibliografía
dada, los alumnos modelicen un género si harán sus prácticas de primero a tercer año de
secundaria, a fin de saber ellos mismos qué enseñarán, pues es frecuente que algunos géneros
que deben enseñarse en secundaria (al igual que en primaria), de acuerdo con los currículos,
no se hayan tratado durante el cursado de las asignaturas universitarias. Si se trata de cuarto y
quinto años de secundaria, les pedimos que modelicen obras o movimientos literarios, según
el caso, por la misma razón de falta de acercamiento o porque el abordaje universitario de
esas obras o movimientos no puede trasladarse directamente al nivel secundario. A
continuación, requerimos que los estudiantes seleccionen los textos y los objetos de
enseñanza en función de las características del grupo clase en el que realizarán sus prácticas,
grupo que han observado previamente. Finalmente, trabajamos con ellos diferentes versiones
de secuencia antes de la práctica (en ocasiones como la que presentamos, dos versiones
paralelas: la que se encuadra en nuestro marco teórico y la que aceptará la docente a cargo del
curso donde se realizarán las prácticas) y los apoyamos en su ajuste durante la práctica.
La practicante Gabriela Espíndola se basó en parte de este libro para elaborar su secuencia,
que procura enseñar el género divulgación científica. Como encuadre teórico, se le había
propuesto partir del género, pasar a los mecanismos de coherencia y cohesión del texto y
llegar al nivel de la gramática y el léxico, así como mostrar las interrelaciones entre los tres
niveles. Sin embargo, la estudiante debió sortear el obstáculo de que el encuadre de la
docente a cargo del curso consistía en enseñar “tipos textuales” y no géneros; por esta razón,
en la versión que presentamos y que fue aceptada por la docente a cargo del grupo donde
practicó, Gabriela caracteriza la divulgación científica como práctica social, tras la etiqueta de
“texto expositivo”.
En esta fase inicial, se explicitará a los estudiantes que comenzarán a estudiar el denominado
“texto expositivo”, señalando que para ello retomarán conocimientos adquiridos en los años
anteriores.
El objetivo fundamental es que tomen conocimiento del proceso a partir del cual los
descubrimientos científicos son traducidos, adaptados o reformulados para el público en
general, por medio de procedimientos determinados que los estudiantes podrán identificar y
poner en práctica en la elaboración propia de un texto expositivo con dichas características;
transformándose así en productores conscientes del proceso que llevan a cabo.
Para comenzar, teniendo en cuenta lo estudiado por los alumnos en el Área de Lengua en el
Nivel Primario respecto a los diferentes tipos de texto, se propone partir de preguntas
disparadoras con el objetivo de ir acercándonos a la respuesta acerca de qué saben sobre los
textos expositivos.
“¿Hay que hacer una investigación para Historia? ¿Tenemos que preparar una exposición
para biología? ¿Dónde podemos encontrar la información para el trabajo práctico de
Geografía? ¡Necesito saber que son el hardware y el software!”.
A partir de ello, se les dará una fotocopia con imágenes de tapas de libros y revistas:
133
Se solicitará que observen, sin perder detalle, las portadas de los libros y las revistas. Luego se
pedirá que respondan oralmente a la pregunta: “¿En cuáles de los libros y las revistas podemos
encontrar respuestas a lo planteado anteriormente?”.
Esta primera actividad tendrá como fin que los alumnos identifiquen algunos de los temas
tratados en los textos expositivos, algunos de los contextos en los cuales los podrían
encontrar, así como algunos de sus rasgos.
Así, construirán una idea superficial del género que se convertirá en el punto de partida para
avanzar en la profundización del tema. Para ello se realizarán preguntas tales como:
¿Quién es el autor?
¿Conocen los términos señalados en el texto en negrita? ¿Por qué se los resaltará?
En esta fase se buscará que los alumnos puedan reconocer, mediante actividades orales y
escritas, las marcas lingüísticas propias la explicación.
La docente trabajará de forma conjunta con los alumnos, para señalar los procedimientos
como modelo de trabajo. De esta manera, propondrá, en primer lugar, una re-lectura grupal.
Se partirá retomando el tema del texto, su emisor, sus destinatarios y el propósito que tiene.
Asimismo, se comenzará a explicar que, para que podamos comprender el tema en cuestión,
este ha sido reformulado, “traducido”, mediante marcas enunciativas que buscan acercar al
lector y lograr una versión adecuada a sus posibilidades de comprensión.
Por ejemplo, mostraremos que, cuando leemos el primer y el segundo párrafos, se evidencia la
proximidad comunicativa elegida por el escritor.
La criptosis, nombre con el cual los biólogos se refieren al fenómeno consistente en que
los animales se confundan con su entorno, ha sido estudiada en muchos grupos de
animales: caracoles, insectos, peces, anfibios, reptiles, aves y hasta mamíferos.
Este hecho, muy extendido en la naturaleza, obedece sin duda a que esconderse resulta
un procedimiento de seguridad más ventajoso comparado con volar o correr para huir de
los enemigos (…).
Se retomarán las secuencias textuales que hacen a la organización del texto. Se hará hincapié
en señalar que en los textos predominan las secuencias explicativas, pero también pueden
aparecer la descriptiva y narrativa. Así se señalarán en el texto diferentes secuencias:
135
SEGMENTO CARACTERÍSITCAS EJEMPLO
Descriptivo Describe el objeto de estudio. “Varias serpientes poseen
Usa el presente del modo un increíble color verde
indicativo. vegetal parecido al de las
hojas y ramas, justo el
medio donde viven. Otras
son marrones y parecen
más secas. Desde ahí
acechan a sus presas”.
Narrativo Usa distintos tipos de “La criptosis y otros
pretérito. sistemas de defensa se han
desarrollado a lo largo de
cientos de miles de años,
gracias a una continua y
prolongada interacción
entre las especies
depredadoras y sus
presas”.
Aquí se planteará que, generalmente, en las explicaciones se identifican dos partes: lo que no
se comprende y lo que lo hace comprensible. Estas partes se relacionan de manera causal o
por el establecimiento de equivalencias.
La relación causal entre partes de una explicación se reconoce a partir de las preguntas ¿cómo
se produce? y ¿por qué ocurre?, mientras que la relación de equivalencia se establece
mediante el uso de ejemplos y aclaraciones. Para ejemplificar:
¿Cómo?: “Entonces, ¿cómo hacen para evitar que los ataquen? (…) Ellos mismos se
convierten en avisos de: Peligro, no acercarse”.
Para continuar, se focalizará en la figura del divulgador. Se expondrá cuál es su tarea y luego se
explicarán y ejemplificarán los procedimientos que utiliza para adaptar el texto a los
destinatarios: analogías, definiciones, ejemplos, uso de vocabulario común, uso de comillas,
paráfrasis, conectores que refuerzan las relaciones entre las partes, el tiempo presente como
marca de atemporalidad. Cada uno de estos recursos será explicado y quedará su registro en la
carpeta de los alumnos.
Ejemplo: “La gaceta verde, por ejemplo, presenta en el pecho y en la garganta rayas
verticales para confundirse con los altos y tupidos tallos de las plantas acuáticas”.
Definición: “Mimetismo: un animal imita la apariencia del otro más ‘fuerte’ para
protegerse y poder sobrevivir ocultando sus propias debilidades”.
Son informativos porque presentan datos o información sobre hechos, fechas, personajes,
teorías, etc.;
De esta manera, para continuar, se solicitará a los alumnos que desarrollen las siguientes
consignas con un segundo texto, “Entre el tiempo y la eternidad”. Luego se realizará una
puesta en común, para evaluar si respondieron adecuadamente a las consignas. Además la
docente se llevará los trabajos para hacer la devolución individual pertinente. Los mismos se
devolverán en la clase próxima.
¿Qué procedimientos utiliza el divulgador para hacer más accesible el texto al público al
cual se dirige? Ejemplifica.
Fase 3
137
La presente fase corresponde a un taller de producción escrita. Tiene como objetivo que los
alumnos produzcan un texto expositivo, el cual permitirá indagar cuánto se han apropiado de
las características de la divulgación. La consigna es la siguiente: C
Para ello deberás escribir un texto que responda a dicho título. Como ayuda, la
docente te propone que continúes el siguiente escrito, utilizando como fuentes de
información los Recursos que se copian al final del presente trabajo práctico:
Robert Hooke descubrió que los seres vivos están formados por estructuras
microscópicas elementales, que denominó células. “La célula es una unidad de vida”,
afirmó el científico inglés…
-El uso de los procedimientos necesarios para que la comunicación sea apta para los
oyentes: ejemplos, definiciones, paráfrasis, analogías, comparaciones, aclaraciones,
comillas…
Recursos:
http://videos.educ.ar/play/Disciplinas/_Biologia/La_celula
http://es.wikipedia.org/wiki/C%C3%A9lula
http://escritorioalumnos.educ.ar/datos/recursos/pdf/biologia/celulas_procariotas_euc
ariotas.pdf
http://iesmh.edu.gva.es//ptebar/LA%20CELULA.htm
Este proceso lo llevarán adelante con la guía y el seguimiento de la docente, que irá revisando
los avances y clarificando las dudas que se presenten, o explicando aquellos puntos de las
clases dadas que no hayan quedado claros.
Los alumnos se intercambiarán los textos con otros grupos y realizarán las correcciones
indicadas y las que aporten sus compañeros.
Finalmente, compondrán un mural para compartir las producciones, que retomarán cuando en
la materia Biología, traten el tema “célula”.
139
Las actividades finales de este libro están orientadas a que el docente reflexione críticamente
acerca de las dos propuestas didácticas presentadas y a que elabore él mismo una propuesta
para sus estudiantes.
39. Detalle cuáles de los conceptos tratados en este libro han sido transpuestos como objetos
de enseñanza en la unidad didáctica tomada del libro de texto y en la secuencia planteada por
la docente Gabriela Espíndola, respectivamente. ¿Qué conceptos, a su juicio y teniendo en
cuenta a los estudiantes promedio de su lugar de trabajo, deberían haberse dejado de lado?
¿Por qué? ¿Cuáles podrían haberse sumado? ¿Por qué?
41. Tanto en la unidad didáctica tomada del libro de texto como en la secuencia elaborada por
la docente se suponen contenidos ya adquiridos por los estudiantes, los cuales se retoman.
¿De qué contenidos se trata?
42. Elabore una secuencia didáctica para enseñar un género en el que predomine o esté
presente la explicación: el cuento policial de enigma o la leyenda, por ejemplo. Tenga en
cuenta: la cantidad de horas cátedra que destinaría al tratamiento del tema; el modo de
abordar el tema (sugerimos la práctica social que dio lugar a su surgimiento y su desarrollo,
esto es, el género, a partir de las ideas previas indagadas); los contenidos de enseñanza
pertinentes para el grupo; la selección de textos; las fases o partes en que distribuirá los
contenidos de enseñanza; que esas fases incluyen la evaluación permanente, mediante
consignas y devoluciones orales y escritas; los trabajos más extensos que los alumnos
realizarán para que usted y ellos pueden reconocer avances y subsanar errores; el cierre, que
idealmente pone las producciones finales de los estudiantes ante la comunidad educativa o la
comunidad en general.
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