Ficha Vilar 2008 PDF
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Advertencia introductoria.
La Argentina y toda la América Latina y del Caribe, son países de “3er. Mundo”,
capitalistas dependientes, con distinto grado de desarrollo, sobre quienes pesa, como un
lastre, no sólo el pasado colonial español, sino también, la hegemonía británica y
norteamericana, que sometieron a este vasto continente, al saqueo de sus riquezas naturales
y a la explotación de sus habitantes.
La Argentina, luego de un largísimo período de producción primaria extractiva, de atraso y
estancamiento, tuvo un desarrollo desigual, con adelantos en el sector agropecuario y
atrasos en el industrial y tecnológico, que le impidió transitar por un equilibrado desarrollo
autónomo y autosostenido. Sus clases dirigentes y distintos gobernantes, han prometido,
reiteradamente, “un progreso indefinido”, “un destino de grandeza”, “una Argentina
Potencia”, o “entrar al Primer Mundo”, pero todo ha sido fantasía incumplida.
Comenzaremos dando algunas nociones preliminares de conceptos básicos:
El Capitalismo. “El término designa al sistema socioeconómico caracterizado
fundamentalmente, por la propiedad privada de los principales medios de producción y la
libertad reconocida a los individuos para realizar contratos que regulen sus propios
intereses. Históricamente el capitalismo surgió en Europa occidental, como sistema basado
en la organización del trabajo libre asalariado, diferenciándose de otros sistemas fundados
en la utilización de mano de obra esclava o servil (esclavismo, feudalismo).
Desde el punto de vista jurídico, el capitalismo descansa, pues, sobre dos instituciones
esenciales: el derecho de propiedad privada y la libertad de contrato, incluida… la
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contratación del trabajo personal. En general, la actividad económica está orientada hacia la
rentabilidad u obtención de beneficios por las empresas privadas, en un régimen de libre
concurrencia, en el cual, al menos en principio, el Estado no interviene.”1
En sus 5 siglos de existencia, atravesó distintas etapas: mercantil, manufacturera, industrial
y monopólica, con sus caracteres propios. En su desarrollo histórico, el capitalismo presenta
tendencias hacia la internacionalización del capital, la centralización y la concentración.
Sus defensores, los liberales, sostienen la supremacía del Mercado (como factor
fundamental para el desarrollo económico y la multiplicación de la riqueza) sobre el
Estado. Sin embargo, han apelado al Estado para salvar al sistema. El Estado es un actor
económico relevante. Muy tempranamente, Adam Smith, ha definido el papel de un
gobierno capitalista-burgués: “El gobierno civil, en la medida en que está instituido para
defender la propiedad, en realidad está instituido para defender al rico contra el pobre, o a
los que tienen alguna propiedad, contra los que no tienen ninguna.”
En la práctica, el capitalismo inevitablemente genera una enorme desigualdad económica y
social (clases burguesa, media y trabajadora) y también, entre pueblos y naciones. Sus
intereses contradictorios, originan pugnas que se manifiestan con variada intensidad,
aunque a veces, estén encubiertas.
Tiene una capacidad de crecimiento notable que no es lineal e ininterrumpido, sino cíclico,
“donde se suceden ondas alcistas y ondas recesivas, que desembocan eventualmente en una
crisis.”
1
DI TELLA, TORCUATO, GAJARDO, PAZ, GAMBA, SUSANA, CHUMBITA, HUGO, Diccionario de
Ciencias Sociales y Políticas, pp. 64 á 66, Buenos Aires, Puntosur, 1989.
2
LAFFERRIERE, LUIS, Capitalismo y ‘Modelos de Acumulación’, Mimeo, Paraná, 1985.
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terminan, dejan sólo algunas gotas aisladas de capacidades sobre las que pueda generarse
otro ciclo de desarrollo.”
“En las economías de desarrollo, las cuestiones de la ciencia, de la tecnología, de la
inversión y de la industrialización, y las políticas gubernamentales correspondientes, están
en el centro de la agenda del Estado y de la elite económica, y los esfuerzos científicos-
tecnológicos están estrechamente vinculados (por impulsos de la demanda de la misma
elite) al perfil del producto, de la inversión y del comercio exterior.” En cambio, “en las
economías de adaptación … esas cuestiones y políticas están ausentes (o casi ausentes)…”
“En la economía de adaptación argentina (y en la mayoría de las latinoamericanas) la
primera ·opción blanda· habría sido el ciclo de expansión, o mas estrictamente, la
“burbuja” impulsada por la exportación primaria” y la expansión de la frontera
agropecuaria.3 “La combinación de las ventajas comparativas ·naturales· con los cambios
tecnológicos y económicos de las economías europeas.” La capacidad de adaptación de la
elite económica, “es la contracara de un bajo perfil en materia de inversión, innovación
tecnológica, eficiencia productiva y especialización.”
“El estilo de industrialización argentino, especialmente a partir de los años 30 que
terminó con la primera gran burbuja, resultó en gran medida, del comportamiento y de las
actitudes de la elite económica tradicional, la que, especialmente después de los años 40,
se incorporaron las empresas transnacionales industriales, dando lugar a la
industrialización sustitutiva de las importaciones lideradas por estas empresas. . . . Fue la
segunda ·opción blanda·, que acentuó sus características de adaptación y de imitación
tardía, y creó nuevas restricciones al desarrollo.”
A partir del ·Proceso· militar “… la elite económica forzó otro período de opciones fáciles
y de obtención de cuasi rentas de privilegio.” El factor que lo lideró, fue el endeudamiento
externo, la ·gran burbuja·. Tiene 3 etapas: la primera, entre 1977 y 81, se aprovechó del
aumento de la liquidez y la baja de las tasas de interés en el mundo (pero muy altas en la
Argentina); la segunda fase (1982-90), obtuvo transferencias de ingresos masivos a través
de subsidios (·promoción industrial·) y la tercera, a partir de 1991, “… la combinación del
endeudamiento externo con las privatizaciones, la desregulación y la liberalización
comercial, contribuyó a que pudieran obtenerse cuasi rentas no tecnológicas.” 4
3
ASPIAZU, DANIEL y NOCHTEFF, HUGO, El desarrollo ausente, Buenos Aires, FLACSO/Norma, 1994.
4
NOCHTEFF, HUGO, La experiencia argentina: ¿desarrollo o sucesión de burbujas?, en Revista de la
CEPAL Nº 59, agosto de 1996.
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En la década de los 80, la Autoridad Nacional, ejercía plena soberanía sobre todo el
territorio que hoy reconocemos como la Argentina.
La República Liberal comprende las presidencias de Bartolomé Mitre, Domingo F.
Sarmiento y Nicolás Avellaneda. El liberalismo económico, sirvió de base de la política.
Mitre fue su abanderado. Su devoción por las inversiones inglesas, fue constante. Buscó
atraerlas. Al inaugurar el Ferrocarril del Sud de Buenos Aires, en 186l, expresó:
“¿Cuál es la fuerza que impulsa este progreso?
Señores, es el capital inglés.”
“La respuesta que recibió la política del general Mitre de alentar las inversiones
extranjeras, fue casi instantánea. Al cabo de 3 años, hombres de negocios e ingenieros
británicos habían establecido bancos y compañías ferroviarias y tranviarias en la Argentina;
a éstas, siguieron poco después, obras de utilidad pública como las de gas, aguas corrientes
y sistema de cloacas.” 5
5
M.G. MULHALL, The English in South América, cit. por FERNS, H.S., Gran Bretaña y Argentina en el
siglo XIX, p. 327 / 328, Buenos Aires, Solar / Hachette, 1966.
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6
FERNS, H. S., Gran Bretaña… etc., op. cit., pp. 329.
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En 1875 la Argentina estableció comunicación por cable con Europa, y la red telegráfica,
se extendía por alrededor de 8.000 km.
En 1876 fue sancionada la Ley de Colonización e Inmigración. Por ella, el Estado
promovió la inmigración europea, otorgándole numerosos beneficios (pasajes, alojamiento,
protección al arribo y facilidades para lograr empleo).
Si bien, la fundación de colonias continuó a ritmo acelerado en el Litoral, esta ley fue
clave para que la inmigración se convirtiera en masiva y espontánea en el período siguiente
BIBLIOGRAFIA
Síntesis esquemática.
II - 2. Contexto internacional.
Durante la 2da. mitad del siglo XIX, en Europa, Estados Unidos y Japón, se produjo un
fantástico desarrollo técnico-científico, que dio origen a la Segunda Revolución Industrial.
Surgieron nuevas industrias: siderúrgica, químicas, de máquinas-herramientas, motores a
explosión, electricidad, hidrocarburos, y comunicaciones, que requirieron gran cantidad de
materias primas y mercados consumidores. Los países adelantados, se dedicaron
especialmente, a la producción industrial –que reportaba rentas superiores- y buscaron las
materias primas, alimentos y nuevos mercados, en otros continentes: América Latina, Asia,
Africa y Oceanía.
Se constituye en plenitud, el “Mercado Mundial”; todos los países y pueblos lo integran,
pues todos, tienen algo para vender y algo para comprar, y lo hacen de una manera
permanente y creciente. Tiene características bien definidas: los países ´adelantados` produ
-cen y venden su producción fabril (artículos, insumos o máquinas), y compran materias
primas, mientras que los ·atrasados·, producen materia prima y compran manufacturas. A
esto, se lo denomina “División internacional del trabajo”.
El sistema capitalista adquirió dimensión mundial.
Europa fomentó la producción de materias primas en los países “periféricos”, con una
demanda creciente, y con inversiones de capital significativos. Simultáneamente, solucionó
el problema del exceso de su población, alentando la emigración hacia esos países, donde
producirán alimentos y materia prima que necesitaban.
II - 3. Actores sociales
La burguesía terrateniente porteña (las familias `tradicionales´) y del Litoral,
constituyeron la “clase alta”. Era la ´elite` dueña del poder político y económico, derivado
de la propiedad de la tierra, sobre todo, de la pampa húmeda.
Sus intereses coincidían y se articulaban con los intereses del gran capital británico,
reforzando una sociedad de hecho, que existía desde hacía mucho tiempo.
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Otros sectores privilegiados, fueron los inversores extranjeros; la mayoría, ingleses: eran
banqueros, importadores-exportadores, grandes comerciantes, grandes propietarios, altos
funcionarios de los ferrocarriles, servicios públicos, frigoríficos, etc.
Unos cuantos colonos y chacareros, a costa de mucho trabajo y sacrificio, lograron
prosperar y acceder a la pequeña y mediana propiedad en el Litoral.
Numerosos inmigrantes y criollos campesinos, debieron trabajar las tierras de los
latifundistas, como arrendatarios o peones.
Muchos inmigrantes se quedaron en las ciudades para trabajar, principalmente en Buenos
Aires y Rosario. Encontraron trabajo en la construcción, en el puerto, en el ferrocarril,
frigoríficos, servicios públicos, fábricas o talleres, comercios, o como artesanos y
vendedores ambulantes. Vivieron en las típicas casas de inquilinatos: los conventillos.
Originaron dos clases sociales nuevas: la clase media y la clase obrera.
Estos trabajadores formaron los primeros gremios en la Argentina, de tendencias
socialista, anarquista y sindicalista, que predominaban en la Europa de la época.
Quienes lograron algún ascenso económico (comerciantes, empleados), formaron la clase
media. En muchos casos, los inmigrantes se sacrificaban para asegurar el futuro de sus hijos
y un ascenso social, especialmente, a través de un título universitario.
II - 4. Factor dinámico.
Le daba dinamismo al modelo, el sector externo. Toda la actividad económica, giraba
alrededor de un eje: producir excedentes agrícolas y ganaderas, para ser exportados.
No se pretendía satisfacer el mercado interno, sino de aprovechar la “renta agraria”. De allí
las denominaciones dadas al modelo: `agroexportador`, `de crecimiento hacia fuera`, o de
`economía primaria exportadora`.
La estructura económica, los mayores esfuerzos de la sociedad y el Estado, estaban
dirigidos a crear excedentes agropecuarios. Para la industria, no existían estímulos; sin
embargo, necesariamente, hubo alguna actividad fabril.
Durante medio siglo, el modelo funcionó exitosamente. En ningún otro momento
histórico, la Argentina creció tanto. Pero ¿estaba asegurado el “progreso indefinido” como
afirmaba la clase dirigente?
El Estado, a través de los impuestos aduaneros, obtenía abundantes recursos (para la
época), con los cuales, amortizaba la deuda externa, cubría los gastos de la administración
pública –siempre crecientes-, y financiaba numerosas obras.
Con las divisas obtenidas por las exportaciones, se pagaban las importaciones, y se
enriquecían los terratenientes e inversores.
El desarrollo industrial, fue escaso. Las únicas industrias modernas, estaban las destinadas
a la exportación, como la frigorífica; también la molinera.
La industria destinada al mercado interno, fue modesta: textil, alimenticia (principalmente,
láctea), de la construcción, numerosos talleres (metalúrgicos, ferroviarios), la imprenta, etc.
Recién en 1887 se fundó la Unión Industrial Argentina (UIA); por varias décadas, la
actividad industrial no tuvo incentivos, ni protección y careció de peso político.
7
DI TELLA, TORCUATO, GERMANI, GINO, GRACIARENA, JORGE y colaboradores, Argentina,
sociedad de masas, Buenos Aires, Editorial Universitaria de Buenos Aires, 1966.
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Al comenzar la Gran Guerra, los británicos dejaron de realizar nuevas inversiones, que
habían realizado en el sector `servicios` (sector terciario). Se convirtieron en `rentistas`.
En la década del 20, capitalistas norteamericanos y alemanes, iniciaron una nueva
estrategia de inversiones, en el sector secundario (industrias). Así, instalaron empresas
químicas, eléctricas, metalúrgicas, alimenticias, textiles y del caucho.
II - 7. Vulnerabilidad y límites.
Pese al crecimiento logrado, la estructura económica-productiva era sumamente
vulnerable: dependía totalmente de la demanda externa. El país había progresado en función
de las necesidades europeas, principalmente, del Reino Unido. Era “monoproductor” de
materias primas; no hubo diversificación de su economía, ni un desarrollo tecnológico que
la impulsara. ¿Fue sólo una `burbuja` de crecimiento?
El ciclo expansivo fue impulsado por factores exógenos, que imponían las condiciones:
precios, volúmenes, calidad.
En el apogeo del ciclo -1910, año del Centenario- había abundantes capitales, pero ni a la
clase terrateniente, ni al Estado, se les ocurrió realizar (o fomentar) grandes inversiones en
otras actividades económicas. No tuvo relevancia la industria liviana –mucho menos la
pesada-, ni integración económica, ni desarrollo científico-tecnológico que permitiera cierta
autonomía a la economía argentina.
La burguesía argentina, admiraba e imitaba a los europeos, menos en lo que era
fundamental: las inversiones de riesgo para el desarrollo científico-tecnológico e industrial.
En la década de los 80, fueron sancionadas una serie importante de “leyes liberales”, como
la Nº 1420, de Educación Común, gradual, gratuita, obligatoria (y laica); la de creación del
Registro Civil y del Matrimonio Civil. Todas ellas, así como la secularización de los
cementerios, dieron lugar a una enconada reacción de la Iglesia Católica, que se
consideraba despojada de sus funciones propias y que lo son de todo Estado moderno.
En 1881 quedaron suprimidas las `Guardias Nacionales`; desde entonces, hubo un único
Ejército Nacional. En ese mismo año, la Ley Nº 1130, dispuso la unificación de la moneda,
en un primer intento de poner fin a la anarquía monetaria (circulaban monedas de distintas
provincias y de países extranjeros).
En síntesis: desde entonces, existe un Gobierno Nacional con Autoridad en todo el país,
con Poder suficiente, como para hacerse obedecer y respetar. Quedaba así, asegurada una
continuidad constitucional durante 5 décadas.
Un renovado elenco de hombres públicos, formó la `clase dirigente`: estadistas,
militares, legisladores, juristas (y también terratenientes). Fue llamada “Generación del 80”,
integrada también por hombres de ciencias, de letras y de la cultura.
Las figuras políticas más representativas, fueron: Julio Argentino Roca, Carlos Pellegrini,
Miguel Juárez Celman, Eduardo Wilde, Dardo Rocha, Lucio V. Mansilla, Torcuato de
Alvear, Eduardo Racedo, etc. Eran positivistas-liberales y estaban convencidos de la
filosofía del “progreso indefinido”. Su optimismo era desbordante. El presidente Roca llegó
a `profetizar` en su Mensaje dado a Congreso en 1880, lo siguiente:
“Felices aquellos que puedan contemplar a la República Argentina dentro de 50
años con 50 millones de almas, después de medio siglo de paz no interrumpido, en
el apogeo de su gloria y poderío”.
Constituyeron un grupo homogéneo y coherente. Lograron un consenso social, superando
los conflictos y monopolizando el poder.
II – 9 c.- La Oligarquía.
8
VILA, DANIEL, La nacionalidad de la inversión, en Polémica… etc., op. cit., Nº 66, p. 160.
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9
SAENZ QUESADA, MARIA, Los estancieros, p. 231, Buenos Aires, Editorial de Belgrano, 1980.
10
JITRIK, NOE, El mundo del Ochenta, p. 40, Buenos Aires, Centro Editor de América Latina, 1982.
11
VAZQUEZ-PRESEDO, VICENTE, El caso argentino, Buenos Aires, Editorial Universitaria de Buenos
Aires, 197l.
12
GRELA, PLACIDO, El Grito de Alcorta, pp. 72/74, Rosario, Ed. Tierra Nuestra, 1958.
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O sea: el propietario, después de recibir regalada la tierra, arrendaba el campo virgen, para
ser labrada por primera vez, es decir, desmontada, limpiada y arada; cobraba la renta y
recibía finalmente el campo con alfalfa para que pudiera pastar su ganado.
Esta inicua explotación de los arrendatarios, sumada a la de los acopiadores –y la baja del
precio de los granos- originó un gran levantamiento de colonos agricultores y chacareros
del sur de Santa Fe y norte de Buenos Aires en 1912, que recibió el nombre de Grito de
Alcorta. Entonces fundaron la Federación Agraria Argentina –F.A.A.- que defiende los
intereses de los pequeños y medianos productores rurales.
encontraron que estas tierras ya tenían dueños. Deberían trabajar la tierra como peones o
arrendatarios en beneficio del propietario y no en su provecho.
La mayoría de los que llegaron, eran varones jóvenes, solteros, en edad de trabajar:
campesinos, obreros, jornaleros (trabajadores no calificados).
El impacto que produjo en la población nativa, fue enorme. Rápidamente –y por varias
décadas- constituyeron la 3ra. parte de la población y en Buenos Aires, más de la mitad.
Fueron portadores de otras lenguas, costumbres, prácticas, ideas, gustos y cultura, que
influyeron en la sociedad criolla.
El 80 % se radicó en las provincias de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos, que
con Mendoza y Tucumán, tuvieron mayor crecimiento, en detrimento de las demás.
También se inició un proceso de concentración urbana: en 1869 era del 27 % y en 1914,
del 53 %. La Capital Federal, creció explosivamente; también, Rosario.
La `elite` social, estaba formada por 400 familias tradicionales de grandes propietarios de
Buenos Aires, vinculadas entre sí por intereses comunes, lazos familiares, lugar de
residencia, clubes selectos (Jockey Club, del Progreso) y asociaciones privadas (Sociedad
Rural).
Arrendatarios prósperos, colonos y pequeños propietarios, constituyeron una clase media
rural. En las ciudades, medianos y pequeños empresarios, comerciantes, trabajadores de
“cuello blanco”: profesionales, técnicos, docentes, funcionarios de menor jerarquía y
empleados del sector público y privado, conformaron una nueva y creciente clase media.
Los estratos medios crecieron del 11 % en 1869, al 26 % en 1895 y al 30 % en 1914.
Los sectores populares lo integraron los peones rurales, los artesanos, los obreros fabriles
y de talleres manufactureros y el mundo de la economía informal, los `desheredados´, y
hasta los de la `mala vida`. Generalmente vivían en los “conventillos”, casas de inquilinato
de muchas piezas, donde se hacinaban las familias numerosas, una en cada habitación. En
1907 se produjo una gran “huelga de inquilinos” de más de 100.000 personas, en reclamo
de la rebaja de los alquileres.
El gaucho, pasó a ser expresión típica de épocas pasadas. El alambrado de los campos,
fueron como barrotes de cárceles para él. Ahora debió convertirse en peón, conservando
costumbres y tradiciones gauchas. El “Martín Fierro” de José Hernández, es una pintura del
gaucho que había sido.
En las ciudades, aparecieron nuevos personajes típicos: los vendedores ambulantes
(cambalacheros), los orilleros, los compadritos, los linyeras, los atorrantes . . .
En ambientes `non santos` (cercanos al delito) fueron apareciendo nuevas expresiones
culturales como el lunfardo y el tango.
La clase dirigente, admira y pretende imitar a Europa, principalmente a París. Se preocupó
por establecer una escuela pública de buen nivel, con el propósito de alfabetizar a los niños
y de inculcarle sentimientos patrióticos de clase (sobre todo, a través de una ”historia
oficial”),con la veneración de los símbolos patrios y de los ‘próceres’ Además sería el
principal instrumento para `argentinizar` rápidamente, al hijo del inmigrante.
El desarrollo cultural y artístico, fue intenso. Circularon abundantes diarios (los más
prestigiosos fueron La Nación y La Prensa), periódicos partidarios y obreros, revistas
satíricas como “El Mosquito” y otras como “Caras y Caretas”, que abarcaron toda una
época, libros y revistas especializadas argentinos y extranjeros.
Argentina contó con un número importante de destacados intelectuales, científicos,
escritores, músicos y artistas, que la ubican a la vanguardia de América Latina.
Por esos años, se formaron las primeras sociedades de resistencia, asociaciones mutuales y
de socorros mutuos, de inmigrantes provenientes de distintos países europeos.
Carpinteros, herreros, panaderos, albañiles, ferroviarios, yeseros, zapateros, ebanistas,
dependientes de comercio, etc., organizaron sus respectivos gremios, casi siempre, por parte
de inmigrantes. Muchos de ellos, arribaban a estas tierras, expulsados de sus países,
perseguidos por su activismo social. Así llegaron y permanecieron en la Argentina, destaca-
dos dirigentes, como los anarquistas Enrique Malatesta (italiano), Juan Creaghe (médico
irlandés), Gregorio Inglan Lafarga (catalán), Pietro Gori (italiano), los socialistas Adrián
Patroni (italiano), Germán Ave Lallemant (alemán, difusor del marxismo) y otros.
En 1889 la Asociación Internacional del Trabajo (la 2da. Internacional Socialista), dispuso
conmemorar los días Primero de Mayo, como jornada de lucha en homenaje de “los
mártires de Chicago”.
En Buenos Aires, varios gremios formaron un Comité Obrero Internacional, que resolvió
adherir con un acto el 1º de Mayo de 1890, crear una federación obrera, editar un periódico
y peticionar al Congreso, la sanción de leyes obreras.
El acto se efectuó, se editó “El Obrero” dirigido por Lallemant, se fundó la primera
Federación de Trabajadores que tuvo corta vida, igual que otros intentos realizados en la
década. Las diferencias entre anarquistas y socialistas, sus enfrentamientos teóricos eran
durísimos y obstaculizaban concretar la unidad organizativa, pero no impedían la unión en
la acción.
Las protestas y las huelgas fueron en aumento, en reclamo de la jornada de 8 horas (se
extendía entre 10 y 16 horas) y de aumento de salarios. La respuesta de la patronal era
siempre negativa y del Gobierno, la represión (palazos y balazos).
Las tendencias predominantes en el movimiento obrero, eran 3 como en Europa:
- Los anarquistas luchaban por lograr la transformación total de la sociedad, a través
de la acción emancipadora revolucionaria de la clase obrera: pretendían la
desaparición del Estado y de toda forma de opresión del hombre.
- Los socialistas consideraban al sindicalismo, una herramienta útil para la toma de
conciencia proletaria, con el propósito de su participación política; a través del voto
y la acción parlamentaria, la clase trabajadora lograría sus derechos.
- Los sindicalistas sostenían que la emancipación del proletariado, se lograría a través
de la lucha gremial (al margen de la actividad política, en la que eran neutrales). Al
principio, sostuvieron enérgicamente la lucha de clases pero, al correr de los años, se
tornaron conciliadores.
Publicaron numerosos periódicos, algunos de corta vida, pero muy combativos. Merecen
ser mencionados, “El Perseguido” y “La Protesta” –anarquistas- y “La Vanguardia” –
socialista-.
Los intentos de unidad, prosiguieron. En 1901 se constituyó la Federación Obrera
Argentina (FOA), con mayoría de gremios anarquistas; pronto la abandonaron los
socialistas. En 1904 se transformó en Federación Obrera Regional Argentina (FORA) que
en su V Congreso, proclamó su adhesión a los principios del `comunismo anárquico`.
En 1902 los gremios socialistas formaron la Unión General de Trabajadores (UGT). Dos
años después, los sindicalistas lograron la mayoría y en 1909, la transformaron en
Confederación Obrera Regional Argentina (CORA).
Los reclamos y luchas, aumentaron. En 1902, una huelga de estibadores del puerto de
Buenos aires, recibió la adhesión de otros gremios, transformándose en una `huelga
general`. Reclamaban la disminución del peso de las bolsas que cargaban al hombro, que
pesaban 100 ó 120 kilogramos, a 65 ó 70 kg.
El gobierno declaró el `estado de sitio`, allanó locales sindicales y detuvo a centenares de
obreros. El Congreso sancionó un proyecto de ley del Ministro Miguel Cané; fue la Ley Nº
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4144 “de Residencia” que dispuso la expulsión de extranjeros perturbadores del orden
público, norma que contradecía abiertamente la letra y el espíritu de la Constitución.
Los trabajadores no cejaron en sus reclamos: supresión del trabajo nocturno,
reglamentación del trabajo de mujeres y menores, anulación de la ley 4144. La represión
creció, lo mismo que el número de víctimas obreras.
En 1904, el presidente Roca, encargó al eminente médico e ingeniero catalán Juan Bialet
Massé, el estudio sobre las condiciones de trabajo en el país. Su resultado fue el “Informe
sobre el estado de las clases obreras argentinas”, una completísima investigación.
En 1907 se creó el Departamento Nacional del Trabajo.
El 1 / 5 / 1909 un gigantesco acto obrero en Plaza Lorea, fue atacado a balazos por el Jefe
de Policía, coronel Ramón Falcón, dejando un saldo de 8 muertos y centenares de heridos.
Meses después, un joven anarquista, Simón Radowitzky, arrojó una bomba sobre el coche
de Falcón, causándole la muerte.
En mayo de 1910, los trabajadores prepararon las Jornadas de Protesta del Centenario. El
gobierno las impidió, desencadenando una feroz represión preventiva. Detuvo, deportó y
confinó a centenares de dirigentes obreros. Bandas `patrióticas` integradas por jóvenes
pertenecientes a familias tradicionales, al amparo de la policía, recorrieron la ciudad, para
asaltar y destruir locales gremiales, incendiar sus bibliotecas, empastelar sus imprentas y
golpear y vejar a los obreros. El `terror blanco` también se hizo sentir en barrios `judíos`.
El Congreso sancionó la Ley 7029 de “Defensa Social”, que dispuso la aplicación de
severísimas penas a los anarquistas y personas que preconizaran ataques a las instituciones
públicas y promovieran actos violentos.
La clase trabajadora, tardó años en recuperarse de estos golpes.
Y fue el Gobierno Radical que desencadenó la represión más feroz aún: durante la
“Semana Trágica” de enero de1919 y durante las huelgas patagónicas protagonizadas por
los peones de Santa Cruz en 1921. Un Regimiento del Ejército Argentino, al mando del
teniente coronel Héctor Benigno Varela, secundado por el capitán Elbio C. Anaya, fusiló –
ilegalmente, sin juicio ni proceso previo- a miles de trabajadores. Estos crímenes quedaron
impunes, pues ni siquiera hubo una investigación oficial.
También en los años 1919 / 21, se produjeron huelgas en “La Forestal”, que fue reprimida
por la `gendarmería volante`, fuerza propia de la empresa inglesa, ante la total pasividad de
las Autoridades.
El anarco-sindicalismo no pudo recuperarse de estos golpes y entró en una lenta y
progresiva decadencia.
Las principales características del movimiento obrero en la Argentina, de esta primera
etapa, fueron las siguientes:
- Los inmigrantes europeos fundaron e integraron la mayoría de los Gremios, de tendencia
anarquista, socialista y sindicalista.
- Alta combatividad obrera en defensa de sus intereses y, a pesar de los enfrentamientos
ideológicos, existía una gran solidaridad de acción.
- Nunca existió una Central que representara a todos o a la mayoría de los gremios.
- No existía la afiliación obligatoria ni era masiva, salvo en los ferroviarios.
- Los sindicatos se sostenían a través de los `cotizantes` voluntarios
- Los sindicatos tenían sus propias publicaciones, imprentas y bibliotecas.
- Los dirigentes eran, casi siempre, los propios trabajadores, luchadores, militantes
honestos y desinteresados, dispuestos a sacrificarse por la causa obrera.
llegó al poder con el apoyo de la `Liga de los Gobernadores`, pero el verdadero sustento, se
lo daba la burguesía latifundista y el Ejército.
Su lema fue: `Paz y Administración` (aunque Sarmiento, acérrimo enemigo del latifundio,
inventó otro: `Empréstitos y Rémington`). Fundó un régimen liberal-conservador, que tuvo
expresión extrema en su sucesor Miguel Juárez Celman. De ideología ultraliberal, siendo
presidente, afirmó: “El monopolio del Estado es, no sólo ilegítimo, sino mucho menos
tolerable que el monopolio particular, por el hecho de no haber recursos contra él”.
“La experiencia no ha señalado un solo hecho en que, la mejor de las administraciones
públicas, sea siquiera igual a las que ocupan un segundo rango en las de orden privado…”
“Por lo tanto, lo que conviene a la Nación, según mi juicio, es entregar a la industria
privada la construcción y explotación de las obras públicas que por su índole, no sean
inherentes a la soberanía, reservándose el Gobierno la construcción de aquellas que no
puedan ser verificadas por el capital particular…” 13 (Por lo visto, Menem tuvo grandes
precursores…).
La oligarquía logró mantenerse en el gobierno hasta 1916, apelando a variados recursos:
consenso, fraude, violencia.
Realizaba elecciones periódicas, viciadas de nulidad, en la que siempre ganaba el oficialis-
mo. Para votar, los ciudadanos –varones- debían inscribirse en un Registro Cívico, que era
manipulado por los funcionarios, para que figuraran sus partidarios y no los opositores.
En caso que los resultados pudieran ser adversos, la policía o los matones del gobierno, se
apoderaban por la fuerza de las urnas para cambiar los votos; o se compraban las libretas de
los votantes o, directamente se proscribía al partido opositor.
El oficialista Partido Autonomista Nacional –el PAN-, nunca fue un partido `nacional`,
sino una alianza de partidos conservadores provinciales o, mejor dicho, una alianza entre las
`elites` que gobernaban las Provincias y la Nación.
La notable expansión económica, daba oportunidad de ascenso económico y social.
Existía movilidad social pero no política: las funciones de gobierno estaban reservadas a los
miembros de las familias tradicionales. Los inmigrantes, la nueva generación argentina de
profesionales, sectores medios, obreros y campesinos, estaban excluidos del poder político.
Los nuevos Partidos políticos. Después de una década de atonía política, resurgió la
oposición. En 1890 protagonizó la Revolución cívico-militar del Parque, germen del primer
partido orgánico nacional. Al año siguiente, se formó la Unión Cívica Radical –UCR- con
la conducción intransigente de Leandro Alem, el primer caudillo de masas moderno. Sus
bande-ras eran: la vigencia de la constitución, la honradez administrativa y la pureza del
sufragio.
A su muerte, le sucedió como jefe del partido, su sobrino Hipólito Yrigoyen, quien acentuó
la intransigencia de la `Causa` contra el `Régimen`. Su estrategia política, consistió en la
“abstención revolucionaria”, es decir, se lanzaría a la `revolución` mientras hubiera fraude
electoral. Cuando `el Régimen` garantizó el sufragio ciudadano, en las elecciones
presidenciales de 1916, la UCR. triunfó con la fórmula H. Yrigoyen-Pelagio Luna.
En 1896 se fundó el Partido Socialista. Desde hacía dos años, se publicaba La Vanguardia,
que fue el órgano del partido.
Su figura principal, fue el Dr. Juan B. Justo. Muchos jóvenes intelectuales, militaron en el
socialismo de entonces: José Ingenieros, Enrique del Valle Iberlucea, Alfredo Palacios,
Nicolás Repetto, Adrián Patroni, Manuel Ugarte, Roberto Payró, etc.
Aunque Justo leyó y hasta tradujo escritos de Carlos Marx, el socialismo argentino fue
reformista (socialdemócrata), librecambista, racista y hasta pro-imperialista. Despreciaba la
´política criolla` y pretendía ser el “el partido de la clase trabajadora” que siempre les dio la
espalda.
13
Cit. por SOMMI, LUIS V, La Revolución del 90, pp. 28/31, Buenos Aires, Ed. Pueblos de América, 1957.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 19
Juan Antonio Vilar
La Ley Sáenz Peña disponía normas para realizar comicios libres, pero no era milagrosa.
Para instituir la Democracia en la Argentina, era necesaria la voluntad política del
oficialismo, de garantizar la verdad del sufragio.
Sáenz Peña falleció en ejercicio de sus funciones. Su sucesor, Victorino de la Plaza,
aseguró el fiel cumplimiento de la ley, el juego limpio y, por primera vez, la ciudadanía
argentina pudo votar libremente en las Elecciones Generales de 1916.
BIBLIOGRAFIA
Síntesis esquemática.
Con gran pragmatismo, los liberales argentinos en el poder, echaron por la borda sus
“principios” liberales y fundaron el Estado `dirigista` y regulador; establecieron el
proteccionismo, el control de las divisas, de la producción, de las exportaciones e
importaciones.
Como los medios de pago habían disminuido dramáticamente, el Estado, en la práctica,
propició “sustituir importaciones”, es decir, favoreció la producción en el país, de las
mercaderías y bienes, que pudieran fabricarse y que antes se importaban. Indirectamente,
estimuló el desarrollo de la industria liviana y manufacturera. Así, fue creciendo una
industria vegetativa, utilizando una maquinaria atrasada y el empleo de mucha mano de
obra, para cubrir la demanda interna. La clase dominante, se amoldó a las prácticas
internacionales y si propició un desarrollo industrial, lo tomó como un recurso
circunstancial, convencida que, superadas las dificultades, se normalizaría el mercado
mundial y la Argentina volvería a ser una `potencia agroexportadora`. Pero diversos
factores lo frustraron:
- Los cambios fueron profundos en el sistema capitalista.
- La crisis y la depresión fueron prolongadas -1929 / 1935- y poco tiempo después,
estalló la 2da. Guerra Mundial, que estableció una `economía de guerra´ y las
relaciones comerciales se vieron muy alteradas.
- En 1943 la clase dirigente tradicional argentina, fue desalojada del gobierno por
militares nacionalistas quienes, como su continuador, el Peronismo, tuvieron el
propósito de industrializar el país, como política para lograr su desarrollo.
El golpe militar de 1943, dividió esta etapa, en 2 momentos políticos muy diferentes:
1) Los Gobiernos Conservadores, oligárquicos y fraudulentos, que fundaron el Estado
`dirigista` y estimularon la industria como recurso circunstancial, con la pretensión
de volver a la Argentina agropecuaria.
2) El Gobierno Peronista, popular, nacionalista y de origen legítimo: fundador del
“Estado de Bienestar”14, intervencionista y distribucionista. Fomentó la industria
liviana, como política de Estado.
14
Nota: El Estado de Bienestar o Estado Benefactor, es la clase de estado capitalista que, mediante expresas
políticas públicas, se preocupa por brindar los beneficios de la seguridad social, de manera integral, a la mayor
parte de la población, satisfaciendo sus necesidades básicas.
Tiene como fundamento, el trabajo, el pleno empleo, mediante el cual, se puede acceder a la cobertura de
salud, educación, jubilación, así como a la alimentación adecuada, vivienda digna, indumentaria, descanso y
servicios públicos accesibles.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 24
Juan Antonio Vilar
En síntesis: hubo escasa inversión extranjera y, por el contrario, los británicos rescataron
sus viejas inversiones. Sólo hubo reinversiones de las empresas ya instaladas. No fueron de
magnitud, los empréstitos, ni las inversiones privadas nacionales.
Las inversiones del Estado en empresas de servicios públicos (al borde de su vida útil) y
en industrias poco dinámicas, fueron insuficientes para impulsar un desarrollo
autosostenido.
..................................................
15
VERBITSKY, HORACIO, Medio siglo de proclamas militares, pp. 43/ 44, Buenos Aires, Editora/12, 1987.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 28
Juan Antonio Vilar
Esta medida, afectaba directamente a los intereses de los ganaderos argentinos, por lo cual
el gobierno dispuso el envío a Londres, de una Comisión negociadora de alto nivel. Estuvo
integrada por personalidades que gozaban de la mayor confianza de Su Graciosa Majestad:
el vicepresidente Roca, el Dr. Miguel Angel Cárcano, el Dr. “Sir William” Leguizamón, el
joven economista Raúl Prebish y otros. El objetivo era asegurar el mantenimiento de las
compras de carnes de la Argentina.
El gobierno británico se negaba a negociar. Para conseguirlo, la delegación argentina
recurrió a múltiples concesiones, halagos y manifestaciones de sumisión política,
degradantes, indignas de un Estado `Soberano`, que llegó a su culminación, cuando Roca,
declaró:
“. . . que la Argentina, por su interdependencia recíproca, es, desde el punto de
vista económico, una parte integrante del Imperio Británico.”
En 1933 se firmó el “Pacto Roca-Runciman”. Por él, el gobierno británico
manifestaba su disposición a seguir importando carnes de Argentina, fijándose
condiciones de exportación. Se otorgaba una cuota del 85 % para los frigoríficos
británicos y norteamericanos y del 15 % para los frigoríficos argentinos, siempre
que éstos “no persiguieran beneficio privado”.
En cambio, la Argentina debía mantener libres de derechos la importación de carbón y
otras mercaderías inglesas, a “destinar a compras en Gran Bretaña la totalidad de las divisas
provenientes de compras inglesas en Argentina”, a descongelar los importes de las
ganancias de las empresas británicas, bloqueadas por el control de cambios y dispensarle
“un tratamiento benévolo” y una “legítima protección” de sus intereses.
Los ganaderos porteños habían logrado sus objetivos, a un precio demasiado alto. Nunca
se había mostrado más claramente la situación `semicolonial` de Argentina.
A continuación, el Congreso Nacional sancionó una serie de leyes trascendentes: la
creación del Banco Central de la República Argentina -según el proyecto de Otto Niemeyer
y que aseguraba su manejo por parte de la banca inglesa-, la creación de la Dirección
General Impositiva –que debía recaudar los nuevos impuestos internos-, la creación del
Instituto Movilizador de Inversiones Bancarias –por el que el Estado se hacía cargo de las
deudas incobrables de los bancos- y la formación de numerosas Juntas Reguladoras – de
granos, del vino, de la yerbamate, de carnes (la Corporación Argentina de Productores de
Carnes), del transporte (Corporación del Transporte de la Ciudad de Buenos Aires), etc.,
para proteger los intereses de los grandes productores y del capital británico.
El formidable y turbio comercio de las carnes, dio lugar a una de las mejores
investigaciones que se haya hecho en el Congreso de la Nación. El senador santafesino
Lisandro de la Torre, demostró la magnitud del negociado que realizaban los frigoríficos
extranjeros en complicidad con el Gobierno Nacional. El oficialismo sólo pudo acallar las
irrefutables denuncias, a través de un crimen, cometido en pleno recinto del Senado.
Toda esta década conservadora se caracterizó por negociados escandalosos, como el de la
renovación de las concesiones eléctricas de la ciudad de Buenos Aires en favor de la CADE
(Compañía Argentina de Electricidad que era extranjera) y de la CIADE (Compañía Italo
Argentina de Electricidad, que también lo era); el de la compra de las tierras del Palomar, o
el de los “niños cantores”.
Fue toda una época de miseria, desocupación, corrupción, llamada “Década Infame”.
16
Ibídem, pp.47/4 9.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 30
Juan Antonio Vilar
Genta. Su propósito era terminar con una educación liberal y laica y reemplazarla por los
ideales “ de la cruz y de la espada”. A nivel universitario, la `cruzada` para liquidar la
Universidad reformista, provocó una gran oposición en docentes y estudiantes. Esta política
culminó con el establecimiento de la enseñanza religiosa (católica) en todas las escuelas
públicas, primarias y secundarias (Decreto del 31 / 12 / 1943).
La dictadura `juniana` hubiera fracasado, de no haber sido por el rumbo exitoso que le
imprimió su integrante más lúcido: el coronel Juan Domingo Perón. Desde fines de 1943, se
hizo cargo de la Secretaría de Trabajo y Previsión, desde donde, en contacto directo con
obreros y gremialistas, gestó una legislación laboral inédita en la Argentina. Los viejos
reclamos de los trabajadores, fueron atendidos por Perón y se convirtieron en leyes:
jornadas de 8 horas, jubilación, descanso semanal para todos, indemnización por despido,
cajas de seguridad social, estatutos profesionales, fuero laboral, aumento de salarios,
aguinaldo, etc.
También hizo sancionar el Estatuto del Peón de Campo.
Así, Perón se fue ganando la confianza y el apoyo de los trabajadores, que se convertiría en
adhesión “incondicional” y sería perdurable. El obrero se sintió dignificado.
Paralelamente, los sectores empresariales se alarmaron por la política obrerista de Perón.
Para calmarlos, éste pronunció un discurso definitorio en la Bolsa de Comercio de Buenos
Aires, el 25 / 8 / 1944 que decía:
“Las masas obreras que no han sido organizadas, presentan un panorama
peligroso, porque la masa más peligrosa sin duda, es la inorgánica. ¿Cuál es el problema
que a la República Argentina debe preocuparle sobre todas las cosas? Un cataclismo
social en la República Argentina haría inútil cualquier posesión de bien, porque sabemos –
y la experiencia de España es bien concluyente y gráfica este respecto- que con ese
cataclismo social los valores se pierden totalmente. . . . Dentro de este objetivo
fundamental e inmediato que la Secretaría de Trabajo y Previsión persigue, radica en la
posibilidad de evitar el cataclismo social que es probable, no imposible. . .
Nosotros tenemos en este momento -¡Dios sea loado que ello ocurra por muchos años!-
industriales que pueden ganar hasta el 1.000 %. En España se explicó la guerra civil. ¿Qué
no se explicaría aquí si nuestras masas de criollos no fuesen todo lo buenas, obedientes y
sufridas que son?
Se ha dicho señores, que soy enemigo de los capitales, y si ustedes observan lo que les
acabo de decir, no encontrarán ningún defensor, diríamos más decidido que yo, porque sé
que la defensa de los intereses de los hombres de negocios, de los industriales, de los
comerciantes, es la defensa misma del Estado. . . .
. . . Para que los soldados sean más eficaces, han de ser manejados con el corazón.
También los obreros pueden ser dirigidos así. Sólo es necesario que los hombres que tienen
obreros a sus órdenes, lleguen hasta ellos por esas vías, para dominarlos, para hacerlos
verdaderos colaboradores y cooperadores.”17
La influencia de Perón en el gobierno fue aumentando, hasta convertirse en el verdadero
conductor. Desde 1944 acumuló simultáneamente los cargos de Vicepresidente, Ministro de
Guerra, Secretario de Trabajo y Previsión y Presidente del Consejo Nacional de Posguerra.
La política de Perón, también provocaba una fuerte oposición entre los ciudadanos
“aliadófilos”, los partidos políticos tradicionales, los grandes empresarios de la UIA., la
burguesía latifundista y los sectores universitarios y educativos.
También había intereses y rivalidades entre oficiales de las Fuerzas Armadas.
El año 1945 fue muy conflictivo. A la oposición interna, se sumó el embajador de los
Estados Unidos, Spruille Braden, quien, violando las más elementales normas diplomáticas,
se entrometía en asuntos internos y manifestaba su propósito de derrocar a Perón.
17
PEÑA, MILCIADES, Masas, Caudillos y Elites, Buenos Aires, Fichas, 1971.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 31
Juan Antonio Vilar
18
ROFMAN, ALEJANDRO B. y ROMERO, LUIS ALBERTO, Sistema socioeconómico y estructura
regional en la Argentina, p. 150, Buenos Aires, Amorrortu, 1973.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 32
Juan Antonio Vilar
19
TREBER, SALVADOR, La economía argentina. Análisis, diagnóstico y alternativas, p. 56, Buenos Aires,
Ed. Macchi, 1977.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 33
Juan Antonio Vilar
20
CAFASSO, JOSE, Balance de una década, en Polémica …etc., o. cit., Nº 90, p. 272.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 34
Juan Antonio Vilar
BIBLIOGRAFIA
IV - MODELO DESARROLLISTA o
2da. ETAPA DE SUSTITUCION DE IMPORTACIONES (1958-1975).
Síntesis esquemática.
IV – 1 - Contexto internacional.
Concluida la 2da. Guerra, el Poder Mundial se organizó con una estructura bipolar: el
capitalismo liderado por los Estados Unidos y el Socialismo, por la Unión Soviética. Fueron
sistemas antagónicos que pugnaron en una “guerra fría” por más de 4 décadas. Hubo un
permanente enfrentamiento en todos los aspectos (que era indirecto en los conflictos bélicos
que se producían), paralelo a una aterradora carrera armamentística (nuclear) que
amenazaba la existencia de la humanidad.
Europa occidental y Japón, recuperados de la destrucción de la guerra, volvieron a ser
potencias científicas, económicas e industriales.
El mundo capitalista adelantado, atravesó un largo ciclo de gran expansión económica,
interrumpido por una crisis estructural de 1973, que produjo cambos profundos en el
sistema productivo.
Simultáneamente, se produjo “el despertar de los pueblos”, es decir, un proceso de
descolonización de Africa, Asia y Oceanía, y los “movimientos de liberación nacional” en
Latinoamérica, que pretendió sacudir su situación semi-colonial. El mundo parecía avanzar
decididamente en ese sentido, con los triunfos de la Revolución China (encabezada por
Mao-tse-Tung, en 1949), de la Revolución Cubana (por Fidel Castro, 1959) y luego el
triunfo de los vietnamitas sobre el imperialismo norteamericano.
IV – 3 - Teoría de la Dependencia.
El fracaso de las políticas de desarrollo y el estancamiento de los países periféricos en la
década de los 60, puso en crisis las propias nociones de desarrollo y subdesarrollo y de su
teoría. La realidad mostraba que la brecha entre los países desarrollados y subdesarrollados,
se iba ensanchando y que los países del 3er. Mundo, eran cada vez más subdesarrollados.
Frente a este fracaso, distintos pensadores comenzaron a plantear la tesis de que la
especificidad histórica de la situación de subdesarrollo, nace precisamente de la relación
entre las sociedades periféricas y centrales. Surge así, el concepto de la Dependencia como
posible factor explicativo de la realidad.
Es necesario pues, plantear el atraso en términos de dependencia. Surge así, la Teoría de la
Dependencia con André Gunder Frank, Theotonio Dos Santos, Osvaldo Sunkel, Pedro Paz,
Fernando E. Cardoso y otros en América, Samir Amín en Egipto, etc. que hace explícito los
motivos del fracaso del desarrollo y desnuda los supuestos ideológicos de la
Modernización.
Entre las sociedades desarrolladas y las subdesarrolladas, no existe una simple diferencia
de etapa, sino de posición dentro de una estructura económica mundial, formulada en
términos de dominación, de hegemonía. El desarrollo de los países centrales, fue el
resultado de la formación, expansión y consolidación del sistema capitalista a nivel
mundial.
Desarrollo y subdesarrollo están en mutua dependencia, son dos caras de un mismo
proceso. Para que algunos países se desarrollen, otros deben sumirse en el subdesarrollo, el
atraso, la miseria. La dependencia supone una relación de subordinación de una comunidad
nacional respecto de otras, colocándolas en una situación de desventaja.
Theotonio Dos Santos, define la dependencia, como una situación condicionante, en la
que un cierto grupo de países, tiene condicionada su posibilidad de desarrollo, por la
expansión de otros. Esa situación condicionante, determina límites y posibilidades.
Los desarrollistas afirmaban que los países subdesarrollados padecen una división en
sociedades duales: una moderna, urbana e integrada; la otra, rural, atrasada y aislada que
constituye un obstáculo para la modernización.
La situación real es la contraria. Estas áreas rurales no han estado aisladas desde los
comienzos de la era mercantil-capitalista. Las regiones más atrasadas son, precisamente las
que han mantenido en el pasado los más estrechos lazos con las metrópolis, como por
ejemplo, Haití, los ex distritos mineros de Minas Gerais en Brasil o de México
(Guanajuato, Zacatecas), el altiplano peruano-boliviano, o las áreas de explotación agrícola
comercial para la exportación (Nordeste brasileño, países de América central).
Contribución al Conocimiento de la Realidad 37
Juan Antonio Vilar
IV – 4 - Condiciones internas.
Después de una década de populismo `estatista`, los sectores burgueses más encumbrados,
ligados al capital foráneo, buscaron retomar el control del Estado, restaurar las libertades
económicas a fin de lograr un genuino crecimiento del país.
Chocaron contra una fuerte oposición de las mayorías populares, perjudicadas con tales
políticas, dando lugar a un período de gran conflictividad político-social.
Las Fuerzas Armadas asumieron reiteradamente el control del Estado, por medio de golpes
militares, o indirectamente, presionando sobre el poder civil. Su propósito era contener a las
masas populares –peronistas-, defender el “Ser nacional” amenazado por el marxismo y
mantener a la Argentina en el “mundo occidental y cristiano”.
Predominaron los oficiales industrialistas, que adhirieron al desarrollismo.
La concepción del desarrollo, fue diferente en los gobiernos que existieron en este modelo.
Se manifestaron en dos etapas discontinuas:
a) Desarrollismo liberal: Gobiernos de Frondizi y de la “Revolución Argentina”.
El primero, fue el momento más típico del desarrollismo, que se apoyaba en las inversiones
extranjeras. Rápidamente se instalaron fábricas automotrices, petroquímicas y empresas
extractoras de petróleo.
Durante la `Revolución Argentina` numerosas empresas nacionales fueron vendidas a
capitalistas extranjeros, que acentuaron su predominio, en las principales ramas industriales
y financieras.
b) Desarrollismo dirigista: Gobiernos de Illia y peronistas.
Los radicales concebían el desarrollo, conducido por el Estado, en base a inversiones
generadas por el ahorro interno. El Estado proteccionista, debía reservarse el manejo de
algunos resortes considerados estratégicos de la economía: el petróleo y la energía atómica.
El peronismo, confiaba en los `empresarios nacionales` para romper con la dependencia,
pero éstos eran débiles o ya estaban ligados a las empresas multinacionales.
IV – 5 - Actores sociales.
El nuevo proceso industrializador argentino y las tendencias hegemónicas mundiales,
generaron cambios: un nuevo bloque de clases dominantes encuentra en la cúspide, a los
sectores industriales y financieros del capital multinacional, mientras que la burguesía
nacional, disminuye su importancia relativa.
Se da una interrelación entre los sectores industriales, financieros, comerciales y
agropecuarios, pero la hegemonía la detentan los dos primeros, sobretodo, los más
modernos y dinámicos, los más ligados con el capital monopólico transnacional.
El `empresariado nacional` sigue dependiendo de las prebendas del Estado, aunque
progresivamente va cediendo a las estrategias del capital multinacional, asociándose en
formas diversas: uso de licencias y patentes, `royalties` con pago de regalías.
Empiezan a tener alguna importancia, sectores `terciarios` de la sociedad: los ejecutivos,
administradores, técnicos, profesionales de las empresas.
También irrumpen vigorosamente en la escena, los sectores juveniles y la mujer.
A fines del modelo, se advierte una fuerte caída de la clase media.
La clase obrera, sufrió un paulatino retroceso en su salario, pero siguió siendo un actor
político de relevancia. Simultáneamente, surgió una nueva dirigencia gremial, fortalecida
por el crecimiento industrial, que se alió al desarrollismo. Estos dirigentes –los nuevos ricos
de la Argentina-, trabaron buenas relaciones con el Poder (el gran capital nacional y
transnacional, las Fuerzas Armadas y la Iglesia), priorizando la defensa de sus intereses
sectoriales, políticos y personales, por los de los trabajadores que representaban.
Es indudable que la democracia burguesa en la Argentina, no funcionó, por lo menos,
durante un siglo. Y menos aún, en esta etapa. La ausencia o debilidad extrema de los
órganos representativos constitucionales, contrastó con la fuerte presencia política y
Contribución al Conocimiento de la Realidad 38
Juan Antonio Vilar
IV – 6 - Factor dinámico.
El modelo desarrollista, tiene como eje, el mercado interno. Si durante la 1ra. etapa
sustitutiva de importaciones, la industria liviana cubrió la demanda interna de productos de
consumo directo y masivo, en la 2da. etapa, son las industrias “de base” que satisfacen las
demandas de productos durables, más sofisticados, destinados a los sectores altos y medio
altos de la sociedad. El producto más típico, es el automóvil; también el televisor, el
radiogravador, etc.
Las empresas multinacionales, tienen una fuerte presencia. Sus actividades industriales y
financieras, fueron dominando el circuito económico más rentable.
IV - 9 - Vulnerabilidad y límites.
Ni la tecnificación de las actividades rurales, ni la instalación de las nuevas industrias
básicas, alcanzaron para asegurar un crecimiento sostenido. El problema fundamental del
país, seguía siendo su estructura económico-productiva “altamente desequilibrada”, que
ahora se agravaba por una dependencia cada vez, mayor.
Los recursos fiscales eran siempre escasos y los déficits se cubrían apelando a un mayor
endeudamiento externo.
La debilidad del sector externo, era crónica: la balanza comercial arrojaba generalmente,
saldos negativos; más deficitaria era aún, la balanza de pagos.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 40
Juan Antonio Vilar
IV – 10 - Agotamiento y fin.
El capital transnacional aprovechó una oportunidad de inversión sin riesgos y rápidas
ganancias y provocó una “burbuja” de crecimiento. Explotó cuando estalló la crisis
energética de 1973, y con ella, la crisis del modelo “fondista-keynesiano” en los países
adelantados.
………………………………………………………………
21
ACUÑA, MARCELO LUIS, De Frondizi a Alfonsín: la tradición política del Radicalismo, t. 1, p. 120,
Buenos Aires, Centro Editor de América Latina, 1984.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 44
Juan Antonio Vilar
22
ROUQUIE, ALAIN, Poder militar y Sociedad política en la Argentina, t. II. 1943-1973, p. 120, Buenos
Aires, Emecé, 1982.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 46
Juan Antonio Vilar
23
GARCIA, ALICIA S. y RODRIGUEZ MOLAS, RICARDO, Textos y documentos. El autoritarismo y los
argentinos. La horade la espada y del balcón/5, (1946-1964), pp. 530-543, Buenos Aires, Centro Editor de
América Latina, 1989.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 48
Juan Antonio Vilar
En sus Objetivos, prometieron “Asumir con decisión irrevocable, por propia y libre
determinación, conforme a sus orígenes y destino, el compromiso de participar en la
defensa del mundo libre occidental y cristiano.”24
La Junta se atribuyó “la representación de todo el pueblo de la República”, plenas
facultades políticas, legislativas y constituyentes. La Constitución Nacional, quedó
subordinada a los “Fines” y “Estatuto” revolucionarios.
El golpe militar, tuvo un amplio consenso. Lo apoyaron con entusiasmo el peronismo, el
nacionalismo, el frondizismo, la banca extranjera, la UIA., la CGE., la Sociedad Rural, el
capital multinacional, el sindicalismo peronista, la Iglesia, la `prensa grande`, y…hasta
Perón desde Madrid y Braden desde los EE.UU.
IV – 11 d. 2 - El movimiento obrero.
El sindicalismo peronista apoyó fervorosamente el golpe militar, confiando que le sería
favorable y atendería sus reclamos. Pronto advirtieron su engaño. La conducción
24
VERBITSKY, HORACIO, Op. cit., pp. 98-110.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 49
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IV – 11 d. 3 - La respuesta social.
La dictadura se empeñó en imponer un orden moral católico reaccionario, en momentos
de cambios, por la irrupción de la juventud como un actor destacado, que rompe con los
moldes antiguos y de la mujer, que avanza en su lucha por la igualdad. Hay censura oficial
en las distintas manifestaciones de la cultura. Lo nuevo, es sospechoso y censurado: el pelo
largo y la barba en los varones, la minifalda o el pantalón en las mujeres, el beso en lugares
públicos, la mayor libertad sexual, etc.
La juventud se politiza como nunca y ocupa un lugar destacado en la lucha contra un
régimen opresor y sometido al capital extranjero. Pero también gruesos sectores de la
sociedad se radicaliza políticamente y se torna rebelde. No es sólo la lucha contra la
dictadura o por reivindicaciones laborales, sino que es política: el objetivo de máxima, es
derrotar a “la oligarquía y el imperialismo”, lograr “un cambio de estructuras” y por “la
liberación nacional y social”. Esta lucha, se superpone con otra que tiene como objetivo
lograr el “retorno de Perón” y que le da un ancho apoyo popular.
Gran parte de la sociedad, venciendo el temor a la feroz represión, se lanzó a combatir en
las calles, lugares de trabajo y de estudio, o a través de la palabra y la pluma.
Tres vertientes ideológico-políticas confluyeron y bregaron unidos en la práctica:
a) El peronismo combativo, encabezado por la CGT de los Argentinos y la CGT de
Córdoba.
b) El cristianismo revolucionario.
c) La izquierda independiente.
IV – 11 d. 4 - La Iglesia renovada.
El Papa Juan XXIII inició la renovación de la Iglesia, alejándola de su tradicional alianza
con los sectores privilegiados y poderosos, para inclinarla en “la opción por los pobres”.
Sancionó la Encíclica Mater et Magistra en 1961, que buscaba orientar “la cuestión social
en forma más en consonancia con nuestro tiempo”.
Reunió el Concilio Vaticano II, donde los obispos conservadores, fueron superados por los
renovadores, numerosos en el 3er. Mundo.
25
Raimundo Ongaro, era un peronista social-cristiano, de gran honestidad y valentía. En marzo de 1969,
declaró: “La clase trabajadora tiene como misión histórica, la destrucción, hasta sus cimientos, del sistema
capitalista de producción y distribución de bienes”.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 51
Juan Antonio Vilar
Su sucesor, Paulo VI, continuó esa línea. Sancionó la Encíclica Popolorum Progressio en
1968, donde clamaba contra las injusticias sociales, los abusos de los poderosos y “el
imperialismo del dinero”.
Muchos obispos, sacerdotes y laicos de Latinoamérica, adhirieron al llamado de la Iglesia.
Un jalón inicial, fue la Conferencia Episcopal Latinoamericana de Medellín –CELAM- de
1968. Figura relevante fue el obispo de Recife (Brasil) Helder Cámara.
En Argentina, pocos pero muy destacados obispos adhirieron a la renovación, comenzando
con Jerónimo Podestá –que dejó los hábitos-, y los obispos de Goya: Alberto Devoto, de
Sáenz Peña: Italo Di Stéfano, de Neuquén: Jaime de Nevares, de Viedma: Miguel Hesayne
y de La Rioja: Enrique Angelelli.
En mayo de 1968, 21 sacerdotes se reunieron en Córdoba originando el Movimiento de
Sacerdotes para el Tercer Mundo. El compromiso social de este Movimiento, fue creciendo
rápidamente, lo mismo que el número de sacerdotes y la adhesión de los laicos. Sus
pronunciamientos fueron claros. Entre ellos, asumieron su posición en relación a un tema
candente: la violencia. Advirtieron:
“. . . se evite por todos los medios equiparar o confundir la violencia injusta
de los opresores que sostienen este nefasto sistema, con la justa violencia de los
oprimidos, que se ven obligados a recurrir a ella, para lograr su liberación.”26
En el 2do. Congreso del año siguiente, 80 sacerdotes reconocieron la raigambre popular
del peronismo, rechazaron al sistema capitalista, el imperialismo económico, político y
cultural y se pronunciaron a favor de un cambio radical de estructuras, por el socialismo,
mediante la socialización de los medios de producción.
Una importante expresión de esta tendencia, fue la revista “Cristianismo y Revolución”
dirigida por Juan García Elorrio.
IV - 11 d. 5 - La Izquierda.
El principal objetivo de la dictadura de Onganía, fue eliminar “la infiltración marxista” y
defender al mundo occidental y cristiano. En 1969 el déspota consagró a la Argentina, “al
Corazón Inmaculado de María”.
El 25 / 8 / 67 dictó la Ley 17.401, que imponía severas penas a personas que “con
indudable motivación ideológica comunista”, realizaren actividades proselitistas,
perturbadoras del orden público, tengan centros de adoctrinamiento y propaganda; los
excluye de ocupar empleos en el Estado, ejercer la docencia, tener emisoras de radio y
televisión, imprentas o editoriales, prohibiendo las publicaciones “consideradas
comunistas”.
La `cruzada` contra el comunismo, había comenzado con `la noche de los bastones
largos`.Pero el activismo radicalizado estudiantil, no decreció, cobrándose una víctima
temprana con Santiago Pampillón en Córdoba. Esta ciudad, fue el centro de oposición más
radicalizado obrero-estudiantil, del país.
Desde posiciones socialistas y marxistas, se sumaron a la lucha social, estudiantes,
docentes, profesionales, intelectuales, artistas y trabajadores (Luz y Fuerza, SMATA. y el
sindicalismo clasista de SITRAC. y SITRAM., todos de Córdoba).
En 1969 el descontento social era incontenible: paros, actos, manifestaciones, refriegas
con muertos, heridos y detenidos se multiplicaron en casi todo el país. Y explotó con furia
el 29 de mayo en el Cordobazo, gigantesca manifestación de repudio a la autocracia militar
(saldo: 14 muertos, 100 heridos y muchísimos detenidos). Fue el estallido social más
importante de la época, de obreros y estudiantes, con gran apoyo de la clase media. El
onganiato quedó herido de muerte.
26
DEPARTAMENTO DE HISTORIA DEL CENTRO EDITOR DE AMERICA LATINA, Diez años de
Polémica. 1962-1972: los hechos, los hombres, Nº 13, p. 77, Buenos Aires, CEAL, 1972.
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Juan Antonio Vilar
IV – 11 d. 6 - La Guerrilla.
Desde el gobierno de Frondizi, habían aparecido, de manera aislada, pequeños grupos
guerrilleros, que fueron rápidamente desarticulados. Durante el onganiato se multiplicaron y
su accionar recrudeció, mediante atentados a símbolos del poder económico, secuestros
extorsivos, eliminación de represores y de ´traidores´, detención de camiones cargados de
mercaderías y su inmediato reparto en las villas, etc.
Se organizaron células guerrilleras; las más importantes fueron las Fuerzas Armadas
Rebeldes (FAR., guevaristas), las Fuerzas Armadas Peronistas (FAP), Montoneros
(peronista que terminaría absorbiendo a las demás) y el Ejército Revolucionario del Pueblo
(ERP, trotzkista).
En septiembre del ´68 surgió una guerrilla rural en Taco Ralo, organizada por Envar El
Kadri. Inmediatamente llegaron a Tucumán para reprimirla, los “boinas verdes” (cuerpo de
lucha antiguerrillera de los Estados Unidos).
En junio del año siguiente, explotaron bombas sincronizadamente, en 13 supermercados
Mínimax (propiedad de los Rockefeller) quedando destruidos. En ese mes, Vandor murió
víctima de un audaz atentado hecho por desconocidos, en plena sede sindical.
El 25 / 5 / 70, el general Aramburu fue secuestrado por un grupo de jóvenes: era el primer
núcleo de Montoneros, que lo `juzgaron`, condenaron y ejecutaron.
Fue el final del autócrata (posiblemente cómplice de ese asesinato). La Junta Militar
reasumió el mando el 8 de junio; designó nuevo presidente al General Roberto M.
Levingston, quien asumió diez días después.
27
DI TELLA, GUIDO, Perón – Perón. 1973-1976, p. 103, Buenos Aires, Hyspamérica, 1986.
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Juan Antonio Vilar
28
Ibídem, p. 111.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 56
Juan Antonio Vilar
recrimina “a esos irresponsables, sean empresarios o sindicalistas” por no cumplir con los
acuerdos.
El 21 / 11 / 73 se produce el 1er. atentado reconocido por la Triple AAA, contra el senador
radical y defensor de presos políticos, Hipólito Solari Yrigoyen. Comenzó el accionar de la
Alianza Anticomunista Argentina, un grupo `parapolicial` de la ultraderecha que gozó de
total impunidad, puesto que sus crímenes nunca fueron investigados ni condenados. Fue el
brazo armado del Ministro de Bienestar Social, López Rega dirigido por los Comisarios
Alberto Villar y Rodolfo Almirón, que cometió miles de crímenes horrendos de opositores
políticos en dos años. La Triple A persiguió y asesinó a personalidades de la política, la
cultura, del trabajo, de la iglesia, militantes sociales, etc.; entre ellos, el diputado Rodolfo
Ortega Peña, el padre Carlos Mugica, el ideólogo marxista Silvio Frondizi, el abogado
defensor de presos políticos Alfredo Curuchet, el gremialista y ex gobernador de Córdoba,
Atilio López, el sobreviviente de la masacre de José León Suárez, Julio Troxler y muchos
más.
La ofensiva contra los gobernadores vinculados con `la tendencia` se acrecentó. Una
insólita acusación de Perón contra el gobernador Oscar Bidegain de Buenos Aires, ocasionó
su renuncia.
El 27 / 2 / 74 se produce el “Navarrazo”. El jefe de policía de Córdoba se insubordinó
contra el gobernador Obregón Cano y el vice, Atilio López y los puso presos. El P.E.
Nacional, avaló este grave atentado institucional, enviando la Intervención a la provincia.
En el acto del 1ro. de Mayo, Perón trató de “estúpidos” e “imberbes” a los jóvenes de la
JP (un año antes, eran “la juventud maravillosa”) elogiando a la burocracia sindical.
En estas circunstancias dramáticas, murió Perón el 1 / 7 / 74.
29
Ibídem, pp. 125 – 127.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 57
Juan Antonio Vilar
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BIBLIOGRAFIA
V – 1 - Situación Internacional.
La crisis energética de 1973 cerró un largo ciclo de expansión y auge de los países
capitalistas más adelantados. El Estado de Bienestar –o Estado Social-, entró en crisis.
El exitoso modelo de producción fordista-keynesiano, quedó desplazado por la
‘Revolución Tecnológica’, un nuevo y extraordinario desarrollo científico y técnico. La
electrónica, la informática, Internet, la robótica, la microfísica, la ingeniería genética, los
nuevos materiales, la comunicación satelital, -¡las armas ‘inteligentes’!- etc., originaron
nuevas formas de organización de la producción, mucho más eficiente, que ha cambiado
sensiblemente la vida y las relaciones entre los pueblos.
El hecho histórico más trascendente, fue la “implosión” del Socialismo ‘real’, producido
entre los años 1989 y 1991.
El capitalismo logró imponerse como sistema único y universal. Las economías ‘cerradas’
y planificadas del socialismo, desaparecieron barridas por la superioridad capitalista.
El MERCADO ocuparía, en forma excluyente, el centro del escenario. La defensa de la
libre empresa, la liberalización comercial y financiera y el derecho absoluto a la propiedad
privada, con la eliminación del ‘estatismo’, serían los mecanismos más idóneos para lograr
el progreso material, científico y técnico, que multiplicaría la riqueza, para beneficiar a toda
la humanidad.
En realidad, este prodigioso aumento de bienes y servicios obtenido, sólo ha beneficiado a
unos pocos países y ha enriquecido fabulosamente a unas cuantas empresas y personas.
Pero los beneficios no han llegado a la inmensa mayoría de los pueblos ni de sus habitantes.
Sin ningún adversario, el capitalismo se ha vuelto “salvaje” y de superconcentración del
capital. Las corporaciones transnacionales gigantes, que han logrado una acumulación
colosal, dominan el mundo. La brecha entre los pueblos y las personas, se agiganta. Este
capital concentrado (industrial y financiero), constituye el verdadero Poder Mundial y los
Estados, son sus instrumentos político-militares.
El Poder impone su discurso hegemónico, excluyente, sin alternativas, su “pensamiento
único”, superior, de la preeminencia de las libertades individuales, del “homo
oeconómicus” constructor de su futuro y la libertad de mercado, como valor absoluto.
Las grandes potencias, han constituido el Grupo de los 7 (EE.UU, Alemania, Japón,
Francia, Italia, Reino Unido y Canadá) y sus Jefes de Estado se reúnen para determinar las
principales cuestiones mundiales, mientras que en Davos, sus Ministros de Finanzas y
Encargados del Tesoro, analizan la marcha de la economía y resuelven sus estrategias.
Con la caída del ‘comunismo’, los EE.UU. han encontrado un nuevo enemigo mortal: el
terrorismo y el narcotráfico. Ha desencadenado una ‘guerra preventiva’ mediante un
terrorismo sin igual en la historia. Su lucha, es la del Bien (los norteamericanos) contra el
Mal (quienes no le obedecen y no se le someten). Encontraron que hay un Eje del Mal (Irak,
Irán y Corea del Norte) y le siguen en la lista negra: Cuba, Venezuela, Siria, Bolivia. . .
El objetivo de esta guerra, es imponer definitivamente la hegemonía mundial de los EE.UU
y apoderarse de los recursos naturales estratégicos: el petróleo, el agua, la tierra, la
biodiversidad . . .
V – 3 - La situación interna.
Al prolongado “empate social” le pone fin el Proceso Militar. Después de 18 años de
proscripciones, de permanente inestabilidad política, de alternancia de gobiernos civiles y
militares en que ningún proyecto político-económico logra imponerse, las FF.AA. quiebran
ese empate e inclinan la balanza a favor del capital concentrado, apelando al “Terrorismo de
Estado” y que los gobiernos democráticos que le sucedieron, se encargaron de consolidar.
El Proceso Militar creó las condiciones necesarias, para que el peronismo Menemista
realizara los “cambios estructurales” de la Argentina Neoliberal.
El Proceso eliminó los obstáculos que se oponían a su objetivo: el populismo, el estatismo,
el industrialismo desarrollista, aterrorizando a la población y disciplinándola.
El fracaso del gobierno democrático que le sucedió, en su débil intento de revertir el
rumbo, desembocó en un descalabro mayúsculo –un ‘golpe de mercado’- que tuvo un efecto
más demoledor aún, de disciplinamiento social. La crisis del Estado era ‘terminal’. Su
reforma resultaba inevitable. Como en todo el mundo, a la Argentina le había llegado la
hora del ‘Mercado’.
Casi toda la sociedad y especialmente el peronismo, que durante medio siglo habían
defendido firmemente el ‘dirigismo’ estatal y las empresas públicas, ahora aceptaban la
economía libre de mercado y las privatizaciones, como la gran solución.
El peronismo, completaba su ciclo. Perón fundó el Estado de Bienestar, Menem lo
destruyó; Perón hizo sancionar los principales derechos del trabajo, Menem los anuló con la
flexibilización laboral; Perón saldó la deuda externa, Menem la aumentó a límites
insoportables.
La primera etapa de la experiencia neoliberal, culminó con un fracaso estrepitoso y los
estallidos sociales del 2001. La recuperación posterior –que estamos viviendo y obedece a
factores externos- no han cambiado la esencia del sistema.
V – 4 - El factor dinámico.
La fuerza dinámica del modelo neoliberal, lo da la valorización financiera lograda
mediante las privatizaciones de empresas públicas y la especulación.
Casi todo el patrimonio social argentino, pasó a manos de empresas privadas, generándole
grandes ganancias.
Simultáneamente, los principales negocios se han hecho –y se hacen- especulando de
diversas maneras: durante el Proceso Militar, con los ‘plazos fijos’, las mesas de dinero y la
‘estatización’ de la deuda privada; con Alfonsín, con la ‘Promoción industrial’ y los bonos
del Estado; con Menem-Cavallo, con los negociados de las privatizaciones y el colosal
endeudamiento; con De la Rúa-Cavallo, con el ‘megacanje’; con Duhalde, con la nueva
licuación de pasivos y, a la salida de la convertibilidad, una nueva transferencia de ingresos
a favor del capital; y con Kirchner, con la renegociación de la deuda y la emisión de
nuevos bonos.
En los últimos años, la locomotora de la economía mundial es la China, que viene
creciendo de una manera impresionante (también la India). China demanda gigantescas
cantidades de materia prima (y exporta bienes industrializados). Argentina ha entrado en
una nueva etapa agroexportadora donde reina la soja (también otros granos y aceites). La
rentabilidad de las semilleros que venden todo el ‘paquete’ de producción (Monsanto), de
Contribución al Conocimiento de la Realidad 61
Juan Antonio Vilar
los propietarios y de las empresas agropecuarias (los pools de siembra) y los exportadores,
es enorme y el Estado obtiene importantes recursos con las retenciones a las exportaciones.
V – 7 - La Sociedad.
A las nuevas generaciones, que sólo han conocido este mundo neoliberal globalizado, han
naturalizado sus características individualistas y de una espantosa inseguridad, les resulta
extraña la Argentina vivida por sus padres y abuelos (cuando se tenía abierta la puerta de
calle). Las seguridades y certezas que brindaba el Estado Benefactor -con sus
limitaciones y deficiencias-, han quedado en el recuerdo de los mayores.
Los tradicionales lazos de solidaridad de aquella sociedad, han sido reemplazados por un
individualismo pragmático. Hoy es importante alcanzar el éxito, la fama y el dinero,
logrado por cualquier medio. Que ese éxito sea visible; ser rico y famoso y mostrarse por
los medios de comunicación. Toda una cultura menemista de ignorancia y farandulismo.
Los otros –la gran mayoría- son unos fracasados. Hasta sobran.
Este capitalismo globalizado, es una fábrica de pobres. Y los sumergidos, tratan de
salvarse y sobrevivir. Si no lo logran a través de la política, el deporte, del arte o de un
golpe de suerte, para muchos, el camino que les queda, es el delito, la prostitución o las
drogas.
La Argentina, durante más de un siglo, fue un país algo homogéneo, con un perfil
relativamente igualitario, que tuvo el más alto nivel de vida de América Latina, con una
sociedad en ascenso, una industria y servicios aceptables, tasas bajas de desocupación, de
analfabetismo o de mortalidad infantil, un sistema educativo eficiente, así como
profesionales, técnicos e investigadores de relieve, un sistema de seguridad social
funcionando; todo eso se derrumbó en la fatídica década del 90, con una sociedad
desintegrada y empobrecida.
Se pueden señalar pruebas en contrario, por ejemplo, las fábricas recuperadas por sus
trabajadores, los primeros piquetes, o algunas organizaciones sociales y barriales, pero no
dejan de ser excepciones.
Las tasas de desocupación y pobreza, alcanzaron niveles desconocidos. A la pobreza
crónica, se le sumaron los nuevos pobres, provenientes de una clase media que se hundía y
una clase obrera que perdía su trabajo. Y mientras esto sucedía durante la “fiesta
menemista” algunos cuantos se enriquecían fabulosamente.
V – 9 – Síntesis histórica.
Los jefes golpistas emitieron varios documentos, donde señalaban las causas de su
levantamiento, sus objetivos básicos y las primeras medidas.
Entre sus principales objetivos, enumeraban: “2) Vigencia de los valores de la moral
cristiana, de la tradición nacional y de la dignidad del ser argentino. 3) Vigencia de la
seguridad nacional, erradicando la subversión y las causas que favorecen su existencia.”
En un Acta, disponían la caducidad de todas las autoridades ejecutivas y legislativas
nacionales, provinciales y municipales, de la Suprema Corte de Justicia, del Procurador y de
los Tribunales Superiores Provinciales.
Además, suspendieron toda actividad política y gremial.30
La Junta Militar dividió el poder en 3 partes iguales: el 33 % para cada una de las Fuerzas
y nombró Presidente por 5 años, al general Videla.
30
VERBITSKY, HORACIO, Op. cit., 142 á 149.
31
La ideología de la seguridad nacional, fue elaborada por el Pentágono norteamericano, para defender “al
mundo occidental y cristiano” amenazado por “la subversión marxista internacional”. Fue enseñada en la
Escuela de las Américas –ubicada en la zona norteamericana del canal de Panamá- donde se adiestraron más
de 40.000 oficiales latinoamericanos (3.676 argentinos) en los Cursos de Guerra Contrarrevolucionaria.
Muchos de estos militares participaron activamente en los golpes de estado que sufrió Latinoamérica en las
décadas de los 60 y 70.
Sostenía que el marxismo, el comunismo era el mal absoluto, que se había ‘infiltrado’ en Latinoamérica y que
era necesario destruirlo por cualquier medio. Había que levantar “las fronteras ideológicas” porque el enemigo
era interno, estaba dentro del territorio.
Tomaron las prácticas de los militares franceses –veteranos de la guerra contra vietnamitas y argelinos-, de
sospechar que todo civil era potencial enemigo, o podía saber algo de la insurrección y, por lo tanto merecía
ser torturado –sin cargo de conciencia-, hasta que confesara su ‘delito’ o diera información del enemigo.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 64
Juan Antonio Vilar
La Junta Militar dispuso la reforma del Código Penal, introduciendo la pena de muerte.
Sin embargo, nadie fue sometido a juicio sumario y fusilado; la matanza fue simulada o
clandestina. Se han identificado –con nombre y apellido- a alrededor de 11.000
desaparecidos, aunque se estiman en 30.000.
Dirigentes Montoneros afirman que sus combatientes sumaban unos 3 ó 4 mil, mientras
que las otras organizaciones guerrilleras como el ERP, ya habían sido aniquiladas.
En consecuencia, la gran mayoría de los desaparecidos no eran “terroristas subversivos”
sino militantes político-sociales, que luchaban contra las injusticias del régimen y a favor de
una liberación nacional y social. La tercera parte, eran obreros, muchos estudiantes, también
periodistas, docentes, abogados, psicólogos, religiosos, etc., casi todos jóvenes.
La sociedad –en general- adoptó una actitud pasiva, y en buena medida, fue cómplice de
esta carnicería (por acción u omisión). La Jerarquía eclesiástica, encabezada por el Capellán
General y Arzobispo de Paraná, Adolfo Servando Tortolo, estimuló el terrorismo de Estado,
bendijo las armas asesinas y tranquilizó las conciencias alteradas. Mientras tanto, eran
asesinados los obispos de La Rioja, Enrique Angelelli, de San Nicolás Carlos Ponce de
León (en cierto sentido, también el de Santa Fe, Vicente Zazpe), los curas Palotinos, las
monjas francesas y miles de laicos católicos.
En los actos de tortura, participaban médicos y sacerdotes. Para el reparto del botín de
guerra, existieron estudios jurídicos y contables que legitimaban el despojo. Alguno de
ellos, llegó a ser después, ministro de Menem.
Casi todos los golpes militares habidos en América Latina y el Caribe, fueron proyectados,
promovidos, financiados o apoyados por los EE.UU. El presidente James Carter, en 1977
introdujo cambios en su política exterior en relación con la defensa de los “derechos
humanos”. Carter presionó a los dictadores militares, suspendiéndoles la ayuda militar.
En Europa occidental tenían amplia difusión las denuncias de la matanza, por parte de los
exiliados, familiares de las víctimas y organizaciones solidarias.
Las denuncias llegaron hasta la OEA (Organización de Estados Americanos) Su Comisión
Interamericana de Derechos Humanos nombró una comisión que visitó el país en 1979, para
recabar información. Luego redactó un severo Informe sobre las múltiples violaciones a los
derechos humanos, cuya circulación en el país, fue prohibida.
En 1980 las FF.AA. sufrieron otro duro golpe, cuando le fue conferido el Premio Nóbel de
la Paz, al arquitecto Adolfo Pérez Esquivel, víctima de los dictadores y miembro del
Servicio de Paz y Justicia. Era una de las organizaciones defensoras de los derechos
humanos, junto con la Asamblea Permanente de Derechos Humanos, el CELS –Centro de
Estudios Legales y Sociales-, la Liga Argentina por los Derechos del Hombre, los
Familiares de víctimas por Razones Políticas, y sobretodo, desde abril de 1977, las Madres
de Plaza de Mayo que reclamaron valiente y tenazmente, por la aparición con vida de sus
hijos secuestrados.
V – 9 c. - Política económica.
Entendemos que este terrorismo de Estado, tuvo como finalidad, disciplinar la sociedad
para “refundar la Nación sobre nuevas bases políticas, económicas y sociales”. Se propuso
‘erradicar la subversión’, terminar con la feroz puja distributiva eliminando las causas que
la generaban, es decir, el estatismo (que atenta contra las libertades), el populismo (de
tendencia socializante), el distribucionismo (que es inflacionario y divide a la sociedad) y el
desarrollismo (un modelo industrialista artificial e ineficiente).
La Junta Militar se ocupó de elaborar un proyecto de reforma integral, pero nunca fue
aplicado. Simultáneamente, el Programa económico de Martínez de Hoz, pese a algunas
resistencias internas, fue firmemente sostenido durante los 5 años que duró su gestión,
durante la presidencia de Videla. Por su trascendencia, creemos que la única política del
Proceso Militar, fue la política económica de Martínez de Hoz.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 65
Juan Antonio Vilar
Cabe destacar, que estas reformas económicas, tuvieron un amplio apoyo de los
organismos financieros multilaterales, puesto que rápidamente otorgaron créditos por un
total de 2.000 millones de dólares al gobierno militar (y después, muchos más).
Martínez de Hoz, pertenece a una tradicional familia de la ‘clase alta’, que gozaba de un
total respaldo del ‘establishment’ y de la confianza de los hombres de negocios y banqueros
internacionales.
En su mensaje dado el 2 /4 / 76, anunció las bases de su programa, signada por el
comienzo de una época que terminaría con el estatismo. Sus principios rectores, fueron “la
apertura de la economía”, la función subsidiaria (¿?) del Estado y el libre desenvolvimiento
de la iniciativa privada. Sus objetivos eran la modernización de la actividad productiva,
asentada sobre bases sanas, con empresas competitivas y con máximas garantías para las
inversiones extranjeras. Perseguía eliminar la inflación (y lograr una moneda sana), el
déficit fiscal (‘racionalización’ administrativa: Ley de Prescindibilidad) y de las empresas
públicas (privatizaciones); la reducción del gasto público, eliminar la distorsión de precios y
la sobrevaluación de la moneda (llegar a un tipo de cambio único y libre). Casi nada de esto
sucedió, sino todo lo contrario, pero eso no significa que haya fracasado en su objetivo de
introducir reformas liberales de fondo, que se tornaran irreversibles. También anunció la
promoción de las inversiones extranjeras y la libre contratación entre empresarios y obreros.
Sus primeras medidas fueron:
- Anulación de derechos laborales, como el de la huelga, congelamiento de sueldos y
salarios y eliminación del control de precios; producto de una elevada inflación, el salario
real cayó rápidamente un 30 %, que se mantuvo con variantes, durante todo el gobierno
militar.
- Apertura de los mercados con substancial reducción de aranceles de importación, que
arrasó con gran parte de la industria nacional.
- Sanción de la Reforma Financiera de 1977, liberando las tasas de interés, de la asignación
de créditos por las entidades financieras, garantizadas por el Estado (aún hoy, está vigente).
- Sanción de la “pauta cambiaria” en 1978 que fijaba el tipo de cambio, devaluando el peso
con relación al dólar, pero a un ritmo muy inferior a la inflación.
Con el propósito de formar un mercado de capitales, Martínez de Hoz había emitido títulos
de ‘valores ajustables’ y luego, las ‘letras de tesorería’ que alentaron una gran
especulación. Fueron el comienzo de un frenesí especulativo gigante, con los ‘plazos fijos’
que tenían altísimas tasas de interés, mientras el dólar apenas se revaluaba (pauta cambiaria)
y la inflación era galopante. Como el Estado garantizaba estas operaciones, tuvo que
endeudarse fuertemente para obtener divisas, puesto que las exportaciones estaban lejos de
cubrir con la demanda de dólares.
El dólar barato, brindó un pasajero bienestar a algunos sectores de la sociedad (clase
media y alta). Con la “plata dulce” se podían adquirir infinidad de electrodomésticos
novedosos muchos productos importados o que se traían del exterior. O también, veranear
en las playas del Brasil (o de Miami), a muy bajo costo.
El sistema entra en crisis en 1980, año en que se dispone la liquidación del Banco de
Intercambio Regional (BIR), el mayor banco privado y otros 4 bancos más. La situación se
hizo tan grave, que Martínez de Hoz, tuvo que devaluar el peso de manera acelerada. Y
dejaba a su sucesor, un peso aún sobrevaluado, un gran endeudamiento e inflación.
La apertura de los mercados, hizo desaparecer a muchísimas empresas nacionales,
principalmente de la pequeña y mediana industria. Entre 1974 y 1985 cerraron 18.000
fábricas y quedaron sin trabajo, 200.000 obreros. Quebraron también algunas empresas
grandes como los grupos Oddone, Grecco y Sasetru (haciéndose cargo el Estado de ellos,
así como del BIR).
El PBI industrial de 1983, fue inferior al de 1974. Se favoreció un proceso concentrador y
algunos sectores de producción de bienes intermedios (cemento, petroquímica, pasta
Contribución al Conocimiento de la Realidad 66
Juan Antonio Vilar
celulósica, aluminio, acero) fueron beneficiados, así como contratistas del Estado, con la
ejecución de obras públicas ‘faraónicas’ (autopistas, estadios de fútbol para el Mundial ’78).
También hubo promoción industrial para regiones poco desarrolladas; por ejemplo, Tierra
del Fuego para sus productos electrónicos.
Con los cambios introducidos, “… en el centro del proceso económico se instala un nuevo
‘bloque social’ constituido por capitales nacionales y extranjeros: los grupos económicos y
las empresas transnacionales diversificadas y/o integradas.”32
Entre los grandes grupos económicos nacionales, están: Pérez Companc, Garovaglio y
Zorraquín, Macri: SOCMA, Bulgheroni: Bridas, Fortabat: Loma Negra, Soldati: Sociedad
Comercial del Plata, Gruneisen: Astra, Blaquier: Ledesma, Celulosa Argentina, Madanes:
Aluar, Enrique M. Pescarmona: IMPSA y las transnacionales: Bunge y Born, Roca: Techint
Siemens, Brown Boveri, Renault y los grandes bancos como el Citi Bank.
La productividad mejoró sin una substancial renovación tecnológica; con menos obreros y
salarios inferiores, el “… excedente captado por el empresariado industrial en su conjunto,
se incrementó, en el decenio, en un 69 %”.33 Esto significó una formidable transferencia de
ingresos a favor del empresariado y en detrimento de los trabajadores.
Las mayores ganancias (especialmente especulativas), no se tradujeron en un aumento de
las inversiones, sino en una mayor fuga de capitales al exterior, que entre 1979 y 1981
totalizaron más de 20.000 millones de dólares.
Martínez de Hoz se trazó una política general de privatizaciones de empresas públicas,
con resultado negativo. Quiso privatizar a cualquier precio. Transfirió 120 empresas
productivas y comerciales de poca importancia. Vendió 1400 inmuebles fiscales, pero
compró la obsoleta empresa CIADE (Compañía Italo Argentina de Electricidad, en donde el
ministro, había sido funcionario). El precio pagado por la CIADE, superaba todo lo
recaudado por las ventas de empresas e inmuebles.
Otra novedad fue la venta de granos realizadas a la Unión Soviética. Con motivo del
embargo cerealero hecho por los EE.UU. contra la Unión Soviética por la invasión a
Afganistán, la Argentina no acató el embargo y le vendió millones de toneladas de granos.
Llama la atención que estos ‘cruzados’ contra el comunismo, hicieran semejantes negocios.
¡Por mucho menos, estos mismos militares condenaron a Illia por venderle granos a China!
Pese a algunos fracasos, el gobierno militar había logrado su objetivo de introducir
reformas económicas que fueran irreversibles. El liberalismo económico, no fue producto
del triunfo de un sistema superior, sino de una política impuesta por el terror.
V – 9 ch.– Gobiernos de los generales Roberto E Viola y Leopoldo F. Galtieri (1981 -1982)
En marzo de 1981, el general Viola sucedió al general Videla. La sobre valuación del
peso se hizo insostenible y comenzó una acelerada devaluación. El nuevo Ministro de
Economía, Lorenzo Sigaut realizó dos grandes devaluaciones, debido a que su consejo: “El
que apuesta al dólar pierde…” fueron desoídos por los especuladores que siguieron
comprando dólares y ganaron.
Durante esta gestión, el Banco Central comenzó con los regímenes sobre “seguros de
cambios” para favorecer a los deudores privados.
Aprovechando una leve apertura política, en el mes de julio, representantes de 5 partidos
políticos (Justicialista, UCR., UCRI., MID. y Demócrata Cristiano) formaron la
Multipartidaria, que se propuso trabajar por el retorno al estado de derecho.
En diciembre de 1981, el General Leopoldo Fortunato Galtieri, logró destituir a Viola y
ocupó la presidencia.
32
AZPIAZU, DANIEL, BASUALDO, EDUARDO M. y KHAVISSE, MIGUEL, El nuevo poder económico
en la Argentina de los años 80, p., Buenos Aires, Legasa, 1987.
33
Ibídem, p. 115.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 67
Juan Antonio Vilar
34
ARGENTINA 1983, publicación del Centro de Investigaciones Sociales sobre el Estado y la
Administración (CISEA) y el Centro Editor de América Latina, pp. 151 á 163, Buenos Aires, 1984.
35
Ibídem, pp. 440 á 442.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 68
Juan Antonio Vilar
V – 9 e. 1 – Política sindical.
La pretensión de terminar con los poderes corporativos, comenzó inmediatamente, cuando
el Ministro de Trabajo, Antonio Mucci, presentó un proyecto de Ley de “Reordenamiento
sindical”, por el que pretendía democratizar la vida sindical, mediante elecciones limpias
controladas por la Justicia electoral, reconociendo el derecho de representación de las
minorías en los gremios y sus comisiones internas. También buscaba separar las Obras
Sociales de los sindicatos (anulando el decreto sancionado por el dictador Onganía) y
eliminar las actividades de política partidaria de los gremios.
Diputados votó favorablemente el proyecto, pero la mayoría peronista del Senado. salió en
defensa de los privilegios del sindicalismo fraudulento y patotero y lo rechazó.
Esta fue una derrota muy temprana y dura del gobierno. Mucci renunció; lo reemplazó
Juan Manuel Casella quien inició su política de concertación, con el gremialismo. Negoció
con el “Grupo de los 15”, que integraban, entre otros, Jorge Triaca (sindicato del Plástico) y
Armando Cavalieri (sindicato de Comercio). Después, un integrante de este nucleamiento,
Carlos Alderete (sindicato de Luz y Fuerza), fue Ministro de Trabajo. Alfonsín retrocedió
en su confrontación con la corporación sindical y dispuso que las elecciones se realizaran,
aplicándose los estatutos internos. En septiembre de 1984 la CGT realizó el primer paro
general contra el gobierno y al mes siguiente, el Congreso sancionó una nueva Ley Nº
23.071 de Asociaciones Profesionales Gremiales, por la cual los sindicatos recuperaron el
manejo de las Obras Sociales.
Esta política de concertación y concesión, de nada le sirvió a Alfonsín, pues no logró
evitar que la CGT votara un nuevo “Plan de Lucha” y realizara 13 paros generales exitosos,
contra su política. El Secretario General, Saúl Ubaldini, del gremio cervecero, frente a la
parálisis del partido provocada por la inadmisible derrota, se convirtió en el máximo
Contribución al Conocimiento de la Realidad 69
Juan Antonio Vilar
36
RAPOPORT, MARIO, Historia económica, política y social de la Argentina (1880-2000), p. 909, Buenos
Aires, Ediciones Macchi, 2000.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 71
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37
Ibídem, p. 887.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 72
Juan Antonio Vilar
38
Declaraciones hechas por el ministro Roberto Dromi, ante la Comisión Bicameral de seguimiento de la
Reforma del Estado:
“… la Argentina real, la Argentina del presente. Ustedes saben con honestidad, que todos los pliegos tienen
una cláusula no escrita, que no hemos escrito por vergüenza, por vergüenza nacional, que es el grado de
dependencia que tiene nuestro país, que no tiene ni siquiera la independencia, ni siquiera dignidad para poder
vender lo que hay que vender.
Un país que no tiene disponibilidad de sus bienes, un país que está inhibido internacionalmente. A-rro-di-lla-
do a-ver-gon-za-da-men-te, nuestro país, yo no quiero hacer historia de cuándo viene …”
“Este endeudamiento por cabeza empresaria, nos obliga a nosotros a ir consiguiendo el perdón, casi de
limosna… a nosotros nos monitorean absolutamente todo … somos sometidos a diario a una política de
extorsión.”
Versión gravada en secreto, publicada por Página/12 el 9 de septiembre de 1990, pp. 8 á 11, que fuera
negada primeramente y luego admitida oficialmente.
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Juan Antonio Vilar
39
El FMI., el Banco Mundial y representantes de la banca y de los países dominantes, elaboraron los 10
puntos del Consenso de Washington, para que los países endeudados ordenaran su economía –y pagaran la
deuda externa-; si cumplían con sus recomendaciones, recibirían ‘ayuda’ internacional. Eran:
1) Disciplina fiscal que implica la disminución drástica del déficit presupuestario.
2) Disminución y control del gasto público.
3) Mejoramiento del sistema impositivo basado en una tributación de amplia base (regresiva).
4) Liberalización del sistema financiero y de la tasa de interés.
5) Mantenimiento del tipo de cambio estable.
6) Liberalización comercial externa, mediante la reducción de las tarifas arancelarias y diferentes trabas.
7) Otorgar amplias facilidades a las inversiones externas.
8) Enérgica política de privatizaciones de empresas públicas.
9) Desregulación de las actividades estatales y amplia reforma de la función del Esta
10) Derecho a la propiedad para salvaguardar y garantizar la propiedad privada de las empresas públicas
que se privaticen.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 74
Juan Antonio Vilar
subordinar a las FF.AA. pero también a los otros poderes, eliminó a los órganos de control,
apelando a métodos violatorios de las normas legales, irregulares y tramposas.
Dispuso de mayoría en el Congreso, que le respondió incondicionalmente y le delegó
facultades propias –de hecho Menem tenía ‘facultades extraordinarias’- pero necesitaba
una Justicia servil para garantizar impunidad a su poder discrecional.
Proyectó una ley de ampliación del número de integrantes de la Suprema Corte de Justicia
de 5 á 9 miembros. La sesión respectiva de la Cámara de Diputados, fue escandalosa. Para
votar la ley se sentaron en las bancas vacías dejadas por los diputados opositores,
empleados y cafeteros del Congreso. Era, al menos, la 2da. vez que esto ocurría; en la 3ra.
oportunidad, los periodistas descubrieron a un “diputrucho”.
Después el Senado aprobó los pliegos de los jueces propuestos por el P.E., en una sesión
que duró 7 minutos, sin hacer el menor análisis de sus antecedentes. Los cargos fueron
provistos entre socios, amigos o compañeros de Menem, peronistas incondicionales. Así
surgió la “mayoría automática” de la Corte que avaló todos los atropellos, arbitrariedades y
negociados de Menem y su pandilla, porque el menemato funcionó como una verdadera
banda.40
Numerosas vacantes de la Justicia Federal, fueron cubiertas por abogados sin
antecedentes, capacidad ni idoneidad para el cargo –verdaderos ‘esperpentos’ para repetir el
calificativo de León Arslanián-, cuyo único mérito, era adherir al partido gobernante.
Años más tarde, el ministro de Economía, D.F. Cavallo contó que el ministro del Interior,
Carlos Corach le escribió en una servilleta, los nombres de los jueces que le respondían
incondicionalmente. Cavallo nunca mostró la ‘servilleta’ pero todos le creyeron.
La Justicia se ha desvirtuado: no investiga los delitos, ni condena a los culpables. Es lenta
y deja prescribir las causas urticantes. Varios jueces han sido destituidos y hasta
condenados (Nicosia, Bernasconi) y otros, están sospechados y acusados de corrupción.
Los más grandes negociados de la década menemista, nunca fueron aclarados; por ejemplo
los casos de la leche contaminada, la ‘mafia del oro’, las coimas de IBM-Banco Nación, la
llamada ‘aduana paralela’, o los ‘robos para la corona’ de José Luis Manzano, los turbios
manejos de Carlos Grosso en la Intendencia de Buenos Aires, de Victor Alderete en el
PAMI, de la polifuncionaria María Julia Alsogaray, o los hechos tenebrosos como la
explosión de la fábrica de municiones de Río Tercero en 1995, para encubrir una infame
exportación de armas a Croacia y Ecuador, etc. Menem calificó a Yaciretá de “Monumento
a la corrupción”, pero nadie fue procesado ni siquiera investigado.
La Justicia quedó totalmente desprestigiada. Un proyecto de juicio político a la Corte, fue
frenada a último momento por quien estaba a cargo del gobierno, Eduardo Duhalde, pero
durante la gestión de Néstor Kirchner, se hicieron los juicios políticos a Julio Nazareno,
Guillermo López, Adolfo Vázquez, que renunciaron para no ser condenados y a Eduardo
Moliné O’Connors y Antonio Boggiano.
Menem atropelló a la Fiscalía Nacional de Investigaciones Administrativas a cargo del
destacado abogado santafesino Ricardo Molinas, echándolo de un plumazo, a pesar de tener
el aval del Senado; también a la Procuración General de la Nación, al Tribunal de Cuentas,
a la Procuración del Tesoro y la Inspección General de Justicia, que perdieron su
independencia.
Las instituciones se degradaron, la democracia se pervirtió y los valores, desaparecieron.
La desestatización de las empresas públicas, fue una fuente de corrupción generalizada,
estructural, institucionalizada. La ausencia de órganos de control, o su premeditada
inoperancia, garantizaban la impunidad.
40
Luis Barrionuevo, figura paradigmática del sindicalismo peronista, autocalificado ‘recontraalcahuete de
Menem’, a cargo de ANSAAL (Sistema estatal de Obras Sociales), con su característica sinceridad cínica,
declaró: “Para que se arreglen las cosas en la Argentina, tenemos que dejar de robar durante dos años”.
Y también: “En la Argentina, nadie hace plata trabajando”.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 75
Juan Antonio Vilar
El menemato forjó una nueva cultura política, pragmática, elitista, individualista, en que
no importaban los valores, las conductas, los principios, la idoneidad ni la honradez. Los
delitos pasaron a denominarse ‘ilícitos’. El Estado fue ‘botín de guerra’ de políticos y
empresarios.
Se desvirtuó la democracia (vivimos una democracia ‘delegativa’) y el federalismo. Varios
actos electorales se vieron empañados por manipulaciones fraudulentas, como en Rosario,
Santa Fe, Concordia, Misiones y Tucumán. El clientelismo y el asistencialismo con
propósitos electorales, fueron una constante.
En una época dominada por la cultura de la imagen, los políticos gustaban exhibirse en los
medios de comunicación, participar en los show televisivos, donde rivalizaban en
banalidades con la farándula. Como muchos de ellos, eran impresentables, Menem buscó
candidatos entre “ricos y famosos” artistas o deportistas exitosos. Algunos, que nunca
habían soñado con ser políticos, tuvieron suerte como Ramón ‘Palito’ Ortega, Carlos
Reutemann o Daniel Scioli, pero la mayoría de ellos, fue menos afortunada (César Luis
Menotti, Antonio Tarragós Ros, el Soldado Chamamé, Elio Roca, etc.).
Esa perversión de la democracia argentina y de la ciudadanía, alcanzó una máxima
expresión, cuando personajes de reconocida trayectoria antidemocrática, llegaron al
gobierno por el voto popular, como el genocida general Antonio Bussi, el policía torturador
Luis A. Patti o el coronel golpista Aldo Rico.
Durante el menemato, los argentinos, más que ciudadanos, éramos consumidores.
Con los Pactos Fiscales, las Provincias cedieron a la Nación, buena parte de sus recursos y
su autonomía financiera. Quedaban totalmente dependientes del Gobierno Nacional.
Las desmesuradas ambiciones de Menem de perpetuarse en el poder, chocaban con la
Constitución Nacional. En consecuencia, debía ser reformada. Rápidamente encontró un
aliado, hecho a su medida: el ex-presidente Raúl Alfonsín. Ambos acordaron un “Núcleo de
coincidencias básicas” (más conocido como el Pacto de Olivos), que debía ser votado en
bloque por peronistas y radicales en la Convención Reformadora de la Constitución, que se
reunió en Santa Fe en 1994.
En 1995, Menem fue reelecto con casi el 50 % del voto popular (el llamado ‘voto cuota’),
que tenía un hondo significado: la convalidación de toda la política menemista.
En 1991, los presidentes de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, habían firmado el
Tratado de Asunción, que sentó las bases del Mercosur.
V – 9 f. 2 - Política Económica.
Era urgente reordenar toda la economía e impulsar el crecimiento. Menem se propuso
lograrlo, aplicando liberalismo económico, adaptándose a las tendencias internacionales
predominantes (precisamente, en 1989, comenzó el rápido derrumbe del socialismo).
Los primeros ministros de Economía, fueron los funcionarios de Bunge y Born, Miguel
Roig y Néstor Rapanelli. El Plan B. y B. de ajuste, devaluación, incremento de tarifas y un
acuerdo de precios y salarios, fue un fracaso.
A fines del 89 y principios del 90, hubo un nuevo pico hiperinflacionario que fue
‘solucionado’ por el nuevo ministro de Economía, Antonio Erman González, con el Plan
Bonex, que disponía el canje compulsivo de los plazos fijos (muy abundantes), por bonos de
la deuda externa a 10 años, y que en la práctica, significó la pérdida de un 40 % para los
ahorristas.
Pero la puja entre las fracciones de poder continuó, atenuada por las primeras
privatizaciones y finalizaron recién, cuando se puso en marcha el Plan de Convertibilidad
en abril de 1991. Así, el gobierno logró controlar la inflación y junto con la desregulación,
el Plan Brady, la flexibilización laboral y la apertura económica, hizo posible un nuevo
ciclo expansivo (otra fugaz ‘burbuja’).
Se produjo una masiva entrada de divisas al país.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 76
Juan Antonio Vilar
El trienio 1992 / 94 fue de espectacular crecimiento del PBI, que alcanzaría a más de
280.000 millones de dólares.41
Crecieron las exportaciones. La producción agrícola se duplicó (con 3 años consecutivos
de cosechas récord). Se produjo una verdadera revolución en el agro, con la introducción de
la ‘siembra directa’ y los granos transgénicos. La soja se convirtió en la ‘reina’ de los
granos en la Argentina.
Por primera vez, tuvieron importancia las exportaciones de petróleo, gas y automóviles.
La industria automotriz se modernizó (y robotizó), complementándose con la brasileña,
según la estrategia utilizada por las centrales automotrices extranjeras.
También se modernizaron las telecomunicaciones, colocando al país, en un nivel aceptable
en el mundo.
Las demenciales fantasías de Menem, lo llevaron a prometer la entrada de la Argentina
“en el Primer Mundo” y, en consecuencia, abandonó su integración al Movimiento de
Países No Alineados y ofreció a EE.UU. su alianza “extra OTAN” (Organización del
Tratado del Atlántico Norte). Pretendió mantener una relación privilegiada y subordinada
con EE.UU (“relaciones carnales” según el canciller Guido Di Tella). Por eso, abandonó el
Proyecto Cóndor II.
Pero la apertura económica, hizo estragos en la industria que no podía competir con los
productos importados. Las importaciones crecieron más que las exportaciones.
El gasto público siguió aumentando, ocasionando fuertes déficit fiscales entre 1994 y 98.
La balanza de pagos, fue negativa entre 1995 y 99. La fuga de capitales fue gigantesca.
V – 9 f. 3 - El Plan de Convertibilidad.
Fue el eje de la economía de Menem-Cavallo y sus efectos fueron perdurables.
Estableció una nueva moneda y paridad cambiaria: 1 peso = 1 dólar. La masa monetaria
circulante, debía respaldarse con la misma cantidad de reservas de oro y divisas del Banco
Central. Este adquirió autonomía, debía controlar el equilibrio fiscal y no realizaría más
emisiones sin respaldo. Quedaban congelados los sueldos, salarios, contratos, tarifas y
precios.
Cavallo anunció que la convertibilidad duraría 6 décadas. A los 10 años, estalló.
Se inició una época de estabilidad. La inflación cayó verticalmente hasta casi desaparecer.
Reapareció el crédito; la invasión de artículos importados baratos, colmó las ansias
consumistas de los sectores medios y asalariados.
Los capitalistas locales, volvieron a endeudarse en el exterior, para aprovechar la
diferencia de las tasas de interés internacionales (más bajas) que las internas, hacer una
espectacular diferencia y remitir las ganancias al exterior. Las divisas fugadas en la década,
superaron al endeudamiento externo.
La banca internacional, financió generosamente “la fiesta menemista”, refinanciando la
vieja deuda con el Plan Brady (reducción y cambio de los títulos por otros del tesoro de los
EE.UU. a 30 años) y otorgando nuevos créditos. Al finalizar Menem su mandato, la deuda
externa se había duplicado. En 1998 Menem fue condecorado por el FMI como el ejemplo a
seguir, “el mejor alumno”.
Entre tanto, el Estado había transferido casi todos sus activos públicos, repartidos
graciosamente entre los grandes empresarios y banqueros nacionales y extranjeros,
41
Evolución del PBI (en millones de dólares):
Año PBI Variación Año PBI Variación
1990 141.176 --- 1995 258.032 - 2,8
1991 189.440 10,6 1996 272.150 5,5
1992 226.847 9,6 1997 292.859 8,1
1993 236.505 5,7 1998 298.131 3,9
1994 257.440 5,8 1999 282.769 - 3,0
Contribución al Conocimiento de la Realidad 77
Juan Antonio Vilar
V – 9 f. 4 - Las Privatizaciones.
“Nada que deba ser estatal, permanecerá en manos del
Estado.” Ministro Roberto M. Dromi
El Consenso de Washington reiteraba las exigencias acostumbradas de los organismos
acreedores, pero ahora traía una novedad: la privatización de empresas públicas.
Desde la moratoria incurrida por México en 1982, el gobierno norteamericano encontró la
manera para resarcir a los prestamistas, con esta fórmula: “Empresas públicas por deudas”.
Esta propuesta (o exigencia) ya figuraba en el último “Documento de Santa Fe”.
El peronismo menemista, que había reemplazado “la soberanía política” por “las
relaciones carnales” con los EE.UU., se dispuso a obedecer.
Durante décadas, ‘intelectuales orgánicos’ del capital hegemónico, como los integrantes de
FIEL (Fundación de Investigaciones Latinoamericanas), de ACIEL (Acción Coordinadora
de las Instituciones Empresarias Libres), de la ‘Fundación Mediterránea’, de la UIA, la
Sociedad Rural, de los diarios grandes como La Nación, Clarín o Ambito Financiero, los
políticos como Alvaro Alsogaray, los economistas como los hermanos Aleman, los
periodistas influyentes como Bernardo Neustadt o Mariano Grondona, etc. atacaron
insistentemente al ‘estatismo’ y defendieron la libre competencia, el libre juego de la oferta
y la demanda, la libertad de producción, comercio y contratación, el derecho ‘absoluto’ a la
propiedad privada y las inversiones extranjeras.
El menemato tomó como verdaderos estos principios liberales (“el Estado es mal
administrador”) y justificó la entrega de casi todo el patrimonio nacional, con estos
argumentos:
- La ineficiencia del Estado en contraste con la eficiencia de la empresa privada;
- El monopolio del Estado (el peor de todos) sería eliminado dando lugar a la
competencia.
- El Estado dejaría de perder muchos recursos, para destinarlos a mejorar los servicios
de salud, educación y seguridad social.
- Con lo recaudado por las ventas, se pagaría la deuda externa.
- Las empresas privadas brindarían mejores servicios y más baratos.
Ante premisas tan falsas, resultados tan opuestos.
Algunas empresas de estatales –por ejemplo Gas del Estado-, eran muy eficientes y son
centenares de empresas privadas que quiebran por año ¿será por su eficiencia?.
Afirmar que el monopolio estatal es el peor por su omnipotencia, es no tener la menor idea
del poder inconmensurable de los monopolios imperialistas.
Tampoco se libró al juego de la competencia; ejemplo: Telecom y Telefónica.
En caso de Aerolíneas Argentinas, se cambió el monopolio del Estado argentino por el del
español.
El Estado argentino siguió ‘perdiendo’, subsidiando los ferrocarriles con una cantidad aún
mayor que antes, a pesar de funcionar la cuarta parte de su red.
El financiamiento de la salud, educación y seguridad, empeoró.
La deuda externa no se pagó, sino que aumentó al doble.
En realidad, las privatizaciones costaron más al Estado, que lo que recaudó.
Los servicios se encarecieron enormemente.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 78
Juan Antonio Vilar
V – 9 f. 5 - La Flexibilización laboral.
La OIT. –Organización Internacional del Trabajo- considera como flexibilización laboral,
al “conjunto de modalidades que permiten a las empresas, tener mayores prerrogativas de
gestión y organización en la relación contractual con los empleados.”
El gobierno menemista la presentó, como la “Modernización Integral de las Relaciones
Laborales”, siendo una herramienta útil para mejorar la eficiencia de la economía, la
competitividad internacional, aumentar las inversiones y promover el empleo.
Así se adaptaba a las tendencias mundiales dominantes, de la globalización del poder
concentrado y darle una salida a la profunda crisis que sufría el país. Contó con el apoyo de
la dirigencia sindical peronista.
La flexibilización se concretó en la década del 90, mediante la sanción de una serie
abundante y variada, de leyes y decretos, que van desde el decreto de reglamentación del
derecho de huelga para los servicios esenciales de octubre de 1990, hasta la sanción de la
Ley Nº 25.013 de septiembre de 1998 que establece un nuevo régimen indemnizatorio y la
eliminación de los contratos promovidos.
Entre medio, se sancionaron la Ley de Empleo Nº 24.013/91, el decreto 470/93 de libre
agremiación y asociación; la Ley 25.465 de fomento del empleo con períodos de prueba y
contratos de tiempo parcial; la Ley 24.467 llamada “Estatuto Pyme” que elimina las
indemnizaciones en contratos formalizados por la ley de empleo, cambia el período de
vacaciones, flexibiliza las jornadas y los horarios, fracciona el aguinaldo en 3 cuotas y
dispone la negociación con las comisiones internas, relativas a la categorización del
personal y la disponibilidad de puestos de trabajo; los decretos de 1995 de rebaja de aportes
patronales a las obras sociales; la Ley 24.635/95 de reforma al régimen de conciliación
obligatoria y otros que tendían a la polifuncionalidad, la descentralización de las
negociaciones laborales (para hacerlas por empresa), la extensión del período de prueba, de
los contratos temporarios y las pasantías.
La enorme desocupación que provocó la política menemista con las privatizaciones y la
apertura de los mercados, precarizó mucho más el trabajo. Abundaron los llamados
“contratos basura” que dejaban en total desprotección al obrero y, además, cobrando un
sueldo de hambre; las horas extras no eran pagadas y hasta se dieron casos, de rebaja de
los salarios.
La ‘modernización’ menemista, hizo retroceder al obrero al siglo XVIII.
Simultáneamente el sector empresarial, se benefició con el aumento de la productividad, la
rebaja de los aportes patronales a las obras sociales y a las jubilaciones; con las ART –
Aseguradoras de Riesgos del Trabajo- derivó su responsabilidad por accidentes.
La participación de los asalariados en el PBI, cayó.
Así resultó “la justicia social” peronista.
V – 9 f. 6 - El movimiento sindical.
La CGT y casi todo el sindicalismo, acompañó la política menemista.
Las leyes más nefastas, fueron votadas por la numerosa bancada sindical peronista.
El secretario de la CGT, Saúl Ubaldini, que tan combativo había sido durante el gobierno
de Alfonsín, terminó sometiéndose sumisamente.
Con raras excepciones, Menem subordinó al sindicalismo burocrático, que se ‘modernizó’
y se adaptó a los nuevos tiempos neoliberales. El sindicalismo se transformó en
‘empresario’; fue un “sindicalismo de negocios” (business union).
Organizaron cursos de formación sindical, dictados por ideólogos norteamericanos o
europeos, que instruyen en una nueva concepción: el sindicato es una empresa proveedora
de servicios a sus afiliados, priorizando sus relaciones con los funcionarios y empresarios.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 80
Juan Antonio Vilar
Jorge Triacca, echó a 6.800 obreros de SOMISA. ¡Estos son los defensores de la clase
trabajadora!
En 1989 las Empresas Públicas tenían 302.600 empleados; en 1993 después de
privatizadas, quedaron 56.600; se reubicaron 114.400 por lo que quedaron despedidos o se
acogieron a retiro “voluntario” 103.100.
Con la desintegración del sistema ferroviario, quedaron 870 pueblos “fantasmas”.
Sólo unos pocos gremios enfrentaron las políticas neoliberales, principalmente ATE
(Asociación Trabajadores del Estado, con su secretario Víctor De Gennaro), CTERA
(Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina con Marta
Maffei, -los maestros levantaron una “Carpa blanca” frente al Congreso para reclamar a los
poderes públicos- ) y otros, constituyeron una nueva central, con características diferentes,
denominada CTA (Central de Trabajadores Argentinos) y que, hasta hoy, no ha sido
reconocida oficialmente. También Municipales de Jujuy (con el ‘perro’ Santillán),
Mecánicos de Córdoba y la CCC. (Corriente Clasista y Combativa de Juan Carlos
Alderete), libraron una lucha despareja contra el modelo.
Ya avanzado el modelo, algunos gremios burocráticos, se vuelven opositores (con tácticas
vandoristas de “golpear y negociar”) como los Camioneros de Hugo Moyano y la UTA
(Unión Transporte Automotor) de Juan Manuel Palacios, que constituyeron la MTA
(Movimiento de Trabajadores Argentinos).
Entre 1990 y 98, las exportaciones argentinas aumentaron un 115 %, mientras que las
importaciones crecieron en un 320 %. Salvo en los años 1995 y 96, los saldos de la balanza
comercial, fueron negativos.
La inflación, que en 1989 había sido de 4.923,6 %, descendió a – 1,8 en 1999.
El menemato concluyó su década en plena recesión, con una pavorosa deuda pública y
privada, con un déficit presupuestario que superaba los 10.000 millones de dólares, con una
formidable evasión y fuga de capitales, caída de la industria y profunda crisis en el campo,
con enormes déficit provinciales y municipales, los hospitales sobrepasados por la
demanda, los servicios educativos degradados, una justicia que garantizaba la impunidad, la
desocupación crónica y miseria creciente, un alarmante aumento de la delincuencia,
millones de argentinos endeudados en dólares, pero con un poder económico cada vez más
concentrado y extranjerizado (que se adueñaron de las empresas públicas y obtenían
ganancias fabulosas) y nuevos ricos entre políticos oficialistas y aventureros amigos.
V – 9 g. 2 - La fuga de divisas.
Para mediados de año, el modelo basado en la convertibilidad, estaba agotado, sin
embargo, los organismos financieros multilaterales lo siguieron sosteniendo. ¿Cómo puede
entenderse si se anunciaba un “colapso inevitable”? Si tenemos en cuenta que durante todo
el año hubo una extraordinaria fuga de divisas al exterior, podríamos deducir que
precisamente financiaron dicha fuga. Es decir, dieron tiempo para que el ‘establishment’
remitiera sus capitales líquidos al exterior y los pusieran a buen recaudo.
Ante la pérdida de capitales, la Cámara de Diputados de la Nación, designó una “Comisión
Especial Investigadora sobre Fuga de Divisas de Argentina”, que estuvo presidida por el Dr.
Eduardo Di Cola. Realizó un serio trabajo, contando con la colaboración de investigadores
de FLACSO (Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales) y llegó a estas conclusiones:
1- En el año 2001 los activos externos alcanzaron a U$S 127.074 millones. Durante la
convertibilidad, la suma ascendió en U$S. 73.332 millones.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 85
Juan Antonio Vilar
2- La salida de divisas, sólo del sector privado no financiero, con exclusión de las
operaciones de comercio exterior, alcanzó un total de U$S 29.913 millones
3- De ese total, correspondieron U$S 26.128 millones a 7015 empresas y a U$S 3.785
millones a 43.320 personas físicas.
Entre las principales empresas que fugaron, están: Pecom Energía (Pérez Companc),
Telefónica Argentina (privatizada española), YPF Argentina (privatizada española),
Telecom Argentina (privatizada franco-italiana), Nidera (cerealera norteamericana), Schell
(petrolera anglo-holandesa), Esso (petrolera norteamericana), Bunge Ceval (cerealera
multinacional), Molinos Río de la Plata (alimentos de Pérez Companc), IBM. (informática
norteamericana), Massalín-Particulares (cigarrillos, británica), EG3 SA., Louis Dreyfus,
Cargill, Volwagen, Edesur, Coca Cola, Ford, Renault, Quilmes, Multicanal, Cablevisión,
Aceitera General Deheza, Alto Palermo, Disco, Metrogas, y otras.
Entre las personas físicas, encontramos a: Marcelo Devoto (supermercados), Gregorio
Pérez Companc, Javier Madanes Quintanilla (Aluar), Raúl Frávega, Arturo Acevedo
(Acindar), Jorge Blanco Villegas, Roberto Paladini, Eduardo Escasany (Banco Galicia),
Carlos Spadone, Amadeo Juncadella, Eduardo Elsztain (Shopping), Eduardo Constantini,
Luis Mitre, Amalia Lacroze de Fortabat, Juan Carlos Bagó, Marcos Bobbio, Susana
Giménez Aubert, Ricardo Handley y otros.42
En esta larga pero incompleta lista, figuran muchos de los grandes beneficiarios de la
última dictadura militar, del gobierno de Alfonsín y del menemato y constituyen el núcleo
central del “establishment”.
Pero mientras los capitalistas argentinos fugaban sus ganancias, contraían enormes
deudas, sabiendo que finalmente, el Estado los salvaría. Según la Fundación Capital que
dirigía Martín Redrado, el endeudamiento privado ascendía a U$S 90.000 millones, más
9.000 millones de redescuentos.
No puede extrañar entonces, que Franco Macri, paradigma y expresión del empresariado
parasitario y prebendario, de sucios negociados con el Estado, pidiera la estatización de la
deuda en dólares contraída por las empresas.
El estafador Macri, que nunca pagó el cánon por el Correo, se presentó a convocatoria de
acreedores por una deuda de $ 740 millones. También se concursaron empresas como el
Grupo Exxel, la Sociedad Comercial del Plata, Alpargatas, Gatic, Adidas, Acindar y las
obras sociales de SMATA y de la UOM.
V – 9 g. 3. - La debacle final.
La recesión se agudizaba. El PBI había caído en 1999, un 3,4 %, en el 2000, un 0,5 % y en
el 2001, 1,5 %.
La industria nacional, agonizaba frente a los productos importados; la inversión, seguía
cayendo; la producción agropecuaria era excelente, pero de escasa rentabilidad por la caída
de los precios internacionales y el tipo de cambio (dólar barato).
La coyuntura internacional, era muy desfavorable. La especulación financiera, provocó
desde 1995, múltiples crisis en el mundo: en México, en Asia, en Rusia, en Brasil en 1999,
en Turquía en 2001.
Mientras el FMI continuaba exigiendo al gobierno argentino, más recortes al gasto fiscal,
se empezaron a escuchar voces de influyentes economistas del establishment, de la
necesidad de salir de la convertibilidad, habiéndose planteando la alternativa de devaluación
ó dolarización.
42
COMISION ESPECIAL INVESTIGADORA DE LA CAMARA DE DIPUTADOS SOBRE FUGA DE
DIVISAS DE LA ARGENTINA DURANTE EL AÑO 2001, Fuga de divisas en la Argentina, Buenos Aires,
FLACSO / Siglo XXI, 2005.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 86
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V – 9 g. 4 - El estallido social.
La situación social, era desesperante. El INDEC registraba en octubre, 9 millones de
pobres y 3 millones de indigentes en las ciudades. Informes de la ONU, ubicaba a la
Argentina entre los países de mayor desigualdad social: los ingresos del 20 % más rico, eran
un 14,6 veces mayor que los del 20 % más pobre.
A mediados de diciembre, reaparecen los saqueos de los comercios en distintos puntos del
país. Pero Cavallo no cede y envía al Congreso un proyecto de presupuesto para el año
2002, con recortes por $ 6.000 millones.
Por la noche del 19 de diciembre, estalló la furia: decenas de miles de porteños (clase
media y ahorristas en su mayoría), protestaron airadamente en plaza de mayo, haciendo
sonar sus cacerolas. Cavallo presentó su renuncia. Pero la furia no se apaciguó. Al día
siguiente, manifestaciones populares multitudinarias, en varias ciudades del país, fueron
reprimidas violentamente, provocando unos 30 muertos y muchos heridos.
Fue el último acto de gobierno de de la Rúa.
V – 9 h. - La transición peronista.
“Que se vayan todos y que no quede ni uno sólo”
El estallido social del 19 y 20 de diciembre, no sólo apuntó contra un gobierno nefasto,
sino contra toda la clase política inútil y corrupta.
Fue el resultado de la catástrofe de un cuarto de siglo de políticas neoliberales, fatales
durante la década del 90, causante de la crisis –política, social y económica- más profunda
sufrida por la Argentina en toda su historia moderna.
De la Rúa renunció el mismo día 20. Ocupó interinamente el P.E. el vicepresidente del
Senado, Ramón Puerta; el domingo 23, la Asamblea Legislativa eligió para el cargo, al
Gobernador de San Luis, Adolfo Rodríguez Saá.
Apenas asumió, Rodríguez Saá declaró lo inevitable: el default (cesación del pago de la
deuda externa). Fue aplaudido jubilosamente por legisladores y gremialistas, que
desbordaban de alegría (los mismos, años más tarde, aplaudieron con idéntico fervor, al
presidente Kirchner, cuando decidió saldar la deuda con el FMI).
Pero Rodríguez Saá tenía poco peso en su partido y, abandonado por casi todos sus
compañeros gobernadores, renunció el día 30.
Finalmente, una nueva Asamblea Legislativa, designó presidente interino al senador
Eduardo A. Duhalde.
Era una reedición del Pacto de Olivos, casi con los mismos protagonistas: Alfonsín,
Barrionuevo, Nosiglia, que sellaron un acuerdo, para salvar a la corporación política más
desprestigiada de peronistas y radicales.
V – 9 h. 1 - El senador Eduardo Alberto Duhalde a/c. del PEN. (1 /1/ 2002 á 25 /5/ 2003).
Hasta ahora, ya han salido 4 sentencias: todas a favor de las empresas y ninguna a favor
del Estado.
El Estado Argentino, ha quedado entrampado y las empresas utilizan esta ventaja, para
presionar al gobierno, al renegociarse las concesiones.
Desgraciadamente, a ninguno de los gobiernos sucesores de Menem, se les ha ocurrido
denunciar estos tratados, que siguen en vigencia.
V – 9 h. 3 - El drama social.
Con la devaluación al salirse de la convertibilidad, se inició una escalada de precios,
mientras los sueldos y salarios se mantuvieron congelados. El rebrote inflacionario
‘pulverizó’ los salarios. En sólo 5 meses, cayó un 25 % y al 2003, fue del 36 %. El salario
real, cayó al nivel más bajo de los últimos 50 años.
Pero no fue igual para todos: la cúpula socio-económica, continuó enriqueciéndose. La
desigualdad social, fue en aumento. Los ingresos del 10 % más rico, fueron 29,8 veces
superiores a los ingresos del 10 % más pobre.
Duhalde pretendió atender la emergencia social, creando un Subsidio Universal de $ 150.=
para Jefes y Jefas de Hogar, que abarcó a 1.900.000 familias que carecían de ingresos y
aumentando las partidas del Programa Alimentario.
Era un paliativo insuficiente. La pobreza siguió creciendo vertiginosamente; en marzo del
2002, eran 15.345.000 (el 42,6 %) y los indigentes, 5.655.300 (15,3 %) según el INDEC; en
febrero del 2003, los pobres eran 19.678.000 (el 57,5 %, es decir más de la mitad de la
población urbana), mientras que los indigentes, sumaban 9.411.000 (27,5 %).
En julio los desocupados y subempleados, sumaban 6 millones.
En septiembre, 2.700.000 mujeres, estaban al frente del hogar.
En marzo de 2003, el 44,2 de los trabajadores, es decir 3.700.000 estaban ‘en negro’, es
decir, en un trabajo informal, no registrado, o sea que carecen de seguridad social.
1.300.000 personas mayores de 65 años, carecía de cobertura provisional (obra social,
jubilación).
Como nunca hay hambre en la Argentina. Organizaciones barriales y religiosas, crearon
comedores. Cáritas dio de comer a 600.000 personas diariamente.
Se multiplicaron los cartoneros que revisaban la basura (donde a veces, encontraban
comida), mientras los ahorristas estafados, hacían sonar sus cacerolas frente a los bancos, la
Corte Suprema, era “escrachada”, y los ‘piqueteros’, cortaban calles y rutas exigiendo
trabajo y aumentos (el gobierno destinaba alrededor de 20 millones de pesos mensuales).
Solamente en el primer semestre de 2002, se contabilizaron 11.000 actos de protesta en
todo el país.
Surgieron numerosas Asambleas Vecinales y Barriales de ciudadanos autoconvocados.
Las últimas, crearon talleres productivos para atender sus necesidades más urgentes.
La falta de circulante y la ruptura de la cadena de pagos, originó la reaparición de una
antiquísima práctica comercial: el Trueque. Llegaron a funcionar 6.000 clubes de trueque en
todo el país. Pronto desaparecieron.
Un fenómeno de enorme importancia, fue la creación de cooperativas autogestionarias.
Numerosas fábricas y talleres abandonados por sus dueños, fueron reactivados por sus
obreros. Estas “fábricas recuperadas” tropezaron –y tropiezan- con muchas dificultades
‘legales’ (cuando comenzó la reactivación industrial en el país, sus primitivos propietarios
quisieron recuperarlas y apelaron a la justicia), pero los obreros continúan defendiéndose,
frente al abandono, la indiferencia y hasta la oposición, de la burocracia sindical.
En pocos meses, habían cerrado más de 1.200 empresas. Un estudio realizado por la
Universidad de Buenos Aires, registra 107 fábricas recuperadas con 10.000 trabajadores
organizados.
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Juan Antonio Vilar
V – 9 i. 1 - Política económica.
Kirchner y su ministro de Economía, Roberto Lavagna, recompusieron prudentemente las
variables macroeconómicas, aprovechando una coyuntura internacional muy favorable
(¿otra burbuja?).
Casi todos los meses se anunciaban récords de recaudación, de exportaciones, de reservas
genuinas, de producción industrial y agropecuaria y, consiguientemente, la caída del
desempleo y de la pobreza. Este “milagro” argentino, se debió, en gran medida, al tipo de
cambio alto y el alza del precio de los granos, impulsado por la nueva “locomotora”
económica del mundo que es la China.
También fue relevante, la nueva tecnología aplicada a la producción (como los granos
transgénicos, la siembra directa, los agroquímicos) que elevaron los rindes y duplicaron la
producción en una década, alcanzándose a cosechar cerca de 100 millones de toneladas de
granos y cereales.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 93
Juan Antonio Vilar
V – 9 i. 2 - La inflación.
La recuperación económica, el aumento de los precios internacionales, del circulante, del
consumo y del gasto público, ha producido un aumento del costo de la vida.
El Secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, es el encargado de controlar los
precios. Como es incapaz de evitar los aumentos, ha procedido de la manera más torpe:
manipular los índices del INDEC.
En enero de 2007, fue destituida la Directora del Indice de Precios al Consumidor,
Graciela Bevacqua, siendo reemplazada por una funcionaria política sin idoneidad para el
cargo, pero útil a los designios del secretario. Continuó con un conflicto con empleados y
técnicos del organismo (que veían desvirtuado su trabajo) y más destituciones (la Directora
Nacional de Estadísticas y la Directora de la Encuesta Permanente de Hogares).
A partir de entonces, la información mensual del aumento de Precios al Consumidor, es
ridículamente bajo, muy alejado del verdadero aumento del costo de la vida, así como de
los índices que informan algunas provincias (por ejemplo: Mendoza).
Desde entonces, el INDEC ha perdido prestigio y credibilidad.
Se abrió un Proceso judicial en relación a este conflicto. Los técnicos y empleados del
organismo, fueron citados a declarar y, como están obligados a decir la verdad, lo hicieron
señalando la manera grosera con que se falsifican los datos. La consecuencia ha sido su
persecución interna (muchos son afiliados a ATE) y hasta de la agresión de una patota que
funciona dentro del organismo.
El gobierno desconoce que haya inflación, y entonces manipula los índices. El interés del
gobierno de falsear los datos, obedecen, por lo menos, a 3 motivos:
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Juan Antonio Vilar
l) Parte de los bonos del último canje, están en pesos ajustados al CER, y por cada punto de
inflación, la deuda aumenta en 500 millones de dólares.
2) La recomposición salarial toma como referencia, a la inflación oficial; con la
complicidad de la burocracia sindical, el gobierno muestra un techo bajo en las paritarias y
así, logra que los aumentos acordados sean inferiores al alza del costo de la vida.
3) Distorsiona gravemente los indicadores sociales, resultando una tasa de pobreza e
indigencia muy inferiores a la verdadera.
V – 9 i. 5 - La calidad institucional.
Comparado con el menemato, la calidad institucional ha mejorado, pero no lo suficiente.
Como es tradicional en las gestiones peronistas, Kirchner gobierna autoritariamente, con
superpoderes, discrecionalmente, sin ningún control.
El Congreso le delegó facultades; los gobernadores e intendentes (antes menemistas,
después, duhaldistas), se encolumnaron rápidamente detrás de K., sin ningún complejo.
Es que para los peronistas, “el que gana es jefe y el que pierde, traidor”. Hoy resulta que
los incondicionales menemistas de los 90, hoy lo desconocen o lo repudian (empezando por
el mismo Kirchner) y aún afirman que “Menem no es peronista” ¿qué dirán de K. dentro de
10 años?
La dirigencia sindical –que lucha por el control de la CGT- acató disciplinadamente a K.;
con prácticas clientelísticas, ha cooptado a varias organizaciones piqueteros, como la FTV –
Federación de Tierra y Vivienda- de Luis D’Elía, Barrios de Pié, de Jorge Ceballos, el MTV
Evita –Movimiento Trabajo y Dignidad- de Emilio Pérsico y el Frente Transversal
Nacional y Popular de Edgardo Depetri.
Ha disciplinado a los gobernadores e intendentes radicales –los Radicales K- con los
abundantes recursos de la “caja”. Y hasta sumó a dirigentes del socialismo y de la
izquierda, cuando puso énfasis en la “transversalidad” partidaria de su gestión.
Su mayor mérito, fue la eliminación, mediante juicios políticos, de la miserable Corte de la
“mayoría automática” menemista. Creó un sistema de selección de nuevos jueces, que
permitió formar una Corte Suprema, digna, competente e independiente.
Esta conquista positiva, se vio empañada por la reforma del Consejo de la Magistratura,
con la disminución del número de sus miembros, que ha dejado al oficialismo, con el poder
de veto.
Apenas asumió Duhalde en 2002, el Congreso sancionó la Ley Nº 25.56l de Emergencia
Pública; se justificaba, para poder enfrentar una crisis económica muy profunda. Pero esa
Emergencia, ha sido prorrogada todos los años, hasta hoy, a pesar de habérsela superado
largamente.
Dichas leyes, incluyen la delegación de facultades del Congreso al P.E. –los superpoderes-
que han sido extendidos al Jefe de Gabinete, otorgándole facultades para cambiar las
partidas del presupuesto.
El Presupuesto es calculado, sistemáticamente, con una recaudación menor a la verdadera,
de modo que el PE. puede disponer discrecionalmente, de enormes recursos. Con ellos, el
ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, ha formado fondos fiduciarios para
financiar obra pública, sin controles y con alto grado de corrupción, como lo demuestra el
caso Skanska.
El Congreso, con abrumadora mayoría peronista, es de total inutilidad. Sólo se ocupa de
sancionar las iniciativas presidenciales. Se dice que “el Congreso se parece a una
Escribanía, que protocoliza los mandatos del P.E.N.”
Si desde Pavón, el Federalismo ha sido una ficción, en estos tiempos ha desaparecido por
completo. Las provincias, los gobernadores son rehenes del gobierno nacional. Dependen
económicamente de una mezquina e injusta Coparticipación Federal, del envío de recursos
de Buenos Aires o de la realización de una obra nacional. La mayoría de las provincias
carecen de autonomía económica. Importantes impuestos no son coparticipables (del
cheque, retenciones); con la “caja” nacional, Kirchner ha disciplinado a gobernadores e
intendentes (todos los gobiernos radicales, son K.).
La política privatizadora de Menem, se mantiene. Casi todos los contratos que vencían,
han sido renegociados en condiciones desfavorables. Las empresas privatizadas han
Contribución al Conocimiento de la Realidad 97
Juan Antonio Vilar
utilizado como arma de chantaje, sus demandas en el CIADI, que levantaron, sólo si
lograban una nueva prórroga de la concesión –con aumento de tarifas-.
Los Tratados Bilaterales de Inversión, no han sido denunciados y siguen en vigencia.
Una muestra de arbitrariedad, fue la prórroga de la concesión a emisoras de radio a
periodistas amigos que dispuso Kirchner. (Aún se mantiene la Ley de Radiodifusión
sancionada por el Proceso Militar).
Si el Estado ha debido hacerse cargo del Correo, del espectro radioeléctrico, de Aguas
Argentinas y de algunos F.C., no se debe a una política de “reestatización” como lo han
manifestado enfáticamente, sino para cubrir las falencias ocasionadas por incumplimiento o
abandono de las empresas concesionarias.
La reciente concesión del yacimiento Cerro Dragón (en el golfo de San Jorge) es un
ejemplo de una privatización al mejor estilo Menem.
El peronismo con sus aliados, los radicales K., han vuelto a ganar categóricamente las
elecciones en casi todo el país. Sus prácticas clientelísticas se han multiplicado y también
sus maniobras fraudulentas como las hechas en Formosa, donde los indios son tomados
cautivos por punteros políticos, para llevarlos a votar (existen reiteradas filmaciones que lo
prueban).
De la gran cantidad de funcionarios corruptos del menemato, sólo fue condenada
–levemente- María Julia Alsogaray. Los demás, gozan de sus delitos.
El caso de las coimas en el Senado, con “la tarjeta Banelco”, ha acumulado testimonios
ilevantables de la comisión de delitos, pero sigue dilatando la justicia su dictamen –aunque
seguramente, todos quedarán exculpados o prescribirá la causa- porque están
comprometidos importantes funcionarios menemistas (hoy kirchneristas), como el
gobernador de San Juan, José Luis Gioja, Ramón ‘Palito’ Ortega, Augusto Alasino, Emilio
Ricardo Cantarero y otros.
La causa de la criminal explosión de la fábrica de armas de Río Tercero, sigue acumulando
pruebas, pero nada se resuelve: no habrá justicia.
La Argentina nunca ha sido un país ‘minero’. Desde el menemato, se han firmado
numerosos contratos de explotación minera, en condiciones leoninas, que han continuado
con K.
La explotación de minas a cielo abierto, es la mayor fuente de contaminación ambiental
que existe. Por otra parte, no deja ninguna ‘ganancia’ al país. Se está dinamitando la
cordillera, amenazando a los glaciares, envenenando las aguas y contaminando el aire. Eso
sí, algo deja: un paisaje lunar.
El gobierno nacional ha puesto algún orden en las deudas provinciales, ha mejorado la
administración del PAMI, las jubilaciones, especialmente desde enero de 2007, cuando dio
la opción de poder volver al “sistema de reparto”, es decir, a la jubilación estatal, a los
trabajadores que estaban cautivos en la jubilación privada.
También dio la posibilidad de acceder a los beneficios, a más de un millón y medio de
personas, aquellos que no lo tenían ni reunían todos los requisitos para jubilarse.
Las buenas relaciones con Chávez, resultan convenientes a K. Venezuela compra bonos
argentinos, recibe inversiones, aumenta las importaciones, le vende hidrocarburos y salva a
la empresa Sancor. Pero K. no se sumó al proyecto del ALBA (Alternativa Bolivariana de
las Américas).
Junto con Brasil, Argentina pone freno a exigencias comerciales imperialistas. En foros
importantes como los de Davos, condenan los subsidios agrícolas de EE.UU. y Europa, que
perjudican a países ahora llamados “emergentes”.
Además, en la ONU la Argentina ha votado en contra de la condena de Cuba, con la que
mantiene buenas relaciones.
Por otra parte, K. ha tenido gestos muy caros a los EE.UU. En septiembre de 2006,
eufóricamente abrió la jornada en el Wall Street “tocando la campana”; su esposa, la
senadora Cristina Fernández pronunció una disertación en el Consejo de las Américas (una
usina ideológica del capital concentrado); impulsó la acción judicial de atribuir la Irán,
responsabilidades por la explosión ocurrida en la AMIA, y promovió la sanción de una ley
antiterrorista, siguiendo los pasos de los EE.UU y sumamente peligrosa para las libertades
públicas.
V – 9 i. 8 - La Sociedad.
Este es el gobierno de los subsidios. Subsidia los transportes (FC., colectivos, camiones),
los peajes, las tarifas, muchos alimentos (carne, aves, leche, harina), etc., para atenuar el
aumento de los precios. Para ‘desacoplar’ los precios internos con los internacionales, se
han establecido retenciones a las exportaciones de petróleo, gas, granos y aceites.
Con la recuperación económica, se han creado miles de nuevos puestos de trabajo; ha
disminuido el desempleo y mejorado los salarios.
Contribución al Conocimiento de la Realidad 99
Juan Antonio Vilar
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PARANA, Mayo de 2008.
Juan Antonio Vilar
Contribución al Conocimiento de la Realidad 100
Juan Antonio Vilar
INDICE
Advertencia introductoria.……………………………………………………….….... l
El Capitalismo...……………………………………………………………………..… l
Modelo Social de Acumulación...……………………………………………...…….... 2
¿Desarrollo genuino o sucesión de burbujas?. ………………………………………... 2
Una sintética introducción política..………………………………………………..…. 3
¿Desde cuándo existe Estado Nacional en la Argentina?.................................................3
I – La Etapa Liberal (1861 – 1880)…………………………………………………..….4
Bibliografía capítulo I….……………………………………………………….........7
II – Modelo Agroexportador ( 1880 – 1930) …………………………………………....8
II – 1 – Condiciones internas. Programa………………………………………………...8
II – 2 – Contexto internacional….………………………………………………..….......8
II – 3 – Actores Sociales….………………………………………………………….…..8
II – 4 – Factor dinámico….………………………………………………………...…….9
II – 5 – Acumulación y destino de las ganancias………………………………...………9
II – 6 – Caracteres generales de su economía…………………………………..………10
II – 7 – Vulnerabilidad y límites……………………………………………..…………11
II – 8 – Causas del agotamiento y fin……………………………………….….………11
II – 9 – Aspectos relevantes del proceso histórico …………………………………....11
II – 9 – a. – Consolidación del Estado Nacional. La Argentina Moderna ………….....11
II – 9 – b. – Papel del Estado …………………………………………………….........12
II – 9 – c. – La Oligarquía.……………………………………………………………...13
II – 9 – ch.- Cambios demográficos y sociales ……………………………………..….14
II – 9 – d. - Los comienzos del movimiento obrero. …………………………….........15
II – 9 – e. – Caracteres políticos del ‘Régimen’ ………………………………………..17
II – 9 – f. – Apogeo y fin del régimen ………………………………………………….19
II – 9 – g. – Los Gobiernos Radicales (1916 – 1930) …………………………………...20
Bibliografía capítulo II …………………………………………………………....21
I n d i c e …………………………………………..………………………………….100