La Familia Tradicional Romana Estaba Constituida Por El Padre
La Familia Tradicional Romana Estaba Constituida Por El Padre
La Familia Tradicional Romana Estaba Constituida Por El Padre
dos o tres hijos o hijas, los esclavos domésticos y los antiguos esclavos,
ahora liberados, denominados libertos. Se trata de una familia
absolutamente patriarcal, donde el pater familias tiene pleno poder sobre
los demás miembros, así como la disponibilidad de los bienes que
poseen. La familia será uno de los elementos esenciales de la sociedad
romana. Pertenecer a una familia vinculaba la posesión de derechos de
ciudadanía, por lo que los que perdían los derechos ciudadanos se veían
excluidos de la posibilidad de formar una familia. Diversas familias
forman una gens, caracterizada por la posesión de diferentes elementos
que la identifican, como el ritual funerario o el culto a los antepasados
comunes. La importancia de la gens alcanzará su momento culminante
durante la monarquía y los primeros años de la República”
5. En parejas, leen el siguiente texto sobre la educación que recibían los niños
en la época romana y desarrollan las actividades:
“A los doce años, los destinos de chicos y chicas se separaban, igual
que los de ricos y pobres. Solo los varones, si eran de familia
acomodada, seguían estudiando: bajo la vara de un gramático o
profesor de literatura, estudiaban a los autores clásicos y la mitología
(…); excepcionalmente, a algunas muchachas, su padre les ponía un
preceptor para que les enseñara las obras de los autores clásicos.
Hay que añadir que a los doce años, una joven ya estaba en edad de
contraer matrimonio (…). En las buenas familias, desde ese momento
las muchachas se dedicaban a las labores de la rueca, que servía para
demostrar que no pasaban el tiempo haciendo nada malo. Si una mujer
sabía cantar, danzar y tocar un instrumento, era alabada y apreciada
por su talento, pero era importante demostrar que no por estos talentos
dejaba de ser una mujer honesta. Finalmente, era el marido quien debía
educar a una mujer de buena familia, si esta era demasiado joven. (…).
En Roma no se enseñaban materias formativas ni que tuvieran
obligadamente una utilidad, sino materias que contaban con gran
prestigio en la sociedad, y en primer lugar, la retórica. En Roma se
trataba de embellecer mediante la retórica el alma de los jóvenes (…).
Los jóvenes seguían sus estudios para cultivarse en las bellas artes.
Ningún romano podía considerarse educado si no le habían enseñado la
lengua y la literatura griegas”.