Gobierno Liberal Del General Jorge Ubíco
Gobierno Liberal Del General Jorge Ubíco
Gobierno Liberal Del General Jorge Ubíco
El Palacio Nacional de Guatemala ahora el Ministerio de Cultura de este país, fue edificado durante el
gobierno de Ubico.
Tras la muerte de José María Orellana, y después de participar en las elecciones de 1926, en
que perdió contra el también liberal Lázaro Chacón González, el general Jorge Ubico
Castañeda se retiró a la vida privada; pero con la inestabilidad que se dio tras la renuncia del
general Chacón a finales de 1930, por enfermedad, y la crisis económica que existía en el país
debido a la Gran Depresión originada por la quiebra de la Bolsa de Valores de Nueva York en
1929, se involucró nuevamente en el tinglado político. En diciembre de 1930, el presidente
interino Baudilio Palma fue derrocado y asesinado en un golpe militar por el general Manuel
María Orellana Contreras –primo del general José María Orellana–, pero el gobierno no fue
reconocido por el presidente de los Estados Unidos, país que para entonces ya tenía fuertes
inversiones en Guatemala. La Asamblea Nacional Legislativa designó a José María Reina
Andrade, quien había sido ministro de Gobernación durante buena parte del gobierno de
Estrada Cabrera, y inmediatamente convocó a elecciones, a las cuales se presentó Ubico
Castañeda como candidato único.49
Por ese entonces, eran numerosos los países que se inclinaban por gobiernos autoritarios; de
esta manera, una vez en el poder, Ubico Castañeda asumió poderes dictatoriales y métodos
de espionaje y represión similares a los de Barrios y Estrada Cabrera, y mantuvo una
Asamblea legislativa títere obediente a sus mandatos. Inteligente, dinámico y temperamental,
tenía obsesión por controlar hasta el más mínimo detalle de la vida de Guatemala,50 siendo
uno de sus principales objetivos el de lograr una reorganización de la administración pública,
para lo que nombró a varios allegados suyos, los llamados «Ubiquistas», en posiciones claves
del gobierno.51 Su gobierno se caracterizó por un esfuerzo por estabilizar las finanzas del
estado, reduciendo el gasto público: demostró ser un administrador muy capaz al reducir los
sueldos de los empleados públicos en un 40 % para contrarrestar el déficit del gobierno;50,
fomentó la producción del café durante la Depresión de 1929por medio de la «ley de
vagancia» y la «ley de vialidad» y también por las acciones de una policía y poder judicial
implacables en contra del delito, de la corrupción y de cualquier tipo de oposición al régimen.50
Finalmente, completó la centralización del poder al eliminar a los alcaldes popularmente
electos por intendentes que eran nombrados por el propio presidente. Gracias a la mano de
obra casi gratuita disponible por sus leyes, es significativo su impulso a la construcción de
obra pública, especialmente carreteras, en beneficio de la actividad cafetalera, dominada por
inmigrantes alemanes en la Verapaz (en donde había sido Jefe Político) y por terratenientes
guatemaltecos en el resto del país. Para la construcción de carreteras empleó trabajo forzado
de indígenas, vigilados por el cuerpo de ingenieros del ejército. Por medio del decreto 1995 de
1934 canceló las deudas impagables que los jornaleros tenían con los hacendados. Pero para
contrarrestar una potencial escasez de mano de obra para las fincas, promulgó el Decreto
1996: «La Ley de Vagancia», la cual obligaba a todo campesino que no tuviera un mínimo de
tierras a trabajar cierta cantidad de días al año de servicio de un hacendado; si esto no se
podía comprobar, el jornalero debía trabajar gratuitamente en los caminos.
Como muchos gobernantes de América Latina, extendió su mandato y se convirtió en el
caudillo del país. No le fue difícil reelegirse: el pueblo que podía votar (prácticamente los
habitantes de la ciudad capital y varias cabeceras departamentales) estaba agradecido con su
administración por la mejoría en las condiciones de vida.52 Aunque era admirador de los
gobiernos dictatoriales de Benito Mussolini, Francisco Franco y Adolfo Hitler, mantuvo
relaciones cordiales con los Estados Unidos y puede decirse que su administración se
mantuvo gracias al monopolio bananero de la «frutera» (la United Fruit Company). Conforme
avanzaron los sucesos de la Segunda Guerra Mundial, la política norteamericana y sus
compromisos con la «frutera» lo obligaron no solamente a declarar la guerra a las naciones
del Eje –Alemania, Italia y Japón– sino a permitir el establecimiento de bases norteamericanas
en Guatemala.a Entre los beneficios que recibió del gobierno norteamericano a cambio de su
alianza en la guerra hubo armamento moderno para el ejército y entrenamiento en la Escuela
Politécnica por militares norteamericanos.
Ubico reprimió fuertemente a la delincuencia con la denominada Ley de Fuga, por medio de la
cual los acusados de delitos graves eran ejecutados extrajudicialmente por orden presidencial.
También combatió la corrupción en el Estado con la creación de la contraloría General de
Cuentas de la Nación y el Tribunal de Cuentas. Con esto, las cárceles se convirtieron en
elemento disuasor para el robo del erario público. Obligó a la asamblea legislativa a decretar
una donación de doscientos mil dólares de la época para su persona por sus contribuciones a
la patria. Finalmente, en su enfoque económico de incrementar la producción del país a
cualquier costo, eximió a los caficultores y a las empresas bananeras de responsabilidad
criminal por maltrato a sus mozos y jornaleros.
En 1944, después de más de 12 años de férrea dictadura, su gobierno empezó a denotar
claros signos de debilidad. Se multiplicaron las manifestaciones de la población en su contra,
exigiendo su renuncia. Estas manifestaciones fueron dirigidas principalmente por maestros y
por estudiantes de la Universidad Nacional. El 25 de junio de 1944, durante el transcurso de
una de estas manifestaciones resultó muerta la profesora María Chinchilla, lo que aunado al
«memorando de los 311» y a las presiones populares, dieron lugar a la renuncia del general
Ubico, y el 1 de julio de 1944 aceptó formalmente renunciar a su cargo: Ubico dejó en el poder
a un triunvirato militar conformado por los generales Federico Ponce Vaides, Buenaventura
Pineda y Sandoval Ariza, a quienes sacó del ostracismo en que los mantuvo durante su
gobierno y luego partió hacia el exilio político en Nueva Orleans, donde estaba la sede de
la United Fruit Company.53
Es importante destacar que con el pago de la «Deuda Inglesa» que hiciera el general Ubico
Castañeda al final de su gestión, los gobiernos revolucionarios tuvieron una base económica
sólida para realizar sus proyectos.54