Estrategias de Marketing para Impulsar El Turismo Cultural

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ESTRATEGIAS DE MARKETING PARA IMPULSAR EL TURISMO CULTURAL

Angélica Norieth Cotes Aguilar

Universidad de La Guajira, Colombia

E-mail: [email protected]

Claudia Margarita Gutiérrez Granados

Universidad de La Guajira, Colombia

E-mail: [email protected]
Resumen

Se concibe el turismo cultural como una forma de turismo alternativo que


simboliza la consumación de la comercialización de la cultura. Elementos escogidos de
cualquier cultura pasan a ser productos ofertados en el mercado turístico. En ese
sentido, este trabajo se propone hacer una revisión de carácter descriptivo cualitativo
del concepto de turismo, sus tipologías y las diferentes estrategias que se presentan en
la gestión y planificación turística en general. De igual forma, se intenta plantear una
reflexión con base a la lectura de algunos informes relacionados con la temática del
turismo enfatizando en el turismo cultural desde diferentes aspectos. Por último,
Intentará también introducir opiniones acerca de los aspectos positivos y negativos, o
puntos fuertes y débiles del turismo cultural.

Palabras claves

Turismo cultural, Marketing, gestión, tipologías turísticas, desarrollo mundial.

Abstract

Cultural tourism is conceived as a form of alternative tourism that symbolizes the


consummation of the commercialization of culture. Selected elements of any culture
become products offered in the tourist market. In this sense, this work intends to make a
qualitative descriptive review of the concept of tourism and the different typologies that
are presented in tourism management and planning in general. Similarly, we try to
propose a reflection based on the reading of some reports related to the theme of
tourism, emphasizing cultural tourism from different aspects. Finally, it will also try to
introduce opinions about the positive and negative aspects, or strengths and
weaknesses of cultural tourism.

Keywords

Tourism, Marketing, management and planning, tourist typologies, cultural tourism.


1. Introducción

De acuerdo con Aristóteles "El hombre es un ser social por naturaleza" para
constatar que nacemos con la característica social y la vamos desarrollando a lo largo
de nuestra vida, debido a que necesitamos de los otros para sobrevivir. Somos seres
interaccionales y nos relacionamos para vivir en sociedad.

La curiosidad, la necesidad de descubrir nuevos espacios, de interaccionar con


otras gentes, forma parte de nuestra misma condición. Evolucionamos y, por tanto,
nuestras motivaciones y nuestros comportamientos van variando hasta convertirnos en
seres de consumo cotidiano, condicionados por ambientes sociales y culturales de
contextos determinados.

En ese sentido la actividad turística se convierte una actividad de nuestra


cotidianidad, un quehacer que permite la interacción social, cultural y un motor de
crecimiento económico para las regiones. Podríamos decir entonces que el turismo es
una de las bases del desarrollo social en un país y que este, a su vez, produce un gran
impacto positivo en las dinámicas comerciales de quienes se dedican a esta actividad.

No podríamos afirmar que la actividad turística es una propuesta nueva. Esta se


ha venido desarrollando desde hace mucho tiempo, desde la antigüedad. Es actividad
tan antigua como la humanidad, pues desde hace miles de años nuestros antepasados
ya realizaban viajes. En la época moderna, sin embargo, el surgimiento de nuevos
medios de comunicación como el ferrocarril y el avión generaron un cambio radical en
esta actividad.

En nuestros días, por ejemplo, este concepto se ve ligado a todos los sistemas
que abarcan diversos procesos de interacción en los que se encuentran involucrados
un amplio espectro de agentes (población local, potenciales turistas, turistas,
trabajadores foráneos, empresas, macro empresas…) y un no menos amplio abanico
de espacios cargados de significados y simbolizaciones o, como se han dado en llamar,
lugares (Meethan, 2001).

En un sentido más técnico, para la OMT (Organización Mundial de Turismo), el


turismo comprende las actividades que realizan las personas (turistas) durante sus
viajes y estancias en lugares distintos al de su entorno habitual, por un periodo de
tiempo consecutivo inferior a un año, con fines de ocio, por negocios y otros motivos.
(OMT, 2006).

Sin embargo, este concepto describe de cierto modo las acciones desarrolladas
de manera general por una o un grupo de personas que realizan una actividad de
recreación o entretenimiento. Por lo cual, deja de lado los procesos de interacción
social que hacen posible las dinámicas de ofrecimiento del servicio y consumo.

Otros conceptos de turismo se enfocan en los procesos de consumo. Al


respecto, el turismo, con todas las vertientes que engloba, se ha convertido en una
industria y un fenómeno social altamente vinculado con el componente de las personas
que lo consumen así como con la estructura de sus productos. Por ello, si se quiere
comprender sus aspectos, se deben entender en primer lugar sus componentes
básicos, es decir, los productos y servicios que lo conforman. Buckley (2007).

Sin embargo, para Camacaro (2018), el turismo se define como:

un sistema socio-económico basado en la recreación física y emocional de

las personas, integrado por diferentes actividades que se desarrollan en la

dimensión ambiental, cultural y económica del ser humano y que partiendo de la

sensibilización, capacitación y organización de las comunidades para prestar

buenos servicios, aprovecha racionalmente los paisajes y el patrimonio histórico

cultural, para convertirlos en centros de atracción que capten visitantes

nacionales o internacionales, quienes durante su estadía generan ingresos que

benefician a la comunidad anfitriona (Camacaro, 2018).

Para Camacaro, es ineludible la relación que sostiene el turismo con otros


aspectos de la realidad social, cultural, política, ambiental y económica, reafirmando la
importancia de estos para que la actividad turística se lleve a cabo de una manera
organizada y pueda cumplir con las expectativas de los que prestan y reciben los
servicios.
En general, hay diversos aspectos que han venido caracterizando y definiendo al
turismo como una actividad productiva de gran importancia y trascendencia en el
desarrollo económico y social del mundo entero. Desde la definición misma de la
actividad, orígenes, etapas, modalidades y el contexto que las ha propiciado, hasta la
magnitud de sus impactos en lo económico, lo social y el medio ambiente.

De acuerdo con lo anterior, la actividad turística en la actualidad es percibida


como motor de desarrollo en un territorio, esto genera que los distintos entes de un
país, le otorguen una mayor atención promoviendo diversos programas y actividades de
fomento y estimulación de la misma. Esto quiere decir que, el turismo puede convertirse
en una estrategia de desarrollo local y regional teniendo en consideración que se
amplían cada vez más las modalidades turísticas, ajustándose a las necesidades de los
consumidores turísticos.

Actualmente, según reportes de la OMT,

El sector turístico está viviendo una etapa de desarrollo y crecimiento

destacables en la que los viajes, los movimientos turísticos y el nivel de gasto

aumentan continuamente. Asimismo, se manifiesta un aumento de la

competencia entre regiones o países de destino, un mayor conocimiento de los

efectos económicos y sociales, se le da mayor importancia desde el sector

público al papel dinamizador de esta actividad y un crecimiento en el dominio de

la tecnología en cuanto al comportamiento del consumidor, con relación a la

búsqueda de información y reservas. (OMT, 2017)

De acuerdo a esta misma entidad,

Las llegadas de turistas internacionales registraron un notable aumento

del 7% en 2017 hasta alcanzar un total de 1.322 millones, según el último

Barómetro OMT del Turismo Mundial. Las previsiones apuntan a que este fuerte
impulso se mantendrá en 2018, con un ritmo de entre el 4% y el 5%. (OMT,

2017).

Lo que manifiesta que el año 2017 se caracterizó por un crecimiento sostenido


en muchos destinos y la firme recuperación de los destinos que sufrieron bajas en años
anteriores. Según este organismo, los resultados se debieron en parte a la recuperación
económica y a la fuerte demanda de numerosos mercados emisores tradicionales y
emergentes, así como, en particular, al repunte del gasto turístico en Brasil y la
Federación de Rusia después de varios años de descensos. (OMT, 2017)

En suma, el concepto de turismo como ya lo hemos referenciado, resulta muy


amplio de definir, si tenemos en cuenta toda la evolución histórica que ha presentado,
sin embargo, podemos anotar que en la actualidad este concepto se encuentra muy
arraigado a las esferas del desarrollo económico y social de las regiones. De la misma
forma, podemos afirmar que la actividad turística dinamiza los campos de producción
de las sociedades, al promover esa interacción social entre la parte emotiva y la parte
material que se genera en este tipo de actividades. En ese sentido, el aspecto cultural
juega un papel importante dado que, la cultura es el gran activo, la riqueza tangible e
intangible, de la que son, objetivamente, propietarios indiscutibles sus propios actores y
gestores.

2. Clasificación de las actividades turísticas y desarrollo del Turismo Cultural.

Según la experta Reina Ibáñez (2011), la actividad turística puede clasificarse


desde unos componentes espacial, temporal o incluso de acuerdo al propósito del viaje.
Cada modalidad turística engloba un grupo amplio de actividades. De igual forma, nos
referencia dos grandes modalidades de actividades turísticas.

La primera de ella es el turismo tradicional que se basa en turismo masivo y en el


desarrollo de grandes instalaciones de alojamiento y esparcimiento. Los turistas que
practican este tipo de turismo regularmente presentan hábitos consumistas y demandan
servicios sofisticados. (…) la visita a playas y grandes destinos turístico o bien, a
ciudades coloniales o de atractivo cultural situadas regularmente en grandes ciudades.
(Ibáñez, 2011)

Del mismo modo, encontramos el turismo alternativo cuyo objetivo la realización


de viajes donde el turista participa en actividades recreativas de contacto con la
naturaleza y las expresiones culturales de comunidades rurales, indígenas y urbanas,
respetando los patrimonios natural, cultural e histórico del lugar que visitan. Presupone
que los organizadores están conscientes de los valores naturales, sociales y
comunitarios, y que los turistas desean interactuar con la población local (Ibáñez, 2011)

En esta segunda modalidad de turismo propuesta por Reina Ibáñez (2011), se


presenta una clasificación que depende del tipo de actividad turística que se quiera
realizar. En ese orden de ideas, tenemos turismo rural, agroturismo, ecoturismo, turismo
de aventura, turismo cinegético y el turismo cultural, esta última es la categoría de
nuestro interés en el desarrollo de este trabajo.

Anteriormente resaltamos varias de definiciones sobre turismo, podríamos


pensar que algunas de esos conceptos nos pueden dar ideas sobre aspectos
intrínsecos de su relación con la cultura. En realidad, parece inseparable el turismo de
la cultura y, en todo caso, no se entendería el origen del turismo sin implicaciones
culturales significativas. Pero resulta algo complicado establecer una relación entre dos
conceptos intangibles y polisémicos, y más cuando se habla del elemento cultura que
en su realidad conceptual ha tenido muchos cambios a partir de procesos económicos,
sociales y políticos que se han dado en el transcurrir de la historia.

En todo caso, no es menester detenernos a polemizar y definir estos conceptos,


más bien nuestra tarea es comprender que el turismo cultural es una forma de hacer
turismo y no una composición de dos términos que intentan describir unas acciones
individuales y que poseen cierta relación con el aspecto social.

De tal forma que, el turismo está llamado entonces a ser un proceso social, que
crea espacios de interacción entre los visitantes y las comunidades receptoras, en los
aspectos ambientales, económicos y culturales de las sociedades. Asimismo, en esta
interacción permanente y dinámica entre el turismo y la cultura, dadas las implicaciones
como hecho social que tiene la actividad turística para la humanidad, se concluye, que
todo desplazamiento turístico tiene una implicación cultural: sin la cultura no se explica
el turismo.

En un primer momento, el turismo cultural es definido por la OMT, como todos


los movimientos de las personas para satisfacer la necesidad humana de diversidad,
orientados a elevar el nivel cultural del individuo, facilitando nuevos conocimientos,
experiencias y encuentros (OMT, 1995)

Este concepto inicial, con más de una década en auge, enfoca la actividad
turística cultural a la necesidad que manifiestan las personas por conocer y ampliar su
universo de experiencias. El aspecto interaccional del individuo con su vivencia cultural
enriquece su conocimiento y su interés humano.

En esa misma idea, Richards (1998), “lo conceptualiza como todos los
movimientos de personas con destino a atractivos culturales concretos, como sitios de
interés patrimonial, manifestaciones artísticas y culturales, exposiciones de arte y
teatro, en ciudades ubicadas en países que no son su lugar habitual de residencia”.
(p.10)

Ambos aportes no sobrepasan los límites del interés personal. Para ellos el
turismo cultural se basa en darle gusto al cuerpo y al alma, satisfacer la necesidad
intelectual de cierto grupo social que posee conocimiento del mundo y quiere
experimentar y vivenciar ese conocimiento. Si bien el turismo cultural es una actividad
de encuentro y vivencia entre un individuo y un aspecto inmaterial y material concreto,
también hay que tener en cuenta los sujetos inmersos en las sociedades donde se lleva
a cabo el turismo cultural, los pros y los contras que esta actividad turística puede
generar en ella.

Una noción más actualizada la tomamos de Carlos Hiriart (2006), nos dice que:

El término Turismo cultural se acuña como un concepto de concurrencia

entre cultura y turismo. El origen tiene mucho que ver con necesidades de

mercado, tanto de la gestión cultural como del propio sector turístico; sin
embargo, a pesar del paso del tiempo y tras muchos debates, encontramos

todavía desde el mundo de la cultura una percepción de lo turístico como algo de

segunda categoría o nivel, solamente aceptable por la trascendencia económica

que puede suponer. (p. 22)

Así pues, el Turismo Cultural se configura como un concepto en permanente


proceso de construcción. En él se integran, por un lado, la oferta de recursos y
productos basados en el patrimonio monumental y material que se irá ampliando al
significado global del patrimonio cultural. Por otro incorpora la demanda y sus
motivaciones generando un Turismo Cultural cada vez más amplio e integrador, donde
todos sus componentes se entremezclan y articulan entre sí.

Por otra parte, el estudio del turismo relacionado con la cultura y el patrimonio
material e inmaterial, se enmarca en una relación compleja, en virtud de las
características de funcionamiento de los dos sectores que si bien pueden ser
complementarios, sus necesidades son diferentes y están determinadas por el entorno
físico, social, económico, ambiental, histórico y político del territorio en que se
desarrolla. (Hiriart, 2006)

Según la Comisión de las Comunidades Europeas (2001), el turismo cultural está


constituido en su oferta por tres elementos o condicionantes básicos:

• Un deseo de conocer y comprender los objetos muebles y las obras materiales, los
lugares incluyendo la población con la que se entra en contacto, y las tradiciones.

• El consumo de un producto que contenga un significado cultural (ciudades y conjuntos


históricos, monumentos, poblaciones vernáculas, obras de arte, festividades y
tradiciones inmateriales, intercambio de ideas, gastronomía, artesanía, etcétera).

• La intervención de un mediador, que tenga la función de subrayar el valor del producto


cultural, su presentación y explicación, propiciando una interpretación efectiva y
autentica del bien. (p. 202).
Podemos afirmar, en palabras de la Comisión de las comunidades del Consejo
de Europa y la comisión de turismo en este contexto, que estas promueven el turismo
cultural considerándolo “un medio para cimentar la unidad en la diversidad” de las
regiones, ciudades y de la población en la Unión Europea.

De igual forma, de acuerdo con la Comisión de las Comunidades europeas


(CCE), en la actualidad se presentan una serie de motivos que han aumentado la
demanda del turismo cultural en el mundo, tales como:

1. Mayores niveles de educación a nivel mundial, que provocan un aumento


general del interés por la cultura.
2. Envejecimiento de la población (principalmente en Europa y Norteamérica), que
genera mayor demanda de productos y experiencias culturales.
3. Nuevos flujos turísticos de mercados emergentes (como China, Rusia o India)
que quieren ver los principales recursos culturales de los destinos que visitan.
4. Desarrollo de industrias culturales y un crecimiento en la oferta de actividades y
recursos culturales.
5. Proyectos de regeneración urbanística que han convertido edificios antiguos
(antes sin uso turístico) en centros y espacios culturales.
6. Auge de internet que ha facilitado el consumo de turismo cultural.
7. Mayor promoción por parte de las grandes instituciones culturales, que antes
veían su rol limitado sólo a la conservación del patrimonio y ahora ven en la
difusión y la explotación turística, una de sus principales obligaciones.
8. Por otro lado, en la última década la oferta de equipamientos culturales se ha
duplicado en Europa y Estados Unidos.

En estas esferas de la actividad turística, el turista que busca alternativas


diferentes para elegir su destino con base a la oferta del turismo cultural forma parte de
una clientela curiosa por naturaleza, ávida de conocimientos, buscando entender el
trasfondo de los elementos mostrados, de maravillarse del todo y sorprenderse con
cada detalle.

Se puede decir que, el turismo cultural es una industria competitiva, de alto


impacto en el contexto económico de las regiones y fuente de desarrollo para estas
mismas. Datos de la UNESCO indican que esta actividad ya representa un 40% del
turismo en el mundo según informes del 2017. Asimismo, la Organización Mundial del
Turismo (OMT), Panorama del Turismo Internacional 2017, reveló que durante las seis
últimas décadas, el turismo cultural ha experimentado una continua expansión y
diversificación, convirtiéndose en uno de los sectores económicos de mayor crecimiento
del mundo. Del sol, D. (2017) La Unesco destaca que el turismo cultural representa ya el 40%
del turismo en el mundo. elEconomista.es. Recuperado de: https://www.eleconomista.es

Por otra parte, Según datos de la OMT, el turismo cultural a nivel internacional
representa el 7% de las exportaciones mundiales de bienes y servicios, tras subir un
punto porcentual desde el 6% en 2015. Esto implica que el turismo cultural ha crecido
con mayor rapidez que el comercio mundial durante los últimos cinco años y como
categoría mundial de exportación, ocupa el tercer puesto. En el ranking por regiones,
según la clasificación de la OMT, Asia y el Pacífico se ha situado a la cabeza del
crecimiento, con un aumento del 9% en llegadas internacionales, seguida de África
(+8%) y las Américas (+3%). En Europa (+2%), la región más visitada del mundo, los
resultados han sido desiguales, mientras que los datos disponibles para Oriente Medio
(-4%) apuntan a una disminución de llegadas. (OMT, 2017)

En definitiva, como lo plantea Hiriart (2006),

Los sitios emblemáticos de una nación representan un crisol de valores


culturales, arquitectónicos, artísticos, estéticos, económicos, sociales,
tradicionales e inmateriales, que construyen la historia de las civilizaciones y se
identifican en el espacio con lecturas diferentes, de los residentes y usuarios
locales, y también de los visitantes o turistas que la consumen, asociada a
imaginarios diversos en los cuales cultura y patrimonio son factores
determinantes para la idealización de un espacio, que ofrece la memoria del
pasado como un producto de consumo en muchos casos auténtico y honesto,
pero en otros en un espectáculo o escenario que banaliza la propia historia y el
patrimonio arquitectónico, urbano y arqueológico dentro de un proceso de
marketing para la atracción del turismo cultural. (p. 26)
3. Estrategias de Marketing para el turismo cultural

De acuerdo con Claudia Tocelli (2006)

El turismo cultural puede ser un positivo instrumento de desarrollo local y


regional, entendido esto último desde una visión socio-económica que permita
una equitativa distribución de los beneficios, ya sean de carácter económico,
social y cultural en las comunidades anfitrionas, reflejado en una mejora de la
educación, la formación, la creación de empleo, y la generación de ingresos,
colaborando en la erradicación de la pobreza, por ejemplo en el caso de los
países en desarrollo. (p. 8)

Desde el punto de vista anterior, el turismo cultural es visto como una


herramienta dinamizadora de los procesos económicos en las sociedades. Es decir, los
diferentes cambios económicos, las crisis financieras y las recesiones económicas por
los que atraviesa en cierto momento un país o una región, desencadenan una serie de
mecanismos de reflexión los cuales conllevan a repensar y proyectar nuevos modelos
para el desarrollo local y regional. De esta manera, es como las comunidades tomaron
conciencia de la necesidad de adaptarse a nuevas situaciones y así, fueron surgiendo
nuevas formas de gestión y participación comunitaria para la recuperación y puesta en
valor del patrimonio a través del turismo cultural, como actividad dinamizadora de las
economías locales.

Es ese sentido dinamizador el que permite que la actividad cultural de una zona
se convierta en una propuesta turística con gran auge. Asimismo, la noción de
marketing se adhiere a la práctica turística cultura determinando que este permite el
contacto a la oferta y la demanda en el mercado, a través de una acción de intercambio
(bienes, servicios, dinero), beneficiosa para ambas partes.

Nace la propuesta de marketing turístico como aquel “conjunto de políticas y


técnicas sistematizadas y coordinadas que llevan a cabo empresas, organismos
públicos y privados sobre el plano local, regional, nacional e internacional, para la
satisfacción óptima de las necesidades y motivaciones turísticas de los consumidores,
para lograr, de esta forma, un beneficio apropiado.” (Lickorish y Jenkis,1997, p. 158)
Del mismo modo, Bullón (1998) sostiene que: “de igual manera que en el
marketing de los productos de existencia física, el de servicios está constituido por una
serie de técnicas, procedimientos – y a veces recetas – diseñados para facilitar e
incentivar el proceso de intercambio entre el oferente y el comprador”. (p. 11)

Podemos afirmar entonces que, el marketing aplicado al turismo cultural es una


actividad que tiene como objetivo lograr un intercambio beneficioso para las partes
intervinientes, por un lado, satisfaciendo las expectativas y necesidades de los
visitantes y, por el otro, generando los intereses que se buscan por los oferentes o
promotores de los centros turísticos. Cabe aclarar, que este beneficio no siempre es de
carácter económico, sino que el mismo varía de acuerdo al enfoque con el que se
aborde la iniciativa que se pretenda desarrollar.

El marketing no es ajeno a las tendencias mundiales al contrario su efectividad


radica en mantenerse a la vanguardia con las nuevas tendencias, realizando vigilancia
tecnológica con el fin de diseñar estrategias certeras que logren el objetivo o alcance
para el cual se definieron.

En este orden de ideas y con base en la información obtenida a partir de este


estudio dentro de las estrategias de Marketing del turismo cultural que son tendencia
hoy día podemos mencionar:

ESTRATEGIA DESCRIPCION POBLACION OBJETIVO ALCANCE O OBJETIVO


REDES Creación de Millennials: Personas Difundir la existencia de los
SOCIALES cuentas en las que llegaron a su etapa destinos turísticos, dar a
redes sociales más adulta después del año conocer a la mayor población
conocidas 2000, entre los 18 y 35 posible la oferta turística.
(Facebook, años, es decir, con el
Instagram, Twitter, cambio de siglo, y que en
Snapchat conjunto, poseen
características
particulares, tales como
por ejemplo: una
personalidad de
descontento y amor por la
tecnología, generalmente
esta es la fuente primaria
que utilizan para acceder
a la información.
Buscadores Registro en los  Millenialls Si bien los buscadores
principales
 Viajeros mencionados hacen
buscadores
 en general con promoción directa de
Booking
acceso a redes prestadores de servicios:
Agoda, Kayak,
sociales que se hoteles, restaurantes, vuelos,
Hoteles.com,
apoyan en la etc como estrategia de
Tripadvisor
tecnología para la promoción estas páginas
planeación de sus resaltan los atractivos
viajes. turísticos en general del lugar
de destino con el fin de atraer
la atención del turista hacia
ese destino, el turismo cultural
no escapa a esta promoción.

La anterior clasificación de las estrategias del marketing turístico es resultado de


las diferentes tendencias que se muestran hoy por la web y sintetiza los elementos más
importantes de esta actividad en la actualidad. Por lo anterior, debemos resaltar que un
aspecto importante para que estrategias como las que mencionamos anteriormente
sean efectivas es concientizar a los protagonistas del sector que independientemente
del tipo de turismo que se desee promocionar y por más arraigado que esté hacia el
rescate cultural. no se debe ser ajeno o pretender fortalecerse de espaldas a la
tecnología, se hace necesario que las empresas del sector turístico cultural se preparen
para su oferta con el apoyo de la tecnología, que consideren el diseño de videos
promocionales, alianzas estratégicas, preparación de su infraestructura física con el
andamiaje necesario para estar a la vanguardia en lo que a comunicación con sus
clientes objetivos se refiere, es aquí donde el Marketing se convierte en la bitácora que
permite definir las estrategias más certeras y efectivas para alcanzar el objetivo de
promoción y posicionamiento de la oferta turística.
4. Metodología
Este trabajo se desarrolló mediante una metodología de carácter descriptivo-
cualitativo. Los procedimientos metodológicos incluyen la investigación bibliográfica,
análisis documental y de fuentes estadísticas, a través de las cuales se pretende
identificar las estrategias de turismo cultural más utilizadas en la actualidad para
promover este modelo de turismo.

5. Discusión y resultado

En conclusión, podemos destacar que los resultados de esta revisión


documentada de las estrategias de marketing del turismo cultural nos permiten
evidenciar los siguientes aspectos.

Primero: el turismo cultural es, en la actualidad, una tendencia que crece con
fuerza en el mercado mundial del turismo, lo que da cuenta de la profundidad y
diversificación de la actividad turística, sumado a la creciente valoración de la pluralidad
de las manifestaciones culturales humanas. En otras palabras, el surgimiento del
turismo cultural es el resultado de la evolución del turismo en el mundo.

Segundo: que para muchos países el turismo cultural representa enormes


oportunidades para potenciar los meses de temporada media o baja en destinos
consolidados y en destinos emergentes. En el caso de las localidades más pequeñas,
pero cercanas a grandes ciudades el turismo cultural también puede contribuir en
potenciarles como destinos de fin de semana.

Por último, reafirmamos que dentro de las mismas estrategias de Marketing para
el turismo cultural se debe contemplar también el turista o usuario que aun sabiendo
que las herramientas tecnológicas son un sistema inmediato de información, no accede
a los medios digitales ya sea por su edad, gustos o costumbres, estas estrategias
suelen ser más tradicionales pero no menos efectivas, con el paso del tiempo este perfil
de cliente disminuye pero sigue siendo un usuario potencial que no debe descuidarse ni
descartarse. Con este tipo de turistas las estrategias apuntan hacia la prensa escrita,
revistas, visitas comerciales y/o empresariales, todo esto con un único objetivo común,
promocionar los destinos turísticos con sus diferentes atractivos y potencializar la
proyección y crecimiento del sector.
6. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

 Bonet, L. 2003 “Turismo Cultural: Una reflexión desde la ciencia económica”. En


Análisis Sectoriales: Estudio Compartido sobre “Turismo y Cultura”, Portal
Iberoamericano de Gestión Cultural, Universidad de Barcelona, www.gestioncultural.org.
 Buckley, R. (2010). Adventure tourism management, Oxford: Butterworth - Heinemann –
Elsevier, 268 p.
 Camacaro, A. (2008). Turismo básico: un enfoque integral. Caracas: Editorial Biosfera.
 Cammarata, Emilse Beatriz, 2006. El turismo como práctica social y su papel en la
apropiación y consolidación del territorio. En publicación. América Latina. San pablo,
Brasil.
 Comisión de las Comunidades Europeas (CCE), El Turismo Cultural en Europa,
DGXXIII, Bruselas, 1993, citado por Ballart, Josep y Jordi Juan I. Tresserras en Gestión
del Patrimonio Cultural, Barcelona, Ariel (Colección Ariel Patrimonio), 2001, p. 202
 Hiriart Pardo, Carlos Alberto, La gestión del patrimonio cultural en Michoacán y sus
impactos en el patrimonio monumental de Morelia y Pátzcuaro, Tesis para obtener el
grado de Doctor en Arquitectura, Programa Interinstitucional de Doctorado en
Arquitectura (PIDA), Facultad de Arquitectura de la Universidad Michoacana de San
Nicolás de Hidalgo, octubre del 2006.
 Ibáñez; R y Cabrera, 2011. Teoría general del turismo: Un enfoque global y nacional.
México. Universidad Autónoma de Baja California.
 LICKORISH, y JENKIS, C. Una introducción al turismo. Madrid: Síntesis. 1997.
 Meethan, K. Tourism in global society: place, culture, consumption. New York: Palgrave,
2001.
 ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE TURISMO. (2017). Resultados del turismo
internacional en 2017: los más altos en siete años. Recuperado de:
http://www2.unwto.org/
 OMT – Organización Mundial del Turismo (1995). “Carta del Turismo Sostenible”.
Conferencia Mundial de Turismo Sostenible, Lanzarote.
 OMT. 2005, 2006. Barómetro del turismo mundial. Madrid.

 Rodríguez López, Mario, 1982. Teoría general del turismo, South-Western Publishing
CO, USA.
 UNESCO, Turismo cultural sostenible, tomado de: http://portal.unesco.org/
culture/es/ev.php-URL_ID=36700&URL_DO=DO_TOPIC&URL_SECTION=201.html.
Fecha de consulta, 15 de septiembre del 2011.

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