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Robert Owen

Robert Owen fue un empresario y socialista británico que introdujo mejoras para los trabajadores en su fábrica en Escocia. Creía que la educación y el entorno podían hacer que las personas fueran mejores. Intentó establecer comunidades utópicas pero fracasaron. Más tarde se convirtió en líder del movimiento obrero británico y promovió las cooperativas como alternativa al capitalismo.

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Robert Owen

Robert Owen fue un empresario y socialista británico que introdujo mejoras para los trabajadores en su fábrica en Escocia. Creía que la educación y el entorno podían hacer que las personas fueran mejores. Intentó establecer comunidades utópicas pero fracasaron. Más tarde se convirtió en líder del movimiento obrero británico y promovió las cooperativas como alternativa al capitalismo.

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ROBERT OWEN

ASPECTOS IMPORTANTES

Mi nombre es Robert Owen, nací en Newton, Gales, Gran Bretaña el 14 de mayo


de 1771, soy un pensador y activista del primer socialismo británico. Soy hijo de
un modesto artesano, tuve una formación autodidacta y prosperé como
empresario de la industria del algodón. En 1799 compré junto con otros socios la
fábrica textil de New Lanark (Escocia), de cuya dirección me ocupé en los años
siguientes.

Conmovido por las consecuencias sociales de la introducción del capitalismo


durante la Revolución Industrial, busque la forma de promover una sociedad mejor
desde mi posición como empresario. Mi gestión fue un experimento innovador,
pues conseguí que la empresa arrojara beneficios introduciendo mejoras
sustanciales para los trabajadores: elevé los salarios, senté las bases de una
seguridad social mutualista y proporcioné a los obreros condiciones dignas de
vivienda, sanidad y educación. Este último fue para mi el objetivo esencial, pues
consideraba que una educación liberal y solidaria sería el mejor instrumento para
acabar con la delincuencia y poner las bases para un futuro de justicia e igualdad.

Soy un pionero del socialismo, inspirado aún por la fe de los pensadores ilustrados
del siglo XVIII en el progreso humano y en la posibilidad de reformar gradualmente
la sociedad mediante la razón, el convencimiento y la educación.

Mi fama se extendió por Gran Bretaña, y aproveché mi notoriedad para plasmar


mis ideas en conferencias y libros, en los que fui desarrollando un ideal de
socialismo gradualista y cooperativo.

Sin embargo, mis socios capitalistas en New Lanark desaprobaron una gestión tan
generosa hacia los obreros y me desplazaron de la dirección. En el futuro, yo
pasaría a confiar más en la acción del Estado como impulsor de las reformas
sociales necesarias que las clases acomodadas no iban a adoptar por iniciativa
propia, al tiempo que criticaba la idea misma de una economía competitiva. En
1825-28 volví a intentar poner en práctica mis principios en una nueva comunidad
modélica llamada New Harmony (Indiana, Estados Unidos); pero la empresa
fracasó y se llevó prácticamente toda mi fortuna personal.

De vuelta a Inglaterra, pasé a ser un activista del incipiente movimiento obrero:


fundé una «Bolsa de cambio equitativo de trabajo», con la que esperaba desterrar
el dinero, el beneficio y la explotación del trabajo obrero; participé activamente en
el movimiento de los cartistas, que reivindicaban pacíficamente la introducción de
reformas democráticas en el sistema político británico; y en 1833 me puse a la
cabeza de la primera central sindical británica de ámbito nacional (el Grand
National Consolidated Trade Union), que llegué a tener medio millón de afiliados.

Fracasados todos aquellos empeños, una nueva era de las luchas sociales iría
dejando atrás mis ideales; apoyé una nueva comunidad owenista en Harmony Hall
(Hampshire, Inglaterra, 1839-45), edité un periódico de propaganda socialista (El
Nuevo Mundo Moral, 1834-46) y escribí algunos textos tardíos de tendencia más
espiritualista.

Mi fecha de defunción fue el 17 de noviembre de 1858 en Newtown (Gales).

INVESTIGACION

Fue un empresario y un socialista utópico británico, que llevó a la práctica sus


ideas reformistas primero en su fábrica de New Lanark (Escocia) y luego en las
«colonias» de New Harmony, que fundó en 1825 en Estados Unidos, y de
Harmony Hall, fundada en 1840 en Gran Bretaña. A su vuelta de América en 1828,
se convirtió en el gran impulsor y líder del movimiento obrero británico.1

Su reformismo y su oposición a la idea de la lucha de clases marcó la historia del


socialismo inglés, como recordó Sidney Webb en el Congreso del Partido
Laborista de 1923: «Debemos recordar que el fundador del socialismo inglés no
fue Karl Marx sino Robert Owen, y que Robert Owen no predicaba la lucha de
clases, sino la doctrina de la fraternidad humana».2 Por otro lado Owen está
considerado como el padre del cooperativismo.

Originario de Gales, de familia menestral, trabajó desde los 10 años; a los 20 años
dirige una fábrica de tejidos en Mánchester y nueve años después, en enero de
1800, se hace cargo de una empresa en New Lanark. A partir de su experiencia
en ese lugar escribió algunas de sus obras más importantes: La Formación del
Carácter Humano (1814) y Una Nueva Visión de la Sociedad (1823) que trata
sobre las reformas del régimen industrial y sus consecuencias para el carácter
humano.

En 1825 compró la Comunidad de Harmony en Indiana de la Harmony Society, y


la estableció como un proyecto de sociedad utópica bajo el nombre de “New
Harmony”; el experimento fracasó y tuvo que vender el terreno en 1828, perdiendo
con ello una buena parte de su fortuna.
Tras su vuelta de Estados Unidos se convirtió en la figura central del incipiente
movimiento obrero británico, en su guía, alcanzando también su influencia a
determinados medios burgueses radicales. Muchos obreros pusieron entonces en
marcha experiencias cooperativas, mientras que algunos teóricos difundieron sus
postulados.

Robert Owen defendía la posibilidad de desarrollar un sistema económico


alternativo basado en la cooperativa. Su planteamiento era utópico, pero no irreal,
porque pretendía sustituir el sistema capitalista por otro más justo que evitara los
problemas británicos. Desde su perspectiva los obreros debían unirse para crear
una nueva realidad europea basada en cooperativas que fuesen más rentables
que las industrias: cooperativas de producción y cooperativas de distribución.

En 1829 crea la Asociación Británica para la Promoción de la Ciencia Cooperativa


(British Association for the Promotion of Co-operative Knowledge) y en 1832 ya se
contabilizan unas 500 sociedades cooperativas de distribución y de producción,
estas últimas vinculadas estrechamente a las organizaciones obreras (Trade-
Unions).4 Para impulsar el movimiento cooperativo Owen pone en marcha la
National Equitable Labour Exchange (Bolsa Nacional de Cambio Equitativo del
Trabajo), con sede en Londres, en la que las cooperativas podrían vender sus
productos recibiendo a cambio unos billetes de trabajo (labour notes) que
sustituirían al dinero, aunque este sistema acabó fracasando y Owen tuvo que
aportar dinero de su propio bolsillo.5

En 1833 puso en marcha una nueva iniciativa —la creación de un gran sindicato
nacional con la doble finalidad de coordinar las acciones reivindicativas obreras y
de alcanzar una economía socialista basada en la cooperación— que se concretó
al año siguiente con la fundación de la Grand National Consolidated Trades Union
(GNCTU), Gran Unión Consolidada de los Oficios) pero a pesar del éxito inicial a
los pocos meses tuvo que disolverse a causa de la presión de los patronos, de las
medidas represivas adoptadas por el gobierno liberal —cuyo episodio más
conocido fue la deportación de seis jornaleros de Dorchester, los mártires de
Tolpuddle—, de las disensiones internas y de la falta de fondos para mantener las
huelgas.6 A pesar del fracaso esa experiencia sindical demostraba que el
sindicato de masas y de ámbito estatal era posible y que se podían plantear
alternativas al sistema capitalista (como cooperativas de producción).

Tras el fracaso de la GNCTU, Owen se retiró del movimiento obrero y en 1835


inició la última etapa de su vida —tenía entonces 64 años— que dedicó a anunciar
un «Nuevo Mundo Moral» para lo que fundó un periódico del mismo título: New
Moral World. «Instalado en Londres pero viajando sin cesar, siempre infatigable,
Owen continúa hablando y escribiendo. Patrocina periódicos, pronuncia
conferencias, e intenta de nuevo fundar, sin más éxito que en el pasado, una
ciudad comunitaria en Queenwood, en el Hampshire. Rodeado de la reverencia y
devoción de sus discípulos, toma el título extraordinario de “Padre Social de la
Sociedad de Religionistas Racionales”».

Owen sigue confiando en que la solución vendrá de la propia sociedad. Atacará


instituciones como la familia, la religión, la herencia, etc., porque pensaba que
limitaban la libertad del ser humano. En 1854, sin embargo, Owen se convertiría al
espiritualismo después de una serie de sesiones con la medium Maria B. Hayden.

IDEAS.

HOMBRE Y SOCIEDAD.

Desde el punto de vista de Owen, y en oposición a los filósofos del individualismo,


el hombre es un producto social, manufacturado. El hombre sería un libro en
blanco que la sociedad, mediante sus agentes socializadores, procede a escribir.
El carácter del individuo pasa a ser creación del medio social y el azar de las
circunstancias, y no consecuencia de una naturaleza metafísica predestinada.
Cree en la omnipotencia de la razón, por lo que su ideología asienta sus bases en
la educación. Se puede considerar a Owen a uno de los padres del pensamiento
pedagógico.

Parte de la idea de que las condiciones de vida determinan la suerte del individuo
y, para mejorarla, se debe reconstruir el ambiente en que vive el ser humano. Para
Owen, el hombre depende de su entorno natural y social. El hombre es bueno por
naturaleza pero las circunstancias no le dejan serlo (idea original de Rousseau, y
que quizá el adapte). Quiere mejorar el entorno del hombre para que éste sea
bueno, para que emerja su bondad. El hombre bueno trabajará mejor
voluntariamente.

Owen siempre se mostró optimista sobre la posibilidad de regenerar a la


humanidad:

“Sé que la sociedad podría existir sin delitos, sin pobreza, con una condición
sanitaria mejor, sin ser infeliz o estar afligida por penas, y con una felicidad
centuplicada; y que ningún obstáculo, aparte de la ignorancia, se opone a
ello en la actualidad, ni impide que tal estado social se convierta en
universal.”
Para alcanzar el «nuevo mundo moral» Owen rechazaba la revolución y la lucha
de clases y propugnaba la vía reformista e interclasista, porque confiaba en que
los datos «científicos» de la razón serían suficientes para convencer a las clases
altas para que hicieran concesiones a los trabajadores y alumbrar así la «nueva
sociedad». Siguiendo a los ilustrados, estaba persuadido de que el carácter del
hombre lo modelaban las «circunstancias» por lo que si se modificaba el medio
social sería posible su regeneración. Él mismo aplicó este principio en su fábrica
de New Lanark mediante la mejora de las condiciones de vida y de trabajo de los
obreros que allí trabajaban, y lanzó un «llamamiento a los ricos» en 1818.

La prosperidad real de la población puede medirse con exactitud en cada


momento por el nivel de los salarios y la extensión del bienestar que la clase
productora puede obtener a cambio de su trabajo. Pero cuando la ignorancia, el
exceso de trabajo y los bajos salarios se combinan, no sólo el trabajador se
encuentra en una condición miserable sino que las mismas clases superiores son
ofendidas.

Siguiendo los postulados de la teoría del valor-trabajo, consideraba al trabajo


como la fuente «de toda la riqueza nacional», que si estaba «bien dirigido» podía
«producir una cantidad superior a las necesidades esenciales de la humanidad», y
también como «la medida natural del valor», principio que debía ponerse en
práctica inmediatamente, pues «hasta que las ventajas materiales no se
distribuyan equitativamente, no puede existir igualdad en la práctica».

Asimismo debían potenciarse los sindicatos obreros, cuya función no se limitaría a


la lucha por la mejora de las condiciones laborales, sino que constituirían el
fundamento de la «nueva sociedad» mediante la formación de cooperativas. Así lo
expuso en el «llamamiento a la población del mundo» de 1836.

“Hombres laboriosos, productores de la riqueza, del saber y de todo lo que


realmente es valioso en la sociedad, unid hoy vuestras fuerzas para crear
una forma nueva y justa de existencia humana, una situación en la que no
habrá más rivalidad que la de producir la mayor felicidad duradera para la
raza humana; tenéis en vuestras manos todos los elementos necesarios para
realizar tal cambio…”

OBRAS:

 1814: Nueva visión de sociedad, ensayo sobre la formación del carácter


humano.
 1816: Primer instituto de educación preescolar
 1825: Observaciones sobre el efecto del sistema manufacturado.

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