PACTtherapydescription ANA ES
PACTtherapydescription ANA ES
PACTtherapydescription ANA ES
Aldred C., Green J., Howlin P., LeCouteur A., Slonims V., Barron S. y terapeutas del
PACT
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1. RESUMEN
El PACT (ensayo de comunicación en niños con autismo en preescolar) es una intervención con base
teórica que, a través de la mediación de los padres y el uso de grabaciones de vídeo, está diseñada para
mejorar las competencias de comunicación social en niños con trastorno del espectro del autismo (TEA).
Los principios del PACT son el resultado de la investigación sobre el desarrollo prelingüístico,
pragmático y lingüístico. Este enfoque, basado en intervenciones diseñadas para niños con retrasos en el
desarrollo del lenguaje1 se centra en deficiencias básicas en materia de atención compartida, comprensión
y comunicación intencional.2 La intervención PACT nace de la constatación de que los niños con TEA
necesitan un tipo de interacción adaptada, personalizada en función de su nivel individual de
comunicación social.3
En el ensayo PACT, la intervención se aplicó a niños con autismo severo pero también está diseñada para
niños de corta edad (entre 2 y 6 años) con trastorno del espectro del autismo y dificultades de
comunicación social, tanto en la fase preverbal como en las primeras fases del desarrollo del lenguaje. El
objetivo del programa consiste en modificar la interacción de la díada padre-hijo1 con el fin de mejorar
la comunicación del niño. La formación es impartida por logopedas y, a pesar de su base clínica, el
objetivo es animar a los padres a utilizar la interacción adaptada mientras juegan o realizan otras
actividades con su hijo en casa.
2. CONTEXTO
Dificultades de comunicación en el trastorno del espectro del autismo e impacto en la comunicación
padre-hijo
El trastorno del espectro del autismo (TEA) es una discapacidad grave del desarrollo neurológico 4 que
provoca severas dificultades en el lenguaje, la comunicación y la interacción social recíproca que afectan
de manera muy importante en el desarrollo social de los niños hasta la edad adulta.5 Las dificultades de
comunicación social, uno de los primeros síntomas que suscitan la preocupación de los padres,
generalmente antes de los 24 meses de edad 6,7 incluyen déficits y retrasos en la comunicación no verbal,
la intención comunicativa, la atención compartida y la orientación por las señales sociales.8-11 Son unas
dificultades dominantes, persistentes, altamente indicativas de futuras consecuencias sociales y
educativas y están fuertemente asociadas a la gravedad de los síntomas conductuales.
Los efectos de estas deficiencias en la interacción padre-hijo son significativos y puede dar lugar a la
perplejidad de los padres y a reducir el “engranaje” interaccional.12 Las señales de comunicación del niño
pueden ser “débiles”, poco frecuentes o inoportunas y, por lo tanto, incrementar las iniciaciones y las
estrategias de los adultos para redirigir el foco de atención del niño.13 La comunicación “asincrónica” que
de ello resulta puede conducir a reducir las oportunidades de aprendizaje del lenguaje.14 Existe el riesgo
de que el discurso de los padres adopte un estilo cada vez más didáctico y se produzca una disminución
de la comunicación recíproca.15 Si bien un estilo parental más directivo no es incompatible con la
sensibilidad 16, las respuestas de los padres alentadoras, contingentes y sensibles parecen ser
fundamentales para el desarrollo de la atención compartida y, más tarde, el desarrollo del lenguaje se
acelera cuando el adulto, en la atención compartida, sigue los temas iniciados por y centrados en el niño.16-
18
Esto podría ser de especial importancia en niños que, debido a sus deficiencias en el desarrollo, tienen
dificultades para adaptarse a las demandas de cambiar de enfoque y para regular varias demandas de
atención concurrentes.19-21
La teoría pragmática, que surgió por primera vez en la década de 197026, ha influido en las terapias
1
En todo el texto hemos optado por PADRE e HIJO. Por padre se entiende "progenitor" (padre o madre) y por "hijo" (hijo o hija).
2
centradas en las motivaciones infantiles, las interacciones naturalistas27 y el uso social del lenguaje. Al
tomar en consideración oportunidades de aprendizaje que se producen fuera del programa de tratamiento
específico28 estas intervenciones han concienciado sobre la importancia de mantener y generalizar las
habilidades de comunicación en contextos naturales.29 Por otra parte, últimamente los enfoques
terapéuticos también han ampliado el enfoque de las intervenciones dirigidas a niños para incluir la
participación de los padres. Se ha comprobado la asociación entre las terapias centradas en la atención
conjunta, la sincronía y la reciprocidad en la relación padre-hijo y un aumento significativo del lenguaje
expresivo de los niños.12,18,30-34 Asimismo, también se ha detectado que programas de formación de padres
como el Early Bird35 y el Families and Communication Training and Support (FACTS)36 tienen efectos
positivos en las interacciones padre-hijo y la comunicación del niño.37,38 También se ha descubierto que
los modelos de intervención pragmática son efectivos para mejorar el lenguaje y la comunicación
significativa en niños con TEA.3,33,39 Las revisiones sistemáticas40-43 y el National Research Council29
subrayan la necesidad de que se realicen intervenciones funcionales centradas en la comunicación:
Los primeros estudios exploratorios compararon la interacción padre-hijo que se establece en niños con
trastornos específicos del lenguaje, niños con TEA y en bebés con un desarrollo normal y respaldaron el
uso del enfoque de comunicación en parejas, un elemento fundamental de la intervención PACT.
También detectaron que las características maternas de la sincronía y la capacidad de respuesta,
identificadas como importantes en las interacciones con niños prelingüísticos neurotípicos, facilitaban
una mejor comunicación e interacción en los niños con autismo.46 Sin embargo, los niños con autismo
requerían un mayor grado de sensibilidad y un mayor nivel de respuesta por parte de los padres.3,39 El
modelo PACT también incorpora otras técnicas de facilitación del lenguaje, incluida la contingencia
semántica47,48, entrada de lenguaje adaptado49, mapeo de idiomas50 y modelado.51 Aldred et al.30
demostraron la efectividad potencial de esta intervención en un ensayo piloto de control aleatorio con 28
niños con autismo severo (14 en cada grupo de ensayo) frente al tratamiento habitual.
4. PRINCIPIOS GENERALES
Orientación del desarrollo. La intervención PACT sigue una jerarquía de desarrollo de diferentes grados
de habilidades sociales y de comunicación relacionadas con el desarrollo recíproco, social, prelingüístico,
pragmático y lingüístico, todos ellos alterados en el TEA. El objetivo de la intervención es guiar a los
padres para que proporcionen un contexto de interacción oportuno y altamente adaptado en el que las
respuestas de comunicación y el lenguaje coincidan con la competencia comunicativa del niño. Los
padres aprenden a identificar ventanas de oportunidad para mejorar la comunicación emergente, provocar
la intencionalidad del niño y facilitar las interacciones conjuntas, con el objetivo de mejorar las vías de
desarrollo anormales.
Enfoque en las interacciones naturalistas. El PACT se centra en interacciones diádicas naturalistas entre
padres e hijos. Al principio, el terapeuta observa y hace sugerencias sobre cómo extender la atención
compartida para desarrollar oportunidades sociales para la iniciación de la comunicación del niño. Para
establecer las oportunidades de comunicación se examina, en detalle, los estilos de interacción del padre
3
y el hijo y se analiza la contribución de cada uno a la díada. La terapia ayuda a los padres a reconocer y
responder a las señales contextuales, no verbales y verbales del niño y a interpretar las intenciones del
niño. El objetivo de la intervención es igualar el equilibrio entre las iniciaciones del adulto y del niño: los
padres deben aprender a modular su nivel de apoyo y, de ese modo, crear iguales oportunidades para que
el niño “tome la palabra” y exprese intenciones. A los padres se les enseña a controlar los niveles de
apoyo que necesitan dar y a adaptar la intensidad y el momento de sus respuestas. Todo ello con el
objetivo de incrementar las iniciaciones del niño y mejorar la reciprocidad padre-hijo y los catálogos
positivos de interacción diádica.
Dirigido por los padres. La intervención, que es colaborativa, se sustenta en las habilidades de los padres
y fomenta su iniciativa individual. A lo largo del programa, se insiste en la independencia de los padres,
la toma de decisiones y la confianza en uno mismo. El objetivo del PACT es trabajar en colaboración
con los padres incorporando la capacidad de respuesta del terapeuta, que fomenta una alianza terapéutica
con la administración del programa, estructurada y centrada en los objetivos. Se refuerza la experiencia
propia de los padres y la identificación de los objetivos de comunicación adecuados en el marco del
manual por etapas. En cada sesión de tratamiento se establecen los objetivos específicos de interacción
y comunicación, con el ritmo y el estilo de intervención determinados por las características del niño y
del padre. Los objetivos de la terapia están determinados principalmente por una jerarquía de habilidades
de desarrollo infantil y por el ritmo individual del progreso del niño y del padre. El terapeuta procura
reconocer y extender las habilidades existentes de los padres a través de una observación dirigida y
focalizada con el fin de facilitar mejoras y cambios en las respuestas de comunicación de los padres. Los
terapeutas están capacitados para evaluar la experiencia y las habilidades de los padres y para
indicárselas, al tiempo que realizan observaciones sobre la experiencia del niño y la intención inferida
en el contexto de la interacción lúdica. Al mismo tiempo, las prioridades, experiencias, percepciones,
necesidades y estilos individuales de los padres quedan registrados en el programa de intervención
individualizado.
Uso del vídeo. De acuerdo con las investigaciones sobre el aprendizaje de adultos y la enseñanza eficaz, el
programa de tratamiento emplea el análisis del vídeo y un estilo de terapia reflexivo. Se graban todas las
sesiones de juego padre-hijo y posteriormente se realiza una sesión de análisis en la que se anima a los
padres a identificar episodios satisfactorios de interacción recíproca y a reflexionar sobre su positiva
contribución a dichos episodios. Las sesiones de análisis permiten comentar la interacción padre-hijo y
explorar cómo las señales de iniciación del niño vienen determinadas por las señales contextuales, la
conducta no verbal y la conducta verbal. También se ayuda a los padres a cambiar de enfoque, y pasar de lo
que el niño está diciendo a cómo el niño está comunicando. Por ejemplo, ayudar al padre a considerar la
vocalización o acción del niño como una comunicación significativa.
Finalmente, el análisis del vídeo permite a los padres y al terapeuta establecer metas específicas y sumamente
personalizadas en cada sesión. Inmediatamente después de la sesión, el terapeuta anota por escrito y entrega
los objetivos acordados al padre, o bien los envía por correo electrónico.
Adaptado al estilo de los padres. Para optimizar la efectividad, la administración de la terapia se ajusta y
se adapta al estilo de los padres. Se preguntó a los padres cómo creían que aprendían mejor, y se les
animó a identificar situaciones de aprendizaje o estrategias que les funcionaran bien. Se les animó a
reflexionar sobre una habilidad adquirida recientemente (por ejemplo: aprender a nadar, seguir una nueva
receta) y cómo habían logrado el objetivo de aprendizaje. El estilo de aprendizaje puede variar según la
etapa del programa. Así, es posible que al principio, los padres necesiten que se les guíe más directamente
con el fin de apoyar su experiencia y observación de la interacción positiva. En etapas posteriores, una
vez que sean más conscientes y conozcan mejor su propia contribución a los repertorios de interacción
exitosos, los padres pueden adoptar un estilo más reflexivo. La intervención recurre a preguntas y
comentarios generales junto combinados con sondeos más específicos para guiar la observación y el
debate en torno al enfoque de cada etapa del programa. La finalidad de las preguntas es ayudar a los
padres a:
• identificar un comportamiento específico durante el juego y ayudar a comprender cómo
refuerza las oportunidades de comunicación del niño y
• a identificar la respuesta del niño y comprender el porqué de esa respuesta.
5. OBJETIVOS ESPECÍFICOS
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anormales de los niños con TEA.
La falta de atención compartida en los niños con TEA está asociada a un retraso y un desarrollo anormal
del lenguaje.52 El objetivo del programa PACT es establecer una atención coordinada entre el padre y el
niño y ayudarlos a desarrollar una conciencia compartida de la otra persona, de los objetos y los sucesos.
La intervención comienza apoyando a los padres para lograr un enfoque mutuo compartido.37,52
Pragmática - En este estudio, el término pragmática se usa para referirse a la forma y función de la
comunicación. La forma es la manera en que el niño se comunica, es decir, mirando, señalando,
mediante gestos, posturas, vocalizaciones o palabras.58 La función es el propósito de la comunicación,
por ejemplo, buscar atención, dirigir a otro para que realice una acción, pedir un objeto, negar. En el
TEA, las dificultades pragmáticas se caracterizan por un rango limitado de funciones comunicativas
(actos de comunicación). Estas dificultades continúan en la infancia tardía, y la disociación entre la
forma y la función del lenguaje persiste incluso entre los niños con fluidez verbal.59 El programa PACT
se propone obtener una variedad de funciones pragmáticas (como mirar y hacer un gesto para solicitar
de nuevo una actividad, dar un objeto para buscar ayuda, mirar y vocalizar para pedir que se abra un
recipiente usando pausas, sabotaje sutil y pequeñas bromas).
El ensayo contó con la participación de seis terapeutas de tratamiento, dos en cada centro y 3 terapeutas
principales, uno por centro. El terapeuta principal se encargó de la supervisión semanal del manejo de
los casos y de establecer los objetivos adecuados para los terapeutas de tratamiento.
5
Visita preliminar al domicilio
Se realizó una visita preliminar al domicilio para conocer las creencias de los padres y otros factores que
podrían afectar a la terapia o influir en la participación en el programa. Durante la visita al domicilio, se
ayudó a los padres a escoger el momento adecuado y la habitación o el espacio tranquilo y sin
distracciones en el que practicar el programa en casa. Durante esta visita preliminar, el terapeuta pudo
conocer las actitudes, las prioridades y las expectativas de los padres respecto al tratamiento y comprobar
qué visión tienen los padres de las necesidades de comunicación de su hijo. Esta determinación inicial de
las creencias y expectativas ayudó a aclarar las aspiraciones subyacentes de los padres con respecto a su
hijo. Se recogieron y se registraron las creencias de los padres sobre el autismo, incluidas las creencias
culturales y religiosas y las ideas preconcebidas. Además, el terapeuta tomó nota de las prioridades y
funciones de los padres (por ejemplo, la educación en el hogar), el papel del niño, la disciplina, la
interacción familiar y los valores culturales. Durante la visita preliminar al domicilio también se preguntó
a los padres cuál era su estilo de aprendizaje preferido.
Sesiones clínicas
Entorno físico
En los tres centros, el escenario clínico presentaba las mínimas distracciones: los posibles armarios tenían
puerta con cerradura, las estanterías eran altas preferiblemente, había suficiente espacio libre, una mesa
y una silla pequeñas, y sin espejos o ventanas fácilmente accesibles. Se retiró el resto de los muebles,
objetos o material. La habitación debía tener como mínimo 3 metros cuadrados, sin ser excesivamente
grande. El objetivo era crear un espacio confortable con muchas oportunidades de interacción padre-hijo.
En un rincón de la sala, en el suelo, se colocó discretamente una cámara y unas sillas para la reproducción
de los vídeos. Se necesitó un ordenador para analizar los vídeos y una impresora para los programas para
casa escritos. Retiramos o guardamos en un armario cerrado con llave todos los accesorios de la cámara
y DVD.
El terapeuta se aseguró de que los juguetes fueran variados para mantener la novedad y suscitar la
interacción. Pusimos una pequeña selección de juguetes en una caja de plástico transparente que
colocamos en el suelo, en el centro de la habitación, o en una mesa pequeña, en función de los objetivos
de cada sesión. Retiramos todos los demás juguetes o materiales de la habitación.
Si un niño desarrollaba un interés particularmente intenso por un juguete específico que interfería con la
interacción, lo eliminamos en la siguiente sesión y lo sustituimos por un juguete alternativo.
A la hora de seleccionar los juguetes apropiados, el terapeuta tuvo en cuenta los siguientes aspectos:
• El nivel de desarrollo del niño
• Los intereses del niño (juguetes que pueden interesar al niño, evitando aquellos con los
que es probable que se obsesione)
• La etapa de la intervención: en algunas etapas, la elección de los juguetes requería un análisis
específico.
Al final de la sesión de juego entre padre e hijo, se facilitaba un conjunto de juguetes alternativo. Los
terapeutas también pidieron a los padres que trajeran la merienda, la actividad o el juego favorito del niño
para que los padres pudieran mantenerse centrados durante la sesión de análisis. Si el niño tenía
dificultades para entretenerse, se alentaba a los padres a traer con ellos a un cuidador o un familiar que
pudiera jugar con el niño durante dicha sesión de análisis. Si no era posible, el terapeuta designaba a un
compañero o a alguien del centro clínico para desempeñar esa función.
Estructura de la sesión
Durante los seis primeros meses, el padre o madre y su hijo/a acudieron, en semanas alternas, a una sesión
de intervención individual de 2 horas aproximadamente. Durante los seis meses siguientes, las sesiones
se celebraron una vez al mes. En cada sesión, los padres tenían que jugar con el niño como lo suelen
hacer en casa y demostrar cómo estaban aplicando el programa. El terapeuta realizaba una grabación en
vídeo de 10 minutos. A continuación, los padres y el terapeuta veían el video completo, identificando,
revisando y comentando fragmentos específicos que demuestran la consecución de los objetivos de la
6
terapia de cada etapa del programa. La función del terapeuta era guiar a los padres en la identificación de
las repuestas y estrategias satisfactorias, por ejemplo, episodios de participación o momentos compartidos
con su hijo. Se ayudó a los padres a reflexionar sobre su papel en la mejora de la interacción y a identificar
nuevos objetivos de intervención. A continuación se establecieron estos objetivos en el siguiente
programa escrito, para que los padres practicaran en la sesión y en su domicilio. En cada etapa del
programa, los terapeutas tomaron notas para establecer la calidad y la frecuencia de las estrategias
sociales, comunicativas y de lenguaje aplicadas.
En cada sesión, visionar el vídeo permitió revisar los objetivos establecidos en la sesión anterior. Los
padres y el terapeuta planificaban juntos cómo cambiar y desarrollar la comunicación del niño en el marco
del programa. Los nuevos objetivos establecidos conjuntamente se anotaban en un programa escrito. Se
pidió a los padres que dedicaran 30 minutos diarios a practicar las estrategias en casa. Los padres anotaban
los logros del niño en materia de comunicación y otros objetivos y los comentaban en la siguiente sesión
de intervención.
Cada sesión comenzaba con una bienvenida inicial, tras la cual los padres tenían la oportunidad de
comentar los principales eventos ocurridos desde la última sesión. Después se pedía a los padres que
describieran los avances de la práctica en casa y recordaran los objetivos establecidos. Se les preguntaba
con qué frecuencia podían practicar, si había surgido algún problema y si habían notado algún cambio en
el niño desde la sesión anterior. Se animaba a los padres a aportar a la sesión sus propias prioridades,
metas y objetivos de comunicación.
A continuación se pedía al padre y al niño que jugaran juntos durante 10 minutos, utilizando los juguetes
proporcionados por el terapeuta. Se grababa esta sesión de juego que el terapeuta y el padre veían juntos
posteriormente. El terapeuta registraba los tiempos de las secciones específicas del DVD que había que
volver a ver y, mediante un formulario estándar, anotaba los puntos que analizar. El terapeuta y los padres
veían los extractos del DVD de nuevo y comentaban juntos los progresos. El terapeuta iba sondeando,
comenzando con observaciones generales seguidas de preguntas focalizadas para obtener observaciones
e interpretaciones de los padres. Las investigaciones también se centraron en estrategias específicas
relacionadas con la etapa del programa. El análisis del vídeo solía durar entre 30 y 60 minutos.
El terapeuta usó hojas de registro para codificar las conductas observadas durante la reproducción del
vídeo en cada etapa del programa y escribió las notas del caso. Se recogieron los comentarios y
observaciones de los padres y el terapeuta registró los puntos y los términos clave en el programa escrito.
El terapeuta también resumió las técnicas exitosas utilizadas, aportando ejemplos claros (por ejemplo,
cuando hiciste/dijiste esto, él hizo aquello).
Al final de cada sesión, se dio a los padres un programa escrito que resumía los objetivos y metas de la
sesión, los objetivos logrados, con ejemplos del vídeo reproducido y los nuevos objetivos acordados para
la siguiente semana. El terapeuta también resumió las actividades acordadas que se iban a utilizar para
lograr estos objetivos y verificó la fecha y hora de la siguiente cita. El resumen escrito de la sesión y el
programa de tareas se elaboró junto con el terapeuta que pidió al padre ayuda en la reflexión, en lugar de
decirle qué debía hacer. El terapeuta y el padre crearon objetivos para el programa utilizando las propias
palabras y terminología del padre. Por ejemplo, el terapeuta le preguntaba “¿Qué quieres incluir en este
programa?” El terapeuta tuvo en cuenta la etapa de desarrollo del niño y la etapa del manual para
asegurarse de que los objetivos autoidentificados por el padre fueran apropiados.
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En las primeras sesiones, para identificar los fragmentos, se preguntaba a los padres qué aspecto del juego
habían disfrutado, qué parte creían que el niño disfrutaba más, etc. Muchas veces, estos fragmentos
correspondían con los momentos en los que se había alcanzado una participación compartida. En sesiones
posteriores, el terapeuta guiaba al padre hacia la selección de un fragmento de vídeo relacionado con los
objetivos específicos de la etapa, centrándose en diferentes partes del juego antes de ver el vídeo, es decir,
antes del vídeo, el terapeuta pudo haber descrito el enfoque de la etapa.
Las decisiones sobre los fragmentos a sugerir variaban de una sesión a otra y, muchas veces, dependían
de la capacidad del padre de reflexionar sobre el vídeo y su conocimiento y comprensión de la importancia
de las oportunidades concretas de comunicación del niño. El terapeuta introducía nuevos conceptos o
reformulaba las observaciones de los padres de la siguiente manera:
• seleccionando fragmentos de vídeo específicos;
• guiando a los padres hacia un extracto específico del video que ilustrara una estrategia de
comunicación, centrándose en diferentes partes del juego;
• haciendo hincapié en incrementar las oportunidades de comunicación para el niño
El terapeuta también usó analogías concretas, relacionadas con las propias experiencias de los padres
para ayudarlos:
• visualizar un concepto o idea;
• relacionarlo con las experiencias de su hijo;
• pensar en cómo siente su hijo y qué está experimentando relacionándolo con sus propios
conocimientos o experiencias.
Progresivamente, los padres se fueron convirtiendo en observadores más competentes y entonces fue
posible revisar solo fragmentos seleccionados en lugar del vídeo completo. Durante la sesión de análisis,
el terapeuta resumía los objetivos identificados y reflexionaba sobre la etapa de desarrollo del niño. A lo
largo de la sesión, el terapeuta tomaba notas de los comentarios, el vocabulario y las frases utilizadas por
el padre para incluirlas en la sesión de análisis y en el programa escrito para casa. De esta manera, en los
comentarios se reflejaba el punto de vista de los padres y el enfoque personal de los objetivos de la terapia.
Al principio, los programas para casa insistían en la necesidad de que padre e hijo dispusieran de 30
minutos en una habitación tranquila de la casa. En los programas posteriores se identificaron adiciones o
revisiones del programa fundamentales (por ejemplo, evitar moverse demasiado rápido, mantenerse en
una etapa determinada). En los programas posteriores también se dieron ejemplos de cómo generalizar
las metas en rutinas naturales cotidianas, haciendo especial énfasis en dicha generalización, a partir de la
Etapa 3 y en adelante.
Práctica en casa
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Se aconsejó a los padres que escogieran una habitación de la casa que fuera un entorno libre de
distracciones, sin televisión, vídeo, ordenador, teléfono o radio (si no se retiraban, al menos debían estar
apagados). Era tan importante evitar distracciones durante las sesiones de práctica de juegos en casa como
en las sesiones clínicas. El terapeuta ayudó a los padres a identificar una habitación adecuada, a realizar
las adaptaciones necesarias en la misma y a escoger el mejor momento para estar a solas con el niño (por
ejemplo, después de merendar o después del baño). Se aconsejó a los padres que, para las sesiones de 30
minutos de práctica en casa, seleccionaran un pequeño número de juguetes y retiraran otros juguetes o
distracciones de la habitación durante esos momentos.
Generalización
Durante los seis primeros meses de la intervención, uno de los objetivos integrales de la intervención era
facilitar la generalización de las nuevas habilidades en otros contextos. En el segundo período de seis
meses, cada sesión mensual formaba parte de la etapa de consolidación del programa, dedicada a
generalizar las habilidades de comunicación social adquiridas durante las sesiones en las rutinas diarias
(por ejemplo, comer, vestirse, lavarse y acostarse) y hacer que el niño las usara de manera espontánea e
independiente.
Formación y fidelidad
Los terapeutas de la investigación habían adquirido previamente experiencia con distintos niños con TEA
de diferentes niveles de desarrollo, conocían las teorías del desarrollo del autismo y disponían de
experiencia en la aplicación de estrategias de intervención específicas para el autismo (es decir, reducir
las distracciones visuales, prever cambios, controlar los niveles de activación, adaptaciones ambientales,
por ejemplo quitar juguetes en los que el niño enfoca su atención). Además, los terapeutas tenían
habilidades básicas de observación y trabajo con padres de niños con TEA. Los terapeutas de la
investigación asistieron a un curso de formación dirigido por Catherine Aldred, investigadora principal
del estudio y que dirigió el estudio piloto. El manual de formación incluyó procedimientos detallados
para cada etapa del programa, hojas de registro y formularios para anotaciones (visita preliminar al
domicilio, observaciones específicas por etapas y redacción del programa para casa). Para completar la
formación, se solicitó a los terapeutas que alcanzaran un grado de cumplimiento del 80% en dos DVD
extraídos de cinco sesiones de interacción padres-hijo. Antes de comenzar el ensayo, los terapeutas habían
alcanzado el nivel requerido. Se desarrollaron los procedimientos operativos estándar para resolver
problemas (por ejemplo, gestión de citas canceladas) relacionadas con la administración del tratamiento
en el contexto de un ensayo de control aleatorio en 3 lugares.
Todas las semanas, el terapeuta principal realizaba una supervisión de los terapeutas de la investigación
en cada centro para comentar con ellos el manejo de los casos individuales, los problemas relacionados
con las familias del tratamiento, los criterios para pasar a la etapa siguiente, los consejos relacionados
con el acceso a otros servicios, la coordinación o la resolución de problemas. Los terapeutas seleccionaron
uno o dos DVD de tratamiento de la interacción padre-hijo y la sesión de análisis para debatir sobre los
objetivos del tratamiento, el estilo de aprendizaje de los padres y adaptar el proceso de tratamiento a cada
caso individual. Se registraron los problemas, riesgos y acciones, y se compartieron con los terapeutas de
otros centros de tratamiento. En cada sesión de intervención, los terapeutas redactaron notas individuales
de investigación. Dichas notas incluían el registro de asistencia, el cumplimiento de los padres y la
fidelidad de los padres al programa de intervención y a la práctica en casa. Se registró el número de
sesiones realizadas para completar cada etapa del manual de intervención y las circunstancias
excepcionales, como los eventos familiares que comprometieron el cumplimiento de la intervención.
También se registró el ritmo individual del desarrollo del niño y los factores que influyeron en los puntos
de progreso rápido.
Después de la formación inicial, a lo largo del ensayo se llevó a cabo un ejercicio para evaluar la fidelidad
continua al modelo durante el período de tratamiento de ensayo. Todas las sesiones clínicas del ensayo
PACT se grabaron en vídeo. Se seleccionaron 44 de estas sesiones clínicas (de 37 participantes) mediante
aleatorización estratificada para equilibrar terapeutas y en función de si la sesión era en la fase precoz o
tardía del tratamiento. Se aplicó una doble codificación para garantizar la fidelidad del terapeuta que
realizaron tres evaluadores independientes mediante una Escala de Calificación de Fidelidad (véase
anexo) modificada para el estudio de la Escala de Calificación de Calidad Cognitiva modificada. 64 65 Se
calculó el número de ítems/sesión (de un total posible de 14) que cumplían los criterios de fidelidad, con
el objetivo de mantener una fidelidad del 80% de los criterios. La codificación de un ítem en la escala
(elemento 9) solo estuvo disponible en 32 de 44 sesiones (72%), por la falta de datos y se examinó por
9
separado en este análisis de fidelidad principal; los datos disponibles sobre este elemento mostraron un
acuerdo entre evaluadores de 31/32 (97%) y una codificación que cumplía con los criterios de fidelidad
en 31 de 32 sesiones (97%). Se pueden obtener más detalles sobre análisis y procedimiento de
codificación de fidelidad del autor correspondiente.
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Adaptación del programa a niños con ecolalia diferida
Al trabajar con estos niños, el terapeuta alentó a los padres a reflexionar sobre la función de la ecolalia
diferida y la posterior interacción. Generalmente, la ecolalia diferida suele desencadenar un patrón de
interacción altamente repetitivo y predecible, lo que puede dificultar aún más la participación del niño en
una interacción significativa directamente relacionada con el contexto del juego. El terapeuta ayudó a los
padres a:
a. Hacer caso omiso de la ecolalia diferida que no tenía función comunicativa.
b. Observar las acciones del niño, que pueden dar pistas a los padres sobre el significado que
el niño pretende.
c. Cuando se consideraba que el enunciado tenía una función comunicativa, el padre podía
modelar
frases adecuadas: por ejemplo, se animaba a los padres a responder con una frase más
apropiada que el niño podría usar en su lugar.
d. Relacionar la ecolalia diferida con objetos / acciones del entorno.
Bilingüismo
La intervención PACT implica una serie de exigencias para los padres en términos de procesamiento y
expresión del lenguaje, tanto en la sesión de juego padre-hijo como en la aplicación del programa escrito.
Se pidió a los padres bilingües que identificaran el idioma principal que usaban en el hogar y a la hora de
dirigirse a su hijo.
El programa consta de 6 etapas que siguen una jerarquía de desarrollo. Se resumen de la siguiente manera:
Etapa 1. Establecer la atención compartida El enfoque inicial ayuda al padre y al niño a establecer
episodios de atención compartida.
Objetivo:
11
Objetivo:
Para el niño:
• que experimente demandas reducidas en el juego.
• que procese el lenguaje del padre más fácilmente.
• que experimente respuestas sincrónicas a la comunicación.
• que experimente un equilibrio entre la iniciación de comunicación del niño y
del padre. Se logra de la siguiente manera:
• Adaptando el tipo de lenguaje que usa el padre (comentarios, preguntas, instrucciones) para
apoyar el procesamiento del niño.
• Ayudando al padre a responder con sensibilidad, de manera apropiada y adaptada al niño.
• Ayudando al padre a responder a las señales del niño como comunicación significativa.
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• Desarrollar habilidades lingüísticas sintácticas y narrativas.
• Participar en intercambios conversacionales
recíprocos. Se logra de la siguiente manera:
• El padre repite el lenguaje que el niño usa en el juego e incorpora expansiones sintácticas
y semánticas que completan y corresponden con el tema del niño.
• El padre hace comentarios complementarios en el juego para obtener reciprocidad
conversacional y ampliar el tema de conversación del niño agregando nuevas ideas.
Cuando el terapeuta consideró que el niño y el padre estaban listos para avanzar, comprobó que se habían
medido y alcanzado los criterios esenciales (por ejemplo, “el padre sigue la concentración del niño el
50% del tiempo”). También había algunos objetivos opcionales para pasar a la siguiente etapa.
El ritmo de la intervención estaba ligado al grado de preparación de los padres y el niño para seguir
adelante. Algunos niños necesitaron pasar más tiempo en una etapa que otros. Por otra parte, no todos los
niños alcanzaron las etapas superiores, 5 ó 6.
Sesiones de mantenimiento
Una vez completadas las 12 sesiones de tratamiento de periodicidad quincenal, las familias pasaron a las
sesiones de mantenimiento, una al mes. El objetivo de las sesiones mensuales consistía en revisar las
etapas y objetivos anteriores y avanzar siguiendo las etapas del manual de intervención. En las sesiones
de mantenimiento se siguieron realizando análisis de los vídeos y se revisaron los objetivos anteriores al
tiempo que se trabajó hacia objetivos más exigente, por ejemplo, mapeo del lenguaje y niveles más altos
13
de consistencia. Algunas veces, los padres, sin darse cuenta, volvieron a usar aspectos de su estilo de
interacción anterior, ya que los avances en el lenguaje de sus hijos y el inicio de la comunicación los llevó
a adoptar un estilo más didáctico. Se hizo especial hincapié en mantener un alto nivel de sincronicidad.
Una vez que se alcanzó la regularidad, las sesiones de mantenimiento fueron avanzando siguiendo las
etapas del manual de intervención. Algunos niños solo avanzaron hasta la etapa 3; otros adquirieron
fluidez verbal y alcanzaron la etapa 6. El programa de tratamiento abordó la iniciación de la conversación,
la reciprocidad, el mantenimiento del tema, la contingencia lingüística y la expansión y extensión del
lenguaje en niños con fluidez verbal. Se siguió utilizando el registro mediante los formularios estándar
(véase el manual completo de próxima publicación).
REFERENCIAS
1. Establecimiento de la agenda
5. Estructuración de la sesión
6. Ritmo
0 El ritmo y los tiempos del terapeuta fueron apropiados para los padres.
1 El ritmo y los tiempos del terapeuta no fueron apropiados para los padres.
15
B. Eficacia interpersonal
7. Habilidades de sensibilidad
En esta etapa se hace hincapié en que el padre espere y observe al niño con
sensibilidad, compartiendo un enfoque común que conduzca a episodios de
intercambio interpersonal mutuo.
9b. Centrada en el estilo de comunicación sincrónica del padre (etapa 2 del PACT)
La etapa 2 se centra en disminuir las demandas intrusivas que los padres hacen al niño
y reemplazarlas por comentarios dirigidos a facilitar y sustentar las respuestas de
comunicación del niño. El lenguaje y las respuestas no verbales del padre se vuelven
sincrónicos con respecto a las acciones e intenciones del niño.
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oportunidades de mapeo del lenguaje y logra que los padres entiendan el
nivel apropiado de complejidad del lenguaje. (Mapeo del lenguaje significa
episodios de aplicación precisa del lenguaje al mundo que se observa).
Identifica los episodios de mapeo espontáneo por parte del padre, lo etiqueta
y lo refuerza. En lugar de aconsejar directamente a los padres, el terapeuta
debe alentarles a que identifiquen ellos mismos estos episodios.
0 Falta de información adecuada sobre el uso, por parte del padre, de guiones
de lenguaje, rutinas y juego consistentes. Falta de información sobre el uso
de la repetición para facilitar la comprensión verbal del niño.
1 El terapeuta, junto con el padre, identifica el uso apropiado de guiones
repetitivos, rutinas familiares y juegos. Los terapeutas identifican las
oportunidades de consolidación y logran que los padres comprendan cómo
la repetición facilita la comprensión y el procesamiento en los niños.
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intercambio verbal recíproco entre el niño y el padre fueron incompletos o
inadecuados.
1 El terapeuta alienta al padre a reflexionar sobre las oportunidades que
tiene de ampliar y elaborar el lenguaje del niño. El terapeuta alienta al
padre a identificar la conciencia del niño sobre las respuestas y los
intercambios recíprocos semánticamente contingentes de los padres. El
sondeo del terapeuta facilita la comprensión y concienciación de los
padres. Se ha identificado una adecuada variedad de técnicas de extensión
del lenguaje del niño y de oportunidades para conversaciones recíprocas
verbales con el padre.
10. Definición de las tareas para casa (todas las etapas del PACT)
0 No se establecieron tareas.
1 Se estableció una serie de tareas directamente relacionadas con la sesión y
conjuntamente definidas.
11. Revisión de las tareas para casa (todas las etapas del PACT)
Detalles:
14. La sala
¿Cumplió la sala con los requisitos establecidos en los Procedimientos Operativos
Estándar?
SÍ NO
SÍ NO
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