Conciencia Ecologica

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INTRODUCCIÓN

Desde que el hombre con el fin de satisfacer sus


necesidades básicas comenzó a interactuar con su
entorno, desencadenó un proceso de transformaciones
que ha hecho posible el desarrollo ascendente de la
humanidad. La revolución del Neolítico, así como
posteriormente la Revolución Industrial y las científico
técnicas, han sido momentos importantes en este proceso.
Cada una de ellas ha contribuido al perfeccionamiento de
la sociedad y a su humanización en una escala superior.

Sin embargo, la "conquista" de la naturaleza, no solo ha


estado marcada por el progreso. La actividad del hombre
ha constituido invariablemente un poderoso factor de
influencia sobre el planeta, y los cambios introducidos a lo
largo de siglos, consciente o inconscientemente, no
siempre han sido justificados.

La expansión demográfica no solo ha crecido a ritmos sin


precedentes, sino que, al mismo tiempo, se ha ido
apoyando en tecnologías diseñadas para el desarrollo y
mejoramiento de la vida humana, pero a la vez para su
conquista y explotación rapaz y contaminante. Las
sustancias nocivas y desechos en general vertidos al
medio, productos de la actividad humana han constituido
una agresión constante al medio ambiente con el resultado
de que la biosfera ha ido perdiendo su capacidad de auto
depuración y reciclaje natural. El hombre, aún sin
proponérselo, ha alterado los ciclos naturales del planeta
que habita, ha roto o interrumpido su equilibrio ecológico,
con todas las consecuencias negativas para el conjunto de
los seres vivos, incluida la especie humana. De este modo
surgieron los problemas ecológicos, los cuales se
manifestaron primeramente a escala local, para adquirir
luego un carácter global y regional. En la actualidad
estamos en presencia de una crisis de sostenibilidad de la
biosfera a escala global. Ello ha determinado el interés
creciente de la humanidad hacia estos problemas y la
búsqueda de estrategias para su eliminación o solución.
(1)

Las causas de los problemas ecológicos pueden ser


múltiples, el mal manejo de un recurso debido a su
aprovechamiento incontrolado e irracional, es decir su
sobreexplotación, la existencia de condiciones
desfavorables en el tipo de desarrollo e incluso hasta la
falta de una cultura ambiental. En muchos casos es esta
última la que lamentablemente tiene un peso importante
en el surgimiento de problemas que afectan al medio, y en
la que se incluyen las indisciplinas, negligencias,
indolencias y muchas otras actitudes que tienen un
carácter plenamente subjetiva.

Todo lo antes expuesto me motivó ha realizar una revisión


bibliográfica con el objetivo de realizar una valoración de
la dimensión actual del problema ecológico y
medioambiental a la luz de los avances tecnológicos y su
repercusión en la salud del individuo.

CONCLUSIONES

1. El desarrollo de las tecnologías de base científica no es


la única causa de la alteración del medio ambiente.

2. La contaminación del medio ambiente, las pérdidas o


destrucción de los recursos naturales y la exposición de las
poblaciones a peligros naturales y provocados por el
hombre, se encuentran en gran medida, en la falta de
conciencia pública y política, por regulaciones ineficientes
y por una falta de conocimientos e información.

3. Las preocupaciones ambientales de cada zona son


diferentes, dependen de su estado económico, de la
prevalencia de la pobreza y del acceso desigual a los
servicios, entre otros factores.

4. La humanidad debe tomar conciencia de que los


recursos naturales son finitos, es decir agotables, y que la
relación entre los hombres dependerá de que se alcancen
nuevas formas de armonización con la naturaleza, así
como de los actuales patrones de consumo.

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20. Desafío. AIDIS 1989; 1(2):1-6.

1. La conciencia ecológica.
A partir del momento en que el hombre comenzó a apropiarse de la
naturaleza para darle forma a sus necesidades y caprichos, los
ecosistemas de todo el planeta dieron su respuesta ante este tipo de
abusos, a través de consecuencias negativas como la contaminación
y la pérdida de biodiversidad.
Hoy en día podemos conocer, a través de los medios de
comunicación, todas las noticias referentes al cambio climático. Pero
ante la inevitable realidad ¿cuántos de nosotros nos sentimos
responsables -y actuamos en consecuencia- por los daños que
estamos causando al planeta? Justamente, tener conciencia ecológica
es entender que somos dependientes de la naturaleza y responsables
por su estado de conservación. Ignorar esta verdad equivale a
autodestruirnos, porque al degradar el medio ambiente estamos
empeorando nuestra calidad de vida y poniendo en peligro el futuro de
nuestros descendientes .Al contrario de lo que se podría pensar,
desarrollo económico y conciencia ecológica no tienen por qué ser
antónimos. Se puede producir de manera sustentable, fomentar la
generación de energías limpias, reducir y reciclar la basura y reutilizar
un gran número de materiales que producirán nuevos productos útiles
para el día a día del hombre moderno. Es cierto que la conciencia
ecológica debe comenzar en el seno del hogar, pero debe extenderse
a todos los ámbitos de nuestra existencia: simplemente porque todas
nuestras acciones inciden -de manera positiva o negativa- sobre la
naturaleza.

Los primeros años de vida

Generar conciencia ecológica en los jóvenes va más allá de campañas puntuales


que inviten a reciclar o de declaraciones en favor del medio ambiente de boca de
sus ídolos. Aunque todo ayuda, en realidad sólo una educación que empiece en la
más tierna infancia logrará el objetivo: que sean ciudadanos informados, con
espíritu crítico, porque sólo entendiendo y amando a la naturaleza se contribuirá a
su preservación.

Los primeros años son fundamentales. En el seno de la familia o en los


colegios es donde se socializa al niño, el periodo en el que se desarrolla se
personalidad y se le orienta para un mejor desarrollo. Los valores, los
conocimientos y las actitudes que inculquen el respeto por los demás (lo que
incluye la Naturaleza) se transmitirán a través de cuentos, actividades escolares y,
de forma especial, a través de la convivencia familiar.

Un desarrollo integral del niño basado en principios positivos de respeto pero


también de amor hacia sí mismo será, en fin, la base de una personalidad
saludable, equilibrada, a partir de la que poder enseñarle con éxito a cuidar el
medio ambiente de forma práctica y amena, sin imposiciones.

Dar ejemplo

La actitud es clave para conseguir una buena predisposición que ayude a poner en práctica
conductas ecoamigables de forma cotidiana, por lo que fomentar actitudes verdes es
como plantar una semilla que acabará germinando y dando sus frutos: esos gestos
ecológicos que acaban contagiándose a nivel familiar o en círculos de amigos. Por lo tanto,
si queremos que los más jóvenes tengan conciencia ambiental, hemos de predicar con el
ejemplo en casa y también en la calle.
A través del razonamiento y de la sugerencia, pero sobre todo del ejemplo positivo, el
reciclaje y otras conductas deseables surgirán naturalmente. Sobre todo, importa dar un
enfoque optimista a los gestos cotidianos eco responsables, como separar los desechos para
facilitar su reciclaje, no derrochar agua ni luz, cultivar un huerto orgánico con ellos o
practicar un consumo sensato. Lejos de ser una obligación o un castigo, ha de verse como
algo deseable, como una contribución que beneficia al medio ambiente y también a
nosotros.

Reciclar es divertido

El reciclaje creativo es un filón para divertir a los jóvenes y abrirles todo un mundo de
posibilidades que poder aprovechar para sus intereses. Descubrirán que pueden convertir
objetos desechados o que ya no se usan en otros realmente útiles y divertidos, al tiempo que
entenderán a partir de su propia experiencia el problema de los residuos y la importancia de
separarlos, así como de controlarlos generando el mínimo y reciclando correctamente.

Aprovechar las festividades para decorar la casa con manualidades hechas por los más
pequeños de la casa es un bonito modo de convertir esos días de asueto en momentos que
quedarán para el recuerdo y harán sentir a los niños protagonistas. Será fácil colorear las
cáscaras de los huevos para hacer decoraciones pascueras que podemos colgar del techo o
utilizar para crear originales centros de mesa.

En Navidad, por ejemplo, sería divertido hacer las típicas coronas de forma alternativa,
utilizando envoltorios de caramelos, papel de aluminio con el que envuelven el bocadillo
del cole, botellas de plástico o cualquier otro objeto reciclado.

Conocer y amar la naturaleza

También hay que familiarizar a los más jóvenes con la naturaleza. Estar en contacto
directo con ella de forma regular es esencial para su buen desarrollo físico y mental. Pero
no sólo eso, porque el medio ambiente no sólo es un lugar del que beneficiarnos, sino un
espacio compartido con otros seres vivos que merecen un respeto.

Las salidas al campo son una maravillosa oportunidad para que los más jóvenes tomen
conciencia de que es posible disfrutar del entorno natural sin atentar contra el ecosistema.
De nuevo, la imposición no funciona. Descubrir la Naturaleza es una aventura emocionante
que ha de resultar enriquecedora en todos los sentidos.

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