Cursodepsicoanalisisdanielcastillo PDF
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Psicoanálisis
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al 10 de ju
ulio de 2001
por el Hno. Daniel Castiillo
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[2] Curso de Psicoanálisis
[3] Curso de Psicoanálisis
LA PSICOLOGÍA
Vamos a entrar a conocer aspectos de la psicología gnóstica y a hacer algunos planteamientos
en relación a la misma.
La definición académica, pues ustedes la conocen, ¿verdad? Psicología: estudio del alma, o
tratado del alma, definición académica.
Pero ya sabemos que el ser humano, o nosotros, no tenemos alma, sino una energía llamada
energía psíquica con la cual cristaliza el alma. Eso sí lo comprendemos, lo aceptamos así. Que lo que
hay en nosotros entonces es la psíquis, que es una energía con la cual podemos cristalizar eso que se
llama alma.
Como energía que es, es susceptible a cambios y transformaciones. Es un postulado
científico, ¿verdad? La energía no se crea ni se destruye sino que se transforma.
Por ende, partiendo desde de ese punto de vista, sí es posible hacer un cambio, hacer una
transformación psicológica, porque justamente estamos trabajando para hacer ese cambio, esa
transformación, en base a. una energía, y ella tiene esas características.
También se nos enseña que la energía tiene dos posibilidades de transformarse: positiva o
negativamente, ¿verdad? Se polariza positiva o negativamente.
Entonces nos encontramos ahí con dos aspectos fundamentales. La psiquis, como energía,
susceptible a cambios y transformaciones. La psiquis, como energía, susceptible a polarizarse positiva y
negativamente. Esto es fundamental irlo comprendiendo, ir ahondando en estos aspectos, porque de
ello depende el que nosotros podamos aceptar hacer un cambio, una transformación psicológica, y es
ir aceptando las características que tiene la energía.
La definición gnóstica, la definición que da el Venerable Maestro Samael en relación a la
psicología es muy clara, es muy precisa. Como digo, es el Maestro de la síntesis, y nos toca
reflexionar, meditar profundamente sobre cada uno de esos enunciados o definiciones del
Maestro. El nos enseña que la psicología es una ciencia, y quizás hoy en día algunos científicos
o algunas personas estudiosas aceptan que la psicología es una ciencia. Para otras
organizaciones, sobre todo de tipo materialista, ellos no aceptan a la psicología como una
ciencia.
«Algo comprobable».
«Un conocimiento que ha sido estudiado y medido, y se establece por ella un tipo de ley, que
engloba todo eso examinado, es el resultado de un análisis y un estudio...»
Que es comprobable, ¿verdad? Que es comprobable. Ahí está el problema. Que si
nosotros miramos la psiquis, o el alma, como lo llaman las religiones, para ellos no es compro‐
bable, no es vivenciable para muchos de ellos. No lo pueden comprobar, no lo pueden
[4] Curso de Psicoanálisis
vivenciar, no lo pueden demostrar, la existencia del alma, no es demostrable fácilmente.
Algunos aspectos han llegado a ser demostrables en sí, más no todo.
Entonces desde ese punto de vista para nosotros, los estudiantes gnósticos, y para una
mente sensual, y para una mente intermedia, también corremos con ese peligro de no aceptar
la psicología como una ciencia, simplemente porque no la experimentamos, no la podemos
vivenciar, experimentar. No es porque no se pueda, sino porque quizás no nos hemos
dedicado a ese estudio, a esa práctica y a esa experimentación, y simplemente actuamos
con una mente intermedia, que es aquella que se basa en las creencias, las teorías, los
conceptos, las opiniones, propias o ajenas. Y desde ese punto de vista de mente intermedia,
o de una mente sensual, que es la que está basada en lo que aportan los sentidos, pues
para nosotros la psicología se convertiría también en algo que no es una ciencia.
De tal manera ‐vuelvo y digo‐ la definición del Venerable Maestro Samael es muy clara,
muy precisa. Él dice: "la psicología es la ciencia que estudia los principios, leyes y hechos que
están íntimamente relacionados con el cambio radical del individuo”.
Si nosotros analizamos esos aspectos nos damos cuenta de que para que en nosotros
sea una ciencia, o se establezca como ciencia, necesitamos conocer, estudiar esos principios,
esas leyes y ese comportamiento psicológico. Porque si no llegamos a la experiencia o a la
vivencia de esos aspectos psicológicos, pues simplemente queda en nosotros como una
creencia, como un concepto, como una opinión, nada más. Y entonces se perdería aquello de
la ciencia, que es lo que pasa con la mayoría de la humanidad en relación a la definición de
psicología, que no lo aceptan como ciencia simplemente porque no tienen la capacidad, o la
metodología, el sistema, la didáctica para experimentarlo.
Pero la enseñanza gnóstica, el conocimiento gnóstico, la sabiduría gnóstica sí nos
entrega a nosotros esas técnicas, esas didácticas, para poder nosotros experimentar,
vivenciar, palpar el aspecto psicológico. Pero se puede quedar simplemente en un concepto,
en una enseñanza, en una información de tipo intelectual, nada más.
Desde ese punto de vista corremos nosotros los estudiantes gnósticos con un peligro
muy grave, y es de que la enseñanza gnóstica se convierta en un dogma, se petrifique en
nuestra mente como memoria y se forme un dogma.
Cuando eso se sucede en la persona, que la enseñanza se le convierte en un dogma,
entonces no siente el interés de vivenciar, de experimentar, de palpar, sino simplemente se
consuela con creer, aceptar y no más.
Y como les digo, nosotros no somos una excepción. Nosotros corremos ese riesgo de que
la sabiduría gnóstica, la enseñanza gnóstica, se quede en nosotros simplemente como un
dogma, como algo que aceptamos pero que no nos consta, porque no lo hemos vivenciado. Y
‐vuelvo y digo‐ sobre todo los aspectos psicológicos, que son más difíciles de experimentar o de
vivenciar.
Y desde ese punto de vista, es muy peligroso porque entonces no sentimos el
entusiasmo, el interés de trabajar. Y como decíamos, la muerte psicológica, la muerte, la
psicología de la muerte, es la base, son los cimientos en los que tiene que descansar la obra
de nuestro Ser, la Gran Obra del Padre.
[5] Curso de Psicoanálisis
Pero si dejamos que esa enseñanza de tipo psicológico se petrifique, se condense
simplemente como memoria acumulada, se convierte en un dogma para nosotros, y
entonces nunca estaríamos en condiciones de establecer esas bases o esos cimientos sobre
las cuales tiene que descansar nuestro trabajo esotérico gnóstico.
Comprendiendo que la psicología es la ciencia que nos va a llevar a nosotros a hacer un
cambio, una transformación radical, debemos de aceptar la psicología como el camino que
nos ha de llevar a hacer ese cambio, y que no se trata de que si me simpatiza o no me simpatiza
la enseñanza psicológica, o los aspectos psicológicos. Porque no se trata de que me llame la
atención o no me llame la atención la psicología, sino se trata de que es la ciencia que nos
va a permitir a nosotros hacer un cambio, una transformación radical. Y que considero que
todos nosotros hemos ingresado a la enseñanza gnóstica, en busca de un cambio, de una
transformación radical. Así lo considero.
Por ende, no podemos olvidarnos, no podemos hacer a un lado la psicología
gnóstica, porque entonces estaríamos fallando en el objetivo de nuestra propia existencia,
estaríamos fallando en los propósitos que nos hemos tratado como estudiantes gnósticos,
que es el de hacer un cambio, una transformación. Y que ese cambio y esa transformación
en nosotros es lo que va a generar aquellos aspectos que se relacionan con lo que se llama
alma, que es esos valores los que nos van a unir, nos van a permitir unirnos a nuestro Ser.
Así es que queremos que comprendamos eso, apreciados hermanos. Que necesitamos
estudiar la psicología gnóstica, que necesitamos dedicarle el tiempo, el espacio necesario,
para poderla vivenciar, para poderla experimentar a esa psicología.
También es conveniente que nosotros entendamos que la psicología gnóstica no se
estudia, en una universidad, en un colegio. La psicología gnóstica se estudia en nuestra
propia vida. Porque lo que nos interesa conocer son nuestros propios aspectos
psicológicos, no los de los demás.
Así es que, desde ese punto de vista, tenemos gran ventaja, porque tenernos mucho
material, tenemos ese libro maravilloso que es la vida, nuestra propia vida, para poder
estudiar, para poder comprender lo que es la psicología. Y no nos cuesta mucho, porque
no hay que ir a la universidad. Está en nosotros mismos todo ese material con el cual
podemos estudiar la psicología.
El Venerable Maestro Lakhsmi nos dice que allá donde nace la palabra, donde se gesta la
palabra, allí se escucha: "psico‐Iogia", la psicología. Y nos dice que dentro de nosotros existe
una logia, ¿Qué es una logia? Una sociedad, una asamblea, reunión, conjunto de valores,
¿verdad? ¿Dónde está entonces nuestra logia psíquica? ¿Qué tipo de valores se reúnen, o
hay establecidos en nuestra psiquis? ¿Qué es lo que hay agregado en nuestra psiquis, como
valores? El ego, ¿verdad? El yo psicológico. Por eso se dice "yo psicológico" o "agregado
psíquico", porque está en la psiquis.
Entonces, nuestra psico‐Iogia es totalmente negativa, porque justamente son valores
negativos los que se establecen en esa energía psíquica, o los que están adheridos a esa energía
psíquica. Porque ya dijimos que la energía se puede polarizar positiva o negativamente, ¿verdad?
Así lo aceptamos. De tal manera que esa energía psíquica en nosotros se ha polarizado
negativamente, y se conoce como valores egoicos o yoes psicológicos.
[6] Curso de Psicoanálisis
El Venerable Maestro Samael nos invita a que nosotros cuidemos nuestra logia interior, que
nosotros no permitamos que a esa logia ingresen valores, aspectos negativos. Por ejemplo, él dice
que cuando una persona deja ingresar a su logia interior otras doctrinas pseudo‐esotéricas o
contrarias a la doctrina gnóstica, se le forma un conflicto, se forma un problema en la persona
que lo lleva a un fracaso.
De tal manera que esa logia es susceptible a esos cambios, a esas transformaciones, por lo
tanto es sobre este aspecto que tenernos que trabajar, sobre el aspecto psicológico, para poder
hacer un cambio, una transformación de valores.
Todos conocemos una semilla, por ejemplo de porotos. Biológicamente, tenemos dos
cotiledones y un embrión o embrilla. Si a esta semilla le arrancamos el embrión o la embrilla, no
nace, ¿verdad? No nace, no es posible.
También se observa que cuando esta embrilla comienza a desarrollarse, los cotiledones
comienzan a morir, porque la energía que está dentro de esta parte de la semilla que son los
cotiledones, es absorbida por la embrilla y se comienza a desarrollar la planta. ¿Es así?
También comprendemos que dentro de ese embrión o embrilla está contenida toda la
planta, ¿verdad? Ahí está, lo que tiene es que desarrollarse. Pero para desarrollarse necesita
del apoyo de esta energía que está a su alrededor. Sin esta energía no es posible que se
desarrolle la embrilla de esta planta.
Hagamos la otra comparación: Tenemos una esencia o embrión de alma, ¿verdad?, que
vendría a ser la embrilla de esa planta. ¿Qué hay dentro de ese embrión de alma? Los
principios del alma. ¿Qué tiene que hacerse? Simplemente dejar que se desarrolle, que se
desarrollen esos principios que están contenidos dentro de ese embrión de alma.
Pero, ¿qué necesita ese embrión de alma? Necesita la energía psíquica, de esa energía, para
poderse desarrollada. Pero si esta semilla ha sido minada por una cantidad de animalitos que se
llaman gorgojos, y se absorben esa energía, ¿qué posibilidades tiene esa plantita de
desarrollarse? Ninguna, ¿Por qué? Porque esa energía que tiene que servirle a ella para su
desarrollo, se la han absorbido estos gorgojos.
Eso pasa con nosotros. Esa energía psíquica con la cual tenemos que desarrollar ese embrión
de alma se la ha absorbido el ego, el yo psicológico. Entonces para nosotros poder desarrollar eso
[7] Curso de Psicoanálisis
que se llama alma, cristalizar alma, necesariamente tenemos que liberar esa energía psíquica,
tenemos que hacer una transformación de esa energía, de los valores en los cuales está
condensada, y hacer un cambio en nuestra propia logia interior.
Porque esa logia interior nuestra está conformada por esos elementos llamados ego,
agregados psíquicos. Entonces hay que estudiar los principios ‐dice el Maestro‐ principios y leyes, y
hechos. ¿Qué son principios? Fundamentos. ¿Qué sirven para qué? Como base, ¿verdad?
«Fundamental», "Fundamental". Hay que conocer esos principios sobre los cuales se tiene que
realizar ese cambio, esa transformación.
Hay que estudiar esas leyes. ¿Qué son leyes? ¿Qué es una ley? Es algo que ejerce una disciplina,
que establece un orden. La ley establece orden, equilibrio, para que exista y se manifieste algo.
Hechos. Esos hechos, pues son los comportamientos que nosotros tenemos, y que se tienen
que ir realizando cambios fundamentales en ellos. Pero nosotros no podemos generar cambios en
nuestros hechos si no trabajamos sobre los principios y las leyes que deben de regir ese cambio, esa
transformación.
Por eso no podemos nosotros pensar que vamos a lograr un cambio radical, una
transformación radical, simplemente laborando sobre algo que se llama la personalidad, no es
posible. Es necesario que nosotros ahondemos en nuestros estudios, en nuestra investigación,
hasta llegar a esos principios fundamentales, que los vamos encontrando dentro de esta energía,
psíquica, que vayamos estableciendo nuevas leyes de comportamiento, de organización, para que
surja el cambio en nosotros. A eso nos invita el Venerable Maestro Samael con la psicología
gnóstica. Eso es fundamental.
[8] Curso de Psicoanálisis
Las dos Psicologías
Para su estudio, o para mayor claridad, el Venerable Maestro Lakhsmi nos enseña o nos
dirige la psicología en dos grandes ramas, o sea en dos aspectos fundamentales: La psicología
convencional y la psicología trascendental del espíritu. Dos aspectos o dos formas de ver
nosotros eso que se llama psicología.
La psicología convencional es aquella que es elaborada en base a las conveniencias de
aquellos que la establecen, o que la ejercen. Y sobre esa psicología convencional es que están
establecidos los sistemas que rigen sobre esta humanidad. Esa psicología convencional la
encontramos nosotros desde el hogar hasta la universidad. Son los sistemas de comporta‐
miento psicológico que han venido guiando, con los cuales se estructuran los sistemas del
mundo.
Esa psicología convencional está arraigada en nosotros, porque justamente está
establecida en eso que se llama la falsa personalidad. Les coloco un ejemplo. Veamos nosotros
el comportamiento de un padre de familia frente a su hijo. Y entonces le aplica algo que se
llama la psicología del dolor y la psicología del placer. Le dice al niño: "hijo, tómese la sopa y lo
llevo al parque", "tómese la sopa y le compro... el regalo, el juguetito que usted ha pedido". Es
decir, le promete muchas cosas para convencerlo de que se tome la sopa. Y ¿a quién no le ha
pasado eso? yo lo recuerdo, que si me tomaba la sopa me daban un premio, ¿verdad?
Cuando ya por ese lado no se podía, no era factible convencer al niño de que se tomara la
sopa, entonces le aplicaban la psicología del dolor: "bueno hijito, se toma la sopa o le doy
correa", se quitaba la correa el papá o la mamá, y bueno, si no se la toma va al castigo.
Esto aparentemente parece sin importancia, aparentemente parece que no tuviese
trascendencia, pero lo que no se capta es el terrible problema que se nos ha echado encima
con esa psicología del dolor y del placer. ¿Ustedes creen que esa psicología ya no dura en
nosotros? Nosotros como adultos somos manejados por esa misma psicología, ¿o no? Una
persona nos sonríe, una persona nos da unas palmaditas, nos felicita, y nosotros estamos bien,
bien con esa persona, actuamos de una manera muy bien. Pero sí alguien nos critica enseguida
vamos al otro extremo. Si alguien nos invita a hacer algo, y si nos entusiasma vamos, hacemos
las cosas. Pero si alguien nos va a querer llevar por la fuerza, pues reaccionamos. Mas sin
embargo se nos aplica una norma, un estatuto, se nos aplica una ley, un código y tenemos que
hacerlo. ¿Por qué? Porque es la misma psicología, la misma psicología del dolor o del placer: o lo
hacemos por las buenas o lo hacemos por las malas. Nunca lo hacemos por conciencia. Siempre
actuamos es en base a este tipo de psicología.
Y así nos damos cuenta de que dentro de eso que se llama la personalidad están las
estructuras, los moldes en los cuales se desenvuelve una humanidad. Por tal razón si nosotros
no hacemos un trabajo psicológico profundo, no es posible que nos podamos salir de los
sistemas. Porque para romper con los sistemas no es cuestión de renunciar, o decir "no voy a
seguir más con los sistemas, o víctima del sistema", porque el problema no es decir no lo voy a
hacer. El problema es que lo tiene como algo parte de sí, que es la personalidad. Por lo tanto,
[9] Curso de Psicoanálisis
si nosotros queremos ser libres de los sistemas, necesitamos trabajar sobre la falsa
personalidad, porque aquí es donde está establecido el sistema en cada uno de nosotros.
Por eso para hacer un cambio radical necesitamos estudiar los hechos, hechos. Pero
también tenemos que estudiar sobre qué principios y sobre qué reglamentos, o leyes, estamos
siendo regidos psicológicamente, de lo contrario no podríamos hacer nada. Y a eso es que nos
vamos a dedicar en estos tres días que vamos a estar, justamente a eso. A que hagamos un
estudio psicológico, profundo, y que podamos realizar cambios y transformaciones radicales
dentro de cada uno de nosotros.
Porque fácilmente estamos en el mismo nivel que dice el Maestro, de don Raimundo y
todo el mundo, y es creer o pensar que ya hemos logrado hacer un cambio al ingresar a la
Gnosis, y que con eso ya es suficiente para nosotros poder hacer una Obra, poder hacer un
trabajo, y resulta que no es así, no es así.
Es necesario que nos internemos dentro de estos estudios de la psicología y lleguemos a
esos principios, a esas bases, a esos fundamentos, sobre las cuales descansamos nosotros
psicológicamente, para poder hacer ese cambio radical, porque radical quiere decir definitivo,
total, no parcial.
Como decíamos entonces, esa psicología convencional es la que rige la humanidad, está
establecida por los sistemas, y nosotros pues, estamos siendo regidos por ese tipo de psico‐
logía. Esa psicología simplemente se preocupa por la relación hombre‐hombre, a hombre‐
naturaleza. A eso nos lleva esa psicología, a un comportamiento, a una inter‐relación con
nuestros semejantes, con la misma naturaleza. Pero no nos sirve esa psicología para lograr la
integración coa el Ser. No es posible.
Por eso, toda persona, todo estudiante gnóstico que anhele, que aspire, que quiera hacer
la integración con su Ser, debemos de desintegrar la psicología convencional en nosotros.
Porque con esa psicología no podemos llegar al Ser. No es posible.
LA PSICOLOGÍA TRANSCENDENTAL
DEL ESPÍRITU
La única psicología que nos puede llevar al Ser, a hacer esa relación con el Ser, es la
psicología gnóstica, la psicología trascendental del espíritu.
Esa psicología trascendental del espíritu es la que nos puede llevar a nosotros realmente a
integrarnos con nuestro Ser. Porque justamente esa psicología es la que nos va a llevar a
nosotros a cristalizar eso que se llama alma, y el alma es la única que hace el enlace entre el
espíritu y la materia. Y eso nos lo dice la Sagrada Liturgia, ¿no?, dice: "creo en el Hijo, el Crestos
Cósmico, la poderosa mediación astral, que enlaza nuestra personalidad física con la
inmanencia suprema del Padre solar".
Para hacer esa integración necesitamos comenzar a laborar con eso que se llama
conciencia, esencia, porque justamente ella es la expresión del Cristo en nosotros. Ella es la
mediadora entre el Ser y la persona. Por eso dice el credo gnóstico: «la poderosa mediación
[10] Curso de Psicoanálisis
astral que enlaza nuestra personalidad física con la inmanencia suprema del Padre solar". Es
justamente teniendo en cuenta esos valores de la conciencia, que no son más que valores de
ese Cristo cósmico, universal, que está en nosotros.
Pero como nos dice el Venerable, cuando nosotros crecemos, a los dos años, dos años y
medio, ya perdemos ese nivel de conciencia, ya se pierde en nosotros esa capacidad de no‐
sotros ‐yo siempre digo "desplazar la conciencia"‐ se desplaza esa conciencia. Como es una
conciencia que no está atrapada por el ego, entonces la podemos recuperar, la podemos
retomar nuevamente, y es precisamente lo que tenemos que hacer en primer lugar, como
planteamiento del psicoanálisis gnóstico, que es lograr nosotros recuperar, retomar la con‐
ciencia con la cual nacimos, porque esa conciencia está libre del ego. Solo es desplazada del
lugar donde debe de estar cuando el ego se manifiesta.
Entonces tenemos que aprender las técnicas o las didácticas psicológicas con las cuales
podemos recuperar nosotros esos valores concientivos con los cuales vamos a iniciar un
trabajo. Si no es así, no sería posible hacer ningún trabajo.
Por ejemplo, si una persona va a hacer una cadena, pero no se ubica en el mejor nivel de
conciencia o estado de conciencia, dice el Venerable Maestro Lakhsmi que visto internamente
la cadena, esa persona no existe en lo interno, simplemente se ve un vacío, un punto negro
donde está esa persona físicamente. Eso nomás dentro de esos aspectos. Simplemente porque
la conciencia no está ubicada, la persona está pensando en alguna cosa. Y ese pensamiento,
esa idea, esa charla interior ‐por ejemplo‐ desplaza esa conciencia del lugar en que debe estar,
y entonces, como en el caso de la cadena, cuando uno se deja desplazar la conciencia por un
pensamiento, una emoción, un sentimiento, una imagen, ya no aparece en la parte interna esa
persona, aunque físicamente sí está formando la cadena, pero internamente dice el Maestro,
no aparece.
Con esto queremos denotar la urgente necesidad de aprender a ubicarnos en ese nivel de
conciencia, al menos ese tres por ciento que nos dieron al nacer. Dice el Maestro: "una
persona va hacer una oración al Ser, pero si no se ubica correctamente en su nivel de
conciencia, esa oración no tiene valor, no tiene valor, no llega a ejercer esa magia que tiene
la oración, porque simplemente la estaría haciendo un ego, un yo psicológico, y el yo no se
puede integrar con el Ser, por lo tanto no puede recibir el auxilio del Ser".
¿Cuántas veces no le pasa a uno eso? Ya porque tiene, vamos a decir, el hábito de todas
las noches hacer la oración del padrenuestro, va y la hace "Padre Nuestro..." pero quizás en la
mente tiene una cantidad de preocupaciones, de ideas, de pronto también resentimientos,
negativos, y pretende integrarse con el Ser, pero resulta que la conciencia no está. La
conciencia está desplazada por esa cantidad de problemas, de conflictos del diario vivir, las
preocupaciones. Entonces esa oración no cumple, no ejerce la integración, lo que hablábamos
acá, esa integración de la conciencia, el Ser y la parte física. Es decir, no se ejerce esa relación,
y por eso la oración no tiene valor.
¿Qué dice el Maestro? Orar es conversar con Dios. De tal manera que para conversar con
Dios pues hay que estar frente a él, ¿no? Pero si no logro yo esa integración, ¿cómo voy a
conversar con Dios? Simplemente está rezando. O sea una acción simplemente material, física,
pero que no tiene el poder mágico de la oración. Cosas como esas, sencillas. Y es lo cotidiano
de nuestro diario vivir. Es lo que nos sucede hoy en día, es lo que estamos viviendo nosotros.
[11] Curso de Psicoanálisis
De tal manera que vamos viendo cada vez más la urgente necesidad de practicar,
vivenciar, experimentar eso que se llama psicología gnóstica, o sea la psicología trascendental
del espíritu. Porque esa psicología sí nos lleva a nosotros a hacer una integración con el Ser.
Pero no es cuestión de que esperemos llegar a una quinta iniciación de misterios mayores
para encarnar el alma y que allí vamos a integrarnos directamente con el Ser. No es eso lo que
estamos planteando. Sino hacer esa integración con el Ser, desde este momento ir iniciando
ese proceso de irnos humanizando, de ir permitiendo que el Ser, a través de esos valores que
están dentro de esa alma humana, comiencen a expresarse, comiencen a manifestarse, y ahí
se inicie el proceso de humanización que necesitamos todos nosotros para poder entonces
realizar nuestra propia Obra.
Como vemos entonces, hay mucho trabajo que hacer, hay mucha actividad psicológica que
realizar, y que ‐vuelvo y digo‐ queremos dialogar sobre estos aspectos, conocer algunas
didácticas, discernir sobre ellas, para que entonces las estemos aplicando y estemos
avanzando en este trabajo psicológico
PREGUNTAS
Bueno, hasta ahí ¿qué preguntas tienen?
«[,..] una psicología, que debemos cambiar, la del dolor y del placer. Pero traducida no es
más que la ley de acción y consecuencia, ¿no? Es sabido que nosotros tenemos que salimos de
esas leyes mecánicas de la naturaleza. Pero, ¿cuál sería un ejemplo práctico, en la vida, de
aplicar una psicología contraria al ego?»
Para nosotros poder reemplazar la psicología convencional es necesario que nosotros
desarrollemos la conciencia. Porque la didáctica psicológica adecuada para dirigir la vida
está en la conciencia. Entre más conciencia desarrollada, libre tengamos nosotros, se va
ejerciendo con mayor fuerza y naturalidad la psicología del espíritu. Pero ‐vuelvo y digo‐
tenemos que partir en base a ese tres por ciento de conciencia que tenemos libre. Pero los
diferentes hábitos, costumbres, tanto a nivel físico como a nivel mental hacen que esa
esencia‐conciencia, pues esté desubicada, esté desplazada. Por ende no tenemos acceso a
esa psicología del espíritu, para poder desplazar la otra psicología.
Porque, yo lo entiendo al hermano, por ejemplo, un padre me decía: "bueno, y si yo no
lo castigo, o no le ofrezco un premio, ¿entonces qué hago?" o ¿qué hacer para que obe‐
dezca el niño? Esa pregunta nos la hacemos todos, ¿verdad? Bueno, si no le ofrezco un
premio, o no le ofrezco correa, no se le toma la sopa el niño, no se toma el alimento,
entonces el Maestro escribe en sus libros, entonces se pregunta ‘‘¿qué hago?", yo también
me pregunto igual, ¿qué haría? Entonces la respuesta está en la conciencia. La esencia, ella
tiene esa respuesta.
Porque la psicología trascendental del espíritu no se puede establecer en base de
normas, estatutos, reglamentos, conceptos u opiniones. Por eso no se puede dar un
consejo, porque la única que sabe cómo actuar en el momento se llama: la conciencia.
[12] Curso de Psicoanálisis
Porque ella, entonces, estaría en condiciones de dirigirnos. Pero, ¿qué pasa? La persona,
posiblemente está llena de ira, impaciencia, tiene preocupaciones, quiere que el niño tome
la sopa ya, porque tiene que irse. Entonces esos sentidos, esos centros y esa mente está
ocupada por el ego, entonces la conciencia no la puede orientar, jamás. Porque la
conciencia es luz y el ego son tinieblas. O está la luz o están las tinieblas. Es la lógica,
¿verdad?
Entonces, decirle a una persona que actúe de tal manera, es caer en una psicología
convencional. No sería la psicología trascendental del espíritu. Porque estaría condicionada
a un concepto, a una opinión, a una norma ya establecida. Mas no hay libertad, y la
psicología del espíritu nos lleva a la libertad, a ser libres, a que el espíritu se pueda
manifestar libre. No condicionado por esos aspectos que estructuran la psicología,
convencional.
No sé si estarnos siendo claros en esto. Es difícil, es difícil. En un momento dado uno no
puede tornar determinaciones por eso. Porque, lo uno: no es fácil ubicarse, o ubicar esa
conciencia; lo otro: no es fácil mantenerla, sostenerse en ese estado no es fácil. Pero sí
tenemos las didácticas para hacerlo. Sí conocemos unas didácticas de los amados Maestros
para poder nosotros hacer que la conciencia se vaya ubicando en el lugar que debe de estar.
Es cuestión de práctica, de ejercitar esas didácticas.
«Decía que las últimas energías que producen que la esencia se alimente de esa energía es [...]
¿Cómo hacemos nosotros para usar esa energía de la psiquis para que tenga, o se libere de los
otros cuerpos...? no he entendido muy bien eso...»
Bueno, lo que quise significar con el gráfico éste, que si nosotros no eliminamos estos
yoes que se están consumiendo la energía psíquica, no es posible desarrollar el embrión de
alma. Entonces lo primero que tenemos que hacer nosotros para cristalizar alma es
eliminar, eliminar los agregados psíquicos. ¿No ve que ellos tienen atrapada esa energía?
Por eso la base de la Obra del Ser está en la muerte, porque hay que eliminar primero esos
elementos para poder cristalizar esa Obra. Dados los cimientos, la base, el fundamento. De
lo contrario no es posible.
Uno muchas veces uno lo quiere eliminar, o quiere despertar, pero, digamos, lo difícil
de uno mantenerse en un estado de conciencia de por lo menos de auto‐observación. Uno
en la vida cotidiana llega dormido, porque en esos momentos es cuando nosotros perdemos
nuestra energía psíquica, o la energía que nos arrebata el ego. En esos momentos, ¿cuál
sería la didáctica para nosotros?, o sea, nos han dado ¿Quién es el investigador?. O sea, esto
es lo fundamental...
Y así es, para eso estamos acá, para eso nos estamos reuniendo en este lugar tan
especial. Porque ustedes saben que estos lugares sagrados tienen una vibración muy
especial que nos ayuda a todos nosotros a poder sostenernos en mejores estados de
conciencia para poder llegar a la comprensión. Entonces, en el transcurso de los temas que
vamos dando, vamos explicando las didácticas, haciendo un estudio y conociendo el
significado de cada uno de ellos para su aplicación. Ese es uno de los objetivos que
anhelamos: de que podamos llegar a comprender cómo aplicar las didácticas y no ir a con‐
fundir las didácticas o técnicas psicológicas. Porque ahora nos está sucediendo, no se puede
[13] Curso de Psicoanálisis
suceder que uno confunda una didáctica de un nivel superior y la pretenda aplicar a estos
niveles, como principiantes.
Uno puede confundir una didáctica... les pongo un ejemplo: Si a alguien, o a alguno de
nosotros nos dicen "¿quién es?" o me preguntan quién soy, entonces le pregunto a una
persona quién es, ustedes dan la respuesta, ¿verdad? Cuántos la habrán dado diciendo: "no
soy más que un manojo de yoes", ¿verdad? ¿Es así? Porque así dice el Maestro: "No soy más
que un vil gusano del lodo de la tierra", "no soy más que un manojo de yoes", ¿sí?
Pero esa es una técnica, una didáctica psicológica para enfrentar un yo de orgullo, ¿o
no?, para enfrentar un yo mitómano. Porque si no es así yo estaría afirmando el ego.
Entonces si no es una didáctica la que estoy aplicando contra un yo de orgullo, un yo
mitómano, yo no puedo afirmar que soy un manojo de egos. Y eso lo escucha uno en el
pueblo gnóstico, en algunos lugares, que la persona dice: "No, es que yo no soy más que un
montón de yoes, ¿qué voy a tener posibilidad de yo hacer una Obra?, un montón de ego".
Afirman el ego en lugar de afirmar al Ser.
Pero lo hacen ‐vuelvo y digo‐ no por una técnica psicológica contra un yo de orgullo, o
un yo mitómano. Simplemente lo tienen como algo establecido en su psiquis, en su mente,
de que eso son. Pero no porque estén practicando una didáctica, simplemente se volvió una
costumbre, como algo que se llama canción psicológica.
Para muchos se ha formado eso, una canción psicológica, decir "no es que yo no puedo,
porque no soy más que un manojo de yoes, no soy más ‐que egos, diablos...", y toda vez que se
encuentra uno con ellos, siempre están diciendo igual. Entonces se les convirtió en una canción
psicológica y creen que están aplicando una didáctica correctamente, y no la están aplicando.
Simplemente se convirtió en algo rutinario, una canción psicológica.
Y así como el ejemplo que les coloco puede haber algunas prácticas, algunas técnicas que
entonces no están siendo aplicadas en una forma correcta, y por ende no se conoce, o no se le
puede ver el avance psicológico en la persona porque no está aplicando las cosas correctas.
No queremos decir que esta persona las sepa aplicar. Estamos aquí para aprender, para
discernir la enseñanza y de ello sacar eso que se llama la comprensión.
[14] Curso de Psicoanálisis
EL PSICOANÁLISIS
Entonces ahora nos vamos a dedicar al estudio de lo que es el psicoanálisis. ¿Qué
es el psicoanálisis? ¿Qué se entiende por psicoanálisis?
«El estudio de la psiquis.»
"Estudio de la psíquis". ¿Qué más conocen ustedes como psicoanálisis?
¿Qué es?
«Análisis psicológico,»
«Descomponer algo...»
Descomponer algo en las partes que lo conforman, ¿verdad? Por ejemplo
una naranja. Vamos a estudiar una naranja, ¿Qué hay que hacerle? Abrirla,
separarle las semillas, la cascara, el jugo, los colores, los sabores, los azúcares...
Eso es un análisis, ¿verdad?, de una unidad llamada naranja, que la
descomponemos en las partes que la conforman. Eso es hablando
académicamente.
«La descomposición de algo.»
"Descomponer algo". En este caso, los aspectos psíquicos. ¿Cuál es el objetivo
del psicoanálisis?
«El auto‐descubrimíento.»
"El auto‐descubrimiento", sí, así es. Para nosotros hacer ese auto‐
descubrimiento, ¿qué tenemos que realizar?
«Una observación del comportamiento en nuestra vida y de lo que nos acontece...»
Bien. Vamos uniendo todos estos aspectos y vamos a estudiar la definición que
da el Venerable Maestro Samael, yo sé que ustedes la conocen, verdad que la
[15] Curso de Psicoanálisis
memoria a veces... Dice el Venerable que psicoanálisis gnóstico es "indagar, estudiar,
‐el usa mucho los sinónimos‐ reflexionar, conocer, descubrir, explorar ‐con la
observación, que aquí está la posibilidad de nosotros entrar dentro del psicoanálisis‐
las causas, el origen, la razón, el porqué, de la existencia y manifestación del yo".
Veamos entonces cada uno de esos aspectos para ir entonces
comprendiéndolos. Él dice "explorar ‐y un montón de sinónimos‐ las causas ‐y
otros sinónimos‐ de existencia y manifestación del yo". No lo perdamos de vista, no
perdamos de vista esa definición de psicoanálisis gnóstico, porque ahí está muy
claro, muy preciso, qué es lo que nosotros tenemos que hacer.
Ya vimos entonces en la definición de psicología que es la ciencia que estudia los
principios, leyes y hechos que están íntimamente relacionados con el cambio
radical de una persona. Ya el psicoanálisis lo podemos ver nosotros como ese
elemento o herramienta fundamental, como el sistema psicológico con el cual
nosotros podemos llegar a hacer ese cambio radical.
Porque el psicoanálisis nos lleva entonces a explorar, a conocer, las causas,
o la raíz, el origen, el motivo, el porqué, la razón de la existencia ‐vuelvo y digo,
pongamos atención‐ la existencia. Eso es una cosa del ego. El ego tiene una
causa para existir, una razón, un motivo. Pero también tiene una causa, una
razón y un motivo para manifestarse. ¿O ustedes qué dicen? ¿Será igual la causa
para existir que la causa para manifestarse?
Para manifestarse tiene muchas causas, muchas razones, muchos porqué se
manifiesta, y para existir, o para venir a la existencia, o para crearse, pues
también, ¿no?, pero tiene una, que fue lo que le dio origen. Mientras que las de
manifestación están multiplicándose cada día más. ¿Por qué? Porque esas
causas de manifestación están relacionadas con otros agregados psíquicos,
está relacionado con los eventos, está relacionado con eso que se llama: las
impresiones.
Entonces una persona puede a través del psicoanálisis gnóstico, descubrir
la causa que le dio origen a un yo, y también puede descubrir las causas o los
motivos por los cuales se manifiesta. Pero ‐vuelvo y digo‐ en eso de las
manifestaciones es más complejo el estudio, porque tiene muchos motivos para
manifestarse.
Por ejemplo, la ira, cabeza de legión: la ira manifestándose por celos. Esa es
la razón por la cual se manifiesta en un momento dado la ira, ¿verdad?, por
celos. Pero, ¿cuántos tipos de celos hay? Hay celos religiosos, se cela la familia,
se celan los bienes materiales, la casa, el carro... celos pasionales, celos
profesionales, y todos ellos se convierten en motivo o razón para que la ira se
manifieste. De tal manera que es muy complejo esas causas de manifestación, y
sólo el psicoanálisis nos puede llevar a nosotros descubrir, encontrar esas causas.
Dice un postulado del psicoanálisis, en relación a cómo quitarle la energía al
ego. Dice el Maestro: "cuando uno le quita la razón al ego, le está quitando la energía,
o sea el alimento". Entonces debemos tomar desde ese punto de vista lo impor‐
[16] Curso de Psicoanálisis
tante que es para nosotros descubrir la razón por la cual se manifiesta el ego,
porque esa razón que el ego tiene para manifestarse es la que lo impulsa, es lo que
le sirve de impulso para manifestarse. Y él se manifiesta para alimentarse, para
nutrirse, por eso el produce esa reacción, pero tiene una justificación o una
razón para hacerlo. Y son muchas, pueden ser muchas las razones.
Entonces, es un trabajo sobre lo que es la manifestación del yo. Este es un
trabajo a realizar que nos ayudará a eliminar las posibilidades de que el ego se
alimente, se nutra, y podamos cumplir con ese primer choque consciente que se
dice que es no alimentar el ego ni crear nuevos yoes, ¿verdad?
Ahora, en esto de conocer la causa o la raíz de la existencia, entonces nos lleva
a nosotros a descubrir el por qué se creó o nació ese yo en nosotros. Y entonces
eso nos ayuda a dar el segundo choque consciente, que consiste en eliminar,
eliminar el yo.
Por eso querernos decir que el psicoanálisis nos da a nosotros la posibilidad de
dar estos dos choques conscientes: no darle de córner al ego, no alimentarlo, y no
crear nuevos yoes; y la posibilidad de poder eliminar los que ya tenemos. Entonces
vamos conociendo la trascendencia que tiene en sí el psicoanálisis gnóstico.
Para cada uno de nosotros ir entonces avanzando en nuestro propio trabajo ‐
vuelvo y digo‐ ir organizando ese trabajo psicológico es fundamental. Porque hay
didácticas, técnicas, que no están siendo bien utilizadas, en una forma correcta.
Por ejemplo, hubo el caso de un hermano que hizo un curso para misioneros
allá en el Lumen, hace muchos años. Eso fue como en el ochenta y ocho, por ahí.
Y entonces el hermano salió a hacer misión, y a los pocos días llegaron las cartas
con las quejas del hermano, diciendo que el hermano lo veían entrar a los
prostíbulos, a zonas rojas, zonas de tolerancia. Y entonces los hermanos le
preguntaban que por qué él hacía eso, que si no se daba cuenta de lo que estaba
haciendo, que un misionero, sacerdote, y entrando a esos lugares.
Entonces él decía o se justificaba diciendo que no, que él entraba para a
desafiar el ego de la lujuria, porque él estaba empeñado en eliminar el yo de la
lujuria, y que entonces él necesitaba pues que se manifestara ese yo para poderlo
conocer, para poder trabajar sobre ese elemento. Total: equivocada la persona.
Porque hay una enseñanza del Maestro donde él dice que hay que provocar
eventos. Pero esa enseñanza no es para nosotros los principiantes. Eso de
provocar eventos para conocer el ego es un trabajo de la segunda montaña, es
un trabajo de la perfección de la Maestría. Es un trabajo que el Maestro tiene que
hacer con los yoes que están ocultos en la parte no visible de la luna psicológica. Y
él mismo dice, el Venerable, que él duró ‐no sé si estoy equivocado en la […]‐
treinta años dice que duró, o veinte años, eliminando los yoes de la parte visible de
la luna psicológica. Pongámosle veinte años laborando sobre la parte visible de la
luna psicológica,
¿Y quién ese personaje? Un logos, un cosmocrator, un paramartasatya,
¿verdad?, un habitante del absoluto, y duró veinte años para desintegrar el yo de
[17] Curso de Psicoanálisis
la parte visible, donde allí no hay necesidad de provocar eventos para provocar el
ego. Estamos sobrados de eventos para provocar el ego.
Por eso decimos entonces que muchas veces nosotros queremos utilizar
didácticas, pero como no hay una organización, no hay una comprensión del trabajo, o
de cómo se ha de hacer, entonces fácilmente uno puede caer en gravísimos errores, y
entonces queremos dialogar sobre estas didácticas, técnicas, conocerlas, y su
aplicación, como aplicarlas. Para ello entonces hemos iniciado esto de psicoanálisis,
¿cómo aplicar el psicoanálisis?
Porque fácilmente también se puede confundir con el psicoanálisis de Freud,
¿verdad? Un psicoanálisis que está siendo utilizado para descubrir las causas o el origen
de complejos, de problemas o traumas que originan ciertos tipos de enfermedades.
No. Nosotros no vamos a aprender psicoanálisis para aplicárselo a los demás, o para
arreglarles el problema a los demás. Vamos a aprender psicoanálisis para solucionar
nuestros propios problemas. Porque eso es lo que nos interesa a nosotros, resolver
nuestras propias situaciones, hacer nosotros nuestro propio cambio, nuestra propia
transformación. Porque, dicho por el Maestro está de que nadie puede cambiar a
nadie. Sólo nosotros a través de supremos súper‐esfuerzos, podemos hacer un
cambio, una transformación radical. Y ello nos lo garantiza el psicoanálisis gnóstico.
Bueno, entonces comprendiendo ya la definición de psicología y la definición de
psicoanálisis, entonces tal vez tenemos una idea más clara de a qué es que hemos
venido, ¿verdad?, a estudiar algo que nos ha de llevar hacia un cambio, una
transformación radical. Conociendo estas definiciones en esta forma pues nos queda
más clara una situación, y considero que ya no vamos a estudiar psicología porque me
simpatiza, sino porque la necesito, ¿verdad? Estudio psicología porque la necesito,
porque comprendo que sin ella no es posible realizar un cambio, una
transformación.
LAS CAUSAS
DE LA EXISTENCIA DEL YO
[18] Curso de Psicoanálisis
«¿Daniel? [...] lograr descubrir la causa de existencia y manifestación del yo. De la
manifestación, vos decís, en definitiva es nutrir o alimentar un yo. Pero para explorar, si
nos podes dar un ejemplo, las causas de la existencia de un yo...»
Bueno, las causas de la existencia del yo ‐dice el Venerable‐ que están justamente
en aquello que sucedió en los primeros momentos en que se comenzó a crear, en esos
eventos o acontecimientos que le dieron origen, o sea la primer vez que se manifestó,
allí está el origen de ese yo. La situación nuestra es un poco delicada en este aspecto,
porque la mayoría de los yoes que gobiernan la máquina tienen su origen en vidas
anteriores, en otras existencias, y esa es una situación muy desfavorable para
nosotros, el no poder recordar las existencias anteriores. Porque aquí encontramos
nosotros orígenes de muchos yoes que hoy gobiernan, que hoy se manifiestan, y que
tienen una fuerza increíble para dominar la máquina orgánica.
De todas maneras, el Venerable dice que trabajemos mientras tanto con lo que
tenemos a nuestro alcance, y entonces vamos a trabajar con el psicoanálisis en el
descubrimiento de las causas del nacimiento del yo en la primera vez que se manifestó
en esta existencia.
Les voy a colocar un ejemplo vivido, una anécdota vivida en relación a esto, a
manera de ilustración, no hay más. Y fue precisamente por un vicio que es el cigarrillo.
La anécdota es un poco larga para poderla entender, o sea para poder entrar en ese
aspecto.
Yo por muchas veces intenté antes de ser estudiante gnóstico, eliminar el
yo del cigarrillo, simplemente porque tenía una afección, tengo una afección en
las amígdalas, y entonces había veces que no soportaba ya el dolor, y sobre todo
al fumar, se me acrecentaba ese dolor, esa irritación, y entonces yo decidía no
fumar, porque a mí me decían: "mire, usted con el problema que tiene, sigue
fumando y se agarra un cáncer a la garganta y se va a morir". Bueno, me daba como
miedo y dejaba de fumar un mes, dos meses, tres meses.
Pero cuando entraba otro yo... ese yo corajudo: "¿por qué tengo yo que tenerle
miedo a la‐ muerte, que me muera yo, que me muera, que me traguen los gusanos? Hoy
o mañana eso es igual", O sea unos conceptos, una cantidad de cosas que se
manejan allí, y volvía yo a fumar. Pero cuando volvía a tener el problema grave,
entonces otra vez. ¡Cómo sería de arraigado ese vicio que yo escasamente
fumaba, hacía dos fumaditas nomás y tenía que botar el cigarrillo porque no lo
soportaba! A mí me interesaba la salud en ese caso.
Pero cuando conocí la enseñanza, que yo la conocí a través de un libro. O sea,
la primer vez que yo conocí la palabra Gnosis fue a través de "Educación
fundamental", un libro de psicología que ustedes conocen, y como yo estaba tan
lejos de la ciudad o del poblado, tenía que caminar cuatro horas para ir al [...],
entonces yo no tuve acceso a primeras cámaras ni a ningún misionero, ni a ningún
estudiante gnóstico para yo preguntarle, bueno, ¿qué sucede?
Lo cierto es que me sucedió algo muy extraño, llamo yo, en que yo quise de una
vez, apenas leí los primeros capítulos, yo ya tomé la determinación de no fumar
[19] Curso de Psicoanálisis
más, yo dije: "no voy a fumar". Porque comprendí, como digo, me sucedió algo
muy extraño con esa enseñanza de ese libro, que yo comprendí el objetivo de la
existencia del ser humano, y entonces pude valorar la vida, porque yo la
valoraba. Mis ideas eran comunistas, eran marxistas, leninistas, porque eso era lo
que había aprendido en el colegio, lo que tenía metido en la cabeza. Entonces
no valoraba la vida, no me interesaba la vida, me daba igual.
Pero cuando leí ese libro me interesó la vida, sentí amor a la vida, entonces
dije "si esto mata la vida, yo no fumo". Pero ahí no quedó el caso, El caso es que
yo sigo soñándome fumando, cuando yo nunca soñaba fumar, y yo le ponía
cuidado a los sueños. Es rara la persona que no está en la Gnosis o que no
tiene conocimiento esotérico, que le ponga cuidado a los sueños, ¿verdad? Es
rara la persona. Pero entonces yo le puse mucha atención, por eso, porque yo
me dije: "pero si yo no estoy fumando, ¿por qué me sueño fumando?", Y eso
se me repetía casi todas las noches: soñar con fumar un cigarrillo.
Eso me llamó mucho la atención y yo hacía mis reflexiones. Y yo dije: "si yo no
fumo en la parte física, o sea no estoy fumando, ¿por qué estoy soñando?".
Resulta que ya en los sueños hacía las reflexiones. Por eso para mí la psicología
es algo trascendental, porque hemos podido vivenciar ciertos aspectos. Como
digo, no conocía a ningún misionero, a nadie conocía, simplemente yo hacía una
pocas reflexiones ahí, y yo decía: “sí yo no tengo que fumar, ¿por qué tengo un
cigarrillo en la mano?" y botaba el cigarrillo, ya no fumaba, pero sí lo tenía en la
mano.
Me sucedió unas cuantas veces ese fenómeno, hasta que eso se fue
distanciando. Pero a los siete años, más o menos, me vuelvo a soñar con ese
personaje, ya no fumando pero sí con el cigarrillo en la mano, yo ya estaba en
el Lumen, en el Monasterio. Y yo me decía: "pero aquí nadie fuma, yo no
salgo", no salía a la población, yo no veía a nadie fumar. Y se me hizo extraño
por eso. De todas maneras yo hice mis reflexiones, ya conocía el psicoanálisis,
entonces yo simplemente hice un trabajo, le pedí a la Madre que me ayudara a
eliminar ese elemento. Y bueno, lo curioso es que ya teniendo catorce años,
como trece o catorce años de no fumar, vuelvo y me sueño con el personaje:
otra vez con el cigarrillo en la mano.
Ahí sí yo quedé más que sorprendido. Tanto tiempo sin alimentarlo a través
de impresiones, ni nada de eso. Entonces yo no pude más y le dije al Maestro:
"Maestro, me pasa esto y esto, así,..", ¿cuál es la razón? Y él me dijo; "¿no será que usted
no ha hecho un trabajo lo bastante fuerte sobre ese elemento?" Y yo le dije: "Maestro,
aplicando lo que usted nos ha enseñado sobre psicología..", Y dijo: "¿no será que usted
rechaza al fumador?" Le dije: "yo eso sí Maestro. A mí el humo del cigarrillo me fastidia, yo
veo un fumador y digo ¿porqué no se va a otro lado a fumar?, y bueno... me pongo mal".
Me dijo: "ahí está la causa, el porqué se sueña, usted con el cigarrillo en la mano, porque ese
personaje sigue existiendo y se sostiene es porque usted lo rechaza al fumador. Trabaje sobre
esa característica del yo".
Esto es para que conozcamos las características del yo. Ahí encontramos una
razón para él seguir existiendo, para él seguir teniendo aquello, y era que ya no era
[20] Curso de Psicoanálisis
porque fumaba sino porque rechazaba al fumador. Claro, el ya encontró otra razón
para seguir existiendo. Se sostenía en el rechazo que yo le hacía al fumador. Como a él
no le interesa cómo reacciono, a él lo que le interesa es que yo reaccione para él
poder alimentarse. A él no le interesa cómo lo hace, lo que a él le interesa es que uno
reaccione en cualquiera de los centros, o en la mente, para nutrirse.
Eso entonces me llevó a profundizar sobre esto del psicoanálisis, y aplicando el
psicoanálisis me encuentro yo en una edad, de siete años, que fue mi primera
experiencia con el cigarrillo. Cuando yo le pregunté a una persona, un tío, la
curiosidad, posiblemente la pregunta que le hice fue que porqué fumaba, que ¿qué
era eso?, ¿pa' qué era? Él enseguida me contestó en una forma muy grotesca, y dijo:
"no, esto es para hombres, esto no es para /.../".
Entonces yo me sentí como ofendido, ¿no? "yo no soy una niña". Y yo no le dije
nada porque me pegaba, yo simplemente guardé silencio porque no tenía otra
opción. "De todas maneras más tarde le voy a robar un cigarrillo", ¿sí? Él se descuidó y yo
fui y le saqué un cigarrillo y mi primera experiencia fue esa. Demostrarme de que
también era hombre, y que podía fumar. Una razón. La primera razón que tuve
para fumar fue: me sentí ofendido, y yo dije: "no, yo soy hombre, y voy a fumar". No
tuve una explicación lógica, sino fue una reacción psicológica, tremenda.
Bueno. Recuerdo otra experiencia en esos mismos días, y era que como era en el
campo, había que recolectar cacao, no sé si ustedes conocen, es un árbol que echa
un fruto llamado chocolate, o hacen chocolate con él. Entonces, los lugares donde
están esos árboles hay mucho mosquito, zancudos, ¿conocen los zancudos,
verdad? Bueno. Y es increíble la plaga en esos lugares. Y entonces una abuela, ella se
llevaba un tabaco, y prendía su tabaco y con el humo ella decía que espantaba los
moscos, los zancudos. Ella fumaba su tabaco y ese humo nos lo echaba a nosotros en
la cara para que no nos picaran los zancudos. Y era buena la idea. Pero resulta que
también le robé los tabacos a la abuela, y es que eso sí me costó, porque eso me
emborrachó, me mareó, muy fuerte era, y a esa edad... iOtro motivo para fumar!
Espantar los moscos, para que no molesten, porque el humo los espanta, ¿verdad?
Supuestamente, la razón o la causa para fumar. Y en ella era así, porque ella no era
viciosa, ella la veíamos fumar cuando iba a hacer sus labores de campo, donde
habían muchos moscos, y de verdad ella lo usaba para eso, el olor del tabaco, el
humo, para espantar esos insectos.
Pero en mí se volvió un vicio. O sea, ya no le quitaba un cigarrillo sino que era una
cajetilla, o dos. Y así yo recuerdo que comencé a fumar. Pero en el transcurso de la
vida me encontré con muchas otras razones, justificaciones para fumar, como por
ejemplo, alguien dijo: "no, es que yo fumo porque esto me calma los nervios".
Entonces si estoy nervioso por alguna cosa me pongo a fumar. "No, es que
fumando calmo la impaciencia un poco". Otro decía, "no, es que fumando se me quita
el frío"...
Todos esos conceptos, todas esas razones, esas justificaciones que las personas
tenemos, eso fue quedando en mí, y cualquiera de ellas servía para que yo fumara. Pero
cuando yo tenía quince años, catorce años, por ahí cuando comienza con esa edad la
punzada del amor, entonces ya fumaba para que me vieran: "ya fuma, es varoncito". O
[21] Curso de Psicoanálisis
para que me vieran las chicas. Entonces, ¿cómo fumaba? Y, con elegancia. Otra razón
para seguir fumando.
Entonces, ese psicoanálisis me llevó a mí a descubrir todas esas razones que fue lo
que me indujo a fumar en esta existencia. Y ese trabajo me llevó entonces a lograr ir
erradicando esas manifestaciones hasta en los mismos sueños.
Con esto yo saco como conclusión que eso de la eliminación de un yo, eso no es de
la noche a la mañana. Si eso es un simple vicio del cigarrillo, un simple vicio, tenga un yo
tan arraigado en la psiquis, ¿cómo será entonces por ejemplo, un yo de pereza, de
envidia, de orgullo, de lujuria, de ira…?
Entonces hay que comprender por qué dijo el Maestro que duró treinta años
eliminando los yoes de la parte visible, ¡eso no es fácil! No es que sea difícil, o imposible,
porque si estos hombres lo han hecho, lo han demostrado, y han enseñado la didáctica
para hacerlo, es porque se puede hacer. Es cuestión de uno dedicarse a hacerlo, y lo
otro: es cuestión de organizar el trabajo, organizar el trabajo psicológico de la muerte.
Eso considero que es lo que a veces nos hace falta a nosotros.
Uno puede tener voluntad para hacerlo, uno puede sentir llorar de amargura, de
tristeza, de saber la miseria en que se encuentra, pero si no hay organización, si no
establece un orden de trabajo, no lo logra. Porque no basta con tener voluntad, no
basta con tener las ganas de hacerlo, si no se sabe hacer... ¿o ustedes qué dicen? Así
es, ¿verdad?
O, ¿o quién no está amañado con el ego? ¿Quién no quiere matar un ego?
Todos, ¿verdad? ¡Porque vemos que es un elemento que nos causa mucho daño! Y
entonces, los que llevamos veinte años en la Gnosis, y todavía cargando con ese montón
de legión... Algo pasa, ¿verdad? O sea que no solo se necesitan ganas de hacerlo, sino
que hay que seguir una didáctica, hacer una organización del trabajo, poder enrumbar ‐
llamémosle así‐ dirigir esa voluntad, la tenacidad, el anhelo, hay que saberlos canalizar
hacia ese punto determinado en el cual sí vamos nosotros a lograr hacer ese trabajo.
«Una pregunta: [‐‐] o un estudiante gnóstico que se embarca en la empresa de
eliminar los agregados psicológicos tiene que entrar a meditar, analizar todas las
escenas de! día y dedicarle a cada escena o a. cada yo un tiempo. [...] o que es tan difícil
poder analizar el yo psicológico […] ¿Cómo es eso?»
Bueno, se refiere a que en el trabajo esotérico gnóstico de la muerte uno debe de
seguir una didáctica en la cual sigue á un personaje, un yo, hasta que lo desintegra,
hasta que lo elimina, pero como todos no los puede agarrar a la vez en este trabajo
estricto, entonces tiene que hacer otro trabajo que se llama muerte en marcha, que
es: ego que aparece, ego que se trabaja. Entonces, ese trabajo sobre muerte en marcha
es un trabajo muy corto ‐llamémosle así‐ porque se trabaja sobre el elemento del día.
Muy diferente al trabajo del rasgo psicológico, que se trabaja hasta que se elimina el yo.
[22] Curso de Psicoanálisis
EL PRIMER PASO DEL PSICOANÁLISIS
Vamos a hacer un planteamiento que se conoce como el primer paso del
psicoanálisis, o sea lo primero que uno tiene que comenzar a hacer en esto de la
organización psicológica, con el objetivo de que hagamos una reestructuración, una
reorganización, del trabajo que hasta ahora hemos venido logrando. No es un cambio
de trabajo, o de didáctica, no es eso. Porque por ejemplo, en Uruguay preguntaron
que si era una didáctica que estamos trayendo para hacer, entonces que lo que ellos
estaban haciendo, que ¿qué iba a pasar con aquello? Que si iban a seguir con ese
trabajo. Le dije: ¡claro! Usted tiene que seguir con su trabajo porque no hemos venido
a cambiarles la didáctica, no, simplemente es para hacer una mayor comprensión de
esas mismas didácticas que ustedes están manejando, pero que necesitamos
retomarlas, estudiarlas y aumentar ese nivel de comprensión.
El Venerable Maestro Lakhsmi nos dice, y hace un tiempo que nos viene diciendo, y
con justa razón, que el pueblo gnóstico nos hemos convertido en acumuladores de
enseñanza, yo creo que ustedes lo han escuchado, porque en alguna convivencia él lo ha
dicho. Y eso es un problema grave, que nosotros creemos que no es así. Porque, ¿quién
de nosotros no está interesado en recibir información, recibir enseñanza? Todos,
¿verdad? ¡Desde luego! Eso es necesario.
Pero el problema no está en recibirla, o que no necesitemos esa información, sí la
necesitamos por varias razones. Una, dice el Venerable Maestro Samael que uno de los
motivos por los cuales se abre una primera cámara, o que el objetivo de una primera
cámara es despertar la inquietud, despertar el anhelo, el interés, en las personas, de
hacer un cambio, una transformación radical. Es el anhelo de llegar hacia estos valores
espirituales, pero que la enseñanza en si como información no nos puede transformar.
Eso no es posible.
La. Transformación, es el fruto, es el resultado de un actividad nuestra, no es la de
acumular o de recibir información. La información cumple con una labor, y es
despertar nuestras inquietudes, despertar esos anhelos.
Exactamente, también cumple ese papel en la primera, o la segunda o la tercera
cámara. Me refiero a la información. Ya lo litúrgico cumple, de hecho, un acto litúrgico
cumple un hecho fundamental que es el ingreso de unas energías que nos van a dar
esa energía, ese dinamismo, esa fuerza, esa luz, pero que pasa igual. Si no la ponemos
en acción, sí no la canalizamos correctamente, pues tampoco hay un cambio en
nosotros.
Entonces, el hecho no es acumular enseñanza. El hecho es que nosotros
aprendamos a transformar esa enseñanza, esa información, la transformemos en
conciencia, y eso es fundamental.
[23] Curso de Psicoanálisis
Veamos. Aquí en este momento, por ejemplo, ¿qué centro estamos utilizando
nosotros? El centro pensante, ¿verdad? El centro pensante o centro intelectual, así es.
Ese es el centro que estamos utilizando para recibir información. Entonces a través de
ese centro estamos comunicándonos. Por Lo tanto tenemos que conocer ese centro.
Tenemos que conocerlo para poderlo manejar, y si no es posible que hagamos el uso
correcto de él, si no lo conocernos al menos en algunos aspectos.
El centro pensante tiene tres niveles: el nivel intelectual en sí, el nivel motor ‐o el
movimiento‐ y el nivel emocional. Este centro entonces tiene estos tres aspectos,
tiene un principio intelectual, inteligente. Tiene un principio que es la acción, el
movimiento, o su actividad propia. Y tiene el aspecto emocional.
Cuando la enseñanza, cuando la información ingresa a través de nosotros y
no es debidamente canalizada, queda almacenada en ese nivel intelectual,
convirtiéndose simplemente en memoria acumulada, recuerdo. Pasa a la memoria
y no ejerce ningún tipo de actividad hacia la transformación.
Es necesario ‐dice el Venerable‐ que la enseñanza gnóstica, la información, llegue
a la parte central del centro pensante, que es la parte emocional. La parte
emocional del centro pensante hace que la enseñanza llegue a la conciencia, y la
conciencia es la única que puede hacer una transformación. Esperamos que esto
vaya quedando claro, necesitamos comprender eso, porque ‐vuelvo y digo‐ no
estamos interesados en que ustedes o que nosotros acumulemos enseñanza. Por‐
que el acumular enseñanza no realiza a nadie.
El memorizar la enseñanza gnóstica, el conocimiento gnóstico no nos sirve
para autorrealizarnos. De tal manera que Lo que queremos expresar, y que
anhelamos hacer, es que la enseñanza gnóstica se convierta en conciencia. Que la
enseñanza gnóstica, para poderse convertir en conciencia, tiene que ser depositada
en la conciencia.
Como esa enseñanza gnóstica es de tipo intelectual, es decir entra a través del
centro pensante o centro intelectual, corre el peligro de quedarse almacenada
simplemente como memoria, y por eso la recordamos, porque queda como me‐
moria, y por eso también a medida que acumulamos enseñanza éstas, las que van
[24] Curso de Psicoanálisis
quedando mas debajo, como allá, en un depósito, pues se nos van olvidando,
¿verdad? ¿O no?
¿Cuánta enseñanza recibimos en la primera cámara, que hoy ni la
recordamos? ¿Por qué? Porque ya le hemos colocado sobre esa enseñanza, muchas
otras más, ya todas ellas queremos colocarles más enseñanza, más información.
Y entonces esa enseñanza de nuestras primeras letras en la Gnosis, pues
quedaron allá ahogadas, escondidas. De pronto si tenemos buena memoria
podemos recordarlas, traerlas a colación, posiblemente. Pero los que ya de pronto
tenemos colesterol en la sangre, ¿verdad?, ya se nos van perdiendo las capacidades
de memoria. Entonces está demostrado que la enseñanza acumulada como
memoria no nos sirve, no es útil.
Porque, ¿qué es la memoria? ¿Qué es el ego? ¿Qué es el subconsciente?
«¿Memoria acumulada ?»
i Lo mismo!. Entonces, ¿en qué se convirtió esa enseñanza, con el tiempo? En ego.
Ustedes dirán: "¡pero no puede ser!" No suena como muy bien, es como paradójico,
¿no?, que una enseñanza gnóstica, trascendental vaya a convertirse en alimento del
ego. Y si se convierte en alimento del ego al ingresar en el ego corno alimento,
entonces se convierte en ego mismo, ¿o no?
¿En qué se convierte lo que ingerimos por la boca? En cuerpo mismo, pasa a
ser parte de nuestras células, de nuestras moléculas., se convirtió en nuestro
propio cuerpo. Era denso, eran unas sustancias densas, ¿verdad? Eso mismo pasa
con las impresiones. Como eso que estamos recibiendo, que ustedes están
recibiendo, son impresiones, ¿verdad?, llamadas enseñanza gnóstica. ¿Y qué son las
impresiones? Son hidrógenos, ¿verdad? ¿Qué es un hidrógeno? Una energía, y es
alimento. Es la energía o alimento que ingresa como impresiones a nosotros.
Dice el Maestro que esas impresiones ingresan como hidrógeno 48,
normalmente. ¿Qué hay que hacer? Una transformación. Así como el organismo, el
sistema digestivo, transforma el hidrógeno 768 que ingresa por la boca como alimen‐
to, así como los pulmones transforman, el aire vital, el prana, la vida que entra como
aire vital, transforma ese hidrógeno, lo hace asimilable al organismo, así también las
impresiones deben de ser transformadas para que sean asimiladas.
Pero el problema en ese caso de las impresiones enseñanza, quedan
acumuladas como memoria porque no llegan, no caen a la parte central, que es la
parte emocional del centro pensante. Esa impresión es susceptible es hidrógeno a
convertirse en hidrógeno 24, hidrógeno 12, hidrógeno 6f porque dijimos que es
energía, y la energía es susceptible a cambios y transformaciones.
Cuando esa energía, hidrógeno 24, llega a convertirse en hidrógeno 6 se
convierte en alimento de la conciencia y se convierte en conciencia misma.
¿Entonces sí se puede convertir la enseñanza en conciencia? Sí, ¿verdad? Porque
es impresiones, y las impresiones son susceptibles a ser transformadas en
hidrógenos más livianos que al ingresar como hidrógeno 6, que corresponde al
mundo causal, allí encontramos nosotros a eso que se llama la conciencia o energía
[
[25] Curso d
de Psicoanálisis
Pero desaafortunadam
P mente nosotros no sabemos escucharr, no sabe emos
procesar impreesiones. Esso nos lo dice el Maestro,
M diice: "sólo un Maestrro de
conciiencia despierta puedee transformar impresio ones instantáneamentte". Lo dem más, el
proceso de tran nsformación n es más qu ue difícil, y sobre todo
o por el niveel de conciencia
que tenernos tan residu ual. Y el otro proble ema, más grave
g todaavía, es qu
ue no
llevarnos la ensseñanza a la conciencia, sino quue esa enseeñanza es aatrapada por
p el
ego.
D
De pronto a alguien dicee: "Uy, peroo yo esa ensseñanza com mo que la he escuchado o, eso
como o que está een el libro tal, eso como que un misiionero lo dijo
o por ahí, peero que com
mo que
no see parece muy bien poorque no co
oincide muccho…" Com mienza una charla inte erior,
¿verd dad?, comparó la infformación de este momento
m con otra in nformación que
tienee muy resid dual de otra época.
«
«Sofisma de
e distracción....»
"
"Sofisma de distracción" del eggo. De esa manera, entonces,
e laa enseñanzza no
llegaa a la partee central del
d centro pensante, para que produzca ese anhel o de
expeerimentar, de vivencciar la enseeñanza. Po orque cuando eso pro oduce o caae al
centro pensan nte, a la parte emocional, se e siente ese
e anhelo o de vivirr, de
expe erimentar, yy entoncess la atenció ón se hace mayor y p puede capta ar algo con
n esa
[26] Curso de Psicoanálisis
conciencia que tan poca es, un tres por ciento, puede comenzar a hacer un
proceso de comprensión o de transformación.
Pero por lo regular, si estamos conscientes un segundo, dos segundos, es
mucho, Y hagamos el ejercicio, la práctica, y verán que eso es así. Es difícil
sostenerse uno consciente para que la enseñanza caiga en la conciencia. Como eso
no es posible por los hábitos que ya tenemos, como el no saber escuchar, sino
escucharnos a sí mismos, entonces esa enseñanza queda simplemente como
memoria.
La pregunta es ¿qué hacer para transformarla? Porque miren lo que le
sucede: La energía ella es vida, las impresiones ellas son vida, ¿verdad? Es la vida
entrando a nosotros como impresiones. Y la vida no se está quieta, no es estática.
La vida está en continuo movimiento. Pues esta vida entrante en nosotros al no
convertirse en hidrógeno 24, 12, 6, se convierte en un hidrógeno 96 que alimenta,
¿a quién?, la falsa personalidad.
Entonces en eso se está convirtiendo la enseñanza, en alimento para la falsa
personalidad. Entonces la persona dice: "yo sí se Gnosis, pregúnteme algo y verá que
yo sí sé". Claro, la personalidad quiere lucirse con un conocimiento y entonces se
está nutriendo de él, pero es la falsa personalidad.
Entonces esos hidrógenos se van poniendo más densos a medida que van
siendo utilizados por el ego. Si una impresión es retomada por un yo que está a
quinientas leyes, por ejemplo, en eso se convirtió la impresión, ¿verdad? Porque
ingresó a ese nivel, a quinientas leyes.
Entonces nos preguntamos, una pregunta del psicoanálisis: Si la conciencia
está atrapada dentro del ego, y el ego está a setecientas leyes, ¿dónde estamos
nosotros? A setecientas leyes ¿Quién es el que está a cuarenta y ocho leyes? El
cuerpo, la célula. Así es que nosotros tenemos que ser muy sinceros, nosotros
estamos en los infiernos. Porque, ¿qué somos nosotros, qué aceptamos que
somos? Esencia, ¿verdad?, conciencia, ¿o no? ¿Dónde está la esencia, en
vibración? Dentro del yo, y si el yo está en los infiernos, o vibrando a nivel de los
infiernos entonces nosotros estamos en los infiernos. Eso hay que aceptarlo,
porque si no aceptamos que estamos en los infiernos, ¿cómo nos vamos a salir de
los infiernos? El que se crea que está en los cielos, pues no puede salir de los
infiernos, porque no se considera que está en los infiernos.
¿Qué es lo que se puede rescatar de esos infiernos? El tres por ciento. Y eso
nos lo enseña el Maestro Lakhsmi. Ese tres por ciento es rescatable, porque
pertenece a esos tres átomos de nuestra propia creación: el átomo del Padre que
está en el cerebro pensante, el átomo del Hijo que está en el cerebro motor, el
átomo del Espíritu Santo que está en el cerebro emocional, Y un átomo es un trío
de materia, energía y conciencia. O sea que cada átomo tiene conciencia. Y esa es
la conciencia que nosotros tenemos que utilizar, esa es la conciencia que tenemos
nosotros que rescatar, rescatar en el sentido de la ubicación que hay que darle.
Porque si nosotros dejamos que esa conciencia se desplace, pues simplemente
va a quedar dentro de esos estados igual. Y el hecho no es decir "tengo el diez
[27] Curso de Psicoanálisis
por ciento de conciencia despierta", o un quince, o un veinte. Porque una persona
puede tener veinte por ciento de conciencia despierta y déjese manifestar un yo,
¿adónde queda? Pierde su ubicación y por eso su comportamiento es igual al que
tiene tres, le da igual.
Entonces el hecho no es solamente decir "voy despertando conciencia" o
liberando conciencia, sino el hecho es irla fundiendo ‐dice el Maestro‐
integrándola con el Ser, con la luz del Ser. Otro postulado del psicoanálisis: La
conciencia que se funde con la luz del Ser se hace invencible ante el ego. La
conciencia que no se une a la luz del Ser, o que no es iluminada por el Ser es
vulnerable y vuelve a quedar atrapada por el ego. Dice el Maestro: "La conciencia es de la
persona, la, luz es del Ser".
De tal manera que nos corresponde a nosotros ‐vuelvo y digo, seguimos
insistiendo en esto‐ es recuperar, hacernos dueños de esa conciencia, porque
justamente con esa conciencia tenemos que hacer esta Obra, con esa conciencia es
tenemos que hacer esta transformación de esta enseñanza, o sea, transformar estas
impresiones, transformarlas en hidrógenos nuevos de alto valor, como hidrógeno 6,
para que esa conciencia se nutra, se fortifique, se robustezca esa conciencia.
¿Pero cuál conciencia? Pues ese tres, ese cuatro o ese cinco por ciento, porque la
que tiene el ego no se va a robustecer, ¿no ve que ella no puede recibir la luz del Ser,
porque está dentro del ego? Entonces, apreciados hermanos, así no estudiemos más
en estos tres días, pero si salimos convencidos y con un criterio propio de la urgente
necesidad de estar conscientes de recuperar esa conciencia, ya es mucha ganancia, y
satisface el sacrificio que ustedes hacen para venir. Porque sin ese porcentaje de
conciencia no podemos hacer ni siquiera un padrenuestro, es decir no hay nada.
Tenemos que entrar en esa convicción, entrar en ese nivel de conciencia,
comprensión, de que es necesario, es fundamental, recuperar ese nivel de
conciencia que es desplazado por el ego. Y que no es difícil, apreciados hermanos,
ustedes mismos se pueden demostrar que no es difícil estar conscientes, no es difícil.
Podemos hacer un ejercicio, ¿quién de nosotros no está consciente en este
momento? Todos lo podemos estar. No se necesita poses, simplemente, en la
posición que estemos, recobremos nuestra conciencia, hagámonos conciencia,
simplemente. Ubiquemos la conciencia en el lugar que debe de estar, que es dentro
de nosotros, permitamos que ella dirija y maneje los centros, los sentidos, la
mente, la personalidad. No es difícil. Porque ella tiene esa capacidad, tenemos que
hacer que se ubique en su lugar, que ella recupere la posición que debe tener. Verdad
que no es difícil. Como digo: ahí como están. Quizás para todos, [...] momentos él
está con nosotros, momentos en que le damos la oportunidad al Ser, que él ilumine
nuestra conciencia.
Dice el Maestro: Cuando nos hacemos pasivos para el ego en la personalidad, en los
centros, en la mente, en los sentidos, el Ser, nuestro Ser, ilumina a la conciencia, y la con‐
ciencia iluminada por el Ser no es vulnerable, se hace resistente. Entonces es cuestión de
que nosotros hagamos los ejercicios de integración con el Ser, estemos
[28] Curso de Psicoanálisis
constantemente, permanentemente haciendo ese trabajo para que esa luz del Ser
nos dé la fortaleza para enfrentarnos a sí mismos.
Vamos a proponernos, apreciados hermanos, si ustedes así lo hacen, que en el
transcurso de esta actividad estemos aquí no solamente con el cuerpo, sino que
estemos con la conciencia. Que recibamos la información en la conciencia. Que
ustedes me permitan comunicarme con ustedes directamente a la conciencia, de
conciencia a conciencia, porque así lo estamos haciendo. Porque lo que anhelamos es
la emancipación de la conciencia, la liberación de la conciencia, si ustedes así se lo
proponen podemos formar este gran campo de energía de conciencia, y podemos
entonces hacer que la enseñanza se convierta en eso, en conciencia misma.
Pero necesitamos que todos nos aprendamos a ubicar, que no perdamos
nuestro estado de conciencia para no perder el tiempo, que es muy importante
para nosotros. En estos momentos el tiempo juega para nosotros algo muy tras‐
cendental. Como decíamos, es necesario aprender a manejar la vida, para que no se
la trague el tiempo. Es necesario aprender a ubicar la vida fuera de ese tiempo, y
entonces la clave la tenemos, la da el Maestro cuando dice: "el instante es de Dios, lo
demás es del diablo". Si nosotros aprendemos a vivir el instante podemos lograr un
cambio, siempre estar integrados con eso que es Dios, el Ser. Y desde ese punto de
vista iremos afirmando al Ser en nosotros. Y no se necesita que él se encarne, es
cuestión de que nosotros logremos hacer la integración con él a través de esa
esencia o conciencia que hay como chispa divina. Pero hay que ubicarla en el lugar,
hay que dejarla que esté en el lugar que le corresponde. Para ello, entonces, es
necesario que nos hagamos pasivos para el ego, para que seamos muy activos para
la conciencia.
Si así lo logramos podemos ir haciendo esa transformación de impresiones.
Cuando en nosotros se haga conciencia la enseñanza estaremos dispuestos a hacer,
a vivenciar, a experimentar la enseñanza gnóstica. Cuando nos hagamos conscientes
de la enseñanza estaremos en capacidad de practicarla porque no hay ningún
elemento que se oponga para ello, Entonces estaremos dispuestos a sacrificar lo
que sea por vivir, por practicar y experimentar de la enseñanza.
Estaríamos nosotros en capacidad de renunciar a todas las cosas que se
oponga a la expresión del espíritu, que se oponen al desarrollo espiritual en cada
uno de nosotros. Porque no es que el Ser no quiera o no se pueda desarrollar. Es
que nosotros somos los que no le permitimos que se manifiesten esos valores.
Entonces, como el trabajo nuestro es hacernos pasivos para el ego, para que la
conciencia se haga activa para el Ser, ese es el ejercicio, ese es el trabajo que hay que
hacer. Y ‐vuelvo y digo‐ desde este momento anhelamos que estemos siempre
ubicados en ese mejor nivel de conciencia, ubicados en ese nivel que permitamos
que la luz [...]
EL ANALISIS REFLEXIVO
[29] Curso de Psicoanálisis
«¿Haciendo un análisis?»
La reflexión. Un análisis reflexivo, unamos las dos palabras. Análisis reflexivo.
Como decía, vamos a penetrar un poco más allá de una definición académica. Ese
análisis reflexivo es ese examen de conciencia, examinar la conciencia. Hacer un
análisis profundo en nosotros, reflexivo es o se logra proyectando la luz de la
conciencia hacia eso que queremos conocer que queremos descubrir.
Entonces, no es posible, apreciados hermanos, hacer un análisis reflexivo en
ausencia de la conciencia. Porque ese análisis reflexivo es, dice el Maestro,
proyectar la luz de la conciencia hacia esas áreas oscuras, hacia esas áreas que están
en tinieblas. La reflexión nos lleva a nosotros a ir transformando el subconsciente,
que son tinieblas, memoria acumulada, va haciendo que se haga luz dentro de esas
tinieblas. Pero necesitamos estar ubicados, poder manejar, dirigir, esa conciencia.
Otro punto importante que queremos que comprendamos es lo siguiente:
Que la conciencia y la luz son inherentes, como lo es el agua y la humedad. La luz es
inherente a la conciencia como la humedad lo es al agua. Es decir: donde hay
conciencia se proyecta luz, donde hay humedad es porque hay agua, donde hay
agua hay humedad.
Pero, ¿qué sucede? Que esa conciencia, para hacerse a esa luz debe de estar en
determinado estado para que pueda proyectar esa luz, y ese estado que se exige para
la conciencia es un estado de reflexión. Entonces se inicia una reflexión de tipo
intelectual, pero que tiene que culminar en una reflexión superlativa del Ser, que es la
otra situación que nosotros tenemos. Nos conformamos únicamente con una reflexión
de tipo intelectual, mas no profundizamos en la meditación para llegar a una reflexión
superlativa del Ser, y por eso los niveles de comprensión son muy elementales, son muy
superficiales.
Y quizás por eso el avance en la psicología de la muerte es muy lento o muy
escaso. Porque la muerte marcha acorde con los niveles de comprensión que la
persona va teniendo del elemento que somete al proceso de eliminación.
Ustedes dirán, "bueno, será que nos van a enseñar a escuchar, nos van a enseñar a
sentarnos, nos van a enseñar a..." No, ustedes saben hacerlo. Lo que queremos es
recordar esas didácticas y como utilizarlas para hacerlas más efectivas en nosotros,
ponerlas en una acción más fuerte, más dinámica.
Esa reflexión o el análisis reflexivo sobre la enseñanza que se está recibiendo se
hace en meditación. Quiere decir que para nosotros poder transformar la enseñanza,
que no son más que impresiones, necesitamos someter esa enseñanza que está
acumulada en la parte intelectiva del centro pensante, retomarla y someterla a la
[30] Curso de Psicoanálisis
meditación. De lo contrario, apreciados hermanos, simplemente nos quedarnos con la
información en la memoria. Y yo creo que eso es lo que nos está sucediendo.
Ese es otro problema de los sistemas. Porque el sistema educativo de aprendizaje
no sirve, el actual sistema educativo no sirve para estudiar la Gnosis. Y ahí tenemos el
otro problema así como la psicología del dolor y el placer, igual, no nos sirve. Pues el
sistema de aprendizaje académico tampoco nos sirve para estudiar la Gnosis. Ahora sí
la completamos, porque no sabemos estudiar la Gnosis.
¿Qué dicen ustedes? ¿Será que sí o será que no? ¿Será que sí sabemos estudiar
la Gnosis? Pero... ¿será que sí lo aceptarnos así? O simplemente es por no protestar,
por no manifestarse como reacción psicológica...
«Lo que pasa, Daniel, es que se utiliza de aprendizaje que normalmente se utiliza en
otros lugares, entonces también se da mucho el tema de premios y castigos, el tema de la
cuestión de no permitirnos que exista una reflexión profunda sobre el material de estudio y
permitir que el Ser le pueda dar la luz, [...] Por ejemplo, la educación se basa
exclusivamente en que los alumnos tienen que estar sentaditos, entonces está el centro
intelectual al mando. Pero el centro motor y el centro emocional como que hay que
tenerlos quietos, o sea que no hay un hombre completo ahí. Entonces, para mí me parece
que tendría que ser una educación mucho más interactiva, mucho más participativa…»
Así es. Vuelvo y digo, esos son los sistemas sobre los cuales hemos venido
desarrollándonos. Y por ende la Gnosis no puede crear dentro de uno una revolución
de conciencia, porque simplemente se queda como memoria acumulada,
conocimiento mecánico, conocimiento pasivo. El conocimiento mecánico es un
conocimiento pasivo, no produce acción. Pero cuando la enseñanza cae en la
conciencia esa enseñanza se vuelve activa, o sea un conocimiento activo, y entonces la
persona que ejerce una actividad...
«... ¿Viva la revolución!...»
...sí, revoluciona a la persona, que es lo que nosotros pretendemos en esto, que
lleguemos a la comprensión de aquello. Que si la enseñanza no llega a la conciencia, no
se vuelve activa esa enseñanza, y por ende no nos revoluciona, no nos lleva a un
cambio, una transformación.
Les pongo el siguiente ejemplo, o anécdota, no sé si ustedes la hayan leído,
ustedes la recordarán igual que yo, del Venerable Maestro Samael. Él cuenta que en la
parte interna él vio a un personaje que estaba estudiando su libro "El matrimonio
perfecto", y él quiso saber quién era ese personaje en la parte física. Y dice que
descendió de plano en plano hasta asomarse a la tercera dimensión y allí había, en
ese lugar, había un indio que estaba en profunda meditación, y el libro "El matrimonio
perfecto" estaba en el altar. Dice, pero el caso es que ese indio no sabía leer, mas
estaba estudiando su libro "El matrimonio perfecto".
Cuando yo leí esa anécdota del Maestro dije: "lástima mis doce años de estudio
académico, lástima mis miles de neuronas que quemé metiéndome en la cabeza todas esas
teorías, fórmulas, conceptos", y dije qué tan sencillo, el Maestro ilustra como estudiar, sin
arruinar el cerebro, sin matar todas esas neuronas, sin dañar ese centro pensante.
[31] Curso de Psicoanálisis
Entonces uno se da cuenta de que nosotros como estudiantes gnósticos seguimos
ese mismo tren del sistema, y entonces no avanzamos en esto. Y no avanzamos
porque la enseñanza no se convierte en conciencia, porque no es llevada a la conciencia.
Sólo la meditación nos permite a nosotros llevar la enseñanza a la conciencia para que la
conciencia la transforme en conciencia misma. Este es el método o el sistema que
enseña el Maestro para nosotros entonces de verdad estudiar la Gnosis, para nosotros
poder lograr tener un conocimiento activo, que ponga en movimiento, en acción, y
lograr nosotros entonces avanzar en nuestro propio trabajo esotérico porque [...] no
es así.
Bien, apreciados hermanos, si tienen alguna pregunta pueden hacerla:
«Daniel, ¿cómo entraría ahí una enseñanza de tipo motor, en la parte motora... ?»
No, simplemente se hace la notación de la parte motora o motriz del centro
pensante, que es su propia actividad. Todos sabemos que el centro pensante tiene su
propia acción. La acción del centro pensante, por ejemplo, el razonamiento, la reflexión,
a ese nivel, pues es el movimiento, la acción de ese centro. O sea, es la actividad que el
mismo tiene. Eso quiere decir que el centro pensante, como cerebro que es, hay un
cerebro, tiene vida propia.
Por eso es que se puede morir por tercios, se puede morir el centro emocional pero
el centro pensante sigue existiendo. Puede morir el centro motor en la persona pero
el centro pensante sigue existiendo, porque es independiente en sus funciones.
Entonces, simplemente es la actividad propia del centro, pero no es que vaya a pensar
que la enseñanza llega al centro intelectual, pasa a la parte motora, y luego pasa a...
No. Simplemente es la actividad del centro como campos, o aspectos que lo conforman.
Entonces, lo que nos interesa a nosotros es comprender de que la parte central del
centro pensante, o sea, la parte más sensible, que está más cerca ‐llamémosle así‐ a la
conciencia, a la parte conciencia de ese centro, es el aspecto emocional.
«O sea que hay que subir la comprensión a ese nivel corno para que la conciencia lo pueda
capturar. Sería como un ascensor, si no llego hasta ese piso la conciencia no lo va a capturar.»
Claro, porque esta enseñanza, la enseñanza, si nosotros la dejamos que llegue a la
conciencia, a la parte central, produce en nosotros ese dinamismo, esa ansia, ese anhelo,
y entonces cae en la conciencia, o sea nos lleva a vivirla, no solamente a acumularla, sino
a vivirla.
«Yo te quería decir Daniel que yo escuché afortunadamente esto, a mí me condicionó, yo
tengo veintidós años de Gnosis y a mí me condicionó, porque nunca había usado los pasos de esa
manera, y lo he practicado y doy testimonio...»
Así es. Entonces, esto no es nuevo. ¿Cuántos de ustedes tienen esta enseñanza en
los libros?
«Pero ¿cuánto tiempo demoramos en capturarla?»
Por este proceso, porque el día que leímos ese libro o esa información, no cerramos
el libro y nos sumergimos en meditación para captar la idea fundamental. No sé si me
[32] Curso de Psicoanálisis
entienden. Esa enseñanza, por eso es que está ahí acumulada, porque nosotros
recibimos la información y no le dedicamos el tiempo necesario.
«Esto es medular, es la médula, la médula de esto...»
«[comentario inaudible]»
Exactamente, porque esa es la acción de esta parte emocional, esa es la que nos
mueve, nos hace sentir la necesidad, cae en la conciencia, y la conciencia sí lo puede
asimilar y lo lleva a la práctica, pero si no somos tocados, llamémosle así, en esta parte
sensible del centro pensante que es la parte emocional, no nos llevaría a nosotros a
querer experimentar, vivenciar la enseñanza, y simplemente quedaría como algo
muerto, que es la memoria.
Eso que se siente o corrobora lo que se siente como una inspiración. Es un
sentimiento nuevo, diferente, no común.
Exacto. Es lo que el Venerable dice: cambiar la forma de pensar. Porque para
cambiar sobre la forma de pensar hay que cambiar sobre el centro pensante. Pero si no
lo conocemos, alguna de sus características, pues no es posible, no es posible.
Entonces, ¿qué hay que hacer? Transformar esto en conciencia. No nos queda más
remedio que retomarlo en eso que se llama la meditación. Es la única opción que tenemos
nosotros así tal cual estamos. Pero entonces nos damos con esa situación, y me
pregunto: ¿sé meditar?
El Maestro dice que reflexión es lo mismo que meditación. Entonces la pregunta
viene por ese lado. ¿Hemos tenido nosotros la didáctica precisa para meditar?
¿Habremos ejercido la meditación [...]?
La didáctica sí la hay. Pero una cosa es tener la didáctica y otra cosa es haber
comprendido la didáctica. La didáctica la tenemos intelectualizada, es decir
intelectualmente la podemos explicar, la podemos dar de muchas formas, pero cuando
vayamos a la práctica, ahí está la situación. Porque si no hay la comprensión de esa
didáctica, no es fácil ponerla en práctica.
Más otros factores determinantes para la meditación. Por ejemplo, alguien puede
pensar que meditar es quedarse dormido, yo he escuchado a muchos hermanos: "¡Uy!
¡Tranco de meditación!" Y estaba roncando, mas sin embargo dicen que estaban
meditando, y lo afirman, que "qué experiencia tan linda". Pueden tener experiencias.
Pues claro, se va al astral y puede tener muchos sueños, pero sigue igual. O sea, sueño
es sueño, ya sea en el físico o sea en el astral o en el mental es sueño. Y meditar no es
soñar. Es una cosa muy distinta.
¿Algún hermano ahí que quiera preguntar?
[33] Curso de Psicoanálisis
LA COMPRENSIÓN
«El tema es cuando uno, tengo experimentado por ejemplo, de llegar a comprender
de esta manera la enseñanza, en algunos aspectos. Muchas veces nosotros hemos sentido
la unción, o por ejemplo, si la enseñanza llegó al centro emocional, hemos tenido la fuerza,
en nosotros ha generado la fuerza y las ganas por hacer, el amor a la obra, el amoral trabajo.
Pero, en cierta manera, a través del tiempo eso decae, la fuerza decae. ¿Cómo tenemos que
hacer?»
Bueno, vamos al mismo caso. El hecho no es que se emocione. Está bien, sintió la
emoción, el dinamismo, lo voy a hacer, "ahora sí que me voy a echar el mundo encima,
ahora sí"... Pero es que falta el otro, falta la transformación, yo les pongo un ejemplo, y
perdonen la anécdota. Cuando yo recibí el psicoanálisis, la conferencia, justamente al mes
el Maestro dijo: "Bueno, se va a dar esas clases por ahí". Eso fue en San Cristóbal. Tenía al
frente tres obispos. Y más de ciento cincuenta personas para dictar la conferencia. Un
tema demasiado nuevo para mí, porque no era ni un mes que lo había recibido. Lo que
pasó, o lo que sucedió, cosas difíciles, porque ver al frente a tres obispos de unos
cuantos años de Gnosis, y yo escasamente tenía tres, cuatro años, algo de cinco años, y
una enseñanza nueva para darla. Créanme, me dio… bueno, no le dije nada al Maestro,
yo sabía que no era fácil.
Entonces cuando yo me vi frente a esa comunidad para enseñar psicoanálisis, y que
no había una convicción por una experiencia o una vivencia de esa enseñanza, no era
fácil. Entonces yo tenía que dar un tema ‐una de las anécdotas que yo les coloco‐ yo tenía
que dar un tema que se llama "conocimiento, comprensión y discernimiento", ustedes lo
han podido leer, en algunas joyas salieron del psicoanálisis.
Entonces, yo les puedo preguntar a ustedes ¿qué es la comprensión?, y ustedes
me dan una respuesta, ¿verdad? ¿O no? ¿Qué es comprender? O, ¿qué es la
comprensión?
«Es buscar el conocimiento con la conciencia.»
«Captar el hondo significado.»
"Captar el hondo significado". ¿Qué más?
«Saber.»
«Es llevara la práctica lo que uno recibe.»
Bueno. Eso mismo decía yo, y digo, ¿qué estudio? Por ejemplo, el Maestro define la
comprensión como fuego devorador, ¿es verdad? Pero no más. Comprensión = fuego
devorador. Dice también: "la comprensión es el fruto maravilloso del razonamiento
objetivo".
«Y definirla es limitarla.»
[34] Curso de Psicoanálisis
Claro. Y entonces yo me veía tan, como tan amarrado para definir la comprensión.
Porque una cosa es ¿qué es comprender?, y otra cosa es ¿qué es la comprensión?
Parece igual pero no lo es. Entonces ahí fue donde pude vivenciar eso. Que yo tengo
un concepto intelectual de qué es comprender el ego, pero cuando me vi frente a querer
explicar, ni siquiera tenía una idea de cómo hacerlo. No me quedó más remedio, pues ¿a
quién le iba a preguntar?, sí ya estaba solo, ya me había ido. El Maestro no estaba. Y yo
dije frente a todo ese personal, y sobre a todo frente a esos hermanos obispos, que yo
creo que estaban muy alertas por lo que pudiera pasar, como para meter ‐no los de la
directiva actual, eso pasó hace como dieciocho años, o sea que somos viejitos‐.
Resulta que ellos ‐como para que comprendan por qué tenía yo temor‐ ellos me
exigieron que yo les de la conferencia a ellos tres y a otro misionero, aparte, yo tenía que
darle la conferencia a ellos a las cinco de la mañana, la conferencia que yo le tenía que
dar al pueblo, a la comunidad, en la noche. Por eso dicen: estaba preocupado porque me
estaban exigiendo que primero tenía que darle la conferencia a los obispos para ver si
aprobaban la enseñanza que le íbamos a dar al pueblo. Y lo otro era para no dejarse
raspar en las preguntas que hacíamos al público, ¿no?
Bueno. Eso me llevó a mí a recostarme un poquito y a tratar de comprender
aquello, a meditar, yo le digo meditar pero no era meditar, me recosté ahí, pero con la
inquietud, con esa pregunta: ¿qué es comprender? Porque yo sabía que esa pregunta
venía [...] Dije, si les voy a decir. Con esta inquietud, o con ese anhelo de saber qué era
comprender el ego, porque tenía que hablar de eso, sobre la comprensión del
ego. Entonces, justamente se presentó esa información en símbolos, la simbología
de los sueños, y por eso yo le estoy diciendo que esto de la meditación es
fundamental para nosotros transformar la enseñanza en conciencia.
Porque una cosa es el concepto que yo tenía, o tengo, de la comprensión, y hubo
una forma en la que me enseñaron o me informaron qué era la comprensión.
Comprensión = fuego devorador. Entonces para nosotros llegar a esto de la
comprensión es algo muy fundamental estar en posesión de la conciencia. Porque
resulta que a través del centro pensante, él tiene una capacidad por sí solo de
entendimiento, de entender, por un principio que él tiene como principio inteligente
del centro pensante, y eso nos da la capacidad de entender.
Entonces, podemos decir que el entendimiento es un funcionalismo del
centro pensante, y la comprensión es un funcionalismo de la conciencia. Entonces
para comprender algo, la que debe de actuar es la conciencia. Porque sólo la con‐
ciencia nos puede llevar a la comprensión.
Entonces para mí fue muy maravillosa esa experiencia porque pude comprender o
captar esa idea fundamental. No fue nada trascendental la experiencia, fue algo muy
simple. Simplemente me vi frente a algo que no conocía, tinieblas, en una actitud ‐
como dice él Maestro‐ cuando el cazador está al acecho de la presa. Esa actitud de
estar pendiente a ver qué sucede. Alerta. Como dijera: alerta percepción, alerta
novedad. Bueno, yo estuve en un momento en esa ubicación. Estando en ese alerta,
en ese estado, de inmediato se proyectó una luz e iluminó hacia allá, y justo donde
iluminó esa luz había una cueva, era una cueva o madriguera, y allá de pronto estaban
dos animalitos que parecían lobos. Entonces para mí hasta el momento sigue siendo
[35] Curso de Psicoanálisis
motivo de reflexión, de análisis, porque comprender el ego, ¿qué es?, luz, la luz de
la conciencia tiene que proyectarse hacia eso que quiero conocer, hacia eso que
quiero comprender.
Por eso hemos dicho que la luz = conciencia, conciencia = luz. O sea, las dos van de
la mano. Pero si la conciencia no está apta para proyectarle esa luz, no se proyecta.
Entonces ahí comprendía aquello que dice el Maestro en el psicoanálisis: "la
conciencia es de la persona, la luz es del Ser, si la conciencia no se ubica en el lugar que
debe de estar y tiene esa actitud reflexiva, esa actitud de alerta percepción, esa luz no
llega”. Por lo tanto esa conciencia se hace vulnerable a ser desplazada de los centros,
de los sentidos, de los cuerpos, y el Ser no nos puede iluminar.
Como ustedes ven, eso de la comprensión tiene tantas cosas que uno tiene un
concepto y no es que esté equivocado el concepto. No. Sino el caso es que esa
definición, por ejemplo: "fuego devorador", ¿cómo se interpreta? Comprensión igual
a fuego devorador. Es una incógnita. Pero si nosotros lo sometemos a la meditación
y nos hacemos esa pregunta: ¿Por qué la comprensión es un fuego devorador? Cada
uno de nosotros vamos a tener una respuesta, que yo estoy seguro que no es la
misma en forma, pero en la esencia sí, más no en la forma de instrucción.
En la parte física también fui instruido justamente en esa conferencia. Si
nosotros estamos acá en este salón y vamos a pasar a otro salón, pero el otro salón
puede que esté menos iluminado, ¿verdad?, hay menos visibilidad. ¿Qué hay que
hacer, o qué se sucede ‐en este caso la reacción óptica‐ para nosotros poder pasar
de este salón que está iluminado a un salón de menos luz, poder ver lo que hay ahí
en ese salón? Hay una regulación, ¿verdad? Hay que esperar que se procese ese
fenómeno. Esa espera, ese estado es el que se presenta previo a la proyección de la
luz.
O sea que nosotros no podemos llegar a decir que uno comprende así como tan
a la ligera. No. Lo que hay ligeramente es esto: el entendimiento, se entiende porque
funciona como algo propio del centro pensante, pero la comprensión no es así. La
comprensión necesita de un estado de conciencia adecuado para que se proyecte
esa luz para que haya una comprensión, de resto no es posible. Entonces uno
siempre juzga a la ligera, uno cree que ya comprendió una cosa.
Por ejemplo, lo grave es que uno puede decir, si una persona está sufriendo uno
dice; "yo lo comprendo en su pena". Eso es mentira. ¡Qué lo va a comprender! ¿No
ve que no conoce las causas, el origen del estado psicológico que tiene esa persona,
la conciencia que tiene esa persona? Y sólo la conciencia que está dentro de ese
problema conoce el problema. Y como no es la nuestra, ¿cómo vamos a
comprender? No es posible, yo entiendo que el sufrimiento humano es eso, ¿verdad?
Pero de ahí ir ya a la comprensión del sufrimiento de una persona eso no es posible,
porque la conciencia es la única que puede aportar eso que se llama la
comprensión.
¿Qué dice el Maestro? Cuando una persona comprende el problema, el problema se
desintegra, por eso es fuego devorado r. Entonces, si yo observo un problema,
cualquier tipo de problema, y no se disuelve, ¿qué quiere decir? Que no lo he
[36] Curso de Psicoanálisis
comprendido, ¿verdad? Entonces es fácil captar uno cuando comprende y cuando
no comprende. Sí, porque el Maestro es claro: fuego devorador. O sea que
desintegra, pulveriza, reduce a cenizas el problema, si es que estaba queriendo com‐
prender un problema. Si el problema continúa quiere decir que no lo ha
comprendido totalmente, tiene algunos aspectos entendidos del problema, pero no
en sí la comprensión del problema, porque sino se hubiese desintegrado. No
continuaría esa situación.
Eso mismo pasa con el ego. Si yo digo que comprendo un ego ya tiene que dejar
de existir como manifestación, porque la comprensión es fuego devorador. Dígame:
« ¿Cómo entiendo qué diferencia hay entre comprensión e intuición? Porque para mí es
otro aspecto la comprensión, se está hablando también de intuición, ese darse cuenta...»
Bueno. La intuición es un sentido, es un sentido de percepción interna. O sea,
para llegar a esa comprensión la conciencia desde luego tiene que hacer uso de esos
sentidos. Pero no solamente la intuición, sino que hay otros sentidos que deben de
entrar en acción para llegar hasta aquello, que es el conocimiento imaginativo y el
conocimiento inspirado, y el conocimiento intuitivo, para poder llegar a ese nivel.
«La comprensión, ¿de dónde viene, del alma o del Ser?»
La comprensión es un funcionalismo de la conciencia. Por ende, para nosotros
poder tener comprensión tenemos que actuar con la conciencia, no con el intelecto,
el intelecto nos sirve para producir un mecanismo que se llama razonamiento, y a
través del razonamiento podemos extraer el fruto que llama el Maestro, que es la
comprensión. Pero resulta ‐ya que estamos hablando del centro intelectual‐ que el
centro intelectual corresponde, o en él se encuentra el primer nivel de conciencia
que nosotros tenemos. Porque son niveles y niveles.
Por eso se habla de los siete niveles de conciencia. Porque ella se mueve en siete
planos. El primer nivel de conciencia se tiene en el nivel intelectual, a través de eso
que se llama el razonamiento objetivo. Entonces la conciencia nos lleva a un nivel de
comprensión a través del razonamiento objetivo, que es ese nivel intelectual.
«Pero eso del razonamiento objetivo lleva una conferencia de dos horas, de tres
horas...»
Ah, no. Eso sí vamos a tocarlo un poquitito apenas, para que comprendamos cual
es el proceso que se hace y cómo se hace para no caer en el problema de un
razonamiento subjetivo, entonces esto da para tres meses de estudio. Estamos
tocando apenas partes o puntos en los cuales ustedes deben de ‐si así lo consideran‐
ampliarlo estudiando ya sea en grupo, ya sea individualmente, para lograr aquello.
Entonces, nosotros tenemos un primer nivel de conciencia que es el nivel
intelectual, la parte intelectiva, nos hacemos conscientes de las cosas a través de ese
razonamiento, y por ende tenemos un primer nivel de comprensión. Pero ese nivel
de comprensión no es suficiente para un trabajo en la muerte psicológica. Se muere
de acuerdo a los niveles que vaya comprendiendo.
[37] Curso de Psicoanálisis
¿Por qué? Porque ese razonamiento, si no se hace correctamente, no nos lleva a
la comprensión. Y quizás eso es lo que a nosotros nos dificulte. Que queremos llegar a
la comprensión a través de un razonamiento subjetivo, y no es posible llegar a ello, a la
comprensión, y ahí entonces están las dificultades que se nos presentan. ¿Qué otra
pregunta tienen con relación a esto?
« ¿En qué momento interviene la Madre Divina, para la comprensión?»
Bueno. Si vamos nosotros a ver el aspecto o lo que corresponde a la Madre Divina,
nos damos cuenta de que ella tiene unos mandatos, una exigencia para con nosotros,
ella lo que nos pide es que haya comprensión, ¿verdad?, que haya comprensión. Esa
es una exigencia de la Madre, si no hay comprensión no estamos cumpliendo con ‐
llamémosles así‐ los mandamientos de la Madre, o sea lo que ella requiere de
nosotros. Pero en sí la comprensión es un funcionalismo de la conciencia.
« ¿El trabajo lo tenemos que hacer nosotros?»
Exactamente. Es decir, ya en el campo de la muerte psíquica, dice: "yo eliminaré
cualquier defecto previamente comprendido en todos los niveles de la mente". Por eso me
interesó mucho eso de la comprensión, nosotros no podemos violar esos mandatos,
si no hay comprensión no hay muerte. Entonces tenemos que llegar a eso. ¿Cómo
llegar a la comprensión del ego, en este caso? Esa pregunta me la hice, también me
la hice: ¿cómo llegar a la comprensión del ego?
La respuesta fue dada de acuerdo a mi naturaleza, como campesino, pues me la
dieron a nivel del campo, ¿no? Ya a otros hermanos se la pueden dar de acuerdo a las
capacidades o los niveles de aquello, pero fue muy interesante y de pronto la
retomamos para hacer este trabajo, la retomamos para que observemos que sin la
meditación, apreciados hermanos, estamos muy superficiales para hacer un trabajo
de psicología. Por eso, porque yo tengo un concepto de la comprensión, pero cuando
yo me voy allá, a eso, a ese trabajo, me voy a encontrar con muchos obstáculos, con
muchas lagunas. Entonces no tengo más que ponerme a hacer una meditación para
salir de esas lagunas y poder practicar acerca de eso.
Conclusión, concluyendo esto que hemos tratado en el día de hoy: Necesitamos
aprender a escuchar para que la enseñanza llegue a la parte central de centro
pensante y tenga la posibilidad de pasar a la conciencia, porque la conciencia es la
única que nos puede llevar a la comprensión. Ya dijimos, ¿verdad? La comprensión es
un funcionalismo de la conciencia. Si no actuamos con conciencia, no podernos llegar
a la comprensión.
Si no hay comprensión de la enseñanza no la podernos practicar. Eso está claro,
¿verdad? Si yo no comprendo una enseñanza, ¿cómo la voy a practicar? Pues corro el
riesgo de practicarla mal, o no ser capaz de practicarla. Entonces, son conclusiones
que estamos sacando de aquello.
También como conclusión, entonces, vemos que necesitamos crear las bases de la
Obra del Ser, y esas bases están en la muerte psicológica. Y esa muerte psicológica no
la podemos hacer nosotros sino a través de las didácticas o técnicas de la psicología
[38] Curso de Psicoanálisis
trascendental del espíritu, y que esa psicología trascendental del espíritu nos entrega
a nosotros una didáctica, una técnica, una metodología que se llama el psicoanálisis,
que es el que nos va a llevar realmente a hacer un cambio radical, porque vamos a
trabajar sobre las causas, la razón y el motivo de la existencia y manifestación del yo.
Entonces, esa es la conclusión que sacamos de lo que hasta ahora hemos
planteado, y que esperamos que ustedes en lo que les sea posible, no es que les
estoy poniendo trabajo, más del que tienen, retomen esta información o esas
definiciones del Maestro, y las sometan a la meditación.
Por ejemplo, ¿qué es la comprensión? ¿Qué es el psicoanálisis? ¿Qué es
psicología? Porque ¿qué es lo que tenemos?, un concepto. Ya para ustedes
transformarlos en conciencia, ya hay que meditar sobre esas definiciones.
[39] Curso de Psicoanálisis
LOS CAMPOS DE
MANIFESTACIÓN DEL EGO
Buenos días hermanos, Paz Inverencial.
Continuando con esta labor de compartir con Ustedes las enseñanzas de los
Venerables Maestros, con el objetivo de que hagamos las reflexiones necesarias de la
misma Enseñanza, para que se conviertan en esa luz, en esa conciencia que nos ha de
iluminar en nuestro propio trabajo esotérico, y en este caso en el trabajo psicológico
de la muerte.
Como decía el hermano Julio, quizás estamos abusando de las capacidades de
captación o de percepción de conocimiento, ya que nos vemos en la obligación de
retomar una cantidad de enseñanza y de información en una forma muy sintetizada,
y lo otro, abusando también de esas capacidades de resistencia del mismo cuerpo y
del mismo centro pensante para captar la Enseñanza.
Pero la verdad es que es tan corto el tiempo para nosotros poder llegar a
organizar unos temas que deben de tener una conclusión, o llegar hacia el objetivo
fundamental. Pero comprendemos que se hace necesario, se hace indispensable, ya
que lo que anhelamos es que un tema tenga su conclusión, le veamos el objetivo, y
como llevarlo a la práctica.
Como todos sabemos el objetivo fundamental es llegar a la Autorrealización
Intima del Ser. Y ayer pues veíamos que necesitamos cimentar esa obra, cimentar
ese trabajo en la psicología de la muerte.
De tal manera que tenemos que hacer una exposición que nos lleve en una
forma muy clara hasta lograr ese objetivo que es el de la muerte psicológica.
Queremos entonces dar en el día de hoy, hacer una exposición sobre lo que se
conoce o podemos definir: Los campos de manifestación del ego.
Porque si tomamos nosotros la definición de psicoanálisis, que es estudiar, explorar,
indagar la causa, la raíz o el motivo, la razón de la existencia y manifestación del ego,
lógicamente tenemos que aceptar que tenernos que conocer esas manifestaciones,
conocer esos campos de manifestación, porque hay que hacerle, como dice el
Maestro, un seguimiento al ego.
Hay que descubrir ese elemento, y para ello entonces tenemos que hacer un
estudio en cada uno de los campos de manifestación para que así entonces
tengamos una información muy clara, muy precisa, y poder llegar nosotros a la com‐
prensión del mismo.
Es necesario, como decíamos ayer, que estemos muy atentos, muy conscientes, y
que podamos ir depositando esa enseñanza en nuestra propia conciencia.
[40] Curso de Psicoanálisis
Para ello, pues, desde la primera cámara nos han enseñado algunas técnicas o
didácticas para mantenernos conscientes, entre ellas encontramos la clave SOL. Sí la
conocen, ¿verdad? Bueno.
Decíamos también que conciencia y luz son aspectos que parten de un mismo
punto.
El Maestro nos dice que la luz y la conciencia son similares, o analizándolo como el
agua y la humedad, son inherentes, están juntas. En presencia de la conciencia,
entonces tendremos la presencia de la luz.
La luz es la expresión del Cristo. Todos sabemos por desdoblamiento de ese rayo
particular, individual, que existe entonces esa primer tríada que es el Kether, el
Chokmah y el Binah, Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Ese Chokmah, o ese Hijo, el Cristo Cósmico, de nuestro rayo particular, entonces
tiene como base en una segunda tríada al Manas o Alma Humana, y es precisamente la
esencia de ese Manas la que está en cada uno de nosotros como chispa, como
esencia, como conciencia. Por ende, al estar ese principio anímico en nosotros, tenernos
esa luz, esa luz‐conciencia.
Ese porcentaje de conciencia que está libre, con el cual nacemos, libre, con ese
porcentaje de conciencia es que nosotros actuamos. Con ese porcentaje de conciencia
es que se maneja la máquina orgánica, los centros, los sentidos, los cuerpos, y ese
porcentaje de conciencia, dice el Maestro, es susceptible a ser aumentado, o a
acrecentar ese porcentaje de conciencia en nosotros.
También es necesario comprender que debe de ser alimentado con esos
hidrógenos que ella requiere para poderse nutrir, fortificar en cada uno de
nosotros.
De tal manera de que la Enseñanza Gnóstica es una de las fuentes que más
aportan a esa conciencia ese alimento.
Desde ese punto de vista entonces querernos sugerirles a todos los hermanos
que todos los días nosotros estemos dándole a esa conciencia ese alimento. Ese
alimento, ese Conocimiento Gnóstico.
Así que se nos recomienda que no dejemos pasar un día en el cual no hagamos
las reflexiones necesarias sobre la Doctrina Gnóstica. Ya sea que esteraos
escuchando un cassette de enseñanza de los amados Maestros, o leyendo uno de
sus libros, porque esa es una forma de nosotros nutrir y fortificar nuestra conciencia.
Si así lo hacemos pues nunca decaerá en nosotros el ánimo de hacer nuestra
obra. Siempre estaremos recibiendo nosotros esos impulsos, esos choques, esa
energía, como decíamos ayer, que son impresiones.
[41] Curso de Psicoanálisis
Pero volvemos a recalcar que no basta con leer, no basta con escuchar, sino que
hay que reflexionar, hay que procesar esa Enseñanza en nosotros.
Entonces tengamos en cuenta eso que a mayor conciencia, mayor luz. Por lo tanto
si nosotros queremos ver el camino por donde tenemos que andar necesitarnos de
esa luz.
Yo les coloco un ejemplo o anécdotas de la vida, para ir comprendiendo esto que
nos sucede a nosotros en relación a la conciencia, en relación a la luz.
Todos conocemos una linterna, ¿verdad?, un foco de luz. Si nosotros estamos en
tinieblas o en la oscuridad, por ejemplo las personas que han estado en el campo, que
conocen el campo, donde quizás no hay la posibilidad de tener luz eléctrica, pues o
simplemente nos toca caminar en el campo, entonces uno lleva una linterna, un foco
de luz, y cuando uno es chico, pequeño, muchacho, la costumbre, lo digo por expe‐
riencia, nosotros en lugar de alumbrarnos el camino que íbamos a recorrer, nos
colocábamos en una posición muy diferente.
No nos interesaba en sí pues ver el camino, porque nos llamaba la atención otras
cosas. Entonces alumbrábamos para los lados o para arriba, alumbrábamos para todos
lados menos el camino por donde íbamos a cruzar, trayendo como consecuencia que
uno se tropezaba, se resbalaba, o simplemente se extraviaba del camino, porque no
había la proyección de esa luz por ese camino que tenemos que recorrer.
Así.nos pasa a nosotros, ya adultos y ya acá en este trabajo esotérico gnóstico, y
es que tenemos esa luz, esa linternita, muy escasa la luz, un tres por ciento, pero en
lugar de alumbrarnos el camino, en lugar de proyectar esa luz conciencia hacia
adentro, entonces esa luz conciencia la proyectamos nosotros hacia los diferentes
problemas, conflictos, quehaceres del diario vivir, y esos quehaceres, esos problemas,
esos conflictos, esas impresiones constantes, esos eventos de la vida, pues se roban
esa luz.
Pero como esos problemas, esas preocupaciones, esos anhelos de tipo
material nada tienen que ver con el camino esotérico gnóstico, pues simplemente
están desviando esa luz, esa conciencia, hacia otras cosas que no son el camino.
Eso nos sucede a nosotros, y por eso desde esa edad de dos años y medio
aproximadamente, se pierde, se escapa, o es desplazada esa luz, esa conciencia.
En esas condiciones no podemos entonces avanzar en nuestro camino, porque
justamente esa luz de esa conciencia no está ubicada para alumbrarnos el camino.
¿Cuántas veces nosotros queremos alumbrarle el camino a los demás, queremos
resolverles el problema a los demás, cuando no hemos resuelto nuestro propio
problema? Esas son formas en que nosotros desviamos esa luz‐conciencia hacia otros
objetivos que no son la obra de nuestro Ser.
Comprendiendo esto, las razones o el motivo por el cual perdemos esa luz‐
conciencia, consideramos entonces que sí podemos retomarla, ¿verdad? O al
menos ir comprendiendo qué es lo que hace que nuestra luz‐conciencia no esté
ubicada en el lugar que debe de estar. Simplemente porque con esa luz estamos
[42] Curso de Psicoanálisis
tratando de alumbrar hacía otros lugares, con esa luz es que queremos nosotros
resolver o planificar muchas actividades de tipo material pero que ‐vuelvo y digo‐
no se proyectan hacia el trabajo esotérico gnóstico.
Todos sabemos entonces que existen dos mundos que tienen que entrelazarse
sabiamente para poder vivir en ellos. Es el mundo de eventos y un mundo de
estados. Son dos mundos muy diferentes, pero que tienen que interrelacionarse
mutuamente, y es quizás uno de los problemas o de los conflictos más difíciles para
nosotros, poder vivir o compartir esa conciencia dirigiéndola hacia esos dos
mundos.
Ese mundo de eventos o mundo exterior, o el mundo en el que andamos, ese
mundo tiene sus características, tiene sus leyes, dentro de las cuales se
desenvuelve. Es el mundo de impresiones o mundo de sensaciones, y todas ellas
juegan un papel muy importante para nosotros, ya que en ese mundo eventual
existen unos valores concientivos, unos valores vitales que nosotros tenemos que
aprender a extraer. Por eso dice el Venerable Maestro Samael que una persona no
existiría sin impresiones, si no hay impresiones en ella. Y justamente esas
impresiones las recibimos nosotros gracias a los acontecimientos de ese mundo
eventual. Por lo tanto no nos podemos alejar, no nos podemos descuidar de ese
mundo eventual, hay que aprender a vivir en él.
Pero así como es complejo ese mundo eventual, también es muy complejo
nuestro mundo de estados psicológicos, nuestro mundo interno. Y mucho más
difícil, porque al menos para el mundo físico tenemos unos sentidos, aunque no
plenamente desarrollados, pero que nos sirven para recibir información, que nos
sirven para desenvolvernos un poco dentro de ese mundo. Pero el problema con
el mundo interior, o mundo de estados psicológicos es más complejo, porque
carecemos de los sentidos con los cuales tenemos que percibir lo que acontece en
ese mundo interior.
Lo otro es que nunca nos hemos preocupado, o nos habíamos preocupado
por trasegar conscientemente en ese mundo, y ahí está la dificultad para
nosotros. En que siempre nos hemos querido desenvolver muy bien en un mundo
de eventos, un mundo de acontecimientos de la vida eventual, más no nos hemos
preocupado por andar o caminar por ese mundo interior.
Así es que nosotros tenemos que aprender a proyectar esa luz de la conciencia
hacia esos dos mundos, de tal manera de que podamos caminar en ese mundo
interior, y podamos caminar en este mundo exterior. No es fácil, pero para nuestro
trabajo esotérico gnóstico se hace necesario que hagamos esa interrelación de esos
dos mundos, en base a la conciencia. Por eso decimos que necesitarnos con urgencia
apoderarnos o adueñarnos de esa luz‐conciencia para poder recorrer nuestro
camino. Con esa conciencia, es que tenemos que trabajar nosotros, sin ella sería
imposible recorrer ese camino.
Vamos a exponer el planteamiento que nos hace el Venerable Maestro Lakhsmi
en relación al psicoanálisis, que lo llamamos: los campos de manifestación del ego.
[43] Curso de Psicoanálisis
Tenemos nosotros entonces en primer lugar el mundo psíquico o psicológico,
también es conocido como el país psicológico. Tenemos la mente que es un cuerpo,
que está ubicado en la quinta dimensión. El mundo psíquico o psicológico, el
Venerable nos enseña que está ubicado entre la quinta y sexta dimensión. (Estamos
hablando de la ubicación de acuerdo a su vibración). Y encontramos la parte física, o
el cuerpo físico, que es el asiento de los centros y los sentidos. Y nos encontramos
con la personalidad.
LA PERSONALIDAD
El gráfico nos indica algo, que estos tres aspectos están alineados, ¿verdad?
Pero nos encontramos con una personalidad que no sigue ese orden. Esto quiere
decir que como esa personalidad no pertenece a ese orden de creación, sino que es
algo que hemos creado después, ya al tener un cuerpo físico, y que no tiene que ver
con sentidos, con centros ni es un cuerpo en sí, sino es algo energético que se crea
después de haber nacido. Esa personalidad, como todos sabemos, se forma en esos
siete primeros años de vida. Esa personalidad está formada por esos conocimientos
que ingresan a nosotros a través de esos cinco sentidos, está compuesta por esa
información que uno recibe en esos siete primeros años de vida, y entonces allí hay
situaciones bastante difíciles, de acuerdo a esa psicología convencional.
Por ejemplo, a un niño se le dice, o se le decía ‐yo no sé ahora‐, cuando él
preguntaba a sus padres que cómo nacían los niños, le decían que la cigüeña los traía
de París, o quién sabe de adonde. Para ese niño es una verdad, algo real, y eso quedó
en esa personalidad como un conocimiento. Sabemos que eso es falso, ¿verdad?
Cuando el niño despertaba y encontraba un regalo el 25 de diciembre en su cabecera,
o en su alcoba, le decían que ese regalo se lo trajo el niño Dios. Eso es conocimiento,
¿verdad? Para ese niño es una realidad. Pero sabemos que eso es falso, ¿no es
cierto?
[44] Curso de Psicoanálisis
De tal manera que así como esos dos ejemplos, la mayoría de los conocimientos
que nosotros albergamos cuando niños, en su mayoría son falsos. Por lo tanto se
llama "la falsa personalidad", porque está sustentada en conocimientos que no tiene
realidad. Son conceptos, opiniones, ideas, pero que distan mucho de una verdad, de
una realidad.
El problema es que esa personalidad es la que se encarga de dirigir la vida, de
conducirnos en la vida. Y ahí tenemos los resultados. Cuando nosotros dejamos que esa
falsa personalidad sea la que determine que hacer nosotros en ese mundo de
eventos y en ese mundo de estados psicológicos.
De tal manera que el psicoanálisis gnóstico nos lleva a nosotros a hacer un estudio
muy profundo sobre lo que es la falsa personalidad. Porque en ella está atrapada
parte de nuestra conciencia. Porque en ella se encuentran esos conocimientos que si
los vemos desde otro punto de vista, son impresiones no transformadas, y toda
impresión capta energía, absorbe energía, ocupa un espacio al ingresar en nosotros.
De tal manera que tenemos que ponerle mucha atención a eso de la falsa
personalidad, porque juega un papel muy importante en nuestro propio trabajo.
que no permiten que haya la expresión del auto‐conocimiento, o sea de la
conciencia.
De tal manera que necesitamos nosotros hacer un estudio muy profundo sobre
la falsa personalidad, y extraer esos valores concientivos que ella tiene atrapadas,
para que luego sí pueda ser desintegrada. De lo contrario no podemos nosotros
desintegrar esa falsa personalidad si ella contiene valores concientivos nuestros, no
es posible desintegrarla. Y por ende siempre seremos víctimas de los sistemas, y no
puede aflorar en nosotros eso que tanto anhelamos y que se llama el auto‐
conocimiento.
Estamos entonces analizando lo que es esa falsa personalidad, con el objetivo
de que comprendamos cómo actúa en nosotros el ego en esa falsa personalidad.
Esa falsa personalidad está constituida por lo que conocemos como vicios,
costumbres, hábitos, manías, etc. Y es un campo de manifestación del yo, es la
parte más densa, más grotesca, de expresión o manifestación del yo.
Si nosotros hacemos una pregunta en relación a estos campos de
manifestación: ¿Por cuál de ellos hemos iniciado nuestro trabajo? O ¿por cuál será
el campo de manifestación más correcto para nosotros trabajar en una forma
directa, organizada, sobre lo que es el descubrimiento del yo?
Algunos hermanos posiblemente le han puesto mucho interés al aspecto
mental, consideran que el problema de la mente es el problema número uno que
tenemos, y posiblemente están trabajando sobre el campo mental. O fácilmente
alguien dice: "No, mi problema está en la personalidad", y se dedica a trabajar sobre
la personalidad. O "mi problema están en mis centros", y entonces comenzamos a
trabajar en los centros.
Cualquiera que sea la opinión o la idea que tengamos, o la forma como estemos
trabajando, tenemos que comprender lo siguiente, vamos a hacer un estudio de
cada uno de esos campos de manifestación, e ir comprendiendo que nosotros no
podemos trabajar en una forma parcial, no podemos trabajar en una sola área de
estos campos de manifestación, porque estaríamos entonces cayendo en ciertos
errores en el trabajo.
Es necesario entonces que comprendamos que tenemos que trabajar en una
forma integral, o hacer un trabajo integral en lo que se relaciona a estos campos de
manifestación.
Si nosotros nos dedicamos a trabajar solamente sobre la falsa personalidad, que
es quizás lo que muchos estamos haciendo, pues entonces fácilmente estamos
cayendo en graves errores en nuestro propio trabajo.
¿Qué nos dice el Venerable Maestro Samael en relación a esto? El plantea que si
una persona, un estudiante gnóstico se dedica únicamente a trabajar sobre la falsa
personalidad, se convierte en un masoquista. ¿Saben lo que es un masoquista, verdad?
Aquel que goza sufriendo, goza de su propio dolor. Porque al nosotros trabajar
solamente sobre la falsa personalidad lo que estamos haciendo es reprimiendo el ego.
No más. Reprimir el ego para nosotros es muy grave. Tiene sus consecuencias muy
graves. Y quizás nos estamos dedicando a eso. A reprimir el ego, a trabajar sobre la
falsa personalidad, pero no en sí en una desintegración de la falsa personalidad, sino
de eliminar la posibilidad de manifestación del ego en la falsa personalidad.
[46] Curso de Psicoanálisis
Dice el Maestro: "Cuando uno reprime el ego, éste se va cargando de una energía, de
una fuerza que lo hace más violento", porque eso es similar cuando una persona, o
vamos a suponer un perro, un animal, no le damos de comer, ese animal se pone más
furioso, ¿verdad? Más agresivo. Eso mismo pasa con el ego. Cuando nosotros le
quitamos el alimento en esa falsa personalidad, pero como le estamos mostrando la
comida, porque estamos recibiendo impresiones, pero como no dejamos que se
manifieste ese elemento, entonces se vuelve más agresivo, más violento, y dice el
Maestro que es como represar un río. Cuando ese río se represa va aumentando su
presión contra ese muro de contención ‐que en este caso sería nuestra voluntad,
¿verdad?‐ hasta que llega un momento en que revienta esa presa de agua, y los
estragos son mayores, es peor. Porque cuando una presa de agua se revienta se lleva
por delante lo que encuentre, ¿verdad?
Eso mismo pasa con el ego. Cuando el ego se reprime, y se reprime, pues llegará el
momento en que va a explotar o a reventar, y la catástrofe no se deja esperar. Por lo
tanto no podemos nosotros dedicarnos únicamente al trabajo sobre la personalidad
en lo que corresponde a reprimir agregados psíquicos, no nos favorece.
También nos dice el Venerable que un ego, un yo psicológico, es muy paciente. El
dice que se puede esperar una existencia, o dos existencias, sin manifestarse. Sólo
espera el momento oportuno para hacernos fracasar. De tal modo que no es lo
único que nosotros estemos reprimiendo agregados psíquicos, o lo que llama el
Maestro Lakhsmi desencarnando egos, porque lo uno ‐vuelvo y digo‐ puede adquirir
mayor fuerza, lo otro; se puede retirar hacia el país psicológico y no volver a aparecer.
Entonces perdemos la oportunidad de auto‐conocernos en ese elemento.
Por lo tanto, no es conveniente que nos dediquemos únicamente a un trabajo
sobre la personalidad. Y no es en sí el trabajo esotérico o la psicología gnóstica para
exclusivamente trabajar en ese aspecto, o no se necesita prácticamente. Porque,
¿cuántas personas sin ser estudiantes gnósticos, sin conocer estos estudios o esta
psicología, dejan de fumar, dejan de tomar, dejan un vicio, dejan un hábito? Por una
razón cualquiera, por una enfermedad, miedo a morirse, de pronto un problema
económico ‐no tienen para costearse el vicio‐, y simplemente dejan.
¿Cuántas personas ingresan, por ejemplo, a una organización religiosa evangélica
por ejemplo, y dejan de tomar, dejan de beber licor, dejan de fumar? Y no conocen
esta psicología de la muerte. Simplemente lo que hacen es una abstención de ese
hábito, de ese vicio, pero no quiere decir que ese elemento haya muerto.
Simplemente se le ha quitado un vehículo de manifestación que es la personalidad. O
sea no se deja manifestar en esa personalidad. Pero eso no nos garantiza a nosotros
que estemos muriendo psicológicamente, no nos garantiza que ese elemento no siga
existiendo en ese país psicológico, o en ese mundo interior.
Y esa es la psicología convencional. Tener un comportamiento frente a los demás,
un comportamiento adecuado, favorable, conveniente.
Nosotros no podemos caer en esa psicología, no nos podemos conformar única y
exclusivamente con eliminar vicios, hábitos, costumbres o manías, etc., sino que
tenemos que ir más allá de esos aspectos, tenemos que iniciar un trabajo
organizado ‐que es el planteamiento que nos hace el psicoanálisis‐ hasta llegar a la
psiquis, que es donde están las causas, la raíz, el motivo y el por qué de la existencia y
manifestación del ego.
[47] Curso de Psicoanálisis
Por eso no nos podernos quedar únicamente en un trabajo sobre la falsa
personalidad, sino que hay que seguir un trabajo integral, hasta lograr llegar a esas
causas, a ese origen que tiene el ego.
LOS SENTIDOS
En relación a los sentidos, nos encontramos con aquello que se llama las
sensaciones. Las sensaciones visuales, auditivas, gustativas, olfativas y del tacto, o
sea lo relacionado con los cinco sentidos físicos, y que ellos juegan un papel muy
importante en nosotros, ya que esas sensaciones son las que hacen que se gesten en
nosotros eso que se llama impresiones.
Á través de esos cinco sentidos es que ingresa a nosotros un alimento llamado
impresiones. Como es alimento es necesario que nosotros las seleccionemos, ¿verdad?
Así como seleccionamos lo que vamos a consumir, a comer, o lo que ingresa por la
boca, pues también tenemos que seleccionar las impresiones.
Veamos lo que nos dice el Venerable Maestro en relación a esto de las
impresiones, comparándola con los otros tipos de alimento, que es el alimento
común que ingresa como hidrógeno 768. Dice el Venerable que una persona puede
durar veinte días, treinta días, cuarenta días sin comer alimentos, y no muere. Que
una persona puede dejar de recibir el oxígeno una persona práctica, un yogui por
ejemplo, puede durar tres minutos, cuatro minutos sin respirar, y no se muere. Pero
que una persona no puede durar un segundo sin impresiones porque moriría.
Entonces nos damos cuenta que en esos tres alimentos el más indispensable se
llama las impresiones. Mas sin embargo no nos hemos preocupado por seleccionarlas,
y ahí está uno de los problemas graves que tenemos nosotros lo estudiantes
gnósticos, y es el problema en relación a los sentidos.
Entonces, el trabajo sobre los sentidos consiste en seleccionar lo que ingresa a
través de ellos, hacer una selección de sensaciones, seleccionarlas. Para poderlas
seleccionar necesitamos también entonces hacer un trabajo sobre los sentidos que se
llama educar los sentidos, hay que educar nuestros sentidos.
Por ejemplo, el Venerable Maestro Samael dice que él educó su sentido de la vista
en relación a la persona del sexo opuesto, o sea hacia la mujer. El dice que nunca
fijaba su mirada en la mujer de la cintura para abajo, que siempre la observaba de
la cintura para arriba. Eso es educar el sentido de la vista en relación al sexo
opuesto. ¿Por qué? Porque lo que recibe son sensaciones, y entonces educando esos
sentidos estaríamos seleccionando las sensaciones.
Hay un alto porcentaje, diríamos nosotros, de hermanos gnósticos que
justificando el ego dicen que ellos pueden ver una película pornográfica, o que ellos
pueden estar frente a un televisor, o que ellos pueden estar frente a unas situacio‐
nes difíciles, pero que como no se identifican no hay problema. Y eso es una forma
equivocada, porque queda demostrado, la psicología gnóstica científicamente nos
demuestra que hay problemas y muy graves en relación a esto de las impresiones.
Vuelvo y digo, no se trata si la persona se identifica y no se identifica, que eso es
muy difícil. La misma persona tiene que saber si se está engañando o no se está
engañando a sí misma en relación a aquello. Puede que la persona tenga un control
[48] Curso de Psicoanálisis
de sus centros, pensante, motor, emocional, instintivo y sexual, que pues no es tan
fácil. Y en el momento, en el instante en que se presenta el evento no tenga
reacciones de esa índole. Pero es que ahí no está el problema. El problema es el
ingreso de la impresión a la mente. El problema es que esa información, ese mensaje
o esas impresiones quedan grabadas en la mente y el ego, el yo psicológico toma esas
impresiones, y allá en el subconsciente, dice el Maestro, el ego hace su propia película
con esas impresiones. El ego se nutre, se alimenta de esas impresiones, aunque la
parte consciente nuestra no lo está percibiendo. Porque está en la parte del
subconsciente.
El Maestro coloca una cantidad de ejemplos para comprender eso. El narra un
evento, una anécdota de la vida de él, que aunque no era frecuente, o no asistía los
teatros para ver películas, el dice que un día le dio por ir a ver una película
supuestamente sana, romántica. Y él dice que al retirarse al descanso se le vino, o se
le escapó de la mente esos pensamientos y se vio frente a ese acontecimiento, a esos
eventos, pero ya él era el actor de la película, ya él estaba como actor, y entonces
estaba cortejando a la dama. Y yo me pregunto, sí eso le ha sucedido a un Logos, a un
Cosmocrator, a un Dhyani‐Boddhisattwa, ¿qué podemos esperar nosotros? ¿Qué no
puede hacer el ego con todas esas impresiones que ingresan a nosotros, como les
digo, a través de las películas, ya sea que tengan o no tengan pornografía, las películas
de guerra, de violencia, las películas sentimentales, las novelas...?
Todo eso es impresiones, son impresiones que ingresan a la mente. Cuando esas
impresiones quedan grabadas en la mente y quedan en el subconsciente, de ahí el
Maestro dice que el subconsciente no es más que memoria acumulada, ¿no es
verdad? ¿Por qué? Porque todo lo que ingresa a nosotros queda grabado como
impresiones y se convierte en el subconsciente, y el ego aquí en el subconsciente hace
lo que quiere con esas impresiones. Así en el momento en que la persona recibe esas
sensaciones no sienta ninguna reacción ‐aunque lo dudo mucho‐ el ego toma esas
impresiones acá en el subconsciente, donde nosotros no tenemos alcance.
Eso está demostrado con los famosos mensajes subliminales. Ustedes lo han
escuchado, ¿verdad?, hablar sobre los mensajes subliminales. Sobre todo en la
propaganda de consumo, que le inyectan esa propaganda, y va directa al
subconsciente. Nosotros no somos conscientes de esas imágenes, pero esas
imágenes quedan grabadas en el subconsciente, y allí recibe la orden la persona:
"Tome coca‐cola", "tome pepsí‐cola", cualquier producto que le quieran meter.
Desde el subconsciente entonces viene la orden a la parte consciente. Todos
sabemos que la parte consciente está relacionada con el cerebro, y la parte
subconsciente está relacionada con el cerebelo. Entonces esos mensajes que el ego
envía hacia la parte consciente son elaborados en ese subconsciente y uno lo que
hace es obedecer lo que el ego ordena desde el subconsciente.
Así nos damos cuenta, apreciados hermanos, que eso de que "yo no me identifico",
eso es prácticamente un engaño que nos hace el ego. Porque ¿cómo me voy a dar yo cuenta
que no me identifico, o cómo estoy seguro que no reacciono si no tengo los sentidos de
percepción psicológica desarrollados para poder ver ese mundo interior? Porque con
estos sentidos físicos yo no puedo ver mis reacciones psicológicas, entonces me estoy
engañando cuando digo que puedo ver cualquier tipo de película o de escena y que no me
identifico. Eso no es cierto.
Que no nos demos cuenta de las reacciones psicológicas, ya es otra cosa, pero que no
haya una reacción psicológica, no lo podemos garantizar, porque no tenemos los sentidos
de percepción psicológica desarrollados, ¿con qué lo vamos a ver, o a percibir?
[49] Curso de Psicoanálisis
Lo que nos queda a nosotros entonces es la posibilidad de seleccionar las sensaciones,
hacer una selección de sensaciones, de no ingresarle a la psiquis, de no ingresarle a la
mente una cantidad de impresiones que bien sabernos que el ego las va a utilizar para
nutrirse, para alimentarse.
Retomamos el ejemplo, o lo que nos dice el Venerable Maestro Samael: que él
educó su vista, el sentido de la vista, en relación al sexo opuesto. ¿Quién es el que hace ‐en
el caso del varón‐ que dirija la mirada o la vista de la cintura para abajo a la mujer? Pues
un yo de lujuria. ¿O no? ¿Por qué? Porque él busca que haya ese tipo de impresiones
porque con esas él se alimenta, con esas es que él se nutre.
Hablamos entonces de ese hidrógeno 48, pero como es el ego, ellas se van
desdoblando en hidrógenos más densos, y se convierten en eso que es el alimento del
ego. Porque son impresiones, son alimento, son energía. O alimentan la conciencia o
alimentan el ego, pero el hecho es que se convierten en alimento, o es un alimento.
De tal manera que nosotros tenemos que trabajar sobre esos sentidos en relación a
las sensaciones. Las sensaciones cuando no se transforman, dice el Maestro, que se
transforman en eso que se llama deseo. Y ¿qué es el deseo? Es la fuerza luciférica que
impulsa el ego a manifestarse.
Ayer decíamos, o retomábamos un planteamiento del Venerable Maestro Samael, que
dice que cuando nosotros nos hacemos pasivos para el ego, la conciencia se hace activa
para el Ser, y el Ser la ilumina, ¿verdad? Si el deseo es una fuerza ciega, luciférica, que
impulsa al ego para manifestarse, ¿qué tenemos que hacer entonces? Transformar las
impresiones para que no se conviertan en deseo y no impulsen el ego a manifestarse,
porque lo que necesitamos es que se manifieste la conciencia, no el ego, ¿verdad?
Entonces nos vamos dando cuenta que si nosotros trabajamos sobre esto de las
sensaciones estamos dándole la oportunidad a nuestro Ser que él ilumine nuestra
conciencia. Entonces el trabajo sobre los sentidos juega un papel muy importante para
esto que se llama conciencia. Es fundamental.
Comprendiendo eso, entonces ya nos damos cuenta que no solamente vamos a
trabajar sobre la personalidad, sino que vamos a trabajar sobre eso que se llama
sentidos. Porque el ego se alimenta también de esto, de lo que se manifiesta en la
personalidad, pero también de lo que ingresa a través de nuestros sentidos. Entonces es
otro campo de manifestación, o es otra forma, otro nivel en el cual el ego se alimenta, y
es a través de eso que ingresa en nuestros sentidos.
LOS CENTROS
Nos encontramos ahora luego con los centros. El trabajo de los centros pensante,
emocional, motor, instintivo y sexual. Eso es otro campo de manifestación del ego, donde
él sale a recibir comida. Como el primer choque consciente consiste en no alimentar
el ego, ¿verdad?, no ir y crear nuevos yoes, entonces tenemos que trabajar en una
forma integral, porque el ego también se alimenta a través de los centros. Porque cada
centro tiene o trabaja con determinado tipo de energía. Ustedes lo han estudiado,
¿verdad? Cada centro tiene determinado tipo de energía, con el cual él trabaja.
[50] Curso de Psicoanálisis
Cuando el ego se manifiesta en un centro lo desequilibra y esa reacción libera
energía, y esa energía la absorbe el ego. Dice el Venerable Maestro Lakhsmi que
visto clarividentemente el yo cuando actúa sobre los centros, dice que parece un
pulpo, tiene muchos tentáculos, y puede entonces absorber energía de un centro o de
varios centros a la vez. Pero para que el ego absorba esa energía, tiene que reaccionar
el centro, desequilibrarse el centro. Y de esa energía, entonces, se nutre el ego.
Aquí hay un problema bastante difícil para nosotros, y es que de esos centros, el
único que produce energía se llama el centro sexual. Los demás centros no producen
energía, tienen una energía determinada con la cual ellos trabajan. Cuando esa energía
se agota ‐dice el Maestro‐ entonces roba energía a otros centros, y ahí tenemos dos
situaciones difíciles, y es que va a trabajar con una energía que no le corresponde, por
lo tanto ese centro se daña, se desequilibra más. Es como decir un auto que trabaje con
nafta y lo pongamos a trabajar con gasoil, se echa a perder la máquina, ¿verdad?
Eso pasa con estos centros, cuando nosotros abusamos de un centro y
gastamos sus recursos energéticos, él tiene que trabajar con otro tipo de energía
que le roba a otros centros. Y así entonces el que en último momento se descarga es el
centro sexual. Entonces la persona cuando va a trabajar en la transmutación no hay
energía sexual para transmutar, porque sencillamente se la han absorbido las
diferentes actividades en los centros, ya sea por una actividad propia del centro o ya sea
por las reacciones psicológicas en ellos, o las reacciones del ego en ellos.
Entonces nos damos cuenta que el trabajo sobre los centros es bastante
complejo, porque, lo uno, no hay que abusar de la actividad de esos centros, porque
estaríamos gastando entonces energía sexual, hidrógeno sexual SI‐12. Y entonces la
persona cuando vaya a transmutar para crear sus cuerpos solares, o poderes,
facultades, atributos, o alimentar el fuego sagrado, no va a tener la energía suficiente
para hacerlo, porque ha sido derrochado o gastado por los centros. La otra situación,
entonces, es no dejar que reaccionen psicológicamente, porque también pierden
energía.
Lo otro que nosotros necesitamos hacerle el estudio al ego, al yo psicológico,
porque queremos conocerle. Entonces dentro de ese proceso del psicoanálisis
tenemos que hacer un estudio del ego manifestándose en esos centros. Para
nosotros poder conocer en un momento dado qué centro está siendo activado por
el ego, necesitamos entonces conocer sus características egoicas, las características
egoicas de los centros.
Este aspecto, entonces, se los vamos a dejar a ustedes como trabajo de
investigación. Simplemente vamos a nombrar aspectos generales, y es que los centros
se desequilibran unas veces en el aspecto positivo y otras veces en el aspecto negativo,
o sea las polaridades de los centros, la dualidad. Pero que sea positiva o sea negativa
la actividad del centro, libera energía, gasta energía.
Por ejemplo, el centro emocional. Una persona recibe impresiones agradables y si
son llevadas al centro emocional pues va a sentir alegría, ¿verdad? Pero una alegría
quiere decir que está polarizado positivamente el centro, de todos modos hay
consumo de energía. O recibe impresiones desagradables, y entonces, si son llevadas al
centro emocional, la reacción psicológica: pues va a sentir tristeza. Quiere decir que
el centro está actuando en la forma negativa, en el polo negativo, y también está
consumiendo energía.
Entonces nosotros no debemos permitir que los centros se desequilibren, ni en
el aspecto positivo, ni en el aspecto negativo. Es necesario entonces comprender la
[51] Curso de Psicoanálisis
necesidad de que se mantenga equilibrado. Es decir que se mantenga en la síntesis,
que es el equilibrio para ese centro.
Para nosotros lograr la síntesis o el equilibrio de los centros tenemos que entrar
a actuar con eso que se llama comprensión. La comprensión juega un papel
importante para nosotros en el equilibrio de los centros. Así que si nosotros
queremos equilibrar nuestros centros tenemos que utilizar o llegar a la comprensión.
¿A la comprensión de qué? De las sensaciones, o en sí de las impresiones. Porque
justamente son ellas las que por reacción en el mundo de la mente hacen actuar los
centros.
Si ingresa o se presenta una impresión agradable y nosotros no la
transformamos, nos podemos desequilibrar emocionalmente, ¿verdad? Y la
persona puede reírse y hasta llorar de la risa, ¿Cuántas veces hemos llegado a esos
estados, verdad? Que nos duele el plexo solar de tanto reírnos. ¿Por qué duele el
plexo solar? Porque es el asiento del centro emocional. Y puede ser una persona que
se desequilibre del centro emocional, en un momento está muerto de risa, y des‐
pués está con una tristeza. Lo lleva de lo positivo a lo negativo. ¿Por qué? Simplemente
porque ese centro está desequilibrado, está muy desequilibrado, y en el fondo lo que
hay es un consumo de energía que se la absorbe el ego.
Entonces la comprensión sobre las impresiones, o la transformación en sí de las
impresiones, nos ayudan a tener un equilibrio sobre los centros, para que no se
desequilibren. Y de esa manera entonces, estaríamos nosotros conociendo qué
centro está siendo afectado por el ego. Pero hay que conocer las características
egoicas de los centros. Entonces ‐vuelvo y digo‐ les queda a ustedes como trabajo de
estudio para poder entonces avanzar en este tema. No es difícil. Como les digo, eso
está en alguno de los libros del Maestro, y ahí nos damos cuenta.
EL TRABAJO SOBRE LA MENTE
Teniendo en cuenta entonces lo que hemos encontrado en relación a lo que
son los centros, vamos a continuar entonces haciendo un estudio sobre lo que es el
trabajo a nivel de la mente.
A nivel, de la mente nos encontramos nosotros con unos aspectos como es la
charla interior. La charla interior es uno de los aspectos que más nos roba
conciencia, porque si nosotros hacemos un estudio, nos lo dice el Maestro, nos
damos cuenta de que posiblemente de esas veinticuatro horas del día estamos
veinticinco en charla interior, ¿verdad? Que ni siquiera cuando nos vamos a
descansar dejamos esa charla. Siempre está ahí.
Esa charla mental, entonces, quema energía, gasta energía. Esa charla mental
produce en nosotros estados psicológicos que vienen a repercutir en los diferentes
centros. De tal manera que la charla interior, o la charla mental, es uno de los
sistemas que utiliza el ego para más absorber energía, para hacer reaccionar la
máquina orgánica, y también es la que más desplaza la conciencia. Por lo tanto
queremos que comprendamos la urgente necesidad de ponerle mucha atención a
esto de la charla interior.
[52] Curso de Psicoanálisis
También la charla interior es el instrumento que el ego utiliza para
programarnos que debemos de hacer nosotros de la vida. Y eso es bastante
notorio, o lo podernos descubrir nosotros en una forma muy sencilla, que es:
¿cuántas veces alguien nos debe algún dinero, le hemos prestado algún dinero o
simplemente nos lo debe? Y ¿cuántas charlas interiores se producen en base a eso? De
pronto la persona, pues, es demorada para cancelar este dinero, no nos paga a tiempo.
Y entonces la persona entra en esa charla interior, donde el ego le planifica cómo le va a
cobrar, en qué forma, qué es lo que le va a decir para convencerlo que le pague. Le
planifica cómo cobrarle a esa persona. Ya sea con la psicología del placer o ya sea con la
psicología del dolor.
Lo cierto es que esa persona se encuentra con el deudor y actúa. Si nosotros le
ponemos atención o estamos alertas, estamos en observación del comportamiento
que tenemos frente a esa persona, nos daríamos cuenta que muchas de las que le
decimos, o la forma en que actuamos frente a esa persona, fue planificado debidamente
por el ego en una charla interior.
Les pongo otro ejemplo, yo creo que todos hemos pasado por ahí, algunos están
pasando por ahí, y es el caso de cuando se consigue o se tiene novia o novio, ¿verdad?, y
quiere hablar, tiene una cita con la novia, y entonces piensa de mil y una manera qué
decirle, cómo decirle que la quiere, cómo decirle que la ama. ¿Verdad?
Y entra en esa charla interior para planificar cuál es la manera de poderle
conquistar, o de poderle demostrar o decirle cuánto la quiere. Claro, ahí es más difícil,
¿no? Ya el sistema nervioso cuando la vea frente a sí, pues hasta se le olvida qué es lo que
pensó decirle, ¿no? Pero de todas maneras gastamos mucho tiempo y mucha energía
planificando qué es lo que le vamos a decir cuando nos encontremos con ella. Esa es una
charla interior.
Entonces nos damos cuenta que el ego nos programa a nosotros en el
comportamiento del diario vivir. Pongamos otro ejemplo: Un joven, un niño, comete una
travesura. Y ahí comienza a planificar en su charla interior cómo decir la mentira más
adecuada para que no le castiguen, para que le perdonen la falta, qué hacer, cómo
hacer.
Yo recuerdo que en una ocasión dejé de ir a la escuela porque le tenía miedo a los
profesores, y no llevaba la tarea completa. Entonces yo me quedé y no fui a la escuela. Y
planifiqué de qué manera le llegaba a mi mamá para decirle que no había ido a la
escuela. Recuerdo que, cómo era de seis años, entonces fui ‐como era del campo‐ yo fui y
agarré unos tomates y se los llevé, convencido de que al llevarle unos tomates, que yo
sabía que los necesitaba, pues que no me fuera a pegar. No recuerdo si me pegó o no. Lo
cierto es que uno planifica, uno comienza a ver cómo hacer para que no lo castiguen.
Esa es la charla interior, planificándole a uno el comportamiento, cómo debe de
desenvolverse en el diario vivir. Ese es un punto muy importante que tenemos que tener
en cuenta, y es que somos programados por el ego a través de una charla interior. Como
digo, esto es fácil de comprobar, es cuestión que le pongamos atención a esto. Si ustedes
en su vida, analizan su vida, se dan cuenta que es así. Y muchos comportamientos que
tenemos nosotros son programados por el ego a través de una charla interior.
De tal manera que si nosotros no queremos ser manejados por el ego,
programados por el ego, pues necesitamos eliminar la charla interior. ¿Cierto? Porque si
el ego nos programa, o nos maneja a través de una charla interior, pues la lógica es que
para dejar de ser programados por el ego tenemos que eliminar la charla interior.
[53] Curso de Psicoanálisis
¿Cómo se elimina la charla interior? ¿Qué conocen ustedes sobre la charla interior?
¿Cómo se lograría eliminar esa charla interior? ¿Alguna idea?
«La auto‐observación» ¿Qué más? «La oración», «El recuerdo de sí»,
«Permanecer aquí y ahora», «Alerta percepción, alerta novedad» ¿Qué más? Bueno.
«Recriminando la mente, usando: el látigo de la voluntad».
¿Cómo se forma la charla interior? Porque tenemos que saber cómo se forma
para poderla eliminar, ¿verdad? ¿Cómo se forma una charla interior? ¿Cómo?
« ¿Una canción psicológica?»
Claro, una canción psicológica. La pregunta es cómo se forma la charla interior.
A ver, hagan ustedes una charla interior ahí. No, en serio. ¿Por qué se ríen?
Charlen un ratico ahí. ¿Ya?
«A través de un evento interno o externo». «Una duda». «Miedo».
Por asociaciones. Así es. La base de la charla interior está en las asociaciones
mentales, o sea ese aspecto que nosotros llamamos normalmente comparación.
Comparamos una cosa con otra, asociamos. Entonces nos encontramos nosotros
frente a un problema difícil que es la charla interior, que tiene como base las
asociaciones mentales.
Esas asociaciones mentales son de dos clases; por ideas, conceptos, opiniones,
etc., y por imágenes. Imágenes de personas, animales, cosas, lugares, objetos, etc.
Para nosotros entonces eliminar la charla interior tenemos que hacer un estudio
de las asociaciones mentales. Ese trabajo consiste en no hacer asociaciones, no asociar.
Detrás de ello nos encontramos, en sí con un yo que se llama el yo asociador. No sé si
acabo la idea. Para nosotros poder eliminar esas posibilidades de asociaciones
mentales tenemos que eliminar el elemento que en sí personifica a ese error de aso‐
ciar, que es un yo que le gusta comparar, asociar.
Por ejemplo, uno va por la calle y de pronto ve una persona y enseguida la asocia a
otra, y dice "Uy, esa persona sí se parece a fulano de tal, se parece a fulana de tal", está
asociando, comparando. Lo comparan ya sea por la forma, la figura, el tamaño, dice
"pero es que es gordito, igual que fulano de tal", "es que es alto como fulano de tal", "es
bajito como fulano de tal". Ese es un hábito, en lugar de ese hábito hay un yo, el yo
asociador.
Entonces si nosotros queremos eliminar eso de las asociaciones mentales
tenemos que trabajar sobre ese elemento asociador, que le gusta asociar o comparar.
Uno ve un animalito, un perro por ejemplo, y enseguida lo asocia a otro perro, a otro
animal. Entonces esa asociación, de animales, por ejemplo en el caso del perro, da
origen a una charla interior, porque entonces decimos: "ese perro se parece al que tiene
mi tío, pero el de mi tío es más bonito, más elegante, está bien comido, bien mantenido. En
cambio este perro aquí en la calle está flaco, acabado, no le dan de comer, qué gente tan
olvidadiza de los animales, le falta caridad con los animales…" Ya entró en una charla
interior, ¿verdad? Dice: "no, es que mi tío sí es cuidadoso con los animales, el sí les da
comida". Y de pronto se recuerda: "no pero mi tío tiene un hijo que no le gusta ese animal y
le pega, pobrecito. Le dan buena comida pero también le dan palo. Ese muchacho de verdad
deberían castigarle, deberían enseñarle". Bueno, ya se metió con la familia del tío. Y dice: "es
que ese muchachito se parece al de la familia de fulano de tal, no quiere los perros". Ya se
metió con otra familia.
[54] Curso de Psicoanálisis
Y así comienza uno a asociar, que cuando termina, o se da cuenta, va en unas
imágenes o en unos recuerdos que nada tienen que ver con el perrito. Ya se metió con
la vida privada de los vecinos, se metió con la vida privada de la familia... ¿verdad? Ya
resultó uno criticando tantas cosas que nada tienen que ver con el perrito. ¿Por qué?
Por unas asociaciones mentales, en este caso por una imagen de un animal.
Y así asociamos también ideas, conceptos, opiniones, también asociamos por ahí.
Escuchen ustedes una idea y enseguida uno dice: "ah, pero ese señor piensa igual como
piensa aquel, tiene las mismas ideas, y esas ideas me gustan, me llaman la atención”. Y
comienza una asociación por ideas, por concepto, por opiniones.
Pero ‐vuelvo y digo‐ detrás de ese hábito mental existe entonces un yo que se ha
formado, que es el yo que asocia o hace comparaciones. Por lo tanto hay que eliminar
ese yo, ponerle atención a ese elemento, para que no haga esas asociaciones.
Ahora bien. Nos encontramos con ellas. ¿Cuál es la base de las asociaciones
mentales? ¿Qué consideran ustedes que es la base o el fundamento de las
asociaciones mentales?
«El recuerdo», ¿qué más?, «la imaginación». ¿Qué me dicen ustedes? ¿Cuál es la
base de las asociaciones? «Contradicciones». ¿Qué más podemos decir? «Falta de
observación». Sí: las impresiones. Así es.
Dice el Maestro que la base de la charla interior está en las asociaciones mentales.
Si nosotros eliminamos las asociaciones, eliminamos la charla interior. Pero para
nosotros eliminar las asociaciones mentales tenemos que hacernos conscientes de las
impresiones. Porque, en el ejemplo del perrito, ¿qué es lo que recibimos? Una
impresión. Si hubiésemos transformado la impresión de la imagen del perrito no se
hubiera convertido en una charla interior. Porque si yo transformo la impresión no hay
ninguna reacción.
En este caso de la impresión del ejemplo, ¿qué centro fue afectado? Centro
pensante. Puede ser afectado el centro emocional. Sentimos tristeza porque vemos el
animalito lleno de hambre. No se transformó la impresión. A la vez que hace
reaccionar los centros también sirve para que la mente siga en una charla interior.
Entonces para nosotros poder eliminar una charla interior tenemos que hacernos
conscientes de las impresiones, para que no haya asociaciones mentales. Entonces el
trabajo sobre la mente, en una forma exclusiva está en eso de trabajar sobre la charla
interior, trabajando sobre las asociaciones mentales y trabajando sobre eso que se
llama las impresiones. Ese es el trabajo a nivel de la mente. Trabajo de ese campo de
manifestación del ego que es la mente.
información, impresiones. Pero nosotros entonces la hemos convertido en algo
diferente, la hemos convertido en transmisora, reaccionaria frente a las impresiones.
Entonces, si nosotros eliminamos esa charla interior, la mente cumpliría su papel,
su función muy natural que es la de ser la recepción de las impresiones que
constantemente se están formando en la mente en base a la información que
recibimos a través de los cinco sentidos.
Hay que hacer, entonces, que la mente cumpla con su misión sin la interferencia
del ego en una charla mental. Como digo no es que sea difícil, no es fácil, es cuestión
de estar uno alerta, trabajando sobre las impresiones. Si logramos nosotros eliminar
esa charla interior, nos estaríamos preparando realmente para entrar en eso que se
llama la meditación, para poder estar entonces dispuestos a una reflexión de tipo
consciente, porque entonces esa conciencia no sería desplazada y podríamos utilizar
esa capacidad que tiene la mente, esa capacidad que tiene el centro pensante,
centro emocional, centro instintivo, centro sexual, centro motor, la estaríamos uti‐
lizando en una forma correcta.
Porque, el ego desde la mente actúa para hacer reaccionar los centros. Ese es el
centro de operaciones del ego para hacer reaccionar la máquina orgánica, es la
mente. Porque allí es que planifica, allí es que establece él ese orden de trabajo, de
reacción psicológica, ya lo que se resulta en los centros es esa reacción, esa
manifestación que el ego ha tenido en la mente.
De tal manera que el trabajo sobre el aspecto mental es un trabajo de ahorrar
energía, de no alimentar el ego, de no dejar que el ego se nutra, se alimente. Y aún
más hay que trabajar sobre esas impresiones, porque una impresión que no se
transforme, se convierte en ego, en yo psicológico.
Dice el Venerable Maestro Lakhsmi, que la formación de un yo no es instantánea.
O sea que no es cuestión que entró la impresión y ya se formó un yo. Eso tiene un
proceso. El dice que se ve como algo que no tiene forma en sí, pero a medida que se
le va agregando sentimientos, ideas sobre esa impresión, va dándole forma a un
nuevo yo, porque un yo psicológico está formado de una fuerza que se llama deseo. Y
vemos que el deseo nace de una sensación no transformada, de una impresión no
transformada, se convierte en deseo. Ya tenernos la primera fuerza. Se nutre con un
sentimiento, y con una idea, o un pensamiento. Entonces pensamiento, sentimiento y
deseo, que convergen hacia un punto determinado, se forma un yo.
Esa impresión que no se transforma se convierte en esa fuerza de deseo. Como
esa impresión persiste en nosotros y hace producir sentimientos, entonces se carga de
sentimiento, pero también hacer reaccionar al centro pensante, y emitimos
pensamientos, pensamos sobre ese aspecto. Y entonces nos encontramos con
pensamiento, sentimiento y deseo, unidos en un punto determinado que es en sí la
impresión, formándose en nosotros entonces un nuevo yo, que va a alimentar, que va a
nutrir esa característica egoica o esa legión a la cual pertenece, o se adhiere.
[56] Curso de Psicoanálisis
«Sería fecundar la energía de la mente, y la conciencia.»
Claro, pero en este caso, si yo recuerdo una impresión, ya sea agradable o
desagradable, me lleno de sentimientos al retomar esa impresión, al recordarla, o corno
dice el Maestro al aparecer nuevamente en la pantalla de la mente, en la parte
consciente, aparece nuevamente esa imagen, esa impresión y nos llenamos de
sentimientos, ella se sigue nutriendo de sentimientos. Pero también actuamos con el
pensamiento, emitimos pensamientos, hace reaccionar nuestro centro pensante y
emitimos pensamientos. Entonces esa impresión se va cargando de esas tres fuerzas
hasta que se convierte en un yo. Por eso no es que un yo se forma ‐porque hay
hermanos que han preguntado si toda impresión se convierte en yo. No toda
impresión no se convierte en yo. Porque no toda impresión le aportamos sentimientos
y le aportamos pensamientos. Hay impresiones que nunca más nos volvemos a acordar
de ellas, ¿verdad? Simplemente quedan archivadas. Pero cuando esa impresión impacta,
ha dejado huella ‐llamémosle así‐ en nuestros sentimientos, en nuestros pensamientos,
entonces ella sigue nutriéndose de ello, le aportamos nosotros eso. Y cada vez que nos
recordemos de ese evento, de ese acontecimiento donde surgió esa impresión, cada
vez que nos recordemos de aquello, le estarnos aportando energía, y por lo tanto se va
robusteciendo hasta convertirse en un yo.
Miren ustedes entonces lo importante que es el trabajo sobre la mente, para no
crear nuevos yoes, ni alimentar los que ya tenemos.
Dice el Maestro, por ejemplo, cuánta lucha, cuánto trabajo para eliminar un yo,
pero qué fácil es crear un nuevo yo. Entonces posiblemente nosotros estemos
liberando conciencia de algunos yoes, pero que nuevamente es retomada por otros
yoes que se están formando. Pongámoslo a nivel de hábitos, o ciertos vicios. ¿Cuántos
vicios o hábitos hemos eliminado al ingresar a la Gnosis? ¿Pero cuántos otros hemos
adquirido?
¿Cuántos yoes han dejado de manifestarse? ¿Y cuántos yoes han resurgido? Por
ejemplo, en el caso de una persona que nunca tuvo conocimientos esotéricos, su
comportamiento fue dentro de la ideología materialista, la no aceptación de Dios ni
nada que sea espiritual. En esa persona no se está manifestando un yo de mitomanía,
¿verdad? Porque el yo mitómano es el yo que lo hace creerse ser un Dios. Pero como
no cree en Dios pues ese yo no tiene donde entrar, o como manifestarse en la
[57] Curso de Psicoanálisis
personalidad. Pero fácilmente al ingresar a la Gnosis ese yo puede salir a flote, salirse
de la parte del subconsciente y comenzar a manejar la máquina orgánica. Sea que se le
forme en esta existencia o en este tipo de actividad, o ya sea que venga de otras
existencias. Lo cierto es que lo eventos que estamos viviendo dentro de la Gnosis, si
nosotros no los sabemos transformar, se convertirían en alimento y fuerza impulsora
de ese yo mitómano, y entonces estaríamos eliminando un yo, pero al estar dentro de
la Gnosis estaríamos formando otros tipos de yoes. Total: siempre vamos a estar
esclavos, o esclavizada esa conciencia, de agregados psíquicos.
Como nosotros no nos damos cuenta que ese es el problema, yo pienso o creo
que todos los que estamos acá aceptamos ‐ustedes ¿qué dicen? ¿Si aceptan que
estemos creando nuevos yoes? ¡Pero no sabemos! Simplemente aceptamos la
posibilidad, pero no nos hemos demostrado a sí mismos que sí se han mostrado
nuevos yoes, o que simplemente han entrado en acción otros yoes que no se estaban
manifestando, porque eso no es fácil detectarlo porque no tenemos los sentidos de
percepción psicológica.
Aquí habernos un grupo de hermanos, de personas en este salón. Pero como
tenemos los sentidos, o yo estoy frente a la puerta de entrada, yo puedo observar
quién entra a este salón, porque tengo unos sentidos y los estoy dirigiendo hacia la
puerta de ingreso al salón. Mas ustedes no, porque ustedes están de espaldas a la
puerta. Aunque tienen sus sentidos, ¿verdad?, de la vista, activos. Pero ustedes están
de espaldas a la entrada del salón, no saben si alguien entra y se suma al grupo. Y eso
teniendo los sentidos.
¿Cuánto más nosotros, psicológicamente hablando, que no tenemos los sentidos
desarrollados? Lo otro, que no proyectamos esos sentidos hacia esa entrada posible, y
formación de agregados psíquicos. Entonces estamos en gran desventaja frente a esa
situación de la creación de nuevos yoes.
Lo único que tenemos a nuestro alcance, si nos lo proponemos es entonces
trabajar en la transformación de las impresiones, y estaríamos seguros entonces que
no se estarían formando nuevos yoes, porque estaríamos transformando esa
impresión. Al transformar la impresión entonces no se gesta esa fuerza de deseo.
Esto del deseo es muy fácil comprenderlo con un alimento. Vamos a imaginar que
acá nos traen un plato de lo que más nos gusta aquí en la Argentina, el asado. Bueno,
nos colocan aquí un asado muy bien sazonado. Recibirnos sensaciones olfativas,
¿verdad? Recibimos una sensación visual, y si de pronto nos dan la probadita, una
gustativa. Son tres sensaciones que entrarían en nosotros. Tres tipos de información.
Si no transformamos de inmediato enseguida sentimos el deseo de comer, ¿verdad?,
un deseo de comer, ya que se nos saliva, ¿verdad? Qué rico, qué sabroso eso. Se
formó el deseo. Y eso que simplemente lo estamos imaginando, no lo estamos
percibiendo aquí en el físico, ¿verdad? El sólo hecho de recordar aquellos momentos
en que nos hemos comido esos asados tan sabrosos, ya comienza a actuar hasta el
organismo físico, ¿verdad? Ya comenzamos a sentir una sensación aquí, que es la
presencia de los jugos gástricos.
[58] Curso de Psicoanálisis
Bueno. Ahí se formó un deseo de consumir alimento. Entonces ya está en esto, y
fue instantáneo el deseo. ¿Qué hay que hacer entonces? Apelar a lo que decía el
hermano, el látigo de la voluntad. No. No voy a comer. Hacerse consciente de que en
este momento no necesitamos este alimento. Porque si ya he desayunado, ya he
comido alimentos, pues por más que sea gustoso este que me están presentando,
pues tengo que no consumirlo. Pero como hay una fuerza de deseo, que impulsa un yo
que se llama gula, ¿verdad?, esa gula entonces actúa en nosotros, nos hace reaccionar,
nos dice: "no, pero para eso está el alka‐seltzer, está una sal de frutas, para eso está
eso, y entonces que si me cae un poquito mal, me tomo un alka‐seltzer y se me pasa".
Como comienza el ego de la gula a buscar recursos para siempre llevarnos a consumir
el alimento. ¿Por qué? Porque es una fuerza que impulsa al ego a manifestarse.
Entonces nos damos cuenta que esa fuerza de deseo ejerce una acción sobre el
ego como fuerza impulsora. Y son impresiones. Después que se ha formado ese deseo,
como en el caso aquí del alimento, entonces ¿ya qué hay que hacer? Transformar ese
deseo, ¿verdad? ¿Cómo lo transformamos? Haciendo uso de la conciencia y de un
aspecto que se llama la reflexión, reflexionar. Esa reflexión no es más que la proyec‐
ción de la luz‐conciencia hacia ese mundo interior, ese mundo interior donde se están
produciendo esos deseos, donde está activándose el ego.
Entonces dice el Maestro Lakhsmi que el problema es que nosotros nos
preocupamos más por la parte física, el evento, y no nos preocupamos por lo que está
sucediendo internamente. Es necesario entonces que nosotros proyectemos la luz de
la conciencia hacia adentro, para ver qué se está sucediendo en nosotros. No le
prestemos tanta atención hacia el evento. Porque cuando uno le presta atención al
evento y se identifica más con el evento, entonces justifica mucho más, justifica o
condena. Y al entrar en justificación o condena la conciencia no puede actuar. Porque
es el ego el que está actuando. Entonces no se transforma la impresión.
Esto quiere decir que cuando nosotros estemos frente a una impresión de esas
difíciles, que son las que impactan, porque hay una serie de impresiones que no
causan ningún impacto en la mente, y son transformables, pero aquellas que
impactan, aquellas que producen una reacción en la mente son las que gestan o
manifiestan esa fuerza de deseo, y hay que ponerle atención a esto.
En lugar de ponerle tanta atención al evento, hay que ponerle atención a lo que se
sucede internamente, para poder hacer la transformación. Eso es un postulado del
psicoanálisis, en lo que se refiere a la transformación de impresiones, es que nosotros
debemos de quitarle la importancia que tiene esa parte física del evento, y dedicarnos
a analizar, a estudiar, lo que es la parte interna, o sea lo que reacciona en nosotros. No
dejarnos atrapar la conciencia en el evento, en el acontecimiento, sino que ella esté
libre para poder trabajar sobre sí mismo, adentro, porque allí es donde radica o se
hace la transformación de la impresión, ¿no ve que las impresiones son internas? Por
lo tanto esa transformación es interna. Esa transformación no se hace en la parte
física, por lo tanto la parte física, la parte eventual no tiene por qué robarnos la
atención en sí. Sino debemos dedicarnos, dirigir esa luz‐conciencia hacia la parte
interna, o sea el mundo de estados psicológicos.
[59] Curso de Psicoanálisis
Esas asociaciones mentales, como la base son las impresiones, nos encontramos
frente a dos situaciones: que podemos hacer asociaciones mentales con impresiones
que están ingresando, yo recibo impresiones de dos personas, visuales, y yo las puedo
estar comparando, asociando las dos, y están ingresando las impresiones, estoy
haciendo una asociación. También puedo asociar la impresión que ingresa con la im‐
presión que ya tengo en la mente. Segunda acción, ¿verdad? Tercero, yo puedo
asociar impresiones que ya están en la mente, que no necesito que esté ingresando
información o que se estén formando impresiones, sino que ya el ego utiliza las
impresiones que ya están en la mente.
Entonces tenemos ese trabajo que realizar en relación a la charla interior. Si es
posible transformar la impresión que está ingresando. Si ingresó y no la
transformamos en ese instante, entonces tenemos que hacer el trabajo retomando
esas impresiones que el ego está asociando. Dentro de ese trabajo de las impresiones,
entonces es necesario comprender que cuando esa impresión no ha sido transformada
tiene conciencia, tiene algo que no es nuestro. Por eso hablábamos ayer de la vida y el
tiempo, que el tiempo ‐que es memoria‐atrapa esa conciencia y se queda con ella. Y
por eso actúa, tiene importancia. Tiene importancia para el ego porque con eso se
nutre, y es importante para nosotros porque hay parte de nuestra conciencia, hay
parte de nuestra vida, la cual tenemos que recuperar, que es esa chispa que salta.
El Maestro nos colocaba un ejemplo, el dice: "si hacemos rozar un metal con una
piedra salta una chispa, ¿verdad? Esa chispa es luz, es conciencia. Eso mismo sucede
con el tiempo y la vida. La vida roza con el tiempo y salta esa chispa. ¿Quién la agarra?
El ego. Si estamos conscientes, si transformamos la impresión de ese evento, la atrapa
la conciencia". Entonces esa impresión tiene mucha importancia porque hay concien‐
cia en ella.
¿Qué dice el Venerable? Detrás de cada evento de la vida se esconde la verdad. ¿Y
quién es la verdad? Dios. Ese principio ígneo, ese principio cósmico, universal que está
detrás de esas formas, detrás de esas expresiones de la misma vida. Porque, ¿qué dijo
el Cristo? yo soy la Verdad, el Camino y la Vida. ¿Y qué es lo que ingresa a través de los
sentidos, no es acaso la vida? Porque si eso no fuera vida nosotros podríamos seguir
existiendo sin impresiones, pero no se puede vivir sin las impresiones, porque es la
vida. Dice el Maestro "la vida entrando en nosotros, son impresiones".
Entonces detrás de esa impresión hay ese principio fundamental, conciencia, luz,
que sí no la transformamos entonces se convierte en fuerzas luciféricas. Y alguien
puede pensar o creer de que si es una energía crística, ¿por qué se va a convertir en
energías luciféricas? Pero así es.
¿Qué dice el Venerable en relación a la energía crística, o a esos átomos crísticos
de vida que están en el esperma sagrado, en la energía sexual? Cuando esa energía
llega y se une con un óvulo crea una criatura, ¿verdad? Pero cuando esa energía no
hace ese contacto, ese connubio, y sale, ¿qué gesta? Larvas, elementarios, ¿verdad?
Los famosos incubos y los famosos subcubos. Entonces sí se puede polarizar negativa‐
mente esa energía, y es crística. ¿Pero se polariza en qué? En íncubos y subcubos, que
son larvas, elementarios.
[60] Curso de Psicoanálisis
Entonces eso mismo pasa con las impresiones. Es vida, y la vida es Dios
manifestándose. Pero se puede convertir en una fuerza luciférica, que es antagónica al
Cristo, viendo desde el punto de vista ego, o agregados psíquicos.
Entonces nuestro trabajo a nivel de la mente es un trabajo bastante importante,
de gran trascendencia, pero hay que saber qué es lo que hay que hacer y cómo
hacerlo. Y para eso entonces es que el Maestro nos está pidiendo que tengamos una
organización en el trabajo. Porque de esa organización depende el triunfo sobre la
vida. Porque lo que nosotros tenemos que transformar es la vida. Sobre lo que tiene
que hacerse un cambio, una transformación radical, es sobre la vida. Y la vida son las
impresiones.
Ese trabajo entonces, sobre esa impresión, si ya se convirtió en deseo, ese fuego.
¿Y qué dice el Maestro? Venciendo el deseo, venciendo el fuego se conquista... la luz.
Dice el Maestro Lakhsmi: "al Diablo se le roba el fuego en la novena esfera, y se le roba
la luz en los eventos de la vida". Vemos ahí la integración que hay en el trabajo del
factor nacer y el trabajo del factor morir, ¿verdad? En el uno conquistamos el fuego y
en el otro conquistamos la luz.
Pero, vuelvo y digo, hay que hacer un trabajo organizado en esto que se llama los
campos de manifestación del yo. En cada uno de estos campos nos encontramos
entonces que el ego tiene posibilidad de alimentarse, concluyendo ya sobre estos
aspectos que en cada uno de ellos tiene forma de alimentarse, encuentra alimento.
También que si nosotros queremos conocer o descubrir el ego tenemos que
estudiarlo en estos campos de manifestación, porque estarnos interesados en
conocerlo, ¿verdad? Descubrirlo, explorar, eso es el psicoanálisis: explorar, investigar,
indagar.
El TRABAJO SOBRE LA PSIQUIS
El trabajo sobre la psiquis es la parte más difícil para realizar, porque si la psiquis
está entre la quinta y la sexta dimensión, es una región mucho más difícil de poder
trabajar.
Aquí en la psiquis es la parte más difícil para nosotros porque no tenemos esa
capacidad de conciencia de decir "voy a penetrar a la psiquis". Lo que sí tenemos
nosotros es la posibilidad de ir conociendo esa psiquis en base a las manifestaciones
que tiene el ego, en todos estos campos de manifestación.
Ahora bien, para profundizar un poco en esas áreas de la psiquis, e ir conociendo
más de nuestro país psicológico, el Maestro nos enseña que hay una parte manifiesta
[61] Curso de Psicoanálisis
en la mente que no le ponemos atención, o sea que no estamos atentos a esos
aspectos, y son aspectos o elementos, yoes, que vienen o afloran de la psiquis.
Por lo regular nosotros siempre le ponemos atención a lo que se manifiesta en la
mente en relación al diario vivir, y eso nos roba la atención, y entonces pasa por la
mente una cantidad de cosas, imágenes sonoras y fotográficas que no les ponemos
atención. Y entonces perdemos la oportunidad de conocernos un poco más
psicológicamente.
Eso lo podemos ver nosotros en lo que se llama las imágenes ensoñativas.
¿Ustedes las conocen, verdad? ¿Saben lo que son las imágenes ensoñativas? Las
imágenes ensoñativas son aquellas imágenes que afloran a la parte consciente...
Volvemos a nuestro gráfico: conciencia y subconsciencia. Tenemos un tres por ciento
de conciencia. Con ese tres por ciento de conciencia se mantiene activos los sentidos,
los centros, la personalidad, se tiene una actividad.
Dice el Venerable que para que el cuerpo vital ingrese al cuerpo físico, porque él
está cubriéndolo está pero no internado en el cuerpo físico, es necesario entrar en
ciertos estados en los cuales no haya una actividad, que haya un receso de una
cantidad de actividad del cuerpo, para que entonces la parte vital ingrese a cada
átomo del cuerpo físico. O sea eso es un fenómeno natural. Pero para ello la
conciencia debe entonces desdoblarse, o la persona debe desdoblarse en su parte
interna y salirse de la influencia del cuerpo físico.
Para que eso se suceda, entonces del subconsciente afloran unas imágenes
sonoras y fotográficas las cuales envuelven ‐llamémosle así‐ o atrapan la parte
consciente y absorben esa conciencia hacia el mundo subjetivo, quedando entonces
totalmente inconsciente la persona y se produce eso que se llama el desdoblamiento
inconsciente.
Pero para que eso se produzca, vienen unas imágenes del subconsciente, invaden
la parte consciente de la mente y se llevan esa conciencia que ha estado libre,
«...en los instantes que anteceden al sueño...»
... exactamente, porque del subconsciente, con estas imágenes llevan la energía
del subconsciente, y con esas imágenes producen ese sopor, ese sueño, que es la
necesidad biológica que el cuerpo emite para tener un reparo en su vitalidad o ser
revitalizado. Por eso es que las personas que sufren de insomnio se van debilitando,
porque el cuerpo físico no puede recibir la energía vital. Es necesario que la persona
entre en ese estado ‐llamémosle de inconsciencia‐ en la parte física para poder hacer
ese trabajo.
Entonces esas imágenes que afloran del subconsciente pertenecen a ese nivel
psíquico, o mundo psíquico, que es desconocido para nosotros. Esas imágenes en su
mayoría nada tienen que ver con lo del diario vivir, así pues que los invitamos a que
pongamos mucha atención a esas horas en que vamos a quedarnos dormidos, porque
allí vienen esas imágenes. ¿De dónde vienen? De la psiquis. Porque son elementos
egoicos, son yoes, y emiten esas imágenes, esos sonidos, esas conversaciones, y sobre
eso se retrae la conciencia y quedamos dormidos.
[62] Curso de Psicoanálisis
Por eso nos dice el Maestro que para desdoblarse conscientemente en astral es
cuestión de vigilar el sueño, dejar que la energía invada el cuerpo mas no así las
imágenes ensoñativas atrapen la conciencia. O sea que es una de las claves del
desdoblamiento astral. Dejar que del subconsciente venga esa energía que produce el
arrobamiento, el sueño, la lasitud, pero no dejar que la conciencia quede atrapada
dentro de las imágenes ensoñativas, sino salir conscientemente, dejar este cuerpo
físico que lo repare el cuerpo vital pero no perder el estado de conciencia. Esa es la
diferencia entre salir consciente y salir inconsciente en astral, pero las fuerzas son las
mismas. Son las tuerzas del subconsciente que invaden la parte consciente.
Ya decíamos ayer que la parte consciente está relacionada con el cerebro, es decir,
todas las actividades conscientes de nosotros son dirigidas por el cerebro, y todas las
actividades inconscientes en la persona son dirigidas por el cerebelo.
Entonces si nosotros le ponemos atención a las imágenes ensoñativas vamos
conociendo parte de lo que se llama la psiquis. Aparte de todo esto que nos aparte las
manifestaciones egoicas, vamos conociendo parte de lo que hay en la psiquis.
La situación que hay en relación a estas manifestaciones que tiene el ego es que
son asociaciones egoicas. Entonces es lo que dice la persona, "pero, ¿cómo sé yo qué
ego es el que se manifestó?" No sabe. De pronto puede identificar algún personaje,
pero no está claro. ¿Por qué? Porque este yo, ese yo que está aquí en la parte
subjetiva ejerce una acción sobre un yo que comienza a manifestarse, y nosotros
solamente vemos el yo que se manifiesta, pero no estamos viendo el yo que está
impulsando a ese elemento por asociación.
¿Qué dice el Maestro? ¿Cuántas actividades nuestras son el resultado de la
envidia? Pero a la envidia no la percibirnos, percibimos al yo que actúa. No sé si me
hago entender. ¿Por qué? Porque el ego de la envidia está aquí en la psiquis, a ese
nivel psíquico, y no se deja ver, lo que vemos son los yoes que son impulsados por el
yo de la envidia, o el resorte secreto de la envidia.
Por eso necesitamos conocer e ingresar, ir ingresando al país psicológico, para
poder entonces hacer ese trabajo, lo que el Maestro llama separar el ego de la psiquis.
Ese es el trabajo que hay qué hacer a nivel de la psiquis, separar el ego de la psiquis. Y
para nosotros separar el ego de la psiquis necesitamos conocer esas asociaciones que
él tiene desde la psiquis con otros yoes que se están manifestando.
PREGUNTAS
Queremos darle la bienvenida a los hermanos que se están integrando a esta
actividad, y anhelando que para todos la luz de nuestro Señor el Cristo ilumine
nuestras conciencias, que la Sabiduría del Sacratísimo Espíritu Santo se exprese en
cada uno de nosotros y que ese Amor del Padre fecunde nuestras conciencias para
poder hacer nuestra obra, hacer nuestro trabajo.
Recordando que dentro de cada uno de nosotros existen esos tres principios que
deben de desarrollarse, deben de auto‐realizarse, y que es precisamente trabajando
con esos tres factores como vamos a lograr nosotros que esos tres átomos comiencen
[63] Curso de Psicoanálisis
su proceso de desarrollo, que logren ir integrándose dentro de ese principio cósmico
universal, para que así podamos gozar de esos atributos del Ser.
De esa forma nos iremos integrando e iremos haciendo nuestra propia obra,
nuestro propio trabajo. Pero recordemos que sin esos tres principios y la gracia que
nos confiere cada uno de ellos no sería posible.
Es necesario que toda actividad que nosotros estemos realizando esté
debidamente impregnada por la característica de cada uno de esos tres principios,
porque necesitamos con urgencia que en cada uno de nosotros se vaya expresando
ese Amor, esa Sabiduría, esa Luz. Y esa Luz del Cristo es la que nos confiere la
comprensión.
Por eso decimos conciencia y luz, comprensión es una facultad de la conciencia.
Sin conciencia no puede haber comprensión, eso es algo fundamental. Es
indispensable que logremos comprender la doctrina.
Vamos a dar paso a preguntas en relación a lo que hasta ahora hemos tratado en
esta mañana, considero que debe haber algunas preguntas, algunas inquietudes, y
entonces pues esperamos que se den a conocer.
«Quería preguntar, Daniel, el yo que está en la psiquis, estando en la psiquis,
¿también tiene mente? Al enviarlos mensajes fotográficos y fonográficos, ¿tiene
también mente, estando en la psiquis?»
Bueno. No podemos nosotros separar lo que es la psiquis, lo que es la mente, de
lo que es ninguno de los cuerpos, porque esta energía psíquica invade, inunda hasta el
mismo cuerpo físico. Esa energía mental también invade, inunda hasta el mismo
cuerpo físico. Y para que ustedes tengan una idea, los centros como el pensante,
motriz, emocional, instintivo y sexual, tienen cuarenta y nueve niveles de la mente. O
sea que ellos se interrelacionen unos con otros esos tipos de energía, y no los
podemos estudiar en una forma independiente.
Y quizás uno trata de ver la mente como algo separado, ¿verdad?, y ver la psiquis
como algo separado, y no es así. Dice el Maestro que se penetran y se compenetran
unos con otros sin confundirse, porque cada uno tiene una vibración específica, como
energía que son.
Entonces lo que estamos viendo, por eso el término campos de manifestación. Por
eso el ego que está como fundamento en la psiquis, vamos a decir, la casa donde él
habita está ahí en la psiquis. Pero él puede actuar en cualquier centro, puede manejar
los sentidos y puede manejar los cuerpos es precisamente porque dentro de esos
cuerpos, dentro de esos sentidos, dentro de esos centros está la psiquis.
Hasta en el mismo cuerpo físico tiene expresión la psiquis. No quisiéramos entrar
en detalles, pero para que ustedes tengan una idea, esa psiquis está relacionada con la
sangre, uno de los aspectos fundamentales de la sangre. Como digo, no es el tema que
vamos a tratar, sino para tener la idea de por qué o cómo el ego puede funcionar o
activar desde el mundo psicológico, cualquiera de los cuerpos, sentidos, centros y la
misma personalidad.
[64] Curso de Psicoanálisis
Hay una pregunta que nos hacían, e inclusive la vimos hoy en el correo, de una
hermana que estuvo en este tipo de trabajos, ella pregunta eso, que cómo hace para
diferenciar la psiquis de la mente, y la mente del cerebro, o del centro pensante. Eso lo
podemos nosotros hacer a través de lo que son los tipos de energía que circulan en el
organismo. La psiquis en si es una energía que tiene su propia vibración, y vibra entre
la quinta y la sexta dimensión. La mente ya es algo concreto ‐llamémosle así por decir‐
como un cuerpo, pero en sí es energía condensada. Un poco más condensada de lo
que es la energía psíquica. Si vemos nosotros ese cuerpo está en la quinta dimensión,
pero ese cuerpo, ese vehículo está íntimamente relacionado con el cerebro pensante,
es como si fuera una fracción de la mente el cerebro pensante. Pero no es que sea un
derivado de la mente, sino que la relación mente‐cerebro es tan estrecha por la
actividad que ejerce.
Dice el Venerable: "la mente no es el cerebro, el cerebro no es la mente". Porque
¿el cerebro dónde está ubicado? En tercera dimensión, ¿verdad? ¿Dónde está ubicada
la mente? En quinta dimensión. O sea que son dos tipos de energía totalmente
diferentes en su vibración. Lo que pasa es que las funciones intelectuales o del centro
pensante son utilizadas por la mente o por el pensador que está en la mente, que
utiliza la facultad que tiene el centro pensante para elaborar el pensamiento. Si
observamos un poco más, específicamente utiliza una capacidad que está en la
glándula pineal, para emitir el pensamiento. Por eso es que la capacidad del
pensamiento, la potencia del pensamiento depende de la potencia de la glándula
pineal. Pero el pensador es la mente, está en la mente.
Entonces encontramos una gran diferencia si lo miramos desde el punto de vista
energético, y la ubicación como energía en los diferentes mundos en los cuales se
desarrolla esa energía, o se manifiesta. Comprendiendo esto nos damos cuenta que
esta mente como energía penetra y compenetra los centros y hace uso de esos centros
el personal que está en la mente, que en este caso es el yo psicológico. ¿Qué otra
pregunta tienen como para hacer? A ver.
«Nosotros, si recibimos las impresiones como un hidrógeno 48, puede que se
convierta en 24 o en 96, pero nosotros esa rectitud que tenemos para transformar
impresiones, en este tiempo que necesitamos, no puede llegar a ser... ¿qué tiempo más
para ser 96, o ya se nos...»
No hay lapso de tiempo. Ese tiempo es relativo, en relación al interés que
despierte el tipo de impresión, al impacto que produzca la impresión en nosotros.
Porque si la impresión no ejerce, no produce un impacto que nos mueva, que nos
llame, pues ese proceso va a ser muy lento. Entonces depende del tipo de impresión, y
depende del estado de conciencia de la persona para poder hacer ese trabajo de trans‐
formación. ¿Qué otra pregunta?
«Yo quería preguntar: el Maestro Samael dice que el ego no puede ser eliminado si
no ha sido comprendido en todos los niveles de la mente. Ahora, ¿cómo puede saber
uno en qué momento ha comprendido cuántos niveles... ?»
Bueno. Ese siempre ha sido el rompecabezas de el estudiante gnóstico. ¿Cómo
comprender el ego en los diferentes niveles de la mente? Porque esa es la exigencia,
[65] Curso de Psicoanálisis
¿verdad? La madre dice: "eliminaré cualquier defecto previamente comprendido en
todos los niveles de la mente". Nosotros tenemos que ser muy realistas, como dice el
Maestro poner los pies en el suelo, en la tierra. Eso quiere decir que no seamos
soñadores, que no dejemos volar la imaginación, y sobre todo que no nos dejemos
llevar por ese condicionamiento que hace el ego en nosotros, que siempre nos coloca
obstáculos.
Esos cuarenta y nueve niveles de la mente sólo los puede conocer, los puede ver o
estudiar un hombre despierto, que tenga ya esa conciencia despierta y pueda moverse
conscientemente en ese mundo de la mente. Como eso no es posible para nosotros
entonces no rajemos la cabeza con los cuarenta y nueve niveles, porque sí hay alguien
que lo puede hacer y se llama la Madre Divina. Ella sí puede penetrar a los cuarenta y
nueve niveles de la mente y ejecutar ese trabajo de desintegración.
Lo que nos corresponde a nosotros sería la comprensión, ¿verdad? La
comprensión, yo les colocaba ayer la anécdota de ese personaje del cigarrillo, ese yo, y
si estuvimos un poco atentos a la anécdota, allí pudimos comprender que todo trabajo
que uno realice acá, me refiero en este estado de conciencia, toda actividad que uno
realice, en este caso reflexión, análisis reflexivo, análisis superlativo, sobre el elemento
va repercutiendo de nivel en nivel.
Por eso yo les decía en la anécdota, que ya allá en lo interno, frente a ese
personaje, también hacíamos reflexiones y decía "si yo no debo de fumar por esto,
esto, esto y esto".
Para mí eso fue una vivencia, pero ¿dónde hacía yo mis reflexiones? Aquí,
retomando un material, una información que está a mi alcance, y eso repercutía, o va
repercutiendo, en la parte interna de la persona.
Eso quiere decir que el trabajo que uno realiza acá en este primer nivel, se
comienza a procesar en los diferentes niveles, porque la conciencia penetra y
compenetra los siete planos, esos siete universos, por ende puede penetrar al mundo
de la mente.
Esa comprensión se va haciendo tan elástica como lo es la conciencia, y a mayor
nivel o alcance de esa conciencia, mayor es el nivel de comprensión. Es la lógica,
¿verdad? Entonces esos niveles de comprensión llegarán a esos niveles mentales de
acuerdo a eso, a la intensidad y a la frecuencia de discernimiento, de reflexión, de
trabajo que hagamos acá, con este primer nivel de conciencia que es el nivel
intelectual. Esa comprensión llegará a esos niveles de la mente de acuerdo a esa
capacidad de conciencia que esté despierta, activa, e irá entrando y profundizando
dentro de esos niveles.
Esa es la razón por la cual siempre tenemos que empeñarnos o dedicarnos a
acrecentar nuestro nivel de conciencia, porque lo necesitamos con urgencia, esto es
fundamental.
Entonces les digo, apreciados hermanos, no nos preocupemos por los niveles de la
mente, ni en la comprensión ni en la eliminación menos, porque la eliminación la hace
la Madre, ella tiene acceso, puede penetrar a esos niveles, ella conoce a esos niveles. Y
[66] Curso de Psicoanálisis
en relación a la comprensión lo podemos hacer aquí, y comienza a expandirse esa
comprensión en esos diferentes niveles.
«[pregunta inaudible]»
Le entiendo que el ego se esté manifestando y no se lo pueda quitar de encima,
¿sí?, a pesar de que lo está viendo, o lo está percibiendo. Con unos sí puede y con
otros no. Bueno. Pues eso depende de la intensidad, de la fuerza con que el ego actúa.
Y depende de la capacidad o el porcentaje de voluntad que uno tenga para enfrentar
el elemento. Van dos aspectos, ¿verdad? Un tercer aspecto depende del nivel de
comprensión que usted tenga sobre el elemento. Si usted ha hecho unos trabajos
profundos sobre un yo, cuando ese elemento se manifieste va a tener capacidad,
dominio, y poder evitar la manifestación de ese yo. Más un yo que usted nunca haya
trabajado, pues no se lo va a poder quitar de encima, porque no tiene la comprensión
necesaria.
Entonces son varios factores los que determinan el por qué en un momento dado
no podemos evitar la manifestación de un yo a pesar de que lo estamos percibiendo y
que quizás lo hemos identificado. Entonces no basta con identificar el personaje, hay
que estar en capacidad de evitar la manifestación del mismo. Entonces ya entrarían
esos elementos: voluntad, comprensión que uno tenga sobre ese elemento.
Voy a hablar de lo que explicaba con respecto a la transformación de las
impresiones. Me gustaría saber, por favor, si puede explicar sobre la transformación
en forma automática, o sea en el instante, ¿cómo es que se hace?
Bueno. Dice el Venerable que sólo puede transformar impresiones un Maestro
con conciencia despierta. Nosotros estamos en gran desventaja con respecto a ese
hecho, porque queremos enfrentar una impresión, un evento con un porcentaje de
conciencia muy residual que es ese tres por ciento, por lo tanto la capacidad de
transformación, de comprensión para transformar la impresión, es muy poca.
Entonces no podemos transformarla instantáneamente, en una forma natural,
espontánea, llamémosle.
Entonces nos toca recurrir a eso que se llama la meditación, para hacer entonces
un estudio, un trabajo que se conoce como el descubrimiento, enjuiciamiento y
eliminación, que son tres pasos obligatorios que hay que dar, ya sea para transformar
una impresión o ya sea para eliminar un yo.
Es por eso, porque la conciencia es muy residual. Lo segundo es porque la
conciencia no permanece, no está ubicada en el lugar que debe de estar, que es entre
las impresiones y la mente. Nosotros podemos ubicarla por una fracción de segundo, o
un segundo, ¿verdad? Pero resulta que basta un descuido y enseguida perdemos ese
nivel de conciencia, entonces no podemos transformar instantáneamente las im‐
presiones.
El impacto que produce la impresión en nosotros hace esa reacción psicológica,
que es tan fuerte que no da opción a la persona o lograr transformarla. Por esa razón
entonces tenemos que utilizar el procedimiento que nos enseña el Maestro a través de
la técnica de la meditación. Ya estaremos explicando más a fondo esto de la
[
[67] Curso d
de Psicoanálisis
meditación, o el
e trabajo sobre la meeditación qu
ue se realizza ya sea p
para transfo
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más compreensivo frentte a los eventos de la vvida y por eende se ubica en otro nivel.
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Así es. Porqque si vemo os, cada cen
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es el
que rige o gobieerna la actiividad de caada centro. Entonces eese centro pensante tiene
ese áátomo inteligente del SSer, y ese es el átomo que debe d de entrar enn actividad ppara
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bajo, y él se va nutriend
do, se va alimentando,, se va fortifficando con
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luz‐conciencia que
q le estam mos impreegnando a través, de un trabajo
o que estamos
hacieendo.
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ÓN
«[[pregunta ina
audible]»
No
o. La ubicacción a que n
nos referim
mos es una integración con el Ser..
S
Siete dime nsiones. Sieete cuerpoos. En el mu
undo átmico encontramos entoncces la
ubicaación del Seer, el Íntimo
o. De ese sol se desprrende ento
onces esa luz que deb be de
iluminar a cadaa uno de esstos cuerpos: átmico, b búddhíco, m
manas, mennte, astral, vvital y
físico
o.
[68] Curso de Psicoanálisis
Aquí tenemos el mundo causal, cuerpo causal, pero que en sí es el mundo de el
alma humana. Hasta este lugar no hay problema, no hay dificultad, está recibiendo la
luz del Ser. Está recibiendo ese alimento fundamental. El problema lo tenemos de la
mente hacia abajo, pero aquí no pensemos que esos cuerpos están ubicados así corno
lo hemos hecho en este diagrama, no. Ellos se penetran, se compenetran unos con
otros, cada quien en su nivel vibratorio.
Entonces esa esencia o conciencia que emana de acá como una chispa queda
atrapada en lo que es el mundo del cuerpo mental, astral, vital y físico, o físico‐vital.
Toda interferencia que haga el ego, o manifestación que tenga el ego a nivel de la mente
bloquea, cierra el paso de esa luz‐conciencia hacía estos cuerpos y por ende a esos
sentidos, a esos centros. Porque recordemos que los centros los conseguimos acá, en
la parte física, ¿verdad?
Entonces, la actividad, el sólo hecho de que esa esencia‐conciencia tenga que
estar dirigiendo los procesos mentales, o las actividades de un cuerpo llamado mente,
de un cuerpo llamado astral, de un cuerpo vital y un cuerpo físico, eso le resta
iluminación. O sea capacidad, potencia.
Si esas manifestaciones o actividades que tiene en esos cuerpos el ego hace
entonces que esa conciencia pierda el control de esos cuerpos y de cada una de sus
funciones, de cada uno de sus cuerpos, sentidos, y a eso le agregamos otro cuerpo
que es el de la falsa personalidad, que es energético, pero vamos a ver hasta ahí.
¿Qué es ubicarse? ¿Qué es la ubicación? Esa ubicación consiste en no permitir que
esa esencia, que esa luz‐conciencia sea desplazada de ese lugar que le corresponde
para poder dirigir, manejar, gobernar esos cuerpos y sus respectivos centros, sentidos,
poderes, facultades, etc.
Si nosotros logramos que el ego se haga pasivo en esos centros, en esos sentidos,
en esos cuerpos, esa conciencia vuelve a ubicarse y recibe esa luz del Ser. Eso es
ubicarse. Permitir que la luz del Ser, a través de esa conciencia, llegue a toda esta
creación.
Como les digo, eso no es posible sino en fracciones de segundo o por muy corto
tiempo, porque basta un pensamiento, basta una idea, basta una imagen aquí en la
mente, y se rompió ese vínculo, se pierde.
Vamos a suponer que la persona está ahí conectado. Pero si nosotros le damos
rienda suelta a los deseos, o que se gesten los deseos, que ya sabemos cómo se
gestan, ¿verdad?, a través de una impresión no transformada, ¿qué cuerpo se ve
desequilibrado? El cuerpo astral, por eso se llama cuerpo de deseos, porque
justamente allí es donde actúa o tiene una incidencia esa impresión no transformada.
Porque allí el ego, a través de ese cuerpo, es que va a satisfacer esos deseos.
Por eso decíamos que eso de que “yo no me identifico”, que "puedo ver lo que
quiera" no es así. Entonces en psicología eso no cabe. Porque esa impresión, ese
deseo, tarde que temprano el ego lo satisface. No en la parte física, pero sí en el
mundo astral. Entonces ese deseo impacta, desubicando a ese vehículo, a esa esencia
o conciencia que debe estar dirigiendo a ese vehículo.
Si a eso le sumamos, a esas interferencias le sumamos las reacciones psicológicas
en los centros... El centro emocional se relaciona en una forma directa con el astral,
[69] Curso de Psicoanálisis
¿verdad? ¿y el sentido...? ...del oído. Por eso es que la mayoría de las prácticas que da
el Maestro para salir en astral tienen que ver mucho con el sonido: el sonido del grillo,
el sonido de las celdillas del cerebro, el mantram... Entonces nos damos cuenta que
tanto sentido como centro está íntimamente relacionado con ese vehículo astral.
Si vemos la mente está relacionada con el centro pensante, sentido de la vista.
Entonces sí nosotros no manejamos, no educamos esa vista, y no le ponemos ese
cuidado al centro pensante, ¿cómo vamos a pensar nosotros que vamos a tener un
dominio de la mente? Imposible.
Vayan ustedes agarrando puntos, enlazando ahí, porque es necesario ir
comprendiendo esto para nuestro trabajo.
De tal manera que en eso de la ubicación juega un papel importante el manejo de
esa personalidad, de esos sentidos, de esos centros y de esos cuerpos. Por eso dice el
Venerable Maestro Samael: "cuando la personalidad, los sentidos, los centros y la
mente se hacen pasivos para el ego, la conciencia se hace activa, y es iluminada por el
Ser".
Miren las ventajas que tenemos si nos sabemos ubicar. El hermano Settembrino,
él nos hacía reflexionar en algo que es lógico. El dice que si nosotros mantenemos el
estado de recuerdo de sí, ¿cómo vamos a sentir cansancio? Ni siquiera muscular. ¿Es
así? ¿Por qué? Porque cuando uno coloca la conciencia, la ubica, en este caso en el
centro motor, ese cuerpo se mantiene relajado, no se mantiene tenso. Sigan tomando
apuntes. Ahí está uno de los aspectos importantes de cómo relajar el cuerpo físico:
Sintamos nuestro cuerpo, simplemente ubiquemos la conciencia en ese centro motor,
y eso produce ese relajamiento.
Uno se mantiene tenso porque no está consciente de su centro motor, no está
consciente de su cuerpo físico. Por eso está tenso, y produce cansancio, fatiga, aunque
esté sentado, ¿verdad? Es por eso, porque no nos hacemos conscientes de nuestro
propio cuerpo, de nuestros centros.
Bien, entonces esto queda comprendido. ¿Qué es la ubicación? Es permitir que la
luz del Ser ilumine su propia creación, que la conciencia reciba esa luz del Ser, en otras
palabras: que haya esa integración.
«Daniel, una persona, por ejemplo nosotros, cuando está ubicada, como vos decís
alineada con los cuerpos y todo eso, ¿no estaría en capacidad de transformar una
impresión?»
Claro. Si la impresión no es fuerte, no es violenta, pero si nosotros vemos estas
impresiones son suaves, ¿verdad? Podemos garantizarnos que son impresiones que
están a un hidrógeno 48, son impresiones que no son violentas, por ende pueden ser
retomadas en la conciencia y poder irlas transformando. Pero esas impresiones que
uno recibe que son violentas agresivas... ‐no agresivas desde el punto de vista físico,
material, no agresivas solamente a un cuerpo físico sino agresivas al estado psicológico
nuestro‐ basta una impresión de esas fuertes y de inmediato se pierde esa alineación.
[70] Curso de Psicoanálisis
¿Por qué? Porque esa impresión impacta en la mente de una forma muy fuerte y
el ego surge como reacción a esa impresión. A no ser que la persona tenga un nivel... O
¿por qué? Pongámoslo así: ¿por qué solamente un Maestro con conciencia despierta
puede transformar instantáneamente? Uno, por la capacidad que tiene de conciencia.
Segundo, porque ya no hay esos agregados psíquicos que transformaban frente a esas
impresiones. Entonces ahí está el por qué de eso de que sólo un Maestro con
conciencia plenamente despierta puede transformar las impresiones,: Porque lo uno,
ya no hay esa cantidad de yoes que afloran al recibir esos impactos. Ya hay una
capacidad de conciencia permanente, es decir ya hay más permanencia de esa
conciencia en esos cuerpos, en esos sentidos, en esos centros, y por ende la impresión
no desubica a la persona.
Es que son las impresiones las que nos desubican a nosotros. Ese es el caso, que al
no tener esa capacidad de transformación, nos desubican esas impresiones.
«Quería hacer una pregunta: Usted recién habló que el nivel del Ser depende del
nivel de conciencia, y dio el caso de una persona que tiene diez por ciento de
conciencia, y entonces es más comprensivo si se establece en ese nive. Ahora, nos ha
influido, tiene mucha incidencia, de ese tres por ciento cuánto uno está utilizando,
¿Cómo se concatena eso con lo que usted acaba de decir?»
Bueno. ¿Por qué mejora, o por qué eleva su nivel del Ser? Porque si yo digo que
una persona alcanza el diez por ciento, para tener ese diez por ciento, debe de haber
eliminado previamente determinados agregados psíquicos. Al no tener esos agregados
psíquicos, entonces ya no comete una serie de errores. Por lo tanto su nivel ha
ascendido.
En relación a qué porcentaje o qué nivel de conciencia utiliza la persona, la
conciencia no la podemos transformar en decir que de ese tres por ciento solamente
utilizamos un uno, porque la conciencia es conciencia y ella está presente, porque ella
está libre. Entonces no podemos en un momento dado decir que estamos utilizando
simplemente un tres o un cuatro de un diez que tenemos libre. No. Simplemente actúa
ese porcentaje que está libre, en una forma completa.
«Pero, ayer hablábamos que uno podía tener un diez por ciento de conciencia pero
no la tenía en disponibilidad, o sea no la tenía en el lugar que debía estar para […], o
sea que la podía tener pero la tenía por otro lado.»
Claro. Así es. Pero no quiere decir que se le quede el tres y que el siete se le fue,
no. Perdió todo, porque ‐vuelvo y digo, con este gráfico‐ este puede ser el tres o puede
ser el diez. Pero cuando estas fuerzas del subconsciente que es el yo, invaden esto, ¿en
qué quedó la persona? En cero. Cero conciencia. ¿Por qué? Porque está invadido, fue
sacado.
«O sea que con un ataque de ira, puede tener el veinte por ciento pero no tiene
nada.»
Claro. Una persona puede tener un veinte por ciento de conciencia despierta,
libre, pero esa persona a pesar de tener ese veinte por ciento puede cometer la misma
acción bajo el efecto hipnótico de un yo de ira, como la puede cometer el que tiene
[71] Curso de Psicoanálisis
tres. ¿Por qué? Porque se dejó desplazar, se dejó invadir la parte consciente, y
entonces la máquina quedó ¿en manos de quién? De un yo que está a tantas leyes, y
puede cometer errores.
Por eso dice el Maestro: la conciencia hay que despertarla y hay que mantenerla
en revolución, en acción, ejercer la conciencia, para que entonces haya ese dinamismo,
esa acción, y no venga ese problema de que sea desplazada fácilmente por las
manifestaciones del yo.
¿Cómo entra en acción esa conciencia? Pues con la clave SOL, ¿verdad? La clave
SOL es una de las claves maravillosas con las cuales ejercemos nuestro nivel de
conciencia. La persona que logre permanecer en la clave SOL logra hacer que esa
conciencia se mantenga activa, dinámica,
Dice el Venerable, como para un ejemplo, por eso vuelvo y digo, que en esto de la
psicología, y en esto de hablar de la conciencia, si uno no está atento se puede perder
en el laberinto de los conceptos y de las opiniones. El Venerable nos hace una pre‐
gunta, dice: "¿creen ustedes que solamente tenemos un tres por ciento de conciencia
en este momento?",
Claro, porque uno ve la persona que está allá, que no tiene el conocimiento
gnóstico. En un momento dado de su vida está un tres por ciento de conciencia. ¿Por
qué no viene aquí si tiene ese tres por ciento? Y con ese tres por ciento trabaja, actúa.
Eso nos muestra el Maestro que el hecho de estar nosotros acá, sostenernos acá, de
dejar muchas cosas de hacer, eso nos muestra que ya hemos pasado de ese tres por
ciento de conciencia a otros niveles de conciencia. Reflexionen. Mas sin embargo
nosotros no lo notamos, no nos damos cuenta de eso. ¿Por qué? Porque no hacemos
algo que se llama balance de la conciencia. Un balance de la conciencia.
Si nosotros hiciéramos un balance de la conciencia nos daríamos cuenta que para
estar aquí y sostenernos dentro de la enseñanza gnóstica se necesita algo más que un
tres por ciento de conciencia. El hecho de poder nosotros eliminar ciertos hábitos,
vicios, costumbres, eso nos indica que ya hay cierto porcentaje de conciencia
adquirido o rescatado del ego. ¿O no es así?
Si hemos hablado de la personalidad, en el sentido de que no hay que reprimir
egos, porque no es el trabajo en sí, no estarnos diciendo que no se hayan liberado
partículas de conciencia. Se han liberado. ¿Adonde esas partículas? Se adhieren a ese
resto de conciencia que hay libre en nosotros. Pero ¿qué sucede? Esa conciencia es
vulnerable si no se integra con el Ser, con la luz del Ser, es decir, sí no es fecundada por
la luz del Ser. Entonces esa conciencia que se libera, que esta´ahí, puede ser atrapada.
Yo les coloco un ejemplo para que comprendamos un poco esto de la conciencia y
el por qué el ego atrapa conciencia. Si nosotros tenemos esta agua en ese vaso, eso es
un nivel de conciencia. Si introducimos elementos como esta tiza, o una esponja,
dentro de esa agua, nos absorbe conciencia, ¿verdad? Pero el hecho de que esté
dentro de esa tiza, o de esa esponja, ¿no deja de ser agua, verdad? Sigue siendo agua.
Y si yo exprimo esa esponja, voy a soltar el agua, ¿verdad? Sigue siendo agua.
[72] Curso de Psicoanálisis
Entre más elementos ingresen a ese vaso de agua, más agua van absorbiendo. Si
yo saco elementos y los exprimo, va aumentando ese caudal de agua libre, Y la puedo
utilizar.
Les pongo otro ejemplo: Este salón es nuestro mundo de conciencia. Hablemos de
mundo, planos, niveles... Científicamente se sabe, y por experimentos físicos, se sabe
que la luz ‐vamos a comparar o a ver luz = conciencia— este salón está iluminado.
Ustedes pueden hacer un ejercicio muy práctico. Antes de ingresar al salón todos,
ustedes pudieron observar que este salón estaba más iluminado, ¿o no? Así es,
¿verdad? Se reflejaba más la luz. Pero ahora está más atenuada esa luz.
¿Por qué? Porque nosotros nos absorbemos la luz que está en este campo, en este
salón.
Está demostrado también científicamente que entre más oscuro sea el color, más
luz absorbe. Ustedes también lo pueden notar. Cuando esté calentando el sol y
ustedes se ponen una prenda, un vestido oscuro, negro, van a sentir más calor,
¿verdad?, porque absorbe más. En cambio una prenda de color blanco se siente fresca.
¿Por qué? Porque no absorbe ese mismo potencial de energía. Ahora imaginemos
nosotros ese campo luz en donde empieza a ingresar una serie de elementos llamados
impresiones, Entre más oscuras, o sea entre más violentas o más agresivas, más
densas sean las impresiones, mayor conciencia absorben.
Entonces si nosotros liberamos un porcentaje de conciencia. Vamos a decir,
dejamos este campíto aquí libre, pero sigue entrando y entrando personal, llegará el
momento que esto también será invadido, ¿verdad? Y entonces esta luz que está más
libre aquí quedaría atrapada también. Entonces esa conciencia sería atrapada
nuevamente por elementos que nosotros estamos ingresando pero que no
transformamos.
Ahora, téngase en cuenta que la imagen, o la forma de la impresión, ella queda. Lo
que hay que extraer es lo que ella tiene de nosotros. En el ejemplo que les coloco, a
nosotros lo que nos interesa recuperar es el agua que está dentro de la esponjilla.,
¿verdad? Nosotros no podemos desechar esa esponjilla teniendo el agua. Por eso la
Madre no puede desintegrar ningún defecto que aún esté la conciencia ahí. Porque
ella no nos va a lanzar al infierno, porque lo que se busca es el rescate de esa esencia,
de esa conciencia.
Entonces esa conciencia hay que fundirla, hay que integrarla con la luz del Ser, que
es lo que estábamos planteando aquí. Y entonces, en esas condiciones, no es
vulnerable ante el ego. Pero si no la fecundamos con la luz del Ser se hace vulnerable.
Bueno, ¿por acá qué otras preguntas hay?
«Cuando vos hablabas de que, por ejemplo en el caso de la personalidad, que se
desprendían partículas de conciencia. En cambio uno, sea a través de una disciplina
que haya, que deje un vicio... ¿se desprenden esas partículas de conciencia o tiene que
existir comprensión ?»
Comprensión, necesariamente. Por eso les decía que no podemos decir que
vamos a desintegrar la falsa personalidad, sí antes no entramos en profundas
[73] Curso de Psicoanálisis
reflexiones para llegar a la comprensión y poder extraer de esa falsa personalidad los
valores conscientívos que le hemos depositado a aquello, a esos conocimientos.
Por eso es que uno defiende un ideal, defiende una idea, defiende un motivo,
defiende una razón. Porque dentro de eso existe conciencia. Porque hay algo nuestro
ahí, por eso lo defendemos. Estamos aferrados a eso.
Entonces hay que tener en cuenta, si el Maestro nos dice que le tenemos
conciencia metida al carro, a la casa, no es a esa casa de cuatro paredes, es la forma
mental que tenemos de esa casa la que atrapó conciencia. No son las paredes físicas
de la casa. Es la forma mental que nosotros tenemos de esa casa, porque son
impresiones, y eso es lo que nos tiene atrapada la conciencia.
Pero, ¿cuál es la casa que hay que desintegrar? La que tenemos aquí [adentro] no
la que tenemos allá. Porque allá podemos romper esa casa, volverla arena, pero aquí
sigue el problema, Porque la conciencia está enfrascada aquí, en la que está en
nuestra mente, no en esa física. De esa física solamente tenemos una impresión, que
es lo real para nosotros, las impresiones.
El TRABAJO CON LA PSIQUIS
(Continuación)
Bueno, vamos entonces a continuar en una forma más directa con este trabajo.
Ya hicimos el análisis hasta la mente, ¿verdad? Estamos trabajando con el aspecto
psíquico.
Decíamos entonces que una forma de ir penetrando un poco más a la psiquis es
estudiando las imágenes ensoñativas, Ahí nos encontramos con aspectos psicológicos
que no están en el diario vivir
También se sucede un fenómeno cuando intentamos meditar, cuando queremos
producir un silencio mental. Allí nos vamos a encontrar nosotros también con una
serie de imágenes, de charlas, que nada tienen que ver con lo que nos está sucediendo
en el diario vivir.
Entonces hay que retomar eso que pasa desapercibido en la mente, porque
también son expresiones o manifestaciones de la psiquis. O sea que no solamente se
presentan esas imágenes en el momento del descanso o querer dormir, sino también
en el diario vivir hay momentos ‐que ustedes puede detectarlos‐ en que aparece una
serie de pensamientos, de sentimientos, que no son del diario vivir.
El Maestro pone un ejemplo muy claro. Él dice: un conductor de un coche, va por
la calle y de pronto se le atraviesa una persona o un animal. Siente o percibe, si es que
está atento, ‐vuelvo y digo, si es que está atento, y si no está atento es una sensación
inconsciente‐ en que intenta tirarle el coche a esa persona, o ese animal, porque se
siente incómodo porque no le da paso, ¿verdad? Y quiere atropellarlo.
[74] Curso de Psicoanálisis
Eso no es común. O sea, eso no es lo del diario vivir en la persona. Mas sin
embargo se presentó. ¿Eso qué es? Un yo asesino actuando en el centro instintivo y
actuando en el centro motor, y la persona puede decir que no tiene el yo asesino,
porque dice: "yo no he matado a nadie, yo no he atentado, contra nadie con una
pistola, o con una agresión". Pero el sólo hecho de tener ese instinto de querer
atropellar, ya indica que en la psiquis de esa persona sí existe ese elemento, aunque
después diga "fue por asustarlo", ¿verdad?
«¿El mismo tratamiento se sucede en los sueños?»
Ahí está. Claro, que ya en el sueño, ya sabemos que soñarse matando gente es
matar egos, ¿no? Entonces no nos podemos meter mucho con el sueño porque habría
que diferenciar si es una enseñanza o simplemente es la acción de un yo asesino.
Entonces ahí se nos dificulta. Mas aquí en el mundo físico lo podemos detectar.
¿Cuántas ideas, cuántos pensamientos se pasan en nosotros como esos, que
provienen de yoes asesinos, que provienen de yoes de prostitución, que provienen de
yoes de quién sabe cuántas cosas? Pero que, ahí cómo dicen las viejitas, dicen los
abuelos, apenas se les venía un pensamiento de esos decían "Dios me libre". Porque
no era normal, no era cotidiano eso de que se les presentara un pensamiento de
agresión, por ejemplo, hacia una persona, hacia un semejante, y entonces eso es un
escándalo para esa persona. Hoy no. Hoy día parece eso normal, ¿Por qué? Porque lo
ve en la televisión, lo ve en las películas, y lo ve en la calle.
Entonces, simplemente, como ya esas impresiones han ingresado en nosotros, ya
no existe ese asombro por tener esa clase de pensamientos, porque ya está siendo
alimentado ese elemento en nosotros,
Entonces, no causa ese impacto de ese tipo: "¿qué pensamiento tengo yo?" Sino
que le parece algo normal, porque, si lo hacen Raimundo y todo el mundo, es normal,
y se escuda dentro de una cantidad de aspectos psicológicos, como por ejemplo
dentro del sistema o los sistemas: mi patria. Y cuántas personas matan a otros por eso
que se llama patria. Ese es el sistema, y la psicología que le inyectan a ese soldado es
que está defendiendo a eso que llaman patria. Y mata, viola ese quinto mandamiento:
no matar. Más sin embargo para él está cumpliendo con un deber. Ese es el sistema.
Entonces nos damos cuenta que los sistemas para nosotros los que aspiramos a
hacer una integración con el Ser son totalmente opuestos, por ello no podemos
nosotros seguir siendo manejados por los sistemas.
Entonces nos enredarnos dentro de ciertos aspectos quizás para no afectar el
rompimiento con los sistemas. De tal manera que en la vida diaria, si nosotros estamos
atentos, nos vamos dando cuenta de una cantidad de elementos físicos que afloran
espontáneamente, y que no nos damos cuenta, que no le ponemos la atención
necesaria.
[75] Curso de Psicoanálisis
Dice entonces el Maestro que es necesario hacernos atentos a eso que pasa de
inatento en la mente, en nosotros, para ir conociendo aún más nuestra psiquis.
Bueno. Viene un aspecto muy importante para ir conociendo esa psiquis, y es en
el momento en que se presenta el evento. Psiquis, mente. El yo está en la psiquis,
¿verdad? Por eso se llama agregado psíquico, porque está en la psiquis.
Para ese yo manifestarse y manejar la máquina orgánica, entonces tiene que salir
de la psiquis. ¿Es así? Al salir de la psiquis abre un canal, porque tiene que pasar o salir
de ese nivel psíquico y meterse al nivel de la mente. Por lo tanto abre un canal, dice el
Maestro Lakhsmi, o un túnel que comunica la mente con la psiquis, y es precisamente
por donde el yo sale de ese mundo psíquico y pasa a la mente, como primer campo de
manifestación.
Claro, ese es un trabajo muy exigente, es decir, tendríamos que estar bastante
prácticos para poder entonces hacer unos estudios de esa psiquis en el momento en
que el agregado se manifiesta. Porque al abrir este espacio, tenemos la oportunidad
de percibir otros yoes que están ahí en la psiquis, pero que ellos no salen, sirven de
apoyo al yo que sale, y son las famosas asociaciones psicológicas o yoes impulsores,
que sostienen o que mantienen la actividad de otro yo.
Como digo, ese trabajo de psicoanálisis nos lleva a esa raíz, a ese origen de
manifestación y de existencia del yo. Porque detrás de un yo que se está manifestando
hay otros elementos que aunque no los estemos viendo en manifestación, ellos están
actuando, desde el país psicológico. Como decíamos ayer, en relación a los mensajes
subliminales. Ellos actúan desde la psiquis, pero no los vemos, no los percibimos, sim‐
plemente acatarnos la orden.
Eso pasa con el ego, de ese mundo psicológico se recibe esa influencia, pero no
percibimos esos elementos. Percibimos el yo que sale a actuar ya al menos en este
primer campo de manifestación.
Ahí está entonces la capacidad de la persona, o pone en juego su capacidad de
conciencia, para en el momento en que se presente el evento, o que el yo se
manifiesta, no perder el estado de conciencia para poder entonces ver lo que acompa‐
ña a ese elemento, ya que se hace visible a la conciencia.
Me explico: este es el nivel de conciencia, ¿verdad? ¿Qué hay que hacer?
Proyectar esa luz‐conciencia hacia esas primeras áreas psicológicas. Pero como así en
las imágenes ensoñativas no hay que dejar que se traguen la conciencia, esa luz, así
también cuando viene la manifestación del yo no hay que dejar que ese yo se absorba
esa conciencia que debe de estar aquí, en este nivel de la mente, no dejarla absorber
para con esa luz ver estos niveles psíquicos que están ahí y que se abren gracias a la
manifestación de ese yo.
Ese es el otro sistema o la otra forma de nosotros ir avanzando en eso del
conocimiento, o conocer, o estudiar, o explorar nuestra psiquis, y es en el
momento en que el ego se manifiesta. Pero es el aspecto más difícil, porque si
dejamos que la conciencia se desplace por la manifestación de ese yo, perdernos la
oportunidad de conocer otras áreas de nuestra psiquis.
[76] Curso de Psicoanálisis
Quizás es el método o la forma más difícil, pero es la que más nos abre espacio
para conocer nuestra psiquis, ese sistema. Aquí ustedes comprenderán también
una didáctica, no sé si ustedes la conocen, que da el Venerable Maestro Lakhsmi ‐
pero yo la considero una didáctica no para principiantes, sino para adeptos ‐y es
que cuando el yo psicológico sale de su cueva, de sus cámaras‐vuelvo y les
recuerdo, psiquis y mente están íntimamente relacionadas, se penetran y se
compenetran‐. Entonces esas cámaras del subconsciente, que son de la mente, allí
encontramos esos aspectos psíquicos. Entonces dice el Maestro: cuando el yo sale
de esas cámaras, y se presenta acá en la pantalla de la mente nosotros podemos
retomar este elemento y hacer que comience a morir en su propia energía, en su
propio elemento.
Pero, ese ya es un trabajo superior, en el trabajo de la muerte psicológica.
Para ello tendríamos que tener una capacidad de conciencia en la cual nosotros no
dejarnos que el ego haga lo que quiera, mas sin embargo lo estamos viendo, lo
estamos percibiendo, y dejamos que se ahogue en su propio elemento.
El Maestro nos ponía un ejemplo, un caso. Nos decía: vamos a suponer que
este es nuestra mente, este salón. Ese personaje que viene de la psiquis entra por
esa puerta. El hecho es que si nosotros estamos aquí ubicados en nuestro nivel de
conciencia ese yo no nos asusta, ¿verdad? Vamos a imaginar que ese es un
monstruo, porque lo es, y que nosotros somos esos niñitos que debido a los
cuentos de monstruos y de quimeras, le tenemos miedo, entonces si nosotros nos
escondemos debajo de la mesa no podemos ver ese personaje. Entonces dice el
Maestro que si nosotros tenemos la capacidad de sostenernos en ese nivel de
conciencia, ver el personaje, no sacarlo, pero tampoco dejar que haga lo que
quiera, entonces dice, ese es el seguimiento que uno le tiene que hacer al ego para
conocer más de cerca ese personaje.
Como no lo deja que haga lo que él quiera, entonces muere en su propio
elemento. Pero recordemos que para la muerte del ego tiene que haber un paso
fundamental que se llama la comprensión. O sea que no podemos violar eso, la
comprensión previa del elemento. Eso quiere decir que ese trabajo lo podernos
hacer nosotros con los yoes que ya estamos trabajando y sobre los cuales
tenemos ciertos niveles de comprensión. O de lo contrario no es posible,
porque sin comprensión no hay nada que hacer.
[77] Curso de Psicoanálisis
Ese fenómeno, o ese trabajo, nos abre las puertas, nos abre ese túnel, ese espacio
psicológico en el cual nosotros podemos hacer unos estudios más profundos de lo que
es la psiquis.
Quizás es el punto más delicado para poderlo interpretar y también explicar,
desde luego, de este trabajo sobre el estudio sobre la psiquis.
Así, en esa forma entonces estamos cumpliendo con un trabajo integral,
trabajando desde la personalidad hasta la psiquis. Haciendo ese trabajo integral,
entonces el ego no se va robusteciendo, el ego no se va reprimiendo, porque le
estamos quitando el alimento en todos los niveles.
Haciendo este trabajo integral nosotros vamos teniendo una comprensión
también integral del elemento, y por ende el trabajo de muerte psicológica se va
realizando en una forma más profunda. Porque para penetrar, como ustedes ven, para
penetrar por ejemplo ya a los centros, necesitamos de la meditación. Para penetrar al
nivel de la mente, la meditación. Para penetrar a la psiquis, la meditación.
Entonces nos vemos en esa terrible obligación de aprender a meditar. Si no
aprendemos a meditar no es posible realizar este trabajo, apreciados hermanos, y
simplemente nos quedaríamos con un trabajo sobre la personalidad, o de pronto hasta
los sentidos, y entonces el ego seguiría teniendo manifestación en estos otros campos,
y se seguiría alimentando, por esto se robustece ese agregado, y cuando vuelva a
aparecer, adiós enemigo, se lo llevó el ego. Es decir, nos hace fracasar.
Entonces, ¿para qué resistir? Dice el Maestro en su psicoanálisis: no vale la pena
hacer sufrir el ego. ¿Para qué, si siempre nos va a tragar? Cómo dicen, si nos va a
tragar mañana, que nos trague hoy. Esa es la lógica. Entonces a lo que nosotros
tenemos que estar dispuestos es a que no nos trague hoy, pero que tampoco nos
trague mañana. Entonces no hay que darle la oportunidad que mañana nos devore.
Entonces no es cuestión de aplazar la caída, o el fracaso, es cuestión de que
eliminemos las posibilidades de fracasar. Eso es lo que tenemos que comprender. Y a
eso nos lleva el Maestro con este psicoanálisis, a que comprendamos que tenemos
que eliminar todas las posibilidades de un fracaso, y es a través de un trabajo
psicológico.
PREGUNTAS
¿Qué preguntas tienen hasta ahí?
«[Pregunta inaudible]»
Bueno, yo le voy a pedir paciencia a la hermana, porque veo que está interesada
en conocer la didáctica de muerte psicológica, y hasta ahora vamos con el primer paso:
descubrimiento. Hay la didáctica, qué es lo que hay que hacer, cómo hacer, para lograr
aquello.
«Daniel, el ejemplo que dabas vos con respecto a la persona que te tira el auto, [..]
el instinto de muerte. En el supuesto caso que ocurra esto. ¿Cómo hacemos para
recapitular, o para ver eso, para comprenderlo? Porque eso se manifiesta una vez ‐
gracias a Dios‐ en la vida, o dos, o tres, pero el tema es que cuando uno puede llegar a
meter la pata esas una o dos veces que se manifiesta...»
[78] Curso de Psicoanálisis
Si. Por eso no se pueden dejar pasar eventos sin hacerles un previo estudio, un
previo análisis, y sobre todo en esos que son tan escasos, lo que dice el Maestro,
que cuando un yo de esos se manifiesta y no lo estudiamos, o de pronto le hace‐
mos un pequeño estudio y no llegamos a una conclusión de ese trabajo, ese yo
puede sufrir unas mutaciones, él se puede presentar con otras características muy
diferentes, como el caso que yo les decía del cigarrillo, que él ya después presentó
unas características de rechazo al cigarrillo, mas sin embargo era la forma de él
alimentarse, nutrirse, porque hacía reaccionar la máquina, orgánica.
Entonces, ese trabajo, si se sucedió hace dos años y no se ha vuelto a presentar
ese instinto asesino, que casi nadie acepta que lo tenernos, porque quizás no tuvo
oportunidad de manifestarse, o no han sido lo suficientemente observadores de sí
mismos y entonces no lo hemos visto, no lo identificamos. Entonces se hace un
ejercicio retrospectivo, se toma el evento y se trabaja con el evento. Porque nosotros
sí lo podemos recordar, ¿verdad? Entonces se van haciendo esos trabajos sobre esas
impresiones que están allá y que no fueron transformadas, entonces se retoma y se
trabaja sobre eso.
«O sea, ¿se puede llegar a transformar o a conocer eso?»
Claro. Y se trabaja sobre ese elemento.
«Cuando uno, por ejemplo, lo insultan y no reacciona físicamente, y por ahí
tampoco mentalmente. Pero sabe que algo adentro de uno se mueve, muy adentro, y
observa, ¿Eso serían los yoes en la psiquis?»
Claro. Pero es que usted dice que algo se mueve, algo se percibe. El caso que
tenemos nosotros, y por eso hacemos hincapié en el estudio de los centros. De pronto
hay hermanos estudiosos, todos son estudiosos, y van a estudiar las características
egoicas de los centros. Lo vamos a decir de una forma muy rápida, pero ustedes lo
complementan.
Centro pensante. Característica o polaridad: afirmación y negación, sí o no, afirma
o niega, sí o no.
Característica del centro emocional: alegría y tristeza. Entonces en ese centro
emocional encontramos que gravitan una serie de yoes como el miedo, la ira, la
impaciencia, los celos, el temor, falta de seguridad en sí mismo, son yoes que gravitan
en el centro emocional, que por lo general siempre accionan el centro emocional.
Característica del centro motor: movimiento y reposo. O pone a millón ese centro
motor o nos lleva a una inercia, porque son las polaridades, esas polaridades son
negativas, porque están siendo ejecutadas por un agregado psíquico.
Nos encontrarnos con el centro instintivo, que tiene unas características egoicas, o
polaridad, de lo agradable ‐que sería lo positivo‐ y lo desagradable ‐que es lo negativo‐
. Entonces, si yo siento agrado por una persona, por un lugar, por una cosa, por un
objeto, quiere decir que está actuando el centro instintivo. Si yo siento desagrado por
una persona, por una cosa, por un animal, por un lugar, por un objeto, por un evento,
por un hecho, estoy siendo manejado por el centro instintivo. Entonces el hecho de
que a mí no se me presente un pensamiento no quiere decir que el ego no se esté ma‐
nifestando, es simplemente que el ego utilizó otro centro, pero como solamente
puedo identificar el ego en el centro pensante, entonces posiblemente uno no lo
puede identificar en otro centro.
[79] Curso de Psicoanálisis
Y el centro más difícil para identificar el ego se llama el centro instintivo, que es
donde están esos elementos, sobre todo yoes asesinos, que están, actúan en la parte
instintiva sobre todo. Por eso son muy difíciles de analizar.
Ahora bien dice el Maestro: si nosotros no hacemos un trabajo correcto sobre
ciertos elementos que los podemos visualizar, dice, esos elementos se puede refugiar
o actuar a través del centro instintivo, y justamente por velocidad el centro instintivo
es mucho más veloz que el centro motor, que el centro emocional, que el centro
pensante, ¿verdad? Entonces se nos hace más difícil un estudio a nivel del centro
instintivo, o una observación del ego en el centro instintivo que en el centro pensante.
Y por eso, vuelvo y digo, nos lo plantea el hermano, él dice que siente un algo, hay de
hecho una manifestación, una reacción psicológica. Puede ser en la parte emocional o
puede ser en el centro instintivo, porque no es fácil la observación de una reacción
psicológica en esos centros. Entonces uno cree que no ha pasado nada, uno cree que
eso no causó efectos, esas impresiones, como dice el hermano, un insulto.
Decíamos entonces que el problema es no tener los sentidos de percepción
psicológica desarrollados, entonces pasan muchas cosas ‐por no decir casi todas‐
desapercibidas en la mayoría de los centros.
Les coloco un ejemplo, es un ejemplo del Maestro. Dice que un varón se siente o
está enamorado de una dama. Analizando el centro pensante tiene unas ideas, unos
pensamientos muy nobles hacia esa dama, piensa de ella la mejor, considera que es la
dama de sus sueños, la mujer de sus sueños. Ahí no hay problema, ¿verdad? ¿Qué
malo hay en pensar que la dama va a ser su reina, que es la ideal para su matrimonio?
Luego, analizando el centro emocional, percibe unos sentimientos muy nobles, siente
que la ama, siente que la quiere, se siente feliz estando a su lado. Eso no es un delito,
¿verdad? No es ningún, problema. El problema está cuando entonces observa el
centro sexual, y ahí se da cuenta que la desea sexualmente. Es un yo, un yo de lujuria,
pero que en el centro pensante lo engañó: tiene unas ideas muy sanas en relación a la
dama. En el centro emocional también lo engañó: tiene unos sentimientos muy nobles.
¿Dónde descubrió el personaje? Cuando estudió su centro sexual se dio cuenta que la
deseaba sexualmente.
Este es un ejemplo que coloca el Maestro, que nos ayuda a comprender esto del
trabajo sobre los centros de la máquina orgánica. Que el ego nos puede engañar
fácilmente. Ustedes han escuchado una conferencia que se llama "El falso sentimiento
del yo", ¿verdad?, donde dice que el yo ha invadido la parte más noble del hombre,
que es el corazón, y allí está metido ese elemento, creando sentimientos,
engañándonos, creyendo que es un sentir del Ser, pero que no es más que la acción de
un ego.
Entonces ese estudio es necesario que nosotros lo hagamos en relación al ego,
que estudiemos los cinco cilindros de la máquina orgánica, en relación al yo que
queremos conocer o descubrir, y que no nos basemos simplemente en la actividad de
un centro, sino que lo estudiemos en todos los centros, para ir descubriendo
características de ese yo.
«Daniel. Esos egos que están en la psiquis y que han creado un canal, ¿pueden
atraer características de ellos?»
[80] Curso de Psicoanálisis
¿Atraer qué?
«O sea, si el yo está en la psiquis, ¿pueden atraerlas circunstancias [...]?»
Así es. Vamos a tomar un ejemplo, una anécdota que también creo que ustedes la
conocen. Ella pregunta que si un yo, sin necesidad de salir de la psiquis, puede crear
circunstancias en nuestro diario vivir, y es así. La anécdota es del Venerable Maestro
Gargha Kuichines. Él asistía a una tercera cámara con el Venerable Maestro Samael, y
él le preguntaba al Maestro, le comentaba un evento que le sucedió, y fue que una
dama se sentía muy atraída hacia él, pero que él, haciendo el análisis, no sentía nada
hacia esa dama. Haciendo un estudio, él no encontraba ningún tipo de manifestación
egoica lujuriosa hacia esa dama.
Entonces el Maestro le aclaró: lo que pasa es que el yo de lujuria aún existe en el
nivel 48, ‐ o 49, no recuerdo bien‐, todavía existe ese yo en ese nivel de la mente. Por
eso el yo de lujuria de esa dama sentía atracción o afinidad hacia él. Si no existiese
todavía esa característica egoica, aún en ese último nivel de la mente, la dama no
hubiera sentido esa atracción hacia él. Porque esa afinidad psicológica se mueve a
nivel del subconsciente, es decir, por debajo del nivel de conciencia que nosotros
tenemos.
Les narro otro ejemplo que da el Venerable. Él dice: un caballero va por la calle y
se encuentra con una dama, le parece atractiva, de pronto ‐como dicen‐ le echa un
piropo, y pasa el evento. Pero la cosa no queda ahí ‐dice‐. El yo de lujuria de esa dama
y de ese caballero se comunican telepáticamente y se ponen una cita, y entonces se
reencuentran. Pero ese reencuentro es motivado por un yo. Y entonces uno dice: "Uh,
que casualidad, me la volví a encontrar. ¡Esta debe ser la que me corresponde! Me la
encuentro cada nada".
O se sueña. Dice: "Uy! Me soñé". Lo único que está viendo es unas proyecciones
de la mente en base a un yo que ha tenido esa comunicación telepática, esa afinidad
psicológica. Y entonces se presentan esos eventos, esos acontecimientos, y son
movidos desde el subconsciente. O sea que nada tiene que ver la parte consciente de
esa persona con esos eventos.
Entonces, esto nos demuestra, o sigue demostrando el Maestro, que nosotros
somos manejados desde el subconsciente por el ego, así nosotros lo aceptemos o no lo
aceptemos. Eso no lo sabe sino la persona que lo está sintiendo, y a través de un
trabajo que haga, muy serio, de mucha responsabilidad, sobre sí mismo, y que ponga
en acción eso que se llama conciencia, y ella entonces le dirá qué es.
«Cuando aparecen esas imágenes en la mente, esas imágenes que surgen de la
psiquis y aparecen en la mente, que son totalmente descolgadas de lo que uno está
viviendo en ese momento quizás en ese momento, en la meditación o antes de dormir.
¿Qué se hace con la imagen? Porque uno puede verla, ver como se mueve, quizás hasta
el mismo personaje tocando un instrumento pero que no se relaciona con nada de lo
que uno está haciendo o está viviendo. ¿Qué se hace con eso que hay en ese instante?»
Lo que dice el Maestro es hacernos conscientes de esas imágenes, hacernos
conscientes de eso que se está sucediendo en la mente. Entonces se retoma y se hace
el psicoanálisis.
[81] Curso de Psicoanálisis
El psicoanálisis tiene un elemento que se llama la interrogación. Entonces se
interroga al elemento, como si estuviera haciéndole un juicio, que es en sí un juicio, y
entonces viene el interrogatorio. Y es una forma de obligar al ego a que manifieste, a
que diga, a que se exprese. Pero no es hablar con el ego, o dejar que el ego hable, sino
es un trabajo de psicoanálisis en el cual obligamos al agregado psíquico a que se mani‐
fieste, en el sentido de que exprese qué es lo que quiere, qué es lo que busca, por qué
se presenta, cuál es la razón de estar ahí. Eso se hace en meditación. ¿Qué otra
pregunta tienen?
« ¿El subconsciente es lo que es aspecto de la psiquis, porque de ahí sale lo que es
un agregado psicológico?»
No. El subconsciente pertenece a la mente. Son áreas del cuerpo mental, o del
aspecto mental de la persona. Pero vuelvo y digo, que ese subconsciente, en él se
encuentra energía psíquica.
«Pero los yoes también se encuentran en la psiquis...»
Claro, apreciado hermano. Él está en ese mundo psicológico, pero él tiene ese
poder de expresarse y manifestarse en el mundo de la mente. Y correlacione usted la
mente y psiquis como dos energías que se penetran y se compenetran, pero que cada
una de ellas tiene su vibración. Entonces a cada nivel, a cada cuerpo, le corresponde
una vibración de energía psíquica.
Lo que pasa es que para poder explicar esto, hablamos de una psiquis como si
estuviera separada de la mente, y no está separada de la mente. Esa energía psíquica
invade la mente, está integrándose con la mente. Entonces esa área subconsciente
que son niveles de la mente, está enrarecida de energía psíquica, y en esa energía es
donde está constituido el ego, pero que él se manifiesta o habita dentro de ese mundo
de la mente, como el subconsciente.
Por eso les digo que si vamos más allá de aquello nos encontramos con los
centros. ¿Dónde están los centros? En la parte física. Pero esos centros también son
séptuples en su constitución interna. O sea que en un centro encontramos la parte
física que corresponde al cerebro, o corresponde al plexo, encontramos que tiene una
parte vital, encontramos que tiene una parte astral, encontramos que tiene una parte
mental, y encontramos que tiene una parte causal, una parte conciencia, ¿verdad?
Encontramos ese nexo que tiene con el aspecto búddhico y átmico, porque es séptuple
en su constitución interna.
Por eso se habla entonces de los cuarenta y nueve niveles de los centros. Pero
esos cuarenta y nueve niveles corresponden al nivel mental del centro. No sé si lo que
hice fue enredarles más. Pero bien, sí están confundidos mejor. Porque entonces
ustedes se toman la molestia de salir de la confusión, y entonces no tienen más que
hacer que ponerse a meditar. Entonces, por eso digo, si están confundidos, ¡cuánto
mejor! Y si no están confundidos, los felicito, porque han comprendido. A ver, dígame.
«Tengo una pregunta con respecto a lo que vos hablabas del canal de la mente y
de los estados que están asociados. ¿Para qué se rompa ese canal uno tiene que estar
en un proceso de meditación, a eso s. sucede...?»
[82] Curso de Psicoanálisis
Bueno. Le respondo a esa antes de que haga la otra. Ese canal está abierto en el
momento en que se expresa el ego. Cuando el ego dejó de expresarse se cierra el
canal. Por eso digo, es difícil ese punto. Porque después que el ego dejó de
manifestarse, él ingresó nuevamente a la psiquis. Entonces cierra el canal. Cuando ya
el ego no se manifiesta.
Les pongo otro ejemplo, y ténganlo presente para muchas cosas. Es un ejemplo
que nos da el Venerable Maestro, una forma de entrar en reflexión o análisis. Dice: Si
una persona en el campo tiene una casa, y a esa casa se le entra un chancho. Esa
persona, para que le entrara el chancho, será que tenía abierta la puerta, ¿verdad?
Quiere decir que la puerta estaba abierta para poder entrar. Para poderlo sacar la
puerta tiene que estar abierta. Para que no se le vuelva a entrar tiene que cerrar la
puerta. ¿Cierto?
Entonces si nosotros cerramos la puerta después de que sacamos el chancho, ya
perdimos la posibilidad de ver lo que hay más allá de esa puerta. Entonces la
oportunidad de nosotros percibir lo que hay más allá, es que la puerta esté abierta,
pero el que nos abre la puerta hacia ese espacio se llama: el ego, el yo. Si nosotros lo
sacamos, no queremos que vuelva a ingresar, simplemente cerramos la puerta.
Pero nosotros no podemos dejar ese chancho aquí porque nos revuelve la casa, el
salón, hay que sacarlo. Pero previo a ese retiro de ese elemento es cuando la persona
tiene que aprender a sostener el nivel de la conciencia para poder proyectar esa luz‐
conciencia hacía ese aspecto de su psiquis. De lo contrario lo perdería. Lo que sí
retoma para la meditación es la información, es lo que captó como información, lo que
capturó con sus sentidos de percepción, y entonces ahí sí va a la meditación a hacer
sus reflexiones, sus análisis, para llegar a una comprensión.
«Eso que parte, Mariana, vos decías, se puede dar en el evento de que esto
únicamente se da en la meditación o en el momento de ensoñación. O sea que cuando
se está durmiendo o cuando está entrando en meditación, o sea no es una cosa común,
sino que ejerce […]»
Pero, lo que pregunta Mariana, es el elemento que se está manifestando en el
evento, por ejemplo es en el caso que pone el hermano, si me están insultando aflora
un yo de ira, por ejemplo. Entonces ese canal que abre en ese momento ese yo, si en
lugar de ponerme a discutir con el hermano, o a responder con la misma forma, yo
tengo que guardar silencio, proyectar la luz de la conciencia hacia ese mundo psicoló‐
gico, porque tengo que descubrir ese mundo psíquico.
Por eso dice el Maestro Lakhsmi: no le prestemos importancia al evento, démosle
importancia a lo que nos interesa a nosotros, que es lo que se está sucediendo
adentro. Eso es lo que nos interesa. O sea invertir el proceso. Porque uno le da
importancia al evento: "fue que me dijo", "fue que no me dijo", "fue me que hizo",
"fue que no me hizo". Nos interesa el evento más de lo que se sucedió adentro,
entonces perdemos esta oportunidad de conocer nuevos aspectos de la psiquis.
«Los otros yoes que vos decías asociadores, sería únicamente con el afán de
conocerlos...»
[83] Curso de Psicoanálisis
Claro. Porque esos yoes son la causa de manifestación. Por eso hablamos que el
psicoanálisis nos tiene que llevar a conocer las causas de manifestación y de existencia.
Entonces la causa de manifestación de un yo puede estar en otro yo. Sí no conocemos
ese otro yo, pues nunca conocemos la causa de manifestación del que salió.
«Entonces, hay algo que no entiendo, quizás me la puedas explicar con un ejemplo,
cuando el Maestro dice que cuando se abre el canal mueren en sus propias
emanaciones. No entiendo eso. Si nos podes dar un ejemplo.»
Bueno. Ya es una aplicación del nivel de conciencia que la persona tiene, en el
momento en que se manifiesta el yo. Entonces al sostenerse uno en ese nivel de
conciencia, ese elemento va perdiendo fuerza, porque no le deja actuar, pero tampoco
se retira a la psiquis. Entonces es un proceso de transformación instantánea que hace
el Maestro en relación a ese elemento.
Pero ese es un trabajo que, realmente, para uno hacerlo, debe tener un ejercicio,
ejercitarse uno en eso. Porque, ¿qué nos enseña la primera cámara?, por ejemplo.
Cuando se presentó el evento, alguien nos insulta, enseguida nosotros... hacer un
ejercicio sencillo, ¿verdad? Detenemos la respiración, contamos de uno a seis y de seis
a uno, y ya. ¿Por qué? ¿Por qué ejerce una acción ese ejercicio?
«Para, no poner la conciencia para alimentarlo a él ahí.»
Claro. Pero, ¿por qué se ejerce ese fenómeno? Porque ya sabemos que la mente,
para poder elaborar el pensamiento, utiliza el cerebro. Si nosotros retenemos la
respiración, hacemos que ese mismo cerebro, a través del torrente sanguíneo, se
cargue de una energía vital, del prana. Ese prana y ese oxígeno que se carga la sangre,
llega al cerebro, por lo tanto hace un bloqueo del proceso cerebral, y la persona no
reacciona pensando.
Por eso es el ejercicio de la respiración profunda, bloqueando el proceso del
pensar, y el cerebro lo utiliza la mente para dirigir el pensamiento, y por eso entonces
al bloquear el cerebro, por la presión de ese principio vital que va del torrente
sanguíneo, que ya nombramos otras características del ego en relación a los
elementos, y nos damos cuenta de que esos ejercicios son técnicas que ejercen una
acción bastante fuerte para cortar la expresión o manifestación del yo.
Entonces, nosotros bloqueamos eso. ¿Qué estamos impidiendo? Que la mente
siga siendo interferida por el ego. Esa es la práctica, ese es el ejercicio, y está correcto.
Porque no hay que alimentar el ego. Pero el ego se regresa a la psiquis. Pero en el caso
que estamos planteando no. Hay que dejarlo aquí, no dejarlo que regrese a la psiquis,
pero tampoco hay que dejarlo que maneje la máquina orgánica. No sé si nos hagamos
entender.
«Mariana quiere saber cómo muere el yo.»
¿Sí entiendes, Mariana?
Para poderle hacer el estudio, el estudio del personaje, le pongo el ejemplo que
colocó el Maestro. El dice: viene el ladrón, viene a saquearnos la energía que hay aquí.
[84] Curso de Psicoanálisis
Entra el ladrón, le seguimos los pasos, ¿qué hace ese personaje? Inclusive lo podemos
interrogar. Al hacer el interrogatorio, entonces es corno decir él va perdiendo esa
fuerza, porque le vamos quitando la razón de manifestarse. Es como decir, vamos a
convencer a ese ladrón que no vale la pena que se robe esa energía, entonces él tiene
que ir muriendo dentro de su propio elemento, porque no satisface eso que él venía a
hacer.
Por eso dice el Maestro. ¿Qué es la ira? Un yo insatisfecho. Y por eso reacciona
con ira. Pero esa misma energía de reacción psicológica es la que tiene que quemar,
así dice el Maestro, esos impulsos que el ego tiene para manifestarse. Entonces es lo
que se ahoga en su propio elemento. Porque a pesar de estar aquí no puede capturar
energía, no puede manejar esa máquina orgánica. Ese es el fenómeno, no es fácil
retener o sostener ese elemento para hacerle el interrogatorio de inmediato.
Otra cosa es que nosotros retomemos el evento y en meditación le hagamos el
interrogatorio. Eso ya es otro sistema de trabajo de descubrimiento.
«O sea que si él no roba energía no puede volver.»
No. El vuelve. Pero claro, el sigue existiendo en otros niveles. Porque es que... A
ver. Uno cree ‐digo yo, no es que esté pensando por ustedes‐, que el ego muere
instantáneamente, y eso no es así. Eso no es decir "Madre mía, desintégreme este
defecto" y que ya murió. Eso pensamos nosotros, ¿verdad? ¿O no? ¿No piensan así?
Los felicito. Porque la muerte del ego, o del yo, dice el Maestro, va en proporción al
nivel de comprensión que vamos teniendo de él.
La muerte del yo depende de la didáctica que la Bendita Madre realice para su
desintegración. Porque una cosa es la didáctica que nosotros utilizarnos para la
comprensión y otra cosa es la didáctica de la Madre para su eliminación. Parece que
los estoy confundiendo más.
«No, no, no. O sea que hay mucho de gracia, hay mucho de gracia divina en poder
hacerlo...»
¡Claro! Entonces nosotros no le podemos exigir a la Madre que ya desintegre ese
defecto, y que ya mañana vamos a estar sin el defecto. No. De por medio hay una
cantidad de cosas, o de aspectos, que se tienen que procesar. Dice el Venerable, y eso
lo leen ustedes en "Psicología revolucionaria", que la Madre se toma el tiempo
necesario para hacer ese trabajo, y hasta sufre para hacer ese trabajo de muerte, pero
ella en su momento preciso lo elimina, y en el momento en que está listo' para
aquello, y no cuando le decimos "Madre mía, desintégreme este defecto'' y ya lo
borró.
Esto es bueno que lo comprendamos porque hay muchos hermanos que quizás se
han retirado de la enseñanza gnóstica porque quieren ver resultados de inmediato.
Inclusive ha habido hermanos ‐como dice el Maestro‐ de alto rango, de alto rango no
iniciático sino directivo, que han dicho, ‐pero no en esta época ni en esta institución, y
quiera Dios que nunca suceda eso‐, que han negado y han puesto en duda la acción de
la Madre Divina. Han llegado a decir que "qué cuento de Madre Divina", que "quién
dijo que la Madre desintegraba defectos".
[85] Curso de Psicoanálisis
¿Quién ‐en el caso de nosotros‐ se atrevería a des afirmar algo que el Venerable
afirmó? No tiene lógica. Pero les digo, ha habido hermanos que han llegado a eso.
Porque actúan con una mente sensual, ellos quieren ver el ego que cae al piso y queda
desintegrado ahí. Ellos lo quieren ver. Como no lo ven con estos ojos físicos entonces
no lo creen, y entonces se decepcionan de la enseñanza gnóstica, o se retiran, o
simplemente buscan otras doctrinas, o mezclan otras doctrinas con la doctrina
gnóstica, porque simplemente están actuando con una mente sensual, y la mente
sensual no nos sirve a nosotros para nada, mucho menos para estas cosas que se están
planteando de psicología. Hay que estar muy atentos a esto. No vaya que de pronto a
un yo le dé por tomar el mando y hacernos creer esto, como el caso de estas personas.
«Hay una frase del Maestro Lakhsmi que creo que ilustra muy bien lo que has
estado pronunciando y que me gustaría que ‐si no es ahora, cuando sea el momento
para no alterar el orden que llevas‐ él dice: "al yo se lo conoce en la mente, se lo
comprende en las emociones y se lo elimina en los instintos", y creo que habla del
momento en que el yo actúa bajo la vigilia de nuestra atención, cuando se está
manifestando ahí, instintivamente, que es cuando muere. Es un método de lo que
estabas expresando, donde se hace muy difícil, pero que si se está atento lo puede
hacer. Eso es así.»
Claro, es que las didácticas psicológicas pues cada uno de nosotros tenemos que ir
viendo dentro de las posibilidades que tenemos, la didáctica a aplicar, a desarrollar.
Aquí estamos planteando esas didácticas, pero cada uno de ustedes, haciendo un
juicio de sí mismos, entonces determinan la didáctica que van a utilizar. Porque si le
vamos a pedir una didáctica que practique una persona de primera cámara, no le
podemos dar esta, porque sabemos que no la va a poder utilizar. Pero ya para ustedes,
hermanos que ya llevan unos cuantos años, o pocos años, en la Gnosis, ya estas
didácticas deben de conocerlas, y comenzar a experimentar esas didácticas para
avanzar en ese camino de ese despertar. Por eso se entregan esas didácticas.
Pero no quiere decir que una persona, o que alguien de nosotros, desista de
alguna didáctica o técnica que esté utilizando y agarre esta, sin hacer un previo estudio
o análisis de las posibilidades que tiene de manejar esa didáctica.
Si nosotros estuviéramos todo el tiempo al pie de un Maestro, donde él nos
estuviese diciendo "ya usted utilice esta didáctica", sería diferente, ¿verdad? Y
recibiríamos la didáctica en el momento que se necesita. Pero como eso no es posible,
entonces tenemos que conocer las didácticas que son posibles para nosotros
realizarlas en el momento adecuado, y por eso entonces se dan a conocer.
«[...] Daniel, que sí tú crees que hay alguna didáctica superior a la que enseña el
Maestro Samael en sus obras y que concluye en "Pistis Sophia" donde, según los que lo
conoce, la Madre Divina es el más grande aliado de todos los que queremos eliminar
un yo, por cierto no en una sola manifestación sino en toda […], por cuanto en la
explicación que estás dando con respecto a dejar al elemento que muera en sus propios
aspectos, correspondería también en un trabajo fundamentalmente a la Madre […] que
lleva a cabo. Sintetizando la pregunta, si tú conoces que haya algún trabajo superior
para la muerte, o de ir atrapando y achicando en yo que lo que propone el Maestro
Samael a través de la meditación para la muerte del yo.»
[86] Curso de Psicoanálisis
No. No la hay. No la hay, y vamos a ver la razón por qué. Si el ego son las
cristalizaciones del órgano kundartiguador, esas cristalizaciones las puede desintegrar
esa misma energía polarizada en lo que se llama Devi Kundalini, o el Kundalini, porque
"Kundalini" quiere decir "fin del órgano kundartiguador". Y es la energía que tiene el
poder o la capacidad de desintegrar el agregado, el yo. Lo que existen son didácticas,
cómo llevar ese elemento hacia la muerte, eso sí ya es otra cosa. En eso sí
encontramos muchas didácticas.
También quiero que quede claro, o al menos yo tengo clara una situación en
relación al trabajo de muerte psicológica, y es que una cosa es la legión y otra cosa en
sí es el yo causa o cabeza de legión. Estamos claros que la legión se desintegra a base
de trabajos psicológicos y con el auxilio de ese principio fundamental que es la Madre,
como fuego electrónico solar. Y que ya en el trabajo que se hace o que se debe de
hacer con los yoes causas, o esas cabezas de legión, que es un trabajo que realiza el
Cristo, el Hércules, y que desciende a esas esferas o a esos infierno atómicos para
desintegrar esos elementos.
Por lo tanto yo no puedo decir o creer que este trabajo que se está planteando
sea el trabajo que va a hacer el Cristo, porque está bien definido cuál es el trabajo del
Cristo en relación al trabajo de muerte psicológica. Porque nosotros no podemos decir
que este trabajo le corresponde al Cristo, cuando ni siquiera ‐y perdonen‐ ha nacido en
nosotros. Por lo tanto no podemos decir que ese trabajo lo hace el Cristo y no la
Madre.
Y así lo definió el Venerable. Él dice: "yo comprendía y mi Madre desintegraba" a
esa legión. Pero si leemos "Las tres montañas", nos damos cuenta que en la segunda
montaña, que es la perfección de la Maestría, el Hércules previamente encarnado en
un iniciado, baja a los infiernos atómicos de cada uno de los niveles planetarios para
desintegrar esas cabezas de legión. Porque esas siete cabezas de legión tienen esa
relación con esos siete Logos planetarios, y ese Hércules baja a cada uno de esos
niveles planetarios, niveles infernales, a desintegrar cada una de esas cabezas.
Entonces no se confunda, o no confundamos nosotros, ‐vuelvo y digo, puede
haber alguna persona que esté confundida en ese campo‐ y que quiera trabajar
pidiéndole al Cristo la eliminación del ego, cuando ese trabajo le corresponde a la
Madre, o sea al fuego sagrado, llamado Devi Kundalini. Porque se puede dar ese caso,
que de pronto se piense que el trabajo lo tiene que hacer el Cristo, pero si no ha
nacido en nuestro corazón todavía, no se ha hecho hombre todavía, pues ¿cómo va a
trabajar en nosotros?
Entonces, cada una de esas etapas del trabajo tiene sus propias didácticas. Y
entonces fácilmente uno quiere una didáctica de ese nivel aplicarla a éste, no es
posible, no funciona. ¿Por qué? Porque no hay la capacidad de conciencia para poder
utilizar esa didáctica.
«Yo le quiero hacer una pregunta hermano, con respecto a este descubrimiento, a
este conocimiento que estamos haciendo entre nosotros, cuando en la mente se
manifiesta un yo, y abre ese canal entre la psiquis y la mente, uno puede controlar la
reacción y sostenerse en un estado de conciencia ‐en la poca o en la mucha que tenga‐
[
[87] Curso d
de Psicoanálisis
B
Bueno, en eso hay dos
d fenómeenos. Y ess, y perdon ne el dicho o, no me estoy
refiriiendo a la ppersona, sino al ego, "eel ladrón juzzga por su ccondición". Apliquémo oslo al
ego. Uno cree, o el ego lee hace creeer que la otra personaa está invadida de iraa ‐por
ejem
mplo‐, pero u uno no estáá seguro,‐ p porque uno no está den ntro de esa persona. P Puede
calificar a otra ppersona de mentiroso, pero esa p persona no es mentirossa, simplem mente
es la proyección n psicológicca nuestra. Pero es una proyecció ón psicológiica en la im magen
que ttenemos no osotros de esa persona. No es qu ue el yo psiccológico nu uestro se paasó al
cuerpo físico o aa la parte in nterna de laa otra perso ona, no es aasí. El reflejjo psicológico se
sucede en las im mágenes qu ue tenemoss nosotros d de esa persona, porque eso de qu ue un
yo see pase a otrra persona, eso no es aasí, tan fáciil. O sea no es que se ssuceda. Com mo el
Maestro dice qu ue el yo se rrefleja haciaa otra perso ona, o en ottra persona, no es que el yo
entree en otra persona,
p sin
no es la imaagen que te enemos de esa person na, es sobree ella
que aactúa el ego o. Porque fáácilmente u una personaa puede pen nsar que el yo se le me etió a
esa ppersona, y que por eso la estamo os viendo. No es el fenómeno. Ese fenómen no se
indicca en la imagen que ten nemos de eesa persona.
[88] Curso de Psicoanálisis
LA DIDÁCTICA DE LA
CLAVE SOL
Hoy es ya el último día que vamos a estar laborando, pero consideramos que para
todos quedará esa inquietud, ese anhelo de profundizar, de vivenciar y de
experimentar la psicología gnóstica.
Pidiéndole al Venerable Maestro Samael, al Venerable Maestro Lakhsmi, que con
su aura luminosa nos ayude a lograr la interpretación y la comprensión de la
Enseñanza, que ellos han depositado en cada uno de nosotros. Que esa enseñanza,
esas didácticas, con las cuales ellos han logrado hacer su Obra, también germine en
cada uno de nosotros para poder cristalizar nuestra propia Obra,
En el día de hoy vamos a tratar la didáctica que se conoce como la clave SOL, y que
como decíamos al comienzo, es la didáctica que nos permite a cada uno de nosotros
poder sostenernos en el nivel de conciencia, en ese porcentaje de conciencia que hay
libre.
El Venerable nos llama a la reflexión cuando nos dice que la clave SOL, nosotros
tenemos que darle una profundidad a esa clave, avanzar en esos procesos de
comprensión de la misma clave SOL, para que entonces surja el efecto que se quiere
tener.
En esa primera cámara, nos enseñaron a nosotros a hacer la práctica de la clave
SOL en una forma elemental, en una forma primaria. Pero nosotros ya a este nivel de
una segunda cámara, y considero que algunos hermanos, o todos, ya están
participando de una tercera cámara, entonces tenemos que exigirnos aún más en esa
práctica o en esa didáctica. Porque justamente la tercera cámara tiene como finalidad,
como objetivo trascendental el despertar de la conciencia. Es un requisito, es una
exigencia para los hermanos que militan en una tercera cámara, estar conscientes
permanentemente. Ese es un objetivo trascendental.
Si hablamos de una tercera cámara, no queremos hacer solamente una referencia
a un acto litúrgico que se realiza en un Santuario o en un lugar. Porque esa actividad
de tercera cámara en un Santuario, en una comunidad, es la posibilidad de nosotros
recibir el auxilio, la ayuda especial de los mundos superiores, a través de un acto
litúrgico, y a través de una práctica de meditación en grupo.
Pero la tercera cámara debe de manifestarse, debe de estar en acción dentro de
cada uno de nosotros, constantemente, permanentemente, porque la tercera cámara
es para el despertar. La tercera cámara es para hacernos conscientes, tanto en el plano
físico como en los planos internos. Ese es el objetivo.
[89] Curso de Psicoanálisis
Por eso en el psicoanálisis se nos enseña la relación que hay en los tres factores de
la revolución de la conciencia y las tres cámaras. Ya sabemos que la primera cámara se
relaciona con el Cristo, es la luz del Cristo llegando a las multitudes, llegando a la
humanidad, para despertar esos anhelos espirituales.
Y la tercera cámara se relaciona con el Padre, y el Padre nos da el poder para
enfrentarnos al ego, para enfrentarnos a sí mismos y poder triunfar sobre las tinieblas
que hay dentro de cada uno de nosotros.
Entonces esa tercera cámara no se trata, simplemente de una actividad litúrgica,
sino que es el trabajo constante, permanente para lograr nosotros ese despertar de la
conciencia. Y para despertar conciencia no hay otro sistema, o no se logra de otra
manera, sino eliminando el ego. Porque ahí está ese proceso. Allá tenemos que llegar
nosotros, adonde está esa conciencia para liberarla.
La clave SOL nos ayuda, entonces, a mantenernos a flote ‐llamémosle así‐ con el
porcentaje de conciencia que ya está libre, que no está atrapada dentro del ego. La
clave SOL nos ayuda para que esa conciencia que está libre no sea vulnerable frente al
ego, frente a las tinieblas.
Quizás por la forma como se nos entregó en una primera cámara, hoy en día no le
damos el valor que ella tiene. Porque simplemente nos hemos quedado en una forma
muy superficial de practicar la clave SOL en esa primera etapa de nuestra vida como
estudiantes gnósticos, que fue dada en una primera cámara. Yo considero que todos la
hemos recibido en esa primera cámara.
Pero como no se hace, o no se le da profundidad, no le vimos los resultados, y
entonces estoy casi seguro que la mayoría del pueblo gnóstico, pasado algún tiempo,
nunca hemos vuelto a hacer la clave SOL.
Y el Venerable Maestro Lakhsmi ha venido entregando didácticas para vivir la
clave SOL, porque la clave SOL se puede establecer en varios aspectos del trabajo
psicológico. Pero ‐vuelvo y digo‐ lo fundamental, lo trascendental de la clave SOL es
para mantenernos en un estado de conciencia, es la que nos ayuda a rescatar esa
conciencia que en un momento dado es dispersa o desplazada por las múltiples pre‐
ocupaciones del diario vivir.
El psicoanálisis nos enseña que si tenemos un problema o una dificultad que
resolver, que si nosotros tenemos que planificar un trabajo material, una labor, una
actividad, que nosotros tenemos que aprender a utilizar dentro de ese tiempo
cronológico, lo indispensable, lo que realmente requiere de tiempo y de conciencia
para organizar nuestra vida eventual.
Pero lo que no es correcto, lo que no es justo, es que nosotros duremos las
veinticuatro horas del día pensando, sintiendo, o razonando sobre un problema,
[90] Curso de Psicoanálisis
cuando se necesitaría únicamente cinco o diez minutos para darle una solución a ese
problema.
Pero no es justo, no es correcto que uno se pase todo un día, o toda una semana,
con un problema ‐sea cual fuere‐ ocupando una conciencia que debería estar libre
para hacer una Obra, para hacer un trabajo psicológico. Eso es lo que no es correcto.
Eso es falta de organización, de estar organizados en nuestro propio trabajo.
Y dice el Venerable: si un problema tiene solución, ¿de qué se preocupa?. Si el
problema no tiene solución, ¿de qué se preocupa?
Si ya sabe que no tiene solución, ¿para qué se mata más la cabeza, para qué gasta
más energía, para qué gasta más conciencia, si en cinco minutos a través de una
reflexión profunda, de un análisis reflexivo, se dio cuenta que el problema no tiene
solución, para qué seguir gastando esa energía? Y si el problema tiene solución pues
déselo. Y problema resuelto, conciencia libre.
Entonces nos damos cuenta que esa falta de organización psicológica es la que nos
está llevando a nosotros a una muerte, a un agotamiento de la vida, a un agotamiento
de esos valores vítales, de esos valores energéticos, porque no solamente se está
gastando, se está deteriorando una energía vital, sino también una energía psíquica,
una energía concientiva, y eso es lamentable.
Entonces, la clave SOL nos ayuda a nosotros a hacernos conscientes de sí mismos.
Es la que nos ayuda a nosotros a recobrar esa conciencia y no dejar que sea dispersa
por los diferentes problemas y conflictos de la vida diaria.
Esa clave SOL, enseñada en una primera cámara ‐al menos así me la enseñaron, no
sé a ustedes‐, sujeto: Daniel, la persona, ¿verdad? Porque, ¿quién es el que se llama
Daniel, a quién le pusieron ese nombre? A la persona, ¿verdad? Porque antes de nacer
ya existía. ¿Qué nombre tenía antes de esta existencia, qué nombre voy a tener
después de que muera, y si es que tenemos un retorno? No sé. Entonces uno se da
cuenta que esa clave SOL, vista desde ese punto de vista, sujeto: Daniel, me está
llamando la atención hacia la persona o personalidad.
Objeto: objetivos, estoy hablando. Eso es lo que está haciendo Daniel, la persona,
hablar. Y lugar: estamos en la antesala del Templo Kout‐Humi. Y en esa forma hemos
venido realizando una práctica donde llevamos una atención hacia la persona. De tal
manera que fácilmente podemos entrar en un proceso mecánico o inconsciente de
hacer la clave SOL.
Esta clave SOL unida a esas preguntas: ¿dónde estoy?, ¿por qué me encuentro
aquí?, es una clave que nos ayuda a atraer esa reflexión, descubrir en qué plano o en
qué nivel me encuentro, unida, a aquello que es dar el salto o jalarse el dedo, teniendo
en cuenta las características de cada uno de los planos, en este caso el astral se dice
que es elástico el cuerpo, que se puede flotar, que no hay gravedad. Entonces es una
clave que nos ayuda a lograr un despertar también en la parte interna, en base a una
reflexión que hacemos acá en el físico.
[91] Curso de Psicoanálisis
Entonces esa clave SOL, en esa forma, tiene un objetivo, tiene un fundamento,
tiene una trascendencia, una importancia para nosotros. Pero el Venerable nos dice
que es necesario que nosotros profundicemos en la clave SOL, que no nos quedemos
ahí en ese nivel, ese nivel que nos enseña una primera cámara.
Veamos nosotros la clave SOL dentro de una profundidad. Sujeto: ¿quién soy?,
¿quién soy? Preguntémonos, ¿quién soy? ¿Quién me quiere dar una respuesta?
¿Quién soy, o qué soy?
«Conciencia.»
¿Cómo? CONCIENCIA. ¿Qué soy? Eso es algo que tiene que quedar muy claro,
porque tenemos que conocer ese sujeto, o conocer quién es el sujeto. Ese quien soy,
como dice el hermano Eduardo, y la hermana, nosotros tenemos que saber o aceptar
que somos una esencia divina, que somos una chispa de Dios, que somos una esencia‐
conciencia, conciencia humana.
Entonces, para practicar la clave SOL en ese sujeto tengo que darme cuenta que
soy algo más que una persona, que la persona no es más que un vehículo de expresión
de eso que somos: esencia, conciencia humana.
De tal manera que voy a estar pendiente no solamente de Daniel, sino que tengo
que estar pendiente de lo que soy: esencia, conciencia. Para nosotros lograr ese sujeto
debemos de estar en algo que ustedes ya conocen, que se llama RECURDO DE SÍ. Eso
quiere decir que si nosotros queremos vivir ese sujeto tenemos que estar en recuerdo
de sí. Porque si no nos recordamos a sí mismos no podemos vivir la clave SOL,
imposible.
Por eso es indispensable que aceptemos nosotros qué somos. Porque, al hacernos
la pregunta, muchos hermanos responden "soy ego". Y resulta que eso no es correcto
en la clave SOL. Porque decir que soy un ego, un manojo de yoes, eso es una didáctica
para quitarle la razón a un ego de orgullo o un yo mitómano. Pero nosotros tenemos
que afirmar al Ser, y el Ser se expresa y se manifiesta en la esencia, en ese buddhata,
en esa chispa de alma humana. Tenernos que hacer esa integración, porque de lo
contrario, entonces estaríamos muy superficiales en la clave SOL. Ahora la pregunta,
¿qué es el recuerdo de sí? ¿Qué es recordarse a sí mismo?
El objeto, objetivo, el de Daniel es hablar, transmitir un conocimiento. ¿Pero cuál
es el objetivo de la esencia‐conciencia? ¿Será solamente manejar esta persona,
dirigirla? ¿Cuál es el objetivo trascendental de la esencia‐conciencia en nosotros?
AUTO‐OBSERVACIÓN. Ese es el objetivo primordial de nosotros como esencias: auto‐
observación. Porque nosotros hemos venido a auto‐conocernos, ¿o no es así? Así lo
enseña el Venerable Maestro Samael. Nosotros hemos venido a conocernos a sí
mismos. Porque si nosotros anhelamos hacer un cambio, una transformación, lo
primero que tenemos que hacer es auto‐conocernos. Y para auto‐conocernos
necesitamos trabajar con eso que se llama la auto‐observación.
Esa auto‐observación cubre a esa persona, porque yo tengo que observar lo que
estoy haciendo, ¿o no? yo tengo que observarme cómo hablo, cómo camino, cómo río,
qué hago. Pero también tengo que observar mis pensamientos, mis sentimientos, mis
[92] Curso de Psicoanálisis
emociones, mis instintos. Entonces ya ese objetivo tiene una profundidad, en que no
solamente estoy viendo la actividad en un mundo físico o mundo de eventos, sino que
también tengo que estar pendiente en esa labor o en esa actividad en que debe estar
esa esencia o conciencia.
¿Qué está haciendo esa esencia o conciencia? ¿Qué está haciendo esa conciencia
en ese mundo interior? ¿Qué se está sucediendo en nuestro interior? Eso es algo
fundamental que hay que conocer. Entonces nuestro objetivo es auto‐conocernos a
través de la auto‐observación.
El lugar: si vemos la práctica como la persona, Daniel está en este lugar. Pero este
es el lugar físico en el cual me expreso, me manifiesto, actúo. Pero también tengo que
ver o percibir en qué lugar se encuentra la conciencia, la esencia, porque el cuerpo
físico está aquí en este salón, pero mi conciencia, ¿dónde está? ¿Estará aquí en este
salón? ¿No será que un pensamiento se la llevó, no será que un sentimiento la sacó de
este lugar? Entonces debo de estar pendiente de ese lugar que debe de ocupar la
esencia‐conciencia en nosotros.
Ya dijimos ayer que el lugar que debe ocupar la conciencia, la esencia, es dentro
de nosotros mismos. Entonces tenemos que estar pendientes de ese aspecto, no
solamente físico.
También en este trabajo en el lugar es muy importante tener en cuenta que las
cosas, los objetos que se encuentran dentro del lugar, como ellos están dentro de
nosotros ‐así lo aceptamos, ¿verdad?‐ como impresiones, entonces hay que estar
pendiente de no permitir que la conciencia, la esencia nuestra, pierda esa ubicación.
Para ello entonces hay que aplicar algo que ustedes también conocen que se llama
ALERTA PERCEPCIÓN, ALERTA NOVEDAD.
Si nosotros logramos permanecer en ese lugar, alertas, vigilantes ‐como dice el
Maestro: "como el vigía en época de guerra", "como el cazador que está al acecho de
su presa"; como decía algún personaje por ahí: "ojos abiertos, oídos despiertos"‐. A
través de ese alerta percepción y alerta novedad, no dejarnos que las cosas que los
objetos que hay en ese lugar en que nos encontrarnos, tanto físico como interno,
atrapen a esa conciencia.
Ese proceso se sucede en nosotros muy fácil, y es al identificarnos nosotros con
algo, con alguien, es el primer paso para nosotros perder e ir perdiendo el nivel de
conciencia.
¿Qué es identificarse? ¿Qué es la identificación? ¿En qué consiste eso de
identificarse uno?
«Poner la conciencia en algo, fijarla».
Fijarla. ¿Pero qué se sucede, qué se sucede como principio para que haya la
identificación? La atención, ¿verdad? Algo nos llama la atención, ¿y eso de la atención
qué implica? Si yo digo que me identifico con este candelabro, ¿qué está sucediendo?
Si yo digo: "observen esto", ¿qué se sucede ahí? Los sentidos.
[93] Curso de Psicoanálisis
Para uno identificarse es un aspecto que se inicia con los sentidos, yo fijo mi
atención acá, ¿sí?, dirijo mis sentidos de percepción, en este caso sensorial, sensual. Si
yo dejo que mis sentidos queden atrapados en el objeto, ya comienza el proceso de
identificación porque la atención va hacía donde los sentidos están dirigidos.
Hay un fenómeno que espero que podamos entrar en este nivel de comprensión.
Cuando uno recibe o percibe una información, una impresión, hay un mecanismo en el
cual los sentidos reciben una energía de tipo luciférica, hipnótica. Esa energía proviene
de la región coxígea de la persona, y es cuando la persona queda ‐dice el Maestro‐
hechizada.
Pero no es que las cosas, los objetos, tengan esa fuerza hipnótica. Esa fuerza
hipnótica está en nosotros, y parte de esos átomos residuales del órgano
kundartiguador, que invaden nuestros sentidos y entonces nos hacen sentir esa atrac‐
ción, o ese hechizo hacia objetos, cosas, lugares, y caemos en eso que se llama la
identificación.
Una vez que ya fueron atrapados nuestros sentidos de percepción, bajo esa fuerza
hipnótica que está dentro de nosotros mismos, que es la que proyecta el ego, pasamos
a un segundo nivel que se llama fascinación, fascinarse.
¿Qué es fascinarse, o qué se entiende por fascinación?
«Daniel, te hago una preguntita, cortita. Con respecto a eso que dijiste del órgano
kundartiguador, el Maestro Samael dice que es la coagulación de la luz astral lo que
hace que...»
Claro, así es...
«Pero, ¿qué tiene que ver el órgano kundartiguador?»
Porque allí es donde están los residuos. No es que tengamos el órgano
kundartiguador, yo no estoy diciendo eso. Sino átomos residuales que de ahí emanan
unas fuerzas de tipo luciféricas, que son las que causan o actúan dentro de lo que es
las fuerzas hipnóticas. Porque justamente, haciendo un paréntesis, fue una de las
razones por las cuales se originó el órgano kundartiguador, para dar una atracción
hacia las cosas, para que el ser humano tuviese hacia el mundo en el cual estaba
viviendo.
«... y cambiaba la corteza terrestre…»
Exacto. Entonces, esa energía aún persiste en nosotros, y es lo que tiene los
sentidos, con lo que se cargan los sentidos nuestros, y es lo que hace que nos sintamos
atraídos o nos identifiquemos con las cosas.
Entonces esa fascinación, ¿qué es? ¿Qué es fascinarse?
«Soñar despierto en un futuro incierto.»
¿Cómo?
“Soñar despierto en un futuro incierto.»
[94] Curso de Psicoanálisis
No, pero es que la fascinación es un paso antes del sueño. ¿Qué es fascinarse?
Podemos decir corno cuando al niño le dan el caramelo que más le gusta. Se
siente atraído, ¿verdad? Se siente emocionado con ese caramelo. Es lo que se dice
está engolosinado, ¿verdad?, está atrapado dentro de ese sabor, dentro de ese gusto.
Entonces eso nos pasa a nosotros, nos fascinamos, o sea nos adentramos, ya nuestros
sentidos quedaron totalmente atrapados, y produce en nosotros, entra en acción el
aspecto emocional, a actuar en una forma más directa, más fuerte en esto.
Al caer en la fascinación, pasamos entonces a eso que se llama el sueño. Al caer ya
en estado de sueño quiere decir que ya perdimos el nivel de conciencia, o sea que no
nos estaremos recordando a sí mismos ni nos estaremos auto‐observando.
Entonces nosotros tenemos que cuidarnos de ser observadores, de hacer
discernimientos de ese lugar donde nos encontramos. Porque en ese lugar
encontraremos nosotros elementos, objetos, cosas, personas, que nos pueden hacer
perder el nivel de conciencia, simplemente porque nos identificamos con algo o con
alguien, caemos en la fascinación y por último como resultado tenemos el sueño de la
conciencia.
Una vez le preguntaron al Maestro Gargha Kuichines, estábamos en una
convivencia, le dijeron: "Maestro, ¿cómo hizo usted para despertar conciencia, cómo
fue su inicio para lograr el despenar de la conciencia?". Y él explicaba, nos daba
ejemplos muy prácticos. El decía, como era una convivencia pero éramos pocas
personas, él decía: "mire, aquí estamos reunidos algunos hermanos. Pero uno tiene
que darse cuenta o discernir, saber que hay hermanas, que hay hermanos, que hay
niños. Diferenciar o discernir que hay personas adultas, personas jóvenes..." O sea
hacer un discernimiento del lugar. Decía: "hay que mirar qué es lo que nos rodea a
nosotros, los colores, las formas, o hay que discernir, reflexionar sobre el lugar en el
cual nos encontramos. Hay que fijar la atención, percibir con los sentidos en una forma
consciente, es decir, saber que lo que está observando lo puede determinar. O sea, por
ejemplo, se le puede preguntar a una persona, un varón, ¿de qué color son las medias
que lleva puestas? Estoy seguro que casi nadie define el color. Porque cuando se las
estaba poniendo no hizo un discernimiento del color de sus medias, o de su ropa.
Simplemente tuvo una visión muy superficial, no detalló, no tuvo esa capacidad de
detallar, de definir".
Y eso nos dice el Venerable Maestro Samael, que nosotros los seres humanos
vamos por la calle, por ejemplo, y nuestra mirada es perdida, nuestra mirada es como
de sonámbulos, porque aunque vamos en este lugar, pero la conciencia no está.
Entonces lo que percibimos nosotros, no detallamos, porque quizás la conciencia está
muy lejos. Entonces cuando nosotros querernos detallar lo que estamos percibiendo a
través de nuestros sentidos, estamos exigiendo que la conciencia esté presente, que
haya atención a lo que está sucediendo a nuestro alrededor. Eso nos decía el
Venerable.
Entonces, hay que poner atención, estar atentos a lo que se está sucediendo a
nuestro alrededor, y no ver las cosas como algo indiferente a nosotros. Porque resulta
que eso que estamos percibiendo son impresiones, y eso está dentro de nosotros, no
[95] Curso de Psicoanálisis
pueden pasar desapercibidas. Porque si pasan desapercibidas caemos fácilmente en
una fascinación, porque no hacemos un discernimiento.
Si vemos algún objeto que nos desagrada o que nos llama la atención, pero no
hacemos el discernimiento, y dejamos que sea el ego o un yo el que toma esa
impresión, pues caemos en la fascinación. Porque la fascinación se debe a esa fuerza
hipnótica que emana del agregado psíquico, pero que ‐vuelvo y digo‐ ahí tendríamos
que estudiar otros puntos que es la relación que tiene los átomos luciféricos que están
en la región coxígea con los diferentes niveles del subconsciente, donde está el ego.
Pero no es el tema.
Entonces, si nosotros no hacemos ese discernimiento caemos en la fascinación. Ya
los sentidos fueron atrapados. Una persona, por ejemplo, pasa por una tienda y ve un
traje bonito, lo ve bonito. Atrapó los sentidos, ¿verdad? Pero sí no hace un
discernimiento, una reflexión, cómo la reflexión que hace Sócrates. Dice: "tantas cosas
bellas que yo no necesito"...
Ya con esa reflexión, con ese discernimiento, no cae en la fascinación, rompe con
el hechizo que el ego tiene y que lo hace fascinarse, porque ya reflexiona: "no las
necesito", entonces no sigue identificándose con eso que está percibiendo con sus
sentidos.
Que es lo mismo que nos plantea el Maestro: "alerta percepción, alerta novedad".
Estar atento a lo que percibimos, ¿sí? Alertas, o sea atentos, al acecho, de lo que
percibimos. Alerta percepción, alerta novedad. O sea, ¿qué se sucede?, ver las cosas
con un sentido nuevo.
Dice el Maestro: "si nosotros venimos a este salón todos los días, todos los días
hay que hacer un discernimiento de las cosas que hay dentro del salón, ver algo nuevo,
o ver lo nuevo que hay dentro de este lugar", el mismo ambiente, ¿verdad? Percibir
eso, que el ambiente de hoy no es el mismo que teníamos ayer en este salón. O sea, ir
descubriendo ese "algo nuevo". Que hoy quizás tenemos menos número de personas
en el recinto, o posiblemente más. ¿Quién se ha dado cuenta de eso? ¿Quién ha hecho
esa reflexión o esa observación?
Hoy nos encontramos posiblemente con una ropa diferente a la de ayer, o
posiblemente con la misma. ¿O no? ¿Verdad? Entonces hay que ser detallistas, o
detallar, discernir, y eso le ayuda a uno a ir despertando, o a ir manteniendo esa
conciencia activa en nosotros. Pero si nosotros llegamos a este recinto, y no hacemos
ninguna observación, por ejemplo, ¿ayer de qué color era la vela que estaba aquí
encendida? Roja. ¿Pero cuándo nos dimos cuenta? Quizás ahorita que tomamos la
reflexión. ¿Este será el mismo florero que había ayer? ¿Están seguros? ¿No le falta
nada? ¿No? ¿Ya lo reflexionaron, lo analizaron? ¿No será que se calló un pétalo, se
caería una hoja? Pero sí ver algo nuevo. Por ejemplo, aquí hay algo nuevo: se quemó
una ramita. ¿Eso es algo nuevo, verdad?
La hermana que colocó el florero, ella viene y mira el florero, dice: "aja, aquí se
quemó esa ramita". Es algo nuevo. Pero si ella llega y "sí está bien" y no se da cuenta
que se le quemó una ramita, quiere decir que no está consciente de sus sentidos, no
[96] Curso de Psicoanálisis
tiene conciencia de sus sentidos de percepción, no está alerta novedad a lo que está
sucediendo.
Pero como aquí tenemos sujeto: esencia, conciencia, entonces no hay que ver
solamente lo que está nuevo en la parte física, sino en esos estados de conciencia.
¿Quién de nosotros se ha dado cuenta si el estado de conciencia o estado anímico
de hoy ha sido el mismo que hemos tenido ayer y anteayer aquí? ¿Cuál es nuestro
estado anímico? ¿Qué nuevas preocupaciones tenemos? ¿Qué nuevas ideas? ¿Qué
nuevos sentimientos se han gestado en nosotros? Claro, ustedes dirán "esto es mucho
trabajo", ¿verdad? ¡Uf! Incansable el trabajo, ¿no? Pero resulta que ESO ES alerta
novedad, alerta percepción.
Si nosotros nos mantenemos en este estado podemos manejar o estar en este
lugar, y no dejar que nuestra conciencia quede atrapada dentro de las cosas, los
objetos que están dentro de este lugar, porque nos hacemos conscientes de ello, del
lugar donde nos encontramos, ‐vuelvo y digo‐ no solamente como persona, sino como
esencia o conciencia, hacernos conscientes de ese lugar en donde nos encontramos.
Ahora bien, ya reflexionaron sobre la pregunta, ¿verdad? ¿Qué es el recuerdo de
sí? Dígame... "Recordarse al Dios interno" ¿Que más pueden decir? ¿Cómo?
"Sentirse el cuerpo físico".
“Sentirse el cuerpo físico”.
«Estar atento a todo, entender que somos esencia, que somos más que lo que
somos, y estar, tener reflexión, todo lo que pensamos, todo lo que sentimos, ¡es
difícil!... »
Bueno, está bien.
«Fundir la conciencia con la luz.»
"Fundir la conciencia con la luz, o sea fecundar la conciencia con la luz", del Ser,
¿verdad?. ¿Qué más es el recuerdo de sí?
«Sentirse conciencia.»
"Sentirse ser conciencia". ¿Qué más podemos decir de eso que se llama el
recuerdo de sí? Porque tenemos que tener claridad, porque si no sabemos qué es el
recuerdo de sí, o no captamos la idea, pues no podemos hacerla, no podemos
recordarnos, porque hay que saber qué es el recuerdo de sí.
«Sentirse persona y sentirse Ser.»
"Sentirse persona y sentirse Ser"
«Aceptar que el cuerpo físico es un vehículo de eso que somos.»
«Un vehículo de expresión el cuerpo físico. »
«Estar ubicados en la psiquis [...]»
[97] Curso de Psicoanálisis
"Ubicarse en la conciencia".
«Ser conscientes de nuestra propia deidad.»
Bueno.
«Fundamentalmente, no olvidar que ese espíritu, ese Ser...»
... del Ser…
«Daniel, sentirla respiración a cada instante, sentir que entra ese Dios...»
...el hálito de vida... Bueno, ¿qué es el recuerdo de sí? [risas]
Claro, reunamos todas las opiniones, la información que ustedes tienen, vamos a
reunirla.
«Es como un estado de reflexión que nos permite la comprensión del evento.»
¿Es qué?
«...como un estado de reflexión que nos permite la comprensión del evento...»
Un estado... También lo subrayamos y lo enmarcamos, para que no se nos olvide:
EL RECUERDO DE SÍ ES UN ESTADO DE CONCIENCIA, es esa ubicación e integración,
con el Ser, Es recordarse de su Ser, no olvidarnos de nuestro Ser, afirmar el Ser, como
chispas de una gran hoguera.
Ese recuerdo de sí es no olvidarnos de que somos esa chispa de esa gran hoguera
que es el Ser, y que esa hoguera alimenta a esa chispa y la hace fuerte resistente.
Entonces en sí es un estado de conciencia el recuerdo de sí, al lograr la integración
con su Ser.
«A nivel sensación, ¿qué produce? ¿Cómo lo podemos…? Lo tenemos que
comprobar, no lo podemos expresar...»
Claro. A ver, hagamos el ejercicio, recordémonos a sí mismos. Ubiquemos la
conciencia en el lugar que debe de estar. Es muy sencillo, muy fácil, no hay necesidad
de cambiar de posición, no hay necesidad de nada, simplemente recordémonos a sí
mismos. Ubiquemos la conciencia donde debe de estar. No es difícil, ¿verdad? Es fácil
el ejercicio. Y en este lugar, ¡cuánto más! Muy sencillo.
De tal manera que sí podemos recordarnos a sí mismos, ¿verdad? ¿Por qué?
Porque es producir un estado de conciencia. Y ese estado de conciencia se produce al
recordarnos de nuestro Ser. Basta decir "Dios mío, ¡Dios!" Ese es un mantram,
¿verdad?
Ese estado no debemos de perderlo. Pero basta un pensamiento, una imagen, una
idea, un concepto, y ya se pierde. Entonces no es difícil recordarse a sí mismo, lo que sí
es difícil es mantenerse en recuerdo de sí, eso sí es difícil: poder sostenerse ese
recuerdo de sí. Pero producirlo no.
[98] Curso de Psicoanálisis
Porque el Venerable, él nos enseña cuando dice: "Si nos hacemos pasivos para el
ego en la personalidad, en los sentidos, en los centros y en la mente, la conciencia se
hace activa y el Ser la ilumina".
Entonces el recuerdo de sí es algo que nos ayuda a nosotros a recibir ese alimento
espiritual, esa luz del Ser. Como preguntaba la hermana allá, no se puede describir ese
sentir en un estado de recuerdo de sí, porque eso es algo nuevo. Por ejemplo, ¿qué
experimentaron ustedes ‐los que lo lograron‐ qué experimentaron? ¡Claro! Algo
nuevo, algo que no estaba sucediendo en nosotros. Algo que no se sucede con
permanencia, eso es algo nuevo. ¿Cómo lo define? No hay palabras para definir lo que
se siente, lo que se percibe.
¿Qué otro fenómeno pudieron ustedes observar, o están observando ‐los que
todavía no han perdido el recuerdo de sí‐? Una paz, una armonía. Por eso dice el
Maestro: "hay que ponernos en armonía con el universo para que la paz se exprese en
nosotros". Porque si estamos en desarmonía, esa energía que se llama paz no podría
llegar a nosotros. Entonces eso es algo nuevo en nosotros.
Ahora bien, ¿cómo diferenciamos nosotros, o cómo conocemos que está de día o
que está de noche, o que estoy en la luz? Para un ciego, ¿le será fácil diferenciar las
tinieblas o la oscuridad de la claridad? ¿Y qué somos nosotros? Ciegos. Por eso es que
no es fácil, apreciados hermanos, darnos cuenta cuando estamos conscientes y cuando
estamos inconscientes. Y muchos hermanos están conscientes pero no saben que
están conscientes. Así como hay muchos hermanos que están inconscientes y creen
que están inconscientes. Es el mismo fenómeno, ¿verdad?
¿Qué nos toca a nosotros para saber si estarnos conscientes o no estarnos
conscientes? ¿Qué hay que hacer? ¿Qué hay que hacer? ¿Qué hay que hacer? La auto‐
observación nos llevaría a nosotros a ir descubriendo esos estados de conciencia e ir
conociendo los estados de inconsciencia. ¿Pero qué son esos? Día y noche. Son
fenómenos, ¿o no? Bueno.
¿Qué es lo que percibimos del mundo? Fenómenos. Entonces uno tiene que
aprender e ir captando y percibiendo esos fenómenos o acontecimientos en
momentos de estar conscientes. Pero para conocer la luz debo de conocer las
tinieblas, ¿verdad? Claro. Porque si no, de pronto estoy en tinieblas y creo que estoy
en la luz. Entonces hay que conocer las dos.
Les pongo otro ejemplo, ya en relación a la comprensión. ¿Cómo sé que estoy
comprendiendo, o que he comprendido... un problema, un conflicto o un evento de la
vida? Muy sencillo, dice el Maestro. Si yo estoy observando algo, una actividad, por
ejemplo de una persona, y la censuro, no es la conciencia, ¿verdad? Si la justifico no es
la conciencia. Porque la conciencia ni justifica ni censura, comprende.
Entonces es fácil, si yo critico o censuro un comportamiento egoico, no lo estoy
comprendiendo. ¿Cómo me doy cuenta que lo estoy comprendiendo? Cuando ni lo
critico ni lo justifico. Entonces si me doy cuenta que es la conciencia la que está
actuando.
[99] Curso de Psicoanálisis
Más o menos ese mismo fenómeno, ese mismo trabajo, hay que hacer, porque no
tenemos otra, otra forma de nosotros llegar a ver o percibir qué es estar conscientes,
sí no nos damos cuenta de esos fenómenos o comportamientos cuando estamos
inconscientes. Entonces, por eso, para reconocer la luz hay que conocer las tinieblas.
Yo les invito a ustedes a que estudien un libro ‐ya los estoy poniendo a estudiar a
ustedes‐ un libro que se llama "La revolución de Bel", y estudiemos qué hizo el
Venerable para poder rescatar a esa conciencia, ¿verdad?
A mí me llamó mucho a la reflexión aquello. Y yo lo veo en el rescate de nuestra
propia conciencia, el rescate que hizo el Venerable Maestro Samael de esa conciencia
de Bel. Exacto.
«Cuando vos hablabas recién de la comprensión, pero ¿cuál refiriéndonos a otra
persona o a otra situación? Porque ahí, como vos decía, es fácil condenar o justificar.
Pero, ¿cómo saber, por ejemplo de lo que vos hablabas ayer en el ejemplo del
psicoanálisis, cuando uno comprendió realmente esa enseñanza?»
Sí. En eso de la comprensión hay que tener en cuenta lo siguiente: que en la
comprensión hay niveles y niveles y niveles, porque es un funcionalismo de la
conciencia. Entre más conciencia haya despierta, activa, mayor es el nivel de com‐
prensión. Entonces, ya entraremos a percibir lo que es la comprensión.
Bueno. Seguimos entonces con esto. ¿Ya estamos claros, no? El recuerdo de sí es
un estado de conciencia, ya sabemos en qué consiste, ¿verdad?, ese estado de
conciencia: No olvidarse de su Ser, integrarse con su Ser, como lo planteamos ayer con
la figura. Esa integración conciencia‐Ser, o ese Sol espiritual nuestro, ese Intimo, que
tiene que alumbrar esa conciencia.
Ahora, entonces, ¿qué es la auto‐observación? ¿Qué es la auto‐observación?
Porque aquí hay una situación un poco difícil: Nos hemos encontrado con casos en que
los hermanos dicen que la auto‐observación es verse a sí mismo, o recordarse a sí
mismo, y resulta que no puede ser así, porque entonces si la auto‐observación es lo
mismo que recordarse, no tengo ya razón de definirse esos dos aspectos.
Para la auto‐observación el Venerable nos dice que tenemos que separarnos en
dos: observador y observado. ¿Quién observa? La conciencia. Pero, ¿cuál?
¿Qué es lo que tenemos que observar? Bueno, entonces, si el recuerdo de sí no es
igual a auto‐observación, entonces ¿qué es la auto‐observación?
Es UN SENTIDO. Ya nos va quedando más claro esto, ¿verdad?, con sólo practicar.
Es un sentido de visión psicológica. Entonces sí encontramos una gran diferencia,
¿verdad?, entre el recuerdo de sí y la auto‐observación de sí. Es un sentido.
Como es un sentido de percepción puede ser utilizado por la conciencia o puede
ser utilizado por el ego, ¿verdad? Por eso dice el Venerable que lo paradójico es que
una persona se esté auto‐observando y esté olvidado de sí mismo. Parece increíble,
¿verdad? Pero así se sucede.
[100] Curso de Psicoanálisis
¿Por qué? Porque el que está haciendo la auto‐observación es un yo. Entonces sí
se puede estar auto‐observando y estar olvidado de sí mismo. ¿No creen ustedes que
de pronto eso es lo que nos está pasando? Y por eso no podemos conocer el ego,
explorar e investigar. Porque corno dice el dicho popular: "Entre bomberos no se pisan
la manguera", ¿verdad?
Un yo no puede estar interesado en que otro yo muera. Y mucho menos en que lo
descubran, al contrario, está interesado en que no se conozca. Entonces aquí viene la
parte más difícil de este trabajo de la clave SOL. Le estamos encontrando las
dificultades que tenemos para vivir la clave SOL, y es ‐y perdonen‐ que no sabemos
recordarnos a sí mismos, y que no sabemos auto‐observarnos, por lo tanto no
podemos vivir la clave SOL.
Pero como esto no se lo podemos dar a una primera cámara porque no nos
entenderían, pues simplemente se maneja una técnica, ¿verdad? Sujeto: Daniel;
objetivo: estoy caminando, estoy hablando, estoy comiendo... Lugar: el lugar donde
estamos. Porque ese es el inicio, es el aprendizaje que uno hace para manejar ese
aspecto.
Pero ya nosotros, como sí nos sabemos recordar a sí mismos, como sí nos
sabemos auto‐observar y nos sabemos ubicar en el lugar, entonces sí podemos vivir la
clave SOL.
Entonces vivir la clave SOL no es decir: "sujeto: Daniel; estoy conversando…" No.
La clave SOL consiste en que estemos en recuerdo de sí, en auto‐observación, alerta
percepción y alerta novedad, y para eso no hay que decir "sujeto: Daniel". Sim‐
plemente vamos a estar en recuerdo de sí como lo que hicimos ahorita y que yo
espero que todos estemos en recuerdo de sí.
Aquí hay muchos instructores, ¿verdad? Quizás todos. ¿Qué le pasaría a un
instructor si se olvida de sí mismo? No podría transmitir un conocimiento. Porque ¿qué
tal yo hablándoles del recuerdo de sí y de pronto pensando por allá en otras cosas?,
¿verdad? No podría transmitir un conocimiento. Entonces eso nos hace llamar la
atención, fundamental.
¿Qué otro fenómeno se sucede en el recuerdo de sí? Que los sentidos están
atentos a lo que percibe, tanto físicos como internos, yo he hecho, casi siempre he
hecho un experimento ‐llamémosle así, porque esta es una psicología experimental‐
cuando trabajamos en grupo. Y es que en muchas ocasiones hay hermanos que
tenemos un hábito, y es que cruzamos la pierna y comenzamos a moverla, ¿verdad?
Entonces cuando yo veo a esas personas y estamos en clase de psicología, yo
simplemente digo "vamos a hacemos conscientes" o "hagámonos conscientes de sí
mismos, recordémonos a sí mismos". Y la persona que está moviendo la pierna, de
inmediato, instantáneamente deja de mover la pierna. Pero eso no es todo. Y yo le he
preguntado ‐lo he hecho corno cinco veces‐ yo le pregunto a la persona ‐es en los
cursos para misioneros que se presenta eso‐, yo le pregunto: ¿usted se dio cuenta qué
sucedió en usted? "No".
[101] Curso de Psicoanálisis
El sólo hecho de decir "recordémonos a sí mismos", ya esa conciencia comienza a
tomar el mando del cuerpo, en este caso sería el centro motor, y la persona ni nos
damos cuenta. Por eso yo les estoy diciendo, apreciados hermanos, que nosotros
podemos estar conscientes de sí mismos y no nos estamos dando cuenta.
¿Por qué? Porque no hacemos un discernimiento, no estamos atentos de lo que se
está sucediendo, como el caso que les pongo. La conciencia se hace dueña del cuerpo,
de los centros, y la persona no lo percibe, ¿Por qué? Porque no hace ese
discernimiento. Y sin embargo esa persona la conciencia se hizo cargo del centro
motor y dejó de moverse, y ella no lo percibió.
Por eso yo me atrevo a decir que muchas veces uno está consciente y no sabe que
está consciente. Como el ciego, que no sabe si está de día o está de noche, si está en la
oscuridad o está en la luz.
¿Qué nos toca hacer a nosotros? Dice el Maestro, el psicoanálisis: hacer un
discernimiento. Pero discernir, gnósticamente hablando, esotéricamente hablando, no
es simplemente la definición académica que puede dar un diccionario. Discernir es
percepción directa, es la captación que uno hace de lo que se está sucediendo en sí
mismo.
El discernimiento consiste en una acción, en una actividad de esos sentidos de
percepción psicológica. Y es lo que nos indica a nosotros cómo vamos, cómo estamos
en nuestro propio trabajo. Ese es el discernimiento.
Por lo tanto ‐vuelvo y digo‐ tenernos que, antes de querer auto‐observarnos, estar
en recuerdo de sí. Porque si la conciencia no está presente, el que hace la auto‐
observación es un ego. Porque es un sentido. Así como este sentido de la vista lo
puede utilizar el ego para ver lo que no nos interesa ver, también lo puede utilizar la
conciencia para recibir una información que necesita o que le es favorable. Así mismo
ese sentido de auto‐observación puede ser utilizado por el ego o por la conciencia.
«Pero por decisión del propio individuo. Si estoy en esa posición, puedo comprobar
con facilidad qué propósito persigue ese pensamiento [...]»
«... que los sentidos son "idos" dice el Maestro, que ya fueron, lo que ya pasó. ¿Con
la auto‐observación es lo mismo?»
La auto‐observación ‐por eso estamos hablando‐, la auto‐observación es un
sentido de visión psicológica. ¿Sí? O de percepción. Si la situación es la palabra sentido,
entonces pongámosle percepción. Porque, a ver, aquí viene otro puntito. ¿Qué nos
dice el Venerable? El sentido de la auto‐observación está atrofiado en los seres
humanos.
[102] Curso de Psicoanálisis
¿Ustedes creen que con un sentido atrofiado nos podemos auto‐observar
correctamente? No. Está en una forma residual. ¿Qué tenemos que utilizar entonces?
Esa forma residual, que tenemos de auto‐observación, para que se vaya desarrollando.
Entonces, ¿qué tenemos que hacer para podernos vivir en la clave SOL? Hacer
ejercicios de auto‐observación. Hay que hacer un ejercicio. No hay otrá forma de
desarrollar el sentido de auto‐observación.
«El uso corriente lo perfecciona.»
Exacto. ¿De qué está compuesto el sentido de auto‐observación? Es decir, vamos
a discernir sobre esto, vamos a desmenuzar, a sacarle la sustancia a esto. ¿Ustedes
pueden ver un pensamiento, los pensamientos? ¿Pueden ver las imágenes mentales?
Hagamos el ejercicio: Miren ese florero, ¿Ya, verdad? Cierren los ojos. ¿Están viendo el
florero? Sí, ¿verdad? ¿Con qué lo están viendo?
«[respuesta inaudible]»
¿Perdón? No, la memoria no. En la memoria está grabado el florero, o sea es una
impresión que quedó grabada y se convirtió en memoria, o sea en los archivos. Pero,
¿con qué estamos viendo esa imagen mental? ¿Con qué? Con la imaginación, con la
imaginación.
Ahora, ustedes me están escuchando, ¿verdad?, con estos sentidos. Ahora
escúchense a sí mismos, formen una charla interior ahí. ¿La están escuchando? Sí,
¿verdad? ¿Con qué la están escuchando? ¿Con ese sentido? Con ese sentido interno,
¿verdad?
Entonces, ¿qué es lo que actúa como sentido de auto‐observación? Los sentidos
internos. Por eso es que nosotros no podemos auto‐observarnos plenamente, porque
nuestros sentidos internos están atrofiados. Pues resulta que nosotros tenemos que
ver, tenernos que oír, tenemos que sentir, tenemos que intuir, ¿verdad? Pero esos
sentidos están atrofiados, de tal manera que la auto‐observación es muy residual.
Esto quiere decir que la información que nosotros tenemos de nuestra mundo
interior, o mundo de estados psicológicos, es muy mínima. Y resulta que nosotros para
trabajar sobre la muerte del ego, o en el descubrimiento o en el psicoanálisis tenemos
que tener información muy clara, muy precisa, objetiva, amplia. Tenemos que tener un
conocimiento de esas actividades psicológicas, pero tenemos un sentido de auto‐
observación atrofiado. ¿Qué nos toca hacer? Desarrollarlo.
« [Pregunta inaudible]»
¡Claro! Es que no estamos diciendo que no hay auto‐observación, o sentido, sí lo
hay, pero mínimo. Miren, les pongo un ejemplo: Nosotros tenemos este sentido de la
vista, y a menos que de pronto tenga lentes o algún problema visual creemos que lo
tenemos desarrollado, ¿verdad? Ninguna persona aceptará que tiene el sentido de la
vista atrofiado, estoy seguro que no lo aceptan. Todo el que tiene lentes, ya por
miopía o por otros problemas visuales acepta que ya está deteriorada, ¿verdad?
[103] Curso de Psicoanálisis
Dice el Venerable Maestro Samael que los atlantes ‐o los lémures, no recuerdo
bien‐ veían cinco millones de tonalidades del color. ¿Cuántos vemos nosotros? Dice el
Maestro: unos cuantos que no llegan a cien. Pónganle que llegue a doscientos las
tonalidades que uno llegue a percibir, o a diferenciar, de color. Frente a cinco millones
que percibían los atlantes. ¡Hágame el favor! Y es un sentido que lo estamos usando,
¿cierto? Entonces, ¿cómo estará nuestro sentido de auto‐observación, cuántas
existencias nos han pasado que no lo hemos usado? Esto para que hagamos la relación
de la capacidad visual, de la visual auto‐observación.
Les pongo otro ejemplo, otra reflexión. Esto en relación al sentido del olfato. El
Maestro narra que en los antiguos tiempos ‐no recuerdo bien quién nombre, si es la
época de los fenicios, los caldeos, o por ahí en esa época‐ había escuelas
especializadas en desarrollar los sentidos físicos. Y que una persona desarrollaba el
sentido del olfato de tal manera que podía descubrir los aspectos psicológicos de una
persona con el sentido del olfato. Nosotros ahora por ahí el asado es el que más
descubrimos.
Esto para que nos demos cuenta que si estos sentidos físicos que hemos estado
utilizando están atrofiados, cuánto más el sentido de la auto‐observación. No lo hago
con la intención de que ustedes se desanimen. No. No es esa la intención. Todo lo
contrario. Que nos animemos a ejercitar el sentido de la auto‐observación. Que
intensifiquemos el trabajo, que hagamos prácticas de auto‐observación. Que hagamos
prácticas de recuerdo de sí. Dediquemos tiempo.
En el ritual de consagración ‐un paréntesis, y afinemos un poquito eso‐, ¿qué
quiere decir la palabra "consagrar" o "consagración"? Dedicar, ¿verdad? ¿Qué hemos
consagrado nosotros? La vida, ¿cierto, la hemos consagrado ¿a qué? A la búsqueda de
la verdad. ¿Y quién es la verdad? Dios, el Ser. Y ¿estaremos cumpliendo con eso? ¿No
será que decimos: "no, mire, yo no puedo ir al Santuario, no puedo ir al ritual, no
puedo ir a la cadena, yo no puedo hacer una meditación porque no tengo tiempo, es
que la vida no me alcanza, el tiempo no me alcanza"? Pero resulta que nosotros hemos
hecho un juramento en un ritual de consagración. Consagramos la vida hacia la
búsqueda de la verdad. ¿No es así? ¿Lo estaremos cumpliendo? Hicimos un
testamento donde dice: Has muerto a tu vida pasada. El testamento es lo que sobre‐
vive del hombre o de la mujer que fuiste. ¿Hemos renunciado a esa forma de vida en la
cual nos desenvolvíamos antes de ser consagrados?
Si así seguimos haciendo esos análisis, nos damos cuenta de que no estamos
cumpliendo. Como el caso que poníamos ayer. Nosotros decíamos que somos, ¿qué?
Estudiantes, ¿verdad? Estudiantes de la gnosis. Pero ayer nos dimos cuenta que no
sabemos estudiar la gnosis. Porque estudiar es indagar, investigar, escudriñar,
explorar, para adquirir un conocimiento, para encarnar un conocimiento. Y ya quedó
demostrado que memorizar no es estudiar. Memorizar no nos sirve a nosotros para
capturar conocimientos.
Entonces simplemente decimos "somos estudiantes". Pero ‐yo diría‐ aspiramos a
ser estudiantes de la gnosis, aspiramos ser estudiantes, o sea investigadores,
escudriñadores, experimentadores de eso que se llama gnosis. Porque no le
[104] Curso de Psicoanálisis
dedicamos el tiempo, ni aplicamos esa voluntad, esa tenacidad para hacer esas
prácticas que se necesitan.
Yo les sugiero a ustedes, apreciados hermanos, no es que les esté poniendo
trabajo, que les quiera cambiar la didáctica de trabajo que ustedes tienen, pero lo que
sí les digo, apreciados hermanos, si nosotros no hacemos unos ejercicios en
condiciones favorables de recuerdo de sí, no podremos desarrollar esa capacidad.
Porque el problema es que nosotros queremos estar en recuerdo de sí en
circunstancias difíciles, cuando no tenemos ese poder o esa facultad de recordarnos a
sí mismos.
Entonces, dice el Maestro: hay que regalarnos cinco, diez, quince minutos, en los
cuales vamos a dedicar esos cinco minutos a nuestro Ser, en los cuales vamos a hacer
la integración con nuestro Ser, pero hay que hacerlo. Hay que regalarle esos cinco,
diez, quince minutos al Ser para hacer el recuerdo de sí, en circunstancias ‐vuelvo y
digo‐ favorables.
Porque nosotros pretendemos estar en recuerdo de sí en la calle, en el trabajo, en
ese ajetreo, en ese tren de vida que llevamos tan agitado queremos recordarnos a sí
mismos pero no es posible porque no hemos desarrollado esa capacidad de hacerlo,
hay que desarrollarla. Entonces hay que hacer ejercicios, prácticas, pero en
circunstancias que sean favorables para desarrollarlo, e ir desarrollando esa capacidad.
Yo los invito a eso, apreciados hermanos, regalemos en el día cinco, diez minutitos
a la práctica del recuerdo de sí. Así nos lo orienta el Maestro.
Igualmente, regalémonos diez o quince minutos y hagamos el ejercicio en unas
circunstancias favorables, de auto‐observación. Vivenciemos nosotros qué es auto‐
observarse. Pero mirémoslo nosotros en unas circunstancias que sean favorables, y
desarrollemos esa capacidad.
Cada vez que hagamos esos ejercicios vamos adquiriendo esa capacidad, y la
vamos logrando utilizar en ese diario vivir tan ajetreado, tan difícil que llevamos
nosotros.
No quiero decir que ustedes no traten o intenten de recordarse o de auto‐
observarse permanente, no quiero decir eso. A lo que los estoy invitando es a que
busquemos las circunstancias más favorables para hacer nuestros ejercicios para
desarrollar esas capacidades y poder enfrentarnos en mejores circunstancias hacia los
eventos fuertes de la vida. Es lo que queremos decir.
Porque ya hemos aceptado, ¿verdad?, considero, que no sabemos, o que no nos
podemos recordar a sí mismos fácilmente, ¿verdad? Hemos reconocido, y estamos
reconociendo, que no sabemos o que no podernos auto‐observarnos correctamente. Y
hemos aceptado la necesidad de desarrollar esas capacidades. A esa conclusión llego,
de que necesitamos darnos circunstancias y darnos el tiempo necesario para
desarrollar esas capacidades.
El problema es creer nosotros que ya tenemos esas capacidades. Como aquel que
cree que puede ver cuanta película aparezca por ahí, que puede darse el lujo de
[105] Curso de Psicoanálisis
Entonces necesitamos con urgencia, en primer lugar, aceptar que esto del
recuerdo de sí no es tan fácil. Que hay que desarrollar esa capacidad de recordarse a sí
mismo, que no es tan fácil auto‐observarse, que hay que desarrollar esa capacidad. Y
que lo más difícil es estar en recuerdo de sí y lograr la auto‐observación. Porque
fácilmente se confunde una cosa con la otra, una persona se puede estar auto‐
observando y cree que está en recuerdo de sí, y es lo más fácil que se esté sucediendo,
y entonces el observador sería el ego y no la conciencia. De esa manera, entonces,
estaríamos trabajando con lo que es la clave SOL.
«Con respecto a lo que decía del olfato, ¿Los agregados psicológicos tendrían
olor?, porque el Maestro habla por ahí de "el adulterio, que huele tan feo", o "la
fragancia de la amistad"...»
Bueno, yo tomé el ejemplo del sentido del olfato pero, no nos metamos por ahí
porque perdemos el hilo de esto. No perdamos nosotros eso. Ahora bien, miremos
nosotros las ventajas que tiene... Podemos borrar ¿verdad? No se nos olvida que el
recuerdo de sí es un estado de conciencia que hay que producir en nosotros. No se nos
va a olvidar que la auto‐observación es un sentido de visión psicológica...
LA CLAVE SOL Y LOS SISTEMAS
La clave SOL, aparte de todas estas cosas que hemos estudiado, juega un papel
importante en esto que el Venerable Maestro Lakhsmi ha venido insistiendo tanto,
que es salirnos de los sistemas. Hace ya varios años que el Venerable ha venido
insistiendo en el pueblo gnóstico: "hermanos, hay que romper con los sistemas", "los
sistemas nos están ahogando", "los sistemas son esas aguas nauseabundas,
podridas, de las cuales tenemos que salir"... Pues la clave SOL es el elemento o la
técnica, la didáctica con la cual podemos ir saliéndonos de los sistemas.
Los sistemas nos tienen ahogados. Nos tienen atrapados los sistemas. ¿Cómo salir,
cómo salir? A través de la clave SOL. Dice el Venerable que el hombre está perdido en
el intelecto, que el hombre ya a través del aspecto intelectual no puede ser rescatado,
porque el aspecto intelectual no le permite tener esa comprensión necesaria para ser
rescatado. Sólo nos queda la posibilidad de ser rescatados a través del corazón.
De tal manera que para nosotros poder ser rescatados tenemos que liberar el
corazón, que en sí es el sentir del Ser, o la expresión del sentir del Ser. Pero para poder
hacer eso, para ser rescatados por un mensaje, por una doctrina, debe llegar esa
doctrina al corazón. Por eso los sistemas no nos sirven a nosotros para un rescate. Y
esos sistemas nos tienen invadidos completamente. Hay que emerger de esas aguas
nauseabundas que son los sistemas.
[106] Curso de Psicoanálisis
La clave SOL le permite a la persona sacar su mente y sacar el corazón del sistema,
o sea ese es nuestro trabajo. Esto quiere decir que nosotros no debemos dejar que
nuestra forma de pensar y nuestra forma de sentir esté manejada, o sea de acuerdo a
los sistemas. Vamos entendiendo esto, ¿verdad? Porque si nosotros dejamos que
nuestra forma de pensar y nuestra forma de sentir estén manejados o dirigidos por los
sistemas del mundo, imposible ser rescatados, no es posible.
Esto hace referencia a lo que dice el Venerable en esa parábola, cuando dice que
para vino nuevo, odres nuevos. Sí nosotros no liberamos nuestra forma de pensar y
nuestra forma de sentir de todos esos conceptos, opiniones, ideas, que hay
establecidas en nosotros, creadas por los sistemas, el vino nuevo de la Gnosis, o la
doctrina crística solar, no puede ser depositada en nosotros.
La mente se petrificó dentro de esos conceptos y dentro de esas opiniones, ideas,
como el ejemplo que colocábamos, de ese niño que se le dijo que los niños los traía la
cigüeña, como que el regalo lo trae el niño Dios... Eso va ocupando un espacio en la
mente y de acuerdo a ello hay, entonces, esas reacciones, ese dualismo en la mente.
La mente está invadida por el ego y es una guarida de agregados psíquicos, de
yoes, y no nos permite aceptar una doctrina tal como es. Si nosotros queremos
simplemente tomar la doctrina a través del centro intelectual, o la parte intelectiva, no
llegaremos a que esa doctrina, o lo explicábamos como el centro pensante, se
convierta en conciencia y nos pueda rescatar.
Como esa parte intelectiva del ser humano está demasiado aferrada, está
demasiado atrapada por los sistemas, dice el Maestro, nos queda el corazón para
hacer el rescate del hombre, porque ya en la mente o el aspecto intelectivo no es
posible.
Pero para nosotros poder recibir ese mensaje, recibir esa doctrina en el corazón,
necesitamos salimos al menos en esos niveles, del sistema, y eso nos lo permite la
clave SOL.
Veamos algunos aspectos del sistema, o de esos sistemas, y ustedes lo pueden
practicar, lo pueden vivenciar, en un aspecto muy sencillo, muy elemental. Ustedes, o
uno, se da cuenta, cuando uno entra a una tienda a comprar un traje, unos zapatos, un
vestido. Por ejemplo, las damas. Cuando lo atiende la persona, el vendedor, lo primero
que le dice es qué es lo que está de moda, ¿no es así? El vestido, los zapatos, "esto es
lo que está de moda". Y hace todo lo posible por venderle ese artículo. Porque ya
psicológicamente, la estructura psicológica es que hay que estar de moda, o en la
moda actual.
¿Cuántos elementos hay que actúan y que hacen que la persona busque estar en
la moda, así no le guste o no le llame mucho la atención? Pero esa es la estructura
psicológica: hay que estar a la moda. Eso ya quedó ahí grabado, plasmado, como digo,
gústele o no le guste.
No es que vamos a hablar de las damas, sino a colocar ciertos ejemplos que son
más prácticos. Por ejemplo, no sé si aquí ya pasó esa moda de que la dama o la mujer,
[107] Curso de Psicoanálisis
en su forma de vestir deje en descubierto el ombligo. ¿Todavía está de moda acá?
Pero en invierno merma, ¿no? Por el frío.
Mas sin embargo uno ve – claro, hay que ser un mirón, ¿no? – uno ve que una
dama o una mujer va por la calle o está en un lugar, y tiene el ombligo descubierto.
Pero cuando se da cuenta que alguien se fija, enseguida trata de taparse, ¿verdad? ¿O
no? O una dama que se pone una minifalda, igual – eso es ser uno mirón, ¿verdad? –
pero uno se da que ella trata de taparse. ¡Más sin embargo se la pone! ¿Si me hago
entender? Acepta la moda, ¿sí?, se coloca a la moda, pero en el fondo no es que la
acepte por un aspecto muy natural, sino porque está impuesta por el sistema.
Claro, como dice el hermano, habrá lugares donde… pero me refiero a esos casos.
Por ejemplo, allá en algún lugar, una hermana gnóstica llegó con su ombligo al
descubierto, algo que le parece a uno como raro, extraño, más sin embargo – vuelvo y
les digo – no porque sea feo, sino porque es la moda lo deja al descubierto. Pero
cuando trata de estar consciente, se da cuenta que no lo debe hacer y entonces busca
tapárselo. O sea, quiere estar bien con la conciencia y se lo tapa. Pero cuando quiere
estar bien con la sociedad, con el sistema, entonces lo deja al descubierto.
Entonces uno se da cuenta que el sistema tiene una fuerza superior al estado de
conciencia de la persona. O sea, lo hunde, lo esclaviza. El ejemplo que yo les sugiero,
por ejemplo a las damas – no en relación al ombligo ‐, sino cuando ustedes vayan a
comprar un traje, y les quieran imponer, por ejemplo el vendedor o la vendedora les
quiera imponer este traje ”porque está de moda”, hagan ustedes un ejercicio de auto‐
observación, y hagan un ejercicio de recuerdo de sí. O hagamos las cosas derecho,
recuerdo de sí.
Yo les doy testimonio de ello, que cuando uno se recuerda a sí mismo y se auto‐
observa, no acepta eso, no lo acepta. Y háganlo. Pero olvídese de sí mismo y verá que
resulta llevándose lo que no le gusta, y entonces cuando se lo va a poner se da cuenta
que… Pero entonces, como le costó plata, le costó dinero, pues no lo va a botar al
cesto de la basura, se lo pone aunque después tenga que ponerse la mano en el
ombligo, ¿verdad?, o taparse con la mano.
Pero si en el momento de ir a comprar esa prenda, o el vestido, o el traje, o los
zapatos, se ubica en su nivel de conciencia, no se deja manipular, inclusive uno siente
como que no cabe ahí en ese lugar, porque lo están presionando, lo están queriendo
obligar a comprar una cosa que no quiere y, muchas veces, que no necesita.
Entonces, si nosotros logramos estar en esa clave SOL, nos salimos del sistema, o
de los sistemas. El estudiante gnóstico que aspire o que anhele ser rescatado por la
doctrina, debe permitir que llegue a su corazón la doctrina. Pero para ello debe salirse
de los sistemas, las costumbres, los hábitos. La forma de comportamiento, tantas
cosas que constituyen eso que se llama: los sistemas.
Pero la persona que logra vivir en la clave SOL logra al menos sacar la cabeza y el
corazón, o sea su forma de pensar y de sentir, estarían dirigidos por la conciencia y
entonces se sale de ese sistema, no piensa ni siente de acuerdo al sistema.
[108] Curso de Psicoanálisis
Les pongo otro, no un ejemplo, sino lo que sucederá en la era de Acuario, dicho
por el Venerable Maestro Lakhsmi. Los sistemas actuales, dice el Maestro, no
ingresarán a la era de Acuario cuando esa era entre a su máximo grado de luz, de
manifestación.
Hoy en día, ¿cuántos apegos hay de los padres a sus hijos y los hijos a sus padres?
Que algo que me llamaba la atención, una conversación, un diálogo que teníamos
anoche era con el hermano Eduardo, que él nos comentaba que aquí – se puede
llamar una costumbre ¿no? – que a pesar de estar casados o conviviendo, ‐
empalomados, ¿se entiende? – empalomados, cada uno vive en la casa de sus padres,
a pesar de tener una vida en común, una sociedad, llamada hogar, o matrimonio.
Bueno. Y el hermano decía que quizás era por un apego de tipo familiar, que el padre
no quería que su hijo se fuera de su lado…
¿Cómo quedamos entonces con lo que impone ese sistema de vida, cuando el
Venerable nos dice que en la era de Acuario, cuando entre en rigor, el niño no durará
sino doscientos un días con sus padres? Luego es llevado por los amados Maestros, o
aquellos seres que van a estar encargados de la educación y orientación de esas
criaturas. Muy diferente, ¿verdad? ¡Muy diferente!
Entonces ¿Qué vamos a hacer nosotros? ¿será que cabemos en esa forma de vida
que corresponde ala era de Acuario? ¡No podemos entrar con ese sistema! ¡No es
posible! Entonces, ¿Qué hay que hacer? Romper con ese sistema.
Entonces ustedes dirán, perdonen, ustedes dirán que: “Ah, pero eso es para la era
de Acuario allá, todavía estamos en el inicio, todavía estamos bajo la influencia de
Piscis…” Pero, díganme ustedes, ¿será que los valores concientivos también se pierden
con la muerte? No. Entonces ¿Qué tenemos que hacer nosotros? Ir adquiriendo esos
valores concientivos de un trabajo que debemos de estar haciendo sobre esta vida,
porque esta vida es la misma que se va a proyectar hacia una próxima existencia, ¿o
no?
Y en esa vida, ¿qué hay? O lo que dice un pensamiento del Maestro Lakhsmi, dice:
“el estudiante gnóstico que no haga una transformación de este presente, que no
elimine el ego, ese pasado se le convierte en un futuro, ¿no ve que es la misma
película?”. Eso es lo que nos dice el maestro, ¿verdad? Entonces esos valores que van
en esa vida, al proyectarse en otra existencia pues van con esa vida. Si nosotros
logramos extraer valores concientivos en esta existencia, esos valores continúan para
una próxima existencia, porque es la misma vida, diferente escenario pero es la misma
vida.
Entonces no se trata de que estamos aquí y que mañana va a ser diferente. Esa
diferencia está en el trabajo que nosotros hagamos sobre esta vida, o esa
transformación que hagamos de esta vida.
[109] Curso de Psicoanálisis
Concluyendo, entonces, nos damos cuenta que para poder romper con los
sistemas, salirnos de los sistemas, y – como les digo – ustedes lo pueden vivenciar,
experimentar, no solamente en las cuestiones de la ropa. Sino también forma de
alimentarse, ¿sí? En tantas cosas que son fáciles de experimentar y que cuando uno se
ubica en ese recuerdo de sí, se da cuenta de lo tonto que es uno frente a los sistemas,
o sea, que se deja manejar por los sistemas.
Lo mismo pasa con los sistemas educativos. Claro, no me quería meter en eso,
porque eso es un tema muy espinoso. Simplemente para reflexionar. Ustedes saben, lo
han visto por noticias, o quiera Dios que no se les haya presentado este hecho a los
que son padres de familia, pero hay una situación muy difícil, muy crítica en el sistema
educativo actual.
Por ejemplo, en un país, apareció una noticia, de que para ingresar a la escuela, o
al colegio a partir de los nueve años o diez años, les están exigiendo a los niños de esa
edad que lleven preservativos. ¿Por qué? Nueve y diez años. También hemos
escuchado hablar médicos, psicólogos, donde les están enseñando, ya es una cátedra
de escuela, de colegio y de universidad, una cátedra que se llama sexualidad. Pero el
problema no es el nombre de la cátedra, sino el tipo de enseñanza que se está dando.
Según los psicólogos, para que haya un equilibrio en el adolescente, para que no
tenga desequilibrios o estados depresivos, entonces les enseñan a masturbarse.
Quiera o no quiera, porque es una cátedra, es un área de estudio – como digo – de
escuela, de colegio y de universidad.
Entonces nos damos cuenta que el sistema educativo en ese nivel atenta en una
forma directa con la posibilidad de la auto‐realización de esa persona, ¿verdad? Le
está generando un yo, unas aberraciones de tipo sexual, que después de que se geste
eso, ¡cuán difícil es que esa persona se pueda librar de ese – como dice el Maestro –
asqueante vicio de la masturbación! Pero ese es el sistema educativo.
Entonces, ¿qué difícil es, verdad?, después quererle decir al niño, “mire, no se
masturbe”, porque se lo dijo el médico, se lo dijo el psicólogo, se lo dijo la profesora, el
profesor…
Otra situación como para que reflexionemos sobre algo. La enseñanza de tipo
sexual, académica, psicólogos, médicos, aconsejan o recomiendan, por ejemplo, que la
mujer que está en embarazo tenga relaciones sexuales hasta último momento, y hasta
ponen razones lógicas. Lógicas desde el punto de vista diabólico, ¿no? Por ejemplo,
dicen que debe tenerlas para que no haya endurecimiento, que haya más elasticidad y
que cuando vaya a dar a luz, o al parto, se pueda dilatar mejor. Todos son conceptos y
opiniones de la ciencia médica.
¿Qué puede hacer esa criatura, o esa persona que ya tiene ese concepto arraigado
en su psiquis, en su mente, cuando ingrese a los estudios gnósticos, y se le diga, en el
caso de los jóvenes, que no se pueden masturbar? Entra en un choque muy fuerte,
¿verdad? Cuando de le diga a la dama que cuando esté en embarazo que no puede
practicar el arcano, entra también en un choque fuertísimo, porque es la palabra de
esta persona, de pronto, pero, ¡y tiene meses! Ese ni siquiera es nada, y lo otro lo está
diciendo un científico, un médico, un psicólogo.
[110] Curso de Psicoanálisis
Entonces, ese sistema implantado en la psiquis, en la mente de esa persona, lo
tiene ahí dentro de ese sistema influido completamente. ¿Cuánto nos va a costar,
entonces, asomar o sacar la cabeza y el corazón dentro de ese sistema? ¿Cuál sería la
salida inteligente? Es nuestra pregunta.
Claro, algunos hermanos dicen "pero como usted no es padre, usted no tiene
hijos, usted opina así". Pero si estudiamos un poco los libros del Venerable Maestro,
donde él dice que los sistemas actuales de educación sólo sirven para arruinar los
cinco cilindros de la máquina orgánica, para quitarle a esa criatura la posibilidad de
expresión del Ser, para arruinar las facultades y dormir más la conciencia, quizás eso
no lo aceptamos muchos estudiantes gnósticos. Porque si lo aceptáramos, no
llevaríamos esa criatura a que le sucediese eso. Pero vuelvo y digo‐ como no soy
padre, entonces no sé...
«Al Maestro Samael le tocó hablar de castidad con cuatro hijos, y tuvo hijos que no
fueron gnósticos, y era el Avatara.» .
Claro, así es. Entonces son situaciones. Estamos hablando en sí de lo que son los
sistemas. Dando a conocer corno los sistemas influyen o gestan dentro de nosotros
esos conceptos, esas opiniones, esas ideas, y entonces nos encontramos frente a lo
que dice el Maestro: un callejón, sin salida. ¿Quién sabe la salida? El Ser, la conciencia.
Y a ella tenemos que recurrir. Por eso: clave SOL.
Miremos ahora otro punto importante de la clave SOL. Eí planeta, ¿en qué nota
musical se encuentra, en qué nota vibra? En la nota FA. La persona, ¿en qué nota? ¿En
MI? El sistema solar, ¿en qué nota vibra? SOL.
Entonces, tenemos en la escala, ¿verdad?; DO, RE, MI, FA, SOL. Lo que queremos
significar es que la clave SOL nos ubica a este nivel, y si nos damos cuenta, el sistema
solar, el Sol específicamente, rige y gobierna al sistema, los planetas. Si nosotros
logramos ubicarnos en esa nota sol, nos estaremos ubicando en esa nota en la cual
recibimos la influencia de ese Sol y podremos entonces manejar estos sentidos, estos
centros, esta personalidad, estos cuerpos, podemos gobernarlos, dirigirlos, pero si no
nos ubicamos en esa nota SOL, seremos víctimas de las circunstancias, porque no
tenemos el dominio ni hay ese centro de gravitación de tipo solar. Esos son los
aspectos que tenemos que comprender al nosotros ubicarnos en la clave SOL, que nos
da la oportunidad de poder gravitar en la conciencia.
Ya dijimos que la conciencia es ¿qué? Luz. ¿verdad? Porque es una expresión de
ese Cristo. Anoche si estuvimos atentos al ritual, allí nos encontramos con aquello.
¿Qué dice la Madre, qué dice el ritual? Ahí está esa frase que hemos nombrado acá,
¿verdad? "Yo eliminaré cualquier defecto previamente comprendido en los cuarenta, y
nueve niveles de la mente".
¿Qué más dice? "Horus"‐ ¿quién es Horus? El Cristo, ¿verdad? Dice: "Horus, mi
hijo Horus, la esencia, interior". Entonces, esa esencia, esa conciencia‐esencia es ese
principio crístico en nosotros, ¿Y qué es el Sol? El Cristo Sol, ¿verdad? Si nosotros nos
ubicamos a ese nivel de esa nota SOL, pero ese Sol en nosotros está representado ¿en
quién? En la esencia, conciencia, budhata, principio anímico donde se expresa eso que
se llama el Cristo.
[111] Curso de Psicoanálisis
Entonces ubicarnos nosotros en esa nota SOL, es ubicarnos en ese nivel de
conciencia que tenemos nosotros como principio divinal, como expresión de ese Cristo
íntimo en nosotros, la esencia interior, así nos lo dice el ritual, así se leyó anoche,
¿verdad?
Entonces, ¿cómo lograr? Recuerdo de sí, auto‐observación y alerta percepción,
alerta novedad para vivir en ese lugar. Entonces nos damos cuenta que la clave SOL no
es eso que teníamos nosotros en una primera cámara. Ya la clave SOL es majestuosa,
la clave SOL es grandísima, la clave SOL tiene unas aplicaciones tan profundas, tan
grandes que inclusive ustedes quizás tengan en conocimiento, la enseñanza, que ya en
el campo psicológico, en la "psicología, nos encontramos en la clave SOL donde el
Maestro nos enseña; Sujeto: el pensador. Objeto. Lugar. ¿Sí la conocen, verdad? En el
aspecto psicológico. Sujeto: el pensador. ¿Quién es el pensador? El ego. Objetivo:
Vigilarlo en la mente. Lugar de ubicación de la concienciar el corazón.
Entonces esa clave SOL tiene aspectos muy importantes que los podemos
manejar, que los podemos trabajar. Si yo digo. Sujeto: la esencia. Objeto: despertar.
Lugar que debe estar ubicada esa esencia: en mí mismo, ¿verdad? Entonces son
formas en que nos llamamos la atención a través de esa clave SOL, son formas de
nosotros lograr utilizar esa clave maravillosa, extraordinaria, que ‐vuelvo y digo ‐ el
objetivo es permanecer conscientes, esa es la finalidad de esa clave, poder tener una
conciencia libre para poder trabajar con ella, eso es lo indispensable.
«A veces uno logra por momentos un estado de recuerdo de sí, o algo parecido,
no está tomado por ningún ego más fuerte, pero ocurre algo, algún evento externo o
un recuerdo que a uno lo impacta en el mundo exterior o interior, y uno como que
siente ahí que se mete determinado agregado, cualquiera, uno se encuentra con
alguien o recuerda algo... Uno en eso momento como que percibe que ese ego entró,
estaba en algún lugar y entró. El problema es qué hace uno en ese momento, porque
todavía no se identificó, pudo localizarlo, verlo como que es un ego que está metido
ahí, que quiere robar la energía. ¿Qué hace uno en ese momento? ¿Le pide a la Madre
que lo elimine? ¿Corno hago para no dejarlo ahí nada más, sin trabajarlo?»
Es comprensible la pregunta del hermano. En esto tiene que entonces aplicarse
las técnicas. Lo primero que tenemos que comprender nosotros es que no tenemos
que alimentarlo, ¿verdad?, no alimentarlo. Lo estamos percibiendo, estamos
observando el personaje, pero no hay que darle de comer, entonces aplica la técnica
aquella de la respiración, por ejemplo, es favorable. Como usted dice que se está
recordando, lo que tiene que intensificar entonces es ese recuerdo de sí, e intensificar
eso que se llama la auto‐observación.
LOS PASOS PARA LA ELIMINACIÓN DEL EGO
Pues le damos más importancia aún a eso que es la clave SOL. Vamos a dialogar
un poco sobre lo que es en sí el trabajo ya concreto sobre lo que es el agregado
psíquico en relación a la meditación, es decir, vamos a coordinar esos dos aspectos, así
a grandes rasgos, porque el tiempo nos apremia.
Ustedes se puede leer las setenta y dos obras del Maestro Samael, y escuchar un
sin número de cassettes de enseñanzas de los amados Maestros y siempre se van a
encontrar con estos tres pasos, o ¿ustedes qué dicen? ¿Sí será así?
Con esto queremos decir que no podemos descartar ninguno de ellos en el
trabajo de muerte psicológica. Ese descubrimiento es fundamental, y ya entonces
hemos planteado como lograrlo, ¿verdad? Hemos hablado del psicoanálisis, que es ese
[112] Curso de Psicoanálisis
estudio pormenorizado, detallado, que le hacemos nosotros a esas causas, a esa raíz, a
esa razón que tiene el ego para existir y manifestarse. También hemos hablado de lo
que es la auto‐observación, que es una herramienta fundamental de ese psicoanálisis.
Sin ese trabajo, sin esa ubicación en ese nivel de conciencia, y sin ese sentido, nos
sería posible que nosotros llegásemos al auto‐descubrimiento de sí, a auto‐
conocernos.
Nos encontramos entonces frente a lo que es el enjuiciamiento. Dice el
Venerable: no se puede enjuiciar a alguien que no se conoce, no podemos enjuiciar a
alguien que no sabemos qué es lo que ha hecho o qué es lo que está haciendo. Es la
lógica, ¿verdad? Para enjuiciar a alguien hay que conocerlo, hay que conocer los
hechos, qué es lo que hace, qué es lo que deja de hacer...
Entonces, no podemos llegar nosotros a un enjuiciamiento del ego si
previamente no lo hemos conocido, no lo hemos descubierto, entonces, como ustedes
ven, son pasos obligatorios que hay que dar. En este paso del enjuiciamiento tenemos
que trabajar con unas herramientas que conocemos como auto‐observación ‐ya
hablamos de eso—, el análisis reflexivo...
El análisis reflexivo tiene que ver con aquello del examen de conciencia,
examinar, hacer un examen de conciencia, eso es lo que se conoce como el análisis
reflexivo.
También tenemos que utilizar algo que todos tenemos, que esa sí la tenemos
desarrollada, ustedes me van a dar la razón que así es, que es quizás lo único que
tenemos listo, bien afiladito, y se llama, ‐claro quitándole esto, ¿no?‐ la crítica. Eso es
algo que todos sabemos hacer, ¿verdad?, criticar. Como dice el Maestro, somos
expertos en criticar. Entonces, lo que tenemos que hacer es anteponerle el "auto",
autocrítica. Auto‐criticarnos para auto‐conocernos. Dice el Maestro, esa auto‐crítica él
la define como el bisturí ‐saben lo que es un bisturí, ¿verdad? el que usa el cirujano
para abrir‐ ya vamos a saber lo que vamos a abrir con ese bisturí de la autocrítica.
Tenemos que utilizar otras herramientas de trabajo que son en análisis
superlativo del Ser, que dicho en otras palabras, se llama el KAOM, el juez, el juez
interior. También hemos escuchado hablar de él, ¿verdad? ¿Qué diferencia hay entre
este análisis reflexivo y este análisis superlativo del Ser? Tiene que haber diferencia,
¿verdad? La diferencia que hay es que este análisis reflexivo se hace de una forma
intelectual, es la acusación de sí mismo, acusarse a sí mismo, examen de conciencia.
Pero es análisis reflexivo ¿en base a qué? A lo que conocemos del ego o causa en
nosotros, y lo que causa, o el daño que causa a los demás.
Entonces hay que conocer, hay que reflexionar sobre todos esos aspectos que se
suceden en nosotros por tener ese agregado psicológico, y ahí tendremos un primer
nivel de comprensión, que es el nivel intelectual. Para ello, entonces utilizamos una
facultad, o una capacidad del centro pensante, que es la razón. Hay dos tipos de razón:
la razón objetiva y la razón subjetiva. Pongamos atención aquí a este aspecto.
El Venerable dice que la razón objetiva se realiza con los datos que aporta la
conciencia como fruto de la experiencia vivida. No perdamos de vista esa definición. La
razón objetiva se elabora con los datos que aporta la conciencia como fruto de la
experiencia vivida, ¿de quién? De la conciencia. Si vamos a hacer un razonamiento
sobre un agregado psicológico llamado... pereza, ¿quién tiene esos datos? ¿Quién los
tiene?
«La conciencia»
[113] Curso de Psicoanálisis
¿Cuál? La que está atrapada dentro del ego, ¿verdad? ¿O no? ¿Sí es así? ¿Qué
dicen? ¿Sí están de acuerdo? ¿Seguros? ¿Están de acuerdo? Bueno. Así es. Porque,
¿quién es la que está viviendo dentro de ese yo llamado pereza?, la conciencia que
está en ella. ¿Cómo hacemos para arrancarle esos datos a esa conciencia? Ya
aceptamos que los datos los tiene la conciencia qué está dentro de ese yo, porque un
yo es un trío de materia, energía y conciencia, ¿verdad? Y el postulado nos dice "en
base a los datos que aporta la conciencia como fruto de la experiencia vivida". ¿Quién
está experimentando ese elemento? La conciencia que está dentro de él.
¿Cómo hacemos nosotros para extraerle esa información? Dando este primer
paso, conociendo, ¿verdad? En este segundo pasó, ¿qué aplicamos? El bisturí. ¿Para
qué? Para abrir, abrir ese yo y poder extraer esos datos, esa información. Estamos
claros hasta ahí, ¿verdad? Porque el fruto de ese razonamiento objetivo se llama...
comprensión.
Entonces, ahí nos vamos dando cuenta que la comprensión la adquirimos a
través del enjuiciamiento que le hacemos a ese yo, pero ese enjuiciamiento se lo
estamos haciendo ¿en base a qué? A esa información que hemos adquirido a través de
este punto que se llama, descubrimiento, exploración, investigación, estudio, de este
elemento, hay que conocerlo.
Entonces, con ese bisturí de la auto‐crítica estamos abriendo a ese personaje, a
ese yo tenemos que abrirlo con el objetivo de ver qué hay dentro de él. Ustedes han
podido comprender que existen niveles dentro de ese mismo elemento, que tenemos
que ir penetrando cada vez dentro de niveles más profundos de ese yo psicológico
para ir extrayendo esos datos que están en esa conciencia que está atrapada en ese
yo. Si nosotros no utilizamos ese bisturí de la auto‐crítica, no abrimos a ese personaje,
no podemos extraer esos datos, esa información.
Viene otro punto. La luz está demostrado que produce movimiento, ¿verdad?
¿No es así? Científicamente está demostrado que la luz produce movimiento, eso lo
pueden experimentar en un laboratorio de física, que la luz produce movimiento. ¿Sí
lo aceptamos así? Hagamos un a reflexión. ¿Cuál es el asiento del Cristo en esos tres
cerebros? Cerebro motor, movimiento, ¿Qué es la luz? El Cristo, ¿no es así?, ¿sí?
Entonces, ¿qué hay que hacer para producir ese movimiento o esa revolución, y cuál
es la conciencia que tenemos que revolucionar? La que está dentro del yo.
Al abrir con ese bisturí de la auto‐crítica nosotros tenemos que proyectar la luz‐
conciencia de la que está libre, proyectarla hacia ese principio de conciencia que está
dentro de ese yo, para que esa conciencia se revolucione, pero ¿qué tiene que recibir?
Esa luz, porque esa conciencia está desprovista de luz, necesita de la luz. ¿Qué hizo el
Venerable Maestro Samael con Belcebú? Le mostró la luz, le mostró los cielos, ¿y des‐
pués qué hizo?, le mostró los infiernos, es decir, donde él estaba.
Ese mismo trabajo tenemos que hacerlo nosotros, ¿o no es así? Para que esta
conciencia, al ver la luz, sentir la presencia de la luz que nosotros le proyectamos,
sienta también ese anhelo de revolucionarse, reconociendo o conociendo su propia
miseria, por eso tiene que acusarse a sí mismo. La acusación de sí mismo es para que
esta conciencia reconozca su propia miseria en la que se encuentra. ¿Eso no es lo que
hizo el Maestro? Mostrarle al propio Belcebú la miseria en que se encontraba? Y le
mostró la luz, le dio ese dinamismo, ese movimiento, esa revolución. Por eso se llama
"revolución". Porque esa luz que le proyectó ejerció esa actividad, porque la luz
produce movimiento, y la luz es el Cristo.
Por eso decimos que la reflexión es la proyección de la luz‐conciencia que está
libre, proyectársela hacia ese elemento o agregado psíquico donde está una fracción
[114] Curso de Psicoanálisis
de conciencia que necesita revolucionarse. Eso pertenece a este trabajo. Por eso no es
fácil hacer este trabajo en el instante o en el momento en que se presenta la acción,
porque por lo regular perdemos esa conciencia, esa luz, entonces no nos queda más
remedio que utilizar la técnica de la meditación para liberar esa conciencia y podérsela
proyectar hacia ese elemento que estamos estudiando.
Eso nos va dando a nosotros niveles de comprensión. La liberación de la
conciencia está en base a los niveles de comprensión que nosotros vamos teniendo. Es
como si tuviésemos una cebolla ‐de esa cebolla cabezona, ¿verdad?‐ y le comenzamos
a quitar capas, y capas, pero dentro de esa capita de cebolla también huele a cebolla,
¿verdad?, también tiene esencia de cebolla. O sea que ahí hay esencia. En cada una de
estas capitas del ego hay conciencia. Y a medida que nosotros vamos comprendiendo
estos niveles, la Madre va desintegrando estos niveles también, y nosotros también
vamos extrayendo conciencia de nivel en nivel. Por eso estamos diciendo que la
muerte no es algo que desaparece el ego así, de la noche a la mañana. Lleva su
proceso, lleva su trabajo en esto.
Estamos en este nivel, como les digo, estamos trabajando con esto que se llama
el razonamiento objetivo. Pero, ¿qué sucede con nosotros? ‐haciendo digo, de esta
persona‐ que posiblemente lo que estamos haciendo es un razonamiento subjetivo. Y
el razonamiento subjetivo no nos lleva a la comprensión, al contrario, nos confunde
más. ¿Cómo se elabora, de qué está compuesto, sobre qué se elabora el razonamiento
subjetivo? de conceptos, opiniones, ideas, teorías, creencias, supuestos...
¿Qué es lo que tenemos nosotros del ego? Conceptos, opiniones, ideas,
fantasías. ¿Por qué? Porque no damos este primer paso. Entonces estamos trabajando
un agregado psíquico en base ‐quizás‐ a un supuesto. "Me supongo que el yo es así".
"Me supongo que el yo en el centro pensante actúa de esta manera ". "Yo creo que el
ego en el centro emocional actúa de esta manera". Entonces lo que estamos haciendo
es un razonamiento subjetivo, y por eso no llegamos a la comprensión del ego, porque
no estamos usando el razonamiento objetivo.
Porque para trabajar con el razonamiento objetivo hay que hacer el psicoanálisis
a ese elemento y extraer los datos, la información, que está depositada en esa
conciencia que está dentro del ego. Por eso nos atrevemos a afirmar que nosotros no
podemos aplicar una didáctica de muerte psicológica si previamente no hay un nivel
de comprensión, y no se puede llegar a la comprensión si no se hace un trabajo de
enjuiciamiento donde entra el análisis reflexivo, la auto‐crítica, la acusación de sí
mismo, el análisis superlativo del Ser...
Una vez que ya se ha logrado ese análisis reflexivo del Ser y esa auto‐crítica,
tenernos que entrar a algo más profundo que se llama el análisis superlativo del Ser, o
sea la acción del Kaom interior, del juez interior. Todos sabemos que dentro de
nosotros existe un átomo de la justicia cósmica, ¿verdad?, que está en el entrecejo.
Ese Kaom, ese juez interior.
Pero eso sucede igual que con los demás átomos del Ser. Están en un estado
pasivo, embrionario. Ese átomo tiene que también desarrollarse, auto‐realízarse ese
átomo, y no se puede auto‐realizar, auto‐conocer, si no se pone en acción, si no se
pone en movimiento ese átomo, y ese átomo no entra en acción si nosotros no nos
exigimos o no nos sumergimos en ese estado de análisis superlativo del Ser.
Ese átomo pertenece a esa justicia cósmica y tiene un vinculo con lo que es el
alma divina, el buddhi, o la expresión búddhica, o conciencia búddhica. Entonces
encontramos ese átomo, que es un átomo del Ser que pertenece a la conciencia
búddhica, que está en nosotros pero que en el Ser humano está inactivo.
[115] Curso de Psicoanálisis
Les voy a contar una anécdota a través de una anécdota que pude vivir. Antes de
ingresar a la Gnosis, pues analizando, haciendo ese balance de la conciencia, me daba
cuenta de que ‐vamos a un caso específico, a la anécdota‐ sí yo veía que castigaban un
niño pues yo decía: "denle más duro, pa' que se porte bien, se lo tiene merecido ". Y
hasta si salía corriendo yo lo agarraba para que le dieran. ¿No será que a veces
hacemos nosotros lo mismo? Entonces, ¿si el papá va a castigar al hijo entonces
enseguida la mamá lo agarra para que lo castiguen? No, ¿verdad? Todo lo contrarío, lo
defienden.
Entonces, me pasó lo siguiente. Yo ingresé a la Gnosis. A los tres años fui a dar al
Lumen, y allí por razones de documentación yo no podía salir del Lumen por el peligro
de que me deportaran de Venezuela. Entonces duré mucho tiempo sin ni siquiera
bajar a La Grita, que es una población que está ahí, a ocho kilómetros, por el temor lo
uno. Lo otro, ¿a qué bajaba sí no tenía "tiempo" disponible para ir a comprar nada?
Vivíamos de limosna. Lo que los hermanos nos regalaban, partiendo desde la ropa.
Entonces yo duré tres años en esas condiciones. Muy limitado las salidas, y
cuando salía era con el Maestro, y cuando salíamos era hacia la zona donde teníamos,
había una granjita para uno trabajar. A los tres años yo regreso a la casa y justamente
me encuentro de nuevo con esa familia que les estoy contando. Bueno. Yo estoy
acostado reflexionando un poco. Cuando yo escucho que llora un niño y la madre lo
estaba castigando. Y yo sentí mucho dolor, dolor, y yo quise llorar, porque me daba
ese sentimiento de ver cómo castigaban a ese niño, corno lloraba ese niño. Y entonces
yo decía: "Pero, ¿por qué castigan a ese niño, por qué le hacen eso, por qué lo
maltratan? Y mi sentimiento fue muy profundo de dolor, y quise ir y quitarle ese niño
a esa señora para que no lo castigara más.
Bueno. Cuando yo siento aquello yo mismo me sorprendo. Digo: "pero, ¿acaso
ese niño no es el que antes yo pedía que lo castigaran?". Yo entregué esa reflexión, yo
dije: "entonces sí yo he logrado algún cambio, al menos en un sentir". Primero des‐
piadado, ¿verdad? Que castiguen a ese niño, que le den palo. Pero después ya no. Ya
sentía dolor porque lo castigaban. Había entonces una sensibilidad frente al dolor
ajeno. ¿Como resultado de qué? De ese hecho de estar uno aislado durante un tiempo
‐y ustedes lo pueden experimentar‐ aíslense por un tiempo de esas películas de
guerra, violencia, sentimentalismo, novelas, etc., etc., y de ese bullicio de la ciudad, en
algún lugar. Pongámonos en contacto con esa naturaleza. Esos trabajos que uno hace
con los elementales le producen eso, le despiertan esa sensibilidad.
Y entonces yo rne daba cuenta de que había un cambio, de que algo se estaba
manifestando. Eso mismo pasa, con ese átomo del Kaom de la justicia, si no lo
ponemos en acción no vamos a sentir algo que lo necesitamos que se llama: el arre‐
pentimiento sincero. Para nosotros poder tomar la determinación de eliminar un yo
psicológico, debe de nacer el arrepentimiento sincero.
Pero para que ese arrepentimiento sincero nazca en nosotros debe de ejercer el
Kaom interior en nosotros ese juicio. Pero quizás nosotros llevamos a juicio un ego y el
que lo enjuicia es otro ego. Total: fracaso. No nace el arrepentimiento sincero. Es
simplemente un ego miedoso, por ejemplo, un ego que tiene miedo a irse a los
infiernos, y entonces enjuicia a otro. De ahí no nace el arrepentimiento sincero.
Por aquí había una pregunta. Y yo les digo apreciados hermanos, que una
persona puede estarse dando cuenta del defecto, del yo, y estar haciendo una
reflexión, pero si esa reflexión es simplemente una reflexión intelectiva, sigue co‐
metiendo la falta, a pesar de estar viendo que es una falta, que es un error. Pero si esa
persona apela a ese Kaom interior, a ese juez interior, yo estoy seguro que no sigue
cometiendo la falta.
[116] Curso de Psicoanálisis
Quizás en muy raras ocasiones alguien haya podido experimentar eso que se
siente aquí [señala el corazón], no aquí [señala el estómago], algo que se siente en el
corazón; en lo más noble, haya sentido ese dolor de estar cometiendo una falta. Daría
muestras, si eso fuese así, si eso se sucede, daría muestras que el Kaom está actuando
en esa persona. Y ahí es que tenemos que llegar, apreciados hermanos, a que el Kaom,
el juez interior sea el que actúe en cada uno de nosotros. Pero para que ese Kaom
interior actúe en nosotros tenemos que haber hecho esto previamente sobre ese
elemento, y en base a esto ese Kaom entonces determina qué es lo que tenemos que
hacer.
Yo les sugiero ‐ y los que lo quieran experimentar háganlo si lo quieren vivenciar
‐ invoquen todos los días, pueden hacer una práctica diaria, invoquen a ese Kaom
interior, y dentro de seis meses hablamos, o me escriben, les voy a dar el correo, y le
pongo seis meses de práctica, y entonces nos comentamos qué sucede. Es muy
sencillo. Ese mantram es KAAAAAAOOOOOOMMMMMMM. Ese mantram, ¿verdad?
KAOM. Acompañando de una oración, de una súplica, pero una súplica que salga de su
corazón, así, tal como se hace con ese átomo que corresponde al intercesor elemental,
¿verdad? Entonces le decimos: "Padre mío, Dios mío, Señor mío, te pido, te suplico, te
imploro, con mi alma, con mi corazón, me ayudes a desarrollar el Kaom, el juez
interior en mí. Que mis pensamientos, mis sentimientos y mis actos sean pesados,
sean puestos en la balanza de mi juez interior, de mi Kaom interior, para que en mí se
produzca el arrepentimiento sincero, para que en mí haya la comprensión necesaria
para poder trabajar en la muerte del ego". KAAAAAOOOOOMMMMM.
¿Cuánto tiempo? El que ustedes dispongan. Se repite el mantram KAOM, y la
oración, la súplica al Ser que le permita desarrollar ese Kaom interior, ese juez interior,
para que todos nuestros actos, pensamientos, sentimientos, emociones, etc., sean
sometidos al veredicto del Kaom interior, juez interior. No estamos hablando de la
justicia cósmica, del Señor Anubis, estamos hablando del Kaom interior, juez interior,
nuestro.
Yo les digo, si ustedes hacen ese ejercicio por diez minutos durante seis meses
seguidos, sin fallar, tendrán un resultado maravilloso en el enjuiciamiento al ego, al yo
psicológico, pero no tengan miedo, no tengan temor. Yo les digo esto porque cuando
lo hemos hecho, a mí la primer vez me entró temor cuando comencé a sentir ciertas
cosas. Sentí temor. Y no lo pude hacer más, o sea, me dio miedo. Miedo en el sentido
de cuestiones que uno cree que se van a suceder pero no es así, no hay ningún temor,
porque uno le está haciendo la oración a su Kaom interior, a su juez interior.
Entonces eso nos ayuda a despertar ese Kaom interior, y entonces en meditación
ese juez, ese Kaom interior actúa en nosotros, y ese nivel de comprensión se hace más
profundo, y nace en la persona eso que se llama el arrepentimiento sincero. Porque,
apreciados hermanos, si nosotros no renunciamos al ego, ¿cómo lo vamos a eliminar?
Esa conciencia que está dentro de ese yo debe de sentir ese arrepentimiento de
estar en esos estados tan lamentables, y tenemos que renunciar a ese elemento, pero
resulta que nosotros hemos hecho una renunciación global, "uy, que malo soy", "uy,
pero qué cosas he hecho". Está bien, esa es una renuncia o una reflexión global que
uno hace. Pero ese arrepentimiento sincero tiene que nacer en base al elemento, uno
tiene que arrepentirse de tener este yo, pereza, porque está trabajando sobre ese yo,
y es la conciencia que está dentro de ese yo la que tiene que sentir ese remordimiento
de conciencia, de ver su propia miseria en la cual está. Y auxiliado por esa luz de esa
conciencia que le proyectamos entra en ese proceso de revolución. Eso es lo que el
Maestro llama producir un elemento de cambio en la persona.
[117] Curso de Psicoanálisis
Ahí es donde realmente nace el elemento de cambio, o el anhelo de cambio en la
persona. Porque lo que hemos hecho nosotros al ingresar a la Gnosis es querer
cambiar, pero en una forma conceptual. Pero ese elemento de cambio nace en base al
arrepentimiento que tengamos de cada elemento. Porque nosotros no nos podernos
arrepentir de algo que no conocemos, que no sabemos, que no hemos enjuiciado.
Por eso volvemos a decir, el arrepentimiento sincero, el elemento de cambio en la
persona nace en base al trabajo y en base a un agregado psíquico. Cuando uno
renuncia a un elemento, trabaja sobre ese elemento y siente el anhelo de morir, de
desintegrar ese elemento, pero no podemos tomar las cosas globales, hay que trabajar
sobre el elemento. Nosotros necesitamos un orden, una organización.
Comprendiendo esto nos damos cuenta entonces de que estos tres pasos son
fundamentales. Y anoche el ritual nos decía eso: previamente comprendido para poder
ser eliminado, de lo contrarío no lo puede eliminar la Madre. Debe haber sido
previamente comprendido para poder ser eliminado.
El Venerable nos enseña que el ego es un trío de materia, energía y conciencia.
Cuando nosotros ‐un postulado del psicoanálisis‐, cuando nosotros descubrimos la
razón que el ego tiene para existir y manifestarse, le estamos quitando la cconciencia,
no le aportamos energía, porque le quitarnos la razón para existir del ego. Cuando
nosotros llegamos a la comprensión, cuando comprendemos el ego o esa actitud y
esas manifestaciones del ego, le estamos extrayendo la conciencia. ¿Qué queda? El
cascarón, la forma del ego, Y es lo que la Madre Divina desintegra, esa forma. Por eso
es que ella exige comprensión previa, porque ella no puede eliminar un yo que no se le
haya extraído la conciencia, porque ella no va a lanzar al abismo ni va a desintegrar la
conciencia.
Por eso dice el Maestro: "yo comprendía y mi Madre eliminaba". Porque no se
puede pasar a la desintegración, o al tercer paso, que es la eliminación, si no hemos
extraído eso que se llama conciencia. Y no podemos extraerle conciencia a un yo que
no conocemos y que no hemos enjuiciado, y que no hemos renunciado a él. Renunciar
al ego, renunciar a través de ese arrepentimiento sincero, es extraerle la conciencia al
ego, es no darle más importancia a ese ego, es extraerle esa conciencia.
Por ejemplo, hubo un caso, una anécdota, de una hermana muy peleona, con todo
mundo se peleaba, hasta con el Maestro, claro, hace muchos años. Y esa hermana,
entonces, decía: "yo el último yo que voy a desintegrar es este yo peleón, porque yo
no me voy a dejar de ninguno, ni de mi marido", y así fue. Le daba mucha importancia
a ese yo peleón. ¿Cuándo lo elimina? No puede. ¿No ve que lo considera
indispensable, necesario, lo considera como su protector?, porque “ah, no le digan
nada, es peleona". Todo el mundo tiene miedo a hablar con ella, o decirle algo, porque
es peleona.
Entonces ella se sentía protegida, o se siente, porque no ha muerto, por ese yo,
entonces, ¿qué le está dando? Conciencia. Claro, le está dando más conciencia, y entre
más lo afirme, que lo necesita, más conciencia le da. Entonces, para extraer esa
conciencia, ¿cuánto le costará a esa criatura? Sí siempre le está dando conciencia y
conciencia a ese elemento, se va robusteciendo ese elemento, pues le será mucho más
difícil poderlo eliminar.
¿Cuántos yoes por ahí hay que nosotros los consideramos buenos? Yo he
escuchado a muchas personas por ahí decir que existen los yoes buenos, y que a esos
yoes buenos pues hay que tenerlos ahí. Eso es un error desde el punto de vista
[118] Curso de Psicoanálisis
psicológico. Yoes buenos no hay, lo que hay son conceptos. Porque el yo está
oprimiendo la conciencia, ¿qué de bueno tiene? Nada.
Entonces son conceptos, son opiniones, son ideas, y con eso estamos atrapando,
oprimiendo más la conciencia que está dentro de ese yo, porque lo consideramos
bueno, porque lo consideramos favorable, pero no nos damos cuenta que esa
conciencia sigue siendo oprimida, y ese ego al crecer y crecer más va opacando esa
conciencia. Y ustedes dirán que es una tontería que uno diga que hay egos buenos,
pero ¿ve que son impresiones, son conceptos que están y sobre esos conceptos rueda
nuestra vida, sobre esos conceptos el ego nos maneja?
Entonces en esto de la psicología, o del psicoanálisis, nos demuestra corno
estamos frente al trabajo y qué es lo que hay que hacer. De tal manera que
comprendiendo esto, que quitándole la razón al ego dejamos de darle energía, y
comprendiendo le quitamos la conciencia, avanzamos para que quede el cascarón,
para que la Madre lo pueda desintegrar, eso es necesario apreciados hermanos, llegar
a ese punto matemático de llegar a ese arrepentimiento sincero.
Como anécdota de esos trabajos dice el Venerable que en México había una
hermana que estaba haciendo el trabajo correcto. Dice, y hasta se está enfermando
del corazón, por las profundas crisis emocionales por las cuales está pasando, cuando
reconoce la miseria en que se encuentra por tener esos agregados, esos vicios, esas
costumbres.
Entonces tiene que ver con el sentir, ese sentir que proporciona ese Kaom
interior, o ese juez interior, que lo acusa a uno por tener ese defecto, por estar en esas
condiciones, pudiendo estar en mejores. En base a eso entonces se hace esa reflexión
superlativa. ¿Por qué es superlativa? Porque es la visión directa de una conciencia, del
Ser, parte trascendental del Ser. Por eso es superior a este análisis reflexivo, que
también actúa con conciencia, pero que es a través del centro pensante, y que no
tiene la profundidad que logramos en un proceso de meditación.
Teniendo esto nos damos cuenta entonces que es muy sencillo el trabajo. Sencillo
en el sentido de que no nos compliquemos mucho la vida. Son tres pasos:
descubrimiento, enjuiciamiento y eliminación. La eliminación ya es un trabajo de la
Madre, la eliminación ya es, en ese punto, que hay que entrar en oración, súplica,
implorarle a la Madre que nos desintegre ese yo que estarnos comprendiendo.
O sea que nosotros tenemos que dar dos pasos nomás. El tercero lo hace la
Madre. Y nosotros sólo hacemos la oración o la súplica para que ella nos desintegre
ese elemento. Como ustedes pueden ver, entonces la aplicación de didácticas, a veces
se puede uno confundir, porque uno cree que con retener la respiración ya mató el
ego, o de pronto creer que con sacarlo de la personalidad ya mató el ego. Y eso de
sacarlo de la personalidad o no dejarlo manifestar en la personalidad ‐como decíamos‐
eso lo hace cualquiera. Pero esto no lo hace cualquiera. Esto lo hace la persona que
realmente anhele morir en sí mismos, que quiera realmente producir un cambio, una
transformación radical, porque esto sí nos lleva a nosotros a hacer un cambio radical,
una transformación radical.
[
[119] Curso de Psicoanáálisis
Otra anécdota dice qu
O ue cuando eel Maestro escribió "Laa gran rebeelión" se la dio a
su seecretario para que la estudiara, y entonce
es como a los ocho o
o quince díías el
Maestro le preggunta ¿qué ttal le parece la obra? YY él herman no le contessta: "muy bo onita,
Maestro, ya la eestudié". Y él Maestro mpo que duró mí
o dice: "no puede ser. Tanto tiem
Ser, ccuánto le coostó a mi Seer extraer eesos conocim
mientos y pplasmarlos ¿¿y usted en ocho
o quince días diice que ya la estudió?" ¿No nos e estará pasando a noso otros igual q
que a
ese hhermano? P Puede ser, ¿¿verdad?
¿¿Cuántas veeces hemoss leído "Psicología revolucionaria"? Yo me laa he leído ccomo
cuatrro veces. ¿""La gran rebelión"? Peero leer no es estudiar. Almacenaar conocimiento
no es
e estudiar. Entonces ‐vuelvo y digo‐
d ue estamos haciendo son reflexiones,
lo qu
reflexiones llammándonos a una refleexión para que nos dediquemo os en verddad a
estuddiar la psicoología gnóstica, porque es la únicca que nos puede llevaar a ese cammbio,
esa ttransformacción de nueestra propiaa vida. Y hem mos hecho entonces uun análisis aa esta
didácctica, a esstos planteeamientos que da ell Venerablee Maestro,, unidos a
a esa
enseñanza tamb bién extraordinaria, deel Venerable
e Maestro LLakhsmi. Doos Maestross, una
doctrina. Dos M Maestros que se expressan a travéss de ese Criisto cósmico, universal, por
endee la doctrina es una, expresada
e e esos Maaestros com
en mo expresió
ón del Cristto en
cada uno de ello os. Él es el m
mensajero.
P
Por lo tanto o, nosotross nos damos cuenta de e que toda persona que llegue aa esas
alturras logra fusionarse en
n sí con la doctrina,
d po
orque él ess la doctrina. Tenemoss que
disceernir, trabajar, reflexio
onar sobre esa doctrina que esstos amado os Maestross nos
entreegan, porqu ue justamen nte con ellaa es que ellos se han logrado autto‐realizar, yy con
ella n
nosotros también podeemos llegarr a auto‐realizarnos.
L
La doctrina está entreggada, el meensaje está entregado. Sólo debe llegar al corrazón
de nosotros. Deebe llegar ppara que ‐co omience a gestarse essa luz, ese C
Cristo interrior, y
doctrina aflo
esa d ore en cadaa uno de nosotros, porq que es la qu
ue nos va.‐
[120] Curso de Psicoanálisis
LA MEDITACIÓN
Pasamos ahora entonces a un punto, para concluir, y se llama: la meditación.
Hagámosle un estudio a la definición que dan los Maestros a la meditación. Igual que
esto nos encontramos nosotros con tres pasos fundamentales para la meditación, que
ustedes los conocen. Asana, concentración y éxtasis o meditación en sí. Son los tres
pasos de la meditación. Que hay reglas, que hay técnicas para llegar a la meditación,
¡claro! Hay que dar cómo relajar el cuerpo, como concentrarnos, y hay varias, pero
siempre hay que cumplir con estos tres aspectos fundamentales,
Reflexionemos. La definición que da el Venerable Maestro Samael, dice:
"meditación es la técnica científica de investigación". ¿Verdad? ¿Quién es el
investigador? ¿Quién es el investigador? La conciencia. ¿Y cómo está esa conciencia?
«Atrapada»
No podemos meditar con la conciencia que tiene el ego, ¿verdad? No, es
imposible. Entonces, ¿con cuál es que tenemos que meditar? Con la que está libre. Y
en qué estarnos empleando la que está libre.
«En los problemas de la vida»
En querer resolver los problemas del diario vivir, la tenemos ahí, enredada con
todos esos problemas del diario vivir.
¿Qué hay que hacer entonces? Liberar esa conciencia de esa problemática del
diario vivir, para que ella sea la que haga la investigación.
Ahora, nos exigen asana, o posición, o ubicación del cuerpo. El Maestro dice:
"siéntese en un cómodo sillón", ¿verdad? Porque necesitamos que el cuerpo esté
cómodo. Así es. Pero, siempre hay un pero. Nosotros queremos obligar al cuerpo físico
a que se esté quieto en una posición permanente, constante. Queremos obligar al
cuerpo a que esté relajado cuando llegamos a la práctica de la meditación, ¿verdad?
Siguiendo las normas de la meditación la columna debe de estar erguida, ¿no?,
derecha. ¿El cuerpo?, relajado. Pero resulta que nosotros, en esas veinticuatro horas
del día, ¿cómo mantenemos el cuerpo? Tensionado, ¿verdad?
¿Qué posición le damos a ese cuerpo durante el día, durante la noche? Porque ni
para dormir, ni para descansar. Es como dijo –le estaban hablando de esto en Uruguay
– nos dijo, si quieren ustedes conocer a un uruguayo, o identificarlo, identifíquelo
porque el uruguayo se mantiene siempre así.
Entonces si yo durante el día mantengo así, o en cualquier momento, ¿verdad? o
de pronto ‐ que así dicen que se la pasan los uruguayos, apoyados en una mesa o en la
pared ‐, entonces nosotros queremos obligar al cuerpo en una práctica de meditación
a lo que no está acostumbrado a hacer, que es una posición erguida o correcta,
[121] Curso de Psicoanálisis
querernos que esté relajando cuando durante el día lo mantenemos tensionado, pre‐
sionado, lo mantenemos con un estrés, un sistema nervioso todo destrozado, y
queremos llegar entonces a una práctica, a una meditación, a en una hora querer
meditar.
Bueno. De ahí resulta la cantidad de prácticas o de dinámicas que ustedes
conocen para relajar el cuerpo. Las necesitamos como muletas para poder caminar,
¿verdad? Pero el psicoanálisis nos enseña que la mejor manera de relajar nosotros el
cuerpo físico es uniendo la voluntad y la imaginación, y visualizar ‐ no pensar sino
visualizar, ver ‐ el cuerpo. Ver el cuerpo con la imaginación. No pensar en el cuerpo.
Todos sabemos que la imaginación tiene que ver con la glándula pituitaria,
mientras que el pensamiento tiene que ver con la glándula pineal. Entonces, no es
igual pensar que imaginar, son totalmente diferentes. Dice el Maestro Lakhsmi que
cuando uno aprende a imaginar, o a ver su cuerpo con la imaginación, éste entra en
relax, y pueden hacer el ejercicio. ¿Quién está cansado? Todos, ¿verdad? ¿Quién tiene
un dolor ahí en algún músculo, una rodilla, un pie? Dirijan la imaginación a ese lugar,
háganse conscientes de ese lugar, véanlo, obsérvenlo.
Si a eso le sumamos la respiración, todo tiene que tener una lógica, ¿por qué se
hace? Respire profundamente., inhale el prana, e imagine ese prana que llega a esa
región que está afectada, que tiene una dolencia o cansancio. Hagámoslo varias veces.
Llevemos ese prana, este hálito de vida a esa región, con la imaginación y la voluntad.
Ese ejercicio nos lleva rápidamente a un relajamiento físico, y entonces la posición o
asana no es difícil sostenerla o mantenerla.
A ver, como ejercicio, hagamos ésas respiraciones profundas, lo más profundo que
puedan inhalar ustedes. ¿Si escuchan, si lo estamos escuchando, que bastó decir
"hagamos una respiración" y todo el mundo cambió de posición? ¿Qué están
buscando ahí? ¿Una mejor ubicación, verdad? ¿O no? Quiere decir que el cuerpo lo
tenemos mal ubicado, ¿verdad? Y aparentemente no, pero sí estamos mal ubicados.
Entonces ese cuerpo mal enseñado ‐llamémosle así‐ mal acostumbrado a unas
posiciones, al llevarlo a una meditación no nos va a obedecer, él se va a resentir.
Respiremos profundamente, mientras yo les voy explicando ustedes van respirando
profundo, no cierren los ojos. Tenemos este primer palo como símbolo de la fuerza
activa. Segundo, la fuerza pasiva. Macho‐hembra. Y un tercero que los une, ¿y qué
quedó? Una hache. Un suspiro profundo, ¿verdad? Cuando dicen "pronuncien la
hache"... Ese hálito de vida penetra en nosotros. Esos principios vitales ingresan en
nosotros.
[122] Curso de Psicoanálisis
Esa «A» son los mismos tres principios, ¿verdad?, pero aquí ya están unidos en un
punto dando una creación, creando.
Tenemos la «M». La «M» tiene un poder, y es el de cristalizar, plasmar eso que se
está gestando a través de esos principios o hálitos de vida.
Algunos lo escriben con jota, ¿verdad? «SAJ». Bueno, depende del ruido que haga.
Este mantram: HAM‐SAJ es uno de los mantram más recomendados para la
meditación, porque justamente ese hálito, esos principios vitales, ese prana, nutre y
fortifica nuestro cuerpo físico, lo satura de esa energía vital, reconforta nuestro
cuerpo. Porque, ¿qué simboliza que una persona esté así? [Apoyándose]. Pues lo
normal, que está cansada, ¿verdad? Tiene que estar así porque si no se cae, está
cansada.
Entonces ¿qué tenemos que hacer? Darle ese prana, esa vida, a ese cuerpo físico,
que lo mantenga dinámico, ¿Qué lo dinamiza? La vida. Porque la vida alimenta a la
vida. Entonces esas respiraciones profundas, y luego las llevamos a nuestro cuerpo en
general, vitaliza, fortifica ese vehículo físico, lo re‐anima. Y entonces estamos nosotros
dándole vida a este cuerpo.
Por eso este mantram es importante que lo tengamos en cuenta para la
meditación porque nos ayuda mucho. Ya lo iremos a explicar más adelante, a
profundizar un poco más.
¿Qué vamos a compensar? Pues todos los problemas, situaciones, preocupaciones
del diario vivir, vamos a compensarlo con unos minutos, o una hora, o unas dos horas
o tres horas, en la meditación, donde tenemos que evacuar o sacar toda esa
problemática del diario vivir y entrar en esa armonía, entrar a producir o que se llegue
a nosotros, se deposite la paz, que es una expresión del Espíritu.
Entonces nos damos cuenta de que sí podemos hacer la compensación de esos
momentos tristes, amargos, difíciles de la vida, y reanimarnos, reconstruir nuestros
estados de ánimo a través de la meditación. Lo podemos hacer. No olviden las
respiraciones profundas, síganlo haciendo, lo más profunda que puedan. No lo pierdan
de vista, no se les olvide, no hemos terminado el ejercicio, sigan respirando profundo.
Entonces esa meditación ya nosotros logrando tener una posición correcta del
cuerpo físico estamos dando el primer paso.
Concentración, segundo paso. Pero ¿qué es lo que tenemos que concentrar
nosotros? ¿Qué es concentrar? Fijar la atención en un punto determinado, en algo
determinado. ¿Qué es lo que más nos impide a nosotros concentrarnos? La mente,
¿verdad?, la divagación mental.
Porque los sentidos pues, fácilmente uno cierra los ojos, se olvida de este mundo
exterior, y no hay tanto problema, ¿verdad? El problema está en la divagación mental.
El mismo caso.
[123] Curso de Psicoanálisis
Nosotros queremos hacer que la mente entre en un estado pasivo, que entre la
mente en un estado de silencio, cuando en las veinticuatro horas del día le damos
rienda suelta a esa mente, y queremos que cuando nos vamos a sentar a meditar que
ella esté en silencio, que ella esté adecuada para la práctica, y resulta que no es
posible. No es posible.
De tal manera que tenemos que, en el diario vivir, trabajar sobre eso que se llama
la charla interior. Ir educando, ir manejando, gobernando esa mente, eliminando esa
charla interior. Si logramos hacer eso en el día, si logramos eliminar esa charla interior,
estemos seguros que para la práctica de la meditación no vamos a tener tantas
dificultades con la mente.
Ejercicios hay muchos. De concentración, ¿verdad? Ya sea nos podemos
concentrar en un objeto exterior, nos podemos concentrar en un mantram, en un
koan, pero si nos preguntamos qué tiempo le dedicamos a la concentración diaria,
quién sabe si calificamos, ¿verdad? No para que me den la respuesta a mí, sino a
ustedes mismos. ¿Cuántos minutos en el día le dedicamos a la concentración? Si no
hay práctica de concentración no podemos llegar a la meditación, no es posible.
Porque ese es un requisito de la meditación, la concentración, aprender a
concentrarnos.
Dentro de esas prácticas, ustedes recuerdan que se nos enseña pues a entrarnos
en el santo ocho, ¿verdad? en el infinito, en el símbolo del infinito. También nos
enseñan a concentrarnos en la luz, o concentrarnos en el Templo Corazón,
concentrarnos en el entrecejo, o utilizar un mantram. OMNIS JAUM ÍNTIMO.
Pero resulta que eso no lo hacemos sino cuando vamos a la práctica de
meditación, entonces no hay el dominio de la concentración, por lo tanto no podernos
avanzar en esto de la meditación. Hay que hacer ejercicios, hay que someternos a unas
disciplinas de concentración para poder entonces avanzar en ese trabajo.
Hay un mantram: OM‐JUM. Es un mantram que nos sirve para desarrollar la
concentración. O para llevar la concentración dirigida al corazón. O sea, concentrados
en nuestro Templo Corazón, vocalizamos el mantram OM‐JUM. Ese mantram tiene el
poder de abrir el cardias, o desarrollar el poder del cardias. A la vez lo podemos utilizar
como punto de concentración. Eso es lo que llama el Maestro ponerle oficio a la
mente.
Ese ejercicio el Maestro lo recomienda hacer con la respiración completa, o sea
así: inhalamos y pronunciamos el OM, exhalamos y pronunciamos el JUM. OM‐JUM.
OM‐JUM. Entonces, es mental.
OM‐JUM. Inhalamos pronunciando el OM. Exhalamos pronunciando el JUM.
Ese mantram nos ayuda a concentrarnos, y a la vez nos ayuda a desarrollar el
cardias.
O sea que tenemos que buscar motivos de concentración que también conlleven
algo que produzca en nosotros un resultado, un desarrollo.
[124] Curso de Psicoanálisis
Por ejemplo, si nos concentramos en el entrecejo, aparte de estar aquí el átomo
del Juez interior, en el entrecejo también hay un vórtice, un vórtice de absorción, que
es el vórtice frontal. No se confunda con el chakra frontal. Es un vórtice de absorción
de energía, y ese vórtice está conectado con la Mente Universal.
Al nosotros concentrarnos en el entrecejo, en ese vórtice, produce un estado de
sueño, de somnolencia. Y para meditar se necesita del estado de somnolencia o de
adormecimiento, porque necesitamos ese estado para que entonces se produzca esa
liberación de la conciencia, liberarse de los cuerpos, liberarse de los sentidos, centros,
personalidad, para poder fusionarse en el mundo de la conciencia.
También podemos utilizar el mantram HAM‐SAJ. Este mantram también es muy
importante para la concentración en la práctica de la meditación, porque ese mantram
también sirve para transmutar las energías. Dice el Venerable que cuando se hace esa
práctica de transmutación algunas chispas concientivas de esa energía suben y se
proyectan hacia el subconsciente dándonos luz, o iluminando esa conciencia nuestra.
Entonces es una gran ventaja, ¿verdad? Porque lo que necesitamos es luz, fortificar la
conciencia luz.
También los koanes o frases misteriosas nos ayudan a lograr la concentración.
Algunos koanes que ustedes pueden utilizar, porque los que ya lo han hecho y han
escuchado la respuesta pues, no les sirven, pues de pronto hay algunos hermanos que
no conocen la respuesta a este koan, dice el koan: "Si le entrego los huesos a mi padre
y las carnes a mí madre, ¿dónde me encuentro yo?" Es un koan.
"Si le entrego los huesos a mí padre y las carnes a mi madre, ¿dónde me encuentro
yo?". Otro koan: "Si todo se reduce a la unidad, ¿a qué se reduce la unidad?". Son
koanes, frases misteriosas. Yo doy testimonio de ese koan maravilloso: "Si todo se
reduce a la unidad, ¿a qué se reduce la unidad?". Maravilloso ese koan para romper
con ese parloteo de la mente, para romper con esa charla interior que tiene el ego en
la mente. Esas frases misteriosas entonces nos ayudan a lograrlo.
También tenemos que comprender que la meditación no es salir en astral.
Meditar no es salir a la cuarta dimensión en estado jinas, no. Este es el mundo de la
conciencia. Volvemos a decir, por su nivel vibratorio, sexta dimensión. ¿Cómo se llama
ese mundo también? Mundo de las causas. Es decir, ahí están las causas de todo lo
que se sucede de ahí para abajo. La meditación nos tiene que llevar entonces a liberar
esa conciencia del cuerpo mental, astral, vital, físico. Por ende de todas las
manifestaciones de esos cuerpos, sus respectivos sentidos, centros... para que esa
conciencia libre, en el mundo de las causas, porque es justamente en el mundo causal,
en el mundo de la conciencia pura donde ella está libre de esas influencias, de esos
cuerpos, de esos sentidos y de cada una de esas manifestaciones.
[125] Curso de Psicoanálisis
Entonces, la meditación consiste en que nosotros liberamos esa conciencia de
estos aspectos para que vibre en su mundo que le corresponde, sea instruida, y aporte
o reciba la información que buscamos. Pero no quiere decir que se pierda la capacidad
de dominio de estos vehículos, porque no se está saliendo en astral, simplemente hay
un estado adecuado, que es el éxtasis, la meditación en sí, en la cual la conciencia es
instruida pero la persona no está dormida.
Así es que sí nosotros nos quedamos dormidos no estamos meditando, estamos
durmiendo. Ya explicamos que cuando una persona sale inconscientemente en el
astral, lo agarran esas legiones, y en el mundo de deseos, que es el astral, allí hace lo
que quiera con nosotros. En el mundo astral, o en el mundo mental la conciencia es
vulnerable a ser atrapada por esas manifestaciones de esos cuerpos y del ego en sí.
Por eso es que tiene que moverse en el mundo de las causas, y ahí es donde tenemos
que llegar nosotros en la meditación. A liberar esa conciencia de la mente misma para
que ella, en su propio mundo, sea instruida, reciba la información que nosotros
estamos solicitando.
Ahí entonces estamos claros, ¿verdad? Meditar no es quedarse dormido, eso no
es cierto. Dice: "uy, yo sí medito, yo tengo uno sueños lindos". No, no está meditando,
está soñando.
También es conveniente que tengamos en cuenta en esto de la meditación, de
que la información que se recibe es en base a la ciencia de los números y de las
simbologías. Les voy a poner un ejemplo, les voy a quitar un ratito con una anécdota.
Como las anécdotas huelen como a cuento, ¿verdad?, a historia, nos gusta la historia...
Cuando yo ingresé al Monasterio, no sé si Osvaldo se recuerda, que nos llevaban a
meditar al Stella Maris, Eugenio Contreras, todas las noches: "¿Quiénes quieren ir a
meditar?" Yo estaba en primera fila, porque fue algo que me llamó mucho la atención,
la meditación. Entonces Eugenio nos dirigía una práctica que está en el libro de "El
matrimonio perfecto", creo que es ir al templo de la diosa Kakini. ¿Sí conocen esa
práctica, no? Bueno.
El ya casi nos iba entrando al templo corazón en su práctica, y bueno, esa armonía
que se siente, esa paz interior, y de pronto esa pequeña lucidez que se tiene yo la
perdí en medio de la práctica. Yo quise volver otra vez a ingresar a esos estados.
Entonces volví a repetir el ejercicio como dos veces, no pude, no pude. Como la regla
de la meditación dice que uno no tiene que moverse, yo dije: "pues aquí me quedo, no
hay más remedio que estarme quietico hasta que el instructor termine la meditación".
Yo abrí los ojos y todos estaban en meditación.
Lo miro a Eugenio y entonces me entró así un sentimiento de dolor, me dije: "¿Por
qué, por qué no puedo meditar?" Me quedé preguntándome, pidiéndole a mí Ser que
me orientara, que yo quería meditar, yo quería volver a ingresar a ese estado de
conciencia. Y digo que me adormecí peguntándome: "¿Por qué no puedo ingresar al
templo corazón?" Me estaba haciendo esa pregunta como me apareció una imagen en
la pantalla de la mente, digo yo, era un burro grande y un burrito chiquito. Yo de
inmediato reflexioné: "aquí está la respuesta: un burro, el burro simboliza la mente, y
[126] Curso de Psicoanálisis
tiene un hijo", ¿Cuáles son los hijos de la mente? Los pensamientos. Ahí está la
repuesta.
Quedé más conforme, más contento que si hubiera entrado a esos estados de la
práctica que el hermano estaba dirigiendo. No quiero decir que esto hay que hacerlo,
¿no? Sino que como no podía, no podía seguir el ritmo de trabajo, entonces yo quise
saber por qué no puedo entrar, o por qué no puedo hacer la práctica. Y como dicen, en
visión de sueños me mostraron eso. Pero nadie me dijo: "mire, es que la mente no lo
deja". Me mostraron un burro y un burrito chico. Así.
Entonces, esto para que nos demos cuenta que en la meditación tenemos que
tener un conocimiento previo de la ciencia de los números, qué significa cada número,
de la simbología de los sueños, por llamarle sueños, y algo más. Para nosotros captar o
percibir aquello, para percibir imágenes, ¿qué hay que tener? Un conocimiento
imaginativo, o sea imaginación. Un conocimiento inspirado, o sea la inspiración. Y un
conocimiento intuitivo, o sea intuición.
Así es que, apreciados hermanos, no nos decepcionemos cuando entremos a una
práctica de meditación y no recibamos absolutamente nada. Porque, ¿qué vamos a
ver, si no tenemos el conocimiento imaginativo?, o sea la imaginación. Hay que
entonces, hacer ejercicios para llegar el poder imaginativo, o llegar al conocimiento
imaginativo
Imaginar es ver. No pensar. Pero tenemos una situación difícil, que esa energía
con la cual tenemos que desarrollar el poder divino de la imaginación, la gasta el ego
en eso que se llama fantasía. Entonces tenemos que dejar de ser fantasiosos, no dejar
que el ego gaste esa energía porque la necesitamos para desarrollar la imaginación,
porque la necesitamos en la meditación.
Dice el Maestro que uno tiene que adentrarse o compenetrarse con eso que se
está viendo, y entonces es el conocimiento de la inspiración, es adentrarse,
compenetrarse dentro de ese aspecto que está día y noche. Como decir, entrar,
adentrarse dentro de esas aguas, sentir esa agua, eso mismo, sentir ese elemento que
está viendo. Para entonces pasar a un tercer punto que es la intuición, que es recibir el
mensaje, captar la intuición.
¿Qué simboliza o qué le están enseñando a través de esas imágenes? Todos
tenemos esas capacidades pero en una forma muy residual. Entonces tenemos que ir
desarrollando esas capacidades, para entrar en algo que se llama la meditación.
Como ustedes ven hay una cantidad de cosas en la meditación que de pronto
desconocemos o que considerarnos que están desligadas de la meditación. Porque si
la meditación es una técnica científica de investigación, ¿con qué vamos a investigar?
La conciencia. Pero, ¿qué necesita la conciencia? de esos sentidos de percepción, ¿no
ve que tiene que recibir información?
De esa manera, entonces, vamos a ir entendiendo y comprendiendo que tenemos
que prepararnos para esa práctica de la meditación. Cuánto más entonces si queremos
llevar a la técnica de la meditación, la investigación sobre un yo. Tenemos que ser
bastante prácticos en la meditación. ¿En qué nos vamos a concentrar nosotros, en
[
[127] Curso de Psicoanáálisis
qué?? Pues en eesa reflexión n, en ese análisis refle
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P
Porque no todo está d dado ni toddo se puede e dar, porque hay niveeles y nivelees de
comp prensión, m
mas el Ser síí sabe cómo o hacernos comprendeer algo. El SSer sí sabe ccómo
lograarnos nosottros a travvés de una vivencia poder
p comp prender una situación
n que
tenemos o un aspecto psicológico,
p or eso es urgente la meditación, es
egoico. Po
neceesario.
[128] Curso de Psicoanálisis
CONCLUSIÓN
Bien, apreciados hermanos, les dejamos estas inquietudes, perdonen que tocó así,
a la carrera, pero como ustedes ven, tenemos que comenzar y concluir algo. Cosa que
quede claro qué es lo que hay que hacer, o cuál es un trabajo a seguir, cuáles son las
herramientas de trabajo que vamos a utilizar nosotros.
Considero que algo ha podido quedar en nosotros que nos va a servir para
organizar mejor nuestro trabajo, y que ya corresponde a cada uno de ustedes ampliar,
desarrollar cada uno de estos puntos que hemos tratado en una forma muy sintética.
Y esas prácticas o ejercicios que se han hecho, si ustedes las siguen haciendo, las
siguen realizando, van teniendo esa vivencia, esa experiencia, y se va desarrollando en
nosotros esa fe, fe consciente, porque la fe es el resultado de la experiencia vivida. No
se puede tener fe si no hay experiencia, vivencia. Y la fe es la que nos va a sostener en
un trabajo, es la que nos va a sostener dentro de la institución, dentro de la enseñanza
gnóstica.
La fe es la única que nos puede mover, nos puede conducir por esos aspectos
espirituales y conquistar esos valores espirituales, porque la fe es una fuerza, una
fuerza que nos sostiene, que nos impulsa a seguir trabajando, a seguir laborando. Sin
fe fácilmente dejamos de hacer las cosas. Hay que experimentar, hay que vívenciar.
Dice el Venerable Maestro Samael que él a muy corta edad ‐creo que a los
dieciséis años‐ él experimentó el vacío iluminador, y esa experiencia le sirvió porque lo
reanimó, le sirvió como base para él seguir insistiendo en ese trabajo de la meditación,
porque tuvo una experiencia, vivencia, experimentó, palpó esa realidad, no era una
teoría más para él, sino una vivencia.
Si nosotros logramos vivenciar estos aspectos de la meditación, vivenciar este
trabajo del psicoanálisis, eso nos dará ese impulso y siempre continuaremos en
aquello. Pero tenemos que lograr esas primeras experiencias, esas primeras vivencias
para nosotros poder continuar en aquello, y sino simplemente queda como una teoría
más, como un concepto más en cada uno de nosotros.
Infinitas gracias, ya para terminar, a todos ustedes, apreciados hermanos. Nos
llevamos una de las mejores impresiones de todos ustedes, y les voy a ser sincero en
algo, cuando veníamos en este viaje de Montevideo aquí, a La Falda, a mí se me hacía
tan lejos ese viaje y tan difícil, y como que decía "uf, es mucho trabajo, mucho
trabajo". "La verdad que uno como que sufre en la misión". Pero cuando yo escucho a
una hermana que viene de un lugar más lejos quizás que Montevideo, en
circunstancias más difíciles, me doy cuenta que yo me estoy quejando quizás, o estoy
viendo algo que no es así.
Yo los felicito apreciados hermanos, porque no es fácil, eso no lo hace cualquier
persona, estudiante gnóstico, trasladarse mil kilómetros, ochocientos kilómetros para
venir a este lugar, a escuchar a una persona que para muchos, o para todos, soy un
desconocido.
[129] Curso de Psicoanálisis
Es lo que sucediera con el Maestro, ¿verdad? Pero hay algo, algo en la conciencia,
en el corazón de cada uno de ustedes que los motiva, que los lleva, y verdad que yo
me llevo esa enseñanza. Y para que ustedes vean por qué me sorprendo, o por qué
reflexiono sobre esto, es porque en Venezuela podemos dar testimonio. Allá hay
hermanos que viven a ocho kilómetros y el Cristo está dando una enseñanza en el
Lumen y no asisten.
¿Qué es lo que hace que nosotros nos desplacemos tantos kilómetros para venir a
este lugar? Y yo me pregunto, si esta reunión hubiese sido en otro lugar que no es bajo
el aura de este Templo, ¿hubiésemos venido? ¿Qué dicen ustedes? Yo me hago esas
reflexiones. ¿Será que sí?
Eso es algo que queda en nuestra conciencia, es algo que queda en nuestro
corazón, y ‐vuelvo y digo‐ como motivo de una reflexión profunda. Y yo no le
encuentro una respuesta en sí. Lo que sí captamos es la presencia de esta fuerza uni‐
versal, esa fuerza crística que nos mueve, que colma, que nos llena. Porque esos
átomos del Cristo cósmico, universal, están también en nosotros.
Porque ese Cristo en esencia y en conciencia que hay dentro de nosotros, también
anhela desarrollarse, también anhela tener esa dicha de nacer, crecer, en cada uno de
nosotros. Por eso, vuelvo y digo, reflexionemos. Reflexionemos para hacer esa
mutación, mutar esa energía, mutarla en ese amor, ese amor a la Obra, ese amor al
Cristo, amor, como expresión de ese Cristo cósmico, universal.
¿Qué es lo que nosotros necesitamos? Amar la Obra, amarla. Y para amar esa
Obra se necesita pasar por el sacrificio, que ustedes están mostrando. Están
mostrando con hechos que aman la Obra, porque se están sacrificando. Aunque para
muchos haya sido muy fácil levantarse a las prácticas y piensen o crean que no hay
sacrificio, y no es así. Son muchas las cosas que se sacrifican. Porque el sacrificio es
algo que se sostiene, es algo que se mantiene en nosotros, y esperamos, anhelarnos y
pedimos a nuestro Ser y a nuestro Señor el Cristo que este sacrificio que se ha hecho
nos mantenga unidos a la doctrina, unidos a ese principio universal que es el que nos
mueve, el que nos hace ese dinamismo hacia los aspectos espirituales.