Manuel Belgrano
Manuel Belgrano
Manuel Belgrano
Durante el Directorio tuvo gran influencia en el Congreso de Jefe del Regimiento de Patricios
Tucumán que declaró la Independencia de las Provincias Unidas en 1811-1814
Sud América, en 1816, proyectando vanamente el establecimiento
Predecesor Cornelio Saavedra
de una monarquía constitucional dirigida por un noble Inca.
Sucesor Gregorio Perdriel
Asimismo comandó las tropas nacionales que participaron en la
guerra civil contra los caudillos del litoral.1
Información personal
La educación del pueblo fue una de sus principales preocupaciones: Nombre Manuel José Joaquín del
para ello elaboró durante su estadía en España un plan de acción completo Corazón de Jesús Belgrano
con avanzadas ideas sobre la misma.
Nacimiento 3 de junio de 1770
Buenos Aires, Virreinato del
Perú
Fallecimiento 20 de junio de 1820 (50 años)
Índice Buenos Aires, Provincias Unidas
Trayectoria del Río de la Plata
Nacimiento y familia Lugar de Convento de Santo Domingo
Estadía en Europa sepultura (Buenos Aires)
El Consulado de Comercio
Nacionalidad argentina
Las Invasiones Inglesas
El carlotismo Religión Católico
La Revolución de Mayo y la Primera Junta de Partido
Gobierno Carlotismo
político
Expedición militar a la provincia del Paraguay
Expedición militar a la Banda Oriental
Familia
Juicio a Belgrano Padres Domenico Belgrano Peri
Misión diplomática al Paraguay María Josefa González Casero
El Motín de las Trenzas Pareja María Josefa Ezcurra
La creación de la bandera argentina María Dolores Helguero y Liendo
Segunda Campaña al Alto Perú Hijos Manuela Mónica Belgrano
Diplomacia en Europa
La guerra civil en el Litoral Pedro Rosas y Belgrano
El Congreso de Tucumán, los intentos monárquicos Familiares Francisco Belgrano (hermano)
y la declaración de la independencia
Nuevamente general en jefe del Ejército del Norte Joaquín Belgrano (hermano)
La nueva guerra civil en el norte y en el Litoral
Educación
Su muerte
Exhumación de sus restos Alma máter Universidad de Valladolid,
España
Belgrano y la educación
Memorias ante el Consulado de Comercio Información profesional
En el Correo de Comercio Ocupación abogado, periodista, político,
Las Escuelas de la Patria y los maestros diplomático, economista y militar
Vida privada Rama militar Ejército
Aspecto físico Rango General
Semblanza
Firma
Relaciones sentimentales y descendencia
Árbol genealógico
Por el linaje paterno
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Por linaje materno
Numismática
Cinematografía
Véase también
Notas
Referencias
Bibliografía
Enlaces externos
Trayectoria
Nacimiento y familia
Manuel Belgrano nació en Buenos Aires el 3 de junio de 1770, en la casa paterna, actual avenida Belgrano Nº 430, a metros del
Convento de Santo Domingo, y fue bautizado por el sacerdote Juan Baltasar Maciel y Lacoizqueta2 en la Basílica Nuestra Señora de
la Merced al día siguiente.3
La madre de Manuel Belgrano era María Josefa González Casero, nacida en la
ciudad de Buenos Aires, de familia procedente de Santiago del Estero4 y,
según el genealogista Narciso Binayán Carmona, era descendiente del
conquistador, explorador y colonizador español Domingo Martínez de Irala
(1509-1556); sus antepasados tenían un remoto origen mestizo guaraní, que
compartía con muchos próceres de la época de la Independencia y con grandes
personajes paraguayos y argentinos.5 6
Durante su estadía alcanzó un éxito destacable y prestigio que le permitió obtener del papa Pío VI una autorización para leer toda
clase de literatura prohibida. Dicha concesión se le otorgó «... en la forma más amplia para que pudiese leer todo género de libros
condenados aunque fuesen heréticos»,11 con la única excepción de las obras obscenas. De esta manera tuvo acceso a los libros de
Montesquieu, Jean-Jacques Rousseau y Filangieri; así como pudo imbuirse de las tesis fisiocráticas de François Quesnay. También
leyó a los escritores españoles de tendenciailustrada, como Gaspar Melchor de Jovellanosy Pedro Rodríguez de Campomanes.
Siguió los acontecimientos de la Revolución Francesa de 1789, que le influyeron hasta el punto de hacerle adoptar, como a José de
San Martín, el ideario revolucionario de finales del siglo XVIII. A partir del mismo, ambos orientaron su desempeño en la vida política
hacia las necesidades fundamentales de todo pueblo: soberanía política, económica y posesión de los territorios que explotan a partir
del trabajo. Tanto Belgrano como San Martín fueron firmes creyentes en el desarrollo a partir de las industrias, la producción y el
comercio de bienes dentro de un marco justo que beneficie a la Patria y el pueblo en su conjunto.
Belgrano se rodeó de la élite intelectual de España, y por aquel entonces se
discutía sobremanera la reciente Revolución francesa. Los cuestionamientos al
derecho divino de los reyes, los principios de igualdad, fraternidad y libertad, y
la aplicación universal de la Declaración de los Derechos del Hombre y del
Ciudadano estaban en boca de todos. En esos círculos se consideraba
imperioso refundar la nación bajo principios similares, y quienes no estaban de
acuerdo eran tachados de tiranos y partidarios de ideas antiguas y
desprestigiadas.11 Años más tarde escribiría en su autobiografía:
De regreso al Virreinato del Río de la Plata, quizás a través de su primo Juan José Castelli se interesó por el pensamiento de
Francisco Suárez, quien declaraba que el poder de los gobiernos deviene deDios a través del pueblo.13
El Consulado de Comercio
Belgrano fue nombrado Secretario "Perpetuo" delConsulado de Comercio de Buenos Airesel 2 de junio de 1794,nota 2 y unos meses
después regresó a Buenos Aires. Ejerció ese cargo hasta poco antes de la Revolución de Mayo, en 1810. En dicho cargo se ocupaba
de la administración de justicia en pleitos mercantiles y de fomentar la agricultura, la industria y el comercio. Al no tener libertad
para realizar grandes modificaciones en otras áreas de la economía, concentró gran parte de sus esfuerzos en impulsar la educación.
En Europa su maestro Campomanes le había enseñado que la auténtica riqueza de los pueblos se hallaba en su inteligencia y que el
verdadero fomento de la industriase encontraba en la educación.14
Durante su gestión estuvo casi en permanente conflicto con los vocales del Consulado, todos ellos grandes comerciantes con intereses
en el comercio monopólico con Cádiz. Año tras año presentó informes con propuestas influenciadas por el librecambismo que, en
general, fueron rechazadas por los vocales. Belgrano sostenía por entonces que «El comerciante debe tener libertad para comprar
14
donde más le acomode, y es natural que lo haga donde se le proporcione el género más barato para poder reportar más utilidad».
De todos modos obtuvo algunos logros importantes, como la fundación de la Escuela de Náutica y la Academia de Geometría y
Dibujo. Belgrano, a través del Consulado, también abogó por la creación de la Escuela de Comercio y la de Arquitectura y
Perspectiva. Su motivación para fundar la escuela de comercio radicaba en que consideraba que la formación era necesaria para que
los comerciantes obraran en función del crecimiento de la patria. Con las escuelas de Dibujo y Náutica se pretendía fomentar en los
jóvenes el ejercicio de una profesión honrosa y lucrativa. Estas últimas funcionaban en un mismo local, contiguo al consulado, de
forma que Belgrano pudiese observar e inspeccionar su desenvolvimiento. Estas escuelas operaron durante tres años y fueron
cerradas en 1803 por orden de la corona española —en particular del ministro Manuel Godoy— que las consideraba un lujo
innecesario para una colonia. Belgrano opinaba que el impulso educativo «no podía menos que disgustar a los que fundaban su
interés en la ignorancia y el abatimiento de sus naturales».
Su iniciativa ayudó a la publicación del primer periódico de Buenos Aires, el Telégrafo Mercantil, dirigido por Francisco Cabello y
Mesa, y en el que colaboraban Belgrano y Manuel José de Lavardén. Dejó de aparecer en octubre de 1802, tras tirar unos doscientos
números, después de varios problemas con las autoridades virreinales, que veían con malos ojos las tímidas críticas allí deslizadas y
el estilo desenfadado de lassátiras y críticas de costumbres.
El virrey Sobremonte le encargó la formación de una milicia en previsión de algún ataque inglés, pero no tomó el encargo muy en
serio. Esto lo llevó a su primera participación en un conflicto armado, cuando el 25 de junio de 1806 desembarcó una expedición de
1600 soldados ingleses al mando de William Carr Beresford, lo cual inició las Invasiones Inglesas. Belgrano marchó al fuerte de
Buenos Aires apenas escuchó la alarma general, donde reunió a numerosos hombres para enfrentar la invasión. Sin conocimientos de
milicia, marcharon desordenadamente hacia el Riachuelo. Tras un único cañonazo inglés, debió obedecer las indicaciones de su jefe
de mando y ordenar la retirada. Más tarde escribiría: «Nunca sentí más haber ignorado hasta los rudimentos de la milicia».ras
T tomar
la ciudad, los ingleses exigieron a todas las autoridades que prestaran juramento de lealtad. El Consulado en pleno accedió a la
demanda inglesa, exceptuando a Belgrano que sostuvo que «Queremos al antiguo amo, o a ninguno». Se exilió de Buenos Aires y
buscó refugio en la capilla deMercedes, en la Banda Oriental.17
Los ingleses fueron expulsados por una expedición organizada por Santiago de Liniers, aunque se esperaba que éstos intentarían
atacar nuevamente la ciudad. Belgrano regresó después de la reconquista y se unió a las fuerzas que organizaba Liniers. Fue
nombrado sargento mayor del Regimiento de Patricios, a las órdenes de Cornelio Saavedra, y profundizó sus estudios de táctica
militar. Tras tener conflictos con otros oficiales, Belgrano renunció al cargo de Sargento Mayor y se puso a las órdenes de Liniers.
Durante el combate que tuvo lugar poco después, sirvió como ayudante de campo de una de las divisiones del ejército al mando del
coronel Balviani.18 Tras la exitosa resistencia de Buenos Aires volvió a hacerse cargo del Consulado y dejó nuevamente los estudios
militares.12
El carlotismo
Si bien en lo fáctico Manuel Belgrano fue siempre un cabal demócrata, las coyunturas históricas le forzaron a ser regalista o
monárquico contra los realistas procolonialistas.
Belgrano fue el fundador en el Virreinato del Río de la Plata de la corriente llamada
carlotismo.
Ante la llegada de noticias de que la metrópoli había sido ocupada por el ejército
francés y el rey Fernando VII de España estaba preso en Francia, esperaba poder
suplantarlo, al menos para ese Virreinato, por la infanta Carlota Joaquina —quien
era la hermana del rey depuesto y, a su vez, la esposa delpríncipe regente Juan VI de
Portugal— y residente en esa época en Río de Janeiro como consecuencia de la
invasión de los franceses.
También el marqués de Casa Pizarro, Ramón García de León y Pizarro, pensaba que
esto sería positivo para el Virreinato del Río de la Plata, dadas las circunstancias de
España frente al poder del rey francés José Bonaparte.19 Mantuvo nutrida
correspondencia con ella y unió a su movimiento a muchos destacados
independentistas, como Castelli, Vieytes, Nicolás Rodríguez Peña, Juan José Paso,
Miguel Mariano de Villegas e incluso efímeramente a Saavedra.
Carlota Joaquina de Borbón.
Su idea era ganar más autonomía, y tal vez la independencia, a través de la figura de
la infanta, pero la candidatura de Carlota Joaquina era muy poco adecuada para
alcanzar esos objetivos: en primer lugar, la Infanta era la esposa del regente y príncipe heredero de Portugal, lo que le hubiera
permitido al monarca lusitano extender sus colonias y, muy probablemente, absorber al Virreinato del Río de la Plata. Esta idea de
apropiarse de las provincias rioplatenses no era nueva para Portugal, sino que fue una amenaza constante en el proceso de expansión
lusitano hacia el oeste deAmérica del Sur.
En segundo término, las ideas políticas de Carlota Joaquina eran absolutistas y jamás habría permitido que bajo su corona se instalara
ninguna forma de monarquía liberal, ni de autonomía para las dependencias americanas.
El partido carlotista logró tener bastante influencia, pero nunca llegó a poner en peligro el Virreinato del Río de la Plata. A comienzos
de 1810, el proyecto carlotista había fracasado, aunque el partido de Belgrano seguía funcionando como centro de conspiraciones
independentistas.
Belgrano convenció al nuevo virrey, Cisneros, de editar otro periódico, el Correo de Comercio, y con la excusa de discutir sus
ediciones, promovía reuniones en las que se planeaban las acciones de su grupo político. Su nombre público era la Sociedad
Patriótica, Literaria y Económica.
Apoyó la apertura al comercio internacional del puerto de Buenos Aires, que fue ordenada por el virrey Cisneros, en parte presionado
por la famosa Representación de los Hacendados, escrita por Mariano Moreno, pero aparentemente basada en las ideas de
Belgrano.20 21
Que no se oiga ya que los ricos devoran a los pobres, y que la justicia es sólo para los ricos.
Belgrano era el miembro de la Junta con más experiencia política, y el más relacionado: la mayor parte de los funcionarios
nombrados por el nuevo gobierno lo fueron por consejo suyo. Dirigió por un corto período el ex partido carlotista, pero rápidamente
el control del grupo —y en cierta medida del gobierno— pasó a Mariano Moreno.
Mucho me falta para ser un verdadero padre de la patria, me contentaría con ser un buen hijo de ella.
Manuel Belgrano22
Me hallaba de vocal de la Junta Provisoria cuando en el mes de agosto de 1810, se determinó mandar una
expedición al Paraguay. La Junta puso las miras en mí para mandarme con la expedición auxiliadora, como
representante y general en jefe de ella; admití porque no se creyese que repugnaba los riesgos, que sólo
quería disfrutar de la Capital, y también porque entreveía una semilla de desunión entre los vocales
mismos, que yo no podía atajar, y deseaba hallarme en un servicio activo, sin embargo de que mis
conocimientos militares eran muy cortos.
Incorporó a su ejército a algunos paraguayos, tanto por su capacidad como por sus contactos: los hermanos José y Ramón Espínola,
hijos de José Espínola y Peña, el «viviente más odiado por los paraguayos», ambos en calidad de edecanes; José
a Ildefonso Machain,
militar que había luchado en España contra Napoleón e importante familia en Asunción, como segundo suyo; y al capitán de artillería
Bonifacio Ramos que había actuado durante las invasiones inglesas.
El 30 de diciembre de 1810 redactó el Reglamento para el régimen político y administrativo y reforma de los 30 pueblos de las
Misiones, cuerpo legislativo de treinta artículos que Juan Bautista Alberdi utilizó posteriormente como una de las bases de la
Constitución Nacional de 1853.28 Este Reglamento no fue aprobado por la junta de Buenos Aires.
Juicio a Belgrano
Producida la Revolución del 5 y 6 de abril de 1811, que permitió al sector moderado saavedrista asegurar el control de la Junta
Grande de gobierno eliminando a la minoría radical morenista, una multitud proveniente de los arrabales y zonas rurales inmediatas y
tropas de los cuarteles convenientemente convocadas, presentó al Cabildo, el mismo 6 de abril, un petitorio dirigido a la Junta donde
exigían, en la "proposición" número trece:
Quiere el pueblo que el vocal, Don Manuel Belgrano, general de la expedición destinada al auxilio de
nuestros hermanos paraguayos, sea llamado y comparezca inmediatamente en esta capital a responder a los
cargos que se le formen. Peticiones del 6 de abril de 1811 en (Junta de Historia y Numismática Argentina ,
1910, p. 287 vol. 2)
Belgrano era considerado no solo como morenista sino como un peligro potencial al estar al mando de un ejército de
aproximadamente 3000 hombres en operaciones.29
El 19 de abril, la Junta, obedeciendo las proposiciones hechas por el "pueblo" y publicadas en la Gazeta Extraordinaria del 15 de
abril, "previno" a Belgrano para que regresara a la capital y dejase el mando del ejército al oficial que "corresponda por su empleo y
antigüedad" que "por ahora" debía ser José Rondeau. En su respuesta del 21 de mayo, Belgrano manifestó abiertamente su
ambivalencia: "Tuve impulsos de obedecer y no cumplir la orden" escribió. Finalmente acató la orden para que no se pensara que lo
tar frente a los enemigos.30
hacía por "ambición" y no provocar, "tal vez", un "nuevo movimiento" o "vaivén" que se debía evi
El 6 de junio de 1811 la Junta designó como JuezFiscal al coronel Marcos González Balcarce, partidario de Saavedra y que junto con
otros militares había firmado el petitorio donde se pedía su enjuiciamiento. Su misión era formar la causa reuniendo información y
tomando las declaraciones correspondientes.
El 20 de junio, 16 oficiales del ejército que operaba en la Banda Oriental y que participaron en la expedición contra la provincia del
Paraguay, expresaron que no habían encontrado a nadie que tuviera alguna queja contra Belgrano.
El 26 de junio el fiscal tomó declaración al coronel Tomás de Rocamora. Las preguntas versaron sobre las causas por las que no pudo
reunirse con Belgrano, las fuerzas disponibles y su disposición en las distintas batallas y si sabía las causas por las cuales fueron
separados por Belgrano varios oficiales del ejército. Al respecto Rocamora mencionó la fuga de los oficiales Juan Mármol y Bertolot
de la batalla de Tacuarí junto con otros «prófugos que huían del ejército». Sobre estos hechos no le
pidieron aclaraciones.
Dos días después, el 28 de junio, se tomó la declaración a Gregorio Perdriel. Las preguntas fueron sobre la marcha desde la Bajada,
detalles de la batalla de Paraguarí y posterior retirada y si el general había comunicado a los oficiales la orden de la Junta de "no
aventurar acción sin ventajas conocidas". Perdriel realizó una extensa declaración en respuesta a las 25 preguntas que se le hicieron.
La causa se paralizó durante el mes de julio. «Pero lo que más llama la atención es que en ningún momento se tomó declaración al
inculpado, siendo el único que podía aclarar con testigosde visu todas las dudas».31 A fines de ese mes se recibieron distintos oficios
provenientes de los alcaldes de la ciudad que manifestaron no tener cargos que hacer a Belgrano por su actuación militar. Tanto
Tomás José Grigera como los alcaldes trataron ahora de minimizar la importancia del juicio explicando que:
"[...] el espíritu del artículo 13 de las peticiones del 6 de abril es excitar al gobierno a que juzgue según
derecho al general [Belgrano] como en iguales circunstancias y casos se ha practicado aún cuando la
desgracia de la pérdida de las acciones de guerra hayan sido inevitables".Carranza
( , 1896, p. 62 vol. 8)
Del 3 al 8 de agosto se tomaron siete declaraciones a oficiales que por diversas razones habían sido desafectados del ejército por
Belgrano. A todos ellos, al llegar a Buenos Aires, se les había quitado el despacho pero luego, a casi todos, les fue retornado sin
explicación alguna. Muchas declaraciones fueron antedatadas como si se hubieran tomado en julio y no en agosto y, a diferencia de
Rocamora y Perdriel, se hicieron pocas preguntas, todas relacionadas con las operaciones militares.
Finalmente el 9 de agosto de 1811, teniendo en cuenta lo «expuesto por el Exmo. Cabildo, Alcaldes de barrio y oficiales del ejército»
se declaró que Belgrano:
[...] se ha conducido en el mando de aquel ejército con un valor, celo y constancia dignos de
reconocimiento de la patria; en consecuencia queda repuesto a los grados y honores que obtenía y que se le
suspendieron en conformidad de lo acordado en las peticiones del 6 de abril; y para satisfacción del público
y de este benemérito patriota, publíquese este decreto en La Gazeta. (Instituto Belgraniano Central, 1982,
p. 656)
Como lo había anticipado Belgrano, el momento elegido para su destitución no había sido el más adecuado, por las "relaciones" o
negociaciones que se estaban realizando con los paraguayos, portugueses, Artigas e incluso los "enemigos" de Montevideo. Al año
siguiente, en un oficio a Rivadavia del 11 de mayo de 1812, Belgrano agregó: "los bribones del 5 y 6 de abril me perjudicaron y
perjudicaron a la Patria; ¿qué ventaja se saca de mentir?"
El coronel Leopoldo R. Ornstein, que escribió sobre la expedición militar al Paraguay en la obra colectiva Historia de la Nación
Argentina, al analizar el juicio a Belgrano justificó al gobernador Bernardo de Velasco diciendo que lo único que pudo hacer fue
"defender su provincia contra una invasión de fuerzas porteñas" y responsabilizó a la junta de Buenos Aires de los resultados
32
obtenidos "de manera que era esta, en pleno, la que debió ser sometida a juicio y no Belgrano".
En octubre de 1811 Belgrano se encontraba nuevamente en el Paraguay, enviado por el Primer Triunvirato, y el día 12 firmó con el
gobierno paraguayo un Tratado de Amistad, Auxilio y Comercio para una Confederación. El mismo no llegó a tener aplicación
33 y progresivamente aislado del exterior
práctica, ya que el Paraguay se mantuvo alejado de las Provincias Unidas .34
El Motín de las Trenzas
El 16 de noviembre de 1811, el Primer Triunvirato dispuso que los regimientos 1 y 2 fueron unidos, pasando a ser el N° 1 de
Patricios, y designó como su jefe al coronel Manuel Belgrano:
(...) por no ser conforme con las atenciones del señor Brigadier Don Cornelio Saavedra el desempeño de
las obligaciones de este importante cargo.
Saavedra fue condenado a destierro. El 6 de diciembre de 1811 los Patricios protagonizaron el llamado Motín de las Trenzas, en
contra de su nuevo jefe, reclamando conservar su autonomía y el privilegio de elegir a sus comandantes, levantándose contra el
Primer Triunvirato. Fueron duramente reprimidos y, por orden de Belgrano, 4 soldados y suboficiales fueron condenados a muerte
35
como cabecillas del motín, ejecutados y colgados en la vía pública el 21 de diciembre.
Allí, en Rosario, a las orillas del río Paraná, el 27 de febrero de 1812 enarboló
por primera vez la bandera argentina, creada por él con los colores de la
escarapela, también obra suya. Lo hizo ante las baterías de artillería que
denominó "Libertad" e "Independencia", donde hoy se ubica el Monumento
Histórico Nacional a la Bandera. Inicialmente, la bandera era un distintivo para
su división del ejército, pero luego la adoptó como un símbolo de
independencia. Esta actitud le costó su primer enfrentamiento abierto con el
gobierno centralista de Buenos Aires, personificado en la figura del ministro
Bernardino Rivadavia, de posturas netamente europeizantes. El Triunvirato
reaccionó alarmado: la situación militar podría obligar a declarar una vez más
la soberanía del rey Fernando VII de España, de modo que Rivadavia le
ordenó destruir la bandera. Sin embargo, Belgrano la guardó y decidió que la
impondría después de alguna victoria que levantara los ánimos del ejército y
del Triunvirato.
En el año 1938 por primera vez se celebró el Día de la Bandera en Argentina, eligiéndose el 20 de junio, día de la fecha de su
fallecimiento.
Segunda Campaña al Alto Perú
El mismo día que hizo flamear esa bandera, en febrero de 1812, Belgrano era
nombrado por el Primer Triunvirato jefe del Ejército del Norte. Debía partir
hacia el Alto Perú, para brindar nuevamente auxilio a las provincias "de
arriba", reemplazando a Juan Martín de Pueyrredón y engrosando el ejército
con las tropas de su regimiento.
En mayo se trasladó a San Salvador de Jujuy e intentó algunas operaciones en Manuel Belgrano a caballo.
la Quebrada de Humahuaca. Para levantar la moral del ejército, hizo bendecir
la bandera por el cura de la iglesia de la ciudad,Juan Ignacio Gorriti, que había
sido miembro de la Junta Grande.
Mientras tanto, el ejército de José Manuel de Goyeneche, el vencedor de Huaqui, se demoraba en comenzar operaciones en el sur,
retrasado por la desesperada defensa deCochabamba. Pero a fines de junio comenzó su avance hacia el sur
.
En esta situación, Belgrano recibió del Primer Triunvirato la orden de replegarse, sin presentar batalla, hacia Córdoba. Así fue que
dirigió el Éxodo Jujeño: ordenó a toda la población seguirlo, destruyendo todo cuanto pudiera ser útil al enemigo. No pudo hacer
cumplir esa misma orden para la ciudad de Salta, dado que el enemigo estaba ya muy cerca.
Los triunviros de Buenos Aires le ordenaron una retirada hasta la ciudad de Córdoba pero Belgrano, conocedor por experiencia de los
territorios, observó que las posibles defensas de Córdoba podrían ser muy fácilmente esquivadas por una ofensiva realista procedente
del Alto Perú, e incluso reforzada desde el reocupado Chile (la ciudad de Córdoba aunque está cerca de las sierras se ubica ya en una
llanura escasamente defendible por lo cual, sin presentar batalla a los patriotas los realistas podían avanzar directamente hasta Buenos
Aires), lo cual le hizo considerar la petición de resistencia a ultranza hecha por el pueblo en
San Miguel de Tucumán.
Fue alcanzado en Combate de las Piedras, donde perdió algunos hombres; pero ordenó un contraataque que resultó exitoso y levantó
la decaída moral de su ejército en retirada. Cumpliendo las órdenes, se dirigió hacia
Santiago del Estero. Pero los ciudadanos notables
de San Miguel de Tucumán, encabezados por Bernabé Aráoz, lo convencieron de desviarse hacia esa ciudad. Allí reunió varios
centenares de soldados más y se hizo fuerte en la propia ciudad. Respondió a un altanero ultimátum del general Goyeneche fechado
en el "cuartel general del Ejército Grande" con una irónica negativa fechada en el "campamento del Ejército Chico".
El jefe del ejército de vanguardia realista, generalPío Tristán, avanzó hasta las afueras de la ciudad con sus tropas desprevenidas, con
la artillería empacada sobre las mulas.
Pero cuando el ejército se presentó en el llamado "Campo de las Carreras", en las afueras de la ciudad, fueron sorpresivamente
atacados por el ejército independentista. La batalla de Tucumán, librada el 24 de septiembre de 1812, fue increíblemente confusa:
cada unidad peleó por su lado, se desató una tormenta de tierra, e incluso el cielo se oscureció por una manga de langostas. Belgrano
acampó a cierta distancia, y sólo el llegar la noche supo que había triunfado. Fue la más importante de las victorias revolucionarias de
la guerra de la independencia argentina.
Belgrano reorganizó las tropas y avanzó hacia Salta. El 20 de febrero de 1813 se libró la batalla de Salta, en la pampa de Castañares,
lindante con la ciudad de Salta, en la que logró un triunfo completo, haciendo inútil la defensa de las tropas de Tristán. Fue la primera
vez que la bandera argentina presidió una batalla.
Firmó con Tristán un armisticio, por el cual dejó en libertad a los oficiales realistas, bajo juramento de que nunca volvieran a tomar
las armas contra los patriotas. Esta decisión le valió las críticas de los miembros del gobierno porteño y de muchos historiadores
actuales. Pero es posible que, si se hubiera portado con más crueldad, como Castelli en 1811, no hubiera podido recibir el apoyo que
recibió en el Alto Perú.
Como consecuencia de la batalla de Salta, las provincias altoperuanas de Chuquisaca, Potosí, y más tarde, Cochabamba, se
levantaron nuevamente contra los españoles. Expulsó al obispo de Salta, cuando descubrió que estaba cooperando con los realistas.
Enfrentó a Pezuela el 1 de octubre en la batalla de Vilcapugio, donde en un primer momento pareció que podía lograr la victoria. Un
sorpresivo contraataque realista logró una victoria total para Pezuela. En ella perdió poco menos de la mitad de sus tropas, casi toda
su artillería y su correspondencia. Por ésta, Pezuela supo que Belgrano esperaba refuerzos. Por eso forzó rápidamente una nueva
batalla.
En la batalla de Ayohuma, del 14 de noviembre, y a pesar del consejo contrario de sus oficiales de no presentar batalla, no atinó a
ocultar la disposición de sus tropas, lo que permitió que Pezuela lo atacara con seguridad, cambiando de frente. Fue una segunda
completa victoria realista.
Como consecuencia de estas derrotas se retiró a Jujuy, dejando las provincias del Alto Perú en manos del enemigo. Quedaban en esas
provincias varios jefes revolucionarios, los más destacados de los cuales fueron Arenales, aW
rnes y Padilla, que dieron mucho trabajo
a su enemigo hasta el regreso del Ejército del Norte, al año siguiente.
Belgrano fue cuestionado por el Segundo Triunvirato. En enero debió dejar el mando del Ejército del Norte al coronel José de San
Martín, quien había sido uno de los jefes de la revolución del 8 de octubre de 1812 que había depuesto al Primer Triunvirato. En la
Posta de Yatasto Belgrano entregó la jefatura del nuevamente derrotado Ejército del Norte a San Martín y a los pocos días regresó a
Buenos Aires, seriamente enfermo por afecciones contraídas durante sus extensas campañas militares, probablemente paludismo y
tripanosomiasis.
Pese a encontrarse con un ejército material y anímicamente diezmado, San Martín reconoció en todo momento la gran labor
libertadora desempeñada por Belgrano al frente de las terribles campañas del Alto Perú, profesándole en todo momento un gran
respeto y admiración.
Argentina.36
Su fracaso en esta campaña ha sido considerado como determinante de la posterior separación de Bolivia de
Diplomacia en Europa
Belgrano fue enviado por el Director Supremo de las Provincias Unidas del
Río de la Plata, Gervasio Antonio de Posadas, como diplomático a Europa.
Entre 1814 y 1815 viajó, con riesgo para su vida, tanto por estar enfermo como
por ser considerado un súbdito rebelde, al Viejo Mundo para negociar el
reconocimiento de la independencia ante las potencias europeas, aunque sin
obtener resultados.
Fue enviado junto con Rivadavia a Londres, para negociar con el gobierno
inglés y con el rey de España, Fernando VII. No es seguro qué actitud debían
tomar respecto de éste, si conseguir la independencia o reconocerlo como
monarca constitucional. Rivadavia llevaba instrucciones secretas que Belgrano
no conocía: negociar preferentemente con Londres y ofrecer la corona del
Reino del Río de la Plata a un príncipe español o inglés. De paso por Río de
Janeiro, se entrevistaron con lord Strangford, el embajador inglés. También
estaba en esa ciudad Manuel José García, enviado por el Director Supremo
Carlos María de Alvear para negociar otras opciones; entre ellas, la
incorporación a Inglaterra como colonia.
Durante su viaje como diplomático observó la hostilidad de casi todos los gobiernos europeos de entonces hacia las repúblicas y las
democracias ya que la restauración absolutista de la Santa Alianza se había impuesto en Europa. Por ello, a su regreso de la misión
diplomática en Europa, a mediados de 1815 volvió a proponer, esta vez con el apoyo de San Martín, un gobierno regalista pero, a
diferencia del absolutismo europeo bregó por una monarquía constitucional. Esta posición política no fue aceptada por los partidarios
independentistas republicanos.
Debido al fracaso de Juan José Viamonte, que había sido enviado previamente contra los federales de la tenencia de gobierno de
Santa Fe, que se oponían a la dependencia de Buenos Aires, y que había terminado preso en el campamento del caudillo de la Banda
Oriental José Gervasio Artigas; Álvarez Thomas decidió enviar a Santa Fe a un contingente comandado por Eustoquio Díaz Vélez y
al Ejército del Norte, que estaba bajo la conducción del general Belgrano.
Belgrano reemplazó a Viamonte y envió a a su segundo, Eustoquio Díaz Vélez, el mismo que había sido su segundo en Tucumán,
Salta, Vilcapugio y Ayohuma, a exigir rendición a los santafesinos, pero éste —"para cortar de raíz la cruenta guerra civil"— firmó el
Pacto de Santo Tomé, el 9 de abril de 1816, con Cosme Maciel, comandante de la fuerza de mar de Santa Fe y representante del
gobernador Mariano Vera. Por este tratado se depuso a Belgrano como jefe del ejército, colocándose a Díaz Vélez en su lugar. Esta
rebelión de Díaz Vélez provocó la caída del director Ignacio Álvarez Thomas. Se acordó que la paz definitiva debía de ser ratificada
entre ambos gobiernos y ser también aceptada por José Gervasio Artigas.
El caudillo Artigas se opuso a la firma del acuerdo de paz definitivo que fue finalmente dejado de lado por el nuevo Director
Supremo, Antonio González Balcarce, y por el Congreso de Tucumán. Esta negativa tuvo como consecuencia que la Liga de los
Pueblos Libres no envió diputados al Congreso de Tucumán ni participó de laDeclaración de independencia de la Argentina.39
Del mismo modo suponía que tal tipo de gobierno regalista mantendría, como
ocurría con Brasil, unificada a la enorme extensión territorial de las provincias Registros del Cementerio de la Recoleta
liberadas, que habían integrado el antiguo virreinato rioplatense y que se sobre el entierro de Juan Bautista Túpac
encontraban habitadas por diversos pueblos que estaban secularmente en Amaru, Inca que Belgrano intentó
conflicto.40 13 coronar como rey de las independizadas
Provincias Unidas de Sudamérica.
El 6 de julio de 1816, Belgrano expuso ante los diputados del Congreso de
Tucumán, en dos reuniones, una propuesta de instaurar una monarquía casi
nominal que ofrecía el trono a los descendientes de los Incas. Según este Plan del Inca41 muy probablemente proyectó que el título
correspondiera a Juan Bautista Túpac Amaru, único hermano sobreviviente conocido del inca Túpac Amaru II,42 y un gobierno
efectivo de tipo parlamentario, con el objeto de lograr el pronto reconocimiento a nivel internacional de la independencia gentina.
ar
Su propuesta de implantar una monarquía inca parlamentaria fue ridiculizada por sus contemporáneos que apoyaban la formación de
una república. Sin embargo, obedecía a un inteligente cálculo por parte de Belgrano: la oferta de la corona a los Incas buscaba atraer
la adhesión de parte de las poblaciones incas de las actuales zonas andinas de Bolivia, Perú y Ecuador al movimiento emancipatorio
que se gestaba desde Argentina.
Fue, con San Martín y Bernardo de Monteagudo, uno de los principales promotores de la Declaración de la independencia de las
Provincias Unidas en Sud América, en San Miguel de Tucumán, el 9 de julio de 1816.
El Ejército del Norte pasó un año acantonado en la rústica fortaleza de La Ciudadela, a un par de kilómetros al sudoeste de la Plaza
Mayor de la ciudad de San Miguel de Tucumán, sin recursos para seguir la guerra, y tratando de contrarrestar los posibles
contraataques de los realistas.
Se le ordenó repetidas veces utilizar divisiones del Ejército del Norte contra los federales de Santa Fe. De modo que se trasladó a la
Villa de Ranchos, en Córdoba, y envió contra el caudillo de Santa Fe Estanislao López al coronel cordobés Juan Bautista Bustos, que
no logró doblegar la resistencia del santafesino.44 Si bien no combatió personalmente a los federales continuamente se quejaba a las
autoridades nacionales de la inutilidad de esa guerra y advertía al gobierno que la población de las provincias estaban descontentas
del centralismo:
"Hay mucha equivocación en los conceptos: no existe tal facilidad de concluir esta guerra; si los autores de
ella no quieren concluirla, no se acabará jamás... El ejército que mando no puede acabarla, es un imposible.
45
Su único fin debe ser por un avenimiento... o veremos transformarse el país en puros salvajes..."
A mediados de 1819, cuando estaba ya muy enfermo, el general José Rondeau, nuevo Director Supremo, ordenó que tanto el Ejército
del Norte como el Ejército de los Andes, comandado por San Martín, abandonaran la lucha contra los realistas para aplastar las
rebeldías provinciales. San Martín sencillamente ignoró la orden, mientras Belgrano obedeció a medias: ordenó a sus tropas iniciar la
marcha hacia el sur, pero pidió licencia por enfermedad y delegó el mando en su segundo,Francisco Fernández de la Cruz.
Se instaló en Tucumán, pero a poco de llegar fue sorprendido por un motín en esa provincia, que llevó al gobierno a su viejo
conocido Bernabé Aráoz, y terminó con el general en prisión. Su médico particular, el escocés Joseph Redhead —a quien había
conocido después de la batalla de Tucumán y que lo había acompañado desde entonces— tuvo que interceder por él para que no fuera
46
encadenado. Fue también él quien preparó su viaje a Buenos Aires.
La provincia de Tucumán negó su obediencia al Directorio. Dos meses más tarde, también el Ejército del Norte se negó a apoyar al
gobierno central contra los federales: al llegar a Santa Fe, el general Bustos dirigió el llamado motín de Arequito, y el Ejército del
Norte fue disuelto.45
Su muerte
Belgrano llegó a Buenos Aires en plena Anarquía del Año XX, ya seriamente
enfermo de hidropesía. Esta misma enfermedad lo llevó a la muerte, el 20 de
junio de 1820.
En su lecho final fue examinado por el médico escocés Joseph Redhead, que lo
atendió en su casa; al no poder pagarle por sus servicios, pues en ese momento
estaba sumido en la pobreza, Belgrano quiso darle un reloj como pago, ante la
negativa del galeno a cobrarle, Belgrano tomó su mano y puso el reloj dentro
de ella, agradeciéndole por sus servicios. Se trataba de un reloj de bolsillo con
cadena, de oro y esmalte, que el rey Jorge III de Inglaterra había obsequiado a Mausoleo de Manuel Belgrano en el
Belgrano.nota 5 Convento de Santo Domingo, Buenos
Aires, obra de Ettore Ximenes.
Una de sus últimas frases fue de esperanza, a pesar de los malos momentos que
pasaban tanto él como su patria:
... sólo me consuela el convencimiento en que estoy, de quien siendo nuestra revolución obra de Dios, él es
quien la ha de llevar hasta su fin, manifestándonos que toda nuestra gratitud la debemos convertir a su
Divina Majestad y de ningún modo a hombre alguno.
Manuel Belgrano47
Murió en la pobreza a pesar de que su familia había sido una de las más acaudaladas del Río de La Plata antes de que Belgrano se
comprometiera con la causa de la independencia.
El mismo día de su muerte es recordado como el Día de los tres gobernadores pues se desataba una crisis política en el gobierno
ejecutivo de la provincia. Esto ayudó a que su fallecimiento pasara casi inadvertido. El único diario que publicó la noticia fue "El
Despertador Teofilantrópico", que era redactado por elfraile franciscano Francisco de Paula Castañeda.48 49
Cumpliendo con su última voluntad, su cadáver fue amortajado con el hábito de los dominicos tal como era costumbre entre los
terciarios dominicos, de los que formaba parte50 y fue trasladado desde la casa paterna en la que murió -actual Avenida Belgrano, nº
430- al Convento de Santo Domingo, recibiendo sepultura en un atrio. Como su familia no tenía dinero para hacer la lápida para su
tumba entonces se improvisó una con el mármol de unacómoda de su hermano Miguel Belgrano. 51 52
Levantada la lápida, se retiraron los huesos que fueron colocados en una bandeja de plata. Entre ellos se encontraron algunos dientes,
uno de los cuales fue tomado por el ministro del interior, doctor Joaquín V. González, y otro por el ministro de Guerra, coronel Pablo
Ricchieri. Este hecho fue publicado y condenado por los principales diarios porteños y concluyó cuando el prior de Santo Domingo
comentó, en cartas al diario La Prensa, que había recibido ambos dientes. El ministro González se había justificado ante el prior
diciendo que se había llevado el diente para mostrarlo a sus amigos, y Ricchieri dijo que el lo retiró para presentarlo al señor
general Bartolomé Mitre.53
Belgrano y la educación
Belgrano fue uno de los próceres argentinos que más énfasis puso en impulsar
la educación.
Manuel Belgrano
Ya como Secretario del Consulado, y por una real orden de erección de dicha
institución (1794), tenía la obligación de presentar anualmente una memoria al
cuerpo relatando las actividades realizadas. Sin embargo, Belgrano las redactó
puntualizando más lo que debiera hacerse que relatando lo efectuado. De esta
manera alertaba a las autoridades sobre las necesidades de la colonia,
56
adoctrinaba a sus paisanos y no despertaba sospechas de las autoridades.
Firma de Manuel Belgrano.
En la primera memoria consular (1796), proponía la creación de siete tipos de
establecimientos educativos, a saber:
Una de las causas a que atribuyo el poco producto de las tierra y el ningún adelantamiento del labrador (...)
[es] porque no se mira a la agricultura como un arte que tenga necesidad de estudio, de reflexiones o de
reglas.
No se crea que es ajeno al ministerio eclesiástico el instruir y comunicar las luces sobre el cultivo de las
tierras, artes, comercio, etc., pues el mejor medio de socorrer la mendicidad y miseria es prevenirla y
atenderla en su origen.
¿Cómo, pues, la pondremos [a la industria] en este estado [de riqueza]? Con unos buenos principios(...)
Los buenos principios los adquirirá el artista en una escuela de dibujo que, sin duda, es el alma de las artes.
A estas infelices gentes (por los pobres) que, acostumbradas a vivir en la ociosidad, como llevo expuesto,
desde niños, les es muy penoso el trabajo en la edad adulta y [son] o resultan unos salteadores o mendigos;
estados seguramente deplorables, que podían cortarse si se les diese auxilio desde la infancia,
proporcionándoles una regular educación, que es el principio de donde resultan ya lo bienes ya los males
de la sociedad.
Uno de los principales medios que deben aceptar a este fin, son las escuelas gratuitas, donde pudiesen los
infelices, [es decir, los pobres] mandar a sus hijos sin tener que pagar cosa alguna por su instrucción: allí se
les podría dictar buenas máximas e inspirarles amor al trabajo, pues un pueblo donde no reine éste, decae el
comercio y toma lugar la miseria; las artes que producen abundancia que las multiplica después en
recompensa, decaen; y todo, en una palabra, desaparece, cuando se abandona la industria, porque se cree
no es de utilidad alguna.
Igualmente se deben poner escuelas gratuitas para las niñas, donde se les enseñase doctrina cristiana, a leer,
escribir, coser, bordar, etc., y principalmente, inspirándoles amor al trabajo, para separarlas de la oc
iosidad.
La ciencia del comercio no se reduce a comprar por diez y vender por veinte, sus principios son más
dignos. (...) Sea el primero [de los medios de fomento del comercio], una escuela titulada de comercio.
Es forzoso se ponga igualmente, como medio de la protección del comercio, una escuela de náutica,
sin cuyos principios nadie pudiese ser patrón de lancha en este río. (...) La utilidad y ventaja que
proporcionará este establecimiento, aun para los que no quieren seguir la carrera de la navegación,
no será bien ponderada jamás, ni yo puedo hacerla ver claramente.57
En su memoria de 1797, sobre el cultivo del lino y el cáñamo, también hacía numerosas referencias a la educación. En sí misma, esta
memoria puede ser considerada como un manual didáctico sobre agricultura, explicándose con suficiente nivel de detalle como para
ser de utilidad práctica para el labrador. Relataba el tipo de terreno apto para el cultivo del cáñamo, cómo debían ser las semillas para
que fueran aptas para el cultivo, la forma de sembrarlo, cultivarlo y procesarlo, de modo que fuera directamente utilizable en los
telares.
57
En total, dedicó tres memorias exclusivamente a fomentar la educación técnica:
16 de junio de 1800. "Utilidad, necesidad y medios de erigir un Aula de Comercio en general, donde se enseñe
metódicamente y por Maestría, la ciencia del Comercio en todos sus ramos". Hasta la fecha, esta memoria no ha
podido ser hallada.
14 de junio de 1802. "Establecimiento de fábricas de curtiembre". Ya hemos visto que en esta memoria la clave
estaba en traer de Europa a maestros curtidores, o en enviar seis estudiantes a capacitarse en dicho oficio.
16 de junio de 1806. "Fomento de la Agricultura en Establecimientos de Sociedad y Escuelas de su enseñanza". En
esta memoria, que ha llegado a nuestros días, Belgrano hacía una defensa de la enseñanza de las Matemáticas en
todos los ramos del saber, mostrando su relación con la del progreso de las maquinarias y ligando el de la
agricultura al de estas.
En su memoria consular de 1802 decía que sin enseñanza no hay adelantamientos y he clamado siempre por la escuela (...) como
medios para la prosperidad del Estado, pero sus fondos adictos a una deuda contraída por este comercio en beneficio del erario, no
han prestado margen para que pudiese disponer de ellos.nota 6
En el Correo de Comercio
En 1809 Belgrano aceptó la creación de un nuevo periódico, auspiciado por el entonces virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros, que
apareció a fines de enero de 1810 con el nombre de Correo de Comercio de Buenos Aires. Su objetivo principal era popularizar los
sanos principios de la economía política y ocuparse de materias científicas y literarias, impulsando a través de esas publicaciones la
Revolución, según afirmaría en su autobiografía. T
ambién exponía acerca de los beneficios económicos que resultaría de una difusión
de la educación. De los siete primeros artículos publicados en el semanario, tres de ellos correspondieron al tema educación, siendo
éstos los más extensos. En el primero, titulado E
" ducación" expresaba:
No es fácil corresponder en que ha podido consistir, ni en que consista el fundamento más sólido, la base,
digámoslo así, y el origen verdadero de la felicidad pública, cual es la educación, se halla en un estado tan
miserable, que aun en las mismas capitales se resienten a su falta. (...) A la falta de estos establecimientos
debemos atribuir los horrores que observamos.58
Llegaba a ligar el amor al trabajo y las virtudes básicas de todo ciudadano con la educación primaria. Según su pensamiento, ninguna
sociedad podía progresar si sus habitantes no tenían aprecio por el trabajo y esfuerzo y eran virtuosos:
¿Cómo, cómo se quiere que los hombres tengan amor al trabajo, que las costumbres sean arregladas, que
haya copia de ciudadanos honrados, que las virtudes ahuyenten los vicios y que el gobierno reciba el fruto
de sus cuidados, si no hay enseñanza, y si la ignorancia va pasando de generación en generación con
mayores y más grandes aumentos?58
Otorgaba a la educación primaria más importancia que a la universitaria, fundamentando su afirmación de la siguiente manera:
Séanos lícito aventurar la proposición de que es más necesaria la atención de todas las autoridades, de
todos los magistrado, y de todos los ciudadanos para los establecimientos de la enseñanza de niñas, que
para fundar una Universidad. (...) Con la Universidad, habría aprendido algo de verdad nuestra juventud en
medio de la jerga escolástica, y se habría aumentado el número de nuestros doctores, pero ¿equivale esto a
lo que importa la enseñanza de las que mañana han de ser madres? (...) Es indudable que no, y para prueba,
58
no hay más que trasladarse a donde hay Universidades, y no hay quién enseñe al bello sexo.
Debido a la importancia que asignaba a la educación es que se ocupaba que ésta fuese impartida del modo que él consideraba el más
adecuado y eficiente. Limitaba los castigos corporales, que representaban un hábito muy arraigado en la sociedad. Eliminaba, en gran
medida, la humillación pública del alumno incorregible, por considerar que era contraproducente e innecesaria.
Se ocupaba también de señalar cómo debía ser la selección de los maestros, y de describir cuáles debían ser sus características
principales. Los alumnos sólo tenían una oportunidad de recibir educación, y ésta debía ser la mejor disponible. La opinión de
Belgrano al respecto era contundente, tanto cuando se refiere a la educación primaria como a la técnica o terciaria:
En lo que se refiere a la educación primaria opinaba que "Si por desgracia una sola de éstas [, las maestras,] hay que sea de malas
costumbres, ¿es dable hacer el cálculo de los males que pueden resultar a la sociedad? Porque desengañémosnos, el ejemplo... Si, el
58
ejemplo es el maestro más sabio para la formación de las buenas costumbres."
Mientras que en lo relacionado con la educación terciaria o técnica decía que "Una especulación mal hecha puede traer consecuencias
muy funestas al comercio de una provincia y de toda una nación. (...) ¡Qué de perjuicios para un país agricultor y comerciante! ¿Y
qué modo de prevenirlos? La extensión de conocimientos, (...) que ni el labrador ni el comerciante ni el artista ignoren lo que les
corresponde..."57
En su primera memoria alertaba a sus oyentes sobre el tema de la elección de los maestros, cuando decía que «debía confiarse el
cuidado de las escuelas gratuitas a aquellos hombres y mujeres que, por oposición, hubiesen mostrado su habilidad y cuya conducta
fuese de público y notorio irreprensible»".
En el texto de su donación proponía el mecanismo de elección de los maestros, que debía estar basado en el mérito. Por ejemplo, en
cuanto a la educación primaria escribió quela provisión de escuelas se hará por oposición, y pasaba a establecer con minuciosidad el
procedimiento que la regularía. En el artículo siguiente, el cuarto, establece Cada tres años podrá el ayuntamiento abrir nueva
oposición, y convocar opositores si lo tuviese por convencimiento o hubiese proporción de mejorar el Maestro. El que ha servido o
cunstancias deberá ser preferido.60
desempeñado la Escuela en igualdad de mérito y cir
Ya en el Reglamento de la Escuela de Náutica, con relación a la educación terciaria o técnica, describía en detalle un mecanismo de
oposición particular designado para elegir directores:
El privilegio del maestro en actividad era el de conservar su puesto siempre y cuando sus aptitudes para el cargo no fueran superadas
por otro maestro. La importancia que se daba a los educadores puede verse en el artículo octavo del reglamento de las escuelas
donadas en 1813, en el que indicaba que se le debería dar asiento al maestro en cuerpo de Cabildo, reputándosele como Padre de la
Patria.61
En el artículo 18 del mismo reglamento se mencionaban cuáles debían ser los caracteres del maestro, que amplían la lista que ya
habíamos expuesto anteriormente:
El maestro procurará con su conducta, y en todas sus expresiones y modos, inspirar a sus alumnos amor al
orden, respeto a la Religión, consideración y dulzura en el trato, sentimientos de honor, amor a la virtud, y
a otras ciencias, horror al vicio, inclinación al trabajo, desapego del interés, desprecio de todo lo que diga a
profusión y lujo en el comer, vestir y demás necesidades de la vida, y un espíritu nacional que les haga
62
preferir el bien público al privado, y estimar en más la calidad de Americano que la de Extranjero.
Si se refirió en numerosas oportunidades a estas virtudes, sin duda era porque lo consideraba importante. Insistía Belgrano en los
valores en numerosos ocasiones:
Basta con que los maestros sean virtuosos y puedan con su ejemplo dar lecciones prácticas a la niñez y
juventud y dirigirlos por el camino de la Santa Religión y del honor y pudiendo enseñar a leer bien, poco
.63
importa que su forma de letra no sea de lo mejor; suficiente con que se pueda entender
Porque desengañémosnos, el ejemplo... Si, el ejemplo es el maestro más sabio para la formación de las
buenas costumbres. Nada valen teorías, en vano las maestras explicarán y harán comprender a sus
discípulas lo que es justicia, verdad, buena fe, etc., y todas las virtudes, si en la práctica las desmiente, ésta
64
arrollará todo lo bueno, y será la conducta en los días ulteriores de la depravación.
Buscó elevar la condición del maestro mediante el pago de sueldos dignos. Para asegurar la financiación de la educación, propuso
siempre la creación de fondos, para que los institutos tuviesen asegurados su financiamiento a perpetuidad.
Belgrano exponía que el progreso económico depende del conocimiento técnico y de los valores de la sociedad. Haciendo referencia
a los males que traería el que los habitantes no estaban suficientemente capacitados, preguntaba: «¿Qué modo de prevenirlos? La
extensión de conocimientos, la ilustración general, el que las luces se difundan por todos, que todos se instruyan, que adquieran ideas,
que ni el labrador ni el comerciante ni el artista ignoren lo que les corresponde, que unos y otros procuren no apegarse tan
íntimamente a los pensamientos de sus antepasados, los cuales sólo deben adoptarse cuando convienen y cuando no, desecharlos y
abandonarlos: que lo fue útil en otro tiempo, hoy es perjudicial; las costumbres varían; los usos igualmente; y todo, de tiempo en
tiempo, cambia, sin que en esto haya más misterio, que el de la vicisitud de las cosas humanas».
Vida privada
Aspecto físico
Las versiones sobre el aspecto físico de Manuel Belgrano difieren. Según Bartolomé Mitre, era "de regular estatura, cabello rubio y
sedoso, ojos grandes de color azul sombrío, tez muy blanca y algo sonrojada; y cabeza grande y bien modelada". Pero quienes lo
49
describieron a la edad de dieciocho años decían que tenía ojos castaños y pelo rojo". Y un cronista inglés lo describió como rubio.
No usaba bigote y tenía escasa barba, nariz fina y ligeramente aguileña y contextura delicada. Era elegante, aseado y de porte
esmerado.49
Semblanza
De Belgrano se ha dicho que:
Es el más metódico de los [generales] que conozco en nuestra América; lleno de integridad y talento
natural, no tendrá los conocimientos de un Moreau o Bonaparte en punto a milicia, pero créame Ud. que es
el mejor que tenemos en América del Sur.
Belgrano no tenía, como él mismo lo ha dicho, grandes conocimientos militares, pero poseía un juicio
recto, una honradez a toda prueba, un patriotismo puro y desinteresado, el más exquisito amor al orden, un
entusiasmo decidido por la disciplina y un valor moral que jamás se ha desmentido.
General sin las dotes del genio militar, hombre de estado sin fisonomía acentuada...Sus virtudes fueron la
resignación y la esperanza, la honradez del propósito y el trabajo desinteresado.
María Josefa acompañó al Ejército en la campaña del Norte. Durante la misma concibió un hijo, que nació el 30 de julio de 1813 en
la estancia de unos amigos en Santa Fe, siendo bautizado con el nombre de Pedro Pablo. Fue anotado como huérfano en la Catedral
de Santa Fe y se ignora si el niño conoció a su padre, pues lo adoptó inmediatamente su tía materna, Encarnación Ezcurra, a la sazón
recién casada con Juan Manuel de Rosas; posteriormente fue conocido como Pedro Rosas y Belgrano, llegó al grado de coronel y
tuvo una complicada actuación pública en la década de 1850.
En 1812, después de su victoria en Tucumán, Belgrano conoció a la joven María Dolores Helguero y Liendo, a quien prometió
matrimonio. Pero la prometida unión nunca llegó a concretarse, pues cuando Belgrano regresó de sus campañas, la joven había sido
dada en matrimonio a otro hombre. Se sabe que se volvieron a ver durante el Congreso de Tucumán, cuando ella aún estaba casada, y
que años más tarde tuvieron como fruto de su relación a Manuela Mónica Belgrano, nacida el 4 de mayo de 1819. La niña vivió con
su madre hasta 1825, cuando la hermana de su padre, Juana Belgrano de Chas, la llevó a Buenos Aires. Mónica y su medio hermano
se conocieron en 1834, después de que Rosas cumpliera con el pedido de Belgrano de revelarle a Pedro su verdadera filiación cuando
fuera mayor de edad. Mónica se casó en 1853 con un pariente distante, Manuel ega
V Belgrano.
Otra amante conocida de Belgrano fue una francesa que se hacía llamar mademoiselle (señorita) Elisa Pichegru, a quien conoció
durante su misión diplomática en Londres. La relación fue corta y terminó cuando él retornó a Buenos Aires. Pichegru, que según los
relatos de la época era una mujer aventurera que vestía provocativamente, fue a visitarlo a Buenos Aires en 1817, pero debido a que
él se encontraba en el Congreso de Tucumán, se volvió a Europa sin poder verlo.
Árbol genealógico
Los padres de Manuel Belgrano se casaron el 4 de noviembre de 1757 en la Iglesia de la Merced. La madre era porteña, (aunque el
padre y los hermanos menores que ella eran de Santiago del Estero) y tenía 27 años cuando nació Manuel, en su sexto parto. Falleció
en agosto de 1799. El padre eragenovés y falleció en septiembre de 1795.49
Belgrano)
Belgrano y
(casado con Giovanna del Giudice /
Belgrano y Belgrano Melgrano
Juana del Giúdice)
Niccolò
Giovanni Agostino Domenico Francesco Gaetano
Ambrogio
Maria Belgrano Peri / Belgrano Peri / Domingo
Belgrano Peri /
Juan Agustín María Francisco Cayetano Belgrano
Nicolás Ambrosio
Belgrano Peri Peri (Padre)
Belgrano Peri
González
Islas Ramírez) Islas
María Josefa González Islas y
Casero (Madre)
Numismática
Belgrano fue retratado en un importante número de billetes de la historia
numismática de Argentina. Figuró por vez primera en losPesos Ley 18.188, en
los billetes de uno, cinco y diez pesos. En el Peso argentino se le reservó el
billete de 10.000. Para los billetes del Austral se eligió la serie de Presidentes
de la Nación Argentina, un conjunto de próceres que no incluía a Belgrano,
aunque los billetes de 10.000 pesos argentinos fueron resellados para circular
como billetes de 10 australes. El Peso convertible incluye a Belgrano en los
billetes de 10 pesos, las series de 1997 y 2002 sólo modificaron detalles
menores.
La estatua ecuestre de Manuel Belgrano
que lo homenajea en laPlaza de Mayo,
Cinematografía Buenos Aires, desde 1873.
Véase también
Bandera de Argentina
Historia de la bandera de la Argentina
Banderas históricas de la Argentina
Monumento ecuestre al General Manuel Belgrano
Crucero "ARA General Belgrano"
Notas
1. Obra al óleo sobre tela de François Casimir Carbonnier. Aunque fue pintado en Londres por el pintor francés
François Casimir Carbonnier, la imagen del fondo representa, acorde a lo que Belgrano indicara al pintor, el
momento en que por primera vez fue izada la Bandera Argentina en Rosario, a orillas del río Paraná. Si se mira en
detalle este cuadro supervisado por Belgrano, el primer modelo de Bandera Argentina constaba de dos bandas
horizontales de igual tamaño, la superior color blanco y la inferior color azulceleste, aunque en menos de un año ya
el mismo Belgrano había dispuesto que la Bandera Argentina fuera una "tribanda" con dos franjas azulcelestes y
una franja blanca o alba central.
2. En su honor, se estableció ese día como elDía del Economista.
3. El certificado firmado por el protomédicoMiguel O'Gorman y los licenciados Miguel García y José Ignacio de Aroche,
de fecha 17 de noviembre de 1796, dice que «padecía de varias dolencias contraídas por un vicio sifilítico y
complicadas con otras originadas del influjo del país, cuya reunión ha sido causa de no poder conseguir alivios con
el método más arreglado» y recomiendan «mudar de país a otro más adecuado y análogo a su naturaleza». En
Instituto Belgraniano Central (1982). Documentos para la historia del general don Manuel Belgrano. Volumen 1.
Buenos Aires. p. 145.
4. El cambio obedeció a derivaciones del movimiento del 5 y 6, ocurrido en Buenos Aires, y Belgrano estuvo a punto
de «obedecer pero no cumplir» la orden. Facundo Acre, en Antecedentes, citados, señala que ya había logrado
reunir un ejército de más de 3000 hombres y concebido un plan de acción por el que Manuel Artigas operaría en el
Norte, José Gervasio Artigas, con 500 hombres, en el Centro, y Venancio Benavídez, con 800 hombres atacaría la
Colonia del Sacramento. Agrega que logró superar algunas disensiones entre los caudillos orientales y entre estos y
algunos jefes porteños. Belgrano, con su buena fe, trató de inducir a Vigodet, y Michelena a que abandonaran «el
partido inicuo de la guerra civil en que tan infelizmente los ha envuelto un hombre sin autoridad, sin representación
legitima y que seria eternamente objeto de execración», como dice refiriéndose a Elío, en su oficio del 27 de abril,
dirigido a Vidoget. Ver: Archivo Artigas, Tomo IV, página. 334 [1] (http://www.bibna.gub.uy/actualidad/Colecciones/t4/
301-400.pdf)
5. Posteriormente este reloj fue exhibido en el Museo Histórico Nacional, de cuyas vitrinas fue robado el sábado 30 de
junio de 2007. Véase «Roban del Museo Histórico Nacional Argentino el reloj que perteneció a Manuel Belgrano» (ht
tp://www.lanacion.com.ar/922346-roban-del-museo-historico-nacional-el-reloj-de-belgrano). Diario La Nación. 2 de
julio de 2007.
6. La deuda (o real donativo) se refiere a la contraída por el Consulado para donar el capital a la Corona.
7. Construida con fondos propios, la escuela santiagueña se construyó en 1822, pero funcionó sólo cuatro años. La de
Tarija se levantó en 1974, la de Tucumán en 1998 y la de Jujuy en 2004. (Después de 191 años, cumplen en Jujuy
un legado de Belgrano, Diario La Nación, 7 de julio de 2004(http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=616307))
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Rosario (Nº 5, p. 1, ref. 2, Rosario, República libertad...". «Grandes protagonistas de la historia
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15. Luna, Félix (Julio de 2004). El contrabando, una
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Instituto Nacional Belgraniano. (http://www.manuelbelg protagonistas de la historia argentina: Manuel
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evocaciones de nuestro pasado (16 de mayo de 2011). Grandes protagonistas de la historia argentina: Juan
«La sangre guaraní de Belgrano, Bioy y el Che»(http:// José Castelli. Buenos Aires: Editorial Planeta. pp. 16-
blogs.lanacion.com.ar/historia-argentina/personalidade 19. ISBN 950-49-0656-7.
s/la-sangre-guarani-de-belgrano-bioy-y-el-che/) . Diario
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B3gica_argentina.html?id=iGkLAAAAYAAJ). Buenos Manuel Belgrano». La Nación (1º edición) (Buenos
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biográfico argentino (1750-1830). Tomo 1. Elche. hacendados de Mariano Moreno; su ninguna influencia
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se encuentra en su Plan de Acción presentado previo
complejas y profundas. En el ámbito interno y como
a asumir como Secretario del Consulado.
consecuencia de la decisión de la Banda Oriental de
declarase como una provincia unida a las Provincias 55. «Belgrano educador» (http://www.clarin.com/educacio
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provincias del Alto Perú, a pesar de los pedidos que 56. Giménez, 1993, p. 162
efectuaron los diplomáticos argentinos. En una carta 57. Memoria consular, 1796, en Documentos para la
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Congreso General y Constituyente que las provincias
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Enlaces externos
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Wikisource en español contiene obras originales deManuel Belgrano.
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