Jose Luis Luceño Oliva
Jose Luis Luceño Oliva
Jose Luis Luceño Oliva
Diario La Ley, Nº 7422, Sección Práctica Forense, 11 de Junio de 2010, Año XXXI, Editorial LA
LEY
LA LEY 3653/2010
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Resumen
Los pactos parasociales o acuerdos extraestatutarios pueden constituir una fórmula útil para
proteger los intereses de los accionistas minoritarios en el marco de la sociedad. Pendientes de
regulación en nuestra legislación mercantil, y sin que la jurisprudencia les otorgue hasta la
fecha eficacia societaria, el contenido de los mismos queda a la autonomía de la voluntad de
los firmantes. El presente artículo propone un contenido mínimo que dichos pactos deberían
abordar haciendo especial incidencia en los derechos de representación, de información,
económicos y políticos.
Definidos por Cándido PAZ-ARES como «convenios celebrados entre algunos o todos los socios
de una S.A. o S.L. con el fin de completar, concretar o modificar sus relaciones internas y las
relaciones legales y estatutarias que la rigen», la naturaleza jurídica de los pactos parasociales
viene amparada por el art. 1255 (LA LEY 1/1889)Código Civil (CC), que consagra el principio de
la autonomía de la voluntad de las partes en el ámbito contractual. En idéntico sentido, la
Dirección General de Registros y del Notariado ha reconocido su naturaleza contractual en
diversas resoluciones (véase RDGRN de 19 de febrero de 1998, entre otras).
— Por sus elementos subjetivos, existen pactos suscritos por el total de los socios
(asimilados en ocasiones por la doctrina a los acuerdos informales de junta general) y
pactos que firman solo algunos de ellos. Planteada la duda por la doctrina (1) acerca
de la posibilidad de que sea la propia sociedad quien suscriba un pacto parasocial, se
concluye afirmativamente, en función de los contenidos del mismo, aunque dicho
pacto no tendrá naturaleza estatutaria sino contractual, obligando bajo tal prisma a los
firmantes.
— Por sus elementos objetivos, los pactos suelen clasificarse en pactos de relación, que
regulan las relaciones entre socios, o pactos de organización, aquellos que establecen
el marco necesario para el desarrollo del negocio, si bien nada impide que en un pacto
se fundan acuerdos relativos a ambos ámbitos.
En definitiva, podemos concluir que los pactos parasociales suponen la elaboración de «un
traje a medida» encaminado a una mejor regulación de las relaciones entre los socios de una
sociedad, lo que conlleva establecer unas «reglas de juego» de obligado cumplimiento para las
partes.
III. PROPUESTA DE CONTENIDO MÍNIMO DEL PACTO PARASOCIAL PARA UN SOCIO EN MINORÍA
Una vez definida la naturaleza del pacto parasocial y su tipología, se trata de centrarnos en la
utilidad que los pactos parasociales representan para el socio minoritario: ya sea como
acuerdo para regular las relaciones con el socio mayoritario (o con el resto de socios cuando
ninguno detente la mayoría) en el marco de la sociedad participada, ya como instrumento de
protección de sus intereses sociales.
Contemplado desde esta óptica, el pacto parasocial ayudará también a la correcta convivencia
entre socios, protegiendo el interés legítimo de la sociedad que pudiese verse perjudicado por
conflictos entre aquéllos.
En este sentido, desde el punto de vista del socio en minoría y en aras a proteger sus derechos,
son varios los acuerdos mínimos que deberían regularse en el pacto parasocial, pudiendo
clasificarlos de la siguiente forma:
o • Tipo de información:
— Balance.
— Cuentas de Pérdidas y Ganancias.
— Estados de Tesorería.
— Cuadros de mando.
— Ratios.
— Rentabilidad de proyectos.
o • Periodicidad de información.
o • Derecho al dividendo:
— Periodicidad.
— Fecha de reparto.
o • Mayorías reforzadas:
• Modificación de estatutos.
• Elección de administradores.
• Endeudamiento.
— Por años.
o • Régimen de autocartera.
Los acuerdos enumerados, que en ningún caso suponen una lista cerrada, permitirán que el
socio minoritario no se encuentre expuesto a cambios de voluntad del socio mayoritario en
materias esenciales para el devenir de la sociedad y de su condición de socio minoritario. Por
consiguiente, se establecerán las mencionadas «reglas de juego» entre ellos durante la vida de
la sociedad o la vigencia del pacto parasocial.
Esta doctrina que, únicamente reconoce «enforcement contractual» a los pactos parasociales y
no efectos societarios, conlleva en opinión de RUIZ CÁMARA y TORREGOSA (2) una enorme
dificultad de protección de los intereses de los socios firmantes. Asimismo, y con base en
determinados pronunciamientos contenidos en los fundamentos de derecho de las citadas
sentencias, destacan estos autores la posibilidad de que la doctrina del Tribunal Supremo
evolucione hacia una futura consideración de la eficacia societaria de los pactos parasociales
firmados por todos los socios frente a la sociedad.
1) Incorporar a los estatutos sociales todos aquellos extremos del pacto que sean
posibles, aun a riesgo de que el registrador mercantil no acepte la inscripción de
alguno de ellos.
2) Establecer una cláusula penal por incumplimiento del pacto que disuada a los
firmantes de adoptar algún acuerdo contrario al mismo.
(1)
Ver Texto
(2)
RUIZ CÁMARA, Javier y TORREGOSA, Elena, «Nuevamente a vueltas con la eficacia societaria
de los pactos parasociales (A propósito de las SSTS de 6 de marzo de 2009)», Actualidad
Jurídica Uría Menéndez, 2009.