Linea Jurisprudencial de Pensiones
Linea Jurisprudencial de Pensiones
Linea Jurisprudencial de Pensiones
1. INTRODUCCION
2. JUSTIFICACION
3. PROBLEMA JURIDICO
4. NICHO CITACIONAL
5. TELARAÑA JURIDICA
6. ANALISIS DE SENTENCIAS
7. CONCLUSIONES
INTRODUCCION
Cabe notar que nuestra legislación en estos temas, cada vez tiende a la necesidad de
flexibilizar la norma, atendiendo a esta situación particular que soporta determinado
grupo de personas que por su dificultad de vida quieren superar su estado gravoso que
en algunas oportunidades casi alcanza el grado de calamidad; no obstante, no se
encontró ningún fallo que haya en sede de revisión de tutela inaplicado la norma legal
como lo es el cumplimiento de requisitos de semanas cotizadas, que en comparación
con las personas que no se encuentran dentro del ámbito de protección, no se
diferencian, lo que podría en algún sentido limitar el acceso a esa pensión especial, como
quiera que a aquellas personas que no se encuentren amparadas por el régimen
de transición en pensiones (artículo 36 del Ley 100), deberán para acceder al beneficio
haber cotizado hasta 1.300 semanas al Sistema de Pensiones, lo que corresponde a casi
26 años de cotizaciones.
• SENTENCIA ARQUIMEDICA
• SENTENCIA FUNDADORA DE LINEA
• SENTENCIAS HITO
ANALISIS DE SENTENCIAS
HECHOS:
1.1 El señor Juan Carlos Meza Franco presentó solicitud de reconocimiento y pago
de su pensión de invalidez ante la AFP Porvenir S.A., entidad que lo remitió a Seguros
de Vida Alfa S.A. para que calificara su pérdida de capacidad laboral. Mediante dictamen
del 15 de abril de 2009, el Grupo Interdisciplinario de Calificación de Pérdida de la
Capacidad Laboral y Origen de Seguros de Vida Alfa S.A. determinó que el señor Juan
Carlos Meza Franco tenía un porcentaje de pérdida de su capacidad laboral del cincuenta
y uno punto cuarenta por ciento (51.40%), con fecha de estructuración del 11 de agosto
de 1964, es decir, desde su nacimiento.
1.2 Frente a esta calificación, la AFP Porvenir S.A. le envió una comunicación al actor
el 30 de octubre de 2009, en la que le informó que remitiría el dictamen a la Junta
Regional de Calificación de Invalidez de Caldas, para que esa entidad estableciera si la
fecha de estructuración de la invalidez había sido bien determinada. Igualmente, le
informó que había decidido suspender el trámite de su solicitud de reconocimiento y pago
de la pensión de invalidez, hasta que recibiera dicho concepto.
1.4 Mediante comunicación del 13 de mayo de 2010, Seguros de Vida Alfa S.A.
informó a la AFP Porvenir S.A. que para remitir el dictamen a la Junta Regional de
Calificación de Invalidez de Caldas, debía mediar una apelación y que tal documento no
había sido aportado.El 18 de junio de 2010, la AFP Porvenir S.A. le solicitó a la señora
Blanca Ruby Franco de Meza que presentara el recurso de apelación en contra del
dictamen proferido por Seguros de Vida Alfa S.A., para que este pudiera ser remitido a
la Junta Regional de Calificación de Invalidez de Caldas.
1.5 El 1 de julio de 2010, fue radicado el recurso de apelación en contra del dictamen
de pérdida de capacidad laboral emitido por Seguros de Vida Alfa S.A y, el 16 de julio de
2010, Seguros de Vida Alfa remitió el dictamen a la Junta Regional de Calificación de
Invalidez de Caldas.
1.6 El 24 de agosto de 2010, la Junta Regional de Calificación de Invalidez de Caldas
emitió el dictamen No. 5219, mediante el cual confirmó la calificación y la fecha de
estructuración de la pérdida de capacidad laboral del señor Juan Carlos Meza Franco,
establecidos por Seguros de Vida Alfa S.A., argumentando que “[l]a patología calificada
se identifica a partir del retardo en el desarrollo general, por lo que se debe asumir que
se presentó a partir del nacimiento”.
1.7 El 26 de enero de 2011, la señora Blanca Ruby Franco de Meza, actuando como
agente oficiosa de su hijo Juan Carlos Meza Franco, interpuso acción de tutela en contra
de la AFP Porvenir S.A. solicitando el amparo del derecho de petición del agenciado y,
en consecuencia, solicitó se ordenara a la entidad accionada el reconocimiento y pago
de su pensión de invalidez.
El 9 de febrero de dos mil once 2011, el Juzgado Once Civil Municipal de Manizales
profirió sentencia negando el amparo solicitado, pues consideró que la acción de tutela
no era procedente porque no cumplía los requisitos de subsidiariedad e inmediatez.
Específicamente, manifestó que el actor debía “agotar los mecanismos de defensa
judicial ante la jurisdicción ordinaria quien es la autoridad competente para determinar si
hay lugar al reconocimiento y pago de la pensión de invalidez”. Esta decisión no fue
impugnada.
CONSIDERACIONES:
LA oye considera que el derecho de las personas con discapacidad a ser habilitadas y
rehabilitadas en los ámbitos de la salud, el empleo, la educación, y los servicios sociales,
con el fin de lograr la máxima independencia posible de estas personas y su inclusión
social efectiva. Esta garantía reconoce que las personas con discapacidad pueden
ejercer actividades productivas acordes con sus capacidades y hacer aportes
importantes a la sociedad. Con este fin, la Convención establece la obligación de los
Estados de adelantar servicios y programas voluntarios, que comiencen en la etapa más
temprana posible y se basen en una “evaluación multidisciplinaria de las necesidades y
capacidades de la persona”.
Así mismo nos dice que las personas con discapacidad tienen derecho a no ser
discriminadas y a que se adopten medidas tendientes a lograr que su derecho a la
igualdad sea efectivo garantizándoles su participación e integración plenas en la
sociedad. Este derecho está consagrado en la Constitución y en tratados internacionales,
normas en las que se establecen obligaciones en cabeza del Estado, entre las que se
encuentran la de “tomar todas las medidas pertinentes, incluidas medidas legislativas,
para modificar o derogar leyes, reglamentos, costumbres y prácticas existentes que
constituyan discriminación contra las personas con discapacidad” ,y la de abstenerse de
realizar actos o prácticas que sean incompatibles con su protección especial. Para
cumplir estas obligaciones, existe un deber de adoptar medidas como la implementación
de “ajustes razonables”, entendido como las modificaciones y adaptaciones necesarias
y adecuadas que se requieren en un caso particular, para garantizarle a las personas
con discapacidad el goce y ejercicio en condiciones de igualdad de sus derechos
humanos y libertades fundamentales, las cuales no deben imponer una carga
desproporcionada o indebida.
A manera de conclusión la corte explica que una persona que haya nacido con
discapacidad no puede ser excluida del derecho a la pensión de invalidez, bajo el
argumento de que no reúne 50 semanas antes de la estructuración de su invalidez
porque esta se estableció a partir de su nacimiento, si se constata que, i) está en las
mismas condiciones de vulnerabilidad de quienes sí son, por disposición legal expresa,
beneficiarios de la pensión, ii) se afilió al sistema y ha aportado un número relevante de
semanas (50 o más), iii) no hay pruebas de que lo haya hecho con el ánimo de defraudar
al sistema. Esta diferencia de trato, a juicio de la Corte, no tiene ninguna justificación. En
cambio, sólo puede ser fruto de una concepción médica de la discapacidad, que si bien
en principio es constitucionalmente admisible, en ciertos casos no lo es por la
discriminación injustificada a la que conduce. En casos específicos en los cuales una
persona que ha nacido con una discapacidad se le niega la pensión de invalidez, es
preciso examinar y ajustar razonablemente las instituciones del sistema de seguridad
social, con el fin no sólo de evitar discriminaciones injustificadas, sino de cumplir el
mandato constitucional de promover “las condiciones para que la igualdad sea real y
efectiva y [adoptar] medidas en favor de grupos discriminados o marginados”
DECISION:
Sexto.- Por Secretaría General, líbrense las comunicaciones de que trata el artículo 36
ANTECEDENTES:
En ejercicio de la acción pública de inconstitucionalidad el ciudadano Nelson Ruiz
Velásquez, demandó parcialmente el inciso II del parágrafo 4 del artículo 9 de la
Ley 797 de 2003.
HECHOS:
Se solicita el estudió sobre la constitucionalidad parcial del Artículo 9 la Ley 797
de 2003 que modificó el artículo 33 de la Ley 100 de 1993, esto es, el Inciso
Segundo del Parágrafo 4, de la norma que establece:
"La madre trabajadora cuyo hijo menor de 18 años padezca invalidez física o
mental, debidamente calificada y hasta tanto permanezca en este estado y
continúe como dependiente de la madre, tendrá derecho a recibir la pensión
especial de vejez a cualquier edad, siempre que haya cotizado al Sistema
General de Pensiones cuando menos el mínimo de semanas exigido en el
régimen de prima media para acceder a la pensión de vejez. Este beneficio se
suspenderá si la trabajadora se reincorpora a la fuerza laboral. Si la madre ha
fallecido y el padre tiene la patria potestad del menor inválido, podrá pensionarse
con los requisitos y en las condiciones establecidas en este artículo”. (Ley 100 de
1993 art. 33 par. 4 inc. 2)
CONSIDERACIONES:
Estableció la Corte que el beneficio contemplado en la norma transcrita enmarca
dentro de una serie de disposiciones existentes en el Sistema de Seguridad
Social que tienen por fin establecer prestaciones especiales para las personas
discapacitadas; siendo la pensión especial de vejez para las madres trabajadoras
con hijos afectados por una
invalidez se suma a otras prestaciones ya existentes dentro del sistema de
seguridad social, las cuales se han ido creando paulatinamente dentro del
sistema jurídico
colombiano en aplicación de las normas constitucionales y las obligaciones
internacionales adquiridas por Colombia al suscribir tratados como la Convención
Interamericana sobre los Discapacitados.
En esta oportunidad la Corte declaró inexequible el término “menor de 18 años”
y condicionó la palabra “madre” al hacer extensivo el beneficio al padre cabeza
de hogar, pero concluyó que para acceder a este beneficio deben cumplirse las
siguientes condiciones:
1. Que la madre o el padre haya cotizado al Sistema General de Pensiones
cuanto menos el mínimo de semanas exigido en el régimen de prima media para
acceder a la pensión de vejez.
2. Que el hijo sufra una invalidez física o mental, debidamente calificada.
3. Que la persona discapacitada sea dependiente del padre o madre cotizante.
A su vez, la disposición establece como condición de permanencia dentro de este
régimen especial de pensión de vejez:
1. Que el hijo afectado por la invalidez física o mental permanezca en esa
condición – según certificación médica - y continúe como dependiente de la
madre; y
2. Que ésta no se reincorpore a la fuerza laboral.
Consideró la Corte que la discapacidad física o mental que afecta al hijo debe ser
de tal entidad que le impida valerse por sí mismo, es decir que no le permita
subsistir dignamente en forma autónoma, dado que lo hace, como lo dice la
norma, inválido. Es decir, este beneficio no puede ser otorgado por causa de
limitaciones ligeras o que no afecten de manera importante el desarrollo del niño.
RESUELVE:
Primero: Declarar INEXEQUIBLE la expresión “menor de 18 años”, contenida en el
inciso II del parágrafo 4 del artículo 9 de la Ley 797 de 2003.
Segundo: Declarar EXEQUIBLE el resto del inciso II del parágrafo 4 del artículo 9 de
la Ley 797 de 2003, en el entendido de que la dependencia del hijo con respecto a la
madre es de carácter económico.
ANTECEDENTES:
En ejercicio de la acción pública de inconstitucionalidad, las ciudadanas Soraida Daza
Guezguan y Carolina Castellanos presentaron demanda contra la expresión “madre” que
hace parte del inciso 2° del parágrafo 4º del artículo 33 de la Ley 100 de 1993 “por la
cual se crea el sistema de seguridad social integral y se dictan otras disposiciones” –
modificado por el artículo 9º de la Ley 797 de 2003 “por la cual se reforman algunas
disposiciones del sistema general de pensiones previsto en la Ley 100 de 1993 y se
adoptan disposiciones sobre los Regímenes Pensionales exceptuados y especiales”.
Mediante auto del cinco (5) de junio de 2006, el Magistrado Sustanciador admitió la
demanda, y dispuso correr traslado de la misma al Procurador General de la Nación para
que rindiera el concepto de rigor, ordenó fijar en lista la disposición acusada para
asegurar la intervención ciudadana y comunicar la iniciación del proceso al señor
Presidente de la República, al Presidente del Congreso de la República, así como a los
Ministros de Hacienda y Crédito Público y de la Protección Social para que, si lo
estimaban oportuno, conceptuaran sobre la constitucionalidad de la disposición
demandada.
Así mismo ordenó invitar en este proceso a la Academia Colombiana de Jurisprudencia
con el mismo fin.
Cumplidos los trámites ya relacionados, propios de esta clase de procesos, y previo el
concepto del Procurador General de la Nación, procede la Corte a decidir sobre la
demanda de la referencia.
CONSIDERACIONES:
Concluyó la Corte Constitucional que las acciones afirmativas establecidas por el
Legislador a favor de la madre tienen su razón de ser en la protección especial conforme
al mandato constitucional previsto en los artículos 44 y
47 de la Constitución Política, propende por el interés superior del niño y la rehabilitación
e integración social en el caso de los disminuidos físicos, sensoriales y psíquicos en
cualquier circunstancia; es por ello que no puede protegerse únicamente a la madre sino
que debe extenderse el beneficio al padre que demuestre estar en la misma situación de
hecho.
RESUELVE:
Magistrado Ponente:
Dr. HUMBERTO ANTONIO SIERRA PORTO.
ANTECEDENTES
La señora Gloria Odilia Ramos Goyeneche mediante apoderado judicial interpuso acción
de tutela en representación de su hijo Carlos Andrés Gutiérrez Ramos, contra la
Secretaría de Educación de Boyacá, con el propósito que se amparara su derecho
fundamental a la igualdad. Lo anterior, por cuanto la Entidad demanda se ha negado a
reconocerle la pensión especial de vejez consagrada en el inciso 2º del parágrafo 4º del
artículo 9 de la ley 797 de 2003, dada la condición de discapacidad en la que se
encuentra su hijo Carlos Andrés por trastorno mental permanente
HECHOS:
- Manifiesta la peticionaria que desde el cuatro (4) de agosto de 1975 se ha
desempeñado como docente nacionalizada. Indica que es madre soltera, cabeza de
familia de Carlos Andrés Gutierrez Ramos quien tiene 28 años de edad y nunca conoció
a su padre.
- Señala que mediante dictamen médico su hijo Carlos Andrés fue debidamente
calificado como incapaz por trastorno mental permanente dado que padece retardo
mental y trastorno bipolar, circunstancia que lo inhabilita para laborar, razón por la cual
requiere atención especial de su progenitora de quien depende económica y físicamente.
- Por medio de resolución 0950 del nueve (9) de julio de 2005 la Secretaría de Educación
del Departamento de Boyacá negó la mencionada solicitud bajo el argumento que la
Señora Ramos debido a su calidad de docente se rige por la ley 6 de 1945, situación que
en el caso concreto impide la aplicación de las disposiciones contenidas en ley 797 de
2003. Decisión que fue apelada y resuelta mediante resolución 0080 del tres (3) de marzo
de 2006, en la que el Fondo Nacional de Prestaciones Sociales del Magisterio confirmó
el acto administrativo impugnado.
- Afirma la accionante que desde su punto de vista la ley 797 de 2003 resulta aplicable
en la medida que “reconoce derechos a los discapacitados tales como: derechos a
cuidados especiales, derecho al acompañamiento familiar, a la educación especial, a la
salud y al libre desarrollo de la personalidad entre otros, lo cual no puede depender del
régimen legal de pensiones por el cual se rijan sus padres, pues la ley teleológicamente
interpretada no puede discriminar entre discapacitados beneficiarios de uno u otro
régimen”
CONSIDERACIONES:
Ahora bien, debe recordarse que no toda diferenciación configura en sí misma una
discriminación, dado que es posible establecer un trato diferenciado a partir de criterios
razonables y objetivos con los cuales se persigue la consecución de unos fines legítimos
acorde con los principios constitucionales, por tal motivo no es posible hablar en todos
los casos de violación del derecho a la igualdad. Ello ocurre por ejemplo, cuando el
Estado establece medidas a favor de un grupo tradicionalmente
desfavorecido, a fin de implementar mecanismos de discriminación positiva que
propendan por la consecución de la igualdad material.
Contrario sensu, resulta lógico sostener que todo trato discriminado entre grupo de
personas que se encuentran en iguales condiciones, que no tenga una justificación
razonable y objetiva constituye una violación al derecho a la igualdad. Así pues, acorde
con esta línea argumentativa, si se tiene en cuenta que el objeto del inciso 2o del
parágrafo 4o del artículo 9o de la ley 797 de 2003 es proteger a las personas
discapacitadas, no resulta válido el trato diferente que se le otorga a las personas en
condiciones de discapacidad cuyos padres hacer parte de un régimen de excepción.
RESUELVE:
En este caso se negó el amparo a los derechos fundamentales deprecados, no porque
no se haya acreditado el cumplimiento de lo establecido en la ley sino por considerarse
extemporánea la acción constitucional.
Primero.- CONFIRMAR por la razones expuestas los fallos proferidos por el Juzgado
Tercero de Familia de Tunja el diecisiete (16) de abril de 2007 y el Tribunal Superior de
Distrito Judicial de Tunja – Sala Civil Familia el cuatro (4) de junio de 2007.
*Expediente T-5.785.138.
El 28 de junio de 2016, el señor Mauricio Pérez Barrera presentó acción de tutela contra
la Administradora Colombiana de Pensiones, Colpensiones, invocando la protección de
sus derechos fundamentales a la igualdad, al mínimo vital y a una vida digna,
presuntamente vulnerados por la demandada al negarle el reconocimiento y pago de la
pensión de invalidez.
Hechos:
1.1.1. Relata el accionante de 57 años de edad, que en la actualidad se encuentra afiliado
a Coomeva EPS.
1.1.2. Expone que presenta un “complejo diagnóstico de hemiplejia no especificada y
epilepsia crónica tipo no especificado, por lo anterior la IPS ASALUD LTDA. quien fue la
entidad calificadora el 2 de abril de 2014 [le] brindó una calificación de discapacidad
laboral de 62.65% con fecha de estructuración del 10 de noviembre de 1959”.
1.1.3. Agrega que ha cotizado a seguridad social desde el 4 de diciembre de 1987 hasta
la fecha de presentación de la tutela —28 de junio de 2016—, por lo que cuenta con 1066
semanas cotizadas, razón por la cual solicitó a Colpensiones el reconocimiento y pago
de la pensión de invalidez.
1.1.4. Indica que Colpensiones mediante Resolución GNR234749 de 3 de agosto de
2015, le negó la pensión de invalidez bajo el argumento de que para la época de
estructuración “dicho riesgo no se encontraba asegurado, circunstancia que impide se le
pueda reconocer la prestación solicitada”, lo que en su parecer es imposible, toda vez
que la fecha de estructuración coincide con su fecha de nacimiento.
1.1.5. Pone de presente que actualmente vive con su madre de 84 años de edad en la
casa de ella y que está sin trabajo debido a la discapacidad y condición de debilidad en
que se encuentra, lo que afecta su derecho al mínimo vital y a su vez le impide disfrutar
“de la satisfacción de necesidades como la alimentación, el vestuario, la salud, la
educación, la vivienda y la recreación como mecanismos para hacer realidad [su]
derecho a la dignidad humana”.
1.1.6. De conformidad con lo anterior, el señor Mauricio Pérez Barrera solicita que se
ordene a Colpensiones reconocerle y pagarle la pensión de invalidez.
*Expediente T-5.796.653.
El 20 de mayo de 2016 el señor Héctor Elías Marín presentó acción de tutela contra la
Administradora de Pensiones, Colpensiones, invocando la protección de sus derechos
fundamentales a la seguridad social y al mínimo vital.
En consideración del accionante, la presunta vulneración deriva de lo dispuesto en
Resolución GNR91060 de 31 de marzo de 2016 a través de la cual Colpensiones le negó
la pensión de invalidez.
2.1. Hechos.
2.1.1. Manifiesta la apoderada que el demandante, tiene 60 años de edad y que el 20 de
junio de 2012 el Instituto de Seguros Sociales mediante dictamen 3690, le asignó una
pérdida de capacidad laboral del 69.70%, con fecha de estructuración de la invalidez el
15 de octubre de 1968.
2.1.2. Indica que la fecha de estructuración fue fijada con fundamento en el accidente de
origen común que su poderdante sufrió a los 13 años de edad —ocurrido en un trapiche—
el cual dio lugar a que le amputaran a nivel medio el pie derecho y a nivel ¾ la pierna
izquierda.
2.1.3. Cuenta que el 1º de abril de 1998, el señor Héctor Elías se vinculó al sistema de
seguridad social en pensiones hasta el 31 de enero de 2016, aportando durante 18 años
un total de 5.642 días equivalentes a 806 semanas cotizadas.
2.1.4. Aduce que el 21 de octubre de 2015, el actor solicitó ante Colpensiones el
reconocimiento y pago de la pensión de invalidez, la cual fue negada el 31 de marzo de
2016 mediante la Resolución GNR91060 bajo el argumento de que al 15 de octubre de
1968, fecha de estructuración de la invalidez, no contaba con las semanas cotizadas
requeridas por la ley.
2.1.5. Expone que con la decisión referida, Colpensiones “omitió al efectuar el análisis
de la prestación solicitada, tener en cuenta la Constitución Política de Colombia, la
normatividad y los tratados internacionales suscritos por Colombia, con el fin de proteger
los derechos de las personas con discapacidad”.
2.1.6. Relata que el accionante es “un adulto mayor, con 60 años cumplidos, con una
discapacidad laboral del 69.70%, de escasos recursos, al igual que su familia”.
2.1.7. Concluye que el señor Héctor Elías Marín se ve injustamente obligado a seguir
recolectando café y desyerbando, entre otras actividades del campo, para conseguir su
sustento, pese a su avanzada edad, su elevado porcentaje de discapacidad y su
deficiente estado de salud. Todo por la decisión de Colpensiones de negar la prestación
solicitada sin tener en cuenta sus condiciones especiales y las cotizaciones que efectuó
durante más de 15 años.
2.1.8. Por lo anterior, solicita que se ordene a Colpensiones que emita el acto
administrativo de reconocimiento y pago de la pensión de invalidez del señor Héctor Elías
Marín, teniendo en cuenta como fecha de estructuración de la pérdida de capacidad
laboral, la dispuesta en el dictamen 3690 del 20 de junio de 2012 emitido por el Seguro
Social. Así mismo que los valores reconocidos sean indexados.
2.1.9. Lo anterior, teniendo en cuenta su precario estado de salud, el cual “disminuye en
alto grado su capacidad y su independencia para desarrollar las tareas diarias, por
consiguiente para trabajar, según lo indica el dictamen mediante el cual fue declarado
invalido (sic). Por lo tanto es claro que no está en condiciones de esperar todo el tiempo
que implica agotar otros medios judiciales que requieren largos y extenuantes trámites
ante entidades que infortunadamente solo responden las solicitudes de sus asociados,
cuando a ello se ven obligados en cumplimiento de un fallo de tutela o un incidente de
desacato”.
Contestación de la entidad accionada:
2.2.1. En escrito del 25 de mayo de 2016, Colpensiones dio respuesta a la acción de
tutela oponiéndose a las pretensiones del demandante por considerar que aquel cuenta
con otros medios de defensa judicial y que en su momento no agotó los procedimientos
administrativos y judiciales dispuestos por la ley. Adicionalmente manifestó que la
pretensión del accionante fue resuelta mediante Resolución GNR91060 del 31 de marzo
de esa anualidad.
CONSIDERACIONES:
Reiteró la Corte que los presupuestos que debe reunir la excepción al régimen general
de pensiones para ser constitucionalmente admisible son:(i)la discapacidad física o
mental que afecte al hijo debe ser de tal entidad que le impida valerse por sí mismo, es
decir que no le permita subsistir dignamente en forma autónoma; (ii) la dependencia de
la persona inválida con respecto a su madre o padre, debe ser de tipo económico, no
siendo suficiente la sola necesidad afectiva o psicológica de contar con la presencia,
cariño y acompañamiento de la madre o el padre y; (iii) el beneficio económico no es
susceptible de reclamación cuando el hijo dependiente padezca una discapacidad que
le permita obtener los medios económicos requeridos para su subsistencia o cuando
tenga bienes o rentas propios para mantenerse; en este caso en particular accedió al
derecho de la acciónate bajo las premisas del Decreto 758 de 1990.
RESUELVE:
ANTECEDENTES
El señor Miguel Ambrosio Olivella interpuso acción de tutela en contra de CAJANAL –en
liquidación-, por considerar que dicha entidad vulneró sus derechos fundamentales a la
seguridad social, a la dignidad humana, al mínimo vital y a la igualdad. De acuerdo con
los documentos adjuntos en el expediente, la tutela se fundó en los siguientes:
HECHOS:
1.1.3. Señala que CAJANAL –en liquidación- nunca dio respuesta a su petición, por lo
que se vio en la necesidad de interponer una acción de tutela para proteger su derecho
fundamental de petición. Esta acción correspondió al Juzgado Segundo Penal del
Circuito de Montería, quien mediante sentencia del 2 de julio de 2008, falló en su favor.
1.1.4. El 1 de junio de 2009, luego de haber dado a conocer el fallo de tutela a la entidad
accionada, ésta emitió el proyecto de Resolución No. 20093, en el cual proponía
reconocerle la pensión. Sin embargo, posteriormente, CAJANAL –en liquidación- no le
concedió la pensión con el argumento de que el Instituto de Seguro Social se había
negado a reconocer la correspondiente cuota parte pensional, pese a que el Ministerio
de Defensa Nacional, a quien correspondía otra cuota parte, sí aceptó su obligación.
1.1.5. En este punto, el accionante aclara que CAJANAL, como entidad encargada de
estudiar el reconocimiento de la pensión solicitada, debe elaborar un proyecto de
resolución, el cual debe comunicar a las entidades en donde cotizó el solicitante para
que éstas acepten o no la cuota parte que les corresponde dentro de dicha obligación.
1.1.6. Ahora bien, el actor señala que el proyecto de resolución expedido por CAJANAL
(20093 del 1 de junio de 2009), estaba dirigido al reconocimiento de la “pensión especial
de vejez por aportes” y no a la pensión especial por ser “padre de hijo discapacitado”.
Por esta razón, manifestó en ese momento su inconformidad y adujo la necesidad de
que CAJANAL aclarara tal situación, puesto que la prestación que se le pretendía
reconocer en dicho proyecto de resolución lo desfavorece respecto de la otra.
1.1.7. La objeción al proyecto de resolución que presentó el ISS fue estudiada por
CAJANAL, quien posteriormente emitió un segundo proyecto de resolución, pero fue
nuevamente objetado por el ISS con el argumento de que el accionante no cumplía con
las condiciones necesarias para ser beneficiario, puesto que al momento de la solicitud,
éste no se encontraba ejerciendo ninguna actividad laboral. El accionante interpuso
recurso de reposición contra esta decisión, bajo el argumento de que esta objeción
desconoce la sentencia T-729 de 2008 y el régimen de transición que lo cobija, con
fundamento en el artículo 9º de la Ley 797 de 2003.
1.1.9. El actor en la demanda sostiene que su hijo en la actualidad tiene 25 años de edad,
que sufre de autismo severo y depende totalmente de sus padres. Agrega que los
recursos económicos familiares son escasos y dependen tan solo de lo que perciben de
una pequeña tienda instalada en el hogar, por lo que la única expectativa prestacional
con la que pretende contar es la que ha solicitado a CAJANAL. No obstante, señala que
ésta entidad reconoció un pensión distinta a la que había solicitado y que en todo caso
le resulta menos favorable que la de especial de vejez por ser “padre de hijo inválido”.
Sin embargo, no explica las razones por las cuales le es más desfavorable.
Por otro lado, indicó que el actor incurrió en una actitud temeraria, por cuanto es la
segunda vez que interpone una acción de tutela con fundamento en los mismos hechos
y pretensiones, situación que en su momento conoció el Juzgado Segundo Penal del
Circuito de Montería. Para el efecto, citó jurisprudencia de esta Corporación referida a la
temeridad que se deriva del uso indebido del mecanismo de protección constitucional.
Argumentó que en el presente asunto operó el fenómeno de la cosa juzgada
administrativa; sin embargo, no especificó concretamente la razón de ello.
Con base en lo descrito, solicitó al juez de tutela que la rechazara por improcedente, ya
que existía una actuación temeraria por parte del accionante y este cuenta además con
otros mecanismos de defensa.
CONSIDERACIONES:
La Corte hizo un análisis respecto de los requisitos para acceder a la pensión de vejez
especial por hijo inválido conforme a las sentencias ya mencionadas, en esta oportunidad
negó el derecho del accionante, por considerar que existía otro medio de defensa judicial
más no por cumplimiento de requisitos legales.
En primer lugar, la jurisprudencia exige “que la persona haya adquirido el estatus de
jubilado, o lo que es igual, que se le haya reconocido su pensión”. Al respecto, al actor
le fue reconocida un pensión de jubilación mediante Resolución No. PAP044145 del 16
de marzo de 2011 expedida por CAJANAL.
En segundo lugar, debe acreditarse que el actor haya agotado la vía gubernativa contra
el acto que reconoció la pensión. Sobre el particular, si bien el actor no recurrió la
resolución que reconoció su pensión, si agotó la vía gubernativa en tanto impugnó la
resolución que inicialmente le había negado la pensión.
En cuanto al requisito referido a que el jubilado haya acudido a las vías judiciales
ordinarias, que esté en tiempo de hacerlo o se demuestre que ello es imposible por
razones ajenas a su voluntad, la Sala encuentra que el actor no demostró haber cumplido
tal condición, puesto que acudió directamente a la acción de tutela y no demostró que
estuviera imposibilitado para acudir a los jueces administrativos con el fin de manifestar
su inconformidad frente al acto administrativo que le reconoció la pensión.
Otra razón fundamental para considerar que en el caso bajo estudio no existen
argumentos suficientes para ordenar a CAJANAL que reconozca la pensión especial de
vejez solicitada por el actor, es que, no se vislumbra un cambio en el monto a pagar
derivado de la pensión ordinaria y de la pensión especial. Como ya tuvo la oportunidad
de estudiarse, el monto de la mesada pensional es el mismo, lo que cambia son los
requisitos que el artículo 9 de la Ley 797 de 2003 exige para reconocerla. Así, el
reconocimiento de la “pensión especial de vejez” o “especial por ser padre de hijo
inválido” como la denomina el accionante, no representa un incremento en la mesada
pensional, sino que dicha categoría revestida de especialidad se caracteriza porque sus
titulares son padres y madres trabajadoras que tienen a cargo un hijo con invalidez física,
psíquica o mental, a quienes se les exime del requisito de la edad.
Ahora bien, teniendo en cuenta la constante y reiterativa solicitud del actor para que se
le reconozca la pensión especial de vejez estipulada en el parágrafo 4 del artículo 9 de
la Ley 797 de 2003, la Sala encuentra que ésta no tiene otro propósito que el
reconocimiento del retroactivo a partir del año 2008, momento en el cual el actor, con
fundamento en la sentencia C-989 de 2006 (que hace extensivo el beneficio a los
padres), inició los trámites ante CAJANAL para que se le reconociera la pensión especial
de vejez tantas veces aludida. Al respecto, la Sala considera que el señor Miguel Olivella
puede acudir a la jurisdicción ordinaria para efectos de que sea allí donde se resuelva la
controversia acerca de si cumple los requisitos para acceder a la pensión especial de
vejez o si debe permanecer con la que actualmente está percibiendo. Igualmente,
mientras el litigio se resuelve, tanto el actor como su hijo inválido tendrán garantizado el
mínimo vital en tanto continuarán beneficiándose de la mesada reconocida por la entidad
accionada, puesto que el debate versará sobre la norma aplicable, mas no sobre la
titularidad del derecho, ya que no hay duda que es al actor quien ostenta la calidad de
jubilado.
RESUELVE
Hechos y Pretensiones
1-. El accionante, de 59 años de edad, ha cotizado con una base de un salario mínimo
legal vigente en el régimen de prima media, con prestación definida, al Instituto de
Seguros Sociales por más de veinte años. Sostiene que se encuentra en el régimen de
transición contemplado en el artículo 36 de la Ley 100 de 1993 por tener al 1 de abril de
1994 más de 40 años de edad. Considera que tiene que cumplir con los siguientes
requisitos para el reconocimiento de la pensión especial de vejez (i) 1000 semanas
cotizadas en cualquier tiempo o 500 semanas dentro de los 20 años anteriores al
cumplimiento de la edad y (ii) 60 años de edad conforme al acuerdo 049 de 1990 y el
artículo 12 del decreto 758 de 1990.
2-. Afirma que tiene una hija Ludy Zambrano Velasco de 34 años de edad tiene una
discapacidad superior al 50%, pues según dictamen médico laboral del Instituto del
Seguro Social tiene una pérdida de capacidad laboral del 60.3% a partir del 30 de mayo
de 1982. Por tal razón considera que es beneficiario de la pensión especial de vejez
contemplada en el parágrafo 4 inciso 2 del artículo 33 de la Ley 100 de 1993 modificado
por el artículo 9 de la Ley 797 de 2003.
3.- Con el dictamen antes referido el accionante solicitó ante el Instituto de Seguros
Sociales reconocimiento y liquidación de su pensión especial de vejez, sin embargo por
Resolución No. 001533 de 10 de marzo de 2010 esta entidad le negó la pensión
solicitada bajo los siguientes argumentos:
5.- El accionante afirma que es una persona de escasos recursos económicos, que
necesita el reconocimiento de la pensión especial de vejez a fin de atender las
necesidades de su hija que se encuentra en una situación de discapacidad superior al
50%. Solicita se protejan sus derechos fundamentales al debido proceso, al mínimo vital
y a la seguridad social presuntamente vulnerados por el Instituto del Seguro Social, ya
que afirma no tener otro medio de defensa judicial para pedir la protección de los
derechos invocados.
CONSIDERCIONES:
el beneficio de la pensión especial de vejez no podrá ser reclamado por las madres
trabajadoras, cuando sus niños afectados por una invalidez física o mental tengan bienes
o rentas propios para mantenerse. En este caso, estos niños no dependerían
económicamente de la madre, requisito que debe cumplirse para poder acceder a la
pensión especial de vejez. Tampoco sería aplicable la norma cuando estos niños reciban
un beneficio del Sistema de Seguridad Social que los provea de los medios para
subsistir”.
1) que el hijo afectado por la invalidez física o mental permanezca en esa condición –
según certificación médica - y continúe como dependiente de la madre; y
RESUELVE
Primero. - REVOCAR los fallos proferidos por el Juzgado Cuarto Penal del Circuito de
Bucaramanga y de la Sala de Decisión Penal del Tribunal Superior del Distrito Judicial
que resolvió la acción de tutela promovida por Roberto Zambrano Pérez, y en su lugar,
CONCEDER la protección invocada para el amparo de sus derechos a la seguridad
social y el mínimo vital.
Segundo.- DEJAR SIN EFECTOS las Resoluciones Nos. 001533 de marzo 10 de 2010
y la No. 4584 del 12 de agosto de 2010 emitidas por el Instituto de Seguros Sociales
mediante las cuales se le negó el derecho a la pensión especial de vejez del señor
Roberto Zambrano Pérez.
Tercero. - DECLARAR que el señor Roberto Zambrano Pérez tiene derecho a la pensión
especial de vejez ORDENAR al Instituto de Seguros Sociales que, dentro de las cuarenta
y ocho (48) horas siguientes a la notificación de esta providencia, proceda a expedir la
resolución correspondiente al reconocimiento de la pensión especial de vejez de Roberto
Zambrano Pérez, con fundamento en su derecho a la aplicación del régimen de transición
previsto en la ley 100 de 1993, y en concordancia con los requisitos establecidos en el
inciso 2 del parágrafo 4 del artículo 33 de esa ley y las disposiciones aplicables
contenidas en el Decreto 758 de 1990 (art. 12), de conformidad con lo expuesto en la
parte motiva de esta sentencia.
Acción de tutela instaurada por María del Carmen Herrera Carvajal contra el
Departamento de Atención al Pensionado del Instituto de Seguro Social.
ANTECEDENTES
El 22 de enero de 2009, María del Carmen Herrera Carvajal, actuando en nombre propio
y en representación de Heider Alexander Herrera Carvajal, interpuso acción de tutela
ante el Juzgado Treinta y Nueve Penal del Circuito de Bogotá contra el Departamento de
Atención al Pensionado del Instituto de Seguro Social, por considerar vulnerados sus
derechos fundamentales a la salud, vida digna, debido proceso, seguridad social y
mínimo vital.
1. Hechos
1.1 La accionante sostiene que la Junta Regional de Invalidez dictaminó que su hijo
Heider Alexander Herrera Carvajal padece una pérdida de su capacidad laboral del
87.40%, con fecha de estructuración del 28 de enero de 1991.
1.2 Indica que en virtud de lo anterior y en consideración de lo dispuesto en el inciso
2 del parágrafo 4 del artículo 33 de la Ley 100 de 1993 según el cual, “La madre
trabajadora cuyo hijo padezca invalidez física o mental, debidamente calificada y hasta
tanto permanezca en este estado y continúe como dependiente de la madre, tendrá
derecho a recibir la pensión especial de vejez a cualquier edad, siempre que haya
cotizado al Sistema General de Pensiones cuando menos el mínimo de semanas exigido
en el régimen de prima media para acceder a la pensión de vejez”, el 23 de febrero de
2006 solicitó ante el Departamento de Atención al Pensionado del Instituto de Seguro
Social el reconocimiento y pago de dicha pensión especial.
1.3 Afirma que a pesar de satisfacer los requisitos señalados, mediante las resoluciones
014322 del 19 de abril de 2006, 37962 del 22 de septiembre de 2006 y 12919 del 26 de
marzo de 2008, el Instituto de Seguro Social negó su solicitud.
1.4 Por último, la accionante advirtió: “(…) soy una persona desempleada en la
actualidad, que no cuenta con recursos económicos para sustentar la invalidez de mi
hijo, quien no puede mantenerse de pie, ni llevar a cabo tarea alguna y tan sólo cuento
con una pequeña caseta donde vendo tintos, dulces, cigarrillos, con lo cual subsistimos
los dos, agravándose cada día más nuestra situación (…).”
CONSIDERACIONES:
La corte considera que está probado que María del Carmen Herrera tiene derecho al
reconocimiento y pago de la pensión especial de vejez prevista en el inciso 2 del
parágrafo 4 del artículo 33 de la Ley 100 de 1993. Esto por cuanto: (i) se encuentra
acreditado que es madre de Heider Alexander Herrera Carvajal, quien tiene una
discapacidad debidamente calificada del 87.40%[36]; (ii) de acuerdo con lo sostenido en
el escrito de tutela, se encuentra demostrado que existe una relación de dependencia
económica entre Heider Alexander Herrera y María del Carmen Herrera, como quiera
que de su actividad como vendedora de “tintos, dulces y cigarrillos”, se deriva su
sustento económico y el de su hijo discapacitado; (iii) dada la gravedad de su invalidez,
resulta razonable presumir que Heider Alexander Herrera se encuentra seriamente
limitado para desempeñar una actividad productiva que le permita subsistir dignamente
de forma autónoma; (iv) en este sentido, no existe prueba de que Heider Alexander tenga
bienes o rentas propios que garanticen su manutención; y (v) está demostrado que María
del Carmen Herrera Carvajal cotizó al Sistema General de Pensiones el mínimo de
semanas exigido en el régimen de prima media para acceder a la pensión de vejez[37].
En efecto, esta Sala estima que a diferencia de lo sostenido por el Instituto de Seguro
Social en las resoluciones 014322 del 19 de abril de 2006, 37962 del 22 de septiembre
de 2006 y 12919 del 26 de marzo de 2008, en aplicación de los artículos 33 y 36 de la
Ley 100 de 1993 y 12 del Decreto 758 de 1990, la accionante sí reúne el número de
semanas exigido para acceder al reconocimiento de la pensión especial de vejez.
Ahora bien, de acuerdo con el régimen de transición de la Ley 100 de 1993 previsto en
su artículo 36, los requisitos relativos a la edad para acceder a la pensión de vejez, el
tiempo de servicio y el monto de la pensión de las personas que para el 1° de abril de
1994 -fecha en que entró en vigencia el Sistema de Pensiones- tenían 35 o más años de
edad en el caso de las mujeres, o cuarenta (40) o más años de edad si son hombres, o
15 o más años de servicios cotizados, serán los establecidos en el régimen anterior al
previsto en la Ley 100 al cual se encuentren afiliados[38].
De modo que, resta establecer cuál es el régimen pensional al que se encontraba afiliada
la accionante al 1° de abril de 1994. En este sentido, la Sala encuentra que de
conformidad con el artículo 12 del Decreto 758 de 1990 “Por el cual se aprueba el
acuerdo numero 049 de febrero 1 de 1990 emanado del consejo nacional de seguros
sociales obligatorios”, los trabajadores que al 1° de abril de 1994 se encontraban
afiliados al Instituto de Seguro Social –como es el caso de la accionante-, tienen derecho
al reconocimiento de la pensión de vejez, siempre y cuando satisfagan los siguientes
requisitos: “a) Sesenta (60) o más años de edad si se es varón o cincuenta y cinco (55)
o más años de edad, si se es mujer y, || b) Un mínimo de quinientas (500) semanas de
cotización pagadas durante los últimos veinte (20) años anteriores al cumplimiento de
las edades mínimas, o haber acreditado un número de un mil (1000) semanas de
cotización, sufragadas en cualquier tiempo[42]”.
Así las cosas, esta Sala concluye que en virtud del régimen de transición previsto en el
artículo 36 de la Ley 100 de 1993 y dada su afiliación al Instituto de Seguro Social al
momento de entrar en vigencia esa ley, la accionante tiene derecho a la aplicación de
los requisitos relativos a la edad para acceder a la pensión de vejez, el tiempo de servicio
y el monto de la prestación dispuestos en los artículos 12, 13[43] y 20[44] del Decreto 758
de 1990, disposiciones que constituyen el régimen pensional al cual se encontraba
afiliada la actora antes de la expedición de la Ley 100 de 1993.
RESUELVE:
Primero.- REVOCAR las decisiones adoptadas el nueve (9) de febrero de 2009 por el
Juzgado Treinta y Nueve Penal del Circuito de Bogotá y el seis (6) de mayo de 2009 por
la Sala Penal del Tribunal Superior del Distrito Judicial de Bogotá, mediante las cuales
se declaró la improcedencia de la acción de tutela instaurada por María del Carmen
Herrera Carvajal en nombre propio y en representación de Heider Alexander Herrera
Carvajal, contra el Departamento de Atención al Pensionado del Instituto de Seguro
Social y, en su lugar, CONCEDER la tutela de sus derechos fundamentales a la
seguridad social, al debido proceso, al mínimo vital y a la vida digna.
Segundo.- DEJAR SIN EFECTOS las resoluciones 014322 del 19 de abril de 2006,
37962 del 22 de septiembre de 2006 y 12919 del 26 de marzo de 2008 y demás
resoluciones expedidas por el Instituto de Seguro Social, mediante las cuales negó la
solicitud de reconocimiento de una pensión especial de vejez a favor de María del
Carmen Herrera Carvajal.
Tercero.- ORDENAR al Instituto de Seguro Social que dentro de las cuarenta y ocho
(48) horas siguientes a la notificación de esta sentencia, expida la resolución
correspondiente al reconocimiento de la pensión especial de vejez de María del Carmen
Herrera Carvajal, con fundamento en su derecho a la aplicación del régimen de transición
previsto la Ley 100 de 1993, y en concordancia con los requisitos establecidos en el
inciso 2 del parágrafo 4 del artículo 33 de esa ley y las disposiciones aplicables
CONCLUSIONES