Historia Del Arte Capitulo A1
Historia Del Arte Capitulo A1
Historia Del Arte Capitulo A1
Aachen o Achen, Hans von, pintor alemán (Colonia, 1552 – Praga, 1615)
Se formó en contacto con la cultura figurativa del manierismo italiano tardío.
Desde su infancia mostró un gran talento por la pintura. Trabajó como aprendiz para
Jerrigh, pintor flamenco que tenía su estudio en Colonia. Llegó a ser un notable
retratista, pintando además temas religiosos y mitológicos, algunos de los cuales
presentan escenas descaradamente eróticas. Algunas de sus obras pueden verse en el
Kunsthistorisches Museum de Viena.
Hacia 1574 visitó Venecia y Roma quedando profundamente impresionado por
los trabajos de Tintoretto. A su vuelta, introdujo el manierismo en Alemania. En 1592 le
nombraron pintor de cámara del emperador Rodolfo II.
Obras suyas son: “Retrato de la poetisa Madonna Laura”, “Retrato de Madonna
Venusta”, “Venus y Adonis”, “Yan el sabio”, “El baño de Betsabé”, “El triunfo de la
Justicia”, (1598), “Júpiter y Calixto” (obra quemada por los nazis en Dresde en 1944 por
su marcado erotismo; existe una copia en Berlín) y “El juicio de Paris”.
El arte de Hans von Aachen se caracteriza por incluir figuras de gran elegancia y
estilización. En general su estilo expresa un manierismo sofisticado y desenvuelto, un
rasgo común en las cortes septentrionales de la Europa de ese entonces. La calidad y
dominio técnico de Hans von Aachen se hacen patentes en sus desnudos, los cuales
están dotados de un grácil erotismo. Un ejemplo de ello es el famoso cuadro El triunfo
de la Verdad (1598). La obra de Hans von Aachen tuvo una gran influencia en la
historia del arte europeo, en especial a través de sus célebres grabados.
Otra de las pinturas más valoradas de Hans von Aachen es San Jorge matando al
dragón. La disposición de las figuras, en esta obra, entraña algunas observaciones de
gran interés. San Jorge perfora con su lanza las fauces de la bestia. El níveo corcel del
caballero, por su particular colocación, parecería un puente entre la animalidad del
engendro y la civilidad del paladín. De tal suerte que, acaso el verdadero combate no
se encuentre en la confrontación de los opuestos, sino en el rigor vivencial- cabalgata
esforzada- de quien existe rectamente. Pero además, San Jorge utiliza su arma de una
curiosa manera. Más que repeler a su enemigo pareciera dispuesto a dar un salto
prodigioso, un desplazamiento radical hacia lo desconocido. Recordemos que el
manierismo se perfiló como un reactivo estético ante los cánones del Renacimiento.
Quizás Hans von Aachen plasmó, sin darse cuenta, ese mismo anhelo de
transformación global, sed de paradigmas nuevos y realidades por explorar. Mención
aparte amerita la equívoca figura de la princesa de Silene en el cuadro de Hans von
Aachen. Ya sea por la perspectiva de la obra, o por curioso simbolismo, la pequeña
figura se exhibe inasible y lejana, alzando los brazos al cielo, cual si festejara un
secreto ritual en donde la mecánica de lo real- la violencia arrebatadora del existir- por
ella- presencia de silencios- cobrara vida y sentido, como siempre
Aagaard Andersen, Gunnar, arquitecto, pintor y diseñador danés (Ordrup,
1919 – Munkerup, 1982)
Profesor de la Academia de las Artes danesa. Gunnar Aagaard Andersen era hijo
del óptico Theodor Oscar Andersen y de Inger Cecilie Spöhr. Fue educado en la Escuela
de Diseño Danés Kunsthåndværkerskolen en el periodo 1936-39, posteriormente fue
alumno de grabado de Emil Johanson-Thor en la Real Academia de Arte de Estocolmo
en 1939 y alumno de la escuela gráfica en la Academia de Arte de Copenhague 1940-
46, siendo alumno de los profesores Aksel Jørgensen y Gunnar Biilmann Petersen.
Därefter bodde han i Paris 1946-51 och blev 1948 medlem i den danska
konstnärsgruppen Linien II . Luego vivió en París desde 1946 hasta 1951 y en 1948 se
convirtió en un miembro del grupo de artista danés Linien II.
Aagaard Andersen trabajó con una amplia variedad de técnicas y medios de la
expresión pictórica, entre otros la escenografía y el diseño de papel pintado, alfombras
y textiles entre otros para Unika Væv en Copenhague, 1953-65. Han var professor
på¨Kunstakademiet 1972-82. Fue profesor de la Academia de Arte de 1972 a 1982.
La silla Polyetherstolen diseñada en colaboración a partir de 1964, suscitó la
creación de un canon cultural de Dinamarca (Kulturkanonen) para las artes de diseño y
decoración.
Se casó con la escultora Grete Tatjana Borgbjerg.
Obras suyas son: Interferenser - interferencias-, Fredericia Escultura de cobre y
relieves de mármol, 1982-83, Sala de conciertos de Odense .
Aagaard Andersen fue un artista prolífico y está representado en varios museos
en y fuera de Dinamarca.
Aalto, Aino, arquitecta y diseñadora finlandesa (1894 -1949)
Fue una de las primeras arquitectas finlandesas de principios del S XX.
Compañera de trabajo y esposa de Alvar Aalto, trabajaron juntos en su juventud y
juntos diseñaron sus obras más emblemáticas: La Villa Mairea (hoy elevada a ser casi
un monumento nacional finlandés y paradigma del encuentro entre lo vernáculo y la
modernidad), el Pabellón finlandés en la Exposición Universal de Nueva York del año 39,
el sanatorio antituberculoso de Paimio o la Biblioteca Viipuri. Sin embargo, muy pocos
saben de la importancia de Aino dentro del equipo, así como de otras arquitectas
pioneras de esos años que coincidieron con la vanguardia artística europea. Aino, como
tantas otras mujeres de su época, prefirió resguardarse en la sombra, puesto que no
necesitaba reconocimiento ni galardones, dejando brillar a su compañero, no habiendo
sido reconocida en su justa dimensión, hasta la aparición de esta monografía.
Para definir a Aino en dos palabras podríamos decir que era una bella y gran
mujer sin restar ninguno de los sentidos que estas palabras poseen. De belleza interior
y exterior, Alvar la llamaba siempre “pequeña”, aunque inevitablemente resultaba ser
siempre grande. Y Sigfreid Gideon, un conocidísimo crítico de arquitectura llegó a decir
que era “plácida como los lagos y las selvas finlandesas aunque de la manera que
saben generalmente sólo hacerlo las mujeres nórdicas...”
Falleció en 1949 con cincuenta y cinco años. Muchos conocen al que fue su
marido y compañero, Alvar Aalto. Pero muy pocos saben de la trayectoria de esta mujer
tranquila, amante del diseño de objetos y de muebles, de la arquitectura, del arte
vanguardista y de la educación montessoriana, casi siempre –por propia voluntad- a la
sombra de “la luz del norte”. Así llamaron a su esposo, por incorporar la luz del
Mediterráneo (a donde viajaron juntos) en sus diseños. S. Giedeon, historiador y amigo
de la pareja dijo de Aino que era “plácida como los lagos y las selvas finlandesas de las
que procedía; y también activa, aunque de la manera que sólo las nórdicas sabían
serlo...”
Alvar y Aino trabajaron y se enamoraron y vivieron juntos y juntos diseñaron.
¡Qué difícil hacer todo eso juntos y seguir juntos! ¡Qué difícil compaginar estudios,
trabajos, niños y viajes! Pero ella era tranquila, y a la manera de las mujeres de su
época, permaneció detrás, no quiso significarse mucho y aún así los expertos
reconocen sus diseños y su buen hacer arquitectónico en la primera época altiana.
La Villa Mairea, una de las obras más conocidas de la pareja, además de ser un
proyecto emblemático de la modernidad, donde se combina el vernaculismo y la
tradición -a través de las formas orgánicas y de los materiales – con la esencia más
pura del funcionalismo de vanguardia, es compleja en sí misma. Pareciera que está
orquestada por varias manos. Y así es, porque además de ellos, también participaron
muy activamente el matrimonio Gullischen propietarios de la casa. Complejidad,
superposición de distintas ideas en distintos lugares, composición por partes dando un
bellísimo resultado repleto de matices, todo ello resulta obvio al pasearse por las
distintas estancias de La Villa Mairea.
El Pabellón de Finlandia en la Feria Mundial de París (1937), la Biblioteca de
Viipuri (1928-34), El Sanatorio Antitubeculoso de Paimio (1929) son sus trabajos más
significativos realizados juntos. Sin contar con la compañía Artek (Arte+Técnica) que
produce y vende muebles hasta la fecha y fue su trampolín de lanzamiento a nivel
internacional...
La desaparición de Aino marca un punto de inflexión en la vida personal y
profesional de Alvar Aalto. Según Tafuri: “Desde 1945 fue ajeno a toda demanda
programática y sólo intentara desarrollar un lenguaje ya formado claramente a finales
de los años treinta.”
Aalto, Hugo Alvar Henrick, arquitecto, escultor y pintor finlandés (Kourtane,
1898-1974)
Ha proyectado varios edificios, establecimientos comerciales y residencias
particulares en Finlandia, Estados Unidos y Alemania (Fábrica Sunila, en Kotka, el
Sanatorio de Paimio, la Biblioteca de Vijpuri, la Maisón Carré, en las afueras de París, y
algunas casas en el Barrio de la Interbau, en Berlín). A él se deben también algunos
planos urbanísticos en Suecia y Finlandia.
Profesor del Instituto Tecnológico de Boston, diseñó para este centro la residencia
estudiantil.
Su estilo se caracteriza por el predominio de grandes superficies onduladas o
planas, y por el uso de la madera que en el mueble llega al virtuosismo.
Los problemas encaminados a valorizar al máximo los materiales, al ambiente
natural y al carácter íntimo de la vida humana fueron afrontados por este arquitecto.
Fue autor, en su país, de varias obras arquitectónicas. En algunas de ellas,
erigidas antes de la Segunda Guerra Mundial, utilizó mucho la madera (materia prima
en su país) y cuidó esmeradamente de los detalles, tanto en la iluminación como en el
aislamiento acústico.
Durante el período de la Guerra Soviético-finesa, hizo propaganda de su país es
los Estados Unidos, mientras realizaba algunas construcciones en los dormitorios de la
Baker House y daba clases en el Instituto Tecnológico de Massachusetts.
Posteriormente regresó a Finlandia, donde realizó el Centro Comunitario de Saynatsälo,
la Casa de Cultura de Helsinki y otras construcciones en la época de la Post-Guerra.
Estudió arquitectura en la escuela politécnica de Helsinki. Después de graduarse
en 1921 realizó un dilatado viaje de estudios por Europa. En 1923 abrió su propio
despacho de arquitectura en una ciudad pequeña, el cual trasladó en 2 ocasiones, la
segunda a Helsinki. En 1925 contrajo matrimonio con Aino Marsio, quien fue su
colaboradora. En 1928 fue nombrado miembro del Congreso Internacional de
Arquitectura Moderna. Más adelante se trasladó a los Estados Unidos, donde fue
profesor de arquitectura en el prestigioso Instituto Tecnológico de Massachusetts, el
MIT por sus siglas en inglés, en Boston.
Las obras de Aalto se integran con armonía en el paisaje, formando con éste un
conjunto arquitectónico. La madera y el ladrillo fueron sus materiales preferidos.
Seguidor convencido del funcionalismo y de la arquitectura orgánica, fue uno de los
primeros y más influyentes arquitectos del movimiento moderno escandinavo. A lo
largo de su carrera, Aalto diseñó 200 proyectos, de los que se realizaron la mitad.
Además de arquitecto, Aalto fue también diseñador y creó los muebles para la mayoría
de sus edificios. En 1935 fue, junto con su esposa, co-fundador de la empresa de
muebles Artek. Allí diseñó la primera silla apoyada en una estructura de madera
autoportante, que fue patentada. Una de sus piezas clásicas es el jarrón Aalto, también
llamado Savoy.
Obras suyas son:
En lo referente a arquitectura:
Sanatorio de Paimio (1929-1933); Biblioteca Vijpuri (1927-1935);
Pabellón de Finlandia, Exposición Universal de 1937 (París); Pabellón de Finlandia,
Exposición Universal de 1939 (Nueva York); Residencia Universitaria Baker, Instituto de
Tecnología de Massachusetts (Boston); Iglesia de Vuoksenniska (Finlandia); Ópera de
Essen (Alemania); Auditorio Finlandia (Helsinki); Biblioteca de la abadía de Monte
Ángel, Saint Benedict (Oregón); Ayuntamiento de Säynätsalo (Finlandia); Sala de
Conciertos (Viena); Casa de la Cultura (Helsinki); Edificio de la ciudad periférica Neue
Vahr (Bremen, Alemania); Centro Cultural de Wolfsburg, (Alemania); Universidad
Politécnica de Helsinki (Otaniemi, Finlandia); Edificio de oficinas de British Petroleum
(Hamburgo); Centro de ciudad de Castrop-Rauxel (Alemania); Edificio de viviendas
Schönbühl (Lucerna, Suiza); Casa y estudio de Alvar Aalto en Helsinki (1936-1937,
Finlandia); Villa Mairea (1938-1939, Noormarkku, Finlandia; Casa en Muuratsalo (1952-
1953, Muuratsalo, Finlandia); Centro Urbano de Seinajoki (Finlandia 1951-1987); Iglesia
de las Tres Cruces (1955-1958, Imatra, Finlandia).
En lo referente a objetos y mobiliario:
Muchos de los objetos que diseñó se siguen produciendo en la
actualidad, entre ellos el taburete Y-leg Stool, producido por Artek (1946-1947); el
taburete Model No. 60 y 69, producido por Artek (1932-1933); la tumbona Model No. 43
y silla Model No. 406, producido por Artek (1936); la Silla "Paimio" o Model No. 41,
producido por Artek (1930-1931) y la silla Model No. 31, producido por Artek (1931-
1932).
En su honor se concede cada cinco años el Premio Alvar Aalto. Premios de gran
prestigio a nivel mundial dentro del mundo de la arquitectura.
La importancia de Aalto para la arquitectura moderna radica en haber sintetizado
el funcionalismo con la arquitectura orgánica y las formas regionales, para llegar de
esta manera a un muy personal e individual estilo internacional. Como escultor, es el
primer artista finlandés que creó obras abstractas.
Tras su formación en el Liceo de Jyväskylä estudió entre 1916 y 1921 en el
Departamento de Arquitectura de la Universidad Politécnica de Helsinki con U. Nyström
y A. Lindgren. Participó en 1917 en la guerra de independencia de Finlandia, y obtuvo el
diploma en arquitectura en 1921. Ese mismo año entró por un breve intervalo de
tiempo en la oficina de planificación de la Feria de Göteborg, para realizar
posteriormente viajes de formación profesional con becarios finlandeses por varios
países escandinavos y bálticos. Entre 1923 y 1927 tuvo su propia oficina en Jyväskylä,
y se casó en 1924 con la arquitecta Aino Marsio (1894-1949), con la que emprendió ese
mismo año un viaje por el norte de Italia. Con ella colaboró y firmó todos sus proyectos.
En 1925 nació su hija Johanna, y en 1927 abrió su oficina en Turku, que mantuvo hasta
1933. De esta época data también la colaboración con E. Bryggman y Huttunen. En
1928 nació su hijo Hamilkar, y ese mismo año fundó con otros arquitectos el Congreso
Internacional de Arquitectura Moderna (CIAM), al que perteneció hasta 1966.
En 1933 se trasladó a Helsinki y abrió de nuevo una oficina propia. En 1935
fundó, junto con Mairea Gullichsen, la empresa de muebles "Artek", de la que fue
director hasta 1942. En los años treinta realizó también varios viajes al oeste y al sur
de Europa; de esta época data su amistad con Léger, Calder, Arp y Brançussi. En 1937
fue nombrado miembro corresponsal del RIBA de Inglaterra y en 1939 Caballero de la
Legión de Honor de Francia. A partir de 1938 realizó varios viajes a Estados Unidos, y
ese mismo año inauguró la exposición ambulante de su obra, e impartió lecciones en la
Universidad de Yale (EEUU). Con motivo de la exposición mundial, viajó en 1939 a
Nueva York para construir el pabellón finlandés, y empleó el año siguiente para hacer
un viaje por los Estados Unidos. Todavía en 1940 recibió un contrato de investigación
en torno a los problemas de reedificación (el proyecto de ciudad modelo "American
Town") del Colegio de Arquitectos del Instituto de Tecnología de
Cambridge/Massachusetts. Entre 1946 y 1948 volvió a Cambridge como profesor
invitado.
En el transcurso de la Segunda Guerra Mundial estuvo ocupado principalmente
en proyectos y viajes que giraban en torno a los problemas de la reedificación. Dio
conferencias en Zurich (1941) y Amsterdam (1945), y realizó un viaje con varios
arquitectos finlandeses a Alemania en 1943.
En 1942 inició la fundación del Instituto Finlandés para la Estandarización de la
Arquitectura, y entre 1943 y 1958 asumió la presidencia de la Asociación de
Arquitectos Finlandeses, para la que realizó, sobre todo a partir de 1951, numerosos y
frecuentes viajes a Suiza, Italia, Francia, Alemania y Estados Unidos. En 1951 viajó
también a España y Marruecos, entre 1954 y 1955 a Bagdad, en 1962 a Rusia y en
1963 a México.
En 1952 se casó con la arquitecta Elissa Mäkiniemi, con la que colaboró hasta su
muerte, y 2 años más tarde inició la fundación del Museo Finlandés de Arquitectura
Moderna. A partir de 1955 fue miembro de la Academia Finlandesa, de la que fue
presidente entre 1963 a 1968, y después de esa fecha miembro honorario. Recibió
numerosas distinciones internacionales tras la Guerra Mundial, entre ellas la de doctor
honoris causa de la Universidad de Princeton en 1947, de la Universidad Politécnica de
Helsinki en 1949, de la Universidad Politécnica de Trondheim en 1960, de la
Universidad Politécnica de Viena en 1965 y de la Universidad de Jyväskylä en 1969. En
1958 fue nombrado miembro de la Academia de las Artes de Berlín, en 1963 miembro
de la World Society of Arts and Sciences de Israel y en 1975 miembro honorario de la
Academia de Bellas Artes de Venecia, del Colegio de Arquitectos de Perú y de la Real
Academia de Escocia. Otras distinciones que recibiera fueron la Medalla del Príncipe
Eugen de Suecia, la Cruz del Comandante de Dannebrogen de Dinamarca, la Medalla
de Oro del RIBA de Inglaterra (1957), la Medalla de Oro de la SAFA de Italia (1958), la
Medalla de Oro del American Institute of Architects (1958), la Placa de la Freie
Akademie der Künste de Hamburgo, la Medalla de Oro de la ciudad de Florencia (1965),
el Gran Comandante de la Condecoración Italiana Al Mérito, el Diploma de Palma de
Oro del Mérito de Luxemburgo (1966), la Condecoración para los Méritos en Ciencias y
Artes de Alemania (1969), la Gran Medalla de la Academia de Arquitectos de Francia, la
Gran Cruz de Faucon de Islandia y la Medalla de Tapiola de Finlandia (1972).
Aunque como arquitecto Aalto no pertenezca a los primeros precursores de la
arquitectura moderna, si hay que contarle entre los pioneros de la siguiente
generación, que han contribuido de forma decisiva en el desarrollo del funcionalismo
racional hacia la arquitectura orgánica. En su primera etapa, hasta 1927, Aalto se
encuentra fuertemente influido por la guerra de la independencia finlandesa, lo que
hace que su arquitectura se caracterice por los generales rasgos neoclásicos de índole
nacional. Pero ya en las obras de su maestro A. Lindgren y también en sus propios
edificios, como la Sala de Exposiciones de Tampere de 1922 y la Casa de los
Trabajadores de Jyväskylá de entre 1923 y1925, estos rasgos están impregnados de
tendencias prefuncionalistas en el sentido de la simplificación y la acentuación de las
formas.
El edificio de la Cooperativa Agraria de Turku, concebido entre 1927 y 1928 como
cubo clásico en el que se integra el espacio simple y blanco del "Teatro Finlandés", es
un clímax en la obra de Aalto y, al mismo tiempo, un punto de inflexión hacia el
funcionalismo propagado por Le Corbusier y Gropius. El edificio para el periódico Turun
Sanomat de Turku, el Sanatorio de Tuberculosis de Paimio y la Biblioteca Parroquial de
Vijpuri, ideados entre 1927 y 1929, son obras maestras de la arquitectura funcionalista,
en las que destacan los estereométricos cuerpos arquitectónicos, las fachadas lisas y
blancas, los techos planos y la acentuación de las ventanas. Con estos edificios
premiados Aalto, inició su llamado "primer período blanco", que durará más o menos
hasta el comienzo de la Segunda Guerra Mundial. Consiguió ser el arquitecto finlandés
más importante y relacionar la arquitectura de su país con las tendencias
arquitectónicas de Europa. Los edificios de esta época se caracterizan por un espíritu y
medidas humanas, y una variable disposición del espacio y de la iluminación,
empleando distintos niveles, techos ondulados y luz variada, elementos que se
acompañan con la madera por ser el tradicional material constructivo de Finlandia. La
especial sensibilidad de Aalto para el empleo de la madera junto a su permanente
búsqueda de integración de ésta de la manera más harmoniosa posible en sus edificios
muestra el afán del arquitecto por crear una nueva y estrecha relación entre
arquitectura y naturaleza.
Los grandes proyectos para espacios industriales y urbanos en Sunila y Kauttua
(1935-37; el hecho de construir en Kauttua las casas con terrazas en las pendientes
significa una radicalidad hasta el momento desconocida en esta época) son ejemplos
destacados de una planificación orgánica, en la que se integran la arquitectura
funcionalista y la naturaleza.
Está síntesis de naturaleza y funcionalismo se manifiesta de forma cada vez más
fuerte a lo largo de los años treinta, acompañada de una articulación más rica de los
elementos constructivos y una estructuración más variada de la fachada. Los
materiales que se emplean son el hormigón, el encofrado de madera, la piedra natural
y el ladrillo sin revoque. Obras características de esta época son la casa del mismo
Aalto en Helsinki-Munkkiemi (1934-36), el pabellón finlandés para la Exposición Mundial
de París (1935-37) y la Villa Mairea en Noormarkku (1937-39). Con el pabellón finlandés
(1937-39) para la Exposición Mundial de Nueva York (1939), Aalto abandona la
composición cubista, para llegar a una nueva transición del exterior al interior, a través
de una realización dinámica e irregular de los cuerpos arquitectónicos y de los espacios
interiores. Ya no busca la estabilidad, el efecto homogéneo y la composición uniforme
del estilo moderno, sino una arquitectura orgánica y flexible, capaz de participar (según
sus propias palabras) con toda su fuerza en la lucha vital del hombre. Consigue, de
esta manera, una diversificación de los ortogonales sistemas estructurales, vigentes
hasta este momento sobre todo en la arquitectura industrial, para alcanzar una
realización libre de planos, cuerpos, espacios y fachadas.
Estas nuevas fórmulas preparan ya en 1940 el camino hacia un subjetivismo en
la arquitectura funcionalista, el cual será propagado por Aalto de manera más intensa
después del final de la Guerra Mundial. Sus obras posteriores a ésta (muestras de una
arquitectura orgánica) están impregnadas de un método de planificación que resulta
ser un acto creativo dirigido por el instinto, al que están sometidos de manera
sorprendente y casi irracional los factores materiales y funcionales de la construcción.
Esto va acompañado por un sentido muy refinado para las medidas y las proporciones.
No es casualidad que Aalto se acercase en este momento a la pintura y a la escultura,
desarrollando un método de trabajo en el que el primer boceto espontáneo es el punto
de partida para el proyecto arquitectónico.
El empleo masivo del ladrillo sin revoque en los edificios de la primera década de
la posguerra, en la que Aalto se dedica especialmente a la reedificación y la
planificación urbanista y regional (por ejemplo: Plano de la ciudad Rovaniemi de
1944/45, junto con Y. Lindegren, B. Saarnio y otros; Säynätsalo, 1942-46; Imatra, 1947-
53; Centro de Helsinki, 1948), ha hecho que esta época creativa suya sea denominada
el "período rojo".
Otros rasgos característicos de esta etapa son una estructura compacta, movida
y escultórica de los cuerpos arquitectónicos y la más libre integración en un terreno
montuoso (por ejemplo: M.T.I. Residencia Estudiantil en Cambridge/Massachusetts,
1947/48; Ayuntamiento de Säynätsalo, 1949-52), el empleo de facetas de luz, la
formación espacial de manera ondulada, rupturas verticales y una diversificación
estructurada y colorista de la fachada (por ejemplo: Casa de Verano de Aalto en
Muuratsalio, 1953, con placas de ladrillos y cerámica).
En las edificaciones del llamado "segundo período blanco" de Aalto a partir de
1953, en las que el blanco cobra de nuevo protagonismo, se refuerzan todas las
tendencias ya existentes. Cuerpos arquitectónicos de forma ortogonal y orgánica crean
complejos muy ricos, tensos y variados. El espacio vitalizado por formas plásticas crece
de manera irracional en todas las direcciones. Un buen ejemplo es la iglesia de
Vuoksenniska (1956-59), con tres espacios integrales en el interior. El exterior de los
edificios recibe un efecto intensificado en la composición de las superficies, en la
articulación de los contornos y la estructuración constructiva a través del empleo
combinado de materiales de distintos colores, como son el hormigón, el ladrillo, la
madera, la cerámica, la porcelana, el mármol, la piedra natural, el cobre y la pizarra.
Los años cincuenta son la cumbre del reconocimiento internacional; Aalto recibió
encargos muy importantes de muchos países, y se hizo cargo de ellos con un pequeño
equipo. Aunque su obra tardía no está exenta de esteticismos, no se le puede
reprochar arbitrariedad, nimiedad o manierismo, a pesar de que en el subjetivismo
llevado hasta los extremos y en la absoluta falta de convencionalismos se hallan
también las contradicciones y limitaciones de su obra.
La influencia que tuvo Aalto en la evolución internacional de la arquitectura fue
sobre todo importante durante su vida. El hecho de ser un individualista solamente
sujeto a su propio estilo es la razón por la que Aalto no haya creado escuela o un
séquito de seguidores.
Su obra de escultor, diseñador y pintor, a pesar de ser menos llamativa, está en
un principio muy influida por la arquitectura; en la medida en que se fue
independizando de ella consiguió cambiar los esquemas y desarrollar fórmulas para la
arquitectura.
En su primera etapa de creador de formas, de 1927 hasta la Segunda Guerra
Mundial, Aalto se limita a trabajos en madera. Motivado por encargos para amueblar y
decorar sus edificios (por vez primera en Paimio) creó, en torno a 1930, muebles
hechos de distintas capas de madera deformada por calentamiento. Especialmente las
sillas (por ejemplo: Silla Aalto) tendrían un gran difusión en todo el mundo,
particularmente después de la fundación de la empresa "Artek" en el año 1935.
Posteriormente, realizó también esbozos para objetos de uso cotidiano, como jarrones,
lámparas, joyas, etc., empleando también el cristal, la tela e incluso el oro.
Influido teóricamente por el pensador finlandés Yrjö Rin, que propagaba la idea
de la creación artística sin fin práctico, y formalmente inspirado por Léger, Calder y
Arp, creó a partir de los comienzos de los años treinta relieves y esculturas de carácter
abstracto-constructivista, que documentan la lógica interna del material madera. En
1946 dedicó estas llamadas "esculturas de laboratorio", que son las primeras muestras
de una escultura abstracta en Finlandia, en Zurich a Henry van de Velde, considerado el
gran pionero de la arquitectura y (según las propias palabras de Aalto) el primero que
soñó con fundir madera. Las esculturas de metal y mármol datan sobre todo de los
años sesenta y se subordinan a los relieves arquitectónicos.
Sus pinturas de pequeño formato en óleo y acuarela, realizadas a partir de 1945,
recuerdan estructuras de paisaje. Son testimonios muy personales de su creatividad
original, que en comparación con sus esculturas sólo pueden ser vinculadas de manera
indirecta con la arquitectura. Esculturas, pinturas, esbozos y estudios de Aalto se hallan
por ejemplo en el Museo para la Arquitectura Finlandesa y en el Banco Nórdico (relieve
con representación estilizada de la costa meridional de Finlandia, mármol blanco y
oscuro, 1962-64) y en el Auditorio Máximo de la Universidad Politécnica (relieve de
madera y metal, 1966) de Helsinki. Otras muestras se encuentran en el Museo Alvar
Aalto de Jyväskylä, el Banco Popular Nórdico de Lathi (relieve de madera, 1968), el
Instituto de Educación Internacional de Nueva York (relieve de madera, 1963/64) y en
Suomussalmi (monumento a la guerra, 1960).
Aartgems o Ergens, conocido tambien con el nombre de Arturo Claesson,
pintor holandés (1498-1561)
En un principio fue cardador de lana, y después se puso a pintar con tal acierto
que adquirió fama y fortuna, así que se le ofreció una pensión para establecerse en
Amberes que él rehusó. Murió ahogado al caerse de un bote en el que se paseaba.
Altonen, Wainö (1894-1966), escultor y pintor finlandés (Karinais, 1894-
1966).
Autor de torsos femeninos, cabezas y obras en granito. Autodidacto, gozó de alto
prestigio en su país. Utilizó como materiales el bronce, el mármol, el granito y la
madera, donde denotó la influencia cubista. Luego de estudiar dibujo en Åbo, se dedicó
al trabajo escultórico.
Su primera exposición data de 1916 y desde entonces, con una temática en la
que predominan las esculturas de niños, cultivó un género dominado por la sencillez
plástica y la estilización realista. Entre sus principales obras destacan el monumento
conmemorativo de la Guerra de Liberación finlandesa, en Mikkeli, y el retrato de la
princesa Luisa de Suecia (1942) sus esculturas en el Parlamento y las del escritor
Aleksis Kivi, de Sibelius y del atleta Paavo Nurmi. Ganador de numerosos premios:
Viena (1936), Exposición Universal de París (1937), etc., perteneció a las Academias
Finlandesa, Sueca, Danesa, Soviética de Bellas Artes e Italiana del Adriático.
Después de estudiar dibujo en la Escuela de Pintura de la Asociación Artística de
Turku, decidió experimentar con la escultura, a la que se dedicó toda su vida. Se inició
trabajando el granito, pero enseguida utilizó toda clase de materiales, desde el vidrio
hasta la plata. Comenzó a exponer en 1915 y desde entonces formó parte de un gran
número de exposiciones internacionales.
Sus primeras obras en granito eran fieles al naturalismo tradicional, si bien se
diferenciaban de aquéllas por su técnica del tallado directo. A partir de 1920 recibió la
influencia de postcubismo predominante en Europa.
Esculpió importantes monumentos, entre los que destaca el monumento
conmemorativo de la Guerra de Liberación finlandesa, en Mikkeli, el del escritor Aleksis
Kivi, el del Presidente Stahlberg, las estatuas del Parlamento o el del atleta Paavo
Nurmi.
Ganador de numerosos premios: Viena (1936), Exposición Universal de París
(1937), etc., perteneció a las Academias Finlandesa, Sueca, Danesa, Soviética de Bellas
Artes e Italiana del Adriático.
Ábaco
Elemento arquitectónico propio de los órdenes clásicos. Consiste en una losa de
piedra rectangular, poligonal o circular, que se coloca encima del capitel. En las épocas
griega y romana tenía poco espesor, alcanzando proporciones más macizas en la época
bizantina.
Para la arquitectura clásica, el ábaco era una pieza cuadrada en forma de tablilla
que, colocada sobre el equino, corona el capitel sirviendo de asiento al arquitrabe, a la
vez que protege la decoración de dicho capitel. En el orden Dórico, está formado por
una pieza prismática, en el Jónico se enrolla en espirales y en el Corintio se simplifica y
se estiliza. En la Edad Media es sinónimo de cimacio.
En las estructuras modernas, por ejemplo de hormigón armado, se denomina por
similitud formal (no funcional) ábaco a la zona del forjado próxima a un pilar, reforzada
estructuralmente para transmitir correctamente las cargas al mismo, y para resistir las
solicitaciones que se concentran en ese punto (cortantes y momentos negativos).
Además los ábacos permiten corregir de manera barata el riesgo de punzonamiento (es
un esfuerzo producido por tracciones en una pieza debidas a los esfuerzos tangenciales
originados por una carga localizada en una superficie pequeña de un elemento
bidireccional de hormigón, alrededor de su soporte).
Abacco, Antonio, arquitecto y grabador italiano (s. XVI)
Vivió en Roma en la segunda mitad del siglo XVI. Era discípulo de Antonio di San
Gallo y grabó los planos de la iglesia de San Pedro de Roma por los dibujos realizados
por aquél. También hizo las láminas de su obra titulada Libro di Antonio Abacco,
appartenente all' architectura, nel quale si figurano alcune nobili antichistá di Roma. Se
ignora la fecha de su muerte.
Abad, Antoni, escultor, grabador y pintor español (Lerida, 1956)
Se licenció en Historia del Arte en Barcelona y amplió su formación en Cuenca,
donde asistió a clases de grabado. En 1989 consiguió la Beca Endesa de Artes
Plásticas. Se inició en el mundo artístico con una serie llamada Vegetaciones, donde las
tiras de papel con tintes naturales jugaban con una misma tonalidad cromática, y con
objetos tridimensionales (scubidús). En el año 1985 incorporó a su trabajo la
gomaespuma, material de gran flexibilidad que le permitía tallar bloques de gran
formato y cuyo resultado son esculturas que se despliegan en el espacio, con la
posibilidad de recuperar el bloque inicial.
En 1988, realizó sus primeras esculturas con ángulo ranurado (mecalux), material
utilizado en la confección de estanterías industriales.
Posteriormente su obra evolucionó hacia piezas en las que el movimiento estaba
sugerido o limitado por la acción de una parte estática sobre una móvil. En sus últimos
trabajos, el artista incorpora objetos plegables (sillas, mesas, etc.), para realizar
esculturas que poseen la facultad de desarrollarse o contraerse en el espacio.
También ha experimentado con el llamado "videoarte", actividad con la que ha
participado en multitud de muestras y exposiciones, y con la que ha conseguido
prestigiosos galardones, el más importante de ellos en junio de 2006, el Premio Ars
Electronica, concedido por el Ars Electronica Center de Linz a su obra Canal accesible.
El artista leridano Antoni Abad cuenta con una amplia trayectoria explorando las
posibilidades artísticas de los medios interactivos y las redes de comunicación. En 2003
inició su proyecto Zexe.net, centrado en la creación de comunidades digitales a través
del uso de teléfonos móviles con cámara integrada.
Abad, Antonio, pintor español
Formado en la Escuela de Artes de Vigo y en el madrileño Taller de El Prado,
desarrolla su carrera artística en Vigo donde crea su estudio-taller.
Expone ininterrumpidamente de forma individual desde 1990 en distintas
ciudades de España y Portugal, y de forma conjunta o colectiva en Europa.
Formó parte de la Asociación Internacional Plástica Latina con sede en Francia,
donde fué premiado con una Mención de Honor en su Salón Internacional del año 1998.
En el año 1999 consigue el primer premio de pastel en el 3º Salón Internacional
de Artes Plásticas ACEA de Barcelona. Participa en el VII TROFEO REMO BRINDISI en
FERRARA (Italia) donde le conceden el "Diploma di Merito". En el año 2000 su pintura
es presentada en Nueva York donde obtiene importante aceptación. En el año 2001 el
Concello de Vigo organiza con su obra la exposición retrospectiva "NO CAMIÑO" en
reconocimiento a su labor creativa. En el año 2002 su pintura viaja a París y a Siena. En
el año 2003 es seleccionado para participar en una muestra itinerante de grandes
pastelistas Europeos por Italia y San Petesburgo patrocinado por la UNESCO. La Xunta
de Galicia presenta en Madrid su muestra individual " TIERRAS DE MAGIA". Consigue
Diploma y premio "Frigoríficos do Morrazo" en el Certamen Internacional "ARTE NO
MORRAZO" 2005.
Abad, Eugenio, pintor ecuatoriano (Cuenca, 1957)
Realizó sus estudios en la Facultad de Arquitectura de la Universidad Estatal de
su ciudad natal (1975-1982), y en la Escuela Massana de Barcelona, España (1990-
1991). Desde 1986 ha participado en numerosas exposiciones colectivas en Ecuador, y
ha ganado varios premios, como el Coloma Silva, de la Tercera Bienal Internacional de
Pintura (Cuenca 1991), el Segundo Premio en el Salón de Arquitectos de Ambato (1992)
y Mención de Honor Premio París (1992). La obra de Abad cumple una función
introspectiva, similar a la de Svistoonof. Desde un comienzo su arte ha estado asociado
con el paisaje natural, dado el gusto que siente el artista por todo "lo que viene de la
tierra". La naturaleza es el medio de contacto con su mundo interior. En sus cuadros se
encuentra también un espacio neutro, una "sensación de vacío" que, según él mismo
explica, es el principio de todo, de donde viene la materia y en donde el espectador se
encuentra consigo mismo.
Abad, Francesc, artista español (nacido en 1944)
Representante del arte conceptual, ha experimentado también con el body art y
el land art. Estudió en la Escuela de Artes y Oficios de Terrassa y en el Centro de
Documentación Pedagógica de París. Entró en el mundo del arte a través de la pintura,
donde su obra llegó a la máxima simplificación de las formas y a una reducción casi
total del color y de los grafismos. En 1972 se instaló en Nueva York donde el contacto
con artistas y tendencias diversas, sobre todo minimalistas, influyeron en su evolución.
A su regreso a Barcelona fue un activo miembro del Grup de Treball. Su trayectoria
artística se fundamenta en una voluntad utópica de transformación de la realidad a
través del arte. En la escena catalana de la década de 1970, en el marco del arte
conceptual, coexistían una serie de tendencias que se habían desarrollado en el ámbito
internacional, como son el body art, el land art, etc. Entre sus obras cabe destacar la
acción Comptar i numerar les pigues d'una part del braç per part dels assistents
(1973), Parany (1986), Dinosaures, Pertorbacions irreversibles (1988), La línea de
Portbou, en homenaje a Walter Benjamin, y One man show (1991), Solo cum solo
(1992), Valises (1994), Who killed Walter Benjamin or 50 years of peace (1995),
Fragments (1996).
Abadía, Juan de, pintores españoles (Huesca, ?)- 1498, y ?-1489-1513)
Pintores oscenses, padre e hijo, ambos del mismo nombre Juan, que llenan con su
actividad el último cuarto del siglo XV. Gudiol supone una primera etapa barcelonesa
para el mayor de los Abadía entre los años 1455 y 1460, como colaborador del pintor
aragonés Pedro García , con el que habría trabajado en el retablo de las santas Clara y
Catalina (Catedral de Barcelona) y en el de los santos Quirico y Julita (Museo
Diocesano, Barcelona), realizados en el taller de la viuda de Martorell. De ahí le vendría
su entronque con la escuela catalana y su conocimiento de la obra de Jaime Huguet. Su
primer trabajo documentado lo sitúa definitivamente en Huesca, donde, en 1473, se
compromete a pintar el retablo mayor (perdido) de la Seo de Jaca , bajo la advocación
de Sta. Orosia, consagrado en 1496. El encargo siguiente es un retablo para la capilla
de S. Juan Bautista en S. Pedro el Viejo de Huesca, obra que Del Arco identifica con el
desmembrado retablo de S. Andrés y Sta. Úrsula, hoy en el Museo Diocesano de dicha
ciudad. Numerosos retablos para iglesias oscenses indican la existencia de un taller en
el que, desde 1489 por lo menos, pudo trabajar su hijo Juan, con el que protagoniza
una disputa frente a su colega y convecino Francisco J. Baget. Los últimos años de su
vida recogen su labor en los retablos de S. Pedro Apóstol, en Biescas ; de Sto. Domingo,
en Almudébar , y de la Cofradía del Espíritu Santo, en la iglesia de su nombre, en
Huesca , obra última que cobra su viuda, Andrea Gavastón, en 1499. Entre las obras
que se le atribuyen están el retablo de Sta. Quiteria en la colegiata de Alquézar, la
tabla con S. Miguel Arcángel del M.A.C. (Barcelona, n.° 5082), que procede de Liesa
(H.), y las de S. Miguel y S. Sebastián del Museo Lázaro Galdiano (Madrid), venidas de
Aniés (H.). Su hijo y sucesor, Juan de la Abadía II, hereda con el taller un estilo bien
característico que reproduce, de forma más desaliñada, los modelos que había
divulgado su padre. Se conservan documentados de su mano el retablo de S. Martín
(salvo el titular), que, procedente de Nueno (H.), está en el M. Arqueológico de Madrid,
y los incompletos de Aso (H.) y de Lastanosa (H.).
Abadía
Comunidad religiosa regida por un abad y conjunto de todos los edificios que
ocupa en modo estable.
Históricamente, el origen de la abadía en cuanto organismo social permanente,
albergadas en edificios propios, depende en gran escala y en muchos aspectos, aunque
no de modo exclusivo, a la difusión de la Orden de los Benedictinos y sus derivados
(Cistercienses, cluniacenses, trapenses, etc.). La gran difusión de las abadías durante
la Edad Media unido al intento de oponer fuertes núcleos sociales al ordenamiento laico
de tipo feudal (de ahí, por ejemplo, su gran importancia durante las "luchas por las
investiduras"). Dada su identificación casi total con los Benedictinos, la estructura de la
abadía, refleja fielmente, desde el 7punto de vista arquitectónico, el racionalismo
agrícolo-artesano y, al mismo tiempo, la vocación anacoreta (de tipo oriental) de la
orden. En efecto, el escenario natural, casi siempre sugestivo (valles, proximidad de
ríos, alturas casi inaccesibles), concuerda con los intereses religioso-productivos de la
comunidad y también con la necesidad de defensa. De estos motivos derivan la
estructura grandiosa pero sobria de la iglesia, la importancia concedida al claustro, al
aula capitular y al refectorio, la amplitud de los locales accesorios (dormitorios,
albergues, jardines, almazaras, cuadras, corrales, escuelas, etc.) y el conjunto,
frecuentemente rodeado de muros. Los locales accesorios podían estar separados o
comunicados entre sí.
Entre las abadías más importantes se cuentan las de Cluny, Clairvaux, Saint-
Denis (Francia); Fulcla (Alemania); Salisbury (Inglaterra); Chiaravare, Milanese,
Cassamare, Montecassino, Monreale (Italia); y en España, las de San Juan de la Peña,
Poblet, Ripoll, etc.
La abadía de Lorshc, en Alemania, es uno de los escasos ejemplos que se
conservan de la arquitectura de la época carolingia.
Un ejemplo de abadía es la de Fiesole (s. XI), delicada expresión del románico-
florentino. Las taraceas de mármol que la caracterizan desempeñaron un papel
importante en la arquitectura La abadía de Fossanova fue una de las primeras
abadías cistercenses edificadas en Italia, de fundamental importancia para la difusión
del Gótico Borgoñón en la Península Ibérica.
La penetración de la arquitectura gótica en Italia siguió un camino distinto del
gótico francés, cuyas etapas fundamentales fueron la erección de las abadías de
Fossanova, de Casemare y de San Calgano, todas de la orden de la Cister.
Los cistercenses no se limitaron a construir una abadía en Fossanova, sino que
además crearon una escuela para la formación de técnicos en arquitectura en futuras
edificaciones, enseñanzas que no podían ser otras que italianas. A medida que se pasó
de Fossanova a Casemare y de aquí a San Calgano, la pureza arquitectónica de la
primera abadía cedió a la atracción del ambiente local, sin perder las características
fundamentales de energía y estructuración técnica. Fossanova y Casemare se
conservan todavía, pero San Calgano se halla en ruinas; sin embargo hay que hacer
notar el hecho de que haya surgido en territorio sienés, en una de las zonas artísticas
más fecundas de la región toscana.
Fountains Abbley, cerca de Ripon, en Yorkshire, es la más grande y famosa
abadía construida por la orden cistercense en Inglaterra. Su importante estructura, de
desnuda y austera elegancia, concuerda perfectamente con el riguroso canon de
rigurosidad tantas veces predicado por San Bernardo a los monjes de su tan difundida
orden.
De la famosa abadía de Chiaravalle, fundada por San Bernardo en 1135, ha
quedado intacta la iglesia, cuya construcción fue iniciada en 1172. Este templo es
notable, desde el punto de vista arquitectónico, por la lograda fusión de elementos
lombardos con otros de importación francesa. Particularmente característica es la gran
torre del s, XIV. En biforios y galerías, el mármol alterna gratamente con el ladrillo.
Una abadía (del latín abbatia, la cual deriva del hebreo abba "padre"), es un
monasterio o convento cristiano bajo las órdenes de un abad o una abadesa, que son el
padre o la madre espiritual de la comunidad. Un priorato sólo difiere de la abadía en
que el monje superior lleva el título de prior en lugar de abad. Los prioratos eran
originariamente ramificaciones de las abadías, y los priores continuaban siendo
subordinados a los abades; sin embargo, la distinción actual entre abadías y prioratos
fue perdida en el renacimiento.
Las más antiguas comunidades monásticas conocidas, (ver monasticismo),
consistieron en "células" o cabañas congregadas alrededor de un centro común, el cual
era normalmente la causa de un ermitaño o anacoreta famoso por su santidad o su
ascetismo singular, pero sin intenciones de organización ordenada. Tales comunidades
no son una invención del cristianismo. Ya se había producido un ejemplo, al menos en
parte por los esenios en Judea, y quizás por los therapeutae, una orden monástica
establecida al pie del lago Mareotis, cerca de Alejandría en el Egipto Ptolemaico.
En las épocas más tempranas del monasticismo cristiano, los ascetas
acostumbraban a vivir aisladamente, independientemente unos de otros, no lejos de
alguna iglesia local, manteniéndose del trabajo de sus propias manos y repartiendo el
sobrante una vez habían satisfecho sus frugales necesidades. El incremento del fervor
religioso, ayudado por la persecución, los alejó cada vez más de la civilización hacia las
soledades montañosas o desiertos solitarios. Los desiertos de Egipto se enjambraron
con las "células" o chozas de estos anacoretas. Antonio el grande, que se había
retirado a la Tebaida egipcia durante la persecución por Maximiano, (312) fue el más
celebrado de ellos por sus austeridades, su santidad y su poder como exorcista. Su
fama congregó alrededor de él una hueste de seguidores imitando su ascetismo en un
intento de imitar su santidad. Cuanto más se retiraba a terrenos salvajes, más
numerosos era sus discípulos. Rehusaron separarse de él y construyeron sus células
alrededor de su padre espiritual. Así surgió la primera comunidad monástica,
consistiendo en anacoretas que vivían cada uno en su propia pequeña vivienda, unidos
bajo un superior. Antonio, tal como menciona Neander, " sin ningún designio consciente
suyo se había convertido en el fundador de un nuevo modo de vivir en Cenobitismo
común". Gradualmente se fue introduciendo el orden en los grupos de cabaás. Fueron
dispuestas en líneas, como las tiendas en un campamento, o las casas en una calle. De
ésta disposición en líneas vinieron en ser conocidas como Laurae, Laurai, "calles", o
"avenidas".
El auténtico fundador de los monasterios cenotíbicos, (koinos: común, y bios:
vida) en el sentido moderno fue Pacomio, un egipcio de comienzos del siglo IV. La
primera comunidad por él establecida estaba en Tabennae, una isla del Nilo en el Alto
Egipto. Fueron fundadas ocho más en la región a lo largo de su vida, llegándose a
contar 3000 monjes. En los cincuenta años siguientes a su muerte sus sociedades
podían integrar a 50.000 miembros. Estos cenobios parecían villas o poblados
habitados por una comunidad religiosa que vivía del trabajo de sus manos, todos del
mismo sexo.
Los edificios estaban separados. Eran pequeños y lo más humildes posible. Cada
célula o choza, de acuerdo con Sozomen, contenía tres monjes. Tomaban su comida
principal en un refectorio común o comedor a las 3 p.m., permaneciendo hasta esa
hora en ayunas. Comían en silencio, con capuchas caladas sobre sus caras de tal
manera que no podían ver nada aparte de la mesa que tenían delante de ellos. Los
monjes pasaban todo el tiempo que no estaban dedicados a los servicios religiosos o el
estudio en el trabajo manual. Paladio, que visitó los monasterios egipcios encontró
entre los 300 miembros del cenobio de Panopolis, bajo la regla Pacomiana, 15 sastres,
7 herreros, 4 carpinteros, 12 conductores de camellos y 15 curtidores.
Cada comunidad tenía su propio administrador u oeconomus, el cual estaba bajo
la supervisión de un administrador jefe instalado en el establecimiento principal. Todo
el producto del trabajo manual de los monjes le era remitido y él lo fletaba a Alejandría.
El dinero obtenido se empleaba en comprar para aprovisionar los almacenes para el
sostenimiento de las comunidades, y lo que sobraba se empleaba en caridad. 2 veces
al año los superiores de varios cenofobios se encontraban en el monasterio principal
bajo la presidencia de un archimandrita, (miandra = grupo de ovejas), y en el último
encuentro daban informe de su administración durante el año. Los cenofobia de Siria
pertenecían a la institución pacomiana. Podemos aprender muchos detalles referentes
a éstos en la vecindad de Antioquía a partir de los escritos de Crisóstomo. Los monjes
vivían en cabañas separadas llamadas kalbbia, formando una aldea en la ladera de la
montaña. Estaban sometidos a un abad, y observaban una regla común, (No tenían
refectorio, pero comían la misma comida, de pan y agua simplemente, cuando el
trabajo del día había sido concluido, reclinándose en hierba amontonada, a veces fuera
de la cabaña). Cuatro veces al día se juntaban en oraciones y salmos.
Las necesidades de defensa frente a ataques hostiles, la economía del espacio y
la conveniencia de acceder a cualquier parte de la comunidad desde otra, dictaron una
disposición más compacta y organizada de los edificios del cenobio monástico. Se
edificaron grandes pilas de edificios, con paredes exteriores sólidas, capaces de resistir
los ataques de un enemigo, dentro de los cuales todos los edificios necesarios se
disponían alrededor de uno o en sistemas más abiertos, generalmente rodeados de
claustros. El convento de Santa Laura, en Monte Athos. Al igual que la mayoría de los
monasterios orientales está rodeado por una pared de piedra resistente y elevada
circundando un área de entre 12.000 y 16.000 m2. El lado más largo se extiende por
una longitud de aproximadamente 170 m. Sólo hay una entrada en la cara norte, (A)
defendida por tres puertas de hierro separadas. Cerca de la entrada hay una gran torre
(M), una característica constante en los monasterios de Levante. Hay una pequeña
puerta trasera en L. el recinto contiene 2 gran patios abiertos, rodeados de edificios
conectados con galerías claustrales de madera o piedra. El patio exterior, que es con
mucho en mayor, contiene los graneros y los almacenes (K), la cocina (H) y otras
dependencias conectadas con el refectorio (G). Inmediatamente adyacente a la puerta
de entrada hay una edificación para huéspedes a la que se accede por un claustro (C),
el patio interior está rodeado de un claustro (EE) al cual se abren las células de los
monjes (II). En el centro de este patio se alza la iglesia católica o conventual, un edificio
cuadrado con un ábside del tipo bizantino dominical al que se accede por un nártex,
(entrada) abovedado. Delante de la iglesia hay una fuente de mármol, (F) cubierta por
una bóveda soportada por columnas. El refectorio (G) está situado en realidad en el
patio exterior, aunque sus puertas se abren al claustro. Es un edificio cruciforme
grande, de alrededor de 30 m. en cada dirección, decorado por dentro con frescos de
santos. En el extremo superior hay un receso semicircular que recuerda al triclinium del
Palacio Lateranense de Roma, en el cual está el asiento del abad. En los monasterios
orientales el refectorio se utiliza principalmente como sala de reuniones, tomando los
monjes la comida en sus celdas separadas.
El monacato en el oeste debe su extensión y desarrollo a Benito de Nursia,
(nacido en el 480). Su regla se difundió con una rapidez impresionante desde la
fundación de Monte Cassino a través de toda la Europa del Este, y todos los países
observaron la edificación de monasterios excediendo todo lo que había sido visto antes
en espaciosidad y esplendor. Pocas ciudades grandes de Italia carecieron de su
correspondiente monasterio benedictino, y rápidamente surgieron monasterios en los
grandes centros de población de Inglaterra, Francia y España. El número de tales
monasterios fundados entre el 520 y el 700 es asombroso. Antes del Concilio de
Constanza en el año 1.415 se habían fundado no menos de 15.070 abadías únicamente
de esta orden. Los edificios de una abadía benedictina estaban dispuestos
uniformemente sobre un plano tipo que se modificaba cuando era necesario para
acomodarse a las circunstancias locales. No disponemos de ejemplos existentes de los
monasterios más primitivos de la orden benedictina. Todos han sucumbido al paso de
los tiempos y la violencia humana. Pero sí que se conserva un plano elaborado del
monasterio suizo de Sankt Gallen, edificado alrededor del año 820, en el cual pueden
observarse la disposición general de un monasterio de primera clase del S. IX. El
aspecto general del convento es el de una ciudad de casas aisladas con calles entre
ellas. Está edificado claramente de acuerdo a la regla benedictina, que establecía que,
si era posible, el monasterio contuviese todo lo necesario para la vida, así como los
edificios conectados más íntimamente con la vida religiosa y social de sus internados.
Debía contener un molino, una panadería, establos, así como acomodación para llevar
a cabo todas las artesanías dentro de las murallas, de modo que no fuese necesario
para los monjes salir de los límites del monasterio. Es posible entonces describir la
distribución general de los edificios: La iglesia, con su claustro está situada al sur,
ocupa el centro de un área cuadrangular de cerca de 430 pies cuadrados. Los edificios,
como en los monasterios grandes, están distribuidos en grupos. La iglesia forma el
núcleo, como centro de la vida religiosa de la comunidad. En relación más estrecha con
la iglesia está el grupo de edificios apropiado para la línea monástica y sus exigencias
diarias: el refectorio para comer, el dormitorio para descansar, la sala común para
relacionarse, la casa del capítulo para las conferencias religiosas y disciplinarias. Estos
elementos esenciales de la vida monástica estaban colocados alrededor de un patio
enclaustrado, el cual contenía una arcada cubierta permitiendo la comunicación
protegida de los elementos entre los edificios. La enfermería para monjes enfermos,
con la casa del médico y el jardín del herbolario quedan al este. En el mismo grupo que
la enfermería está el jardín de los novicios. La escuela exterior, con la casa del maestro
principal contra la pared opuesta de la iglesia queda fuera del recinto del convento, en
proximidad a la casa del abad, que debía mantener un ojo constantemente sobre ellos.
Abadie, Paul, arquitecto francés (París, 1812-Chatou, 1884)
Restauró la catedral de Angulema y. Planeó el Sacré-Coeur (1874). Segundo
inspector de los trabajos de Notre Dame de París y miembro de la Academia Francesa
de Bellas Artes. En 1874 ganó el concurso para la elección de la iglesia del Sagrado
Corazón, en Montmartre (París).
Es autor de infinidad de obras de restauración, entre ellas la catedral de
Angouleme, Sainte-Croix de Burdeos y Saint-Front de Périgueux. Cuatro años después
de estallar la guerra franco-prusiana en 1870, fue nombrado sucesor de Eugène
Emmanuel Viollet-le-Duc como arquitecto diocesano de París. En esas fechas 2
comerciantes católicos decidieron construir una iglesia dedicada al Sagrado Corazón de
Jesús. Paul Abadie fue el encargado del diseño, comenzando las obras en 1875 y
completándose en 1914. Se ha dicho muchas veces que Abadie revolucionó con ésta
basílica neo-románica el mundo eclesiástico, pues pronto se convertiría en un modelo
muy imitado para las nuevas iglesias a construirse ya que el neogótico parecía ya
haber cumplido su ciclo.
Abaisi, Tomás, escultor italiano que vivió a mediados del s. XV
En 1451 hizo varias estatuas de madera para la catedral de Ferrara.
Abakanowicz, Magdalena, artista polaca (Varsovia, 1930-?)
Dedicada preferentemente a la creación de estructuras volumétricas con material
de tapicería.
Figura destacada de la escuela polaca del tapiz. En sus composiciones, en las que
aunó elementos procedentes de las corrientes estéticas en boga, recurrió a menudo a
elementos escultóricos. Su originalidad radica en el traslado de sus conocimientos
sobre tapicería a la escultura a partir de unos experimentos realizados en la década de
los sesenta. Sus obras, verdaderos ambientes en los que las repeticiones de formas
alusivas a la cabeza, tórax o multitudes, son representadas en tonalidades oscuras,
confieren una dimensión dramática acentuada por los temas que priman en su obra: lo
individual y lo colectivo, el anonimato y el estereotipo, la corrosión y la enfermedad,
cuya presencia singular plasmada de manera concreta y sensible imprime en ella cierta
elocuencia.
Realizó muchas exposiciones individuales, entre ellas: Xavier Fourcade Gallery,
Nueva York (1985) Turske a. Turske Gallery, Zurich, (1988) Mucsarnok Palace of
Exhibitions, Budapest (1988) Stadel Kunstinstitut, Frankfurt, (1989) Sezon Museum of
Art, Tokio (1991) Walker Art Center, Minneapolis (1992 m.) Hiroshima City Museum of
Contemporary Art, Japón (1993) P.S. 1 Museum, Nueva York (1993) Fundación Miro,
Mallorca, (1994) Marlborough Gallery, Madrid, (1994) Kordegarda Gallery, Varsovia
(1994) Yorkshire Sculpture Park, Inglaterra (1995) Manchester City Art Galleries,
Inglaterra (1995) Charlottenborg Exhibition Hall, Dinamarca (1996) Oriel Mostyn, Gales
(1996) Gallerie Marwan Hoss, París (1996)
Abalos, Iñaki, arquitecto y urbanista español (nacido en 1956)
Estudió en la Escuela de Arquitectura de Madrid, donde obtuvo el título en 1978,
y de la que es profesor desde 1989. Desde 1984 trabaja con Juan Herreros en el estudio
A & H. El equipo debutó con el proyecto de las depuradoras de aguas de Villalba,
Guadarrama y Majadahonda (1988). Posteriormente han realizado proyectos de distinto
signo, como el parque Europa de Palencia (1991), la Delegación de Hacienda de
Almería, o las oficinas para el Ministerio del Interior en Madrid. En 2000 inauguraron
junto al vertedero de Valdemingómez (Madrid) un centro procesador de residuos,
primer paso de un ambicioso proyecto que incluye la regeneración y adecuación
paisajística de un territorio degradado por la acumulación de desechos industriales.
Abarca, Agustín, pintor chileno (Talca, 1882 – Santiago de Chile, 1953)
Discípulo de Pablo Burchard y Pedro Lira, su obra tuvo como motivo principal el
paisaje natural, que cultivó influenciado por tres corrientes artísticas: romanticismo,
decorativismo y especialmente, simbolismo.
Se formó en el Liceo de Hombres y el Instituto Comercial de su ciudad natal, pero
se dedicó a la pintura después de conocer a Pablo Burchard, en 1900. En 1904 se
trasladó a Santiago para estudiar en la Universidad Católica, donde tuvo como profesor
a Pedro Lira hasta 1907; en la capital también recibió clases de otro de los grandes
maestros de la pintura chilena: Alberto Valenzuela Llanos. En 1909 ingresó en la
Academia de Bellas Artes, donde recibió la influencia del naturalismo difundido por su
director, el español Fernando Álvarez de Sotomayor. Aunque todos ellos ejercieron
influencia en su arte, Abarca se reconoció discípulo de Buchard, de quien heredó el
gusto por la simpleza y la austeridad en las formas y las tonalidades, aunque
frecuentemente es incluido dentro de la Generación del 13 junto a artistas como Pedro
Luna y Arturo Gordon. Entre 1916 y 1927 ejerció el cargo de inspector de la Escuela
Normal de la ciudad sureña de Victoria, y en 1940 dio clases en la Escuela de Bellas
Artes de Viña del Mar.
Agustín Abarca encontró en los exuberantes bosques del sur de Chile el tema
principal para desarrollar su arte, en un intento de reflejar en sus paisajes el misterio y
la poesía que encierra la naturaleza; para ello prescinde del detalle, huye de artificios,
y se limita a retratar la esencia misma de lo que se ofrece ante su vista. Como
característica principal de su estilo, cabe señalar las ricas variedades cromáticas que
recoge en una pincelada generosa: desde los distintos azules del cielo y los marrones
de la tierra hasta los diversos colores de la vegetación según la estación del año
(verde, amarillo, rojo) y los matices en las tonalidades que la luz imprime en ella. Pintor
amigo de la soledad, sus obras también transmiten algo de esta sensación; uno de sus
cuadros más famosos, El solitario, consigue expresar este sentimiento en la nostalgia
que desprende un paisaje desnudo. En algunas de sus obras también aparecen la
figura humana y otros motivos. Además de la ya citada, entre sus cuadros más
célebres se encuentran Bosque, Olivos y Charcas. En cuanto a su técnica, trabajó tanto
el óleo, como la acuarela, el dibujo a carboncillo y el pastel.
A lo largo de su carrera artística recibió numerosos premios y galardones, entre
otros el primer premio de la Exposición de la Academia Universidad Católica de Chile,
en 1907; la Segunda Medalla del Salón del Centenario en el Museo Nacional de Bellas
Artes, en 1910; premio del Certamen Edwards en 1919 y 1925; premio del Certamen
Carmen Enrique Matte Blanco, en 1929; premio de 1ª Categoría en acuarela del Salón
Oficial, en 1930 y 1938; premio de honor del IV Centenario de Santiago de Chile; o
premio de honor del Salón Nacional, en 1950.
La obra de Agustín Abarca se caracteriza por un profundo intimismo, existe un
tema que atraviesa todas las etapas de su creación: el árbol que busca incesantemente
en la naturaleza con una idea preconcebida de máxima perfección. En cada una de sus
innumerables caminatas lleva una tela especial enrollada que nunca llega a utilizar,
esperando siempre encontrar un árbol que se acerque más a lo que él imagina.
La búsqueda solitaria fue lo que caracterizó a este pintor chileno, pese a que
siempre estuvo rodeado de importantes influencias; en Talca, mientras trabajaba como
contador por necesidad, conoció al maestro Pablo Burchard, quien reconoce su talento
artístico y lo impulsa a pintar, encausándolo a su verdadera profesión. Cuando
Burchard vuelve a Santiago, Abarca renuncia a su empleo e ingresa a la Academia de
Bellas Artes de la Universidad Católica de Santiago bajo la tutela de Pedro Lira y
Alberto Valenzuela Llanos, donde permanece 6 años. En esta primera etapa desarrolla
la figura humana, como la mayoría de los alumnos.
Cuando egresó de la universidad vuelve al sur, instalándose en Victoria como
inspector de la Escuela Normal, trabajo que le permite dedicarse a su verdadera
pasión: la pintura. Realiza largas caminatas en las que tiene la posibilidad de recopilar
las impresiones del paisaje sureño que luego plasmará a través de las diferentes
técnicas: óleo, pastel, acuarela y carboncillo. Realiza dibujos al carbón de delicada
luminosidad y grises tenues. Por otro lado, incorpora la acuarela que agrega a su obra
síntesis de trazos y riqueza cromática. Vuelve a Santiago en la década del 20, donde se
enfrenta a nuevas tendencias artísticas como el Grupo Montparnasse y comprueba que
se encuentra muy distante de los pintores de su generación. A diferencia de sus
compañeros, Abarca no viaja a Europa en busca de nuevos modelos y técnicas, si bien
recoge las innovaciones, las adapta a su estilo y sus temas basando sus estudios e
investigaciones en la observación del paisaje. Es autónomo respecto de las modas, las
galerías, la crítica y el poder comprador.
“Vi realizadas mis aspiraciones y viví (…) libre en el interior de los bosques
dibujando y pintando robles, laureles, mañíos, lingues y otros árboles…. Todas las
estaciones eran hermosas, el verano con sus campos amarillentos y aromáticos; el
otoño, el invierno con sus inmensas lagunas y la primavera con sus campos cubiertos
de flores. Qué hermosas eran las quebradas con sus arroyos, sus rocas cubiertas de
musgo”, comenta Agustín Abarca.
En el aspecto académico, imparte clases de dibujo durante un año en la
Academia de Pintura de Viña del Mar en la década del 40, postulando la necesidad de
guiar a los alumnos sin limitar sus iniciativas.
Al final de su vida se ve forzado a trabajar en el taller debido a la imposibilidad
de realizar sus caminatas por el bosque. Debió concentrarse en la acuarela y el
desarrollo de la naturaleza muerta ya que nunca se valió de la fotografía como medio
de inspiración.
Abarca, María de, pintora española (Madrid, s. XVII)
Pintora barroca española, activa en Madrid a mediados del siglo XVII,
especializada en la pintura de retratos, que practicaba por afición y con notable
acierto. Es José García Hidalgo quien, en sus Principios para practicar el nobilísimo y
real arte de la pintura (Madrid, 1691), transmitió la noticia, recogida luego por Ceán
Bermúdez en el Diccionario histórico de los más ilustres profesores de las Bellas Artes
en España. Entre las mujeres artistas del siglo XVII español, con figuras tan relevantes
como La Roldana o Josefa de Obidos, María de Abarca es figura en cierto modo singular
pues su práctica de la pintura tiene lugar al margen de los talleres familiares en los que
se formaron, además de las dos artistas citadas, María de Valdes, hija de Juan de Valdés
Leal, Francisca Palomino y Velasco, hermana de Antonio Palomino, o Andrea y Claudia,
hijas de Pedro de Mena, entre tantas otras.
Abasida, arte
Arte que recibe su nombre de la dinastía que sucedió a los omeyas. Los abasidas,
fundadores de Bagdad (762), volvieron a las tradiciones persas y sasánidas. El ladrillo y
el pilar son característicos de su arquitectura junto con el arco en quilla y la decoración
en estuco en la que tradicionalmente se distinguen tres estilos. El liván y la bóveda son
los elementos más importantes de la herencia sasánida de este arte, que se desarrolla
entre el 750 y el 1258.
Con el término de arte abasida se hace referencia a la producción artística que
tuvo lugar bajo esta dinastía de Califas hasta la llegada de los turcos Selyúcidas a
Bagdad, en el año 1055. Tras dicha fecha, si bien la dinastía abasida perdura y encarga
algunas obras de arte, se considera que el estilo es diferente, y en este caso se habla
ya de arte selyúcida.
Los Abasidas dan un fuerte impulso a dos ciudades: Bagdad y Samarra, ambas en
el actual Iraq. Bagdad se crea prácticamente desde cero, como una ciudad
completamente nueva. Actualmente, únicamente se conoce a esta Bagdad antigua a
través de los textos, ya que se encuentra bajo la ciudad moderna, lo que hace casi
imposible la realización de excavaciones arqueológicas. Se sabe sin embargo que se
trataba de una ciudad circular, en la que únicamente residían el califa y sus allegados,
al igual que una guarnición militar, mientras que la población en general residía
extramuros de la ciudad. En el centro de la ciudad se hallaban en Palacio califal, la
mezquita de al-Mansur y los alojamientos para la tropa, a la vez que la muralla contaba
con un sistema de fortificaciones fuera de lo común.
Samarra tomó el relevo de Bagdad en los momentos en que los Califas quisieron
acercarse a la población de sus dominios. Se trata de un yacimiento inmenso, hoy en
un estado de completa ruina, en el que se multiplicaron los palacios edificados con
ladrillos.
La ciudad de Samarra contaba con dos mezquitas: la mezquita de Abu Dulaf y la
Grand Mezquita de Samarra. Ambos edificios están hoy en día en muy mal estado de
conservación, pero presentan una interesante característica común: poseen un
minarete helicoidal. Sólo se conoce esta misma característica en otro caso, en Egipto,
en un monumento de este mismo período: la mezquita de Ibn Tulun. Esta última
mezquita, de planta árabe pero que comprende también una ziyada, es decir, una
muralla doble, es no obstante mucho menos imponente que las mezquitas de Samarra.
Otro monumento importante es la mezquita de Qayrawan, en el Maghreb,
concretamente en el actual Túnez. Siempre de planta árabe, posee el más antiguo
minbar (púlpito) conservado, y su mirhab es de una particular belleza, estando
decorado con losas de brillo metálico.
La decoración de la arquitectura abasida consiste principalmente en estucado.
Los arqueólogos distinguen tres estilos, a los que denominan A, B y C. Hay que
destacar que los tres estilos tienen importancia destacada también por su influencia en
otras artes menores, especialmente en la relativa a los trabajos en madera. La madera
se emplea mucho, especialmente en Egipto, y las decoraciones estructurales
fabricadas en dicho material retoman los motivos de los estucos de Samarra.
Bajo los abasidas, el arte de la cerámica generó dos grandes innovaciones: la
invención de la loza y la del brillo metálico. En los países islámicos, la palabra loza (o
porcelana) no designa la misma técnica que en Occidente. Se trata de una cerámica
elaborada con pasta arcillosa recubierta de un vidriado, con decoración pintada sobre
el vidriado. Por lo que respecta al brillo metálico, se trata de una técnica característica
del Islam: el alfarero, que ha añadido iones metálicos a la pasta, las transforma, por
medio de un sutil juego con el tipo y temperatura de cocción, en metal. Dicho metal
queda incrustado en la pieza, formando motivos decorativos destacables por su brillo.
El brillo puede adquirir diversas tonalidades, de color chocolate a rojo, pasando por el
dorado. En sus inicios, como proeza técnica, era incluso policromo. La misma técnica
puede aplicarse al trabajo del vidrio, lo que en esta época se observa en Irak pero
especialmente en Egipto.
Abate, Andrés, pintor italiano (fines del s. XVII – 1732)
Pintor napolitano de historia natural que nació a fines del siglo XVII y murió en
1732. Fue empleado por el rey de España, y dejó algunas obras estimadas.
Abbad Ríos, catedrático e historiador del arte español (Zaragoza, 1910 -
Madrid, 1972)
Licenciado en Filosofía y Letras y en Derecho por la Universidad de Zaragoza,
doctor por la Universidad de Madrid desde 1935, con su tesis El Románico en Cinco
Villas. En 1953 gana por oposición la cátedra de H.ª del Arte, puesto que desempeñará
en las universidades de Oviedo (1953-58) y Zaragoza (1958-72), siendo nombrado para
la de Madrid a comienzos de 1972; pero entonces fallece, en la clínica «Puerta de
Hierro» de Madrid, tras una enfermedad que le aquejaba desde 1966.
En el campo de la investigación, realizó numerosos estudios sobre muy variados
temas, entre los que sobresalen los siguientes libros: Las Inmaculadas de Murillo
(1948), La Seo y Pilar de Zaragoza (1948), Manual de orfebrería (1949), su tesis citada
(1954), las guías artísticas de Zaragoza (1952) y de la provincia de Zaragoza (1959),
así como el Catálogo Monumental de España. Zaragoza (2 vols., 1957), Las iglesias
románicas de Santa María y San Miguel de Uncastillo (1955), La iglesia románica de
San Miguel de Tamarite (1963) y el primer volumen de una Historia General del Arte,
dedicado a la Antigüedad (1966).
Entre sus artículos sobre arte aragonés destacan sus estudios sobre el románico:
Pilas bautismales románicas (1941), La iglesia de San Esteban de Sos (1942), El
Maestro románico de Agüero (1950), Algunas iglesias románicas del Pirineo (1951) y
Las pinturas de la iglesia de San Esteban de Sos (1971). Los que se refieren a la
escultura aragonesa: Estudios del Renacimiento aragonés, I: La vida y el arte de Juan
de Moreto (1945), II: Las obras de J. de Moreto (1945), III: Obras atribuidas
equivocadamente a J. de Moreto. Probables obras de J. de Moreto (1946), Una obra
inédita de Pedro de Mena (1949), Seis retablos aragoneses de la época del
Renacimiento (1950), y Dos retablos de San Martín del Río (1950). Y los que tratan de
orfebrería: Jerónimo de la Mata (orfebre del s. XVI) (1951), El trabajo de los españoles
en la orfebrería (1954) y La orfebrería en la iglesia parroquial de Benabarre (1960). En
otros muchos trata otros diversos aspectos del arte aragonés, como el gótico, la
pintura, el arte mudéjar, la miniatura o la documentación artística, quedando al morir
varios trabajos en prensa o inéditos. Por todo ello, Francisco Abbad ha sido el creador
de una escuela de investigadores actuales del arte aragonés.
Abstracción Postpictórica
Tendencia de la pintura abstracta estadounidense, posterior al expresionismo
abstracto, en torno a los años sesenta, que pretende reducir al máximo la emotividad
propia de la pintura de acción, basándose en nociones sobre el espacio y el campo
visual. Es también una reacción contra el Arte Pop, y en ocasiones, una abstracción del
mismo. Engloba dos tendencias conocidas por su término inglés Colour Field Painting y
Hard Edge.
Los puntos de partida son la espacialidad expansiva llevada a cabo por Rothko y
las investigaciones sobre la interacción de los colores de Joseph Albers. El crítico que
sistematizó esta tendencia fue Clement Greenberg, que organizó una exposición
titulada Post Painterly Abstraction en el Museo de Los Angeles en 1964, incluyendo en
ella a Morris Louis, Keneth Noland, Jules Olitski, Sam Francis, Helen Frankenthaler,
Elsworth Kelly y Frank Stella, entre otros. En general, puede describirse esta tendencia
por una insistente búsqueda de la esencialidad de la pintura plana, siendo el proceso
inicial la tela tensada, que a veces queda al descubierto, entendida como el campo en
el que actúan los colores.
El soporte rígido del cuadro puede presentar distintas formas (Shaped Canvas), y
nociones como forma o contenido están ausentes.
Esta tendencia ejercería una gran influencia en los pintores abstractos
americanos de los años ochenta (Phillip Taffe, Ross Bleckner, Peter Halley y Mark
Dagley).
Abstracto, Arte
Por arte abstracto y sus sinónimos (no figurativo, no representativo y no
objetivo) se entiende la actual tendencia en pintura, escultura y dibujo que excluye de
la obra de arte cualquier vínculo, aunque sea solamente evocador, con la realidad
natural objetiva, incluso si esta es el punto de partida imaginativo del artista. Por esto
el arte abstracto rechaza la representación de apariencias naturales y las reemplaza
por líneas, formas y colores o usa materiales plásticos no tradicionales, llegando a
servirse de objetos enteros, arrancados materialmente de su ambiente natural y de su
función originaria, ordenándolos según ritmos y contrastes independientes de cualquier
referencia externa. Esto no quiere decir que el artista abstracto no se inspire en el
mundo que lo circunda o en la vida de los sentimientos, sino que expresa su propia
sensibilidad de manera distinta de cómo se hiciera en el pasado, sirviéndose
libremente del material pictórico y plástico como siempre lo han hecho, en cierto modo,
el arquitecto y el músico.
Los principios del arte abstracto pueden situarse hacia 1910, cuando el pintor
ruso Vasily Vasilyevich Kandinsky realizó en Münich sus primeras acuarelas en este
estilo. Además, la aparición de este arte se vio predecida y preparada por movimientos
de vanguardia, que nacieron después del Impresionismo. Los impresionistas, en efecto,
trataban de expresar en su pintura, más que las formas de la naturaleza, la impresión
subjetiva que habían suscitado en ellos las imágenes de la misma. Esta orientación fue
la que siguieron las generaciones sucesivas, es decir los pintores postimpresionistas y
simbolistas, y más tarde, los fauves, los expresionistas y los cubistas, todos ellos
caracterizados por una voluntad común, aunque expresada de distinto modo, al
reaccionar contra el Realismo ochocentista y llegar a un arte hecho de medios
puramente plásticos. Esta intención, común a los movimientos de vanguardia, había
hallado, por lo demás, una sugestiva definición en la afirmación del pintor simbolista
Maurice Denis: “Recordad que un cuadro (antes de ser un caballo, un desnudo o una
anécdota cualquiera) es, esencialmente, una superficie plana cubierta de colores
reunidos con cierto orden”. El arte abstracto, pues, precedido por estos movimientos, y,
sobre todo, por el Liberty, hizo su aparición casi al mismo tiempo, en diversos países
europeos. En efecto, inmediatamente después de Vasily Vasilyevich Kandinsky, se
dedicaron al nuevo arte, el pintor bohemio Frank Kupka, los franceses Francis Picabia y
Robert Delaunay, y el español Pablo Ruiz Picasso, a quien Guillaume de Apollinaire, en
su libro sobre los pintores cubistas, reagrupó bajo la denominación de Cubismo Órfico.
Kasimir Malevic expuso en Moscú, en 1913, un cuadro formado por un simple cuadro
negro sobre un fondo blanco, y 2 años después publicó su “Manifiesto del
Suprematismo”, en el que preconizaba el predominio de la sensibilidad pura sobre la
representación natural. En 1915, Alberto Magnelli, tras una breve estancia en París,
realiza en Florencia sus primeros cuadros abstracto-geométricos. En el mismo año, Jean
Arp se estableció en Suiza y pintó sus primeras obras abstractas. Durante el mismo
período, los holandeses Piet Mondrian, Theo van Doesburg y Barth van der Leck,
partiendo de descomposiciones cubistas, consiguieron una pura abstracción
geométrica, fundada en líneas horizontales y verticales, y en el uso de colores
primarios sobre fondos blancos o neutros.
Estilo artístico que enfatiza los aspectos cromáticos, formales y estructurales,
acentuándolos, resaltando su valor y fuerza expresiva, sin tratar de imitar modelos o
formas naturales. Surgió alrededor de 1910, como reacción al realismo, e influido por la
aparición de la fotografía que provocó la crisis del arte figurativo, siendo una de las
manifestaciones más significativas del arte del siglo XX. El arte abstracto deja de
considerar justificada la necesidad de la representación figurativa y tiende a sustituirla
por un lenguaje visual autónomo, dotado de sus propias significaciones. Este lenguaje
se ha elaborado a partir de las experiencias fauvistas y expresionistas, que exaltan la
fuerza del color y desembocan en la llamada abstracción lírica o informalismo, o bien a
partir de la estructuración cubista, que da lugar a las diferentes abstracciones
geométricas y constructivas.
La prioridad del descubrimiento del nuevo arte se le atribuye a Kandinsky, quien,
en su libro “La espiritualidad del arte”, publicado a fines de 1911, había dado, incluso,
una justificación teórica del nacimiento del arte abstracto. Kandinsky había llegado a la
abstracción valiéndose del lenguaje pictórico con una libertad formal que se inspira en
los principios de la composición musical. Kasimir Malevic, por el contrario, muestra en
sus cuadros mayor afinidad con la arquitectura. De estos 2 artistas, pues, nacen las 2
tendencias fundamentales del arte abstracto:
Tendencia lírica: más semejante a la música. Esta tendencia se ha
difundido especialmente después de la Segunda Guerra Mundial, cuando el sustrato
irracional y la ausencia de cualquier premeditación de orden crítico que han sido
generalmente adoptadas, ya sea a través del surrealismo o del arte informal americano
y europeo. La obra de Vasily Vasilyevich Kandinsky ilustra la llamada Abstracción lírica"
abstracción lírica. Llegó, entre 1910 y 1912, a una abstracción impregnada de
sentimiento, idealmente representativa de las aspiraciones de los artistas del grupo
expresionista de Münich Der Blaue Reiter" Der Blaue Reiter, del que él mismo formaba
parte. En Francia, Robert Delaunay" Robert Delaunay elaboró, desde 1912, a partir de
las teorías de Michel Eugène Chevreul sobre el contraste simultáneo de los colores, sus
Ventanas y sus primeras Formas circulares cósmicas abstractas, mientras que Frank
Kupka exponía en el Salón de Otoño de 1912 Amorfa, fuga de dos colores y en 1913
Planos verticales azules y rojos. En la misma época, en Rusia, Mijaíl Larionov y Natalia
Goncharova llevaron hasta la abstracción pura su método de transcripción del
fenómeno luminoso, al que denominaron rayonismo. Vasily Vasilyevich Kandinsky fue
uno de los pioneros del arte abstracto con obras como negro y morado. Término que
empiezan a utilizar en Francia a partir de 1945 el pintor Mathieu y el crítico Pierre
Restany, para designar un tipo de pintura similar al Action Painting norteamericana que
pone su énfasis en la creación de signos y formas en las que son fundamentales el
inconsciente y la espontaneidad. Aunque el término es empleado con sentidos
diferentes por distintos autores, encontramos en ella a artistas como Pierre Soulages,
Hans Hartung, Hans (Leipzig, 1904 - Antibes, 1989)” Hartung, Alfred Otto Wolfgang
Schulze, llamado Wols, Georges Mathieu (que aplicaba esta denominación a su propia
obra), Camille Bryen y Jean Paul Riopelle, entre otros. Con posterioridad se utilizará de
manera más generalizada para designar a todas las tendencias abstractas que se
oponen a la abstracción geométrica y que dan un mayor valor al elemento expresivo y
físico del pintor en su trabajo. Son referencias imprescindibles la armonía rítmica de la
pintura de Vasily Vasilyevich Kandinsky (Moscú, 1866 - Neuilly-sur-Seine, 1944)"
Kandinsky y el automatismo gestual y espontáneo del surrealismo.
Tendencia geométrica: Más afín a la arquitectura. Esta tendencia
alcanzó especial afirmación en Holanda, desde donde se extendió por el resto de
Europa, ofreciendo notable influencia sobre la arquitectura racional y el industrial
design. Las pinturas de Piet Mondrian representan esta tendencia. Es aquella
abstracción la que ni la obra en sí ni ninguna de sus partes representa objetos del
mundo visible. Encuentra su origen en el suprematismo de Malevic y en construcciones
abstractas de Tatlin, Popova, etc., seguidos del neoplasticismo de Mondrian. En su
desarrollo tienen gran importancia las obras e ideas del grupo de Puteaux, interesados
en las bases matemáticas de la composición, los experimentos sistemáticos con el
color a partir de las teorías de Eugène Chevreul, utilizando éstos para subrayar vínculos
estructurales dentro del lienzo, así como el desarrollo del arte concreto. Caracterizada
por planificar una obra sobre principios racionales, aspira a la objetividad y a la
universalidad defendiendo el uso de elementos neutrales, normalmente geométricos
que confieren claridad, precisión y objetividad a la obra, eliminando a su vez, la
capacidad sensitiva y expresiva de los materiales y logrando así una composición
lógicamente estructurada. Encuentra su origen en el Suprematismo de Kasimir Malevic
y en construcciones abstractas de Vladimir Evgrafovih Tatlin o Liubov Popova, entre
otros, además del neoplasticismo de Mondrian. En su desarrollo tiene gran importancia
las obras e ideas del grupo de Puteaux, interesados en las bases matemáticas de la
composición, los experimentos sistemáticos con el color a partir de las teorías de
Eugène Chevreul, utilizando éstos para subrayar vínculos estructurales dentro del
lienzo, así como el desarrollo del arte concreto. Caracterizada por planificar una obra
sobre principios racionales, aspira a la objetividad y a la universalidad defendiendo el
uso de elementos neutrales, normalmente geométricos que confieren claridad,
precisión y objetividad a la obra, eliminando a su vez, la capacidad sensitiva y
expresiva de los materiales y logrando así una composición lógicamente estructurada.
Otras Abstracciones: En el periodo de entreguerras (1918-1939" 1939),
Theo van Doesburg, después de haber sido uno de los principales defensores del
neoplasticismo, renovó de manera decisiva el arte abstracto al mantener que la
creación artística sólo debía estar sometida a reglas controlables y lógicas, excluyendo
así cualquier subjetividad. El manifiesto del arte concreto, que publicó en París en
1931, dio lugar a la tendencia del mismo nombre que tuvo un gran desarrollo en Suiza
Max Bill Richard Paul Lose, en Francia con François Morellet, y en todas las formas de
arte sistemático nacidas después de la guerra. Estas tendencias entraron entonces en
competencia con las diversas corrientes tachistas y gestuales, Jean Bazaine, Alfred
Manessier, Pierre Soulages y Georges Mathieu, entre otros) que el crítico Michel Tapié
reagrupó bajo la denominación de arte informal. La tradición abstracta conoció un
importante renacer en Estados Unidos a partir de finales de la década de 1940 con la
Action Painting (Jackson Pollock, Willem de Kooning, Franz Kline) y con la Colour-Field
Painting (Barnett Newman, Mark Rothko, Clyfford Still). Estas tendencias fueron
desbancadas a partir de 1960 por la aparición del arte minimalista, que marcó un
nuevo periodo de interés por la geometría y la estructura mientras que en Europa y
Latinoamérica el Op Art y el arte cinético conocían sus horas de gloria (Yaacov Agam,
Jesús Soto, Carlos Cruz-Diez" Carlos Cruz-Diez, Victor Vasarely, Nicolas Schöfer y
Bridget Riley, entre otros). El final de la década de 1960 vivió el desarrollo de una
abstracción centrada en el análisis de sus propios componentes, con los grupos Grupo
B.M.P.T." BMPT y Support(s)-Surface(s) en Francia, o bien orientada hacia los problemas
de definición de la naturaleza de la imagen con Sigmar Polke y Gerhard Richter en
Alemania. Las tendencias a la vez neoexpresionistas y neogeométricas que se pusieron
de manifiesto durante la década de 1980 mostraron un nuevo periodo de interés por la
abstracción, que siguen adoptando numerosos artistas inspirados por las más variadas
motivaciones. En España destaca la obra de Jordi Teixidor. Teniendo siempre como
escenario el siglo XX, hubo dos movimientos importantes: el fauvismo, que liberó el
color, y el cubismo, que hizo hincapié en la conceptualización de la forma y de la
composición. Cronológicamente, el lituano M. Chiurlonis está considerado, por sus
composiciones no figurativas fechadas en 1904, como el primer pintor abstracto. En
Occidente, fue Vasily Vasilyevich Kandinsky quien estableció las verdaderas bases de
esta corriente y, a partir de 1912, casi todos los artistas europeos hicieron
experimentos en esta línea. Desde sus comienzos, el arte abstracto ha tendido hacia
dos polos: uno, cuyos orígenes se remontan al fauvismo, es libre y lírico; el otro,
inspirándose más en el cubismo, es rigurosamente geométrico. Existen obras de la
Antigüedad que no representan en absoluto la realidad visible (arte islámico), se
considera que la abstracción es el primer gran estilo moderno internacional del siglo
XX. En España caben destacar, como grandes figuras del movimiento abstracto a:
Manuel Viola, Antoni Tapies, Modesto Ciruelos, Rafael Canogar, José Guerrero, Modest
Cuixart, Esteban Vicente y Manolo Millares.
Puede considerarse a Paul Klee, junto con Kandinsky, como uno de los iniciadores
del arte abstracto. No obstante, respecto a las grandes corrientes de esta tendencia, su
obra es un fenómeno particular, caracterizado por el uso frecuente de elementos
figurativos, que el artista reduce a puros símbolos y de los que obtiene una profunda
sugestión poética.
El arte abstracto no nació como un movimiento autónomo, sino de la evolución
del arte de algunas figuras que pueden considerarse sus fundadores. Estos artistas, a
su vez, sufrieron las consecuencias de una educación cultural que tendía cada vez más
a desligar a la pintura de la función ilustrativa que durante s. había poseído y a
evidenciar, por el contrario, la aportación individual del creador, la subjetividad
implícita en toda obra de arte. Estas tendencias se daban en todos los movimientos de
vanguardia, del fauvismo al futurismo y del cubismo, y ya adquiría conciencia a nivel
teórico, sobre todo en Alemania, con las teorías de Einfühlung alcanzaban notable
éxito. Según estas, el lenguaje formal de la obra de arte, el vocabulario de las líneas,
las superficies y los colores, estaban estrechamente ligados a elementos de índole
psicológico, cuyo significado era posible reflejar: una línea recta e ininterrumpida
traduce el sentido de estabilidad; esa misma línea, pero rota, provoca un sentimiento
de dolor; una línea ondulada sugiere la gracia y la sensualidad. De estas teorías podía
nacer un arte basado exclusivamente en los trazos e indiferente a la relación de la
imagen con la realidad.
El arte abstracto se vale exclusivamente de los elementos puros, formas, líneas,
colores, despojados de toda imagen figurativa. No objetivo, no representativo e
independiente del mundo externo. Por arte abstracto también se entiende el que
partiendo de una imagen figurativa abstrae todos sus pormenores, “deformando y
modificando sus elementos esenciales”.
Así, el sentido de lo abstracto (abstraer de un conjunto general mayor) se halla
implícito en el arte de ciertos pueblos y culturas primitivas y en las grandes
civilizaciones de la antigüedad (Egipto, Asiria, Persia, India, Bizancio, América, etc.)
donde se ha reducido al mínimo la representación realista con preponderancia de los
elementos plásticos y pictóricos en sí mismos. Es un arte que tiende a la forma pura y
esencial. Algunos autores designan a este arte como concreto. El término aplicado a
este arte no figurativo que no reproduce objetos. Puede parecer erróneo, por cuanto
apartarse del mundo sensible del cual se hace abstracción implica una relación con el
mismo carácter simbólico, recordatorio o alusivo, mientras que este arte es por entero
creación del artista.
Análisis de obra abstracta
Los paisajes de Markus Lüpertz representan lugares desconocidos, ajenos a la
realidad y a la ilusión. En el cuadro “Composición”, vigorosas y expresivas pinceladas
plasman un bosque abstracto de árboles negros de ramas desnudas. Las formas de
colores vivos que parecen escaleras de mano, motivo recurrente en los cuadros del
pintor, insinúan la presencia del hombre y contrastan con la escueta interpretación de
la naturaleza. El cuadro se aparta aún más de la realidad con el cerco de trazos negros
y el marco de plomo hecho a mano por el pintor. Carente de cielo y de horizonte,
“Composición” parece un paisaje de otro mundo.
Dícese del arte, opuesto al figurativo, que no parte de imágenes visuales ni llega
a ellas. La renuncia a la imitación es una de las características más destacadas del arte
abstracto, aunque lo imitativo no se excluye de sus manifestaciones, sobre todo de las
iniciales. La vigencia moderna de esta tendencia parte de una acuarela de Kandinsky
(1910), considerada la primera obra abstracta. A partir de 1912, artistas de casi toda
Europa hicieron experimentos abstractos. El pintor ruso Kasimir Malevic con su Cuadro
negro sobre fondo blanco (1913), llevó la abstracción a sus límites extremos. Cabe
destacar dos polos: uno es de carácter sensual y lírico (primeras obras de Kandinsky,
abstracción lírica, action painting) y sus orígenes se remontan al fauvismo; el otro,
inspirado en el cubismo, es rigurosamente geométrico (Piet Mondrian, Kasimir Malevic,
Victor Vasarely). En una zona intermedia se sitúan las obras de artistas como Robert
Delaunay o Francis Picabia, que conservan una composición geométrica sin aceptar los
límites impuestos por ella. Los principios establecidos por estos artistas son la base de
todos los movimientos abstractos, desde las creaciones de la escuela vanguardista
alemana Bauhaus en la década de los años veinte y treinta, hasta las estructuras del
minimal art en la década de los sesenta. Escultores como Constantin Brançussi,
Alexander Calder y Jean Arp desarrollaron la escultura abstracta investigando las
posibilidades de la materia escultórica. El gran auge de la abstracción se dio a partir de
1945-50, diferenciándose progresivamente en un número de tendencias cada vez
mayor. En 1948 en la exposición realizada en París en el llamado salón de Réalités
nouvelles (Nuevas realidades) se presentaron artistas de todo el mundo. En esos años
Jean Fautrier había desarrollado el informalismo o expresionismo abstracto, en el que el
trazo o el gesto son los elementos predominantes. Mientras tanto, en EE.UU., Jackson
Pollock creaba la action painting o pintura de acción lanzando chorros de pintura sobre
una tela situada a cierta distancia, y Sam Francis creaba el tachisme o pintura de la
mancha. La abstracción geométrica se había intensificado después de la Segunda
guerra mundial, dando lugar a experiencias como el espacialismo del argentino-italiano
Lucio Fontana en los inicios de la década de los cincuenta. En la década de los sesenta
destacó el arte cinético, desarrollado por el húngaro Victor Vasarely a partir del estudio
de los fenómenos ópticos. En los últimos años, la pintura abstracta apunta hacia obras
de gran formato cuyo tema es el color antes que la forma; la escultura, por su parte,
utiliza los recursos de la electrónica y los nuevos materiales industriales.
Abú Simbel
Es el emplazamiento de dos templos a orillas del río Nilo, al sur de Asuán, en el
Alto Egipto. Los templos fueron excavados en un acantilado de piedra arenisca hacia el
1250 a.C., durante el reinado de Ramsés II. El interior del templo mayor tiene una
profundidad de más de 55 m y está compuesto por una serie de vestíbulos y cámaras
que conducen a un santuario central. Este templo fue dedicado por Ramsés II a los
dioses principales de Heliópolis, Menfis y Tebas. Está orientado de tal modo que los
rayos del Sol naciente iluminan las estatuas de los tres dioses y la de Ramsés II, en la
parte más profunda del santuario. El templo más pequeño fue dedicado por Ramsés a
su reina, Nefertari, y a la diosa Hator. La fachada del templo mayor posee cuatro
estatuas sedentes de Ramsés II, cada una de 30 m de altura. Pequeñas estatuas de
Ramsés II, de Nefertari y de sus hijos adornan la fachada del templo de Nefertari. El
templo mayor tiene numerosas inscripciones y relieves, algunos de ellos de inusual
interés histórico. Una serie de relieves representan la batalla de Qades entre egipcios e
hititas. Dos de las grandes figuras sedentes de Ramsés tienen inscripciones en griego
que datan del siglo VI a.C. Fueron escritas por soldados mercenarios griegos y se
encuentran entre las primeras inscripciones griegas datadas.
Los templos, los monumentos más importantes de la antigua Nubia, no se conocieron
en Occidente hasta 1812, cuando fueron descubiertos por el explorador suizo Johann
Ludwig Burckhardt. En 1964 se inició un proyecto internacional para salvar los templos
de la inundación que produciría el lago Nasser, depósito de la presa de Asuán. En un
reto de ingeniería notable, los templos fueron desmontados y, en 1968, vueltos a
montar en un lugar a 64 m sobre el nivel del río.
Abydos (Egipto)
Lugar del Egipto Medio, junto a la actual Al-Balyana, al S de El Cairo, situada a 14
km de distancia de Beliané y a 522 km de El Cairo. La ciudad pertenecía al VIII nomo
del Alto Egipto; Tinis, su capital, también lo había sido del Egipto unificado. Abydos, en
antiguo egipcio Abotu, figura entre las ciudades más antiguas de Egipto. En sus
alrededores hay dos pequeñas poblaciones, Harabat-el-Madfana (Harabat la enterrada)
y el Járgueh. Allí se encontraba el sepulcro de Osiris, en el que según la leyenda estaba
enterrada la cabeza del dios. Con el traslado de la capital a Menfis, los reyes siguieron
construyendo sus tumbas ficticias en la necrópolis de los reyes tinitas. A fines de la V
dinastía, el culto de Osiris apareció en el delta y se desarrolló en Abydos, que se
convirtió desde entonces en la ciudad santa de Osiris. Desde la dinastía XI, Abydos fue
uno de los mayores centros religiosos de Egipto.
El templo que Seti I (1500 a.J.C.) mandó construir en Abydos es una de las más
célebres obras arquitectónicas y decorativas egipcias. En este sitio fue descubierta la
célebre lista real, conocida con el nombre de tabla de Abydos, en la que están
mencionados los reyes más importantes del Egipto antiguo. Al oeste del templo está el
cenotafio del rey (Osireion); al norte, las necrópolis del Nuevo Imperio y el templo de
Ramsés II y las necrópolis de los imperios Antiguo y Medio, al sur se localizan las ruinas
de la ciudad antigua de Abydos y de su templo de Osiris. Las tumbas de los reyes
tinitas conforman el pie de la meseta desértica. El palacio, el Memnonium, está
enteramente labrado en sillería con muchas galerías y tiene un manantial subterráneo
que brota a gran profundidad, hasta el que se desciende por una bóveda tallada en un
bloque único de grandes dimensiones. Hay un canal del Nilo hasta el templo y en las
orillas existen bosquecillos de acacia espinosa de Egipto, consagrados a Apolo. El
mayor interés de Abydos está en este templo de Setí I, el Memnonium de Estrabón, un
edificio magnífico terminado por el sucesor de Setí, Ramsés II; sus muros son de caliza
finísima, y las columnas y arquitrabes de otra piedra con grano más grueso. Hay siete
capillas consagradas a Osiris, Isis, Harmakis, Ammón, Horus, Ptah y al rey Setí
divinizado. Tiene decoraciones de gran interés artístico y unos relieves de Setí I que
figura entre las mejores obras escultóricas de Egipto. En el vestíbulo hay un pórtico con
doce columnas de piedra caliza, donde se abrían antaño siete puertas que daban
acceso a las siete naves.
Abydos era el primero de los Santos Lugares para el creyente egipcio, y como
Jerusalén para el cristiano, albergaba también su santo sepulcro: la tumba de Osiris, el
dios de la muerte y de los muertos. Primero se interpretó como tumba del dios, algo
que probablemente no era más que un montículo natural, en las proximidades de los
túmulos y protopirámides de los reyes tinitas; después, por sugerencia regia
seguramente, el sepulcro de uno de éstos, Dier, de la Primera Dinastía; y finalmente,
algo que todavía hoy sigue atrayendo, si no a fieles y creyentes, sí a multitud de
curiosos que encuentran en estas ruinas algo similar al Templo del Valle de Kefrén: una
grandiosa arquitectura en piedra, tan sencilla y depurada como una abstracción
geométrica.
La biografía de Osiris, dios-hombre, su muerte a manos de un asesino, el llanto
inconsolable de su esposa Isis, el nacimiento de su hijo póstumo y después vengador
de su muerte, Horus, todo contribuía a hacer de él un personaje mucho más simpático
a ojos del pueblo que el excelso e inaccesible Re, el bello y aristocrático dios-Sol,
distante y ajeno siempre a las miserias que aquejan a los mortales.
Desde tiempos inmemoriales Abydos era el lugar de reposo de las almas de
Sequem: los reyes tinitas, sus cortes, sus harenes, sus legiones de siervos. Allí se veían
cientos las estelas sepulcrales que señalaban sus últimas moradas. Abydos había sido
para Thinis, la primitiva capital, lo que Sakkara para Menfis, cuando ésta no tenía aún
la categoría de sede regia y balanza del país. Hallábase la necrópolis lejos del Nilo, en
pleno desierto, dominio de un "genius loci" que asumía la forma de un chacal y se
llamaba Khenti-Imentiu, "el que está en la cúspide de los del oeste", como llamaban
eufemísticamente a los difuntos. Khenti depositó su cetro en manos de Osiris cuando
éste abandonó su sede originaria de Bubastis, en la comarca del Delta, para buscar en
el Alto Egipto la compañía de los reyes seguidores de Horus.
La elección de Abydos como centro del culto de Osiris se produjo ya durante el
Imperio Antiguo, y de la fama de que gozaba como lugar santo en el Primer Período
Intermedio tenemos pruebas en la "Doctrina para el Rey Merikaré", en que la ciudad de
los muertos fue asaltada y destruida por las tropas del Akhtoes III de Heliópolis,
causando a éste una herida moral de la que nunca se recuperó.
Desde la dinastía XI todo egipcio hubiera deseado tener su tumba en las
cercanías de la de Osiris, o por lo menos peregrinar a ella, dejar constancia del acto en
una estela y participar en los misterios. También entonces se implantó la costumbre de
llevar hasta Abydos las momias de los muertos, en barcos dedicados a este trasiego,
para devolverlas después al cementerio de su lugar de origen, con el consuelo de
haber pedido personalmente al dios su indulgencia a la hora del juicio. Uno se imagina
el atraque de estas embarcaciones y la subsiguiente procesión de las momias, como
las romerías que hoy se celebran en Santa Marta de Ribarteme (Las Nieves,
Pontevedra), cuando los enfermos, milagrosamente curados por intercesión de la santa,
son llevados en ataúdes en solemne procesión, entre el repique a muerto de las
campanas y los cánticos de acción de gracias: "Virxen Santa Marta,/ color de limón,/
quen fixo a promesa/ vai na procesión./ Virxen Santa Marta,/ Virxen adorada,/ aquí lle
traemos/ a resucitada".
El argumento de los misterios no lo tenemos completo; pero era al parecer una
passio, como la de los misterios eleusinos y otros por el estilo. Los iniciados antiguos -y
los egipcios no eran excepción- se mostraban muy reservados a la hora de tratar de
estos temas. Sólo alcanzamos a barruntar las líneas generales de la acción, salpicadas
de bastantes lagunas. Wepwawet, el Marte de Asiut, moviliza sus efectivos contra los
enemigos de Osiris; éste se les suma en su barca sagrada, y se entabla una lucha entre
atacantes y defensores. Como ocurría antes en las procesiones del Corpus, en que se
permitía a las turbas apedrear a las tarascas y a las cocas, dragones de Satán, estas
refriegas, que debieran constituir simples manifestaciones de piedad religiosa, solían
acabar como el rosario de la aurora, con un elevado número de contusos y heridos, o
algo peor. Así lo observó Heródoto (11, 63) siglos después en una procesión similar, en
la que los participantes se tomaban muy en serio sus papeles. No sabemos si el dios
moría en la refriega; sólo que sus leales llevaban a la tumba una barca con su imagen.
Después se recrudecía la lucha contra los adversarios de Osiris. La comedia acababa
con el desfile triunfal del dios resucitado y su entronización en el templo de Abydos.
Abydos [Turquía]
Antigua ciudad de Turquía. Estaba situada en la región de Misia, a 6 km al N de la
actual ciudad de Chalak Kalesí. Se encontraba situada en la orilla meridional del
Helesponto, sobre el sur de la bahía del Cabo Nasra, en uno de los sitios más angostos
del estrecho. Su anchura en ese lugar era, según Estrabón, de 7 estadios (1.295 m) y,
según los geógrafos modernos, de 2.000 m. La acrópolis recibía el nombre de Mal Tepe.
Arqueología.
El yacimiento de la ciudad no fue descubierto hasta 1675, ya que ésta se
encontraba alejada de las mejores rutas comerciales y de las mejores bahías del
estrecho. Los relatos de los viajeros que la visitaron con anterioridad a 1830 hablaban
de la existencia de numerosos restos de murallas y edificios, pero todos ellos se
perdieron a mediados del siglo XIX. A comienzos del siglo XX, el área se convirtió en
zona militar; se situaron allí baterías y cuarteles que tenían la misión de vigilar la
entrada de los Dardanelos, por lo que el acceso fue prohibido a toda persona no militar.
Durante el siglo XIX se encontraron numerosas monedas; en la mayoría de ellas
aparecía con la cabeza de Diana con diadema en el anverso y el símbolo de la ciudad,
un águila y un báculo envueltos en un áurea, en el reverso.
Academia
Representación del modelo desnudo del natural, por lo general de cuerpo entero.
También movimiento cultural y artístico originado en Europa en los s. XVII y XVIII. En
Francia el movimiento adquiere especial significación, dominando todo el panorama de
la plástica de entonces que orientó sus miras al redescubrimiento del arte clásico,
siendo exponentes máximos en la pintura de su país Nicolás Poussin, Charles Le Brun y
Jean-Auguste-Dominique Ingres.
Sus principios se asientan principalmente en la composición de tema mitológico o
histórico, de construcción geométrica, de corte neto simbólico o alegórico, de
inspiración literaria y de construcción racional.
En Florencia también nacen nuevas sociedades académicas que exaltan los
valores formales y de asociación como motivo de inspiración, ligándose a la práctica
del arte con la teoría de la belleza formal. Buscando siempre la antigüedad,
principalmente en Platón, el fundamento teórico de su arte.
Apoyados en esta inspiración clásica se escriben extensos tratados teóricos
donde se incluyen preceptos sobre la práctica del arte, como el que en 1696 publicó el
académico francés Henry de Testelin, que se ocupaba de todos los aspectos de las
artes espaciales y donde la intelectualización de la naturaleza, la proporción, la
expresión, la composición, el claroscuro, estaban sujetos a preceptos fijos orientados a
tener un efecto didáctico sobre sus lectores.
Allí se establecían precisiones sobre temas técnicos como las proporciones de la
figura humana, por ejemplo indicándose la cantidad de veces que un rostro entraba en
el ancho de una espalda o cuantos largos de rostro tiene una figura de pie. Así se
establecen módulos sobre las proporciones del hombre y la mujer, etc., en pos de un
ideal de belleza rescatado de la antigüedad clásica.
Todo ello no fue obstáculo para que se produjeran obras plásticas como las de
Jean-Auguste-Dominique Ingres, Nicolás Poussin y Joshua Reynolds.
Es interesante observar que a pesar de estas estrictas reglas para encuadrar la
creación, un erudito francés de la época (Roger de Piles) es su tratado “Abrége” llega a
observar que “solo los genios están por encima de las leyes porque saben usar
adecuadamente esta licencia…”
Academia de bellas artes
Las academias nacieron a partir del s. XVI, de las asociaciones profesionales y
gremios medievales o de los talleres y escuelas de los famosos maestros, como es el
caso de la Accademia degli Incaminnati, de los hermanos Carracci, en Bolonia. En estas
academias, cuyos miembros o profesores son artistas consagrados, se estudia dibujo,
pintura, grabado artístico y, a veces, arquitectura Algunas de ellas han formado su
propio estilo y escuela. Las más famosas son:
En Europa:
Accademia degli Incaminnati: Fundada por los hermanos
Ludovico Annibale y Agostino Carracci; fue un centro de enseñanza modelo de las
modernas academias, que vino a sustituir al viejo sistema del maestro que enseña en
su taller al aprendiz, por una institución donde además de las enseñanzas técnicas se
daban clases de las más variadas disciplinas. Su éxito fue grande y aunque en realidad
no enseñó reglas nuevas de pintura, no puede tampoco decirse, como antes se creía,
que fomentara un fácil eclecticismo originado en los estilos de Miguel Ángel Buonarroti,
Rafael Sanzio, Antonio Allegri llamado el Correggio y Tiziano Vecellio. La Escuela
Boloñesa fue una escuela artística surgida en Bolonia entre los siglos XVI y XVII, y que
aglutina a una serie de artistas activos en esta ciudad, así como en Roma, Florencia y
otras ciudades italianas. Perteneciente al periodo del Arte Barroco, se enmarca dentro
del estilo denominado Clasicismo. La escuela se formó en torno a la Accademia del
Naturale, fundada en 1582 por Ludovico Carracci y sus primos Agostino Annibale; a
partir de 1590, la escuela es conocida como Scuola dei Desiderosi –“deseosos” (de
aprender) – o Accademia degli Incamminati –“encaminados” (en el sentido de
progresistas) –. A sus miembros se les suele conocer como Incamminati.
Accademia delle arti del disegno: La Academia de Artes del
Diseño, tuvo su origen en la más antigua Academia de Arte y Diseño establecida por
Cosimo I de Medici el 13 de enero de 1563, por sugerencia de Giorgio Vasari.
Originalmente fue ideada para todos los operadores en el campo artístico florentino,
que formaron el "cuerpo" de la Compañía, mientras que un pequeño número de artistas
tenía la responsabilidad de llevar las actividades artísticas en el principado Medici.
Entre los primeros académicos estuvieron Miguel Ángel Buonarrotti, Giorgio Vasari,
Bartolomeo Ammannati, Agnolo Bronzino y Francesco da Sangallo. Desde su fundación
la Academia destacó entre las instituciones culturales como una escuela de arte y por
su calidad de guardiana de las tradiciones artísticas nacionales. Un papel que se
manifiesta claramente con el aparato preparado para el funeral de Miguel Ángel en
1564, y para la boda de Francesco de Medici con Juana de Austria en 1568. Los
académicos también fueron llamados a examinar los proyectos a petición Felipe II de
España y, desde 1602, exportó obras de arte. Después de recibir los nuevos estatutos
en 1585, la Academia cesa en sus tareas hasta 1784, cuando fue reformada por el Gran
Duque Pedro Leopoldo de Lorena, y fue nombrada como la Academia de Bellas Artes.
En esta circunstancia, se retiraron, mientras que la responsabilidad de "profesional"
artistas, fueron reconocidas habilidades artísticas a través de la formación escolar, y la
supervisión sobre las artes del Gran Ducado de Toscana encomendado a la Universidad
de Académicos. En 1873 la Academia se dividió en dos diferentes organismos, el
Colegio de Académicos, a saber, la Academia de Bellas Artes de Concepción, y el
establecimiento educativo. Incluso se le reconoce la experiencia en el campo de la
preservación y la protección de obras de arte, como demuestran sus estatutos y, en
particular, el decreto de aprobación del Presidente de la República de 17 de mayo de
1978, que fue publicado en la Gaceta Oficial N º 192 del 11 de julio de 1978.
Accademia de San Lucas: La Accademia fue fundada en 1593 por
Federico Zuccari, que fue su primer director, con el propósito de elevar el trabajo del
artista a algo más que la simple artesanía. Durante sus primeros años de vida, la
asociación estuvo en la órbita del patronazgo papal, que dominó y controló la
institución. La Accademia fue dedicada desde principios del siglo XVII al evangelista
San Lucas, como protector de los pintores, ya que según la leyenda San Lucas fue el
autor del primer retrato de la Virgen María. La institución tomará su referente de la
antigua Universidad de Pintores, Miniaturistas y Bordadores (Università dei Pittori,
Miniatori e Ricamatori), corporación de maestros cuyos estatutos y privilegios fueron
renovados por Sixto IV el 17 de diciembre de 1478" 1478. En 1605, el papa Paulo V
concedió a la institución, para el día de la fiesta de San Lucas, el derecho de conceder
la gracia a todos los condenados elegidos por los miembros de la Accademia. En 1620,
Urbano VIII concede el derecho a la Accademia di San Luca de establecer quién podía
ser considerado "artista" en Roma, y en 1633, la capacidad de poder tasar todos los
artistas y el monopolio sobre todas las comisiones públicas de los Estados Pontificios.
Con el curso de los años la autoridad papal tendrá el control de la institución. La
Accademia tenía la finalidad según muchos críticos de dar una alta educación a los
artistas pero al mismo tiempo ejercer sobre ellos el control directo de la Iglesia. Los
directores de la Accademia di San Luca eran eminentes personalidades artísticas
elegidas por el cuerpo académico, y entre los que ostentaron este cargo se encuentran
personajes ilustres del mundo del arte como Gian Lorenzo Bernini o Domenico
Zampieri, llamado el Domenichino. Pese a ello muchos artistas importantes
permanecieron fuera de esta institución y no fueron nunca admitidos en el circuito de
la Accademia. Por este motivo nacieron en Roma en el curso de los años escuelas de
artistas alternativas a la Accademia, que se oponían al modo de concebir el arte por
esta institución; una de las más famosas fue la Scuola dei Bamboccianti (aún no
redactado)" Scuola dei Bamboccianti. Después de la unidad italiana, y la anexión de
Roma al reino de Italia (1870), en 1872 se transformó en Academia Real (Accademia
Reale), y con la llegada de la república (1948) pasó a ser Academia Nacional
(Accademia Nazionale).
Accademia di belle arti (Venecia): Surgida de la antigua Scuola
dei Depentori, fundada en el s. XIII. El Colegio académico fue formada por treinta y seis
profesores entre ellos, de un año a otro, se eligieron cuatro profesores de las
enseñanzas: Figura, retrato, paisaje y escultura. Gianbattista Piazzetta fue el primer
director. Mientras Gianbattista Pittoni y Gianmaria Morlaiter fueron los primeros
directores y, por tanto, tenía la tarea de elegir entre ellos los académicos se dieron los
profesores: Gasparo Diziani, Francesco Zanchi, Francesco Fontebasso y Bartolomeo
Nazzari. La enseñanza de la perspectiva y la arquitectura se estableció en 1768 con un
curso, que se mantuvo y era renovado anualmente por Francesco Costa. Desde su
creación la Academia de Venecia se ocupa de la conservación y restauración de
pinturas. En 1807 la academia de Pintura, Escultura y Arquitectura " pasó a llamarse"
Real Academia de Bellas Artes "y se trasladó a los locales del convento, iglesia y
escuela de Santa María de la Caridad. El catedrático de arquitectura de Giannantonio
Selva, conocido representante del clasicismo, logró adaptar el complejo de edificios a
las nuevas funciones que cumplirían con una inédita y desprejuiciada fusión de
estructuras góticas, neoclásicas y palladianas. Desde 1817 las galerías están abiertas
al público. Muchos artistas importantes pasaron por la academia, entre ellos, Giovanni
Battista Piazzetta, Giovanni Battista Tiépolo, Francesco Zanchi, Gasparo Diziani,
Giovanni Maria Morlaiter, Giannatonio Selva, Antonio Canova, Francesco Hayez,
Lipparini, T. Matteini, Michelangelo Grigoletti, Politi, Pompeo Molmenti, Favretto, Luigi
Nono, Guglielmo Ciardi, Milesi, Tito, Guido Cadorin, Giuseppe Cesetti, Bruno Saetti,
Giovanni Giuliani, Arturo Martini, Alberto Viani, Mario de Luigi, Carlo Scarpa,
Santomaso, Emilio Vedova. Estos nombres son sólo una parte de lo que la Academia de
Venecia siempre ha sido capaz de entregar, convirtiéndose de facto una de las más
prestigiosas instituciones artísticas en el ámbito internacional. Tiempo después, la
Academia de Bellas Artes de Venecia se expande incluso físicamente. La histórica sede
de la Caridad, se destina a acomodar en su totalidad el patrimonio del túnel situada en
el almacenamiento es pasando gradualmente sus aulas a la restaurado complejo de la
Incurabili Hospital. La nueva ubicación, anteriormente ocupadas por eltribunal de
menores, será el anfitrión, además de los ya establecidos Archivo Histórico del instituto
y la biblioteca, el Nuevo Museo de Arte Contemporáneo de la Academia de Bellas Artes,
fecha de nacimiento de la colección de obras donadas por los profesores que, A partir
de Virgilio Guidi hasta el día de hoy, enseñó en la Academia. Sobre la base de un
acuerdo de programa entre las autoridades locales el Ministerio de Educación e
Investigación (en el año 2000) la academia abre su sede en Villa Manin, residencia
histórica de Ludovico I Manin, ahora propiedad del Friuli Venezia Giulia y la ubicación,
entre otras cosas, un centro de catalogación y un laboratorio de restauración. La sede
separada, activo durante horas con un único curso oficial equivalente al grado
académico de la pintura, es el primer núcleo de la futura Academia de Bellas Artes de
Friuli Venezia Giulia. Hoy su función es educar y formar al más alto nivel en el ámbito
de la cultura y la producción de arte. Para alcanzar estos objetivos se renovaron los
cursos de una forma más funcional y se han activado otros nuevos, a título de prueba,
con el objetivo de proporcionar, en relación con los intereses, a las vocaciones y
motivaciones personales de los estudiantes, las herramientas cognitivas y operativas
más adecuada para el establecimiento de nuevos perfiles profesionales y las posibles
oportunidades de empleo. La Academia de Bellas Artes de Venecia es una institución
de alta cultura en el ámbito de las artes, situado en el segmento de formación a nivel
universitario.
Academia de bellas artes de Münich: La Academia de Bellas
Artes de Múnich, (del alemán: Akademie der Bildenden Künste München) fue fundada
en H1808 por el rey Maximiliano I de Baviera" Maximiliano I de Baviera en Múnich
como "Real Academia de Bellas Artes", cuyo nombre cambió en 1953 al actual. El 26 de
octubre de 2005, se inauguró un nuevo edificio y nuevas instalaciones justo al lado al
lado del antiguo, el cual que fue construido entre 1874 y 1887 en estilo renacentista.
Tuvo profesores y alumnos famosos, entre ellos, Franz Ackermann, Lawrence Alma-
Tadema, Ignat Bednarik, Lovis Corinth, Peter von Cornelius, Lothar Fischer, Otto
Greiner, Nicholaos Gysis, Hermann Helmer, Jörg Immendorff, Vasily Vasilyevich
Kandinsky, Alfred Kubin, Heinrich Kirchner, Paul Klee, Richard Lindner, Franz von
Lenbach, Stefan Luchian, Franz Marc, János Mattis-Teutsch, Vadim Meller, Willy Meller,
Otto Mueller, Elisabet Ney, Markus Oehlen, Eduardo Paolozzi , Bruno Paul, Sergius
Pauser, Carl Theodor von Piloty, Richard Riemerschmid, Franz Roubaud, Karl Saltzmann,
Johann Gottfried Steffan, Franz von Stuck, Yoshi Takahashi, Nicolae Tonitza y Lascr
Vorel.
Académie de beaux arts (París): Fue creada por Ordenanza del
21 de marzo de 1816" 1816, que disponía la reagrupación de las siguientes antiguas
academias reales en una sola institución:
Académie royale de peinture et de sculpture : Fundada en
1648.
Académie royale d'architecture: Fundada en 1671.
Tras la supresión de las antiguas academias, en el seno del Instituto de Francia se
crearon tres clases, siendo una de ellas la de «Literatura y bellas artes», que contaba a
su vez con ocho secciones (gramática, lenguas antiguas, poesía, antigüedad y
monumentos, pintura, escultura, arquitectura, y música y declamación). La detención
de cónsules del 3 de brumario del año XI (1803) dividió esta clase en tres nuevas
clases, siendo una de ellas la de bellas artes. Es lo que constituye la base de la nueva
Academia de 1816. En virtud de la Ley del programa para la investigación de 2006, la
Academia de Bellas Artes es una entidad moral de derecho público con un estatuto
particular. La Academia de Bellas Artes concede varias premios, unos por concurso
(Grand Prix d'Architecture, Prix de Dessin Pierre David-Weill, Prix de Photographie,
Grand Prix d'Orgue Jean-Louis Florentz (aún no redactado)" Grand Prix d'Orgue Jean-
Louis Florentz, prix littéraires, Concours d’admission à la Casa de Velázquez) y otros
que son galardones que premian una obra o trayectoria, como:
Prix de chant choral Liliane Bettencourt
Prix Pierre Cardin
Nahed Ojjeh Prize
Prix François-Victor Noury
Prix de musique de la Fondation Simone et Cino Del Duca
Prix de peinture ou de sculpture de la Fondation Simone et Cino Del Duca.
Academia de bellas artes de Viena: Fue fundada en 1692 como
una academia privada por el pintor de la corte Peter Strudl, quien se convirtió en el
Praefectus Academiae Nostrae. En 1701 fue ennoblecido como Barón del Imperio. A su
muerte en 1714, la Academia cerró temporalmente. El 20 de enero de 1725, el
emperador Carlos VI nombró al francés Jacob van Schuppen como Prefecto y Director
de la Academia, que fue refundada como la K. K. Hofakademie der Maler, Bildhauer und
Baukunst (Academia de la Corte Imperial y Real de pintores, escultores y arquitectura).
Durante el reinado de la emperatriz María Teresa, en 1751 un nuevo estatuto reformó
la academia. El prestigio de la academia creció, y en 1767 las archiduquesas Carlota
Carolina y María Ana fueron los primeros miembros honorarios de la Academia. En
1772, se produjeron ulteriores reformas en la estructura organizativa. El canciller
Wenzel Anton Graf Kaunitz" integró todas las escuelas de arte existentes en la K. K.
vereinigten Akademie der bildenden Künste (Academia Imperial y Real unificada de
Bellas Artes). La palabra "vereinigten" (unificada) fue más tarde abandonada. A
principios del siglo XIX, la Academia era un baluarte del neoclasicismo, con el que
rompieron los estudiantes alemanes Friedrich Overbeck y Franz Pforr, quienes
fundaron, el 10 de julio de 1809, la Lukasbund, origen del movimiento nazareno. En
1872 el emperador Francisco José I aprobó un estatuto que hizo de la academia la
suprema autoridad gubernamental sobre las artes. Se construyó un nuevo edificio, obra
de Theophil Freiherr von Hansen durante la construcción del Ringstraße. El 1 de abril de
1877, se inauguró el nuevo edificio en la Plaza Schiller, donde permanece hoy en día.
En 1907 y 1908, un joven artista conocido por el nombre de Adolf Hitler fracasó en 2
ocasiones en su solicitud de admisión para realizar estudios artísticos, ya que como lo
manifestó el director de esta institución, sus cualidades se volcaban de lleno hacia la
arquitectura, más por desgracia éste no poseía la preparación matemática que se
requería para el ingreso en la Escuela de Arquitectura. Permaneció en Viena e intentó
sin éxito continuar su profesión como artista. Más tarde achacaría su fracaso a la hora
de entrar en la academia a los miembros judíos que estaban en el consejo de admisión.
Cayó en la miseria y vendió pinturas de aficionado, en su mayor parte acuarelas, para
obtener un pequeño sustento, antes del estallido de la Primera guerra mundial.
Durante la ocupación nazi (1938-1945), la academia se resintió al obligar a muchos
judíos miembros del personal a abandonar sus puestos. Parte de los tesoros artísticos
que albergaba resultaron destruidos en los bombardeos de la segunda guerra mundial.
Después de la Segunda Guerra Mundial, la academia fue reconstituida en 1955 y
confirmada su autonomía. Tiene status de universidad desde 1998, pero mantiene su
nombre original. En la actualidad es la única universidad austriaca que no tiene la
palabra «Universidad» en su nombre. Se divide en los siguientes institutos: Instituto de
Bellas Artes, que alberga tres departamentos de pintura, dibujo, artes visuales, medios
de comunicación de masas, escultura; Instituto de Teoría del Arte y Estudios culturales
(teoría del arte, filosofía, historia); Instituto de Conservación y Restauración; Instituto
de Ciencias Naturales y Tecnologías del Arte; Instituto de Enseñanza secundaria
(artesanía, diseño, artes textiles); Instituto de Arte y Arquitectura. A disposición de los
alumnos, y con propósitos académicos, tiene una pinacoteca y un gabinete de dibujos,
siendo una de las mayores colecciones de Austria, y en parte está a disposición del
público. La pinacoteca tiene unos 250 cuadros de maestros célebres, desde pintores
italianos sobre tabla de los siglos XIV y XV hasta la pintura académica de los siglos XVIII
y principios del XIX. Entre otras, hay obras de El Bosco (Tríptico del Juicio de Viena" el
Juicio Final), Lucas Cranach el Viejo, Rembrandt, Rubens, Tiziano, Murillo y Guardi. El
«gabinete de dibujos» (Kupferstichkabinett, lit. «Gabinete de grabados en cobre») tiene
unos 150.000 dibujos y láminas, siendo una de las más considerables colecciones de
artes gráficas austriacas. En ella se han graduado famosos artistas, entre ellos, Otto
Wagner, Friedrensreich Hundertwasser y Gottfried Helwein.
Académie de France: Establecida en Roma en 1666 para la
especialización de los becarios del llamado Prix de Roma. La Academia de Francia en
Roma, mejor conocido como la Villa Medici es una institución de arte francés situada en
la colina de Pincio en Roma y dedicado a la casa-en-residencia para un período
determinado, dentro o fuera de sus muros, jóvenes artistas a desarrollar sus proyectos
creativos. Fundada en 1666 por Jean-Baptiste Colbert, la Academia de Francia en Roma
se encuentra en el Gianicolo. En 1803, Napoleón Bonaparte la transfiere a la Villa
Médicis. En 1803, la intención del futuro emperador de los franceses está a perpetuar
una institución amenazada por una vez la Revolución, y, por tanto, para permitir que
los jóvenes artistas a que sigan enfoque y copiar las obras maestras del mundo antiguo
o el Renacimiento a continuación, a extraer de ellos para su "los traslados de Roma."
Estos anuales de trabajo, enviados y juzgados en París, están obligados ejercicios para
todos los pensionistas. Inicialmente, la villa y sus jardines se encuentran en un estado
lamentable y debe ser reformado para dar cabida a todos los ganadores del Premio de
Roma. Este último hará posible una estancia de tres a cinco años, dependiendo de las
disciplinas. Después de la primera interrupción de la competición durante la Primera
Guerra Mundial, Benito Mussolini confisca el lugar en Francia en 1941. La Academia de
Francia en Roma debe retirarse a Niza y luego en Fontainebleau hasta 1945. Los
concursos y premio de Roma fueron abolidos en 1968 por André Malraux (el último
Gran Premio de arquitectura finaliza en 1967). La Academia de Bellas Artes de París y el
Instituto de Francia luego perder la tutela de la Villa Medici pasan a depender del
Ministerio de Cultura y Estado. Los residentes ya no estudian sólo las disciplinas
tradicionales (pintura, escultura, arquitectura, grabado o medallas de piedra,
composición musical), sino también sino otras ya olvidadas (la historia del arte,
arqueología, literatura, diseño, fotografía, cine, vídeo e incluso la cocina). El edificio y
sus dependencias han sido objeto de una nueva campaña de rehabilitación y
modernización de las cuales la restauración de la fachada en los jardines es la etapa
más espectacular. El procedimiento se llevó a cabo entre 2004 y 2007 bajo la dirección
de Richard Peduzzi. En los últimos años, la Villa Medici se abre al mundo exterior y
presenta exposiciones y espectáculos producidos por sus residentes.
Royal academy: La Real Academia de las Artes es una institución
independiente, dirigido por distinguidos artistas y arquitectos, cuyo propósito es
promover la creación, disfrute y apreciación de las artes visuales a través de
exposiciones, la educación y el debate. Fue fundada por George III en 1768. Regida por
los artistas, tiende a "promover las artes de diseño 'la Real Academia fue la primera
institución en Gran Bretaña dedicada exclusivamente a la promoción de las artes
visuales y la elevación de la posición de arte, artistas y arquitectura. Ha celebrado una
exposición anual de venta desde su formación y su primer préstamo exposición se
celebró en 1870.Ahora goza de una reputación inigualable como lugar de celebración
de exposiciones de importancia internacional. La Academia de la escuela de arte (se le
conoce como 'Las Escuelas', ya que cada "Escuela" originalmente correspondía a otro
elemento en la formación de los artistas que había que dominar en un orden
determinado) es el más antiguo de Gran Bretaña. En ella estudiaron muchos famosos
artistas británicos como William Blake, Joseph Mallord Willian Turner, Edwin Landseer,
John Everett Millais y, más recientemente, John Hoyland, Sir Anthony Caro y Sandra
Blow. Hoy, sesenta estudiantes estudian dibujo, pintura y grabado en un período de
tres años como curso de postgrado (el único de esos cursos disponibles actualmente en
Gran Bretaña).
Academia de bellas artes de San Fernando: Aunque proyectada
su fundación bajo el reinado de Felipe IV, no llegó a crearse hasta el de reinado de
Felipe V, en cuyo tiempo el escultor de la Real Casa, Juan Domingo Olivieri, y el primer
Secretario de Estado y del Despacho, Marqués de Villarías, asentaron generosamente
los primeros cimientos del futuro templo de las Artes. En 1744 el monarca aprobó el
establecimiento de una Academia similar a las de otros países, y fijó las normas que
deberían regirla en el triple aspecto artístico, gubernativo y económico. Ese mismo año
se nombraron los diversos cargos y se celebró la primera reunión preparatoria en casa
del citado Olivieri. Poco después tuvo lugar la primera junta general y pública, en la
que el rey expuso que había concedido el piso principal de la Real Casa de la Panadería
a la Corporación, y al año siguiente se adjudicaron las primeras pensiones para
estudiar en Roma. En 1749, fallecido el rey y el marqués de Villarías, el sucesor de la
Corona, Fernando VI planteó los nuevos estatutos de la Academia, aprobados por
Decreto Real en 1751, por los cuales se decidió que los miembros de ésta serían
profesionales. Al principio la Academia contó con un Protector, un Viceprotector, seis
Consiliarios, un Director general, seis Maestros directores (dos para cada rama) y tres
tenientes de los mismos, seis sustitutos, dieciséis Profesores -de entre los cuales,
cuatro eran de Pintura, cuatro de Escultura y ocho de Arquitectura-, un Secretario, un
Contador, un Tesorero, un Demostrador anatómico y un sustituto del mismo, un
conserje, un portero y dos modelos. Se crearon ocho plazas para grabadores, talladores
en relieve, pintores en miniatura de flores, de animales, países, mármoles y
perspectivas. Además, se establecieron tres clases de académicos de indeterminado
número, a saber, la de honor, para personas de calidad aficionadas o conocedoras de
alguna Arte Plástica; la de mérito o supernumeraria, y la de gracia, reservada para
nacionales y extranjeros aficionados a las artes. Asimismo, se fijaron las prerrogativas,
exenciones y privilegios de la Corporación y de sus individuos. En 1747 se colocó bajo
el patrocinio de San Fernando, y la Academia se erigió por Real Decreto en 1752 y se
celebró su solemne apertura, bajo el nombre de Real Academia de Nobles Artes de San
Fernando. Cinco años más tarde se aprobaron nuevos Estatutos, en virtud de los cuales
la autoridad dejaría de estar en manos de los profesores y sería asumida por el poder
real. Así las cosas, el 13 de junio de 1752 se celebró la solemne apertura de la
Academia en nombre del Monarca, como lo consigna el primer folleto impreso existente
de las actas corporativas. Su divisa representó los atributos de aquellas tres Artes y
una mano arrojaba sobre ellas otras tantas coronas, figurando alrededor de la misma la
leyenda "Non coronabitur nisi legitime certaverit". En 1773, la Academia se trasladó de
la Casa de la Panadería al inmueble que ocupa en la actualidad, adquirido a tal fin por
el soberano en nombre de la Real Academia. Algunos años más tarde, en 1793, el rey
Carlos IV firmó los nuevos Estatutos, pues los antiguos habían quedado insuficientes.
Se abrieron entonces nuevas perspectivas para el estudio de la pintura, la escultura, la
anatomía, el yeso, la copia de estampas o el grabado, con lo cual las Artes adquirieron
un nuevo lustre, brillante período que se apagó hacia 1808, durante la invasión
francesa, cuando el país se vio sumido en la miseria y la desolación. Con la paz, la
institución cobró nuevos bríos, a lo que contribuyó no poco el que en 1816 asumiera la
dirección de la Academia un Infante de la Familia Real. Poco después, el sexo femenino
pudo tener acceso a las enseñanzas de esta noble Casa, bajo la protección de la reina
Isabel de Braganza, gran amante de las artes y las letras, merced a los Estatutos que
su esposo, Fernando VII, aprobó en 1819. Fueron llegando nuevas reformas, que
intentaban renovar los planes de estudios y los métodos pedagógicos, lo cual, muy
lamentablemente, no siempre se consiguió. En 1845 se creó la Escuela Especial de
Bellas Artes, bajo la inspección y vigilancia de la Real Academia, y un año después
vinieron los nuevos estatutos, afianzados luego con las disposiciones de 1854. Cuando
se firmó la Ley de Instrucción Pública de 1857, que creó escuelas dependientes del
Ministerio de Fomento, la Academia revisó sus funciones y reestructuró sus cometidos;
así pues, suprimió la Comisión Central de Monumentos y pasó a ocuparse de la
inspección de los monumentos históricos y artísticos y la de los museos artísticos y de
antigüedades, para lo cual delegó en Comisiones provinciales, formadas por individuos
correspondientes de la Academia y de la de Historia. Por otra parte, en 1864 se
revisaron los estatutos una vez más, por orden de la reina Isabel II, quien consideraba
que su organización debía ser semejante a la de las demás Reales Academias, y no
dedicarse en exclusiva a las tres Artes Plásticas. Tras la instauración de la República, en
1873 se creó la Sección de Música, formada por doce individuos encabezados por
Hilarión Eslava. Esto hizo que se pensase en ajustar el nombre de la Institución a sus
nuevas características y denominarla, únicamente, Academia de Bellas Artes, pero ante
las reclamaciones de la Corporación, el gobierno aprobó definitivamente el título de
Academia de Bellas Artes de San Fernando. Posteriormente, una vez restaurada la
Monarquía, se antepuso el término Real, con que se la sigue conociendo en la
actualidad. La Guerra Civil, iniciada en 1936, tuvo inmediatas consecuencias para las
Reales Academias, pues el gobierno de la República dictó su disolución y ordenó que
tanto los edificios como el patrimonio quedaran a disposición del Ministerio de
Instrucción Pública y Bellas Artes. Franco devolvió a las Academias el tratamiento de
Reales, las agrupó en un Cuerpo denominado Instituto de España -cuyos miembros
eran exclusivamente los supernumerarios de las academias-, y ordenó reanudar sus
tareas en la ciudad de San Sebastián, con sede en el Palacio de San Telmo. En lo que
respecta a la Real Academia de San Fernando, en 1939 volvió de nuevo a su domicilio
madrileño. Con motivo de la reforma y ampliación de la sede propia de la Academia, la
Dirección General de Bellas Artes le cedió temporalmente los locales que en la
Biblioteca Nacional había ocupado el Museo de Arte Moderno (hoy día, Museo de Arte
del siglo XIX). A tal efecto, en 1974 se trasladaron en su mayor parte las dependencias
de la Academia a dicho edificio, donde quedaron instaladas provisionalmente. En 1982
se reanudaron las sesiones académicas; en 1987 se aprobó la Reforma parcial de los
Estatutos de la Academia, en la que se fijaban algunas disposiciones como que la cifra
de Académicos numerarios en cincuenta y uno (de los cuarenta y ocho que había
inicialmente), o la incorporación a la Real Academia de las denominadas "artes de la
imagen" (fotografía, cinematografía, televisión y vídeo), que quedaron incluidas en una
de las cuatro secciones, que pasó a denominarse "Sección de Escultura y Artes de la
Imagen", y para la cual, en 1996, se creó una nueva plaza, con lo que el número de
académicos se elevaba a cincuenta y dos. La última remodelación del edificio fue
realizada por el académico y arquitecto Fernando Chueca-Goitia en el madrileño
palacio de Goyeneche en 1972, y coincidió con la revisión definitiva de los fondos. El 25
de enero de 1943 la Academia instituyó, con carácter anual y honorífico, la Medalla de
Honor para aquellas personas o instituciones de carácter público o privado que más se
hubiesen destacado en el fomento o la protección de las artes. La concesión del premio
se realiza en la onomástica de San Fernando. Por último, cabe citar que la Academia
cuenta con un museo, un archivo y una biblioteca abiertos al público. La procedencia
de los fondos de la Academia es muy variada. En un principio fueron donaciones de
tipo privado, particularmente de algunos nobles (pongamos por caso a Manuel de
Godoy) o generosos mecenas (como, en pleno siglo XX, Fernando Guitarte) que
cedieron su propia colección particular, sino una institución, como un convento o un
colegio, que entregaba sus bienes artísticos. A esto se unieron los premios que
promovía la propia Academia para procurarse fondos y que, en general, fueron muy
concurridos. La Academia cuenta con una dilatada colección artística que abarca desde
el siglo XVI al XX, y que comprende esculturas, pinturas, dibujos y grabados, así como
cerámica, relojes, moblaje, cuberterías y esmaltes de diversa procedencia. Entre tal
cantidad de muestras de arte, y a pesar de que sea verdaderamente dificultoso
destacar alguna, merecen mención aparte la colección Suite Volard -una serie de
dibujos de Pablo Picasso-, los originales de los grabados de Goya (Tauromaquia, los
Desastres de la guerra, los Caprichos y los Disparates), lienzos de Velázquez y una obra
de Archimboldo, única en su género en España.
Academia de bellas artes de Nüremberg: Establecida en 1766
por Joaquim von Sandrart. La Academia de Bellas Artes de Nüremberg está ubicada
directamente en el verde del Jardín de los Animales. Se cuenta entre las escuelas de
arte más pequeñas de Alemania. Pero el espectro de posibilidades de estudio que se
les ofrece a los 350 estudiantes es muy amplio: Arte Libre y Aplicado, Arquitectura de
Interiores, Educación Artística, Diseño Gráfico y Diseño Textil. Artistas libres tienen
además la posibilidad de ser adoptados por profesores como alumnos magistrales.
Academia de bellas artes de Amberes: Creada por David
Theniers en 1663.
Academia Imperial de las artes de San Petersburgo
(Leningrado): Comúnmente llamada Academia de artes de San Petersburgo, fue
fundada por el conde Iván Shuvalov con el nombre de Academia de las tres artes más
nobles en 1757. La academia se hallaba en el Palacio Shuvalov, que se encuentra en la
calle Sadovaya, hasta que en Catalina la Grande la renombró como Academia Imperial
de las Artes y comisionó a su primer rector, Alejandro Kokorinov para elegir una nueva
sede para la institución. Fueron necesarios 25 años para construir el edificio neoclásico
que se halla frente al río Neva. De la suntuosa decoración de sus estancias se encargó
Konstantin Thon. También diseñó un muelle con grifos y esfinges de 3000 años de
antigüedad que hubieron de ser traídos desde Egipto. Ivan Betskoy reorganizó la
Academia de forma que pasó a ser de facto un gabinete gubernamental con el cual
poder regular la creación artística en el imperio ruso. La Academia impulsó con fuerza
los principios del neoclasicismo enviando a Europa Occidental a sus más aventajados
alumnos para que se instruyeran en el estilo del arte clásico e Italia y de Francia. La
academia también disponía de su propia colección de obras de arte para su estudio y
copia. A mediados del siglo XIX el academicismo del personal docente, fuertemente
influido por las doctrinas de Jean-Auguste-Dominique Ingres, fue desafiado por una
generación más joven de artistas rusos que reivindicaban su libertad para pintar temas
realistas. Este movimiento, conocido como Peredvizhniki, en español Los (Pintores)
Itinerantes, con Ivan Kramskoi como líder, formalizó públicamente su ruptura con la
Academia al organizar sus propias exposiciones de forma independiente, cosa que
hicieron a través de Rusia, de ciudad en ciudad. Sin embargo, Ilya Repin, Mijaíl Vrubel y
algunos otros miembros de este grupo siguieron considerando que la formación de la
academia era la base indispensable para el desarrollo de las capacidades artísticas.
Después de la Revolución rusa de 1917 la Academia sufrió una serie de
transformaciones. Pasó a llamarse Academia Rusa de las Artes en 1933, luego
Academia de las Artes de la 1947, y finalmente de nuevo Academia Rusa de las Artes
en 1991. La sede de la Academia se encuentra en Moscú desde 1947. Ahora el histórico
edificio del Palacio Shuvalov alberga la universidad con el largo nombre de Instituto
académico de San Petersburgo de pintura, escultura y arquitectura Ilya Repin, pero
sigue siendo llamada comúnmente Academia de las Artes de San Petersburgo.
Academia de bellas artes de Brera: Es una institución
académica pública situado en el centro de la ciudad de Italia, en medio de via Brera 28.
Fue fundada en 1776 por la Emperatriz María Teresa I de Austria. El principal objetivo es
enseñar a la investigación y creativa en la pintura, escultura, gráfica, fotografía, vídeo,
etc.) y culturales históricas disciplinas. En el marco del actual reglamento italiano
(MIUR Ministerio de Educación, Universidad e Investigación), la Academia de Brera está
incluido en el programa de la universidad en el campo de la Formación Artística y
Musical expedición de los títulos académicos a nivel de 1 ° (equivalente a grado) y
nivel de los títulos académicos de 2° (equivalente a profesor graduado). En Italia, es la
institución académica con la más alta tasa de internacionalización (mayor a 24%), tiene
alrededor de 3500 estudiantes entre ellos más de 850 extranjeros (en su mayoría ya se
graduaron en los países de origen) de 49 naciones. La Academia de Brera mantiene las
relaciones y los intercambios de estudiantes y maestros, a través del Programa
Erasmus, con muchos países europeos. Desde 2006 ha sido invitado a entretener a las
relaciones con los países de fuera de Europa, como Japón, China, México y Australia. En
2005 la enseñanza de la academia ha sido clasificada por la UNESCO como "A5" el
mismo que la Universidad Bocconi. También es considerado como uno de los líderes
mundiales en las instituciones académicas. El actual Director de la Academia (2008) es
el Profesor Fernando De Filippi.
En Hispanoamérica:
Academia nacional de bellas artes de Argentina: Fue fundada
en 1936, con carácter de asociación civil con personalidad jurídica propia, por un grupo
de intelectuales que recibieron el necesario apoyo de los organismos y autoridades
públicas. Su principal objetivo es procurar el desarrollo de las bellas artes en todos sus
campos (artes plásticas y visuales, música, arquitectura y urbanismo, entre otros).
Asimismo, dedica parte de sus actividades a realizar estudios e investigaciones, y a
promover la conservación y el incremento de los bienes que conforman el patrimonio
artístico nacional. Está constituida por seis comisiones académicas (Plástica;
Arquitectura y Urbanismo; Música; Historia y Crítica de Arte; Archivo y Biblioteca; y
Diapositivas y Publicaciones) y es depositaria de un importante número de obras de
arte (en muchos casos cedidas por los propios autores). También son reseñables los
fondos de su biblioteca (aproximadamente 6.000 volúmenes), de su archivo fotográfico
(7.000 negativos) y de su banco de diapositivas (casi 7.000). Además, la Academia
Nacional de Bellas Artes argentina organiza de forma periódica concursos, exposiciones
y conciertos.
Academia colombiana de bellas artes: Fundada en 1939.
Academia de bellas artes “Remigio Crespo Toral”: de Ecuador.
Academia de bellas artes de Cuzco: En Perú
Academia de bellas artes de San Carlos (México): Entidad
mexicana dedicada al fomento de la actividad artística, cuya tradición es continuada en
la actualidad por la Escuela de Artes Plásticas de la UNAM. La academia fue fundada en
1783 por el virrey Matías de Gálvez, en nombre de Carlos III. Tenía por objeto, al igual
que sus contemporáneas españolas entre las que sobresalía la de Bellas Artes de San
Fernando, la ordenación y regulación del ejercicio de la arquitectura y las bellas artes,
además de su enseñanza, dentro de una línea de clara oposición al Barroco y
promoción del Neoclasicismo. La principal misión de la institución fue supervisar y
corregir los proyectos presentados por arquitectos, cuyas realizaciones debían seguir el
criterio académico. En 1785 ocupó el cargo de director de arquitectura Antonio
González Velázquez, quien urbanizó la Plaza Mayor (1797). En 1791 fue nombrado
director de escultura el escultor y arquitecto valenciano Manuel Tolsá, que desarrolló
una importante labor como arquitecto; a él se debe la Escuela de Minería (1797-1813)
y la escultura ecuestre de Carlos IV (1803) conocida como El Caballito. Discípulo suyo
fue Pedro Patiño, nombrado director general de la Academia en 1826, cuando México
ya era independiente. Durante las luchas independentistas fue clausurada, pasando, a
partir de 1824, por un periodo de escasa actividad, hasta que en 1843 la reorganiza el
general Santa Anna, en una de sus múltiples presidencias. Poco después llegaron a
México algunos artistas de Europa para impartir enseñanzas, como los catalanes
Pelegrín Clavé, pintor, y Manuel Vilar, escultor; ambos formaron un nutrido grupo de
discípulos. Bernardo Couto, presidente de la junta directiva desde 1853, promovió la
reforma de la fachada del edificio y la construcción de salón de actos, biblioteca y
galerías de pintura y escultura, que decoró el pintor Sagredo. La academia tomó un aire
clasicista y romántico hasta el advenimiento de la revolución mexicana en 1910. En
ella se formaron grandes artistas, como Juan Cordero y José María Velasco y en general
la institución, bajo el nombre de Escuela Nacional de Bellas Artes, resultó fundamental
para la vida cultural mexicana del período. En 1912 recuperó en parte su antiguo
nombre, pues pasó a denominarse Academia Nacional de Bellas Artes. Bajo la dirección
del pintor Alfredo Ramos se establecieron por entonces las escuelas de pintura al aire
libre. En 1928 fue nombrado director Manuel Toussaint, que fue su último director, ya
que al renunciar en 1929 la institución se dividió en la Facultad de Arquitectura y la
Escuela Central de Artes Plásticas, dirigidas por Francisco Centeno y Diego Ribera,
respectivamente. Mientras la primera se instaló en la ciudad universitaria, la segunda
permaneció en el viejo edificio de San Carlos, en el que aún permanecen algunas de
sus dependencias. Una parte de sus fondos pictóricos se puede admirar en el Museo de
San Carlos y en la Pinacoteca Virreinal de la capital mexicana.
Academicismo
Se llama así a la manera realista del arte oficial europeo de la mitad del s. XIX
que tiene particularmente como modelo el arte antiguo del período llamado clásico, en
reiterada imitación del modelo natural, cuyo celo en la reproducción lo lleva a extremar
la fidelidad hasta revestir sus obras de cierta actitud soberbia y antinatural. Tuvo como
exigencias ciertas metas de ejecución, el “oficio” como prueba de valor de la obra, los
temas anecdóticos o alegóricos y un neoclasicismo a ultranza.
La representación de la anatomía humana tuvo valor absoluto con rigor casi
científico, accionando en un medio cuya reconstrucción histórica adquiere, en ciertos
casos, contornos cercanos a lo escenográfico y grandilocuente, con muy bajo interés
plástico.
En realidad puede decirse que es un oficio sin ideas, sin imaginación creadora, de
factura cuidadosa en el detalle, un arte menor, vacío, destinado a no dejar huella
valedera en la historia.
En Arte, se habla de una obra u obras académicas, cuando en éstas se observan
las normas clásicas establecidas, generalmente, por una Academia de Artes. Las obras
académicas suelen hacer gala de una gran calidad técnica, pero escasa creatividad. El
anti-academicismo suele ser, en cambio, signo de rebeldía y de renovación. El
academicismo es una corriente artística que se desarrolla principalmente en Francia a
lo largo del siglo XIX y que responde a las instrucciones de la Academia de las Artes de
Francia y al gusto medio burgués. No deja sin embargo de ser una degeneración del
Clasicismo. Se huye del realismo (esto es, de los aspectos más desagradables de la
realidad), pero carece de la grandeza del Clasicismo. Se utilizan los mismos patrones
una y otra vez ya que no se busca una belleza ideal partiendo de las bellezas reales, lo
cual es propio del Clasicismo, que resulta ser un idealismo con base en la realidad por
su suma de experiencia. El academicismo no es lo bello ideal pero tampoco es lo feo;
únicamente busca objetos para ser consumidos. Se trata de representar idealmente la
realidad a fin de manejarla o controlarla. En general, el poder y las instituciones
francesas favorecieron estas tendencias porque no generaban problemas; ésta es la
causa por la que posteriores regímenes políticos totalitarios impulsaron su
recuperación. Academicistas fueron Jacques Louis David, Antoine-Jean Gros, Anne-Louis
Girodet de Roucy Troissot, William Adholpe Bourguereau y Antonio Ciseri.
Término referido a toda pintura, escultura o construcción creada siguiendo las
normas de una academia, es decir, de una institución que da carácter oficial a las
normas estilísticas de un periodo concreto. Durante los siglos XVII y XVIII las academias
de arte en Europa eran fundaciones reales y, por lo tanto, el arte que preconizaban iba
de forma inevitable dirigido al gusto aristocrático y seguía los ideales y principios de las
clases dirigentes. Casi todos los artistas de entonces valorados en la actualidad
tuvieron alguna formación de tipo académico. A comienzos del siglo XIX los académicos
pasaron a dictar las normas artísticas y las obras se creaban en concordancia con ellas.
Pero más adelante, la Escuela de Bellas Artes de París, donde se formaban artistas y
arquitectos, empezó a ser menospreciada por muchos artistas posteriores, cuya
originalidad estribaba en haber emprendido estilos nuevos sin seguir las normas
establecidas, y hacia 1930 el término académico o academicista había adquirido un
matiz peyorativo de obra afectada, ecléctica y de segundo orden. Sin embargo, en la
década de 1970, al revisar los historiadores del arte esta postura, revalorizaron este
concepto, definiendo el academicismo como creación sujeta a reglas y gustos
preestablecidos.
Acanaladura
Moldura hueca en línea vertical utilizada como ornamentación especialmente en
fustes.
Acanto
Ornamento que imita las hojas grandes y lobuladas de la planta del mismo
nombre. Aparece en capiteles corintios y compuestos y en ocasiones decorando
molduras.
La espinosa hoja de una hierba nativa de la región del Mediterráneo, el diseño de
los cuales se ha utilizado como un motivo estilizado lo largo de la historia. De especial
se nota su uso en las capitales de los corintios y compuestos.
Se utilizó por primera vez por los griegos en el siglo V a. de J.C. en el techo de los
templos, frisos de la pared, y en la capital de la columna corintia. Uno de los mejores
ejemplos de su uso en el orden corintio es el templo de Zeus Olímpico en Atenas. Más
tarde los romanos utilizaron tal motivo en su orden compuesto, en la que el capitel de
la columna es una combinación de espirales se asemejan a los cuernos de los carneros
y con cuerpo hojas de acanto. La hoja de acanto ha sido un motivo popular en la
decoración de muebles tallados desde el Renacimiento.
Acconci, Vitto. Escritor, editor, pintor, fotógrafo, videoartista y performer
estadounidense (New – York, 1940- )
Es uno de los principales representantes del movimiento artístico conocido como
Body Art. Tras cursar estudios de enseñanza secundaria se matriculó en para seguir
estudios de literatura y arte en el Holy Cross College de Worcester (Massachusetts) en
1962. Finalizados éstos, se trasladó a Iowa donde amplió estudios en la Universidad de
Bellas Artes de la ciudad, donde se licenció en 1964. Formado en el arte de la creación
poética más que en el de las artes plásticas, el centro de gravedad de su praxis
artística se fue alejando de la literatura hacia el terreno del arte performativo en auge
durante la segunda mitad de la década de los años sesenta y principios de los setenta.
El progresivo acercamiento hacia una "poesía de acción" fue fruto de la crisis creativo
que sufrió el artista entre 1964 y 1969.
Tras abandonar la poesía y convertirse en artista plástico, en sus obras
posteriores se adentró en terrenos artísticos que distinguen su acción como performer
de sus actividades más próximas al concepto del Body-Art. Concebido éste por sus
creadores como una serie de procesos comunicativos en los que el artista utiliza
exclusivamente su cuerpo como único vehículo de creación artística. Al igual que sus
colegas europeos, los artistas que practicaron el Body-Art en Estados Unidos también
se aproximaron a un punto de autoviolencia destructiva contra su propio cuerpo como
es el caso de los artistas Chris Burden (en su pieza "disparo"), Gina Pane ("escalera") o
el propio Vito Acconci ("marcas registradas"). En 1970, el artista realizó su acción
Transformación. En esta pieza, Acconci utiliza lo que él denomina "poesía del cuerpo"
para, desde el análisis y la introspección, reflexionar sobre cuestiones de género. Para
ello el artista intenta transmutarse al sexo contrario realizando una serie de acciones
en contra de su propia masculinidad.
El año 1971 fue el más prolífico en cuanto al número de acciones realizadas y en
las que desarrolló su teoría de los "campos de energía". La primera de las obras de ésta
llevó por título Contando Secretos (1971), para la que el artista se escondió en un
cobertizo cercano al río Hudson y estuvo susurrando frente a los espectadores
confesiones. En el mismo ámbito se desarrolla la que quizá sea la pieza más popular en
la obra de Acconci: Seed Bed "Semillero" (1971). Ésta se desarrolló en la prestigiosa
galería Sonnabend de Nueva York. Para su realización, Acconci instaló una rampa de
madera inclinada sobre el suelo de la galería. Oculto bajo ella, el artista se masturbaba
y pronunciaba frases para los espectadores que se situaban encima del escenario. Para
realizar la pieza Trademarks ("Marcas registradas", 1971), el artista desnudo mordió
distintas partes de su cuerpo para posteriormente aplicar tinta de color negro sobre las
marcas realizadas y luego imprimirlas sobre papel. Como dice el propio Acconci con
respecto a esta obra: "Convirtiéndome en blanco (de mis agresiones) me encierro en
mí mismo; ya no me presento como ser humano sino como un objeto". Durante el
prolífico año de 1971, Acconci realizó más piezas como la descrita anteriormente
titulada "Transformaciones". Dentro de su serie Conversions I, II y III, el actor filmó en
súper 8 mm una serie de acciones próximas al travestismo, en el que durante 72
minutos el artista recurrió a sofisticados elementos multimedia (luz, sonido, etc.) para
cambiar de sexo. Otra de sus acciones registradas también, aunque en este caso en
vídeo, fue la pieza Centers ("Centros", 1971), en la que el artista se grabó a sí mismo
frente a una pantalla de televisión.
Antes de abandonar el terreno del Body-Art para adentrarse en la práctica más
convencional de la pintura y la escultura, Acconci realizó una nueva acción en 1974. La
pieza, titulada Performance de mando, consistió en una instalación en la que el artista
invitaba al espectador a participar en un espacio vacío con la única compañía de una
silla y un monitor de vídeo. La experimentación del artista en el ámbito del nuevo
medio que significó el Body-Art, le valió el reconocimiento de la crítica y las
instituciones; por ello le fueron concedidas numerosas becas de investigación entre las
que destacan la concedida por el Consejo Estatal de las Artes de Nueva York (1974),
por el National Endowment for the Arts (en los años 1976, 1980 y 1983), por el John
Simon Guggenheim Memorial Fundation Fellowship (1979) y las concedidas en 1986
por la Academia Americana en Roma y la Academia Alemana de Berlín.
Aparte de su faceta de artista, Acconci ha desarrollado una amplia labor como
editor y como docente. Desde 1969 hasta su extinción fue editor de la revista de arte 9
to 0. Como profesor titular o auxiliar ha impartido docencia en las siguientes
instituciones académicas: la Escuela de Artes Visuales de Nueva York (1968-1971, y
posteriormente en 1977), el Colegio de Arte y Diseño de Halifax (1971-1972), el
Instituto de Arte de California en Valencia y la Universidad de Iowa (1976), la Cooper
Union de Nueva York (1981), la Escuela de Arte del Instituto de Chicago, Ilinois (1983),
el Colegio de Arte y Diseño de Minneapolis (1984), las universidades de Carolina del
Norte y Yale (1985) y la Escuela de Diseño Parsons de Nueva York (1987). Ha
participado en importantes certámenes artísticos internacionales como la Bienal de
Venecia (1976), y en dos ocasiones ha sido seleccionado para representar a su país en
la prestigiosa Dokumenta de Kassel en sus quinta y séptima ediciones (1972 y 1982).
En la actualidad el artista vive y trabaja en Brooklyn (Nueva York).
Achenbach, Andreas, pintor alemán (Kassel, 1815-Düsseldorf, 1910)
Nació en Kassel, comenzó su educación artística en 1827 en Düsseldorf bajo las
enseñanzas de Friedrich Wilhelm Schadow en la Academia de Pintura de Düsseldorf. En
sus primeros trabajos siguió el idealismo romántico alemán, pero tras mudarse a
Múnich en 1835, la influencia de Louis Gurlitt lo guió a otros rumbos y se convirtió en el
fundador de la escuela realista alemana.
Un gran número de sus trabajos pueden ser encontrados en la Galería Nacional
de Berlín, el Neue Pinakothek en Múnich y las galerías de Dresde, Darmstadt, Colonia,
Düsseldorf, Leipzig y Hamburgo.
Conocido por los paisajes terrestres y marinos, fue pionero en la escuela realista
alemán. Su hermano y discípulo Oswald (1827-1905) también fue un pintor paisajista.
Achenbach, Oswald, pintor alemán (Düsseldorf, 1827 - Düsseldorf, 1905)
Nació en Düsseldorf, y recibió educación artística de su hermano Andreas
Achenbach. Por lo general, sus paisajes destacan por los efectos ricos en colores,
pintando sobre todo paisajes del Golfo de Nápoles y los barrios de Roma. Desde 1863 a
1872 trabajó como profesor de pintura de paisajes en la Academia de Düsseldorf. Murió
en Düsseldorf en el año 1905, debido a una inflamación de los pulmones.
Achtschelling, Lucas, paisajista alemán (s. XVII)
Vivió en Bruselas en la segunda mitad del siglo XVII; fue discípulo de Luis de
Wadder, y escrupuloso imitador de la naturaleza. Sus cuadros se distinguen por cierto
atrevimiento de estilo, particularmente en el follaje, y por una rica trasparencia de
tintas. Se ven tres en la iglesia de Santa Godula de Bruselas.
Acebal Idígoras, Arturo Francisco,pintor, escultor y ceramista español (Tres
Algarrobos, Buenos, Aires, Argentina, 1912 – Bilbao, 1978)
Residente en Bilbao desde su infancia, estudió en la Escuela de Artes y Oficios de
esta ciudad con Gustavo de Maeztu, Ángel Larroque e Higinio Basterra.
En 1936 volvió a Argentina para dedicarse a la cerámica en Buenos Aires y en
1948 se estableció definitivamente en Bilbao. Allí fundó en 1964 el grupo "Arte Actual",
junto a Isabel Krutwig, José Barceló, Carmelo García Barrena, Luis Soriano, Javier
Urquijo e Ignacio Urrutia, y en 1966 el grupo "Bilbao", junto a Santafé Largacha y
Barreiro Bengoa.
Realizó paisajes tanto vascos como andinos. A partir de 1955 abandonó la pintura
para dedicarse por entero a una cerámica escultórica muy influida por la estética rural
vasca.
Acestor, escultor griego (knosos, hacia el año 426 a. de J.C)
Pausinas cita una estatua suya de Alexibio en Altis, en Arcadia. Ejerció su
profesión en Knosos durante algún tiempo. Tuvo un hijo, Amphion, que también fue
escultor y fue bajo la tutela de Ptolichus de Corcyra.
Acero de la Cruz, Antonio, pintor colombiano (Santa Fe de Bogotá, principios
s. XVII -1667)
Animador con Gaspar de Figueroa de la escuela santafereña del s. XVII, su pintura
asume formas renacentistas y un estilo italianizante arcaico con relación a su tiempo
(Virgen del Rosario, 1633; Inmaculada, 1641). Natural de Santa Fe de Bogotá, es
considerado como uno de los últimos representantes del clasicismo romanista en la
pintura colombiana del siglo XVII. También se interesó por la arquitectura y la poesía.
Su estilo arcaizante es una prolongación del manierismo. Una de sus obras más
notables es La Virgen del Rosario (Bogotá, iglesia de las Aguas).
Acero y Arebo, Vicente, arquitecto español ((1675/1680, Cabárceno,
Cantabria - 1739, Sevilla)
En cuanto a sus primeros años de vida y de labor profesional. Se cree que trabajó
y colaboró en el taller del arquitecto cordobés Francisco Hurtado Izquierdo en las obras
de construcción de la Cartuja del Paular, en la provincia de Madrid.
Su primera obra conocida se localiza en la provincia de Granada, donde trabaja
para las catedrales de Granada y de Guadix durante un período de unos cinco años,
entre 1714 y hasta 1720. En ambas quedaría influenciado por la obra del gran maestro
Diego de Siloé, autor de las trazas de la primera de ellas, y que intervino en la
ampliación de la segunda; dejando Acero en esta última obra muestras de una
magnífica arquitectura barroca en su portada principal, donde trabajó junto con
Torcuato Cayón, así como también en su portada lateral, denominada de Santiago.
Su gran aportación a la historia de la arquitectura española vendría algo más
tarde, cuando en 1721 el cabildo de Cádiz le acepta su audaz proyecto para la nueva
catedral que se quería levantar en esta ciudad, siendo a su vez nombrado director de
dichas obras. No obstante, en 1729 surge un enfrentamiento con el cabildo por la
disparidad de criterios sobre la cimentación de sus torres, cuya monumentalidad y
atrevidas soluciones técnicas no serían finalmente admitidos, por lo que abandona las
obras que serían continuadas luego con recortes y modificaciones por el arquitecto
local Torcuato Cayón de la Vega.
Aun así, de su gran capacidad creativa y técnica nos han quedado las trazas de
su planta de tres naves y cruz latina con los extremos de brazos y cabecera
redondeados, el diseño de las robustas torres situadas a los pies, y la Capilla Mayor,
levantada sobre una cripta de bóveda muy plana, y organizada a modo de una amplia
girola como continuación natural de las naves laterales que la envuelven, según un
replanteamiento de la solución dada por Siloé para la Catedral de Granada; y todo ello
interpretado a partir de su monumental concepto espacial barroco de tendencia
clasicista, manifestado claramente en sus alzados decididamente curvos y de especial
dinamismo, ya experimentados por él en la fachada principal de la Catedral de Guadix.
También para la ciudad de Cádiz diseñó la Puerta del Mar, ejecutada asimismo
por Torcuato Cayón.
Unos años después, en 1732, Diego Bordick, ingeniero y director de las obras de
la Real Fábrica de Tabacos de Sevilla le propone como arquitecto real de las nuevas
fábricas que se levantan, desempeñando aquí una función de control de obras, siendo
por tanto el encargado de dirigir el tipo y las calidades de los materiales de obra que
allí se habrían de usar, tales como la piedra y la madera; y permaneciendo en este
cargo hasta la fecha de su fallecimiento, en el año 1738.
Aceuchal
Municipio de España, perteneciente a la Comunidad Autónoma de Extremadura,
provincia de Badajoz, situado a 74 km al sur de su capital, la ciudad de Badajoz, en la
comarca de Tierra de Barros.
Historia
Durante largo tiempo dependió, primero de la orden del Temple y, más tarde, de
la orden de Santiago, hasta que los Reyes Católicos le otorgaron el título de villa.
Arte
Durante el siglo XII, Alfonso IX concedió el territorio en que se encuentra
actualmente esta villa a la Orden del Temple. Tras su desaparición, el lugar pasó a la de
Santiago, dependiendo de Llerena. En el siglo XIV parece ser que fue Alfonso XI quién
fundó y pobló Aceuchal. A mediados de esa misma centuria, aparece ya como cabeza
de Encomienda. Los Reyes Católicos le concedieron el título de Villa. A principios del
siglo XIX pasó a pertenecer al partido judicial de Almendralejo.
El nombre de Aceuchal se hace derivar de hallarse cubierto de acebuches el lugar
en que fue asentado. También se encontraba en ese punto según la tradición "una
fuente muy buena" y un caserío anterior que se unió a la nueva fundación. En sus
cercanías perdura otro viejo enclave llamado La Soledad.
El poblado se fijó en la encrucijada de los caminos entre Almendralejo, Villalba,
Villafranca y Solana, en el eje de la Cañada Real Leonesa, surgiendo su foco inicial en la
zona que hoy corresponde a los Cuatro Caminos, las Cañadas y La Lancha.
El lugar corresponde a una vaguada cruzada por multitud de pequeñas corrientes
de agua cuya reunión a partir del barrio de La Postrera, área pedregosa que determina
el límite norte del pueblo, origina la llamada de "Cien Arroyos".
En este dominio de berrocales, conocido a nivel local como "Las Piedras",
proliferan formaciones rocosas de formas extrañas como las denominadas "del Librito",
"Camita del Señor", "La Cocina", etc.
En la actualidad, Aceuchal constituye un núcleo típicamente rural, en el que la
evolución experimentada en los últimos años no ha eliminado su carácter tradicional ni
su valor ambiental. Urbanísticamente presenta la estructura laberíntica propia de los
asentamientos de origen medieval, siendo numerosos los hitos que refieren su
antigüedad.
Entre ellos cabe mencionar los pozos y fuentes de "La Abundancia", de Abajo, de
Zarza, del Buen Hombre, de Leoncio, La Pocilla, las Alberquitas, etc. Especial mención
requiere el Pozo Garbanzo y las llamadas "Casas Moras" que según la tradición
pertenecen al poblado árabe originario.
En cuanto al movimiento asociativo, está documentada la fundación de la
Sociedad de Auxilios Mutuos que en 1901 se convirtió en el Obrero de Aceuchal. En
1905 se creó la Comunidad de Labradores y en julio de 1931 la Agrupación Patronal de
Aceuchal.Vista de Aceuchal
Patrimonio Monumental
Iglesia parroquial de San Pedro Apóstol
El elemento artístico señalado de esta localidad es el edificio de la Iglesia
Parroquial de San Pedro Apóstol en el que se combinan distintos rasgos constructivos
de los estilos gótico, renacentista y barroco, desarrollados desde el siglo XV al XVIII. El
templo tiene una edificada en el siglo XVI, añadida a la cabecera gótica, único
elemento con el que contaba la iglesia a finales del siglo XV. La primitiva cubierta de la
nave era de madera, la cual persistió hasta que a mediados del siglo XVIII se
acometieron las importantes obras barrocas que dieron al edificio su aspecto definitivo,
sustituyéndose por la actual bóveda de cañón con lunetos. Entre sus contenidos
artísticos se cuentan diversos retablos barrocos, habiendo desaparecido el mayor, obra
del siglo XVI compuesta por 24 tablas góticas atribuidas a Antón de Madrid o Estacio de
Bruselas, de las que únicamente se conservan dos representando a San Pedro ad
Vincula y San Juan Bautista.
La torre es de fines del siglo XV y comienzos del XVI, se alza a los pies y presenta
sucesivos cuerpos almenados que perfilan su aspecto de fortaleza, lo que se encuentra
también en otros templos de la Tierra de Barros.
En el interior del templo se conservan varios retablos laterales del estilo barroco,
así como la capilla mayor, del mismo estilo, datable en la primera mitad del siglo XVIII.
También es de significar en esta localidad el que fuera convento de Religiosas
Dominicanas con el título de Nuestra Sra. de los Remedios, que ha sido la única parte
del conjunto monacal que, tras la Desamortización del pasado siglo, se ha conservado
hasta nuestros días.
Sin ser de grandes dimensiones, constituye un excelente ejemplar arquitectónico
del primer cuarto del siglo XVII en el contexto de nuestra arquitectura rural, ejemplar
que además guarda una muestra retabilística de los siglos XVII y XVIII de indudable
interés regional, junto con otras piezas artísticas de primer orden: azulejería hispalense
del siglo XVII en los netos de las gradas de la capilla mayor, extraordinaria imagen del
Nazareno "El Señor de la Paz" de finales del siglo XVIII atribuible a Blas Molner.
Ermitas
Ermita de San Andrés
De acusado interés resulta la ermita de San Andrés, que fue la parroquia
primitiva. Se trata de una pequeña construcción mudéjar, edificada en ladrillo, que se
mantiene poco modificada respecto a su primer estado, presidiendo una plazoleta de
gran sabor ambiental.
Existen otras ermitas dignas de atención, todas de acusado interés morfológico,
son las ermitas de San Felipe, Santa Ana, San Antón, Padre Jesús de la Fortaleza, la
Soledad y San Isidro.
Junto a la ermita de San Andrés se localiza el antiguo Pósito, obra del XVIII, hoy
utilizado como Biblioteca Pública Municipal (Maizflor) y Juzgado de Paz.
En la misma plazoleta se sitúa la casa solariega de los Rangel, hoy
lamentablemente desvirtuada por numerosas transformaciones, en cuya fachada luce
un excelente esgrafiado.
Otras mansiones de significada composición son las de los Gutiérrez de
Salamanca, Solís, Becerra, Castañeda, Velasco, Millán de la Hiz y muchas mas que
confieren un particular empaque al paisaje urbanístico.
En la alineación de espacios abiertos que configura el centro de la población, se
hallan como más significados: Casa de la Encomienda y Ayuntamiento. La Casa de la
Encomienda conserva su sencilla fachada y el patio interior porticado de doble galería.
De sobresaliente atractivo plástico resulta el Ayuntamiento, uno de los más
hermosos, quizá de la región, en cuya variada composición destacan sus soportales y
galerías. El edificio correspondiente a un antiguo centro religioso conectado con el
convento franciscano de Montevirgen de Villalba, fue restaurado con notable acierto en
1.920, presentándose hoy impecablemente encalado y cuidado.
Producto especialmente característico de Aceuchal es el ajo, del que a su vez
resulta inseparable la figura del ajero. En homenaje a tan significada figura, el pueblo
tiene un monumento dedicado al "ajero", expresiva obra en bronce de Fulgencio León
Manchego, erigida en 1.985. En conexión con el ajo, los paisanos de Aceuchal son
conocidos a nivel general con el apelativo popular de "piporros".
Acevedo Bernal, Ricardo, pintor colombiano (Bogotá, 1867-1929).
Hizo sus primeros estudios en San Bartolomé en donde recibió algunas lecciones
de dibujo y de pintura del Padre Páramo. Luego, venciendo dificultades económicas y
gracias a la ayuda de don Roberto Pizano, pudo ampliar sus estudios con Pantaleón
Mendoza y Francisco Torres. También cultivó la música folclórica y hasta llegó a
componer algunos pasillos.
1883 - Recibió su primer premio de pintura en la exposición del 20 de julio de ese
año. Entre las obras ejecutadas en estos primeros años podemos mencionar dos
retratos que se encuentran en el Museo Nacional: el de Alberto Urdaneta, y el de su
maestro Pantaleón Mendoza.
1890 - 1895. Vivió en Nueva York en donde fue discípulo del americano William
Chase y el sueco Nohrmann. Allí conoció las nuevas corrientes de la pintura moderna.
1894 - Fue nombrado miembro de la Liga de Artistas de Nueva York. Pintó La Niña
de la Columna, actualmente en el Museo Nacional.
1899 - Regresó a Colombia. Participó en la exposición del 20 de julio y recibió el
primer premio en composición por su cuadro: Sagrada Familia. De este año es también
su primer ensayo en el campo de la escultura: una cabeza de Cristo modelada en
greda.
1901 - Fundó una academia privada de pintura, que funcionó varios años. Pintó:
El Bautismo de Cristo (hoy en la Sacristía de la Catedral de Bogotá) y la Virgen del
Carmen, que le merecieron un caluroso elogio del gran poeta colombiano, Guillermo
Valencia.
1902 - Fue nombrado Director de la Escuela de Bellas Artes de Bogotá, en donde
fundó un Museo. Pintó el famoso Evangelista que decora una de las pechinas de la
Catedral. (Ios otros tres fueron pintados por Garay, el Padre Páramo y Moros Urbina).
1903 - Viajó a Europa. Estudió en París con León Bonnat y Roberto Fleury, dos de
los más notables maestros de la Academia Julián; y luego en los talleres de Jean Paul,
Laurens y Joaquín Sorolla. Visitó también España, Inglaterra y Asís.
1905 - Pintó el retrato de su señora esposa doña Rosa Biester, hoy en el Museo
Nacional N9 2119, y un gran cuadro titulado: "El Triunfo de la Virgen del Carmen". A su
regreso a Colombia entró a formar parte de la Sociedad Colombiana de Bellas Artes.
1910 - Obtuvo una Medalla de Honor en la exposición del Centenario. En este año
ejecutó para la Iglesia de la Veracruz un altar, el cual ya no existe, por las nuevas
modificaciones que se le han hecho a la Iglesia desde 1960.
1911 - 1918. Nuevamente fue Director de la Escuela de Bellas Artes.
1916 - Pintó el modelo para la ejecución de un busto en mármol de Cervantes, el
cual fue colocado en la plaza España. Hizo un dibujo a carbón titulado: "Cabeza de
Hombre", el cual se encuentra actualmente en el Museo Nacional, señalado con el
número 2398.
1928 - Abril 30. Fue coronado solemnemente en Bogotá, como uno de los
mejores pintores del país. En este año también pintó el retrato del Padre Páramo, hoy
en el Museo Nacional.
1929 - Viajó a Europa a donde fue enviado con el cargo de Cónsul de Colombia en
Roma.
1930 - Abril 7. Murió en Roma y allí fue sepultado.
1963 - Enero 10. Se trajeron los restos de Acevedo Bernal y de su esposa, los cuales se
guardan ahora en el templo de El Voto Nacional.
Acevedo Bernal fue el mejor retratista de la primera mitad de nuestro siglo. Su
producción, muy abundante, se caracteriza por la delicadeza con la que manejó la
gama cromática.
Obras suyas son:
En lo que refiere a retratos se pueden destacar: El de su segunda esposa,
doña Rosa Biester; el de Alberto Urdaneta; el de su hija Rosita Acevedo Biester ; el del
pintor Delio Ramírez; el del Padre Páramo; el de la Niña de la Columna; el de Pantaleón
Mendoza (cuadro que fue robado del Museo Nacional el 7 de octubre de 1953 y luego
recuperado en 1955). - El de Rafael Reyes; el de Salvador Camacho Roldán; el de
Carlos E. Restrepo; el de José Vicente Concha; el dibujo al carbón del Maestro Recio; el
de los de don Manuel Marroquín. - Don José Joaquín Casas. - Don Pedro María Ibáñez. -
Don José Manuel Restrepo. - Don José María Vergara y Vergara. Dos retratos de Bolívar. -
Otros retratos de personajes históricos. En colecciones particulares: El de los músicos
José María Ponce de León y Julio Quevedo (propiedad de la familia Pardo Pardo). - Tres
retratos diferentes de Daniel Ricaurte Carrizosa (propiedad de las familias: Picaurte
Castello, Schlesinger Ricaurte y Ortega Ricaurte). - El de María Francisca Montoya de
Ricaurte (propiedad de la familia Ricaurte Montoya). - El de Emilio Ricaurte Carrizosa. -
El de Alberto Ricaurte Montoya. - El de Carlos Umańa. - El de Elisa Restrepo de Pizano. -
El de Sofía Holguín de Koppel. El del Padre Almanza en la Iglesia de San Diego. - El de
dolía María de Jesús Pardo de Pardo. - El de don José Segundo Peńa. - El de doña Blanca
Tenorio de Acevedo. - El de doña Inés Pizano de Balén. El de doña Carmen Pardo
Defrancisco. - El de José Asunción Silva (dibujo a lápiz). - El de Maruja Acevedo. - El de
doña Magdalena Arango de Jiménez López (propiedad del doctor Raúl Jiménez). El de
Gladis Koppel (niña). - El de la familia del pintor. - Su auto-retrato. El de don Joaquín
Mosquera. - El de José Rafael Mosquera.
En lo que refiere a temas religiosos: la decoración de la Iglesia de San Antonio de
la infancia desamparada, en donde además de algunos cuadros de caballete hay obras
al fresco que representan pasajes de la vida de San Francisco de Paula. - En la Catedral
Primada de Bogotá dejó: El Evangelista San Marcos que adorna una de las pechinas. -
El San Juan Bautizando a Jesucristo en el Jordán, y El San Bernardo de la Sacristía de la
Catedral. - El Sagrado Corazón de la Veracruz. - La Virgen del Carmen que se
encontraba en la Iglesia de San Juan de Dios. - La Sagrada Familia de la Iglesia de las
Nieves. - Mater Dolorosa. - El último beso. - La Virgen del Rosario con Fray Cristóbal de
Torres del Colegio del Rosario. - La Coronación de la Virgen y Santa Rosa en la Iglesia de
San Ignacio. - Los Discípulos de Emaús. - Jesús Adolescente. - La Virgen de los Lirios. -
Las decoraciones del Voto Nacional. - 1,a decoración de la Catedral de Tunja. - Las
pinturas que adornan las pechinas de la cúpula de la Capilla del Sagrario de Bogotá.
Estas son: Los Discípulos de Emaús, La Multiplicación de los Panes y de los Peces, El
Sacrificio de Melquisedec, y El Sumo Sacerdote Aarón. (Estas fueron las últimas obras
del maestro).
En lo que refiere a temas históricos: retrato de Antonio Nariño (propiedad de la
Revista "Cromos"). - Retrato de Gonzalo Jiménez de Quesada (en el Concejo Municipal
de Bogotá). - La Batalla de Boyacá. - Retrato de Bolívar (reproducido litográficamente
por una casa de Zurich). - La Constitución de Cundinamarca, en el Salón de la
Asamblea Municipal de Bogotá.
Acevedo, Arllen, pintora portorriqueña (Ponce, 1948)
Inclinada desde su más tierna infancia hacia el dibujo, demostró una gran
habilidad artística. Cursó sus estudios de Bellas Artes en la Universidad Católica de
Puerto Rico y obtuvo su bachillerato en Artes, con honores, en el 1970.
Ha celebrado exposiciones en varias salas de Ponce, como el Museo de Arte de
Ponce, y en la Universidad Católica de Puerto Rico. En Alemania expuso en Ausburgo,
en el New Leaf Gallery (1985) y en Landsberg (1985-1986). En California, en 1983-
1984, Arllen estudió la "wet-ou-wet technique" en óleos. Esta nueva técnica ha hecho
maravillas por su pintura, que es dinámica y espontánea, y de colores brillantes. Logra
una gran profundidad en su obra, que, a veces, parece ser tridimensional.
A la artista le gusta crear obras naturalistas y modernas en diferentes técnicas: el
óleo, el acrílico y la acuarela. Le fascina hacer paisajes, florales y abstractos, y también
practica la escultura y la cerámica.
Acevedo, Cristóbal de, pintor español (Murcia, primera mitad del s. XVII)
Fue un pintor barroco español seguidor de Vicente Carducho. Polo de Medina lo
menciona en las Academias del jardín (1630), aludiendo con tópico encomio a la
semejanza de su pintura con el natural, junto a los también murcianos Pedro de
Orrente y Lorenzo Suárez. Lázaro Díaz del Valle es quien informa de su estancia en la
Corte siguiendo a Vicente Carducho, aunque por evidente error Ceán Bermúdez lo hizo
discípulo Bartolomé Carducho.
Retornó a Murcia en fecha ignorada, datando de 1634 la primera referencia
documental de su estancia en ella, cuando comenzó a pintar el perdido retablo de
Alcantarilla, completado en 1639 con seis historias de la vida de San Pedro. En Murcia
instaló su taller y recibió aprendices. Consta además que en 1640 se encontraba preso
en la cárcel pública de la ciudad por andar de noche con armas.1 En 1648 eran ya sus
herederos los que cobraban lo que restaba del retablo de Alcantarilla.
Ceán Bermúdez menciona como obras suyas un San Fulgencio ante una aparición
de la Virgen, que se hallaba en el Colegio de San Fulgencio, luego Seminario, un San
Andrés Corsino a caballo, matando moros, en la escalera del Carmen Calzado, también
perdido, y San Pedro Nolasco rescatando cautivos que con La aparición de la Virgen al
rey Jaime I de Aragón, procedentes del antiguo retablo mayor de la iglesia del convento
de la Merced, en el que colaboró con Lorenzo Suárez, son las únicas obras conservadas.
Con ellas, según Ceán, se acredita entre los buenos profesores de su tiempo, por la
corrección del dibujo.
Acevedo, Jesús Tito, arquitecto y crítico de arte mexicano (1882-1918)
Profesor en la Academia Nacional de Bellas Artes. Difundió las enseñanzas del
arquitecto francés H. J. E. Bénard. Tuvo gran influencia entre los intelectuales de su
generación.
Acevedo, Manuel, pintor español (Madrid, 1744-1800)
Fue discípulo de José Lope, pero aventajó al maestro copiando buenos originales.
Pintó muchas obras destinadas fuera de Madrid, y se conocen especialmente su San
Juan Bautista y su San Francisco del convento de monjas de La Latina.
Acevedo, Miguel, caricaturista paraguayo (1889-1915)
La máxima expresión del arte de la caricatura en el Paraguay nació en Villa
Florida, Departamento de Misiones, el 6 de abril de 1890, hijo del uruguayo Miguel
Acevedo y la paraguaya Bienvenida Llanes.
Estudiante del Colegio Nacional de la Capital -institución de nivel secundario
abierta en el período de la post-guerra del Paraguay contra la Triple Alianza|triple
alianza se dedicó, por intuición y de manera autodidacta al dibujo, específicamente al
“retrato al lápiz”.
Inicialmente simple copista, evolucionó rápidamente su técnica y
fundamentalmente su creatividad. Fue así que en 1913 se presentó casi
irreverentemente al público con una exposición de unas 25 caricaturas de figuras
intelectuales y políticas enormemente caracterizadas en ese tiempo. Esta muestra
contó con unánime aceptación del público y de la crítica periodística.
Pocos meses después, una nueva exposición, con igual o mejor éxito que la
inicial. Conocidas y autorizadas figuras sumaron su elogio a la aceptación general.
Fue entonces cuando llegó para Acevedo el momento de participar en “Crónica”,
la más prestigiosa revista cultural de la época, entre las varias existentes. A partir de
entonces, cada número de la publicación traía una caricatura de Acevedo, la cual se
convirtió, por derecho propio, en el “plato fuerte” de cada entrega.
Pero fue en otra publicación, de alto corte satírico y picaresco, un caso insólito
dentro de la historia del periodismo latinoamericano -la revista cuenta de ejemplares
únicos, escritos a mano- “Tipos y Tipetes”, donde la obra de Acevedo obtuvo su mayor
significación.
Pero también se refiere a todas las cuestiones concretas que aparecen en la
diaria escena de la vida asuncena: caricaturiza personajes de la cultura, se mofa de la
moda o la publicita en avisos, crea viñetas que alegorizan cualquier acontecimiento de
interés colectivo, se ocupa con seriedad de pequeñas anécdotas desconocidas u
olvidadas y hace comentarios, reflexiones, bromas, siempre atento a todo lo que
sucede en su tiempo que él capta con agudeza y expresa con imaginación.
Pero, además, la diagramación ágil, la información vigente, la creatividad
utilizada en la ilustración y en las soluciones técnicas, y el tono variado del texto
suponen una concepción actualizada del periodismo que, indudablemente, no existía
en la producción pictórica.
Obtuvo una beca para estudiar en París, en 1914. La profusión de museos y el
movimiento cultural extraordinariamente dinámico y ágil de la capital francesa
estimuló al joven paraguayo quien, a más de progresar en sus estudios, iba depurando
su técnica. Lastimosamente, el estallido de la por entonces llamada “Guerra europea”,
más tarde la Primera Guerra Mundial, truncó la presencia de Acevedo en Europa.
Influyó de manera decisiva en el otro gran caricaturista paraguayo de la primera
mitad de este siglo, Juan Ignacio Sorazábal, quien reconoce en Acevedo a “su único
maestro”.
A poco de regresar, y a la edad de 25 años, fallece el 5 de diciembre de 1915.
Sus trabajos pueden apreciarse en la colección de sus caricaturas que poseen el Centro
de Artes Visuales del Paraguay y el Museo de Bellas Artes de Asunción.
Ack, Juan, pintor en vidrio (s. XVI)
Vivió en Bruselas a mediados del siglo XVI. Son suyas las magníficas vidrieras de
Santa Gudula, en Bruselas, que representan los retratos de Carlos V y su familia.
Ackermann, Christian, escultor y tallista alemán (Königsberg, hacia 1650 –
Tallin,1710)
Trabajó en Riga, Estocolmo y Gdansk, antes de establecerse en Tallin desde
aproximadamente 1672 hasta su muerte en 1710.2 En 1675, Ackermann se trasladó a
Tallin y abrió su propio taller. Probablemente murió en 1710 o poco tiempo después de
la plaga de peste.
Christian Ackermann fue uno de los más grandes maestros del estilo Barroco en
Estonia, llevando las influencias de Europa Central al noreste de Europa, en particular,
los motivos propios del barroco decorativo y las magistrales ornamentaciones de hojas
de acanto.
Obras suyas son: Retablo de la Catedral de Santa María en Tallin. A la izquierda
de la imagen vista parcial del púlpito, también tallado por Ackermann, Entre las
mejores y más conocidas obras de Christian Ackermann se incluyen las siguientes:
Baptisterio de la Iglesia sueca de San Miguel en Tallin (alrededor de 1680), calle Rüütli3
El edificio fue convertido en polideportivo durante la época soviética y restaurado en
2002. Retablo para la iglesia de Simuna (1684). El altar y el púlpito de la iglesia de Türi
(1693). El púlpito con figuras de los apóstoles (1686) y retablo (1696) de la catedral de
Santa María de Tallin, Reloj de la Iglesia del Santo Espíritu en Tallin Figuras del altar y el
retablo para la iglesia de Martna Púlpito para la iglesia de Juuru (1695), Púlpito para la
iglesia de Karuse (1697), Cruz para la iglesia de Koeru (finales del siglo XVII)
Ackermann, Franz, pintor alemán (N eumarkt-Sankt Veit, 1963)
Estudió Bellas Artes en Múnich y Hamburgo y sus primeros trabajos, así como sus
métodos de investigación, apuntaron ya hacía modelos muy personales de
interpretación pictórica. Desde el inicio de su trayectoria profesional, Ackermann
encontró en los viajes un tema recurrente con el que experimentar fórmulas de
expresión artística. Sus composiciones -pequeños cuadros, formatos de gran tamaño e
incluso murales sobre la pared- exponen imágenes y recuerdos de estancias por
diferentes lugares del mundo. Representaciones de ciudades como elementos
espaciales pero también como orientaciones mentales inmersas en el propio circuito
urbano configuran la realidad pictórica de la obra de Ackermann. Para el autor, la
estructura urbana de sus cuadros reflejan un modelo cultural y un sistema social de
referencia.
Durante los primeros años de la década de los noventa, vivió una temporada en
Hong Kong, antes de viajar por Asia, América del Sur y Australia y encontró en sus
nuevas experiencias el desarrollo definitivo para el enfoque de su pintura. Primero creó
sus populares 'mental maps', pequeñas composiciones elaboradas con acuarela y
collages que servían al autor como punto de partida para la investigación de la
estructura de cada ciudad. En los 'city maps' quedaban registradas las condiciones
geomorfológicas y topográficas de la urbe que después se proyectaban en imágenes
individuales y subjetivas, esto es, en la experiencia mental de la ciudad. De regreso a
su taller en Berlín, Ackermann trasladaba a sus cuadros los pequeños dibujos
cartografiados para sugerir su particular percepción del mundo con composiciones
cargadas de asociaciones, estructuras, formas, colores y fotografías.
En 1998 creó el proyecto Songline, un módulo espacial portátil que encierra
totalmente al observador para enfrentarlo a las particulares reflexiones espaciales,
visuales y mentales de Ackermann.
En 2004, Ackermann fue nominado para el Premio Hugo Boss. En 2005 recibió el
"Premio de las IFM Kunst am Bau 2005" por su diseño mural con el título ‘El gran viaje’
en la estación de metro de Múnich Georg Brauchle-Ring.
Su obra se ha mostrado internacionalmente en numerosas exposiciones incluida
la Bienal de Venecia de 2003, Dibujo ahora: 8 proposiciones en el Museo de Arte
Moderno de Nueva York, Híbridos en el Tate de Liverpool, Sistema Mundial de
Navegación en el Palacio de Tokio en París y Temporadas en el Sol en el Museo Stedelijk
de Ámsterdam. Está representado por la empresa Gavin Brown en Nueva York, la
Galería Meyer Riegger en Karlsruhe, Galería Fortes Vilaça en São Paulo y Gio Marconi
de Milán.
Muchas de sus obras se encuentran en la colección del Museo de Arte Moderno
de Nueva York.
Ackermann, Lutz, escultor alemán, (Sindelfingen, 1941)
Se graduó en los años 1955 a 1958 se formó como hojalatero - fontanero y
chapista de Daimler-Benz. Estudió dibujo desde 1958 hasta 1960 con S. Werner en
Stuttgart. Hasta 1964 trabajó como artista gráfico y diseñador industrial y desde
entonces exclusivamente como escultor.
Ackermann compró en 1972 una casa de guardavía1 en Gäufelden-Nebringen, al
sur de Alemania. Desde 1973, produjo obras en acero, madera y piedra. Presentó
exposiciones individuales y colectivas de artistas desde 1979. Lutz Ackermann inició en
1986 la ampliación de su estudio, antigua casa del ferrocarril, convirtiendo el proyecto
en una obra de arte llamada (KKW).
Ha ganado premios de las ciudades Budduso ( Cerdeña ), Gyor ( Hungría ) y fue
uno de los artistas participantes del Simposio con César Manrique en Lanzarote , Gran
Canaria.
En el año 2002 recibió el Premio de Cultura del "Foro de la Región de Stuttgart"
(en aleman: Forum Region Stuttgart). Éste fue el germen de la Fundación Lutz-
Ackerman, que ampara la Kunst-Kraft-Werk (en español de forma aproximda la "planta
de energía de arte.”
Entre las esculturas de Lutz Ackermann se incluyen las siguientes: Sin título,
1996. Böblingen Sin título, 1992. Gaeufelden "Wegzeichen", 1997 y "Combustion
Turbine", 2009 -Gaeufelden "Zelle", 2000. Rottenburg- (obra colectiva) Neun
Stahlobjekte, 1984, (Detalle ), Grundschule Gartenstraße, Sindelfingen
Maschinenplastik, 1982, Gottlieb-Daimler-Schule, Sindelfingen Stahl-Objekt, 2005,
Mahdentalstasse, Sindelfingen "Wegzeichen", 1997. Waiblingen "Wegzeichen" (también
llamado "Ackermann Roundabout"), 2000, afueras de Herrenberg Objekt II , 1987,
Böblingen Objekt I , 1985. Sindelfingen, en la recepción de una biblioteca pública Uno
de los 12 objetos del "SitzArt 2003" , Böblingen, etc.
Ackermann, Max, pintor y artista gráfico alemán (Berlín, 1887 -
Unterlengenhardt, 1975)
Ackermann comenzó con la talla de figuras en madera y modelando ornamentos
en el estudio de su padre a una edad temprana. De 1905 a 1907 estudió con Henry van
de Velde en su estudio de Weimar y en el estudio de Gotthardt Kuehl en Dresden
(1908-9). De 1909 a 1910, amplió sus estudios con Franz von Stuck en la Academia de
Bellas Artes de Múnich. En 1912, con 25 años, asistió a la Academia Estatal de Bellas
Artes de Stuttgart, donde trabajó como aprendiz de Adolf Hölzel, quien introdujo a
Ackermann en la pintura no figurativa, resultando ser una influencia formativa en sus
futuras obras, y empezó a pintar de manera abstracta.
Max Ackermann participó en la Primera Guerra Mundial, durante la cual resultó
heridoy dado de alta después de un largo período en el hospital. Después de la guerra,
desde 1918 hasta 1919 fue miembro de Der Blaue Reiter ('El jinete azul'). En 1921, el
artista se reunió con el pionero de la danza abstracta Rudolf von Laban, con quien
debatió vivamente sobre la notación de la danza y el contrapunto, inspirando a
Ackermann sobre la pintura rítmica ciega. A lo largo de la década de 1920 trabajó como
artista en Stuttgart, donde su primera exposición individual se celebró en 1924, con
pinturas figurativas y abstractas, pasteles y dibujos en la Asociación de Arte
Württembergische. En 1926, pasó un tiempo en París donde se hizo amigo de Piet
Mondrian y Adolf Loos. Alrededor de este tiempo, Wassily Kandinsky, le confirmó y
alentó en su búsqueda de la pintura absoluta. En 1928, compartió una muestra
colectiva en la Galería "Kunsthaus Schaller" en Stuttgart con Kandinsky y George Grosz.
Estableció un Lehrwerkstätte für Neue Kunst (Taller de capacitación de Arte
Moderno) en su estudio y organizó seminarios vacacionales para los jóvenes maestros
de arte. En 1930, Ackermann presentó un seminario sobre "pintura absoluta" en la
Universidad Popular de Stuttgart. Con base en los temas de los seminarios, en 1933 dio
conferencias en una exposición de Hölzel en la galería Valentien de Stuttgart.
Ackermann fue considerado degenerado por las nuevas autoridades nazis, y en 1933 le
fue prohibido exhibir por decreto; en 1936, otra vez por decreto, le fue prohibida la
enseñanza. También sufrió la confiscación oficial de los gráficos y cuadros expestos en
la Galería Estatal Württembergische en Stuttgart. Después de ser retirado de la
enseñanza, Ackermann continuó con su trabajo abstracto en Hornstaad en el Lago de
Constanza, que se convirtió en una colonia de artistas unidos por Otto Dix, Erich Heckel
y Helmuth Macke.
Muchas de sus primeras obras se perdieron cuando su estudio fue destruido en
1943 durante un ataque aéreo durante la Segunda Guerra Mundial. Después de la
guerra, en 1946 una exposición individual en Stuttgart fue seguida por otras
exposiciones individuales en ciudades de Alemania Occidental y una muestra colectiva
en el Salon des Réalités Nouvelles en París y en 1949, en Zurich, en la exposición Kunst
in Deutschland 1930-49. Con Wolfgang Fortner, Ackermann celebró un seminario sobre
la música y la pintura en 1952. Un año más tarde, participó en un evento con Hugo
Häring y Kurt Leonhart sobre el tema de la pintura y la arquitectura. En 1956, como
sucesor de Willi Baumeister, que había muerto, la Asociación de Aartistas Künstlerbund
Baden-Württemberg introdujo a Ackermann en el Rat der Zehn («Consejo de los Diez»).
El estado de Baden-Württemberg otorgó a Ackermann el título honorífico de Profesor en
1957, y en 1964 fue honrado por la Academia Alemana Occidental. Para celebrar su 80
cumpleaños en 1967, se celebraron exposiciones individuales en el Museo de
Mittelrhein en Coblenza y en otras galerías de Kaiserslautern, Friedrichshafen y el Lago
de Constanza. En 1967 la exposición retrospectiva de su obra a partir de 1908 tuvo
lugar en Koblenz, Kaiserslautern, Constanza, Wolfsburg y Colonia, y en la Universidad
de Chicago en 1969.
Se casó dos veces, con Gertrude Ostermayer de 1936 a 1957 y con Johanna
Strathomeyer en 1974. Ackermann murió en Unterlengenhardt, Bad Liebenzell en la
Selva Negra, el 14 de noviembre de 1975, con 88 años de edad.
Durante un tiempo le atrajo el Verismo, la crítica y el socialismo, dirigiendo
finalmente sus simpatías políticas hacia el comunismo.
A partir de la década de 1930, Max Ackermann desarrolló un creciente interés por
la pintura abstracta y el constructivismo (la "absoluta pintura"), hasta que esta forma
de arte, llamado arte degenerado, fue prohibido por los nazis en 1936.Sin embargo, se
las arregló para vender algunas pinturas.
Es conocido como el pintor del azul. Obras suyas son: 1927: Alemania, 95 × 62,3
cm. 1930: La composición no figurativa, 155 × 111 cm. 1932: Hormigón, 100 × 109.
1947: Sin título, 29 x 19 cm. 1948: Fanal, 43,4x30,5 cm. 1951: La bola de fuego, 205 ×
80 cm. 1953: Continente, 120 x 80 cm. 1954: Puente entre Continentes, 120 × 50 cm.
1955: A la alegría. 1957: Sin título (Bajamar), 50 × 65 cm. 1957: Tonos de colores II,
185x100 cm. 1960: Sin título, 65x40 cm. 1962: Composición, 185 × 130 cm. 1962: Sin
título, 120'5x100 cm.
Ackner, José Miguel, arqueólogo austríaco (Transilvania, 1782-?)
Estudió teología e historia en Witenberg y Gotinga; visitó Francia e Italia y toda la
cordillera de los Cárpatos, donde hizo observaciones mineralógicas interesantes. Por
espacio de trece años enseñó filosofía y arqueología en Heermanstadt. Sus principales
obras son: Antiqua Musei Parisiorum; Mineralogía de Transilvania, etc.
Acosta, Cayetano, escultor, retablista y arquitecto portugués (Lisboa, 1710 –
Sevilla, 1780)
Estuvo activo en Sevilla según consta documentalmente al menos desde 1755,
fecha en que participó en diversos trabajos relacionados con la Real Fábrica de
Tabacos, actual Universidad de Sevilla, entre ellos la fuente del patio principal y los
remates de la fachada.
Ente 1761 y 1763 realizó un conjunto de 11 retablos para el Convento de Santa
Rosalía (Sevilla). En esta ciudad son suyos también el retablo mayor y el retablo
portada de la Capilla Sacramental de la Iglesia del Salvador, el de la Capilla de San José
y los retablos del crucero de la Iglesia del Sagrario.
En Cádiz colaboró en la Catedral Nueva donde tiene obras identificables entre
1744 y 1750 y en el Hospital de Nuestra Señora del Carmen.1
Don Cayetano Acosta, como le llama Ceán Bermúdez, o "el portugués Cayetano",
según algunos documentos de la época, es el más característico arquitecto retablista y
escultor del tercer cuarto del siglo XVIII en Sevilla, y a quien se deben los conjuntos
más grandiosos de su época; puede decirse que con él llega a su culmen la
arquitectura de retablos en la capital andaluza, iniciándose a su muerte un rápido
descenso que termina en el retablo neoclásico, que ya él mismo preludia.
Según Ceán, nació en Portugal en 1710, muriendo en Sevilla en 1780, dejando
innumerables obras en todo el arzobispado. Probablemente se encontraba en la capital
desde 1750, pues se conoce su presencia en ella, documentalmente en 1755, año en
que realizaba la fuente del patio principal, remates de la fachada y otros trabajos de
escultura para la Real Fábrica de Tabacos de dicha ciudad.
De sus innumerables obras se pueden destacar los retablos de la iglesia del
convento de Santa Rosalía y los de la Colegial del Salvador, en Sevilla, que bastan para
calificar en alto grado el criterio estético de este arquitecto-escultor. Sus trazas,
aunque alguna recuerda a la de Duque Cornejo en Umbrete, se caracterizan por una
gran riqueza de movimientos en los elementos constructivos, pero principalmente por
la fastuosa decoración de rocalla que cubre todo el dispositivo y por la intervención tan
destacada que tiene la escultura en la composición, a la que presta intensos matices
de escenario, que no consiguió ningún otro retablista de su tiempo.
En 1761 se incendió la iglesia del convento de Santa Rosalía (Sevilla)(2),
destruyéndose sus retablos. Inmediatamente después del siniestro, el arzobispo don
Francisco de Solís y Folch encargó a su arquitecto, don Cayetano da Acosta, la
ejecución de siete en sustitución de los perdidos (3), dando lugar a uno de los interiores
de iglesias sevillanas más bellos y completos que quedan del siglo XVIII. En el corto
espacio de tres años dió cima Acosta a esta gran obra, que se inauguraba en 1763,
dorándose el retablo mayor a expensas de la testamentaría del arzobispo Salcedo y
Azcona.
Entre estos años y 1770 acometió Cayetano Acosta las dos obras de mayor
envergadura que de él se conservan: el retablo mayor y el que sirve de portada a la
capilla Sacramental de la iglesia del Divino Salvador, en Sevilla.
El retablo mayor de la iglesia del Salvador (Sevilla) es la mejor obra de Cayetano
Acosta. De grandes dimensiones, presenta caracteres típicamente del portugués, como
la abundancia de grupos escultóricos y la riqueza de nuevos motivos ornamentales. En
la calle central, Acosta desarrolla una composición muy original; incluye el Sagrario y
Manifestador en la disposición conocida, pero la hornacina o baldaquino para la imagen
la sustituye por la gran escena de la Transfiguración, compuesta por un grupo de siete
figuras y la del Salvador, a la que sirve de fondo una rica almeja de ancha y movida
moldura muy expresiva
La gran portada de la capilla estaba terminada en aquel año, siendo considerada
por Sancho Corbacho como la obra más original y que mejor caracteriza al estilo del
arquitecto portugués, y desde luego, la más representativa de la arquitectura retablista
sevillana de la segunda mitad del siglo XVIII. El retablo mayor es de enormes
dimensiones, con abundantes grupos escultóricos y nuevos motivos ornamentales. Es
de sospechar que Acosta hiciera muchas más obras aún no identificadas, pues estuvo
en Sevilla durante treinta años y gozaba del prestigio necesario. También debió tener
una serie de discipulos y seguidores autores de un conjunto de retablos muy
importantes en toda la región, como sucede con el mayor de la Colegiata de Osuna
(Sevilla) o el de Santo Domingo (Carmona). Quizás pueda considerarse colaborador
suyo el entallador Julián Jiménez, que en 1762 hacía el retablo de la capilla de la
Fábrica de Tabacos, cuya composición se desarrolla dentro de las normas estilísticas de
Cayetano Acosta.
Retablo mayor del convento de Santa Rosalía (Sevilla), de Cayetano da Costa,
realizado en 1763. Tras el incendio que destruyó los anteriores, el portugués hizo siete
retablos para sustituirlos: el mayor, dos colaterales y cuatro más pequeños para los
machones del crucero, más otros cuatro, en forma de pequeñas vitrinas rinconeras,
dispuestas sobre consolas en cada uno de los ángulos del crucero, dando lugar a uno
de los interiores de iglesias sevillanas más bellos y completos que quedan del siglo
XVIII.
Retablo mayor de la capilla de San José, del gremio de los carpinteros, en Sevilla
(1762-1766), realizado por Cayetano Da Costa. Su composición, tipos de soportes y
motivos decorativos responden al mismo criterio seguido en la portada del Sagrario del
Salvador. Una escultura de San José ocupa la hornacina principal; en las calles laterales
imágenes de San Juan Bautista y San Juan Evangelista.
Acosta, Wladimiro de, arquitecto ruso (Odesa, 1900-1967)
Nació en Odesa, en el seno de una familia de clase alta, y su verdadero nombre
era Vladímir Konstantinowski. En 1911 ingresó a la Escuela de Bellas Artes de su ciudad
natal y en 1917 egresó como Bachiller Técnico en Construcciones. El advenimiento de
la Revolución bolchevique de 1917 lo alejó de Rusia, y en 1919 se trasladó a Roma para
trabajar en el estudio del controvertido arquitecto historicista Marcello Piacentini, una
de las figuras más destacadas durante el régimen fascista de Benito Mussolini. También
cursó estudios en la Escuela Superior de Bellas Artes de Roma, donde obtuvo el título
de arquitecto.
En 1922 se instaló en Berlín, ciudad donde trabajó como escenógrafo y cursó
estudios de ingeniería. Seis años después emigró a Argentina. Ya en Buenos Aires,
descubrió diversas corrientes estéticas influenciadas por diferentes ideales políticos.
Aunque no adoptó de inmediato ninguna tendencia, no tardó en definir su línea de
investigación cercana al racionalismo más puro que, en alguna medida, estaba
inspirado en sus maestros alemanes. Durante años alternó su permanencia en Buenos
Aires con estancias en São Paulo (Brasil), donde realizó varias casas para clientes
particulares. En 1930 se instaló definitivamente en Buenos Aires y comenzó una
búsqueda obsesiva por las respuestas arquitectónicas a la acción del clima en sus
proyectos. En 1932 descubrió y experimentó el ‘sistema helio’, que consiste en un
corte del terreno en terrazas protegidas del sol con una losa visera ubicada en el nivel
de la cubierta.
Durante las décadas de 1930 y 1940, su periodo más fructífero, realizó gran
cantidad de obras, entre ellas, las casas Ramos Mejía (1939), Punta del Este (1940) y
Castelar (1944), el edificio de departamentos de Figueroa Alcorta (1942) y el primer
proyecto de casa colectiva del Hogar Obrero (1941). Más tarde centró su energía en su
actividad como docente y conferenciante.
En 1947 proyectó en Caracas (Venezuela) el Instituto Pedagógico. En 1950 y 1952
realizó las residencias Giardino y Levinton, en Buenos Aires. En 1954 viajó a Estados
Unidos para dictar conferencias en las universidades de Harvard y Cornell. Entre 1957 y
1966, centró su actividad en la Universidad de Buenos Aires, donde fue elegido
profesor de Diseño Arquitectónico; allí realizó por encargo su último proyecto, la Unidad
Vecinal de la Isla Maciel. Visitó Cuba en 1962, entusiasmado por las ideas
revolucionarias puestas en práctica. El 11 de julio de 1967 falleció en Buenos Aires y
tres años más tarde se publicó su obra póstuma, Vivienda y clima.
Acqua, Christofano dell, grabador italiano (s. XVIII)
Vivió en Vicencio a finés del siglo XVIII. Entre sus obras se cita un retrato de
Federico el Grande y las láminas de la edición de Metastasio.
Acquapendente
Ciudad de Italia situada a 423 metros sobre el nivel del mar, en la provincia de
Viterbo, perteneciente a la región del Lacio.
En la Antigüedad era conocida con el nombre de Acula por una gran cascada que
cae desde una roca basáltica de las inmediaciones. Acquapendente es una antigua
ciudad etrusca que en el año 954 albergó durante un largo período de tiempo al
emperador Oton I, que firmó muchos tratados de paz en ella. Posteriormente, cuando
Castro, capital del ducado del mismo nombre, fue destruida por el papa Inocencio X, su
obispado se trasladó a Acquapendente.
En el siglo XI la ciudad pertenecía a Matilde de Canossa, quien a su muerte,
acaecida en 1079, la dejó en herencia a la Santa Sede. Posteriormente, la ciudad fue
una plaza fuerte de Toscana, y en el siglo XV pasó a ser un feudo de los Sforza. EL 30
de septiembre de 1867 se inició la campaña de Garibaldi, que perseguía conquistar
Roma y que concluyó en Metana; Acquapendente fue ocupada por un grupo de sus
voluntarios.
Arte
Catedral del Santo Sepulcro, construida durante los siglos XI y XII, y reformada en
época barroca. Fue restaurada tras los desperfectos causados como consecuencia de
los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial, recuperando parte de su primitiva
forma románica. De la construcción original se conserva una columna en uno de los
laterales, dos capiteles y uno de los ábsides de la cabecera (concretamente el central).
Su interior está dividido en tres naves, cuya parte oriental está un poco más elevada.
En él se guardan un púlpito ubicado en el acceso al presbiterio que está decorado con
relieves realizados por Duccio, y donde están representados San Miguel venciendo al
dragón; y Tobías y el arcángel Rafael; un busto del papa Inocencio X, obra de Alejandro
Algardi; y el altar sacramental, realizado en 1522 de Jacopo Beneventano. La cripta,
realizada en el siglo X, está cubierta mediante una bóveda de crucería sustentada por
22 columnas de piedra que a su vez están coronadas con capiteles ricamente
decorados; su interior está dividido por 9 naves, donde se conservan supuestamente
algunos fragmentos atribuidos a la columna en que fuera flagelado Jesucristo y un
sagrario donde reposa la reliquia del Aula de la pretoría de Jerusalén, y sus paredes se
decoran mediante un conjunto de frescos que datan del siglo XIII. Está cripta se levantó
sobre un primitivo templete de las mismas dimensiones del Santo Sepulcro.
Palacio Visconti, realizado en el año 1582. Lo más destacable del edificio es su
portada, que aún conserva su primitiva riqueza ornamental.
Iglesia de San Francisco y de Santa María, construida en estilo gótico. En su
interior conserva un crucifijo de madera del siglo XIII, y varios frescos pertenecientes a
los siglos XVII y XVIII que están situados en el coro.
Acquisti, Luis, escultor italiano (Forli, 1744 – Bolonia, 1824)
Conocido por sus esculturas en estilo Neoclásico, sus trabajos se hallan dispersos
a lo largo de todo Italia. Entre ellos se encuentran los relieves del Arco de la Paz en
Milán ; la estatua de la Vecchia Legge para la fachada de la Catedral de Milán ; Marte y
Venus para la Villa Carlotta en Tremezzo , junto al lago Como; Estatuas del Palacio
Braschi de Roma; y una Atlanta (hacia 1806) para la Villa Belgiojoso Bonaparte en
Milán.
Recibió sus primeras impresiones de esculturas en su ciudad natal, desde donde
podía ver, entre otras, obras de Antonio Rossellino, de Francesco di Simone Ferrucci de
Fiesole, de Tommaso Fiamberti
Acquisti era todavía joven cuando se trasladó a Bolonia con el fin de estudiar en
la Accademia Clementina(Academia Pontificia de Bolonia), bajo la influencia de
Giuseppe Mazza y de Angelo Piò como alumno de Filippo Balugani y Carlo Bianconi.
Consecutivamente ganó el prestigioso premio Marsili-Aldrovandi de primera clase con
su obra Enea condotto dalla Sibilla ai Campi Elisi (1774) y Un Romano che rapisce una
Sabina (1775). En 1785 fue nombrado Academico del Numero en la clase de escultura
figurativa en su academia, y en 1780 fue ascendido a Direttore di Figura para la misma
institución. Fue miembro honorario de la academia Gran Ducale Fiorentina (1782), la
Accademia di San Luca (1803), y de la Academia de Mantua
Período boloñés
Su periodo boloñés (1774–1791) se caracterizó por la decorazioni all'antica. Su
trabajo también estuvo imbuido por una búsqueda de la magnificencia y lo asombroso
como puede verse en su enorme estatua de la Chiesa del Triregno( 1781). Su obra
maestra de este período se encuentra en la cúpula del Santuario de Santa Maria della
Vita (1787).2
Período romano
En 1792 dejó Acquisti Bolonia por Roma (1792-1807), que notó la influencia de
Acquisti siendo miembro de la junta directiva para el premio Curlandese. En la edición
de 1789 vio el estilo neoclásico típico de Antonio Canova, en el relieve en mármol Le
arti incoronate dal Genio de Giacomo De Maria. Mientras permaneció en Roma, trabajó
junto a Canova y Valadier. Durante este período decoró el Palacio Braschi cerca de la
Plaza Navona y la iglesia San Pantaleo.2
Período milánes
Después de 1807 Acquisti se trasladó a Milán. Durante este período produjo
muchas de sus obras más famosas como la estatua de mármol Atalanta, el grupo de
mármol Marte y Venus, la estatua de David''en la fachada de la catedral de Milán y
relieves del Arco della Pace. Estas últimas obras se realizaron siguiendo los cánones
neoclásicos.2
Acquisti regresó a Bolonia en 1814, produciendo desde entonces hasta su muerte
esculturas para la Cartuja de Bolonia. Sin embargo, en las dos únicas obras que se sabe
son suyas en el cementerio (otro par se le atribuyen con el consenso de expertos), el
nivel artístico ha disminuido y los monumentos son de carácter modesto, con detalles
escasos.2
Acquisti, junto con Giacomo Rossi, ayudó a promover la transición de las
graciosas figuras del barroco y el adornado rococó, a las escenas heroicas inspiradas
por Benedetto Alfieri. A pesar de haber viajado por toda Italia, se le considera un artista
boloñés por haber pasado la mayor parte de su infancia en Bolonia, después de haber
sido allí educado y habiendo producido muchas de sus obras más importantes en esa
ciudad.2
Entre las mejores y más conocidas obras de Luigi Acquisti se incluyen las
siguientes:
En Forlì: en la Iglesia de San Filippo Neri, cuatro grandes estatuas ubicadas
en la intersección de la nave con el crucero, que representan: la Humildad, el Amor al
prójimo, la Caridad, el Desprecio de la grandeza terrenal;
En Milán: estatua del Antiguo Testamento( en italiano: Vecchia Legge)
(David y el Profeta Joaquín) en la fachada del Duomo de Milán; bajorrelieve del 'Arco
della Pace (Historia - Poesía - Ocupación de París y Congreso de Praga terminado por
Francesco Somaini por la muerte de Acquisti). Después de haber estado desde 1902
hasta 2010 en Villa Reale (o Villa Belgiojoso Bonaparte), actualmente en la Pinacoteca
de Brera Atalanta (1806)[1]
En Orvieto: estatua de San Juan Bautista (1821), sobre la pila bautismal en
el interior de la Catedral ;
En Roma: estatuas en el Palacio Braschi;
En Tremezzo (Como), en el lago Lario: Villa Carlotta, grupo escultorico
Venere trattiene Marte;
En Bolonia: en via Oberdan 24, la estatua del perro Tago. La obra fue
restaurada en 2008 y se trasladó para su exposición en el Museo Cívico Arqueológico
de Bolonia.
Acradas, escultor griego (s. V a.C.)
Grababa en oro y plata. Plinio vió en el templo de Baco, en Rodas, copas en que
este artista había grabado cacerías, bacantes y centauros
Acrolito
Tipo de estatua antigua cuyas extremidades (cabeza, manos y pies) eran de
mármol u otros materiales u otros materiales, como el marfil, mientras que el resto del
cuerpo, recubierto de ropajes, era de madera y arcilla, razón por la cual no se han
conservado. Un famoso ejemplo de Acrolito es la Cabeza de Apolo hallada, junto a una
mano, en Ciro (Calabria). Estas estatuas de divinidades se construían así, no solo por
razones económicas, sino para dar una mayor facilidad al cambio de vestidos que
exigía cada rito.
El acrolito (del griego "àkros" "en la parte superior, alto, la extrema" y "lithos"
piedra "), es un tipo de estatua a los antiguos griegos (ya veces incluso a los romanos)
se llevó a cabo sólo en la cabeza, en los brazos o las manos y los pies, utilizando
piedra, mármol o marfil; en todo el resto de la estatua fue construida con materiales
menos valiosos o perecederos (por ejemplo, madera) o no existía en absoluto, ya que
sólo una estructura de apoyo o un andamios que mantienen los extremos tallada. Esta
estructura fue recubierta con cortinas de tela real. Era utilizado principalmente por las
estatuas de deidades que se establezcan en los templos a practicar el culto de los
fieles. Ejemplos de acrolito son: Pompeya a la acroliti de Isis, que se halló en el templo
de Isis, ahora conservado en el Museo Arqueológico Nacional de Nápoles; en Punta
Alice, la antigua Krimisa, acrolito de Apolo, ahora conservado en el Museo Nacional de
la Magna Grecia; la colosal estatua de Genius (protección de la divinidad) de Augusto, a
unos 12 metros de altura, ubicado en la llamada "Casa de Coloso" en el agujero de
Augusto en Roma; la colosal estatua de Constantine I, a unos 13 metros de altura,
ubicado en Assisa, y se conservan en el Palacio de los Conservadores del Museo
Capitolino.
Las esculturas acrolíticas griegas se fabricaban parcialmente en serie, tallando
los cuerpos o bustos en madera o en basta terracota, puesto que luego se cubrían con
ropajes, como las imágenes de las vírgenes católicas. Las partes que sobresalían, como
la cabeza, las manos y los pies, se tallaban en cambio en materiales nobles, como este
mármol, y personalizaban al personaje representado.
Ejemplo de acrolito es el busto de Ludovisi, del siglo V a. de J.C., que debió
pertenecer a una estatua de culto monumental, con un relieve especial en los ojos que
lo dota de una mirada tenue y penetrante y una sonrisa ligera y benévola.
Acropodio
Pequeño pedestal de forma prismática de poca altura sobre el que descansa una
estatua. Es un pequeño pedestal a modo de plinto. También es la parte superior de un
pedestal.
Acrópolis
Parte alta de las ciudades antiguas, construida en la cima de las colinas y
defendida por altos muros, tras los cuales se refugiaban los ciudadanos en caso de
guerra. En Grecia, en la época de la civilización cretense-micénica, fue en principio el
lugar de residencia del Rey, como en Tirinto, Micenas, y en la propia Atenas. Más tarde,
al adoptarse formas más democráticas de gobierno, las acrópolis sirvieron para
albergar a los habitantes de la ciudad en los momentos de peligro; y entonces, en lugar
de palacios, se construyeron en ellas templos para las divinidades. En la de Atenas, por
ejemplo, se erigió el famoso Partenón.
En Italia se fundaron ciudades protegidas por Acrópolis rodeadas por un doble
muro, especialmente en el Lacio: Alatri, Segni, Ferentrino, Palestrina. En algunos casos,
estas acrópolis se construían sobre una colina algo apartada, pero unida a la ciudad por
un breve camino. Las acrópolis italianas, por su misma antigüedad, no pueden ser
consideradas como derivación de las griegas, pero no tuvieron un desarrollo
completamente independiente.
Entre las acrópolis españolas se pueden citar las de Tarragona (limitada por la
sólida muralla ciclópea), la de Emporium (hoy Ampurias), las de Sagunto, Gerona y
Málaga.
En la época del apogeo del Imperio Romano dejaron de construirse, pero en la
Edad Media los castillos que se levantaron muy a menudo en los mismos lugares de las
antiguas acrópolis y que fueron tan famosos en la España medieval vinieron a ser sus
continuadores y cumplieron análogas funciones.
La acrópolis es la parte alta de las ciudades griegas, romanas y de otras
civilizaciones; con la intención de tener una mejor defensa de sus asentamientos, los
primitivos pobladores, elegían elevaciones naturales del terreno con bordes
escarpados, núcleo a partir del que iba creciendo a sus pies, rodeándolo, un nuevo
emplazamiento urbano. Así nacieron Atenas o Roma, con sus edificaciones
emblemáticas como templos o plazas de reunión, y en las que se reunían las
personalidades de la ciudad para actos importantes. En España, con la misma idea,
existen la ciudadela y el alcázar. La acrópolis más conocida es la Acrópolis de Atenas,
que incluye el Partenón.
Acrópolis de Atenas
La Acrópolis de Atenas puede considerarse la más representativa de las acrópolis
griegas. Es una roca, plana en la parte superior, que se alza 156 metros sobre el nivel
de la ciudad de Atenas, Grecia. También es conocida como Cecropia en honor del
legendario hombre-serpiente, Cécrope, el primer rey ateniense.
Existe evidencia arqueológica de la ocupación y uso en el período Acaeno cuando
se erguía un palacio en aquel lugar, hace aproximadamente 6.000 años. En aquella
época, estaba rodeada por un grueso muro (entre 4,5 y 6 metros) que constaba de
paramentos construidos con grandes bloques de piedras cimentados con un primigenio
mortero llamado emplekton. La entrada principal miraba hacia el Este. Al noroeste
existía una entrada, a la que se llegaba mediante una escalera de aproximadamente
quince escalones escarbados en la roca. Esta entrada secundaria está situada próxima
al palacio real. Al nordeste hay un portillo y una escalera que va a la fuente conocida
como "Clepsidra."
Tras la Edad Oscura, la Acrópolis dejó de ser una residencia y se convirtió en el
centro de culto de Atenas, centro de adoración para la ciudad. Tras la invasión dórica
del siglo X a. J.C., un nuevo edificio denominado Enneapylon ("nueve puertas") cubrió
la fuente. Trazos de casas micénicas prueban que la acrópolis estaba
permanentemente habitada durante esa época y que siguió así durante los períodos
oscuros que precedieron al nacimiento de la polis ateniense en el siglo VIII a. J.C. En
dicha época, existía un pequeño templo dedicado a Atenea mencionado por Homero y
un mégaron.
La Acrópolis fortificada sirvió como ciudadela para Pisístrato. En el 510 a. de J.C.,
cuando fue defenestrado por una revolución popular apoyada por los espartanos, se
demolieron los muros. En el mismo lugar, los antiguos habitantes de Atenas se
refugiaron durante las Guerras Médicas hacia el 480 a. de J.C. Con dicho propósito, las
partes dañadas de la muralla fueron reemplazadas por un refugio de madera, pero esto
no detuvo a las tropas invasoras del Rey persa Jerjes I en la conquista de la Acrópolis y
en el saqueo y quema de los templos mayores.
La mayoría de los grandes templos fueron reconstruidos bajo el liderato de
Pericles durante la Edad Dorada de Atenas (460 a 430 a. J.C.). Fidias, un gran escultor
ateniense, e Ictino y Calícrates, dos famosos arquitectos, fueron los responsables de la
reconstrucción. Durante el siglo V a. J.C., la acrópolis obtuvo su forma final. Tras ganar
en Eurimedonte en 468 a. J.C., Cimón y Temístocles ordenaron la reconstrucción de los
muros sur y norte, y Pericles confió la construcción del Partenón a Ictino y Fidias. En
437 a. J.C. Mnesicles comenzó a construir los Propileos, las puertas monumentales con
columnas de mármol del Pentélico, parcialmente construidas sobre los antiguos
Propileos de Pisístrato. Estas columnatas fueron prácticamente finalizadas en el año
432 a. J.C. y tenían dos alas, sirviendo la norte como pinacoteca. Al mismo tiempo que
los Propileos, se comenzó la construcción del pequeño templo jónico de Atenea Niké.
Tras una interrupción debida a la Guerra del Peloponeso (431-404 a. J.C.) contra
Esparta, el templo fue concluido en la época de la paz de Nicias, entre 421 a. J.C. y 415
a. J.C. En el mismo periodo se comenzó la construcción del Erecteion, con su Tribuna de
las Cariátides, pórtico situado al lado sur dedicado a Pandrosia, hija de Cécrope,
atribuido a Calimacos, discípulo de Fidias. En el pórtico se custodiaba la tumba de
Cecrope. Es el más grandioso templo jónico griego edificado en tiempos de Pericles,
entre el año 421 y 406 a. J.C., para reconstruir el templo destruido por los persas en los
años 480 y 479 a. J.C., dedicado a Poseidón y Atenea, asociados a " Erecteo -uno de los
primeros reyes de Atenas que introdujo el culto a Atenea y fundó las Panateneas y que,
fulminado por Poseidón, fue enterrado en el lugar de la Acrópolis donde se alza el
Erecteion-. Este es un templo hexástilo cuya cella está dividida en tres partes
destinadas a albergar los objetos de culto: una nao dedicada a la imagen de Atenea y
la serpiente de la Acrópolis; otra en la que se guardaba la imagen de Poseidón y tal vez
una cisterna para la sal marina de este dios y la tercera en la que se veneraba a
Erecteo. Entre el tempo de Atenea Niké y el Partenón se encontraba el templo de
Artemisa Brauronia, divinidad representada como un oso y adorada en Braurón. En el
santuario se encontraban el arcaico xoanon de la divinidad y una estatua realizada por
Praxíteles en el siglo IV a. J.C. Tras los propileos, dominaba el conjunto de la Acrópolis,
la gigantesca estatua de bronce de Fidias de Atenea Prómacos ("la que combate en
primera línea"), construida entre el 450 a. J.C. y 448 a. J.C. La base era de 1,50 m de
alta, mientras que la altura total de la estatua era de 9 metros. La divinidad tenía una
lanza en su mano y un escudo gigante en el lado izquierdo, decorado por Mys con
imágenes de la lucha entre los Centauros y Lápitas. Otros monumentos, desaparecidos
hoy, son el Chalcotec, Pandroseion, Santuario de Pandion, el altar de Atenea, el
santuario de Zeus Polieus y, de la época romana, el templo circular de Augusto y Roma.
Significado cultural de la Acrópolis
Cada año, los atenienses celebraban un festival denominado de las Panateneas
que rivalizaba con los Juegos Olímpicos en popularidad. Durante el festival, una
procesión subía desde Atenas hasta la Acrópolis, hacia el Partenón (como se reflejaba
en el friso en el interior del Partenón). Allí, se colocaba un costoso manto (peplos) de
forma ceremoniosa en la estatua crisoelefantina (de marfil y oro) de Atenea, realiza por
Fidias. Además, el Eleusinión situado en la base de la acrópolis, acogía las reliquias
sagradas de los Misterios eleusinos.
Cabe destacar las acrópolis de Tirinto, Argos, Micenas, Corinto, Tebas y, sobre
todo, la de Atenas, que adquiere su gran esplendor con Pericles (s. v). Entonces se
construyen el Partenón, los Propileos (pórtico doble en mármol, de orden dórico y
jónico, construido por Mnesicles), el Erecteo y el templo jónico de la Victoria (o Nike)
Áptera. Convertidos en polvorín por los turcos, los Propileos estallaron a causa de un
incendio en 1640. Durante el bombardeo veneciano de Atenas (1668), el Partenón,
empleado por los turcos como arsenal, fue dañado por una granada. Reconstruida
desde el siglo pasado, la Acrópolis ateniense fue incluida por la UNESCO en el
patrimonio mundial en el año 1987.
La entrada a la Acrópolis se realiza por una puerta monumental llamada
Propileos. En el lado derecho y frontal de la Propileos se encuentra el Templo de Atenea
Niké. Una gran estatua de bronce de Atenea, construida por Fidias, se encontraba
originalmente en el centro. A la derecha de donde se erguía esta estatua se encuentra
el Partenón o Templo de Atenea Partenos (Atenea, la Virgen). A la izquierda y al final de
la Acrópolis está el Erecteión, con su célebre pórtico sustentado por seis cariátides.
También se encuentran allí los restos de un teatro al aire libre llamado Teatro de
Dionisio, donde estrenaron sus tragedias Esquilo, Sófocles y Eurípides.
La Acrópolis es la parte elevada de las ciudades que se destinaba generalmente
a la construcción bien de palacios o bien de edificios religiosos, siendo uno de los
lugares de mayor importancia dentro del espacio urbano. De entre todas las acrópolis
conservadas en la actualidad, destacan en todos los sentidos (arquitectónico, artístico,
religioso) las de Atenas y Pérgamo (importante ciudad helenística fundada en el año
281 a. de J.C); esta última, además de las instalaciones bélicas como el arsenal, que
estaba amurallado y situado en la parte más elevada de la colina? contenía suntuosos
edificios públicos (el ágora, el teatro y la biblioteca) y religiosos (el colosal templo de
Zeus y el santuario de Atenea), así como el palacio real. Otra acrópolis destacada es la
de Corinto (en el Peloponeso), que tuvo una gran función defensiva ya que era una
ciudad costera con una situación estratégica importante y con grandes recursos
económicos obtenidos gracias al comercio, que le permitían tener la mayor flota militar
y mercantil de toda Grecia. Además, el esplendor de la ciudad hacía que el Acrocorinto
tuviera grandes edificios de un lujo casi oriental, como el templo de Afrodita Astartí,
cuya estatua, que procedía de Fenicia, era adorada y destinataria de los sacrificios que
le ofrecía gente de todos los países. A su cuidado había dedicadas mil muchachas
"hospitalarias", lo que demuestra la importancia del templo. Otras ciudades griegas
que tenían acrópolis dentro de sus recintos eran Troya, Micenas, Tirinto, Sunion (en el
Ática), Tebas y Queronea (en la Beocia). En Roma se situó en el monte Capitolino por lo
que este conjunto de edificios recibió el nombre de Capitolio. Estaba coronado por el
grandioso templo de Júpiter Capitolino (siglo VI a. de J.C), que le daba un carácter de
santuario religioso que le asemeja a la acrópolis ateniense.
La acrópolis de Atenas es la ciudadela por antonomasia. Al instaurar Pisístrato en
el año 560 a. de J.C su tiranía en Atenas, tras la toma de la acrópolis, realizó grandiosas
obras públicas como el Partenón, el templo de Zeus o la columnata de la acrópolis. Así,
la ciudad crecería en torno a este monte, alcanzando un gran esplendor artístico y
cultural; pero la verdadera Edad de Oro vendría con la firma de la paz con los persas en
la época de Pericles (460-430 a. de J.C). Éste quiso reconstruir la ciudadela que quedó
destruida en la guerra y convertirla en el símbolo de la grandeza de la ciudad, para lo
que utilizó los tesoros de la Liga. Desde la ciudad se podía admirar la belleza y armonía
del conjunto, formado por monumentos de líneas claras. A la izquierda se encontraban
los Propileos que servían de entrada y, un poco más adelante, el pequeño templo de
Atenea Niké (´Victoriosa´), que remataba la sinuosa subida que evitaba, de forma
intencionada, vistas frontales y posibles simetrías y que se adaptaba armoniosamente
a la naturaleza desigual e inclinada del terreno, algo que sería una invariante de la
arquitectura griega. En el centro, ya dentro del recinto, se podía ver el Partenón, y al
fondo, detrás de los Propileos, el Erecteion. Los Propilios son obra de Mnesicles, que los
planteó como una entrada monumental a la acrópolis. El desnivel se salvó mediante
una escalinata, único elemento arquitectónico que plantea una vista frontal, y una
rampa que sirve de eje de simetría, aunque ésta se rompe con la aparición a la derecha
del pequeño templo de Atenea Niké, cuya vista es oblicua. Una vez arriba de la
escalinata, dejando detrás el templete, se entra en una especie de atrio de columnas
dóricas por donde atraviesa la rampa, que queda flanqueada por tres columnas jónicas
y una estancia a cada lado; la del norte era la pinacoteca, que servía para el descanso
del peregrino, y la de la derecha la biblioteca. En este pasillo se produce un tránsito de
la luz a la sombra, y otra vez a la luz pasando por una última fachada compuesta por
seis columnas dóricas desde donde se ve, a la derecha, el Partenón, y en el centro, la
estatua de Pallas Atenea. La composición en planta del interior no sigue un orden
geométrico preestablecido; es la adaptación al terreno y a los distintos puntos de vista,
tanto desde el interior como desde la ciudad, lo que hizo que el escultor Fidias, como
jefe de obra, y Pericles, que la proyectó, encargaran a distintos arquitectos la ubicación
y construcción de los edificios y esculturas. El Partenón es el más significativo de los
templos por su perfecta armonía, tanto en sus medidas, que siguen un canon perfecto
y buscan corregir la deformación que tendría por efecto óptico su imagen vista desde la
ciudad, como en su adaptación al terreno, lo que le hace tener una potente presencia
en lo alto de la acrópolis. Esta obra de Ictinos y Kalikrates, dedicada a Atenea Partenos,
diosa de la guerra y de la sabiduría, se construyó tras la batalla de Maratón para
albergar la escultura que Fidias hizo de esta diosa en mármol pentélico. Ésta se
encuadra dentro del orden dórico, el más masivo y robusto de los tres órdenes griegos,
por estar ligado a la guerra. Es un templo perfecto en sus proporciones y armonía,
octástilo, períptero, anfipróstilo y orientado al este. Tiene pórticos interiores hexástilos,
con diámetros de columnas más pequeños que los del peristilo. La cella está dividida
en dos: una sala mayor flanqueada con columnas dóricas formando una U en doble
altura; las superiores eran más cortas y sujetarían el artesonado, que sería de madera;
y una sala posterior con cuatro columnas jónicas. Desde el exterior, el templo se
percibe como una escultura de bulto redondo, como un volumen de claroscuros que
desde los Propilios se ve de escorzo y cuya percepción total se hace girando en torno a
él. El otro gran templo es el Erecteion, dedicado a Atenea Pollias (diosa de la
femineidad y lo doméstico). Su autor fue Mnecicle, que tuvo que hacer un templo
irregular en planta y alzado para adaptarse al terreno y cumplir el programa que exigía
el culto. Se utilizó el orden jónico, más refinado y esbelto que el dórico, para darle un
aspecto femenino, e incluso en su fachada sur hay una tribuna donde las columnas se
sustituyen por cariátides. Del conjunto, cabe destacar la riqueza decorativa de los
bajorrelieves de frontones y metopas que realizó Fidias, donde aplicó sus cánones de
proporción y de ritmo entre el cuerpo humano en reposo y en movimiento. A lo largo de
su milenaria historia, la acrópolis de Atenas ha sufrido varios incendios y bombardeos
(o, actualmente, la contaminación de la capital helena), que acabaron con buena parte
de su patrimonio artístico. En su historia ha de figurar uno de los hombre que más
lucharon por su conservación: Thomas Bruce, conde de Elgin, diplomático británico
destinado en Constantinopla, cuya calidad de anticuario sirvió de garantía para que en
el año 1802 fuese autorizado a trasladar al Museo Arqueológico Británico aquellas
esculturas de la acrópolis que aún se mantenían en pie, para comenzar la reforma total
del edificio que, sin embargo, no llegó a su fin hasta 1976. Este año, la UNESCO
organizó una campaña de recogida de fondos para reparar los graves daños que, tanto
en la fachada como en el interior, sufría uno de los mayores monumentos de la
humanidad, reparación que fue llevada a cabo con ejemplar resultado.
Acrotera
Los griegos llaman acrotera a las figuras, de mármol o terracota, colocadas
encima o en los extremos laterales de los templos. En los s. VII y VI a. de J.C. la
acrotera era un disco con adornos geométricos, más tarde (s. VI y V a. de J.C.)
aparecen, en el centro, estatuas de leones, esfinges y victorias, y en los lados volutas,
grifos, sirenas y arpías. Los etruscos disponían, a veces, grupos enteros de acroteras en
terracota; los romanos, cuadrigas o vigas de bronce en el centro y figuras de la Victoria
a los lados.
Ornamento que remata los vértices de un frontón. Por extensión, cruz en que
remata el piñón o la bóveda del crucero en algunas iglesias.
En la arquitectura griega y romana clásicas, las acróteras son zócalos
(pedestales) que sostienen los adornos, dispuestos en el vértice o sobre las
extremidades de un frontón. Por extensión, las acróteras designan a los propios
adornos, pueden ser estatuas, estatuillas de piedra, vasos de terracota, etc. En la
arquitectura moderna, se llama muro acrótero, abreviado acrótero, es un murete
situado al borde de las terrazas para permitir elevar la estanquidad.
Pedestal dispuesto en los extremos o en la cúspide de un frontón y sobre el cual
suelen colocarse estatuas, macetones u otros adornos. Cualquiera de los adornos
colocados sobre estos pedestales.
Acroterio
Pretil sobre la cornisa de un edificio para ocultar la altura del tejado. En la
arquitectura clásica, es el pedestal que sirve de remate en el frontón, y en los que
normalmente se situan estatuas y otros adornos.
Action painting
En español significa “pintura de acción”. Es una técnica pictórica, así como el
nombre del movimiento pictórico que la usa. Surge en el siglo XX dentro de la pintura
no figurativa. Intenta expresar mediante el color y la materia del cuadro, sensaciones
tales como el movimiento, la velocidad, la energía. Son muy importantes el color y los
materiales no específicamente pictóricos con que se trabaja (arena, alambre...) para
conseguir una superficie peculiar en la superficie del cuadro.
Con este nombre de Action painting se conoce también a la corriente pictórica
abstracta de carácter gestual que adoptaron varios miembros de la escuela
estadounidense del expresionismo abstracto que utilizan la técnica del action painting.
Aunque el término action painting fue utilizado por el crítico Harold Rosenberg en 1952,
se había empleado con anterioridad. Así, en el Berlín de 1919, y en América hacia
1929, para designar las primeras composiciones abstractas de Vasily Vasilyevich
Kandinsky. Desde el punto de vista técnico, consiste en salpicar con pintura la
superficie de un lienzo de manera espontánea y enérgica, es decir, sin un esquema
prefijado, de forma que éste se convierta en un «espacio de acción» y no en la mera
reproducción de la realidad. A veces se utiliza incorrectamente como sinónimo del
propio expresionismo abstracto, aun cuando muchos de los artistas pertenecientes a
esta escuela jamás emplearon dicha técnica. En esta técnica, el principal elemento es
la acción o movimiento por parte del pintor con relación al aspecto físico de la pintura,
en conjunto con la superficie donde trabaja, por esta razón la principal pintura a utilizar
en esta técnica es la pintura acrílica. La pintura es derramada de forma sistemática,
ingenua o espontánea por parte del artista, cuando va creando su obra y de esta forma
plasma sus ideas y conceptos abstractos en gran parte, debido al resultado en
consecuencia de la técnica. Con la pintura acrílica es muy práctica la forma de acción,
dejando caer o gotear el líquido de cada color sobre la superficie.
El Action Painting tiene sus orígenes en las creaciones automáticas de los
surrealistas; por ejemplo, los dibujos y pinturas de arena de André Masson. Sin
embargo, la diferencia real entre ambos movimientos no es tanto la técnica como el
planteamiento inicial: bajo la influencia de la psicología freudiana, los realistas
mantenían que el arte automático era capaz de desbloquear y sacar a la luz la mente
inconsciente.
El action painter por antonomasia es Jackson Pollock. Destacó especialmente en
el uso del dripping, esto es, el goteo de la pintura como técnica, y quien más luego
prolongó la pintura de acción al movimiento de Expresionismo abstracto. No obstante,
hubo otros artistas que trabajaron en esta misma línea, destacadamente, Willem de
Kooning y Franz Kline, con pinturas abstractas y vigorosas. Willem de Kooning realiza
obras más figurativas que las de Pollock, siendo algo intermedio entre la figuración y la
abstracción, es gestual y representativo a la vez. Su serie de obras más conocidas es
Mujeres, iniciada en 1950. La action painting fue la tendencia que más influyó en la
segunda generación del expresionismo abstracto y en muchos pintores
contemporáneos europeos.
Pintores de esta corriente fueron Norman Bluhm, Sam Francis, Franz Kline, Willem
de Kooning, Albert Kotin, José Guerrero, Lee Krasner, Alfred Leslie, Joan Mitchell,
Jackson Pollock Jack Tworkov, Norman Lowell, Modesto Ciruelos, Yanny Ippoliti y Esteban
Vicente.
Esta técnica consiste en salpicar la pintura sobre el soporte, ya sea lienzo u otro
material, y se la deja chorrear al azar para que de esta manera el cuadro no responda a
ningún condicionamiento figurativo o formal que parta de su autor. El resultado es por
completo abstracto y espontáneo, sin tener que recurrir a la geometrización de la
forma sino tan sólo al azar de la salpicadura. El primero en usarlo fue Jakson Pollock,
pero la técnica pronto halló su eco en otros expresionistas europeos, o en los
informalistas, que le dieron el nombre de Tachisme, del francés, tache (mancha).Fue
practicado en especial durante las décadas de 1950 y 1960, y está muy relacionado
con otras técnicas expresionistas como el Dripping.
Corriente pictórica abstracta de carácter gestual que adoptaron varios miembros
de la escuela estadounidense del expresionismo abstracto. Desde el punto de vista
técnico, consiste en salpicar con pintura la superficie de un lienzo de manera
espontánea, es decir, sin un esquema prefijado, de forma que éste se convierta en un
“espacio de acción” y no en la mera reproducción de la realidad. El término fue
acuñado por el crítico estadounidense Harold Rosenberg en 1952 y se refiere
principalmente a la obra de Jackson Pollock. También resulta válido, con ciertas
limitaciones, para piezas o aspectos aislados de la obra de otros artistas, tales como
Arshile Gorky, Hans Hofmann y Robert Motherwell. A veces se utiliza incorrectamente
como sinónimo del propio expresionismo abstracto, aun cuando muchos de los artistas
pertenecientes a esta escuela jamás emplearon dicha técnica. El Action Painting tiene
sus orígenes en las creaciones automáticas de los surrealistas; por ejemplo, los dibujos
y pinturas de arena de André Masson. Sin embargo, la diferencia real entre ambos
movimientos no es tanto la técnica como el planteamiento inicial: bajo la influencia de
la psicología freudiana (véase Sigmund Freud), los surrealistas mantenían que el arte
automático era capaz de desbloquear y sacar a la luz la mente inconsciente. En
consecuencia, atribuían a tales obras diferentes elementos simbólicos, e incluso
figurativos, que desvelaban la psique del artista. Por el contrario, la estética del Action
Painting ponía el énfasis en el propio acto de pintar, al margen de cualquier aspecto
expresivo o representativo que pudiera poseer. Simplemente reflejaba un instante de la
vida del artista, uno de sus actos y, por consiguiente, un elemento único de la biografía
de éste. Era la expresión de la personalidad del creador de una manera muy primaria y
básica. En el artículo “The American Action Painters” (ART News, diciembre 1952), en el
que se utilizaba por primera vez la expresión Action Painting, Rosenberg describía tal
actitud en los siguientes términos: “En un momento dado, un pintor estadounidense
tras otro comenzaron a contemplar el lienzo como un campo de juego en el que actuar,
más que un espacio en el que reproducir, rediseñar, analizar o ‘expresar’ un objeto,
real o imaginario. Lo que había que plasmar en el lienzo no era una imagen sino un
suceso”. Consecuentemente, tales obras se entendieron a menudo en términos muy
formalistas como el mero resultado del encuentro entre un artista y sus materiales.
Forzosamente, el Action Painting convirtió en redundantes ciertas prácticas
artísticas tradicionales: por ejemplo, la idea de un boceto dejó de tener sentido ya que
podría sugerir que el artista intentaba transferir una cierta imagen predeterminada a la
obra final y definitiva. Este enfoque purista y crítico del Action Painting se vio, sin
embargo, debilitado por la práctica artística. Pollock, por ejemplo, a veces
confeccionaba esbozos antes de ejecutar un dripping y, posteriormente, retocaba las
pinturas para obtener un resultado más acorde con sus intenciones. No obstante, la
estética sugería la posibilidad de una ruptura radical respecto de la tradición artística
europea por una vía que se les antojó liberadora a muchos artistas estadounidenses.
De hecho, incluso llegó a ejercer influencia sobre muchos artistas europeos, generando
movimientos paralelos como el tachismo, practicado por artistas como el francés
George Mathieu. El Action Painting también afectó a otros aspectos del arte moderno,
principalmente a la idea de que una obra de arte debía exhibir claramente la impronta
de su proceso creativo.
Acuarela
Pintura realizada generalmente sobre papel y, algunas veces, sobre seda, con
colores disueltos en agua y con un poco de cola para asegurar su adherencia.
Contrariamente a la aguada en la que los colores son opacos, los tonos permanecen
transparentes con relación al fondo.
Es una técnica antiquísima, ya usada, según parece, por los egipcios para ilustrar
los “Libros de los Muertos”. Alberto Durero utilizó por primera vez la acuarela pura, sin
mezcla de blanco. Esta técnica pictórica floreció en el s. XVII en los Países Bajos,
alcanzando su apogeo en los s. XVIII y XIX. Son famosas las acuarelas de Jean Honoré
Fragonard, Joseph Mallord William Turner, Tranquillo Cremona y Daniele Ronzoni. Hasta
el s. XIX se trabajó sobre el papel seco, perfilando primero los contornos del dibujo para
luego distribuir los colores una y otra vez hasta obtener la obra completa. Un avance
decisivo se logró, más tarde, al empezar a dibujar y pintar sobre el papel húmedo,
eliminando así la dureza de contornos y obteniendo una mezcla más fluida de los
colores.
Los blancos y los tonos luminosos se obtienen de los blancos del papel a través
de veladuras más o menos diluidas y, con menos frecuencia, añadiendo colores
opacos. Al mismo tiempo que se trabaja se puede lavar el papel para atenuar los tonos
y después reforzarlos con una extraordinaria flexibilidad de ejecución.
Desde el punto de vista técnico, la acuarela es el sistema de pintura más sencillo,
tanto por la facilidad de extensión de sus pigmentos en capas delgadísimas, como por
el soporte empleado: el papel. Pero, a pesar de esto, exige del artista gran capacidad y
seguridad manual. Pues hasta la mejor técnica dará un resultado dudoso si se
aprovechan de forma equivocada o incompleta sus posibilidades materiales.
Se precisan algunas normas que son fundamentales para utilizar esta técnica:
1) La acuarela parte del soporte pictórico blanco del papel y llega, a
medida que avanza el trabajo, a los puntos obscuros del color.
Puesto que los colores de la acuarela son transparentes, el fondo
blanco debe verse a través de las capas sucesivas.
Se empieza pintando las zonas de colores luminosos o claros,
después las de los tonos intermedios y al final se superpondrán las zonas de colores
obscuros.
El blanco debe quedar como tono intacto del papel y solo si fuese
necesario se utilizará pigmento blanco.
2) Antes de empezar el trabajo debe humedecerse bien el papel, que
después se extiende sobre un tablero dispuesto horizontalmente pegándolo por los
bordes. Mientras se seca la hoja, se trazan en ella las líneas principales del dibujo
utilizando un lápiz algo duro (H o HB) y dibujando muy ligeramente de modo que las
señales trazadas queden luego cubiertas por la capa de color, sin tener que borrarlas.
Las borraduras, estando húmeda la hoja, estropean la superficie del papel de forma
irremediable.
3) La acuarela requiere un pincel grande (N° 10) que puede contener
mucha pintura en forma bien liquida.
El manejo del pincel debe ser desenvuelto y rápido, con trazos
gruesos, aunque esto exija cierto derroche de color.
Se puede pintar muy bien un cuadro a la acuarela con un solo
pincel, lavándolo con frecuencia y esmero. Sin embargo, es preferible trabajar con 3
pinceles:
1) Para los amarillos.
2) Para los rojos y violetas.
3) Para los verdes y azules.
4) Cada color debe extenderse formando una capa pura, es decir, obtenida
a base de mezclas siempre hechas sobre la paleta, ya que no es aconsejable en
ninguna de las técnicas (sobre todo tratándose de principiantes) mezclar los colores
sobre la superficie del dibujo.
5) El trabajo se debe iniciar con coloraciones transparentes y suaves,
utilizando los colores profundos y plenos solo cuando haya seguridad en todo el
resto.
Se puede disponer 2 o 3 capas de colores superpuestos, sin olvidar
que debe permanecer intacta la transparencia de cada uno; también en esto se
necesita actuar con rapidez, a fin de que la capa húmeda de color que está debajo no
se manche al mezclarse con la otra.
El efecto debe conseguirse por la síntesis de dos refracciones
superpuestas y no por la mezcla de las dos capas de pigmentos. Antes de la
superposición, por lo tanto, se debe esperar que la capa precedente esté bien seca.
“La acuarela, semejante al boceto gráfico, es la técnica pictórica que más
estimula la colaboración del espectador: pone alas a su fantasía, porque con sencillos
bosquejos se pueden lograr efectos sorprendentes… Esta ilusión o sugestión que
influye en el observador puede considerarse como el principio general de la acuarela.
Podéis conseguir los colores más delicados cuando hayas asimilando exactamente las
características de la armonía de estos colores, o sea, su tono de color fundamental…
Ciertamente, cada artista tiene su técnica preferida, pero hay sensaciones cromáticas
que solo se pueden expresar con la acuarela: la luz fría, la Primavera brumosa, el dulce
Otoño y, sobre todo, el agua: la lluvia, los torrentes, el agua y la nieve que se derrite.
Es como si todo esto estimularía una técnica que tiene necesidad del agua como elixir
de larga vida. Recordad que la pintura a la acuarela será siempre vuestra maestra y os
dará la medida exacta de vuestra capacidad. Forma y color os deben enseñar a decidir
a primera vista, a ejercitar la rapidez y la concentración, a trabajar en las cosas
sencillas y en las de mayor responsabilidad. Por tanto, a pesar de las exigencias de la
acuarela perfecta, es utilísimo usar en la práctica durante el aprendizaje, solamente
colores a la acuarela, porque, aparte de la sencillez de su uso, suele ser decisivo su
valor didáctico” (Bodo W. Jaxtheimer).
La intensidad cromática y la delicadeza de algunas acuarelas modernas, como las
de Emil Nolde y Paul Klee, demuestran porque la acuarela tiene un nuevo atractivo
para los artistas.
Giacinto Gigante fue uno de los primeros pintores italianos que utilizaron la
técnica de la acuarela, usada ya en el s. XVII por los pintores holandeses y que en el s.
XVIII, se difundió ampliamente, sobre todo, entre los ingleses.
Paul Cézzane, si bien prefería la pintura al óleo, utilizaba a menudo esta técnica
para plasmar con rapidez ideas e imágenes que luego le servirían para realizar obras
de mayor envergadura.
Richard Parkes Bonnington, después de una breve estancia en París, contribuyo a
renovar la técnica y amplió sus posibilidades, usándolo para pintar, además de
paisajes, escenas costumbristas e históricas.
Acuarela, etimológicamente, deriva del latín "aqua" y el diccionario nos lo define
como "pintura realizada con colores diluidos en agua y que, emplea como blanco, el
color del papel" o "colores con los que se realiza la pintura". El agua es el medio por el
cual se transmite al papel la cualidad y calidad del color de los distintos pigmentos
diluidos en este medio, aglutinados con otras sustancias como por ejemplo goma del
Senegal, goma arábiga o tragacento, a lo que, los muy puristas, añaden otros
componentes como glicerina, miel, hiel de vaca , un agente conservador como puede
ser el fenol o el ortofenilfenato de sodio ... A estas disoluciones se les denomina tintas
y los baños con los que bañamos el papel usando el pincel u otro medio, se le llama
aguadas.
Los colores de acuarelas derivan un compuesto de pigmentos secos, en polvo,
mezclados con goma arábica y solubles en agua. De esa manera se disuelven en el
mejor de los casos con agua destilada y se aplican al papel por medio de un pincel.
La característica principal de los trabajos en acuarela es la transparencia que producen
estos pigmentos diluidos, lo que hace también que la técnica sea difícil, como difícil
resulta la tarea de corregir o disimular algún error que, en el periodo de ejecución se
produzca, aunque siempre existe algunas posibilidades que brinda el conocimiento y
comportamiento de la acuarela, lo que unos denominan trucos y otros recursos.
Desde finales del siglo XIX, la pintura "a la acuarela" ha gozado de gran
popularidad, siendo esta popularidad, la causante de cierto desprestigio ya que, el
termino pintar "a la acuarela" se asociaba, automáticamente, a ciertos estratos de la
sociedad que gozaba de una posición económica desahogada y que convertía, su
afición por la pintura, en un pasatiempo ameno, usando las acuarelas como medio de
expresión, ejecutando una y otra vez paisajes bucólicos, delicados, usando y abusando
de los tonos pastel. A pesar de todo, los artistas han seguido utilizando la acuarela de
forma creativa y aplicándola a los temas más diversos. El agua es la protagonista de la
acuarela y la causante de la excepcional transparencia y luminosidad que la
caracterizan, imposibles de conseguir casi con ningún otro medio. En su utilización
interviene el agua junto a una pequeña cantidad de pigmento que, una vez evaporada
el agua, queda depositado en una capa tan diáfana que permite que el color blanco del
papel quede a la vista bajo la pintura, proporcionando esta cualidad de transparencia
propia de una buena acuarela. Todavía existen detractores de la acuarela, que la
tachan de ser una técnica de "segunda", apoyándose en argumentos como la
inestabilidad del color. La transformación que experimentan las obras ejecutadas con
esta técnica es la de presentar un aspecto muy vivo, cuando están húmedas y
apagadas, atenuadas, claras una vez la obra seca. Esta transformación de aclarado
que, evidentemente cambia el aspecto de la obra final, puede llegar a un 50%
dependiendo de la cantidad de color con las que hayas cargado el pincel al ejecutar las
aguadas. Por esto hay que tener en cuenta este proceso, a fin de conseguir el aspecto
final lo más próximo a tu percepción. A pesar de que algunos puristas defienden que
existe una forma correcta de pintar con acuarela, sin salirse de las normas establecidas
en tiempos pretéritos, en la actualidad, cada vez son más los artistas que, persiguiendo
un resultado final, utilizan y mezclan técnicas en la misma obra. La técnica debe ser
utilizada en beneficio de la obra y por lo tanto, nunca esta deberá ser más importante
que lo que se pinta.
Historia
La historia de la acuarela está íntimamente ligada a la historia del papel,
inventado por los chinos, aunque tiene como antecesores a los egipcios, que aplicaron
sobre el papiro pinturas, primero con tintas planas y, posteriormente, tintas
desvanecidas, en dibujos y pinturas consiguiendo los primeros claroscuros. Por otra
parte la llamada pintura de fresco "boun", en realidad es una acuarela especial que se
usaba para pintar las paredes sobre yeso mojado, técnica que se utilizó para los
murales de la Capilla Sixtina. En el siglo VIII, los chinos, utilizaron la acuarela para
decorar la seda y pintar sobre papel de arroz. En Europa, durante el medioevo, se
utilizó para la decoración de los manuscritos, para lo que se empleaban pigmentos
solubles en agua, aglutinados con un densificador derivado del huevo. Los frescos
medievales se fabricaban con una base de pintura blanca a la que se le añadían
distintos pigmentos diluidos en agua. Posteriormente apareció el gouache, que también
era una pintura que tenía al agua como elemento diluyente, aunque era una pintura
opaca. Precursores de esta técnica que sentaron las bases fueron: Paul Sandby, Durero,
Constable y John Cromme. Los artistas de los siglos XVI y XVII empleaban la acuarela
de forma ocasional y acostumbraban hacerlo en monocromo. Utilizaban para ello un
pigmento marrón obtenido del hollín llamado “bistre” u otro extraído del calamar que
tenía un tono sepia. La invención de la pintura al óleo por los maestros flamencos,
declinó un poco el interés por la pintura al fresco y la acuarela fue relegada como el
vehículo para hacer bocetos preliminares o como una herramienta para estudios. Para
los anglófilos, la acuarela fue inventada en Inglaterra durante el siglo XVIII. Aunque en
honor a la verdad la primera escuela de acuarela europea data del 1471 por la
influencia del pintor Alberto Durero, que utilizo con maestría esta técnica creando
escuela, aunque debemos reconocer que, el verdadero avance se produjo en Inglaterra
en el siglo XVIII, proceso que se vio favorecido por el avance tecnológico que desarrolló
la Inglaterra imperialista. Se mejoró la producción y la calidad del papel y de los
pigmentos que llegaban, a los puertos británicos, procedentes de todas las partes del
mundo. Al mismo tiempo, los franceses, eternos competidores y en la mayor parte de
ocasiones enemigos de los ingleses, también desarrollaron muchas obras pictóricas
utilizando esta técnica. Entre estos artistas hay que citar Jean Honore Fragonard (1732-
1806). Pero, como hemos dicho, su perfeccionamiento de esta milenaria técnica, se
fraguó en Inglaterra imperialista, donde los artistas ya habían llevado la acuarela a una
categoría tan elevada como el óleo, siendo uno de sus representantes William Turner,
paisajista romántico. Desde este momento, la acuarela, se convirtió en la técnica
preferida por muchos artistas, no solamente ingleses, sino europeos y americanos,
dando a los paisajistas una herramienta ideal para trasmitir sus percepciones
(luminosidad, movimiento, reflejo, transparencia), siendo los americanos Childe
Hassam, James A. McNeill, John Singer Sargent, John LaFarge, Maurice Prendergast,
Thomas Eakins, Winslow Homer y James Abott Whistler, quienes dieron a la acuarela
prestigio y rango de expresión, equiparándolo a la pintura "al óleo". La primera
asociación en apoyo de la acuarela se creó en Inglaterra en 1804 la "British Society of
Painters in Watercolours". Durante la Guerra Civil en Estados Unidos, los dibujos de los
reporteros-artistas, sus dibujos de las escenas de la guerra, se utilizaron como
ilustraciones en los periódicos y revistas. En 1866 se fundó la "American Society of
Painters in Watercolours" y por primera vez fueron exhibidas en las galerías de arte,
obras de acuarela junto a pinturas al óleo. Aimé Bompland es el representante de
pintores exploradores que viajaron por muchos países sudamericanos, realizando una
labor impresionante, copiando muchas especies de fauna y flora desconocidas en
Europa. Fue compañero de Alexander von Humboldt. La obra y la pasión de Aimé
Bompland influenciaron en otros artistas que continuaron esta obra entre los que se
pueden citar Auguste Morissot, Antone Goering Camille Pisarro, Fritz Melbye, Ferdinand
Bellerman y, Theophile Raymond.
La pintura a la acuarela empezó con la invención del papel en China poco
después de 100 a. J.C. En el siglo XII los moros introdujeron la fabricación del papel en
España y la tecnología se extendió a Italia décadas más tarde. Algunos de los más
antiguos fabricantes de papel incluyen a Fabriano (en Italia), abierto en 1492. El
antecesor de la acuarela en Europa fue el fresco — pintura mural usando pigmentos en
un medio acuoso sobre yeso húmedo. Un buen ejemplo de fresco es la 1508 y
completado en 1514. El primer uso conocido de la acuarela en Europa es por el pintor
italiano Raffaello Santi (1483-1520), quien pintaba en grandes cartulinas como bocetos
de tapices. En Alemania, Alberto Durero pintó acuarelas en el siglo XV. La primera
escuela de acuarela en Europa fue liderada por Hans Bol, influida por las creaciones de
Durero. Otros famosos artistas usaron la acuarela para completar su obra al óleo,
incluyendo a van Dyck, Thomas Gainsborough John Constable. En la Gran Bretaña del
siglo XVIII, Paul Sandby fue llamado padre de la acuarela británica. Uno de los
acuarelistas más famosos es Joseph Mallord William Turner (1775-1850), que fue
precursor de las técnicas que posteriormente desarrollarían las vanguardias. Sus
cuadros reflejan magníficamente la luz y el movimiento.
Técnica
La acuarela, en principio, ofrece una engañosa facilidad. Es una técnica
seductora que utiliza sus múltiples atractivos para subyugar a muchos y la mayoría de
las veces, de todos aquellos que alegremente han empezado a pintar con acuarela sin
conocer la técnica, terminan desalentándose y dejando las acuarelas y pinceles en un
rincón olvidados... como el arpa. Las acuarelas no se resuelven por fórmulas ni recetas
maestras, mágicas invariables o con unos cuantos "trucos" que hemos aprendido en
algún taller o curso, sino que requiere un estudio y constancia rayando en la
obstinación con el fin de conocer la técnica, para resolver, con ciertas garantías
cualquier obra. En estos espacios no se pretende dar unos amplios conocimientos, ni
ser ninguna obra de referencia, ni por supuesto abarcar todos los campos del
conocimiento de la técnica de la acuarela, simplemente queremos que sirva de guía
introductoria para a principiantes. ¿Queréis aprender pintar con acuarelas?, pues
sentados delante del ordenador y dejándoos la vista en la pantalla no se aprende a
pintar. El saber hacer se conquista haciendo y aprendiendo, sin pecar de impulsos
excesivos ni de timideces banales. Si queréis aprender a pintar ¡pintad!, pero hacedlo
siguiendo un plan y estableciendo un método. No queráis correr mucho. Tenéis que
equivocaros y aprender de vuestros errores. El conocimiento de un arte no transige con
una experiencia anárquica y rebelde. La impaciencia y la precipitación engendran
cansancio y, normalmente, llevan a la desilusión y al aburrimiento. Aunque los
primeros resultados no sean todo lo bueno que soñasteis, no tenéis que caer en el
desánimo y seguir insistiendo, el gran poeta griego Hesiodo, decía que "si vas
almacenando poco a poco y a menudo, pronto tendrás mucho", por lo que si perseguís
el éxito es indispensable aportar la cualidad a una voluntad. Lo que se aprende de una
forma teórica, generalmente, no sirve se olvida rápidamente. De nada sirve un
conocimiento si no se practica, se utiliza, se experimenta.
La técnica "transparente" de la acuarela implica la superposición de lavados finos
y se basa en la blancura del papel para obtener sus efectos y los toques de luz. A
medida que se superponen más lavados el color se hace más profundo. El color de la
acuarela se puede modificar añadiendo o quitando agua, usando pinceles, esponjas o
trapos. La acuarela nos da muchas posibilidades... la técnica del lavado nos permite
crear degradados o lavados uniformes, incluso superposición de colores. Con la técnica
húmedo sobre húmedo pintamos con la acuarela sobre el soporte ya humedecido, que
nos da un efecto diferente. También podemos realizar lavados del pigmento una vez
seco, dependiendo del papel, del pigmento y la temperatura del agua. La limpieza con
esponja u otro elemento absorbente, el raspado, son algunos ejemplos de las amplias
posibilidades que ofrece la acuarela.
Hay diversas técnicas para pintar a la acuarela, estas son:
Pintar húmedo sobre húmedo: Una de las técnicas más usadas es la
del papel mojado, también se conoce como acuarela húmeda o técnica de pintar
"húmedo sobre húmedo". Consiste en mojar o humedecer el papel sobre el que vamos
a pintar y, a continuación, con el pincel bien cargado de color damos pinceladas,
horizontales, suaves, inclinado el papel para que corra el color consiguiendo un
degradado. También podríamos conseguir un color totalmente plano, sin ningún
degradado, simplemente dejando el papel totalmente plano y cargando el pincel, en
cada pasada, con la misma cantidad de tinta o color. A estas capas de pintura se les
denomina "aguadas", "baños" o "capas de lavado". Después, y una vez seca la primera
capa, se pueden superponer distintos baños. Si los baños anteriores no se han secado
se mezclaran los colores, produciendo, la mayoría de las veces, efectos no deseados.
Variaciones del baño por fusión: Esta práctica tiene que realizarse
sobre un color aún húmedo, con el fin de cambiar o variar el tono o color original en
aquellas partes que lo requieran. En realidad es una especie de superposición sobre
húmedo que ofrece grandes posibilidades para múltiples efectos en paisaje,
arquitectura, cielos, ropajes, etc. Una ampliación de este medio técnico es el goteado,
y consiste en aprovechar el momento en que una tinta está aún húmeda para depositar
sobre ella una o varias gotas de un pincel bien cargado, con agua pura, con la misma
tinta en intensidad diferente, o con otro color y de manera que la gota se funda casual
aunque guiándola inclinando el papel hacia uno u otro lado teniendo en cuenta el grado
de humedad que en ese momento mantenga el papel. Obviamente no obtendremos los
mismos resultados si el papel está muy cargado de humedad y el pincel con el que
"goteamos" deposita poca cantidad de pigmento o si por el contrario, el papel tiene
poca humedad y el pincel lleva una carga considerable. En el primer caso se diluirá con
el color de fondo, en el segundo se mezclará con el pero conservando unos bordes
radiantes bien definidos. Un color mezclado con otro por este método y siempre que no
se les toque después, determina una composición desintegrada y desigual, en la que
los dos colores, aunque mezclados, se aprecian distintamente. Es excelente para cielos,
follaje, carnes y en la resolución de nubes, goteando, los colores dorados y cálidos, en
intensidades claras sobre las partes iluminadas, y los fríos y más intensos en las zonas
de sombra. El color goteado puede modificar cualquier baño y dar calidades más ricas
y excelentes efectos de textura. Si se quiere aplicar el goteado sobre un baño ya seco,
humedézcase éste con agua limpia que ablande el color aplicado. Cuando el color esté
lo suficientemente blando, sin que el papel se halle excesivamente saturado de
humedad, es el momento de aplicar las gotas del color.
Transición entre colores: Si queremos pasar de un color a otro de forma
gradual, sin que exista una divisoria clara a continuación de haber depositado el primer
color en el papel con una cantidad de humedad suficiente, extenderemos la segunda
tinta de tal manera que inclinando unos 15º el tablero se vayan mezclando los colores.
Una vez obtenida la mezcla en la zona escogida situaremos el tablero nuevamente en
la horizontal y seguiremos depositando el segundo color. Por este método se obtienen
unas bellas fusiones que resultan útiles y de gran efecto en cielos, reflejos, paisajes,
etc.
Técnica de la acuarela seca: Se conoce como acuarela seca a la técnica
de aplicar el color en el papel acuarela totalmente seco, con un pincel seco y los
pigmentos o pinturas casi sin diluir. El primer paso, en la ejecución de un acuarela, es
la de aplicar baños tenues, superponiendo un color sobre otro, cuando esté seca la
capa inferior o empleando la técnica de pintar "húmedo sobre húmedo". También se
podrían emplear colores intensos y finales. En la resolución de un tema, normalmente,
se emplean ambas técnicas, la acuarela húmeda para cubrir y colorear grandes
superficies, segundos planos, cielos, etc., y la segunda para resaltar primeros planos,
para añadir detalles finales, sin que se mezclen los colores. También es muy sutil para
desdibujar, enmascarar contornos muy definidos, empleando para ello pinceles viejos y
deformados.
Las Superposiciones de color: La aplicación de un color sobre otro ya
seco, las superposiciones, tienen una gran importancia en la acuarela. Se considera
uno de los procesos necesarios para añadir calidades abstractas al color. El color
básico, color general o de fondo, influirá en todos los colores transparentes que le
superpongamos. Por regla general, en las superposiciones, se debe aplicar primero el
color más cálido, por ejemplo, para obtener un color anaranjado, pondremos primero el
color rojo y, una vez seco, superpondremos el amarillo; para el violeta, primero
bañaremos con color rojo y después con el azul. Cuando se actúa al revés, ponemos
primero el color frío y a continuación el cálido, el resultado es totalmente diferente. El
color frío neutraliza al cálido ensuciándolo. Cuando un color resulte opaco o apagado y
queremos darle luminosidad, se deberá velar con una tinta más luminosa y
transparente.
Las máscaras: Cuando nos planteamos una obra, siempre habrá zonas
que deberemos reservar, con el fin de resaltar las luces en contraste con las zonas de
sombra. A estas zonas que "reservaremos", algunas veces después de haber ejecutado
el lavado o aguada de fondo, que no mancharemos con las aguadas sucesivas que
necesite el motivo que estemos pintando, las protegeremos con ceras o con fluido
enmascarador , que consiste en una solución de látex de caucho que se extiende sobre
la zona que tenemos que reservar. Hace algunos años, para reservar estos espacios, se
aplicaban distintos tipos de ceras mezclados con algunos líquidos, hoy está en desuso
porque existen en el mercado productos preparados para su aplicación inmediata y
fácil de retirar una vez concluida la obra. Cuando se aplicaban ceras resultaban algo
más complicado el retirarlas. Los productos de látex que se usan en la actualidad se
aplican con un pincel, que posteriormente se limpiará con agua jabonosa y, como
hemos dicho, se retiran con suma facilidad usando el dedo arrastrando el látex con
suma facilidad. También podemos optar por un tipo de cinta que se pega al papel con
la finalidad de proteger del color las superficies que queramos reservar. Se emplean
para sacar líneas muy delimitadas y perfiladas. La forma más purista de reservar una
zona, es usando de la técnica y controlando el color y sometiendo a la zona en cuestión
a continuas pasadas con el pincel semi seco o la esponja totalmente escurrida, en
cuanto algún color de los que estemos usando invada la zona, eliminando, de esta
forma, cualquier mancha o coloración del color invasor.
Recursos técnicos, trucos o efectos especiales:
Estarcido: Por este método, podemos crear unas texturas de gran efecto.
Utilizando un cepillo de dientes o un pincel corto de pelo duro, cargado de color
bastante diluido y le daremos unos golpecitos bruscos consiguiendo unas manchas
aleatorias, seguidamente, cargaremos el pincel con distinto color y con menos agua,
rascaremos las cerdas del pincel de tal manera que mancharemos encima de las
primeras manchas siendo estás más pequeñas. Podemos utilizar este recurso tantas
veces como convenga hasta que obtengamos el resultado perseguido
Raspar: Cuando tengamos la pintura todavía húmeda, podemos rascar
con un pincel de pelo duro, de los empleados para pintura al óleo, llamados de lengua
de gato, levantando o aclarando los colores o sacando luces. Una vez seca la pintura,
utilizaremos una cuchilla de afeitar o una tarjeta de crédito, y con un movimiento
enérgico, sobre determinadas zonas, sobre todo en papeles con mucho grano,
eliminaremos el color de las partes más salientes del papel, creando unos efectos de
luz y textura interesantes.
Cristales o efecto de nieve: Si queremos dar un efecto de la
cristalización del agua o cuando trabajemos en paisajes nevados, usaremos sal
mientras los colores todavía se mantengan húmedos sobre el papel. Deberemos
calcular el momento que vayamos a depositar los granos de sal que tenga la suficiente
humedad aunque no demasiada.
Para conseguir otros efectos similares, haremos unas bolitas de celulosa, y las
usaremos de la misma forma que la sal. Otra variante es utilizar unos hilos cuando
todavía los colores estén húmedos y dejar que sequen. Una vez seca retiraremos los
restos de sal, papel o hilo.
Estampado con cartulina: Para conseguir líneas rectas, es muy útil una
cartulina gruesa lo más rígida posible, y la impregnaremos e una de sus aristas que
posteriormente estamparemos sobre el papel. Se hacen los bordes de los tejados,
delimitación de casas, cercas, vallas, etc.
La esponja: La esponja en acuarela es tan necesaria o más que el pincel.
Con ella se pueden realizan baños rápidos y completos. Sobre papel seco con un color
no muy diluido podemos realizar texturas interesantes. Si utilizas la esponja como si
fuese un sello sucesivamente con dos o tres tintas, podemos conseguir unos
matorrales de gran efecto pictórico. También podemos utilizar la esponja sobre el
todavía húmedo para sacar o aclarar algunas partes.
Pintar con pulverizador: Aunque no es muy frecuente, algunos
acuarelistas usan un pulverizador para conseguir algunos efectos en cielos y suelos.
Con una esponja mojada, humedeceremos el área de cielo que queramos pintar a
continuación rociaremos algunos de los bordes de dicha área con un pulverizador.
Cuando añadas el color, obtendrás algunos bordes muy interesantes que sólo se
pueden conseguir mediante el uso del pulverizador.
Modificación de un baño por la goma de borrar: Cualquier tinta,
después de que haya secado, puede aclararse frotando con una goma de borrar. Sobre
papel de grano y pasando la goma sobre la superficie se pueden obtener efectos
granulados y calidades de una especial textura. No se debe borrar cuando el papel esté
todavía húmedo o presionar con exceso pues, en este caso, sería fácil llegar hasta el
blanco del papel y aún estropear la superficie de éste. Sobre un baño húmedo se puede
realizar un rayado con una goma afilada y obtenerse así, una serie de líneas dentadas
que son muy distintivas para algún efecto especial. Cualquier baño puede ser
modificado, elevándolo o reduciéndolo, antes de que seque; el resultado depende del
grado de humedad del baño en el momento de aplicar el levantado.
Exceso de color en el borde: En algunos planos cuando hay exceso de
agua, se deposita en los bordes el exceso de color creando unos bordes duros e
inconvenientes que, podemos corregir cuando el papel todavía conserve la humedad
con un pincel seco o semi-seco retirando o reduciendo tal exceso. También podemos
reducir este exceso de agua con la esponja, con un paño limpio o con papel secante.
Materiales
Los materiales más necesarios para pintar con acuarelas son:
Los colores materiales o químicos: Los pigmentos: Los Colores que
conforman la paleta deben tener una relación o armonía. Deberíamos incluir un color
cálido y otro frío de cada uno de los colores primarios (por ejemplo, el azul monastral -
azul frío con tendencia hacia el verde - y el azul ultramarino - azul cálido con tendencia
hacia el morado). Esto le permite crear contrastes de temperatura de un color primario
básico. El disponer de la versión cálida y fría de cada uno de los primarios le ayudará a
mezclar fácilmente colores complementarios. También es conveniente tener un surtido
de colores secundarios (son los que se componen de dos colores primarios), incluyendo
el naranja de cadmio, un naranja intenso difícil de obtener con otros colores, y el
violeta cobalto, otro de los colores difíciles de obtener con mezclas. Las acuarelas son
pinturas de colores diluidos en agua, caracterizadas por su gran pureza de color, casi
transparentes y con gamas de colores básicos, luminosos y resistentes a la luz y el
tiempo. Deben ser aplicadas con pinceles blandos sobre papeles de elevado gramaje,
ya que debido a su alto porcentaje acuoso, de lo contrario el soporte papel, se
empaparía produciéndose el desagradable efecto de curvado. Las sustancias
colorantes empleadas en la pintura y las artes gráficas en general, se llaman
pigmentos. Los colores en acuarela se obtienen mediante un compuesto de pigmentos
secos en polvo mezclados con goma arábica y soluble en agua. Los pigmentos básicos
son poco numerosos. La mayor parte de ellos se originan al mezclarlo unos con otros.
Los colores, en las distintas técnicas, pueden ser diluidos mediante un disolvente o
líquido reductor: agua, aceite de linaza, trementina, etc. En acuarela, como su nombre
ya nos indica, el disolvente natural o conductor es el agua, mejor si es destilada. De
esta forma se obtienen diversos tonos o valores de un mismo color al rebajar su
intensidad. En acuarela, la paleta de colores se dispone partiendo de los colores más
cálidos hasta los más fríos, siguiendo este orden: amarillos, anaranjados, violetas,
azules, verdes, y al final todas las tierras. El blanco y el negro en acuarela no se usan,
si acaso un gris de Payn. El negro, normalmente ensucian los colores es preferible
utilizar otras mezclas, como por ejemplo una mezcla de marrón Van Dyck con azul
ultramar, para los blancos no se emplea color, sino que se utiliza el blanco del papel.
En el mercado existen diferentes tipos de colores acuarela y se presentan en pastilla,
en tubos o en líquido.
El papel acuarela: La historia de la acuarela está íntimamente ligada a la
historia del papel, inventado por los chinos, aunque también tiene como antecedentes
a los egipcios, que la aplicaron sobre el papiro, primero con tintas planas y,
posteriormente, con tintas desvanecidas, dibujos y pinturas consiguiendo los primeros
claroscuros. En el mercado existen gran variedad de marcas y calidades. El papel
acuarela se clasifica de acuerdo con su peso o espesor. El peso del papel viene
determinado por el peso de una resma (500 hojas). Los gramajes de los papales
acuarela que existen en España son: 185 gr./m2, 200 gr./m2, 240 gr./m2, 250 gr./m2,
280 gr./m2, 300 gr./m2, 350 gr./m2, 356 gr./m2, 650 gr./m2, 850gr./m2 y algún otro de
características especiales como por ejemplo el denominado "torchón", que no tiene un
grano definido sino unas ondulaciones más amplias y menos profundas que el grano.
La mayor parte de estos papeles acuarela se pueden utilizar por las dos caras, teniendo
en cuenta que la una será más granulada que su envés. Existen papeles prensados
unos en caliente y otros en frío. Los papeles prensados en caliente, dan unas
superficies satinadas, suaves que al usar las acuarelas no adsorbe bien las aguadas,
dejando una impresión opaca y sucia. En cambio, los papeles presados en frío nos dan
una superficie con una textura excelente para la adsorción y el flujo del agua,
resultando unos bordes y contornos muy bien definidos. El grano o textura del papel es
un factor determinante en la técnica y el efecto pictórico. Las irregularidades del grano
dotan de profundidad al tono y color de la acuarela. Los granos más usados son los de
grano medio y fino. Algunos acuarelistas, prefieren el papel de grano grueso, sobre
todo a la hora de pintar temas florales. Si tuviésemos que elegir un papel de una
calidad indiscutible, sólida e invariable para la práctica de la acuarela, sin lugar a
dudas, escogeríamos el fabricado con trapos de hilo troceados, hervidos y batidos
hasta formar una pasta homogénea y suave. Esta pasta está contenida en una cuba o
tina. La pasta debe ser removida en forma constante con el fin de que mantenga la
suspensión de todos sus componentes. Por medio de una forma o molde, se sumerge
en la tina rellenándola de dicha pasta, obteniéndose una fina capa uniforme que, una
vez haya perdido el agua que hace la pasta fluida, se colocará entre dos capas de
fieltros amontonando unas sobre otras, prensándolas seguidamente con el fin de
favorecer la deshidratación. En el curso de su fabricación, o por inmersión posterior, el
papel acuarela se someterá a una solución de cola. De la buena mezcla y proporción de
estas soluciones dependerá, en gran manera, la calidad de un papel. A la hora de
seleccionar un papel para realizar una obra debemos ser meticulosos, observaremos si
tiene manchas, arrugas. Lo miraremos al trasluz con el fin de descubrir cualquier
anomalía, tara o defecto.
El soporte más corriente para esta técnica es el papel y hay gran variedad de
texturas, pesos y colores, y su elección depende del estilo del artista. Existen tres tipos
estándar:
Papel prensado en caliente (hp): tiene una superficie dura y lisa, muchos
artistas consideran una superficie demasiado resbalosa y lisa para la acuarela.
Papel prensado en frío: es texturado, semiáspero, adecuado para lavados
amplios y lisos.
Papel áspero: Tiene una superficie granulada, ya que se le aplica un lavado se
obtiene un efecto moteado por las cavidades del papel.
El peso del papel es la segunda consideración para su elección, ya que un papel
más pesado tiene menos tendencia a ondularse. Para evitar que el papel se ondule
deberíamos tensarlo.
Tensado del papel: Antes de explicar este apartado hemos de decir que existen
en el mercado diversos modelos de bastidores y/o marcos estiradores para montar y
tensar el papel acuarela, aunque no es necesario ni preciso realizar un desembolso
que, en ocasiones, es considerable, para proceder al tensado del papel acuarela,
simplemente debemos procurarnos un tablero, al poder ser impermeable, de un
tamaño inferior al del papel que vayamos a usar. (2 cm. más pequeño por lado) Cuando
queremos realizar un apunte o ejecutar obras de pequeño tamaño, si usamos un papel
de un grosor suficiente, no será necesario montar y tensar el papel, simplemente, lo
sujetaremos, por medio de unas pinzas metálicas (imagen 2), a un tablero, cuyas
principales características deben ser que sea impermeable y poco pesado, sin
embargo, cuando queremos realizar obras de un tamaño considerable, debemos
montar y tensar el papel; para ello, a continuación, reseñamos algunas orientaciones
de las que yo uso, con ello no quiero decir que sean las únicas ni las mejores, pero a mí
me sirven de una forma razonable. Para montar y tensar el papel, procederemos de la
siguiente manera:
1.- Como hemos comentado en el párrafo anterior dispondremos de
un tablero de inferior tamaño al de la hoja que vayamos a utilizar. Con una esponja o
con una brocha de cerdas suaves, humedeceremos la cara que queramos pintar y la
pondremos sobre un plástico o hule, quedando la cara seca hacia arriba.
2.- Colocaremos el tablero encima de la hoja y lo centraremos a fin
de que sobre igual superficie de papel por los cuatro lados.
3.- Con unas tijeras procederemos a hacer un corte en diagonal de
45º en todas las esquinas del papel, de tal manera que quede a ras de los cuatro
vértices del tablero.
4.- Plegaremos uno de los lados del papel sobre el tablero, de tal
manera que, la parte húmeda doblada quedará ahora en la parte superior y, con una
toalla o mejor, con un papel secante, levantaremos toda el agua y la humedad que
podamos del papel en cuestión. Seguidamente, con cinta de carrocero, pegaremos este
lado al tablero.
5.- Procederemos de igual manera con el lado opuesto al que
acabamos de hacer, procurando tensar un poco el papel.
6.- Repetiremos este proceso con los otros dos lados que nos
quedan y dejaremos secar el papel. El papel se quedara liso y tenso como piel de un
tambor. Por aquello que más vale una imagen que mil palabras, adjunto una imagen
animada del montaje del papel acuarela sobre un tablero. Espero que os guste.
Hay que advertir que algunos propugnan que a la hora de montar un
papel acuarela sobre un tablero, la cara húmeda debe quedar tocando a la madera, lo
que tiene una ventaja, cuando doblas los laterales de la hoja, se queda al descubierto
la parte seca de la misma, con lo que directamente la pegaremos sobre el tablero y no
tendremos que estar secando ni levantando agua con el papel secante. En mi caso,
cuando monto una hoja de papel sobre el tablero ya he realizado, previamente, el
diseño o dibujo de la obra que quiero ejecutar. Otros autores realizan el dibujo una vez
montado el papel. Si sois principiantes, no tengáis miedo, si queréis dominar la técnica,
deberéis intentarlo una y otra vez con decisión.
Los pinceles: Uno de los materiales que resulta casi indispensables para
pintar acuarela es el pincel. Sí, he dicho casi, ya que también se pueden ejecutar baños
de tintas con una simple esponja, es más, con la esponja casi seca y cargada con el
suficiente color, podemos añadir texturas y acentos de delicada factura. Nos dará una
obra tendiendo hacia la abstracción con unas texturas que quizás no logremos con el
pincel. De cualquier forma el pincel es el útil o herramienta más utilizada por la
inmensa mayoría de los pintores. En el mercado existen mucha variedad y calidades de
pinceles, aunque para pintar acuarela no son necesarios más de dos o tres. Los
puristas dirían que con uno hay suficiente y la verdad es que, cuando llegas a dominar
el pincel se pueden hacer retoques precisos y delicados con el mismo pincel que se
utiliza para rellenar y dar capas de fondo. Utilizad un pincel grueso para humedecer el
papel y para pintar fondos, cielos y grandes extensiones, ya que éste retiene una
buena carga de agua, estos tipos de pinceles pueden ser planos o redondos. Los
pinceles, al igual que los lápices, traen un número que los identifica, cuanto mayor sea
el número más grande y grueso será el pincel. Como ya hemos apuntado, se utiliza el
pincel de mayor tamaño para fondos y trazos grandes, con el fin de evitar demasiados
toques que terminarían por dañar el papel. Para pintar líneas finas tales como las
ramas de árboles o la hierba, utilice un pincel largo y estrecho, número 4, algunos
autores les denominan de retallar o perfilar. También es recomendable un pincel plano
del número 8, para realizar texturas y superposiciones planas y, si llega el caso, un
pincel corto de pelo duro para realizar efectos de estarcido, aunque puedes usar
perfectamente un cepillo de dientes y otro de cerdas pequeño, de los que se usan en
óleo para efectuar pequeñas raspaduras sobre papel húmedo y eliminar pequeñas
áreas de pintura.
Partes del pincel: Un pincel consta de varios elementos:
El mango: Es la parte de madera barnizada por donde se
coge el pincel, su longitud depende del fin para que va destinado. En principio,
podemos decir que el mango corto se usa para las técnicas de acuarela y diseño, y el
mango largo o muy largo para óleo o acrílico. Normalmente en el mango lleva grabado
un número que es el que determina su tamaño y, en algunos casos también determina
la marca y el pelo del que está compuesto.
La virola: Algunos llaman a esta parte férula, aunque es un
término que no lo contempla la Real Academia de la Lengua Española. Es la parte que
une y sujeta el pelo al mango. Las férulas de pinceles más baratos suelen ser de lata y
llevan junta de soldadura. Otra calidad son las de aluminio sin soldadura. Los pinceles
de mejor calidad disponen de una férula inoxidable de latón niquelado sin soldadura.
Para una conservación duradera, deberá cuidarlos y mantenerlos siempre limpios. EL
haz de pelo es el elemento más importante del pincel. En general, son de pelo natural
de animal, excepto los denominados filamentos sintéticos. En la actualidad existen en
el mercado un tipo de pincel sintético que da unos resultados aceptables para la
pintura con acuarela.
Tipos de pelo: Cada tipo de pelo tiene sus propias características,
que son las que confieren al pincel un carácter determinado. A continuación, se
describen brevemente los tipos de pelo, que es lo que determina la calidad final y
características del pincel:
Pelo de cola de marta roja Kolimsky (Siberia):
proporciona el pelo de mejor calidad para los pinceles de acuarela. Este pelo garantiza
un gran poder de absorción de agua y pintura, una excelente elasticidad que permite
que el pelo vuelva siempre a su forma original, y posee gran resistencia que garantiza
su larga duración. Su capacidad de absorción de agua permite pintar grandes
superficies, y las características del mechón de pelo de marta que posee una punta
afilada permiten realizar de trabajos de detalle. Los pinceles confeccionados con pelo
de marta rojo ofrecen también una gran capacidad de absorción de agua y pintura,
buena elasticidad y larga duración, y permiten la formación de una buena punta.
Generalmente se utilizan para pintar con acuarela, pero también pueden emplearse
para otras técnicas.
Pelo de cola de ardilla rusa o canadiense: Algunos
pintores prefieren los pinceles de pelo de cola de ardilla rusa o canadiense también
llamado petit gris. Proporciona un tipo de pelo excelente por su suavidad y capacidad
de absorción de agua, por lo que es muy adecuado para acuarela. Sus características le
hacen muy apropiado tanto para dar grandes superficies de color, como para
deslavados.
Pelo de oreja de buey: como su nombre indica, procede del
pelo de la parte delantera de las orejas del ganado vacuno. Normalmente se utiliza
como alternativa económica a los otros pinceles de pelo suave, es razonablemente
elástico y muy duradero. Los pinceles de este tipo de pelo pueden utilizarse
prácticamente para todo tipo de pintura.
Pelo sabeline: En realidad es una imitación a la marta roja,
su color es similar y se obtiene de las mejores calidades de pelo blanco de oreja de
buey, sometido a un proceso de coloración que le da ese aspecto similar al de la marta
roja.
Pelo de cabra: Aunque sea en las películas, todos hemos
visto la ejecución de la escritura china. Los pinceles que manejan con tanta soltura,
normalmente están hechos el pelo de cabra que crece sobre la vértebra espinal y se
utiliza con tintas muy fluidas.
Pelo de lobo: Los pinceles construidos con pelo de lobo, por
su suavidad, resultan muy adecuado para los trabajos de acuarela de grandes
superficies.
Debido a la escasez de pelo de marta y a su elevado precio, se ha
desarrollado un tipo de pelo sintético con el fin de obtener un pincel de características
similares y precio más asequible utilizándose fibras de poliéster de punta muy afilada,
dando un resultado satisfactorio y se adecuan a todo tipo de técnica pictórica.
Existen otros muchos tipos de pinceles construidos con pelos
naturales de cerda, de hurón, de comadreja, Pelo de Poni conocidos como "pelo de
camello" y pelos sintéticos de poliamida, Nylon, Perlón, Taklón y otros similares.
También existe en el mercado pinceles de punta de goma usados para conseguir
algunos efectos en la textura y acabado.
Limpieza y mantenimiento: Nos vamos a referir al mantenimiento
para pinceles empleados en pintar acuarela. Como quiera que los pinceles representen
una inversión importante en el conjunto de esta actividad, es por lo que es preciso
cuidarlos para su buena conservación. En primer lugar, debemos advertir que, los
pinceles que uséis para pintar acuarela nunca deben emplearse para manejar otras
pinturas, por ejemplo óleos o acrílicos, estas prácticas terminan arruinando la
elasticidad y acortando la vida de tus pinceles. Mientras se está trabajando, nunca
dejar el pincel metido en el recipiente lavapinceles con el haz de pelo tocando en el
fondo ya que, al cabo del tiempo, se deforma el haz pelo e inutiliza el pincel. Cuando
termines la sesión de trabajo será preciso limpiar a fondo los pinceles. Lavarlos en agua
limpia y con jabón suave. Procurar que suelten todo el tinte que puedan haber retenido
en lo más profundo, ya que, de no ser así, cuando volvamos a usar el pincel
posiblemente nos altere cualquier color. Los pinceles deben guardarse tratando que el
haz de pelo quede protegido, sin peligro que sufra deformación alguna. En mi caso, una
vez terminada la sesión de pintura, después de lavar a conciencia los pinceles
utilizados, con los dedos y un poquito de jabón líquido, trato de devolver la forma
original al pincel dejándole secar con el fin de mantenido unido su haz.
Las paletas: La paleta es una tabla delgada, ovalada, sin mango y
con un agujero a uno de sus extremos, por donde, para sostenerla el pintor, mete el
dedo pulgar izquierdo, y en la que se disponen los colores de forma ordenada para su
mezcla y posterior aplicación. Hasta aquí su definición, ahora vamos a analizar su
utilidad en la acuarela. Los pintores acuarelistas, por lo general, no emplean paletas al
uso. Las paletas tradicionales son de caoba, pero su color oscuro no deja ver
exactamente el tono de los colores y no serían adecuadas para pintar sobre un fondo
blanco, por lo que debemos escoger paletas blancas e impermeables. Personalmente
me fabrico las paletas con una madera rectangular a la que practico un orificio algo
biselado en uno de sus extremos que cumple con la función de poder sujetar la tabla
con más comodidad. La tabla tiene unas dimensiones aproximadas de 30 x 20 x 0,3
cm., después, con el fin de impermeabilizarla, la lijo y pulo adecuadamente, la doy una
capa de selladora y después tres manos de esmalte sintético blanco, en el intermedio
de capa y capa un poco de lija para eliminar rugosidades. Me resulta muy útil. A los que
se inicien en la pintura de la acuarela se ha de advertir que puede utilizar como paleta
cualquier cosa, desde un plato hasta una bandeja, simplemente se requiere que
cumplan una condición que sean blancos. En el mercado existen diversas y excelentes
paletas de plástico fabricada especialmente para acuarela. La tapa de una caja de
acuarela puede asimismo utilizarse para mezclar colores. Al final de la sesión de
pintura se puede limpiar con una pequeña esponja húmeda y volver a usarla. Las más
corrientes son rectangulares, ya que disponen de mayor espacio en el centro para las
mezclas, pero también se usan ovaladas o con forma de riñón, según el gusto y
conveniencia. Una forma de construiros una paleta de resultados excelentes para
usarla en el estudio, es a partir de una mesilla que tengamos retirada, de las que se
usan como elemento decorativo, para poner un jarrón o un adorno, cuyo tablero no
suele medir más de 40 cm. A esta mesa se le superpone un cristal transparente de
unos 2 Mm. aproximadamente de grosor, teniendo la precaución de lijar sus bordes y
aristas para evitar cortes e interponemos, entre el tablero de la mesa y el cristal, un
papel totalmente blanco. Este tipo de paleta posee una serie de ventajas: fácil de
limpiar, no cansa, siempre tenemos libre la otra mano para poder ayudarnos en
cualquier momento. Otro elemento que nos resultará muy útil, a la hora de pintar con
acuarelas, son los platillos para hacer mezclas, sobre todo si la superficie que tenemos
que cubrir es grande, necesitaremos bastante cantidad de una misma tinta. En el
mercado existe de diversas formas y calidades, aunque puedes usar platillos de café
que tengas en desuso. Las cualidades más importantes requeridas en una paleta son
su tamaño, peso y equilibrio. Las pesadas y desequilibradas cansan enseguida y
producen dolor en la muñeca al pesar más de un lado que del otro y, además, hacen
que el borde del agujero ovalado se clave en el dedo pulgar, perdiendo éste la
sensibilidad poco a poco.
Los caballetes: La utilización del caballete no es imprescindible,
sobre todo para aquellos que empiezan en la práctica de la acuarela. Conozco a
algunos artistas que solamente lo utilizan en el estudio. Cuando salen al campo,
trabajan sentados apoyando el soporte en sus rodillas e inclinando el mismo, los grados
que estime conveniente en cada momento de la ejecución. La función principal de un
caballete es sujetar la obra en una posición adecuada. En la actualidad al caballete, se
le está dando otros usos distintos de aquel para el que fue creado por ejemplo:
presentar trabajos en congresos y convenciones, anuncios de la carta de ciertos
restaurantes, colocar carteles publicitarios... etc. En el mercado existen diversas
formas de caballetes según el uso y función a los que queramos destinarlos. Por su
funcionalidad, podemos clasificarlos en caballetes de:
Caballetes de trípode: Es el clásico caballete y el más
utilizado. Existen en el mercado diferentes modelos de calidades y materiales, la mayor
parte de ellos permiten, regular la altura, fijar firmemente el tablero y poder dar la
inclinación deseada a fin de evitar reflejos.
Caballetes de estudio: Los caballetes de estudio resultan
mucho más pesados que los de trípode, por lo que se utilizan principalmente por
pintores que disponen de estudio y no tienen necesidad de recoger y plegar el
caballete continuamente. Estos caballetes son los más estables y los que permiten
mayor regulación de altura, permiten albergar grandes y sujetar con firmeza grandes
tableros, también permiten regular la inclinación, algunos de ellos poseen ruedas para
poder desplazarlos cómodamente ya por su peso resultaría difícil desplazarlo.
Caballetes de campaña: Estos caballetes se utilizan
principalmente para pintar fuera del estudio. Su principal característica es su peso
ligero, 1,5-2,5 Kg., y un reducido tamaño cuando está plegado, 80 - 90 cm.
aproximadamente. Sin lugar a dudas resulta el caballete ideal para pintar en el campo
o llevarnos de vacaciones. Existen modelos en madera y metálicos. Este tipo de
caballete se empleará siempre como segunda opción debido a que la estabilidad es
menor que los de trípode o estudio. Otra opción para pintura al aire libre, concursos,
excursiones y vacaciones son las cajas caballete de caja con patas. Tienen la ventaja
de ser al mismo tiempo caballete y caja para guardar las pinturas.
Caballete de sobremesa: Para aquellos que el permanecer
de pie les resulte penoso, por dolores de espalda o simplemente por conveniencia o
decisión, hemos de señalar que existen en el mercado una gran variedad de caballetes
de los denominados de sobremesa, la mayoría de ellos construidos en madera de haya
aceitada. Los modelos pequeños se utilizan mucho en decoración y como medio
expositor de un cuadro encima de una mesa o mueble añadiendo un toque artístico a la
decoración. Otros emplean estos modelos para exponer libros.
Otras herramientas importantes aunque no trataremos de ellas colores, un
cuaderno de dibujo, lápices HB, goma de borrar (debemos de avisar que no se debe
abusar del uso de la goma de borrar ya que daña el papel y después tiene unos
resultados negativos), una cuchilla o cutex, un pulverizador, un paño suave para la
limpieza de pinceles y retirada del exceso de agua, dos recipientes para colocar el
agua, uno para lavar los pinceles y el otro con agua limpia para utilizar con los colores.
Esta última, al poder ser, con preferencia filtrada o destilada para que el papel sea
menos vulnerable al ataque de hongos.
Consejos
1º.- El color es relativo en sí mismo, ya que siempre está influenciado por
el color que le rodea.
2º.- En las superposiciones se debe aplicar primero el color más cálido.
3º.- La luminosidad se obtiene, cuando aplicamos baños bien mezclados
con pocas pinceladas y de la manera más simple.
4º.- Carles Haes, siempre recomendaba a sus discípulos entornar los ojos
para ver sin detalles, apreciando así todas las partes del cuadro simultáneamente.
5ª.- Como regla general hay que hacer notar que todos los colores, a
medida que se alejan, tienden a fundirse en un gris neutro.
6º.- La imagen que habremos de expresar es la impresión atmosférica y
luminosa que captan nuestras percepciones.
7º.- Tengamos siempre presente que cuanto mayor sea la extensión del
área pintada, más neutra habrá de ser su coloración. Los colores puros deben ser
evitados en los fondos. Conjúguense colores cálidos y fríos con el fin de que se
equilibren mutuamente, si las luces son cálidas las sombras tendrían que ser frías y
viceversa.
Acuarelas europeas
Normalmente se considera que las verdaderas acuarelas más antiguas son los
estudios de paisajes y de animales realizados en el siglo XV por el maestro alemán
Alberto Durero, quien terminaba a la acuarela sus dibujos a pluma sobre temas de
historia natural. Estas obras no constituyen la mayor parte de su producción, pero se
les considera ejemplos clásicos de dibujos de la naturaleza, detallados y precisos. Los
artistas de los siglos XVI y XVII sólo utilizaban de forma ocasional las pinturas al agua y
la costumbre era emplearlas en monocromo. El bistre (pigmento marrón, café, obtenido
del hollín) y la sepia (pigmento negruzco procedente de la tinta de calamar) tuvieron
una preponderancia momentánea en las obras del artista francés Claudio de Lorena y
del maestro holandés Rembrandt, quienes los utilizaban para crear expresivos efectos
atmosféricos de nubes y cielo en sus dibujos de paisajes a tinta. No era frecuente el
uso de pinturas al agua, por lo que se encuentran únicamente en las obras de unos
cuantos maestros relativamente menores, como Hendrick van Avercamp y Adriaen van
Ostade.
Acuarelas inglesas
La acuarela sufrió la evolución más importante de su historia en Inglaterra, en la
segunda mitad del siglo XVIII, coincidiendo con el desarrollo, que además la intensificó,
del romanticismo, que glorificaba la naturaleza y la belleza natural. Además de ser la
técnica más conveniente para la pintura al aire libre (por su rápido secado), la acuarela
era sobre todo adecuada para representar los temas románticos favoritos, como cielos
tormentosos, niebla y bruma, y espesos follajes. Al principio, los acuarelistas ingleses
seguían la tradición holandesa y se servían de aguadas de color para realzar sus
dibujos a pluma o a lápiz. Sin embargo, a mediados de la década de 1700, la técnica de
la acuarela se libró de esas ataduras —sobre todo con la obra innovadora de Paul
Sandby—, y los artistas empezaron a aplicar la pintura directamente sobre el papel sin
atenerse a contornos previamente dibujados. Esta evolución marcó la madurez de la
acuarela como modalidad artística y se hizo muy popular. Los temas abarcaban mucho
más allá del paisaje, incluyendo las composiciones místicas de William Blake y las
sátiras sociales de las caricaturas de Thomas Rowlandson. En manos de algunos
artistas, la naturaleza pastoril y apacible de la acuarela fue sustituida por el drama, la
grandiosidad y lo sublime. John Robert Cozens, por ejemplo, realizó acuarelas muy
evocadoras de los Alpes suizos y ejerció una importante influencia sobre los dos
grandes maestros ingleses de la acuarela, Thomas Girtin y Joseph Mallord William
Turner. En la primera mitad del siglo XIX, este último alcanzó una brillantez y
luminosidad que no ha encontrado parangón; para describir sus acuarelas se decía que
habían sido “pintadas con vapor teñido”.
Acuarelas en América y Europa
La acuarela no destacó tanto en otros países europeos. En Francia utilizaron
mucho esta técnica algunos pintores románticos como Géricault o Delacroix. La
facilidad que proporcionaba a los artistas para representar la luz y la atmósfera tuvo
una influencia menor en el movimiento impresionista que se desarrollaba en Europa a
finales del siglo XIX, aunque algunos artistas aprovecharon su rápido secado para
captar el instante fugaz. En España fueron diestros acuarelistas Mariano Fortuny y
Ricardo Madrazo entre otros. El empleo de la técnica de la acuarela estaba más
extendido en Estados Unidos. Sus principales representantes a partir de 1870 eran John
Sargent y Winslow Homer, el primero con escenas europeas brillantes y el segundo con
representaciones realistas y absolutamente espontáneas de los bosques de Maine y de
escenas caribeñas. En el siglo XX, la acuarela ha tenido un papel relativamente
pequeño, destacando ocasionalmente en la obra del postimpresionista francés Paul
Cézanne y del vanguardista suizo Paul Klee. Sin embargo, en general, ha quedado
eclipsada por sus parientes más brillantes y expresivos, el gouache y la pintura acrílica.
Acheulense
Cultura del período paleolítico representada, como en el caso de la abbevillense –
chellense, por particulares técnicas de la talla del silex. Estas tallas se llaman
amigdaloides por su forma almendrada- Los primeros ejemplares de esta industria, se
hallaron cerca de Saint-Acheul, en el Norte de Francia; otras muestras de esta cultura
aparecieron también en la Península Ibérica, Gran Bretaña, Bélgica e Italia. El
acheulense se remonta a los últimos períodos de la fase interglacial Mindel-Riss.
El acheulense, o industria de modo 2, es una industria lítica del Paleolítico
Inferior. También es conocida como acheliense o acheulense. Posterior al Olduvayense,
o industrias de modo 1, tiene una antigüedad de unos 1'6 millones de años, según los
restos más antiguos encontrados en el yacimiento de Olduvai, en Tanzania. Se
caracteriza por los bifaces, hendedores (bifaz al que han dado un golpe oblicuo) y por
una elaboración más compleja, pudiendo dividirse en varias fases de
perfeccionamiento. Se atribuye su primer uso al Homo ergaster. El Acheulense es la
cultura más importante del Paleolítico Inferior en Europa Occidental, a pesar de lo cual,
su definición requiere revisiones periódicas. Tomó su nombre del lugar donde fue
identificado por primera vez, un suburbio de Amiens (localidad del norte de Francia)
llamado Saint-Acheul. Esta cultura aparece, como hemos visto, en Europa asociada a
los anteneandertales y se caracteriza por unas técnicas de lascado relativamente
sencillas, predominantemente desorganizadas, con variable presencia de técnicas de
extracción centrípetas, Método Levallois, etc. y técnicas de talla basadas en el percutor
duro y la paulatina utilización progresiva del percutor blando. Su panoplia varía a lo
largo de toda la secuencia: por un lado tendríamos la industria nuclear
(fundamentalmente, núcleo y canto tallado); la industria bifacial (triedro, bifaz y, en el
Mediterráneo occidental, también hendidor); por último, los denominados útiles sobre
lasca, a menudo asociados con determinadas "listas-tipo” (con raedera, muesca y
denticulados, y útiles del grupo Paleolítico Superior, entre otros). En virtud a
variaciones en los tipos, técnicas y porcentajes de esas industrias, se ha establecido
una secuencia clásica que divide al Acheulense en tres etapas: Inferior, Medio y
Superior. Tradicionalmente a éstas tres fases se sumaban otras dos por ambos
extremos: el “Abbevilliense” y el "Micoquiense". Tanto una como otra se caracterizaban
por los tipos de bifaces: El Abbevillense tenía bifaces muy toscos, tallados con percutor
duro por medio de grandes lascados, con amplias zonas reservadas y sin regularización
de aristas. El Micoquiense tenía bifaces equilibrados de forma lanceolada con los
bordes ligeramente cóncavos, tallados casi exclusivamente con percutor blando e
intensamente regularizados, sobre todo en la zona de la punta. Acompañaban al bifaz
micoquiense en esta industria, el bifaz cordiforme, las raederas y otros útiles que se
desarrollarán, sobre todo, en el Paleolítico Medio y Paleolítico Superior. Actualmente se
han abandonado estas dos fases, englobadas respectivamente en el Acheulense
Inferior y Superior. Localizados in situ sólo en los lugares epónimos, y poco más, hoy se
han eliminado como culturas autónomas y se tiende a considerarlos sólo como un
adjetivo que califica a un determinado tipo de bifaces. Nosotros conservaremos, para
estos tipos de bifaces la denominación: «bifaz de estilo abbevillense» y «bifaz de estilo
micoquiense», sin que ello presuponga ningún tipo de adscripción cronológica.
Cronológicamente, el Acheulense se desarrollaría desde hace unos 600.000 años, hasta
hace unos 200.000 ó 150.000 años. Su correlación con alguna glaciación alpina es
compleja, ya que, excepto para la glaciación de Würm, no hay consenso sobre la
datación de las mismas. En todo caso, podría decirse que coincide con parte del
interglaciar Günz-Mindel, con la glaciación de Mindel, el interglaciar Mindel-Riss y con
las primeros fases de la glaciación de Riss. En lo que se refiere a los estadios isotópicos
V28-V38, proponemos en la tabla una correlación recogida tras cotejar numerosa
bibliografía. Se trata sólo de una propuesta para clarificar nuestra posición, de hecho,
la división en estas fases es arbitraria, y el paso entre una y otra es gradual. En todo
caso, consideramos que los estadios 15, 13, 11, 9 y 7 como de transición entre las
fases crono-culturales señaladas.
Acheulense Inferior
El Acheulense inferior parece arrancar con el Abbevilliense. Después, las hachas
bifaciales se afinan y surgen las hachas elípticas de talla bifacial, más o menos planas
("Limandes"). Comienzan a desarrollarse los utensilios en lasca y aparecen algunas
puntas toscas. Este período se desarrolla en el interglacial Mindel-Riss (300.000-
200.000 a. J.C.), de larga duración, y clima cálido, aunque después la glaciación de Riss
acabó con la mayoría de los yacimientos.
Acheulense Medio
El Acheulense medio aporta una gran variedad en las hachas bifaciales planas,
"limandes", lanceoladas, amigdaloides, etc. Hay muchos útiles en lascas, y se han
localizado también miles de éstas procedentes de las tallas. El utillaje de lascas es
abundante: varios tipos de raederas, puntas, utensilios denticulados, perforadores, etc.
En la zona central de España (concretamente en Torralba, cerca de Medinaceli) parecen
existir hachuelas con lascas con influencia africana, lo que indicaría que mientras en el
Norte la población llegó en sucesivos traslados procedente de Francia, al Centro y Sur
pudo llegar procedente de África, o bien procedente de Francia y de África
simultáneamente. En esta zona central española se han encontrado junto a los útiles
de los cazadores varios restos de esqueletos del Elefante Antiguo. El Acheulense Medio
se desarrolló durante la mayor parte de la Glaciación de Riss (200.000-125.000 a. J.C.).
Las huellas de fuego, que ahora se ha hecho muy necesario, se multiplican.
Acheulense Superior
El Acheulense superior comienza avanzada la Glaciación de Riss (quizás hacia el
140.000 a. J.C.), continuando en el interglaciar Riss-Würm (125.000-100.000 a. J.C.),
acabando ya en el primer período würmiense (iniciado el 100.000 a. J.C.). Las hachas
bifaciales son de tipo muy evolucionado, lanceoladas, con punta finamente retocada y
aristas laterales rectilíneas. Existen otras variedades (amigdaloides, cordiformes...) y
hallazgos de este período se encuentran en Inglaterra, Bélgica, España, Portugal y
Francia.
Acuña López, José María, escultor español (Salcedo, Pontevedra, 1903– Vigo,
1991)
Su formación se llevó a cabo en el Colegio de Sordos de Santo Domingo, en
Santiago de Compostela, donde ejerció labores docentes algunos años después. Entre
1920 y 1022 estuvo trabajando en el taller de Francisco Asorey, y luego fue pensionado
por la Diputación de su ciudad natal para estudiar en la Academia de Bellas Artes de
San Fernando en Madrid. Expuso sus obras en esta última ciudad, así como también en
Santiago, Pontevedra y Vigo. Además realizó numerosos trabajos para la desaparecida
Cerámica Celta de Pontecesures, donde también se desarrolló la labor creadora de
otros vanguardistas gallegos, como Castelao, Manuel Torres, Carlos Masside o Santiago
Bonome.
Es creador de un interesante conjunto de esculturas en bronce de tipos populares
gallegos, tales como el campesino o el marinero, con temática popular y de
costumbres, que se inscribe dentro del ámbito de la recuperación de lo regional
iniciada por Asorey. Tras la Guerra Civil se mantuvo en silencio hasta 1972, año en el
que volvió a exponer de nuevo. En 1976 obtuvo el Premio Nacional de Escultura.
Su estilo se caracteriza por la mezcla entre el academicismo y la presentación de
tipos gallegos. Entre sus obras destacan las ya mencionadas esculturas de cerámica,
que hoy constituyen piezas de coleccionista, y otras en bronce como Hoxe comeredes,
en que refleja los problemas marineros, De la fiesta, de carácter costumbrista, o La
carta del hijo, en que muestra la problemática de la emigración.
Ha realizado algunas exposiciones individuales, a saber, (1933) Galería de Arte
Michelena, Pontevedra. Castrelos, Vigo. (1973) Nueva Sala de Exposiciones Caja Vigo.
(1975) Ayuntamiento de La Coruña. (1976) Museo Arqueológico de Orense. Antología al
aire libre, Parque Municipal de Castro, Ayuntamiento de Vigo. (1989) Caja de Madrid,
Madrid. Y colectivas: (1925) "Arte Gallego", Palacio del Retiro, Madrid. (1926)
Exposición Regional de Arte Gallego, Santiago de Compostela. (1927) Círculo de Bellas
Artes, Madrid. (1973) I Bienal de Pontevedra. (1974) II Bienal de Pontevedra. (1975) III
Bienal de Pontevedra. (1977) Galería Kreisler, Madrid. Galería Gaudí, Barcelona. (1985)
"Escultura española 1900-1936", Palacio de Velázquez, Madrid.
Hijo de un herrero y miembro de una familia humilde de ocho hermanos, él y
otros tres eran sordos de nacimiento. Estudió Bellas Artes en la Real Academia de
Bellas Artes de San Fernando, en Madrid, con una beca de la Diputación de Pontevedra.
Fué discípulo de Francisco Asorey.1 Trabajó en la Cerámica Celta de Pontecesures y
desarrolló una importante labor docente, como profesor de dibujo, modelado y talla, en
el Colegio Regional de Sordomudos de Santiago, del que había sido alumno.
Hizo de Galicia, sus ciudadanos y sus costumbres el tema central de su creación.
Entre sus obras más conocidas destacan las de peregrinos, como las del Monte do Gozo
y San Caetano, Santiago de Compostela.
Acuña Tapias, Luis Alberto, pintor, escritor y folclorista colombiano (Suaita,
Santander, 1904– Villa de Leyva, 1993)
Su obra plástica se caracteriza por un tradicionalismo enraizado en los temas
prehispánicos y en el costumbrismo indígena. En 1940 fundó la escuela de arte Bachué
y en 1976 un museo que lleva su nombre en la población colombiana de Villa de Leyva.
Ejerció la docencia universitaria y escribió los libros El arte de los indios colombianos
(1935) y Folklore del Departamento de Santander (1949).
El Maestro Acuña, ha sido un artista de larga trayectoria y abundante y variada
producción. Militó por muchos años a la vanguardia de la pintura colombiana, siendo
una de sus figuras sobresalientes. Ha cultivado el puntillismo, el cubismo, la pintura
histórica, los temas americanistas, el expresionismo y el costumbrismo. En escultura es
académico, aunque ocasionalmente ha ensayado otras escuelas modernistas, en las
que ha empleado el hierro, la madera, el bronce y el cemento. Como director del Museo
Colonial de Bogotá, ha desarrollado una interesante labor, organizando exposiciones,
conciertos y conferencias, y dirigiendo la edición del interesante Boletín. También ha
sido profesor de la historia del Arte Colombiano, investigador y conferencista.
Sus obras se encuentran: En el Museo de Arte Moderno de Nueva York y en varias
colecciones particulares y públicas de: los Estados Unidos, Colombia, México y otros
países. En el Museo Nacional de Bogotá, existen las siguientes esculturas: Campesina
(caoba) y las terracotas: Bañista, Jinete, Vida Interior, Afrodita, La Venus del
Sombrerito, Reposo, Mestiza, La Presumida, Tradición, Sonámbula, y la Diosa, las cuales
están señaladas en el catálogo con los números 2314 al 2325. En la Galería de la
Academia de Historia de Bogotá, se encuentran los retratos de Eduardo Posada (primer
Presidente de la Academia); un busto en mármol de Santander; retrato del Coronel
Agustín Codazzi (técnica puntillista); Relieve en bronce de los Reyes Católicos Fernando
e Isabel; Relieve en bronce de Cristóbal Colón. En el Palacio de Bellas Artes de Bruselas,
se encuentra la escultura en madera titulada: "Mito". Además ha restaurado obras de
arquitectura colonial tales como: El Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario,
Bogotá; La Casa del Escribano don Juan de Vargas, en Tunja (hoy Museo Colonial); la
casa del Congreso en Villa de Leiva; la Hacienda del Salitre de Paipa; la Casa de El
Paraíso (escenario de la novela "La María") en Palmira, etc. Mural de la Academia de la
Lengua (Tiene una superficie de 10 metros de largo por 4 de ancho. En él se hace una
apoteosis de los principales personajes creados por los más destacados escritores del
habla castellana al través de todos los tiempos. En primer término aparece de izquierda
a derecha el Cid Campeador; después el Amadís de Gaula; más adelante y como figura
principal de la gran obra pictórica, el Sancho y Don Quijote. Al fondo, el Castillo de las
siete Moradas de Santa Teresa. Luego se ve la Celestina, el Guzmán de Alfarache y el
Lazarillo de Tormes. Al fondo está colocado el Convidado de Piedra. En el centro,
Segismundo, Don Juan Tenorio y el Penitente de la Guía de Pecadores o el Místico y en
seguida el Alcalde de Zalamea. Entran después los personajes más definidos de la
literatura castellana en América con Caupolicán en primer plano; don Álvaro de Oyón,
Martín Fierro, Doña Bárbara, el Periquillo Sarmiento de la literatura Mexicana, y el
Peralta de Carrasquilla. Para finalizar, en la parte superior aparecen las figuras de
Arturo Cova en el corazón de la selva americana, la India Cumandá, de la literatura
ecuatoriana, el Indio Tabaré del Uruguay y en el rincón izquierdo final en la parte
inferior, las figuras de Efraín y María.
Ad Reinhardt, Adolph Dietmar Friedrich Reinhardt, llamado el, pintor y
escritor estadounidense (Buffalo, New York, 1913 – New York, 1967)
Fue pionero del arte conceptual y del minimalismo. Reinhardt estudió historia del
arte en la Universidad de Columbia, en donde trabó amistad con Robert Lax y Thomas
Merton, con quienes desarrollaría conceptos similares de simplicidad en diferentes
direcciones.
Reinhardt estudió pintura con Carl Holty y Francis Criss en la Escuela Americana
de Artistas, y luego en la Academia Nacional de Diseño, bajo la tutela de Karl Anderson.
En 1936 comenzó a trabajar en el Proyecto de Arte Federal, y rápidamente se
transformó en un miembro del grupo de Artistas Abstractos Americanos.
Tras completar sus estudios en el Instituto de Bellas Artes de la Universidad de
Nueva York, comenzó a dar clases en el Colegio de Brooklyn, y más tarde en la Escuela
de Bellas Artes de California en San Francisco, posteriormente en la Universidad de
Wyoming, en la universidad de Yale, y en el Colegio Hunter de Nueva York.
Crítico del expresionismo abstracto, las primeras obras de Reinhardt exhibidas
evitaron representación, pero mostraron una estable progresión en el alejamiento de
los objetos y las referencias externas. Su trabajo evolucionó desde composiciones con
formas geométricas en los años 1940, a trabajos en distintas tonalidades del mismo
color (todo rojo, todo azul, todo blanco) en los 1950.
Reinhardt es conocido por sus llamadas pinturas "negras" en la década de 1960,
que en un principio parecían ser simplemente lienzos pintados de negro, pero estaban
en realidad compuestos por tonalidades de negro y cuasinegro. Entre otras
evocaciones, estas pinturas pueden interpretarse como el cuestionamiento de si puede
existir algo que sea tan absoluto, incluso en el negro, un color que algunos
espectadores ni siquiera consideran como tal.
Su literatura incluye interesantes comentarios acerca de su propio trabajo y el
trabajo de sus contemporáneos. Su ingenio conciso, su enfoque aguzado, y
abstracción, hacen su lectura interesante incluso para aquellos que nunca han visto sus
pinturas. Lo mismo que estas últimas, sus escritos levantan controversia décadas
después de su composición.
Obra suya es el libro “Arte as Art”, editado por Barbara Rose, U. of California
Press, 1991.
Miembro del grupo de los expresionistas abstractos neoyorquinos de la década
de 1940, después de la Segunda Guerra Mundial se dejó influenciar por el movimiento
reduccionista que pretendía eliminar la libre expresión, el contenido y el significado del
arte, lo que se ve reflejado en sus pinturas monocromas, las últimas hecho en negro.
Precursor del Minimal Art, escribió "Doce reglas para una nueva Academia"
(1957) en donde expone la filosofía reduccionista.
Adam, familia de pintores alemanes
Adam, Albert, pintor alemán (Nördlingen, 1786 – Münich, 1862)
Nacido en Nördlingen, comenzó un aprendizaje como confiterías y se dirigió a
Nüremberg en 1803 para comenzar su formación. Sin embargo, influido por el director
de la Academia de Bellas Artes de Nüremberg y luego por Johann Rugendas, se dirigió
hacia la pintura (principalmente los campos de batalla y los caballos). Después de
participar en la campaña de Austria de 1809, se quedó durante un tiempo en Viena,
donde se señala a la atención de Napoleón, hijastro Eugenne de Beauharnais y fue
nombrado pintor de su corte. La mayoría de las obras de Adam de hacer frente a la
campaña rusa de Napoleón, en el que participaron en virtud de Beauharnais. Entre
otras obras, que pintó un diario de la campaña en 83 escenas. En 1815, Adam se
trasladó a Münich, donde fue ocupada por los emperadores y reyes de Baviera y
Austria. Su estudio en Münich fue visitado frecuentemente por Theodor Horschelt, que
más tarde se hizo muy conocido por sus pinturas de guerra del Cáucaso ruso. Trabajó
hasta que la edad le hizo imposible registrar las batallas y los caballos que participan
en ellas, aunque en sus últimos trabajos fue apoyada por la ayuda de sus hijos, Benno,
Eugen y Franz. Murió en Munich.
Adam, Benno Raffael (1812-1892)
Se especializó en retratos de animales y de mercado y escenas de caza. Era el
hijo mayor del pintor de Münich Albrecht Adam, se distinguió por la presentación de los
animales cazados y perros de caza de muchas figuras en las composiciones (caza de
ciervo, el zorro, hostigamiento, caza del jabalí,) y las mascotas.
Adam, Franz, (Milán, Italia, 1815-1886)
Fue un pintor alemán, principalmente de temas militares, nacido y activo gran
parte de su vida en Italia.
Fue notable su labor. Primero realizó una colección de litografías de las
revoluciones de 1848 en los estados italianos, realizado conjuntamente con el conocido
litógrafo Denis Auguste Marie Raffet. Pintó su primera obra maestra durante la
Segunda Guerra Italiana de la Independencia de 1859, una escena de la batalla de
Solferino. Sus obras más conocidas, mientras tanto, representan la guerra franco-
prusiana de 1870a
De los estudiantes de Adán, Joseph Brandt es el más notable. Adán murió en
1886 en Münich.
Adam, Eugen (1817-1880)
Se especializó en animales, el género, el paisaje y cuadros de batallas. Él tenía su
taller en Munich, y vivió en Milán durante los años 1849-1858. En 1859 se convirtió en
reportero de la revista de la tierra y el mar. En 1861 participó en las campañas de Suiza
en 1870 y 1871 en la guerra entre Francia y Alemania.
Adam, Julius (1821-1874)
Se dedicó a la litografía y a la fotografía.
Monumentos civiles
Castillo de Adzaneta: sólo quedan restos de la muralla y un torreón de origen
árabe.
La Torre de la Presó: situada en la calle de Sant Bartomeu, forma parte de las
antiguas murallas medievales que protegían a la población. Se trata de una torre de
planta cuadrada, con ventanas y gruesas rejas de hierro. La torre fue utilizada como
prisión de la villa desde el 1853 hasta los años 60 del s. XX. Actualmente, se ha
restaurado completamente y acondicionado para convertirse en el ‘Centro de
Interpretación de la Historia de Atzeneta del Maestrat’.
Las murallas medievales: se encuentran en la calle de la Orden de Montesa,
en buen estado de conservación. Formaban parte de la muralla que rodeó la villa desde
el s.XIII hasta finales del s.XVIII. Se observa el uso de almenas que permitían la defensa
de la población.
Ayuntamiento: es un histórico edificio, hoy reconstruido, que fue antiguamente
hospital y Palacio del Comendador de la Setena de Culla durante el s.XVI. Presenta un
bello patio interior y un ventanal de estilo gótico. Actualmente la primera planta está
ocupada por las oficinas del Ayuntamiento, mientras que en la planta baja se encuentra
el Local de la Tercera Edad y el salón de actos de la Casa de la Cultura. En la segunda
planta se encuentra la sala de exposiciones, la biblioteca, la sala de informática i
diversos despachos municipales.
Aelst, Evert van, pinto holandés (1602, Delft , 19 de febrero 1657, Delft)
Van Aelst era el tío de Willem van Aelst . Ambos eran famosos por sus bodegones
de caza, la pesca, jarrones, etc. Fue influenciado por Pieter Claesz . De acuerdo con
Houbraken, pasó cuatro años en Francia y siete en Italia. Cuando regresó a los Países
Bajos, se estableció en Delft, donde se instaló lo que las naturalezas muertas, las cuales
fueron un gran éxito en su vida. Emanuel de Witte , su sobrino y Willem Jacob Denys
fueron sus alumnos.
Aelst, Pieter Coecke van, pintor, grabador, dibujante y editor flamenco (Aalst
1502 - Bruselas, 1550)
Es también recordado como productor de tapices y porque fue suegro de Pieter
Brueghel el Viejo. Fue asimismo tío del también pintor Joachim Beuckelaer. Según Karel
van Mander, estudió con Bernaert van Orley en Bruselas. Hacia 1525 viaja a Italia y a su
regreso a Flandes entra en la Guilda de San Lucas (el gremio de pintores) de Amberes,
en la que figura inscrito en 1527. Entre 1533 y 1534 residió en Estambul. Allí diseñó una
serie de siete tapices en honor de Suleimán el Magnífico, pero no tuvo éxito y estos no
llegaron a tejerse. En su viaje realizó una serie de dibujos que en 1550 serían grabados
en madera por su segunda esposa con el título Usos y costumbres de los turcos.
Se casó con Anna van Dornicke, hija del pintor Jan van Dornicke. Cuando éste
murió, Coecke heredó su taller, que era importante y tenía bastante producción. Tras el
fallecimiento de su primera mujer tuvo una relación con Antonia van der Sant y
posteriormente se casó en segundas nupcias con Mayken Verhulst Bessemers, que fue
igualmente una artista, famosa por sus miniaturas y acuarelas y, según van Mander, la
primera maestra de sus nietos, Pieter Brueghel el Joven y Jan Brueghel de Velours. En
1544 se estableció en Bruselas, donde estableció un taller de pinturas y tapices.
Fue considerado uno de los líderes de la Escuela de Amberes. Realizó una
extensa producción de cuidada factura. Al principio su obra estuvo influida por su
maestro van Orley y por su suegro van Dornicke, pero luego evolucionó hacia lo que se
ha calificado como manierismo antuerpiense, próximo a las obras tardías de Raffaello y
a los romanistas, combinando las influencias italianas con el naturalismo local. Felipe II
coleccionó sus obras con interés. Sin embargo, Coecke no arriesgó con novedades
originales y actualmente ocupa un lugar secundario en la Historia del arte, eclipsado
por otros artistas. En su amplio taller tuvo como discípulos entre otros a Gillis van
Coninxloo, Willem Key, Hans Vredeman de Vries, Michiel Coxcie. Van Mander afirma que
también fue discípulo suyo Pieter Brueghel el Viejo, quien con el tiempo se casó con la
hija de van Aelst, Mayken (María), si bien su obra no denota ninguna influencia suya.
El taller de Coecke van Aelst es asimismo bien conocido por sus obras grabadas y
por los tapices. En él se tejieron los famosos tapices de Los hechos de los Apóstoles,
diseñados por Rafael Sanzio para la Capilla Sixtina. Cuando los tapices se terminaron y
remitieron a Roma, los cartones o modelos quedaron en manos de Coecke y fueron
admirados por múltiples artistas locales, influyendo en la extensión del clasicismo
italiano en los Países Bajos Españoles. Coecke también diseñó vidrieras.
Su interés por la arquitectura le llevó a traducir y editar diversos tratados sobre
el tema, siendo precisamente su faceta de editor la más influyente de su actividad. Al
igual que sus cuadros, los libros que editó delatan la ascendencia italiana. En particular,
van Aelst destaca por su traducción del tratado de arquitectura de Sebastiano Serlio I
Sette libri dell'architettura (Los siete libros de la arquitectura), que publicó en 1539 y
que desempeñó un papel crucial en la expansión de las ideas arquitectónicas
renacentistas en los Países Bajos Españoles, acelerando la transición desde el gótico
tardío, que allí era aún dominante por entonces. La traducción inglesa de 1611 se haría
de la versión de van Aelst, más que de la original en italiano. También publicó una
traducción de Vitruvio. Por otra parte, estuvo a cargo de las espectaculares
decoraciones para la entrada triunfal de Felipe II en Amberes en 1549, «la más famosa
entrada del s.», según el historiador de arte británico Roy Strong.
Algunas de sus obras son las siguientes: Santiago el Mayor y once orantes / San
Jorge (reverso) (puerta izquierda del Tríptico del Juicio Final), 1532, óleo sobre tabla, 112
x 44 cm, Museo del Prado; San Juan Evangelista con dos damas y dos niñas orantes /
San Adrián (reverso) (puerta derecha del Tríptico del Juicio Final), 1532, óleo sobre tabla,
112 x 44 cm, Museo del Prado; Tabla central del Tríptico del Juicio Final, 1532, óleo sobre
tabla, Monasterio de El Escorial; La huida a Egipto, óleo sobre tabla, 42 x 25 cm, Museo
del Prado; Tríptico de la Adoración de los Magos, óleo sobre tabla, 87 x 101 cm, Museo
del Prado; Tríptico con la Anunciación, la Adoración de los Magos y la Adoración de los
pastores, óleo sobre tabla, 81 x 127 cm, Museo del Prado; Tentaciones de San Antonio,
óleo sobre tabla, 41 x 53 cm, Museo del Prado; Cristo y sus discípulos camino de
Emaús, óleo sobre tabla, 68 x 87 cm, colección particular; Descendimiento de la Cruz,
h. 1535, óleo sobre tabla, 119 x 170 cm, Museo Amstelkring, Ámsterdam; Tríptico, años
1530, óleo sobre tabla, 105 x 68 cm (central), 105 x 28 cm (cada ala), colección
particular; Tríptico: Adoración de los Reyes Magos, óleo sobre tabla, 89 x 57 cm
(central), 89 x 25 cm (cada ala), colección particular.
Aelst, Willem van, pintor neerlandés (Delft, 1627-Amsterdam, 1683)
Discípulo de Otto Marseus van Schrieck, residió en Francia y en Italia. Su obra
demuestra su especialización en cuadros de frutas, flores y pájaros.
Era sobrino del pintor de bodegones Evert van Aelst, quien estuvo a cargo de su
formación. En 1643 aparece por primera vez inscrito en el gremio de pintores de Delft.
Desde 1645 hasta 1649 residió y trabajó en Francia, de donde partió a Italia. En
Florencia fue pintor de la corte de Fernando II de Medici, el gran duque de Toscana. Allí
estableció contacto con sus compatriotas y pintores de bodegones Matthias Withoos y
Otto Marseus van Schrieck. Formó parte de la Schildersbent, la asociación de pintores
del norte residentes en Italia, con el apodo de «Vogelverschrikker» (espantapájaros). En
1656 regresó a Holanda, estableciendo su residencia permanente en Amsterdam Desde.
1658 firmó sus obras con el nombre de Guillmo van Aelst, o con su apodo de la
Schildersbent, en recuerdo a su estancia en Italia. Desconocemos la fecha de su
fallecimiento, que se sabe es posterior a 1687, año de su última obra conocida.
En su carrera hay cuatro tipos de naturalezas muertas: bodegones de flores, de
frutas, piezas de desayuno y bodegones de aves, con o sin atributos de caza. Sus
naturalezas muertas acusan los influjos de Jan Davidsz. de Heem, de quien tomó los
fondos marrones, el extenso follaje y la manera en que el ramo cae invadiendo el
espacio. Sus obras se distinguen sin embargo de las de De Heem en el uso de una
paleta con tonos fríos de azules, púrpuras y verdes, probable fruto de las impresiones
recogidas durante sus estancias en Francia e Italia, y por la delicadeza y armonía que
demuestra en la organización de sus elementos. Su gran aportación al género fue la
introducción de motivos asimétricos, creando vigorosas diagonales. Esta nueva
composición pronto fue utilizada por sus seguidores. Sus más de sesenta bodegones de
caza, caracterizados por su perfección técnica y por un gran sentido decorativo,
también crearon escuela, siendo muy imitados. Entre sus discípulos destacan Maria van
Oosterwyck, Rachel Ruysch y Jan van Huysum
Aerógrafo
Pequeña pistola de aire, basada en el mismo principio que utilizan las pistolas
para pintar lacas o al duco. Se utilizan para pintar con témpera, tintas especiales o
acuarela fondos uniformes o desvanecidos, o para exagerar o suavizar detalles sobre
fotografías y artes finales, Las obras realizadas con aerógrafo se denominan
aerografías.
El aerógrafo (en inglés airbrush, que traducido literalmente sería "pincel de aire"
o "aeropincel") es un instrumento que emplea aire a presión para dispersar un
pigmento en partículas muy finas. Tiene el aspecto de una estilográfica grande y se
sujeta de forma parecida, con el dedo índice levantado para controlar el suministro de
aire. El aerógrafo se emplea para colorear copias, retocar positivos y negativos, ocultar
las uniones de los collages, añadir nubes u otros elementos y eliminar defectos o fondos
innecesarios.
Se requiere una pintura especial, aunque en teoría se le puede administrar
cualquier clase de pigmento: acuarela disuelta, acrílico. Los pigmentos ideales son la
acuarela líquida y el acrílico líquido. La técnica no es fácil de dominar, pero el aerógrafo
permite efectos difíciles de conseguir con pinceles, o con cualquier otro tipo de técnicas
de artes plásticas.
Todos los aerógrafos tienen una fina aguja en el interior (los de efecto simple,
carecen de aguja), un inyector que mezcla el aire con la pintura y un receptáculo para
esta última. Un tubo de goma conecta el aerógrafo con el suministro de aire elegido, un
compresor por ejemplo, que a su vez se regula con una palanca o interruptor.
Hay tres tipos de aerógrafo: de acción simple, fijo de doble acción y el de doble
acción independiente. Cada uno funciona de una manera distinta.
Aersten, Pieter, pintor holandés (1508-1575)
Introdujo en su país la naturaleza muerta, que insertó en cuadros de tema
religioso y escenas de la vida cotidiana: Cristo en casa de Marta y María (1533). Influyó
en Michelangelo da Merisi, llamado el Caravaggio y Diego Rodríguez de Silva y
Velázquez.
Estuvo activo entre Amberes y Ámsterdam. Conocido por su altura como Lange
Pier (Pierre el largo), se especializó en composiciones de bodegones que influyeron en
el joven Velázquez.
Junto con su sobrino Joachim Beuckelaer, fue uno de los primeros pintores de
bodegones o naturalezas muertas, aunque también tocó otros temas como las escenas
religiosas, si bien muchas se destruyeron en las revueltas que asolaron los Países Bajos
en 1566.
Su primera producción fueron pinturas religiosas, donde la acción se ambientaba
en la actualidad, en línea con las recomendaciones de la Contrarreforma religiosa, que
defendía la presentación de los relatos bíblicos con sencillez para aproximarlos a la
mentalidad popular. Así, no se intentaba recrear la estética de la época de Cristo, sino
que se vestía y enmarcaba a los personajes a la moda del momento. Caravaggio
proseguiría este criterio.
En las pinturas de Aertsen fue ganando protagonismo un elemento hasta
entonces considerado secundario: los accesorios que ayudaban a ambientar los
espacios, como mobiliario, enseres cotidianos, y especialmente comestibles, animales y
vajillas de cerámica y metal. Su habilidad técnica le permitió plasmar estos objetos con
asombrosa fidelidad, y a medida que alcanzaba el éxito comercial, Aertsen insistió en
dicha faceta. Para ello, eligió temas bíblicos y cultos que propiciasen la inclusión del
bodegón, y fue desplazando el argumento a un plano secundario, destinando el
protagonismo a los objetos en primer término. De esta forma, Aertsen dignificó el
bodegón como especialidad artística, hasta entonces considerado propio de pintores
imitativos sin inventiva. Estos «bodegones a lo divino» influyeron de manera
determinante en Velázquez, ya que algunos de ellos fueron llevados a Sevilla (Asunción
de la Virgen, Museo de Bellas Artes de Sevilla) por comerciantes flamencos.
Cuadros de Velázquez como La sirvienta negra (Galería Nacional de Irlanda),
Vieja friendo huevos y Cristo en casa de Marta y María (National Gallery de Londres)
dependen claramente del magisterio de Aertsen, a quien también se considera el
precursor de Pieter Brueghel el Viejo. También influyó al joven Annibale Carracci y a
Bernardo Strozzi. Aparte de sus cuadros, se exportaron por Europa abundantes copias e
imitaciones, así como versiones en grabado debidas a Jacob Matham y otros artistas.
Aetion, pintor griego (s. IV a. de J.C)
Se distinguido por la belleza del colorido de sus pinturas, y era el primer pintor de
su tiempo.
Afesa, Prieto, llamado pedro de la Basiticat, pintor italiano (Nápoles,
mediados del s. XVII)
Su obra maestra es un cuadro de la Asunción que existe en una iglesia de
Nápoles.
Afganistán
Nombre oficial, Dowlat-e Eslami-ye-Afghanestan o Di Afganistan Islami Dawlat,
República Islámica de Afganistán), país del suroeste de Asia
Limita:
Al Norte: Con Turkmenistán, Uzbekistán y Tayikistán.
Al Este: Con China, el estado indio de Jammu y Cachemira y Pakistán,
Al Sur: Con Pakistán.
Al Oeste: Con Irán.
Arte
La vida cultural afgana ha girado en torno a las artes y actividades tradicionales.
La joyería de oro y plata, alfombras de estilo persa y una variedad de diversos
productos de piel se hacen de forma artesanal.
En Afganistán se podían encontrar ruinas, construcciones arquitectónicas y otras
piezas artísticas de gran valor. Sin embargo, la turbulenta historia reciente del país ha
hecho que muchas de ellas se hayan perdido. En marzo de 2001, por ejemplo,
militantes talibanes destruyeron las dos gigantescas estatuas de Buda excavadas en
roca en el acantilado de Bamiyan hace 1.500 años.
Afganistán cuenta con una compleja historia, que ha quedado reflejada en sus
actuales civilizaciones, lenguajes y monumentos. Los afganos se muestran orgullosos
de su país, su linaje y soberanía. Históricamente han sido un "clan bélico", que ha
mantenido querellas durante distintas épocas, siendo la guerra una de sus principales
ocupaciones desde tiempos inmemoriales. Esta condición ha hecho difícil a los
invasores conquistar la región.
Así también, la cultura de Afganistán ha sido enormemente influenciada por el
Islam, pero también en menor medida por el Budismo y el Zoroastrismo. El país ha sido
un cruce de caminos a lo largo de la historia para la India, Irán y Asia Central, lo cual ha
repercutido sobre su civilización.
Las personas de Afganistán son conocidas como afganos o afganistanes. Sin
embargo al interior del país, muchos afganos se refieren a sí mismos en base a su etnia.
Afganistán ha hecho grandes aportes a la arquitectura mundial. La Unesco ha
reconocido el rol de la nación declarando al Minarete de Jam y el Valle de Bamiyán,
(sede de los famosos Budas destruidos por el Talibán), como Patrimonio de la
Humanidad.
Otros ejemplos de importancia sobre arquitectura pueden encontrarse en Herāt,
Mazār-e Šarīf y Gazni.
Las casas son hechas tradicionalmente de varias habitaciones, ubicadas
alrededor de un patio rectangular donde las mujeres y niños conviven. Los hijos casados
comparten la misma casa con sus padres. Algunas casas afganas, tienen un cuarto
especial donde los hombres socializan entre sí. En las ciudades es común habitar en
apartamentos. La población nómada se aloja en tiendas de campaña.
Debido a su situación geográfica, Afganistán es un importante cruce de caminos
que ha sido transitado por algunas de las más importantes civilizaciones que han
poblado Oriente Medio. En el ámbito artístico, constituye un territorio donde se han
fusionado diversas influencias desde la más remota antigüedad.
Uno de los primitivos ejemplos de ello son las cerámicas decoradas con motivos
geométricos encontradas en Mundigak, situado a 55 km de Qandahar y que están
estrechamente emparentadas con el Irán del IV milenio a.C. Este yacimiento
arqueológico vivió su etapa de mayor esplendor en el período IV, durante el III milenio,
con la construcción de un gran palacio cuya fachada ofrece una columnata de adobe;
los objetos arqueológicos aquí encontrados son mayoritariamente cerámicas, en
concreto vasijas en forma damajuana, decoradas con dibujos de animales o de hojas de
pipa pintadas sobre la superficie. Todas estas piezas poseen numerosas similitudes con
las encontradas en diferentes yacimientos arqueológicos iraníes, tales como el de Tepe
Hissar. Otro objeto de obligada mención es una cabeza esculpida en relieve y hecha de
caliza blanca de la civilización Harappa.
Durante el s. XX y principios del s. XXI Afganistán se ha visto envuelto en varios
conflictos bélicos que han destruido gran parte de su patrimonio artístico. Además, a
principios de marzo de 2001 los talibanes, después de un edicto formulado por su líder
espiritual, el mulá Omar, a finales de febrero, decidieron destruir todas las estatuas y
objetos pre-islámicos de Afganistán. Con ello, los pocos objetos pertenecientes a esta
época que estaban guardados en algunos museos y que habían sobrevivido bien al
conflicto con la Unión Soviética o a los posteriores saqueos, fueron destruidos, al igual
que los budas tallados en los acantilados de Bamiya.
Período indogriego
Después de la muerte de Alejandro Magno, Afganistán estuvo en parte dominada
por la dinastía seléucida, aunque poco tiempo después los colonos griegos consiguieron
su independencia y crearon pequeños reinos, como el de Bactriana.
En la actualidad, existen muchos datos de este período y de los diferentes reinos
locales gracias en parte a las monedas que se han encontrado y, sobre todo, al
descubrimiento del yacimiento arqueológico de Ai-Janum. Según los últimos estudios,
esta ciudad data de principios del s. III a.C., y en ella se conserva un tipo de
arquitectura en estilo helenístico procedente de Asia menor que fue realizada durante
los s.s III y II a.C. Además de los ejemplos de arquitectura y numismática, la ciudad
también posee restos de esculturas similares a las pertenecientes al estilo helenístico
del s. III, como un pilar hermaico rematado con el busto de un anciano.
En la segunda mitad del s. II a.C., los saka, invasores de origen escita, recorrieron
los reinos indogriegos y copiaron de sus predecesores la moneda de tipo griego. Los
partos, por su parte, controlaron gran parte de Afganistán durante la primera mitad del
s. I a.C., y en su moneda utilizaron una representación de Zeus.
Período kusana
Posteriormente, Afganistán fue invadida por los kusana, que procedían de Asia
central. Durante el período que duró esta dominación, el país pasó a formar parte de un
gran imperio que se extendía desde los confines de Rusia hasta la ciudad de Mathura,
en la India.
El soberano Kaniska fundó en Surj Kotal, un templo dedicado al fuego que está
rodeado por un peristilo con pórtico, decorado a su vez con estatuas de piedra y arcilla.
En este conjunto se fusionan tradiciones artísticas procedentes de la Persia
aqueménida, concretamente en la planta y de Grecia en el peristilo y la decoración del
mismo, y también existen elementos iraníes presentes sobre todo en las estatuas muy
similares a las efigies de príncipes escitas encontradas en Mat, cerca de Mathura.
Durante este período se produjo un gran desarrollo del comercio en la
encrucijada de rutas que representa Afganistán. Por ejemplo, en la ciudad de Begram
(la antigua Kapisi) fue hallado un tesoro, rico en objetos helenísticos fechados en torno
al s. I; lacas chinas de la época Han y piezas de mobiliario en marfil, decoradas con
escenas profanas siguiendo el estilo Indio de Mathura (s.s II y III).
En 1979 se descubrieron en esta ciudad seis tumbas, objetos de orfebrería y
restos de un palacio y un templo.
Período grecobúdico
A partir del s. II, en Afganistán se construyen numerosos monumentos budistas
decorados con relieves esculpidos en el estilo grecobúdico, que se desarrolló también
en los centros pakistaníes de Gandhara. Este estilo pone al servicio de la iconografía
budista todo un vocabulario artístico griego, heredado de los reinos indogriegos de la
Bactriana, muy influenciado por el arte helenístico parto como consecuencia del
comercio por el arte del imperio romano, así como de elementos procedentes de la
tradición india.
A partir de mediados del s. III aparecieron ciertos ecos de la Persia sasánida,
seguidos de un retorno a las influencias indias.
La piedra era escasa en la región, y por este motivo sólo se utilizaba para los
revestimientos. La mayor parte de las esculturas se hacían en estuco y, en casos muy
especiales, en pizarra. Con estos materiales se construyeron grandes imágenes del
Buda sakyamuni con vestiduras clásicas y bajorrelieves de pequeñas dimensiones que
representan los diferentes episodios de su vida.
Los muros, las cúpulas y el falso envigado de los santuarios rupestres se cubrían
con frescos; en esas pinturas, de tonos vivos, se aprecian una evolución y caracteres
diversos, con aportaciones de la Persia sasánida e influencia de la India greco-budista.
En el centro de Shotorak, situado en los alrededores de Begram, se han
conservado numerosos relieves es esquisto verde realizados en el estilo grecobúdico
del s. II, mientras que en Hadda, en el camino de Kabul a Peshawar, deja de utilizarse el
esquisto y se emplea con mayor asiduidad el estuco moldeado sobre un núcleo de
tierra; gracias a este material, más plástico, fueron modelados centenares de
personajes en un estilo pleno de espontaneidad y gracia entre los s.s II y IV.
En Bamiyan, importante centro budista (desde el s. II hasta el s. V) fueron
tallados en un acantilado dos budas colosales; en sus respectivos nichos, se han
mantenido algunos restos de pinturas que mezclan trazos indios con elementos
inspirados en los frescos del Turkestán chino. Ambos budas fueron destruidos a
principios de marzo del año 2001 por el gobierno talibán.
También subsisten restos de pinturas en los monasterios budistas rupestres de
Foladi, interesantes por sus imitaciones de cúpulas o de techos artesonados.
En Funduskistan, situado al noroeste de Kabul, un monasterio budista presenta
en una serie de nichos un conjunto de esculturas de adobe mezclado con paja sobre
armazón de madera; gracias a la facilidad con que se trabaja este material se ha
desarrollado un arte caracterizado por la suavidad de actitudes, la gracilidad y
elegancia de formas, y unos rostros con ojos exoftalmicos (con los globos oculares
salientes).
Período hindú
El hinduismo se practicó en Afganistán por un breve período de tiempo y, según
la tradición, fue protegido por el soberano huno heftalita Toramana. Prueba de esto son
varias estatuas de mármol blanco que representan a diferentes divinidades del panteón
hindú, realizadas en un estilo similar al de las esculturas de la India medieval (s.s VII a
IX) y que han sido encontradas en distintos puntos del país.
En Jair Janeh, lugar próximo a Kabul, se han descubierto restos de un templo del
sol con una estatua del dios Sol (surya), en mármol blanco que parece datar del s. VII.
Período musulmán
Durante el s. XIII Afganistán fue uno de los países musulmanes más castigados
por las devastaciones de los mongoles. Varias ciudades importantes de las primeras
civilizaciones islámicas son en la actualidad campos de ruinas, como Sahr-i Golgola,
cerca de Bamiyan, que fue destruida en 1222 y excavada en 1930.
Diseminados por las alturas, todavía pueden verse algunos vestigios de grandes
y pequeñas fortalezas. El conocimiento que se tiene de este gran patrimonio es muy
escaso; sin embargo, los últimos descubrimientos ratifican la existencia de grandes
escuelas medievales.
La primera civilización musulmana de importancia se cree que fue la de los
turcos gaznawíes. Apenas se sabe nada acerca de las fundaciones religiosas de esa
época; sólo las fuentes que nos han llegado alaban el esplendor de la gran mezquita de
Ghazní. En esta antigua capital, los dos alminares mutilados de Mas´ud III y Bahram
Sha, construidos con ladrillo en el s. XII, son un ejemplo de la maestría de los
arquitectos de esta etapa. La parte superior de las torres ha desaparecido, pero todavía
subsisten, colocados sobre una base octogonal, altos cuerpos prismáticos articulados
por paramentos en bisel, con una decoración a base de mosaicos.
Como consecuencia de las excavaciones francesas de Laskari Bazar y de las
italianas llevadas a cabo en Ghazní, en la actualidad se tienen muchos más datos de la
arquitectura palatina de los s.s XI y XII.
La influencia de los abasíes está patente tanto en la arquitectura como en la
decoración. Existe, además, un detalle singular, ya que aquí se dio por vez primera el
uso de la planta cruciforme en cuatro grandes bóvedas abiertas (iwan) situadas
alrededor de un patio; este tipo de estructura es muy común en la arquitectura religiosa
iraní.
Las pinturas encontradas en Laskari Bazar, en la sala del trono (cuarenta y cuatro
figuras fragmentarias con el cuerpo de frente y los pies de perfil) poseen las
características típicamente turcas tanto en su fisonomía como en sus aderezos, y se
han convertido en un documento de primer orden para la historia de la pintura
musulmana.
Las planchas de mármol con relieves del palacio de Ghazní, en las que se
representan mercenarios turcos, escenas de caza, danzarinas y fieras, prueban que la
prohibición de representar seres animados, sobre todo en escultura, fue muy poco
respetada.
La dominación de los guríes durante el s. XII se mantiene en la actualidad sólo
por la existencia de un monumento descubierto en 1957, de importancia capital: el
alminar de Yam (en las proximidades del pueblo homónimo). Se trata de una "torre de
victoria" que está formada por un gran fuste de unos 60 m de altura, decorado
mediante pequeños fragmentos de ladrillo colocados sobre una capa de yeso. Se cree
que señalaría el centro de la capital de los guríes, Firuzkuh, destruida en 1222.
Bajo la dominación de los timuríes, la ciudad de Harat, que en otros tiempos
contaba con una ciudadela, de la que quedan algunos restos, se convirtió en el centro
intelectual de Asia Central. La Universidad de Husayn Bayqara (1469-1506), la tumba
de al-Ansari (en los arrabales, en Guzurgah, de 1425), rodeada de numerosas tumbas;
la gran mezquita, fundada en 1200 (aunque ha sufrido tantas restauraciones que ya no
es posible descubrir nada de la estructura primitiva), y la musalla son los conjuntos
arquitectónicos más importantes de la ciudad. La gran mezquita de la ciudad, junto a la
Mazar-i Sarif, es la obra más importante de la arquitectura afgana. Al igual que esta
última, fue construida, según las fuentes, a finales del s. XV, sobre la pretendida tumba
del califa Ali, y presenta un pórtico, torres, alminares y bóvedas decoradas mediante
ricas cerámicas barnizadas, donde predominan el cobalto y el turquesa. Sin embargo, lo
que constituye la mayor gloria de Harat es la escuela de pintura fundada por
Baysunqur, nieto de Tamerlan; las primeras obras de este centro se caracterizan por la
composición clara, los contornos netos y el colorido, con predominio del rojo y el
naranja. Muy pronto tuvo como maestro, a finales del s. XV, al mayor miniaturista
musulmán, Bihzad; la obra acreditada de éste es escasa, pero su perfección en la
composición, su arte de la representación y la constante preocupación por personalizar
los temas le confieren una importancia sobresaliente. Esta escuela tuvo una inmensa
repercusión.
La conquista de la India por Baber convirtió a Afganistán oriental en provincia del
arte mongol, en el momento en que Afganistán occidental dirigía su mirada hacia la
Persia safawí. En Kabul existe una pequeña mezquita de mármol blanco que fue erigida
en las proximidades de la sepultura de Baber; su existencia confirma la presencia india,
y, en cambio, el mausoleo de Timur-sha, en ladrillo, que se conserva en muy mal
estado, evidencia la atracción permanente de la civilización iraní.
En la ciudad de Kabul estaba situado el Museo Nacional de Arte, que albergaba
en su interior la mayor colección de archivos de la historia de Asia Central. Contaba
entre sus fondos con un amplísimo número de piezas de gran valor, que databan desde
la etapa prehistórica hasta principios del s. XX; entre ellas, la colección Bagram, que se
componía de más de 1.800 piezas descubiertas en 1939 por unos arqueólogos durante
unas excavaciones realizadas en la fortaleza de Kusham. Estas piezas procedían de
muy diferentes lugares, como la India, Grecia, Roma, Egipto y Asia central. El museo
también contaba con una extensa colección de monedas fechadas entre el s. VIII a.C.
hasta el s. XIX, y que procedían de diferentes civilizaciones, como la griega o la romana
entre otras. Desgraciadamente, estos tesoros y muchos otros se perdieron en 1993
como consecuencia del bombardeo que sufrió el edificio. En un principio las bombas
sólo afectaron a las piezas situadas en las galerías del piso superior, y el resto de las
piezas fueron trasladadas a los sótanos, que estaban acorazados; pero esto no fue
suficiente para que se produjeran continuos saqueos, que esquilmaron el resto de
tesoros de la colección. En 1994 las Naciones Unidas intentaron parar los saqueos
reparando las puertas y enladrillando las ventanas, pero esto tampoco sirvió y los
saqueadores continuaron mermando los fondos del museo hasta que desapareciera el
90% del total de piezas. Tanto los coleccionistas privados como los comerciantes de
antigüedades de lugares tan lejanos como Tokyo han adquirido piezas robadas del
museo. En la actualidad, el edificio que albergaba el museo ha sido reconstruido y a
través de su página en Internet muestra parte de los fondos que poseía en un intento
por recuperar las piezas que legítimamente son suyas.
Afonso, Jorge, pintor portugués (1470-1540)
Importante pintor del Renacimiento portugués. Fue nombrado pintor real en 1508
por el rey Manuel I de Portugal, manteniéndose en el puesto con Juan III de Portugal. La
mayor parte de su vida estuvo viviendo en Lisboa, donde dirigía un taller artístico en las
proximidades de la iglesia de Santo Domingo; por este taller pasaron importantes
pintores portugueses como Cristovão de Figueiredo, Fernández García, Gregorio López y
Jorge Leal entre otros.
Los principales retablos que pintó fueron un encargo de la reina Leonor, entre
ellos figuran el retablo mayor del Convento de Madre de Deus en Lisboa, realizado en
1515 y que actualmente se encuentra en el Museo Nacional de Arte Antiguo. Entre 1520
y 1530, pintó los catorce paneles del retablo mayor del monasterio de Jesús, en Setúbal,
también patrocinado por la reina Leonor.
Afragola
Ciudad de Italia situada en una fértil llanura perteneciente a la región de
Campania, en la provincia de Nápoles.
Historia
La etimología del topónimo es compleja, ya que aparece por primera vez en un
documento de 1131, descubierto por el estudioso Bartolomeo Capasso, donde aparece
como Afraore. En documentos posteriores se encuentra escrito como Afragone, Afraolla,
Fraolla, Afrangola y, por fin, en 1272 aparece como es conocida actualmente, Afragola.
La tradición quiere mantener que la ciudad fue fundada en el año 1140, debido a
una cesión del rey Rugiero, el normando, a algunos militares de su ejército; esta teoría
se ha mantenido durante mucho tiempo a través de la tradición popular, y además se
ha consolidado debido a la obra de Moriani, pintor que en 1886 realizó unos frescos
para el salón del Palacio Comunal de Afragola en los que representaba la venida de
Ruggero el normando, y toda la leyenda mantenida durante tanto tiempo. Hoy día se
conoce un documento que demuestra que ya existían asentamientos en esta zona en
1025; mediante otros estudios arqueológicos se ha demostrado que la zona ya estaba
poblada entre los s.s IV y III a.C. Otro suceso importante fue el hallazgo de un ara de la
época del emperador Augusto, fechada en el s. I de nuestra era. Este ara posee una
inscripción donde se puede leer "AUG.SACR.", lo que demuestra que tanto Afragola
como Nápoles fueron seguidoras de los ritos romanos.
El núcleo principal habitado en Afragola esta situado en torno a los tres edificios
religiosos más antiguos de la ciudad: Santa Mª de los Ángeles, San Jorge y San Marcos
en Sylvis. La reina Juana II, por otro lado, construyó en la ciudad un palacio que
actualmente es conocido como el Castillo, y que fue tomado por los franceses en 1495.
Arte
Entre los numerosos edificios de interés con que cuenta la ciudad deben
destacarse los siguientes:
El Palacio comunal, de inspiración decimonónica, con planta rectangular e
irregular y con un patio posterior centralizado. Sus arquitectos fueron Carlo Ciaramella y
Francesco Danise, y su construcción finalizó en 1880.
Iglesia de santa María de los Ángeles; su construcción se remonta al 1131,
aunque en 1583 se le añadieron dos naves laterales y, en 1780, se colocaron los lienzos
realizados por Angelo Mozzillo y por Criscuolo. Esta ampliación demuestra el
crecimiento de la ciudad y la prosperidad de su actividad comercial en esta época.
Iglesia de san Jorge; su origen exacto no se conoce, aunque ya aparece citada en
un texto de 1131. Fue reformada en 1380, y volvió a reconstruirse a principios del s.
XVII, después de ser destruida por el terremoto de 1688. La cúpula actual fue diseñada
en 1741 por el arquitecto Blasotti, y en 1772 se construyó el campanario de tres pisos.
La iglesia, en su interior, está decorada con obras de Mozzillo, Cimino y de algún
seguidor de Murillo.
Iglesia de san Marcos in Sylvis, realizada en torno a 1179 por encargo de
Guglielmo II. De la construcción primitiva sólo se conserva hoy día el campanario con
planta cuadrada, cubierto por una cúspide octogonal, donde aún quedan algunos
frescos.
Iglesia de santa Rosario, construida en 1602, posee un importante pavimento
realizado en loza, una balaustrada de mármol de extraordinaria factura, y un lienzo de
Lanfranco.
Iglesia de san Antonio, realizada por Frati Minori en 1633; está decorada con
frescos de Severino y con mármol policromado del s. XVIII. En su interior alberga obras
de gran valía, como un crucifijo de Madera del s. XIII y una estatua de san Antonio
realizada en Madera en el s. XVIII, muy venerada en toda la provincia.
África
Es una de las 5 partes del mundo y, junto con Asa y Europa, conforman el
Antiguo Continente. Sin embargo, África puede ser considerada un continente por sí
mismo, unido a Europa y a Asia tan solo por un pequeño istmo, el de Suez.
Limita:
Norte: con el Mar Mediterráneo.
Oeste: con el Océano Atlántico.
Sureste: con el Océano Índico.
Noreste: con el Mar Rojo.
Escultura Negra
El área de la escultura negra ocupa una vastísima extensión geográfica, limitada
al norte por una línea que va desde el Cabo Verde a los Lagos Grandes del Sur por el
curso del río Zambeze. Los más importantes centros artísticos se encuentran en Guinea
Septentrional, especialmente en la cuenca del Niger y entre los pueblos bantúes del
Congo. La historia del arte negro es casi desconocida, puesto que las noticias que se
tienen son muy escasas y fragmentarias, pero se supone, no obstante, que se remonta
a épocas bastante antiguas. Antiquísimos son, ciertamente, los singulares ídolos de
esteatita encontrados en Sierra Leona, que representan seres humanos de facciones
monstruosas. Sin embargo, tales ídolos no pueden atribuirse con seguridad al arte
negro, aun teniendo en cuenta la deformación de líneas hecha por el artista, son
demasiado diferentes de las de las rozas que viven en el continente. Facciones ya
propiamente negras presentan, en cambio, las pequeñas cabezas de terracota que el
etnólogo León Frobenius encontró en Ifé, en la provincia occidental de Nigeria, en unas
excavaciones realizadas en los primeros años del s. XX. Aunque muchos científicos
hayan dudado de la opinión de Frobenius, según el cual estos objetos se remontan al
primer milenio a. de J.C., es cierto, sin embargo, que figuran entre los documentos más
antiguos del arte negro que se han conocido. Noticias más abundantes y precisas se
obtienen, en cambio, sobre el arte florecido en el reino de Benín, al Sur de Nigeria,
desde el s. XII hasta finales del s. XVII. Se trata de un arte refinado que no tiene nada
primitivo. Las pequeñas y medianas esculturas de bronce, latón o terracota, suelen
representar soberanos, príncipes y guerreros adornados con los atributos típicos de una
sociedad feudal evolucionada. También las figuras y objetos rituales están elaborados
en formas estilísticas muy complejas. En estas obras se incluyen verdaderos grupos
escultóricos y bajorrelieves en bronce que representan escenas de la vida de la corte. El
arte de Benín llegó a su apogeo entre los años 1500 y 1560. A esta época pertenecen
los bajorrelieves que representan personajes con trajes europeos, posiblemente
portugueses, y las grandes placas del Palacio real. Luego, este arte decayó
rápidamente, hasta el punto de que el último rey de Benín, que vivió en la segunda
mitad del s. XIX, había prohibido, incluso, la fusión en bronce. Las tropas británicas que
ocuparon Benín en 1897 encontraron los almacenes reales llenos de esculturas que, en
gran parte, fueron trasladadas a los museos europeos, especialmente al British Museum
y algunos museos alemanes. El arte de Benín ocupa un lugar especial en la escultura
negra que, en conjunto, escapa a una clasificación histórica y solo puede ser definida
en sus caracteres generales. Se sabe que las obras que se han descubierto, aun
remontándose al s. XIX, representan una tradición más antigua. Desde principios del s.
XX el arte negro ha ido en decadencia, perdiendo gran parte de su originalidad de
expresión. En muchos casos las esculturas negras actuales no son sino objetos
producidos en serie para satisfacer la demanda del mercado europeo.
Toda la escultura negra tiene su razón de ser y su explicación en el símbolo,
expresión de la ideología y del mito religioso. Este mito no se expresa en una relación
imaginaria, sino en formas concretas que van desde el fetiche del antepasado u otras
figuras ancestrales hasta las máscaras destinadas a asumir funciones civiles o rituales.
Es justamente en la máscara donde la escultura negra alcanza, sin duda, su más alto
nivel artístico. Es instrumento de exorcismo ante las calamidades, los reveses, en las
amenazas, pero por sus valores simbólicos y formales varían profundamente, según el
ambiente en que vive cada tribu y cada pueblo. El vigor y la combatividad pueden ser
expresados por medio del elefante, el búfalo y el cocodrilo; así como la destreza, la
agilidad o la velocidad pueden encarnarse en la forma del lagarto, la serpiente, o
cualquier otro animal cuya forma sutil y desarticulada sugiera la idea de movimiento.
Para responder a tantos significados, la máscara adquiere las más variadas formas. La
máscara de antílope de los Bambara (Sudán Occidental), por ejemplo, reproduce la
forma fantásticamente alargada de Ciwara, el Dios antílope, mientras que la máscara
del Dios Tutelar Do (alto Volta), presenta los rasgos de los ojos, la boca y la nariz muy
marcados y coloreados de un verde intenso, de modo que evoca la imagen de un mono
(símbolo de la justicia y de la muerte) sobre el fondo blancuzco de la “encarnadura”, a
su vez, símbolo de la muerte y el peligro. Signos contradictorios de vida y muerte
ofrecen las máscaras para iniciados de los Bayalas y los Bazukas (Congo), que las llevan
sobre los hombros en las danzas rituales.
La coloración es bastante más frecuente en las máscaras que en las figuras, ya
que en las primeras asume un significado simbólico. Pero, en unas y otras, los colores
más usados son el rojo, el blanco y el negro. A menudo la madera es simplemente
patinada, o sea, tratada con un procedimiento rudimentario a base de grasa animal
mezclada con ceniza, tierra o cualquier otra sustancia que sea capaz de volverla opaca.
De todas maneras, sean máscaras monocromas o patinadas, policromas o finamente
grabadas, o fetiches con los miembros rígidos o articulados en gestos, las esculturas
negras sorprenden por la violencia de la fantasía y por la apremiante concisión de las
formas. Aparecidas en Europa en el momento de máxima expansión del colonialismo,
fueron un estímulo para la fantasía de los artistas europeos. No obstante, la influencia
ejercida fue de diversa naturaleza: según los países y los grupos culturales. Así para los
impresionistas alemanes el arte negro se identificó con el aspecto enigmático de la
máscara o el brutal o discorde aspecto lineal de la figura esculpida, a modo de estilo
hacia un “arte de ruptura” y como expresión de una total y anárquica discrepancia con
el mundo circundante. Para los cubistas, en cambio, no aparece tan sugestiva por sus
datos instintivos como por su representación sintética de la figura, de modo que sugiere
una forma que los pintores y los escritores de arte han asociado paradójicamente a los
caracteres de la civilización mecánica.
La singular situación geográfica y climática condicionó la historia de una gran
parte del continente africano, impidiendo el crecimiento de una cultura unitaria o de
vastas entidades nacionales. La organización fundamental de la sociedad africana,
salvo rarísimas excepciones, es la tribu, con un fraccionamiento extremo desde los
puntos de vista político, lingüístico y, por lo tanto, artístico. Tribus y pueblos que han
alcanzado nivel similar de desarrollo tecnológico se expresan artísticamente de formas
muy diferentes, debido al a posibilidad de intercambios culturales y a la falta de
participación comunitaria en experiencias que, aun siendo análogas, son efectuadas de
modo distinto. A ello se añade, frecuentemente, la imposibilidad de un desarrollo
cultural suficientemente diferenciado y dinámico, lo que ha arrastrado hasta hoy
situaciones típicas de la prehistoria.
Es preciso, sin embargo, distinguir entre el arte africano de carácter espontáneo
y el de carácter turístico, que obviamente representa una degeneración del primero y
se reduce a efectos formales a lo que la cultura occidental es particularmente sensible
pero sin aportar a sus obras auténticos valores expresivos. Efectivamente, el arte
africano tiene una función mágica ligada a los cultos, con el fin de garantizar la buena
suerte para las tribus.
Expresión típica del arte africano es la escultura. Las más antiguas hasta ahora
conservadas son las terracotas de Nok (Nigeria Central) que datan del 900 a. de J.C. al
200 d. de J.C. Comprenden figuras de animales y cabezas humanas de varias
dimensiones y con gran diversidad de estilizaciones geométricas. Reproduce
probablemente a míticos antepasados y denotan una fase cultural ya madura que
puede haber contribuido a las posteriores generaciones yorubas. Se caracterizan por
una intensa concentración de la mirada, acentuada por las pupilas fijas y hundidas.
La presencia de estos testimonios en la región que se extiende en la zona
ecuatorial africana hasta el Atlántico y el Sur del Sahara, es sintomática, pues es en ese
sector, habitado por numerosas tribus, donde el arte ha creado sus más auténticas
expresiones, conocidas con el nombre genérico de Arte del Costa de Guinea.
En la segunda mitad del primer milenio d. de J.C surge una arquitectura
imponente, auténticamente excepcional, así como una escultura de piedra en
Zimbabwe. Se trata de la cultura de Ife, que es más rica y avanzada y adquiere un
carácter urbano al igual que después sucederá en Benín. Ife era el centro de Nigeria
Occidental donde residía el soberano de los yorubas, pueblo muy antiguo que fue sede
de una casta sacerdotal que dio vida a un arte típico de la corte que parece haber
desarrollado entre los años 1000 a 1400. Allí se produjeron figuras humanas de tamaño
natural en terracota, las que no fueron probablemente ajenas a las esculturas de Nok,
que se cree representan personajes de alto rango social. Se elaboró también el bronce y
el latón, lo que apoya la hipótesis de que los pueblos africanos conocieron los metales
antes de la era cristiana, pero solo fueron capaces de usarlos a partir de los s. X y XI, en
todo caso, antes de la llegada de los blancos a esa de la parte del territorio.
Extraordinario centro de cultura urbana fue Benín, cuyo arte fue conocido y
admirado por los portugueses en el s. XIV. Su arte fue heredado de Ifé y se dice que
Igue Igha, maestro fundidor de este pueblo, les enseñó la técnica a los fundidores de
Benín, quienes veneraban a Igha como a una divinidad. Este arte se divide en una fase
arcaica que va desde el s, XII hasta la mitad del s. XIV, una fase clásica que va desde
los años 1350 a 1500 y una fase de decadencia. Al período clásico se atribuyen las más
bellas cabezas retratos, masculinos y femeninos, entre los que se destacan las de
jóvenes princesas con un peinado cónico. El arte de Benín, cuya culminación se produjo
entre los años 1500 y 1505, fue realizado especialmente en bronce y, al contrario de la
característica tribal africana, estaba dedicado a la glorificación de la corte. Los bronces
de Benín comprenden cabezas, máscaras y placas conmemorativas en las que se
escribían los acontecimientos importantes de la historia de la ciudad y adornaban las
columnas de madera de las galerías de los palacios reales. Estos bronces presentan,
sobre todo los más antiguos, una belleza formal que impresionó a los europeos cuando
los británicos, después de la ocupación de la ciudad en 1897, difundieron su
conocimiento. Se debe tener presente que se trataba de una sociedad guerrera que
practicaba una política imperialista y que sometía a las tribus vecina, efectuando
frecuentes saqueos. Tras la llegada de los portugueses aparecen nuevos tonos en la
decoración y se representa y se representa también al hombre blanco. Sin embargo, la
decadencia de este arte no comenzó hasta el s. XVII: los bronces fueron sustituidos por
el latón y, después, por la madera, y comenzaron a introducirse motivos naturalísticos
en la decoración.
En la zona de los bakuka bushongos (zona sur occidental del ex Congo belga) se
reprodujeron una serie de estatuas reales que, según los expertos, se remontan al s.
XVII.
Una típica expresión muy difundida del arte africano son las máscaras para la
danza, ligadas a una litúrgica animística, de aspecto muy variado y, frecuentemente,
policromas y de gran fuerza expresiva; son características, entre otras, las de los Bagas,
Báulés, Senefos y Yorubas.
Estas máscaras varían en su expresión, no sólo según la población que los utiliza,
sino con relación a sus funciones: las máscaras para la guerra, por ejemplo, o las
utilizadas para ahuyentar espíritus malignos, son completamente diferentes de las que
representan antepasados. . Entre las máscaras más interesantes se pueden citar las de
Ngeres, Wobes y Niabuas, pueblos que habitan en las zonas de las grandes selvas y que
realizaron máscaras monstruosas, con ojos en forma de tubo, orejas desmesuradas y
cuernos, lo que parece traducir el temor y la inquietud de una vida que se desarrolla a
la sombra del bosque bajo, continuamente azotado por las lluvias.
En muchas otras poblaciones se produjeron también figuras de madera, pero es
difícil reconstruir su tradición, dadas las diferencias climáticas y de todo tipo que han
hecho imposible su conservación. Por otra parte, en diversas zonas del continente,
habitadas predominantemente por una población nómada, la producción artística es
escasísima.
El continente africano acoge una gran variedad de culturas, caracterizadas cada
una de ellas por un idioma propio, unas tradiciones y unas formas artísticas
características. Aunque la gran extensión del desierto del Sahara actúa como barrera
divisoria natural entre el norte de África y el resto del continente, hay considerables
evidencias que confirman toda una serie de influencias entre ambas zonas a través de
las rutas comerciales que atravesaron África desde tiempos remotos. Hoy, por ejemplo,
aparecen entre las culturas del sur del Sahara muchas muestras de arte islámico, así
como también formas arquitectónicas de inspiración norteafricana. Además, las
investigaciones apuntan a una influencia recíproca entre estas zonas del sur con las
tradiciones artísticas y culturales de aquellas regiones del norte de África más cerradas
al Mediterráneo. El arte de Egipto, uno de los más brillantes de África, tiene importantes
conexiones artísticas y culturales con las civilizaciones africanas al sur del Sahara.
Las artes africanas son fiel reflejo de las ricas historias, filosofías, religiones y
sociedades de los habitantes de este vasto continente. El arte africano, además de su
importancia inherente a las gentes que lo produjeron, ha servido de inspiración a
algunos de los más importantes artistas y movimientos del arte contemporáneo tanto
de Europa como de América. Los artistas occidentales del s. XX han admirado la
importancia que se concede a la abstracción en el arte africano, estimulando con ello su
falta de preocupación por el naturalismo.
La historia del arte africano se remonta a los tiempos prehistóricos. Entre las
formas artísticas más antiguas están las pinturas y grabados en piedra de Tassili n’Ajjer
y Ennedi, en el Sahara (6000 a. de J.C. y s. d. de J.C.). Otros ejemplos de arte primitivo
los tenemos en las esculturas modeladas en arcilla de los artistas de la cultura Nok, al
norte de Nigeria, fechadas entre el 500 y el 300 a. de J.C.; también en los decorativos
trabajos en bronce de Igbo Ukwu (s. IX y X d. de J.C), y en las magníficas esculturas en
bronce y terracota de Ifé (del s. XII al XV). Estas últimas muestran tal habilidad técnica y
están representadas de forma tan naturalista que en un principio, aunque
erróneamente, se consideró que estaban inspiradas en la Grecia clásica. Las ricas
tradiciones artísticas africanas continúan hoy día, tanto en su línea más tradicional
como a través de nuevos y renovadores modos de expresión.
Herencia artística africana
La tradición artística africana abarca la escultura (en forma de figuras y
máscaras), la arquitectura (principalmente estructuras de tipo doméstico), el mobiliario,
la cerámica, los tejidos y las joyas. La decoración corporal (que comprende pinturas,
peinados, tocados y tatuajes, o incisiones) y las pinturas (en edificios y ropas) forman
también una parte destacada del patrimonio artístico africano.
Materiales
Los materiales más comúnmente empleados son la madera, las fibras textiles, el
metal (especialmente bronce, hierro y oro), el marfil, la arcilla, la tierra y la piedra. Las
formas de representación dentro de cada elemento varían desde un relativo
naturalismo a la abstracción absoluta, con unos estilos artísticos en consonancia con la
tradición estética establecida en cada área cultural. En el arte africano se presta una
considerable atención tanto al mantenimiento de las formas artísticas tradicionales
dentro de una cultura, como a la estimulación de la creatividad y la innovación dentro
de los parámetros de cada tradición artística.
Artistas
Los artistas africanos trabajan generalmente como especialistas, recibiendo su
instrucción y enseñanzas de otros artistas ya consolidados que viven en sus mismas
comunidades o áreas culturales. En ciertos reinos antiguos, como el de Benín en
Nigeria, la formación de los jóvenes artistas era controlada por importantes y activos
gremios. Entre los cercanos yorubas se fueron desarrollando escuelas de artistas a
partir de grupos familiares locales. A menudo la profesión artística se vio como algo
hereditario, pasando el talento de generación en generación, y relacionando muchas
veces la creatividad y el éxito a cualidades divinas heredadas de los ancestros. Entre los
pueblos dogones y bambara de Malí, por este motivo, todos los escultores fueron
seleccionados de entre un antiguo grupo de herreros con costumbres endogámicas
(matrimonios entre los distintos miembros de la familia). El lugar de trabajo y los
materiales empleados fueron también elementos importantes para el artista durante el
proceso creador. A menudo éstos fueron controlados por severas medidas y
prohibiciones de carácter religioso.
Estéticas
La crítica social fue parte esencial de la tradición artística de muchas culturas
africanas. Estudios estéticos llevados a cabo por artistas y críticos de África señalan una
deliberada preocupación por la abstracción. Así, por ejemplo, entre los yorubas de
Nigeria los cánones de belleza de una escultura descansan sobre diversos elementos
expresamente no figurativos. Entre éstos están: la expresividad, aun cuando para ello
haya que recurrir a la distorsión de las proporciones; la pureza, que implica juventud y
buena salud; la simetría, con exclusión de actitudes o posturas más naturales; el
aspecto efébico, que es la representación idealizada de cada personaje en su edad
juvenil; la tersura, sugiriendo de nuevo la idea de lo joven y sano, carente de
imperfecciones físicas; y la hipermimesis, enfatizando los caracteres generales más que
las representaciones fidedignas y exactas de la realidad.
En algunas culturas africanas se aceptaron modelos estéticos intencionalmente
distorsionados para retratar personajes de conducta antisocial. Los ibo e ibibio de
Nigeria, por ejemplo, hicieron máscaras imitando horrendos y morbosos monstruos de
facciones asimétricas para representar con ellas a los individuos revoltosos, malos o
peligrosos. Estas máscaras solían compararse frecuentemente con otras de mayor
belleza y factura estética, en las que se retrataba a los personajes disciplinados, buenos
o pacíficos de la tribu.
Mecenazgo
El mecenazgo, como los condicionamientos estéticos, desempeña un destacado
papel en la creación de arte africano. Los reyes y cortesanos tienen particular
importancia a este respecto por sus continuos encargos artísticos para el montaje de
representaciones públicas, ceremonias religiosas y exposiciones. En arquitectura, los
palacios de los reyes que habitaron en Nigeria (yoruba, Benín), Ghana (akan), Camerún
(bamileke, bamum) y Zaire (quba, mangbetu) se encuentran entre los más bellos y
ricamente decorados de toda África. Los costosos materiales puestos a disposición de
los gobernantes (marfil, bronce, oro, abalorios y terciopelo) tienen una amplia difusión
en las artes promocionadas por estas cortes reales. Entre los objetos artísticos
encargados por la realeza se encuentran los cetros, báculos, tronos, espadas, coronas,
esculturas conmemorativas y vajillas.
Otra fuente importante de mecenazgo para el arte africano fueron las numerosas
asociaciones de hombres y mujeres creadas dentro de las respectivas comunidades
para controlar los asuntos sociales y políticos, así como también los religiosos. Las aún
vigentes asociaciones de hombres poro de la etnia dan y sus vecinos de Liberia y Costa
de Marfil son ejemplos característicos de este tipo de mecenazgo artístico. Los poro
fueron quienes encargaron muchas de las máscaras y esculturas figurativas halladas en
esta región.
Dentro de cada comunidad hubo además asociaciones de carácter más gremial,
integradas por distintos miembros según sus edades y oficios, convirtiéndose también
en importantes patrocinadores de arte africano. Ejemplos de obras artísticas
encargadas por estas asociaciones los podemos encontrar entre los bambara (Malí) y
entre los ibo y los ejagham (Nigeria). A veces cada grupo o gremio poseía su propio
distintivo. Entre los ejagham, las máscaras de las sociedades cazadoras venían
caracterizadas por formas animales, y los temas de deformidad humana han aparecido
asociados con bastante frecuencia a máscaras guerreras; las imágenes de mujeres se
utilizaron por regla general para las asociaciones femeninas.
La religión y sus distintas organizaciones de culto fueron también importantes
patronos para el arte africano. Los objetos artísticos no fueron solamente un
componente importante de los altares y capillas, sino que también desempeñaron un
destacado papel en las diversas procesiones de carácter religioso que se hacía en las
diferentes tribus. Entre los yoruba de Nigeria, los cultos vinculados a las principales
divinidades: Shango (trueno), Obatala (creatividad), Oshum (agua), Ifa (conocimiento),
Yemoja (brujería), Eshu (sabiduría) y Odudua (tierra), tuvieron un extenso repertorio de
formas artísticas asociadas a ellos, como figuras, máscaras, cerámica, tejidos y joyas.
Aquí, como en otras partes de África, las piezas artísticas utilizadas en relación con el
culto al que representan, se han identificado, por regla general, a través de su
iconografía, materiales, estilos y modos de fabricación.
El papel del arte en la sociedad africana
Los múltiples papeles desempeñados por el arte en las comunidades africanas
son tan variados como sus formas de mecenazgo. Entre ellos se incluyen el social,
político, económico, histórico y terapéutico.
Papel social
Una de las funciones más importantes del arte africano radica en la
diferenciación social. De acuerdo con ello, las mujeres suelen representarse como
madres, generalmente amamantando o acunando a su hijo. Los hombres, en cambio,
suelen aparecer bien como ancianos, los jefes tradicionales de la comunidad, bien como
guerreros montando a caballo o pertrechados para la lucha. Los temas sociales
destacan, asimismo, en muchas representaciones de máscaras. En estas
representaciones las características humanas y animales, personificadas por seres
humanos debidamente vestidos y enmascarados, adoptan una gran variedad de
papeles para ejemplificar con ellos las formar correctas e incorrectas de la conducta
social. En las representaciones de los ijo y de los ibo, al sur de Nigeria, se han
encontrado diversos modelos de conducta antisocial, como, por ejemplo, el avaro, el
codicioso, la prostituta, el médico incompetente y el abogado sin escrúpulos. En las
representaciones egungun de la vecina tribu yoruba, el chismoso, el glotón y el extraño
amaneramiento de los extranjeros forman parte destacada dentro de los modelos
sociales negativos.
Papel político
El arte africano desempeña también un importante papel dentro del poder
político. Entre los dam (Liberia), kota (Gabón), pende (Zaire) y otros pueblos, la gente
lleva máscaras imitando a jueces y policías. Las máscaras de los kwele gon de Gabón
son ejemplos particularmente buenos de este tipo de representaciones de la comunidad
oficial. Gracias a su anonimato y sus poderes especiales, estas figuras enmascaradas
de los gon tienen poder para romper los códigos y prohibiciones sociales establecidas
como medio para redistribuir la comida y los animales en épocas de gran escasez
dentro de la comunidad tribal. Un modo diferente de control social es el realizado por
ciertas figuras y motivos arquitectónicos en determinadas zonas de África. Las figuras
relicario de los kota, sogo y fang de Gabón, por ejemplo, se utilizan como imágenes
protectoras para custodiar las ancestrales reliquias sagradas de la tribu de posibles
robos o daños. En el mismo sentido, los dogones de Malí y los senufo de Costa de Marfil
tienen puertas minuciosamente talladas que, según la creencia popular, protegían los
objetos sagrados y los suministros de comida de la comunidad.
Papel económico
El arte cumplió también un importante papel en la economía africana. Los
bambara de Malí llevan a las ceremonias y ritos de cultivo y cosecha de los campos
elegantes tocados de antílope de madera representando a Chi Wara. Chi Wara, mítico
inventor de la agricultura para los bambara, aseguran que se sepultó él mismo bajo
tierra como un acto de autosacrificio. La danza de las máscaras Chi Wara sobre los
campos agrícolas (la tumba de Chi Wara) sirve a la vez para honrarle y para recordar a
los jóvenes granjeros bambara el duro sacrificio que ellos deben hacer cada año. Entre
los senufo de Costa de Marfil se utilizan figuras delicadamente talladas con el mismo fin
de alentar a los agricultores en su difícil tarea. En este caso, estacas daleu con
imágenes de pájaros o figuras femeninas se afianzan en la tierra al final de cada hilera
de plantas cultivadas. Estos postes actúan a modo de metas, marcadores y trofeos en
las competiciones agrícolas.
Papel histórico
En otra dimensión, el arte africano actúa como referencia o registro visual de
importantes personajes o acontecimientos del pasado. Así, los dogones de Malí han
grabado numerosas imágenes de sus legendarios antepasados, los nommo, que
descendieron del cielo al comienzo de los tiempos. Estas figuras nommo (algunas de las
cuales alzan sus manos hacia el cielo señalando su lugar de origen) han aparecido
sobre puertas de graneros, en pinturas en el interior de las cuevas y en edificios
sagrados.
En el poderoso reino de Benín, en Nigeria, se hicieron igualmente laboriosas
planchas en relieve vaciadas en bronce (sistema de la cera perdida) representando a
personajes y acontecimientos del pasado, con escenas de batallas, encuentros con
dignatarios extranjeros, procesiones cortesanas, nobles con sus ropas de gala,
ceremonias religiosas y músicos.
Papel terapéutico
Las terapias tradicionales africanas han tenido también formas especiales de
representación artística. La adivinación, modo de determinar los problemas y su posible
resolución, fue particularmente importante a la hora de elaborar objetos artísticos. Los
adivinos o brujos yoruba (Nigeria) e ifa, por ejemplo, usaron mesas de adivinación
laboriosamente esculpidas, cuencos y otros útiles como parte esencial de sus rituales.
De igual modo, los baulé de Costa de Marfil emplearon también para sus oráculos
recipientes y cacharros cuidadosamente labrados. Entre los kongo de Zaire, los fetiches
de madera (atravesados por agujas y clavos de hierro) se consideraban imbuidos de
poder para ahuyentar los peligros.
Diferenciaciones regionales
Aunque las diferencias son muy amplias, las culturas africanas subsaharianas
pueden agruparse geográficamente atendiendo a su clima, topografía y organización
social. Algunas de estas culturas han desaparecido, quedando sólo sus manifestaciones
artísticas; otras han sobrevivido, con lo que su tradición artística continúa.
Artes de la sabana occidental
Entre las tradiciones artísticas más conocidas de la sabana occidental están las
de los dogones, bambara, mossi, bobo y tamberma que habitan las llanuras secas y
herbáceas de Malí, Burkina Faso y Togo. Las artes plásticas de los dogones, una de las
tribus más aisladas, han sido especialmente bien estudiadas. Los dogones tienen una
rica y compleja base filosófica sobre la que apoyaron sus producciones artísticas. Sus
poblados, por ejemplo, semejan una forma humana, representando a los nommo,
primeros seres humanos creados por el dios Sol y creador de los dogones. Partes
importantes de la fisonomía en que se estructuran estos poblados son: la cabeza
(herrería y casas para hombres), el tórax (casas de los jefes de los distintos clanes o
linajes), las manos (casas de las mujeres), los genitales (mortero y altar) y los pies
(capillas). Las máscaras dogones, realizadas por la asociación de hombres awa,
representan la imagen que los dogones tienen del mundo en su totalidad, con los
animales y gentes que lo habitan. El antílope, el pájaro, la liebre, las mujeres fulani y los
hombres samana son algunas de las formas y modelos que aparecen en las
representaciones de tipo funerario de esta asociación. Otras máscaras, a su vez, se
inclinan más hacia la representación de conceptos filosóficos más abstractos. Una de
ellas, la serpenteante máscara Gran Madre de 9 metros de largo, rememora a la
muerte. Otra, la cruciforme máscara Kanaga, recrea, junto con los motivos de danza
representados, el origen del mundo.
Más al este, entre el grupo lingüístico de los tamberma de Togo, la arquitectura
doméstica ha alcanzado la cima de belleza y complejidad simbólica. Los ‘castillos’ de
barro de 2 pisos utilizados por este pueblo sirven no sólo de viviendas, sino también
como fortalezas, catedrales, teatros y diagramas cosmológicos. Al igual que el pueblo
dogon, cada casa tamberma adopta las distintas formas humanas. De acuerdo con ello,
las fachadas aparecen esgrafiadas con los mismos diseños utilizados por las mujeres en
sus adornos. Algunas partes del cuerpo se relacionan con determinados elementos de la
vivienda, y así, por ejemplo, la puerta con la boca, la ventana con los ojos, la piedra de
moler con los dientes, y así sucesivamente.
Los bosques occidentales
La gran masa forestal de la costa oeste, bañada por el Atlántico, a menudo
llamada costa de Guinea, engloba las distintas culturas y artes de Guinea, Sierra Leona,
Liberia y Costa de Marfil en el oeste, y Ghana, Togo, Benín y Nigeria en el este. En los
bosques de la costa occidental, el arte está controlado y patrocinado por asociaciones
de hombres y mujeres del tipo de los sandé y los poro. En la sociedad de mujeres sandé
de los mende (Sierra Leona), tienen particular importancia sus máscaras, bruñidas en
negro, que reflejan la belleza y riqueza del mar. Tales máscaras son llevadas por los
líderes femeninos de la asociación en las ceremonias de iniciación de las jóvenes
mujeres que ingresan en la comunidad. La más bella de estas máscaras refleja, a su
modo, las características que los mende admiran de sí mismos: una frente elevada,
despejada, un tocado ricamente elaborado, y un cuello de marcada elegancia.
Los poro, asociación paralela de hombres, también tienen una importante
tradición de máscaras. De Liberia y Costa de Marfil son los dan, kran y guere poro, que
representan en sus máscaras a diversos personajes relacionados con su asociación,
como el juez, el cantante y el corredor. Formas elegantes, superficies negras y
brillantes, y complicados tocados son sus principales características. Cuando las
máscaras no se usaban se guardaban en una casa sagrada especial para ellas bajo la
protección del amo o maestro. La esposa de este importante personaje tiene su propio
objeto especial: una cuchara decorada que enseña en las fiestas de la comunidad.
En Ghana, Togo, Benín y Nigeria, en las regiones de la costa atlántica, se han
encontrado algunas de las mejores piezas artísticas de carácter aristocrático de todo
África. Quizá el más famoso de los reinos es el de la dinastía Benín en Nigeria. La ciudad
regia de Benín (no debe confundirse con el reciente y vecino país del mismo nombre)
tuvo su momento de esplendor en los s. XVII y XVIII, siendo comparada por los viajeros
que la visitaban con las grandes ciudades contemporáneas de los Países Bajos. El
palacio del rey era especialmente impresionante. Todos sus muros estaban recubiertos
con magníficas y bellas planchas de bronce fundido, de las que se decía que brillaban
como el oro. Cada uno de los tres edificios principales del palacio estaba rematado por
grandes torretas que soportaban gigantescos pájaros y pitones de bronce. En los altares
del palacio real se desplegaban cabezas conmemorativas de bronce, tanto para las
fiestas privadas como para las oficiales.
Centro, sur y este de África
En los espesos bosques ecuatoriales y en las áridas regiones de la sabana que se
extienden por todo Gabón, Zaire y países limítrofes al este y al sur, destacan aún otras
manifestaciones artísticas. En las culturas matriarcales del sur de la República
Democrática del Congo, tienen particular importancia la figuras femeninas. La casa del
jefe de los pende, por ejemplo, presenta a menudo sobre su tejado una imagen de
mujer a escala natural. Dicha figura sostiene, a veces, a un niño (símbolo de la línea
familiar y futuros herederos) y a veces, un hacha (símbolo del poder).
Entre los primitivos gato, bongo y konso de Sudán y Etiopía, hubo la costumbre
de instalar en lugares destacados del poblado figuras conmemorativas de madera que
delimitaban el acceso al mismo y los sepulcros de sus antecesores más relevantes. En
muchas otras culturas de África oriental, la escultura de tipo monumental fue menos
frecuente. En cambio, la decoración corporal se convirtió en una importante fuente de
manifestaciones artísticas. Los masai de Kenia y los zulú de Sudáfrica destacan sobre
todo por sus joyas. Las formas circulares utilizadas por los masai para sus adornos
personales aparecen también entre la tribu bantú, en esta misma zona. El gran edificio
elíptico de piedra (c. 1200) de la antigua cultura Monomotapa, en Zimbabue, forma
parte, conceptualmente, de estos diseños circulares.
Arte contemporáneo africano
Muchas de las denominadas artes tradicionales de África están todavía en pleno
uso y vigencia. Como en todos los periodos artísticos, coexisten actualmente en África
importantes innovaciones junto con significativos conservadurismos estilísticos. En años
recientes, los avances en los medios de comunicación experimentados en el continente
africano han facilitado la dispersión y difusión a gran escala de las diversas formas
artísticas entre sus distintas culturas. Hoy, por ejemplo, algunas máscaras de estilo
nigeriano se están usando con asiduidad entre las poblaciones de Ghana y otras tribus
de la costa de Guinea.
El arte africano ha estado también sujeto a influencias exteriores. Por ejemplo, la
arquitectura y los motivos decorativos islámicos pueden verse en muchas de las
manifestaciones artísticas de la zona norte, especialmente en Nigeria, Malí, Burkina
Faso y Níger. Motivos estampados similares a los utilizados en la India, se han
encontrado en las esculturas y máscaras de los ibibio y efik, a lo largo de la costa sur de
Nigeria. Algunos artistas contemporáneos han adoptado temas cristianos para los
diseños de puertas, artesonados y pilas bautismales de las iglesias y catedrales del
África cristiana. En fechas recientes, los artistas han encontrado sus principales fuentes
de mecenazgo en los bancos, establecimientos comerciales, oficinas gubernamentales
y cortes de los nuevos países. El turismo también ha contribuido a favorecer la
demanda de arte africano, especialmente máscaras decorativas y esculturas
ornamentales de ébano o marfil, dentro de los límites oficialmente permitidos.
El desarrollo de las escuelas de arte y arquitectura en las ciudades del África
subsahariana ha alentado a los artistas a trabajar en nuevos materiales, como el
cemento, el óleo y otras pinturas, tinta, piedra, aluminio y una gran variedad de medios
gráficos. Las imágenes y diseños así creados reflejan una vibrante fusión entre la
tradición africana y el Occidente contemporáneo. Artistas como Twins Seven y Ashira
Olatunde, ambos de Nigeria, o Nicholas Mukomberanwa, de Zimbabue, se cuentan
entre los más brillantes seguidores de estas nuevas formas de creación artística.
El continente africano acoge una gran variedad de culturas, caracterizadas cada
una de ellas por un idioma propio, unas tradiciones y unas formas artísticas
características. Aunque la gran extensión del desierto del Sahara actúa como barrera
divisoria natural entre el norte de África y el resto del continente, hay considerables
evidencias que confirman toda una serie de influencias entre ambas zonas a través de
las rutas comerciales que atravesaron África desde tiempos remotos. Hoy, por ejemplo,
aparecen entre las culturas del sur del Sahara muchas muestras de arte islámico, así
como también formas arquitectónicas de inspiración norteafricana. Además, las
investigaciones apuntan a una influencia recíproca entre estas zonas del sur con las
tradiciones artísticas y culturales de aquellas regiones del norte de África más cerradas
al Mediterráneo. El arte de Egipto, uno de los más brillantes de África, tiene importantes
conexiones artísticas y culturales con las civilizaciones africanas al sur del Sahara.
Los collares africanos destacan por el conjunto de colores que en ellos se
combinan. Cada collar tiene un significado, al igual que las máscaras.
Las artes africanas son fiel reflejo de las ricas historias, filosofías, religiones y
sociedades de los habitantes de este vasto continente. El arte africano, además de su
importancia inherente a las gentes que lo produjeron, ha inspirado también a algunos
de los más importantes artistas y movimientos del arte contemporáneo tanto de Europa
como de América. Los artistas occidentales del s. XX han admirado la importancia que
se concede a la abstracción en el arte africano, estimulando con ello su falta de
preocupación por el naturalismo.
La historia del arte africano se remonta a los tiempos prehistóricos. Entre las
formas artísticas más antiguas están las pinturas y grabados en piedra de Tassili y
Ennedi, en el Sahara (6000 a. de J.C. y s. I). Otros ejemplos de arte primitivo los
tenemos en las esculturas modeladas en arcilla de los artistas de la cultura Nok, al
norte de Nigeria, fechadas entre el 500 a. De J.C. y el 200; también en los decorativos
trabajos en bronce de Igbo Ukwu (s. IX y X), y en las magníficas esculturas en bronce y
terracota de Ifé (del s. XII al XV). Estas últimas muestran tal habilidad técnica y están
representadas de forma tan naturalista que en un principio, aunque erróneamente, se
consideró que estaban inspiradas en la Grecia clásica.
Las ricas tradiciones artísticas africanas continúan hoy día, tanto en su línea más
tradicional como a través de nuevos y renovadores modos de expresión.
África occidental y central sudsahariana
La vastísima zona africana que comprende las costas del golfo de Guinea y las
enormes cuencas de los ríos Níger y Congo, cubiertas de sabanas y espesas selvas
tropicales, está habitada por pueblos melánidos de cultura agrícola y vida sedentaria,
que practican cultos y ritos de carácter animista, en relación con los cuales han
desarrollado modalidades artísticas que se caracterizan por el uso de la madera como
material básico de sus esculturas y tallas. Destacan las tallas antropomorfas dedicadas
al culto a los antepasados, las máscaras para danzas de carácter ritual, y en menor
grado los denominados fetiches, que se relacionan con la magia. También son muy
interesantes las tallas de objetos utilitarios: taburetes, tambores, copas y postes para
las casas de los jefes.
África oriental y meridional
En las mesetas de Etiopía y en la región de los grandes lagos habitan pueblos,
como los etíopes y los nilóticos, que practican la ganadería de bóvidos en las sabanas
cubiertas de hierba; también en las llanuras herbosas del África meridional, en las que
viven diversos pueblos de lengua bantú, la economía es asimismo pastoril y, por lo
tanto, esencialmente nómada. Los pueblos no sedentarios, por lo general, no realizan
obras de arte que requieran largas horas y jornadas de un trabajo que exige atención y
numerosas herramientas, como es la talla en madera. Por ello, los pueblos pastores de
África limitan sus actividades artísticas a la decoración de su propio cuerpo con
pinturas, ungüentos, complicados peinados y grandes tocados y a la fabricación de
utensilios de cestería, cerámica y cuero.
Cuando se habla de arte negroafricano, hay que hacer la advertencia que éste
queda limitado a las etnias que pueblan un área amplia y a la vez compacta del África
Occidental y Central, cuyas fronteras están marcadas, por el norte, por el desierto del
Sahara; por el este, por la cuenca de los Grandes Lagos, y por el sur, por el desierto del
Kalahari. Dicho en otras palabras, la plástica negroafricana procede exclusivamente de
las cuencas de los ríos Níger y Congo. Dentro de las áreas mencionadas, prácticamente
todas las tribus realizan esculturas de madera. Únicamente se tallan objetos de carácter
utilitario, para las actividades de cada día. Dado que no existen diferencias raciales o
lingüísticas que permitan establecer algún tipo de hipótesis acerca de la mencionada
distribución, la única explicación posible reside en el género de vida de unos y otros
pueblos. En efecto, el ámbito de los pueblos escultores corresponde a etnias
sedentarias, de agricultores que viven agrupados en poblados. Los pueblos que carecen
de escultura (nilóticos, sudafricanos) son nómadas, dedicados básicamente al pastoreo.
La plástica negroafricana fue conocida en Europa al iniciarse los primeros
imperios coloniales. Fueron los navegantes portugueses, que a mediados del s. XV
contorneaban las costas occidentales de África, los primeros que entraron en contacto
con los pequeños reinos de tipo feudal que existían en los territorios correspondientes a
las actuales repúblicas de Nigeria y Congo. Más tarde, en los s.s XVI a XVIII, siguieron
aquellas rutas comerciantes holandeses, ingleses y franceses, cuyo objetivo principal,
en sus incursiones por territorio africano, era la adquisición de oro, marfil y,
especialmente, esclavos. Ya en el s. XIX, África fue el principal objetivo de los países
colonizadores europeos, y los ejércitos belgas, franceses, alemanes y, claro está,
ingleses, rivalizaron en el reparto y conquista del territorio africano.
Tallas africanas, especialmente de marfil y bronce, fueron trasladadas a Europa
desde mediados del s. XV, pero en ningún caso fueron consideradas como objetos de
interés artístico, sino como meras "curiosidades", producto de culturas inferiores,
propias de pueblos "primitivos" y" salvajes". Realmente, las tallas y las máscaras
negroafricanas no recibieron la consideración del mundo occidental, desde el punto de
vista estético, hasta que a finales del s. XIX y principios del XX, la vanguardia artística
europea del postimpresionismo francés (fauves y cubistas) y los expresionistas
alemanes (de los grupos Die Brücke y Der Blaue Reiter) creyeron ver, en las esculturas
procedentes del África negra y de Oceanía, la respuesta a los interrogantes que ellos se
planteaban acerca de la validez de las antiguas tradiciones artísticas de Occidente, que
consideraban caducas y periclitadas. Encontraron, pues, en el denominado "arte de los
pueblos primitivos", africanos y oceánicos, que prescindía totalmente de cánones, que
rehuía de la imitación y la descripción, el paradigma de la libertad expresiva del artista.
A partir de la primera década del s. XX, el interés por las manifestaciones
artísticas africanas se difundió con extraordinaria rapidez, iniciándose una verdadera
carrera por adquirir ejemplares representativos del arte de las diferentes etnias del
continente africano. Pronto se reunieron en Europa y América grandes colecciones que
no sólo enriquecieron los museos en los que se exhiben las producciones artísticas de
las antiguas civilizaciones de la humanidad, como son el British Museum o los museos
de Berlín, sino que se integraron también en riquísimas colecciones particulares. El
interés por el arte negroafricano corría paralelo con el desarrollo e intensificación de la
colonización de África por parte de los Estados europeos y de la consiguiente
penetración de la cultura occidental en aquel continente, con todas sus ventajas y,
asimismo, con todos sus inconvenientes.
La actuación de misioneros y colonos pronto operó cambios profundos en el
sistema de creencias y en la propia filosofía de la vida de los indígenas africanos,
basada en el temor al poder de los espíritus y en la eficacia de la magia y de los ritos
para propiciar y dominar aquel poder. Dado que el arte negroafricano, como se verá
más tarde, estaba estrechamente conectado con esa cultura mágico religiosa, a medida
que han ido desapareciendo aquellas creencias, el arte, a su vez, falto de la savia que lo
nutre, ha ido extinguiéndose, y en los últimos lustros las tallas africanas son una mera
repetición de las que todavía estaban en plena vigencia en las décadas de 1950 y 1960.
Esta transformación se operó de un modo automático y no siempre por la actuación
deliberada del "invasor", deseoso de extirpar un sistema de ideas que consideraba
inmoral y pernicioso, sino simplemente por la introducción entre las poblaciones
africanas de nuevos materiales y herramientas, de un sistema educativo que incluía el
aprendizaje de la lengua y la cultura de los colonizadores, y sobre todo, por el
sentimiento surgido entre los mismos indígenas, al abandonar su "primitivo" pasado, y
aculturizarse, de desprecio hacia sus antiguas creencias. Y como las esculturas
dedicadas al culto a los antepasados y las máscaras rituales estaban íntimamente
unidas a tales creencias, fueron consideradas como testigos desafortunados de aquel
pasado, y las mismas personas que las habían creado las desecharon, destruyeron o, en
el mejor de los casos, obtuvieron una pingüe ganancia vendiéndolas a los blancos.
Hay que tener en cuenta que el sistema de valores africano no consideraba
aquellas piezas, como hace la cultura occidental, por su interés estético o histórico, sino
simplemente como un vehículo o instrumento de su sistema de creencias; por tanto,
abandonado el sistema, el instrumento dejaba de tener validez. Otra causa de la
desaparición de magníficas tallas africanas, que es necesario considerar, es el propio
material en el que más corrientemente se expresó la plástica africana, la madera, que
en su medio ambiente original se encuentra amenazada por los factores ambientales de
calor, y sobre todo de humedad, y también por roedores e insectos xilófagos, por lo que
las tallas, incluso las elaboradas con maderas muy duras, no sobreviven largo tiempo.
Paradójicamente, las tallas africanas más antiguas son las conservadas en
museos europeos. Lo mismo sucede con piezas esculpidas en otros materiales, como el
marfil, tan apreciado en Europa, y que en cambio en la propia África se utiliza muy
raramente y sólo en objetos suntuarios usados por los reyes de los pequeños estados
feudales. Precisamente, de este material hechas por encargo de los propios europeos y
con temas de inspiración también europea. Se trata de copas, saleros, cucharas,
trompas y colmillos de elefante cubiertos de escenas en relieve y también de crucifijos
y cálices. Las escasas esculturas de madera que se conservan de los primeros s.s de
contacto entre Europa y África carecen de documentación y a veces tan sólo se conoce
de ellas el lugar de origen.
La inicial aproximación admirativa, por parte de los artistas de las vanguardias
europeas, al arte negroafricano fue seguida, en el período entre las dos guerras
mundiales, y de modo progresivo, por el interés del mundo científico por descubrir el
significado que aquellos objetos tenían para las sociedades que los habían creado. Se
promovieron entonces numerosas expediciones constituidas por antropólogos,
sociólogos, arqueólogos e investigadores del arte, para el estudio en profundidad de la
compleja y plural cultura de las etnias negroafricanas.
Esta etapa, realmente positiva y fructífera, fue interrumpida por la II Guerra
Mundial, tras la cual las naciones europeas, concientizadas de los errores cometidos por
un imperialismo sin escrúpulos, iniciaron el proceso de descolonización de los territorios
africanos. Este proceso, complejo y difícil, plagado de conflictos políticos, económicos y
sociales, ha sumido a las sociedades negroafricanas en un profundo desconcierto, en
gran parte debido a la imposición, por parte de los colonizadores, de esquemas
culturales que eran ajenos a las etnias africanas y por la destrucción de los suyos.
Entre los muchos daños que esa situación ha determinado se halla también la
lenta desaparición de las raíces de las que se alimentaba el arte autóctono No obstante,
con toda seguridad, surgirán en un futuro inmediato nuevos artistas que lograrán aunar
la antigua plástica con las nuevas corrientes culturales que van surgiendo en los
modernos países del África negra.