Clasificación de Meggitt
Clasificación de Meggitt
Clasificación de Meggitt
Cada grado describe un tipo de lesión. Los tres primeros grados recogen como
descriptor principal la profundidad, el cuarto recoge como descriptor adicional la
infección y los dos últimos incluyen la enfermedad vascular. Además, en la
clasificación se incluyen para cada uno de los grados una serie de características
que ayudan al clínico en el estadiaje.
INTRODUCCIÓN
Epidemiología
El riesgo de amputación aumenta 8 veces una vez que se presenta una úlcera y se
estima que éste es 15 veces mayor en pacientes diabéticos comparado con
personas sanas4. La mortalidad a 5 años de pacientes con amputaciones mayores
varía de 39% a 80%3,5, por lo tanto, el salvataje del pie diabético es importante
debido a que reduce el impacto económico, mejora la calidad de vida y aumenta la
sobrevida de los pacientes6.
Neuropatía
Isquemia
Los pacientes con EAO y diabetes son más propensos a desarrollar úlceras
isquémicas que los pacientes sin estas enfermedades. A pesar que la mayoría de
las úlceras del pie diabético no se asocian a la arterosclerosis de vasos de la pierna
y la isquemia subsecuente9, es probablemente la principal causa evitable de
amputación. Es importante la revascularización temprana en pacientes con úlceras
del pie diabético. Incluso si se produce una re-oclusión, la ventaja de proporcionar
una revascularización temporal es muy significativa, ya que esto puede ser
suficiente para que la herida cicatrice.
Daño microvascular
La evaluación inicial del pie debe incluir cuatro categorías: vascular, neurológica,
ortopédica e infecciosa (Tabla 1).
Categor
Evaluación inicial
ía
Claudicación o dolor de reposo, pulsos, llene capilar y características de la piel y
Vascular
fanéreos
Sensibilidad táctil, vibratoria y propioceptiva. Se debe realizar el test de
Neurológica
monofilamente 5.07 (Semmes-Weinstein) para evaluar la sensibilidad protectora
Prominencias óseas, deformidades de los dedos en martillo, garra, hallux valgus,
Ortopédica
pie plano o cavo, deformidad de Charcot, entre otras
Presencia de úlcera, dolor, fiebre, descarga purulenta, celulitis, cultivos, presencia
Infecciosa
de osteomielitis
Habitualmente, las úlceras del pie diabético se clasifican según Wagner en seis
grados12. Sin embargo, esta clasificación resulta incompleta ya que incluye la
infección solo en un tipo de úlceras y la enfermedad vascular en dos de ellas,
teniendo que ser esta última muy severa. Consideramos que clasificación de la
Universidad de Texas de San Antonio es más completa ya que combina el grado de
profundidad (0-III) con la presencia o ausencia de infección/isquemia (A-D) (Tabla
2)13.
Tabla 2 Clasificación de la Universidad de Texas de San Antonio para las úlceras del pie
diabético19
GRADOS
0 I II III
Lesión pre o
Úlcera superficial que no Úlcera que Úlcera que
posulcerativa
A compromete tendones, compromete compromete hueso o
completamente
cápsula ni hueso tendones o cápsula articulación
epitalizada
Lesión pre o Úlcera superficial que no Úlcera que Úlcera que
posulcerativa compromete tendones, compromete compromete hueso o
B
completamente cápsula ni hueso con tendones o cápsula articulación con
epitalizada con infección infección con infección infección
Lesión pre o Úlcera superficial que no Úlcera que Úlcera que
posulcerativa compromete tendones, compromete compromete hueso o
C
completamente cápsula ni hueso con tendones o cápsula articulación con
epitalizada con isquemia isquemia con isquemia isquemia
Lesión pre o Úlcera que
Úlcera superficial que no Úlcera que
posulcerativa compromete
compromete tendones, compromete hueso o
D completamente tendones o cápsula
cápsula ni hueso con articulación con
epitalizada con infección con infección e
infección e isquemia infección e isquemia
e isquemia isquemia
Las úlceras complejas requieren estudio vascular, el cual incluye las siguientes
evaluaciones:
Desbridamiento
Hasta hace poco se consideraba que los diabéticos tenían una mayor incidencia de
enfermedad de los vasos pequeños que resultaba en úlceras en los pies27. Sin
embargo, estudios posteriores no han logrado demostrar un aumento en la oclusión
arteriolar o de la proliferación endotelial28. En diabéticos, la enfermedad oclusiva
ocurre principalmente en la pierna, de modo que las arterias del pie están menos
alteradas. Basados en esto, el salvataje del pie diabético utilizando un enfoque
microquirúrgico ha mostrado un éxito similar al de pacientes no diabéticos29,30. Se
ha reportado una sobrevida de los colgajos de 92% en pacientes diabéticos y una
tasa de rescate de las extremidades de 83,4% durante un período de seguimiento
de 28 meses. Este estudio, además, indica que los colgajos libres en el manejo de
las úlceras no traumáticas en pacientes diabéticos pueden evitar amputaciones30.
Amputaciones
Hay casos en que las amputaciones son inevitables. Con mucha frecuencia, las
amputaciones se realizan a un nivel más proximal que el requerido para poder
tener suficiente cantidad de tejidos blandos y así asegurar el cierre del defecto. El
uso de colgajos libres para cubrir defectos de amputaciones parciales es una
estrategia eficiente para mantener la longitud del pie y preservar un patrón de
marcha cercano al normal31. Además, permite evitar amputaciones mayores, luego
de las cuales el paciente tiene una mortalidad a 5 años hasta de 80%35. Se ha
reportado que el salvataje de la extremidad mediante microcirugía aumenta la
sobrevida a 5 años desde 41,1% hasta 76,8% luego de una amputación mayor6.
Revascularización
Selección de pacientes
Los defectos extensos y complejos del pie se deben considerar para reconstrucción
una vez que se ha conseguido un adecuado desbridamiento y una perfusión
razonable. En defectos moderados y grandes la reconstrucción con colgajos libres
es la técnica de elección, a menos que exista alguna contraindicación para el
procedimiento.
Colgajos
Los colgajos para la reconstrucción del pie diabético deben proporcionar un tejido
bien vascularizado para controlar la infección, aportar un contorno adecuado para el
calzado, ser duraderos y poseer un anclaje sólido para resistir las fuerzas de
cizallamiento. Es controversial si los colgajos musculares con injerto de piel, los
colgajos fasciocutáneos o los colgajos de perforantes otorgan una solución óptima
en la reconstrucción del pie especialmente en las zonas de apoyo. Sin embargo,
mientras el defecto esté cubierto con tejido bien vascularizado, proporcionará un
suministro vascular independiente para erradicar la infección y aumentar el aporte
de oxígeno, incrementando la efectividad antibiótica y la neovascularización del
tejido isquémico adyacente38.
Hoy en día, existe una tendencia hacia el uso de colgajos de perforantes, como el
anterolateral de muslo (ALT)29(Figura 3), el colgajo de perforante glútea39 y el
colgajo de perforante de la arteria circunfleja ilíaca superficial (SCIP)40 (Figura 4).
Estos colgajos proporcionan una cobertura delgada para minimizar el cizallamiento
ya que se puede elevar incluyendo sólo la grasa superficial para imitar los septos
fibrosos de la planta del pie para adherirse firmemente. Además, mejoran la
neovascularización del plexo subdérmico con tejido adyacente y proporciona un
adecuado aporte sanguíneo para combatir la infección.