Historia 2 Escorial
Historia 2 Escorial
Historia 2 Escorial
ASIGNATURA
HISTORIA DE LA ARQUITECTURA 2
UNIVERSIDAD
UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN AGUSTIN
TRABAJO
ANÁLISIS DEL MONASTERIO DE EL ESCORIAL
ALUMNOS:
RÍOS QUISPE, ARTURO GIUSSEPE
VILLA GÓMEZ, ALEJANDRO
HUARACHA PACHARI, ALONDRA
PARRA APARICIO, BLADIMIR
ÍNDICE
1.1.1. BIBLIOTECA......................................................................................................................... 5
1.1.6. RELICARIOS......................................................................................................................... 8
2.1.2. ANALISIS HISTORICO DEL MONASTERIO DE SAN LORENZO DEL ESCORIAL .............. 16
3.3. DECORACIÓN......................................................................................................................... 26
4.1. MATERIALES.......................................................................................................................... 27
6. CONCLUSIONES ..................................................................................................................... 42
FACHADA
Es una mole uniforme donde predominan las líneas rectas, sobre todo las horizontales:
líneas de ventanas, cornisa, buhardillas... Para evitar la sensación de pesadez que nos darían todas
estas líneas horizontales se emplean algunas verticales que las contrarrestan: torreones de las
esquinas, cúpula y torres de la iglesia... El muro triunfa sobre el vano y el geometrismo es la nota
predominante, todas estas características contribuyen a resaltar la monumentalidad.
1.1.1. BIBLIOTECA
Nombre: Real Biblioteca de San Lorenzo de El Escorial
Felipe II cedió a la Biblioteca del Monasterio los ricos códices que poseía y para cuyo
enriquecimiento encargó la adquisición de las bibliotecas y obras más ejemplares tanto de España
como del extranjero. Fue proyectada por Juan de Herrera cerrando el atrio de la Basílica y
unificando la fachada principal, ya que Juan Bautista de Toledo la situaba en la desaparecida torre
central de la fachada Sur. Herrera también se ocupó de diseñar las estanterías que contiene. Se
ubica en una gran nave de 54 metros de largo, 9 de ancho y 10 metros de altura con suelo de mármol
y estanterías de ricas maderas nobles ricamente talladas.
La bóveda de cañón del techo de la biblioteca está decorada con frescos representado
las siete artes liberales, esto es:
Retórica, Dialéctica, Música, Gramática, Aritmética, Geometría y Astrología.
La «Casa del Rey» está formada por una serie de estancias decoradas con sobriedad, ya
que fue el lugar de residencia del austero Felipe II. El dormitorio real, situado junto al altar mayor
de la Basílica, cuenta con una ventana que permitía al rey seguir la misa desde la cama cuando
estaba imposibilitado a causa de la gota que padecía. Está dividido en cuatro estancias: la sala
principal, el escritorio, la alcoba y el lujoso oratorio.
En claro contraste con la austera monumentalidad del Palacio de los Austrias, se yergue
el Palacio de los Borbones. Construido al norte de la Basílica, alrededor del Patio del Palacio, el
complejo de habitaciones tiene su origen en época de Felipe II, cuando en esa zona se instalaron
los aposentos de los Infantes (lado noreste del patio), la Galería de Batallas (lado sur, ver más abajo)
y las cocinas y zonas del servicio (lado oeste).
Bajo el reinado de Carlos III, esta área fue habitada por los entonces Príncipes de
Asturias. Cuando estos ascendieron al trono, en 1788, como Carlos IV y María Luisa de Parma,
decidieron mantener sus aposentos en la misma zona y no trasladarse a la «Casa del Rey». Los
nuevos monarcas encargaron una nueva escalinata de acceso al arquitecto Juan de Villanueva que
fue terminada en 1793. Los interiores fueron además aderezados con suntuosos tapices diseñados
por Bayeu o Goya y un rico mobiliario. Fernando VII fue el último monarca en hacer uso de estos
aposentos.
En diciembre de 2015, después de años de restauraciones, el conjunto de 18 salones fue
abierto al público en visita libre.
1.1.4. BASÍLICA
Precedida por el Patio de los Reyes, es el verdadero núcleo de todo el conjunto, en torno
al cual se articulan las demás dependencias.
1.1.5. CRIPTA
Juan Gómez de Mora, según planos de Juan Bautista Crescenzi, reformó por orden de
Felipe III la pequeña capilla funeraria de debajo del altar para albergar allí veintiséis sepulcros de
mármol donde reposan los restos de los reyes y reinas de las casas de Austria y Borbón, con solo
algunas excepciones.
1.1.6. RELICARIOS
1.1.7. CONVENTO
El monasterio propiamente dicho ocupa todo el tercio sur del edificio. Fue ocupado
originalmente por monjes jerónimos en 1567, aunque desde 1885 está habitado por los padres
Agustinos, de clausura. El recinto se organiza en torno al gran claustro principal, el Patio de los
Evangelistas, obra maestra diseñada por Juan Bautista de Toledo y que constituye una de las
mejores páginas de arquitectura del Monasterio.
Sus dos pisos están comunicados por la espectacular escalera principal, con las bóvedas
decoradas por frescos de Luca Giordano. El ambicioso programa pictórico de sus soportales fue
iniciado por Luca Cambiaso y continuado por Pellegrino Tibaldi.
Junto a las Salas Capitulares, destaca también la Celda Prioral Baja, con un fresco en el
techo sobre El Juicio de Salomón de Francesco da Urbino, recordando al prior la necesidad de un
gobierno justo al frente del Monasterio. La sacristía, aún en uso, con la Adoración de la Sagrada
Forma de Claudio Coello.10 En la Iglesia Vieja o de Prestado se conserva El Martirio de San
Lorenzo de Tiziano, una de las obras maestras del renacimiento italiano, que Felipe II encargó para
el retablo principal de la Basílica pero que descartó por su oscuro colorido, poco visible a cierta
distancia.
Sigue la típica tradición española de escalera imperial con un tramo principal dividido en
dos a los lados a partir de la primera meseta, manteniendo el eje de simetría del convento y
compatibilizando los tres pisos del Patio de los Evangelistas con los tres del convento mediante
puertas discretas que permiten el paso a la zona más recogida y doméstica. Se suele atribuir
a Bergamasco, aunque su proyecto fue modificado y desarrollado por Juan de Herrera. Su caja tiene
una gran altura y cuenta con una cubierta propia que cubre la gran bóveda esquifada que ilumina
desde arriba sus magníficos frescos.
Está decorada con frescos de Pellegrino Tibaldi, Luca Giordano y Luca Cambiaso,
destacando La batalla de San Quintín y la Fundación de El Escorial, en la que aparece Felipe
II discutiendo las trazas del Monasterio con Juan Bautista de Toledo y Juan de Herrera, junto al
Obrero Mayor, el jerónimo Fray Antonio de Villacastín.
Destinadas actualmente a pinturas, eran las salas donde los monjes celebraban
sus capítulos, especie de confesiones mutuas para mantener la pureza de la congregación. Desde
tiempos de Velázquez, que intervino en su decoración, albergaron importantes pinturas. A pesar
del traslado de muchas al Museo del Prado, actualmente se exhiben varias tan importantes
como La Última Cena y un San Jerónimo de Tiziano y La túnica de José de Velázquez. En febrero de
2009 se volvió a colgar en sus paredes el Martirio de San Sebastián de Van Dyck, recuperado (tras
su adquisición por Patrimonio Nacional) dos siglos después de su sustracción durante la invasión
napoleónica.
Su espléndida pinacoteca está formada por obras de las escuelas alemana, flamenca,
veneciana, italiana y española, de los siglos XV, XVI y XVII. Incluye diversas obras de algunos de los
pintores predilectos de Felipe II como El Bosco, Pieter Coecke o Michel Coxcie; una Adoración de
los pastores de Tintoretto, obras de maestros como Federico Barocci, Paolo Veronese, Luca
Giordano, Francesco Guercino, José de Ribera, Zurbarán, Alonso Cano y otros muchos autores, así
como la famosa Crucifixión (o Gran Calvario) de Rogier van der Weyden.
Por último, en los extremos se representaron dos escenas de una de las más recientes
victorias de las tropas españolas: la batalla de la Isla Terceira librada entre la armada española
dirigida por Álvaro de Bazán y la armada francesa (1582-1583). De la pintura se encargaron Niccolò
Granello y su medio hermano Fabrizio Castello, Lazzaro Tavarone y Orazio Cambiaso, que
abandonó pronto. Lo primero que se pintó fueron los grutescos de la bóveda, por los que los
artistas cobraron ya en enero de 1585 y se dieron por terminados seis meses más tarde. En enero
de 1587 se firmó el contrato para la pintura de la batalla de La Higueruela, que no se terminó hasta
septiembre de 1589.
Las batallas elegidas eran, por una parte, las de la guerra contra los franceses de 1557 y
1558, las únicas batallas a las que Felipe II había acudido en persona, y la toma de la isla Tercera en
las Azores, con la que se completaba la incorporación de Portugal a la corona española. Para
asegurar la veracidad histórica, a los pintores se les entregaron modelos de la formación de las
escuadras y de sus uniformes proporcionados por Rodrigo de Holanda, yerno de Antonio de las
Viñas.
Estaba situado en los sótanos del edificio, en la llamada por Juan de Herrera Planta de
Bóvedas, y fue creado en el año 1963 como parte de las exposiciones del IV centenario de la
colocación de la primera piedra. En sus once salas se mostraban las herramientas, grúas y demás
material empleado en la construcción del monumento, así como reproducciones
de planos, maquetas y documentos relativos a las obras, con datos muy interesantes que
explicaban la idea y gestación del edificio. Estas salas fueron cerradas definitivamente en 2015.
Mandados construir por Felipe II, que era un amante de la naturaleza, constituyen un
lugar ideal para el reposo y la meditación. Manuel Azaña, que estudió en el colegio de los frailes
agustinos de este monasterio, lo cita en sus Memorias y en su obra El jardín de los frailes. Es lugar
de entretenimiento y estudio de los alumnos. El rey concebía sus jardines como un espacio
productivo donde cultivar hortalizas y plantas medicinales, pero también los veía como una fuente
de placer, con fuentes y flores. El monarca recopiló planos de jardines de Francia, Italia, Inglaterra
y los Países Bajos, contratando a los mejores jardineros, tanto extranjeros como españoles. Este
hoy austero jardín estaba originalmente repleto de flores, formando una especie de tapiz, por lo
que fue comparado con las alfombras que se traían de Turquía o Damasco. También era un
auténtico jardín botánico, con hasta 68 variedades diferentes de flores, muchas medicinales, y unas
400 plantas que se trajeron del Nuevo Mundo.
2. CONTEXTO HISTÓRICO
España como primer Estado moderno de Europa se debe a la acción de los Reyes
Católicos, quienes unificaron las Coronas de Aragón y de Castilla, sometieron a la nobleza y
reorganizaron las instituciones poniendo las bases del futuro Estado supranacional de sus
sucesores. Carlos I o V, Emperador de Occidente, y Señor del Mundo gobernó Europa como un
nuevo Carlomagno, y constituyó un nuevo imperio, cristiano y universal, en el que quiso
Los promotores del nuevo arte fueron los reyes quienes dedicaron grandes cantidades
de sus recursos a financiar obras de arte tanto edificaciones como sus decoraciones escultóricas y
pictóricas. A ellos se unieron algunas grandes familias aristocráticas como los Mendoza, y
burguesas que ven a este estilo como un medio de distinguirse y afirmar su prestigio. Y, por
supuesto, la iglesia quien, sin embargo, manifestará al principio cierta reticencia y desconfianza
ante el modelo clásico-pagano del Renacimiento, aferrándose al estilo gótico oficial.
En un primer momento, gracias al prestigio alcanzado por las cortes italianas y su vida
ciudadana y palaciega, se posibilita la difusión y aceptación de su arte a través de los grabados, los
viajes de los artistas y la importancia de obras ya acabadas en suelo italiano. Sólo más tarde, ya
entrado el siglo XVI, los artistas españoles son capaces de formular un nuevo sistema coherente.
La segunda etapa se da en la tercera y cuarta década del siglo, los artistas españoles
formados en el Gótico asimilan el lenguaje italiano, se llama por ello esta etapa clasicismo o
purismo, a pesar de eso todavía se conservan influencias góticas y mudéjares en algunos edificios,
obras importantes son la universidad de Alcalá de Henares, la catedral de Granada, o mejor aún, el
palacio de Carlos V en la Alhambra. El último tercio del siglo estará presidido por el manierismo, la
asimilación de lo italiano es plena, el equilibrio, sentido de unidad y armonía del primer
renacimiento italiano se han perdido, el edificio representativo es el monasterio-palacio-panteón
de El Escorial.
PLATERESCO
Permanencia de estructuras góticas
Decoración renacentista: grutescos, candelieri, columnas abalaustradas, medallones, heráldica
Los motivos decorativos tan minuciosos, dieron a este estilo la denominación de plateresco, pues
recordaba la decoración de la plata.
PURISMO
Los edificios se caracterizan por una mayor monumentalidad
Se reduce la decoración
ESTILO HERRERIANO
Este periodo corresponde con el reinado de Felipe II
Edificios austeros, desaparecen todos los elementos decorativos
A mitad del siglo XVI, la iniciación del Monasterio de San Lorenzo del Escorial como
símbolo del poder de Felipe II de España por Juan Bautista de Toledo (fallecido en 1567) y Juan de
Herrera supuso la aparición de un nuevo estilo, que en el terreno arquitectónico se abandona
definitivamente la decoración en los edificios y se llega a una absoluta austeridad decorativa que
sólo se permitía algunas concesiones como las pirámides con bolas superpuestas. Los muros, en
general permanecen sin decorar, y se prima lo estructural (pilastras, columnas, arcos...) es algo que
ya se había hecho en el Quattrocento Brunelleschi y que en estos momentos están desarrollando
en Italia Vignola y Palladio.
El siglo XVI es la época del encumbramiento de España como gran potencia mundial. El
comienzo de la explotación de las colonias americanas y la extensión de los territorios europeos
aportados por la casa de los Austria a la corona, así como la participación de ésta en los conflictos
políticos y religiosos europeos y las consiguientes intervenciones militares harán que, como hemos
dicho, España sea la gran potencia del momento. Esto influirá en el desarrollo del arte, ya que el
florecimiento económico y político conllevará la aparición de gran cantidad de encargos.
Las explanadas que recorren los lados norte y oeste del monasterio reciben el nombre
de Lonjas. Pues bien, bajo la lonja norte discurre un pasadizo o túnel subterráneo, aspecto muy
desconocido llamado La Mina, y que servía para el transporte de personas y materiales en los fríos
días de invierno desde las cercanas casas de los oficios situadas frente a la fachada norte y el zaguán
del palacio, lo que permitía trabajar en días fríos al resguardo de las inclemencias del tiempo. Este
paso subterráneo sería construido en tiempos del rey Carlos III (1759-1788) por fray Antonio de San
José Pontones según un proyecto del conde de Montalvo.
El 23 de abril de 1563 se coloca la primera piedra bajo la actual silla prioral del refectorio,
con los nombres del rey y del arquitecto. Se empiezan a levantar los muros y ya desde entonces las
variaciones se suceden.
Si bien esta alteración no afecta al perímetro y quizá a la planta general del monumento,
pues como dice el padre Sigüenza, “en lo que toca al cuadro de toda la casa fue siempre el mismo;
lo demás ha habido grande mudanza… “. Así pues, la planta diseñada por Juan Bautista en su traza
universal, es tal y como hoy aparece.
Las obras fueron avanzando y desde 1563 hasta que en 1574 se comenzó la basílica, todos
los esfuerzos anduvieron encaminados a terminar la zona del Monasterio propiamente dicho. A
partir de 1571, cuando se terminó la fachada meridional, el edificio pudo empezar a ser habitado por
los frailes -en los claustros menores-, la Corte -en las futuras salas capitulares- y el Rey -en el
aposento situado bajo el coro de la “iglesia de prestado”.
Entre los años 1576-1579 el ritmo de los trabajos se acrecentó, firmándose nuevos
contratos para ir rematando las diversas zonas de la obra. Pero es en 1582 cuando la actividad se
hace más intensa, siendo ahora cuando se contrata la realización de la portada principal del
Monasterio. En 1587 el Padre Sigüenza dice que las obras, en lo que a la arquitectura del Monasterio
se refieren, están ya terminadas totalmente.
El fuego consumió todas las techumbres y suelos de madera, excepto los de la biblioteca
alta y los de la Casa del Rey. Se salvaron también todos los espacios abovedados. La reconstrucción
fue emprendida de inmediato, concluyéndose en 1677, según un proyecto, aprobado por el rey, de
Bartolomé Zumbigo, Maestro Mayor de la Catedral de Toledo. Zumbigo devolvió al Monasterio su
aspecto externo original, salvo ciertas alteraciones en el diseño de los chapiteles de las torres y de
las lucernas.
2004. Para cumplir con las exigencias del Comité del Patrimonio Mundial de la Unesco,
la Comunidad de Madrid incoó el Expediente BIC 1/2004 a favor de la Cerca de Felipe II.
Todo este proceso contrasta con otros tipos de acciones legales, que favorecen la expansión
urbanística de los municipios integrados en el citado Territorio Histórico. Así se desprende, por ejemplo,
del Avance de los Planes Generales de Ordenación Urbana de El Escorial y San Lorenzo de El
Escorial (PGOU), que permite la urbanización de la finca Monasterio, o de la declaración como Terreno
Urbano no Consolidado de La Granjilla de La Fresneda, donde se encuentra uno de los conjuntos
histórico-artísticos más importantes del Real Sitio. En el Edicto ETJ 392/2004, donde esta última finca se
sometía a subasta, se recoge que es susceptible de ser urbanizada mediante el correspondiente Plan
Director de Urbanización, aspecto que también se especifica en el Decreto 52/2006. Ni la Comunidad de
Madrid ni el Ayuntamiento de El Escorial —en cuyo término se sitúa La Granjilla— han ejercido el
derecho de tanteo y retracto que les concede el Edicto ETJ 392/2004 en la referida subasta, celebrada
el 15 de junio de 2007.
La planta del monasterio: un gran rectángulo (207m. x 61m.) del que sobresale la zona
destinada a los aposentos reales. Su diseño representa la “parrilla” en que fue martirizado San
Lorenzo. El edificio sería, al mismo tiempo, iglesia, monasterio y mausoleo.
DISPOSICION
Predominan las líneas rectas, sobre todo las horizontales: líneas de ventanas, cornisa,
buhardillas. Para evitar la sensación de pesadez que nos darían todas estas líneas horizontales se
emplean algunas verticales que las contrarrestan: torreones de las esquinas, cúpula y torres de la
iglesia. El muro triunfa sobre el vano y el geometrismo es la nota predominante, todas estas
características contribuyen a resaltar la monumentalidad.
3.2. INTERIOR
La repetición de elementos hace que no sepamos en que parte del edificio estamos
(no hay esa visión de conjunto).
Se desbordan las dimensiones humanas, ante tal colosalismo el hombre se siente
empequeñecido y Dios exaltado.
Algunas características del edificio son: monumentalidad, sobriedad, severidad y
frialdad.
Aparecen las artes figurativas con claras intenciones propagandísticas del rey y la
religión. Los techos se cubren de frescos de artistas italianos manieristas que
significarán todo un banco de pruebas del que saldrá el futuro arte barroco.
La gran escultura monumental (en bronce, al contrario del material típico hispano,
la madera) la realizará la familia Leoni, con retratos de los reyes y santos.
El retablo (trazado por Herrera) responde a un modelo clásico de alternancia de
órdenes, dominado por la recta.
3.3. DECORACIÓN
Los vanos, en gran parte, son adintelados, utilizando también el de medio punto,
apareciendo los vanos termales recogidos de Miguel Ángel.
3.4. DIMENSIONES
4.1. MATERIALES
Para la construcción del edificio vinieron artistas y materiales de todo el reino. El material
más importante es el sillar de granito que está escuadrado y cortado con una precisión increíble, a
pesar de ser de una gran dureza. Este granito se encuentra prácticamente en todos los lados y
procede de la sierra de Guadarrama y esto también conlleva un contenido simbólico. Este material
es realmente duro y resistente, lo que da la impresión de indestructibilidad (von der Osten Saken,
1984: 77). Podemos enlazar esta sensación de perdurabilidad que da San Lorenzo el Real gracias a
su material con la forma de fortaleza que tiene y que, en parte, está dada por el hecho de estar
construido con granito (von der Osten Saken, 1984: 76).
En los tejados encontramos piedra de pizarra y buhardillas, algo original en esta época,
Felipe II quería imitar la arquitectura de Flandes. La inclinación de los tejados de pizarra y los
chapiteles de las torres serán ampliamente repetidos en los inicios del barroco español.
4.2.1. CUPULA
Se da en la capilla Mayor, en la cabecera. como no podía ser menos sobre esta parte
levanta Siloe una cúpula, la influencia italiana es clara. Esta cúpula se apoya sobre ocho soportes de
columnas sobre columnas (no de pilares sobre columnas como en las naves), de gran grosor, en su
interior se abren arcos abocinados, con lo cual, al comunicarse estos arcos forman un pasillo o girola
paralelo a la auténtica girola (son dos, pues, los deambulatorios). Sobre los arcos y por debajo del
entablamento se abren tribunas donde se tenía pensado alojar los cuerpos reales, El Escorial le
sustituiría en esta misión. Sobre las tribunas aparecen lienzos barrocos de Alonso Cano, encima
(tercer cuerpo) dobles ventanas con vidrieras del XVI, sobre estas otras diez cierran las ventanas
perforadas ya en la base de la cúpula (cúpula vaída).
4.2.2. PILASTRAS
Por lo general, en el exterior se prefiere el muro plano, sin casi articulación, dividido por
pilastras. En el interior de la iglesia se utiliza la pilastra (gigante y doble, al modo miguel ángel) de
orden dórico.
4.2.3. COLUMNAS
Las CUBIERTAS son, por lo general, de cañón con lunetos derivados del Gesú
El crucero de la basílica se cubre con cúpula sobre pechinas que apean en los grandes pilares.
5. ANÁLISIS ARQUITECTÓNICO
La planta de San Lorenzo el Real de El Escorial se trazó con tres zonas. La zona central
contiene el vestíbulo con la biblioteca encima; el patio de los Reyes, la iglesia con el panteón bajo
la capilla mayor y los aposentos reales. La zona izquierda es el colegio en su parte delantera y el
palacio público en la posterior. La derecha está destinada al convento en la parte delantera y a la
parte semi-pública de dicho convento.
En el interior la planta del edificio desarrolla un doble rectángulo casi cuadrado definido
por un eje principal que une la biblioteca y la iglesia y se prolonga en el Palacio de los Infantes,
creando una forma semejante a un asa de parrilla. Como explica Fray Sigüenza: “Estas dos piezas
anudan todo el edificio y ellas mismas lo dividen.
Hacen, poniéndose por medio, que unas no estorben a las otras y que cuando fuera
menester como moradores de una casa se comuniquen y concurran en uno”. Dicho eje principal
cruza una cuadrícula de cubos, dividida en dos rectángulos divididos a su vez en cuadrantes, con
varios patios a los lados, una solución más confusa y típicamente manierista, frente a la solución
renacentista clásica que situaba los patios en un eje axial, en una sucesión predecible y clara para
el visitante.
EXPLICACIÓN ISONOMÉTRICA
En el rectángulo inicial está el amplio patio de los Reyes que separa los dos cuadrantes
laterales, a su vez divididos cada uno en cuatro patios, situándose al lado izquierdo el Colegio y al
derecho el convento y la biblioteca. La biblioteca es el nexo de unión entre la zona del convento y
la de estudio, entre lo sagrado y lo profano, una idea reforzada por la rica iconografía.
La verdadera fachada de la iglesia se encuentra al final del patio de los reyes. Está
flanqueada por dos torres rematadas con cúpulas.
El piso inferior se ordena por medio de pilares que están unidos por arcos de
medio punto, a los lados de los arcos hay seis medias columnas de orden dórico.
En el piso superior destacan las estatuas de los reyes de Judá que están
dispuestas en línea recta con respecto a las columnas del piso inferior. Acaba en
un frontón de tipo sirio, porque se rompe por debajo al tener un vano con arco
de medio punto que servía para dar luz al coro en el interior, rematado con bolas.
Una vez dentro de la basílica nos encontramos con una estancia centralizada,
EXPLICACIÓN PLANIMÉTRICA
Las dos zonas laterales se organizan alrededor de varios patios, cada uno con una
función determinada.
En la parte izquierda se encontraba el colegio y seminario, seguida por la parte pública del
palacio. La zona que abarca el colegio se puede inscribir en un cuadrado estructurado con
cuatro patios alrededor de los cuales se encuentran las distintas estancias.
El patio del seminario y los dos patios del colegio tienen unas dimensiones muy parecidas
mientras que el patio de la cocina del colegio y del seminario es mucho más pequeño. A través
de las cocinas se unen esta parte y la del palacio público. Dentro de este último lo primero que
llama la atención son dos patios idénticos a los que dan los aposentos del servicio.
Luego hay un patio mucho más grande que es el principal del palacio y tiene dos aljibes en su
interior. A este patio dan los aposentos reales. De ahí pasamos al palacio privado que ya se
encuentra rodeando el ábside de la basílica y es donde están los aposentos privados del rey y
la reina, que a su vez dan a otro patio.
En la parte derecha del conjunto está el monasterio con dos patios pequeños que son el patio
de la procuraduría y hospedería y el de la enfermería, este último cuenta con dos aljibes. En
esta parte del monasterio se encuentran salas importantes para el mismo como el refectorio,
las cocinas, pero sin duda la parte más importante del monasterio es la que rodea al gran
claustro porque es donde están las salas capitulares, la celda del prior, la sacristía, etc.
5.2.1. LA FACHADA
interior, pues oculta bajo su sobre elevado engaño visual el Patio de los Reyes y al fondo de éste la
auténtica fachada del gran templo interior.
Este predominio de lo horizontal sólo se atenúa por las cuatro torres cuadradas
acabadas en chapiteles, sin embargo, aparece de nuevo cornisas horizontales que dividen el cuerpo
cuadrado de las torres situadas en los ángulos, y la cúpula de la Iglesia.
Esta austeridad se rompe sin embargo en la fachada principal con la aparición de tres
puertas rematadas con frontones que sobresalen del tejado La puerta central se compone de dos
cuerpos con columnas de orden gigante y remate de frontón.
La decoración es pues casi inexistente, a destacar por su éxito posterior: los chapiteles
de las torres y las bolas de granito.
En los tejados a dos aguas se utiliza la pizarra con buhardillas y verticales chimeneas de
planta trebolada. En las torres (y también de origen flamenco) complejos tejados de pizarra de
múltiples planos (chapitel).
La fachada de la Iglesia situada en el Patio de los Reyes. Se concibe con enormes semi
columnas de orden gigante de orden dórico que parecen continuarse en colosales estatuas de los
reyes de Israel (de ahí el nombre del patio). A continuación, un muro y un frontón triangular ambos
interrumpidos o cortados por una ventana, aspecto manierista
Tiene doble galería, con arquerías de medio punto, separadas entre sí por columnas
dóricas en el piso inferior y jónicas en el superior; rematada por una balaustrada en la que aparecen
como elemento decorativo las bolas de granito.
6. CONCLUSIONES
El estilo herreriano está muy influido por la pureza de formas y la sobriedad decorativa de las obras
de Donato Bramante y Miguel Ángel.
Las estructuras arquitectónicas, de gran solidez y monumentalidad, ya son totalmente clásicas.
Carencia absoluta de decoración, salvo la ornamentación que presten los propios elementos
constructivos. La belleza del edificio se basa en la sólida monumentalidad del conjunto y en la
correcta utilización de los principios y órdenes clásicos, con marcada preferencia por los más
sobrios dóricos, toscano.
Este ideal conceptual y constructivo se relaciona con el austero paisaje castellano donde se asienta
la obra y el ambiente espiritual para el que fue concebido, imbuido también de la austeridad de la
vida monástica. En este estilo la gracia del Plateresco es sustituida por la sobriedad de la lógica
arquitectónica, llegando a alcanzar un sentido abstracto, puramente intelectual, de la proporción y
de la medida, que dan al edificio un carácter simbólico.
El edificio, de enorme tamaño destaca por su rotundidad y su austeridad formal. Se construyó con
grandes sillares de granito. El gris amarillento del granito contrasta con la pizarra azulada utilizada
para los tejados. La pendiente de éstos se debe a una cuestión funcional: evitar que se acumule la
frecuente nieve invernal.
La sobriedad, la pureza de líneas y la ausencia de decoraciones accesorias es una de las
características más llamativas de toda la edificación. Así, los muros son continuos sin
entablamentos ni pilastras o columnas adosadas que subrayen la división en pisos o calles.
Igualmente, las ventanas que se abren en sus muros no muestran ningún tipo de adorno ni frontón
que las remate.
La influencia posterior de El Escorial fue inmensa porque resumió el estilo herreriano o escurialense,
muy representativo de la estética del Barroco contrarreformista, con elementos constructivos
provenientes del clasicismo, austeridad decorativa, proporciones matemáticas entre las partes y
los elementos, el uso del orden gigante para las fachadas (tomado de Palladio), el desarrollo de
grandes volúmenes cúbicos en el exterior con un fuerte desarrollo horizontal en cornisas e hileras
de ventanas, y un sistema de tejados de arista viva de madera revestida de pizarra con chapiteles
flamencos coronando las torres de los ángulos.