Quinta Conferencia Anual Del Centro Sobre El Capitalismo y La Sociedad: "El Dinamismo Económico y La Inclusión"

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Quinta Conferencia Anual del Centro sobre el Capitalismo y la Sociedad:

“El Dinamismo Económico y la Inclusión”


24 de noviembre de 2008
Comentarios Introductorios
Dr. Guillermo Ortiz

Quisiera comenzar agradeciendo a Edmund y al Centro sobre el Capitalismo y la


Sociedad por haberme invitado a compartir con ustedes algunas ideas sobre el
tema de la conferencia: el dinamismo económico y la inclusión.

La preocupación principal del Centro sobre el Capitalismo y la Sociedad es un


tema antiguo y fundamental en la ciencia económica: entender lo que determina
el éxito económico de las naciones. La premisa del Centro es que la creación,
desarrollo y adopción de innovaciones e ideas que promuevan la productividad
son los motores fundamentales de un alto desempeño económico. Dada esta
premisa, el tema de fondo consiste en comprender qué determina la capacidad
de un país para generar o adoptar estas ideas. La discusión de hoy está
estrechamente relacionada con esta cuestión tan importante:

¾ El dinamismo económico de un país se determina por el ritmo al cual


desarrolla o adopta nuevas ideas y tecnologías para aumentar su
productividad.

¾ Por otro lado, la inclusión puede concebirse como la probabilidad de que


un individuo específico en la sociedad participe y aproveche plenamente
las oportunidades y beneficios económicos y sociales que su país puede
ofrecer y que sea capaz de alcanzar un nivel mínimo de calidad de vida.
Una pregunta relevante acerca de la relación entre el dinamismo y la
inclusión es hasta qué punto puede haber una disyuntiva (trade-off”) entre
estos dos objetivos: ¿Las economías de más rápido crecimiento logran
esto a través de un sacrificio de la inclusión? o al contrario, ¿el
crecimiento y la inclusión pueden ser vistos como dos fenómenos que
pueden reforzarse mutuamente en un círculo virtuoso? De hecho,

1
contrario al punto de vista de que existe una disyuntiva entre ambos
fenómenos, una hipótesis alternativa es que si bien el crecimiento puede
proveer recursos para mejorar la inclusión, al mismo tiempo ésta puede
incrementar las oportunidades de crecimiento de un país a través del
incremento del potencial productivo de sus ciudadanos.

Para tratar de responder a esta interrogante, es importante reconocer primero


que, como ha sido documentado en la literatura, el dinamismo de una economía
y la inclusión de sus participantes reflejan la estructura institucional. Lo que es
más difícil de entender es cuáles son las principales instituciones que impulsan
el crecimiento económico y cómo éstas interactúan para incrementar el
dinamismo. Los miembros del Centro sobre el Capitalismo y la Sociedad se han
dado a la tarea de esclarecer estas cuestiones y proveer una evaluación
completa de los costos y beneficios de los diversos arreglos institucionales
posibles dentro del grupo de economías de mercado.

Sobre el particular, es pertinente contextualizar este intento por definir las


mejores instituciones. Como se destaca en la misión del propio Centro, aún las
economías de mercado más primitivas requieren de instituciones sociales como
los derechos de propiedad y el estado de derecho. Acerca de este punto, me
gustaría reconocer que en muchos países en vías de desarrollo, estas
instituciones básicas para sostener una economía de mercado sana son todavía
muy deficientes. En este contexto, el reto principal para economías como la
mexicana es ¿Cómo deberíamos modificar nuestras instituciones para mejorar
el dinamismo y la inclusión en nuestros países?

Lo que me gustaría hacer en los minutos de mi intervención es poner en


perspectiva esta última pregunta. Para centrar la discusión, voy a dar ejemplos
con base en el país que conozco mejor, México.

México no puede ser caracterizado como una economía dinámica. En las


últimas cinco décadas ha registrado un desempeño pobre en términos de
crecimiento económico si lo comparamos con otras regiones que empezaron el
periodo en niveles similares o más bajos de desarrollo. De hecho, entre 1960 y

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2007, el crecimiento promedio del PIB per cápita en México fue de sólo 1.9% por
año. En contraste, el promedio del crecimiento del PIB per cápita en el sureste
asiático fue de 5.2% anual, mientras que los países europeos de desarrollo más
reciente, como Grecia, Irlanda, Portugal y España, lograron un crecimiento de
3.3% por año.1

• Como consecuencia de este pobre desempeño, México se ha estancado


significativamente por lo que se refiere a los niveles de vida de su
población. En la década de los sesenta México tenía niveles de PIB per
cápita similares a los de España e Irlanda, y más elevados que los de
Corea. En 2007, México se encontró muy por debajo de todos esos
países. Este estancamiento claramente ha limitado la posibilidad de
avanzar en la inclusión de los sectores más desprotegidos de la
población, así como en las oportunidades sociales y económicas que
ofrece el país.

• Una comparación entre México y Corea ilustra esta idea. En 1960 el PIB
per cápita de Corea representaba sólo el 42% del de México. En 2007 la
situación fue justamente la opuesta: El PIB per cápita de México
representó el 42% del de Corea.

El desempeño bajo que en promedio se observó en la economía mexicana de


1960 a 2007, puede ser explicado en parte por el estancamiento que
experimentó el país durante la “década perdida” de los ochenta y las crisis
financieras que ha sufrido. Sin embargo, también existe un problema
relacionado con un bajo potencial de crecimiento.

• En el Banco de México hemos elaborado varios estudios para calcular el


crecimiento potencial del país. Este ritmo de crecimiento parece estar
dentro de un intervalo de 3% a 3.5% por año. Dicho crecimiento potencial
debe considerarse como bajo, dado el nivel de desarrollo actual de
México.

1
Los países asiáticos considerados incluyen a Corea del Sur, Hong Kong, Malasia, Singapur,
Tailandia y Taiwán.

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• Dado el crecimiento actual de su población, México requeriría crecer al
doble de su tasa de crecimiento potencial para alcanzar en el 2020 el
nivel del PIB per cápita actual de Corea.

Las causas más inmediatas del bajo crecimiento potencial de México serían una
acumulación deficiente de los factores de la producción, una asignación
ineficiente de esos factores y la tecnología utilizada para producirlos.
Permítanme revisar estos asuntos uno por uno:

• Acumulación de capital físico y humano: Durante el periodo de 1960-


2007, México registró tasas de ahorro e inversión mucho más bajas que
las de otros países en desarrollo. Por ejemplo, en ese periodo, México
invirtió alrededor de 20% de su PIB mientras que los países europeos de
desarrollo reciente a los que me referí con anterioridad así como los
países del sudeste asiático invirtieron 26% y 28% de su PIB
respectivamente. De la misma manera, México también muestra un
desempeño desfavorable en términos de la acumulación de capital
humano, lo cual ha limitado las posibilidades del país para ascender en la
cadena de valor. La deficiencia en la acumulación de capital humano ha
sido tanto en términos de calidad como de cantidad.

Mientras que estas cifras muestran un contraste claro respecto a


economías con un crecimiento acelerado como será evidente en unos
minutos, mi argumento principal es que la baja acumulación de recursos
productivos ha sido consecuencia de factores más profundos que
moldean a una economía.

• Asignación eficiente de recursos: De hecho, aún con la dotación de


recursos con que contamos, éstos podrían ser asignados de una manera
más eficiente. En particular, existen barreras y distorsiones que obstruyen
la eficiente asignación de recursos en México. Lo anterior implica una
explotación insuficiente de las ventajas comparativas con que cuenta el

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país y consecuentemente un bajo incremento de la productividad. Dos de
ellas parecen ser de particular importancia.

¾ Primero, ha habido un uso ineficiente del factor trabajo como


consecuencia de rigideces significativas e incentivos adversos en el
mercado laboral. De hecho, México sale mal calificado en varios
comparativos internacionales debido a las actuales barreras a la
movilidad laboral.

Estas rigideces, las cuales interactúan con otros incentives adversos


que tienden a premiar al sector informal, tienen consecuencias
directas en términos del dinamismo y la inclusión. En particular: i)
inhiben la movilidad laboral hacia sectores o regiones donde la
productividad es más alta; ii) desalientan la adopción de tecnologías
de punta y la inversión en capital humano; y iii) promueven el
crecimiento de un sector informal de baja productividad en donde la
mano de obra no goza de los beneficios de la seguridad social que
ofrece el sector formal. Evidentemente, el fuerte poder de negociación
que tienen los sindicatos en algunos sectores importantes de bienes
no comerciables, se ha convertido en un mecanismo para extraer
rentas y a ha contribuido a restringir la movilidad laboral y la adopción
de tecnologías más productivas.

¾ El otro tipo de distorsiones que también afectan el uso eficiente de los


factores de producción y reducen la competitividad de la economía
mexicana son problemas de regulación en sectores que proveen
insumos a través de redes como servicios financieros,
telecomunicaciones, energía y transporte. A falta de una regulación
apropiada, los precios altos, la baja calidad de servicio y las
restricciones al uso generalizado de insumos básicos, terminan
generando una pérdida de competitividad.

De hecho, la falta de una regulación que promueva la competencia ha


propiciado la aparición de proveedores dominantes que acaparan una

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parte significativa del mercado y explotan su poder de mercado para
extraer rentas en detrimento de los consumidores y la competitividad
de las industrias que utilizan dichos insumos.

• Tecnologías de producción modernas: Como consecuencia de las


barreras de entrada a algunos de los sectores estratégicos y a la libre
movilidad de factores antes mencionada, México presenta niveles bajos
en la adopción de tecnologías avanzadas y prácticas laborales. Si la
adopción de tecnologías de punta es baja, la producción de nuevas ideas
es prácticamente inexistente.

Tecnologías obsoletas y métodos de trabajo ineficientes, aunado a las


distorsiones mencionadas y a una acumulación deficiente de factores
productivos, han causado un bajo ritmo de crecimiento de la
productividad, y por consecuencia, una baja competitividad de la
economía mexicana.

Dadas estas causas inmediatas, las preguntas pertinentes son: ¿Por qué México
no ha acumulado factores de producción a un ritmo más rápido? ¿Por qué no
ha asignado con mayor eficiencia los factores de producción hacia los sectores
más productivos y con ventajas comparativas? ¿Por qué México tiende a
producir con tecnologías antiguas? La respuesta a estas preguntas es la misma:
La estructura institucional no provee incentivos apropiados para impulsar la
innovación y la adopción de tecnologías modernas para acumular recursos y
para asignarlos de una manera más eficiente.

De hecho, el desempeño de la productividad total de los factores, la


acumulación de los mismos y la eficiencia con la cual se asignan a las distintas
actividades productivas, no deben ser considerados como elementos exógenos
que determinan el crecimiento de la economía, sino como consecuencias
endógenas del sistema de incentivos en el cual interactúan los agentes
económicos y los diseñadores de políticas.

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En estas circunstancias, necesitamos trabajar en mejorar aquellas
características que hacen a una economía más competitiva. Entre ellas, quisiera
enfatizar las siguientes:

• Promover condiciones para que los competidores potenciales puedan


penetrar en mercados de insumos de uso general, insumos suministrados
a través de redes y bienes finales.

La teoría económica y la experiencia internacional muestran que en una


economía competitiva:

9 Se estimula un nivel más alto de innovación y las empresas están


dispuestas a adoptar tecnologías modernas y prácticas de trabajo
más eficientes;

9 Los consumidores tienen un mayor acceso a una mayor gama de


bienes y servicios de alta calidad a precios más bajos, y

9 Los individuos tienen mayores oportunidades de conseguir un


trabajo que los remunere con base en su productividad.

En particular, cuando no hay barreras de entrada en los mercados, los


agentes que deciden entrar a una actividad lo harían invirtiendo en
tecnologías más modernas. Las barreras de entrada, por el contrario,
permiten que aquellas empresas que dominan el mercado obtengan rentas
extraordinarias, utilicen tecnologías ineficientes y como consecuencia
también se reducen los incentivos para que adopten tecnologías más
eficientes.

En este contexto, cabe mencionar que según la OCDE, México sobresale


negativamente en términos de las barreras impuestas a la competitividad.

• Aumentar la flexibilidad en la asignación de recursos.

Como se ha mencionado, las rigideces de mercado tales como las del


mercado laboral, provocan una asignación ineficiente de recursos al restringir
el libre desplazamiento de éstos hacía actividades más productivas. Además,

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dichas rigideces tienden a inhibir la adopción de tecnologías de punta y la
inversión en capital humano.

• Implementación eficiente de políticas públicas.

Un tercer factor relevante es la implementación de políticas públicas. Estas


juegan un papel importante dado que se instrumentan activamente en las
áreas de la economía donde el rendimiento social es más alto que el privado.
Evidentemente, la implementación correcta depende en lograr que los
responsables de su diseño y ejecución enfrenten los incentivos adecuados
que permitan maximizar el rendimiento social de dichas políticas.

Para obtener los resultados esperados en la instrumentación de las políticas


públicas, necesitamos promover un entorno donde los derechos de
propiedad privada sean respetados y prevalezca el estado de derecho.

Para concluir, está claro que para elevar el dinamismo económico y la inclusión
requeridos en México así como en otros países en desarrollo con características
similares, es necesario un cambio profundo en el sistema básico de incentivos
de la economía. Este cambio debe promover un reemplazo de las estructuras
actuales que han permitido la explotación de rentas extraordinarias por aquéllas
que buscan promover la competitividad, la transparencia y el respeto al estado
de derecho y a los derechos de propiedad. Es especialmente pertinente avanzar
de una manera decidida en acciones que contribuyan a incrementar la
competitividad económica así como a flexibilizar la asignación de recursos.

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Muchas gracias. Estoy seguro que tendremos una conferencia muy fructífera, la
cual nos dará elementos de juicio valiosos respecto de los temas que Edmund y
un servidor hemos puntualizado.

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