Texto Christus Vivit
Texto Christus Vivit
Texto Christus Vivit
Tema
Doctores y padres de un niño lactante de trece meses se dirigen al Comité
solicitando su opinión sobre una posible limitación del esfuerzo terapéutico en este
paciente con malformación cerebral congénita, hidrocefalia, escafocefalia, que además
se encuentra en proceso de recuperación de meningitis. La consulta no solo plantea la
LET en ese mismo momento sino en posibles futuras recaídas.
Consulta
Exposición del caso
La consulta es planteada separadamente por el doctor que atiende al paciente y por los
padres de este.
Lactante de 13 meses de vida que ingresa en la Unidad de Cuidados Intensivos
Pediátricos procedente de planta por un cuadro de meningitis aguda. Además, es
portador de válvula de derivación ventrículo-peritoneal. Se inicia tratamiento antibiótico
empírico parenteral e intratecal, posteriormente dirigido según resultados del
antibiograma. En muestras de liquido cefalorraquídeo (LCR) crece Klebsiella
Pneumoniae. La evolución inicial es tórpida, con mejoría tras la retirada de la válvula de
drenaje por parte de los neurocirujanos el día 3, persistiendo crecimiento de la
bacteria. Inicialmente se intenta posponer la colocación de un nuevo sistema de
descompresión hasta esterilizar LCR, situación que resulta imposible por presentar la
paciente clínica de hipertensión intracraneal franca, por lo que se procede a colocación
de drenaje ventricular externo el día 6 con rápida mejoría de la clínica de hipertensión
intracraneal.
La evolución de la meningitis es satisfactoria, logrando esterilización de los
cultivos seriados de LCR. Clínicamente la evolución también ha sido buena desde el
punto de vista infeccioso, sin presentación de clínica séptica ni afectación
multiorgánica. Neurológicamente el niño ha presentado empeoramiento de su situación
basal (con deterioro del nivel de conciencia y crisis convulsivas) en relación con el
proceso infeccioso del sistema nervioso central y el episodio de hipertensión
intracraneal, con aparente recuperación de su situación inicial condicionada por su
malformación cerebral congénita. En el momento de la consulta, presenta una situación
neurológica de alerta y reactividad conservada a estímulos suaves, discreta tendencia a
la hipertonía de miembros inferiores e hipotonía axial, sin fijación de la mirada ni
seguimiento de objetos y ausencia de sonrisa social.
Su situación general es estable sin necesidad de apoyo respiratorio ni soporte
inotrópico y conservación de la función renal, requiriendo ocasionalmente transfusión de
hemoderivados en el contexto de infección y controles analíticos seriados. El paciente
presenta una malformación cerebral compleja (asociado a datos de holoprosencefalia
semilobar, alteración de la surcación cerebral y malformación de la fosa posterior).
Además, presenta una hidrocefalia por cierre precoz de la sutura sagital.
En la interconsulta a la neuróloga se refiere “pronostico malo en cuanto a consecuencias
de su malformación (posible retraso mental severo, tetraparesia espástica, crisis,
alteraciones endocrinas)”. Los padres plantean una serie de preguntas,
fundamentalmente si la colocación de
válvula de derivación ventrículo-peritoneal (paso siguiente una vez resuelta la infección)
es una medida extraordinaria o no. Así mismo interesa conocer la opinión del Comité
acerca de la idoneidad de las medidas que habría que tomar en el caso de una
descompensación infecciosa con mala evolución y necesidad de intubación y ventilación
mecánica, soporte inotrópico, técnicas de depuración extrarrenal, etc., ya que estas
situaciones se presentaran con gran frecuencia en algún momento de la vida del niño.
Preguntas
Desde su condición de católicos practicantes los padres del niño plantean al Comité las
siguientes cuestiones:
1) ¿Hasta dónde está dañado el cerebro de su hijo? ¿Es irreversible?
2) ¿Cuál es la posible evolución del niño?
3) ¿Hasta qué punto es ensañamiento terapéutico, dado su estado, ponerle
otra vez la válvula y seguir alargándole la vida?