10 Fabulas y 15 Poemas Cortos

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FABULAS

EL JARDINERO Y EL PERRO
El perro de un jardinero había caído en un pozo.
El jardinero, por salvarle, descendió también. Creyendo el perro que bajaba para
hundirlo más todavía, se volvió y le mordió.
El jardinero, sufriendo con la herida, volvió a salir del pozo, diciendo:
-Me está muy bien empleado; ¿quién me llamaba para salvar a un animal que
quería suicidarse?

Moraleja: Cuando te veas en peligro o necesidad, no maltrates la mano de quien


viene en tu ayuda.

EL LABRADOR Y EL ÁGUILA
Encontró un labrador un águila presa en su cepo, y, seducido por su belleza, la soltó y le
dio la libertad. El águila, que no fue ingrata con su bienhechor, viéndole sentado al pie de
un muro que amenazaba derrumbarse, voló hasta él y le arrebató con sus garras la cinta
con que se ceñía su cabeza.
Alzóse el hombre para perseguirla. El águila dejó caer la cinta; la tomó el labriego,
y al volver sobre sus pasos halló desplomado el muro en el lugar donde antes
estaba sentado, quedando muy sorprendido y agradecido de haber sido pagado
así por el águila.

Moraleja: Siempre debemos ser agradecidos con nuestros bienhechores y


agradecer un favor con otro.

EL ASNO JUGUETÓN
Un asno se subió al techo de una casa y brincando allá arriba, resquebrajó el techado.

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Corrió el dueño tras de él y lo bajó de inmediato, castigándolo severamente con un leño.
Dijo entonces el asno:
- ¿Por qué me castigan, si yo vi ayer al mono hacer exactamente lo mismo y todos
reían felizmente, como si les estuviera dando un gran espectáculo?

Moraleja: Trabaja siempre para lo que te has preparado, no hagas lo que no es de


tu campo.

LA ZORRA Y LA SERPIENTE

Se encontraba una higuera a la orilla de un camino, y una zorra vio junto a ella una
serpiente dormida.
Envidiando aquel cuerpo tan largo, y pensando en que podría igualarlo, se echó la
zorra a tierra al lado de la serpiente e intentó estirarse cuanto pudo. Tanto
esfuerzo hizo, hasta que al fin, por vanidosa, se reventó.

MORALEJA: No imites a los más grandes, si aún no tienes las condiciones para
hacerlo.

EL BURRO FLAUTISTA

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Esta fabulilla, salga bien o mal, me ha ocurrido ahora por casualidad. Cerca de
unos prados que hay en mi lugar, pasaba un borrico por casualidad. Una flauta en
ellos halló, que un zagal se dejó olvidada por casualidad. Acercóse a olerla el
dicho animal y dio un resoplido por casualidad.
En la flauta el aire se hubo de colar, y sonó la flauta por casualidad. «¡Oh!», dijo el
borrico. «¡Qué bien sé tocar! ¡Y dirán que es mala la música asnal!» Sin reglas del
arte borriquitos hay que una vez aciertan por casualidad.

MORALEJA:
Sin reglas del arte, el que en algo acierta, acierta por casualidad.

EL LEÓN Y EL RATÓN

Unos ratoncitos, jugando sin cuidado en un prado, despertaron a un león que


dormía plácidamente al pie de un árbol. La fiera, levantándose de pronto, atrapó
entre sus garras al más atrevido de la pandilla.
El ratoncillo, preso de terror, prometió al león que si le perdonaba la vida la
emplearía en servirlo; y aunque esta promesa lo hizo reír, el león terminó por
soltarlo. Tiempo después, la fiera cayó en las redes que un cazador le había
tendido y como, a pesar de su fuerza, no podía librarse, atronó la selva con sus
furiosos rugidos. El ratoncillo, al oírlo, acudió presuroso y rompió las redes con sus
afilados dientes. De esta manera el pequeño exprisionero cumplió su promesa, y
salvó la vida del rey de los animales. El león meditó seriamente en el favor que
acababa de recibir y prometió ser en adelante más generoso.

MORALEJA: En los cambios de fortuna, los poderosos necesitan la ayuda de los


débiles.

3
EL ASTRÓNOMO

Tenía un astrónomo la costumbre de pasear todas las noches estudiando los astros. Un
día que vagaba por las afueras de la ciudad, absorto en la contemplación del cielo, cayó
inopinadamente en un pozo. Estando lamentándose y dando voces, acertó a pasar un
hombre, que oyendo sus lamentos se le acercó para saber su motivo; enterado de lo
sucedido, dijo:
-¡Amigo mío! ¿quieres ver lo que hay en el cielo y no ves lo que hay en la tierra?

Moraleja: Está bien mirar y conocer a nuestro alrededor, pero antes hay que
saber dónde se está parado.

EL CABALLO VIEJO

Un caballo viejo fue vendido para darle vueltas a la piedra de un molino.


Al verse atado a la piedra, exclamó sollozando:
- ¡Después de las vueltas de las carreras, he aquí a que vueltas me he reducido!

Moraleja: No presumáis de la fortaleza de la juventud. Para muchos, la vejez es


un trabajo muy penoso.

EL CIEGO

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Érase una vez un ciego muy hábil para reconocer al tacto cualquier animal al
alcance de su mano, diciendo de qué especie era. Le presentaron un día un
lobezno, lo palpó y quedó indeciso.
-No acierto - dijo, si es hijo de una loba, de una zorra o de otro animal de su
misma cualidad; pero lo que sí sé es que no ha nacido para vivir en un rebaño de
corderos.

Moraleja: La naturaleza de la maldad se puede notar en una sola de sus


características.

EL GATO Y LAS RATAS


Había una casa invadida de ratas. Lo supo un gato y se fue a ella, y poco a poco
iba devorando las ratas.
Pero ellas, viendo que rápidamente eran cazadas, decidieron guardarse en sus
agujeros.
No pudiendo el gato alcanzarlas, ideó una trampa para que salieran.
Trepó a lo alto de una viga, y colgado de ella se hizo el muerto. Pero una de las
ratas se asomó, lo vio y le dijo:
— ¡Oye amiguito, aunque fueras un saco de harina, no me acercaría a tí!

Moraleja: Los malvados, cuando no pueden dañar a sus víctimas directamente,


buscan un atrayente truco para lograrlo. Cuídate siempre de lo que te ofrecen
como muy lindo y atrayente.

POEMAS
AL QUETZAL
AUTOR: Exvedi Morales Mérida

5
Quetzal, emblema de la libertad
canto y verso de solidaridad
yo te bendigo en mi numen
porque para Guatemala eres lumen.
Tu bello plumaje verde y rojo
es un pentagrama que
en mis inspiraciones sencillas.
Quetzal, insignia de las albas semillas.

6
La vaca llorona

La vaca está triste,


muge lastimera,
ni duerme, ni bebe
ni pasta en la hierba.

La vaca está triste,


porque a su chotito
se lo han llevado
los carniceros
al mercado.

Está tan delgada,


la vaca de Elena,
que en vez de dar leche,
da pena.

7
Semilla

Semillita, semillita,
que en la tierra se cayó
y dormidita, dormidita
en seguida se quedó.

¿Dónde está la dormilona?


un pequeño preguntó
y las nubes respondieron:
una planta ya nació.

Semillita, semillita,
que recibiste calor
para dar una plantita,
muchas hojas y una flor.

Hojitas

Hojitas de oro
que el viento soplo;
corren por el bosque
corren como yo.

8
Dejaron desnudo
al amigo árbol
las primeras lluvias
vendrán a bañarlo.

Ay, pero, que frió


tendrá el pobrecito…
mejor estaría
bien abrigadito.

POEMA A LA MONJA BLANCA

La Monja Blanca es un poema


y un verde y hermosísimo emblema
y por eso a mi sagrada Guatemala
nadie se le iguala.

La Monja Blanca es una flor


salpicada de rocío y de amor
y orgullosa nace, crece y persevera
en Guatemala, la tierra de la primavera.

9
POEMA A LA BANDERA

Yo tengo una Bandera


Bandera bicolor,
Que indica que sigamos
la senda del honor.

Mi Bandera y mi Escudo
con su bello quetzal
simbolizan la patria,
Guatemala inmortal.

POEMAS A LA MADRE

Madre mia
Madre mía,
tu silencio me confunde, me aturde
Te pido una palabra
que tienda a mi alma el saber
La palabra de oro
que despierte y encienda mis pensamientos
que aleje el misterio
Necesito sentirlas
aquellas que divulgan la verdad, los sentimientos
Esas que reclaman, que agradecen
Palabras que marcan y desarman el alma
O tan solo las que
pintan una sonrisa a la vida
que confunde o ahuyentan las heridas.

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Poema a la Marimba

Cimbra, Marimba tu canto


melodías de cristal
y tiembla la cordillera
cuando vibra tu madera
de sonoro instrumental.
Marimba, tu arpegio de oro
es un poema canoro
que se quiebra en madrigal
de dulce melancolía
y al tornarse en poesía
se vuelve épico y triunfal.

AL QUETZAL
Quetzal, emblema de la libertad
canto y verso de solidaridad
yo te bendigo en mi numen
porque para Guatemala eres lumen.

Tu bello plumaje verde y rojo


es un pentagrama que deshojo
en mis inspiraciones sencillas.
Quetzal, insignia de las albas semillas.

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Los sueños

El hada más hermosa ha sonreído


al ver la lumbre de una estrella pálida,
que en hilo suave, blanco y silencioso
se enrosca al huso de su rubia hermana.

Y vuelve a sonreír porque en su rueca


el hilo de los campos se enmaraña.
Tras la tenue cortina de la alcoba
está el jardín envuelto en luz dorada.

La cuna, casi en sombra. El niño duerme.


Dos hadas laboriosas lo acompañan,
hilando de los sueños los sutiles
copos en ruecas de marfil y plata.

Sol de invierno
Es mediodía. Un parque.
Invierno. Blancas sendas;
simétricos montículos
y ramas esqueléticas.

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Bajo el invernadero,
naranjos en maceta,
y en su tonel, pintado
de verde, la palmera.

Un viejecillo dice
para su capa vieja:
"¡El sol, esta hermosura
de sol...!" Los niños juegan.

El agua de la fuente
resbala, corre y sueña
lamiendo, casi muda,
la verdinosa piedra.

Pobre burro

El burro nunca dejará de ser burro.


Porque el burro nunca va a la escuela.
El burro nunca llegará a ser caballo.
El burro nunca ganará carreras.

¿qué culpa tiene el burro de ser burro?


En el pueblo del burro no hay escuela.
El burro se pasa la vida trabajando,
tirando de un carro,
sin pena ni gloria,
y los fines de semana
atado a la noria.
El burro no sabe leer,
pero tiene memoria.
El burro llega el último a la meta,
¡pero le cantan los poetas!

El burro duerme en cabaña de lona.


No llámar burro al burro,

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llamarle "ayudante del hombre"
o llamarle persona.

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