“LA SAL DE LA TIERRA”
Por el élder
Carlos E. Asay
El élder Carlos E. Asay, de los Setenta, dijo sobre la sal: “La sal es fundamental
para la salud; las células orgánicas deben contar con ella para poder vivir y
funcionar; tiene propiedades antisépticas, es decir, mata los gérmenes; sirve para
preservar; es un ingrediente de muchos alimentos y productos. Además, se
calcula que la sal tiene más de 14.000 formas… “La sal… que… tiene sabor… es
limpia, pura, incontaminada y útil. En este estado o condición, la sal preserva,
sazona, sana y cumple con otras útiles funciones” ¿Cuántas veces hemos leído u
oído a otros leer esta escritura? Pero, ¿comprendemos cabalmente el mensaje de
ser “la sal de la tierra”? ¿Entendemos la analogía, y respondemos debidamente al
significado que encierra? Permitidme hablaros de los papeles respectivos de
“sabor” y de “salvadores” que debemos desempeñar para el llamamiento que se
nos ha hecho como miembros del sacerdocio y como la “sal” del mundo moderno.
El sabor de los hombres:
En 1833, José Smith recibió una revelación con las siguientes instrucciones:
“Cuando los hombres son llamados a mi evangelio eterno, y pactan con un
convenio eterno, se les considera como la sal de la tierra y el sabor de los
hombres; son llamados para ser el sabor de los hombres(…) ” (D. y C. 101:39-40)
El término “sabor” se define como gusto, y en este sentido, como sazón agradable
y estimada. (…) Al hablar el Señor del “sabor de los hombres”, se refería a
aquellos que lo representan; se refería a aquellos que habiéndose arrepentido,
han sido limpiados de sus pecados en las aguas del bautismo, y han hecho
convenio con El de tomar sobre sí su nombre y su causa. Además, se refería a
aquellos que habían de compartir por convenio su poder del sacerdocio. El se
refería a todos nosotros. El profeta José Smith recibió las siguientes instrucciones
del Señor: “Porque fueron puestos para ser una luz al mundo, y para salvar a Los
hombres; Y por cuanto no salvan a los hombres, son como la sal que ha perdido
su sabor…” (D. y C. 103:9-10) Es impresionante la profundidad del significado de
las palabras “salvar a los hombres”, cuando esto se estudia en relación con el
verdadero significado del sacerdocio. “E1 sacerdocio es el poder y la autoridad de
Dios delegados al hombre sobre la tierra para actuar en todas las cosas
pertinentes a su salvación, y constituye el medio por el cual el Señor se sirve del
hombre para salvar almas.” (“El ejemplo de Abraham”, por el presidente Spencer
W. Kimball Liahona, diciembre de 1975) (Véase “La sal de la tierra”, Liahona,
julio de 1980, págs. 67, 68).