Estilos de Liderazgo
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Estilos de Liderazgo
Trabajo reflexivo #1
Nelson Mandela, Icono de una lucha, antiguó líder del Congreso Nacional Africano (CNA), primer
presidente negro de Sudáfrica y ganador de un Premio Nobel de la Paz.
Nelson Rolihlahla Mandela, conocido como Madiba, nació en Mvezo, Unión Sudafricana, el 18 de julio
de 1918. Provino de la etnia xhosa y de los tembu, una casa real que gobernó el territorio hasta su
incorporación a Colonia del Cabo luego de la colonia. A pesar de haber heredado el puesto de su
bisabuelo como jefe y gobernante de la tribu xhosa, Mandela se dio cuenta que no bastaba con tener
nombres importantes y que para ser alguien en la vida necesitaba creer, luchar y comprometerse a
hacerlo. Así fue como emprendió una carrera de estudios y formación occidental en diversas
instituciones y desde entonces ya se perfilaba su atención por los movimientos antiimperialistas y del
Congreso Nacional Africano (CNA).
Mandela supo combinar sus tradiciones, su formación occidental y su religión cristiana.
A los 23 años entró a trabajar y formar parte del CNA, un partido político que defendía los derechos de
la población negra del país. Abogado de profesión, Madiba fue uno de los líderes importantes de la Liga
de la Juventud del Congreso, la cual transmitía una ideología nacionalista, antirracista y antiimperialista,
todo lo contrario al Partido Nacional Reunificado (afrikáans), que llegó al poder en 1948 instaurando el
apartheid como política de estado en Sudáfrica en elecciones exclusivas para la raza blanca.
Mantuvo objetivos claros, siendo capaz de transmitirlo a su gente e involucrarlos en sus objetivos. Fue
una persona sobria en sus decisiones: piensa, analiza y ejecuta.
Mandela organizó campañas de desobediencia civil, y marchas contra la línea divisora motivos por los
cuales fue encarcelado en 1948. Así comenzaría su andadura política. En 1952 fue líder de la CNA y fue
arrestado en una de sus protestas junto a 8.000 militantes más. Desde 1955, cuando fue liberado, inició
el movimiento por la aprobación de la Carta de la libertad, un documento donde se pedía la
proclamación de un estado multiétnico y democrático. En lugar de eso, el apartheid dividió en 1958 al
país en siete reservas o bantustanes. La raza negra fue obligada a vivir en condiciones siempre inferiores:
barrios enteros fueron demolidos para echar a los negros y construir casas para los blancos.
Durante sus inicios políticos, su filosofía de liderazgo dejó ver la importancia de ser táctico en acción, y
es que, para Mandela, el líder debe de tener la capacidad de entender los momentos y oportunidades
precisas, aunque las circunstancias parezcan decir lo contrario. Para ello, el líder debe tener la capacidad
de explicar, de manera concisa y lógico, los por qué de sus decisiones, aún parecieran erróneas, el líder
emana confianza e inspira seguimiento. "He luchado contra la dominación blanca y he combatido la
dominación negra. He promovido el ideal de una sociedad democrática y libre en la cual todas las
personas puedan vivir en armonía y con igualdad de oportunidades. Es un ideal por el que espero vivir,
pero si es necesario, es un ideal por el que estoy dispuesto a morir", dijo el 20 de abril de 1963, cuando
era juzgado y enfrentaba una posible pena de muerte.
Mandela fue arrestado en 1963, luego de una larga historia de detenciones, liberaciones y prohibiciones
de presentarse en público. También fue juzgado por sabotaje y alta traición, y sentenciado a prisión
perpetua a pesar de los numerosos llamados internacionales y vigilias que se hicieron en su nombre.
Dentro de la cárcel fue un hombre respetuoso, con valores éticos y siempre tuvo una mente positiva
sabiendo que la lucha era casi negativa y era un infierno estando dentro. Mandela pasó 18 años
encarcelado en la isla de Robben Island, donde los prisioneros salían todas las mañanas, en hileras y
encadenados, a picar piedras. En 1982 fue trasladado a la cárcel de Pollsmoor, en Ciudad del Cabo.
A pesar de las adversidades demostró ser un líder recordando su posición e inspirando a otros para
alcanzar lo que creen, siempre de la mano, juntos. Dentro de la cárcel tenía su propia inspiración para
no decaer y mostrar valor, un poema.
En penosas condiciones, el gobierno de Sudáfrica rechazó todas las peticiones de que fuera puesto en
libertad. Nelson Mandela se convirtió en un símbolo de la lucha contra el apartheid dentro y fuera del
país, en una figura legendaria que representaba el sufrimiento y la falta de libertad de todos los negros
sudafricanos. Aun estando en la cárcel, su lucha no cesó. Su nombre cada vez se oía más y la lucha contra
la ‘apartheid’ era constante. Llegó ser conocido como el líder negro más importante de Sudáfrica. En
1984 el gobierno intentó acabar con tan incómodo mito, ofreciéndole la libertad si aceptaba
establecerse en uno de los bantustanes a los que el régimen había concedido una ficción de
independencia; Mandela rechazó el ofrecimiento.
El 11 de febrero del año 1990 el presidente moderado Frederik de Klerk liberó a Nelson Mandela, que
ya tenía 71 años, y juntos negociaron y derogaron el apartheid un año después. Por ello en 1993 fueron
galardonados ambos con el Premio Nobel de la Paz.
Por primera vez en su historia, como resultado de un arduo proceso de negociaciones, la población
sudafricana se preparó para elecciones generales en 1994, sin distinción de raza entre sus votantes. En
esas elecciones el candidato por el CNA fue Mandela, quien inició una campaña basada en la
reconstrucción nacional y la superación de las hostilidades que acompañaron a los comicios. Cuando
Mandela votó por primera vez en su vida a la edad de 75 años, le dijo a la prensa que se sentía "un
hombre completo". El resultado de las elecciones dio como resultado a la ANC con 62% de los votos
totales, por lo que Mandela tomó posesión de la presidencia el 10 de mayo de ese mismo año.
Mandela inició el Plan de Reconstrucción y Desarrollo, que destinó grandes cantidades de dinero a
mejorar el nivel de vida de los sudafricanos negros en cuestiones como la educación, la vivienda, la
sanidad o el empleo, e impulsó asimismo la redacción de una nueva constitución para el país, que fue
finalmente aprobada por el parlamento en 1996. Se concentró en crear una nueva imagen internacional
para Sudáfrica, logrando persuadir a las compañías multinacionales a permanecer e invertir en el país.
El líder también recurrió al deporte para fortalecer el orgullo nacional y convenció a la mayoría de apoyar
a los Springboks, el equipo de rugby asociado con la opresión de la minoría blanca. Contra todas las
previsiones, los Springboks ganaron el Mundial de 1995 en territorio sudafricano.
Mandela señaló que la reconciliación "no significa olvidar o reprimir el dolor por el pasado", pero
aseguró que una nación no puede fundarse en la venganza, sino en "nuestra humanidad común, en la
tolerancia". Elevado a la categoría de uno de los personajes más carismáticos e influyentes del siglo XX,
su figura ha entrado en la historia como encarnación de la lucha por la libertad y la justicia y como
símbolo de toda una nación.
Algunos críticos señalan que el líder sudafricano no hizo lo suficiente para combatir problemas graves
como la criminalidad, los escándalos de corrupción en el CNA y el SIDA. El expresidente reconoció que
debió haber prestado más atención a la expansión de la enfermedad en su país e impulsó luego en
numerosas ocasiones iniciativas globales para combatir la epidemia. En un país donde todavía es tabú
hablar del SIDA, Mandela admitió que su hijo Makgatho había muerto en 2005 a causa del virus e instó
a los sudafricanos a hablar sobre la epidemia "para que comience a parecer una enfermedad normal".
Criticarlo se hace muy difícil ya que fue uno de los primeros políticos que será extrañado por sus dotes,
su calidad humana y por todas las frases que nos deja de legado, siendo un ejemplo por seguir para
todas las personas inmersas en la política como también para aquel que quiere ser un verdadero líder.
Mandela practicaba un cristianismo social, que lo hacía particularmente sensible a los sufrimientos
populares y a las virtudes de la tolerancia, la aceptación de la diferencia y el perdón (suficiente con decir
que no buscó vengarse de quienes lo encarcelaron por 27 años); así como a los valores de la igualdad,
la fraternidad, la repartición justa y equitativa de las riquezas y el compromiso con la felicidad social.
En el liderazgo democrático de Mandela podemos observar a un gran orador que supo reflejar en sus
discursos el sentir nacional y que entendió cuál era la forma idónea para dirigirse a una nación conflictiva
y dividida en dos, para permitir una futura reconciliación la cual no fue fácil de obtener, ya que a pesar
de haber estado 27 años encarcelado, nunca dejó de promulgar sus ideas y de formarse para la
gigantesca labor de poner fin al apartheid; en conjunto con esto jamás defraudó sus ideales ni abandonó
a sus compañeros de lucha, incluso cuando enfrentó, junto con ellos, juicios injustos y acusaciones que
eventualmente condujeron a su arresto y sentencia. Así es como podemos identificar tres características
significativas: Capacidad de persuasión, perseverancia y lealtad.
seguras de sí mismas y tienden a tomar decisiones independientemente”. Así motivó e inspiró a las
personas a su cargo estimulándolos intelectualmente, y de este modo promoviendo una visión de las
tareas asignadas como formas de aprender y centrándose más en la justicia distributiva.
Gandhi satisfizo las necesidades de sus seguidores, pero en vez de convertir esas necesidades en poder
personal las enfocó para conseguir un propósito mayor. “las personas que gustan de trabajar en
problemas difíciles son intelectualmente curiosos, gozan en las cuestiones y discusiones que hacen
pensar y gustar pensar nuevas ideas”. Gandhi solucionaba todos los problemas. Cuando los británicos
crearon el estanco de la sal, él les enseñó a sus seguidores a obtener la sal del mar. Cuando le obligaron
a comprar sólo telas británicas él les enseñó a tejer. Con sus actos de fabricar la sal y las telas por ellos
mismos (los hindúes) lo que Gandhi quería demostrar era que su pobre pueblo, sin las grandes máquinas
del industrialismo inglés si era capaz de autoabastecerse de lo más esencial.
Además de responsabilidad, sociabilidad, ascendencia y originalidad podemos encontrar vigor entre los
valores de liderazgo presentes en Gandhi. “caracteriza a personas que son vigorosas y energéticas, a
quienes gusta trabajar y moverse rápidamente, y que pueden lograr hacer más que la persona media”.
Demostró un vigor inmenso y al final sólo pudo ser abatido por una bala asesina.
Mahatma Gandhi decía, “Si tengo la creencia de que lo puedo hacer, seguramente adquiriré la capacidad
de hacerlo, aún si no la tenía al principio”. ¿Es esta una razón para creer que Gandhi era un líder nato?
Debemos reconocer que uno de los valores más preciados en el líder es su capacidad de enfrentar el
destino y sentirse con la capacidad de enfrentar los retos de la vida. En esto, Gandhi estaba más que
claro. Logró sin duda acercarse al arte de escuchar y transmitir los mensajes en forma clara, sin entropías
y entendibles para acusadores, acusados y jueces gracias a su práctica en las cortes de justicia de
Sudáfrica. De esta manera, él, sin haber estudiado teoría de la comunicación y a través de sus propias
habilidades pudo concentrarse en las ideas que transmitía.
Gandhi confesó muchas veces sus fracasos como líder. Todo buen líder debe reconocer sus errores y
fracasos para poder enmendarse. Él tenía claro esto y confesó: “Sin embargo, al colaborar en dicha tarea
(la Campaña de Desobediencia Civil) conocí amargas experiencias. Vi que no era tan fácil contar con la
ayuda de la colectividad para que cumpliera su deber como para reclamar sus derechos. En algunos
lugares se me insultó y en otro fui recibido con una cortés indiferencia” (Gandhi 1903). Así los mensajes
de Gandhi eran educativos, transmitían valores, intercambiaba información: sabía escuchar a sus
consejeros y seguidores; podríamos pensar que se basaron en las ideas nacidas de su intelecto como
también de las mismas recogidas entre los grupos a los cuales él lideró. La retroalimentación producía
en Gandhi una inferencia tal que le permitía efectuar una línea de mensaje coherente de causa-efecto.
De esta manera, el liderazgo de Gandhi constituye todo un proceso de comunicación, pero ¿Porqué es
tan importante la retroalimentación en el discurso de Gandhi? Porque de esta manera el líder podía
crear un mensaje claro y honesto a sus seguidores y también a sus detractores. Gracias a que Gandhi
realmente sabía escuchar es que logró establecer un férreo liderazgo político y todo esto, sin disparar
un tiro.