Alquimia Develada
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Alquimia
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Primer Peldaño: Putrefacción Las aguas son negras, simbolizadas con el Cuervo
Negro. En este primer escalón, el principiante sólo tiene el Mercurio Bruto.
Tercer Peldaño: Separación En este estadio del trabajo Alquimista, durante la conexión
o “Coito Químico”, el yoguin y la yoguina deben separar de tan sagrado acto el Azufre
venenoso, el fuego bestial del abominable Organo Kundartiguador y el Mercurio Seco,
los “yoes” o defectos psicológicos. Esto es lo que se llama Refinar el Sacramento del
Amor, separando “el humo de las llamas”, “lo sutil de lo espeso”.
Noveno Peldaño: Fermentación. En esta etapa, hay que esperar que fermente el
Compuesto, y para que fermente es necesario Morir en sí mismos, pues de lo contrario
no es posible quitarle a los Cuerpos el “Oxido Mercurial” –los “yoes”–. En lenguaje
alquimista, a este proceso se le denomina “Fermentación de la Levadura”.
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QUINTA ESENCIA:
MATERIA PRIMERA
SAL ------------------------------------- Estado comparable al Eter
Unica e Indestructible
de los Físicos.
Recordemos, finalmente, que todos los libros de Alquimia están escritos en clave, y el
que no conozca la clave de la magia Sexual, no puede entenderlos.
Ante todo, el Mercurio no es más que el “Alma Metálica del Esperma”, En Alquimia,
el Esperma es el “Azogue en bruto”. Se dice que con ese Esperma transmutado se
elabora el Mercurio, que es el “Alma Metálica del Esperma.
Tercero, el Mercurio más elevado: aquél que ha sido fecundado por el Azufre. En
Alquimia, ya está dicho, el Azufre es el Fuego Sagrado.
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Las diferentes denominaciones que recibe el Mercurio y otros aspectos del trabajo
gnóstico y alquimista.
“Para comprender los Misterios de la Gran Obra, se necesita recibir el Donum Dei, o
sea, el Don de Dios. Si uno no ha recibido el Don de Dios para poder entender la
ciencia de la Gran Obra, aunque la estudie no la entiende, porque resulta que ésta no
llega al intelecto, llega a la Conciencia. Toda la ciencia de la Gran Obra va a la
Conciencia, pertenece a los funcionalismos de la Conciencia”
El “Disolvente”, también llamado Alkaest, viene a ser el “Ens Seminis” fecundado por
el “Ens Virtutis” del Fuego.
El Mercurio Filosofal es aquel que ha recibido el Azufre, y por tal motivo se le llama
“Mercurio Azufrado”. Otros términos que el aspirante debe conocer, son los
siguientes:
Oro Potable: “Oro que se puede beber”, u “Oro Líquido” es el Mercurio Azufrado. El
Ora Potable”, en sí mismo, es el Kundalini.
Mineral Negro: Otro de los tantos nombres que recibe el primer tipo de Mercurio.
Nuestro Acero: Título con el que los Alquimistas designan al Mercurio, para esconder
la clave regia de los profanos y profanadores, y para demostrar que allí está la fuerza y
el poder.
Magnesio: Unión del Azufre con el Mercurio, síntesis maravillosa con la cual se
elabora un preparado que disuelve al “Mercurio Seco”, a los agregados psíquicos que
constituyen el Ego.
Amalgama Filosofal: Fecundación que el azufre realiza sobre el Mercurio, cada vez
que entramos a trabajar en el laboratorium oratorium.
El Sicomoro: Son las fuerzas sexuales que debemos transmutar en nuestro laboratorio
Alquimista.
Así, cuando nuestro organismo ha retenido el Ens Seminis, se dice que “hubo
Concepción”; cuando los “jugos sexuales” son asimilados por nuestro organismo,
después de habernos retirado de la hembra, decimos que hay Inbibición. Después el
Fermento se coagula en nuestro organismo –o imperfecto cuerpo– y entonces decimos
que “hay Concepción”. Luego viene el nacimiento de nuestro Rey –el Cristo Intimo– y
viene la Alimentación: El Rey-Sol se alimenta con su propia “Leche”, que es el mismo
Esperma Sagrado que lo engendró. Cuando más alimentado esté, tanto mejor, porque
entonces el Niño crecerá rápidamente y se fortificará y robustecerá en forma total.
Crisol donde ella muere para resucitar después ya purificada, (véase “La Doctrina
Secreta de Anawak”).
Baño: Sinónimo de “Ablución”. Los “Baños” alegóricos del Rey y de la Reina, no son
otra cosa que un llamado a la Transmutación. Antiguamente se decía que “el total de
los Baños que deberían darse el Rey y la Reina, sumaban la cantidad de 282” (2+8+2=
12, o lo que es lo mismo: las Doce Llaves de Basilio Valentín, los Doce Trabajos de
Hércules, las Doce Esferas Planetarias, etc.).
Boda Real: Unión del principio masculino –el Sol– con el principio femenino –la
Luna–. “Pero cuando casamos el Rey con la Reina, con un fuego suave y no dañoso,
ella concibe a un hijo excelente y sobrenatural”. “Alquimista y Soror Mística, darán
entonces origen al Andrógino Original –llamado el Infante Real–, que posee las
características de ambos”.
Aristóteles dice, en “Luz de Luces”, que “el Mercurio debe ser cocido en un triple
recipiente de vidrio muy duro.”
El recipiente debe ser redondo, con un pequeño cuello, este “recipiente” es el miembro
viril. Dentro de nuestros órganos sexuales está el semen, que es la materia prima de la
Gran Obra.
Los Alquimistas señalan que “nuestro vaso debe ser colocado en otra vasija cerrada tan
herméticamente cerrada como la primera.”
Virgen Negra: –Virgini Partiturae–, la Virgen que debe ser convertida en Madre.
El Cristo: Principio que no puede, en modo alguno, ser antropomorfizado, sino que
debe ser siempre considerado como “prototipo psicológico de perfección”.
Del Azufre y del Mercurio podemos decir, en fin, que los encontramos unidos en la
materia prima, y que la función del Artista será, precisamente, separarlos para obtener
el Azufre, que será el objetivo de la Primera Obra; luego, repetirá la operación para
preparar el Mercurio, que será el término de la Segunda Obra, a fin de poder unirlos
nuevamente (al Mercurio y al Azufre), durante la Tercera Obra, obteniendo así, o
resultando de ello el Hermafrodita, el “Rebis”, o “cosa doble”, cuya cocción final
conducirá a la Piedra Filosofal. Recordemos que “la única finalidad de la naturaleza, es
convertir los minerales en oro”.
Reincrudar: Es volver a darle fuerza a los metales trabajados. Este trabajo se hace con
el Mercurio, y debe entenderse en el sentido de volver a la “Novena Esfera”. Tal es el
caso de algunos Maestros auto-realizados, que necesitan volver a consumir el “Maná
del Desierto” para mantener sus Cuerpos Solares en forma.
Régimen: Los Alquimistas dicen que “la buena marcha de la Obra depende
exclusivamente del Régimen del Fuego”. Refiriéndose a ésto, algunos Alquimistas
consideran conveniente utilizar lo siguiente: “comenzar la Obra en Invierno, es decir,
con fuego lento; luego reforzarla en Verano, o sea, aumentar el Fuego, y recoger los
frutos en Otoño, esto es, conquistar la Maestría más tarde”. Dicho en otra forma: “es
bueno disolver en Invierno –trabajando lentamente al comienzo, para ver el color–,
cocer en Primavera –doblando el Fuego para fecundar el Mercurio–, y coagular el
Fuego en Verano” a fin de fijar el Oro cuando la mezcla de Mercurio y Azufre esté
debidamente refinada.
Rueda: Representa los pasos que se van dando en el trabajo alquimista. El trabajo de la
Gran Obra, es claro que hace girar la rueda muchas veces.
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Thot: Es la Mente-Cristo.
Cabe señalar que, según la tradición, la “Tabla Esmeralda” habría sido grabada con una
punta de diamante y sobre una lámina de esmeralda, de donde deviene su nombre.
¿Qué nos dice Fulcanelli, el extraordinario autor de “Las moradas Filosofales” y “El
misterio de las Catedrales”? Dice: “La naturaleza no abre indistintamente a todos la
puerta del Santuario. La ciencia misteriosa requiere mucha precisión, exactitud y
perspicacia en la observación de los hechos; un espíritu sano, lógico y ponderado; una
imaginación viva, sin exaltación; un corazón ardiente y puro. Exige, además, una gran
sencillez y una indiferencia absoluta frente a teorías, sistemas e hipótesis. Por el
Ejercicio constante de las facultades de observación y razonamiento –objetivo–, por la
meditación del neófito subirá los peldaños que conducen al Saber. La imitación
ingenua de los procesos naturales, la habilidad conjugada con el ingenio, las luces de
una larga experiencia, le asegurarán el Poder. Pudiendo realizar, necesitará todavía
paciencia, constancia, voluntad inquebrantable. Audaz y resuelto, la certeza y la
confianza nacidas de una fe robusta, le permitirán a todo Atreverse. Por último, cuando
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el éxito haya consagrado tantos años de labor, cuando sus deseos o anhelos se hayan
cumplido, el Sabio –despreciando las vanidades del mundo– se aproximará a los
humildes, a los desheredados, a todos los que trabajan, sufren, luchan, desesperan y
lloran aquí abajo.
Desde otro ángulo, el Libro Abierto es el Libro de la Ley, de la Justicia. Justicia, León,
Balanza y Espada, se encuentran asociadas íntimamente. La Justicia, dentro de
nosotros, es una parte auto-consciente del Ser. La Justicia dentro de nosotros, debe
auto-realizarse íntimamente.
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Las Dos Llaves de Pedro: Pedro tiene las Llaves del reino, una de Oro y otra de Plata.
Esas dos llaves –cruzadas– son el Azufre y el Mercurio de los Sabios. El Azufre es el
fuego sexual; el Mercurio es el Alma Metálica del Esperma sagrado. El Azufre debe
fecundar al Mercurio de los Sabios; antes de iniciarse el ascenso del Mercurio
Azufrado por el canal medular espinal.
El Azufre y el Mercurio abren las puertas de las distintas regiones del Universo. El
Azufre y el Mercurio, aunque opuestos, se concilian mediante la Sal sublimada. El
Azufre y el Mercurio son los padres de la Piedra Filosofal.
Pedro, dentro de cada uno de nosotros, es esa parte de nuestro ser que se entiende con
los Misterios del Sexo.
La Fuerza Fuerte de toda Fuerza: “Fuerte” es el que se hace fuerte en la Magia Sexual.
Quien jamás ha trabajado en la “Forja de los Cíclopes”, es espantosamente débil. La
energía sexual es la “Fuerza Fuerte de toda Fuerza”.
La Verdad, pues, brota del Averno, sale del monstruo de la Tierra. Todo Tesoro se
encuentra metido entre las entrañas de la Tierra, y el “Vellocino de Oro” no es una
excepción.
RESUMEN
Como ven ustedes, estoy dando la clave, lisa y llana, pero en un lenguaje decente,
porque el instruir uno a los estudiantes y al hablar de los Misterios del Sexo, debe
hacerlo con modestia y en forma vívida, jamás en estilo vulgar, porque eso sería muy
grave: desdeciría mucho de nosotros, las gentes se escandalizarían y se formarían
erróneos conceptos sobre nuestras enseñanzas. Obviamente, el deseo refrenado
transmutará completamente el Esperma Sagrado en energía creadora.
Bien, es conveniente que ustedes sepan que la energía sexual de la cual se habla tanto hoy día
en Fisiología, en Psicología, en Psicoanálisis, etc., es el mismísimo Mercurio de los
Alquimistas Medievales. Esa energía creadora, transmutada, es el mismo Mercurio de los
sabios.”
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Más recientemente, la Alquimia fue tomada de Egipto; la trajeron a Europa los árabes y
fue aceptada por muchísimos monjes medievales, por eminentes Maestros, etc.
Mediante la Alquimia, aprende uno a fabricar el Mercurio de los Sabios, con el que se
puede nacer por segunda vez y aniquilar el “yo” de la psicología experimental. El
Alquimista es un Iniciado que trabaja en su propio laboratorio interior para realizar el
“Magnus Opus” o “Gran Obra”.
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