Charla Emociones

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Las emociones visten cada aspecto de nuestras vidas y de nuestra cotidianidad.

Saber
controlarlas, gestionarlas y utilizarlas a través del fomento de la inteligencia emocional nos
permitirá, sin duda, afrontar nuestro día a día de un modo más eficiente.
Emoción, pensamiento y acción son los tres pilares que hilan cada instante de nuestro ser. De
ahí la importancia de ahondar en ese tipo de conocimiento para afrontar determinadas situaciones,
para desenvolvernos en nuestra sociedad de un modo eficiente. Entonces ¿no es pues imprescindible
que los más pequeños se inicien también en el aprendizaje de la inteligencia emocional?

Un ejemplo, pensemos en esos niños con una capacidad deficiente para aceptar la frustración,
e incluso para obedecer una negativa, niños que no respetan a sus iguales y que el día de mañana
están condenados a una realidad donde la infelicidad va a ser ese leitmotiv con el que van a tener
que vivir, al ser incapaces de comprender a los demás.
El conocimiento, la comprensión y el control de las emociones son básicos para que
nuestros hijos se desenvuelvan adecuadamente en sociedad.
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Te sugerimos estos principios para que los introduzcas en el interesante campo de la


inteligencia emocional. Principios que les ayudarán a desarrollarse como personas y a integrarse.

1. Inteligencia emocional para controlar su ira

Hasta los 18 meses los niños necesitan básicamente el afecto y el cuidado de sus padres, todo ello
les aporta la seguridad suficiente para adaptarse en su medio, para explorar y dominar sus miedos.
Pero hemos de tener en cuenta que a partir de los 6 meses van a empezar a desarrollar la rabia,
de ahí la importancia de saber canalizar sus reacciones y corregir cualquier mala acción.
Hay bebés que pueden golpear a sus padres o hermanos, gritar enfurecidos cuando no se les ofrece
algo… acciones que a los progenitores les puede hacer gracia, pero que son necesarias limitar desde
su nacimiento. Sobre todo, hay que acompañarlas de mensajes que les inviten al razonamiento
y al control de eso que están sintiendo.

2. Enseñar a reconocer las emociones básicas


A partir de los dos años es recomendable iniciar a los niños en el campo del reconocimiento de
las emociones, ya que es cuando ellos empiezan a interactuar con los adultos y otros niños de modo
más abierto.
Podemos realizar varios ejercicios con ellos, como introducirlos en el conocimiento de
las emociones básicas: alegría, tristeza, miedo y rabia.
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¿Cómo hacerlo? Mediante fotografías de rostros, dibujos, preguntándoles qué les pasa, si están
tristes o por qué creen ellos que el otro lo está… Este es un modo perfecto para que aprendan a
reconocer sus emociones poco a poco y también las de los demás, y sobre todo, comenzar a
desarrollar la habilidad de la empatía.

3. Nombrar las emociones


A partir de los 5 años sería perfecto que los niños supieran ya dar nombre a las emociones de
modo habitual: “estoy enfadado porque no me has llevado al parque”, “estoy contento porque
mañana nos vamos de excursión”, “tengo miedo de que cierres la luz porque me dejas solo.”

4. Enseñar a afrontar las emociones con ejemplos


Es habitual que los niños en ocasiones se vean superados por las emociones, como las rabietas que
les hacen gritar o golpear cosas. Es necesario que nosotros no reforcemos esas situaciones, una vez
haya terminado la rabieta podemos enseñarles, por ejemplo, que antes de gritar o pegar es
mejor expresar en voz alta qué les molesta. Que aprendan a expresar sus sentimientos desde bien
pequeños.

5. Desarrollar su empatía
Para desarrollar una dimensión tan importante como esta es necesario razonar con ellos
continuamente mediante diferentes preguntas: ¿Cómo crees que se siente el abuelo tras lo que
le has dicho? ¿Por qué crees que está llorando tu hermana? ¿Crees que papá está hoy contento?”

6. Desarrollar su comunicación
Hablar con los niños, hacerles preguntas, razonar, jugar, poner ejemplos… es algo imprescindible
en su educación. Debemos favorecer continuamente el que puedan expresarse, poner en voz alta
su opinión y sus sentimientos, que aprendan a dialogar.

7. Enseñar la escucha activa


Imprescindible. Desde muy pequeños deben saber guardar silencio mientras los demás hablan,
pero no solo eso, debe ser una escucha activa. De ahí que sea recomendable hablarles despacio,
frente a frente y terminando las frases con un “¿has entendido?”, “¿estás de acuerdo con lo que he
dicho?”
JUEGO:

Detective de emociones: Lo primordial para trabajar las emociones es identificarlas, por eso, busca
diferentes personas en una revista, internet o cuentos que tenga tu hijo y que le gustan y juntos tratar
de adivinar qué estado emocional tienen esos personajes en una situación concreta. Una vez que
todos han acertado, cada uno deberá proponer las causas que le han llevado a sentirse así, no vale
repetir. El que sea el menos original, deberá hablar de cómo le ayudaría a sentirse mejor.
Vía: Kamilsfeelings
¿Qué os parece imprimir unas caritas para que los peques dibujen las expresiones y hablen sobre las
emociones? Pueden escribir el nombre de la emoción y qué se siente. Por ejemplo, dibujar una cara
triste, escribir tristeza y las sensaciones: ganar de llorar, faltas de ganas de jugar… e incluso qué
cosas los ponen tristes a ellos.
En el enlace bajo la imagen, encontraréis imágenes de niños y niñas para descargar e imprimir gratis

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