Inhibidores Irreversibles
Inhibidores Irreversibles
Inhibidores Irreversibles
FARMACIA Y BIOQUIMICA
INHIBIDORES IRREVERSIBLES
Los inhibidores enzimáticos pueden ser encontrados en la naturaleza, pero también son
diseñados y producidos como parte de la farmacología y la bioquímica. Los venenos
naturales son a menudo inhibidores enzimáticos que han evolucionado para defender a una
planta o animal contra sus depredadores. Estas toxinas naturales incluyen algunos de los
compuestos más venenosos conocidos hasta hoy.
Quimioterapia
Control metabólico
Los inhibidores enzimáticos son también importantes a nivel del control metabólico.
Muchas de las rutas metabólicas que tienen lugar en la célula son inhibidas por metabolitos
que controlan la actividad enzimática mediante procesos de regulación alostérica o
inhibición por sustrato. A modo de ejemplo cabe destacar la regulación alostérica de la
glucólisis. Esta ruta catabólica consume glucosa y produce ATP, NADH y piruvato. Una de
las etapas clave en la regulación de la glucólisis es la reacción catalizada por la
fosfofructoquinasa-1 (PFK1). Cuando los niveles de ATP aumentan, el ATP se une a un sitio
alostérico de la PFK1, con lo que se reduce la actividad de la enzima, la glucolisis se inhibe y
los niveles de ATP se reducen de nuevo. Este control por retroalimentación negativa
(feedback negativo) ayuda a mantener los niveles de ATP constantes en la célula. Sin
embargo, las rutas metabólicas no están únicamente reguladas por medio de la inhibición,
la activación enzimática es igualmente importante. La enzima PFK1 presenta activadores
alostéricos, como son la fructosa 2,6-bifosfato y el ADP. La inhibición enzimática fisiológica
también puede ser producida por inhibidores proteicos específicos. Este mecanismo se
puede observar en el páncreas, donde se sintetizan multitud de precursores de enzimas
digestivas denominadas zimógenos. Muchos de ellos son activados por la tripsina, una
proteasa, por lo que es muy importante inhibir la actividad de la tripsina en el páncreas con
el fin de prevenir fenómenos de autodigestión. Uno de los mecanismos para mantener la
tripsina inactiva es la producción de un potente y específico inhibidor de tripsina en el
páncreas. Este inhibidor se une con una alta afinidad a la tripsina, previniendo así su
actividad. Aunque el inhibidor de tripsina es una proteína, no es hidrolizado por la propia
tripsina, ya que elimina las moléculas de agua de su centro activo y desestabiliza el estado
de transición. Otros ejemplos de inhibidores enzimáticos fisiológicos son el inhibidor
barstar, cuya función es inhibir la actividad de una ribonucleasa bacteriana denominada
barnasa, y los inhibidores de las protein-fosfatasas.
Inhibidores de la acetilcolinesterasa
La acetilcolinesterasa (AChE) es una enzima que se encuentra en los animales, desde los
insectos hasta los humanos. Es esencial en la actividad que desempeñan las neuronas, ya
que su función consiste en la ruptura del neurotransmisor acetilcolina en sus
constituyentes, acetato y colina. Es un caso único entre los neurotransmisores, ya que la
mayoría de ellos, como la serotonina, la dopamina o la noradrenalina, son reabsorbidos en
la brecha sináptica. Existe un amplio número de inhibidores de la AChE que son utilizados
tanto en el campo de la medicina como en el campo de la agricultura. Algunos de estos
inhibidores son reversibles, como el edrofonio, la fisostigmina, y la neostigmina, los cuales
son utilizados en el tratamiento de la miastenia gravis y en la aplicación de anestesia. Los
pesticidas del tipo carbamato son otro ejemplo de inhibidores reversibles de la AChE. Como
ejemplo de inhibidores irreversibles de la AChE caben destacar los insecticidas
organofosforados, como el malathion, el paratión y el clorpirifós.
UNIVERSIDAD NACIONAL “SAN LUIS GONZAGA DE ICA”
FARMACIA Y BIOQUIMICA
Venenos naturales
Tanto algunos animales como algunas plantas son capaces de sintetizar una amplia gama
de sustancias venenosas de diverso origen: metabolitos secundarios, péptidos y proteínas,
que pueden actuar como inhibidores enzimáticos. Las toxinas naturales suelen ser
pequeñas moléculas orgánicas con tanta diversidad que probablemente existan inhibidores
para la mayoría de los procesos metabólicos. Dicha inhibición puede producirse a diferentes
niveles en la célula: inhibición de receptores de membrana, de canales iónicos o de
proteínas estructurales. Por ejemplo, el paclitaxel (taxol), una molécula orgánica obtenida
del tejo (Taxus), se une con una elevada afinidad a los dímeros de tubulina, impidiendo así
el proceso de polimerización de los microtúbulos, crucial, entre otras cosas, en la división
celular. Muchos de estos venenos naturales actúan como neurotoxinas capaces de causar
parálisis que pueden llevar a la muerte, pudiendo ser utilizados como estrategia defensiva
frente a los depredadores o como sistema de caza en la captura de presas. Algunos de estos
inhibidores naturales, a pesar de sus características tóxicas, son muy valorados por sus
potenciales usos terapéuticos cuando son administrados en dosis adecuadas. Como
ejemplo de neurotoxina cabe destacar los glicoalcaloides, obtenidos a partir de las plantas
pertenecientes a la familia Solanaceae (entre las que se incluyen la patata, el tomate y la
berenjena), que son inhibidores de la acetilcolinesterasa. La inhibición de esta enzima causa
un aumento descontrolado de los niveles del neurotransmisor acetilcolina, lo que conlleva
parálisis muscular y muerte. La neurotoxicidad también puede ser el resultado de la
inhibición de receptores, como en el caso de la atropina, obtenida a partir de la especie
Atropa belladonna, que funciona como un antagonista competitivo de los receptores
muscarínicos de acetilcolina. Aunque muchas de las toxinas naturales son metabolitos
secundarios, algunas son péptidos o proteínas. Como ejemplo cabe destacar a la toxina
peptídica alfa-amanitina, encontrada en los hongos de la especie Amanita phalloides, que
es un potente inhibidor enzimático capaz de impedir la actividad de la ARN polimerasa II en
la transcripción del ADN, Otra toxina peptídica es la microcistina, encontrada en ciertas
algas y capaz de inhibir ciertas protein-fosfatasas. Esta toxina puede contaminar las reservas
de agua si las algas que la producen alcanzan determinados niveles de concentración. Se ha
demostrado su alto potencial carcinogénico y su capacidad de causar hemorragia hepática
aguda y muerte tras una exposición a altas dosis. Las proteínas también pueden llegar a ser
venenos naturales, como es el caso del inhibidor de tripsina (discutido anteriormente)
encontrado en algunas legumbres.