Resumen de Cantos de LA ILIADA
Resumen de Cantos de LA ILIADA
Resumen de Cantos de LA ILIADA
CANTO I
Luego de 9 años de guerra entre aqueos y troyanos, cae la peste sobre el campamento de los griegos en Troya. El adivino
Calcante, consultado sobre ello, vaticina que la peste no cesará hasta que Criseida, esclava de Agamenón, sea devuelta a su
padre Crises.
La cólera de Aquiles se origina por la afrenta que le inflige Agamenón, quien al ceder a Criseida, arrebata a Aquiles su
parte del botín de una de las batallas anteriores, la joven sacerdotisa Briseida. Esto constituye un atentado contra la arethé
de Aquiles. Al ir contra la arethé de Aquiles, Agamenón pierde su propia arethé.
Aquiles sólo depondrá su cólera hacia los últimos cantos, cuando matan a su amigo Patroclo y luego cuando Príamo (padre
de Héctor-Troyanos) lo persuade para devolverle el cadáver de Héctor.
Al haberse producido todo esto Aquiles se retira de la batalla, y asegura que sólo volverá a ella cuando el fuego troyano
alcance sus propias naves. Le pide a su madre Tetis, que convenza a Zeus para que ayude a los troyanos (bando opuesto!!).
Este acepta, ya que Tetis lo había ayudado cuando sus hermanos divinos se le rebelaron. Sin embargo, Hera (esposa de
Zeus) se pone celosa, quiere averiguar qué están tramando. Hefesto (hijo de Hera), interviene en esta discusión y le dice a
su madre que se calme.
Atenea le aconseja a Aquiles que no mate a Agamenón, que se calme y espere que vuelvan a buscarlo ofreciéndole más
regalos. Aquiles dice que no va a luchar en la batalla.
Por otro lado, Ulises (Odiseo), restituye a Criseida a su padre Crises, quien entonces pide a Apolo que termine con la peste.
EPÍTETOS
Hera, la de largos brazos
Hefesto, el ilustre artífice
Criseida, la de bellas mejillas
Repeticiones: el momento de embarcar las víctimas de la hecatombe y a Criseida para que cese la peste, elegir a los remeros,
Ulises como capitán del navío. Se repite dos veces, aunque no de manera idéntica.
Canto VI
Aparece la batalla como tema estandarizado. “arrojábanse unos a otros lanzas de bronce”
Descripciones detalladas pero económicas de las sucesivas muertes, de quién mata a quién y cómo lo hacen.
Pseudo arrepentimiento de Menelao en la batalla ante Adrasto que trata de persuadirlo para que no lo mate, ofreciéndole un
rescate. Sin embargo, su hermano Agamenón interviene y lo convence de matarlo. Lo mata.
Consejos y aliento de Néstor (anciano?) a los argivos (griegos) para seguir matando.
Ante el empuje de los aqueos, Heleno, también hijo de Príamo y adivino- hermano mellizo de Casandra (también adivina,
ambos dotados de este don por Apolo), insta a su hermano Héctor (Heleno subraya entonces la astucia de Aquiles, parido
por una deidad, así como sus grandes dotes de guerrero) a que regrese a Troya para encargar a las mujeres troyanas que
realicen ofrendas en el templo de Atenea, ya que están perdiendo la batalla. Palas no la escuchará.
Mientras en la batalla Diomedes y el licio Glauco reconocen sus lazos de hospitalidad, “eres tú para mí un huésped paterno”
y se intercambian las armas amistosamente.
Héctor, tras realizar el encargo de su hermano Héleno, va en busca de Paris (Alejandro) para increparle para que regrese a
la batalla. Lo culpa diciéndole que la batalla se desató por su causa (rapto de Helena). Helena le dice a Héctor que Paris es
un cobarde (en otras palabras), y que merece lo que está sucediendo (premonición)
Hector se despide de su esposa Andrómaca y de su pequeño hijo (Escamandrio o Astianacte). Conmovedora secuencia.
Héctor antepone su coraje como guerrero y defensor de su pueblo ante el amor familiar por el que Andrómaca le ruega que
se quede. Al bebé le asusta el aspecto de Héctor su padre.
EPÍTETOS
Hector del casco brillante
Artemis la de riendas áureas
Andromaca la de níveos brazos.
Repetición: el ritual de ofrenda a Palas Atenea: primero Heleno le describe a Héctor cómo debe ser la ofrenda “doce
terneras que ignoren el yugo- le prometa ofrendarle en el templo- si es que ella socorre- la ciudad, las mujeres y los tiernos
niños troyanos…” y luego cuando Héctor le comunica a Hécuba cómo deben hacer el sacrificio, la descripción se repite
casi literal. Cuando Hécuba va al templo de Atenea, le repite exactamente lo mismo.
CANTO IX
Los troyanos montan guardia y los aqueos tienen mucho miedo.
Agamenón está sufriendo mucho por el engaño que le perpetró Zeus (lo hizo soñar que Troya caería, pero esto no sucede-
recordar la maldición del linaje de Agamenón). Se convoca a asamblea, Agamenón dice que deberán volver a su patria, que
ya no podrán destruir Troya.
Todos se quedan callados pero Diomedes habla y le dice a Agamenón que no sea imprudente, que sus caballeros no son tan
cobardes como Agamenón piensan, y que seguirán en batalla.
La cuestión de la edad como sinónimo de sabiduría El anciano Néstor le dice a Agamenón que convoque a un banquete
para escuchar y acatar el consejo del más sabio que allí hable.
En este banquete, Néstor le marca a Agamenón el error que cometió al robarse a Briseida de las manos de Aquiles, le dice
que fue un soberbio por despreciar “a un valiente varón al que estiman las deidades”
Agamenón le dice que es cierto todo lo que dice, y comenta todo lo que le ofrecerá a Aquiles para aplacar su cólera
(ciudades, mujeres, esclavas, su propia hija, etc) y que dejen de morir aqueos.
Néstor elige a los hombres de la embajada (Fénix, Áyax, Ulises y dos heraldos). Aquiles, que se encuentra con su amigo
Patroclo, los recibe con gratitud.
Arman otro banquete en el cual dan a Aquiles disculpas por parte de Agamenón (ofreciéndole regalos, la devolución de
Briseida y a cualquiera de sus hijas como esposa). Discurso de Ulises y le suplican que regrese a la lucha, pero éste se
niega a pesar del consejo del anciano Fénix (Fenix es para Aquiles su padre adoptivo). Aquiles se niega a colaborar e incluso
se ofende más. Le dice a Fénix que se quede con él.
Habla Áyax también. Acusa a Aquiles de soberbio y dice que deberán irse, que por ese camino no avanzarán.
Diomedes dice “no deberíamos haber ido a suplicarle”.
EPITETO Diomedes el de grito potente.
Repetición: todos los premios y regalos que Agamenón habrá de hacerle a Aquiles si depone su cólera: primero el listado
que hace Agamenón, luego cuando Ulises lo trata de persuadir a Aquiles se los menciona tal cual en el mismo orden.
CANTO X
Ni Agamenón ni Menelao pegan un ojo. Menelao se siente mal dado que la guerra se habría desatado por su causa (ya que
Helena era su esposa).
Agamenón y Néstor comentan que Menelao es medio quedado, que no actúa mucho y siempre espera la orden de
Agamenón.
Todos van saliendo en la noche a despertarse unos a otros en búsqueda de un nuevo consejo para los aqueos.
Una vez reunidos, deciden que algunos deben ir como espías al campamento troyano para ver qué está pasando. Diomedes
se ofrece y elige que Ulises lo acompañe.
Estos van, y escuchan a la garza enviada por Palas Atenea. Ulises le dedica una oración (Ulises es uno de los favoritos de
atenea). Diomedes también le dedica oración.
Paralelamente, en el campamento troyano se decidía exactamente lo mismo: una misión de espionaje nocturna. Dolón se
ofrece como el espía troyano. Lo encuentran por sorpresa Ulises y Diomedes, y luego de sacarle mucha información sobre
el campamento troyano, lo matan (la descripción de su asesinato es muy detallada pero económica). Comienzan a atacar
todo el campamento troyano, matan muchos hombres y se roban los caballos.
Libaciones en honor a Atenea.
REPETICIONES: en la secuencia en que se van despertando unos a otros se repite la situación en la que se van levantando:
“encontráronlo frente a su tienda, ya armado”, otros durmiendo alrededor, las lanzas ya armadas. UN TEMA
ESTANDARIZADO. “Se echó a los hombros la piel de un león rojo y grande, que cayó hasta sus pies, y empuñó con la
diestra la lanza, y se fue a despertar a los otros, y él se fue con ellos”
CANTO XVI
Patroclo le dice a Aquiles que está siendo muy cruel y rencoroso, que todos están muriendo en la batalla y él está muy
tranquilo. Le pide si puede calzarse sus armas haciéndose pasar por él para ser temido y luchar.
Por su parte Héctor incendia las naves aqueas. Ayax, que estaba defendiendo las naves, es también atacado.
Patroclo y los mirmidones se preparan para la batalla. Salen en cincuenta navíos, Aquiles nombra 5 jefes que comandarán
estas naves (Menestio, Eudoro, Pisandro, Fénix, Alcimedonte)
Cuando se marchan, Aquiles le ruega a Zeus alejar de las naves la guerra y la lucha. Y también le ruega por la vida de
Patroclo. Zeus escucha pero sólo obedece al primer ruego.
Patroclo mata a Sarpedón, hijo de Zeus. Zeus ve esta secuencia. Hera persuade a Zeus de que es mejor no oponerse al
destino que le espera a su hijo Sarpedón.
Sarpedón alienta a Glauco y una vez que muere en manos de Patroclo, Glauco, herido, le ruega a Apolo que calme su dolor.
Apolo escucha y obedece.
Patroclo ultraja el cadáver de sarpedón. Se da un combate en torno al cadáver de éste.
Zeus le pide a Apolo que vaya a proteger el cuerpo de Sarpedón. Este obedece.
Mientras tanto Patroclo, incumpliendo el mandato de Aquiles, sigue luchando y matando troyanos. Apolo se le aparece y
le dice que deje de luchar. También se le aparece a Héctor transfigurado en un joven tío de él, y le dice que no debe
abandonar la batalla. Que no se retire y que dé muerte a Patroclo.
Patroclo es asesinado por Héctor y recupera el cuerpo de Sarpedón.
En su lecho de muerte, Patroclo le vaticina a Héctor que pronto morirá en manos de Aquiles.
REPETICION el proceso de vestido de Patroclo, cómo se va calzando las armas. Como una enumeración, lista. “en las
piernas primero se puso las grebas hermosas- en segundo lugar a su pecho ajustó la coraza…”. Sólo deja la pesada lanza,
potente y robusta, que ningún aqueo podía manejarla, sólo Aquiles. Se subraya el hecho de que sólo Aquiles puede manejar
su espada. Él tiene algo especial.
EPITETO
Aquiles el amado de Zeus.
El de arnés labrado, Menestio
ESTANDARIZACION cómo se van matando en la batalla unos a otros “con la lanza aguzada en el muslo lo hirió y
penetró el bronce profundamente”, “en el pecho hirió, donde el broquel lo dejaba indefenso, y quebró así sus miembros”
CANTO XIX
Aquiles llora sobre el cadáver de su amigo Patroclo. Tetis le dice que reciba las armas forjadas por Hefesto. Tetis se encarga
de que el cuerpo de Patroclo no se descomponga. También le aconseja a Aquiles que ya deponga su ira y se disponga para
el combate.
Aquiles en asamblea le dice a Agamenón que ya ha aplacado su cólera. Al hablar Agamenón, dice que no siente culpa, ya
que lo que sucedió fue en realidad culpa de Zeus. Ulises también interviene, alegre por la situación. Insta a Agamenón a
que muestre ante la asamblea todos los regalos para Aquiles y que haga juramento de no haberse acostado nunca con
Briseida. Además dice que deben comer para estar fuertes para el combate.
Sin embargo, Aquiles está muy furioso contra los troyanos, por lo que dice que dejen todo esto para otro momento. Pero
Ulises, prudente, da la orden de que deben comer y beber antes de volver al combate.
Agamenón jura entonces que no tocó a Briseida. Le dan todas las ofrendas a Aquiles.
Al aparecer Briseida, ésta, al ver el cadáver de Patroclo, llora lamentándose ya que eran muy buenos amigos.
También Aquiles llora porque extraña a su amigo. Zeus ve esto y siente lástima. Le dice a Atenea que le preste atención a
Aquiles, que no está comiendo ni bebiendo. Entonces ella baja “y en el pecho de éste vierte un poco de néctar y de deliciosa
ambrosía para que el hambre no hiciera que sus rodillas flaquearan.”
Secuencia de Aquiles vistiéndose con el escudo hecho por Hefesto.
REPETICION/ESTANDARIZACION lo primero de todo se puso en sus piernas las grebas- con sus broches de plata
muy bellos y bien ajustados – cuando se hubo calzado, a su pecho ciñó la coraza- se echó al hombro la espada de bronce
con clavos de plata (…)”
“Probó Aquiles divino si a él se ajustaban las armas y, llevándolas puestas, movió fácilmente los miembros” él puede,
pero no cualquiera.
El caballo de Aquiles, a quien Hera le da voz humana, le predice la muerte.
EPITETOS
Tetis, la diosa de los pies de plata
Hera, la de brazos nevados
CANTO XXII
Aquiles le reprocha a Apolo haber ayudado a los otros guerreros.
Héctor aguarda en la puerta de Troya. Príamo (su padre) le ruega que entre a la ciudad, porque si no, Aquiles lo matará.
También Hécuba (madre) le ruega mostrándole su pecho desnudo, que tenga piedad y memoria por ese seno que lo alimentó.
Héctor vacila, pero finalmente se entrega a lo que los dioses le tienen predestinado.
Aparece Aquiles ante Héctor. Éste huye pero Aquiles sale tras él a gran velocidad. Esta secuencia se describe con una
metáfora de un gavilán que persigue a la apocada paloma.
Zeus ve la persecución y siente gran pena por Héctor, insta a los dioses a tomar una decisión sobre qué hacer con Héctor.
Atenea le dice que no siga insistiendo ya con salvar a Héctor, dado que su futuro está predestinado y morirá. Atenea
interviene en la batalla: por un lado, le habla a Aquiles diciéndole que Héctor ya caerá y se lo llevarán a las naves aqueas.
Por otro lado, se transfigura en Deífobo, hermano de Héctor y le dice que se detengan para luchar contra Aquiles, es decir,
lo engaña.
Una vez frente a frente. Héctor le dice a Aquiles que si lo mata, entregará su cuerpo a los dánaos y le pide que él haga lo
correspondiente. Sin embargo, Aquiles le dice que no es posible hacer un pacto así.
Empiezan a pelear y Palas Atenea interviene, quitándole la lanza a Héctor sin que éste se de cuenta. Al ver que Deifobo ya
no estaba a su lado, Héctor se da cuenta del engaño de Atenea.
En su lecho de muerte, Héctor le ruega que no ultrajen su cadáver, que tenga el digno sepulcro para descansar en paz, pero
Aquiles le dice que no sucederá. Héctor le vaticina su muerte en manos de Paris (que clavará una flecha en su talón, luego
del final de la Iliada).
Aquiles ata el cadáver de Héctor a su carro y se lo lleva a las naves aqueas.
Pena en Troya: su padre y su madre desconsolados. Príamo señala cuántos males le ha causado Aquiles. Le ha matado a
casi todos sus hijos.
Andrómaca escucha los sollozos desde su hogar y teme escuchar lo que ha sucedido. Al salir, ve cómo el cadáver está
siendo arrastrado y llevado a las naves contrarias. Gran dramatismo en esta escena.
CANTO XXIV
Aquiles llora por Patroclo. Sale en la noche a atar nuevamente el cadáver de Héctor al carro y lo arrastra.
Apolo se apiada de Héctor, cubre su cadáver con la égida de oro para cuidar su piel.
Asamblea de dioses: todos los dioses le tienen piedad a Héctor, excepto Hera, Posidón y Atenea, que odian Troya.
Zeus le pide a Tetis que regañe a Aquiles por lo que ha hecho y que ceda el cadáver. Tetis obedece.
Asimismo, Zeus manda a la diosa Iris a hablar con Príamo para redimir a su hijo y que le lleve dones a Aquiles, a cambio
del cadáver de Héctor.
Príamo deberá ir solo, únicamente lo acompañará Argifontes (= Hermes), que lo dejará cerca de Aquiles.
Hécuba se opone a que Príamo vaya a ver a Aquiles.
Príamo prepara las ofrendas (múltiplos de 12 en honor a los dioses del Olimpo) para Aquiles. Mientras tanto, echa de su
casa a todos los hombres que allí se encontraban llorando por Héctor. Despotrica contra sus propios hijos que quedaron
vivos, les dice que son unos inútiles, ladrones, etc.
Zeus le dice a Hermes que acompañe a Príamo a las naves aqueas, de modo que nadie se entere que él ha llegado ni nadie
lo vea hasta que hable con Aquiles. Entonces Hermes le dice a Príamo que el cadáver de Héctor está intacto ya que ha sido
cuidado por los dioses, a pesar de que han pasado doce Auroras. Éste se alegra.
Al llegar, Hermes adormece a los guardias aqueos y le abre la puerta a Príamo. Llegan a la tienda de Aquiles. Príamo le
besa las manos, le abraza las rodillas. Le suplica en nombre de su propio padre.
Aquiles llora entonces por su amigo Patroclo, Príamo llora al mismo tiempo por su hijo. Entonces Aquiles cede a devolverle
el cadáver de su hijo y hasta le pregunta cuántos días necesita para honrar el cadáver (12 días).
Al regresar Príamo a Troya, la primera en verlo llegar es Casandra. Llama a todos lxs teucros a ver la llegada de Héctor.
Andrómaca le habla al cuerpo y le reprocha por el triste futuro que les espera a ella y a su hijo. Luego le habla Hécuba y
luego Helena (su cuñada).
Helena es odiada por todos, ya que es la fuente de los males, de la guerra que se desató por su culpa. Héctor era su único
amigo (parecido a la relación entre Patroclo y Briseida).
Se celebran los funerales de Héctor.