FIORINI Teoria y Tecnica de Psicoterapias-Páginas-4-13,78-93,132-153 PDF
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INTRODUCCIÓN:
EL CAMPO DE LAS PSICOTERAPIAS
Y ALGUNAS DE SUS DIRECCIONES
DE DESARROLLO
9
hablar en ese nivel de las técnicas) todo interés en las técnicas
obedecería seguramente a fines espurios. Se trata en cambio de
estudiar las técnicas en cuanto campo de una práctica que, cuidado
samente investigada, revisada, conceptualizada, remite inevitable
mente a una teoría. En esta orientación, un salto teórico importante
se opera en el nivel de las técnicas cuando se pasa de las comunica
ciones categorizadas según la teoría de cada escuela, al intento de
describir las intervenciones concretas del terapeuta mediante un
lenguaje no comprometido con aquellas superestructuras teóricas.
Este pasaje conduce a trabajar en un nivel más alto de teoría.
Muchos de los temas que se abordan en este volumen han surgido
de la enseñanza del Dr. Mauricio Goldenberg y de la práctica clínica
realizada con su dirección en el Servicio de Psicopatología del Policlí
nico Gregorio Araoz Alfaro, de Lanús, Provincia de Buenos Aires.
Han sido objeto de discusión en grupos de médicos, psiquiatras,
psicólogos, asistentes sociales, psicopedagogos, terapistas ocupacio
nales, que han constituido grupos de trabajo, principalmente hospi
talario, centrados en la elaboración teórico-técnica del amplio campo
de las psicoterapias. De su trabajo crítico han surgido valiosos
aportes; gran parte de nuestros desarrollos han fraguado a la luz de
ese incesante diálogo grupal. Desde 1978 fundamos el Centro
de Estudios en Psicoterapias, institución de asistencia y formación de
posgrado, en cuyos equipos de trabajo también hemos discutido y
profundizado las líneas de investigación trazadas para el campo de
las Psicoterapias Psicoanalíticas. Desde 1986 hasta el presente
hemos fundado y conducido la Cátedra de "Clínica Psicológica y
Psicoterapias" en la Facultad de Psicología de la Universidad de
Buenos Aires. En sus aulas hemos tratado sistemáticamente los
temas centrales de este campo de estudios, con 50 docentes, 300
graduados y 15.000 alumnos del último año de la Carrera de Psico
logía. En la institución Ágora de Montevideo, en Esip de Porto Alegre,
y especialmente en Acippia de Madrid hemos sostenido años de
trabajo clínico, ateneos y jornadas de elaboración teórica.
Al terminar un ciclo de tareas, los miembros de uno de estos grupos
de discusión1 evaluaron sus resultados, llegando a conclusiones que
reflejan, creo, ciertos alcances de nuestro enfoque teórico-técnico del
campo. Fueron algunas de esas conclusiones: "Pude entender mejor
al paciente-persona como ser social, con un interjuego dialéctico de lo
interno y de lo externo, y esa comprensión me dio instrumentos para
trabajar con él de otra manera." "Se me abrió un camino más amplio:
10
relacionarme con el paciente o con el grupo en forma global, vinculan
do sus problemas con todos los aspectos de su mundo circundante,
distinguir en él fantasía de realidad y estudiar esa relación." "Frente
H un ser humano complejo vi que no hay una cosa para hacer sino
muchas." "Empecé a pensar más libremente desde una perspectiva
humana y desde mí." "Me sentí más libre como terapeuta, vi que es
útil preguntar, que no está prohibido reír a veces-, y que no siempre
hay que interpretar." "La comprensión de un enfoque situacional me
nclaró cómo entra la ideología." "Me quité el fantasma de la distan'cia
terapéutica y perdí el miedo a errar la interpretación." "Me aproximé
11 un psicodiagnóstico que dé una visión más concreta del paciente."
l1
para un vasto movimiento de transformaciones teóricas. Debemos
asumir que la creatividad potencial del campo desborda hasta el
momento a las elaboraciones capaces de efectuar su rescate con
ceptual.
12
rne engañen, recortando elementos efectivamente "reales" de esa
persona puestos en estado de cosas, no articulados, ignorando la
1'8tructura de la experiencia, su organización en base a las tendencias
que en esa persona presionan hacia alguna totalización de sí misma,
11n cuyo seno los dinamismos grupales (familiar, laboral, cultural),
11us campos prospectivos reales e imaginarios, sus prácticas ideológi- ·
13
proclive a intentar con ella abarcar el mundo. Y es conocido qu
monocultivo y subdesarrollo van juntos.
l '1
7. Las psicoterapias de más antiguo arraigo, las más difundidas y
11Kludiadas son, sin duda, las verbales, esto es, las que concentran sus
11l<pectativas de cambio en el poder modificador, revelador de la
p11labra.
Se ha señalado como problema el desgaste de las palabras con el
11110 (o el mal uso) del lenguaje psicoterapéutico (3). Se ha hablado de
11110 hay palabras (como "persecución", "dependencia", "castración",
11ngar" "una parte de uno, o del otro") que cada vez dicen menos, que
11 menudo se usan, como decía Bion, para no pensar. Que nos colocan,
111mo lo denunciaba Artaud, frente al "desconcertante desamparo de
111 lengua en sus relaciones con el pensamiento" cuando "ni una sola
111• nuestras palabras vive en nuestra boca más que separada del
'11•!0".
1°:1 enfrentamiento de esta problemática del lenguaje es otra de las
tllrt cciones importantes para el desarrollo de nuestro campo. En ella
&111·ge todo el problema del lenguaje en sus relaciones con el cuerpo y
11111 la acción. Y se abre entonces a la investigación la cuestión de las
I"' 1bilidades de un lenguaje activo, vivo, en el marco de una interac-
111111 corporal·restringida, y en el contexto más amplio de un estilo de
11t11 de paciente y terapeuta, signado por las restricciones represivas
1111 In acción. La tradición terapéutica ha asentado en la premisa de
111111ctuar para poder pensar, quedarnos quietos para poder concen-
11 •íl nos. La ideología de estas premisas o sus derivados ha sido
1h111l acada. ¿Aquella propuesta con lo que tiene de verdad parcial no
t11111ido a la vez la adaptación inadvertida a un contexto de inmovili
tlnd general? Lo cierto es que una nueva línea de experiencias
r. 111pnles, psicodramáticas, de trabajo corporal, su convergencia en
111 lnboratorios de interacción social, han venido también a cuestio-
1\111 nquellas premisas sobre las cuales surgen los problemas del
tf1•t orioro de la palabra. En estas experiencias lo que se constata es la
I'"'º h i lidad de invertir en parte la premisa, subrayando la necesidad
f1,. 11ctuar, de comprometer también el cuerpo para poder sentir
fH11111nr-verbalizar con una intensidad y veracidad nuevas. Estas
� p11riencias facilitan un acceso pleno a ese nivel de sensibilización y
1ul 11cto consigo mismo y con los otros donde el lenguaje vivo,
ft''' wnal, afectivo, a menudo poético, es emergente natural de lo
l\'itlo. Estos nuevos contextos de experimentación grupal abren
11l1i111ás al aprendizaje de nuevos lenguajes, plásticos, corporales,
t1111111áticos, que una cultura represiva mantiene relegados a la época
llfl lnH añorados juegos infantiles.
1 lt•Hde luego, no se puede suponer que baste con sentir el propio
111•1 ¡>0 o la piel del otro, con intimar y expresarse más libremente
111110 metas. Además, hay que poder abrirse a palabras verdaderas,
15
a palabras-vivas que habitan el mundo personal y lo hacen habitar po
la cultura, y abrirse además a un proceso de enfrentamiento consig
mismo y con la cultura a través de ese encuentro con las palabras
Papel singular, decisivo, del lenguaje verbal, en la experienci
terapéutica.
Esta dirección de desarrollo en psicoterapia apunta a recupera
todas aquellas condiciones en las cuales se haga posible a la palabr
el encuentro de su máxima plenitud. Problema terapéutico que h
sido desde siempre problema de poetas: encontrar palabras qu
logren ser acción más que contemplación, que más vale abra
enigmas en lugar de resolverlos, que vuelvan "cuerpo vivo lo qu
está prisionero en las palabras". Desde esta tarea se entiende e
consejo de Laing a los nuevos terapeutas: leer y escribir poesía com
actividad formativa esencial. Una coherencia con esa poesía leída
escrita exige además vivirla, dentro y fuera de sesión.
16
Esta problemática se ha hecho decisiva en momentos de discutir
1priamente programas de salud mental en Chile. La misma viene
1rnida al hecho de que las técnicas se han forjado en las metrópolis
t 11lonizadoras y han sido aplicadas sin respetar condiciones de regio-
17
especialización, se han desarrollado aportes de enfoques vinculares,
sistémicos,cognitivistas, bioenergéticos, lingüísticos, así como reno
vados aportes de la investigación psicoanalítica. Todos estos enfo
ques han mostrado perspectivas de una creciente complejidad para
nuestros abordajes clínicos. Hacerse cargo de esta complejidad se
convierte en otra de las direcciones principales del trabajo teórico y
de las prácticas que configuran este campo.
Los problemas sociales desplegados con la era del capitalismo
global introducen nuevos impactos para la salud mental de indivi
duos, grupos y comunidades. La desocupación y la inestabilidad en
las condiciones de trabajo nos introducen en el estudio de nuevas
situaciones críticas y traumáticas. Las problemáticas del poder
globalizador, sus modos de constitución y sus efectos, obligan a
nuevas investigaciones sobre las condiciones que hacen a los trastor
nos y a las tareas capaces de promover salud mental. Se trata de
comprender el entramado de factores sociales, económicos,jurídicos,
políticos y culturales que hacen a la constitución de la subjetividad en
las sociedades actuales. El campo de las psicoterapias debe abrirse
actualmente a estos desafíos.
Referencias bibliográficas
18
Capítulo 6
EL CONCEPTO DE FOCO
85
adaptativas.1 Sólo en pacientes con marcada debilidad yoica puede
encontrarse espontáneamente un relato disperso, ramificado. Empí
ricamente la focalización parece expresar necesidades de delimitar la
búsqueda de modo de concentrar en ella atención, percepción, memo
ria, todo un conjunto de funciones yoicas; tal concentración puede ser
condición de eficacia para el ejercicio de estas funciones.
Dinámicamente la focalización está guiada por la dominancia de
una motivación que jerarquiza tareas en función de resolver ciertos
problemas vividos como prioritarios. En situaciones de crisis, por
ejemplo, el motivo de consulta condensa síntomas, cierta conflictiva
central ligada a los síntomas, obstáculos creados para la resolución de
la situación. Por esta capacidad de condensación, el motivo de
consulta se transforma a menudo en el eje motivacional organizador
de la tarea, y en consecuencia facilitador de la misma. A la vez el
trabajo sobre el motivo de consulta es reforzador de la alianza
terapéutica. Alexander destacaba particularmente su importancia:
86
l. La estructura del foco
87
como estratos funcionales enraizados en la situación, actualizados
y totalizados por ésta.
Con este enfoque es posible deslindar una zona de componentes de
la situación que podemos caracterizar como aspectos caracterológicos
del paciente( dinamismos intrapersonales activados en esta situación
específica, modalidades defensivas personales selectivamente movi
lizadas por la situación -no es posible ensayar una u otra de varias
defensas, hay que ver cuáles de ellas hace el grupo viables-, etapas
no resueltas del desarrollo infantil, actualizadas por la estructura de
la situación). En Ernesto su dependencia materna, no resuelta sino
trasladada a su pareja, exacerbada con la pérdida y la vuelta a la
convivencia con su madre; sus conflictos de intensa ambivalencia
frente a la dependencia (complementarios con la ambivalencia de su
mujer y su madre frente a esa dependencia); además, sus conflictos
por el choque entre su dependencia (con sus consecuencias: agresión,
separación, angustia, depresión) y sus necesidades adultas (de auto
nomía, maduración y eficacia en sus rendimientos). Se localizan en
esta zona sus defensas movilizadas: disociaciones, proyecciones,
ataques al objeto que abandona, idealizaciones. En Andrea se regis
tra en este aspecto también una fuerte dependencia materna,
generadora de ambivalencia, tanto frente a su viaje como frente a la.
posibilidad de quedarse a estudiar en Buenos Aires. Experimenta
·culpa de dejar a su madre y gran miedo a quedar desprotegida. S
ponen enjuego en ella defensas fóbicas (evitaciones principalmente,
búsqueda de objetos acompañantes) y maníacas (reacciones contra·
fóbicas, negación de su dependencia e idealización de sus recursos
fuera del país). También en esta zoha de determinantes caracteroló
gicos es posible incluir otras funciones yoicas adaptativas. En An
drea, más visibles que en Ernesto, la capacidad de planificación, el
armado de cierto proyecto de salida de su dependencia, a través del
desarrollo profesional. Andrea actúa mediante defensas más primi·
tivas, pero las contrarresta con otras funciones adaptativas poten·
cialmente eficientes. Ernesto presenta un debilitamiento marcado de
sus funciones yoicas, apenas mantenidas en la esfera del trabajo.
Es posible asimismo reconocer en la situación aspeCtos histórico
genéticos individuales y grupales reactivados. La agresión de la
madre de Ernesto ha estado siempre centrada en sus fracasos, la
distancia prescindente de su padre hizo que esos juicios fueran los
únicos que aspiraran a objetivar a Ernesto una imagen de sí mismo.
La esposa encarnó luego y mantiene una actitud similar desvalori
zante que tiñe el clima de la situación para el paciente. Lo que sejuega
no es sólo la separación sino el fracaso, una vez más. En Andrea sigue
88
presente, en el centro de la situación, una antigua relación simbiótica
con su madre, en la que ésta jugó el rol de objeto acompañante, y es
ese rol el que ambas tienen que romper en esta situación. Juega
también como figura de identificación precaria, la presencia del
padre fallecido hace años, como exigencia de un rendimiento profe
Rional brillante que justifique esa separación, agregado como ele-
mento fobígeno. ,
Otra zona integrante de la situación comprende el momento
evolutivo individual y grupal, las tareas que se desprenden de -.,...
necesidades propias de ese momento evolutivo y la prospectiva global I
que comporta esa etapa. Gran parte de la conflictiva agudizada en la
situación deriva no solamente de la reactivación de conflictos infan
tiles, sino del choque entre las limitaciones dadas por la persistencia
de esos conflictos y las necesidades propias de la etapa evolutiva
nbierta que urgen una satisfacción. Urgencias a la vez subjetivas
(autoestima) y objetivas (presiones sociales para la maduración y la
eficiencia). I!�rnesto tiene que enfrentar sus dificultades de pareja
(con esta o con otra pareja), las exigencias de la paternidad, y de su
trabajo profesional, necesidades de estudio y de sociabilidad que
cuanto más precariamente se enfrentan más distante hacen la
posibilidad de recuperación. De modo semejante, Andrea y su madre
tienen que separarse, ella tiene que crecer, la situación de infancia y
adolescencia no es prorrogable, y sin crecimiento y resolución de esa
simbiosis se interfieren otros rendimientos, eróticos, sociales y voca
cionales. Para la madre, el viaje de Andrea, el casamiento de su hijo
menor y sus problemas de sal:ud configuran una etapa crítica, que
agrega obstáculos para la resolución de la situación.
Esta serie de componentes de la situación tiene que ser puesta en
relación, además, con un conjunto de determinaciones concurrentes,
que originalmente podemos localizar en una zona de determinantes
del contexto social más amplio. Un conjunto de condiciones económi
cas, laborales, culturales, ideológicas que intervienen de muchas
maneras en la situación.
Para Ernesto no es lo mismo vivir este conflicto de pareja en
condiciones de trabajo seguro y de alivio económico, que correr el
riesgo por su depresión de perder sus ingresos. Una cultura tradicio
nal para la cual ese divorcio es un fracaso y nunca un éxito, como es
la que ha prevalecido en su familia y en él mismo desde siempre, es
concurrente de peso, como lo es toda la ideología del orgullo mascu
lino frente a la presencia del tercero� Estos componentes refuerzan la
angustia y traban las posibilidades de elaborar esa separación. Para
Andrea la situación de desocupación profesional y las condiciones
difíciles de especialización en nuestro medio refuerzan su ambivalen-
89
cia frente a la posibilidad de quedarse aquí y su miedo al fracaso
afuera que la obligue a regresar. Su falta de contacto ideológico
político con esta situación hace que todas las posibilidades sean
medidas desde una óptica estrictamente individual que agrega otra
dimensión de aislamiento a sus ansiedades de destete. Toda la
ideología de los cuidados que la hija debe retribuir a la madre y la
oculta responsabilidad del sistema social por el desamparo de una
persona sola se incrustan en el centro mismo de la situación de
Andrea para movilizar culpas de difícil elaboración.
90
FOCO
SITUACIÓN ACTUAL
ESTRUCTURADA
alrededor de un eje
----
/ '
" ....
/ MOTIVO de\
f CONSULTA \
1 y 1
1CONFLICTO /
\ NUCLEAR /
..... ...._ _ _ ,,. '
· 91
mas teóricos, recursos técnicos que integran su arsenal terapéutico,
disponibilidad de personal y espacios, estilos de supervisión: este
conjunto de factores influye en decisiones sobre tiempo, objetivos y
técnica que son a su vez reguladores del foco.
Este conjunto de factores establece la amplitud general que habrá
de darse al trabajo sobre el foco.
c) En cada momento del proceso no obstante, la focalización
adquirirá una amplitud particular. La focalización o diafragmado, y
sus reguladores, se representan en el esquema siguiente:
1'$
oV>-
V:-1'º�
- TE-
S- pp,.CIEN
N'fE
-
-
oNE
-
GRUPO
-
co}i\P iones
Condic
- -
_ - -
de vid a
n
Motiv ació
ptitu de s
A
92
ella: produce asociaciones guiadas por la nueva dirección impresa a
la tarea, amplía elementos recortados por el terapeuta.
4) Nuevas intervenciones del terapeuta tomarán ya elementos
parciales componentes de la situación, a los fines de ahondar en ellos,
ya articulaciones del conjunto, en un doble movimiento analítico
sintético, que Sartre ha caracterizado como momentos regresivo y
progresivo del análisis de la situación. Este último apunta al encuen
tro de una totalización singular, a realizar "la unidad transversal de
todas las estructuras heterogéneas". El movimiento de diafragmado
entonces se acompaña de un retorno a la totalización, en una
alternancia constante desde las perspectivas entre figura y fondo.
Un movimiento donde se trabaja a la vez sobre los detalles y sobre el
conjunto. Un método que Sartre encuentra en Marx: "Si subordina los
hechos anecdóticos a la totalidad (de un movimiento, de una actitud),
quiere descubrir ésta a través de aquellos. Dicho de otra manera, a cada
hecho, además de su significado particular, le da una función revelado
ra; ya que el principio que dirige la investigación es buscar el conjunto
sintético; cadahecho una vez establecido, se interroga y se descifra como
parte de un todo; y es sobre él, por medio del estudio de sus faltas o de
sus sobre-significados cómo se determina a título de hipótesis la
totalidad en el seno de la cual encontrará su verdad" (14).
3. El foco en la sesión
P 1: "Me noto muy violento: El otro día mi chico se peleaba con un amiguito
por unjuguete. Traté de que se dejaran de pelear, que cada uno se arreglara
con un chiche. No hubo caso, seguían haciendo escándalo. Entonces exploté,
me levanté, fui y rompí el juguete. Después pensé que era una barbaridad,
que podía haberlos parado de otro modo. Y me acordé que yo de chico
reaccionaba así con lo que no me salía: un día rompí un auto que tenía porque
no lo podía arreglar."
T 1: "Creo que convendria pensar, para entender algo de esta violencia suya,
cuál podria ser actualmente el arreglo que nQ le sale."
93
llevan a tolerar mal eljuego de los niños, irritación frente a la situación
triangular (dos chicos peleando por un juguete), tendencia a destruir lo
que frustra, que llevaría a explorar conductas similares de su parte que
pueden haber influido en el deterioro de su pareja. La intervención del
terapeuta selecciona un elemento que introduce en la situación actual,
en la que puede jugar un rol dominante dentro de la estructura, dado
que arreglo-con-la-mujer podría reconfigurar la situación. Se organiza
entonces el material a partir de un eje central de la situación (arreglo
que no sale, ambivalencia frente a la mujer que no le "obedece su orden
de arreglo") de donde se desprende la irritación frente a la desobedien
cia de los niños, agravada por la presencia de una relación triangular
con eljuguete, que a su vez remitiría a la agresión con la mujer que está
entre dos hombres, porque el daño es inferido al juguete.
La sesión registra en conjunto esta evolución temática: en la fase
inici al se esclarece el sentido de su violencia frente a la frustración del
arreglo con su mujer y a la presencia del tercero.
Luego surge toda la dependencia con su madre y con su mujer y
esto es referido (nuevas intervenciones focalizadoras del terapeuta)
al papel que esa dependencia d.ebiójugar en el deterioro de la pareja
y en las dificultades actuales para un acercamiento. Más adelante
comenta un sueño en el que se hacen visibles su dependencia oral y
su ambivalencia frente a la mujer (madre-esposa combinadas) y esto
es referido al momento actual en que no puede recuperar a su mujer
ni imaginar otra pareja. Finalmente, a través de una serie de
episodios del fin de semana en los que tuvo que ocuparse de una prima
y de su hijo, surgen los problemas de la paternidad, que son vincula
dos con su dependencia oral insatisfecha que lo llevan a buscar un
retraimiento narcisista, tratando de mimarse él.
La situación es abordada en esta sesión por zonas de interacción
(mujer, madre, prima, hijo) en cuyos episodios surgen aspectos
caracterológicos del paciente que son constantemente incluidos en la
estructura de la situación actual, cuyo eje reside en el acercamiento
frustro y los conflictos que generan ambivalencia frente a la mujer.
94
T 16: "Creo que la preocupación está puesta en que de seguir comiendo se
arruinaría la buena impresión que quiere producir físicamente a su
llegada. Porque hay una seguridad que usted basa en el agrado físico que
logre producir." .
P 17 (Ríe.): "¡Pero ésta es mi arma secreta, por si las otras fallan! No le había
contado: a un lugar que me interesa mandé una foto mía con una pinta bárbara;
a otros una foto cualquiera. Mi madre siempre le dio muchísima importancia
a la impresión fisica que daba, al arreglo, siempre lo usó para caer bien. A mí,
el exhibicionismo de ella me daba rabia, pero parece que yo también lo uso."
95
psicoterapia breve. (Esta es una de las razones por las que coincido con
Kesselman (9) en que "la antinomia breve-largo es un punto de partida
poco conveniente para dilucidar el problema de la psicoterapia".)
96
totalización concreta (Marx, Politzer, Sartre), el ser humano real
desparece. En este caso las más elaboradas hipótesis psicodinámicas,
las más sutiles descripciones comunicacionales, no pueden superar el
nivel de la abstracción y cosificación de lo humano.
En un trabajo sobre la primera entrevista psicoanalítica, Maud
Mannoni (12) emplea el concepto de "situación" para caracterizar el
problema motivo de consulta. Interesada en destacar la óptica psicoa
nalítica de la situación, en salvaguardar las dimensiones psicoanalíti
cas de la misma, restringe la mirada. Los elementos que toma en
cuenta, necesarios sin duda en todo diagnóstico, resultan en cambio
insuficientes para abarcar el conjunto de series y articulaciones cuya
estructura y sentidos es necesario comprender en la perspectiva más
amplia del abordaje psicoterapéutico. En nuestra aproximación "situa
ción" incluye un conjunto más vasto, heterogéneo, de series y sus
articulaciones. Apunta a efectuar una construcción teórica en la direc
ción de lo que puede llamarse, con Deleuze (7), teoría del sentido en el
acontecimiento.
97
Thoma y Kachele entienden por Foco un punto nodal temático
producido en la interacción del trabajo terapéutico, que resulta de la
propuesta del paciente y de la cap acidad de comprensión del analista.
Sostienen también que "la sucesión de focos es el resultado de un
proceso de intercambio inconsciente entre las necesidades del pa
ciente y las posibilidades del analista. Algunos procesos no se ponen
realmente en movimiento hasta que ambos participantes logran
establecer ese entrecruzamiento interaccional en la reelaboración de
los temas focales. Del mismo modo, un cambio de analista conduce
como regla general a experiencias bastante distintas y nuevas."
A veces se ha pensado que una intervención focalizadora del
analista podría introducir cierta rigidez de perspectivas, cierto recor
te que traduzca limitadamente la experiencia interna del paciente.
Sobre este punto merece destacarse otra consideración de Bernardi
en su artículo:
98
la información obtenida según el punto de vista preponderante en
cada caso (el focalizar)". El foco aparece como "un centro de gravedad
temático", como un campo problemático central del paciente, campo
a trabajar como variaciones de un tema básico.
99
focalizadoras, abordajes de crisis, criterios temporales en estas mo
dalidades técnicas.
Referencias bibliográficas
Península, 1870.
6. Defey, D., Elizalde, J. H., Rivera, J., Psicoterapia Focal. Intervenciones
psicoanalíticas de objetivos y tiempo definidos, Montevideo, Roca Viva,
1995.
7. Deleuze, Gilles, Lógica del sentido, Barcelona, Ba1Tal, 1971.
8. Fiorini, H., Defey, D., Elizalde, J .H., Menéndez, P., Rivera, J., Rodríguez,
A. M., Focalización y Psicoanálisis, Montevideo, Roca Viva. 1992.
9. Keselman, Hernán, Psicoterapia breve, Buenos Aires, Kargieman, 1970.
10. Luborsky, L., Principles of Psychoanalytic Psychotherapy, New York,
Basic Books, 1984.
11.Malan, Héctor, A Study of Brief Psychotherapy, Springfield-111inois, C.
Thomas, 1963.
12. Mannoni, Maud, La primera entrevista con el psicoanalista, Buenos
Aires, Granica, 1973.
13. Orlinsky, D. E., Howard, K. J., "The generic model of psychotherapy",
Journal of Integrative and Eclectic Psychotherapy. 6: 6-27, 1987.
14.Sartre, Jean-Paul, "Cuestiones de método", en Crítica de la razón dialéc
tica, tomo 1, Buenos Aires, Losada, 1963.
15. Sifneos, P., Short-term psychotherapy and emotional crisis, Massachus
setts, Harvard Univ. Press, 1972.
16. Slaikeu, K., Intervención en crisis, México, El Manual Moderno, 1984.
17. Strupp, H. H., Binder, J., Psychotherapy in a new key. A guide to time
limited dynamic psychotherapy, New York, Basic Books, 1984.
18. Sifneos, P., Psicoterapia breve con provocación de angustia, Buenos
Aires, Amorrortu, 1993 .
19. Small, Leonard, Psicoterapias breves, Buenos Aires, Granica, 1972.
20. Thoma, H., Kachele, H., Teoría y Práctica del Psicoanálisis, Barcelona,
Herder, 1989.
100
Capítulo 10
TIPOS DE INTERVENCIÓN VERBAL
DEL TERAPEUTA
141
6) Señalar relaciones entre datos, secuencias, constelaciones sig
nificativas, capacidades manifiestas y latentes del paciente.
/] Interpretar el significado de las conductas, motivaciones y
finalidades latentes, en particular las conflictivas.
8) Sugerir actitudes determinadas, cambios a título de ensayo.
9 ) Indicar específicamente la realización de ciertas conductas con
carácter de prescripción (intervenciones directivas).
10) Encuadrar la tarea.
11) Meta-intervenciones: comentar o aclarar el significado de
haber puesto en juego cualquiera de las intervenciones anteriores.
12) Otras intervenciones (saludar, anunciar interrupciones, va
riaciones ocasionales de los horarios, etc.).2
l. Interrogar
142
una manera de indagar en la perspectiva que el paciente se hace de
su situación: cada respuesta a las preguntas del terapeuta contiene
elementos (de contenido y forma) reveladores de una cosmovisión
personal, completamente singular, de la situación.
Estas influencias del preguntar en psicoterapias merecen ser
subrayadas para una cultura profesional como la nuestra, influida
marcadamente por la práctica técnica del psicoanálisis, ya que en
esta última no siempre pedir detalles de las situaciones reales a las
que se alude en sesión resulta tan decisivo, dado que a menudo se
intenta construir un modelo de fantasía inconsciente vincular latente
n partir de los contenidos manifiestos del relato. En este caso, para
abstraer el vínculo objetal contenido en el relato, muchos detalles
pueden ser tomados como agregados no relevantes de lo manifiesto.
l�n psicoterapias, por el contrario, es necesario trabajar mucho más
1-1obre las situaciones de realidad del paciente, indagar la complejidad
psicológica de las mismas, engarzada precisamente en muchos deta
l les y matices reales de la situación. Un ejemplo: si en psicoanálisis
un paciente comienza hablando en sesión de las peleas que tiene con
Pl padre por el negocio que tienen en común, que el padre tiende a
manejar autoritariamente, es probable que estos elementos alcancen
para empezar a pensar en la problemática de la dependencia en la
transferencia. En psicoterapia dinámica, por ejemplo, importará
averiguar muchos datos de realidad. ¿Cómo fue que se asociaron, de
quién fue la iniciativa, hubo acuerdos previos sobre la conducción de
la empresa en común, qué perspectivas tiene el paciente de su futuro
Pconómico, la actividad encaja con sus intereses vocacionales, cómo
ve su esposa esta sociedad, etc.? Cada uno de estos detalles aportará
elementos para enriquecer hipótesis que aspiren a dar cuenta de una
1-1ituación (mundo interno-mundo interpersonal en sus interjuegos)
con sus complejos y variados matices.
T: "Qué valor había tenido para usted que ella lo llamara antes de viajar?"
P: "Dudoso, porque me llamaba cuando ya no nos podíamos encontrar; me
gustó, ¿no?, de todas maneras."
T: "¿Cómo fue que le trasmitió usted su interés por ella?"
P: ''Yo le dije: 'Qué macana que ayer no me encontraste! Podíamos
habernos visto'."
T: "Para usted eso de ella, dicho así brevemente al salir, ¿no expresaba un
compromiso más profundo?"
P: "Claro, yo creo que para un compromiso mayor no se espera el momento
de despedirse por dos meses. A mí esas cosas me revientan."
T: "Según usted había comentado, ella en general no es de expresar su
143
interés por los demás, más vale espera que se interesen por ella. En ese caso.
¿el llamado de ella no tenía un valor especial?"
P: "Sí, si lo miro desde cómo es ella en general, era una bola bárbara, lo
que pasa es que a mí me gustan las cosas jugadas de una manera muy
distinta, nada de vueltas."
T: "¿Qué le dijo usted al despedirse, cómo dejó planteada la cosa?"
P: "Yo le dije: 'Mirá, me gustó que me hayas llamado, pero espero que 11
la vuelta no estés tan ocupada, ¿eh? Chau'."
- "Imagine por un momento este diálogo: contra lo que usted creía, él Sf'
decide a casarse, llega y le dice de golpe: 'Me decidí, ¡nos casamos a fin de año!'
¿Usted qué le contesta?"
- "Vamos a ver: viene su padre y le dice: 'No te voy a dar ahora el dinero
que te corresponde, lo necesito para un negocio urgente'. ¿Usted cómo
responderá para que él confirme una vez más que no tiene por qué pedirle•
permiso para usar su dinero?"
144
psicoterapia es esencial pasar de los datos iniciales de la experiencia
subjetiva al análisis minucioso· de las situaciones. Toda situación
suscita numerosos interrogantes. Tal vez algo importante para el
terapeuta sea comprender que no se trata de indagar para después
recién operar terapéuticamente, sino que la indagación misma con
tiene ya estímulos terapéuticos de particular jerarquía.
2. lnformar
145
.
3. Confirmar o rectificar
enunciados del paciente
146
la queja de muchos pacientes acerca de que la sesión sólo sirve para
mostrar sus defectos y errores. En estos casos, sumamente frecuen
les, creo que se asiste a una ligazón transferencial-contratransferen
cial muy particular: el paciente acosado por sus autoagresiones
superyoicas encuentra en el terapeuta intervenciones predominan
temente rectificadoras, acentuadoras de "lo enfermo", que encarnan
nl superyó proyectado, lo materializan. Con este rol contratransfe
rencial asumido se cierra una estructura de vínculo infantil depen
diente, tendiente a la inercia más que al crecimiento.
Rectificaciones
- "Usted destaca cómo estaba de hosco su marido que fue poco receptivo
para lo que usted quería trasmitirle; no incluye cómo estaba usted en esos
momentos, es decir, cómo se le acercaba, trasmitiendo qué, y además cómo
había estado usted antes, en el momento de salir."
- "Mire, no creo que solamente le diera miedo acercarse y de que la
relación amorosa fuera a salir no tan perfecta como la vez anterior; porque
había datos de que los dos seguían muy bien conectados. Creo que también
le daba miedo ir tan rápido, en tres días, a tanta entrega dei uno con el otro."
- "Usted parte de la base de que un logro, como es este ascenso, tiene que
ponerlo muy contento porque usted lo deseaba; esto es así, pero además ese
logro significa cambios, dejar lo que ya tenía como propio; indica también que
.. 1 tiempo pasa y que usted ya no es chico."
Confirmaciones
- ''Usted pensó después que algo de su conducta de ese día había influido
pnra que él se cerrara; y es muy probable, porque casi siempre las situaciones
de incomunicación en la pareja, sutilmente, se crean entre ambos. Me parece
1 mportante que usted haya podido detectar también el lado suyo del
problema, porque alertada sobre esta posibilidad tal vez pueda usted ir
observando más finamente cómo es que ambos se las 'arreglan' para crear
t•Hlos pozos de incomunicación."
- "Creo que usted captó también que le daba miedo seguir 'metiéndose'
l'llando le dijo que usted también tenía muchas ganas de verlo pronto, colgó
y sintió algo en el estómago y reparó en que estaba tensa. Creo que se va
nmociendo más en un miedo que usted no creía tener para las relaciones de
p11reja."
- "Sí, seguramente, además de ponerlo contento, este cambio influía en
t•Ha nostalgia que lo invadió ni bien le dieron la noticia. Estoy de acuerdo con
usted, hasta ganar una fortuna puede obligar a perder ciertas cosas y traer
1·on ello, paradojalmente, cierta tristeza."
147
mientos de omnipotencia, o a la inversa negación de la evidencia de
sus capacidades y refugio en las del terapeuta). El trabajo sobre tales
respuestas es por ello ocasión de elaboraciones inmediatas suma
mente productivas.
4. Clarificaciones
- "Entonces usted trabajaba confiado en que todo iba bien hasta que esta
persona le hizo una crítica, y allí usted empezó a dudar de todo lo que hizo,
y esta misma duda alteró su rendimiento de allí en adelante."
- "En todos esos días, durante el viaje, había un clima de paz; de pronto,
no sabe usted cómo, todo ese clima se rompió y volvió a haber desconfianzas
y reproches."
- "Usted habla ahora no sólo de un problema con los afectos en la pareja,
sino de una duda suya más general sobre lo que usted puede dar de sí
también en otros planos, con sus amigos, en el trabajo."
5. Recapitulaciones
148
quedado como un resentimiento enorme también con usted mismo. Después
aparece un modo suyo de estar alerta frente a cualquier intento de domina
ción de su esposa, algo que lo hace a usted muy susceptible. Y ahora esto de
que usted no se dedica a sí mismo, no se cuida, no se interesa por su ropa, ni
reclama el puesto que le corresponde, como si se tuviera rabia. Fíjese en estos
tres elementos que aparecen hoy porque debe haber entre ellos muchas
conexiones y abarcan su familia, su matrimonio, su arreglo y su trabajo."
Y en otro tratamiento:
"A usted le llevó la mayor parte del esfuerzo en el tratamiento hecho hasta
ahora, empezar a diferenciar quién era usted y quiénes eran su familia
(mamá, papá, hermano) y darse cuenta que no eran una sola persona ni un
cuerpo único. Recién ahora viene el trabajo de empezar a ver, a descubrir qué
puede hacer usted consigo misma, qué puede salir de usted que no venga de
ellos, y se encuentra perdida porque esta etapa recién empieza."
149
ego) y debilitamiento yoico en una etapa de cns1s, el método de
recapitulaciones continuas (al final de cada sesión y en períodos de tre1
o cuatro sesiones) fue estimado como altamente provechoso. Surgió a
propuesta del paciente porque notó que sólo a partir de esas recapitu
laciones podía pensar. Entiendo que estas intervenciones ofrecían un
soporte provisional en el cual apoyaban, para ejercitarse, sus recursos
yoicos (percepción, reflexión, descubrimiento de relaciones).
6. Señalamientos
150
En las respuestas del paciente a cada uno de estos señalamientos
1m revelan con gran nitidez su capacidad de insight (su cercanía o
distancia para con sus dinamismos psicológicos), sus recursos inte
lnctuales (aptitud para abstraer y establecer relaciones versus adhe-
11ión a un pensamiento concreto), el papel de los mecanismos
defensivos (inhibiciones, negaciones, racionalizaciones) y la situa
J'Íón transferencia! (cooperación, persecución, etc.). Cada señala-
111iento se transforma en un verdadero test global del momento que
11Lraviesa el paciente en el proceso terapéutico.
7. Interpretaciones
151
trasmitir esa humildad dada por la conciencia de sus limitaciones,
bien lo opuesto: el juego en un rol de autoridad que emite "verdades
a secas. En este último caso se está proponiendo y empleando tod
una concepción estática del conocimiento y estimulando una relació
terapéutica de dependencia infantil (adulto que sabe-chico que igno
ra) con lo cual la distorsión del proceso terapéutico es total. En un
psicoterapia es esencial que el conocimiento sea vivido como un
praxis, es decir como la tarea a realizar entre dos o más persona
concertadas en una relación de trabajo.
El carácter hipotético de la interpretación se pone de relieve
también en la construcción de su discurso. Formulaciones que desta
quen su carácter condicional ("es probable que ... ", "Habrá que ver
como una posibilidad, si . .. ", "Una idea, para buscar más datos y ve
si es así, sería que . . . ", "Una mirada posible sobre el problema consiste
en pensar que ... ") subrayan netamente aquel carácter. Su ausencia
tiende visiblemente a oscurecerlo.
Las interpretaciones en psicoterapia deben cubrir un amplio
espectro:
152
D) Rescatar capacidades del paciente negadas o no cultivadas.
lnrea. Fíjese todo lo que usted no sabía (no quería creer) que podía hacer
Molo."
153
8. Sugerencias
154
de algo que usted me había dicho en una sesión pasada. '¿Y qué pasaría si
cuando ella se pone violenta usted la frenara?' Y la paré . ¡y no pasó nada!"
..
9. Intervenciones directivas
155
necesidad y la experiencia de su utilidad la que nos llevó claramen
a revertir la perspectiva: es cuestionable el no uso de este tipo d
intervenciones en situaciones que claramente las requieren; ensegui
da discutiremos cómo caracterizar tales situaciones.)5
Antes conviene revisar de qué manera pueden comprenderse la1
influencias que ejercen las intervenciones directivas. Hay un nivel de
acción en el plano del acto en sí mismo referido en el contenido de la
intervención. Si el acto puede tener las consecuencias de una decisión
importante, la intervención puede jugar un rol preventivo, jerarqui•
zable no en términos de dinamismos (pensando muy selectivamente
en la transferencia se piensa fácilmente en "no hacer el juego a
exigencias regresivas'', por ejemplo) sino en términos de existencia.
Justamente el vicio de las suposiciones "psicoanalíticas" al uso en
psicoterapias de intervenciones directivas consiste en jerarquizar
ópticas parciales (dinamismos transferenciales, riesgos contratrans
ferenciales) por encima de una óptica centrada en la existencia. Esta
óptica en cambio tiene en cuenta y privilegia el plano de las experien
cias concretas y de las consecuencias concretas que se derivan de
estas experiencias: se valora, por ejemplo, que un divorcio precipita
do, sin condiciones para su mejor tolerancia, pueda ser diferido.
· Este plano de la existencia es importante pero no el único en juego
cuando son emitidas directivas. Otro es el de los aprendizajes. Es
posible pensar que lo que se produce o se evita en esa oportunidad deja
"un saldo interno", se incorpora como experiencia trasladable a otros
156
Jay Haley (3) ha ilustrado sobre el uso de un tipo particular de
Intervenciones directivas dirigidas a producir"maniobras comunica-
1•ionales" (por ejemplo, prescripción del síntoma, destinada a crear
11i tuaciones paradoj ales en el uso interpersonal del síntoma y la lucha
por el control de la relación paciente-terapeuta).
¿Qué situaciones hacen necesaria una intervención directiva del
lerapeuta? En especial todas aquellas en las que el paciente (y/o el
Krupo) se encuentren sin los necesarios recursos yoicos ( es decir, sin
los mecanismos adaptativos de fuerza y diversidad suficientes) para
manejar una situación traumática, siendo por lo común víctimas de
una ansiedad excesiva que tiende a ser en sí misma invalidante o
ugravante de las dificultades propias de la situación (situaciones de
rrisis súbitas en personas o grupos de moderado ajYste previo;
rambios evolutivos "normales"en personalidades o grupos de equili
brio lábil, con carencia o tendencia a la pérdida de autonomía; psicosis
11gudas; deterioros de origen diverso). En todos estos casos (ubicados
''º momentos de desorganización o fases regresivas de una evolu
ción), por cierto muy frecuentes en la práctica terapéutica, determi-
11adas intervenciones directivas están estrictamente indicadas, cons-
1 ituyen la intervención técnica de elección. ¿Hasta cuándo? Hasta el
preciso instante en que el paciente recupera o adquiere los recursos
yoicos necesarios para lograr autonomía y capacidad de elaboración
(momento de progresión) en cuyo caso las intervenciones directivas
pasan a ser contraproducentes (en cuanto estimulantes del vínculo
regresivo con el terapeuta) y requieren comúnmente ser sustituidas
por otras dirigidas a esclarecer, que en ese momento pasan a ser las
de elección. Importa tener en cuenta que este movimiento en los
recursos yoicos del paciente (muchas veces inversamente proporcio
nales al monto de ansiedad) tiene ritmos variados, como para ocurrir
de una semana a la siguiente, de un mes al siguiente, o de un instante
H otro de la misma sesión. Frente a esta movilidad, que requiere del
terapeuta una combinación ágil de intervenciones, atenta a las
11 uctuaciones de aquellas capacidades, ¿cuál podría ser el sentido de
riertos "estilos" psicoterapéuticos estereotipados, que dirigen siem
pre, o no dirigen nunca al paciente? ¿Qué fundamentos teóricos y
técnicos podrán encontrar tales posturas de "escuela" en psicotera
pia? No estoy pensando con esto que carezca de justificaciones la
opción técnica, en el psicoanálisis, de evitar el analista emitir direc
tivas "directas" (las únicas que pueden evitar por otra parte, porque
indirectamente toda intervención dirige al paciente). 6 Lo que
6 Y esto trabajando con pacientes de suficiente fortaleza yoica, uno de los criterios
!'Scnciales de analizabilidad.
157
carece de j ustificación es llevar al campo más amplio de las psicot
rapias el principio de evitar-dar-directivas-en general y pretendo
apoyar tal postura en los fundamentos teórico-técnicos que respal
dan tal criterio en el contexto del proceso psicoanalítico.
158
L l. Meta-intervenciones
11)
Terapeuta: "¿De qué manera le hizo notar que quería verla?"
Paciente: . . . (Gesto de desconcierto, queda en silencio) . . .
Terapeuta: (Metaintervención.) "¿Sabe por qué le pregunto esto?
Paciente: "No"... (Silencio.)
Terapeuta: "Porque tiempo atrás habíamos visto que había en usted dos
maneras de expresar interés, a veces con gestos de desear el encuentro, otras
t•on cierto rechazo encubierto, medio distante."
h)
Terapeuta: "Me inclino a pensar que lo que ahí jugaba era su miedo a
11clarar más la situación."
Paciente: (Silencio.) . . .
Terapeuta: "¿Sabe por qué lo pienso? Creo que está el dato de que él
parecía dispuesto a querer hablar, no había venido 'cerrado', pero usted igual
Hú dijo: seguro que no me va a querer escuchar."
159
mirar su reacción- de que siempre antes de largarse hay que tener in mente
un plan, ¿verdad? (porque hay situaciones en las que sólo viviendo un
experiencia se arma después un plan)."
- "Recién hablaba de qué problemas suyos y de su pareja pueden crear
dificultades para la convivencia. Ahora evitemos suponer que estas dificul
tades contrastan con la pareja ideal posible. Tengamos claro que actualmen
te, además de estos problemas de cada uno, hay que mirar qué problemas
crea a cualquier pareja el tipo de relación que se toma como ideal de pareja
'normal' en nuestra cultura, y qué problemas se le agregan por dificultades
que cada uno vive fuera de la pareja, y que van a descargarse adentro."
- "Cuando yo le señalo que puede haber una actitud suya de autocastigo
en perder el capital que había logrado juntar con esfuerzo, mi planteo
contiene un supuesto que también tenemos que cuestionar: que perder un
capital acumulado no es beneficioso, cuando, desde otro ángulo, consideran
do lo que el dinero representa y ata, tal vez se pueda ver como perjudicial y
no positivo mantenerlo."
j
160
t
it'rapéutico. Esto marca una diferencia básica con la teoría de la
l Pcnica psicoanalítica, que jerarquiza a la interpretación como la
intervención decisiva para producir el cam bio específico del proceso
unalítico. Esta diferencia entre psicoanálisis y psicoterapias ha sido
rlaramente formulada por Bibring (2):
161
ofrecer un panorama bastante ilustrativo de la técnica empleada: o
terapeuta dedicó gran parte de sus intervenciones a explorar, pr
guntando, pidiendo ampliaciones y ejemplos: fue bastante directiv
en todas las sesiones; fueron empleadas más intervenciones clarifi
cadoras que interpretaciones (éstas aumentaron en proporción sól
en las sesiones cuarta y séptima, hecho que Strupp interpretó coro
producto de las clarificaciones preparatorias de las sesiones previas)¡
fue empático, benevolente, cálido; las intervenciones se mantuvieron
con mayor frecuencia en un nivel inferencia! bajo ("cerca de 1
superficie") y en segundo orden, moderado; hubo abundantes comen
tarios sobre el vínculo terapéutico establecido, pero escasas interpre
taciones transferenciales; predominó una aceptación de las formula·
ciones del paciente en cuanto al plano en que localizaba su problemá·
tica; el terapeuta actuó siempre con iniciativa (no pasividad): realizó
intervenciones mínimas frecuentes destinadas a mantener abierto el
canal de comunicación y dar muestras al paciente de que lo escuchaba
atentamente, es decir, todo lo contrario de un terapeuta distante.
Este trabajo es, a mi juicio, un buen ejemplo del camino abierto por
el esfuerzo de definir operacionalmente el repertorio de conductas del
terapeuta.
Referencias bibliográficas
162