3759-Texto Del Artículo-14029-1-10-20180214
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RESUMEN
El propósito de este artículo es el de evidenciar la necesidad del estudio musicológico
del sonsureño, un ritmo popular de la zona andina del Departamento de Nariño. Los
principios y planteamientos etnomusicológicos del compositor húngaro Béla Bartók
han servido de marco de referencia para la realización del presente escrito. Por medio
de la utilización de sus procedimientos comparativos se ha podido llegar a conclusiones
que permiten establecer una base conceptual apta para abordar una discusión aca-
démica en torno a este fenómeno musical. Se analizan dos aspectos relacionados con
este ritmo: por un lado su presencia en la música rural y urbana y, por otro, su arribo a
la música académica evidenciada en la obra del compositor nariñense Javier Fajardo
Chaves. Desde estos dos tópicos se realizan precisiones terminológicas que circuns-
criben el objeto de estudio a un campo concreto de la musicología, desligándolo, de
esta manera, del plano especulativo en el que ha estado inmerso. Se consideran tres
vertientes que alimentan su rica sonoridad: andina ecuatoriana, andina colombiana y
costa Pacífica. Circunstancia de la que se derivan ciertas ambigüedades en la rítmica
de su acompañamiento.
Palabras clave: Sonsureño, Tradición, Música Popular, Música Académica.
ABSTRACT
The purpose of this article is to enhance the need to study the musical structure of the
so called “Sonsureño”, a popular rhythm from the Department Nariño Andean region.
The ethnomusical principles and proposals of the Hungarian composer Béla Bartók,
have served as a reference framework to achieve the present paper. By means of his
comparative procedures we have been able to get to some conclusions which allow us
to establish a conceptual basis useful to get down an academic discussion as far as this
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musical phenomenom is concerned. Two points related to this rhythm are analyzed:
on one hand, its presence in the rural and urban music and, on the other, its arrival
to academic music, which has been put in evidence in the music of composer Javier
Fajardo Chaves, from the department of Nariño. Taking into account these two topics,
some terms are defined and the object of the study is limited to a specific musical
field and in this way putting it apart from the merely speculative plan in which it has
been inmersed. Three variants are considered as giving it its rich sonority: Ecuadorian
Andes, Colombian Andes and Pacific Coast, thus originating certain ambiguities in its
rhythm and accompaniment.
Key words: Soundsure, Tradition, Popular Music, Academic Music.
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de guaneña, identificados por algunos otros. Esta estructura está más cercana
estudiosos como formas de bambuco de a las tonadas campesinas debido a la
la región andina de Nariño. sencillez de sus esquemas melódicos; el
bambuco de tres y cuatro partes requie-
De la observación de un centenar de
re una concepción morfológica un poco
bambucos de distintas regiones de la
más elaborada porque implica la utiliza-
Zona Andina, se desprenden las siguien-
ción de un mayor número de elementos
tes generalidades relativas a su forma,
temáticos, pocas veces conseguidos por
que bien podrían considerarse como los
medio de la simple inspiración.
aspectos fundamentales del bambuco
típico colombiano: en primera instancia, La segunda salvedad está relacionada
este ritmo está compuesto por tres partes con las partes de 16 compases. A pesar
de dieciséis compases cada una, orga- de ser una constante en muchos bambu-
nizadas en frases de cuatro compases y cos, es frecuente encontrar también par-
periodos de ocho. Esto podría, como se tes con 8, 12, 20, 24 y 32 compases que,
dijo, emparentarlo con el Zortcico, sin como se puede ver, son múltiplos de 4.
olvidar que esta simetría es característica Esto lleva a pensar sobre la conveniencia
de muchas danzas populares europeas de considerar como elemento estructu-
como el minueto, la alemanda, el rondó, rador de este ritmo las frases de cuatro
la polonesa, el bourrée, la giga, la zara- compases, las cuales se constituyen en
banda, al igual que aires colombianos una célula temática y rítmica que le dan
como el pasillo, la danza, el torbellino, dinamismo, unidad y forma a la pieza.
el bunde, el joropo, etc. Los periodos de El segundo elemento es la síncopa. En
ocho compases son estructuras melódi- la escritura realizada en 3/4, dicha sín-
cas naturales que permiten, por un lado, copa se presenta dos veces en un mismo
memorizarse con facilidad y, por otro, compás: entre la segunda y tercera cor-
respirar cómodamente, dada la relación cheas y la cuarta y la quinta, observando
orgánica de la música. Estas dos circuns- que la primera aparece generalmente de
tancias han condicionado la forma de la manera tácita, esto es, no se grafica pero
música tradicional de la mayoría de los se realiza en la ejecución vocal o instru-
países del mundo. mental. En 6/8 estaría ubicada entre la
Es conveniente hacer dos salvedades sexta corchea y la primera del siguiente
para poder caracterizar más detallada- compás y, en este, entre la segunda y la
mente el bambuco. Cuando se afirma tercera. La circunstancia para la primera
que son tres sus partes constitutivas, no síncopa es igual al caso anterior.
se desconoce la existencia de bambucos La escritura antigua del bambuco,
de dos y cuatro partes, presentes en las realizada en 3/4, facilita la ubicación
diferentes regiones. Son menos frecuen- del bajo pero genera un desplazamien-
tes pero es importante tenerlos en cuenta
to de los acentos en la estructura me-
porque ello permite evidenciar elemen-
tos morfológicos que le dan a este ritmo lódica creando, con ello, una complica-
variedad y riqueza expresiva. Cuatro pre- ción innecesaria para su interpretación.
guntas, bambuco compuesto por Pedro Para lograr una correcta acentuación es
Morales Pino, está conformado por dos necesario desplazar hacia el compás an-
partes al igual que Chambú de Luis E. terior un tiempo de negra, como puede
Nieto, Mi canción de Jorge Áñez, Chatica verse en el bambuco Chambú de Luis E.
linda de Camargo Spolidori, Adorado Nieto (ejemplo No. 1). Esto produce,
tiplecito de Luis Dueñas Perilla, entre en la mayoría de los casos, un carácter
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conveniente establecer parentescos que a la cercanía que existe con este país,
puedan conducir a creer que el compo- especialmente la zona del Municipio de
sitor no conocía la morfología del ritmo, Ipiales. El albazo es un ritmo alegre, a
lo cual se puede desmentir fácilmente pesar de la tristeza característica de la
con obras como El gran paisa de Amagá música ecuatoriana. En Nariño no puede
y Estrenando tiple. Dicho sea de paso,
faltar en las fiestas campesinas desde
Burbano escribe estos bambucos origi-
nalmente en 6/8. hace más de sesenta años. De la misma
forma, otros intérpretes realizan acom-
Existe mucha ambigüedad relaciona- pañamientos de sonsureño con acentos
da con la forma como se acompaña el de currulao. Julián Bastidas Urresty
sonsureño. Javier Fajardo, en sus trans-
cripciones de las piezas de diferentes au- sostiene que “…el son sureño (sic) tira
tores, establecidas por los mismos como más hacia el currulao y que el compositor
sonsureños, realizó acompañamientos Arturo de la Rosa es quien ha conjugado
con distintas formas rítmicas, desde un los ritmos de la costa y los de la sierra. En
simple bajo arpegiado de negras hasta obras como la Marinera y La Guandera,
elaboraciones de corcheas agrupadas de sostiene, de la Rosa logra conjugar los
diferentes maneras. Otros compositores ritmos del currulao y del sonsureño de
e intérpretes convienen en acompañar tal forma que se puede interpretar de
este ritmo utilizando dos “Yambos” en una u otra manera. “Enamorado de Na-
un compás, signado como 6/8 o 3/4, riño (de la Rosa), serrano y costeño, hace
y tres negras en el siguiente (ejemplo
con su música la transición perfecta de
No. 3). Esta forma de acompañamiento
fue utilizada por Lubin Mazuera en su ese gran espacio musical…” (BASTIDAS
célebre arreglo de La Guaneña, realizado URRESTY, 2003). Se refiere al Municipio
cuando fue director de la Banda Depar- de Ricaurte, corredor intercomunicante
tamental de Nariño en 1959. En esta entre la costa Pacífica y la Zona Andina.
versión Mazuera varía el primer tiempo ¿Cuál de ellos es el más válido? Se podría
del segundo compás colocando dos contestar que todos lo son, y lo son por-
corcheas. No obstante esta diferencia, que no puede existir una manera única y
es posible considerar que el uso de este estereotipada de acompañar un aire vivo
esquema rítmico, en el presente, tiene que deviene en la dinámica social de un
como antecedente el trabajo realizado
pueblo expuesto a múltiples influjos; el
por el músico vallecaucano.
bambuco, según Luis Fernando Franco,
tendría, por lo menos, ocho maneras de
acompañamiento (FRANCO, 2005).
En la actualidad se denomina son-
Ejemplo No. 3 sureño a dos aires cuyas estructuras
melódicas se acercan, por un lado, a la
Esta forma de acompañamiento es pieza compuesta por Tomás Burbano y
usada frecuentemente por Fajardo en la
otro al bambuco tradicional. Los dos,
mayoría de sus obras utilizando denomi-
naciones diferentes, más adelante se po- empero, se acompañan indistintamen-
drá ver de qué manera hace uso de este te como bambuco, albazo o currulao.
recurso. También es frecuente encontrar Para el primer caso se cita Parrandón
un acompañamiento semejante al utili- de los Alegres, compuesto por Teodulfo
zado por el albazo ecuatoriano debido Yaqueno (ejemplo No. 4), miembro del
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Ejemplo No. 11
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Conclusiones
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