Música y Desarrollo Cultural 2 PDF
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y
Desarrollo Cultural II
Música y Desarrollo Cultural II
Segunda Edición
D.R. ISBN: Pendiente
Impreso en México
Printed in México
ÍNDICE
Prólogo ................................................................................................................ 7
Jesús Acevedo Alemán
Introducción ........................................................................................................ 11
Gerardo Monjarás Luna
3
AGRADECIMIENTOS
Los autores de este libro damos las gracias al licenciado Blas Flores Dávila,
Rector de la Universidad Autónoma de Coahuila, al doctor Edgar Braham
Priego, Coordinador General de Estudios de Posgrado e Investigación, al
doctor Jesús Acevedo Alemán, Subcoordinador de Investigación y a su
Departamento de Divulgación Científica por el apoyo que nos brindaron
para que se llevara a cabo la edición y tiraje de este libro que contiene
ensayos de investigación referentes a música y músicos mexicanos, así
como para la reproducción del material sonoro grabaciones de música
mexicana de los siglos XIX y XX, en el que participaron maestros y alumnos
de la Escuela Superior de Música. Sin el respaldo económico y técnico y la
confianza de todos ellos en los trabajos del CA esta obra no hubiera sido
posible.
Cuerpo Académico
UACOAH-CA-99
5
PRÓLOGO
7
cada uno de sus siete capítulos, desarrollados por Norma Estela,
Óscar Humberto, Gerardo Monjarás, Dario Aguillón, Gricelda Mag-
dalena y Eliud Nevarez Arrazate. De manera conjunta, y como toda
orquesta, se distinguen de claras individualidades y dominios temáti-
cos que de manera aislada traslucen su oficio, pero de manera integra-
da aportan una obra científica compleja realizada con pasión y, por-
qué no decirlo, con amor a la ciencia y al avance del conocimiento.
Sobre dicho tipo de complejidad reflexiona Erich Fromm en
su libro El arte de amar (1956), texto en el cual se analiza el amor y su
impacto en todas las artes, inclusive en el contexto científico-aca-
démico. Cuando Fromm reflexiona sobre el amor, revela lo complejo
que es este sentimiento, así como los tipos de amor que pueden exis-
tir; revela lo que el amor puede detonar sabiéndolo encauzar. El autor
cuestiona ¿Es el amor un arte?, en tal caso reconoce, se requiere de
conocimiento y esfuerzo. ¿Es el amor una sensación placentera cuya
experiencia es una cuestión de azar, algo con lo que uno "tropieza" si
tiene suerte? Premisa que nos invita a reflexionar -que guía todo su
ensayo-, pero que a final de cuentas, nos revela la importancia de ese
sentimiento en toda la actividad humana, sea ésta derivada del inte-
lecto o de las emociones o de la ciencia. Finaliza Fromm asegurando
que en realidad todos están sedientos de amor; ven innumerables
películas basadas en historias de amor felices y desgraciadas, escu-
chan centenares de canciones triviales que hablan del amor, y, sin
embargo, casi nadie piensa qué hay algo que aprender acerca del
amor, y lo importante que es para vivir o para hacer grandes cambios
incluso revoluciones científicas.
Thomas Kuhn, en su libro la Estructura de las revoluciones cientí-
ficas (1962), reconoce que el cultivo de la historia permite que la cien-
cia adquiera cabal sentido y rinda todos los frutos que promete; la his-
toria impone el examen de ciertas coyunturas propias del desenvol-
vimiento científico, denominandolo como la "revolución científi-
ca", reconocida como la circunstancia en que el desarrollo de la cien-
cia exhibe su plena peculiaridad, sin que importe gran cosa de qué
materia se trate o la época considerada. Para tales aseveraciones
Kuhn reconoce la importancia del papel histórico del avance del
conocimiento, así como los paradigmas imperantes, sus propias ano-
8
malías y la emergencia de los descubrimientos científicos, las crisis de
las teorías científicas, las propias respuestas ante esas crisis, la natu-
raleza y necesidades de las revoluciones científicas, y el cambio de
paradigma como una premisa constante de la ciencia, y del avance del
conocimiento.
Bajo dichas premisas Kuhn reconoce que la historia es algo
más que un depósito de anécdotas o cronología, puede producir una
transformación decisiva de la imagen que tenemos actualmente de la
ciencia. Esa imagen fue trazada previamente, incluso por los mismos
científicos, sobre todo a partir del estudio de los logros científicos lle-
vados a cabo, que se encuentran en las lecturas clásicas y, más recien
temente, en los libros de texto con los que cada una de las nuevas
generaciones de científicos aprende a practicar su profesión. La his-
toria da cuenta de la presencia de los paradigmas y sus dominios, la
relación existente entre reglas y ciencia normal. Pero, sobre todo, re-
velará por su propia vigencia y congruencia en los campos discipli-
nares de las anomalías y su emergencia en la necesidad de generar
nuevos conocimientos.
Es decir, una empresa altamente acumulativa que ha tenido un
éxito eminente en su objetivo es la extensión continua del alcance y la
precisión de los conocimientos científicos. En todos esos aspectos,
según Kuhn, se ajusta con gran precisión a la imagen más usual del
trabajo científico. Sin embargo, falta un producto ordinario de la
empresa científica. La ciencia normal no tiende hacia novedades
fácticas o teóricas y, cuando tiene éxito, no descubre ninguna. Sin
embargo, la investigación científica descubre repetidamente
fenómenos nuevos e inesperados y los científicos han inventado, de
manera continua, teorías radicalmente nuevas.
Por lo anterior, es relevante mantener vigente dicha actividad
científica, recordemos que después de que el descubrimiento es asi-
milado, los científicos se pueden encontrar en condiciones de expli-
car una gama más amplia de fenómenos naturales o de explicar con
mayor precisión algunos de los previamente conocidos. Pero este
avance solo se logra descartando ciertas creencias y procedimientos
previamente aceptados y, simultáneamente, reemplazando esos com-
9
ponentes del paradigma previo por otros. Lo que le da paso, al nuevo
conocimiento.
10
INTRODUCCIÓN
11
bajos de Miguel Lerdo de Tejada, a quien, según cita de Emilio García
Riera, para la grabación de su biografía en la película Sinfonía de una
vida (1948), se le consideraba el "padre de la canción mexicana".
El capítulo cuatro es una recopilación de semblanzas de com-
positores que aportaron música de concierto y ópera, entre los que
destacan Tomás León, Melesio Morales, Julio Ituarte, Ernesto Elor-
duy, entre otros, los cuales dejaron una herencia musical que con-
tribuyó en la construcción de nuestra identidad cultural, según las
conclusiones del autor de este ensayo.
De Luis J. Jordá, en el capítulo cinco, se analizan las danzas para
piano Sinceridad, Heróica, Elodia, Dúo de amor y Delia, la autora concluye
que dichas obras corresponden a un estilo cosmopolita el cual "refle-
ja la simbiosis de cuatro generaciones: romanticismo, refinamiento,
estilo propio y modernidad".
El capítulo seis consiste en una crítica historiográfica respecto
al nacionalismo y al vanguardismo musical mexicano representado
en algunas obras musicales de Manuel M. Ponce y Julián Carrillo con
base en investigaciones de musicólogos e historiadores como Ricar-
do Miranda y Yolanda Moreno Rivas.
El capítulo siete presenta el análisis de la serie de obras tituladas
Once obras breves para piano (sobre sistema atonal) de Domingo
Lobato, los cuales denotan, de manera general, el lenguaje musical del
siglo XX como la bitonalidad, la sonoridad de las quintas, la tonalidad
extendida o el cromatismo, y con un carácter que conduce al escucha
a remontarse a la infancia en sonoridades al estilo de composición de
Debussy, Stravinski y Prokofiev.
Con este libro, de carácter científico pedagógico, se ofrece un
CD ―en el que participan alumnos colaboradores y maestros del
mencionado CA― que incluye música para piano y guitarra de
Manuel M. Ponce; música para guitarra de nueva creación, la cual se
basa en el estilo melódico cantabile de Chopin: música para piano de
Jordá y de Lobato, un arreglo para octeto de guitarras del Huapango de
Moncayo y dos canciones populares mexicanas que surgieron en
12
los años veinte del siglo pasado. Tanto el CD como el libro consti-
tuyen para el ámbito pedagógico "objetos de aprendizaje" para las
actuales generaciones de estudiantes de música en cualquiera de sus
disciplinas.
De acuerdo con el Diario Oficial de la Federación (p. 9, 2017) el
tipo de productos que debe generar de manera colegiada e innovado-
ra un Cuerpo Académico como el de la ESMUAdeC consiste en obras
artísticas, entendiéndose éstas como:
El resultado de la generación y aplicación innovadora del cono-
cimiento a partir del ejercicio de una disciplina artística, que se
plasma en una obra […]. La participación del/la profesor/a de
tiempo completo puede ser como creador/a de la obra en las
disciplinas de artes visuales, medios alternativos, medios audio-
visuales, letras, música, teatro y danza, y/o como intérprete en las
cuatro últimas disciplinas enunciadas.
13
ESTRATEGIAS PARA LA ENSEÑANZA DE HISTORIA DE LA
MÚSICA EN MÉXICO: UN RETO PARA EL DOCENTE DEL SIGLO XXI
1 Frida Díaz-Barriga y Gerardo Hernández. Estrategias docentes para un aprendizaje significativo: una interpretación constructivista
(México: McGraw Hill, 2002), 3.
2 Virginia González Ornelas. Estrategias de enseñanza y aprendizaje. (México: Pax México), 2.
3 Rose Mary Hernández. Mediación en el aula. Recursos, Estrategias y Técnicas Didácticos. (Costa Rica: EUNED, 2003), 71.
15
gún momento. Ambas tendrán que ajustarse al estilo de aprendizaje
visual, auditivo o kinestésico y al nivel educativo en el que se imparta
la materia, con la finalidad de elegir las estrategias pertinentes que se
han de aplicar con los alumnos. Esto se facilita y es posible con el apo-
yo de la tecnología que día a día avanza de manera vertiginosa, la cual
ha impactado al ámbito educativo y originado, de manera casi obli-
gada, cambios en las formas de enseñanza y aprendizaje.
Reconsiderando el reto del docente para enseñar Historia de la
Música en México y la existencia de muchas opciones de estrategias
didácticas, es posible plantear una propuesta pedagógica acorde a las
necesidades de los alumnos. La incursión de las tecnologías en el
campo educativo ha venido a representar, por un lado, un beneficio
por la oportunidad de transformación del proceso enseñanza-apren-
dizaje y, por otro, un obstáculo para profesores y alumnos al existir
una resistencia a la actualización docente y una brecha generacional
de éste, como inmigrante digital, con los nativos digitales que acuden
a las aulas con carencias para utilizar la tecnología adecuadamente en
su aprendizaje. No obstante, el hecho de usar estas herramientas no
garantiza un cambio y puede seguirse en un enfoque con enseñanza
tradicional. "Muchos docentes y líderes educativos, aunque tienen
incorporado en su repertorio el discurso del cambio educativo, las
TIC, o el aprendizaje colaborativo, en esencia siguen haciendo lo
mismo de siempre y no están dispuestos a transformarse, explorar,
equivocarse, renovarse y empoderar a sus alumnos".4
Un punto a destacar es el cambio de paradigma en relación al
concepto que se tiene sobre la enseñanza y el aprendizaje, concebida
la primera en el enfoque tradicional como la acción que el docente
realiza al presentarse frente al grupo y exponer el tema correspon-
diente, y en el segundo, donde el alumno es simple espectador. Los
autores Díaz Barriga y Hernández mencionan que "enseñar consiste
esencialmente en proporcionar una ayuda ajustada a la actividad
constructiva de los alumnos".5 Las estrategias didácticas juegan un
papel importante en este proceso, tendrán que adecuarse a las carac-
terísticas de los alumnos, individuales y contextuales, de aquí la nece-
4 Raúl González, Manual de emergencia para agentes de cambio educativo. (México: Granica, 2015) 44.
5 Díaz-Barriga y Hernández. Estrategias docentes para un aprendizaje significativo, 138.
16
sidad de tomar en cuenta que los alumnos ya no centran su atención
en el maestro, sino en el ámbito digital, con el que aún los más peque-
ños están familiarizados.
En educación inicial y preescolar se recurre a estrategias lúdi-
cas, muchas de ellas con música, pues éstas permiten a los niños tener
un acercamiento con los contenidos del programa de una forma más
llamativa para ellos. Es común presentarles cuentos e historias con
títeres, máscaras y disfraces; realizar movimientos de expresión cor-
poral con aros, pelotas, telas, papel, cintas; cantar rondas y canciones
de la lírica infantil de México; la música enriquece estas actividades
como un elemento innovador.
Aunque en el Programa de Educación Preescolar no se especi-
fíca que los preescolares conozcan sobre historia de la música en
México, se sobreentiende, por lo que describe el campo formativo de
expresión y apreciación artística, en la competencia, que dice: "Co-
munica las sensaciones y los sentimientos que le producen los cantos
y la música que escucha" y menciona como uno de los aprendizajes
esperados: "Escucha piezas musicales de distintas épocas, regiones
de su entidad, del país o de otros países, y comenta cuáles le gustan
más y por qué".6 Es responsabilidad del maestro de música diseñar
actividades con la riqueza musical del país. Es notable que la música
de moda es la que ha robado terreno a la música tradicional en Méxi-
co, pues ya no es común escuchar a los niños de preescolar jugar a la
La víbora de la mar, Doña Blanca o a la La rueda de San Miguel, mucho
menos cantar Hilitos de oro, Mambrú se fue a la guerra o la muñeca vestida de
azul. "Los niños ya no cantan, se oye decir con frecuencia; los medios
masivos de comunicación han acabado con las canciones y juegos
que resonaban en las calles y los patios de las escuelas".7
En el caso de educación primaria, se pueden utilizar otro tipo
de estrategias en la enseñanza de historia de la música en México, por
ejemplo, las tecnologías de la información y comunicación (TIC)
ofrecen una gama de opciones para ser utilizadas como estrategias
17
matéticas didácticas dentro y fuera del aula. Sin embargo, uno de los
retos que enfrentan muchos de los profesores es la brecha genera-
cional existente entre ellos y los alumnos que llegan al salón de clases
para participar del proceso enseñanza-aprendizaje, quienes esperan
que éste se desarrolle involucrando a la tecnología. Si el maestro no es
consciente de esta necesidad, entonces habrá un choque entre lo que
le presenta al alumno y las expectativas de éste. La comunicación se ve
obstaculizada porque el lenguaje es distinto entre el emisor y el recep-
tor, no hay retroalimentación que permita invertir los roles, por lo
que hay interferencias para un aprendizaje significativo.
El programa de educación artística para este nivel se encuentra
combinado con música, teatro, expresión corporal y danza y artes
visuales, a través de actividades que presentan en el libro de texto, las
cuales abordan temas muy generales sobre las cuatro disciplinas, du-
rante los seis grados correspondientes. En música solamente se dedi-
can a jugar con los sonidos sin llevar al alumno a profundizar en los
contenidos, sino solamente a tener una vaga idea de las cuatro disci-
plinas. Se pretende que en una hora a la semana adquieran dichos
aprendizajes, aunado esto a la problemática relacionada con las ca-
rencias existentes en el perfil del maestro que imparte música.
A partir de la educación secundaria solamente se imparte la
asignatura con contenidos enfocados en su mayor parte a las artes
visuales. El programa solo incluye en sus propósitos a las cualidades
del sonido, sin embargo, en segundo grado, en el bloque V, uno de los
contenidos dice: "Interpretación de piezas vocales e instrumentales
de música mexicana y del mundo", 8 además de otros temas relaciona-
dos con la voz y el canto, el compás, instrumentos musicales y com-
posiciones sonoras.
Se ha mencionado ya que los alumnos conviven en un contexto
digital y que la tecnología puede utilizarse como estrategia de ense-
ñanza y aprendizaje, para lo cual es importante que el maestro esté
actualizado en conocimientos de la era digital, lo que se establece
dentro de las ocho competencias del docente de educación básica:
8 Programas de estudio 2011, Guía para el maestro, Educación Básica secundaria, artes.
18
“Utilizar efectivamente las tecnologías de la información y la comu-
nicación (TIC) para el desempeño profesional".9 Trabajar los conte-
nidos de cualquier asignatura bajo nuevos esquemas provee otras
expectativas y nuevas ideas para innovar en el aula y fuera de ella. En
los niveles medio superior y superior este tipo de alternativa es más
adecuada y es común encontrar modelos semipresenciales y no pre-
senciales que poco a poco desplazan a los tradicionales.
Por ello surgen propuestas como la clase invertida y el apren-
dizaje invertido, que también pueden aplicarse en la asignatura de
Historia de la Música en México. De manera general se menciona que
"flipped classroom",10 o clase invertida surge de la idea de Jonathan
Bergman y Aaron Sams, en 2007, quienes utilizaron un software para
grabar sus presentaciones y las subieron a la red para que los estu-
diantes que no podían asistir a clase las vieran una y otra vez en sus
casas. Este método de enseñanza se difundió entre más alumnos y
profesores y se utilizó para trabajar la teoría en casa y las tareas y
actividades dentro del aula. La clase tradicional ahora se sustituye con
una clase innovadora que permite un aprendizaje con mejores resul-
tados. Las implicaciones de este tipo de metodología van desde un
diagnóstico de las necesidades de los estudiantes, la preparación de
videos y la planeación de actividades, hasta la evaluación.
La clase invertida es un modelo de trabajo que se enfoca en el
profesor como facilitador desde la perspectiva que es él quien diseña
las sesiones realizando cambios en la enseñanza tradicional, haciendo
uso de la tecnología, proporcionando a los estudiantes actividades
como la observación de videos de la red o grabados por él, realizar
lectura de textos, entre otros. Esto permite que cada uno de los alum-
nos avance a su ritmo y revise el contenido varias veces con deteni-
miento. Dicho contenido se lleva a la práctica durante la clase, por lo
que se optimiza el tiempo y ofrece la oportunidad de participar en
experiencias que favorecen el trabajo colaborativo. De aquí surge en-
tonces el aprendizaje invertido, ahora desde la perspectiva del estu-
diante, protagonista en este proceso y basado en sus necesidades. La
9 Modelo integral para la formación profesional y el desarrollo de competencias del maestro de educación básica.
http://www.dgespe.sep.gob.mx/public/gt-en/acuerdos/subcomisiones/RIPEEN/14-Oct-2009/modelo_integral_pres.pdf
10 Javier Tourón, Raúl Santiago y Alicia Díez, The flipped classroom: cómo convertir la escuela en un espacio de aprendizaje, Parte II el
modelo del aprendizaje inverso, Texto digital https://books.google.com.mx/books
19
instrucción directa la recibe fuera del tiempo de clase a través de las
actividades ya mencionadas. Estas metodologías se pueden imple-
mentar en la materia Historia de la Música en México, aprovechando
el tiempo de clase para que los estudiantes participen en mesas de
discusión y otros proyectos aplicando la teoría revisada fuera del aula.
Esta nueva forma de trabajo es viable en esta materia, con la ventaja
de utilizar el trabajo colaborativo.
Uno de los beneficios más importantes es que las sesiones se-
rían más atractivas para los alumnos y, sobre todo, se promovería la
socialización y la colaboración entre los participantes. El desafío al
implementar la clase invertida y el aprendizaje invertido es cambiar la
visión que tienen los estudiantes del maestro respecto a que él es
quien da la clase. Son esquemas que se deben romper poco a poco, ya
que han pasado años cursando una educación en un modelo tradi-
cional. Urge un cambio, el cual se puede sustentar en que "todos los
estudios prospectivos sobre las necesidades del aprendizaje y de las
aulas o escuelas del siglo XXI coinciden en que las escuelas, para poder
responder a las necesidades educativas actuales, deben cambiar de
manera radical".11
En un estudio realizado para conocer el uso de la tecnología
entre los estudiantes de la Escuela Superior de Música de la Uni-
versidad Autónoma de Coahuila se aplicó un cuestionario integrado
por las siguientes variables: género, edad, semestre y carrera, que se
complementa con dos preguntas sobre el conocimiento que tienen
acerca de las TIC y las tecnologías para el aprendizaje y el conoci-
miento (TAC), para caracterizar a la muestra. Enseguida se presentan
veinte variables relacionadas con las herramientas digitales y su fre-
cuencia de utilización en el aprendizaje: búsqueda en web, correo
electrónico, grupos de discusión, foros, blogs, facebook, chat, pre-
sentaciones con diapositivas, manejo de datos, simulaciones, fotogra-
fía digital, video, prezi, software musical, cañón, reproductor de DVD,
reproductor de CD, televisión, iPad y otros.
En otro grupo de variables se solicita que se enlisten las mate-
rias que se cursan, las herramientas digitales y la frecuencia de uso por
11 Javier Tourón y Raúl Santiago, El modelo Flipped Learning y el desarrollo del talento en la escuela, (Revista de Educación, No.
368 abril - junio 2015, España) 200.
20
parte del profesor; así como los temas que consideran debieran apo-
yarse en las TIC para una mejor comprensión; una evaluación sobre
los medios tecnológicos de los que dispone el maestro en la institu-
ción; una auto-evaluación sobre el dominio de habilidades en el ma-
nejo de dichas herramientas y su opinión sobre las ventajas y desven-
tajas de su uso.
Una vez recabada la información se menciona que entre los
datos signalícticos de los 96 participantes, 36 pertenecen al género
femenino y 60 masculino; la edad oscila entre los 15 y 47 años de
edad; de la Licenciatura en Música diez son de piano, 25 de guitarra,
ocho de violín, uno de violoncello, tres de contrabajo, cinco de per-
cusiones, tres de flauta, catorce de canto y once de composición; de la
Licenciatura en Educación Musical participaron 16 alumnos ubica-
dos entre el segundo y catorceavo semestres y dos de octavo año del
plan anual.
Respecto al conocimiento que tienen los alumnos sobre las TIC
y las TAC, de las primeras se destaca que 29 saben de lo que se trata, 43
tienen una vaga idea, 21 no saben y tres no contestaron; de las
segundas, 28 saben de qué se trata, 31 tienen una vaga idea, 33 no
saben y cuatro no contestaron.
En relación con la frecuencia de uso de las herramientas de las
TIC, se observa que, del total de participantes, 52 utilizan siempre
búsqueda en la web, 54 usan siempre facebook, 45 utilizan siempre el
chat y 34 usan casi siempre el correo electrónico. Sin embargo, entre
30 y 52 alumnos reportan que nunca, casi nunca y a veces utilizan los
grupos de discusión, foros, blogs, presentación con diapositivas, simu-
laciones, prezi, software musical, cañón, reproductor de DVD y CD,
televisión y iPad. Las demás herramientas como fotografía digital,
manejo de datos, se encuentran distribuidas de manera equilibrada en
las frecuencias; y en otro, dicen utilizar casi siempre y siempre el
celular y laptop.
Los resultados anteriores muestran que la mayoría utiliza la
tecnología para realizar tareas asignadas de las materias que cursa y
con fines sociales, lo cual representa una oportunidad para encau-
21
zarlas hacia el aprendizaje. De la misma manera, las otras herramien-
tas, grupos de discusión, foros, blogs, presentación con diapositivas,
simulaciones, prezi, software musical, cañón, reproductor de DVD y CD,
televisión y iPad, a las que se recurre a veces, casi nunca o nunca, son
estrategias potenciales para la enseñanza de Historia de la Música
Mexicana.
En el siguiente bloque de preguntas para conocer la frecuencia
de uso de herramientas digitales por parte del profesor, se observa
que el iPad, la computadora, el cañón, los discos compactos, los
videos y software musical se utilizan siempre y casi siempre en algunas
de las materias teóricas, principalmente en Historia de la Música,
Apreciación Musical, Música Antigua y laboratorios; sin embargo, en
las materias de instrumento nunca se utilizan y para las teórico-
prácticas, se usan a veces.
En otro grupo de preguntas los participantes mencionaron
que tanto los contenidos de las materias teóricas como las prácticas
deberían apoyarse en las herramientas que ofrecen las TIC, incluso la
materia de instrumento. Sobre los medios tecnológicos que la Escue-
la ha puesto a su disposición como herramientas de aprendizaje, para
49 resultan alternativos, para cuarenta son significativos, a seis parti-
cipantes les parecen irrelevantes y uno no contestó. Por otro lado,
cincuenta evalúan su dominio de habilidades en el manejo de las he-
rramientas TIC como bueno, 29 lo consideran suficiente, diez pien-
san que es excelente, tres nulo y cuatro no contestaron.
Finalmente, opinan que las ventajas del uso de estas herra-
mientas les facilitan la información al encontrarla de manera rápida:
"internet nos ha acostumbrado a lo instantáneo, necesitamos cono-
cer y saber todo aquí y ahora",12 así como la comunicación y el apren-
dizaje. "Las ventajas que se han atribuido a las TIC como instru-
mentos de mejora de los aprendizajes de los alumnos son numerosas
[…] su capacidad para crear contextos de aprendizaje […] su interac-
tividad […] los programas informáticos pueden transformar nocio-
nes abstractas en modelos figurativos […] y la transferencia de los
aprendizajes de unos a otros entornos".13
12 Cristina Bonaga y Héctor Turiel, Mamá, quiero ser youtuber: Todas las claves para entender el fenómeno que ha venido para quedarse.
(España: Planeta, 2016) ebook.
13 Raúl Fernández y Martín Delavaut, Educación y tecnología: un binomio excepcional. (España: grupo editor K, 1995) 5,6.
22
También hacen referencia a las desventajas, entre las que se
encuentran mal uso e información alterada, el hecho de que generan
dependencia, brindan demasiada información y esto provoca que se
desvíen de lo que buscan y ocupen el tiempo en las redes sociales de
forma inadecuada, además refieren que dejan de leer, que el equipo es
obsoleto y que no siempre se cuenta con él, así como que no se usa
para el aprendizaje, entre otras. Se puede afirmar que "las desventajas
son diversas […] pueden suponer distracción […] pérdida de tiempo
[…] no comparan escritos o estudios realizados […] problemas téc-
nicos […]".14 Sin embargo, se infiere que, por el hecho de mencio-
narlas, reconocen que algunas de ellas no benefician su proceso de
aprendizaje.
Conclusiones
23
que es rescatar las raíces musicales que identifican a nuestro país con
una riqueza muy variada.
15 Paul D. Eggen y Donald P. Kauchak, Estrategias docentes: Enseñanza de contenidos curriculares y desarrollo de habilidades de
pensamiento. (México: FCE, 2015) 40.
16 Ibíd., 35
24
Bibliografía
Bonaga, Cristina y Turiel, Héctor. 2016. Mamá quiero ser youtuber: Todas
las claves para entender el fenómeno que ha venido para quedarse. España: Planeta.
25
González, Raúl. 2015. Manual de emergencia para agentes de cambio educativo.
México: Granica.
Murphy, Julia. 2011. Más de 100 ideas para enseñar historia. España:
Grao. Disponible en:
https://books.google.com.mx/books?id=gFgkksSGesC&printsec=front
cover&dq=estrategias+didacticas+para+la+enseñanza&hl=es-
419&sa=X&sqi=2&ved=0ahUKEwjAiKa7-
KnQAhVn2oMKHaybBOAQ6AEIHjAB#v=onepage&q&f=false
Tourón, Javier, Raúl Santiago y Alicia Díez. 2014., The flipped classroom.
Cómo convertir la escuela en un espacio de aprendizaje. España: Océano.
Disponible en https://books.google.com.mx/books.
Héctor Turiel, Mamá, quiero ser youtuber: Todas las claves para entender el
fenómeno que ha venido para quedarse. (España: Planeta, 2016) ebook.
26
LA MÚSICA NOVOHISPANA, NUESTRA HERENCIA MUSICAL
Y ANÁLISIS DE DOS MISAS Y UN MAGNIFICAT DE BILLONI
PARA SU INTERPRETACIÓN
Introducción
27
Finalmente, observaremos distintos aspectos de las compo-
siciones musicales del maestro Billoni y asumimos una opinión sobre
dichos trabajos con el fin de establecer un punto de vista que permita
al lector profundizar en la investigación sobre este tema tan apasio-
nante de la historia de nuestro país.
28
este sentido, nuestras raíces musicales no son los supuestos músicos
de Teotihuacan, Mitla o Chichen Itza, sino un tal Juan del Encina
(1469-1529), un Josquin Des Prés (1450 o 1455-1521), desde luego,
Cristóbal de Morales (1500-1553) y Francisco Guerrero (1528-1599).
El mismo Miranda refiere lo siguiente: "Estudiar la música mexicana
y no conocer la historia y repertorio de la española sería tan absurdo
como pensar que las casas se construyen a partir del piso, por la ab-
surda razón de que no vemos sus cimientos".5
Como lo refiere el historiador Edmundo O'Gorman, citado
por Miranda en su trabajo: "La vieja noción de una América descu-
bierta, ha de suplantarse por una América inventada. América no es el
resultado de la súbita revelación de un descubrimiento, sino el
resultado de un complejo proceso ideológico".6
América es, en este sentido, el lugar propicio para un cambio o
una reinvención de Europa, concretamente de España.7 Esto impli-
caba que Nueva España debería ser mejor, lo que permitiría corregir
los errores y, por qué no, llenar las arcas del casi empobrecido impe-
rio. En cierto sentido, lo nuevo será todo aquello que resulte, no de la
originalidad autóctona, sino del mestizaje.8
A pesar de todo, la consideración se enfoca hacia el criollismo
de la sociedad mexicana. En México, hoy como ayer, lo criollo se
sobrepone y domina a lo mestizo. Pueden ser muchos los casos que
nos ayuden a comprender y valorar la condición de criollismo de la
música novohispana.
Ya O' Gorman ha señalado las características esenciales de ese
criollismo, entre las cuales tres son importantísimas en el ámbito mu-
sical: primera, el "desaforado y general abuso de ciertas formas hispá-
nicas de la expresión"; segunda, "la entrega sin reservas a la metáfora
y la anfibología en todos los órdenes de la vida", y tercera, "el espalda-
razo celeste e inmenso consuelo del portento guadalupano".9
5 Ibidem, p. 3
6 Edmundo O' Gorman, La invención de América, (México: Fondo de Cultura Económica, 1997), 15.
7 O' Gorman, La invención de América, 154.
8 Miranda, "El descubrimiento musical de América, 3.
9 Miranda,"El descubrimiento, op. cit, p. 4.
29
Por lo tanto, es necesario que la investigación y la musicología
en torno al repertorio novohispano incluyan la reflexión, la herme-
néutica y la construcción de significados como tareas complemen-
tarias e indivisibles de nuestros textos.
La conclusión se enfoca específicamente en entender al crio-
llismo como un aspecto fundamental para el estudio del repertorio
novohispano.
En su artículo, Miranda hace uso de la crítica por considerar
importante el conocer la música novohispana desde una perspectiva
distinta. Nos hace ver la problemática de una música que, aunque
nuestra, no es considerada, ni con mucho, mexicana. Asimismo, se
hace referencia a la estrecha relación que debe tener la música de
España con la de este lado del mundo, que desafortunadamente, ni
siquiera se conoce en muchos de los casos.
El manejo de la historia musical en México se hace evidente
cuando Miranda alude a los conocimientos que se tienen de la llama-
da música prehispánica; que, sin embargo, no permiten ―al estu-
diante y al mexicano en general― establecer conexión alguna con los
orígenes de la música novohispana, que si bien es cierto fue creada
por peninsulares, nos pertenece por herencia directa y estrecha. De
esto surgen varias interrogantes que plantean la inquietud y nece-
sidad de referirse al verdadero origen y futuro de la música novo-
hispana, además de definir el por porqué dicha música se graba o se
edita: si es para rescatarla de una manera sensata o si obedece al in-
terés de quienes así lo hacen de ganarse un lugar importante en la
historia de la música en México por considerarse los primeros o lo
únicos capaces de reproducirla y "entenderla".
Miranda cita a Edmundo O' Gorman, quien afirma la inven-
ción de América y no el descubrimiento, como se enseña en las escue-
las desde hace mucho tiempo. Es necesario hacer notar que en este
trabajo se nos señala de manera clara y precisa, que la necesidad de
llamar a las tierras "conquistadas" por Fernando Cortés Monroy Pi-
zarro Altamirano (1485-1547), no es sino el reflejo de la necesidad
por mejorar al viejo mundo, es decir, esa necesidad por corregir erro-
res del pasado como bien se dice en este artículo.
30
En su crítica, Miranda continúa haciendo referencia a la carac-
terística criolla del mexicano y no al ser mestizo, como todos lo consi-
deramos alguna vez, al menos en lo que respecta a la influencia cultu-
ral. De hecho, utiliza para su discurso un aspecto crucial en el devenir
de la identidad nacional, y ese es: "el portento guadalupano".
A continuación, hablaremos de dos de los más representativos
maestros de capilla del periodo virreinal: Juan Gutiérrez de Padilla y
Francisco López Capillas, ambos desempeñaron ese cargo en la Cate-
dral de Puebla.
31
Cabe añadir que la música italiana tuvo presencia también en
España, como lo atestigua el establecimiento de una compañía de
ópera italiana en Madrid en 1703 y la circunstancia de que la mayoría
de los músicos de la Capilla Real eran italianos, lo que generaba en-
frentamientos con los músicos españoles, ante lo cual, en 1719, el
marqués Scotti puso bajo su protección la dirección de la ópera, pro-
vocando con ello que los compositores españoles escribieran "a la
italiana".13 Así las cosas, es natural asumir que esta predilección por
"lo italiano" permeara la vida cultural de la colonia.
En las partituras de la misa a tres voces obligadas y el Magni-
ficat tenemos numerosos ejemplos del uso de un lenguaje melódico
que nos recuerda al idioma musical de las sopranos de coloratura: con
adornos y motivos en pasajes de leggerezza en las regiones agudas del
registro e incontables situaciones de virtuosismo vocal e instrumen-
tal.
A pesar de la defensa que algunos conservadores de la época
hicieron de la causa de la "auténtica" música sacra, la obra de Billoni
adopta la tradición de las misas, cuyas secciones Kyrie, Gloria, Credo,
Sanctus, Agnus Dei, manifiestan características de composición mixta,
es decir, son obras de estilo barroco, en donde el uso de elementos
retóricos, simbólicos y contrapuntísticos están presentes de manera
evidente; pero consideremos también el empleo de elementos mo-
dernos de su tiempo, como el uso de orquestaciones ligeras y armo-
nías sencillas, las cuales pertenecen al estilo galante de la época, al
menos en dos de las tres obras seleccionadas para la presente investi-
gación.
Por otro lado, el empleo de la homofonía, en la que el órgano
refuerza las voces y el estilo fugado, presente en una de las misas
transcritas en este trabajo, nos muestran la habilidad que Billoni tenía
en el manejo de las diferentes tendencias en la manera de componer
de su tiempo.
En relación con las características de cada una de las obras
editadas en este trabajo se mostrarán a continuación las que se en-
13 Miguel A. Ballabriga, Grandes Genios de la Música, diccionario enciclopédico, (Barcelona, ediciones culturales internacionales, SARPE,
1991), 899.
32
cuentran en las dos misas y el Magnificat, lo que servirá para validar el
estilo que manejaba Billoni.
Ejemplo 1
33
Ejemplo 2
Ejemplo 3
34
En el Gloria, compases uno y dos, maneja un carácter ligero,
utilizando en la parte coral melodías que apoyadas por la orquesta
con elementos rítmicos que fluyen como escalas.
Ejemplo 4
Ejemplo 5
35
En los compases 38 a 44, retoma en la orquesta los motivos
rítmicos arpegiados, como reminiscencia del etilo conservador del
barroco italiano:
Ejemplo 6
Ejemplo 7
Ejemplo 8
36
Otro momento en el que el motivo temático se traslada de una
voz a otra es en el compás nueve, aquí la tiple deja su línea en la nota
fa, la que toma el tenor dándole continuidad al texto:
Ejemplo 9
Ejemplo 10
37
En Et incarnatus est y Crucifixus, compases 25 a 35, utiliza un
carácter oscuro en las líneas, creando un ambiente de tensión me-
diante disonancias que preparan el cambio hacia la parte más viva y
alegre de Et resurrexit:
Ejemplo 11
Ejemplo 12
38
En el Sanctus, compás seis, el empleo de una línea melódica con
un efecto ascendente de la tiple coincide con el texto:
Ejemplo 13
Ejemplo 14
IV
V
I________________ I
Ejemplo 15
39
Misa a tres voces y bajo
Esta es una misa brevis en estilo fugado. Inicia exponiendo el tema del
Kyrie en el tiple, después en el tenor y finalmente en el alto.
Presto
Ejemplo 16
Ejemplo 17
40
En Qui tollis, compás 19, Billoni hace un cambio de velocidad
de manera súbita. También da un tratamiento oscuro y tenso que
sugiere una súplica de piedad por los pecados.
Ejemplo 18
Ejemplo 19
41
El manejo de la retórica Catabasis,14 indicado por un descenso
en las voces, se presenta en el compás catorce del Credo, haciendo
una línea descendente en la frase Patris per quem omnia facta sunt qui
propter nos homines et propter nostra salutem descendit de celi (Padre por quien
todo fue hecho, que por nosotros los hombres y nuestra salvación
descendió del cielo).
Ejemplo 20
Ejemplo 21
14 RubénLópez Cano, Música y retórica en el barroco, (México, Universidad Nacional Autónoma de México, 2000), 152.
15
Cano, Música y Retórica en el Barroco, 185.
42
I V7 VI II V7 I V
Ejemplo 22
Ejemplo 23
43
En el compás 102 de Et vitam Venturi, utiliza el tema inicial con
un tratamiento fugado, situación que demuestra el carácter contra-
puntístico de la misa.
Ejemplo 24
Ejemplo 25
44
nombre de Dios) haciendo una línea descendente para remarcar al
enviado del cielo a la tierra.
Ejemplo 26
Ejemplo 27
45
Magnificat a tres voces con violines y bajo
Ejemplo 28
Ejemplo 29
46
Ejemplo 30
Ejemplo 31
47
En los compases 61 a 65, nos recuerda la idea inicial de la obra.
Ejemplo 32
Ejemplo 33
48
El análisis de las obras seleccionadas para la realización del
presente trabajo deja claro que no es la complejidad de las mismas lo
que se debe considerar, sino la claridad con la que maneja el discurso
rítmico-melódico y el tratamiento armónico, por lo que estas obras
tienen un estilo de composición mixto, ya que hace uso de elementos
conservadores y tendencias modernas de su tiempo, los cuales, como
ya se ha mencionado, pueden considerarse características de la com-
posición del siglo XVIII.
Conclusiones
49
Este trabajo se realizó con el fin de llevar a cabo la interpre-
tación y difusión de las obras del maestro de capilla de la Catedral de
Durango para que sean disfrutadas y para ubicar a este autor en el
canon de obras musicales novohispanas, situación que pese a muchos
es parte fundamental del desarrollo no sólo musical, sino también
cultural y religioso de un Nuevo Mundo inventado, como lo señala
O'Gormann.
50
Bibliografía
51
NOTAS SOBRE EL SURGIMIENTO DE LAS
CANCIONES-DANZAS EN MÉXICO
53
Con esta información se pretende empezar a dar respuesta a las
preguntas: ¿en dónde encontrar el venero del cual emerge la canción
mexicana sentimental ?, ¿cuáles son sus influencias?, ¿qué la diferencia de
lo folclórico?
Respecto del acontecer histórico de la música en México, en su
libro El folklore y la música mexicana, escrito en el transcurso de los años
veinte del siglo pasado, Rubén M. Campos señala la existencia de
música en la época precortesiana en forma de cantos y danzas para el
esparcimiento de los indígenas que se musicalizaban con los mismos
intrumentos que los utilizados en sus ceremonias religiosas.2 Campos
cita que entre los aztecas hubo poetas ―como Netzahualcóyotl―
quienes escribieron poemas en idioma náhuatl a los que se le deno-
mina Cantares mexicanos, los cuales se transmitían de generación en
generación. De manera que existe la posibilidad de que pudieran ha-
ber sido cantados, lo cual, hasta el momento, no puede comprobarse
debido a la inexistencia de códices o música escrita con signos o jero-
glíficos propios de aquellos tiempos que den idea de cómo era dicha
música y permitan interpretarla y saber a ciencia cierta cómo sonó
originariamente.
Fue a partir del siglo XVI cuando se inició el trasplante de la
música aborigen pura mexicana ya existente, por la música popular y
la académica occidental, que se exportaron en primera instancia por
los soldados y por los frailes provenientes de la península ibérica;
posteriormente por esclavos sustraídos de África por parte de las
milicias españolas y más tarde por inmigrantes de otras naciones,
como los integrantes de la comitiva cortesana austriaca de Maximi-
liano de Habsburgo, cuyas formas musicales, elementos melódicos,
armónicos y rítmicos se articularon a las ideas artísticas propias de
compositores mexicanos, de los naturalizados y de los extranjeros
radicados en este país, para crear un tipo de música nueva con carác-
ter intercultural.
1 El término folklore, proviene del inglés folk, pueblo, popular, y lore, saber; sabiduría popular, […] En México, el término música
folklórica comenzó a parecer en los años de la Revolución (1910-1917), refiriendo se a "la música que recoge las tradiciones, costumbres,
creencias y fiestas del pueblo". Sin embargo, […] se entendió que la música folklórica puede considerarse como música popular, puesto que
está hecha "por el pueblo y para el pueblo", pero no toda la música popular puede considerarse folklórica porque existe abundante música
popular que no es anónima. Cfr. Diccionario enciclopédico de la música en México, 2: 151. Desde aquí se avisa que las citas se trascriben tal
como están escritas en los textos originales.
2 Respecto de investigaciones referentes a la existencia de música en México, en el sentido estricto del concepto, antes de la Colonia véase,
H. T. Cresson, Azteca music, Proceedings of the Academy of Natural Sciences of Philadelphia, vol. 35 (1883), 86-94.
http://www.jstor.org/stable/pdf/4060857.pdf
54
Seguramente las melodías occidentales que sonaron por pri-
mera vez en México formaban parte de las tradiciones populares
españolas, tales como baile y canto, originarias de las regiones de An-
dalucía, Aragón, Navarra, Castilla León, Castilla La Mancha, Murcia,
Valencia, Navarra y Sevilla. Cabe citar la zambra, la jota, el zapatedo,
las seguidillas y el fandango, entre otras, las cuales se hacían acompa-
ñar por instrumentos rasgados y punteados como guitarras, bandu-
rrias y laúdes, así como de instrumentos de percusión entre los que
destacan castañuelas y panderetas, e instrumentos frotados como el
violín.3
Para cuando España llegó al continente americano, ya había
sufrido el dominio de los pueblos bereberes durante aproximada-
mente ochocientos años, hecho que influyó decisivamente en la con-
figuración de su vida social, política y cultural, por ende, de su pro-
ducción musical. Por tanto, al establecerse en México, ya convertida
en una potencia colonialista, España no era una cultura eminente-
mente original, sino el resultado de la suma y mixtura de elementos
ajenos asociados a los propios, que dieron como resultado nuevas
formas en el comportamiento, la música y en el lenguaje que se vio
ampliamente enriquecido con términos del árabe, del turco y del
gitano.
De esta pesquisa se desprende la teoría que las canciones-dan-
zas, como las señaladas anteriormente, sean las semillas de las cuales
surgieron durante el siglo XIX, por imitación ―dadas sus similitudes
estructurales―, los primeros ejemplares de canciones y música bai-
lable mexicanos a los que se les denomina "jarabe nacional",4 apelati-
vo cuya raíz sarab (bebida) manifiesta un legado árabe asociado a la
naturaleza idiosincrática de un territorio: México.
3 Rubén M. Campos, El folklore musical de las ciudades: investigación acerca de la música para bailar y cantar (México: Secretaría de
Educación Pública, 1928), 137-138; Gabriel Saldívar, Historia de la música y en México: época precortesiana y colonial, (México: 1934),
157, 158; Cfr. Albert Recasens, The New Grove Dictionary of Music and Musicians, 2a ed., (Londres: MacMillan, 2001) 24:146.
4 Campos, El folklore musical, 136.
55
Algunas coincidencias estructurales entre el
jarabe nacional, las seguidillas y el fandango.5
De acuerdo con José Luis Navarro García, las seguidillas fueron unas
de las tonadas más populares de todo el repertorio de cantos folkló-
ricos españoles, se cantaron y se bailaron en casi toda España. "Se les
llamó indistintamente seguidillas o coplas de seguida, por la forma en
que se cantaban y se acompañaban, ya que era un canto que se hacía a
base de series de varias coplas seguidas, consecutivas".6
Forma de las seguidillas
Composición métrica de cuatro versos, de los cuales, el
primero y tercero oscilan entre seis y siete sílabas, mien-
tras que el segundo y cuarto, asonantes, suelen tener cin-
co.7 Sus letras son coplas que alternan versos largos y
breves separados por frases de la guitarra, castañuelas y
tamboril".8 De acuerdo con el ejemplo 2, las seguidillas
del siglo XVII se escribieron en versos de dos líneas, con
cinco y seis sílabas.
Según la descripción en el diccionario New Grove:
las seguidillas inician con cuatro acordes introductorios ras-
gueados, en tempo ternario moderadamente rápido y en tona-
lidad mayor. Sus frases melódicas inician en la segunda o cuarta
corchea en el compás de tres cuartos, y la realización de melis-
mas frecuentemente cantados en una sílaba débil en los finales
de las frases. […] Una sección inicial (no repetida durante la
interpretación) consiste en una introducción breve seguido
por la salida, una entrada falsa del vocalista, quien canta una
porción corta del texto. La sección principal (repetida ad libi-
tum) consiste en un pasaje instrumental adicional corto (llama-
do falseta, estribillo o interludio), seguido por la copla, la sec-
ción vocal propiamente dicha.9
5 Sólo se pretende mencionar dos ejemplos canciones-danzas españolas como comparativo con el jarabe nacional. Es claro que existe
una lista con un mayor número de canciones-danzas españolas con las que pudiera haber coincidencias estructurales, es decir, en
cuanto a coplas y métrica.
6 Navarro, Historia del flamenco, "La seguidilla", 1:219.
7 Ibídem.
8 Cfr. Diccionario Akal/Grove de la música, Stanley Sadie editor, (Londres, MacMillan, 1998), 853.
9 Cfr. Recasens, The New Grove, 24:146. Traducción del autor.
56
Ejemplo 1. Seguidillas titubeantes del siglo XV y principios del
10
XVI
10 Cfr. Navarro y Ropero Núñez, Historia del flamenco, 1:219, 220. (Sevilla, Tartessol, S. L. 1995). Todos los ejemplos anotados en este
trabajo se tomaron tal y como aparecen en la bibliografía consultada.
57
De acuerdo con Alberto Manuel Ruiz Campos, el fandango
fue referido como un "baile sensual como pocos. Controvertido, que
tiene conexión con usos y costumbres árabes, obscenidad del mismo.
El fandango se constituyó como auténticamente español y se afirmó
como cante flamenco".
La forma del fandango está constituida por dos partes:
11Cfr. Alberto Manuel Ruiz Campos. Historia del flamenco, "El fandango", (Sevilla: Tartessol, S. L.,1995), 1:287, 295.
12 Navarro, Historia del flamenco, "Cantaores de las comarcas mineras", 2: 355. Se expone un ejemplo de Malagueña como una de las ramas
que surgieron de los fandangos. Cfr. Ruíz, Historia del flamenco, 1: 289, 290.
58
El jarabe mexicano
59
Ejemplo 6. El palomo (dos coplas)
Ejemplo 8. Gusto
60
Tal vez pronto estaremos solos (9A)
ya muy lejos de aquí. (6B)
Tal vez pronto estaremos solos (9A)
ya muy lejos de aquí, (6B)
ya muy lejos de aquí, (6B)
pero junto a ti. (5B)
61
Figura 2. Representación iconográfica de un jarabe mexicano.17
62
Cabe especular que durante sus estancias en París para realizar
estudios profesionales de música durante el siglo XIX, los compo-
sitores mexicanos, conocieron, escucharon y se familiarizaron con las
habaneras de Iradier, y que a su regreso a México trajeron este ritmo
como una novedad dentro de sus búsquedas de lo moderno. Lo que sí
puede asegurarse es que el ritmo de habanera llegó a México dentro el
repertorio que interpretaron cantantes profesionales extranjeros
―pese que el estilo italiano seguía en boga―, así como con la pre-
sencia de cantantes y compositores cubanos en México.21
Enrique de Olavarría y Ferrari refiere la existencia y popu-
laridad en México de esta melodía hacia el año 1866, interpretada por
cantantes de compañías de conciertos, cantantes de ópera, de opereta
y zarzuela de compañías francesas, alemanas, inglesas, e italianas, así
como por compañías mexicanas que se presentaron en el Principal, el
Arbeu, entre otros escenarios, lo cual es una muestra del éxito
internacional de dicha melodía. Con La paloma la audiencia llamaba
para encore y los empresarios lo aprovecharon para atraer público a los
teatros. Al respecto cita el historiador: "En el Teatro Principal […]
Concha Méndez enloquecía a sus muchos amigos y partidarios con
las aplaudidas canciones La paloma y el Chin, chin, chan".22 Por otro
lado menciona:
Ahora bien, como empresarios-negociantes no puede
negarse que los hermanos Arcaraz con la adquisición de
Pina Penotti pusieron, como se dice, una pica en Flan-
des. Su medio vacío teatro hasta entonces, se vio desde
ese momento lleno de bote en bote. Bastó anunciar que
la Penotti cantaría La paloma, para que las localidades de
agotasen. […] hasta cinco veces hubo de cantarla Pina la
noche del Domingo.23
21 Sobre el origen de la canción y danza habanera véase: Barulich, Failey, The New Grove, 10: 633.
22 Entre las cantantes citadas por Olavarría quienes interpretaron La paloma figuran: Concha Méndez (México), Luisa Pyk (Suecia), Pina
Penotti (Italia), Estefanía Collamarini (Italia), Rosina Jacobi (Italia), Emilia Schoenfeld (Alemania), Cfr. Enrique de Olavarría y Ferrari,
Reseña histórica del teatro en México (1528-1911), 3ª ed., (México: Porrúa, 1961), 1: 702-703; 2: 924, 985, 1233, 1449, 1468; 3: 1547, 1966; 4:
2458; 5: 3360.
23 Olavarría, Reseña histórica del teatro, 2: 1468.
63
La paloma (frag. ca.1856)
A :|: B :||
64
Catálogo de A. Wagner & Levien, Sucs. 1902.
Conclusiones
65
Por otro lado, de acuerdo con los resultados emitidos por el
Departamento de Investigaciones Indígenas en México (1940), las
melodías que se escuchan en los pueblos alejados de las urbes en
México tienen influencia de los elementos teóricos de la composición
occidental, así como por las creencias religiosas católicas. Este hecho
se interpreta como la pérdida de la originalidad y de la significación de
una tradición musical que viablemente existió en el pasado anterior a
la conquista. No basta con ver a los herederos de los indígenas llevar a
cabo danzas durante las festividades de los santos en los pueblos o
creer, sin indagar, que la música de los antiguos mexicanos consistió
en sonar caracoles, tambores o flautas (nombres europeos de
instrumentos). En el campo de la musicología se busca evidencia
contundente que pruebe que hubo música en ese pasado remoto y no
sólo con una función ceremonial. Es por ello que especialistas de la
Academia de Ciencias Naturales de Filadelfia, en los Estados Unidos,
han llevado a cabo estudios de arqueomusicología referentes a los
usos de los instrumentos de viento que tocaban los aztecas en sus
ceremoniales.
Las investigaciones de música mexicana han permitido res-
catar partituras y facsímiles que se resguardan en fondos reservados
en México. Así, a través de estos textos musicales ―los cuales de a-
cuerdo con Carl Dahlhaus son "la suprema máxima de la histo-
riografía musical"― se tiene que desentrañar si la música que se
produjo en México es netamente mexicana, híbrida, intercultural,
mestiza o criolla, a través del análisis inmanente, semiótico, icono-
gráfico, lexicográfico, sicológico, sociológico y antropológico, que
revele su esencia y trascendencia en el devenir histórico de la música
mexicana y su papel en el fortalecimiento de la identidad de lo nacio-
nal.
66
Bibliografía
67
LA MÚSICA DE CONCIERTO EN MÉXICO:
TRANSICIÓN DEL SIGLO XIX AL SIGLO XX
1 José Octavio Sosa y Mónica Escobedo, Dos Siglos de Ópera en México. Volumen I. (México: Secretaría de Educación Pública, 1986), 13.
69
Desde entonces el intercambio musical fue constante, músicos
europeos viajaban a nuestro país para traer cosas nuevas, mientras
que músicos mexicanos con posibilidades comenzaban a viajar a Eu-
ropa para profundizar en sus conocimientos y perfeccionar sus técni-
cas. Muchos de ellos fueron músicos destacados que nos han dejado
obras clave para comprender el desarrollo de nuestra historia musi-
cal.
Sin embargo, aun cuando fueron muchos los compositores
mexicanos con amplia producción, son muy pocas las obras que lo-
graron sobrevivir al paso del tiempo. Existen registros de una multi-
tud de compositores y obras que se quedan en eso, en un registro. Un
claro ejemplo es José Mariano Elízaga (1786-1842), el primer compo-
sitor reconocido del México independiente, fundador además de de
la primera imprenta musical y la primera orquesta filarmónica de
nuestro país. Se sabe que Elízaga dejó una amplia producción, sin
embargo, casi toda está perdida. Recientemente se han encontrado
algunas de sus obras, como Misa en La Mayor, recuperada por el
investigador Ricardo Miranda en 1993. Hay todavía muchas obras
que permanecen escondidas en el viejo archivero o librero en alguna
iglesia o residencia, esperando ser rescatadas y, sobre todo, interpre-
tadas en las salas de concierto. Compositores como Aniceto Ortega
(1825-1875), José Antonio Gómez (1805-1876) o el propio Elízaga,
fundadores del pianismo nacional y precursores del estilo musical
que estaba por venir son hoy completamente desconocidos para el
gran público, e incluso para muchos estudiantes y académicos mexi-
canos. Pocos compositores lograron trascender, cuyas obras tienen el
privilegio de ser escuchadas actualmente por el público mexicano. A
pesar de ello, la música mexicana del siglo XIX, aunque sin un carácter
y estilo propios, vio nacer obras dignas de estudiarse, analizarse y
presentarse al público mexicano para que a través de ellas sea posible
conocer más sobre la historia musical de México.
70
La búsqueda del carácter nacional:
compositores y música mexicana del siglo XIX
2 Antonio García Cubas, El Libro de mis recuerdos, (México, Imprenta de Arturo García Cubas, 1904), 519.
71
nas, aunque bien es posible hallar ejemplos de valses notables antes
de don Porfirio y más allá de 1920".3
72
débil barquichuelo de su sentimiento individual y pugnaba
por conjurar la tormenta que amenazaba hundirlo....4
4 Gustavo Campa, Críticas Musicales, (México: Librería Paul Ollendorff, 1911), 332.
5 Ibíd., 333.
6 Verónica Zarate y Serge Gruzinksi, Ópera, imaginación y Sociedad. México y Brasil, Siglo XIX. Historias conectadas: Ildegonda de
Melesio Morales e Il Guarany de Carlos Gomes. (México: Colegio de México, 2007), recuperado en:
http://codex.colmex.mx:8991/exlibris/aleph/a18_1/apache_media/IBEMC9B9VSPVMKAJ9Q4E4P3I79KQ8D.pdf
7 Según una crónica publicada en la Revista Universal de México, del 25 de mayo de 1875.
73
Además de sus Ecos, Ituarte dejó una vasta colección de obras
para piano, danzas y transcripciones para piano de ópera y zarzuela.
74
dente en la escena musical de todo el país. El Grupo de los Seis ―inte-
grado por Ricardo Castro, Gustavo Campa, Felipe Villanueva, Juan
Hernández Acevedo, Carlos Meneses e Ignacio Quesada― tuvo la
finalidad de crear un instituto musical para difundir nuevas teorías y
enseñanzas de la música, y eliminar el italianismo que prevalecía en la
música de la época a través de promover un mayor interés por la mú-
sica francesa y alemana. No sólo los estilos de composición, sino los
libretos, temas y demás materia prima de origen europeo fueron los
recursos preferidos por los compositores nacionales. Felipe Villanue-
va, uno de los fundadores del grupo, fue un niño prodigio quien a los
seis años ya tocaba el violín y componía. A los diez años escribió su
Cantata patriótica y a los once la mazurka El último adiós. Desde enton-
ces su carrera fue en ascenso, dedicándose a la composición de dan-
zas, valses, nocturnos y una amplia variedad de piezas para piano. De-
jó una ópera cómica llamada Keofar, estrenada en 1893 que narra una
conspiración política contra un tirano. Aunque ambientada en el con-
texto político de la Rusia zarista, resulta curioso que una obra con di-
cha temática se presentara en pleno porfiriato. Keofar no volvió a re-
presentarse nunca, a causa de la pérdida de la partitura orquestal.
Recientemente, el maestro Juan Ramón Sandoval, investigador y
fundador de la Sociedad Promotora de Estudios Musicales del Siglo
XIX, anunció el hallazgo de dicha partitura en versión orquestal y en
reducción para piano, estrenó su puesta en escena en 2015.
75
Compositores de transición: del siglo XIX al siglo XX
Ricardo Castro (1864-1907)
8 Joaquín Gutiérrez Heras, Notas sobre notas, (México: CONACULTA, 1998), 435.
9 Gutiérrez Heras, Notas sobre notas, 435-436 (véase n. 8).
76
XX y su más reciente representación ya en este siglo fue el 7 de fe-
brero de 2014 en el Teatro Ricardo Castro de la ciudad de Durango,
en el marco de la conmemoración por los 150 años del nacimiento del
compositor.
77
diccionarios y artículos de investigación de limitada difusión.10 José
Rolón siguió la tradición de viajar a Europa y prepararse con perso-
najes del más alto nivel. Estudió con Moritz Mozkowski, Paul Dukas
y con Nadia Boulanger, y destacó por su talento y por la modernidad
de su lenguaje musical. Aunque sus primeras obras pertenecen al gé-
nero conocido como música de salón, su cercanía con el ámbito popu
lar y el folklore lo llevaron a componer obras que exaltan el carácter
nacionalista, pero con un lenguaje que experimenta con la armonía y
se aleja completamente del romanticismo de sus primeras obras, al
grado de que algunas de ellas se ubican dentro del nacionalismo im-
presionista. Entre sus obras destacan Danzas indígenas para piano, Con-
cierto para piano y orquesta y el poema sinfónico El festín de los enanos. La
importancia de José Rolón para el desarrollo de la música mexicana
del siglo XX se resume en las palabras de otro célebre compositor de
nuestro país, Silvestre Revueltas:
10 Ricardo Miranda, El sonido de lo propio. José Rolón. Volumen I, (México: CENIDIM, 1993), 15.
11 Gutiérrez Heras, Notas sobre notas, 467-468 (véase n. 8).
78
Ponce fue un músico prolífico que compuso obras que le han
permitido trascender internacionalmente: su Intermezzo para piano es
casi tan conocido como su Estrellita, o su Concierto del Sur para gui-
tarra. Fundador, junto con su compañero de estudios José Rolón, del
nacionalismo romántico mexicano, los primeros rasgos de su nacio-
nalismo y la utilización de temas populares se notan ya en ciertas
obras escritas entre 1903 y 1904;12 cosechó éxitos tanto en México
como en Estados Unidos y Europa ganándose el respeto y recono-
cimiento de músicos de talla internacional. Las obras de Ponce tras-
cendieron tanto que, mientras Andrés Segovia interpretaba sus obras
para guitarra, Jascha Heifetz interpretaba su arreglo para violín de
Estrellita como encore por todo el mundo. Su música fue la que presen-
tó por primera vez características nacionales genuinas que, aunque
alejadas de la música popular y de cualquier rasgo indígena, ayudaron
a formar una auténtica escuela mexicana de composición y una ver-
dadera corriente nacionalista en la música. Fueron sus alumnos quie-
nes después consolidarían ese nacionalismo mexicano que ha inspi-
rado a tantas generaciones. A pesar de que en vida no obtuvo tal vez el
reconocimiento merecido, el nombre de Ponce está y estará escrito
durante mucho tiempo en un lugar privilegiado de la historia de nues-
tra música. Corazón Otero, reconocida guitarrista e investigadora, le
describe así:
Manuel María Ponce es sin duda uno de nuestros más grandes
compositores. Su genio extraordinario creó una maravillosa
obra musical inspirada principalmente en temas del más puro
folklore mexicano. Con un talento excepcional enriqueció
esas sencillas formas hasta llevarlas a las salas de conciertos
del mundo entero en bellísimas composiciones.13
Conclusión
12 Víctor Manuel, Carlos Gómez, Manuel M. Ponce, el nacionalismo romántico, (México, Instituto Cultural de Aguascalientes, 2010), 51.
13 Corazón Otero, Manuel M. Ponce y la Guitarra, (México: EDAMEX, 1997), 14.
79
distintos géneros de la música de concierto en nuestro país. El pre-
sente texto recopila breves semblanzas de los compositores de mayor
trascendencia, cuyos nombres aún suenan en las salas de concierto y
en las escuelas de música, sin embargo, es importante mencionar y
rescatar a personajes de la talla de Rafael J. Tello (1872-1946), quien
abordó el estilo sinfónico, el de música de cámara, el religioso y el tea-
tral, además de óperas como Dos amores, Nicolás Bravo y El Oidor;14
Joaquín Beristáin (1817-1839), compositor, director e intérprete cuya
obertura La Primavera aún se interpreta; Cenobio Paniagua (1821-
1882), fundador de la escuela operística en México y cuya ópera
Catalina de Guisa es el primer título nacional del género que se re-
presentó después de la Independencia;15 o Clemente Aguirre (1828-
1900), compositor, ejecutante y director de banda jalisciense, que
dejó más de mil quinientas piezas que hoy son parte del patrimonio
cultural de Jalisco. Gracias al esfuerzo y trabajo de muchos de estos
compositores, que desafortunadamente no gozan de tanta popula-
ridad, se formó una herencia musical mexicana que contribuyó a
construir nuestra identidad cultural.
80
Bibliografía
Referencias electrónicas
81
MÚSICA FINA DE LUIS JORDÁ
Introducción
83
cilla estructura de danza en la primera de ellas titulada Sinceridad
(ejemplo 1).
Tema A
Tema B
Compases 17-18.
84
Hasta alcanzar una reducida forma de sonata clásica en la ter-
cera danza titulada Heroica (ejemplo 2) donde se identifican las partes
A y B estructuradas con periodos regulares y un puente que permite
el retorno a la primera parte, pero su invención armónica presenta de
manera sintetizada ciertas características propias de una sonata sim-
ple clásica (esquema 1).
85
Ejemplo 3. Elodia. Compases 1-5.
86
Ejemplo 5, compases 15-18.
Melodía
octavada
87
El tema que utiliza para retomar la tonalidad inicial de La be-
mol mayor se deriva de la relación cromática de cinco notas que el
compositor plasmó en la mano izquierda del tema principal. En su
desarrollo se aprecian: la apoyatura a la nota del acorde, la presencia
de octavas en la melodía construidas con ambas manos, y la unión as-
cendente de notas, pero mediante un cromatismo que logra intensi-
ficar el pasaje que une dos funciones básicas (ejemplo 8).
Ejemplo 9. Mazurka.
88
El material melódico utilizado en la tonalidad de Sol bemol
mayor presenta dos aspectos característicos: su construcción en base
a arpegios y cierto movimiento cromático. Este tema en particular es
de gran importancia, pues alcanza plenamente la función idiomática
del arpegio, que en combinación con el pedal y los matices señalados,
permite explorar diferentes niveles de sonoridad (ejemplo 10):
89
El tema C se caracteriza por la fluidez de su dibujo melódico
donde la unión de notas puede darse de manera sucesiva, cromática o
en torno a un arpegio (ejemplo 12).
90
En la danza Dúo de Amor el aspecto melódico es la forma más
clara de manifestar el carácter sugerido por el título, pues expone dos
voces, de conducta independiente, pero tratadas de acuerdo a un dis-
curso musical (ejemplo 14).
91
En esta danza el compositor logra conmover gracias a la es-
trecha relación de los recursos formales, armónicos y melódicos que,
en forma integral logran expresar la volubilidad de carácter que sugie-
re el título.
92
El motivo b, expuesto a cuatro voces, se vale de la combinación
de diversos elementos temáticos expuestos con anterioridad (ejem-
plo 18).
93
en honor de San Jorge y en los eventos organizados por la Junta Di-
rectiva del Orfeón Catalán; su preocupación por apoyar a los artistas
mexicanos en formación, promover la música mexicana y la unidad
nacional con composiciones de baile, salón, concierto e incluso de ín-
dole patriótico propias del México independiente y con una constan-
te participación como miembro activo de la Sociedad Mexicana de
Autores, y el deseo de expresar un repertorio propio a través de la
asimilación y el dominio de avanzadas técnicas que muestran su com-
petencia en el atractivo lenguaje universal y le valen el reconocimiento
de grandes maestros de la música.
El repertorio pianístico de este compositor alcanza el anhelo
que algunos compositores de la época tenían por explorar ese lengua-
je universal que se veía tan lejano. Su música explota una notable ex-
presividad del instrumento desde el mínimo de recursos técnicos
hasta la demanda pianística concertante.
En sus piezas para piano se encuentra una propuesta artística
mexicana con elementos locales y formas clásicas renovadas, en ellas
esconde algo de melancolía por su país natal pero sabe estilizar ciertas
formas cuya fuerza estética no surge solamente de su fina y elegante
factura sino de la inclinación de la sociedad por una identidad, misma
que sus melodías fijaron de forma etérea. Su música logra ser un me-
dio de cohesión social, convivencia y entretenimiento, hechos que
impactan en la demanda musical mexicana.
La producción musical de Jordá ayuda a esa necesaria identidad
del pueblo mexicano por su estrecha relación con sus potencias: la re-
ligiosa, a través de su aportación musical en conmemoración a la Vir-
gen de Guadalupe; el idioma, mediante el estrecho lazo de comuni-
cación con el lenguaje de sus zarzuelas que permitió el acercamiento
al alma del pueblo; y el gobierno, con su contribución al deseo porfi-
rista del afrancesamiento cultural.
Manifiesta el gusto y sentir de una nación, el cultivo de la músi-
ca en grandes teatros y en íntimas salas, con una consistente técnica
compositiva que rompe las limitadas aspiraciones de aficionados y no
se limita a configuraciones rítmicas, progresiones armónicas, secuen-
94
cias estructurales, diseños melódicos y rango limitado de tonalidades,
elementos compartidos en el repertorio mexicano.
Expresa la posición de un artista extranjero en un entorno so-
ciocultural deseoso de explorar un lenguaje universal. Sus habilidades
le permiten desarrollar un estilo propio gracias a los rasgos musicales
que determinan su renovado lenguaje musical, así, su conducta ecléc-
tica y cosmopolita contribuye a formar la grandeza de su valor.
Conclusiones
95
posiciones puede encontrarse: la perfección formal, al realizar esque-
mas deliberadamente pensados como una articulación armónica; la
noción de una unidad orgánica y la clara idea de la música caracterís-
tica.
Jordá se caracteriza por un estilo propio que desarrolló en un
país que demandaba ciertos gustos y géneros, mismos que el compo-
sitor supo atender gracias a su versatilidad y a la expresividad de su
obra caracterizada por un renovado lenguaje musical.
96
Bibliografía
Contreras Soto, Eduardo, "El paso de nuestra música del siglo XIX al
XX: un trayecto menos accidentado", Heterofonía, 107, 1992,
pp. 53-59.
97
“Jordá, un español en el México porfiriano", Obras de Luis G.
Jordá, Fernando de la Mora, tenor; Silvia Navarrete, piano.
México, Pro- disc, 1998.
The New Grove Dictionary of Music and Musicians, 2a. ed., Stanley Stadie,
editor, Londres, Macmillan, 2001, vol. 19.
98
MANUEL M. PONCE Y JULIÁN CARRILLO:
NACIONALISMO Y VANGUARDISMO MUSICAL EN MÉXICO
de cada país.
Mayer-Serra señala que para entender y situar el desarrollo del
nacionalismo es necesario considerar aspectos que sirvieron como
fundamento al surgimiento de éste: el predominio absoluto de un
estilo musical ajeno, el elemento popular de la melodía y del ritmo, de-
jando intacto el ropaje armónico. Los elementos rítmico-melódicos
populares adquieren mayor autonomía. Esto es el paso de la asimila-
ción de lo folklórico a la creación de un lenguaje musical naciona-
lista.4
México adoptó los lineamientos de otros países para establecer
el surgimiento de una música nacionalista llevada a un nivel de escri-
tura superior sin dejar de lado sus características originales. El doctor
Miranda coincide al señalar que la obra de Ponce tiene que ver con el
contacto que tuvo con músicos europeos y los estilos de composi-
ción de aquel lado del océano.5 Carlos Chávez (1899-1978) señala que
1 Otto Mayer-Serra, Panorama de la música mexicana, desde la Independencia hasta la actualidad, México, reimpresión facs., CENIDIM, 1996 (El
Colegio de México, 1941), p. 96.
2 Ricardo Pérez Monfort, Entre "Nacionalismo, Futurismo y Universalidad. Aproximaciones a una controversia entre Manuel M. Ponce y
Alfredo Tamayo, (México, Heterofonía, núm, 118-119. Enero-Diciembre, 1998), p. 44.
3 Isaiah Berlin hace referencia a la música folclórica y nos dice que "Herder consideraba que la canción y la danza folclóricas eran expresión
de cierto espíritu seminconsciente de una nación, y que de no expresar esto, carecerían por completo de valor", Berlin, Isaiah, Las Raíces
del romanticismo, (Madrid, España, Talleres Gráficos de Unigraf, S. L., Móstorles, 2000), p. 136.
4 Mayer-Serra, op. cit, p. 99.
5 Ricardo Miranda, "D'un cahier d'esquisses: Manuel M. Ponce en parís, 1925-1933", (México, Heterofonía, 118-119 enero-diciembre, 1998),
p. 54.
99
el folklore de otros países influenció en muchos aspectos la confor-
mación de una identidad nacional.
Mayer-Serra ubica a Ponce como el compositor cuya obra es
indispensable para el surgimiento del nacionalismo musical mexi-
cano,6 su obra contibuyó a la realización de un nacionalismo moder-
no con elementos folklóricos y no autóctonos y logró la unión entre
armonía y melodía populares.7 No obstante fue criticado por el em-
pleo de elementos europeos.
Efectivamente, Ponce utilizó elementos europeos, pero: ¿có-
mo se podía componer música de carácter nacionalista sin utilizarlos?
No sólo inicia el movimiento folklorista, sino que también es, según
Mayer-Serra el iniciador del sinfonismo folklórico mexicano.8 Yolan-
da Moreno Rivas señala que no solo es precursor del movimiento na-
cionalista en la música, sino que es parte de la escuela mexicana de
composición.9 Chávez agrega que la música popular se utilizó como
el inicio de una escuela nacional y el surgimiento de un estilo típico de
nuestra raza.10
Las ideas musicales de Ponce tienen que ver con su contacto
con compositores extranjeros, dicho contacto significó ese rescate
del olvido de la música folklórica, situación que lo coloca en la his-
toria de la música mexicana como iniciador del nacionalismo "ro-
mántico", como lo dice Moreno Rivas.
Otra característica es su estilización de los moldes musicales de
las canciones populares que Ponce traslada a la partitura con una ela-
boración mucho más rica en estructura armónica, que encaja en el
romanticismo ponciano.11 Fue él quien dio rostro a la música del pue-
blo, del que tomó los temas para obras de carácter nacional. "Es cu-
rioso cómo Ponce insiste en la necesidad de 'dignificar' las produc-
ciones sonoras del pueblo".12 Sucumbió ante la modernidad en la
composición musical mexicana y, como señala Moreno Rivas, entró
6 Mayer-Serra, op. cit, p. 123.
7 Idem, p. 148.
8 Idem, p. 153.
9 Yolanda Moreno Rivas, Rostros del nacionalismo en la música mexicana, un ensayo de interpretación, (México, Fondo de cultura Económica, 1989),
p. 90.
10 Carlos Chávez, "La música", en México y la cultura, (México, Secretaría de Educación Pública, 1946), p. 308.
11 Idem, p. 99.
12 Idem, p. 103.
100
rioso cómo Ponce insiste en la necesidad de 'dignificar' las produc-
ciones sonoras del pueblo".12 Sucumbió ante la modernidad en la
composición musical mexicana y, como señala Moreno Rivas, entró
en un neoclasicismo que le significó el rechazo de algunos críticos. Su
marcada inclinación hacia lo personal rescata sólo el arte popular que
expresara con naturalidad un color crepuscular íntimo.13
En el caso de Julián Carrillo (1875-1965), Moreno Rivas señala
que merece un lugar preponderante en la composición musical de
México como el buscador de una nueva gama sonora que permitiera
establecer una línea distinta en las obras musicales: "la obra de Carri-
llo proporcionará no pocas sorpresas auditivas además de fructíferas
enseñanzas a los nuevos compositores del medio electroacústico.14
Otros trabajos con relación a estos autores nos hablan de la
aportación musical que dieron a México. Ricardo Miranda establece
que la música de Ponce refleja un aspecto puramente musical sin rela-
cionarse de ningún modo a las etapas que marcaron a México en su
evolución. En este sentido Moreno Rivas señala que la obra de Ponce
no refleja ese aspecto de los movimientos civiles mexicanos y que su
obra, a pesar de ello, refleja ese rostro de nacionalismo ―si bien ro-
mántico― que marca la identidad de la música mexicana de su
tiempo. Carlos Chávez establece que la verdadera música mexicana
no es la creación de obras con temas de canciones populares, sino la
que contiene elementos de investigación más profunda del
mexicanismo verdadero. "No hubo investigaciones serias acerca de la
música popular mexicana ni hubo tesis concretas…"15 Contrario a
esto, Ponce fue un profeta, ya que su defensa de la música traspasó los
límites de su época llegando a la nuestra como reflejo fiel de lo que
trataba de evitar, a saber, la pésima participación de los medios de
comunicación que no transmiten el verdadero arte de México, sino
que, además, proporcionan el engrandecimiento de la ignorancia de
la sociedad, no sólo en lo que a música se refiere, sino a aspectos
generales de la vida en nuestro país.16
13 Yolanda Moreno Rivas, La composición en México en el siglo XX, (México, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, 1994), p. 22.
14 Idem, p. 37.
15 Ricardo Miranda, Manuel M. Ponce, ensayo sobre su obra y su vida, (México, CONACULTA, Colección Ríos y Raíces 1998), p. 103.
16 Para Ponce, el radio era un invento que servía para la difusión de la música ― no muy buena, por no decir "mala" ― que invadía a la
sociedad mexicana, afortunadamente no le tocó el máximo esplendor de la televisión, sino créanme, se moriría solo de la impresión que
esto le causara.
101
La búsqueda de un lenguaje en Ponce es el reflejo de esa ne-
cesidad por establecer un camino hacia un arte propio mexicano.
"Sus obras lo establecen como el primer músico nacionalista…"17
Miranda señala que la obra de Ponce esta marcada por un eclecti-
cismo, pero se debe ser mucho más profundo en la investigación de
su obra. Ha sido situado como el compositor de canciones estilizadas
y se le da poca importancia a todo su catálogo, también señala que es
imposible no estar de acuerdo con Moreno Rivas en el sentido de que
“la vocación nacional de Ponce es el mejor de sus aciertos".18
Ponce es visto también como un receptor tradicionalmente ro-
mántico e ideológico, con influencia extranjera proyectada mediante
su obra.19
Con relación a Julián Carrillo, Miranda señala que era visto co-
mo un compositor del cual se podían tomar elementos de sus ideas y
desarrollarlas como un fundamento teórico. Esto revela la importan-
cia que le dieron algunas personas a la idea revolucionaria de Carrillo
y su sonido 13.20
Otros hablan de Carrillo como un compositor influenciado
por Alemania antes de entrar en el microtonalismo, tal es el caso de
Eduardo Contreras Soto (1965), quien habla de la visión revoluciona-
ria que influenció no sólo a México, sino a muchos lugares del mun-
do.
José Vasconcelos (1882-1959) señala que Carrillo dejó una
profunda influencia en los compositores contemporáneos, hecho
que es visto como un logro de la técnica revolucionaria del compo-
sitor. Esta influencia no sólo fue vista como un parteaguas en la crea-
ción musical en México, sino que Carrillo citaba al país como un con-
quistador de nuevos horizontes en cuanto a evolución sonora se re-
fiere.21 La música de Carrillo es esa que aún hoy no podemos enten-
17 Miranda, op. cit, p. 121.
18 Ricardo Miranda, Ecos, Alientos y sonidos, ensayos sobre música mexicana, (México, Fondo de Cultura Económica - Universidad
Veracruzana, 2001), p. 143.
19 Eduardo Contreras Soto, "El paso de nuestra música del siglo XIX al XX: un trayecto menos accidentado", (México, Heterofonía, núm.
107, julio-diciembre, 1992), p. 58.
20 No obstante, algunos detractores de la obra de Carrillo - específicamente Carlos Chávez - aprovecharon la época del Primer
Congreso Nacional de Música de 1926 para atacar la música del compositor, alegando que esta no era la verdadera música mexicana
como se pretendía hacer ver.
21 Rafael Heliodoro Valle, "Dialogo con Julián Carrillo" (México, 1936, nota introductoria de Ricardo Miranda, Universidad de
México, 613-614, julio-diciembre, 2000), p. 109.
102
der, nos adentra en un mundo de imaginación desbordada y a la vez
en la realidad tangible del músico mexicano. Pero se trata también de
un compositor romántico que utilizó los elementos de la composi-
ción decimonónica. "La audición de obras como Los naranjos, la Pri-
mera Sinfonía o su Sexteto corrobora que su estética es acorde al ro-
manticismo europeo".22 Isaiah Berlin (1909-1997) señala que lo fun-
damental en el romanticismo es: "la voluntad ingobernable y que no
existe una estructura de las cosas",23 en este sentido, Carrillo es un ro-
mántico.
Un aspecto relevante de su obra es la innovación, conside-
rando que su música es el reflejo de una evolución que hasta hoy sigue
influenciando a los compositores jóvenes. El entorno al cual se en-
frentó no permitió la evolución de su sistema como él hubiera que-
rido. 24 Alejandro L. Madrid coincide con Contreras Soto al señalar
que la formación que Carrillo obtuvo en Alemania le permitió iniciar
su camino hacia el microtonalismo. 25
Con respecto a las obras representativas de los dos autores, en
el caso de Ponce es difícil establecerlas ya que su obra está dividida en
secciones, es decir, no podemos establecer una línea de análisis de sus
composiciones de manera continua porque es un laberinto intermi-
nable de posibilidades melódicas y temáticas. Aunque podemos citar
el Concierto para Piano, el cual Joel Almazán señala como relevante para
entender la capacidad inventiva de Ponce y, a su vez, nos permite ver
un rostro de los tantos con los que cuenta el autor. Cabe mencionar
que lo señala como "la obra más importante de su fase romántica". 26
Asimismo, Ponce se autocita constantemente, tal es el caso de
Estrellita y Cuiden su vida, por mencionar algunas.
En cuanto a Julián Carrillo, consideremos la obra: Horizontes
(1947) de la cual el Miranda señala que "quizá sea la última gran obra
22 Ricardo Miranda, "Romanticismo y contradicciones en la obra de Julián Carrillo", (México, Heterofonía, núm. 128 en prensa), p. 4.
23 Idem, p. 6.
24 Luca Conti, "Introducción crítica al Sonido 13 de Julián Carrillo", (México, Heterofonía, 123, julio-diciembre, 2000), p. 77. Esta
situación sigue prevaleciendo desafortunadamente en muchos de los casos actuales, ya que el entorno en el que los músicos se
desenvuelven, es aquel que está influenciado por los medios de comunicación y que no da la menor oportunidad a los verdaderos músicos.
25Alejandro Madrid, "Modernismo, futurismo y kenosis: las canciones de Átropo según Julián Carrillo y Carlos Chávez", (México,
Heterofonía, 123, Julio-Diciembre, 2000), p. 91.
26 Joe Almazán Orihueal, "Integración temática en el Concierto para Piano de Manuel M. Ponce", Heterofonía, núm. 118-119, (México,
enero-diciembre, 1998), p. 119.
103
del romanticismo musical de occidente".27 Igualmente el Preludio a
Colón, ya que es una de las obras que iniciaron el camino hacia la re-
volución musical de Carrillo y de la cual se desprende lo siguiente:
"Trabajo representativo de su visión del modernismo". 28
En la música mexicana de finales del siglo XIX y principios del
XX tenemos que voltear la mirada hacia Manuel M. Ponce y Julián
Carrillo como personajes que dieron un paso importante en la evolu-
ción de la música en nuestro país, cada uno con su aporte respectivo.
Además, consideremos que la visión de los investigadores estudiados
para este trabajo es muy similar, ya que casi coinciden en sus críticas
sobre cada uno de ellos.
Es importante señalar que el uso del método histórico es evi-
dente con relación a los ensayos y artículos revisados, así como la in-
vestigación de archivos de los cuales se desprenden una cantidad im-
portante de información que de otra forma estaría prácticamente
fuera de nuestro alcance.
La música mexicana, como la de otros países, fue tomando su
importancia gracias al rescate de la música folklórica de cada país,
pueblo o región, es en este aspecto personajes como Ponce toman
una mayor importancia. Es así como cada persona o pueblo se iden-
tifica con su música, Iaiah Berlin dice al respecto: "Si una canción
folkclórica nos habla, es porque la gente que la creó era tan alemana
como nosotros, y nos hablaban a nosotros porque pertenecemos a la
misma sociedad"… "Los portugueses no pueden comprender el
espíritu de una canción alemana del modo en que pueden hacerlo los
alemanes".29 Ahora bien, si a esta música de corte popular se le arre-
gla con una escritura superior, dicha música tomará ―en muchos de
los casos― una relevancia mucho mayor a la que tenía, sin mencionar
el rescate del que fue objeto. Es importante señalar que el análisis de
partituras realizado por los investigadores nos aclara el rumbo que
tanto Ponce como Carrillo tomaron en el desarrollo de su música. A
su vez, nos hace ver los errores en los que incurren algunos inves-
tigadores e historiadores en la conformación de sus críticas.
27 Miranda, Romanticismo y contradicciones, op.cit, p. 10.
28 Madrid, op.cit, p. 123.
29 Berlin, op.cit, p. 88.
104
En el caso de la revolución musical de Carrillo debemos des-
tacar que pese a la censura de que fue objeto, (dice "pese a la cen-
sura…" pero no hay una conclusión al respecto en todo el párrafo. Es
decir, si se apunta: "Pese a esto" deberá concluir algo al respecto, por
ejemplo, "pesea que llovió, llegamos a tiempo) consideremos los
ejemplos que a lo largo de la historia se han venido dando con re-
lación a los avances en cuanto a las técnicas de composición musical
se refiere. Tal es el caso de Claudio Monteverdi, quien sostuvo su dis-
puta con Artusi con relación a ―como el mismo la llamó―su seconda
prattica, y que como en el caso de Carrillo, siguió desarrollando dicho
sistema sin pensar en las críticas que esto le generaba, o el caso de
Arnold Schöenberg con la implementación de sistema dodecafónico,
etc. Son muchos los caso de personajes que se han atrevido a desafiar
las reglas prevalecientes de su tiempo, pese a ello debemos de agra-
decerles haberlo hecho, ya que de no ser así, el arte musical estaría
condenado al más rotundo de los olvidos.
105
Conclusiones
106
Bibliografía
Contreras Soto, Eduardo: "El paso de nuestra música del siglo XIX al
XX: un trayecto menos accidentado", Heterofonía, núm. 107 (México,
julio-diciembre, 1992). pp. 53-59.
107
Madrid, Alejandro, "Modernismo, Futurismo y Kenosis: las canciones
de Átropo según Julián Carrillo y Carlos Chávez", Heterofonía, 123,
Julio-Diciembre, 2000. pp. 89-110.
108
DOMINGO LOBATO
ONCE PIEZAS BREVES PARA PIANO
Introducción
1 Consejo General Universitario, Dictamen No. I/2004/311: "Nombramiento de Domingo Lobato como Maestro Emérito",
Universidad de Guadalajara, http://www.hcgu.udg.mx/dictamenes/dictamen-no-i2004311
2 El Informador, "Fiebre de música a los 92", Informador.com.mx,
http://movil.informador.com.mx/cultura/2012/380998/6/fiebre-de-musica-a-los-92.htm
109
para que vean hasta dónde se puede llegar como pianista, or-
questador, músico o compositor.3
110
para cantar en el Coro de Niños de la Catedral de Morelia. Esto lo
llevó a recibir una educación musical más formal en lo que después
sería el Conservatorio de las Rosas pero que en 1921 era conocido
como Escuela Oficial de Música Sagrada del Arzobispado de Mi-
choacán. En 1938 esta institución cambiaría nuevamente su nombre
a Escuela Superior de Música Sagrada de Morelia, pasando a ser
dirigida por el compositor Miguel Bernal Jiménez. Domingo Lobato
ingresó allí en 1930 y a los 12 años conoció a Bernal Jiménez, quien
habría de ser su maestro principal los siguientes diez, años así como la
mayor influencia que tuvo en la composición.
En 1943 Lobato se graduó de la carrera Magisterio en Com-
posición y, dos años más tarde, en 1945, de la Licencia en Canto
Gregoriano. Sobre esta etapa Lobato recuerda que sólo dos compa-
ñeros se graduaron con él: Alfonso Vega Núñez (1924-2015) y Gui-
llermo Pinto Reyes (1920-1997). Ambos destacarían también en el
escenario musical de México.
En 1946 llegó a la ciudad de Guadalajara a trabajar en la Es-
cuela Superior de Música Sacra por invitación del entonces director,
el padre Jesús Aréchiga, y por recomendación del propio Bernal
Jiménez, quien conocía a Aréchiga del tiempo cuando ambos estu-
diaban música en Roma. Al recordar su traslado a Guadalajara, Loba-
to mencionó en la entrevista que le hice que "había una gran necesi-
dad de maestros de música en esa ciudad."5 Es interesante notar que
dos maestros que dejaron la ciudad por aquellos años fueron "Ramón
Serratos y José Rolón, quienes habían sido nombrados directores de
la Escuela de Música de la UNAM y del Conservatorio Nacional de
Música, respectivamente."6
Poco tiempo después Lobato es invitado a colaborar como
maestro en la entonces llamada Escuela de Bellas Artes del Estado.
Esta institución más tarde se transformó en la Facultad de Bellas
Artes pasando a depender administrativamente de la Universidad de
Guadalajara. Por un tiempo también se le conoció como Conserva-
torio de Música, pero en 1952 se constituyó finalmente como Escue-
5 Eliud Nevárez Arrazate, "Música para piano de tres compositores Mexicanos," en Música y Desarrollo Cultural, coord. Gerardo Monjarás
Luna (México: Universidad Autónoma de Coahuila, 2015) 169.
6 Cobían, "La música, mi profesión, mi vida, mi mensaje".
111
la de Música. Lobato fue nombrado director de la institución en 1955,
y al frente de ella transformó la estructura pedagógica y sus planes de
estudios, elevó el nivel artístico y educativo, y creó un con- junto coral
y una orquesta que presentaban óperas y zarzuelas. En esa posición
mostró también un gran interés por difundir la nueva mú- sica lo que
lo llevó a realizar varios intercambios académicos entre esta escuela y
el Conservatorio Nacional de México.
En el año de 1958 Domingo Lobato recibió el Premio Jalisco
en Música por realizar un profundo estudio y rescate de la música de
la época colonial que contenían los Archivos de la Catedral Metro-
politana de Guadalajara. En 1969, invitado por el Instituto Alemán
de Guadalajara y patrocinado por el gobierno de Alemania Federal,
ofreció varias conferencias sobre música mexicana en ese país. Al fi-
nal de su vida Lobato mencionó este viaje al considerar cuál había
sido el mejor momento de su carrera:
Difundir mi música en Europa…poco a poco se dio la posibi-
lidad de que yo fuera Alemania, y llevar la pieza "México creo
en ti" y otras obras en los principales centros de Hamburgo
hasta Múnich. Fue un viaje de trabajo, no de placer. En mi
archivo tengo planes y programas de estudio que desarrollé
para la Escuela [de Música de la Universidad de Guadalajara],
[tomando ejemplos de las escuelas superiores de música] de
Berlín, Hamburgo, Hannover. Siempre llevaba una grabación
en alemán y español. Fue un trabajo interesante, grande y creo
que valió la pena.7
112
Durante los últimos años de su vida Lobato se dedicó casi ex-
clusivamente a la composición, y siguió tocando el piano hasta su
fallecimiento, el 5 de noviembre del 2012, en Guadalajara, Jalisco.
Estilo musical
113
El nacionalismo de Lobato se alimenta de los colores y sabores
locales de la provincia, y en ocasiones posee un trasfondo lúdico.
Esto se refleja en los títulos que utiliza en obras como las Seis Danzas
de 1965: Vihuelas y Guitarrones, La Guacamaya Pinta, Las Carretas, El
Torito de Petate, La Güarecita, y Los Muleros.
114
nos presenta una pieza que contiene algunas características
del jarabe y del son.13
115
Once piezas breves
No. 1
116
A pesar de su brevedad esta pieza muestra una gran riqueza to-
nal. La idea principal se desarrolla combinándose con nuevas ideas a
través de varias modulaciones a mediantes cromáticas y a la sexta na-
politana. El lenguaje armónico incluye acordes de sexta aumentada,
triadas extendidas, y acordes de séptima que no resuelven normal-
mente, o quedan sin resolver.
No. 2
Esta pieza presenta un carácter festivo, por lo que su tempo debe de ser
rápido. A semejanza de algunas obras de Debussy, aunque con di-
mensiones más pequeñas, Lobato presenta a través de toda esta pieza
un movimiento continuo (moto perpetua) con figuras de tresillos de
corcheas. Estas figuras corren incesantemente y crean un ambiente
que recuerda la explosión de juegos infantiles.
Escrito también en Do, este estudio empieza con un alegre
tema que emplea un arpegio bitonal (ejemplo 2) y que alterna con
varios episodios modulantes en los que la melodía se mueve de la voz
superior a la más grave.
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No. 3
No. 4
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entre sí y hacer que encajen a la perfección; por ejemplo, cuando al
inicio de la pieza el primer motivo de tres notas y su inversión, que
reciben respuesta por otra idea en forma de escala, se relacionan con
unas figuras de acordes (ejemplos 3a y 3b). En esta primera frase tam-
bién se puede observar la inclinación del compositor a usar progre-
siones de mediante cromática.
Ejemplo 3a. Estudio Breve no. 4 Ejemplo 3b. Estudio Breve no. 4
No.5
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Al igual que en otros de los estudios, esta pieza presenta un es-
quema en el que se alternan partes temáticas y partes de desarrollo.
En estas últimas el compositor presenta quintas sincopadas con va-
riantes rítmicas en un registro muy amplio, incorpora el elemento de
los arpegios y, especialmente, explora una armonía cercana a la de po-
liacordes: no se puede hablar de poliacordes ya que sólo utiliza el in-
tervalo de quinta. Aquí también juega con una relación de semitonos
entre las dos manos.
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No. 7
Esta pieza tiene una forma binaria y, más interesante aún, es una pieza
bitonal polifónica en la que la voz superior está en Re mayor y la grave
en Re menor (utilizando la escala menor natural).
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trinos, etc. En esta pieza la dificultad técnica en la que se enfoca el
compositor son las notas repetidas en la mano derecha.
Esta pieza es predominantemente tonal y tiene un carácter cer-
cano al estilo romántico. El centro tonal es Mi menor y tiene una
modulación importante a la dominante que prepara el regreso a la
tónica en el modo mayor.
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Ejemplo 7. Estudio Breve no. 10
No. 11
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Conclusiones
El estudio de estas piezas deja ver que aunque algunas de ellas se en-
focan en trabajar algún problema técnico, la mayoría son compo-
siciones libres que no asumen dicho cometido. Solamente en dos o
tres se observa la intención de trabajar elementos específicos de téc-
nica como son las notas repetidas y las escalas.
Resulta más importante para el compositor explorar algún
recurso o lenguaje musical característico del siglo XX, como bito-
nalidad, la sonoridad de las quintas, la tonalidad extendida o el croma-
tismo, sin embargo, aunque utiliza un lenguaje moderno, el análisis
musical de las piezas revela que el lenguaje empleado en general es
fuertemente tonal.
En esta obra también se puede observar la intención de crear
contraste entre las diferentes piezas, para lo cual el compositor re-
curre a diversos elementos de su música anterior: ritmos de danza,
melodías de carácter popular, el carácter de la fiesta, etc. Aquí Lobato
no escribe indicaciones de tempo y son muy pocas las indicaciones de
dinámica que especifica.
Esta obra escrita en 1988 nos revela a un compositor maduro
que alcanza una maestría en el manejo de sus materiales sonoros. Para
ello economiza sus medios musicales de manera tal que su escritura
expresa las ideas con claridad usando el menor número de notas posi-
ble, contrario a algunas de sus piezas tempranas que pueden ser repe-
titivas y con poco desarrollo de las ideas musicales.
En los estudios breves todo parece volverse más simple en el
proceso de creación, lo cual da como resultado piezas en las que el
discurso musical fluye de manera natural y original. Las Once piezas
breves no llevan título alguno, pero por momentos tienen cierto
carácter infantil o lúdico. Él compositor parece llevarnos a un mundo
de estampas en el cual van desfilando diferentes temas y ambientes
musicales. No escribe títulos individuales para sus breves compo-
siciones lo que quizá sea un acierto ya que esto permite que la ima-
ginación de cada oyente tome su propio vuelo que lo lleva a sensa-
ciones y emociones personales.
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Esta obra, además de su valor artístico, tiene un valor peda-
gógico que permite al estudiante joven desarrollar algunos aspectos
de la mecánica del instrumento, así como la técnica de interpretación
en una obra contemporánea.
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Bibliografía
Fuentes de internet
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MÚSICA Y DESARROLLO
CULTURAL II