Tema Posada
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ACTO DE CONTRICCIÓN
MEDITEMOS LOS MISTERIOS DE NUESTRA FE CON ADMIRACIÓN, GRATITUD Y HUMILDAD, PUES
DIOS SE HIZO HOMBE PARA SALVARNOS.
Meditemos en la fidelidad que Dios tiene para con los hombres y pensemos en su amor constante
y sincero que siempre nos acompañan. Recordemos que Dios nos ofrece sus bendiciones a cada
uno, acerquémonos pues con fe y humildad y pidámosle que nos ayude a ser fieles a Él.
PADRE NUESTRO....
SEGUNDO MISTERIO
“DIOS CUMPLE CON LAS PROFECÍAS”
“Señor, tú sabes lo que necesitamos y nos concedes siempre lo que es bueno para nuestra
santificación, ayúdanos a entender tu plan de salvación, pues queremos cumplir tu voluntad cada
día, con alegría y con el ánimo verdadero de los que te aman”.
PADRE NUESTRO...
Antes de cada Ave María se hace una aclamación:
TERCER MISTERIO:
“DIOS SE HACE HOMBRE PARA SALVARNOS”
“Ahí estás Señor, el Dios todopoderoso, lleno de misterio, en un niño débil y frágil; te suplicamos
nos enseñes a contemplar cada día con asombro y gozo para reconocerte como nuestro Dios y
Señor”
PADRE NUESTRO....
Padre Eterno, Eva nos arrebató la gracia, pero María, con el fruto bendito de sus entrañas nos ofrece
a tu Hijo Jesucristo, nuestro Salvador, en ella se hace presente tu gracia que todo lo transforma.
Te damos gracias por darnos en María la Madre de tu Hijo y nuestra Madre, ayúdanos a acercarnos
a ella con respeto, gratitud y devoción para que como ella hagamos tu voluntad.
PADRE NUESTRO....
QUINTO MISTERIO:
“EL MISTERIO DE LA ENCARNACIÓN ES ADORADO”
Señor: Sólo de rodillas y en silencio podemos adorarte, pues mil canciones no pueden expresar la
inmensidad de nuestro gozo, sólo el silencio es elocuente y puede traducir las palabras que llevamos
en el corazón.
PADRE NUESTRO....
Tú, Señor, los amas, Tú, Señor, los amas, Tú, Señor, los amas,
no porque sean buenos, no porque sean buenos, no porque sean buenos,
sino porque son hijos tuyos. sino porque son hijos tuyos. sino porque son hijos tuyos.
TEMA
Dios ha establecido que los hombres vivan en comunidad. Solo cuando tenemos a otro al lado
podemos crecer y desarrollarnos completamente.
Cuando nacemos lo hacemos dentro de una pequeña comunidad que llamamos familia, y luego
nos desenvolvemos dentro de otras comunidades mayores como el barrio, la escuela, el trabajo,
etc., que aportan decididamente a favor de nuestro desarrollo psicológico, social y humano.
El Apóstol Pablo nos muestra en estos textos los principios básicos que siempre debemos de
considerar para tener una vivencia comunitaria correcta. Analicemos en forma breve estos
principios:
Todo aquel que vive en comunidad tiene que superar todo egoísmo, sentir que es parte de los
demás, estar dispuesto a colaborar con el desarrollo de los otros y no pensar solamente en si
mismo, tiene que estar dispuesto a compartir.
Hay quienes están con los demás, pero siempre mantiene su distancia, ya sea porque no quiere
involucrarse más o porque no se siente parte de los otros, con esta actitud nunca se logra
desarrollar el sentido comunitario. Otros, en el otro extremo, buscan el protagonismo y desean
sobresalir ante los demás, estas actitudes son destructivas y hay de eliminarlas en Cristo
A veces cuando existen diferencias en una comunidad pensamos que es un factor negativo,
pero no es así, la diversidad nos fortalece, nos enriquece y hace que maduremos de verdad.
Diferentes opiniones y puntos de vista hacen que nos complementemos y tengamos una visión
más equilibrada de las cosas.
Alcanzar la unidad en la diversidad es un proceso que muchas veces implica tener roces y
encuentros difíciles, nunca hay que temer a eso ni pensar que está mal, pero siempre hay que
mantener actitudes correctas y positivas para no destruir el ánimo de la comunidad. A pesar de
las diferencias hay que ser siempre amables y tolerantes (2Timoteo 2:24)
Todos los miembros de la comunidad tienen importancia y valor, no solo los que más sobresalen
o tienen mayores capacidades o son más extrovertidos y simpáticos. Las comunidades sanas
son aquellas que se preocupan en que todos sus miembros estén en actividad, se sientan útiles
y reconocidos por lo poco o mucho que hacen.
Tenemos que animarnos unos a otros, motivarnos y estimularnos, sobre todo a los más sencillos
y humildes pues ellos siempre necesitan fortalecer su autoestima y valoración.
Se debe de evitar las argollas. Es completamente normal que exista diferentes círculos de
amigos en la comunidad que sienten afinidad y hacen grupos pequeños, lo que no es correcto
es que esos grupitos se cierren a los demás de tal forma que no permitan que otros se integren
o que critiquen a los demás y favorezcan solo a aquellos que son parte del círculo. Esto no es
solo una falta, es pecado.
Hay que preocuparnos unos por otros, ponernos en el zapato del otro
"Que cada parte del cuerpo se preocupe por los otros. Si una parte del cuerpo sufre, todas los
demás sufren también, y si una parte recibe atención especial, todas los demás comparten su
alegría" (v. 25 - 26)
En la comunidad todos tenemos que preocuparnos por el desarrollo de los demás, eso implica
tener un cierto conocimiento de la vida del hermano, evitando por supuesto vulnerar la intimidad
de las personas. Tenemos que estar dispuestos a abrir nuestro corazón a los demás para
permitir que los otros lloren y rían con nosotros. Todo aquel que participa en una comunidad
debe estar dispuesto a compartir sus luchas, deseos y anhelos.
Esto significa que debe de existir el compromiso de guardar en secreto todo aquello que
escuchamos del hermano. Divulgar las intimidades de los otros, caer en chismes y
murmuraciones debería ser un motivo de disciplina y fuerte reprensión, pues esto destruye al
grupo.
Estos sencillos principios pueden ser de una gran utilidad en nuestra convivencia con los demás,
que Dios nos ayude a ponerlo en práctica.
ILUMINACION
La lectura siguiente, cuenta cómo vivían las primeras comunidades cristianas, que son modelo
para las comunidades cristianas de hoy:
¿Por qué hemos de vivir la fe en Comunidad? ¿Por qué es tan difícil vivirla en solitario?
Parece que vivir la fe es algo tan íntimo que cuesta mucho trabajo compartir esos sentimientos
con los demás. Sin embargo, creo que la fe es para vivirla en comunidad.
Si ayudas a crear una experiencia de unidad y armonía entre los miembros de una comunidad,
se pueden construir hermosas fraternidades con resultados inesperadamente gratificantes para
el alma.
No se trata de forzar situaciones, sino de dejarse llevar por la experiencia de compartir algo con
lo que te sientes bien con personas que reman en la misma dirección que tú. Comprobarás que
todos tenían el mismo destino. Se trata de tomar conciencia de Dios desde el otro.
A veces cuando formamos parte de un grupo, y no tiene por qué ser un grupo cristiano, uno
espera que los otros tengan una actitud concreta para hacer más cómoda la confraternización,
pero la comunidad no la construyen los demás, es desde el amor que yo le pongo a la relación
en común donde comienza el éxito del grupo.
Hemos de mentalizarnos que si queremos convivir con un grupo afín tenemos que hacer todo
lo que esté a nuestro alcance para conservar la unidad, la comunión de intereses, la armonía
grupal.
La división surge cuando se enfoca la diferencia, en cambio la unidad se logra cuando nos
concentramos en el amor y la comprensión a los demás.
2º) Ser objetivo en la relación entre EXPECTATIVAS Y REALIDAD.
Quien ama más el ideal de comunidad que a la comunidad real, se convierte en destructor de
ella.
La Palabra de Dios es muy clara en este sentido, insiste mucho en la importancia de no criticar
a los miembros de la comunidad, ni compararlos, ni juzgarlos. Siempre debemos alentar a los
demás con palabras que animan, que edifican; jamás, derrumbarlos con críticas destructivas.
Debemos recordar que sin combustible se apaga el fuego: escuchar es combustible. Cuando
desaparecen los chismes, finalizan las tensiones.
No hay coordinador perfecto, pero en cualquier grupo que se precie siempre hay una persona
que va por delante. La que organiza, la que plantea, la que decide, la que se equivoca. Sin
embargo, Dios a través de los miembros del grupo, le dio la responsabilidad y la autoridad para
construir y sostener la unidad de la comunidad.
Hay ocasiones en las que el coordinador debe resolver conflictos que se generan dentro del
grupo, a veces, entre los propios miembros. Nada grato, por cierto. Hemos de apoyar a ese
líder, al coordinador que tira de todos para favorecer la unidad de la comunidad. Estos, además,
deben realizar la imposible tarea de que todos estén contentos. ¡Ni Jesús lo logró!
¿Qué estás haciendo para hacer que tu comunidad sea más cálida y fraterna? Hay personas
de tu entorno que esperan que alguien que le dé su amor y comprensión.
ORACION FINAL
Cada grupo presenta lo que ha trabajado (receta, manual, vacuna, guía, etc....), pidiendo a Dios
por todos los hombres del mundo, para que sepan ser verdaderos y fieles en la vida de
comunidad.
COMPROMISOS
Escribir una carta al niño Dios, donde me comprometa a vivir en comunidad, y permitir que Dios
nazca en el corazón de nuestras familias