Acordes
Acordes
Acordes
Acorde
En música y teoría musical, un acorde
consiste en un conjunto de tres o más notas
diferentes que suenan simultáneamente o en
sucesión y que constituyen una unidad
armónica dentro de la composición.[1] [2] En Intervalos musicales, mostrados sobre el pentagrama con la nota do como tono
fundamental. U = unísono (dos notas iguales); m2 = de segunda menor; M2 = de
determinados contextos, un acorde también
segunda mayor (o segunda, simplemente); m3 = de tercera menor; M3 = de tercera
puede ser percibido como tal aunque no mayor; P4 = de cuarta perfecta o justa (o cuarta, simplemente); TT = de tritono (de
suenen todas sus notas.[3] Pueden formarse cuarta aumentada o quinta disminuida); P5 = de quinta perfecta o justa (o quinta,
acordes con las notas de un mismo simplemente); m6 = de sexta menor (quinta aumentada); M6 = de sexta mayor (o
sexta, simplemente); m7 = de séptima menor (o séptima, simplemente); M7 = de
instrumento (típicamente el piano o la
séptima mayor; P8 = de octava perfecta o justa. Con la segunda nota en la siguiente
guitarra) o con notas de diferentes octava y manteniendo la fundamental se generan el intervalos de novena, que
instrumentos (incluyendo la voz humana) equivale con una octava de diferencia al de segunda mayor, el de onceava, que
tocados a la vez. Formalmente, un acorde equivale al de cuarta perfecta, el de treceava, que equivale al de sexta mayor, etc.
Las combinaciones de dos notas suelen llamarse díadas, las de tres, tríadas, las de cuatro, cuatríadas, las de cinco,
quintíadas, las de seis, sextíadas, y las de siete, septíadas.
A una sucesión de acordes se le denomina progresión armónica. En una canción, o un tema instrumental, las
progresiones armónicas determinan en líneas generales el camino que debe seguir la música de acompañamiento y,
el que, en bastante medida, suele seguir la melodía principal, que por razones de armonía debe y suele adaptarse en
cierto grado al fondo musical. Además, constituyen normalmente un elemento invariable entre diferentes versiones o
variaciones, con los mismos o con diferentes instrumentos, de un mismo tema musical. Por ello, es típico «resumir»
el acompañamiento de una canción en sus acordes básicos para luego poder interpretarla libremente al piano o la
guitarra con dichos acordes como guía, sin perder la esencia de la composición, es decir, sin que esta deje de ser
identificable. En sentido inverso, también es típico componer una canción para uno o varios instrumentos partiendo
de la creación de una progresión de acordes.
Los acordes más complejos, de 5 o más notas, se utilizan con frecuencia, además de en la música orquestal, en
géneros musicales como la canción melódica contemporánea, y, con especial frecuencia, en el jazz.
Acorde 2
Por regla general, el propio nombre del acorde indica directamente las alteraciones de la serie de terceras que este
presenta. No obstante, existen algunas excepciones de nombres menos intuitivos: acorde menor (presenta la tercera
menor), acorde aumentado (quinta aumentada), acorde disminuido (tercera menor y quinta disminuida), con cuarta
suspendida (tercera aumentada, o, dicho de otro modo, la tercera sustituida por una cuarta), novena mayor (es a la
séptima a la que se refiere ese «mayor», es decir, presenta la séptima mayor), onceava mayor (ibídem), treceava
mayor (ibídem), etc. En la sección Tipos de acordes posibles y su nomenclatura anglosajona se explica esta notación
con mayor profundidad.
Modalidades o modos
Acordes mayores
Un acorde es mayor (también se dice que es de modalidad mayor o de
modo mayor) cuando, estando en estado fundamental, es decir, no
siendo ninguna inversión, la distancia interválica entre el tono o grado
fundamental del acorde y la tercera corresponde a una tercera mayor,
es decir, a dos tonos. Ejemplos de acorde mayor:
• Acorde de Do mayor = do - mi - sol (entre el do y el mi hay una
tercera mayor).
Do mayor en estado fundamental. El intervalo
• Acorde de La mayor = la - do♯ - mi (entre el la y el do♯ hay dos entre las dos primeras notas desde la izquierda
tonos). (do y mi, respectivamente) define su carácter de
acorde mayor.
• Acorde de Si séptima (Si mayor séptima) = si - re♯ - fa♯ - la (el si
y el re♯ están separados por cuatro semitonos).
• Acorde de Re treceava (Re mayor treceava) = re - fa♯ - la - do -
mi - sol - si (de nuevo encontramos dos tonos entre el re y el fa♯).
Nótese que no dejan de ser acordes mayores las inversiones
correspondientes, como, en el caso del acorde de Do mayor, mi - sol -
do o sol - do - mi.
Acordes menores
Un acorde es menor (también se dice que es de modalidad menor o de
Fa sostenido (o sol bemol) menor, en segunda
modo menor) cuando, estando en estado fundamental, es decir, no inversión. Las notas que definen su carácter de
siendo ninguna inversión, la distancia interválica entre el grado acorde menor son la segunda y la tercera (fa♯ y
fundamental del acorde y la tercera corresponde a una tercera menor, la, respectivamente).
Tipos de tríadas
Los acordes tríadas se generan
superponiendo dos terceras mayores o
menores —ver intervalos. Existen cuatro
combinaciones posibles en función del
orden de esa superposición:
Tipos de tríadas.
• Tríada mayor: Formada por la
fundamental, su tercera mayor y su
quinta justa (tercera mayor y tercera menor).
• Ej.: Do mayor = do, mi y sol.
• Tríada menor: Formada por la fundamental, su tercera menor y su quinta justa (tercera menor y tercera mayor).
• Ej.: Do menor = do, mi♭ y sol (acorde de do menor); La menor = la, do y mi (acorde de la menor).
• Tríada con quinta disminuida: Formada por la fundamental, su tercera menor y su quinta disminuida (tercera
menor y tercera menor).
• Ej.: Do disminuido = do, mi♭ y sol♭; Si disminuido = si, re y fa.
• Tríada con quinta aumentada: Formada por la fundamental, su tercera mayor y su quinta aumentada (tercera
mayor y tercera mayor).
• Ej.: Do aumentado = do, mi y sol♯.
Acordes de séptima
Los acordes de séptima —o acordes con séptima— se generan
superponiendo tres terceras mayores o menores —ver intervalos.
Existen ocho combinaciones posibles en función del orden de esa
superposición:
• Acorde de séptima disminuida (o acorde disminuido con séptima):
tres terceras menores (fundamental, tercera menor, quinta
disminuida y séptima disminuida (igual a sexta mayor),
correspondientes a las siguientes distancias interválicas: 0
semitonos, 3 semitonos, 3 semitonos y 3 semitonos). Do disminuido con séptima en estado
fundamental. Es un acorde de séptima
• Ej.: Sol disminuido con séptima (Soldim7, Gdim7) = sol♯, si, re disminuida.
y fa en estado fundamental.
• Ej.: Si disminuido con séptima (Sidim7, Bdim7) = si, re, fa y la♭
en estado fundamental.
El acorde de séptima disminuida es un recurso musical muy utilizado
en determinados estilos. Trasladando de tres en tres semitonos
cualquier postura que contenga estas notas, se obtendrá cada vez un
nuevo acorde con las mismas notas que el anterior y la tónica rotada.
En la guitarra, la postura más común y sencilla para este acorde, y muy
fácil de trasladar, está en las cuatro primeras cuerdas: 4ª al aire, 3ª en el
primer traste, 2ª al aire y 1ª en el primer traste.
Do sostenido (o re bemol) menor séptima en
estado fundamental. Es un acorde menor con
séptima menor.
Acorde 5
El acorde de séptima con novena aumentada (tónica - tercera - quinta - séptima - novena aumentada) también se
conoce en el blues como acorde mayor/menor, ya que la novena aumentada se corresponde con la tercera menor a
partir de la tónica. Este acorde es altamente inestable, pues no define la tonalidad del acorde, al contrario, la
confunde (puede decirse que es a la vez mayor y menor), aunque usado con maestría puede dar buenos resultados.
No debe tomarse a la ligera pues su mal uso puede resultar desastroso para la armonía de una canción.
• Cuarta u oncena/onceava: llamada oncena por la misma razón que la novena, es más fácil de confundir que ésta,
pues poniéndola como tónica, la tónica del acorde original corresponde a su quinta, y esta es la más estable de las
consonancias entre dos notas.
• Sexta o treceava: Esta —a diferencia de las demás— es conocida con frecuencia de ambas formas, por ser la
relativa menor (siempre hablando de escalas mayores, pues si fuera una escala menor esta relativa sería mayor) y
tener un gran potencial para la modulación entre escalas, ya que se encuentra a una tercera menor por debajo de la
tónica. Nótese que el acorde de treceava mayor superpone las 7 notas de la escala (do, re, mi, fa, sol, la y si en el
caso de la escala de do) por terceras (do - mi - sol - si - re - fa - la, en el mismo ejemplo).
Acordes de quinta
El acorde de quinta es el tipo de acorde formado, básicamente, por dos
notas: la tónica y la quinta justa. Sólo admite, por consiguiente, una
inversión, y tanto la tónica como la quinta pueden estar duplicadas.
Constituye la combinación de notas diferentes más estable. Ejemplos
de acordes de quinta son:
• Do quinta (Do5, C5) = do - sol en estado fundamental.
• Fa quinta (Fa5, F5) = fa - do en estado fundamental. 4 acordes de fa quinta (Fa5, F5). Nótese la
duplicación de la tónica en B y la duplicación de
Los acordes de 5ª (quinta o quintas) se emplean con frecuencia en tónica y quinta en D, así como la inversión en C y
guitarras con distorsión, para las que también reciben el nombre de D.
power chords.
También se usa mucho este tipo de acordes en la música new age.
En la música del Renacimiento y del Barroco, se empleaba mucho el acorde de quinta —sobre todo en estado
fundamental— como el final de una cadencia, por dar más sensación de estabilidad que la tríada. Si la cadencia se
repetía a continuación, un procedimiento habitual era emplear la tríada en la primera realización y el acorde de
quinta en la repetición.
Acorde 7
La idea que se sigue en casos como los de los acordes con novena bemol y con onceava en lugar de con segunda
bemol y con cuarta, respectivamente, es la de evitar que el acorde presente dos notas con un único semitono de
diferencia y en la misma octava, lo cual produciría un sonido bastante más disonante que el que se produce cuando
existe, además de ese semitono, una octava completa entre ambas notas.
Inversiones
Cualquier nota de un acorde puede ser
cambiada de una octava a otra, en un
proceso llamado inversión. A través de este
proceso de inversión se logra una variedad
Acorde de Do mayor en estado fundamental y en primera y segunda inversiones.
de texturas. Cada inversión viene definida
por el bajo (nota más grave) de las que
forman el acorde. Son irrelevantes para cada inversión, por consiguiente, tanto el orden de las notas, como su
aparición o no en el acorde, con excepción de la más grave.
Los compositores que practican la escritura Do treceava en inversión simétrica hacia el agudo.
vertical, dentro de la «Politonía» forman,
obviamente, muchas otras combinaciones armónicas, de clasificación imposible por su elevado número y
variación.[8]
Posición
La posición de los acordes, según tengan las voces más o menos alejadas entre sí, se define con las siguientes
denominaciones:
• Disposición unida, estrecha, cerrada, compacta: las tres voces superiores, exceptuando el bajo, quedan
encerradas en un límite más reducido que el de la octava.[9] Ejemplos para el Do mayor en estado fundamental:
• do1 - mi2 - sol2 - do3 (hay un intervalo de sexta entre mi2 y do3);
• do1 - do2 - mi2 - sol2 (hay un intervalo de quinta entre do2 y sol2);
• do1 - sol1 - do2 - mi2 (hay un intervalo de sexta entre sol1 y mi2).
• Disposición espaciada, ancha, abierta, larga: la separación entre las tres voces superiores, exceptuando el bajo,
es mayor que la octava.[10] Ejemplos para el Do mayor en estado fundamental:
• do1 - sol1 - mi2 - do3 (hay un intervalo de onceava entre sol1 y do3);
• do1 - do2 - sol2 - mi3 (hay un intervalo de décima entre do2 y mi3);
• do1 - mi2 - do3 - sol3 (hay un intervalo de décima entre mi2 y sol3).
• Disposición mixta, semiancha, puente: las tres voces superiores se encuentran a la distancia exacta de una
octava.[11] Ejemplos para el Do mayor en estado fundamental:
• do1 - mi2 - sol2 - mi3 (hay un intervalo de octava entre mi2 y mi3);
• do1 - sol1 - mi2 - sol2 (hay un intervalo de octava entre sol1 y sol2).
Una posición especial es la llamada clúster tonal, que consiste en varios semitonos de la escala cromática
consecutivos, varias notas de la escala diatónica o pentatónica consecutivas, o varios microtonos consecutivos.
Ejemplos:
• do2 - do♯2 - re2 - mi♭2 - mi2 (escala cromática);
• do2 - re2 - mi2 - sol2 - la2 - do3 (escala pentatónica);
• do2 - re2 - mi2 - fa2 - sol2 (escala diatónica).
Bajo alterado
En las composiciones, los sonidos musicales más graves del conjunto,
como pueden ser los del pedalero del órgano, del bajo, del bajo
sintético, o de la cuerda más grave de la guitarra, representan el bajo
(nota más grave) de cada acorde. Cuando se trata de un acorde
invertido, dicho bajo no coincide con la nota fundamental, y, por lo
tanto, con la tonalidad del acorde. Esto se refleja en la partitura
musical con una notación especial en la que la nota del bajo viene Progresión armónica de tres acordes. Nótese el
bajo alterado del tercer acorde.
indicada a continuación del acorde, separada por una barra oblicua.
Ejemplos:
Acorde 12
• Dom/mi♭ (Cm/E♭ en notación anglosajona): Acorde de Do menor (do - mi♭ - sol) con bajo en mi bemol. El acorde
suele presentar en este caso la inversión mi♭ - sol - do.
• Re7/do (D7/C en notación anglosajona): Acorde de Re séptima (re - fa♯ - la - do) con bajo en do. En este segundo
ejemplo el acorde suele presentar la inversión do - re - fa♯ - la.
Bajo alternado
Se denomina bajo alternado o bajo alterno a aquel bajo de un acorde que, como su nombre indica, alterna entre la
nota fundamental y alguno o algunos de sus intervalos. Básicamente lo hace entre la tónica y la quinta, aunque
también es posible que el bajo viaje por otras notas a modo de melodía (a menudo repetitiva cada uno o varios
compases), a condición de que el acento rítmico recaiga en la tónica o en la tónica y en la quinta. Ya que suelen
constituir un elemento fundamentalmente melódico y/o rítmico, normalmente no es necesario indicar estos
movimientos en la notación como sucedía en los dos ejemplos anteriores. Ejemplos:
• En el Do menor (Dom, Cm en notación anglosajona), el bajo puede alternar con patrones como los siguientes:
do (acento) - sol (acento) - do (acento) - sol (acento)..., o bien, otra posibilidad:
do (acento) - mi♭ - sol (acento) - mi♭ - do (acento) - mi♭ - sol (acento)..., etc.
• En la canción «Billie Jean», el bajo empieza moviéndose por los intervalos del Fa sostenido menor séptima
(Fa♯m7, F♯m7), con un patrón que se repite cada compás:
fa♯ II (acento) - do♯ II - mi II - fa♯ II (acento) - mi II - do♯ II - si I - do♯ II.
Bajo independiente
La mayoría de las veces la nota del bajo es una de las notas que forman el acorde, pero no es condición
indispensable. Ejemplo:
• Lam/fa♯ (Am/F♯ en notación anglosajona): Acorde de La menor (la - do - mi) con bajo en fa sostenido. En este
ejemplo, si se considera el bajo como parte del acorde, el resultado es un la menor sexta con bajo en fa sostenido
(Lam6/fa♯, o Am6/F♯). Se considerará uno u otro acorde dependiendo del contexto; véase el siguiente ejemplo
ilustrativo.
• El acompañamiento al piano de canción «Let it be» en la partitura original puede considerarse como una línea
de bajos en contrapunto con una serie de acordes en las octavas más agudas. Agrupando en acordes todas las
notas de los dos primeros compases resulta lo siguiente (se usa la notación anglosajona (CDEFGAB) para
mayor simplicidad; entre paréntesis se indica la octava relativa a la octava media del piano):
(Tiempo de 4/4, a 75-80 BPM).
Acorde global [1º compás]: C___________C__________G/F#
(sincopado)__G____________G___________
Bajo absoluto [1º compás]: C(-2)_C(-1)_C(0)_C(-1)_F#(-2)(sincopado)_G(-2)_G(-3)_(B(-1))_G(-2)
Acorde global [2º compás]: Am____Am____Am7/G_FMaj7_______F6_________
Bajo absoluto [2º compás]: A(-3)_A(-2)_G(-3)_F(-3)_F(-2)_F(-1)_F(-2)
A destacar que, del acorde de G/F♯ (Sol/fa♯) transcrito en nuestra lista de acordes, sólo existe
realmente en la composición una nota, el fa♯ (F(-2)), aunque, por razones de armonía, esta nota
bien puede interpretarse como un anticipo (síncopa) del siguiente acorde (Sol, G) en la parte débil
(en concreto, la última semicorchea) del primer compás. A continuación se muestra por qué
transcribimos ese acorde y no otro.
1) Si englobamos las tres notas del Sol mayor (sol - si - re, que hemos dicho que realmente no
existen) y la nota fa♯ del bajo anteriormente citada, nos aparece el acorde de Sol séptima mayor
(SolMaj7, GMaj7); podemos reinterpretar la canción tocando las cuatro notas de ese acorde y el
Acorde 13
Acordes equivalentes
Como se ha indicado anteriormente, el orden de las notas de un acorde no es determinante, aunque sí su tono
fundamental. Por este motivo, en ausencia de un tono fundamental algunos acordes son equivalentes entre sí.
Algunos ejemplos:
• Un acorde menor sexta equivale, con la tónica en la sexta, a un menor séptima con quinta bemol. Así, el Solm6 (o
Gm6) en estado fundamental (sol - si♭, re, mi) equivale al Mim7♭5 (o Em7-5) en primera inversión. Por lo tanto,
puede afirmarse que Solm6 (Gm6) = Mim7♭5/sol (Em7♭5/G), o que Mim7♭5 (o Em7♭5) = Solm6/mi (o Gm6/E).
(Véase Bajo alterado, arriba de esta sección). La elección de una u otra opción depende, como se ha visto en la
sección anterior, de las circunstancias específicas de la composición, aunque generalmente tiende a adoptarse,
cuando no existe otra razón más poderosa, el acorde más simple en cuanto a notación se refiere (en este ejemplo,
Solm6 y Mim7♭5, respectivamente).
Análogamente:
• Como se indica en la sección Acordes de séptima, más arriba, a partir de un acorde de séptima disminuida (dim7)
y rotando la tónica, se obtienen otros tres acordes de séptima disminuida.
• Un acorde de sexta equivale, con la tónica en la sexta, a un menor séptima.
Acorde 14
• Un acorde de novena con sexta (o novena con treceava) equivale, con la tónica en la sexta (o treceava), a un
menor onceava con novena bemol.
• Un acorde de séptima con treceava equivale, con la tónica en la treceava (o sexta), a un menor séptima con
novena bemol.
• Un acorde de séptima con onceava equivale, con la tónica en la onceava (o cuarta), a un novena mayor con cuarta
suspendida.
• Un acorde de sexta con novena equivale:
• Con la tónica en la sexta, a un menor séptima con onceava.
• Con la tónica en la novena, a un novena con cuarta suspendida.
• Con la tónica en la quinta, a un sexta con novena y cuarta suspendida.
• Partiendo de las notas de un acorde de treceava, y rotando la tónica, pueden formarse numerosos acordes
equivalentes, dos de los cuales son de uso muy común:
• Con la onceava (o cuarta) como tónica, se obtiene un treceava mayor.
• Con la quinta como tónica, se obtiene un menor treceava.
• Con la séptima como tónica, se obtiene un treceava mayor con onceava aumentada.
• Con la novena (o segunda) como tónica, se obtiene un menor onceava con treceava bemol.
• Con la treceava (o sexta) como tónica, se obtiene un menor onceava con novena y treceava bemoles.
• Con la tercera como tónica, se obtiene un menor onceava con quinta, novena y treceava bemoles.
• Cuanto mayor brevedad existe en el contacto armónico de dos notas en disonancia, menor importancia tiene.[23]
• El timbre de las diferentes notas de un acorde influye en nuestra percepción del mismo. Por ello, no nos suena
igual un acorde formado por varios instrumentos que otro por uno solo.[24] Por otra parte, las disonancias
irregulares pueden escribirse con mucha menor cautela cuando se producen entre la melodía protagonista y una
de las partes constitutivas del acompañamiento, debido a que, como consecuencia de la distinta categoría de
ambos, estos se perciben de manera independiente, independencia mucho más destacada si los timbres son
distintos y que alcanza su máximo cuando la melodía corre a cargo de la voz humana, tiene un texto y el
acompañamiento es instrumental. Gevaert comenta los casos de esta índole con las siguientes palabras:[25]
Su efecto es particularmente intenso cuando se oye el ataque simultáneo de la apoyatura en la parte vocal y de la nota
real en la parte aguda del acompañamiento. Este choque bastante rudo, que muchos compositores jóvenes y
acompañantes timoratos se esfuerzan, equivocadamente, en evitar, lo practicaba con toda naturalidad Mozart, el
parangón de la melodía idealmente suave.
• El efecto de un mismo intervalo disonante (una segunda, una séptima, etc.) no es igual en todos los registros o
tesituras. Al ejecutar acordes disonantes al piano, por ejemplo, se observará que en un registro grave la amplitud
de la vibración de las cuerdas dará lugar a cierta confusión entre los sonidos, de forma que la disonancia no se
percibe clara; parece más un sonido grueso que dos sonidos distintos. En un registro central, los sonidos se acusan
con toda su personalidad, y la disonancia se percibe neta y categórica. En un registro agudo, de nuevo se percibe
menos y se esfuma con mucha mayor facilidad. Eaglefield Hull escribe, en La Armonía moderna:[26]
No se piensa suficientemente en la parte tan importante que juega en Armonía el grado de elevación del sonido.
Muchos de los más bellos acordes independientes son posibles únicamente según la región sonora en donde hayan de
encontrarse y en la cual les es fácil evaporarse.
• La diferencia de intensidad y volumen de las notas del intervalo también determina la calidad de la disonancia. El
matiz es otro aspecto a considerar: no se percibe igual una disonancia en pianissimo que en fortissimo.[27]
• Un factor adicional a considerar es el entorno musical. Al igual que, por un efecto óptico, no vemos igual el
blanco sobre negro que el blanco sobre gris, por un efecto auditivo, tampoco oímos igual una disonancia rodeada
de consonancias que una disonancia rodeada de disonancias. Una combinación armónica que al comienzo de una
composición pueda parecernos agria, nos lo parecerá mucho menos, si el lenguaje general de la composición es
francamente disonante, en el transcurso de ésta. El oído se habitúa a las disonancias y reacciona tanto menos
cuanto más se insiste en ellas.[28]
• Un tema musical, cuanto mayor es su personalidad y brevedad, mejor se impone al oído y a la memoria. Si el
tema se repite, cada repetición nos familiariza más con él, y, a mayor familiaridad, mayor compresión y
aceptación del oído para las combinaciones armónicas atrevidas que presente.[29]
• Existe una tesis contrapuntística fuera de toda duda que establece que el interés melódico de las partes se impone
al armónico de las relaciones mutuas siempre que aquel es lo bastante fuerte, claro e independiente para que el
oído pueda percibirlo de modo concreto.[30]
• Los factores que intervienen en la «música pura» son muy distintos de los que lo hacen en otros géneros. En una
sinfonía, las sensaciones son esencialmente musicales, cosa que no sucede en una ópera, ballet, poema sinfónico o
canción. En estos últimos, existen otros elementos (escenas visuales, título y letra de la canción, libreto de la
ópera, etc.) que realzan la música en sí misma, de tal suerte que la inteligencia establece la necesaria coordinación
entre el sonido y su significado, y el resultado es la comprensión por parte del oyente-espectador de efectos
musicales que difícilmente podría comprender sin todo ello. Así, por ejemplo, ante la audición de Don Quijote de
Strauss, cuando la orquesta describe el balido de los corderos, nuestro oído, auxiliado por la inteligencia, no se
sorprenderá por las sonoridades especiales escritas por el compositor ni se nos ocurrirá pensar en la «resolución
de las disonancias» o en el análisis armónico del «acorde».[31]
• Los compositores modernos y contemporáneos han buscado y buscan producir sonoridades nuevas, al margen de
toda clasificación de acorde definido, por la fusión de diversos sonidos (p. ej., diferentes acordes) en uno solo,
Acorde 16
mezcla resultante de los diversos combinados. Pero el compositor lucha con inconvenientes que no existen para el
pintor. El compositor tiene que intentarlo exclusivamente a base de simultaneidades de distancias de semitono,
con el fin de que unas anulen a las otras y aparezca la nueva sonoridad perseguida. Por esta y por otras razones
muchos reclaman la introducción en la música cultivada de distancias más pequeñas que el semitono, como los
tercios y los cuartos de tono. Hay que tener en cuenta la persecución de esta finalidad, al analizar las columnas de
sonidos, aparentemente discordantes, que los compositores escriben. Gran número de veces los resultados para el
oyente son muchísimo menos alarmantes de lo que la lectura, con promiscuidad de sostenidos y bemoles, hace
presumir.[32]
Bibliografía
• Joaquín Zamacois. Tratado de armonía, libro I. 1997. ISBN 1-58045-911-0.
• Joaquín Zamacois. Tratado de armonía, libro II. ISBN 978-1-58045-912-9.
• Joaquín Zamacois. Tratado de armonía, libro III. 1990. ISBN 84-335-7850-2.
• Walter Piston. Revisado y ampliado por Mark DeVoto. Armonía. 1987. ISBN 1-58045-935-8.
• Leonard Vogler. The Encyclopedia of Picture Chords for all Keyboardists. 1996. ISBN 0-8256-1503-8 (Estados
Unidos); ISBN 0-7119-5420-8 (Reino Unido).
• Elvo S. D'Amante. All About Chords. 1988. ISBN 0-9620941-0-2.
Enlaces externos
• Guitarra: tabla de acordes [33] Una tabla completa de acordes mayores, menores, séptimas, etc., con dibujos, para
guitarra.
• Generador automático de acordes para guitarra [34]; es posible oírlos y ver la posición de los dedos y la notación
(en inglés).
• Generador automático de acordes para piano [35]; es posible oírlos y ver los intervalos, las notas y diferentes
notaciones (en inglés).
• All That Chords ! [36], programa gratuito para Windows que ayuda en la construcción e interpretación de acordes.
Véase también
• Armonía
• Acorde místico
• Acorde de Tristán
• Progresión armónica
• Progresión por quintas
Referencias
[1] Joaquín Zamacois. Tratado de armonía (I). 2006. ISBN 84-8236-232-1. Pág. 28, ap. 28a.
[2] Diccionario de la Real Academia Española, entrada acorde (http:/ / buscon. rae. es/ draeI/ SrvltGUIBusUsual?TIPO_HTML=2&
TIPO_BUS=2& LEMA=acorde).
[3] Joaquín Zamacois. Tratado de armonía (I). 2006. ISBN 84-8236-232-1. Pág. 43, ap. 63 («Supresiones»).
[4] Joaquín Zamacois. Tratado de Armonía, libro I. 2006. ISBN 84-8236-232-1. Ap. 32. Pág. 30.
[5] Joaquín Zamacois. Tratado de Armonía, libro I. 2006. ISBN 84-8236-232-1. Ap. 32. Pág. 30.
[6] Joaquín Zamacois. Tratado de Armonía, libro I. 2006. ISBN 84-8236-232-1. Ap. 32. Pág. 30.
[7] Joaquín Zamacois. Tratado de Armonía, libro III. 7ª edición. 1990. ISBN 84-335-7850-2. Ap. 575. Pág. 460.
[8] Joaquín Zamacois. Tratado de Armonía, libro III. 7ª edición. 1990. ISBN 84-335-7850-2. Ap. 575. Pág. 461.
[9] Joaquín Zamacois. Tratado de Armonía, libro I. 2006. ISBN 84-8236-232-1. Ap. 64 a. Pág. 44.
[10] Joaquín Zamacois. Tratado de Armonía, libro I. 2006. ISBN 84-8236-232-1. Ap. 64 b. Pág. 44.
[11] Joaquín Zamacois. Tratado de Armonía, libro I. 2006. ISBN 84-8236-232-1. Ap. 64 c. Pág. 44.
[12] Joaquín Zamacois. Tratado de Armonía, libro III. 7ª edición. 1990. ISBN 84-335-7850-2. Ap. 427. Págs. 332-333.
Acorde 17
[13] Joaquín Zamacois. Tratado de Armonía, libro III. 7ª edición. 1990. ISBN 84-335-7850-2. Ap. 427. Págs. 332-333.
[14] Joaquín Zamacois. Tratado de Armonía, libro III. 7ª edición. 1990. ISBN 84-335-7850-2. Ap. 427. Págs. 332-333.
[15] Joaquín Zamacois. Tratado de Armonía, libro III. 7ª edición. 1990. ISBN 84-335-7850-2. Ap. 427. Págs. 332-333.
[16] Joaquín Zamacois. Tratado de Armonía, libro III. 7ª edición. 1990. ISBN 84-335-7850-2. Ap. 619. Pág. 498.
[17] Joaquín Zamacois. Tratado de Armonía, libro III. 7ª edición. 1990. ISBN 84-335-7850-2. Ap. 118 a. Pág. 115.
[18] Joaquín Zamacois. Tratado de Armonía, libro III. 7ª edición. 1990. ISBN 84-335-7850-2. Ap. 118 b. Pág. 115.
[19] Joaquín Zamacois. Tratado de Armonía, libro III. 7ª edición. 1990. ISBN 84-335-7850-2. Ap. 118 c. Pág. 115.
[20] Joaquín Zamacois. Tratado de Armonía, libro III. 7ª edición. 1990. ISBN 84-335-7850-2. Ap. 118 d. Pág. 116.
[21] Joaquín Zamacois. Tratado de Armonía, libro III. 7ª edición. 1990. ISBN 84-335-7850-2. Ap. 118 e. Pág. 116.
[22] Joaquín Zamacois. Tratado de Armonía, libro III. 7ª edición. 1990. ISBN 84-335-7850-2. Ap. 118 f. Pág. 116.
[23] Joaquín Zamacois. Tratado de Armonía, libro III. 7ª edición. 1990. ISBN 84-335-7850-2. Ap. 118 g. Pág. 116.
[24] Joaquín Zamacois. Tratado de Armonía, libro III. 7ª edición. 1990. ISBN 84-335-7850-2. Ap. 409. Págs. 322-323.
[25] Joaquín Zamacois. Tratado de Armonía, libro III. 7ª edición. 1990. ISBN 84-335-7850-2. Ap. 450. Págs. 349-350.
[26] Joaquín Zamacois. Tratado de Armonía, libro III. 7ª edición. 1990. ISBN 84-335-7850-2. Ap. 620. Págs. 498-499.
[27] Joaquín Zamacois. Tratado de Armonía, libro III. 7ª edición. 1990. ISBN 84-335-7850-2. Ap. 621. Pág. 499.
[28] Joaquín Zamacois. Tratado de Armonía, libro III. 7ª edición. 1990. ISBN 84-335-7850-2. Ap. 622. Pág. 500.
[29] Joaquín Zamacois. Tratado de Armonía, libro III. 7ª edición. 1990. ISBN 84-335-7850-2. Ap. 623. Pág. 500.
[30] Joaquín Zamacois. Tratado de Armonía, libro III. 7ª edición. 1990. ISBN 84-335-7850-2. Ap. 624. Pág. 501.
[31] Joaquín Zamacois. Tratado de Armonía, libro III. 7ª edición. 1990. ISBN 84-335-7850-2. Ap. 625. Págs. 503-504.
[32] Joaquín Zamacois. Tratado de Armonía, libro III. 7ª edición. 1990. ISBN 84-335-7850-2. Ap. 626. Pág. 504.
[33] http:/ / guitara. iespana. es/ Acordes_guitara. htm
[34] http:/ / www. all-guitar-chords. com/
[35] http:/ / www. looknohands. com/ chordhouse/ piano/
[36] http:/ / o. gortais. free. fr/ index. html
Fuentes y contribuyentes del artículo 18
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