Cuadernos Republicanos No. 22
Cuadernos Republicanos No. 22
Cuadernos Republicanos No. 22
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CUADERNOSREPUBUCANOS
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CUADERNOS
REPUBLICANOS
Raúl V. Noguera
Secretario de Redacción
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IN DICE
Editorial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7
La Verdad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 187
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EDITORIAL
Lector:
"CUADERNOS REPUBLICANOS" constituye el más serio y
sostenido esfuerzo realizado en los últimos tiempos para consoli-
dar y expandir el denso pensamiento nacionalista. Para el cumpli-
miento de tales propósitos fue indispensable el reconocimiento pro-
fundo de la génesis y evolución del pensar que corresponde a
nuestra condición de republicanos. El transitar ese pasado nos
brind6 el conocimiento de las falacias con ·zas que se estructura la
"historia de la mentira" con las cuides se ocultaron y aún hoy se
ocultan las expresiones más auténticas de la creatividad paragua·
ya y de su pensamiento dinamizador.
Qué otra cosa es la historia escrita e impuesta por los repre-
sentantes de intereses antinacionales? Cómo calificar a las versio-
nes que adulteran la verdad histórica con el claro afán de hacer
perder su autoestima a la nación paraguaya? Al denigrar nues-
tro origen hispano-guaraní, al desconocer o restar valor a to-
do testimonio de nuestra capacidad cultural, que ilustre nues-
tra concepción de la vida, que jerarquice el pensar nacional,
7
se pretende imponer un estado colectivo de postración cultural y
de vasallafe espiritual.
Contra ese propósito de supeditación el método indicado es el
de la definición clara del pensamiento paraguayo respecto de las
interrogantes de la existencia misma, tanto en el pasado, como en el
presente y en el porvenir. Seguridad y desarrollo, temas insoslaya-
bles en los tiempos que vivimos, reclaman ese fortalecimiento que
sólo será posible con el aporte de mentes capaces y elevadas. M e-
diocridad, nulidad e ineptitud son aliá~ de los factores que se
oponen al logro de los objetivos nacionales permanentes.
..No tenemos petróleo, pero tenemos ideas" afirman los fran-
ceses. Nosotros tenemos a Itaipú y esta majestuosa obra será pues-
ta al servicio de la Nación Paraguaya mediante la expansión y
consolidación de nuestro sistema de ideas que llamamos PENSA-
MIENTO PARAGUAYO, que es la fuente inagotable de toda la
vitalidad que constituirá la indestructible coraza contra la que se
estrellarán todas las agresiones que se planteen contra nuestra
Patria y nuestro sistema de vida democrático, 'Cristiano: y· occidental.
Consecuente con las ideas expuestas, CUADERNOS REPU-
BLICANOS entrega en este número, artículos que hacen referen-
cia,. al ·~Proceso Democrático Paraguayo"; n~estro concepto respec-
·to -~ la libertad de prensa,; lps. pensamifmtos ~oste.nidos en tiemp9s
.. ~e.:_d,iferencia de ,iímites ·qpñ BCJ.lima;. un e,1;;ayo 'sobre ·~caus~ de
__ la .. anarqqía ·política de l.9P4: - ~923"; el relato so.bre los escandalo-
.sos ~P,.éstiÚJs. de L.ondres; lJriTidamos nuevas ··ideas'. para la. ac-
.·tuali~c.ión de la estrategia para el '(Ie~arrollo nacional"; tema reZa-
o
. tivo .al. c0m.unic.a4or soaial y, 'la política de comunicación'' y. ot~os
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Cordialmente
El Proceso
Democrático Paraguayo
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Conferencia pronunciada por el Vice-Presiden-
te de la H. Junta de Gobierno de la A.N.R. (Partido
Colorado), el Dr. Juan Manuel Frutos, en el acto or-
ganizado por los centros "Ignacio A. Pane" y "Bias
Garay", para ratificar la inquebrantable lealtad al
Líder Presidente Stroessner, como defensor intran-
sigente de la paz que vive la República. El acto se
llevó a cabo el 28 de marzo de 1984, en la casa de
los Colorados.
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ELECCIONES PERIODICAS
ITINERARIO DE LA REVOLUCION
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Cuadernos Republicanos
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ASPECTOS DE LA DISTRIBUCION DE LA RIQUEZA
EN LA DEMOCRACIA COLORADA
La Reforma Agraria es uno de los signos más sensibles
de la Revolución Pacifica, por sus consecuencias en todos los
órdenes de la vida nacional. En efecto, la redistribución de la
tenencia de la tierra y la propietarización de la misma incidió
entre otros aspectos, en la distribución de la riqueza en be-
neficio de la mayorfa del pueblo.
Veamos en qué medida los beneficios de la riqueza lle-
gan al pueblo mediante la Reforma Agraria ejecutada desde
la década del 60 a lo que va de la década del 80.
a} La distribución de más de 9.500.000 hectáreas del terri-
torio nacional en los últimos 25 años, incidió en la redistribu-
ción de los sectores económicos de la estructura agropecua-
ria del pafs.
Al derrumbarse la estructura feudal de los latifundios que
monopolizaban la tenencia y propiedad de la tierra, se asiste
progresivamente a la democratización de la tierra, en bene-
ficio de centenares de miles de paraguayos. En efecto, exis-
ten en el Paraguay, 650.000 propiedades que · pagan Impues-
to Inmobiliario, para una población de 3.200.00 habitantes.
b) La distribución de millones de hectáreas y el aumen-
to de centenares de miles de propietarios inciden en la DEMO-
CRATIZACION DE LA RIQUEZA GANADERA, que deja de per-
tenecer a una minoría privilegiada, y beneficia cada vez más
al pueblo en los diversos renglones de la ganaderla. Tal es
asl que existen más de 150.000 pequeños, medianos y gran-
des propietarios de ganados vacunos, con boleta de marcas
inscriptos en la Dirección General de Registros Públicos· en
la Dirección de Marcas y Señales.
A los propietarios de ganado vacuno hay que sumar los
dueños de la ganaderla menor, sea porcino, lanar y caballar,
con lo que estimamos en más de 250.009 familias, dueñas de
la riqueza ganadera del pals. No es una ganadería oligárquica.
e) La riqueza forestal y yerbatera. Con la distribución de
la tierra, el contenido siguió al continente. Tal es asf que, la
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Cuadernos Republicanos
ALIADOS Y ADVERSARIOS DE LA
DEMOCRACIA PARAGUAYA
:19
. En el Paraguay, t~nemos adversarios y enemigos dentro y
fuera de la frontera paraguaya.
El principal y más calificado de los enemigos de nuestra
democracia, en el orden internacional, es el comunismo ex-
pansionista y apátrida de Rusia. Esa Rusia sanguinaria que a
sangre y fuego somete y atropella la dignidad de los pueblos
sin respetar los principios consagrados en el Derecho Inter-
nacional, ni la dignidad de las naciones. Los comunistas ja-
más se impusieron por el consenso del voto popular. No exis-
te pafs alguno donde el comunismo triunfó en elecciones.
Rusia es un imperialismo sanguinario y expansionista, cu-
ya diplomacia exterior aparentemente tiene mayores éxitos que
las democracias occidentales.
El imperialismo expansionista ruso aprovecha las liberta-
des y las reglas de juego de la Democracia para socavarla y
destruirla. Uno de esos medios es la Desinformación.
LA DESINFORMACION
CASOS DE DESINFORMACION
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Cuadernos·· Republicanos
LIBERTAD DE PRENSA
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contradicción de las leyes vigentes, como lo predicaba ABC
Color.
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Cuadernos Republicanos
ARGENTINA
ESPARA
REPUBLICA DOMINICANA
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Cuadernos Republicanos
ESTADOS UNIDOS
'27
colgar de los faroles a los dirigentes políticos. _Lamentable-
mente, la esperanza de democratización de 1947, desembocó
en una revuelta fratricida, organizada y llevada a la práctica
por los liberales, febreristas y comunistas.
No olvidemos esto, queridos compañeros, y tengamos la
convicción de que con el Presidente Stroessner, y el Partido
Colorado, se tiene la decisión de preservar nuestra democra-
cia y no permitiremos que se repita un nuevo "1947".
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Cuadernos RepubliCanos
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MENSAJE· FINAL
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Cuadernos Republicanos
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IGNACIO A. PANE
Doctrina de
Ignacio A. Pane
referente a la
Libertad de Prensa
•
Ponemos a disposición de nuestros lectores la doc-
trina que vertebra nuestro modo de pensar respecto
a la libertad de prensa. Siendo integrantes de la
corriente histórica del Coloradismo, pensamos y
actuamos de conformidad a nuestros ideales y a
nuestros principios•
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PEDRO PABLO PEJ\IA
Conferencia dictada en
Villa-Rica sobre límites
Paraguayo - Boliviano
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Al venir a Villa-Rica he realizado un antiguo deseo, cum-
ptierrdo una deuda de gratitud con los amigos polfti'cos y per-
sonales, de· la progresista y culta ciudad' gualreña.
Estos amigos habfan manifestadQ. el deseo de que les di-
jera algo sobre nuestro diferendo de fronteras con Bolivia,
quizá, en ·ra creencia de que, en razón de haber desempeña-
do la Pl·enrpotencia del Paraguay ante el' gobierno d'el pafs aer
aftlptano y cte haber hecho algunas pubficaciones sobre ra
materta en drarios y revistas de fa capital, pudrera yo estar ca-
lificado para emitir opinión al respecto. Precisamente; no ha-
ce mucho tiempo, el Partido Republicano, en nota oficrat. me
remitió un CUestionario, con doce preguntas,. que contempra-
ba, puede decirse, ros diversos y complejos aspectos der di-
ferendo Paraguayo-Boliviano.
Por ra:mr~es q,tJ& no vienen a~ easo .. no hablar p.e~o re-
mitir a las. a~Oiíidades partidafias las respuesU:ts q¡lde. me fta-
bfan¡ soHcitaqo. Aprovecho ahora 1~ ~nic:la9-,. ~- exteriiJ,..
dzar.. las _apr;ec~nes que., a mi j¡t¡Jieio. p:t:teCilanl Y! deben ser-
vi-r de- normas de. conducta, sea ell) eh ~r. se8l efl-la lla~a. a
ua. Partido polftic.o como el. nuestlro•. es. decir, partido de g~
bierno, de sensatez, de ilustración, y de c~l'a visiófl de patrio-
tismo. la sus~ia de esta &<>nv.ers.aeión sefáft p.tJ~ la diJu~
ctd.ac.ión sintéttca, pero1 precisa yr clafa~ d& _las diversaa ~
tiones planteaaas en la citada enqJJete. Daremos . antes, lllm
rápido bosquejo una vista panorámica, desde 181 iniciación; C!le~
pleito en 1.863, planteada por el Plenipotenciario boliviano Dr.
Aniceto Arce ante el goDierno de los López, hasta él 12 de
Enero de 1.907, fecha de ra firma del Convenio actualmen-
te vigente, que establece ra lfnea de Statu-quo y ra zona der
sbttraje, como as* mismo, los medOs: de .las d'iffcuhades
J!)ellldremes.
Estudiaremos el pasado, relativamente reciente, el esta-
do actual, y el criterio de so·lución con que el Paraguay,
debe encarar el pleito. Es posible que, en la dilucidación de
ciertos puntos, mi opinión personal no coincida con la de al-
gunos publicistas, y hasta del gobierno mismo, en la suposi-
ción de que éste la tenga. La emito en mi condición de lo que
los Anglo-Sajones llaman the men of the street•
. ..
_.,._, ~qs .tre~ proy~to~ ·el~ tra,tados,. y ..nó .. tratados peljeccio-
nadós, que con·stituyen, pu9de. decirse, el, pasado protocoliza~
do del diferencio paraguayo-boliviano, son los conoc·idos con
los nombres de sus respectivos negociadores:
. ...
Qüijarro-Decoud, 1.879;, Acevai-Tamayo, 16 de Febrero.
d~ 1.~81; ..¡· Beoltez-lchazo, 3 de Agosto de 1.894,. ninguno
ct$ 'los· cuales, {elizmente, · ha mereciclo ni' siquiera la conside-
racJon .cl~l Congnaso Parag!,Jayo. Desde el incidente del lla-·
n1ado :Puerto ~iiéheco (B.N.) en 1.886 y el desahucio. del pro-
yec.tado. q0 rwenio. Benftez-lc~azo, Bolivia cambió su táctica
~,~ CaneiUerla, y empezó la .realización de ·la política más po-
sitiva ele ocupaciones Y. avanceS de la, margen izquierda del
Pilcomayo, en hi seguridad de que su~ usurpaciones en esta
zona, no serian descubiertas tan pronto, y no tendrfan el fi-
nal desastroso de sus tentativas sobre Bah la · Negra. En este
sentido, son reveladorea los términos de la nota del Ministe-
ri6 de Relaciones Exteriores de Bolivia, ·cte fecha 27 de Julio
de 1.896 a -su Legación en el Paraguay, con motivo de que las
Cámaras Paraguayas, por. Ley- del 19 de Mayo del mismo año,
hal:)fan ·autoriZa.do al Poder Ejecutivo para crear ·una Comisión
Cientffica . que. practica · el estudio de . exploraoión ·de los
tfmhes. entre ambos paises de acuerdo con sus títulos histó-
ricos· acto ''que itn.portaba, en el criterio boliviano, el aplaza-
miento Indefinido del Tratado lchazo-Benltez, del 23 de No-
viembre de 1~894;.'..
. B~ii'(ia. su.si>en~iÓ su repr&Sentaciór:t diplomética por m'ás
d~. c_h1co
~ . . .reanudarla·
años,' . para
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después,
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con
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'lá segunda· Mi-
.
si6n confidencial del Dr: Quijarro. en ·1.901. · ·
:.· .• •• • • . ,·· l"' • ... '.•' : • .
47
Glaaehatla y Bal:bwién en el alto Pilcomayo fue dejado sin
efecto, por el Protocolo Soler-Pinilla de 1.907}.
---~------
y Confidenciales de la Legación del Paraguay en La Paz en
los años de 1.906, 1.907, 1.908; artrcÚios de prensa, ("Los
principios.") en 1.913-14 con los llamativos títulos de "Nue-
vos Avances Bolivianos en el Chaco Paraguayo", y otros lla-
mados angustiosos del patriotismo herido, hecho a todos .los
gobiernos que se sucedieron en nuestro pais, principalmente,
desde los sucesos polfticos del 2 de Julio de 1.908, han caJ-
do en el vacio, recibiendo como respuesta la negación de. !os
avances bolivianos y el total desamparo de la defensa arma-
da de la Patria, por la inconciencia e incomprensión de los
llamados a ampararla. CRIMEN DE LESO PATRIOTISMO, CRI·
MEN DE LESA PATRIA!
Paso ahora a dilucidar las preguntas contenidas · en· el
Cuestionario de Partido Republicano a que he hecho ·men-
ción al princiipio de esta conferencia.
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Cuadernos Republicanos
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tk:lil!tos 29'_ Y· 79, cuyo análisis o aplicación sobre el mapa, ha-
ce aparecer al Paraguay como sometiendo a arbitraje, territo-
rio de su posesión .. en el momento el& le. finna. del• citado Pro-
tocole, Para mayor clar•dad~ raada mejc;>r ~ue tr:alólSCribir et tex-
to original de ambos ar:ticuloe. Dice el Art. 29 l.o siguiente: "La
zona sometida a arbiltraie queda comprendida entre el· _parale-
lo 20930'. y la linea. que, en sus alegaciones., sostenga al
Norte el Paraguay, en el, i:nteri:or del territorio, entre los meri-
diar\9$ 61930' y 629 de Green:wiGh. El Art. 79 dice: "Mientras ~e
tramita el c.umpli~to de este Convenio, las Altas Partes
contratantes se compr.ometen, desd.e este momento, a no inno-
vaf ni avanzar las posesio.nes. que em. esta fecha existen"~ Aho-
l'a bten, el Parag~ay, en la citada fecha, (12 de Ener-o de 1-907),
poseia más· allá de Bahia Negra, 12,5 leguas arriba, es decir
un grado g&O$JF.áffco- más,, o sea, lilasia el paralelo 19930'. Mien-
uas tanto, según ~-desprende de la estipulación del Art. 29,
se somete a arbitraje Bahia Negra, con más de 1-12 grado aba-
jo, o sea,_ el paralelo 20930', que según el acuerdo de Buenos
Aires, seria la linea det Statu-Quo, cuando qu·e, en ·realfdad, el
paralelo 19930' er.a y es hoy mismo, la posesrón electiva del
Parag;uayt en e( momeftto de firmarse el compromi.so de no in-
novar ni avanzar sus posesiones ambas partes contratantes.
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la ,oportunidad de apl4car sobre el terreno las disposiciones
referentes a1 Sta1u-Quo vi{lente.
Se ha dicho por algunos publicistas, y hasta por ciertos
hombres del gobierno actua1, ·de cuya capacidad y sinceridad
no debo dudar, aunque inspirados por un evidente -error de
conceptos, de que, la protesta de la Legación del IParaguay
acreditada en La Paz, -de fecha 20 de Febrero de 1•906; servida
entonces por mt, mctraiimH:aba los dereoños de soberan~a -del
Páraguay, al exteRdeño5 a los paralelos ·y longitudes ,donde
Bolivia acababa de fundar Jos fortines de BaHivlán y Guadha-
lla, objeto de ·la pr-otesta. En primer lugar, la protesta 1ue orde-
nada por el gobierno paraguayo, a rafz de ser informado por
la Legación a mi cargo, en razón de considerar 'la ubicación
de esos fortines en territorio Paraguayo, como indudablemen-
te lo er.a antes deJ Protocolo del 12 de Enero de 1907, firma-
do un año después de la protesta. En ese Protocolo de Buenos
Aires, el mism;o gobierno protestante. a,parece .como r.enun-
ciand.o. a su soberanía sobre la zona de los citados fortines, ya
aue la Hnea del Statu-Quo estipulado, reconoc.Ta sobre ellos .la
soberanía boliviana, al ·fijar, para el Para,guay, corno JSnea del
Statuo-Quo, el meridiano 61930', en el interior del Chaco. El
texto de la .nota de protesta de la Legación, se halla pubU-ea-
do en el Tomo V de la obr.a del ex-Ministro boUviano Dr. Ricar-
do Mujía, titulada: Bolivia - Paraguay.
Por otra parte, la verdadera cuestión .pendiente entre Pa-
raguay y Bolivia no es la disputa o mejor derecho de una por-
ción de territorio imaginario~ que estuviese- limitado, al Sud,
por el par.alelo 20930'~ al Norte~ por una Hnea indeterminada,
hasta donde el Paraguay mantenga sus alegaciones; al Este,
por el meridiano 61930' Greenwich; y al Oeste, por el meridia-
no 629 del mismo. Esta cuestioncita, diríamos así, de Jínea de
Statu-Quo .Y de zona de arbitraje, se ha .injertado en el pJeito
principal, después de 1888, fecha en que el Plenipotenciario
botiviano·, en ocasión de los incidentes del llamado Puerto
Pacheco, (nuestra Bahía Negra), y de su pedido de pasaporte,
presentó e't memorandum conocido, y la respuesta del 3 de
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Noviembre del· mismo año de nuestra Cancillerra. Nuestros
historiadores conocen bien el fondo y forma de la verdadera
cuestión paraguayo,..!><>liviana, planteada .en el citado memo-
randum, y la réplica decisiva de nuestro Ministerio de Relacio-
nes Exteriores.
. Según la argumentación del factum boliviano, Bolivia fun-
daba su derecho sobre todo el Chaco, alegando la potestad y
jurisdicción de la Audiencia de Charcas, y la célebre respues- ,
ta de nuestra Cancillerra, desconocra semejante título de domi-
nio, fundada en que Bolivia no se habfa constituido en Nación
independiente sobre la jurisdicción de aquella Audiencia, sino
sobre la potestad de las cinco Provincias del Alto•Perú, Ohar-
cas, La Paz, Cochabamba, Potosi y Santa Cruz; con los territo-
rios que cada una ocupaba, aumentaba más tarde, con Tarija,
Mojos y Chiquitos.
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Cuadernos Republicanos
"55
que, tanto la Argentina como el Brasil, sirviendo sus propios
intereses del presente y del porvenir, se han asegurado por
previsores tratados con Bolivia, actualmente vigentes. ~a sati-
da de Jos productos d&J Sud y Oriente ooUwianos haoia sus
respectivos fuertes, ambos sobr-e el r·f.o Paraguay, dejándonos
en realidad, en la retaguardia. En efecto, todos sabemos que
la Argentina construye activamente su "ferrocarril en ta fronte-
ra boliviana de 'Yacuiba, Embarcac~ión y Formosa, puerto Ar-
gentino sobre el río Paraguay, a poca distancia de la Asun-
ción. El mismo país, en condiciones estipuladas por el Trata-
do Paz--Carrillo, se compromete a construir la prolongación
del ferrocarril en territorio boliviano desde Yacuiba a Santa
Cruz. 1:1 Brasil, por· su parte, se interesa por la construcción
de una vía férrea desde -el río Paraguay (Puerto Esperanza) a
Santa Cruz de unos 660 ki'lómetros. Bolivia ocupa el centro
del continente Sud Amerlcano, rodeada de cinco naciones:
Argentina, Brasil, Chile, Perú y Paraguay. Es natural que una
posición geográfica tan particular, dé margen a una serie de
lfneas de caráct-er internacional y otras continental, de los cua-
Jes indicamos, un ligero resumen, de la que pudiera afectar-
nos más de cerca, en razón de vecindad fronteriza. Algunas
de estas lfneas no están terminadas, y otras, ni siquiera ini-
ciadas, y tardarán algún tiempo en realizarse, pero 'todas tie-
nen como complemento, trozos de navegación sobre el río
v
Paraguay, .no quepa duda, ,que flan de desempeñar :en un fu-
turo cercano un ·papel importante -en ~a ,polittca y economía
por más que hoy, algUflas .de ~las, puedan par-eoer simples
postulados geográficos. Este desvío de rutas comerciales na-
turales, es una de 1as tantas consecuencias de la prolonga-
ción ·indefinjda de la controversia Paraguayo-Boliviana.
5?
dose cada vez más después de los sucesos políticos del 2 de
Julio de 1908, el colapso de la diplomacia paraguaya, cuyas
graves consecuencias dirá un porvenir cercano.
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Cuadernos Republicanos
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Debo terminar esta larga expos1c1on, resumiendo m1 JUI-
cio, asr en esta forma: Que se fije sobre el terreno, la hasta
ahora, teórica linea del Statu-Quo, estipulada .por el Convenio
vigente. La demarcación sobre el terreno de &a Hnea del Slatu·
Quo, se verificará ~or los perj.tas o Comisarjos demarcadores,
nombrados por cada una de las Altas Partes Contratantes, Jas
·cuales procederán a practicar la opera~ión de dernarcacfón a
la brevedad posible, después de canjeado el Protocolo, que :lo
autor:iza.
Si ocurrieran dificu1tades, y los peritos demarcadores, no
concordaran, las disidencias serán resueltas por un tercero,
nombrado de común acuerdo, por los dos gobiernos contra-
tantes. Dicho tercero, será nombrado, a más tardar, dentro de
tres meses de conocida la disidencia. Los demarcadores ·le-
vantarán un Acta de las operaciones que practiquen, debiendo
consignar en dicha acta, los puntos en que se hubieren susci-
tado la divergencia. Dichas Actas, una vez apro'badas por los
respectivos gobiernos, se considerarán firmes y válidas. Un
previo estudio de 1os accidentes naturales y permanentes del
terreno, en su configuración real, será revelada por los cono-
cimientos, revelamientos y cartografía, reahlzados por Jos de-
marcadores paraguayo-bolivianos y el personal técnico a sus
órdenes. Esta es la conducta que deben observar ambos go-
biernos en los actuales momentos difici'les de sus relaciones,
dando testimonio de respeto y acatamiento a un pacto vigente,
permitiendo al mismo tiempo, apaciguar la peligrosa exitación
de la opinión pública en ambos países, con motivo de los re-
cientes incidentes conocidos. Ab initio, no hay necesidades de
recurrir a los buenos oficios de un gobierno extranjero, de
buenas a primeras.
Señores: termino esta, para mí, agradable conversación,
parafraseando e'l concepto de una joven y destacada mentali-
dad de nuestro partido y de nuestra orientaoi·ón política, cuan-
do, en memorable ocasión, con motivo de ooa de tantas usur-
paciones de nuestro territorio por Bolivia, decía: "Hasta 1904
nuestras Legaciones y representaciones en el exterior estaban
desempeñadas por los ciudadanos de primera fila de nuestro
mundo intelectual. No se contemplaba Ja filiación poUtica del
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Cuadernos Republicanos
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rarán esas. proporciones, y si hay lugar, presentarán sus con-
traposiciones. Si no llegaran a acordar bases aceptables a
ambas partes, el Paraguay habrfa. ag.otado. todos kls medios
conciliatorios, y se hallará plenamente justificada 9li1 reca-
brar su libertad de.· acción, y. de hacer de ella, el uso que le
aco.nsej_are eL patriotismo y la alti\!ez de que está Uena su
historia de. c.ien años de. Nación Ubre e i!illdepemcl!iente.
En defensa de la posesión tranquila y secular de la inte-
gridad de su patriotismo, es preferible hundirse en la nada,
que vivir sin dignidad y sin honor.
Abril', 24 de 1927
64
Dr. JUSTO PASTOR BENITEZ
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"CUADERNOS REPUBLICANOS" reproduce este tra-
bajo por su alto valor histórico y sociológico en el sen-
tido de caracterizar las causas de la anarquía reinan-
te en el Paraguay de aquellos tiempos. Fue publica-
do en el diario "El Liberal" los días 1 y 2 de junio
de 1927•
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Se puede sostener la tesis de que la más grande calami-
dad social del Paraguay son las revoluciones.
Ellas empobrecen al pafs, alimentan la corriente de la emi-
gración, acostumbran a los partidos al régimen de la violen-
cia, impiden la realización de la democracia.
No es posible negar que algunas de ellas fueron motiva-
das por un deseo de rectificación, por el ansia de un mejor go-
bierno; y hasta alguna ha sido la apelación al derecho de re-
sistencia de que hablan los constitucionalistas. Pero todas han
sido perjudic"iales.
Para que la disquisición sea más concreta, podemos con-
siderar el período comprendido desde Agosto de 1904 hasta
nuestros dfas y buscar las causas de los movimientos armados
que han ensangrentado la República.
¿Causas económicas? Es impropio atribuir las revolucio-
nes a un deseo de reivindicación económica de pobres contra
ricos, de obreros contra capitalistas; ni al deseo de hacerse de
tierras, por ejemplo.
¿Causas religiosas? Tampoco. La mayorfa o casi unanimi-
dad de los habitantes de la República profesa el catolicismo.
No se conocen persecuciones a la Iglesia, ni el fanatismo que
ha dañado a otras naciones americanas.
¿Causas sociales? Entendemos que no. El Paraguay es un
pafs igualitario. En él no hay castas. No es diffci~ escalar las
posiciones sociales o las dignidades con algún esfuerzo. Hijos
del pueblo y de la clase humilde han sido la mayor parte de
los hombres que llegaron a las más encumbradas situaciones
polfticas, intelectuales y hasta económicas.
¿Causas históricas? No. Los partidos polfticos no conocen
raigambre histórica. Todos respetan el pasado y sólo difie..
71
ren los ciudadanos en la apreciación de hombres del pasado,
como Francia o Francisco Solano López.
¿Causas netamente políticas? Hé aquí un terreno ya más
escabroso. Generalizando se puede decir que los partidos no
tienen una diferenciación doctrinaria profunda. Representan
más bien tendencias, como en toda sociedad. Pero los idearios
son aún confusos. Para concretar: dentro del Partido Liberal,
en el gobierno, militan radicales reformistas, simplemente libe-
rales en economía,· y hasta conservadores. A pesar de un pro-
grama amplio y bien formulado, los proyectos defendidos o
prestigiados han sido, en la mayoría de los casos, inspiración
de alguno de sus hombres dirigentes.
La anterior negación no implica, a nuestro juicio, creer que
republicanos y liberales no difieran sino por aspectos perso-
na.les, como algunos sostienen. Existen entre ambas agrupa-
ciones diferencias de orientación y de temperamento, pero que
no hallan su base en la profesión de doctrinas económicas o
sociales fundamentalmente opuestas. En todo caso nunca po-
drían llegar a justificar la violencia, la separación que existe
entré hombres de esas filas, que los hacen enemigos en lugar
de convertirlos en simples adversarios que pugnan dentro del
marco de una democracia. En nuestro país existen, sin embar-
go, enemigos y no adversarios pollticos lastimosamente.
Es menester, pues, buscar las causas dentro de la psico-
logía. Sin dogmatismo ni pretensiones de cátedra, podemos en-
sayar una investigación a este respecto.
Nos parece que las revoluciones, más que en las cuestio-
nes poHticas, reconocen su causa en la anarquía espiritual.
La anarquía política, a su vez, es motivo y pretexto de la anar-
quía militar; Pero ésta es más bien un efecto que una causa.
¿C.ómo subsiste una sociedad? Una sociedad vive por la
primacía de Jos factores socializantes, de unión sobre Jos fac-
tores disociantes. Si fuera cierto aquello de homo hominis
lupus, la sociedad se disolvería. Pero en ella preponderan los
motivos económicos y sociales que nos obligan a unirnos. La
cooperación es superior a la. guerra. Sr no fuera así. viviríamos
72
cuadernos Republicanos
74
cuadernos Republicanos;
75
pólvora el más grande daño que sufre el pars con la guerra
civil.. No. Son la secuela de odio, la desorganización
¡DOHtica y administrativa, la emigración que provoca, la desar-
ticulación del ejército y las fermentaciones sociales que pro-
duce, las consecuencias más funestas.
Cada revolución ahonda la separación de -la familia para-
~uaya; desarticula el régimen administrativo, arroja fuera de
las fronteras a miles de hombres jóvenes, destruye la discipli-
na y cohesión del ejército, y crea una fauna de políticos que
profesan la teoría del sacrificio y de la posesión del poder.
Expliquemos estas últimas expresiones: Por la primera,
los cargos públicos deben ser concedidos no a los más capa-
ces sino a los que han prestado servicios en la contienda. Se
lleva de juez a un valiente y al parlamento a ineptos conocidos
que han desplegado alguna actividad guerrera. Las jefaturas
de campaña se llenan con caudillos engrefdos y viciosos que
continúan la obra destructora de la contienda. Lo segundo es
peor: .El vence_dor de una contienda se cree senciUamente due-
ño y poseedor a justo trtulo del poder. Tan trascendental es
esta convicción que, hoy por hoy, los partidos no imaginan
otra forma de ganar el poder que el golpe de fuerza, fusil o
puñal en mano. Este sólo efecto desmoralizador es más perju-
dicial a una democracia naciente que el incendio del depósi-
to de frutos, avaluado en quince millones de pesos.
La guerra, además,- despierta los sentimientos primitivos
y hace flotar la resaca.
Existe entre el ejército y la política de un país una influen-
c!a de _acción y de reacción reciproca. Un pars de polftica co-
rrompida no pi.JéCie aspirar- a tener un ejército modelo; ni un
ejército sin cohesión puede servir de base a una democracia
estable. Ejército y partidos no son elementos contrarios, ne-
gativos, excluyentes. Son o debfan de ser más bien paralelos.
Asr _nuestra poHtica ha encontrado un medio más de anarqura
en et ejército sin disciplina, y los militares sin moral férrea ·han
encontrado en la .poHtica un campo de acción para ascender
y también para. . . perderse. Consecuencia natural de tan erra-
dos conceptos: algunos han preferido a los entorchados lim-
76'-
Cuadernos Republicanos
71''
empuja. En nuestro pafs no faltan polrticos cuya preocupación
es desmoralizar la oposición, ni tampoco quienes en el hecho
no aspiren con sincera ignorancia y maldad al gobierno uná-
nime. LA TEORIA DEL PROPIO CONTROL PRECONIZADA POR
ALGUNOS MIEMBROS DEl RADICALISMO, NOS HA CONDU-
CIDO A TRES DIVISIONES DEL PARTIDO LIBERAL. ¡Hermosa
consecuencia del auto control! Si las doctrinas polrticas se juz-
garan por sus consecuenc·ias, la que comentamos debfa ser
equiparada a un deli.to. La oposición no puede ser fabric~da
ni adulterada. No existe sino una. Y ~s la legftima y sincera,
de los que critican con nobleza y censuran con valor.
78.
Cuadernos Republicanos
79
lidaridad y de pensamientos comunes entre los hombres de
dirección.
La generación que carga con las responsabilidades de la
polftica, desde 1904, ha sido una generación disgregada; sus
miembros ni sienten ni practican la solidaridad. Muchos de
ellos eminentes y patriotas, han· sido devorados por esa co-
rriente anárquíca que no pudieron o ·no supieron detener. Los
partidos rompen sus cuadros y buscan nuevas formas. Si es-
tas formas no conducen a la lucha pacffica, ni los hombres
de la nueva generación no practican una fuerte solidaridad, si
no se sienta entre los partidos un convenio tácito para evitar
violencias y no aparecen sentimientos colectivos de orden,
la anarquía recomenzará; la rojiza llamarada llegará al cielo y
reducirá nuestro país a pavesas. Una acción enérgica y pro-
funda que se dirija a llevar la paz a :los espfritus y a fomentar
factores de orden de parte del gobierno y de la oposición, tal
nos parece· el remedio. Todo lo demás no será sino tre-
gua, artificio, suspensión de hostilidades. Y el Paraguay nece-
sita de paz estable y duradera para progresar.
80
Dr. EPIFANIO SALCEDO CACERES
83
1. Introducción
87
Es admitido en cualquier pais, que cuando se aspira al-
canzar determinados objetivos comunes de cierta importan-
cia se requiere movilizar todos los recur~s nacionales. Ideal-
mente no deberfan existir obstáculos insalvables que impidan
realizar o conseguir aquel fin mediante ·una combinación o
recombinación armónica de la acción del Gobierno, las em-
presas, las organizaciones agrarias y obreras, y las personas
c:fe los diversos estamentos de la sociedad. Sin embargo, aun-
que dificil, no es imposible. Armonizar intereses sociales en
la conducción y aceleraciÓn de un proceso, constituye el gran
escenario donde la planificación y la estrategia sirven de ins-
trumento para alcanzar las metas poHticas establecidas en
los objetivos nacionales de seguridad y desarrollo.
88
Cuadernos Republicanos
89
distingue de ésta porque busca un medio de modificarla ba-
sándose en un conocimiento preciso de su
tUncionamierito.
La aplicación de un procedimiento normativo o estraté-
gico de desarrollo en un sentido amplio, puede dar como re-
sultado un modelo técnico-normativo que puede explicar en
forma coherente y detallada las medidas técnicamente nece-
sarias para cumplir con los objetivos propuestos; mientras que
un modelo técnico de comportamiento entraría dentro de un
procedimiento estratégico.
Dentro de este esquema de acciones y reacciones, metas
y requis.itos, aparecen rigurosamente explicados por un siste-
ma de comportamiento. En este caso, la política Económica
no será un sondeo intuitivo sobre la posibilidad de alcanzar
la norma, sino que resulta ligada lógicamente a las perturba-
ciones necesarias y suficientes para que la evolución real del
proceso altere su dirección y modifique su velocidad. 11
- : ,¡¡ 11
La síntesis entre el modelo Político normativo y el mode-
lo Político del comportamiento es el Plan PoHtico definido.
De la Slíntesis entre el Plan Económico y el Plan Político re~
sulta el concepto de estrategia analizando dentro de un enfo-
que sistémico. Finalmente, la estrategia viene a ser, un aná-
lisis y un propósito de futuro donde se integra lo económico
y polftic·o-social, mediante un modelo que responde y reaccio-
na como si fuera la misma realidad. La estrategia supone la
posibilidad de experimentar o ensayar las acciones y reaccio-
nes sociales por medio de la instrumentación de política via-
ble capaz de traducir en logros positivos la consecución de los
objetivos y metas perse·guidos.
La formación del concenso y la formación de la concien-
cia encuadrada dentro del concepto de racionalidad, consti-
tuye el esquema que debe determinar la viabilidad política y
económica de la estrategia.
Si aceptamos la definición popular de _la políti_ca C_9m.o.
"el arte de lo posible" "la expresión" "polfticamente imposi-
90:
Cuadernos ·Republicanos
91
Este período histórico se caracteriza por una toma de
conciencia y una voluntad dirigida al dominio de las poten-
cialidades económicas nacionales. Se procura que el desarro-
llo sea un proceso de cambios sin alienaciones, sin desarrai- ·
gos, y conservando los alicientes sencillos y tradicionales
frente a las ingerencias de valores importados que promueven
el consumo superfluo y la creación de antagonismos de cla·
ses en la sociedad;
92"
Cuadern<ts Republicanos
94
Oua~ernos Republicanos
95
12%, y el sub-empleo empezó a aumentar en varios sectores
económicos. Paralelamente, la formación interna de capital
descendió en 13%, provocando _un desajuste en el funciona-
miento del sistema~
96.
cuadernos RepubUcanos
97
turales en el campo de la Reforma Agraria, la · Política
Tributaria, de la Polftica Agro-industrial, en la Política
Monetaria, cambiaria, bancaria y la Política educacional.
En la Política de Desarrollo Científico y Tecnológico, la
PoiM:ica de coyuntura· está dada por medidas que en el mo-
mento oportuno pueden contribuir al inicio de la reactivación
económica eliminando las trabas internas . que impiden el a-
prov.echamiento racional de las posibilidades del país.
Las Políticas ante~ mencionadas no pueden estar desvin-
culadas de la Política de largo plazo, dado que las medidas de
corto plazo que se toman en una época difícil, responden a
los obj_etivos de normalizacipn o logros de nuevos niveles de
eguilibri~ de la econ-omía en el me.diano y largo plazo. De es-
ta situación se infiere que la Política de coyuntura representa
Una etapa de ajuste que nece~ariamente debe hacerse para
proseguir· con la aplicación de la estrategia económica que
permitirá el logro de los objetivos perseguidos.
En el caso del Paraguay, y aunque no eorresponde en es-
te trabajo realizar un análisis más profundo en la situación
coyuntural de la economía, se debe ~:~.dmitir que e·s urgente co-
rregir los desequilibrios internos y externos. Se nece•sitan a-
justes adicionales con la cobertura ,apropiada y la intensidad
requerida para ·estimular la actividad agrícola-industrial, me-
jorar la balanza de p~gos, disminuir el déficit fiscal, mantener
niveles adecuados de la tasa de inflación, crear estímulo pa-
ra establecer la confianza y evitar la mala asignación de re~
cursos. La coherencia en la decisión y la aplicación de las me-
didas necesarias recomendadas serán decisivas p~ra salir d~
y
la e'fapa reéesivá crear. un nuevo horizonte pa~á _la. recupera-
ción económica. ·
.. --· ..,. ,..
~ -~
98
cuadernos Republlcailos
100
Cuadernos Republicanos
1/ Para el ajuste norn;¡almente se tiene en cuenta ·el tipo de paridad, con re-
lación al dólar americano. · ·
Cu~dernos Republicanos
1'03
sa nacional a través de las inversiones de infraestructura, la
éreación de instituciones técnicas y financieras cié· apoyo, y
garantizando la estabilidad de ·las medidas que afecten las in-
versiones nacionales y extranjeras.
De esta forma, las pol!ticas básicas requeridas para el
cumplimiento de los objetivos nacionales estratégicos traza-
dos, se basarla fundamentalmente, en las siguientes definicio-
nes básicas de PoHtica;
a> Proseguir con la promoción pública del desarrollo nacio-
nal mediante la puesta en marcha de grandes proyectos
desequilibrantes capaces de recuperar el auge económi-
co anterior y abrir un amplio campo de posibilidades y
motivaciones concretas para fortalecer la iniciativa del
empresariado nacional;
b> Mantener una posición clara y realista del país frente al
proceso de integración Latinoamericana, reconociendo
que los convenios sub-regionales de integración dentro
del marco de la ALADI, son caminos para lograr en el fu-
turo la integración de todos los pafses a un mercado co-
mún Latinoamericano;
e> Desarrollar nuevos mecanismos encaminados a promover
asociación del capital privado y público, para la ejecución
de grandes proyectos de alcance nacional y regional.
d> Desarrollar una política social ampliada que permita ma-
yor participación y equidad en la distribución del Ingreso
Social.
Partiendo det principio de que el desarrollo debe lograr-
se en un marco de equilibrio y estabilidad, el Paraguay debe-
rá proseguir c·on sus esfuerzos para consolidar la conquista
del objetivo nacional supremo basado en la estabilidad políti-
ca y el bienestar social.
Cuadernos Republicanos
:tQ5
fomentar la producción agro-industrial y de servicios bá-
sicos.
e) Area Social: abarca todas las medidas fundamentales de
alta prioridad que deberán tomarse en consideración pa-
ra asegurar mayor equidad y bienestar social.
Dentro. del Area General, sin excluir otras, se han identi-
fícado la necesidad de:
Fo-rtalecer el sistema de planificación global, sectorial y
regional;
Revisar y ajustar la Ley NC? 550 de ~nversiones;
Continuar con la polftica de desconceiltración y deseen-
·. tralización del Gobierno (Educación, Salud, Administra-
ción Tributaria, etc.), intensificar el apoyo a la gestión de
·· las Municipalidades, y la creación de un Ministerio de Re-
cursos Naturales y Energfa; · ···
Reformar el Sistema Estadfstico Nacional;
Proseguir con la reforma agraria, la reform.a tributaria,· ti-
. nanciera y cambiaría;
Poner énfasis en el mejoramiento de la distribución del
. ingr.eso a través de la tributación aplicada al ingreso per-
sonal; · · · ·
- Proseguir con la infraestructura de transportes y comuni-
caciones, la electrificación .de las dos regiones del país
·(Oriental y Occidental), la reparación, ampliación y cons-
trucción de nuevos puertos terminales aéreas;.
Fortalecer y desarrollar empresas nacioflales, por ejem-
plo el Ferrocarril Central, la industria del cemento, la In-
dustria del acero, astilleros y otros;
Intensificar la investigación de los recursos naturales (*)
y e.J desarrono de la Ciencia y la Tecnologfa;
106
. cuaderoae .. Repu~licanos
El Comunicador Social
en la Adopción de la
Política de Comunicación
en América Latina
·. ( ·"":·
~-"'" - ~ ·. .,.-:-:·:.,.:: -:.:.·L..·.,
··u .. ~ ,
· • . ·oesaparecerán
.
asf .del horizonte cuotidiano del hombre
al)lericano ciertos modelos que, aún hoy, a la distancia, cons-
tituyem modelos que continúan suscitando admiración, se eri-
gen en ·objetivo de múltiples investigaciones apasionantes,
aunque, ·por sobre todo, con la desaparición de sus clases di-
rigentes determinarán una situación de dependencia de fmpro-
ba ·superación.
120
Cuadernos Republicanos
121
. 2. Las comunicaciones sociales en ese contexto
transicional.
1-22
Cuadernos Republicanos
1'23
Por sobre todas las cosas, cabe advertir, que las vincula-
ciones físicas territoriales incentivadas por la extensión de las
redes y los vehículos, han acercado considerablemente a los
habitantes de áreas rurales a los centros poblados, en un pro-
ceso progresivamente más intenso que aunque no siempre se
traduce en procesos migratorios, por lo menos evidencia otros
horizontes hacia los cuales se movilizan sus aspiraciones por
una existencia más digna y feliz.
Paralelamente a este hecho, la mayor difusión y alcance
de los m¡edios de comunicación social, sobre todos los electró-
nicos embisten día tras día sobre las pautas de conducta del
hombre común que cada día, también, de manera no siempre
conciente va gestando un trasfondo afe·ctivo que le impele
hacia una modificación de sus actitudes.
Si a este hecho, sumamos, finalmente, la mayor difusión
de la educación, que aunque en diversas regiones se intensi-
fica en números absolutos mas no en porcentuales relativos,
tenemos bosquejado un cuadro de factores que permanente-
mente intensifican expectativas y cargan el trasfondo del hom-
bre común de tensiones, una carga emotiva cuya orientación
y significación resulta de fácil utilización.
124
Cuadernos Republicanos
125
a la manipulación a través de los medios de comunicación
social. Que é~tos sea operados con plena concie-ncia de es-
tos factores en pugna, constituye_ a nuestro criterio, la función
primaria del comunicador y la materia especifica de la defini-
ción de una política en materia de comunicaciones sociales.
127
explícita por cuanto solamente habla del "derecho a la liber-
tad de investigación" que, por cierto, entendemos que com-
prende el derecho a la información.
Entre los textos constitucionales últimamente sanciona-
dos encontramos explfcitamente consagrado el derecho a la
información en el inciso 69 del art. 28 de la Constitución Ecua-
toriana que· establece: "El derecho a la información y el libre
acceso a sus fuentes, sin más limitaciones que la seguridad
internacional del Estado y la vida privada de las personas".
La Constitución Paraguaya, sobre el particular expresa
en su art. 72: "La libertad de expresión y la de información,
sin censura previa, son inviolables y no se dictará ninguna ley
que las limite o imposibilite, salvo en lo referente a las prohi-
biciones del artrculo anterior", (artículo anterior que se refie-
re a la prédica del odio, o la violencia o la lucha de clases).
128
cuade~ Rep~bl~os
129
En cualquiera de los casos, y por razones de interés pú-
blico superior, se impone el señalamiento de pautas de acción
en el desempeño de las labores periodfsticas que garanticen
eficazmente esta libertad consustancial al ejercicio de la pro-
fesión.
e) Protección a las fuentes de información. Si bien es
cierto que la contrapartida deleznable del ejercicio de la liber-
tad de expresión está representado por su abuso, no es menos
cierto que ninguna norma jurfdica puede ser concebida en
función de los abusos que su utilización pudiera suscitar. En
ese orden de consideraciones, y atendiendo a las tensiones
propias de la realidad polftica latinoamericana, la necesidad
de amparar las fuentes de información del periodista consti-
tuyen un imperativo insoslayable. El secreto profesional debe
ser afirmado y sancionado legislativamente de manera clara y
explicita.
1. Comunicación e Ideologías
130
Cuadernos Republicanos
131
Y al efecto, parece apropiado hacer referencia a magis-
trales lecciones recibidas en CIESPAL de nuestro recordado
maestro el Prof. Dumazedier quien a lo largo de todos estos
años, permanentemente se ha erigido en inteligente incitador
de la necesidad de aplicar nuestro esfuerzo a la planificación
del desarrollo cultural de nuestros pueblos.
Resulta obvio que cualquier diseño de una política a se-
guir en materia de comunicaciones, se halla referido a la ela-
boración -de un Plan, para cuya elaboración resulta, al pre-
sente, bastante menguado nuestro bagaje metodológico. De ahí,
también, el necesario énfasis, insistentemente reiterativo que
se ha apreciado en Ciespal respecto de la necesidad de orien-
tar seriamente las investigaciones en materia de comunicacio-
nes que, por cierto, no ha de entenderse úñicamente dentro
del estrecho marco de las técnicas y efectos de la comunica-
ción social, sino por el contrario, considerando la comunica-
ción social en el contexto de los requerimientos de toda la
sociedad.
Kfecesariamente, pues, la adopción de una poHtica en
materia de comunicaciones sociales, esto es, la adopción nor-
mativa de un rumbo y orientación determinados de la acción
social de los medios, se halla referida a la elaboración de pla-
nes.
Que tales p1lanes resulten indicativos o coercitivos, que su
elaboración surja de un movimiento de los directamente afec-
tados por la acción de la& comunicaciones sociales para ser
captados a niveles más altos, o que la elaboración se realice
a altos niveles y luego sean sometidos a consultas populares,
son cuestiones que hacen relación, más que nada, a las técni-
cas de planificación y se refieren a la situación polftica de
cada uno de los estados interesados.
Lo importante y gravitante, lo que nos interesa · destacar
por sobre todas las cosas, es la necesidad que los comunica-
dores sociales tomen clara conciencia de la necesidad de ac-
tuar racionalmente, conforme a una planificación que consul-
te los reales y auténticos intereses de los pueblos latinoame-:
ricanos.
132
Cuadernos Republicanos
IV. PONENCIAS
133
3. - Recomendar que las Escuelas de Periodismo del Conti-
nente entre las actividades curriculares propias incluyan
la consideración del tema "Polfticas de Comunicación''
y la necesidad de incentivar las investigaciones al res··
pecto.
4. - Declarar que el rol preponderante de los comunicé:!do-
res sociales en América Latina los induce a la defensa
intransigente del derecho de los pueblos a ser informa-
dos ampliamente, a participar en condiciones de igual-
dad a las oportunidades de acceso a la cultura, a la
riqueza y a la felicidad como medios para acceder a
su plena realización personal.
134
Dr. FABJO RIVAS
.Mariscal
Francisco Solano López,
Héroe Máximo del
Paraguay
139
·.,;· .. ·· .. :·~ ~-, ._.. ,· .. - ... ' •.•.,.,
'.-;_
El 19 de marzo de 1.870 pasado el mediodfa, en :un reniotO
paraje del territorio paraguayo, el Cerro Corá .legendarjo., te-
nfa su eprlogo sangriento la tragedia más te.rrible que p.ueblo
al.g.uno habfa soportado en América hasta entonces.
Una guerra de exterminio que duró un lustro habfa aca-
bado con la vida de un millón de 'Paraguayos. Del Paraguay
que al comenzar la contienda era uno de los pafses más prós-
peros de la América del Sur, no quedaba sino un montón de
ruinas. Todo lo habfa devorado la bélica tempestad. Además
de los hombres que cayeron en las cien batallas en una trá-
gica diagonal de sangre, desde Yatai, en las orillas del rfo
Uruguay, hasta Cerro Corá, se habfan desmoronado al impac-
to de los cañonazos aliados los edificios, las instalaciones, las
fábricas, las iglesias, en fin todo lo que podrfa significar algún
esfuerzo constructivo de un pueblo que durante más de ~in
cuenta años, desde los momentos augurales de 'SU ·lndepen-
cia en 1811, se dedicó con ahinco a erigir una República em-
peñada en engrandecerse.
Solo quedaba en pie un reducido .grupo de sobrevivientes
espectrales, famélicos, vestidos de harapos, que tenfan en su
alma la visión apocalfptica de la tragedia que acababan de vi-
vir. Pero la lección suprema de patriotismo heroico hasta el
último sacrificio estaba aprendida. El Mariscal Francisco Sola-
no López, al caer abatido por el certero lanzazo de "Chico
Diabo" exclamó "Muero con mi Patria·". Sin embargo, su muer-
te fue el instante germinal de un nacionalismo imperecedero,
que alentó a quienes regresaban de Cerro Corá a empeñarse
.para reconstruir la Patria.
Francisco Solano l.ópez fue un caso único en la Historia
de un Jefe de Estado que prefirió morir con el último de sus
soldados en la última trinchera. El mismo lo habla dicho a Bar-
tolomé Mitre en la conferencia de Yatatty;.corá, -cuando buscó
141
¡y sinceramente acordar una paz honorable. Los alia-
~uisieron entonces escuchar sus propuestas y cuando
· _____jsieron imponer las suyas, que eran denigrantes para
____-ertlonor de la República del Paraguay, Solano López respon-
dió: "Esto lo impondrán luego de caer al frente de mis últimos
soldados en el último rincón de la República". Y así fue. Es
muy dificil encontrar un parangón con Francisco Solano Ló-
. pez en la Historia de los grandes conflictos. Su vida y su muer-
te, a. más de cien años de distancia, siguen irradiando deste-
llos de patriotismo en el alma paraguaya. Cerro Corá es como
una estrella polar que orienta el destino del Paraguay. Solano
López 111ismo había pronosticado que las generaciones futuras
comprenderían la grandeza de su inmolación y lo ubicarían en
las páginas de la Historia en el sitial máximo que le corres-
pondía ..
. 142
Cuadernos Republicanos
M3
El 20 de setiembre de 1840 desaparece del escenario po-
Utico del Paraguay el Dictador José Gaspar Rodríguez de Fran-
cia. El no tuvo mayor preocupación que conseguir que la an-
tigua "Provincia del Paraguay", del Virreinato del Río de la Pla-
ta, se convirtiera en la República del Paraguay, libre de ata-
duras, no sujeta a yugo alguno extranjero. A su muerte, el Pa-
raguay se encontraba en una floreciente situación económica,
lograda mediante el tesón laborioso de su población y la firme
conducción de su jefe. Su seguridad estaba afirmada porque
el Supremo Dictador había dedicado gran parte de sus afanes
a organizar los cuadros de las milicias encargadas de la de-
fensa.
La ausencia definitiva del Dr. Francia creó un vacío de
poder que muy pronto fue llenado por Don Carlos Antonio Ló-
pez, quien de inmediato se abocó a la urgente tarea de orga-
nizar la República dotándola de los instrumentos jurídicos y
administrativos pertinentes.
Francisco Solano López, pese a su juventud, pronto ocu-
pó al lado de su padre el sitial de confianza al que su dedica-
ción e inteligencia le habían hecho acreedor. Así, se dedicó de
lleno a la labor de organizar el Ejército, dotándolo de los im-
plementos que eran necesarios para la Defensa. Se establecie-
ron los campamentos para el adiestramiento de las tropas y se
erigió en el sur del país, a orillas del río Paraguay, la formida-
ble fortaleza de Humaitá.
Incansable lector y eterno aprendiz, enriqueció su cultura
con conocimientos de Historia Universal e idiomas, algunos de
los cuales, como el francés y el inglés, llegó a dominar per-
fectamente. Apuesto y amigo de la elegancia propia de la
época, pronto se convirtió en el más codiciado soltero de las
jóvenes casaderas en una sociedad que, como la asuncena de
entonces, gustaba de la ostentaci·ón que acompañaba al bie-
nestar general de quienes poseían bienes y ·cultura.
Asunción vivía en aquella época el brillo que dan el poder
y la riqueza. La sociedad asuncena atravesaba un período ex-
cep.cional. Los licores procedían de Francia, la moneda co-
rriente era de oro y las mujeres lucran fastuosos atuendos, a
'144
Cuadernos Republicanos
145
dora. El ''indiano'', apelativo con que algunos se referían des-
pectivamente, pronto deslumbró en los ·ambientes cortesanos
por su sagacidad y por el dominio que tenía de los idiomas de
los países que visitaba. Donde su prestigio personal rayó más
alto fue en la corte de Napoleón 111, quien lo nombró Caballe-
ro de la Legión de Honor.
146
Cuadernos Republicanos
147
cuadros de Jefes y Oficiales, disciplinados y eficientes. Se or-
ganizó a pocos kilómetros de Asunción el Campamento Cerro
León, donde eran convocadas sucesivas promociones de re-
clutas para recibir instrucción militar. Toda la Nación estaba
consagrada al trabajo y se seguía respirando un aire de pros-
peridad en todos los ámbitos.
148
Cuademos. Republicanos
Y49
de' este modo pagaba la deuda contralda por la valiosa contri-
bución que el uruguayo le habla prestado en la Victoria de
Pavón.
150
.Cuadernos Republicanos
1"51
ral uruguayo amenazando bloquear totalmente el puerto de
Montevideo. A su vez, otro poderoso ejército brasileño ocupa-
ba posiciones en la frontera norte del Uruguay.
La reunión de "Puntas del Rosario'' fue aprovechada pa-
ra considerar no solo la estrategia a seguir frente a la obsti-
nada resistencia del Gobierno Blanco, sino también frente al
Gobierno Paraguayo erigido en defensa de su estabilidad y
def principio de "equilibrio" en el Río de la Plata. Ya en esa
reunión; se echaron fas bases de la futura triple alianza con-
tra e,l Paraguay.
A partir de ese momento los acontecimientos se precipi··
taran; er Consejero Saraiva presentó al Gobierno Uruguayo su-
cesivas y perentorias reclamaciones, amenazando {:On accio-
nes de fuerza en caso de que ellas fueran desatendidas. Como
consecuencia de estas amenazas se cumplió la acción de Pay-
sandú, que con el sacrificio de su heroico defensor, Leandro
Gómez, prácticamente se dio inicio a las hostilidades por par-
te del' Brasil.
Al conocerse en Asunción las reclamaciones-amenazas
brasileñas, el Canciller paraguayo de entonces, José Berges,
entregó al Ministro brasileño la nota-protesta del 30 de agosto
de 1864, anunciando el "casus belli", que resultaría del cum-
plimiento de las amenazas brasileñas contra la soberanía uru-
guaya.
El General Flores, con la ya desembozada ayuda argen-
tino-brasileña, fue ocupando sucesivamente importantes po-
blaciones y reduciendo cada vez más el territorio controlado
por los blancos. El 12 de octubre de 1864, el ejército brasile-
ño ocupó la Villa de Melo; con ello desatendía la protesta y
advertencia paraguayas contenida en la nota del 30 de agosto
y se producía el "casus belli".
El Presidente López, al enterarse de la noticia desde el
Campamento Cerro León, en fecha 11 de noviembre de 1864,
ordenó el apresamiento del barco brasileño "Marqués de Olin-
da", operación cumplida al día siguiente a la altura de Puerto
Rosario, un poco al norte de Asunción. Se iniciaban así las
hostilidades contra Brasil y rápidamente, en apenas un mes, Gl
Cuadernos Republicanos
153
viano de Almeida Rosa, y el Canciller uruguayo, Carlos de Cas-
tro, formalizaban el acuerdo de Puntas del Rosario, mediante
el Tratado Secreto de la Triple Alianza, que enunciado contra
el Gobierno del Paraguay en realidad acordaba no sólo la
desmembración de su territorio, sino también su supresión co·
mo entidad soberana.
El Tratado, que por acuerdo de los Gobiernos signatarios
debía permanecer secreto hasta la consumación total de sus
fines, fue publicado por el Gobierno Inglés en mayo de 1866.
El conocimiento de su contenido desató una oleada de indig-
nación y protesta en toda América, incluyendo el Río de la
Plata. Perú, Chile y Colombia también dejaron testimonio de
su protesta. Ilustres argentinos, como Juan Bautista Alberdi,
Carlos Guido Spano, José Hernández y otros, se sumaron a
las airadas expresiones de desacuerdo. En numerosas provin-
cias de la Argentina, las tropas alistadas para la guerra se ne-
garon a pelear contra el Paraguay, produciéndose deserciones
en masa.
El Brasil, a duras penas consiguió formar sus efectivos
con los "voluntarios da Patria", esclavos negros en su mayo-
ría, a quienes a cambio de su incorporación al ejército impe-
rial, se les prometió su manumisión. Esta es la razón por la
cual los brasieños eran conocidos como "cambás" (negros)
durante la guerra.
La guerra fue encarnizada y devastadora, por la empeci-
nada resistencia opuesta por los paraguayos en defensa del
territorio nacional. En efecto, fallida la intención de destruir la
flota brasileña en "Riachuelo" en junio de 1865, y fracasada
la campaña de Uruguayana, las fuerzas paraguayas repasaron
el Paraná en noviembre y se aprestaron a la defensa del terri-
torio patrio.
No obstante, una audaz expedición al otro lado del Para-
ná, protagonizó en enero de 1866 la victoriosa jornada de "Co-
rrales" y en mayo de ese año, el Paraná era escenario de la
desigual y heroica batalla entre los lanchones paraguayos y
los acorazados brasileños, sucesivas acciones que inmortali-
zaron el nombre del Alférez de Marina, José Marra Fariña.
154
Cuadernos Republicanos
155
Humaitá fue hundido el "Tacuary" en el riacho Guaicurú. Tam~
bien fue abandonada Asunción, estableciéndose la Capital
primero en Luque, y luego en Piribebuy.
Los aliados, para eludir la línea del Pikysyry, cruzaron
también dos veces el río Paraguay, desembarcando en San
Antonio, al norte de las posiciones paraguayas. Iba a terminar
el año 1868, pero antes los paraguayos habrían de demostrar
aún la inclaudicable decisión de defender el suelo patrio.
"Ytororó", el 6 de diciembre, "Avay'', el 11, y las de "Lo~
mas Valentinas", del 21 al 27 de diciembre, fueron batallas anr~
quiladoras y de exterminio. Pero ni el Mariscal López, ni sus
Jefes, Oficiales y tropas pensaron en rendiciones. Los coman-
dos aliados, viendo que la relación de los combatientes era de
cuatro a uno, por lo menos, a favor de ellos, intimaron rendi-
ción al Mariscal López, el 24 de diciembre de 1868. La nota
con que el Mariscal contestó a los Jefes Aliados rechazando
la intimación, es al mismo tiempo una manifestación de valen-
tía incomparable y una magistral demostración de capacidad
literaria. Esta nota, con justicia puede considerarse como una
de las más brillantes páginas de la literatura paraguaya.
En las "Lomas Valentinas", batalla que duró desde el 21
hasta el 27 de diciembre, el Ejército Paraguayo fue aniquilado;
el Mariscal López y medio centenar de hombres, protegidos
por las escasas fuerzas del General Bernardino Caballero, hé-
roe de todas las jornadas, eludieron el cerco y llegaron a Ce~
rro León. Allí concentró a los dos mil quinientos hombres que
componian la guarnición de la Capital y con los diez mil herí-
dos, ancianos, niños y mujeres que concurrieron a su llamado,
constituyó su último ejérci~o, organizado en el campamento
"Azcurra", mientras tanto, habla capitulado la guarnición de
Angostura el día 30 de diciembre de 1B68. Una avanzada del
ejército brasileño entró en Asunción el 19 de enero de 1869. La
ciudad, evacuada aún por la población civil, quedó a merced
de los ocupantes que la sometieron a sistemático saqueo, del
que no escaparon ni las Iglesias; hasta muchos meses más tar-
de, en Río de Janeiro y en Buenos Aires, se vendlan al mejor
postor mobiliarios, joyas y objetos de valor, productos de la
voraz rapiña.
156
Cuadernos Republlcanoa
157
Ministro Interino de Guerra y Marina y de Relaciones Exterio ·
res, Coronel Luis Caminos, el General Francisco Roa, el Coro-
nel José Marra Aguiar, varios sacerdotes y centenares de com-
batientes más, en días sucesivos.
158
Cuadernos Republicanos
159
NATALICIO GONZALEZ
Los Empréstitos
del Paraguay
Aun resistían los últimos defensores de la bandera nacio-
nal al empuje de las armas aliadas cuando el grupo de para-
guayos que colaboró en el aniquilamiento del país, se prestó a
constituir una parodia de gobierno. Después . se dictó1 la cons-
\
11
1 ~ •
El empréstito del 71
166
Cuadernos Republicanos
cien mil libras por año. Porque hay que tener en cuenta que
el Estado debía abonar el interés de 8 por ciento sobre el mi-
llón de libras, hasta la extinción to.tal de la deuda, sin tener
en cuenta las amortizaciones anuales. Prueba de ello es que
el servicio de interés y amortización fue de cien mil libras,
tanto en el primero como en el segundo año de la emisión del
empréstito, a pesar de que en este segundo año ya estaba
amortizado el 2. por ciento de la deuda.
Las condiciones del empréstito, así miradas de bulto y
sin entrar a analizar todavía sus secretas interioridades, eran
de por sí bastante onerosas. Ese mismo año de 1871 el Brasil
había colocado en Londres un em¡préstito de tres millones de
libras esterlinas, al tipo de 89 por ciento de emisión y al cin-
co por ciento de interés anual; y la Argentina otro de un mi-
llón y medio de libras, al 6 por ciento de interés anual y al 88
y medio por ciento de emisión. Agréguese a estos datos, que
destacan por confrontación las malas condiciones del emprés-
tito paraguayo, este otro hecho de esencial importancia: Lon-
dres se hallaba abarrotada de dinero y el ahorro británico
buscaba ansiosamente colocación. El tip·o mínimo de des-
cuento que cargaba el banco de Inglaterra era de 2 y 1/2 por
ciento. El prestamista se daría por bien servido obteniendo un
5 o 6 por ciento de interés anual por su dinero, pero la gene-
rosidad paraguaya le ofreció graciosamente el ocho por ciento.
De que el empréstito de 1871 pudo ser colocado en me-
jores condiciones, lo demostró el premio de dos y tres por
ciento con que el público adquirió los certificados desde el
primer instante. El precio, que continuó en ascenso, alcanzó
en abril de 1872 el 90 y hasta el 97 y 112 por ciento. Quiere
dec'ir que de hecho obtuvo una cotización más alta que el
propio empréstito brasilero.
Pero es necesario ir a· los detalles para alcanzar toda la
magnitud del negociado.
Para levantar el empréstito el señor Terrero firmó el 21
de noviembre de 1871 un convenio con los contratistas de
167
obras públicas señore·s Waring Hermanos. Por el articulo pri-
mero de este convenio, los señores Waring Hermanos com-
prometían su ayuda y cooperación para la colocación de un
empréstito nominal de un millón de libras. El articulo cuarto
establecía que los fondos serían depositados en un banco
londinense, no a nombre de nuestro gobierno o de su repre-
sentante, sino a nombre de los señores Waring. El artículo
quinto decra que si los bonos alcanzaban alguna cotización
en la Bolsa, los contratistas entregarían al representante
del gobierno, "después de los quince dfas de emitido el em-
préstito, 64 libras por cada cien libras recibidas, valor nomi-
nal de los bonos s;uscritos y emitidos al público". El artículo
sexlto autorizaba a los contratistas, sin previa rendición de
cuenta y en concepto de primera comisión, a retener la dife-
rencia entre el 80 por ciento de emisión al público y el 64
por c·iento acordado al gobierno.
168
Cuadernos Republicanos
169
111
170
Cuadernos Republicanos
11'1
Paraguay, hasta llegar a ser Presidente por obra y gracia del
Brasil".
En esta larga exposición hay un solo dato concreto: Gill,
haciendo aprobar los contratos de maíz y bueyes, hizo pagar
a Gumersindo Coll de tres a cuatro mil pesos. No hay para
qué dudar de esta afirmación. Es más que probable que Gill
haya ejercido su influencia a favor de este negociado cuan-
do "las primeras remesos del empréstito de 1871 habían lle-
gado". Pero también es justo convenir en que los adversa-
rios del señor Ferreira son algo más concretos en sus afirma-
ciones. Oigamos lo que dice don José Segundo Oecoud en el
periódi.co "La Reforma'':
"Habíase pactado la entrega de 20.000 bueyes a razón de
20 pfes. para ser distribuidos a las familias pobres de la cam-
paña, por vía de protección a la agricultura.
172
Cuademos. Republlcanoa
IV
El empréstillo del 72
173
un millón de libras esterlinas, y del que sería accionista el Go-
bterno; y a convemr con los rmsmos senores la protongactOn
oet rerrocarril a Villarrica y la reparación de la línea existente.
~:;;¡ üooterno oaría en garantía el producido de la venta de tie-
rras púDiicas.
Munido de tan amplios poderes, el 27 de mayo de 1872
don Maxtmo ·¡ errero firma un convenio con los señores Robín-
son Fleming y L;o. Por el artículo primero se au1toriza a Robín-
son y Co. a negociar y levantar el empréstito de dos millones.
Por el artículo quinto se estipula que si la Bolsa acordaba co-
tización a los bonos emittdos, a los quince días de la emisión,
hecha al tipo de 85%, los contratistas entregarían a l'errero
73 libras por cada bono de 100 libras nominales colocados en
el público. El artículo sexto esrtablece que la diferencia entl'e
el 85% de emisión y el 73% a entregarse al gobierno, queda':"ía
en manos de los contratistas en concepto de primera comisión.
Finalmente, el señor Terrero estipuló a nombre del Gobierno
"que se retuviese en este país (Inglaterra) el producto del em-
préstito, y se apartase y colocase a nombre de Máximo Terre-
ro y de uno o más contratantes, la suma que se requiriese pa-
ra hacer frente a los gastos en que se incurrieran en Europa, a
fin de llevar a cabo los' objetos a que se debía de consagrar
el dicho empréstito''. Robinson Fleming y Co. se comprome-
tieron a su turno, a Waring Hermanos, cederles 9 libras y 15
chelines de cada 12 libras en beneficio a obtener en la colo-
cación de cada bono (diferencia entre el 85% de emisión y
73% a ser percibido por el Gobierno), reservándose ellos
una ganancia de 2 libras y 5 chelines por cada bono. A su
vez, Waring Hermanos, Grant y Laing volvieron a celebrar otro
convenio, comprometiéndose a participar en los beneficios o
pérdidas resultantes de estas transacciones, en la proporción
siguiente: Waring Hermanos, 40%; Grant, 40%; Laing, 20%.
Robinson Fleming y Co. se encargaron de repartir y entregar
los beneficios en las proporciones indicadas.
El empréstito de 1872 se levantó casi en las mismas con-
diciones que el de 1871. Se convino en considerar los bonos
comprados por los contratistas como no colocados, y hacien-
do uso de este privilegio, el 31 de mayo de 1871, día de la
CuadernO$ Republicanos
175
lado, los señores Robinson Fleming y Co. habían suscrito por
valor de 129.800 libras. De modo que en la última fecha indi-
cada, los bonos del segundo empréstito en manos del públi-
co eran de sólo 562.200 libras.
Pocos días después se produjo una desvalorización de
los valores de los países tiud-Americanos, y los señores Ro-
binson Fleming y Co. expresaron al señor Terrero en fecha 27
de junio de 1872, su deseo de deshacerse de los bonos para-
guayos que hablan suscrito por valor de 129.800 libras. El se-
ñor Terrero se apresuró a proponerles su venta al Gobierno
paraguayo, y así lo hizo. ¿Pero en qué condiciones? Pagando
el 85% por lo que se había vendido al 73%. O en otras pala-
bras, los señores Robinson Flem¡ing y Co. no hicieron sino
devolver al gobierno los bonos del segundo empréstito que
habían retenido en su poder, pero cobrando arbitrariamente
sobre ellos su comisión de 12%. Esta sola operación costó
al Estado 15.576 libras.
Pero hay más. El 4 de julio de 1874 los emisores comu-
nicaban a nuestro representante en Londres "que bonos del
nuevo empréstito, por valor nominal de 562.200 libras, sola-
mente, han sido definitivamente colocados". Los bonos re-
comprados p¡or Waring Hermanos quedaban de hecho como
no colocados. El 6 de julio el señor Terrero se apresuraba a
dar su conformidad a los señores Robinson y Fleming y Co.,
pues lo que proponían estos señores estaba en la "mente de
nuestro contrato".
En resumen: El empréstito de dos millones se redujo de
hecho a un empréstito de 562.200 libras.
La misión Benítez
H6
Cuadernos Republicanos
177
acuerdo, el que fue aprobado por el Tribunal que entendía en
la causa, el 29 de abril del mismo año. Por dicho convenio
se reconocía las inversiones hechas por los negociadores en
envíos de colonos ingleses al Paraguay; en sueldos de geren-
tes de la colonia inglesa; en una entrega de 3.000 libras al
ciudadano argentino · Sinforiano Alcorta por supuesta cesión
que hiciera de·l negocio del ferrocarril, de exclusiva pertenen-
cia del Estado paraguayo; y en gastos y comisiones de em-
préstito. En el convenio quedó expresamente establecido, en-
tre otros, los siguientes puntos:
19 No será válido el contrato para construcción de ferro-
carril hecho entre Terrero y Waring Hermanos, sin previo exa-
men del gobierno paraguayo;
39 Robinson Fleming y Co. deducirán del empréstito del
72 la suma necesaria para atender el servicio de amortización
e intereses del mismo hasta el 19 de abril de 1874; y el saldo
entregará al gobierno;
79 Se autorizó a Robinson Flem.ing y Co. a vender por
valor nominal de 437.800 libras, bonos del segundo emprés-
tito, de la partida recomprada que retenían en su poder;
178
Cuadernos Republicanos
VI
·.179
"Seymour, se vio obligado a recurrir a varias casas co-
merciales pidiéndoles fondos para mantenimiento de la colo-
nia, valiéndose del pretexto que estaba autorizado para girar
contra Fleming y Co. como en efecto exhibía cartas de éstos.
"Bajo tales seguridades y garantías un comerciante de
esta plaza celebró un contrato de proveeduría para suminis-
tras víveres a la colonia; pero tuvo que suspenderse por falta de
cumplimien,to a sus estipulaciones por parte de Seymour; y a
la colonia entonces no le quedó otro camino que disolverse
por completo, teniendo que reemigrar a Buenos Aires, donde
se habían levantado suscripciones para costear el pasaje de
aquel miserable resto de colonos desventurados que aún que-
daban".
Los 125.000 libras remitidos al gobierno del Paraguay tam-
poco entraron en las arcas del Estado. Veamos su inversión:
"Para el robo de los dineros del primer empréstito se le
habla dado la forma de contratos.
"Los dineros del 29 emprés1tito fueron saqueados de una
manera más escandalosa aun.
"Las remesas hechas por Benltez al Gobierno en los va-
pores "John Elder" y "Ebro", alcanzaron a la suma de 125.000
libras.
"La llegada de estos dineros coincidía con la revolución
encabezada por el general Caballero para derrocar al gobier-
no sarcástico de Jovellanos.
"Así fue que estos fondos fueron depositados a bordo del
vapor de guerra brasilero "Princesa". La tesorería nacional
no tuvo en sus arcas un solo real de esta suma.
180
:Cuadernos Republicanos
VIl
Descorriendo el velo
181
Semejante polftica se trasluce en todos los detalles del
negociado. Al lanzarse el segundo. empréstito, se habla cons-
tituido en Londres un Comité encargado de enagenar las tie-
rras públicas. Ya veremos más adelante como 500 leguas de
tierras públicas pasaron en manos de los accionistas. La ley
de venta de tierras públic~s en 1883 fue la prolongación de
esta polftica. "Los especuladores argentinos, ingleses y nor-
teamericanos se echaron sobre la presa, escribió Eliseo Re-
clus, sin respetar ni siquiera las pequeñas porciones donde
las familias guaranles cultivaban el suelo de generación en
generación, sin que hubieran tenido jamás necesidad de hacer
constar sus títulos de propiedad y se formaron sindicatos de
compradores, que adquirieron los terrenos por decenas y por
centenas de miles de hectáreas a fin de revenderlos por décu-
plo y el véintuplo de su valor y un solo concesionario acaparó
varios miles de kilómetros cuadrados. En pocos años los vas-
tos desiertos fueron adjudicados a propietarios ausentes, y en
adelante, ningún campesino paraguayo podrá cavar el suelo
de la patria sin pagar renta a los banqueros de Nueva York,
Londres, Amsterdan. Tal vez los descendientes de los guara-
nles, después de haber estado sometido al régimen de los je-
suitas y de los dictadores, el cual terminó al menos con un pe-
riodo de heroismos, tendrán que sufrir una tercera esclavitud,
más dura todavía, porque hará de ellos proletarios degrada~
dos''.
Pero no bastaba quitar al pueblo paraguayo el solar de
sus hogares, no bastaba con imponerle una deuda de guerra
fabulosa; no bastaba con arrebatarle sus más ricos territorios.·
Podla sacársele además algún dinero, levantando a su nom-
bre empréstitos que no llegarían a sus manos, porque pesa-
rían sobre su crédito, matando las posibilidades de una. reha-
bilitación.
Alberdi, con su habitual lucidez vio claro el origen de esos
empréstitos y lo denunció en páginas vibrantes. "Cuanto más
se estudia -escribla en 1876- y se conocen los empréstitos
paraguayos, en cuanto a los orígenes, agente, motivos y condi-
ciones, más se descubre que fueron hechos como maniobras
de guerra contra el Paraguay; y mejor se comprende entonces
182
Cuadernos Republicanos
por qué han sido levantados por hombres que eran Agentes y
cooperadores oficiosos del poder que ha destruido al Paraguay
y con la mira de absorberlo una vez aestruido".
Un· ilustre historiador contemporáneo se expresa en igual
sentido:
"Habla que tener un código anglo-yanqui-guaraní, con to-
das las apariencias del sistema representativo. Esto iba a la
par con un empréstito. Los capitalistas ingleses mostraron su
desinteresada cooperación en dos ocasiones. El conquistador
brasileño era el titular legitimo de los despojos del vencido, pe-
ro don Pedro encontró que un imperio entrampado no es un
imperio, que el dinero gobierna y que la presa no era suya
sino de sus acreedores. Hizo una guerra para los ingleses. Ha-
bla arruinado al Brasil y había arruinado al Paraguay. ¿Para
quién sino para los ingleses? Entregó, pués, la prenda a los
verdaderos amos del Brasil. Consintieron estos en que
el Paraguay libertado y liberalizado se reconociese deu-
dor de ellos, por la suma de 1 . 438.500 libras esterlinas.
Queda al lector el trabajo de conjeturar, si no lo sabe,
la cantidad que entró efectivamente en las cajas del era-
rio. Podrá suponer que los capitalistas reservaron el medio
millón escaso que excedía del millón, y dieron el millón a los
paraguayos. Pues no fue asr. ¿Darán tres cuartos de millón,
para dividir equitativamente el producto del empréstito entre
los que abrlan sus tesoros y los que acudían a la magnani-
midad capitalista? No; algo más pedían los ingleses. ¿Pedi-
rían entonces un millón y abandonarían el medio millón so-
brante? Ni aun eso se obtuvo. Entraron en las arcas paragua-
yas 200.000 libras esterlinas por el reconocimiento que en to-
tal importaba un gravamen de 1.438.500 libras esterlinas. Es
verdad que más tarde, justo es decirlo en desagravio de Shy-
lock, y a cambio de 300.000 hectáreas de terrenos paragua-
yos, se convino en una disminución del crédito".
Resumamos:
Durante la guerra al Paraguay los aliados formaron la
"Legión paraguaya". En sus filas vinieron algunos compatrio-
183
tas, bajo la bandera nacional, a colaborar en la destrucción
de la patria. Estos compatriotas ungidos del mando, constitu-
yeron los llamados gobiernos paraguayos de la post guerra, y
que fueron en realidad meros gobiernos aliados con etiqueta
paraguaya. Los aliados se valieron de estos personeros para
endeudar al país con 1.562.200 libras esterlinas. De esta suma
recibieron y se repartieron sus personeros 528.000 libras. Al
país no le tocó nada; solo le corresponde pagar. Esa es la his-
toria de los empréstitos escandalosos de 1871 y 1872, tan es-
candalosos, que provocaron la investigación del Parlamento
inglés.
184
JUAN ERNESTO VILLAMAYOR
LA VERDAD
de Natalicio González
a Michel Foucault
.... _. ~ -,
-- --- ~ -- -- ----~----
A
Jesús María Víllamayor
Padre
A
Mario Halley Mora
Amigo
El hombre se alejó de Dios y pretendió refugiarse en la
ciencia, confirmándole ésta lo que Dios le habia dicho.
191
pre, tarde o temprano, coronada con el triunfo, pues enarbo-
la un mensaje, que en la figura de un sentimiento va a unir
indisolublemente al pueblo; y el dfa que el pueblo rompa esa
cadena, cortará el eslabón que en la historia lo une con el
pasado, y suelto ya de su pasado, cual globo de gas, se diri-
girá al firmamento para ser allí presa de cualquier brisa, y es-
clavo de todo lo que algún asidero tenga, ente sin control en
el infinito, vfctima de sr mismo.
Pero no debemos confundir esa sociedad que sin rumbo
transita por el tiempo, con aquella que por imperio de deter-
minadas circunstancias mantiene sus lazos ocultos esperando
el momento de su redención, esperando a aquel que victorio-
so ponga la luz sobre el camino hacia el futuro.
1.92
Cuadernos Republicanos
193
el receptor del mismo; en algunas ocasiones era además in-
mediatamente olvidado sin ser tenido en cuenta, mientras que
en otras era detenidamente analizado y protegido, como si en
su seno existiese un poder oculto, o un mensaje que es nece-
sario descifrar para acceder al conocimiento de algo maravi-
lloso. De una u otra forma, la palabra del loco no era directa-
mente tenida en cuenta, y en cuanto a su origen específico,
en todos los casos rechazada.
194
cuadernos Republicanos
195
Pero hagamos un poco de historia, en determinados mo-
mentos del siglo XVI y XVII, aparece una voluntad de saber
que dibujaba en forma anticipada lo que con posteridad iba
a ser el contenido de determinadas materias, todo ello sobre
Jo posible, lo observable, lo medible o lo clasificable. Se im-
ponía al sujeto conocedor una posición, a efectos de medir el
nivel técnico de aquello que está por descubrir, indicándole
de antemano qué requisitos deberá llenar lo que aún no ha
visto la luz. La Voluntad de Verdad, desde Platón, tiene su
propia historia, se declaró independiente, pero al igual que
Jos países, descubrió que la independencia absoluta es una
quimera, y debió buscar apoyo en una red institucional que,
fundándose en principio en elementos abstractos como la pe-
dagogía, la edición, los sistemas de libros, etc., materializan
en una sociedad determinada, una forma particular de ser de
estas abstracciones, les dan un procedimiento peculiar, y al
igual que la Torre de Babel, diferencia un sistema de otro pa-
ra hacerlos entre sí naturalmente incomprensibles. Recorde-
mos con Foucalt, y a título simbólico, el principio que sos-
tiene que la aritmética puede ser objeto de las sociedades de-
mocráticas, pues enseña las relaciones de igualdad, en tan-
to que la geometría sólo debe ser enseñada en las oligar-
quías, pues explica las proporciones en la desigualdad. Y tan-
to influye e influyó este sistema en nuestra sociedad, que no
hay rama del conocimiento que no se haya visto afectada por
él. La Voluntad de Verdad influye así en la economía, en la li-
teratura, en la ciencia, en las finanzas, en el derecho, y esto
por no citar sólo algunas de sus manifestaciones. Ya nada en
nuestra sociedad tiene valor si no se fundamenta en esa ver-
dad que anticipadamente, y en ocasiones sólo en forma emo-
cional hemos descubierto. Esa Voluntad de Verdad se ha con-
vertido en un hecho solamente positivo, pasando desaperci-
bida su función negativa, que más que la de incluir y sumar
conocimientos, es la de excluir aquellos que no se ajusten a
sus reglas.
Todos los procedimientos hasta aquí enunciados influ-
yen en el mensaje a ser emitido, pero todos lo hacen desde
el exterior, existe sin embargo una serie de procedimientos
196
Cuadernos Republicanos
197
tos, de los pensamientos, o de las cosas. Angustia del enfer-
mo de Janet, para quien el menor enunciado era como una
palabra del Evangelio que encerraba inagotables tesoros de
sentidos que merecían ser indefinidamente reconsiderados,
reanudados, comentados. Se trata permanentemente de anu-
lar uno de los términos de la relación, sin suprimir la relación
misma. La exégesis jurídica es diferente al comentario reli-
gioso, una sola obra literaria puede dar lugar a tipos de dis-
cursos diferentes. La Odisea, por ejemplo, es repetida en la
traducción de Berard, en infinitas explicaciones de textos, y
en el Ulises de Joyce.
En el comentario, el primer y el segundo texto juegan
com!etidos solidarios. Por un lado, y a partir del primer texto,
queda la posibilidad abierta de decir permanentemente algo,
abre las compuertas a la palabra, da un tema para hablar. Pe-
ro el comentario, como segundo texto, no tiene más función
que decir aquello que ya estaba dicho, y el milagro que en-
cierra su cometido es que el mismo debe a su vez ser origi-
nal., dicho en otras palabras, se debe decir por primera vez
lo que ya se dijo con anterioridad.
El comentario conjura el azar, pues aunque es novedoso
en sí mismo, tiene la obligación de atenerse a lo que ya se ha-
bía dicho, el peligro del azar resulta así eliminado, lo nuevo
ya no está en lo que se dice, sino en la tibia función que re-
presenta el acontecimiento de su retorno.
198
Cuadernos Republicanos
.199
consistia en el empleo de determinados instrumentos concep-
tuales o técnicos de un tipo perfectamente definido, debiendo
además dirigirse a un cierto horizonte teórico o en el que de-
bía hallar un espacio para ser inscripto, bástenos recordar
que el estudio de la lengua primitiva, fue un tema perfecta-
mente admitido hasta el siglo XVIII, sin embargo en la segun-
da mitad del XIX, ya se convirtió en un factor expreso de ex-
clusión.
A su vez, las disciplinas reconocen la existencia de dos
campos, uno interior y el otro exterior. En el interior se reco-
noce a su vez la existencia de una determinada cantidad de
enunciados considerados sin más análisis verdaderos; en el
exterior, ya los principios no son tan rígidos, y existe una
aproximación a lo que se cree, no existe aquí el error como
concepto absoluto, ya que éste solo puede ser manejado per-
fectamente en el campo interior de cada disciplina, así, antes
de poder una enunciación ser considerada verdadera o falsa,
debe ésta encontrarse en el campo interior de la disciplina, o
sea debe estar en la Verdad. Galileo, al decir la verdad, sen-
cillamente no estaba en la verdad de la discilpHna, de allí el
rechazo que la verdad haya sufrido, para no poner en peligro
el ámbito de verdad en el que se realizan los enunciados.
200
OllaclemGS Republicanos
202
CUadernos Republicanos
2óS
ciém o conjumo de percepciones captadas por la sensibilidad_;
siendo asr la verdad, úña situaCión interna ·del sujeto, que se
define en un combate que busca la armonra entre et· senti-
miento y el concepto. Descubre acá una situación significati-
va en la lucha, y es el rol que juega el idioma en la elabora-
ción de
. ese
. concepto.
.
1.: -·
:.,·
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206:
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CARLOS PUSSINERI SCALA
Historia de la
Moneda Paraguaya
{11 Parte)
En esta segunda parte de la "Historia de la Moneda Para-
guaya" seguiremos transcribiendo documentos del Archivo
1\acional de Asunción, desde fines del siglo XVI y del sigloXVII,
algunos ·inéditos y otros ya publicados por Juan Francisco
Aguirre en sus libros ya citados anteriormente, (116) además
anotamos algunos documentos de las ciudades argentinas de
Corrientes, Santa Fé, Córdoba, Tucumán y Buenos Aires. Tam-
bién tomamos datos suministrados por estudiosos y que se
refieren a nuestro tema, que guardan relación con e·l Paraguay.
Las ciudades que acabamos de citar, siguieron con el mis-
mo sistema utilizado en Asunción, de dar valor a los "frutos
de la tierra", y es porque en ellas no habla monedas metáli-
cas, y también porque algunas ciudades fueron fundadas por
capitanes que partieron de Asunción, como Santa Fe en 1573,
Buenos Aires en 1580, Corrientes en 1588 y muchas otras más,
y es por esto que Asunción es "madre de ciudades" y además
ostenta el título de "Ilustre", que le otorgara el rey de Espa-
ña el 7 de junio de 1618, "por los importantes servicios que
hizo en muchas poblaciones que fundó y por haber sido ca-
pital de ocho ciudades" (117).
211
ñoles y 75 mestizos asuncenos, y Buenos Aires por 11 espa-
ñoles y 56 asuncenos (120). Es muy interesante hacer notar
que varios de estos jóvenes ocupaban algunos cargos, como
por ejemplo el gran Hernandarias.
Al respecto de estas ciudades, de una de ellas dice el
señor Osear Luis Ensinck en un tralJajo titulado: "Precios y
monedas en la antigua Santa Fe, 1573-1673", que "en Asun-
ciOn no había moneda metálica, por lo tanto quienes de allí
partleron para fundar Santa Fe nada pod[an llevar" (121).
212
Cuadernos R~blicanos
.1213
. . .. quince varas de lienzo basto . . . y siete varas de lienzo
que dicen que debe Flores Romano al difunto". Prosigue asf:
·•camisas de la tierra, una escobilla, un jubón llano de la tie-
rra, manteles de la tierra, etc." (127).
El capitán Hernandarias de Saavedra, teniente de Gober-
nador e Justicia Mayor en esta ciudad de Asunción, dijo el
23 de agosto de 1592, "que nabla sido informado que en la
barca que al presente viene de Corrientes a esta ciüaad, traen
cantidad de plomo y conviene al servicio de su Majestad, se
tome de cualquier persona que lo trae y se ponga en depósito
de una persona para que se reparta entre los soldados que
cada dfa salen a servir a S.M. y con un precio moderado en
las monedas de la tierra con que se acuda a su dueño". Le
ordenaba al capitán don Antonio de Añazo que vaya a la bar-
ca que traía el plomo y que tome todo lo que venga y lo lleve
ante el Gobernador,le recomendaba tener mucho cuidado "so
pena de 100 pesos porque asf conviene al servicio de S.M." (128).
215
biere de doctrinas y vestir y asistir en sus pueblos y se pueda
sustentar y alimentar bien en nombre de esta ciudad y como
Cabildo y Regimiento de ella, habiéndolo bien mirado, todos
unánimes y conformes señalaron y nombraron que se dé de
salario al dicho capellán o cura, que tomase a su -cargo la ad-
ministraC'ión de las dichas doctrinas por cada un indio un pe-
so corriente de a ocho reales, como sea de catorce años para
arriba los cuales se han de pagar en las cosas y frutos de la
tierra, que son vino, azúcar y garavata" Agregaba que debía
pagárselas cada seis meses (134).
21'6
Cuadernos Republicanos
L
Sobre la legislación. de1 Comercio de España con Indias,
Rafael Antúnez y Acevedo "Ministro togado del Supremo Con-
sejo de Indias" ha recopilado entre los años 1791 a 1796 todo
lo relacionado al respecto, y lo tituló: "Memorias Históricas
sobre la Legislación y Gobierno del comercio de los Españo-
les con sus colonias en las Indias Occidentales". El autor de
esta obra, pidió al rey la licencia para publicar, y en fecha 24
de junio de 1796 le concede, y al año siguiente da a luz esta
recopilación. ln.icia el aufor haciendo una "Advertencia", y
dice que "se carece de apuntes o memorias de las que se ex-
pidieron sobre el comercio desde el descubrimiento de las
Indias hasta el tiempo presente", (1796). Más adelante se lee:
"Mi obje'l:o pues, en esta obra, es recordar a los comerciantes
españoles cuanto he podido averiguar sobre el gobierno del
giro o tráfico con sus colonias de las Indias Occidentales,
etc." ... "Mi cuidaao principal ha sido la exactitud en las ci-
tas y extractos de las Cédulas y Provisiones, y con esta mira
he copiado . . . Mis principales guías son la colección de cé-
dulas y providencias relativas a Indias, que hizo y cuidó de im-
primir en la imprenta real en 1596, Diego de Encina, Oficial
Mayor de la Escribanía de Cámara de la Audiencia de Contra-
tación, las leyes de Indias publicadas en 1680 y El Norte de
la Contratación, escrito por don Joseph de Veytia y Linage, e
impreso en 1672 (137).
217
Manuel Joseh de Ayala". El método que adoptó el autor de es-
ta recopilación, "es referir por orden cronológico, desde el des-
cubrimiento de las Indias hasta el tiempo presente (1796") Y pa-
ra terminar, esta "Advertencia", en la que especifica que comen-
zó a escribir "en tres últimos meses de 1791" (138).
Rafael Antúnez divide la obra en cinco partes. La primera
trata "De los Puertos habilitados en España para este Comer-
cio"; la segunda, "De los navíos habilitados para este Comer-
cio"; la tercera, "De la carga habilitada para este Comercio"; la
cuarta, "De ias Contribuciones impuestas sobre los géneros em-
barcados a Indias, principalmente de las pagaderas en Espa-
fla''; y la quinta, "De las personas habilitadas para este Comer-
cio" (139).
Comienza narrando desde la expedición del primer viaje
realizado por Colón. Da después varias fechas de navlos que
partían de los puertos de España para las Indias, agregando
más adelante, que no se pudo puntualizar desde cuando "tu-
vo principio la navegación, verdaderamente mercantil". Según
refiere el cronista Antonio de Herrera, "en el año 1506 se dió
licencia para que todos los que fueran naturales de estos rei-
nos, pudiesen enviar a aquellos sus mercaderías", añadiendo
que en el año 1497 "le consta que los Reyes Católicos man-
daron que por el tiempo de su voluntad, de todas y cuales-
quiera mercaderías que de las Indias se trajesen a estos rei-
nos no se llevasen derechos de almoxarifazgo, ni aduana, ni
almirantazgo, ni portazgo ni otros derechos o ni de cuales-
o o
218
Cuadernos Republicanos
2l9
En la segunda parte, articulo VI de este libro, habla de
una Cédula del 7 de febrero de 1622, de las limitaciones de
los permisos, para comerciar. Se refiere también a las mer-
caderfas entradas por Buenos Aires. Más adelante dice: "por
otra se prohibe pasar por la dicha aduana hacia el Rio de la
Plata este metal o el oro sea en moneda, pasta o labor de
cualquier género". . . . . . . . . "También se prohibió por otra
de las dichas leyes, entrar por el puerto de Buenos Aires al
Perú. . . . . . . . . . pero por el contrario se permite en otra ley
que todas las mercaderfas del Perú puedan pasarse a la pro-
vincia del Rfo de la Plata sin pagar derechos algunos, ex-
ceptuando siempre el oro y plata". En otras cédulas se leen
los castigos pecuniarios y personales que se te aplicarla, (4
de marzo de 1654) .. Uno de ellos dice: "que cualquier navío
que llegase a los puertos de nuestras Indias Occidentales e
islas de ellas y no llevase juntamente registro legítimo según
lo mandado, caiga en comiso con todas las mercaderías, gé-
neros y carga que conduciere" (145). En cuanto a la pena
personal "perdia todos sus bienes, destierro perpetuo y con-
finado por cuatro años a la fuerza de Alarache o La Mamo-
ra, y otra pena era de diez años de galeras al remo y sin
sueldo" (146).
220
Cuadernos Republicanos
221
por los Pontífices a los Reyes de España para los gastos de
fa lucha contra los infieles". "Había dos categorías: las bu-
las de ilustres, cuya limosna era de ocho reales en plata. De-
bían adquirirla los grandes señores y otras personas ricas; y
las ordinarias vallan dos reales". Más adelante dice que "se
trató que se tome moneda de la tierra para la limosna, atento
a no haber plata en esta tierra y le dijeron que tomara mo-
neda a precios que no pierda en ella de la limosna que se
manda dar". Esta Bula fue datada en Madrid, el 29 de abril
de 1599 y "en fecha 21 de abril de 1602 compareció ante
el Cabildo de Córdoba el Tesorero de las Bulas de la Santa
Cruzada, Agustín de la Guerra, presentando el nombramien-
to para los obispos del Tucumán y Paraguay" . . . . . . . . "se
ordenó la publicación, predicación, administración y cobran-
za de dicha Bula" (154).
Enterado el rey de España de los inmensos contraban-
dos que se hacían en Europa y América, en el año 1606 libró
una Real Cédula al Gobernador del Paraguay y Río de la Pla-
ta, Hernandarias, en que le advertía "que en la ·pmvincia de
Guipúzcoa se cargaban de contrabando navíos portugueses
y franceses que conduelan a Buenos Aires, hierro, paños y
otras mercaderías y los meten en este puerto al Perú y vuel-
ven con los retornos, sin tocar en Sevilla", (155).
De acuerdo a algunos documentos, vimos que se hacían
distintas clases de maniobras y contrabandos. "El Goberna-
dor del Paraguay y Río de la Plata, Diego Rodríguez Valdez y
de la Vanda, en 1599 desde Buenos Aires en una relación al
Rey", -le decía- "Yo he experimentado una verdad en cin-
co meses que estuve en el Brasil detenido, y es que ninguna
plata de la que por aquí sale, va a España y si alguna va a
!-isboa es muy poca, porque toda va a Flandes o Inglaterra,
etc.''. Más adelante decía que "los mercaderes llevan los fru-
tos que reciben en pago de las mercaderías a vender al Bra-
sil con lo que doblan el caudal. Otra vez allí cargan de azúcar
para España y cuando vuelven a sus casas, los mercaderes
han hecho tres o cuatro ganancias, todas muy gruesas". El
gobernador se permitió recomendar al Rey, que "convendrá
para el remedio de esta tierra, que Vuestra Majestad se sirva
222
Cuadernos Republicanos
a dar licencia para que puedan contratar con el Brasil los fru-
tos de la tierra y a trueco de ellos proverse de lo necesa-
rio" (156).
Sin embargo la corte de España, el 6 de agosto de 1603
ordena por Cédula Real "la prohibición a sus colonias de
América contratar con los extranjeros ni venderles metales y
piedras preciosas, ni frutos, ni comprarles cosa alguna, bajo
pena de la vida''.
El 22 de diciembre de 1606 ratifica la Cédula de 1603 (157).
En una carta que el obispo de Asunción, Fr. Reginaldo de
Lizarraga, le escribiera en 1607 a S.M., le decía: "que halló en
la Asunción una Real Cédula fechada en Valladolid a 3 de ma-
yo de 1604, en que le manda S.M. informe si será conveniente
fundar en ella un colegio donde lean los padres de la Compa-
ñía (de Jesús), gramática, artes y teología", etc. Más adelante
dice: "y que por no haber allí junta de p·lata ni de oro, ni en
la Caja real, porque las monedas que corren son cera mal pu-
rificada, sayal a 12 reales vara, plomo, acero y hierro, etc.".
(158).
En una ordenanza del Cabildo, del 16 de febrero de 1607,
se mandó "que la maquilla de fanega o 12 almudes en tahonas
de bestia fuesen 2 almudes si el dueño del trigo ponía el ani-
mal y si el de aquella pagase 3 almudes y en molino de agua
2 almudes" (159).
En un acuerdo del cabildo, del 19 de junio de 1609, se re-
suelve dar treinta pesos para "la solemnidad de Corpus Gris-
ti que viene y es costumbre hacerse aquel dia alguna come-
dia". Agregaba que, "se hable con don Francisco de Saldlvar
para la dicha comedia". Se ordenaba también que se remata-
ra (algún producto) para la entrega "de los treinta pesos de
lo procedido del peso de la correduría" (160).
En un compromiso de pago que una señora viuda, Juana
de Morales, debla a José Deniz, decía que se comprometía a
pagar "diez arrobas de vino bueno, en el mes de mayo del
223
j
año próximo venidero de 1611 por cierta cantidad de yerba
que me vendió" etc.''. Este documento está fechado el 2 de
abril de 1610 (161).
Otro compromiso, del 25 de junio de 1611, decia: que se
comprometra Bernardino Caravallo "a dar y pagar llanamente
y sin pleito a José Deniz ochenta pesos de a ocho reales ca-
da uno en azúcar bueno, o en su defecto en vino bueno" (162).
En las ordenanzas del licenciado Francisco de Alfare,
''Oidor de S.M. de la Real audiencia de la Plata para la gober-
nación del Paraguay y Río de la Plata" dadas en Asunción el
11 de octubre de 1611, y que comprendfa 86 ca:p.ftulos (163),
dispuso en el capitulo 60, "que un peso en moneda de la tie-
rra equivaliera a 6 reales de plata. Además, para evitar los a-
busos en el cobro de la tasa a los indios establecieron allf mis-
mo estas equivalencias: una fanega de maiz, un peso (o sea
seis reales de plata); una gallina, dos reales; una madre de
mecha que tenga 16 palmas, un peso; tres libras de garabata,
un peso; una arroba de algodón, sin sacar las pepitas de esta
tierra, 4 pesos, y del rro Bermejo o de Tucumán, 5 pesos; una
vara de lienzo de algodón, un peso; una fanega de frijoles,
tres pesos" (164).
Como vemos, el oidor Alfare da el valor a la "moneda de
la tierra, 6 reales plata", y no 8 reales como era la equivalen-
cia en moneda de plata. De todos los valores que dá solo se
mantuvo desde 1595, la vara de lienzo de algodón a un peso.
En el Archivo de la ciudad de San Juan de Vera de las
Siete Corrientes, conservan una gran cantidad de documentos
de la época colonial.· Desde el año 1908 fueron publicando en
la "Revista del Archivo" de esa ciudad. Uno de ellos, del 10
de abril de 1612 dice que se dio azufre para la defensa de esa
ciudad, y "catorce libras de pólvora al Paraguay (165). Otros
documentos se refieren a "plomo, cueros, sebo" (166), y hay
otro que dice: "en monedas de la tierra, hierros, madres de
mechas que los dos pesos suman y montan dieciocho pesos,
etc."· (167). · ·
Los pagos de impuestos que se hacian a la Real Hacien-
da, y que eran en especies, ocasionaban dificultades, Al res-
Cuadernos Republicanos
225
De un acuerdo del Cabildo sobre lienzo, carreta y barri-
les, transcribimos la primera parte sobre lienzo, que comien-
za asl: "En la ciudad de Asunción, en veintiún dlas del mes de
abril de mil seiscientos catorce años, de esta ciudad, estando
en su cabildo este dicho dla acordaron unánime y conformes
de que se hiciese .......... en razón del valor del lienzo así
del que se trae de la Gobernación como del que se teje en la
tierra e lo pusieron lo uno y lo otro a peso medio y que co-
rra por moneda de las del cabildo como lo ha sido antes de
ahora y que nadie la venda a más de a peso y medio so pena'
de perdido el lienzo que así vendiese y de cincuenta pesos de
pena para cada vez que lo vendiese a más del dicho precio
y de . . . . . . . . . . . . . . en tercias partes Juez denunciador y su
majestad asf lo proveyeron y mandaron a pregonar para que
venga la noticia a todos" (170.
Silvio Zavala dice en su trabajo ya citado, que "el 9 de
abril de 1615, habla llegado a Buenos Aires de las ciudades
de arriba por otros cobros: cera, yerba, madres de mecha, y
costales de chaguar pertenecientes a su .majestad. También
se mandaron vender en almoneda" (171).
"El 18 de abril de 1618 los oficiales reales hablan recibi-
do carta de don Pedro Fontana de Zárate, dean de la Iglesia
Catedral de este obispado y comisario de la Santa Cruzada en
estas provincias por la cual parecla remitir a la Caja Real del
Puerto de Buenos Aires, de la ciudad de Asunción, con Joan
de Frias, vecino de ella, 7372 libras de azúcar y 3877 libras
de garabata, que en Asunción se hablan cobrado de la limos-
na de las bulas. En acuerdo de hacienda se mandó vender el
azúcar y garabata en almoneda'' (172).
Una Real Cédula del 9 de julio de 1618, decfa que "las
orCienanzas y provisiones Reales se cumplan por bien o bajo
severas penas" y se dirigla a las provincias de "Paraguay y
demás". Más adelante decfa, que los jueces y justicias esta-
ban obligados a hacer cumplir lo ordenado, pues de lo con-
trario se aplicarlan "grandes penas" (173).
Tan comentado fue en España de que en el Paraguay se
utilizaban varios efectos y frutos de la tierra como moneda,
226
í
CUadernos Republl1
227
dad de la Asunción a las Corrientes, 4 pesos en 4 varas de
sayal o lienzo, y desde las Corrientes a Santa Fe, 6, y otro
tanto desde Santa Fe a Buenos Aires, y otro tanto desde la
Asunción hasta Guairá, S.M. declara: que el jornal de real y
medio por cada un dfa, señalado por el Visitador, se pague y
ejecute por ahora como lo manda esta ordenanza, y atento a
que p·or otra parte de las !p1rovincias se alega que la tasación
de estos jornales es excesiva y de mucho gravamen para los
vecinos y habitadores de la tierra . . . . . . . . . . . . se manda que
la Audiencia de la Plata, estando bien informada de la ver-
dad, tase y modere lo que le pareCiere ser justo, y eso se cum-
pla y ejecute y dé cuenta al consejo" (175).
El· Rey Felipe 111 en Madrid dicta otra Real Cédula sobre
tasa para que los indios de estas Provincias paguen en mone-
da o frutos, y dice: "Cada indio de tasa de estas tres Gober-
naciones, (Paraguay, Río de la Plata y Tucumán) pague seis
pesos corrientes al año en moneda de la tierra, con que
se reduzcan a cosas, que si se hubiesen de vender a real de
plata, valga seis reales de plata lo que en moneda de la tierra
fuese un peso, y así el indio ha de ser obligado a pagar en
cada un año los seis pesos de tasa en moneda de la tierra, o
en seis reales de plata por cada peso, o en especies de maíz,
trigo, algodón, hilado o tejido, cera, garavata o madres de
mecha. Y por que no haya aificultad en el precio de estas es-
pecies, declaramos, que valgan una fanega de maíz un peso,
una gallina dos reales, una madre de mecha que tenga die-
ciseis palmas un peso, tres libras de garavata un peso, una
arroba de algodón de la tierra, sin sacar la pepita en el Pa-
raguay, cuatro pesos y en el Río Bermejo y Gobernación de
Tucumán, cinco pesos; una vara de nenzo de algodón, un pe-
so; una fanega de frijoles, tres pesos, en las cuales especies
puedan pagar los indios su tasa, con que en ún año no tenga
obligación el encomendero a recibir más que una fanega de
mafz, y dos gallinas a estos pr~cios y la demás tasa haya de
ser en otras especies, o moneda de plata como va expresado,
y esta tasa se ha de pagar a las cosechas de Navidad y San
Juan por mitad" (176).
228
Cuadernos Republicanos
229
pesos, para la Real Cámara, y que se procediera contra el tal
o tales con todo rigor como contra falsificadores de las mo-
nedas de esta República (178).
230
7
Cuadernos Republicanos
L
Por Real Cédula se ordenó una merced para ayuda de
costas al obispo del Paraguay, la suma de quinientos mil ma-
ravedis y se pague de la caja de la ciudad de la Trinidad
puerto de Buenos Aires, y en fecha 25 de septiembre de 1636,
se reúnen en esa ciudad para tratar el reclamo que hacia el
obispo del Paraguay, porque no recibfa lo ordenado por el
Rey.
El documento en parte dice: El Maestro de Campo Pedro
Esteban Dávila, Gobernador, Capitán General, Justicia Mayor,
y otras autoridades "se juntaron en la Real Contaduría a ha-
cer acuerdo sobre cosas tocantes a Hacienda Real. Leyóse en
este acuerdo la petición . . . . . . . . . . . . de ra Cuarta Episcopal
que se entrega al ilustrísimo Obispo del Paraguay en mone-
das y frutos de la tierra . . . . . . . . . . y pide se les pague los
doscientos pesos que S. M. les hace merced para ayuda de
Costas" . . . . . . . . . . . . El Gobernador fue de parecer que se le
dé lo que pide, pero "rebajando lo que montaren los diezmos
que ha de recibir en los frutos de la tierra y lo que faltare cum-
plimiento de los quinientos mil maravedís, le dé certificación
de ello para que se le suplan de esta caja, no lo habiendo en
la del Paraguay".
231
agregando más adelante, que "cuando se trataba de pagar
los impuestos eclesiásticos o seculares todos se acogían a la
ordenanza de 1618. Al tabaco se le daba el valor de tres pe-
sos por arroba, sum¡ando en consecuencia 18 reales. En las
trans~coiones comerciales dentro de la Provincia, el taba.co
era el equivalente de 4 pesos huecos. Pero estos variaban a
su vez de un modo notable. Ya sabemos que legalmente equi-
valfan a 6 reales plata. Entre los directores de la plaza de
Asunción, un peso hueco o provincial valla solo dos ·reales de
dicha moneda, sin 'faltar excepciones. Así, una arroba de ta-
baco equivalfa a 4 pesos provinciales, iguales a 8 reales pla-
ta. El tabaco que producía el agricultor le servía en su ca-
rácter de moneda para surtirse de las mercaderías importa-
das. El comerciante, al recibir el producto, le asignaba el va-
lor de· plaza que a veces era el de 5 reales por arroba (cuan-
do debiera ser 8) a lo que debe agregarse el subido precio de
las mercaderfas" (183).
En el año 1638, el Rey dicta una Real Cédula sobre Papel
Sellado, en la que parte de ella dice: "He acordado de man-
dar dar la presente, que quiero y es mi voluntad, tenga fuer-
za de ley pragmática, por la cual ordeno y mando, que de aqul
en adelante en todas y cualquier parte de las ............ .
Indias occidentales, islas y tierra firme del mar océano, des-
cubiertas y que se descubriesen, no se pueda 'hacer ni escri-
bir ninguna escritura, instrumento público, ni otros ........ .
que por menos aquí irán declarados sino fueran en papel se-
llado". Dice mlás adelante: "que haya cuatro sellos diferentes,
p~hnero,. segundo, tercero y cuarto". Instruye a continuación
en qué oportunidad deben usarse los papeles sellados de los
distintos valores y que "no pueden valer ni correr en mis In-
dias por más tiempo que dos años y que para los dos siguien-
tes se impriman otros". Da también el valor de cada séilado,
y en otro párrafo dice: "Y porque en muchas partes de las di-
chas mis Indias no hay moneda que se pueda ajustar a la pa-
ga y satisfacción de los sellos tercero y cuarto, respecto de
ser bajo su valor, quiero y mi voluntad se cobre de la misma
forma y manera que se hace lo procedido de la Bula de fa San-
ta Cruzada", o sea cobrar e·n las "monedas de la tierra". De-
cfa también: "Y porque en materia tan Cltll al bien póblico,
232
Cuadernos Republicanós
234
Cuadel'llOs ·Republicanos
235
Esta orden de prórroga seguramente como la anterior
tardó en llegar a esta ciudad porque recién se da a conocer
el 31 de 'octubre 'de 1654, como se estilaba, en 1~ plaza, al to-
que de 'cajas 'y por los pregoneros (19!)·. ·
Por tercera vez se prorroga el . uso de las. monedas sella-
das de los. valores ya citados. El 23 de agosto de 1654, remi-
ten-desde Lima al Paraguay, "un Real acuerdo de hacienda'',
en. que decían: "que por existir todavía las mismas causas
.que-hastaaquí ha habido y para que no pare el comercio ge-
neraL del Reino, se prorrogue por ocho meses más, que han
,de . correr desde septiembre en adelante las monedas de . los
.valores citados en la prórroga anterior c::le~ 30 de diciembre
de 1653". Decía también que se de a conocer esta prórroga
(198).
236
Cuadernos Republicanos
237
no .público y testigos, "pareció Antonio Romero .......... .
de· s¡Má)estad y. de las· comisiones en esta dicha ciudad a ex~
canago ~1 licenciado Don. P~ro de · Rojas LU:n~ del conseio
de s¡Majestad y. su oid9r d~ l.a Real Hacienda de la ciudad de
la Trinidad Puertc;> de Buenps Aire~ y alqalde. de corte d.e 1~ ,
Lima por s¡Majestad .. : . . . . . . . . . . . en conformidad .de. lo
mandado, de acuerdo a las anotaciones de las cajas de ha-
cienda de esta ciudad los tres mil catorce· pesos seis reales
de plata en pesos acuñados de plata doble y sencillos que ·
lo montan, y mas dos tejos de oro que pesaron las dfchas se• ·
santa y un onzas y un adarme, en conformidad del tenor del
dicho auto y para que ello le conste . . . . . . . . . . . . Firma An-
tonio Romero y testigos" (202).
238
Cuadernos Republlc}lnoa. . ·
24()·_
Cu~dernos RepubUcanos. :
2~-
.J • .-
Fe de .la Vera' Cruz · se pagase a sus Reales Cajas por cada
arroba y de la que pasase a las Provincias del Tucumán y·
Perú se pagase a peso d~ ella, con cuya noticia el Cabildo de .·
esta. ciudad en el acuerdo referido, suplico de ello por las_cau-
sas y razones e>O,presadas en el, ordenándome como un pro-
curador l()s repitiese ante V. S~. suplicando asimismo como
por el pudiese hablando con el respeto y acatamiento debi-
do". Más adelante dice: "por defecto de plata que no corre
en esta Provincia introdujo la costumbre por moneda usual de .
ello la yerba" (212).
De acuerdo a la documentación que leimos se deduce
quehubo dudas ae como manejaba el Capitán Patiño Dehara,.
"e-1 trato y cumplimiento" de la Real Cédula sobre la yerba.
con este motivo se citan -a testigos, quienes declaran ante el
Gobernador, labrando acta de cada persona que se presen-
taba. Vno de ellos dice: "En Asunción el 6 de julio de 1681,
ante mi, teniente general de Gobernador el dicho procurador
general _para la dicha información ;presento por testigo al
m_aestro don Andrés Ballejo Chacón, clérigo presbitero de es-
ta Diócesis, el cual siendo presente juró in verbo sacerdotis
en forma de derecho so cargo del cual prometió decir ver-
dad de· lo que ·supiese le fuere preguntado y siendo lo por el
interrogatorio presentado én esta causa a la primera pregun-
ta de Jo que si tiene conocimiento de trato y comunicación de
la persona del capitán Juan Patiño Dehara que al presente
usa y ejerce el oficio de procurador general de esta ciudad
y que tiene noticia de la dicha. Cédula Real y su dis1posición
y est~ responde.
A la segunda pregunta dijo que sabe por per ......... .
que ·la yerba beneficiada en los. montes de Villarrica de este ·
gobierno es moneda·_ usual de esta provincia corre en esta
ciudad ·a· dos pesos de a ocho Reales la arroba y en el dicho·-
precio· la comprari los mercaderes a trueque de ropa, lien-
zo, vino; jabón y otros géneros que traen' de las provincias ·
de abajo a ésta ciudad por carecer de ellos y sin este soco-·
rro ·no fuera posible pasar la vida''. Más adelante, en otra res• ·
puesta. dice: "que :el año de sesenta Y' cinco, pasando por
Santa Fe vio que corrla·en ella la-yerba a mas de seis pesos ,
242-
' Cuadernos Republicanos ·
246
CUadernos R.llpubllcanos
L
preciso para lo entrado que se previene a la guerra de los
indios enemigos" Francisco Monforte (218). ·
247
-tas catorce irrobaa brutas y en quince sacos de tabaco
...-..... (220).
Otra 'de las ciudades fundadas por gente que .partió de
Asunción, fue la de Santa Cruz de hi ·sierra· (Boiivia), por sli-
p~esto, llevando. todo lo necesario para la expedición, pero
_po~o o nada fue llevar monedas, "'~rque eo esta ciudad no
-nabla".
· .se conoce parte de las "Actas Capitulares" publicadas
por la Universidad boliviana "Gabriel René Moreno", y fuera
la ."versión paleográfica del manuscrito original" del Padre
.Gabriel F.eyles, -S. D. (221"). ·
El prologuista de este trabajo, da un dato interesante.
Menciona que 'uno de los que actuó en el Gobierno de esa
-ciudad, fue Bernabé de Molina· Salazar, descendiente del fun-
dador del Paraguay, (1537) don Juan de Salazar y Espinoza".
En el Acta del 2 ·de' enero de 1637, en ·parte dice: "Por la
escasez y carestla del ganado, seresolvió que "la ·arrelde de
a
carne qu~ se pagaba real de azúéar, se pague a real de pla-
ta, a partir de Pasc.ua· d.e.Resurrección, etc.".-(222).
Otra 'Acta, de(19 de noviembre ·de ·1"637, dice: "El Justi-
cia Mayor General, don Diego Hidalgo· de Paredes, propuso
que loS Vecinos socorran--al Rey· con ·donativos como lo pide
en 'Real Cédu1a que se leyó. ·y da el ejemplo donando cien
arrobas de azúcar, que es la moneda que corre en··esta ciu-
. dad'' (223).
. .En uno de ·los documentos se lee: "Con el dicho. servicio
~n .la d.i~ha forma hayan cumplido los dichos. indios. sin. que se
IEt! pueda llevar ·¡;i lleve aunque lo ·den . voluntariamente, .hilo,
aJgodón, garavata, aves, cera, pescado, ni otra: cO-sa por .nin-
'guna vfa rii manera sino ~ pag~ndriselo" (224). · · ··
Otro documento expresa asf: "De lo .cual hayan .de dar:. y
den a sus años por. el d.fa de San. Juan y por Nf¡lvldad cada in·-
diQ de tasa, un pato .y una gallina .Y ... (:los gaiJin~s. dt3 suerte
que sean cuatro cada año en cada tercio dos y. asimismo ha-
y;:tn de dar al dicho su amo. én" cada tercio una Úbra de gar:a-•
bata o de cera o. til.lo de. una Úbra de a,igo.dón, dándoles" su
amo el" algodÓn, etc.'; (225). . . . .
"248
B 1 B l 1 O G R A F .1 A
(116) Aguirre, Juan Franci&oti: "Diario del Capitán de Fragata", Tomo 11,
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249
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(144) ldem, idem' Péglna 157.
(145) ldem, idem.. Pégina 154.
(146) ldem, idem. Pégiñ·SJ 155.
(147) ldem, idem. Pég¡ína 133.
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(169) tdem, idem.
250
Cuadernos Republicanos
251
L
252
Páginas
Literarias
MACUA PASTICHO
MISTER BAKER
(A Nené Lamas)
:' . ~. -
•"' ..
--~;-: .....
Caminando por la costa, Lucía se alejó· del puebl~, ·hasta
llegar a una caleta silenciosa Se detuvo al encontrar un cartel,
ubicado al pie de la montaña, y, largo rato, permaneció leyen-
do y releyendo el texto: "Hubo .tiemp¡0 que en estas· tierras
secas palpitó la vida".
Paseó la vista por el paisaje y sólo vio desierto, mar y si-
lencio.
En lontananza, pelícanos y gaviotas. escoltaban a peque-
ñas embarcaciones pesqueras, tratando de arr~batarles alguno
que otro bocado. ·
Descendió hasta la playa a recoger caracoles; después,
sentada sobre un peñasco, disfrutó del_lugar escuchando, con
los ojos cerrados, el estruendo de las olas.
Azuzada por la curiosidad regresó al pie del cartel y, ex-
trayendo del bolsillo de sus jeans una libretita, anotó: "La ago-
nía salitrera mató la caleta;'.
¿Qué habla pasado?
Deseosa de encontrar respuestas, continuó recorriendo la
costa. De implf'oviso, se topó con la que, en otros tiempos, ha-
bla sido una pasarela entre la playa y el roquerío. De. un sal-
to alcanzó el primer peldaño en buen estado y, asiéndose a la
barandilla, ahora herrumbrada y carcomida, subió con cuidado.
Empinándose por sobre el último peldaño, alcanzó a ver
en una meseta gigantesca, un pueblo abandonado, -en la aridez
de las dunas.
El sol del crepúsculo rebotaba en las callejuelas. mudas,
formando penumbras misteriosas que parecían hablar del pa-·
sado.
259-
Todo aparecfa quieto y silencioso.
¿Quiénes fueron esos seres que llegaron a estos parajes
en pos del salitre y luego partieron para no volver?
La arrancó de sus cavilaciones una bandada de vencejos
que pasó rasando.
Desandando el camino al pueblo, decidió regresar al dia
siguiente.
Entró a la casa donde se hospedaba, cuando en el firma-
mento púrpura del atardecer empm:aban a brillar las estrellas.
A lo lejos, en la punta rocosa oriental, un Ñlfl€> pestañeaba sus
luces de colores indicando el camino hacia la costa.
Durante la noche, Lucra se despertó, varias veces, sobre-
saltada por algo semejante al retumbo de bombos colosales.
Era el mar bravfo que rompra ses olas en el acantifado~ levan-
tando vendavales de agua.
A través del ventanal, la luna ascendente proyectaba el en-
cantamiento de una suave rumtnosidact Lucfa evocó ta visión
del pueblo ábandonado; por su imagfnación · desfilaron garbo-
sas siluetas de ritmos cadenciosos, cosas inastbles y nostálgi-
cas, hasta. que se quedó proJamdarneme- dorm~
Muy temprano al amanecer, c4brerta con un sweter para
atenuar el efecto de la camanchaca,· se dfrfgió a fa caleta. Una
rara excitación aceleraba sus pasos, mf:en:tras asprraba el aire
saturado de fragancias marinas.
Subió lentamente, petdaña a peldaño.
Al final de la crujiente escalera la deslumbró et sol, que
avanzaba apoderándOse de la arena. El desierto terriblemente
seco y solitario enmarcaba al ptlebto abancfonacto.
A StJS· espaldas, las crestas de las olas brillaban hasta
donde alcanzaban la vista.
Impulsada por una secreta fuerza, Lucfa traspuso el último
pefdaño. Sus ·pasos resonaron,. despérilando ecos misteri:osos,
mtentr.ls avanzaba porta • • ~ ~-fleiiRlpmS) l!labfa stoo e•
lle principal.
cu~~blicanos
- Y Elizabeth Flanningan?
- Su ·esposa.
- Qué fue de ellos?
- La historia es larga y data del ap~geo del salitre. en
esta zona. Durante. esa época los habitantes de este lugar se
contaban por miles.
Por aqu·r pasaron colonizadores de· todos los rincones del
mundo, entusiasmados con la idea de hacerse ricos de la no-
che a la mafiana.
Roberto Baker fue un ingeniero de minas galés a quien
los obreros le llamaban Mister Baker.
Al principio su único afán liJe el de cumplir. su contrato
y regresar a Inglaterra, pero, después, se enamoró de Eliza-
beth Flanningan, hija del gerente de la salitrera. Pronto se ca-
saron y él construyó la casa que visitaste.
Largo tiempo se les vio felices, hasta que úna tardecita,
mientras nadaban en la bahfa, a Elizabeth la arrastró la resa-
ca y jamás se la encontró.
Desde entonces, Mistar Baker, callado por naturaleza, se
tornó aún más silencioso. Jamás perdió sus finos modales, ese
comportamiento tan tfpico de todo buen inglés, t3ero, aparte
de su trabajo al único sitio adonde iba, al caer la tarde, era
la orilla de la bahía donde habla desaparecido su amada Eli-
z~beth.
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