Cuento, Leyenda, Coplas, Adivinanzas, Refranes
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Cuento, Leyenda, Coplas, Adivinanzas, Refranes
1. Carrera de zapatillas
Había llegado por fin el gran día. Todos los animales del bosque se levantaron
temprano porque ¡era el día de la gran carrera de zapatillas! A las nueve ya
estaban todos reunidos junto al lago. También estaba la jirafa, la más alta y
hermosa del bosque. Pero era tan presumida que no quería ser amiga de los
demás animales, así que comenzó a burlarse de sus amigos: – Ja, ja, ja, ja, se
reía de la tortuga que era tan bajita y tan lenta. – Jo, jo, jo, jo, se reía del
rinoceronte que era tan gordo. – Je, je, je, je, se reía del elefante por su trompa tan
larga. Y entonces, llegó la hora de la largada. El zorro llevaba unas zapatillas a
rayas amarillas y rojas. La cebra, unas rosadas con moños muy grandes. El mono
llevaba unas zapatillas verdes con lunares anaranjados. La tortuga se puso unas
zapatillas blancas como las nubes. Y cuando estaban a punto de comenzar la
carrera, la jirafa se puso a llorar desesperada. Es que era tan alta, que ¡no podía
atarse los cordones de sus zapatillas! – “Ahhh, ahhhh, ¡qué alguien me ayude!” –
gritó la jirafa. Y todos los animales se quedaron mirándola.
El zorro fue a hablar con ella y le dijo: – “Tú te reías de los demás animales porque
eran diferentes. Es cierto, todos somos diferentes, pero todos tenemos algo bueno
y todos podemos ser amigos y ayudarnos cuando lo necesitemos”. Entonces la
jirafa pidió perdón a todos por haberse reído de ellos. Pronto vinieron las
hormigas, que treparon por sus zapatillas para atarle los cordones. Finalmente, se
pusieron todos los animales en la línea de partida. En sus marcas, preparados,
listos, ¡YA! Cuando terminó la carrera, todos festejaron porque habían ganado una
nueva amiga que además había aprendido lo que significaba la amistad.
2. Un Conejo En La Vía
Daniel se divertía dentro del coche con su hermano menor, Carlos. Iban de paseo
con sus padres al Lago Rosado. Allí irían a nadar en sus tibias aguas y elevarían
sus nuevas cometas. Sería un paseo inolvidable. De pronto el coche se detuvo
con un brusco frenazo. Daniel oyó a su padre exclamar con voz ronca: – “¡Oh, mi
Dios, lo he atropellado!” – “¿A quién, a quién?”, le preguntó Daniel. – “No se
preocupen”, respondió su padre-. “No es nada”. El auto inició su marcha de nuevo
y la madre de los chicos encendió la radio, empezó a sonar una canción de moda
en los altavoces. – “Cantemos esta canción”, dijo mirando a los niños en el asiento
de atrás.
La mamá comenzó a tararear una canción. Sin embargo, Daniel miró por la
ventana trasera y vio tendido sobre la carretera a un conejo. – “Para el coche
papi”, gritó Daniel. “Por favor, detente”. – “¿Para qué?”, respondió su padre. – “¡El
conejo se ha quedado tendido en la carretera!” – “Dejémoslo”, dijo la madre. “Es
solo un animal”. – “No, no, detente. Debemos recogerlo y llevarlo al hospital de
animales”. Los dos niños estaban muy preocupados y tristes. – “Bueno, está bien”-
dijo el padre dándose cuenta de su error. Y dando la vuelta recogieron al conejo
herido. Sin embargo, al reiniciar su viaje una patrulla de la policía les detuvo en el
camino para alertarles sobre que una gran roca había caído en el camino y que
había cerrado el paso.
Hubo una vez un lobo muy rico pero muy avaro. Nunca dio ni un poco de lo mucho
que le sobraba. Sin embargo, cuando se hizo viejo, empezó a pensar en su propia
vida, sentado en la puerta de su casa. Un burrito que pasaba por allí le preguntó:
“¿Podrías prestarme cuatro medidas de trigo, vecino?”. “Te daré ocho, si prometes
velar por mi sepulcro en las tres noches siguientes a mi entierro”. “Está bien”, dijo
el burrito. A los pocos días el lobo murió y el burrito fue a velar su sepultura.
Durante la tercera noche se le unió el pato que no tenía casa. Y juntos estaban
cuando, en medio de una espantosa ráfaga de viento, llego el aguilucho y les dijo:
“Si me dejáis apoderarme del lobo os daré una bolsa de oro”. “Será suficien te si
llenas una de mis botas”, le dijo el pato, que era muy astuto.
El aguilucho se marchó para regresar enseguida con un gran saco de oro, que
empezó a volcar sobre la bota que el sagaz pato había colocado sobre una fosa.
Como no tenía suela y la fosa estaba vacía no acababa de llenarse. El aguilucho
decidió ir entonces en busca de todo el oro del mundo. Y cuando intentaba cruzar
un precipicio con cien bolsas colgando de su pico, cayó sin remedio. “Amigo
burrito, ya somos ricos”, dije el pato. “La maldad del aguilucho nos ha beneficiado.
Y ahora nosotros y todos los pobres de la ciudad con los que compartiremos el oro
nunca más pasaremos necesidades”, dijo el borrico. Así hicieron y las personas
del pueblo se convirtieron en las más ricas del mundo.
LEYENDA
1. La Llorona
2. El Sombrerón
3. La Ciguanaba
FABULAS
Cierta tarde verano un grupo de "mujeres lloronas",se les había pagado, para
que llorar la muerte de una de las hijas de un acaudalado hombre. Una de las
hijas muy sorprendida se acercó a su madre y le pregunto:
2. EL CABALLO VIEJO
Un caballo que ya estaba muy mayor fue vendido por su amo a un molinero
que lo empleó para que diera vueltas a la piedra de un viejo molino. El caballo no
hacía otra cosa desde la mañana a la noche que girar y girar alrededor de aquella
rueda, lo cual no sólo le cansaba mucho, sino que lo ponía muy triste.
Y es que el viejo caballo recordaba lo veloz y famoso que había sido en sus años
de juventud, en los que había vivido infinidad de aventuras y también cómo se
burlaba de los otros caballos que eran más viejos y lentos que él.
Ahora viéndose en esta situación en la que pasaba sus días atado y dando vueltas
a dicho molino, se arrepentía de aquella actitud que había tenido cuando era
poderoso:
"Después de las grandiosas vueltas que en mi juventud di en las carreras, mira a
que vueltas me veo reducido ahora. Este es un justo castigo por burlarme de
aquellos que veía más débiles e inferiores"
MORALEJA
Mejor ser humilde cuando tienes poder, porque un día u otro lo has de perder
3. LA MUJER INTRATABLE
Aunque en su juventud había sido una mujer jovial y llena de vida, el paso de los
años habían convertido a la esposa del alcalde de la ciudad en una mujer
intratable a la que el menor descuido de sus sirvientes ponía de muy mal humor.
- No te lo vas a creer querido mío, pero los encargados del ganado apartaban la
vista cuando pasaba por su lado.
- Pues, si estos que tan solo te veían una vez al día no querían cruzar su mirada
con la tuya-dijo su marido midiendo muy bien sus palabras-, no puedo ni imaginar
que es lo que harían los que tenían que estar contigo permanentemente.
MORALEJA
Permanece atento a las menores señales, ya que son las que nos revelan los
secretos más ocultos.
ADIVINANZAS
El que no lo adivinara,
Adivinanza: el coco será un burro cabezón
Tiene ojos y no ve,
tiene agua y no la bebe, Adivinanza: la manzana
tiene carne y no la come, Somos verdes y amarillas,
tiene barba y no es hombre también somos coloradas,
es famosa nuestra tarta,
Adivinanza: el aguacate y también puedes comernos
Agua pasa por mi casa, sin que estemos cocinadas
cate por mi corazón.
Adivinanza: la pera el que no lo adivine
Blanca por dentro, bien tonto es
verde por fuera.
Si quieres que te lo diga, Adivinanza: la sandía
Espera A mi me tratan de santa
y conmigo traigo el día.
Adivinanza: el limón soy redonda y encarnada
Agrio es su sabor, y tengo la sangre fría
bastante dura su piel
y si lo quieres tomar, Adivinanzas: (El Recreo)
tendrás que estrujarlo bien. En Él Jugamos,
En Él Corremos,
Adivinanza: el melocotón Cuando Un Descansito
Amarillo por fuera, En El Cole Hacemos.
amarillo por dentro
y con un corazón en el centro. Adivinanzas: (Las Tizas)
De Muchos Colores
Adivinanza: el plátano Yo Puedo Ser,
Oro parece, Para En La Pizarra
plata no es, Dibujos Hacer.
REFRANES
1. Quien mucho abarca, poco aprieta Quien emprende muchas cosas a un tiempo,
generalmente no desempeña ninguna bien.
2. En casa de herrero, cuchillo de palo. A veces falta una cosa en el lugar donde
nunca debiera hacer falta.
3. A mal tiempo, buena cara. Hay que saber sobrellevar los problemas de la vida.
4. Cuando hay hambre, no hay pan duro. La necesidad obliga a valorar las cosas
mínimas.
5. A falta de pan, buenas son tortas. Cuando falta de algo, se valora lo que puede
reemplazarlo.
6. Unos nacen con estrella y otros nacen estrellados.. Es diverso el destino de los
hombres
7. Por la boca muere el pez. Es inconveniente hablar más de lo necesario.
8. A palabras necias, oídos sordos. No hay que hacer caso del que habla sin razón.
9. No se debe escupir al cielo. No se debe ofender a Dios, ni desear a otros cosas
nefastas.
10. Más ven cuatro ojos que dos. (o Cuatro ojos ven más que dos) Las cosas
consultadas y revisadas entre varios, salen mejor.