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DOCUMENTO TÉCNICO Nº IX- GNEAUPP

DESBRIDAMIENTO DE ÚLCERAS POR PRESIÓN


Y OTRAS HERIDAS CRÓNICAS

1. INTRODUCCIÓN

El tejido desvitalizado, también llamado tejido necrótico, contiene células muertas y


detritus celulares que son la consecuencia de la destrucción de tejidos.

Hay varios términos que pueden utilizarse en la descripción de estos restos de


tejidos desvitalizados en función de su apariencia. Hablamos de tejido necrótico, en
general, ante tejidos de color negro o marrón oscuro. Denominaremos escara, a una
placa definida, generalmente de color parduzco o negro, espesa, sólida, seca, de
textura correosa que aumenta en dureza conforme se va desecando. Los esfacelos
son restos de material fibrinoso de color amarillo-verdoso o blanco-grisáceo, muy
difíciles de aprehender por su consistencia blanda. En la clínica existen estadios
intermedios entre los esfacelos y la placa necrótica que suelen coexistir en una
misma herida.

La presencia de tejido desvitalizado y/o necrosado constituye un obstáculo para que


el proceso de cicatrización se desarrolle de una manera adecuada y óptima. Además
de representar una barrera mecánica que puede retardar el proceso de cicatrización,
favorece el crecimiento bacteriano al ser un medio de cultivo ideal para la flora
bacteriana, aumenta el riesgo de infección, aumenta las demandas linfocitarias,
puede cronificar el proceso inflamatorio e impide el drenaje natural de la herida por
lo que se favorece que los procesos supurativos desequen los tejidos. Este hecho
favorece trayectos fistuloso, pudiéndose extender hasta estructuras más profundas
como hueso y/o articulaciones con posible destrucción de ambos y produciendo
artritis sépticas, puede enmascarar colecciones de secreción o abscesos,
incrementa las demandas de desbridamiento autólogo, e impide una evaluación real
de la herida (estadiaje).

Recientemente el término de carga necrótica ha sido propuesto como la terminología


que describe en su globalidad el tejido necrótico, el exceso de exudado y los
elevados niveles de bacterias presentes en el tejido desvitalizado. Además de por su
aspecto físico el tejido desvitalizado destaca por la presencia de mal olor que suele
ser consecuencia directa de la colonización bacteriana.

Nos referiremos al desbridamiento como al conjunto de mecanismos (fisiológicos ó


externos),dirigidos a la retirada de tejidos necróticos, exudados, colecciones
serosas o purulentas y/o cuerpos extraños asociados, es decir, todos los tejidos y
materiales no viables presentes en lecho de la herida.

Un aspecto diferencial entre las lesiones agudas y crónicas en el marco de la


preparación del lecho de la herida, lo hallamos en la posible necesidad de mantener
la fase de desbridamiento, en cualquiera de sus modalidades. A diferencia de las
heridas agudas en las que el proceso de retirada de material detrítico se circunscribe
a un tiempo determinado, en las heridas crónicas, a menudo no somos capaces de

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vencer la carga necrótica, que sigue produciéndose de manera continuada debido a
la prolongación de la fase inflamatoria del proceso de cicatrización. En tales
circunstancias, las evidencias sugieren la necesidad de un desbridamiento de
mantenimiento.

El desbridamiento es un paso imprescindible para tener aspiraciones a la curación


de esa lesión. Así, en el proceso biológico de reparación y cicatrización de las
heridas, el desbridamiento se produce de forma natural. Pero en las heridas crónicas
estos intentos de desbridamiento suelen resultar insuficientes para permitir la
cicatrización de la lesión, por lo que se precisa de un desbridamiento externo. La
evidencia científica actual también avala el desbridamiento externo como elemento
necesario para la cicatrización de la lesión.

Por tanto, el desbridamiento es imprescindible para:

• Eliminar el sustrato que permite el crecimiento de microorganismos que


favorecen la infección, pudiendo evolucionar desde procesos de infección local, a
regional y sepsis, con el resultado final de amputación o muerte.
• Aliviar la carga metabólica en la lesión y el estrés psicológico en el paciente,
• Facilitar la curación, acelerando las fases proliferativas y de remodelado tisular.
• Mejorar la restauración estructural y funcional de la piel.
• Desenmascarar posibles acumulos de exudados o abscesos.
• Permitir la evaluación de la profundidad de la úlcera.
• Detener la pérdida de proteínas a través del drenaje.
• Controlar el olor de la herida.

2. CONSIDERACIONES ANTES DE INICIAR EL DESBRIDAMIENTO

Antes de iniciar el desbridamiento deben considerarse los siguientes elementos:

1. Los objetivos globales del cuidado del paciente. Hay que valorar al paciente en
su conjunto, teniendo en cuenta su situación de salud, posibilidades de curación
del proceso, expectativas de vida, problemas y beneficios para el paciente. Es
necesario prestar una consideración especial en pacientes en situación terminal
de su enfermedad.

2. Control del dolor. Las heridas crónicas son dolorosas, salvo escasas excepciones.
Este dolor puede verse aumentado por los métodos de desbridamiento, por tanto,
habrá que evitar o controlar el dolor asociado, antes y durante el procedimiento,
según sea necesario. Debe considerarse la necesidad de pauta analgésica y/o
anestesia local.

3. Vascularización del área lesional. Las heridas crónicas pueden tener una
vascularización deficiente o inadecuada. Si no se conoce la etiología de la lesión,
es necesario realizar una valoración vascular, por medios clínicos (pulsos, color,
temperatura,…) y/o instrumentales, según sea necesario.

4. Áreas anatómicas de especial atención. Determinadas localizaciones como la


cara, manos, dedos, genitales, mamas, mucosas, tendones expuestos y cápsulas

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articulares, precisan de un especial cuidado a la hora de seleccionar el método
de desbridamiento.

5. Localización especial de los talones. En las úlceras por presión localizadas en


talones que presentan una necrosis seca (escara) sin edema, eritema,
fluctuación o drenaje, puede no ser necesario su desbridamiento inmediato. Debe
someterse a vigilancia continua. Si en algún momento aparecen los signos
anteriormente descritos iniciar el desbridamiento. Esta es una excepción a la
recomendación de que toda escara deber ser desbridada.

6. Gestión de riesgos. Valorar el riesgo-beneficio antes de decidir desbridar o no


desbridar y de seleccionar un método u otro de desbridamiento.

3. MÉTODOS DE DESBRIDAMIENTO: ELEMENTOS A TENER EN CUENTA

A la hora de elegir un método o métodos de desbridamiento, es importante que el


clínico valore diferentes elementos:

1. Rapidez en la eliminación del tejido desvitalizado.

2. Presencia de carga bacteriana. (Infección / Colonización crítica)

3. Características del tejido a desbridar, así como de la piel perilesional.

4. Profundidad y localización del tejido necrótico o desvitalizado.

5. Porcentaje del tejido desvitalizado.

6. Cantidad de exudado.

7. Dolor.

8. Alteraciones de la coagulación.

9. Selectividad del método de desbridamiento a los tejidos.

10. Coste del procedimiento.

4. TIPOS DE DESBRIDAMIENTO.

Existen distintos métodos de desbridamiento que pueden utilizarse de acuerdo a las


diferentes situaciones del paciente y características de la lesión. Generalmente se
trata de métodos compatibles, recomendándose la combinación de varias de éstos
para hacer más eficaz y rápido el proceso (p.e. desbridamiento cortante asociado a
desbridamiento enzimático y autolítico).

Los tipos de desbridamiento existentes son:

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§ Quirúrgico
§ Cortante
§ Enzimático
§ Autolítico
§ Osmótico
§ Larval
§ Mecánico

4.1. Desbridamiento quirúrgico

Es la retirada completa del tejido necrótico y desvitalizado. Normalmente son


resecciones amplias que implican la retirada de tejido necrótico y parte del tejido
sano, pudiendo provocar sangrado. Generalmente se realiza en una sola sesión por
un cirujano, en quirófano o sala quirúrgica bajo alguna técnica anestésica o de
sedación.

Aunque es poco selectivo, es el sistema más rápido para retirar los tejidos no viables,
pudiendo mejorar el aporte sanguíneo de la zona de forma inmediata.

Está indicado ante escaras gruesas, muy adherentes, tejido desvitalizado de


lesiones extensas, profundas, muy exudativas, de localizaciones especiales y con
signos de celulitis o sepsis. En osteomielitis del pie diabético y fascitis plantar puede
ser un método indicado.

Se trata de una técnica cruenta, poco selectiva, que en todos los casos va a precisar
de anestésicos y analgésicos. Requiere de conocimientos, habilidades, destreza y
consentimiento informado del paciente.

Su coste es elevado. El uso y beneficio del mismo está basado únicamente en


opiniones de expertos.

En la actualidad existen dispositivos específicos para el desbridamiento en quirófano


como la hidrocirugía con vacío por chorro de agua.

4.2. Desbridamiento cortante.

Reservamos el concepto de desbridamiento cortante al que normalmente realiza la


enfermera a pie de cama, retirando de forma selectiva el tejido desvitalizado, en
diferentes sesiones y hasta el nivel de tejido viable. Se realiza con instrumental
estéril y también en este caso habrán de extremarse las medidas de asepsia, dado
que es una fase de especial proliferación bacteriana.

El abordaje más correcto del tejido desvitalizado por procedimientos cortantes es


comenzar por la zona más débil, generalmente la central, y liberar lo antes posible
uno de los bordes por donde continuar la retirada paulatina de los tejidos no viables
hasta encontrar un territorio sano y por tanto viable.

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Es un método rápido y selectivo que permite combinarse con otros métodos
(enzimáticos, autolíticos,…)

Está indicado ante tejido necrótico, desvitalizado o zonas hiperqueratósicas, seco o


con exudado abundante, con sospecha de elevada carga bacteriana o signos
clínicos de infección o celulitis, que no estén localizadas en las áreas anatómicas de
especial atención descritas en apartados anteriores.

La ampolla llena de fluido puede ser drenada de manera controlada. En la mayoría


de los casos se drena con una jeringa y aguja o con una pequeña incisión realizada
con un bisturí y después sellada para proteger la herida. De todas formas, no existe
un criterio unificado al respecto ya que algunos autores sugieren actitudes más
conservadoras.

Sus ventajas estriban en la rapidez, la reducción de la carga bacteriana y del mal


olor asociado y el ser más selectivo que el quirúrgico,

Sus principales problemas se relacionan con el dolor, el riesgo de sangrado, la


posibilidad de introducir bacterias en tejidos profundos y el estrés para el paciente.

Hay que anticiparse a la presencia de dolor en esta técnica, aplicando previamente y


con tiempo suficiente antes del procedimiento, algún anestésico local que facilite la
retirada del tejido sin ocasionar dolor. Existen algunos comercializados o bien
pueden ser elaborados en farmacia: gel de lidocaina, lidocaina y prolicaina,… En
tales casos, aplicar una fina capa de anestésico sobre el lecho y paredes de la lesión
y cubrir con un apósito (ver documento del GNEAUPP nº VI sobre dolor en los
cambios de apósito).

Habrá de prever el riesgo de hemorragia en todos lo pacientes. En el caso de la


técnica cortante, son inusuales los sangrados que no se puedan controlar mediante
presión digital, un apósito hemostático o alginatos. Hay que vigilar los signos de
sangrado significativo durante las primeras 24 horas, valorando la conveniencia de
mantener los apósitos mencionados anteriormente. En el caso de que se utilicen
apósitos de alginato como hemostáticos se deberá proceder a su cambio
transcurridas 24 horas.

En los pacientes con alto riesgo de sangrado (con coagulopatias o anticoagulantes)


no se aconseja la realización del desbridamiento cortante hasta la modificación del
riesgo por consulta con médico especialista.

En las úlceras no cicatrizables, por insuficiente aporte vascular o por el tipo de lesión
o tejido (p.e zonas de radiodermitis) se desaconseja este tipo de desbridamiento.

Cuando se haya de desbridar tejido esfacelado se evitará arrancar el tejido ya que


existe riesgo de lesionar el tejido sano sobre el que está anclado.

La posibilidad de bacteriemias transitorias durante el proceso de desbridamiento


invita a la utilización de antisépticos en heridas con tejido desvitalizado que van a
ser sometida a desbridamiento cortante antes y después de la técnica (ver
documento nº VIII GNEAUPP).

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Para realizar el desbridamiento cortante es necesario instrumental y técnica estéril.
El equipamiento esencial incluye material cortante (bisturí, tijeras,…), pinzas de
agarrar o sostener (disección con y sin dientes,...), pinzas de hemostasia (kocher,
mosquito,...) y apósitos hemostáticos o alginatos. La posición debe ser la más
cómoda para el paciente y el profesional, con la luz adecuada y teniendo en cuenta
las precauciones universales.

Se recomienda una formación específica que proporcione competencias


(conocimientos, habilidades y actitudes) para los profesionales que realizan esta
técnica.

Puesto que el desbridamiento cortante es un procedimiento invasivo, con riesgo de


complicaciones, es necesario que el paciente tenga toda la información relevante
sobre la necesidad del procedimiento, métodos alternativos, ventajas de cada
método, riesgos y complicaciones posibles, para que una vez informado, otorgue su
consentimiento si así lo estima. Aunque legalmente el consentimiento puede ser
otorgado de varias formas, incluyendo la verbal, el escrito, se considera como la
mejor práctica y es la mejor forma de demostrar que este ha sido otorgado.
(Ver Anexo I)

El uso y beneficio del mismo está basado únicamente en opiniones de expertos.

4.3. Desbridamiento enzimático.

Este sistema está basado en la aplicación local de enzimas exógenas (colagenasa,


estreptoquinasa, papaina-urea, etc.), que funcionan de forma sinérgica con las
enzimas endógenas, degradando la fibrina, el colágeno desnaturalizado y la elastina.
La destrucción de leucocitos dentro del proceso de cicatrización, produce una
liberación natural de enzimas proteolíticas (proteasas), que ayuda a la separación
del tejido necrótico.

A lo largo de la historia se han utilizado, diversas enzimas como desbridadores


químicos, tales como la papaina, fibrinolisina, tripsina, desoxirribonucleasa, etc. En
la actualidad, la colagenasa bacteriana procedente del Clostridium histolyticums es
la más utilizada como desbridante enzimático en España.

Es un método selectivo, que actúa en un tiempo menor que los métodos autolíticos
y mayor que el cortante, siendo combinable con otros métodos.

Es recomendable proteger la piel periulceral cuando vaya a ser utilizada -por el


riesgo de maceración y escoriación- y aumentar el nivel de humedad en la herida
para potenciar su acción.

Su acción puede ser neutralizada si entra en contacto con algunas soluciones


jabonosas, metales pesados y algunos antisépticos.

El desbridamiento enzimático parece ser más rentable (coste-efectivo) que el


autolítico y el mecánico con gasa seca.

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Existen evidencias científicas que indican que la colagenasa favorece el
desbridamiento y el crecimiento de tejido de granulación.

4.4. Desbridamiento autolítico.

El desbridamiento autolítico ocurre de forma natural en todas las heridas. Los


fagocitos presentes en el lecho de la lesión, junto a macrófagos y enzimas
proteolíticas, licuan y separan los tejidos necróticos, estimulando la granulación del
tejido. Esta autodigestión de los tejidos desvitalizados se propicia con la aplicación
de cualquiera de los apósitos concebidos en el principio de cura en ambiente
húmedo.

Es destacable el papel que ocupan en este proceso de detersión los hidrogeles,


especialmente en estructura amorfa, compuestos por medios acuosos (el contenido
de agua oscila entre el 70 y el 90 %), sistemas microcristalinos de polisacáridos y
polímeros sintéticos muy absorbentes. Estos materiales aportan la hidratación
necesaria para que el tejido desvitalizado se someta al proceso fisiológico de
desbridamiento.

Es un método de elección cuando no pueden ser utilizadas otras fórmulas y muy


favorecedor en combinación con desbridamiento cortante y enzimático. Es el método
más selectivo, atraumático y no doloroso. Generalmente es bien aceptado por el
paciente. No requiriere habilidades clínicas especiales.

Presenta una acción más lenta en el tiempo. Su uso inadecuado puede provocar
maceración de la piel perilesional.

Junto con la terapia larval es el método que más evidencia existe sobre su eficacia
clínica frente a la gasa seca.

4.5. Desbridamiento osmótico.

El desbridamiento osmótico se consigue a través del intercambio de fluidos de


distinta densidad, mediante la aplicación soluciones hiperosmolares o de apósitos de
poliacrilato activados con soluciones hiperosmolares. Es un método selectivo,
aunque su principal inconveniente es que requiere cambios de apósito cada 12-24
horas.

La evidencia sobre su efecto está basada en estudios descriptivos y opinión de


expertos.

4.6. Terapia larval

Desde hace unos años se ha posicionado, especialmente en algunos países


europeos, como una alternativa no quirúrgica, adecuada y segura para el
desbridamiento de lesiones de diferente etiología (desde úlceras por presión y
vasculares hasta lesiones producidas por hongos) especialmente cavitadas y de
difícil acceso para procedimientos quirúrgicos o cortantes, con gran cantidad de
tejido necrótico y exudado profuso, incluso ante heridas complicadas por

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osteomielitis, no conociéndose efectos secundarios, ni alergias, y con una
distinguida ventaja añadida: reduce de forma importante la carga bacteriana en esas
lesiones, incluyendo el estafilococo aureo resistente a la meticilina (SARM).

En esta terapia se utilizan larvas estériles de una mosca llamada Lucilia Sericata
(mosca verde botella) criadas ex profeso en laboratorio. Estas larvas producen
potentes enzimas que permiten la licuación del tejido desvitalizado para su posterior
ingestión y eliminación, respetando el tejido no dañado. Algunos autores sostienen
que estas enzimas tienen la capacidad de combatir infecciones clínicas.

El procedimiento requiere mantener las larvas en un entorno adecuado en curas


planificadas. La escara necrótica dura es difícil de ser penetradas por éstas y precisa
de un ablandamiento previo. Cualquier material utilizado en el lecho de la úlcera,
como los hidrogeles, puede ser determinante para la larva. Un excesivo exudado
puede ahogarlas, por contra sin la humedad justa, la larva se deshidrataría y moriría.

Esto es particularmente relevante cuando se considera el uso de algunas terapias de


alivio de la presión que utilizan aire caliente (sistemas de bajo flujo de aire).

Su rentabilidad es mayor que la de los hidrogeles. El inconveniente conocido estriba


en la repulsión que puede causar a los pacientes y profesionales.

Actualmente aún no está disponible en nuestro país.

Tenemos evidencia de su eficacia especialmente en las úlceras de distinta etiología


(vasculares, por presión y pie diabético)

4.7. Desbridamiento Mecánico.

Son técnicas en desuso al existir alternativas con menor riesgo de afectación del
lecho ulceral. Son traumáticas y no selectivas. Actúan sobre los tejidos de la herida
utilizando la abrasión mecánica.

En este grupo se incluyen distintos métodos, tales como los apósitos de húmedos a
secos, la irrigación continua a presión, el baño de remolino y el frotamiento del lecho
ulceral.

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DOCUMENTO TÉCNICO DE CONSENSO ELABORADO EN SEGOVIA.
ABRIL 2005, POR UN PANEL DE EXPERTOS INTEGRADO POR:

- FRANCISCO PEDRO GARCIA FERNANDEZ


Enfermero. Supervisor de Calidad y Formación. Complejo Hospitalario de Jaén.
Miembro Comité Consultivo GNEAUPP
- FERNANDO MARTINEZ CUERVO
Enfermero. Residencia de Ancianos Mixta del ERA. Gijón (Principado de
Asturias). Miembro Comité Director GNEAUPP
- PEDRO L. PANCORBO HIDALGO
Enfermero. Biólogo, Profesor Titular de Enfermería. Universidad de Jaén.
Miembro Comité Consultivo GNEAUPP
- JUSTO RUEDA LÓPEZ
Enfermero. CAP Terrassa Nord. Consorci Sanitari de Terrassa, Miembro Comité
Director GNEAUPP
- ELENA SANTAMARIA ANDRÉS
Enfermera. Supervisora. Servicio de Cirugía Plástica y Reparadora y
Dermatología. Ciutat Sanitaria i Univesitaria de Bellvitge. L´Hospitalet de
Llobregat. Barcelona
- J. JAVIER SOLDEVILLA AGREDA
Enfermero. Hospital de La Rioja. Profesor de Enfermería. Escuela Universitaria
de Enfermería de Logroño. Universidad de La Rioja. Director GNEAUPP
- JOSE VERDÚ SORIANO
Enfermero. Profesor Titular del Departamento de Salud Pública. Universidad de
Alicante. Miembro Comité Director GNEAUPP

Sometido el borrador a revisores externos así como a los miembros de los Comités
Director y Consultivo del GNEAUPP, fue aprobado el presente texto en Mogro
(Cantabria) el día 29 de Junio de 2005.

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5. BIBLIOGRAFÍA

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Anexo I

CONSENTIMIENTO INFORMADO PARA DESBRIDAMIENTO CORTANTE


De acuerdo con la Ley, usted debe recibir información sobre la técnica que se le va a practicar,
su utilidad y riesgos.

Si necesita más información o alguna aclaración antes de autorizar con su firma la práctica de
la misma, no dude en pedirla al profesional que vaya a realizarla.

¿Qué se entiende por desbridamiento?, ¿qué métodos existen?, ¿qué es el desbridamiento


cortante?
Se denomina desbridamiento al conjunto de mecanismos dirigidos a la retirada de tejidos necróticos
(muertos), exudados, colecciones serosas o purulentas y/o cuerpos extraños presentes en una herida,
que obstaculizan el proceso de cicatrización, siendo imprescindible para tener aspiraciones a la
curación de la lesión.

Existen distintos métodos de desbridamiento que pueden utilizarse de acuerdo a las diferentes
situaciones del paciente y las características de su herida. Generalmente se trata de métodos
compatibles, recomendándose la combinación de varios de éstos (cortante, enzimático, autolítico,…),
para hacer más rápido y eficaz el proceso, facilitando además la reducción de la carga bacteriana y
del mal olor asociado.

El desbridamiento cortante es una técnica para retirar de forma selectiva y rápida, mediante corte,
el tejido muerto de una herida,

¿Cuáles son sus indicaciones?


Está indicado realizarse ante tejido necrótico, desvitalizado o zonas hiperqueratósicas (de callosidad),
con exudado abundante, con sospecha de elevada carga bacteriana o signos clínicos de infección o
celulitis.

¿Cómo se realiza y quién la practica?


Se realiza mediante técnica e instrumental estéril, que incluye el uso de tijeras y/o bisturí, pinzas y
material hemostático, que habrá de repetirse durante varias jornadas hasta llegar a niveles donde
aparezcan tejidos viables.

Generalmente se realiza al pie de la cama, por profesionales sanitarios (médicos o enfermeras) con
formación específica y experiencia avalada en esta técnica.

¿ Cuales son los riesgos de la técnica?


Sus potenciales problemas se relacionan con el dolor, el riesgo de sangrado y la posibilidad de
introducir bacterias en tejidos profundos.

Para reducir el dolor que puede acompañar a este procedimiento se puede aplicar con tiempo
suficiente algún anestésico local, comercializados o elaborados en farmacia.

Los sangrados derivados de esta técnica comúnmente se pueden controlar presionando con el dedo
o mediante apósitos hemostáticos o alginatos.

No es aconsejable realizar esta técnica en pacientes con alto riesgo de sangrado (en tratamiento con
anticoagulantes tipo Sintrom, heparina, aspirina,…, con enfermedades relacionadas con la
coagulación…). Si usted toma alguna de estas medicaciones o sufre alguno de estos padecimientos
adviértalo a su enfermera o médico.

La posibilidad de introducir bacterias en niveles más profundos durante este procedimiento de


desbridamiento se minimiza con el uso de antisépticos antes y después de la técnica.

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CONSENTIMIENTO INFORMADO PARA DESBRIDAMIENTO CORTANTE

D/Dña. ……………………………………………………………………………….
con DNI ………………………….
mayor de edad, en pleno uso de mis facultades mentales, en calidad de paciente:

DECLARO que he sido amplia y satisfactoriamente informado, he leído este documento, he


comprendido y estoy conforme con las explicaciones del procedimiento, y doy mi
consentimiento, para que se proceda a la realización de dicho procedimiento terapéutico
durante las sesiones que se estime preciso (Artº 10.6 Ley General de Sanidad)

En caso de incapacidad o minoría de edad, representante o tutor (*)

Representante legal:

D/Dña. ……………………………………………………………………………….
con DNI ………………………….
mayor de edad, en pleno uso de mis facultades mentales, manifiesto que como
representante y/o tutor del paciente (parentesco …………………………………..)

Declaro que he sido informado, de las ventajas e inconvenientes de la técnica. He


comprendido la información recibida y he podido formular todas las preguntas que he
solicitado.

………………….., a … de …………………… de ……….

…………………………………………… ……………………………………………..
Firma del pacientes/Representante Identificación y firma del médico o enfermera

REVOCACION

He decidido revocar mi anterior autorización y no deseo proseguir con la utilización de esta


técnica en el tratamiento de mi lesión, que doy con esta fecha por finalizado.

En ……………………………. a ….. de ………………….. de ………

………………………………………
Firma del paciente / representante

(*) Orden de prelación: cónyuge, hijos, padres, hermanos, otros.

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